El Parque Natural de Jandía
- I
"La Dehesa comprende
una extensión que no bajará
de treinta y cinco kilómetros
de ·largo, desde la
Pared hasta la punta del
Faro, y de ancho podrá tener
por el centro cosa de
diez kilómetros, disminuyendo
hacia uno y otro extremo,
pero mucho más hacia
la Punta que no hacia
la Pared. El terreno es en
gran parte fragoso y escarpado,
lleno de valles y de
lomas por la parte del Sotavento"
Así se expresaba en
1868 Justo Villalba en la
"Descripción de la Dehesa
de J andía", que hacía para
su propietario, el Conde de
Santa Coloma y de Cifuente,
Marqués de Lanzarote.
El Parque Natural de
Jandía ocupa la mayor parte
de la península de J andía,
al sur de la isla de Fuerteventura.
Se extiende desde
el límite norte del jable de
El Istmo o de La Pared,
hasta el extremo occidental
de la isla, en la punta de
J andía, exceptuando una
banda al levante y al sur, de
forma que abarca 14.318,5
hectáreas.
Este territorio fue declarado
Parque Natural en
1987, por la derogada Ley
de Declaración de los Espacios
Naturales de Canarias,
y reclasificado con la
misma categoría por la vigente
Ley 12/1994, de 19
de diciembre, de Espacios
Naturales de Canarias.
Patrimonio
natural .
El Parque tiene dos zonas
claramente relaciona-das
pero ambientalmente
diferentes, las zonas de jable
al nordeste (el de La
Pared) y a poniente (el del
Cotillo), y la cadena montañosa
central que alcanza
su vértice en el Pico de La
Zarza, que con sus 807
metros de altura es la máxima
cota de Fuerteventura.
Al norte y sur de esta barrera
natural de 16 millones
de años se pueden apreciar
ciertas diferencias climáticas.
Mientras que al norte,
en Cofete, el clima es más
fresco y ventoso, en las vertientes
meridionales se imponen
los días despejados,
lo que permite una mayor
incidencia de la actividad
solar y que la temperatura
media sea más elevada.
Esta diferencia climática se
manifiesta con especial intensidad
cuando soplan los
Las máximas cimas de la isla vistas desde la playa de Cofete. En medio, la casa de Winter.
3 -
Miguel Ángel Peña Estévez
Biólogo.
Viceconsejería de Medio Ambiente
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
Espacios Naturales
viéntos alisios a poca alti-tud,
de manera que las cum-bres
actúan como pantallas
que frenan las nubes y re-tienen
parte de su humedad.
U no de los principales
valores naturales de J andía
es el paisajístico. La acti-vidad
humana continuada y
el medio natural han dan-do
lugar a la formación de
fenosistemas con distintos.
grados de transformación.
En el Parque Natural de
J andía se pone de manifies-to
el dominio del paisaje
natural en la totalidad del
espacio, con insignificante
presencia del paisaje huma-no
e incluso del humaniza-do.
-El alcance visual detec-tado
es grande y las cuen-cas
visuales dominadas,
amplias, apareciendo, tierra
adentro, como único hori-zonte,
la línea de cumbres,
mientras que el mar es un
continuo referente.
La topografía del paisa-je
natural se caracteriza por
una cuerda o línea de cum-bres
que di vide el espacio
en dos vertientes. La orien-tada
al sudeste tiene una
importante red de barran-cos
que proporciona con-trastes
de luz y sombra. La
escasa vegetación que se
asienta sobre ella es de por-te
bajo y no modifica ni en-mascara
las formas. Los
cambios estacionales son
poco acentuados y el colo-rido
dominante es el oscu-ro
de, los materiales volcá-nicos.
La vertiente norte care-ce
de barrancos notables y
su ladera es continua, con
pendientes mucho mayores
que el lado sur, especial-mente
en los cien metros. de
mayor altitud del arco de
El paisaje humanizado
En el Parque en el interior del Parque es
prácticamente inexistente.
está el único En la vertiente sur está li-mitado
al Puerto de la Cruz
punto conocido conformando un núcleo de
en la Unión viviendas unifamiliares en-tre
medianeras, mientras
Europea donde que las zonas utilizadas
como residencia de turistas
nidifica la y residentes extranjeros es-tán
conformadas por vi-tortuga
laúd vie-ndas aisladas, o bien
pareadas, con jardín o terre-no
alrededor. Aún se man-tiene
un tercer tipo de vi-
Cofete, donde cae en riscos vienda, la que denomina-verticales.
