EXPLOTACI~N Y EXPORTACI~N DE BREA
EN LA PALMA (1 600-1 6.50) *
* Este trabajo se inscribe en el proyecto n." 931062. «El Comercio exterior y la
Burguesía palmera. Siglo xvm. Financiado por la Consejería de Educación, Cultura y
Deportes del Gobierno de Canarias.
La conclusión de la. conquista del Archipiélago Canario'propició el
ciesarroiio de una sociedad nueva que puso en riiXcha ei inicio de una
actividad económica antes desconocida. Canarias se convierte así, a partir
de esa fecha, en un mercado de materias primas y de productos
sernielaborados, y los 'mismos concurren a los mercados europeos y ame-ricanos
atrayendo capitales y mercaderes de distintas nacionalidades. Al-gunos
de los productos objeto de intercambio se obtenían de nuevas plan-taciones
introducidas en Canarias, como el azúcar, pero otros se
conseguían gracias a la recolección o al la, depredación de la masa arbórea
existente en algunas islas. 'Entre éstos cabe citar la orchilla y la pez o
brea. Esta última se obtenía en Canarias en los períodos anteriores a la
conquista ', pero su mayor producción se logra después de la misma,
cuando este artículo alcanza gran demanda por los mercaderes que visi-tan
el archipiélago, y se ponen en funcionamiento hoinos para su ob-tención
en las islas de Tenerife, Gran Canaiia, La Palma y El Hierro,
es decir en aquellas que contaban con pinares en su suelo, puesto que
la pez se conseguía dela tea, parte interior del tronco y ramas del pino.
La brea de pino es un' líquido espeso, pardo negruzco, de olor y sabor
fuerte y especial, y la solicitud de este producto se debía en la, época a
su uso principal para calafatear barcos mezclada con estopa,sebo y
aceite, aunque también su uso estaba extendido en la farmacopea. Viera
y Clavijo nos la define y explica sus propiedades .de esta manera:
«Nombre que damos en nuestras islas a la pez negra y solida,
que se' extrae de los pinos quemados en hogueras sobre hoyos
dispuestos a propósito. Este ramo de industria todavía mal perfec-cionado
es común en Canaria, Tenerife, Palma y Hierro, donde,
80 M. Lobo Cabrera - G. Santana Pérez - L. Toledo Bravo de Laguna
la q~ien o se consume en la carena de los barcos de la pesca y el
tráfico, se exporta en considerables partidas para España y otros
países. Notoria es la fama que tomó en Inglaterra el uso medici-nal
del agua de brea, con especialidad para las úlceras del pul-m6n.
A la verdad es resina detersiva, resolutiva y descativa, pro-pia
para curar las mataduras de los caballos y la sarna de los
carneros» *.
En Gran Canaria su uso estaba generalizado en la construcción y
reparación de las naves que se abrigaban en sus puertos, y el resto se
exportaba, en especial hacia los puertos hispanos y portugueses, que eran
los que más la demandaban, aunque también se enviaban algunas canti-dades
hacia otros puertos europeos 3, y en especial hacia América a donde
se envían algunas partidas a lo largo del Quinientos 4. En Tenenfe, donde
al. parecer la producción fue mayor, su obtención fue motivo de legisla- , ,..m- m,. . l n n riiitm,:,ln,l-" l,,,l," ,*,:.l,"1 A, I.,,,c:,:,.. 1" ,,,,,,:,
uvii yui iaa auruiiuauca ivLair;a, ai ULJJGLU UG vciiciiuai ia cuniuiiila
insular y de no perjudicar otras producciones 5. En esta isla estudios re-cientes
han demostrado $la importancia de su producción en la economía
insular, y de las medidas que se tomaron en cuanto a señalar una zona
para su obtención 6.
En El Hierro la brea aparece asociada a otros aprovechamientos
económicos en los arrendamientos de rentas '. Sobre su importancia en
La Palma, apenas si se ha incidido, pese a tener una producción asegu-rada
en los siglos XVI y XVII, referida por algunos cronistas que se ha-cen
eco de su riqueza. Así el tío del licenciado Valcárcel señala que la
isla «Es abundosa de maderas, y hasese mucha pez que valdrá a los
propios de la ciudad duzientos ducados cada año» En este mismo sen-tido
se pronuncia G. Frutuoso, quien no sólo nos refiere la abundancia
de este artículo sino como se obtenía, en estos términos:
«Y todo el espacio que hay entre Cueva de Agua y Punta Gorda
donde está la iglesia de San Amaro, parroquia de aquél término,
está lleno de gruesos y altos pinos. Allí están los hornos de pez y
alquitrán, que sólo se hace en esta parte de la isla. Los pinares se
extienden hacia la cumbre de la sierra y La Caldera, que cae 3 le-guas
al S. y a la Cruz de los Frailes 3 o 4. La pez de hace de
pinos tan gordos como un tonel, que algunos años caen con el
huracán, de esta manera: cortan esos troncos, que son buenos de
partir, y en la tierra hay unos hornos o cuevas hondas, como tres
hornos de cal, de los cuales, cuando los hacen, sacan los terrones
con que luego allí en tierra llana hacen unos compartimientos, que
Exploración y exportación de brea en La Palma (1600-1650) 8 1
llaman tendales, unos junto a otro en orden así como un tablero
de ajedrez, que tienen sus aberturas por donde corre la pez que
viene hirviendo derretida de los hornos en que se queman los tron-cos
de tea, primero en un horno donde solamente se demte y se
llama alquitrán; y debajo está otra cueva en quadro tan grande,
que puede caber en ella todo lo que en la primera se derrite, des-pués
de bien quemada la tea, sin dejar tizón, sino una terrible lla-ma
que se levanta por encima de la pez que llaman alquitrán an-tes
de ser por segunda vez cocida; la cual llama es como cuando
se prende aceite o cera que ponen a derretir en sartén, que no se
puede apagar sino apartado del fuego. Estando pues el alquitrán
inflamado en el primer horno, le destapan la tobera por debajo con
un instrumento de madera, y corre a la segunda cueva u horno con
tal furia y tan inflamado, que ni el metal cuando hacen alguna gran
campana iieva tai inrlamación; y en ese segundo horno cuacirado
le hacen el segundo cocimiento, en que están todo el día y una
noche, hasta que ven que está ya gastada la furia y crueldad de
aquella materia, que es tal antes, que si soltasen ese alquitrán por
un río de agua fría iría ardiendo sin apagarse hasta consumirse del
todo. Después de cocerse aquel día y noche, lo sacan por sus ca-ños
hechos en la tierra para ir a los tendales a modo de ajedrez,
de una casilla a otra, con tal calor y fuerza, que nadie puede acer-carse,
y en breve tiempo llena todo un campo tan grande como
un juego de pelota, que está cavado todo en tendales como dije, y
no se saca de allí hasta el día siguiente, cuando está dispuesto para
sacar los tendales. De un horno pueden salir 100 quintales de pez,
según sean las cuevas y su tamaño, y a veces arden cinco o seis
a las que llaman homos. Los habitantes de Cueva de Agua llevan
la pez al puerto de Fernán Gil y de allí a la ciudad» 9.
