ARTE
Coordinan: Dra. Dña. María de los Reyes Hernández Socorro. ULPGC
Dr. D. Fernando Castro Borrego. ULL
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CONTRIBUCIÓN PARA EL ESTUDIO Y ANÁLISIS DE
LOS CONTEXTOS CULTURALES DE SAN ROQUE EN
GRAN CANARIA
Rafael Rodríguez y Rodríguez Matos
Ana Rosa Barry Gómez
San Roque. Contribución para el estudio de algunos de sus aspectos
Pitón: Raíces volcánicas de perfil ovalado y planta subcircular, que la erosión pone de
manifiesto al descarnar un edificio volcánico, corresponden al término lingüístico
anglosajón neck (chimenea y/o boca adventicia). En Canarias se los denomina en
ocasiones como roques.1
ROQUE NUBLO, ROQUE NUBLO. Lírica piedra lunar, como lo vió Néstor Alamo.
Mítico, casi metafísico, resto de aglomerado claro ejemplo de la erosión diferencial en la
meseta central de estructura cupuliforme de Gran Canaria junto a la Rana y el Fraile, o
Saucillo, Roque de Gando, Roques del E. y del W. del infierno, (Archipiélago Chinijo), de
Agando (La Gomera), de Anaga en plural, de Garachico (Tenerife) y de Salmor (El
Hierro), por citar algunos ejemplos.
Sirva esto como pequeña muestra introductoria al presente trabajo que toma su cuerpo
esencial con determinadas aportaciones de una importante obra científica y de alto
contenido literario sin parangón, del cura ya fallecido don Agustín Chil Estévez, con
asesoramiento técnico de la profesora Dolores de Juan Marrero, notas de don Jesús
Quintana Miranda y dibujos a plumilla del entonces arquitecto municipal don Enrique
Spínola González.2
San Roque ha sido siempre uno de los barrios populares de la ciudad de Las Palmas de
Gran Canaria, pintores (Santiago Santana, Felo Monzón, Paco Sánchez, Marta Mariño,
etc), poetas (Víctor Doreste, Luis Doreste Silva, Orlando Hernández, Víctor Ramírez, etc),
músicos, costumbristas, ensayistas, historiadores y escritores de toda índole no se han
recatado de declararlo así.
Colgado sobre los riscos detríticos sedimentarios alomados de la estratografía volcánica
del grupo Roque Nublo (Pérez Torrado), correspondiente a la Serie III según Fuster; Ciclo,
según Mangas con mezclas también de series muy recientes arrastradas y depositadas
después dada la proximidad. Cercano a ello se hizo hace unos años una excavación para
pozo y aparecieron restos de cabras (información de don Telesforo Bravo). Los primeros
materiales estuvieron bajo el nivel del mar, con una antigüedad aproximada en lo que es la
Nube Ardiente de unos 23.5 millones de años si la situamos en el Mioceno, pero si la
ponemos en el Post-Mioceno tendríamos unos 10.6 a 9 millones de años y llegaríamos al
Plioceno 5.6 a 1.8 millones de años, se termina el Mezosóico (Terciario), y entraríamos en
el Pleistoceno y Holoceno 10.000 años hasta los tiempos recientes. Lo cierto es que son
testigos incluso del basculamiento y bailes de los tiempos geológicos.
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El barrio de San Roque en Las Palmas de Gran Canaria, constituye uno de los típicos
adornos de la urbe, es como un balcón o anfiteatro, donde la policromía de sus edificios le
dan prestancia de casas de nacimiento.
Risco, risquero, mi risco, tarrillito de pastillas... Así definía Víctor Doreste Grande a los
riscos capitalinos hablando por extensión.
Barrio risquero, joya -como le llamara el escritor y poeta don Luis Doreste Silva- con su
calle del Real arriba, prócer y extariado de impar belleza y palmeras gráciles mirándole
frente a frente como vigías alertas hacia el horizonte.
Tiene empinadas laderas y complicadas callejuelas, torcidas y empedradas, embrujadas
de leyendas, con casonas, olor a limpio, pan caliente y a gofio recién salido de la molienda
del viejo molino del Batán. Verdadero monumento histórico, hoy maltratado, expoliado y
en grave estado de deterioro y abandono como lo prueba la evidencia, molino de agua es
decir de la arquitectura del agua citada hasta por Vitruvio, ejemplo derivado de las antiguas
civilizaciones, auténtico intérprete y concertista sinfónico, con todas sus notas combinadas
en una misma y sin par melodía. Documentalmente demostrado sus rentas para aquellas
fundaciones y capellanías contribuyendo al matenimiento de misas en la ermita del patrono
de la Ciudad el Cristo, originariamente también tarasco de la provincia de Vera Cruz en
Méjico, que arribó a bocabarranco por temporales y epidemia de peste en tiempos de la
reina gobernadora doña Juana apodada la loca, madre del emperador Carlos V de Alemania
y Iº de España, destruyéndose así el prostíbulo público de la zona llamada entonces de los
Abades con estación de camelleros. Y fue el Maestre de Campo don Alejandro Amoreto,
familia originaria de Saboya uno de los dueños de este viejo molino.