Estos abruptos mos rústica, caracterizada
farallones rocosos canfor- por estar asociada a las an-man,
junto con el fuerte tiguas explotaciones rurales
oleaje de la zona costera, un del Parque, hoy en desuso.
paisaje espectacular y de
Comunidades salvaje belleza. La vegeta-ción,
escasa en general, está vegetales
compuesta por restos de
bosque termófilo en las zo- Las diferentes zonas cli-nas
más inaccesibles de las máticas permiten el asenta-cotas
altas, y en las zonas miento y desarrollo de va-de
menor altitud está carac- rias comunidades vegetales
terizada por el verde oscu- que dan carácter al acerbo
ro de los cardones, que co.n- florístico más rico de la isla.
trasta con los tonos de los Si ascendiéramos desde el
materiales volcánicos sobre mar hacia la cumbre nos
los que se asientan. encontraríamos con un cin-
Los jables que se extien- turón de vegetación haló-den
en los extremos noro- fila entre la que cabe des-riental
y suroccidental del tacar los saladares, con su
Parque son amplios paisa- máxima representación en
jes llanos o suavemente on- la desembocadura del va-dulados,
con predominio de lluelo del Salmo. De impor-colores
claros debido a la tancia son también las co-arena
organógena. Su ve ge- lonias de Limonium papi-tación
puede ser densa en llatum y Pulicaria buchar-lugares
favorables de are- dii (poner vulgar entrte es-nas
profundas y consolida- tos parténtesis), que se vi-das,
adquiriendo entonces el ven en pocos .metros cua-paisaje
un aspecto verde gri- drados de la costa rocosa.
sáceo. En el período inme- Algo más arriba, sobre
diatamente posterior a las un sustrato arenoso y con
lluvias invernales, el color de moderada influencia de la
los jables cambia circuns- maresía, encontramos la
tancialmente y adquiere un vegetación psammófila,
v~rde generalizado. ampliamente extendida por
4 -
los jables y por la playas de
Barlovento, Sotavento y
Cofete. Aquí podemos ob-servar
las mejores colonias
de chaparros ( Convolvulus
caput-medusae) del Archi-piélago
y las únicas de Fuer-teventura~
así como especies
poco frecuentes como Salso-la
marujae y Zygophyllum
gaetulum (nombre vulgar
entre estos paréntesis), o ele-mentas
tan representativos
de los arenales como los ba-lancanes
(Traganum mo-quinii).
Desde el límite de las
arenas y hasta los 300 me-tros
de altitud encontrawos
un matorral de quenopodiá-ceas
que aprovecha los sue-los
encalichados y los terre-nos
perdidos por la vegeta-ción
de cardones y tabai-bas.
En sus dominios apa-recen
las únicas pobla~io-nes
conocidas de uno de los
más escasos endemismos
del Parque, el cardo de
Jandía (Onopordon noga-lesii),
declarada especie
prioritaria por la Directiva
Hábitat.
Allí donde la actividad
agrária se lo ha .permitido
resisten los cardonales y
tabaibales; la tabaiba dulce,
la amarga y el cardón, apa-recen
como hitos en el pai-saje,
singularizando el terri-torio
y dando protección
con sus espinas a otras es-pecies
incapaces de defen-derse
de las cabras y ove-jas.
Pero sin lugar a dudas,
la especie más emblemática
es el cardón de J andía (Eu-phorbia
handiensis), sím-bolo
de Fuerteventura, y
también declarada especie
prioritaria por la Directiva
Hábitat. Un endemismo
exclusivo del Parque Na-
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
tural y su Área de Sensibilidad
anexa que ha estado
sometido durante mucho
tiempo al expolio de sus
poblaciones silvestres para
ser utilizado en jardinería.
Continuando nuestro
viaje llegamos a los 500
metros de altitud cuando
nos encontramos con el
matorral de jorao (Nauplius
sericeus) , una compues ta
que es despreciada por el
ganado gracias a lo cual ha
mantenido una población
sana, que incluso ha aprovechado
la regresión de su
vecino el bosque termófilo,
para adentrarse en sus dominios.
Su papel en la ecología
del Parque es determinante.
Por una parte ,
contribuye a fijar el rico
suelo a pesar de las fuertes
pendientes imperantes; de
otra, contribuye al mantenimiento
de la humedad edáfica
y favorece la precipitación
horizontal de la humedad.