En efecto, de acuerdo con las noticias que nos dan estos autores del
siglo mi, el cabildu pd~iierv debib sepir !a misma nvmativa qUe e::
Tenerife, y relegar la fabricación de homos para la obtención de la pez
a la zona oeste de la isla, desde Garafía hasta Tijarafe.
También aquí como en Tenerife este artículo producía ingresos a la
hacienda concejil. Así en aquella isla se impuso el pago, a partir de 1512,
de 10 maravedíes por cada quintal de pez; este ingreso se arrendaba
anualmente, habiéndose obtenido en 15.33 de beneficio i5.000 mara-vedíes
'O, y en 1529 los vecinos de esta isla deben 13.967 maravedíes
por las tercias de la renta de la pez ", obteniendo la mayor producción
que se conoce en 1593, fecha en que se obtienen 28.300 quintales, se-
82 M. Lobo Cabrera - G. Santana Pérez - L. Toledo Bravo de Laguna
gún declaración de los productores '', mientras en La Palma se estima-ba
que tal renta daba al cabildo un ingreso de unos 200 ducados. El que
la política municipal en este asunto fuera similar es obvio, puesto que
ambas islas tuvieron como munícipe a una misma cabeza, el adelantado
Alonso Fernández de Lugo, que intentó regular en muchos aspectos la
vida de ambas, aunque en el caso de la brea las ordenanzas palmeras
guardan silencio 13. De la misma manera, sólo se permitía obtener la pez
de los pinos caídos, bien en los temporales o por otras circunstancias,
pero sin embargo también se extraía de los pinos vivos, por lo cual su
producción se ha considerado ruinosa para los bosques, ya que si se
admite que la producción anual de Tenerife giraba alrededor de 30.000
quintales, ello significa que aproximadamente unas 150.000 toneladas de
madera eran transformadas en ceniza para obtener dicha resina 1 4 .
Los que se dedicaban a esta actividad eran personas radicadas en la
zona, a las cuales se les obligaba a avecindarse para dedicarse a la mis-ma,
tal como se recoge en algunos acuerdos de Cabildo de Tenerife
donde se lee «...que ninguna persona no sea osado de hacer ninguna pez
si no fuere vecindad0 o tomare vecindad» 15; y eran éstos los que entre-gaban
la producción al arrendador de la brea. Al parecer, y siguiendo
el ejemplo de lo que se hacía en Tenerife, para acceder a instalar una
peguería debía pedirse licencia al cabildo, que bien podía concederla por
vía de data o a título de arrendamiento por una cantidad de dinero o
pez 16. En cuanto a los derechos que debían pagarse, estaba el de diez
maravedíes por quintal, el de tres por quintal o derecho de arancel de
peso, bastante más subido que en Gran Canaria, donde por una arroba
se pagaba una blanca 17, y luego el diezmo y el almojarifazgo. Los arren-damientos
no se hacían de toda las peguerías sino por zonas, así en 1613
se arrendó por tres años la brea del término de Lomo Gordo y lugares
anejos por tres años a Francisco Arias, vecino de La Palma, para que
se pudiera fabricar y hacer brea en la zona hasta en cantidad de 2.000
quintales en dicho período 1 8 . En 1630 era arrendador de las peguerías
de la isla el capitán Santiago Fierro de Bustamante, quien concierta la
c-L-:,.,.-:L- ,.-- iaullLauuii L U , ~ !m veCims de !as zmas dende se producen 19. Adercás
de arrendar parte de las peguerías, el cabildo tenía zonas acotadas de
los propios, de donde sacaba también su parte, así en 1624 el capitán
Nicolás Massieu reconoce que la justicia y regimiento había mandado
se trajera la brea de los propios a los puertos de Punta Gorda y Tijarafe,
para desde allí traerla a Santa Cruz, según orden que había dado al
mayordomo de ios propim 2G.
Tras el arrendamiento, la recogida y la fabricación de la brea, es
decir, tras el proceso productivo, se iniciaba el proceso de comerciali-
Explotación y exportación de, brea en La Palma (1600-1650) 83
zación. Éste comenzaba con el transporte del producto desde el lugar
de fabricación hasta los puertos emisores que generalmente se ocupa-ban
de trasladar la brea al núcleo aglutinador del comercio, que se en-contraba
en Santa Cruz de La Palma, de donde partía, cuando no era
utilizada para el consumo interno, hacia los mercados internacionales de
América, Europa y África.
