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LOS LIBROS DE TEXTO EN LA ENSEÑANZA DE
IDIOMAS EN GRAN CANARIA EN EL SIGLO XIX Y
PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
María Jesús Vera Cazorla
El presente trabajo es un estudio sobre algunos de los libros de texto utilizados para
impartir lenguas extranjeras en la isla de Gran Canaria en el siglo XIX y hasta principios del
XX. En una época en que hablar varias lenguas extranjeras es un valor que nadie cuestiona
tanto desde el punto de vista educativo y profesional como social, resulta curioso recapacitar
sobre la historia de la enseñanza de idiomas, y ver cómo la actitud de la sociedad ante esta
materia ha pasado por etapas de indiferencia, a otras en las que fue un adorno para las
señoritas o el signo de una educación esmerada para ser en la actualidad prácticamente una
necesidad en esta Europa comunitaria.
Gracias a las monografías sobre algunos de los centros de estudio de la época, como el
libro de Marrero Henning El Colegio de San Agustín en la Enseñanza Secundaria de Gran
Canaria (18441917)
o el trabajo de Hernández Corrales El Seminario Conciliar del
Archipiélago Canario (17771897):
estudio histórico pedagógico, a los anuncios de clases
particulares ofertados en la prensa local que se edita entre 1854 y 1900 y los programas de las
asignaturas de los distintos centros conservados en la Hemeroteca del Museo Canario, así
como a las fuentes bibliográficas que se encuentran tanto en el Museo Canario como en la
Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, se verá un aspecto poco
conocido de nuestra historia que muestra a una sociedad canaria preocupada por aprender los
idiomas que hablaban unos visitantes cada vez más numerosos.
Pero antes de empezar a analizar los libros de textos de los diversos métodos didácticos
que se impartían en la isla, es conveniente precisar el significado de las palabras “método” y
“práctico” en las acepciones que tenían en la época. En el siglo XIX, el negocio de la
impresión de libros de texto para enseñar y aprender idiomas cobra gran importancia. Son
manuales orientados especialmente hacia los adultos y, en general, habían sido diseñados para
el estudio autónomo, aunque muchos se utilizaron también en centros educativos tanto para
sus alumnos oficiales como para los que asistían fuera del horario lectivo a clases particulares.
En la portada de esos manuales aparece la palabra método, lo que puede inducir a error. Según
Sánchez Pérez (1997, pp. 9293):
En general, el uso de la palabra método en estos casos adquiere un significado
peculiar, equiparándose al de libro completo para el aprendizaje de una lengua, más
que al de camino o vía que ofrece un nuevo procedimiento para aprender un idioma.
Por otra parte, hay que matizar que lo que normalmente se entiende hoy por “práctico” no
coincide con su acepción en el XIX. Según A.P.R. Howatt, “para nosotros práctico es más o
menos un sinónimo de útil, pero en el siglo XIX un curso práctico era aquel que requería
práctica” (1991, p. 132, traducción propia). Es decir, que en los anuncios como la clase de
Teoría y Práctica de la Lengua Inglesa de los señores W. Watson y M. Moniz que aparece en
el Diario de Las Palmas con fecha de 9 de marzo de 1899, la práctica a la que se refiere
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Los libros de texto en la enseñanza de idiomas ...
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podría haber sido perfectamente la realización de ejercicios escritos de muy diversos tipos que
sirvieran para aplicar la teoría explicada. La idea de que un curso de una lengua extranjera es
práctico si es comunicativo y prepara al estudiante para hablar esa determinada lengua es una
visión relativamente moderna.
En muy pocos casos los anuncios de la prensa local de los periódicos del siglo XIX
mencionan métodos concretos. En los casos en que esto se hace, las referencias son al método
de series de Gouin y al de Ollendorff para el inglés, este mismo método Ollendorff también
para el francés, así como una gramática nueva para el árabe del Padre D. José Lerchunclicli.
Así lo comprobamos en los anuncios siguientes:
CLASE DE INGLÉS POR EL MÉTODO DE SERIES
El 6 de marzo se establecerá una clase alterna para la enseñanza del inglés. Se
empleará un nuevo método hasta hoy sólo en capitales como Londres y París.