Sus cortezas desprendidas
y sus macizos de hojas
secas constituyen un excelente
refugio para la fauna
invertebrada del Parque.
Arriba, en los "picos",
aparecen un conjunto de
elementos florísticos comunes
con las cumbres de
Famara, en Lanzarote. Entre
ellas cabe destacar, po.r
. su singularidad, las especies
Bupleurum handiense
y Sideritis pumila. En los
andenes inaccesibles entre
el Pico de La Zarza y el
Pico del Mocán, encuentra:
g refugio la mayoría de
las especies endémicas de
Fuerteventura: el tajinaste
de J andía (Echium
handiense), de . hermosas
flores azules; la pelotilla
(Aichryson bethencour-
Espacios Naturales
Formación de cardón de Jandía (Euphorbia handiensis),
símbolo vegetal de Fuerteventura.
tianum), que con sus hojas
crasas adorna los cantiles;
la margarita o magarza de
Winter (Arg y ranthemum
winteri ), siempre a la espera
de las lluvias para recuperar
sus hojas y llenar
de color los andenes ... , y los
últimos testimonios del
bosque termófilo: adernos,
guaydiles, peralillos, acebuches,
olivillos, lentiscos,
espineros, mocanes, y hasta
un marmulán, el último
. ejemplar de la isla. Todos
víctima·s de la actividad
desmedida del hombre, que
la ha dejado reducida a testimonios
refugiados en paredones
inalcanzables :
Fauna vertebrada
e invertebrada
La fauna no va a la zaga
en cuanto a singularidad de
las especies. Mientras en
los jables vive una de las
mejores poblaciones de
hubaras ( Chlamydotis undulata
fuerteventurae ), símbolo
de la isla y orgullÓ del
Parque, por sus paisajes
subdesérticos se pasean y
vuelan alcaravanes y corre-dores,
ortegas y tarabillas.
La cumbre de la pirámide
trófica está ocupada por la
última pareja nidificante de
Fuerteventura de Halcón de
Berbería y la omnipresencia
del guirre.
Todos los años las costas
de este Parque ofrecen
descanso y alimento a muchas
especies de aves
migratorias en su viaje hacia
África. Esto lo ha hecho
merecedor de di versos reconocimientos
(Internacional
Bird Area, Ramsar nacional)
y una amplia superficie
ha sido declarada
Zona Especial para la Protección
de las Aves (ZEPA),
según las determinaciones
de la Directiva Aves. Es de
prever que, en cumplimiento
de las determinaciones
de la Directiva Hábitat, una
parte sustancial del Parque
se integre en la red Natura
2000, que acogerá a lo más
granado de los espacios
naturales de Europa.
Su fauna invertebrada,
menos conspicua, es rica en
endemismos; como el de la
babosa Parmacella susannae,
o los escarabajos Pa-
5 -
radromius amplius y Oreomelasma
oromii y un largo
etcétera, exclusivos en su
mayoría de las cumbres de
Jandía.
Este Parque Natural está
entre los Espacios Naturales
Protegidos de Cariarías
que más kilómetros de costa
posee. En correspondencia
a ello y a las características
naturales de sus ecosistemas
marinos , el litoral
del Parque posee una magnífica
fauna marina. Baste
citar a título de ejemplo la
abundancia de mejillones
que le ha valido ser propuestas
por el Avance del
Plan Insular de Ordenación
del Territorio de Fuerteventura
como Zona de Interés
Marisquero. Si nos referimos
a los vertebrados cabe
destacar, además de las ya
citadas agregaciones de
aves, que es el único punto
conocido en la Unión Europea
donde nidifica la protegida
tortuga laúd, y que
los tres últimos avistamientos
realizados en el
Archipiélago de la escasa
foca monje se han producido
en sus costas. Algo
más alejado del litoral, aunque
a pocas millas de la
costa y ya fuera del Parque
Natural, existe una importante
colonia de cetáceos.
Patrimonio
cultural
La presencia del hombre
en J andía no está datada
con exactitud, pero cabe
suponer que fue sincrónica
con el resto del poblamiento
de Fuerteventura.
La actividad principal de
los aborígenes en esta península
fue fundamental-
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
Espacios Naturales
mente el pastoreo, además
de la recolección de marisco,
posiblemente la pesca
por embrosque (anestesiando
a los peces con savia
de cardón) en las lagunas
de la playa de Sotavento
y los grandes charcos de
Cofete, así como la actividad
mágica/religiosa, tal
como lo atestigua el centenar
de yac.imientos arqueológicos
censados. Destaca
de entre todos ellos por su
singularidad la estructura
de La Pared, al nordeste del
jable del Istmo y en su mayoría
fuera de los límites
del Parque.