Durante el siglo XVI, los puertos por donde salía la brea con desti-no
a la ciudad, para desde allí remitirla a los mercados exteriores, esta-ban
ubicados en la zona noroeste, tales como el de Tinizara, Puntagorda,
Lomada Grande, Aguatavar. Así en algún fletamento otorgado en el si-glo
XVI se señala que el producto se ha de tomar en los puertos de
Tinizara y Puntagorda
Los mercados que más demandaban el producto eran los portugue-ses,
tanto de las islas de Madeira como de Azores, como del Portugal
continental. Así en 1565 se llevan 224 quintales de pez en 123 torales,
c m destine u Lishea 22, j, e: 1597 se remiten 24 :one!adas de brea '3.
También Cabo Verde era una de las zonas que más demandaba este
producto, pues el mismo era solicitado en la zona para el intercambio
de esclavos, por su cotización 24. Las Indias tampoco se quedan fuera,
pues aunque todavía la importación de brea era de manera ocasional, se
observan las primeras remisiones hacia aquel continente en 1569, fecha
en que se envían 35 quintales a Santo Domingo 25. Este tráfico de brea
hacia otras zonas no pasa desapercibido a los autores contemporáneos
de este comercio, así Abreu y Galindo señala, refiriéndose a La Palma,
«Hácese en esta isla cantidad de pez o brea, que se lleva a Indias y a
Guinea y a otras partes» 26.
En el siglo XVII, la situación no ha variado notablemente. Los puer-tos
emisores continuaban concentrados en la zona noroeste de la Isla,
evidentemente cerca de los núcleos de extracción. En muchos casos no
eran más que las desembocaduras de los barrancos, que eran las salidas
naturales y principales vías de comunicación del interior de la isla, donde
se localizaban los frondosos bosques de pinos palmeros.
La documentación nos remite a los actuales municipios de Garafía,
Puntagorda y Tijarafe. Es decir, ai noroeste de La Palma, lo cual nos
sitúa, con respecto a Santa Cruz de La Palma, en el extremo opuesto.
Ello explica, por tanto, que las comunicaciones de este comercio se rea-lizaran
por vía marítima, debido a la dificultad que hubiera conllevado
su transporte a través de los caminos que atravesaban la intrincada oro-grafía
interior 27.
Los puertos de este área no eran los más activos de la isla, lo cual
estaba en relación con la capacidad económica de la zona y el número
M. Lobo Cabrera - G. Santana Pérez - L. Toledo Bravo de Laguna
PUERTOS EMISORES DE BREA
EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVll
Norte A
. dc La Palma
Explotación y exportación de brea en Lu Palma (1600-1650) 85
1- -
-
TRÁFICO DE BREA PALMERA (laM ITAD DEL S. XVII)
PUERTOS EMISORES
mada Grande (G) 1
de habitantes de la misma, ya que hay que tener en cuenta que Garafía
y Puntagorda eran, durante el siglo XVII, los territorios que contaban con
menos habitantes de la Isla, y aunque Tijarafe se encontraba más po-blado
con respecto a los mencionados, sus cifras poblacionales no al-canzaban
las de las áreas que contaban con mayor número de habitan-tes
28.
De los municipios mencionados, Tijarafe era el que tenía una ma-yor
actividad en cuanto al tráfico y distribución de brea, bien a través
del puerto de Tinizara, el más activo de cuantos aparecen reflejados en
la documentación, bien a través del puerto de Las Salinas 29, o a través
de otros cuyos nombres no se especifican, puesto que la documentación
en muchos casos nace únicamente referencia ai iugar por el cual se trans-portaba
el producto hacia Santa Cruz de La Palma 30.
Otros puertos detectados son los de Lomada Grande y El Almud en
Garafía, el puerto de Puntagorda y el puerto de El Cuervo, situado este
último según la documentación en el Lomo Gordo, zona que no apare-ce
reflejada en la toponimia actual. Entre los citados, la mayor activi-dad
portuaria en el tráfico de brea corresponde a Tinizara, frente a
Garafía que se sitúa en el último lugar en este ranquin.
86 M. b b o Cabrera - C. Santana Pérez - L. Toledo Bravo de Laguna
Por tanto, el mayor tráfico de brea se correspondía con el actual
municipio de Tijarafe, disminuyendo la producción y exportación de este
artículo conforme nos acercamos al Este, hacia Sta. Cruz de La Palma,
por lo que, al menos en este caso, no se relacionan mejores comunica-ciones
con capacidad de producción, como en algunos casos se ha po-dido
insinuar 3'.
La brea era trasladada desde los mencionados puertos emisores ha-cia
Santa Cruz de La Palma, desde donde se redistribuía. Para esta ope-ración
acudían a dichos focos de emisión diferentes embarcaciones. El
flete de una de estas naves solía rondar el medio tostón por cada quin-tal
de brea, el cual se pagaba una vez entregada la carga en Santa Cruz
de La Palma, en un tiempo concertado entre el maestre y el mercader 32.
También es curioso observar como en algunos casos se recurre a ase-
",
a
gurar la carga en el viaje por barco, desde el lugar de origen hasta las
P 24 horas de llegar a la capital 33, máxime si tenemos en cuenta que el
n seguro no era p k t i c a habiiUa! en e! comerciv c ü f i r i ~34 J m ~ c mhe~- -- a nos en el de cabotaje.