Por este método se aprende a hablar en menos de un año. En la clase sólo habrá
conversación, no necesitándose gramáticas ni ejercicios de temas ni tampoco estudio
privado en casa. Sólo se necesita buen deseo de aprender el idioma de parte del estudiante.
Las lecciones serán ameno pasatiempo, pudiendo tomarlas tanto los jóvenes
como los adultos. Se formarán clases nocturnas para los dependientes de comercio y
demás personas ocupadas durante el día. Se darán también clases particulares tanto
de inglés como de español por el mismo sistema. La 1ª clase de 6 a 7/30 de la noche,
será pública en el colegio de San Agustín (Diario de Las Palmas, 6 de marzo de
1899).
GRAMÁTICAS
Gramática de Ollendorf inglesa y francesa, última edición. Se hallan de venta en la
librería de Don José Urquia (El Omnibus, 24 de febrero de 1858).
Gramática de árabe vulgar que se habla en el imperio de Marruecos, con numerosos
ejercicios y temas aplicados a la teoría, por el R.P. José Lerchunclicli: Se vende en la
CasaMisión
de Mogador a 2 rvn. la entrega. Van publicadas 20 entregas (El
Guiniguada , 3 de junio de 1873).
Además, es posible que en Gran Canaria también se impartiese el método de Ahn muy
popular en la época, como indica la coincidencia del título de su obra A New, Practical, and
Easy Method con la forma de describir el método como “práctico, sencillo” en un anuncio de
don A. Fargas en La Correspondencia de Canarias, del día 5 de diciembre de 1882 (también
publicado en El Pueblo, del 13 de diciembre de 1882), así como el hecho de que se preste
gran atención a la pronunciación. Además, en las programaciones del Instituto Local de
segunda enseñanza aparece algún texto de MacVeigh, que fue el autor de una adaptación
de este método, adaptada al castellano.
Sin embargo, antes de que se sintiera la necesidad de reformar la enseñanza de las lenguas
modernas, y siempre intentando imitar lo que se conocía hasta entonces –que eran los
ejercicios típicos de las clases de latín y griego–, el método más comúnmente utilizado era el
de gramática y traducción.
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La metodología tradicional de lenguas como el latín, el griego clásico y el hebreo, que
tanto había influido en la enseñanza de las lenguas modernas, sería importantísima en centros
institucionales como el Seminario Conciliar de Las Palmas; mientras que muchas de las clases
particulares anunciadas harían hincapié en el aspecto práctico del idioma. El objetivo
primordial de enseñar una lengua moderna en éstas últimas sería que el alumno pudiera usarla
en su vida diaria, es decir, hablarla.
En general, se puede decir que para enseñar lenguas extranjeras en la isla de Gran Canaria
durante el siglo XIX se utilizaron tres tipos de métodos: el tradicional o de gramática y
traducción, los métodos gramaticales y prácticos de Ollendorff y posiblemente el de Ahn, así
como un método natural: el de las series de oraciones de Gouin. Además, gracias a las
programaciones del Colegio de San Agustín sabemos que el método de Chantreau se usaba
para enseñar francés, un método que podría ser incluido entre los métodos gramaticales y
prácticos por su estructura y tipos de ejercicios.
El papel del libro de texto en los distintos métodos empleados por los profesores de
lenguas extranjeras en Gran Canaria en el siglo XIX y principios del XX.
El método tradicional o de gramática y traducción Sánchez Pérez (1997, p. 133) define los
ingredientes identificativos de este tipo de enseñanza como:
· La elaboración del currículo sobre el eje de una descripción gramatical de la
lengua.
· El predominio de la gramática normativa en el conjunto de objetivos que deben
alcanzarse. Todo ello suele concretarse en el aprendizaje de reglas.
· La memorización de listas de vocabulario.
· La presencia en cada lección de los temas de traducción directa e inversa.
· El uso en clase de la lengua materna del alumno.
La enseñanza del latín y otras lenguas clásicas marcó la metodología empleada en las
clases de lenguas modernas debido principalmente según Sánchez Pérez (1997: 134) al
“isomorfismo”, es decir, “la tendencia de los profesores a enseñar de la misma manera que
han sido enseñados o han aprendido”.