Pero no nos olvidemos de la batalla más grande tenida y conocida hasta el momento en
Canarias en junio-julio de 1599 por las tropas holandesas al mando del almirante Peter Van
der Does con 73 navíos y 9.000 hombres de desembarco a enfrentarse a las milicias
insulares con declaración de guerra por parte de los Países Bajos a España y Alemania,
luchando Holanda por su independencia, en el momento de la economía mundo. Hoy el
Regimiento de Infantería Canarias 50 lleva el sobrenombre de El Batán (máquina movida
por agua), pues son herederos de aquellos milicianos canarios que con frailes, clero y toda
la población de la Isla, venció al holandés. Es por tanto este viejo molino, sustentante de
capellanías, importante y valioso aporte artístico.
A las plantas del risco de San Roque, el fértil cauce principal del barranco Guiniguada,
con barrancada pedregosa de cantos rodados, pelitas y ruditas generalmente de tamaño más
o menos grande-mediano, pequeño y hasta muy pequeño, dando cuando corre el barranco
el concierto de los Rolling Stones, observándose en algunos de los que afloran en las
laderas, en determinados casos alineados en franja un cierto color o tono rojizo, producto
de la oxidación, lo que da una idea de la formación de esta unidad de paisaje, donde se
incerta el barrio de San Roque bajo condiciones climáticas muy distintas a las actuales. Y
para ambas vertientes, Guiniguada y tributarios popularmente conocida como Barranco
Seco, minas de agua sobre la nube ardiente, ignimbrita o Ash-Flow, erupciones muy
violentas y viscosas, persilísicas. Es decir, magma muy evolucionado y vaciamiento de la
cámara magmática, proporción en sílice superior al 75%, en su centro, la caldera de
Tejeda, posiblemente otro gran reactivo biológico, donde en el infierno de sus
profundidades continua dándose el milagro de la vida, depósitos de cantera o de piedra
amarilla, llamada también de tosca, de frecuente uso como cantos constructivos antes del
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hoy llamado bloque, o bien si fuere menester como importantes elementos arísticos bien de
arcos conopiales del neogótico, fachadas históricas, o bancales para la agricultura.
Pascual Madoz en el prestigioso Diccionario Geográfico Estadístico de España ... Atlas
de Francisco Coello (Madrid, 1845), obra conservada íntegramente en la biblioteca
histórica del Gabinete Literario de Las Palmas y teniendo entonces como corresponsal en
Canarias al IV Conde de la Vega Grande don Agustín del Castillo Bethencourt, precursor
de las corrientes modernistas. En esta obra, se decía que por esta zona se llegaba a pescar
las angulas.
Por su parte, Agustín del Castillo, era hermano de doña Leonor del Castillo, que casa
con el señor Monteverde de la Villa de la Orotava y en un viaje que hace por entonces a
Nápoles (Italia), verían también la Nube Ardiente enfriada y la costumbre de hacer
alfombras en el día del Corpus Christi, el arte efímero: “proceso, construcción, destrucción
y luego reconstrucción o transformación de la obra, con aromaterapias incluidas artemisa o
incienso canario y otras variedades del cortejo”, hojas de brezo, pinocha seca recogida del
suelo para evitar incendios forestales, retama de cumbre (Teline microphylla), escobón
(Chamaecytisus proliferus), hojas y flores de tabaiba (E. balsamífera y E. obtusifolia).
Y en Las Palmas de Gran Canaria antaño acompañando al Corpus, el médico divino San
Roque.
Desde lo alto de este balcón, hacia abajo la histórica Vegueta flotando al viento, a la
sombra de la catedral de Santa Ana, teniendo por fondo el océano azul del Atlántico,
inmenso y evocador con sus masas de aguas, corrientes frías y cálidas, movimientos
convectivos y adventivos, Dorsal Atlántica con rift, creación y destrucción de corteza
basáltica, menos densa que la granítica, pues no es continental, sino oceánica, y ciclones
hacia el gran arco Antillano de las Américas. Allí se abrieron paso las carabelas
colombinas, llegando a tierras ignotas de un nuevo mundo, y también el padre dominico
fray Domingo de Loaysa Mendoza, para establecer los precedentes de la hoy República
Dominicana en 1510 y el convento de San Pedro Mártir de Las Palmas de Gran Canaria,
donde está enterrado en la sala del capítulo. La parroquia de Santo Domingo de Guzmán,
en la plaza homónima del barrio de Vegueta, vecino de abajo del barrio de San Roque es la
única persistencia material aparte del recuerdo de este convento en el mismo espacio físico.
Es del templo parroquial citado, lugar donde más se ensañó el holandés, pues sabía que se
habían levantado las piras de la inquisición, pero se reconstruyó al poco y hacia los años 60
se edificó la casa e internado para niños de San Antonio.
Allá a su vera, se levantó años más tarde de la fundación del Real de Las Palmas, la
ermita del Sr. San Roque, con su vieja campana en la vieja espadaña, tocando a misa y a
rogativas contra peste y males, según los gozos que se rezan cada año por su fiesta, y que
van transmitiéndose de generación en generación. A San Roque la piedad popular lo tiene
como médico divino, con prodigiosas señales, líbranos de peste y males, Roque, santo
peregrino, pues no pocas tiene la ciudad e isla, siendo el periodo más trágico el cólera
morbo asiático de 1851. Un barco, al parecer llamado el Trueno (¡vaya trueno!),
procedente de la Habana (Cuba) durante la travesía había fallecido un niño que es arrojado
al mar y otra persona. Al llegar a Las Palmas de Gran Canaria, como era preceptivo por la
normativa, consulados y otras consignatarias y navieras entregar las pertenencias de los
fallecidos a sus familiares si los hubiere, se enviaron las ropas a una vecina del barrio de
San José con el encargo de lavarlas, y así se hizo, y se detectó el andancio y en mayo-junio
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de 1851, la isla está por orden de la autoridad en cuarentena, por esta razón la expedición
de Darwin no entra en Gran Canaria. Se arrasa prácticamente con toda la población, los
muertos se apilan en las calles esperando el paso del carro, ni las campanas tocan a
muertos pues no hay quien toque, se hace una fosa común en el solar de ampliación del
sector norte del cementerio de Las Palmas, se abren las puertas de la cárcel pública y salen
los presos vigilados por los soldados del presidio con fusil en mano a enterrar a los
muertos, los sepultureros ya estaban sepultados, pero también presos, soldados y fusiles.