En Santa Cruz de La Palma, una parte de la brea transportada era E
B
destinada a la consmcción naval en la Isla o exportada hacia otras islas -
con el mismo fin, como lo atestiguan los documentos de fábrica de 5
navíos en los protocolos notariales palmeros 35. El resto iba destinado -
en gran parte al tráfico internacional, tanto hacia Europa (en realidad a
Q
B
hacia Portugal, pues según la documentación éste sería el único destino
europeo de la brea palmera), como hacia África, las Islas Atlánticas y O
América, esta última la mayor destinataria. S
n
A este respecto, señalaremos que la brea canaria, y en particular la $ palmera, constituía una pequeña alternativa a la comercializada desde los A
Países Bajos, que constituían el principal mercado mundial de brea en n
este momento, al igual que de otros materiales relacionados con la cons- n
S
trucción de barcos 36. LOS Países Bajos eran el abastecedor natural de 5
O
algunos astilleros de la Península Hispana, lo que explicaría la ausencia
casi total de exportaciones de brea desde La Palma hacia los puertos
hispanos.
No siempre la capital de ia isia actuaba como centro reaistribuicior,
sino que en algunas ocasiones, de forma minoritaria, se establecía un
comercio directo entre los puertos emisores y el lugar de destino. Es el
caso del viaje que hace Alonso de Vargas, mareante, vecino de La Pal-ma,
desde el puerto de Punta Gorda al de Madeira, transportando 300
quintales de brea, (si bien en esta ocasión, el navío terminó por arribar
a Santa Cruz de La Palma debido a que encontraron vientos contrarios
que dificultaron la navegación) 37.
Explotación y exportación de brea en La Palma (1600-1650) 87
África constituía para La Palma el último mercado en importancia.
La cantidad que refleja la documentación, es de 87.112,50 Kilos, sin
embargo esta cifra sería probablemente muy superior, ya que sólo he-mos
encontrado referencias a estas exportaciones en cinco años de los
cincuenta estudiados. El principal aestino en África eran las Islas de
Cabo Verde 38, aunque la brea también' partía hacia Guinea y Angola 39.
La brea ocuparía, extrapolando los datos de algunos estudios en donde
la protagonista es la isla de Gran Canaria, el segundo lugar como pro-ducto
de exportación, después del vino 40.
Por lo que respecta a Europa, la práctica totalidad de exportaciones
se dirigían a Portugal. Para esta primera mitad de la centuria, se reco-gen
en la documentación 97.980 Kilos. Dentro de esta zona el principal
mercado lo constituía Madeira, siendo también importante como desti-no
el puerto de Setúbal, si bien aparecen otras localidades como Oporto,
la isla de Tercera, en Azores, o Lisboa 4 ' . Ca"u y-a ha en líneas ia
práctica ausencia de exportaciones a la Península Hispana. Sólamente
hemos encontrado para todo este periodo un documento referente al envío
de brea a Cádiz, y éste además es muy ambiguo y ni siquiera sabemos
si la brea en él mencionada llegó a enviarse 42.
En lo referente al continente americano, éste era el principal mer-cado,
siendo la cantidad de brea exportada 919.143,59 Kilos, según la
documentación. Debemos remarcar que esta mercancía acompañó a los
envíos de vino, junto con otro tipo de productos palmeros y de reex-portación.
La brea formaba también parte de los productos que integra-ban
el tráfico triangular entre Sevilla, Canarias y América 43. En Améri-ca
el principal mercado para la brea palmera era La Habana ", lo que
no sólo estaría en relación con las grandísimas conexiones comerciales
de estos dos puntos sino también con la importancia de esos astilleros
americanos. Otros puntos de destino son los de La Florida, Puerto Rico,
Veracruz, Cartagena de Indias, San Francisco de Campeche, Margarita,
Santiago de León y Caracas 45. En otros casos se hace referencia a zo-nas
más amplias e indefinidas como Nueva España, Tierra Firme e Is-las
de Barlovento o Indias. Es de destacar también el envío de brea
a Brasil 46 antes de la independencia de Portugal en 1640, en concreto a
Ríos de Cacheo y de Janeiro.
Además de los grandes mercados internacionales, la brea fue
también protagonista del tráfico interinsular, aunque de' forma oca-sional
y minoritaria. Así, tenemos documentado el envío de 6 quintales
de brea desde La Palma a La Gomera para fabricar un navío en esa
isla 47.
88 M. Lobo Cabrera - G. Santana Pérez - L. Toledo Bravo de Laguna
CUADRO 1
CANTIDADEDSE BREA EXPORTADAS DESDE SANTAC RUZ
DE LA PALMA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVII ,
Totales
Fuente: Protocolos notariales. Elaboración propia.
Unidad de peso: Kilogramos.
Explotación y exportación de brea en La Palma (1600-1650) 89
Con los datos disponibles es muy aventurado ofrecer cifras referen-tes
a las exportaciones de brea palmera. Por lo que respecta a los datos
referentes a los puertos emisores, si exceptuamos los 2.000 quintales que
se mencionan en 1613 y los 80 cajones de 1617, la media de exporta-ciones
contrastadas en los documentos, para los años en que existe in-formación,
es de 214,23 quintales anuales. Sin embargo esta cifra está
muy por debajo de la realidad, puesto que en julio de 1613 consta como
Francisco Arias, v." de La Palma, había arrendado la brea del término
de Lomo Gordo y lugares anejos por 3 años, y en ese momento Juan
Francisco, v." de Mazo, se obligó a hacer 2.000 quintales de brea 48, ci-fra
muy superior a las exportaciones anuales que habíamos comentado
anteriormente, y teniendo en cuenta además que esta fabricación no era
la de todas las peguerías de La Palma, sino tan sólo la de una zona en
concreto. Además, con respecto a las cifras, hemos de distinguir dos
ynLoUr iUm..e."tCr 'n"c">. yn"n& r iUi.n. l.Ua.." r l n l a niip t p n pmn c l n r a l i 7 a r l a qce S Z ! ~& !es nlipr- 1- y.-" L".."..."" l " " U L . Y U U U r ---
tos cercanos a los lugares de obtención con destino a Santa Cruz y por
otro la que sale desde la capital palmera con destino al exterior. En este
último caso la media obtenida sobre los datos recopilados en los años
en que aparecen las cantidades exportadas a Portugal, África o Améri-ca,
es de 897,34 quintales, siendo ésta por tanto muy superior a la re-
-:-A--J- -- 1-- glbllaua Cll IUS L>UC-I-LU-S C-l-ll-lS-:U- -lC--S .