El papel del libro de texto en este método es fundamental y la clase gira en torno a su uso.
El libro de texto está organizado según criterios gramaticales clásicos. Así, se empieza con el
artículo, para seguir con el nombre, el adjetivo, los pronombres, el verbo, las preposiciones,
los adverbios y las interjecciones. Para Sánchez Pérez (1997, p. 139) “el excesivo apego al
libro de texto” es, sin lugar a duda, un grave problema en este método.
EL MÉTODO GRAMATICAL Y PRÁCTICO
En el siglo XIX tanto alumnos como profesores de idiomas se cuestionan una metodología
que no implica el dominio oral de la lengua. El método tradicional no funcionaba cuando
lo que se quería era hablar un idioma, comunicarse con un turista, contestar una pregunta en
una tienda... Además, la inclusión del estudio de las lenguas vivas en los centros escolares trae
consigo la aparición de unos manuales que intentan adaptarse a las edades de los alumnos y a
sus necesidades. Si lo que fallaba era que los alumnos no aprendían a hablar, los nuevos
métodos pretenden suplir ese fallo sin perder su seriedad de manual profundo. De ese
modo, los métodos seguirán siendo gramaticales, incluyendo reglas y normas que han de ser
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repetidas y estudiadas en clase; pero estas normas serán mucho más sencillas, a veces incluso
mínimas. Junto a estas reglas gramaticales, aparecerán listas de vocabulario relacionadas con
la unidad que se está practicando y organizadas por áreas temáticas. Según A.P.R. Howatt
(1991, p. 131), la principal diferencia con el método tradicional consiste en la sustitución de
los textos tradicionales por oraciones ejemplificadoras.
Los distintos manuales que siguen el método gramatical y práctico tienen como rasgos
definitorios una teoría lingüística donde el lenguaje es un sistema de comunicación no sólo
escrito sino también hablado. Por tanto, los objetivos incluyen tanto aprender las destrezas
tradicionales en la enseñanza de lenguas, leer y escribir, como la destreza de hablar. La
oración es la unidad básica en la clase. Gran parte de esa clase se dedica a traducir frases tanto
de la lengua materna al segundo idioma, como viceversa. La exactitud es muy importante, y
se espera que los estudiantes adquieran un alto nivel en sus traducciones.
En este método, las actividades más características son la memorización de los puntos
gramaticales y del vocabulario, los ejercicios de traducción directa e inversa, los ejercicios de
repetición de palabras y frases y de preguntarespuesta,
y las redacciones.
El libro de texto es un instrumento importante de la clase, pero sólo como base para la
práctica oral. En todos estos métodos de traducción gramatical, la sintaxis se reduce
generalmente a algunos comentarios sobre el orden de las palabras o a algunos problemas
puntuales, mientras que no se presta atención a las coordinaciones importantes dentro de la
oración (Howatt, 1991: 1435).
Tres son los métodos gramaticales y prácticos que se impartieron en Gran Canaria en el
siglo XIX: el método de Ollenforff, el de Ahn y el de Chantreau.
EL MÉTODO DE OLLENDORFF
Heinrich Gottfried Ollendorff (18031865)
publicó su Nuevo Método para aprender a leer,
escribir y hablar un idioma en seis meses en 1835. Sus primeros cursos de idiomas enseñaban
alemán a los francoparlantes (1835) y a los angloparlantes (1838), francés a los angloparlantes
(1843) e inglés a los francoparlantes (1848). Más adelante, fueron apareciendo versiones en
otros idiomas importantes (Howatt, 1991: 325).
Los ejercicios de este método consistían en una serie de preguntas y respuestas en la
lengua nativa que había que traducir a la extranjera. Según Howatt, Ollendorff fue el primer
escritor de libros de textos que utilizó seriamente la graduación de las dificultades lingüísticas
(también llamado “principio de progresión” por A. Sánchez Pérez). De este modo, los nuevos
puntos gramaticales son introducidos uno a uno y, en contra de lo que la mayoría de los seguidores
del método de traducción gramatical hacían, no termina todo el paradigma estudiado en
una lección. Además, utiliza las partes de la oración de las gramáticas tradicionales.
