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INFLUENCIA DE LA CONQUISTA Y
COLONIZACIÓN EN LA CULTURA DEL PUEBLO
INDÍGENA WAYUU
INFLUENCE OF THE CONQUEST AND SETTLING IN
THE CULTURE OF THE INDIGENOUS PEOPLE
WAYUU
Francis Uriana Portillo
RESUMEN
La presente investigación aborda parte
de la realidad sociocultural del grupo
indígena Wayuu, en lo referente a su
idioma, costumbres, cosmovisión, espi-ritualidad,
entre otros aspectos que se
destacan, para evidenciar la influencia
que dejó el conquistador al entrar en
contacto con esta etnia, debido a que,
desde el momento de su llegada, estos
indígenas mantuvieron relaciones co-merciales
y cognoscitivas con los via-jeros
que iban llegando y, por ende,
con sus elementos culturales.
PALABRAS CLAVE: wayuu, cultura,
conquista, colonización.
ABSTRACT
The present investigation report aproa-ches
the sociocultural reality of the indi-genous
group “Wayuu”, in what con-cerns
in its language, customs, cosmovi-sion
and spirituality among other aspects
outlined. To demonstrate the influence
that the conquerors had left to this etnia,
due to that fact, from the moment of its
arrival, indigenous have supported
comercial and cognitive relations with
the travelers who had come and there for
with their cultural elements.
KEYWORDS: wayuu, culture, conquest,
colonization.
INTRODUCCIÓN
La Guajira es una península ubicada en la parte septentrional de América
del Sur. Es un territorio compartido entre Venezuela y Colombia, con una
superficie de 24.000 Km² aproximadamente. Tiene una gran importancia
geoestratégica para el país, por ser límite con otra nación y por constituir la
parte territorial firme que da origen al Golfo de Venezuela, salida marítima
Francis Uriana Portillo: becaria AECI de la ULPGC, Las Palmas de Gran Canaria, 35003.
urianaunesr@hotmail.com
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de los más importantes recursos de la economía nacional. La Guajira era una
zona donde dominaba el comercio ilícito de mercancías en época colonial;
por tal motivo, la forma en que se organizaban socialmente los indígenas que
habitaban esta zona cambió, pasando de la caza y la recolección a la
ganadería, el comercio y el contrabando.
Con el inicio de las plantaciones de dividivi en Jamaica y Haití a
comienzos del siglo XVIII, los riohacheros y los wayuu, más conocidos como
guajiros, habían empezado a vender clandestinamente ganado a los
extranjeros. El Gobierno español no aprobaba este contrabando, sin embargo
lo toleró porque no era una amenaza contra su dominio legal sobre esta
región. Pero en el caso del palo de tinte o palo Brasil era distinto, pues sí
podía significar una penetración extranjera.
Con los inicios de la Revolución industrial, la demanda de tintas para
teñir las telas aumentó considerablemente. Por esta razón, los ingleses se
lanzaron a Campeche y a Belice a cortar este palo, produciendo serias
amenazas contra el dominio español en esas regiones. También se intro-dujeron
los holandeses a buscar este palo a la Guajira, en las estribaciones de
la Sierra Nevada de Santa Marta y de otras serranías cercanas, lo que motivó
a partir de 1750 que los riohacheros empezarán a cortar palo de tinte y
vendérselo a los extranjeros que iban llegando a las costas y bahías desiertas
guajiras. El Gobierno español, al enterarse de esta situación y descubrir que
este negocio podría producir ingresos importantes al fisco, decidió
emprender la conquista definitiva de esa región1.
Con esta fuerte comercialización que se estaba dando en la zona, los
wayuu recibieron en su territorio europeos negros y mestizos, situación a la
que sacaron provecho por ser un pueblo donde el vínculo lo da la madre:
… La sociedad wayuu se maneja en un plano de ser matrilineal
mas no matriarcal, matrilineal porque la madre es la que domina en
el sentido de que los hijos son de ella, porque son de su clan…2
Por tal motivo, se permitió la incorporación de zambos, mulatos y pardos
a la comunidad, ya que estos nuevos descendientes, si su madre era wayuu,
aunque su padre perteneciera a una cultura diferente, era social y cultural-mente
un miembro de la etnia, pero se movía en la tradición de la cultura
occidental, es decir, participaban en ambas culturas. Por eso, en el caso de
esta etnia, no fue tan traumático el contacto y la convivencia con los criollos,
como ocurrió con otros indígenas.
Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, se comenzó a inves-tigar
a partir del siglo XVIII debido a que, en el transcurrir de este siglo, se
evidencian notables cambios que esta etnia ha hecho en su cultura, y permite
ver los aspectos que trasplantaron de la cultura europea, para poder lograrlo
Influencia de la conquista…
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fue necesario contrastar sus patrones de vida en el pasado con los de época
contemporánea.
Como los wayuu forman parte de la comunidad nacional en la actualidad,
se pudo abordar objetivamente la situación estudiada. Para ello se realizó
una investigación con una metodología cualitativa, usándose como principal
fuente de información la historia oral, donde se realizaron una serie de
entrevistas, se revisó bibliografía para ver los aspectos culturales de la etnia
aún vigentes, posteriormente se consultaron los legajos que reposan en el
Acervo Histórico de Maracaibo, el Archivo General de Simancas y el
Archivo General de Indias en Sevilla. A continuación de esto, se hizo una
triangulación de fuentes para contrastar y verificar la validez de la
información recabada.
En la época de conquista y colonización de esta etnia se tomaron diversas
medidas para pacificarlos. Existía un reglamento sobre reducción y
civilización de estos indígenas, donde en su artículo n.º 16: “se destinaban
trescientos pesos anuales para que según las reglas que dictase el Gober-nador
se inviertan en gratificar a los Guajiros para atraerlos, gratificándosele
por primera vez cuando aparecen en el comercio de las guardias, y esto
podía irlos reduciendo a la civilización. También se les gratificaba en otras
muchas ocasiones que no es posible enunciar”3.
De esta forma es fácil deducir cómo poco a poco el comercio se fue
convirtiendo en la actividad económica que hoy día juega un papel im-portante
en su economía y, en un abrir y cerrar de ojos, fueron desarrollando
una próspera hegemonía en el comercio y la ganadería, que trajo importantes
repercusiones, y esta transformación cultural volvió a los guajiros seden-tarios,
pero grandes ganaderos. Los españoles, por su parte, veían con
buenos ojos esta transformación, y este decreto de recompensarlos no era
generosidad por parte de ellos, sino una manera más inteligente de conquista.
De esta forma podían tener alianzas con tribus tan agresivas como era el caso
de los wayuu.
El entorno con el tiempo se hizo incontrolable para los españoles, puesto
que a pesar de los esfuerzos para occidentalizarlos, los wayuu se indepen-dizaron,
volviéndose la situación de esta manera:
Hasta la ciudad de Rio Hacha y todo el espacio de tierra contenido
en esta especie de angulo. Que jamaz han estado bien reducidos y
se levantaron mas decididamente por el año de 69, incitados por
una malograda expedicion que contra ellos intento el comandante
de el Hacha, y desde entonces han quedado en entera indepen-dencia
comerciando con los extranjeros que los proveen de armas y
municiones con que nos hacen la guerra4.
XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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Fue a partir del siglo XIX cuando los wayuu comienzan un rápido proceso
de adopción del ganado mayor. Cabe preguntarse cómo lo obtenían y todo
apunta al trueque por perlas u otras cosas, compra y mayormente al robo,
como se evidencia en el siguiente extracto:
El atentado cometido por una parcialidad goajira sobre la
tripulación y cargamento del bergatin nacional Loinas en el puerto
de la Laguna de Tucacas, de cuyo suceso di parte al PE en nota de
22 de febrero ult dirigida al Sr Ministro de Interior y Justicia,
produjo la nota de VL de 23 de Marzo siguiente … manifestando la
pena con que el Gobierno supo otro acontecimiento y escitando a
las autoridades que Maracaibo a escofitar y adoptar las medidas
que fuesen conducentes a refrenar con mano fuerte los bárbaros de
la Goajira5.
