Tortugas marinas y
cetáceos en Canarias
De las siete especies de tortugas · marinas que
existen, sólo cinco visitan las aguas canarias
Delfín de diente rugoso. (Stena bredanensis).
Las tortugas marinas son vimientos de la cabeza y de las
reptiles pertenecientes al Or- extremidades contribuyen en
den Quelonios. Se trata de un · la ventilación. Sus sentidos
más desarrollados son la vista,
el olfato y el tacto, mientras
que el oído es algo defici~nte.
Fernando Espino.
medusas, esponjas y salpas,
a excepción de la tortuga verde
( Chelonia mydas ), que es
herbívora y se alimenta de fanerógamas
marinas. Así, por
ejemplo, en el Caribe lo hace
grupo reducido de animales
que surcan los mares del planeta
hace más de 200 millones
de años. Están perfectamente
adaptadas al medio
marino, presentan sus extremidades
anteriores y poste-
Se distribuyen por los.ma- de la hierba marina Thalassia
- riorés en forma de remos, perfectamente
adaptados para la
natación. Aunque viven y se
alimentan en el mar, tienen
respiración pulmonar, los mo-res
cálidos y 'templados de
todo el planeta, frecuentando
las aguas costeras en algunas
fases de su vida y, en otras, las
aguas oceánicas. La ~ieta es
carnívora o mixta. La base de
su alimentación la constituyen
pequeños peces, moluscos,
testudinum, también conocida
como hierba de tortuga.
Se sabe que estos animales
realizan migraciones, aunque
en muchos casos aún son
desconocidas. Se desplazan
desde las zonas de cría hasta
los lugares donde se alimen-
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Femando Espino Rodríguez
Biólogo.
Técnico de GESPIAN, S.A.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
Vicia Silvestre: Fauna
tan. En otras ocasiones recorren
miles de kilómetros atravesando
las aguas oceánicas,
como es el caso de una tortuga
marcada en Japón y recogida
en la costa oeste de Estados
U nidos. También es
conocido el caso de ejemplares
de tortuga laúd (Dermochelys
coriacea) que han dado
la vuelta al mundo, atravesando
todos los océanos. En el
caso de la tortuga boba (Caretta
caretta), los datos parecen
indicar que en el océano
Atlántico existe una migración
asociada al régimen de circulación
oceánica en el hemis!.
ferio norte, que afectaría al
paso de las tortugas por aguas
de Canarias. Las tortugas utilizan
el campo magnético terrestre
para orientarse en sus
largas travesías oceánicas,
como lo demuestran determinados
experimentos realizados.
Las modernas tecnologías
de seguimiento vía satélite permiten
establecer las rutas que
siguen algunas poblaciones de
tortugas marinas en sus migraciones,
y el uso de los TDR
(Time-Depth Recorder) ha
permitido .conocer, por ejemplo,
que la tortuga laúd realiza
inmersiones que rondan los
1.000 metros de profundidad.
En general, son animales
longevos que pueden vivir
cientos de años, si bien lamadurez
sexual se alcanza sobre
los 8 y los 15 años. La cópu-,
la tiene lugar en el mar, en zonas
costeras próximas a la playa,
y durante la misma los
machos sujetan a las hembras
con las uñas de las extremida-des
anteriores mientras introducen
el pene en la cloaca. Un
hecho curioso es que acuden,
con un intervalo de dos a tres
años, a las mismas playas donde
nacieron para realizar la
puesta. Éste es el único momento
en el que las tortugas
marinas están vinculadas al
medio terrestre. Excavan, durante
la noche, un hueco de 35
centímetros a 1 metro en la
arena, donde depositan un nú- ·
mero de huevos variable según
las distintas especies y la
talla de los individuos (desde
60 a 200). Los huevos eclosionan
a los dos meses aproximadamente.
Tras la puesta, las
hembras regresan al mar durante
unos días, para volver a
tierra y realizar un nuevo desove.
De esta manera, en un
solo período reproductor, las
tortugas pueden realizar varias
puestas. Los individuos recién
nacidos se dirigen al mar, generalmente
por la noche, y durante
este trayecto son presa
de muchos predadores. Los
núcleos de puesta más importantes
se localizan en Australia,
Centroamérica, Sudamérica
y la Península arábiga.