Los ejercicios dicen mucho sobre el nivel social y cultural de los alumnos a los que iba
dirigido el método, sus inquietudes, sus intereses y aficiones. A continuación, vemos una de
las prácticas de traducción del libro Método de Ollendorff para aprender a leer, escribir y
hablar el inglés con un tratado de pronunciación al principio y otro de gramática inglesa al fin;
así como modelos de correspondencia mercantil y epistolar, trozos selectos para leer y
traducir, etc. (1898, pp. 2134):
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EJERCICIOS 115º
¿Es siempre la virtud premiada en este mundo? Muy
rara vez por desgracia.¿
Y no
cree V. que el que no es premiado en este mundo, lo será en el otro?Ciertamente,
y
así debe creerlo todo hombre religioso.
¿Por quién ha sido castigado ese
muchachito?Por
su maestro, porque es muy perezoso y nunca aprende sus
lecciones.Los
muchachos generalmente no conocen el valor del tiempo (the value
of time).¿
Por quién ha sido V. conducido á mi casa?Por
un hombre que ví en (at)
la esquina de la calle de Canal y Broadway, y á quien pregunté dónde vivía V.¿
Y
cuánto le pagó V.?Nada,
porque nada quiso recibir.¿
Cuál es la mejor estación para
(for ) viajar?No
sé realmente cuál es la mejor: á mí me gustan todas, porque el viajar
es mi pasión dominante (ruling ).¿
Viajó mucho su señora (de V.) cuando estuvo en
Inglaterra?No,
porque tan luego como llegó allá, tuve que mandar por ella.¿
Ha
estado V. alguna vez en Italia?Estuve
allí una vez y viajé muchísimo, porque llegué
en la primavera y, como V. sabe, esa es la estación más agradable en aquel país.¿
Es
allí barata o cara la subsistencia?Es
muy barata; mucho más que en Inglaterra y
Francia (1898, pp. 2134).
Sánchez Pérez (1992, p. 213) copia una nota a pie de página de la primera lección en
donde Ollendorff recuerda a los profesores:
Cada lección será dictada a los alumnos y éstos pronunciarán cada palabra a
medida que se les dicta. Luego el profesor practica haciéndoles preguntas en todos
los sentidos posibles. Cada lección implica tres etapas: se comienza revisando los
deberes de algunos alumnos haciéndoles preguntas del tema, para comenzar; luego se
les dicta la lección siguiente; finalmente, se cuidará de hacerles nuevas preguntas
sobre las precedentes. De acuerdo con el aprovechamiento [sic] de los alumnos, una
lección puede dividirse en dos o más partes; o unificarse dos lecciones en una.
Aunque Ollendorff y su más directo competidor en esa época, Johann Franz Ahn, crearon
sus libros para ser usados en los colegios, su reputación de poco profundos y el elevado
número de ventas de los libros de respuestas a los ejercicios planteados en sus textos sugieren,
según Howatt (1991, p. 146), que el comprador principal de estos métodos fue el alumno
adulto que estudiaba por su cuenta, ya fuera con o sin profesor. Sin embargo, no siempre fue
así. Sabemos que en un centro de enseñanza superior en la isla de Gran Canaria, la Escuela de
Comercio de Canarias –que sería posteriormente integrada en el Instituto Local de Las
Palmas– este método fue usado al menos durante los cursos 186465,
186566
y 186768,
tanto para la enseñanza del francés como del inglés.
EL MÉTODO DE AHN
El primer trabajo donde Franz Ahn aplicaba este método fue el publicado en francés en
1834. Posteriormente, por espacio de veinte años, irían apareciendo cursos en alemán, inglés,
español, italiano y ruso. De igual modo, Franz Ahn lo aplicaría a las dos lenguas clásicas.