También hay que tener en cuenta que por el Golfo fondeaban muchos
barcos, ya que en esta zona se había originado un nutrido comercio de reses
y productos derivados de buques ingleses, holandeses y en ocasiones hasta
de América del Norte, como sucedió en un saqueo perpetuado por los
guajiros, en su costa, a un barco americano:
Consulate of the United States of America of Maracaibo 2 th Ja-nuary
1826, Is being currently reported last evening and also this
morning that an American vessil had bein chose on shore in or ad-jucent
to one of the harbours in the Gulf on the coast of Gojira let
vule your Excellency have the gooness to inform me il any thing
oficial has been recuves by you on the subject and its import6.
El comercio ilícito que se formó en esta zona llegó a alcanzar tal
proporción que en ocasiones se convirtió en un problema político, debido a
que los americanos, que veían crecer cada vez más su necesidad de artículos
europeos, recurrieron a la compra directa, al país productor, por medio del
contrabando y la venta de sus productos por los mismos sistemas7.
Con el paso de los años, los wayuu fueron adoptando esta forma de
subsistencia como propia y, más bien, desprecian a otros pueblos indígenas
que siguen con prácticas económicas antiguas. Esto se aprecia en las entre-vistas
realizadas en cuanto al origen de su vestimenta: la mayoría de los
miembros de la etnia coinciden en que el guajiro nunca anduvo desnudo
excepto en la niñez, expresando: “Si se llegó a ver una Wayuu desnuda fue,
antes del desarrollo, ya que la adultez en la mujer comienza con la primera
menstruación”8. Cuando llega el conquistador, la mujer cubría su cuerpo con
un guayuco similar al del hombre pero más ancho, con adornos hechos de
Influencia de la conquista…
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semillas y tejidos. Posteriormente llegó a cubrirse el busto con un tejido
de hilaza entrecruzada a la espalda, al igual que los hombres. A partir del
siglo XIX cambia su vestimenta y adopta una manta de tela ajustada al cuerpo
según su preferencia.
A pesar de los testimonios de los miembros de la etnia, lo primero que
aparece como hecho social común, generalizado y extendido en todas las
tribus que vivían en la zona del Lago de Maracaibo o Chichivacoa, hasta la
Guajira y las montañas andinas, es la completa desnudez de los indios9. De
lo cual se tiene conocimiento por primera vez en Simón, al comienzo del
siglo XVII, específicamente en 1627, cuando relata las entradas de Rivera y
Chávez: “Prosiguiendo su viaje a pocas leguas a entrarse entre los indios
Goajiros, gente desnuda del todo, hasta las partes de la honestidad, que
también traían descubiertas hombres y mujeres, salteadores, vagabundos y
sin poblaciones ni lugares conocidos”10.
Esta misma situación sigue siendo evidente hasta mediados del XIX, en-contrándose
un legajo en Perija del año 1845, donde se manifiesta:
… Se ha encontrado los ciudadanos que andaban caminando en el
monte de río negro, a seis leguas de la cabecera de la parroquia
Machiques, una partida de indios de 21 varones y 4 hembras, los
cuales han manifestado deseo de tener trato y comunicación con
los españoles para acreditarlo abandonaron sus flechas y siguiendo
con estos se me han presentado en esta, los cuales se han vestido y
gratificados por los vecinos con frioleras, machetes, hachas y cu-chillos
que es lo más apetecible para ellos…11
Con esto se evidencia que los indígenas andaban sin vestimenta todavía
en dicho siglo, y cuando les convenía hacían la voluntad de la sociedad occi-dental,
se adaptaban a su modo de vida, donde para estos la ropa jugaba un
papel primordial. Sin embargo, ya sabiéndose que ellos andaban desnudos
aun en el siglo XIX, queda un aspecto curioso por hallar y es precisamente el
hecho de utilizar por parte de las mujeres una manta, que es una especie de
vestido largo, el cual es el único de los pueblos indígenas que lo posee.