En realidad se trata de un
conjunto de yacimientos de
variada naturaleza y dimensiones
que se articulan por
una estructura común que es
La Pared propiamente dicha.
Su significado es muy discutido,
mientras unos defienden
su misión de división
territorial, marcando la frontera
entre los dos reinos de
la isla, Jandía y Maxorata;
otros apuntan la imposibilidad
de tal función, dado
que la división se producía
más al norte, cerca del barranco
de La Torre y abogan
por su papel como linde
de una zona de pastoreo
común que permitía afrontar
los años de sequía y por
ende con escasez de pastos.
La presencia de la cabra
en el paisaje de Jandía es
consustancial con la presencia
del hombre, a la vez que
le imprime carácter y afecta
de manera significativa a la
vegetación. Las plantas de la
flora canaria no están dotadas
de mecanismos que le
permitan defenderse de los
grandes herbívoros que las
devoran, y cuando las cabras
aparecen en las Islas, hace
unos 2.000 años, sus consecuencias
fueron devastadoras.
Téngaseencuentaquedurante
el siglo XVI se repartían
por los campos majoreros
70.000 cabezas de ganado.
Esta cabaña ganadera estaba
compuesta de camellos (en
realidad, dromedarios), burros,
caballos, cabras, ovejas y cerdos.
A tal punto llegó la presión
del ganado que se organizaron
batidas para la caza de
burros.
Sin embargo, la eliminación
de la cubierta vegetal
no se debe en exclusiva al
ganado. Durante el siglo
XVII, la floreciente industria
de la cal requirió grandes
cantidades de combustible
que salieron de las
aulagas, chaparros, tarajales
y todo lo que pudiera
arder. En definitiva, a la
acción de los animales introducidos
en la isla se
sumó la directa de expoliación
de la vegetación para
su uso como combustible,
aperos agrícolas, construcción,
etc., que obligó al Cabildo
Insular a la adopción
de fuertes medidas proteccionistas.
Historia,
tradiciones,
leyendas
J andía fue desde la época
de la conquista propiedad
señorial. En ella, como
en el resto de la isla, el señor
era el dueño de las tierras,
bienes y personas y
ostentaba los poderes legislativo,
ejecutivo y jurisdiccional.
A partir de 1675, se
produce una fragmentación
de la propiedad del suelo y,
desde esta fecha hasta
6
En el jable del Istmo existen importantes yacimientos de aves
e invertebrados fósiles.
1833, el Coronel de Milicias
era el cargo más importante
en la isla. Sin embargo,
J andía, debido a su lejanía
y despoblamiento,' escapó
tanto a la división de
la propiedad como al afán
acaparador de los coroneles.
Aunque en 1811 las Cortes
de Cádiz abolieron el
derecho medieval de los
señores, ese mismo año el
Consejo de Castilla reconoció
el Señorío de la Península
de Jandía a los marqueses
de Lanzarote, condes
de Santa Coloma y
Cifuentes, Grandes de España.
El propietario de Jandía
nunca visitó sus tierras,
y para ejercer su dominio
nombró un administrador
en Canarias, que a su vez
designó a un arrendatario
en J andía. Esta situación
permanece hasta el comienzo
de la guerra civil, en que
con la muerte del titular, la
propiedad pasa a diferentes
herederos. En 19~1, una sociedad
anónima volvió a reunificar
la propiedad, teniendo
como administrador a un
súbdito alemán llamado
Gustav Winter. A partir de
1965 hay una disgregación
de la finca matriz y se procede
a la división de la propiedad
entre los diferentes
accionistas de la sociedad
propietaria, configurando la
estructura de las actuales
grandes propiedades.
La fragmentación parcelaria
se ha ido acrecentando
en los últimos años y es
más notoria conforme nos
acercamos a los núcleos
urbanos (costa de sotavento).
Por el contrario, en las
zonas menos pobladas de
las cumbres, Cofete y la mitad
occidental de la península,
permanecen las grandes
parcelas en manos de
unos pocos propietarios,
algunas superiores a las
2.000 ha.
En la actualidad residen
en el interior del Parque
Natura} unas doscientas
personas. En Morro Jable,
fuera del Espacio Natural
Protegido, hay censados
unos dos mil quinientos
habitantes y en las costas de
sotavento se ubican varias
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
urbanizaciones turísticas
con una capacidad de alojamiento
para veinte mil
visitantes.