DESTINOS DE LA BREA PALMERA
PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVll
FUENTE: PROTOCOLOS NOTAñIALES. ELABORAC16N PROPIA.
90 M. Lobo Cabrera - G. Santana Pérez - L. Toledo Bravo de Laguna
De lo que no cabe duda es de que las exportaciones debieron de ser
muy importantes en cantidad, ya que para algunos mercados la brea fue
el segundo artículo en importancia después del vino.
Por lo que respecta a los precios y formas de pago, durante la pri-mera
mitad del siglo XVII, los precios de la brea tendieron a la baja y
posterior estancamiento, con .pequeñas oscilaciones.
A piincipios de siglo asistimos a un descenso de los precios, que
pasan de situarse en 432 maravedíes en 1602 49 a rondar los 289
maravedíes de media en 1617. A partir de esta fecha comienza a pro-ducirse
un. estancamiento en tomo a los 288 ó 300 maravedíes, que se
prolonga hasta la mitad de siglo, aunque desde los años cuarenta co-mienzan
a darse precios bastante más bajos, llegando a reducirse -hasta ,,
D a 216 maravedíes por un quintal de brea 50. La moda a lo largo del si- E
glo es de 288 maravedíes, es decir, 6 reales el quintal 5'. Pensamos que O
a-+*.- ...-on:*.- rIa%.a* Ac. anta.. m,... -7" loA,. a* ..nlan:A" r.** L J L V J p l C , C , L V J UC,UC, l I UC, C,JL(U P U L U 1 1 1UUU C.11 I C , l U C , I V L l C l V l l l1o0 C,-,..,.~l*Vh,.-"J U l l L U I U J., ---
de otro con la producción y la oferta que se realizaba desde otras islas. m
O
E Estos precios corresponden a valores que alcanzaba la brea en los E
2 puertos emisores; sin embargo, el precio de la brea aumentaba sobre este E
coste inicial cuando era destinada a la exportación, y podía llegar a ser
-
muy superior a cualquiera de los anteriormente mencionados en los mer- 3
cados de destino. Así por ejemplo, en ió2ó Francisco Rodríguez, piloto -
-
0
de la Carrera de Indias, vecino de La Palma, se obligó a pagar al capi- m
E
tán Alonso de Castro Vinatea, vecino de La Palma, 4.069 reales por pi- O
pas de vino que le vendió y por 20 cajones de brea con 25 quintales cada
uno a precio de 18 reales el quintal, o lo que es lo mismo, 624 mara- -
E vedíes. Esta cantidad se llevó en el navío «Santa Úrsula)) hasta Puerto -
a
Rico 52. El precio de la brea destinada a los mercados de Indias estaba 2 -
entre 18 y 30 reales, aunque en algunas ocasiones podía superarse la --
superior de estas cifras 53. Estas diferencias en el precio de la brea según 3
estemos refiriéndonos a la salida de los puertos emisores o al que alcan- O
zaba en sus puntos de destino, al menos en Indias, implica un conside-rable
margen de beneficio para los mercaderes protagonistas de este co-mercio,
puesto que el precio final puede llegar a sextuplicar el inicial.
La forma de pago de las cantidades anteriormente mencionadas no
era uniforme. La forma de intercambio más común por la compra de
brea era el trueque, y eran en particular comunes las transacciones
de brea por ropas y tejidos 54. De cualquier manera, no era éste el único
producto que se utilizaba en el intercambio, puesto que la documenta-ción
hace también referencia a la venta de brea a cambio de cereal y,
en otras ocasiones, el comercio se realiza intercambiando productos de
diferente naturaleza: ropa, cereal, aceite ...
Exploración y exportación de brea en La Palma (1'600-1650) 9 1
EXPORTACIONES DESDE LOS PUERTOS EMISORES
PRIMERA MITAD DEL S. XVll
EXPORTACIONES DESDE SANTA CRUZ D E LA PALMA
PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVll
Miles
U PORTUGAL
92 M. Lobo Cabrera - G. Santana Pérez - L. Toledo Bravo de Laguna
El pago al contado, aunque en menor medida, también se encontra-ba
presente entre las fórmulas de pago empleadas 56.
En cuanto a los protagonistas de este comercio, el control del tráfi-co
de la brea palmera se encuentra concentrado en pocas manos, como
así atestigua la documentación. Estos mercaderes estaban relacionados
con la administración local y con la élite y los apellidos más ilustres de
la sociedad palmera
De cualquier manera, al ser el arrendamiento la forma en que era
explotado este tipo de comercio, el tráfico de brea se encontraba prác-ticamente
monopolizado por el arrendador ante el cabildo, por cuyas
manos pasaba prácticamente toda la brea que desde los puertos del no-roeste
era transportada hacia Santa Cruz para ser comercializada.
Los protagonistas del mercado del producto que nos ocupa no redu-cían
a la brea su participación en el ámbito comercial, puesto que por
mu,u,,.-"ll lua mnmo,.nl 0 0 tAm . . - I"A, ,+.OAA~ -,,m -1 -,,--,.,.:A tAO..,..~lO,. A- +,,A- ti..,, p u u a l b3~a1l1u auuuuuu~b u11 u UJIIILILIU U~UII~UICUu b LUUU L I ~ U
de productos, siendo la brea un capítulo más de esta estrategia comer-cial
en la que el vino era el producto principal.