En cuanto al hombre, la indumentaria tradicional que utilizaba es lo que
se llama “el taparrabos, constaba de dos piezas, un cinturón tejido, llamado
sirra”12. Los más ricos usaban sobre el guayuco un retajo de tela de algodón
que sus mujeres tejen, atado a la cintura con fajas del mismo tejido pero
doble, donde encajan el puñal o cuchillo, y por cubierta de la cabeza una
especie de rodete con algunos adornos groseros que llaman tequiara. Ambos
sexos se pintan el rostro con un menjurje, describiendo líneas de color negro
y encarnado, a fin de amortiguar el calórico de los rayos solares y preser-varse
de las picadas de los insectos13.
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Esta etnia era halagada en unos ámbitos y en otros criticada, como ocurría
en el aspecto alimenticio. Parece que ellos no eran dados al cultivo de la
tierra, por lo cual frecuentemente andaban necesitados de alimentos y por
esta razón eran considerados flojos:
Siempre andan como dicen a noche y mesón, estando cuatro días
debajo de un árbol y dos a la sombra de otro, y de esa suerte pasan
su vida tan holgazanes, que no cultivan las tierras ni le siembran
cosa alguna, por bastarle para su sustento las frutas de los árboles,
que son muchas, con mucha diferencia, carnes de venados, de que
tienen abundancia, como de pescado y cierta semilla menuda como
mostaza, que cogen de unas yerbas crecidas que de suyo produce la
tierra, de que hacen mazamorras para su sustento14.
El idioma de la etnia también es un aspecto bastante curioso, aun en la
actualidad. En un primer momento, la lengua que hablaban, según algunos
escritos históricos, pudo haber provenido de:
El centro de Amazonas, que según los cálculos léxicos estadísticos
de Kingsley Noble (1965), debió haber tenido lugar entre los 5000
y 3500 años, cuando se dio una gran dispersión geográfica desde la
parte central del río Amazonas, durante los cuales se separaron
físicamente a medida que las lenguas también divergían15.
Posteriormente, en época colonial hablaban varias lenguas. Tal es así que
había sorpresa de la facilidad que tenían para aprender idiomas extranjeros;
muchos hablaban español, inglés, papiamento, como el propio, sirviéndole
para transacciones con los diversos nacionales que los frecuentan y para
ejercer las funciones de intérpretes16.
Antes de la llegada de los conquistadores, no existía la propiedad privada,
todo era comunal, no tenían animales domésticos, pescaban, cazaban y
recolectaban frutos, pero cuando llegaron los españoles introdujeron el
ganado que posteriormente fueron adquiridos por ellos y así surgió la
propiedad privada, la herencia, la clase social por cabezas de ganado y con
ello la división del pueblo en clanes o castas.
En la actualidad, no tienen la creencia de que descienden de un animal
totémico, ni existe la prohibición de hacerle daño: “el Wayuu nunca adoró ni
hizo ningún tipo de rito alrededor de este animal, ya que la relación que tenía
con él era como de fraternidad, había esa relación de hermandad, con ese
animal porque ellos se consideraban parientes, porque unos se quedaron
animales por la conversión que le hizo la Pulowi, uno de sus seres
mitológicos”17.
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La división de los wayuu en numerosas familias o castas apareció en la
literatura, lo cual se evidencia en este fragmento: “Una sola tribu de indios
vive en la península. Estos se subdividen en numerosas familias o castas,
muy similares a los antiguos ‘clan’ de Escocia”18. Las castas son grupos
sociales, donde su pertenencia se decide por nacimiento, ya que se da
exclusivamente por vía de la madre, y es tan fuerte esta alianza que pueden
enemistarse castas enteras por un acontecimiento que afecte a algunos de sus
miembros19.
Estos clanes son matrilineales, se organizan en grupos descendientes por
línea materna; para un niño wayuu, el defensor y representante legal no es su
padre, sino el hermano mayor de su madre20. Esta forma de organización
social y familiar que apunta al matriarcado se debe a la ausencia temporal
del hombre, cuando se veía obligado a salir del hogar para realizar oficios de
caza y pesca21.