Las fachadas y elementos de arquitectura en piedra se pintan o albean de color para que no
anide el mortífero bicho. No obstante, se quedan en la capital el primer párroco de Santo
Domingo el agüimense don Antonio Vicente González para cumplir con su obligación y
como verdadero héroe, cae víctima en el cumplimiento del deber y también se queda el
entonces obispo don Buenaventura Codina y Augerolas, Paul, quien quizo quedarse para
siempre con nosotros. Su cuerpo está embalsamado e incorrupto en la capilla de los
Dolores de la Catedral, la reina gobernadora Isabel II, le otorga la Gran Cruz de Isabel la
Católica, dado su gran mérito, él la dona al Cabildo Catedral, y se acabó el Jansenismo y
otros pleitos de entonces, fin del asunto. Hoy el Prelado don Buenaventura Codina y don
Antonio Vicente González, están en proceso de canonización.
En el libro de defunciones de la parroquia de Santo Domingo, se hace muy difícil
establecer el recuento del total de fallecidos, pero se observa una nota referente a un
soldado del presidio que lo encuentran muerto en el castillo de Santa Isabel.
Ermita de San Roque
Se tiene constancia documental que estaba en construcción en el año 1527, y que fue
reedificada en los años 1770-1780. A ella iba y sigue yendo el Cabildo Catedral el día del
Santo en rogativas para que las enfermedades pestilenciales no tomen la ciudad.
La historia religiosa de Canarias, en la totalidad de su concepto más amplio, ha sido y
sigue siendo investigada por cronistas e investigadores científicos de todos los tiempos,
instando siempre se haga de manera precisa y determinada, no sólo para protección de sus
edificaciones arquitectónicamente hablando, sino además del rico acervo patrimonial
histórico, sociológico, económico, etc. que ello comporta.
El fundamento documental de esta ermita o al menos, el más conocido o divulgado, se
basa en una disposición testamentaria, fechada en 1527 y publicada por el investigador
Alfredo Herrera Piqué en su obra la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, por la que se
encargaba de donar pequeñas cantidades para la construcción de varias iglesias que
estaban en construcción, tales como San Roque, San Marcos, Ntra. Sra. de la Concepción
bernarda y Santo Domingo. Según esto, tenemos el dato que antes del año 1527, las
edificaciones ya habían comenzado.
Con anterioridad al 31 de Julio de 1523 por escritura pública, firmada ante el escribano
Cristóbal de San Clemente, encontramos la noticia del traspaso y obligación suscrita por el
bachiller Valenciano, prioste de la cofradía de San Roque, por lo que en vista “de la
pestilencia que azota a la ciudad, cede a dicha cofradía los bienes que heredó de doña
Juana Col o Coll, Catalina, difunta, con la condición que anualmente le sea cantada una
misa por su alma con velita y responso” para siempre jamás, carga que se impone sobre
una casa en la calle de la acequia, además de obligar a dar mil maravedíes para la
edificación de dicha iglesia del Santo.
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Así en la primera mitad del siglo XVI, encontramos establecida en Las Palmas una
cofradía dedicada al Santo.
Fue también en este año 1523, cuando arriba el Cristo de la Vera Cruz a la Ciudad, lo
incauta el Ayuntamiento y lo nombra patrono de Las Palmas de Gran Canaria y también
ciertos frailes dominicos entre ellos el padre Loaysa le piden permiso al también
prebendado de la catedral como párroco del Sagrario Matriz, Pedro Brolin para desplazarse
a la ermita de Santa Catalina por haber fallecido varios frailes en su casa conventual que
estaba enferma, y algunos de ellos aún en la ermita, también fallecen.
Pero más concluyente es que el 10 de diciembre de 1550, por escritura ante Luis
Fernández Rasco, escribano público, Antón de Cerpa, da arrendamiento a Hernández
Calero, un parral que tiene fuera de la Ciudad “cerca de la ermita de San Roque, y que
linda con el barranco de la ciudad, con cañaveral de Diego Díaz y con el camino que va a
Tafira”, en el arrendamiento no entra una madre de agua que viene a dar a unos
membrillos, ni unas parras lairenes que quedan para Cerpa.
Esto a su vez dibuja el motor económico de la época, fundamentalmente el azúcar y en
menor medida el vino, cuya producción sirve también como intercambio de importantes
obras artísticas tanto, flamencas, como genovesas y americanas, ello a base de mano de
obra barata, sistema de producción esclavista, libertos. en algunos casos herederos, blancos
de humilde condición, oficios de zapateros, cereros, cantores pregoneros, camelleros,
carniceros, molinero. En síntesis la Economía Mundo.