Aunque la mayor parte de los mercaderes son vecinos de La Palma,
encontramos también personajes que participan en este comercio y son
oriundos del continente europeo, lo que reafirma nuestra postura acerca
de que el comercio de ia brea era una pieza más ciei mercado intema-
PRECIOS DE BREA PALMERA
PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVll
Maravedles
FUENTE: PROTOCOLOS NOTARIALES. ELABORACI~N PROPIA^ 1 1 1
Explotación y exportación de brea en Ln Palma (1600-1650) 93
cional. La condición de extranjeros de algunos de estos mercaderes, hizo
que el comercio se viera afectado por los acontecimientos bélicos que
acontecían entre España y otras potencias 58.
El arquetipo de mercader en este tipo de comercio es Santiago Fie-rro
Bustamante, que actúa en la década de los veinte, en la que fue
arrendador de las peguerías de La Palma 59. Fierro Bustamante era capi-tán
y vecino de La Palma, y regidor de ella, teniendo además el título
de almojarife, con todo lo que esto conllevaba en cuanto a intervención
en la actividad comercial 60. La documentación deja constancia de su
amplia participación en el comercio de brea y de su conexión con los
mercados internacionales, puesto que aparece continuamente intercam-biando
brea por tejidos o ropa, que evidencian su relación con los mer-cados
europeos especializados en este tipo de productos.
Por último señalaremos que, aunque hemos hablado de concentra-ción,
ello no quiere decir que existiese exclusividad, puesto que encon-tramos
a varios mercaderes actuando en el mismo periodo, a pesar del
arrendamiento. No obstante, hay que tener en cuenta las estrechas rela-ciones
de la burguesía palmera a niveles de parentesco, lo que refuerza
la idea de concentración del negocio.
94 M. Lobo Cabrera - G. Santana Pérez - L. Toledo Bravo de Laguna
NOTAS
1. AZNAR VALLEJO, E.: La integración de las Islas Canarias en la Corona de
Castilla (1478-1526). Aspectos administrativos, sociales y económicos, Sevilla-La La-guna,
i983, p. 425.
2. VIERAY CLAVIJOJ,. de: Diccionario de Historia natural de las Islas Canarias,
Madrid, 1982, p. 80.
3. LOBO CABRERAM, .: El comercio canario europeo bajo Felipe II, Funchal, 1988,
p. 128.
4. LOBO CABRERAM,. : Gran Canaria e Indias durante los primeros Austrias. Do-cumentos
para su historia, Madrid, 1990.
5. GONZÁLEZY ANES,E .: «Importación y exportación en Tenerife durante los pri-meros
años de la conquista (1497-1503)», Revista de Historia, 101, La Laguna, 1953,
pp. 70-91.
6. MART~NEGZA LINDOP,. : Protocolos de Rodrigo Fernández (1520-1526), La
Laguna, 1988, pp. 20-43. En la página 22 se indica que el Cabildo intentaba relegar las
explotaciones a los lugares menos habitados de la isla (sur y oeste).
7. DÍAZP ADILLAG, . y J. M. RODR~GUYEZA NES:E l señorío en las Canarias occi-dentales.
La Gomera y El Hierro hasta 1700, La Laguna, 1990, p. 41 1.
8. MARCOD ORTAE, .: «Descripción de las Islas Canarias por virtud del mandato
de Su Majestad, por un tío del Licenciado Valcárcel», Revista de Historia, 63, La
Laguna, 1943, p. 203.
9. FRUTUOSOG,. : Las Islas Canarias (De ((saudades da terran), La Laguna, 1964,
p. 129.
10. AZNARV ALLEJOE, . Op. cit., p. 110.
1 l . CIORANESCUA,. : Historia de Sanra Cruz de Tenerife 1494-1803, SIC. de
Tenerife, 1977, p. 459.
12. LA ROSA OLIVERAL,. de: Evolución del régimen local en las Islas Canarias,
Madrid, 1946, p. 147.
13. VIRA BRITO,A . y E. AZNARV ALLEJOL:a s ordenanzas del concejo de La Pal-ma,
Santa Cruz de La Palma, 1993.
14. CIORANESCAU.,: 0p. cit., T. 1, pp. 332-333.
15. GONZÁLEZY ANES,E .: Art. cit., p. 79.
16. MART~NEGZA LINDOP, .: Op. cit., p. 28.
17. CULLÉND EL CASTILLOP,. : Libro Rojo de Gran Canaria, revisión, ordenación
e índices por Manuel Lobo Cabrera, Las Palmas de Gran Canaria, 1995, p. 150.
Explotación y exportación de brea en La Palma (1600-1650) 95
18. A(rchivo) H(istóric0) I(nsular) L(a) P(alma), Tomás González, Caja 5, Año 161 3.
19. A.H.I.L.P., Francisco García Briñas, Caja 1, Año 1630.
20. A.H.I.L.P., Cristóbal de Alarcón, Caja 5, f.r. El cabildo había ordenado asimismo
que para ello se fletaran navíos y se asegurara la carga al 2%, tal como hizo Massieu,
desde el puerto de embarque hasta llegar a Santa Cruz de La Palma en 24 horas, y pasado
dicho plazo correría el riesgo el cabildo.,
21. A.H.I.L.P, Antonio de Urbina, Caja n." 3, f. 392 r. En este caso se van a car-gar
300 quintales de brea para llevarla al puerto de Funchal en Madeira.