Según A.P.R. Howatt (1991, p. 140), este método cumple con lo prometido en su título
pues es a la vez “práctico”, es decir con muchos ejercicios, y fácil. Tras una breve
introducción a la pronunciación, aparecen los materiales básicos de aprendizaje distribuidos
en secciones cortas y numeradas. Cada sección de número impar contiene un resumen
gramatical, normalmente en la forma de un paradigma, y unas doce palabras nuevas de
vocabulario, seguidas de un grupo de oraciones que hay que traducir a la lengua materna;
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mientras que en la sección par hay oraciones para traducir a la segunda lengua, pero no hay
contenidos nuevos. En su primer curso hay sesenta y ocho lecciones en únicamente sesenta y
seis páginas, además de un grupo de doce areas de vocabulario y doce páginas con “diálogos
fáciles”.
Para Howatt (1991, pp. 1401),
las notas gramaticales de Ahn sólo requieren un mínimo
conocimiento de la terminología gramatical (singular, plural, masculino, femenino, etc.), el
vocabulario es útil en su mayor parte, y las oraciones para la parte práctica son cortas y fáciles
de traducir, aunque también monótonas. Los libros de texto de Ahn siguen un método que es
principalmente el resultado de su sentido de la simplicidad. Van paso por paso, sin
demasiadas palabras en cada lección y con mucha práctica.
La adaptación al castellano de H. MacVeigh está dividida en dos cursos: el primero con
168 lecciones y el segundo con 162. Tiene una estructura muy sencilla:
...a una pequeña aportación de material lingüístico nuevo (con la traducción
correspondiente), en forma de vocabulario y de estructuras léxicomorfológicas,
le
sucede un pequeño ejercicio de reempleo (en forma de versión y tema): las lecciones
son sumamente cortas, la reutilización del material anterior sistemática (Fernández
Fraile, 1996, p. 323).
Aunque lo hemos incluido dentro de los métodos gramaticales y prácticos, según
Fernández Fraile (1996, p. 324) éste es un método natural, materno. Para esta autora
El aprendizaje de la lengua se reduce a una práctica continua de la misma, repetitiva,
inconsciente, incluso mecánica, al eliminar casi por completo todo proceso reflexivo,
sin una actividad de explicaciónmemorización
previa de reglas, sin que entre en
juego otra facultad que la imitaciónrepetición.
Sánchez Pérez lo clasifica dentro de los métodos gramaticales y prácticos y, si bien su
contenido gramatical es realmente sencillo, no deja de cumplir las principales características
de este tipo de métodos según J.C. Richards y T.S. Rodgers (1997, pp. 34).
Como ya
comentamos al hablar del método de Ollendorff, la intención de sus autores era que estos
cursos fueran usados en los colegios, aunque su reputación de “poco profundos” y la venta
masiva de las claves de los ejercicios sugieren que el principal mercado de estos métodos fue
el alumno adulto que estudiaba por su cuenta, con o sin profesor particular (Howatt, 1991,
p. 146). Para Fernández Fraile (1996, p. 326)
El método de Ahn era inaplicable tal cual en el contexto escolar: chocaba
frontalmente con las exigencias de los programas y exámenes, así como con las
prácticas de clase heredadas de la metodología tradicional.
Lo cierto es que, salvo el recopilado más arriba, no hemos encontrado anuncios que
hagan constancia expresa del uso de este método en las clases particulares anunciadas en la
prensa y tampoco hay referencias directas al mismo en los programas consultados de las
asignaturas estudiadas en los colegios, sólo la alusión a McVeigh en los programas del
Instituto Local de segunda enseñanza de Las Palmas.
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EL MÉTODO DE CHANTREAU
En su tesis sobre este autor, PierreNicolas
Chantreau (17411808)
et sa grammaire,
Moreu Huet (1990: 229) repasa la vida y obra de este intelectual nacido en París en 1741,
profesor de francés en España y autor de numerosas obras de muy variados géneros entre las
que destaca, por la gran popularidad que llegó a alcanzar durante su época, El Arte de hablar
bien francés. Según esta autora su éxito se debió principalmente a la claridad de su
exposición, la abundancia de ejemplos, las partes totalmente novedosas y su fuerte unidad. A
estas ventajas habría que añadir las que menciona Fernández Fraile en su tesis sobre La
enseñanza/aprendizaje del francés como lengua extranjera en España entre 1767 y 1936.