Jandía es depositaria de
un conjunto de tradiciones
y leyendas, que con la alteración
del estilo de vida
están a punto de perderse.
Las marcas de ganado, las
apañadas y delanteras, la
elaboración artesanal de los
productos derivados del
ganado cabrío (queso, leche
mecida, pieles, ... ), la
pesca artesanal, la elaboración
de "pilas" para destiladeras,
etc., son prácticas
en peligro de perderse con
la actual generación. Escasa
representación tienen los
Bienes de Interés Cultural
declarados, dado que sólo
los petroglifos se encuentran
catalogados. Mención
especial merecen algunas
construcciones
como los hornos de cal de
Cofete, el Camino de los
Presos, que atraviesa el
jable del Istmo por la costa
norte, y que fue construido
por presos políticos durante
la Guerra Civil española,
el faro de J andía, o el
caserío de Cofete, edificado
por Gustav Winter como
residencia particular y que
pone escala y referencia al
paisaje.
La conservación
El artículo 30 de la ley
1211994, de 19 de diciembre,
de Espacios Naturales
de Canarias, dicta que los
objetivos de conservación
y desarrollo sostenible previstos
en la citada ley para
los Parques se instrumentarán
a través de los Planes
Rectores de U so y Gestión,
de acuerdo con lo que establezcan
los futuros Planes
de Ordenación de los Recursos
Naturales. Se convierte
pues el Plan Rector
en la luz y guía para cualquier
actuación en el ámbito
del Parque.
En la ya referida ley 12/
1994 se marcan además
unos objetivos genéricos
para los Parques Naturales
y unos usos prohibidos en
todos los Espacios Naturales
Protegidos de Canarias,
de manera que este ha sido
el punto de partida para la
elaboración del actual Plan
Rector de U so y Gestión
que se está terminando de
redactar.
La ley 12/ 1994, de Espacios Naturales
de Canarias, define los Parques Naturales
como aquellos Espacios Naturales amplios, no transformados
sensiblemente por la explotación u ocupación
humana y cuyas bellezas naturales, fauna,
flora y gea en su conjunto se consideran muestras
singulares del patrimonio natural de Canarias. Su declaración
tiene por objeto la preservación de los reéursos
naturales que alberga para el disfrute público,
la educación y la investigación científica de for:
ma compatible con su conservación, no teniendo
cabida los usos residenciales u otros ajenos a su finalidad
(art. 10.2).
7
Espacios Naturales
Este instrumento de planeamiento
mayor tiene,
además, concreción en el
territorio y pretende aportar
elementos no sólo para
la protección y conservación
de los valores del Parque,
sino para la restauración
de algunos elementos
claves en el funcionamiento
del ecosistema del Espacio
Natural Protegido. En
el desarrollo de una infraestructura
adecuada que
mediante la instalación de
la señalización, puntos de
información, centros de interpretación,
el uso de aulas
de la Naturaleza, senderos
autoguiados, ruta de
jeep safari, etc., permitan
un mejor aprovechamiento
para el uso público de este
Espacio Natural Protegido,
Vista parcial del polémico parque eólico, el segundo en
tamaño de España.
este sentido cabe destacar
el apoyo a los planes de recuperación
de las especies
en peligro de extinción y a
la restauración del bosque
termófilo de las cumbres,
que contribuirá a detener
la erosión fijando el suelo,
favoreciendo 'ia captación
de lluvias y -actuando
como refugio y ali mento
para la fauna, así
como a evitar la pérdida
de la biodiversidad.
Otro de los objetivos del
Plan Rector será facilitar la
contemplación e .interpretación
de los elementos naturales
y culturales del Parque,
de forma que no suponga
un perjuicio para la
conservación de sus valores.
Para ello se incide en
máxime si tenemos en
cuenta el gran número de
turistas que lo visitan cada
año y la escasez de recursos
didácticos en torno a la
Naturaleza al que tiene acceso
la población de Fuerteventura.
No menos importante
será la contribución al mantenimiento
del paisaje armónico
de tipo rural y natural
con su mejora y restauración
en los casos que
sea preciso, al tiempo que
se promueve el desarrollo
sustentable de la población
residente y se contribuye a
la mejora de sus condiciones
de vida, propiciando
mejoras sociales, rentas
complementarias e infraestructuras
idóneas. o
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