En cuanto a la educación moral que se les inculca a los niños, no olvidan
nunca ni el beneficio ni la ofensa. De esta manera, la gratitud y la venganza
trazan el paréntesis dentro del cual se desenvuelve toda su vida moral. Por
esta razón, un elemento fundamental en la organización de la etnia es la ley
del cobro, “existe castigo para cualquier daño y perjuicio, según la magnitud
del daño va el castigo o la exigencia del pago, si le hacen un daño grave, si le
matan un familiar, eso es lo más grande que hay, se tienen que pagar grandes
cantidades con ganado, para estar en paz con las exigencias de los familiares
del asesinado”22.
El cobro lo realiza el clan de la madre. Desde el punto de vista jurídico,
consideran que la sangre de cada uno de sus miembros pertenece a toda la
familia o clan, y por eso prescribe el derecho de cobrar siempre compen-sación
por una agresión cometida en contra de alguno de los miembros. Los
beneficios son siempre para los parientes del lado materno23.
Esta ley se aprecia desde el momento de la conquista y colonización de
este pueblo indígena. Sin embargo, aun teniendo su propio sistema de hacer
cumplir las leyes, las mezclaban con las de la cultura occidental cuando
querían hacer justicia con alguien que no perteneciese a su grupo, lo cual se
evidencia en algunas órdenes de denuncias encontradas en época colonial
por parte de ellos24. De esta manera se puede ver la audacia de los wayuu
para adaptarse a su conveniencia a las leyes occidentales. En cuanto tenían
problemas con alguno de ellos, acudían a las leyes que los criollos adminis-traban,
unas veces acataban las leyes por conveniencia y otras por
imposición25.
Siempre se han relacionado a los paraujanos, tribu que habita en la misma
zona, con los wayuu, sin embargo esto no se ha podido comprobar a
cabalidad, pero entre todas las etnias que se encontraban en la península, esta
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es una con la que más relación se le ha dado. Asimismo, se consiguen
legajos donde son considerados como un solo pueblo indígena:
El Capitán General de Caracas condescendiendo con las instancias
de los de Maracaybo, hacerles guerra ofensiva con esperanza de
lograr su escarmiento o entera reduccion y crecíendolo conducente
al intento ha solicitado que por parte de Santa Marta y Rio de el
hacha ese anpilie con las respectivas entradas contra el enemigo
comun, pero haciendose cargo el virrey de que las desavenencias
de los Paraujanos, que son una parte de los goagiros, no han
transcedido al resto que confina con las dos provincias de su
mando26.
Por tantas etnias que se encontraban en esta zona, los españoles siempre
los confundían. Los wayuu tenían conflicto con otro pueblo indígena, con el
cual también se les relacionaba, que vivían desde el Caño Neima hasta
Castillete: “en el pasado estaba infectado de un grupo de indios que se
llamaban cosinas, que se dedicaban al asalto, al robo. Estos cosinas ya tenían
arma de fuego, flechas en su poder, pero esos los exterminaron los guajiros,
se cansaron de ellos, los mataron y amontonaron los restos de ellos, en un
cerro que queda un poco más allá de Cojoro, un poco más allá del Cerro de
la Teta, que llaman joipara”27.
Se encontraron antecedentes en torno a este hostigamiento de los cosinas:
En la Línea de Sinamaica con fecha 3 de Noviembre de 1845,
algunos indios de la parcialidad Apusiarines, hacen presente que
los cosinas le habían echo un robo de mulas y caballos y que si
estos se presentasen en ese punto a venderlos, ellos estaban pronto
para rescatarlos, si así sucedía, en esta virtud, el comandante espera
que VL le diga si puede obligar a los vecinos, que entreguen los
animales robados siempre y dichos cosinas los vendan y ellos lo
compren, entregándoseles y dándole una indemnización al vecino
comprador28.
Pero hay otro dato interesante encontrado en este mismo documento
donde se aprecia que los wayuu tenían sospechas de que eran los españoles
los que mandaban a robarlos, ya que se continúa diciendo:
… dos o tres vecinos de este punto están empeñados en comprar el
robo o despecho, cuantas ordenes tengo dadas en contrario hasta la
disposición de VL, dando margen a los que han sido robados para
decir como dicen, que los españoles mandan a robar a los cosinas
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para que les venga a vender a ellos, y se deduce efectivamente de
tal conducta, en algunos que fían o acreditan a los cosinas, hasta la
cantidad de sesenta y setenta pesos, constándole que no poseen
aquellos ni un solo pelo en sus tierras y que solo viven del robo y
de la caza29.