Ello por tanto es prueba concluyente. Linderos y cercanía expresados testifican que en
la primera mitad del siglo XVI estaba levantada la Ermita de San Roque en el mismo sitio
que está ahora y también con anterioridad al arribo de los ingenieros italianos Leonardo
Torriani y Próspelo Cassola a Las Palmas de Gran Canaria. Estos no cartografían dicha
ermita, como tampoco don Pedro A. del Castillo en los planos de 1686. La omisión de este
último puede tener su explicación en el hecho de que la recta marginal superior del diseño,
corta a éste de tal modo que queda fuera del dibujo una breve zona del poniente de la
ciudad, en la que estaría enclavada la pequeña ermita, aunque resulta bien extraño, puesto
que en el transcurso de más de un siglo, con anterioridad al citado plano, o sea antes de
1568, hubo allí en dicha ermita cultos a San Roque, que culminaron en 1660 con una
solemne pontifical celebrada por el obispo de Toledo.
La omisión de Torriani y Casola, pudiera obedecer a que en el momento que los
ingenieros levantaban los planos, la ermita a su vez se estaría construyendo o reformando
algo, pero no concluida de la forma pensada. Por su parte don Pedro A. del Castillo, primer
geógrafo preilustrado de Canarias y padre del primer conde la Vega Grande don Fernando
Bruno, era Alférez Mayor de Gran Canaria y Regidor Perpetuo por eso el gobernador
Francisco Bernardo Varona le encarga un informe para presentar a la Corona y obtener así
mejor defensa de la isla por incursiones y actos de pillaje, Pedro Agustín, costea la batería
de San Felipe en los cerros de Guanarteme sobre arenas fósiles, pero para ello recurre a
todas las fuentes, entre ellas los planos de Torriani y Casola que los vuelve a dibujar como
si de un escaner se tratara pero en los siglos XVII-XVIII a plumilla, a tinta, mano a mano. No
obstante, igual es más sencillo considerar la siguiente hipótesis. Ellos hacen los planos de
la ciudad, pero la ermita está en las afueras, en los arrabales, en las laderas bajas de los
cerros de Santo Domingo al N. de estos y lógicamente, la ciudad era completamente
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diferente al concepto que hoy tenemos de ella. Si miramos con lupa dichos mapas, al
margen izquierdo del Guiniguada de mar a cumbre, fuera de la ciudad, allí hay algo.
El templo continuaba abierto a principios del siglo XVII, ello lo prueba el testamento de
Lucana Enríquez, quien en 1702, ante el escribano Cristóbal de Roteta dice: “Item mando
que dos cuadros que tengo en la casa de mi morada de las advocaciones de Ntra. Sra. de la
Soledad y San Francisco se le den a la Ermita del Sr. San Roque de esta Ciudad”.
Reconstrucción de la ermita
Con el paso del tiempo las paredes de la ermita presentaban grietas, anunciadoras de un
inminente desplome, década de 1770-1780. Se derruyó la parte ruinosa, quedando en pie la
capilla mayor, con ventanillas laterales a modo de saeteras que es el resto de la obra
edificada en el siglo XVI.
La unión de la obra antigua con la recién fabricada en 1780, se observa en la cara
externa del muro de la ermita que da a barranco Seco, en forma de línea sinuosa con
tendencia a la verticalidad, que separa el viejo y rugoso encalado del terreno enlucido de la
obra nueva.
El cronista y regidor Isidoro Romero Ceballos, en Diario Cronológico de Viajes,
concerniente a los festejos celebrados con motivo de la reapertura de la ermita, escribe:
El cabildo Eclesiástico y también el Secular, sacaron de la ermita del Espíritu Santo al
Señor San Roque para colocarlo en su ermita, que con motivo de estar amenazada de ruina
se hizo nueva este año desde el arco de la capilla mayor hasta su frontera. Se hizo una
enramanda muy hermosa por todas las calles y casas se colgaron cortinas. Se le cantó en
su ermita una misa muy solemne, y sin ser costumbre haber sermón en su día, lo predicó
este año don Fernando Zumbado.
Mientras Romero Ceballos se centra en los festejos, Diego Álvarez de Silva, se dedica a
describir el templo y su entorno.
La ermita de San Roque da nombre a su barrio en la parte que mira al barranco de la
ciudad. El barranquillo que corre por detrás de la ermita, tiene muchas huertas y árboles
frutales. Hay por la parte de arriba un molino que llaman de El Batán y otro enfrente del
hospital San Martín (Se refiere al actual edificio, construido en el siglo XVIII a instancias
del Obispo mallorquín Servera, como los primeros frailes franciscanos de la expedición del
infante de Aragón Luis de la Cerda que en una coca arriban por la bahía de Gando en torno
a 1344-45 aproximadamente según Torriani y Abreu, ambos expresados en términos
idénticos y, Obispado de Telde “de las Afortunadas Primera Ciudad y Sede”, y postulados
medievales y mártires con la palma). Edificio histórico emblemático. Primeros
laboratorios, el dr. Bosch Millares, León Santanach, Santiago Barry, Navarro y todo un
largo etc. de próceres e ilustres médicos.
Para aportar algo muchos comerciantes y tenderos en la calle de la Pelota y después
Triana don Juan Rodríguez Morales, abuelo paterno del que suscribe. Y allí entre tantos
con mucha tristeza o a lo mejor alegría y consuelo, falleció el comunista y atleta don
Germán Pirex.