22. A.H.I.L.P., Domingo Pérez, sin catalogar, 7 de mayo de 1565.
23. A.H.I.L.P., Pedro Hernández, Caja 10, f.r..
24. A.H.I.L.P., Antonio de Urbina, caja n." 2, f.r. VILA VILAR, E.: «Las Canarias
como base de aprovisionamiento de navíos portugueses», 11 Coloquio de Historia Ca-nario-
Americana(l977), Las Palmas de Gran Canaria, 1979, T. 1, 300.
25. TORRESS ANTANAM, . E.: «La Palma y los mercados americanos en el Quinien-tos
», 1 Encuentro Geografía, Historia y Arte, Santa Cruz de La Palma, 1993, p. 166.
26. ABREUY GALINDOF, r. J. de: Historia de la conquista de las siete islas de
Canaria, SIC. de Tenerife, 1977, p. 262.
27. HERNÁNDEZ LUIS, J. A,: «¿OS condicionantes fisicos como agentes articuiaaores
de la red viaria: el caso de La Palma*, en Anuario de Estudios Atlánticos, 36, Madrid-
Las Palmas, 1990, pp. 335-349.
28. SÁNCHEZH ERREROJ,. : «La población de las Islas Canarias en la segunda mi-tad
del XVII (1676 a 1 6 8 8 ) ~en Anuario de Estudios Atlúnticos, 21, Madrid-Las Palmas,
1975, pp. 284-285. En 1688 Tijarafe contaba con 1.006 habitantes, Garafía con 800 y
Puntagorda con 401, frente a los 3.635 habitantes de Santa Cruz.
29. Con respecto ai pueno de Las Saiinas, si bien aparece como un iugar especiai-mente
activo en la documentación, no hemos podido situarlo según la toponimia actual.
Posiblemente se refiera al mismo puerto de Tijarafe.
30. A.H.I.L.P., Andrés de Chaves, Caja 2. Año 1625, fol. 124r. Álvaro Pérez, se
obligó a pagar a Santiago Fierro Bustamante 84 quintales de brea limpia en el puerto
de Tijarafe y 80 quintales más en el puerto de Puntagorda, cuando vaya barco a por
ella.
31. RODR~GUEFAZR IÑA,A ,: Los caminos de La Palma. Madrid, 1993, p. 160.
32. A.H.I.L.P., Cristóbal de Alarcón, Caja 3. Año 1622, s/f. Francisco Rodríguez,
maestre del navío «San Andrés*, v." de La Palma, se concertó con Servan Grave, ma-yordomo
de los propios del cabildo de La Palma, para ir trasladar 250 quintales de brea
desde los puertos de Las Salinas, Puntagorda y Lomeda Grande de Santo Domingo ha-cia
Santa Cmz de La Palma, cobrando de flete 112 tostón cada quintal, pagados tres días
después de llegar con la brea a la capital.
33. A.H.I.L.P., Cristóbal de Aiarcón, Caja 5. Ano i624, f.r.. En septiembre cie i6.24,
el capitán Nicolás Massieu, capitán de infantería, dijo que la justicia y regimiento había
mandado que se trajesen barcos a los puertos de Puntagorda y Tijarafe para recoger la brea
de los propios para llevarlas a Sta. Cruz de La Palma, asegurándola al 2% hasta un pla-zo
de 24 horas después de llegar, después del cual iría por cuenta y riesgo del Cabildo.
34. TORRESS ANTANAM, . E.: El comercio de las Canarias Orientales en tiempos
de Felipe 111, Las Palmas, 1991, pp. 86-87.
35. Sn efecto, en aigunas escrituras notariaies que tienen por objero un concierto
para la construcción de algún navío, la brea siempre está presente, tanto en los que se
construyen en la isla de La Palma como en La Gomera, así en un contrato que se hace
en Santa Cruz para constmir una embarcación en La Gomera uno de los propietarios
debe poner cierta cantidad de brea.
96 M. Lobo Cabrera - G. Santana Pérez - L. Toledo Bravo de Laguna
36. SERRANMO ANGASF, ernando: Los galeones de la Carrera de Indias 1650-1700.
Sevilla, 1985, pp. 148-1 50.
37. A.H.I.L.P., Domingo Pérez, Caja 1, Año 1636, s/f.
38. MADEIRSAA NTOSM, . E. (Coord).: Historia Gerar de Cabo Verde, Lisboa-Ralla,
1995, Vol. 11, p. 37.
39. A.H.I.L.P. Domingo Pérez, Caja l. Año 1637. En 1636 se cargaron para Angola
41 pipas de vino, 8 quintales y 20 libras de hierro, 1 cajón con frascos de vidrio, aguar-diente,
vinagre y brea, y 10 cajones de brea.
40. LOBOC ABRERAM, .: «El comercio del vino entre Gran Canaria, Europa y Áfri-ca
», en Anuario de Estudios Atlánticos, 38, Madrid-Las Palmas, 1992. p. 268.
41. A.H.I.L.P., Andrés de Chaves, Caja 3. Año 1626, fol. 130 r. En abril de 1626
Diego Márquez Carballo, fletó su carabela «Ntra. Sra. del Rosarios al capitán Santiago
Fierro Bustamante para ir a Lisboa cargada de brea.
42. A.H.I.L.P., Andrés de Chaves, Caja 3. Año 1626, fol. 18 v. En enero de 1626,
Antonio Bas Jacoso, v." de Peruche, en Portugal, fletó la carabela «San Antonio* para
ir de La Palma a Cádiz, llevando entre 40 y 50 quintales de brea, tras haber anulado un
flete con la misma carga hacia Lisboa.