Especies en agu~s
canarias
De las siete especies de
tortugas marinas que existen,
sólo cinco visitan las aguas canarias
y, de éstas, la tortuga
bobá (Caretta caretta) es la
más abundante. Las otras especies
son: la tortuga lora del
Atlántico (Lepidochelys kempi),
la tortuga verde (Chelonia
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mydas), la tortuga carey (Eretmochelys
imbricata) y la tortuga
laúd (Dermochelys coriacea)
que se caracteriza por
su caparazón blando y su gran
tamaño, con dos metros de
longitud y hasta 300 kilogramos
de peso, lo que la convierte
en la mayor de las tortugas
marinas. En la actualidad
no existen indicios de que estas
especies de tortugas se reproduzcan
en Canarias, pero
es muy posible que sí lo hicieran
en el pasado, ya que hay
registros en Fuerteventura de
una tortuga laúd que fue observada
en una playa de Sotavento
y otro ejemplar en una
playa de Barlovento cercana
al Puerto de La Peña (Ajuy).
De la misma manera, también
existen referencias de agrupaciones
de tortugas en una cueva
en la isla de La Palma.
Estos magníficos animales
marinos se encuentran hoy
seriamente amenazados. El hecho
de que las zonas de puesta
se encuentren situadas en las
playas ha supuesto un cuello
de botella para muchas poblaciones,
ya que la ocupación de
estos espacios por causas del
desarrollo turístico ha disminuido
drásticamente los lugares
adecuados para la cría. La
persecución directa para la obtención
de carne y la recogida
de huevos, la contaminación
marina por hidrocarburos, el
vertido de residuos sólidos
(tipo plásticos y restos de redes),
algunas modalidades de
pesca como las redes de deri-va
(volantas) o de arrastre, así
com5 los palangres, entre otros
factores, han contribuido a
diezmar las poblaciones.
En este sentido, en 1987 se
detectó una mortalidad masiva
en las islas de Lanzarote y
Alegranza. Posteriormente, en
1992, hubo otra mortalidad
masiva, esta vez en la isla de
Fuerteventura. Parece ser que
estas mortalidades están relacionadas
con actividades pesqueras
realizadas al norte y
nordeste del Archipiélago.
La IUCN (Unión Internacional
para la Conservación
de la Naturaleza y los Recursos
Naturales) considera a todas
las especies de tortugas
marinas en Peligro de Extinción,
salvo la tortuga boba que
está catalogada como vulnerable.
Con respecto a su situación
legal, las tortugas marinas
están incluidas en el
Catálogo Nacional de Especies
Amenazadas (Real Decreto
439/1990, de 30 de marzo)
en la categoría de especies
y subespecies "de interés especial"
(Anexo II). También
están contempladas en varios
Convenios Internacionales,
concretamente en el Anexo 1
del Convenio de Washington,
de 3 de marzo de 1973, sobre
el comercio internacional de
especies amenazadas; en el
Anexo 11 del Convenio de
Berna, de 19 de septiembre de
1979, relativo a la conservación
del medio natural y de la
vida silvestre en Europa; en el
Anexo 1 (tortuga laúd) y en el
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Calderón tropical. (Globicephala m.).
Anexo II (tortuga verde, tortuga
boba, tortuga carey y tortuga
lora del Atlántico) del
Convenio de Bonn, de 23 de
junio de 1979, relativo a la
conservación de las especies
migratorias de animales silvestres.
Por último, la Directiva
92/43/CEE del Consejo,
de 21 de mayo de 1992, relativa
a la conservación de los
hábitats naturales y de la fauna
y flora silvestres, incluye a
las tortugas marinas en el Anexo
N y a la tortuga boba también
en el Anexo II como espeéie
prioritaria. El futuro
Catálogo regional de especies
amenazadas recoge a todas las
tortugas marinas como especies
"en peligro de extinción".
En los últimos años ha aumentado
el número de ejemplares
que aparece en nuestras
costas, fruto del mayor interés
y seguimiento que se hace de
las tortugas. En la actualidad,
se desarrolla un programa
LIFE de la Unión Europea
para la tortuga boba en aguas
de Canarias, con el cual se pretende
conocer más acerca de
la biología de esta especie, así
como sus rutas migratorias en
esta parte del Atlántico con el
fin, en suma, de mejorar la
conservación de la especie. El
programa se lleva a cabo por
investigadores de las Universidades
canarias y está coordinado
por la Viceconsejería
de Medio Ambiente.