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La ermita es buena, tiene su capilla mayor y una pequeña sacristía. En el altar mayor
está un retablo de dos cuerpos, con dos nichos, en el primero está San Roque, como su
patrono, en el segundo está San Jacinto, viene el cabildo Catedral por devoción,
acompañado del secular. Va San Roque a la procesión del Corpus. Cuando viene a la
ciudad por enfermedad en la Isla mi señora del Pino, va también a la catedral este Santo.
Hay misas a las 8 (de la mañana) en esta Ermita los días de fiesta. Así termina su relato
Diego Álvarez de Silva.
Descripción de la primera ermita
Originaria y primitivamente, era de una sencillez rural, estaba construida con elementos
muy pobres. Tenía planta rectangular de salón de dimensiones más corta que la actual, con
cubierta a dos aguas y artesonado en su interior de tea de “par y nudillo”. La capilla mayor
con techo de planta ochavada, dedicada al titular, aparecía separada por un amplio arco, en
la cabeza una pequeña sacristía. La fachada se ajustaba a las dos aguas de la cubierta, con
la puerta ojival y espadaña lateral de un ojo.
Descripción de la actual ermita
En 1890 se hizo una reforma parcial, levantándose el frontón con el fin de tapar el
triángulo vacío que dejaba el tejado de doble vertiente, sobre la cornisa de la fachada,
también se reformó la espadaña, quedando la ermita tal y como está en la actualidad.
Su arquitectura es de tipo tradicional, ya que mezcla en su conjunto aportaciones del
mudéjar, del renacimiento y del barroco. Esta mezcla de estilos es el producto de
influencias y relaciones con el exterior hispánico. La principal nota estética es la sencillez
rural.
Presenta las siguientes dimensiones 20.82 m. de largo por 6,24 m. de ancho y 6 m. de
altura, con una sacristía de 3,70 m. por 6,45. Los materiales que pueden distinguirse son la
piedra, la cal (sacada de los hornos y usada tanto para alberar como para conservar a los
muertos y también con el albeo o albedo, en las casas pintadas de blanco se amortigua el
azote del calor en el interior durante los fuertes veranos).
En su interior se encuentra también púlpito, coro, bancos, confesionarios y cancel aparte
de la imagen de Ntra. Sra. de la Victoria que es una talla de candelero, o sea de vestir, la
cual desde el siglo XVII presidía la capilla de la Iglesia de San Francisco de Asís de Las
Palmas de Gran Canaria, en el mismo espacio que se halla hoy el altar del Niño Enfermero.
Se llamaba la Virgen de los Angeles, recordando la advocación franciscana de Santa María
de los Angeles, en Asís (Italia), destruida con el seísmo que azotó dicha localidad en 1997
y reconstruido luego.3
Esta imagen permaneció en la parroquia de San Francisco, hasta 1954, año en que a
causa de las obras de consolidación del templo, fue necesario retirarla. Terminados los
trabajos, se estimó oportuno no restituirla a la iglesia. Mientras tanto, la parroquia de San
Roque, no tenía una imagen de la Virgen de las mismas dimensiones
proporcionales que la del patrono para que le acompañara en procesión, y el párroco de
San Roque don Segundo Vega Armas, se la pidió al cura de San Francisco don Miguel
Ojeda Ortiz, quien resolvió donarle la escultura en lugar de almacenarla en dependencias
parroquiales.
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En cambio, la imagen del Niño Jesús que sostenía en sus brazos quedó en San
Francisco, porque es el que se utiliza en la ceremonia del besapié la Noche Buena, y hubo
por tanto que sustituirle por otro Niño Jesús de inferior calidad artística.
Cuadros
De sus testeros colgaban varios cuadros de cierto valor como un óleo de la Virgen del
Pino y otro de Santa Catalina de Siena, que se hallan en el Museo Diocesano.
La imagen de San Roque
La primera talla o pintura de San Roque que presidía el altar mayor de la ermita,
desafortunadamente no se sabe su paradero o causa de desaparición, deterioro irreversible
o quizá reserva privada.
La actual vino de Sevilla en 1666, según información del investigador y merecedor de
público reconocimiento por su labor profesional en solitario don Santiago Cazorla León.
La noticia se registra en las cuentas de fábrica de los años 1636 a 1666, conservados en el
archivo particular de la casa condal de la Vega Grande, legajo: “Apuntes Históricos”,
cuaderno Abecedario, folios 51 y 65. Hay un descargo que dice: “La hechura del Sr. San
Roque la truxe de España, cordón del sombrero del Santo 3000 reales. Y en una cuenta
firmada y pagada en Sevilla el 7 de Julio de 1666 por orden de don Francisco Massias
Salazar siendo mayordomo de la ermita de San Roque el Señor Ruiz de Vergara, hay un
descargo que dice: “Item 3000 reales de vellón por los mismos que costó la hechura del Sr.
San Roque y ángel y perro y báculo con peana, todo estofado y dorado que, reducido a
plata a razón de 18 reales el peso, importó 166 pesos y medio y real y medio de plata, que a
dichos respectos importaron 1333 reales y medio de dicha plata”.
Y continua el documento “36 reales de vellón que costó el cordón para el sombrero de
dicho San Roque. Item 96 reales de plata por 12 tablas de pino que se compraron para el
cajón y en que fueron dichas hechuras. 30 reales de vellón por la hechura y clavos de dicho
cajón y 16 reales de vellón por encajonar dichas hechuras, 19 reales de vellón por 3 varas
de lienzo a 6 reales de vellón que costó media arroba de brea para embriar con dicho lienzo
el cajón desde la aduana al barco”.