Los españoles, en medio de la confusión, con tantas etnias en esta región
relacionaban a los wayuu hasta con los cosinas, siendo estos sus principales
enemigos. Quizás esto se deba a que este último pueblo indígena también se
caracterizaba por ser bravío. Esto se concluye por el siguiente testimonio,
donde se manifiesta:
Me hallo en el deber de participar a VL la notificación de un echo
doloroso, perpetuado en este lugar por los indios goajiros, llamados
vulgarmente cosinas… A media noche acometió al hato de un
vecino, una partida de salvajes que pasaba de 20, en numero con el
intento sin piedad de satisfacer pasiones feroces cesándose en la
matanza de una numerosa familia…30
Existe una descripción del idioma hablado por los wayuu, donde por
medio de este, no podría dársele filiación con otras etnias:
La lengua o patuá en que se entienden es muy gutural, casi no
abren la boca para pronunciar, parece que las palabras le salen de
la garganta; y por lo que se advierte es escasa de voces, pues
emplean demasiado la mímica para indicar las ideas que quieren
expresar. La lengua de los propiamente goagiros se diferencia de la
que emplean los paraujanos y cocinas, a veces ni siquiera se
entienden, una prueba más que son de distintas razas31.
Otro dato interesante en torno a esta etnia es la posesión de esclavos, lo
cual se demuestra en un comunicado emitido en el año 1753, donde se
informa:
Los indios de la nación Guajira que habitan en los parajes
circunvecinos al Mar, desde la Costa hasta las Sierras de Aceite o
de Macuira, pasado el cabo de Chichivacia, los principales indios
de esa nación son Coporinche y Maqusare y estos se hallan
opuestos unos con otros en sus parcialidades y ellos deseosos que
los protegiesen el uno para aniquilar al otro, lo que no podía
hacerse sin gasto, para conducirse al terreno de los que se
auxiliase, se necesita algún dinero que deberá suplir la causa, de la
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siguiente forma “Quedando gananciosa con 18 negros que-me
constan que tienen estos; además de quedar atemorizados para no
admitir extrangeros a-el trato en sus Puertos…”32
Las parcialidades enfrentadas no son entre la misma etnia, ya que en otros
legajos donde se responde a este comunicado evidencia que el conflicto es
entre los wayuu con la parcialidad de los indígenas cosinas. Conseguían a los
esclavos de los barcos que llegaban cargados con negros, que en ocasiones
los españoles lo consideraban un conflicto, debido a:
Llegado otra corveta Francesa y echado en tierra en Bahia onda
como quinientos negros, los quales no ha vino el declarante, ni
puede asegurar su numero pero si sabe que se ha aumentado el
delos anteriores y que se hallan repartidos del mismo modo que
aquellos en varias parcialidades delos guagiros hta sabana del
Valle que distara como tres ó quatro dias dela fundacion de Sina-mayca
que por el conocimto qe tiene delos Indios considera muy
peligrosa su union con los mencionados negros por lo diestro que
estan en las armas y mucho mas por la franqueza de su Prov y
aliciente qe tienen las embarcaciones extranjeras de venir ellos a
cargar ganado vacuno, Caballar y mulas y Bracilete33.
A pesar de los esfuerzos de los conquistadores por evitar la unión de
estos, la situación fue inevitable. Este mestizaje se evidenció grandemente en
la Guajira en el siglo XVIII. A diferencia de lo que sucedía en otros lugares,
la población indígena wayuu fue aumentando cada día más, debido al
parentesco dado por vía matrilineal, como se mencionó anteriormente34. Con
esto, el pueblo wayuu salió fortalecido y consolidó lo étnico como parte
fundamental del tejido cultural de la península.