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Vida Silvestre: Fauna
Fernando Espino.
Cetáceos
En las últimas fechas se
han producido numerosos varamientos
de cetáceos en las
costas del Archipiélago. Este
hecho ha despertado y aumentado
el interés del público
en general sobre estos animales.
En las aguas canarias
se ha confirmado la presencia,
hasta el momento, de unas 30
especies de cetáceos, de las
cuales unas 6 corresponden a
cetáceos misticetos (sin dientes,
aquí se incluyen las auténticas
ballenas), y unas 24 a
cetáceos odontocetos (con
dientes, aquí se incluyen los
cachalotes, delfines y marsopas).
Si bien la mayoría de es-tas
especies están de paso por
el Archipiélago, algunas sí tienen
poblaciones estables en
nuestras aguas, como es el
caso del cachalote común
( Physeter macrocephalus ), del
delfín gris ( Grampus griseus ),
el delfín mular (Tursiops truncatus)
y el calderón tropical o
de aleta corta ( Globicephala
macrorhynchus ).
Actualmente, este grupo
es objeto de numerosas investigaciones,
ya que aún son muchos
los aspectos desconocidos,
como por ejemplo sus
dinámicas poblacionales, etología,
etc. La obtención de datos
se lleva a cabo mediante
avistamientos, estudios de los
animales que varan en las costas,
a través de las necropsias
y biometría, elaboración de catálogos
resultado de la fotoidentificación,
estudios genéticos
y aplicación de aparatos
para realizar seguimientos.
Toda esta información contribuirá
en el futuro para ayudar
en la conservación de los cetáceos.
Sin embargo, estos animales;
al igual que las tortugas
marinas, no escapan de
una serie de amenazas como
la contaminación causada por
determinadas sustancias químicas
(metales pesados y organoclorados),
algunas artes
de pesca como las redes de deriva,
así como la competencia
del hombre por los recursos
pesqueros, los potentes equipos
de detección submarina
que tienen determinadas em-
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Vicia Siivestre: Fauna
barcaciones, el intenso tráfico ha provocado alteraciones en . los Convenios Internacionales se trasladarán a Gran Cana-marítimo
e incluso la perse- su distribución y en su com- de Bonn, Berna, Wahington y ria para su tratamiento vete-cución
para capturarlos, como portamiento según demues- Directiva Hábitat: En el Catá- rinario y, posteriormente, ser
todavía sucede con algunas es- tran los estudios realizados. logo Regional de Especies enviadas al Centro de Reha-pecies.
El caso más conocido Amenazadas, el calderón tro-bilitación
de Fauna Marina
para los canarios es el de 108' Decreto del pical y el delfín mular estarán
calderones ( Globicephala ma- Gobierno recogidos como especies
que está siendo construido en
crorhynchus) y los delfines "Vulnerables" y el resto de las
El Cotillo (Fuerteventura). Por
mulares (Tursiops truncatus) En este sentido, el Gobier-especies
como "de Interés es- otra parte, con respecto a los
que se encuentran en el canal no de Canarias promulgó el
pecial''. cetáceos varados, se formali-situado
entre Tenerife y La Decreto 320/1995 de 10 de no- Actualmente, se está insti- zará un convenio con la Uní-
Gomera. Desde que se descu- viembre, relativo a Cetáceos, tucionalizando el funciona- versidad de Las Palmas de
brió esta población se ha de- para regular las actividades de miento de una red de rescate Gran Canaria para el estudio
sarrollado una actividad turís- observación. En él se estable- y rehabilitación de tortugas y
tica consistente en llevar -ce un código de conducta para cetáceos varados, que ha ve-de
los animales que varen en
turistas a observarlos, incluso interferir lo menos posible en nido funcionando desde hace
todo el archipiélago por par-a
nadar entre ellos. La ere- los animales durante las acti- ya algunos años. Mediante te de la Facultad de Veterina-ciente
presión de las embar- vidades de observación. Los ésta, se recogerán las tortugas ria y el Departamento de Bio-caciones
sobre estos animales cetáceos están protegidos por que varen en cualquier isla y logía de la misma.
Tortuga boba: ( Caretta caretta). Fernando Espino.
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