La talla de San Roque es de excelente factura, realizada en madera de cedro (Juniperus
cedrus) y se conserva en perfectas condiciones, con su traje de noble, capa con esclavina,
sombrero aldudo, bordón de peregrino con calabaza de agua, enseñando con cara doliente
su pierna desnuda y ulcerosa, y a su lado el ángel alado y el perro fiel sosteniendo un pan
en su boca. Es una de las imágenes más devotas y populares de la ciudad, devotos,
peregrinos y etnógrafos acuden desde distintos puntos de la isla a la ermita el día de su
festividad 16 de agosto, cada año en romería.
No obstante, conviene señalar varias coincidencias, que no tienen nada de particular si
nos atenemos al momento o tiempo histórico de los hechos, pues estamos ante las
estructuras del Antiguo Régimen.
Ya desde antiguo la Casa Castillo se emparenta con la de Ruiz de Vergara y vienen a ser
los primeros Hernando García del Castillo y su hijo Cristóbal apodado García de Moguer,
por ser natural de la localidad de Palos de Moguer en Jerez de la Frontera (Cádiz), de
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donde era también natural Vera pues éste funda en Cádiz el convento de Santo Domingo,
lugar donde está enterrado. La casa Castillo igualmente había establecido casa en la Villa
de Garci Muñoz, participan en la conquista de la Isla y tras la incorporación definitiva de
ésta a la nueva civilización occidental renacentista, traspaso que debió ser durísimo, con
los repartimientos de tierras y aguas a través de datas, le toca a la Casa Castillo la zona de
Telde, siendo ahora y bajo el nuevo sistema los fundadores y a su vez mayordomos de la
iglesia de San Juan Bautista de dicha ciudad, donde con el intercambio azucarero y
vinícola por el puerto de Melenara, llega a la parroquia de San Juan Bautista el político
flamenco ( Hamberes) de la Vida de la Virgen y el tríptico de los donantes.
Con el acose holandés de 1599 y tras su retirada de la isla, comienzan de inmediato en
la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria las labores de reordenamiento, organización
social y reconstrucción de lo destruido. Concerniente a la iglesia y convento de San Pedro
Mártir, el capitán Rodrigo de León y Álvarez, natural de las montañas de León en España y
su mujer Susana Inglesa del Castillo Tamariz, costean la obra de la capilla mayor y parte
del templo. Rodrigo de León fallece a los 46 años en 1610 y la obra la continua su hijo
Marcos, cánonigo y oidor del Santo Oficio. Por ello, la orden de predicadores les nombra
patronos del convento con derecho a sitio y a enterramiento en el presbiterio bajo para
ellos y sus descendientes como se puede observar en las tumbas blasonadas allí existentes.
Este convento como ya apuntabamos había sido fundado de manera oficial el 19 de
marzo de 1522, miércoles, por el padre fray Domingo Loaysa Mendoza, hermano del
cardenal y arzobispo de Sevilla, más tarde de Toledo, entonces presidente del Consejo de
Indias García Loaysa, amigos personales de Cisneros, confesor de la reina Isabel la
Católica, ya desde 1510 le da patente el cardenal Loaysa a su hermano Domingo para que
éste funde casa en la Isla de la Española, creándose así los orígenes de la hoy República
Dominicana, en 1518 pasando por Canarias de nuevo como puente escala o estancia para
las tareas evangelizadoras, pasa a Roma para asistir al capítulo general en que se dio como
sucesor al cardenal Cayetano, según noticia de Viera en sita de fray Juan López, obispo de
Monópolis y autor de la obra Historia de Varones Ilustres de la Orden de Santo Domingo.
Fray Domingo de Loaysa funda el convento de San Pedro Mártir para que fuera pobre,
porque Santo Domingo amaba la pobreza. Este religioso fallece en 1535 víctima de la
peste y está enterrado en este convento.
Pero si bien la casa Castillo, son patronos del convento, explica por tanto dado el
emparentamiento con la Casa Ruiz de Vergara la existencia de un lienzo de San Jacinto en
el retablo mayor de la ermita de San Roque, su fundación, la donación de la imagen y
también la fundación de otra casa de religiosos dominicos dedicada a San Juan de Ortega
en Firgas, teniendo esta Villa de patrono a San Roque.
Colindando con los municipios de Las Palmas de Gran Canaria, Telde y Valsequillo, a
la vista. La Serie o Ciclo eruptivo IV más antigua que Bandama, “Montaña Las Palmas”
abrazada por el disparo horizontal y no parabólico de la potente erupción freatomagmática,
explosiva de la caldera de Bandama que abraza a Montaña Las Palmas, hace
aproximadamente unos 5-3.000 años, con depósitos distales y a los pies del lado NW. de
Montaña Las Palmas el pago de San Roque, perteneciente al municipio de Valsequillo pero
en su iglesia la sacristía, pertenece a Telde y en ella el escultor palmero Arsenio de las
Casas Martín, casado con una lagunera, esculpe una bella imagen de Cristo crucificado.
Palmeras, barrancos, heredades de aguas, nacientes, aguas carbonatadas, etc. Por tanto,
agua en Firgas y agua en San Roque, y San Roque en Firgas y San Roque en San Roque.