Objetivos, contenidos y procedimientos: por un lado, la idea de la ejercitación de la lengua
como modo de acceso a la adquisición de la misma y el hecho de que el verbo no se
conjugase de forma aislada, sino en una frase (1996: 343).
El manual está dividido en cuatro partes: la pronunciación, la ortografía, la analogía de las
partes y propiedades de las voces y la oración; además, se completa con un léxico francoespañol.
A simple vista es un manual más de los gramáticoprácticos
de la época pero, según
Moreu Huet (1990: 233), el autor siempre tiene presente que su objetivo es la enseñanza por
lo que no se contenta con exponer las reglas sino que incluye una serie de añadidos
pragmáticos comparando el francés y sus similitudes con el español.
EL MÉTODO NATURAL
A pesar de que los métodos gramaticales y prácticos atendieron en cierta medida las
demandas de un público que quería aprender una lengua extranjera no únicamente para leer su
literatura sino también para poder comunicarse, lo cierto es que, con el incremento del
número de personas que necesitaban aprender una lengua rápidamente y que no tenían
la formación académica necesaria para poder seguir ni aprovechar las explicaciones
gramaticales, los lingüistas volvieron su mirada hacia la forma en que los niños tenían de
adquirir su lengua materna. Los niños no necesitan conocer la gramática de su lengua para
poder hablarla; además su aprendizaje no resulta traumático, sino que se hace sin especial
esfuerzo.
Esta corriente natural siempre ha estado presente en la historia de la enseñanza de lenguas,
desde los intérpretes griegos, pasando por los romanos y los preceptoresesclavos
de sus hijos,
los nobles normandos que enviaban a sus hijos a Francia para aprender francés, y siguiendo
con las teorías de J. A. Comenio en el siglo XVII o de J. Locke, Luneau de Boisgermain o M.
Pluche en el XVIII. La idea no es nueva: aprender una lengua sin artificios, de manera similar a
la forma en que un niño aprende su lengua materna para poder comunicarse con sus
semejantes e integrarse en la sociedad.
Según Sánchez Pérez (1997, p. 109), el procedimiento para aplicar estas ideas en clase
sería el siguiente:
a) El profesor debe comenzar señalando objetos (los que le rodean) y haciendo
que el alumno repita los nombres de esos objetos. Luego las palabras se
escribirán en la pizarra y se practicará mediante frases que impliquen
recombinación y variantes de esos elementos.
b) La escritura se introducirá como método eficaz para fijar la lengua hablada.
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c) La exposición a la lengua deberá ser intensa, escuchando lecturas,
describiendo objetos, historietas...
d) Sólo entonces podemos introducir la gramática o, mejor, hacer que los
alumnos la deduzcan de las prácticas anteriores.
e) Se trabajará con lecturas graduadas, desde trozos sencillos hasta textos más
complejos. Debe existir siempre interés para que se dé motivación en el
alumno.
EL MÉTODO DE SERIES DE ORACIONES DE GOUIN
Este método, creado por el francés François Gouin (18311896),
fue expuesto en su libro
L´Art d´enseigner et d´etudier les langues (1880), posteriormente traducido al inglés por
Howard Swan y Victor Bétis con el título The Art of Teaching and Studying Languages
(1892) (Howatt, 1991: 314). Según C. Richards y T.S. Rodgers (1997, p. 9), Gouin fue uno de
los primeros reformadores del siglo XIX que intentó basar su metodología para la enseñanza
de un idioma extranjero en la observación de la adquisición del lenguaje por parte de los
niños.
Según Howatt (1991, pp. 1612),
la idea principal en la que se sostiene el método de series
es que la estructura del texto lingüístico refleja la estructura de la experiencia que describe.
Por diferentes razones, François Gouin creía que la característica principal de la experiencia
era la secuencialidad y que cualquier acción podía ser descrita como series de acciones más
pequeñas. Esta estructura secuencial que proporciona el marco para el lenguaje asociativo y la
familiaridad con los sucesos ayudaba al alumno a entender las palabras nuevas y a recordarlas
más eficazmente.