Muchos indígenas del Nuevo Mundo se afanaron por lograr un contacto
con otros grupos étnicos y europeos a fin de poder ampliar sus horizontes
económicos e ideológicos. En muchos de los casos, su respuesta a este
contacto no fue una pasiva aculturación sino más bien una creativa absorción
y reinterpretación de la cultura material, instituciones e ideas que llevaron a
una vigorización de su propia identidad cultural35. Este fue el caso de la etnia
wayuu que se unió con otros pueblos indígenas, negros y europeos, gracias a
esto adoptaron procesos de resistencia que produjeron modificaciones en su
cultura, que desafiaron a la sociedad occidental y estimularon la preser-vación
de su identidad autóctona.
Influencia de la conquista…
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CONCLUSIONES
La cultura occidental, a pesar de todos los daños provocados, también
dejó una herencia cultural transmitida por los españoles y otras nacionalida-des
que iban llegando a la península Guajira, donde se originaron nuevos
comportamientos y nuevas formas de vivir, más que todo por los indígenas
mestizos que iban naciendo, ya que por ellos se establecieron relaciones
entre la sociedad wayuu y la occidental, logrando acumular riquezas en
ganado y esclavos negros. Asimismo, obtuvieron reconocimiento de las
autoridades hispanas y los vecinos hispanocriollos de la provincia, siendo
como interlocutores válidos entre su comunidad indígena, así como con la
sociedad colonial y republicana.
Por otro lado, la etnia wayuu no acepta el trasplante e influencia que tuvo
de la cultura occidental a la suya, ya que ellos poseen una explicación
mitológica que explica cada aspecto relacionado a su cultura y la adopción
de su sistema económico. Este rechazo y negación de la historia se debe a la
ausencia de medios para fijarla y como la memoria oral les permite
conservar ilusoriamente su identidad cultural, se basan en sus mitos que
resuelven para ellos todo lo que poseen y asimismo todas las interrogantes y
dudas que tengan.
XIX Coloquio de Historia Canario-Americana
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NOTAS
1 René de la Pedraja: “La Guajira en el siglo XIX: Indígenas, contrabando y carbón”, Revis-ta
Desarrollo y Sociedad, vol. 6, Bogotá: Universidad de los Andes, 1981, p. 334.
2
Ibídem.
3
Archivo General del Estado “Carlos Medina Chirinos”: Sobre reducción y civilización de
los indios, Maracaibo-Venezuela: Acervo histórico del Estado Zulia, t. n.º 23, Legajo
n.º 26, 1841, 1 Verso.
4
Archivo General de Simancas: Conflictos con los indios Guajiros, Valladolid-España,
secretaria del despacho de Guerra, Signatura SGU, LEG 72472, 1799-1800, Folio 140-
147.
5
Archivo General del Estado “Carlos Medina Chirinos”: Goajira asalto i asesinatos co-metidos
por los goajiros en el bergantín Loinas —expedición para castigarlos— Re-clamo
de los dueños del buque i todo lo relativo, Maracaibo-Venezuela: Acervo histó-rico
del Estado Zulia, t. n.º 18, Legajo n.º 1, 2da pieza, 1845, 1 Recto.
6
Archivo General del Estado “Carlos Medina Chirinos”: Goajira averiguación sobre un
buque que encayo en la Costa Goajira, Maracaibo-Venezuela: Acervo histórico del Es-tado
Zulia, t. n.º 19, Legajo n.º 24, 1846, 1 Recto.
7
Álvaro Tirado Mejía: Introducción a la historia económica de Colombia, Bogotá: La Ca-rreta
Editores, 1971, p. 69.
8
Miguel Ángel Jusayu, Categoría: Modos de Vida y percepción cultural de los Wayuu,
Entrevista, 15 de diciembre del 2009.
9
Paul Verna: El descubrimiento, el genocidio de los indios y Gibraltar, ciudad martirio de
Venezuela, Caracas: Briceño y Asociados, 1995, p. 24.
10
Fray P. Simón: Noticias historiales de Venezuela, Caracas: Academia Nacional de la
Historia, t. I, 1987, p. 244.
11
Archivo General del Estado “Carlos Medina Chirinos”: Reducción de indígenas sobre
una cantidad pedida al gobierno para gratificar unos indios que le presentaron al jefe
político de Perija, Maracaibo-Venezuela: Acervo histórico del Estado Zulia, t. n.º 19,
Legajo n.º 9, 1845, 1 Recto.