XIV Coloquio de Historia Canario Americana
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Como decíamos la Casa Ruiz de Vergara, funda junto a los dominicos el convento de
San Juan de Ortega de Firgas, como bien apunta el cronista oficial e investigador Don
Manuel Perdomo Cerpa.
La casa del mayordomo de la ermita
La ermita tenía una vivienda de su propiedad llamada “Casa del Mayordomo o del
santero”, construida a finales del siglo XVII, cercana al templo y separada por una pequeña
plazoleta. En ella vivía el santero, siendo el último don Silvestre Cabrera Cabarera,
músico y carpintero. Dicha casa se remodeló en 1912 por el cura de la iglesia matriz de
San Agustín don José Rodríguez Álvarez, para que en ella residiera el sacristán con la
condición de custodiar la ermita, asearla y ayudar a misa los días festivos. Don Silvestre
Cabrera es el autor entre otras obras de los púlpitos de la iglesia de San Agustín. Dicha
casa, ya no existe, fue demolida en la década de los años 70 para dar paso a la nueva
carretera del centro.
Patio de la ermita
En 1916 Francisco Gourié, donó a la ermita un pequeño trozo de terreno colindante con
la misma que en la actualidad está convertido en un patio o jardín y en él se ha levantado
una habitación que hace de archivo parroquial.
El piso de la ermita
La primitiva pavimentación era de cantería o de piedra, siendo sustituido en 1929 por
ladrillos de granito que es el actual y fue adquirido por suscripción popular.
También como anécdota iconográfica, señalemos que en la sacristía de la iglesia de
Santo Domingo de Guzmán, estuvo un cuadro de San Roque, hoy en el archivo parroquial,
obra del pintor decimonónico Blanco gaditano, de excelente factura y que fue adquirido
por el párroco don Pedro Díaz Juárez, en subasta pública de las obras de la casa del
arquitecto don Manuel Ponce de León y Falcón, noticia proporcionada por don José
Concepción Rodríguez, en cita de doña María de los Reyes Hernández Socorro.
Rogativas a San Roque
El voto del Cabildo Catedral
Por voto especial del Cabildo Catedral de Canarias, acordado con motivo de la peste
bubónica que asoló Gran Canaria en 1601-1606, va anualmente a la ermita de San Roque
en corporación los señores prebendados catedralicios, celebrándose ante el santo, solemne
misa cantada, acto votivo que desde entonces viene sucediéndose.
A esta solemne procesión votiva se asociaba el Consejo de la ciudad por igual voto al
llegar el Cabildo Catedral a la altura de las Casas Consistoriales.
El ayuntamiento dejó de asistir a este acto a partir de la revolución de 1868, para
reanudar la costumbre años más tarde, hasta que nuevamente dejó de ir con carácter
definitivo al ser instaurada la república de 1873.
Contribución para el estudio y análisis de los contextos culturales…
1303
Desde que el cortejo catedralicio precedido de cruz alzada y todo su personal
subalterno sale de la catedral entonando las letanías de los santos, no cesan de tocar las
campanas a rogativas, empiezan las de la catedral y les responde San Roque.
Al llegar el cortejo al hospital de San Martín se detenía brevemente para orar y entonar
unas preces de rúbrica, siguiendo luego hacia la ermita. Al día siguiente las hijas de la
caridad del citado hospital van a oir misa a la ermita en gratitud por la visita del día
anterior y en cumplimiento de voto especial.
A partir de 1980 debido al volumen de tráfico rodado, el cabildo catedral suprimió dicha
procesión y sólo celebra la misa de rogativas a San Roque en la ermita.
Rogativas a San Roque contra epidemias
Las Islas a pesar del calificativo de afortunadas han vivido infortunios que pesan
muchísimo en la historia.
Presencia de naves enemigas, ataques piráticos y grandes batallas con el consiguiente
pillaje y destrucción de poblaciones.
La actividad volcánica (estamos ante una zona intraplaca y por tanto es área volcánica
pasiva atípica, pisando sobre volcanes). Así en algunos casos han dado resultados trágicos
para la población de algunas islas, es decir el denominado volcanismo histórico,
especialmente Tenerife, La Palma y Lanzarote (doña Carmen Romero: el volcanismo
histórico. Carracedo Gómez, J.C. etc).
Sequías, uno de los mayores tormentos que le toca vivir al Archipiélago con harta
frecuencia.
Llueve poco a lo que se sumaban plagas de langosta, arrasando campos y cosechas,
como si sobre ellos pesara una maldición bíblica, no hay por tanto excedentes y sobre todo
en las sociedades agrarias preindustriales, consecuencias hambrunas (doña María Teresa
Noreña).
Epidemias devastadoras
Peste bubónica o modorra de los guanches, llamada también muerte negra, que se
propagó sobre todo en Tenerife entre el pueblo guanche, vencido por los conquistadores,
como consecuencia según parece de la repugnancia que sentían los aborígenes de enterrar a
sus muertos sin embalsamarlos previamente; y por otra parte la imposibilidad de hacerlo
dado el número de fallecidos en acciones de guerra
Esta peste pasó de Tenerife a otras islas.
En Las Palmas de Gran Canaria para lograr su amortiguación, se fabricaron las ermitas
de San Roque y San Sebastián en los extramuros.
Durante los años 1601-1606 asoló a todas las islas la peste bubónica
1677 otra epidemia de peste
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La fiebre amarilla de 1811, fallecieron 2.055 personas
El padre Claret en su visita a la Isla profetizó: “No habrá padres para hijos, ni hijos para
padres”.