En Teaching Foreign Languages, R. Titone (1968, pp. 345)
explica el procedimiento de
las “series de Gouin”, que hemos traducido al español en los siguientes términos:
a) El profesor explica en la lengua materna el contenido general de la escena o
tópico.
b) Representa los hechos, describiendo en la segunda lengua lo que está
haciendo.
c) Entonces se dividen los actos y se vuelven a representar.
d) Todo esto se hace primero oralmente, luego por escrito.
Así, para explicar la lección “The maid chops a log of wood”, el profesor primeramente
explicaría en lengua materna de qué va a tratar la lección. Es decir, una chica que coge un
hacha y un trozo de madera, se arrodilla delante del leño, levanta el hacha y golpea la madera.
Después, los dos trozos de madera caen al suelo, la chica los recoge y los vuelve a cortar hasta
el tamaño deseado. Por último, la chica se levanta y devuelve el hacha a su lugar. Tras
explicar el tema de la lección, diría las frases que forman la unidad en inglés enfatizando y
repitiendo el verbo mientras el profesor realiza la acción. Por último, dividiría la lección en
actos y se volverían a representar.
En este método, el libro de texto es un material del profesor, no del alumno. Por otra parte,
no abundan los manuales que lo lleven a la práctica, y debido a la propia dificultad de su
aplicación, el método de series pasó por varias ediciones y revisiones. En un librito de
principios del siglo XX English lessons on the Gouin method de F. Thémon y J. P. G. Smith
(19134,
pp. vvi)
se da una versión práctica de este método tan particular. En cada lección se
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recoge el tiempo verbal que se está practicando, algún punto gramatical y las expresiones que
utiliza el profesor para llamar la atención, empezar el ejercicio o reforzar positivamente al
alumno, como:
Pay attention! I am beginning.
Pay attention! I am going on.
Good!
Very good! (19134:
B).
Listen.
Listen carefully.
I ask your attention (19134:
C).
CONCLUSIONES
A pesar del lamentable estado en que se encontraba la educación en las Islas, resulta
curioso comprobar el relativo alto grado de modernidad al que se llegó en la enseñanza de
lenguas extranjeras en el siglo XIX al impartirse en Gran Canaria métodos tan novedosos como
el método de series de oraciones de Gouin. Una enseñanza tristemente destinada a unos
pocos: aquéllos que podían asistir a clase en los escasos centros de enseñanza secundaria de la
isla, en los colegios de señoritas o a las clases particulares.
Debido al interés de Carlos III por potenciar la enseñanza de las lenguas extranjeras
principalmente en centros relacionados con el comercio y gracias a leyes como la ley Moyano
de 1857, las lenguas extranjeras se asientan como parte del currículo escolar y con ello, la
necesidad de nuevos métodos para el estudio de estas asignaturas más apropiados para los
alumnos más jóvenes, con un menor conocimiento de gramática y con unos objetivos más
comunicativos. A pesar de estos buenos propósitos, el método tradicional con que se habían
enseñado las lenguas clásicas durante siglos siguió estando muy presente en las aulas, dando
paso lentamente a otros métodos más prácticos que tenían como objetivo el dominio oral de la
lengua extranjera por parte del alumno.
La oferta y la demanda de clases particulares para el aprendizaje de las distintas lenguas
extranjeras fue uno de los efectos económicos, sociales, culturales y lingüísticos que la
presencia de las diferentes colonias extranjeras tuvo en la isla de Gran Canaria. Por otra parte,
los motivos para aprender estos idiomas modernos variaban según la lengua en cuestión,
desde el prestigio social que implicaba el dominio del francés, al uso comercial del inglés, el
alemán, el árabe y en menor medida el francés, hasta el aprendizaje del italiano por parte de
los aficionados a la música y a la ópera.
En este panorama, bastante común en la época, llama la atención la presencia en las clases
particulares de la isla del método Gouin. Un método natural, muy peculiar, que exige la
presencia de un profesor nativo, o al menos de alguien que domine bien la lengua, para poder
llevarse al aula.
En resumen, los habitantes de Gran Canaria, especialmente de la capital, en el siglo XIX con
los medios económicos y con el deseo de aprender una lengua extranjera se podían encontrar
con una oferta más que aceptable de lenguas modernas y de novedosos métodos didácticos.
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BIBLIOGRAFIA
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© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009