43. A.H.I.L.P., AiiUiis Ur Chaves, Caja IG. Afio 1633, foi. 176 v. En jüiio Ue 1633
Francisco Muñiz, v." de La Palma, dueño del navío «San Pedro», recibió del capitán
Jacques de Briel entre otras mercaderías, 30 quintales de brea para llevar desde Santa
Cmz de La Palma hasta La Habana o San Juan de Ulúa, en donde debía registrar su
procedido en capitana o almiranta de galeones si era de San Juan de Ulúa, y en la ca-pitana
si era en La Habana, consignándolos en Sevilla a Nicolás Antonio o a Francisco
de Conique, su yerno, vecinos de Sevilla.
, A,H,[,i.P,, CrijíObai da Aiarcón, sin caíaiügaí, Afiü 1620, s/f. E; capiiári Do-mingo
Corona Palavecín, regidor y vecino de La Palma, cargó en 1617 80 cajones de
brea para llevar de La Palma a La Habana en el navío del que era maestre Diego Herrera.
En Cuba los recibió el capitán Diego Díaz Pimienta.
45. A.H.I.L.P. Cristóbal de Alarcón, Caja 8. Año 1631, fol. 222 v.. En 1631 se Ile-varon
a Santiago de León y Caracas 58 quintales y 1 arroba de brea en la fragata «Ntra.
Sra. de Lus Mercedes),, por cuenta de Santiago Fierro Bustamante.
46. A.H.I.L.P. Andrés de Chaves, Caja 6. Año 1629. En marzo de 1629 Domingo
Franco, v." de Sesimbra, maestre de la carabela «Ntra. Sra. del Rosarios, se obligó a
llevar cantidad de brea a Brasil por cuenta del capitán Santiago Fierro Bustamante y
del maese de campo Blas Simón de Silva.
47. A.H.I.L.P. Cristóbal de Alarcón, sin catalogar. Año 1620, fols. 171v-173v.
48. A.H.I.L.P., Tomás González, Caja 5. Año 1613, s/f.
49. A.H.I.L.P., Alonso Camacho, Sin catalogar. Año 1602, fol. roto. En este año
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50. A.H.I.L.P., Tomás González de Escobar, Caja 8. Año 1647, s/f. Gaspar
Hernández, vecino de Tenizara, se obligó a dar al capitán Leonardo de Monteverde o a
Agustín de Castillejo, vecinos de La Palma, 100 quintales de brea embarcadas en el
puerto de Tenizara, pues se las compraron a 4,5 reales el quintal (216 maravedíes).
51. A.H.I.L.P., Andrés de Chaves, Caja 6. Año 1629, s/f. Gaspar Rodriguez, v." de
La Palma, se obliga a pagar a Santiago Fierro Bustamante, v." y regidor de la Isla, 20
qüiiitoies de brea eiiihicada ea el íjUcii0 de Teiiizaia, a 6 i e a k ~el iqüiata: (288
maravedíes).
52. A.H.I.L.P., Tomás González, Caja 5 bis. Año 1626, fol. 446r-448v. El dinero
tendría que ser devuelto en La Habana, desde donde sería registrado a Sevilla en reales
de plata doble.
Explotación y exportación de brea en La Palma (1600-1650) 97
53. A.H.I.L.P. Andrés de hav ves, Caja 2. Año 1623, fol. 131 v. En agosto de este
año, se envían 28 cajones de brea a Cuba, a un precio de 32 reales el quintal.
54. A.H.I.L.P., Andrés de Chaves, Caja 6. Año 1629, s/f. Mateos Pérez, v." de
Puntagorda, se obligó a entregar en octubre de 1629 al capitán Santiago Fierro
Bustamante, 30 quintales de brea por la que ha recibido a cuenta «cierta cantidad en
tejidos y ropa».
55. A.H.I.L.P., Andrés de Chaves, Caja 3, Año 1626, fol. 75v. Gaspar González,
v." de Tijarafe, se obligó a pagar al capitán Santiago Fierro Bustamante, 30 quintales de
brea en el puerto de Tenisara, por los cuales había recibido a cuenta 140 reales en lien-zo,
aceite, trigo, centeno y otras cosas.
56. A.H.I.L.P., Gaspar Simón de Silva, Caja 1. Año 1617. s/f. Mateos de Riverol,
v." de Puntagorda, se obligó a pagar en febrero de 1617 a Domingo Corona Palave-cín,
v." de La Palma, 140 quintales de brea a cuya cuenta había recibido 885 reales al
contado.
57. La documentación refleja nombres tan relevantes para este periodo como los
de Santiago Fierro Bustamante, Domingo Corona Palavecín, Mateos González Manos de
Oro, Alonso de Castro Vinatea, Juan de Guisla Vendoval o Leonardo de Monteverde;
hombres todos relacionados con la administración local y el comercio de otro tipo de
productos.
58. LORENZORO DR~GUEJuZa,n B.: Noticias para la historia de La Palma. Tomo 1,
La Laguna-Santa Cruz de La Palma, 1987. p. 379. Uno de los mercaderes extranjeros
que participaba en el comercio de la brea era el francés Serván Grave, que fue embar-gado
en 1625 debido a la guerra entre España y Francia. Serván Grave aparece en la
documentación como mayordomo de los propios del cabildo palmero en 1622; en
A.H.I.L.P., Cristóbal de Alarcón, Caja 3, Año 1622, S/F.
59. A.H.I.L.P., Francisco García Briñas, Caja 1, Año 1630, s/f. Mateo Álvarez,
v." de Garafía, se obligó en enero de 1630 a pagar al capitán Santiago Fierro Bustmante,
arrendador de las peguerías de La Palma, 30 quintales de brea.
60. A.H.I.L.P., Andrés de Chaves, Caja 2. Año 1625, fol. 36v. Gonzalo de Castro
y Antón Gutiérrez, vecinos de Tijarafe, pagarán a Santiago Fierro Bustamante, almoja-rife,
80 quintales de brea a .poner en el puerto de Las Salinas.