12
Ibídem.
13
El Zulia Ilustrado: “Muestra de un repertorio bibliográfico e historia natural de Vene-zuela”,
Revista literaria, vol. I, Maracaibo-Venezuela, 1888, p. 204.
14
SIMÓN, Fray P.: Noticias historiales de Venezuela, Caracas: Academia Nacional de la
Historia, t. I, 1987, p. 244.
15
R. Fajardo: Procesos pedagógicos para la construcción del currículo, Resguardo indí-gena
de Mayabangloma, Riohacha: Universidad de La Guajira, 1999, p. 8.
16 Op. cit. El Zulia Ilustrado, p. 204.
17
Atala Uriana, Categoría: Organización Social, Entrevista, 16 de diciembre del 2009.
18
Fray P. Simón: Noticias historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Oc-cidentales,
Bogotá: Banco popular, vol. 5, 1882, pp. 786-789.
19
Ibídem.
20
Ministerio de la Juventud: Juventud y Fronteras del Edo. Zulia, Caracas: Dirección ge-neral
sectorial, 1986, pp. 23-24.
21
Liliana González Becerra: Organización sociocultural y sociopolítica de los Wayuu,
Bogotá: Universidad libre, 2002, pp. 63, 64.
Influencia de la conquista…
9 9
22
Atala Uriana, Categoría: Organización Social, Entrevista, 16 de diciembre del 2009.
23
Jean Guy Goulet: El universo social y religioso guajiro, Maracaibo-Venezuela: Corpo-zulia,
1981, p. 152.
24
Archivo General del Estado “Carlos Medina Chirinos”: Tráfico Guajiro, Maracaibo-
Venezuela: Acervo Histórico del Estado Zulia, t. 24, Legajo n.º 11, 1843, 1 Verso.
25
Archivo General del Estado “Carlos Medina Chirinos”: Tráfico Guajiro, Maracaibo-
Venezuela: Acervo Histórico del Estado Zulia, t. 4, Legajo n.º 16, Tráfico Guajiro,
1843, 1 Recto.
26
Op. cit. Archivo General de Simancas: Conflictos con los indios Guajiros, 3 Recto.
27
Miguel Ángel Jusayu, Categoría: Modos de Vida y percepción cultural de los Wayuu,
Entrevista, 15 de diciembre del 2009.
28
Archivo General del Estado “Carlos Medina Chirinos”: Guajira i Sinamaica Resuelve la
Gobernación sobre la venta en Sinamaica de animales robados por los indios en la
Guajira, Maracaibo-Venezuela: Acervo Histórico del Estado Zulia, t. 4, Legajo n.º 25,
1842, 1 Recto-verso.
29
Ibídem.
30
Archivo General del Estado “Carlos Medina Chirinos”: Invasión de los Goajiros cono-cidos
con el nombre de cosinas contra la familia de Antonio Reverol, Maracaibo-
Venezuela: Acervo Histórico del Estado Zulia, t. 11, Legajo n.º 10, 1851, 1 Recto.
31
Op. cit. El Zulia Ilustrado, p. 204.
32
Archivo General de la Nación: El Thente de Gobor. Y el oficl, Ynforma el estado en qe
se hallan los yndios de la nación Guajira, y que convendra hacer para pacificarlos, la
diligencia que expresa, t. CXXIV, Bogotá-Colombia: Archivo Histórico Nacional de
Colombia 1753, Fls 203-204.
33
Archivo General de Indias: Negros y mulatos expulsos en costa de los indios guajiros,
Sevilla-España, Signatura ESTADO 6, n.º 47, 1803, 5 Recto.
34
José Polo Acuña: Identidad étnica y cultura en una frontera del Caribe: La Guajira,
1700 – 1800, Cartagena: Observatorio del Caribe, 2002, pp. 13- 31.
35
Michael Brown: Relaciones interétnicas y adaptación cultural entre Shuar, Achuar,
Aguaruna y Canelos Quichua, Quito: Ediciones Abya Yala, 1984, p. 8.