Los profesores Díaz Hernández R. y Domínguez Mújica J. en coloquios de Historia
Canario-Americana: considerando el modelo formulado por PERESTAT L. (Méjico,
1978), se admite que el comportamiento de la variable demográfica de la mortalidad,
condiciona a su vez a las otras dos, nupcialidad y natalidad (crecimiento vegetativo a veces
atípico como las crisis carenciales). En Gran Canaria, tenemos:
Años: 1844 (fecha en que se crea la sociedad Gabinete Literario y juntas de
beneficencia y sanitarias), 45, 46 y 47 el precedente de la crisis (decadencia del periodo de
auge de la cochinilla)
1848-49 hambrunas (¿). Desenlace.
1851 el remache del clavo “El cólera”
Por ese mismo año surge de inmediato producto de la burguesía revolucionaria
librecambista, la liberación de aranceles y la ley de puertos francos (Bravo Murillo, 1851).
San Roque acompaña a la Virgen del Pino en sus visitas a Las Palmas
A este respecto el cronista oficial de la villa Mariana de Teror don Vicente Hernández,
ha realizado un notorio trabajo ampliamente documentado, pero al caso que nos ocupa
señalemos las siguientes:
1677 por la peste
1681 por la peste
1704 por epidemia
1721 por enfermedades
1722 por enfermedad de tabardillo
1742 por epidemia
1749 por enfermedades
1762 por enfermedad, igualmente 1764,70 y 72.
1785 por peste
1804 por epidemia
1814 por fiebre amarilla.
Contribución para el estudio y análisis de los contextos culturales…
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Pero volvamos al barrio de San Roque. En el balcón como coronamiento en el
punto más alto EL ÓRGANO DE LA CATEDRAL, que inspira la Casa de los Picos,
siendo el del centro la cota más alta del barrio, la casa sobrevive a sus partidas, desde el
fundador del territorio Xácome de Coimbra, hasta los activistas componentes de la
transgresora y esperpéntica iglesia cubana, pasando por Mosén Rocafort, el organista aquél
que mandó construirla a mediados del siglo XIX; el ilustrado Horacio Andrade, el
comerciante hindú Chandrú y madame Odile y sus chicas. Se marcha uno y viene otro...
Así sin parangón el escritor e investigador don Luis León Barreto proporciona una
interesante novela histórica de relevante contenido literario con el título: “La Casa de los
Picos”, y que como bien se señala en ella el autor retoma el compromiso narrativo sobre la
realidad de las islas, hecho que nos alegra dada su reconocida valía.
El profesor e investigador don Víctor Ramírez, junto al escritor y también investigador
don José Barrera, autor de la obra el callejero de Las Palmas de Gran Canaria, nos dice:
Matula debe su nombre a un tenderete de pescados, mariscos y tazas de café para los
marineros de la zona, que regentaba una cubana, llamada Gertrudis, la mujer cogió fama en
la ciudad por sus chistes verdes y su lenguaje libertino, por lo que su establecimiento
siempre estaba lleno. Por contracción. Gertrudis pasó a llamarse Tula, ello derivó en Ma
Tula (en tiempos históricos, antiguos).
En la calle mayor de Triana, peatonalizada, en dirección N. S. a mano izquierda la
segunda bocacalle que sale hoy a Francisco Gourie, se llama Matula, antes Francisco
Gourie se llamaba de la Marina, está a la altura de Perdomo, el autor Jordi Sierra i Fabra, la
cita en su novela “En Canarias se ha puesto el Sol” con Lorca Sanjuan (1979). Pero
también está en los riscos de San Roque, donde vivía Ma Tula, como nos dice don Víctor
Ramírez.
La casa de los tres picos estaba pa llá, la de ahora es la de los picos que son 5 los de los
dos lados, más chicos, los tres del centro más grandes y el del centro el más grande, todos
con sus adornos.
Pero en la isla de mayor altitud y espacialidad territorial emergida, en cuyos grandes
abismos se dan las confluencias de los ejes estructurales, en su vertiente N. la Villa y
puerto de Garachico, floreciente en el pasado, al punto que las crónicas hablan de sus
calles hechas de mármol, y tanta tristeza escondida. Es una estrella azul que brilla en
cualquier parte, con su San Roque como patrono y las cañitas, con la lengua de lava que
San Roque a San Roque se hermana pueblo a pueblo en una misma comunidad llamada
Canarias, puente entre continentes y universal en todo su contexto.
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BIBLIOGRAFÍA
Fuentes documentales.
Archivo Histórico Nacional.
Archivo de Indias.
Archivo de Simancas.
Archivo Histórico Provincial de Las Palmas.
Archivo Secreto Cabildo Catedral de Canarias.
Archivo Histórico Diocesano.
Archivo Parroquial de Santo Domingo de Guzmán.
Archivo Particular Casa Condal de la Vega Grande.
Archivo Acialcázar.
NOTAS
1 VV. AA. La red canaria de espacios naturales protegidos. Gobierno de Canarias. 1995. 84-920061-9-6.
412pp.
2 CHIL ESTÉVEZ. A La ermita de San Roque de Las Palmas. Las Palmas, 1989.
3 ALZOLA GONZÁLEZ. J.M. La iglesia de San Francisco de Asís de Las Palmas. R.S.E.A.P. LPAS.