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NOTAS PARA LA HISTORIA DE LA EMIGRACION O
d-
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B
CANARIA A AMERICA I
P a
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CARTAS DE EMIGRANTES CANARIOS. SIGLO XVIII a
El objeto de estas notas es solanaente el de enmarcar e introducir la pu-blicación
de unas cartas de emigrantes canarios en América que hemos en-contrado
entre las causas de bigamia del siglo XVIII, del Tribunal de la In-qukiu6n
de Canarias. Hasta ahora sólo hemos visto los fondos de este tribu-nal
que se conservan en el Archivo del Museo Canario (A.M.C.). Esperamos
poder ofrecer, cuando hayamos podido consultar la documentación existente
en otros archivos, especialmente la de los otros tribunales que intervinieron
en estas causas, un estudio detallado de este aspecto -al parecer 0 1 v i ~ o d- e
la historia de nuestra emigraci6n, pues, como veremos, se trata de un delito
-en Canarias al menos- típico de emigrantes.
En 28 de los 57 casos de bigamia en que intervino el Tribunal de Cana-rias
(puede que fuesen algunos más), los que se iniciaron en otros tribunales
-Cartagena de Indias (20), México (3), y distintos tribunales de lá Peninsula
(5)- fue s610 para realizar lo que se llamaba la ~justif1caci6n del primer matri-monio
», que incluia a d d de la certificación de la boda y, ocasionalmente,
del bautismo de los dnyuges y los hijos, el «examen» del sacerdote que ofi-u6
la ceremonia, padrinos y testigos de la misma, y de la esposa. Esto no
quiere decir que los 29 restantes estén completos en el Tribunal de Canarias.
S610 dos veces Ueg6 el caso a sentencia, y otra quedó «suspenso». De los de-más
s610 queda, en la mayoría de los casos, la denuncia y las primeras infor-maciones,
sin que sepamos por ahora, si es que no fue posible hallar al reo, o
si la causa se ilegó a sustanciar en algún tribunal americano. Unicarnente
diez de estos 57 (<reos>o> sospediosos de haber cometido el delito de bigamia
no fueron emigrantes a América (6 de los denunciados ante el ~rib& de
Canarias, y uno ante cada uno de los tribunales sislyentes: Galicia, Logroflo,
Madrid y Sevilla).
El bígamo suele ser, pues, un emigrante. Otros rasgos que lo caracteri-
Notar para la historia de la emigración 4
zan son (v. Apéndice 1): que salió de las islas muy joven, al poco tiempo de
haberse casado -hizo, como se dice en el lenguaje inqiiisitorial, poca «vida
maridablew, y, en consecuencia, si tuvo hijos, apenas los conoció. No obs-tante
este desarraigo familiar, deja pasar mucho tiempo antes de contraer el
segundo matrimonio, quizá porque sólo cuando ya no piensa volver a las is-las,
se decide a dar este paso.
De 31 de estos 47 bigamos/emigrantes sabemos el oficio que tenfan m-tes
de emigrar a América: 10 «el mm), 7 jornaleros de campo, dos labrado-res,
3 herreros, 3 zapateros, y los restantes: barbero, platero, arriero, carpin-tero,
((escribir y contam y médico. De otros 20 sabemos el oficio que tuvie-ron
en América en el momento que fueron denunciados. S610 ocho mantu-vieron
el que tenfan antes de irse: barbero, platero, arriero, médico, uno de
los zapateros y dos marineros. Cinco trabajan en la agricultura en Cuba (cua-tro
en La Habana y uno en Puerto Príncipe), dos son comerciantes en Vene-zuela;
uno se dedica a cortar «palo de tinta» en Camprche, otro vende melojo
con sus burros en Venezuela, otro es teniente de infantería en Cartagena de
Indias, otro es panadero en Quemados, a dos leguas de La Habana, y otro
tuvo una pulperia en La Habana antes de hacerse soldado.
Pero por oficio hay que entender en estos casos -salvo en los del médi-co,
platero, etc.- la actividad preferente en un momento determinado. De
Juan Simón Siverio, vecino de Santa Cruz de Tenerife, por ejemplo, un testi-go
nos dice que su oficio antes de ir a Indias cera del mar, y lo usaba con
más frecuencia en los barcos del chinchorro)); pero otro nos aclara «que no
tenia oficio alguno el dicho Juan Simón, pero que se aplicaba al mar cuando
lo llamaban para algun barquito del chinchorro1. De otro se nos dice que su
oficio era «lanero, según el que se estila en esta isla». Pero su mujer dice que
éste fue sólo «el oficio que más usó», y añade: «aunque algunas veces usaba
de zapatero, y también se puso al oficio de herrero y carpinteros2. Esto es así
especialmente en América, donde son tan frecuentes los cambios de oficio -o
más- como los de domicilio.
La causa por ia que emigran es, evidentemente, en la mayoría de los ca-sos,
por mejorar sus condiciones de vida (no tanto en América como, a la
vuelta, en las islas). Esto lo expresan de diferentes maneras: «buscar su con- veii.w iu.a o adel.ari~miientü~~m~,a iiteiiers us obEgacioiies cüii dgaiia coiiiü-
1. A.M.C.1nq.Leg.CXXm-7.
2. Ibid. Leg. CXLIV-15.
3. Ibid. Leg. WUn-7.
didad, por hallarse con algunas cortedad es^^, etc; pera la forma más general
es «buscar su vida», a lo que añaden las matizaciones que vengan al caso:
«buscar su vida porque su oficio era jornalero^^, «a buscar su vida para man-tener
sus obligaciones»6. Una mujer declara que su marido «no tuvo otro
motivo para embarcarse sino el de ir a buscar su vida, bajo la palabra de vol-verse
luego, para lo que la que deciara le dio licencia ante el Juez de Indiasn7;
otra, que su marido se embarcó hace unos diez años «dejandola preñada, con
gusto y beneplácito de la declarante, diciéndola que iba a buscar su vida, que
sólo duraria su ausencia por tiempo de tres añosn8.
A veces son otras las causas de la emigración. Juan Antonio Trujillo, de
Firgas, se fue hacia 1770 por «estar indiciado de algunos hurtillos, y el ha-berse
esparcido la voz que por el alcalde de dicho lugar se le estaban forman- ,,
do autos por l adrón~~O.t ras veces no huyen por haber cometido un delito, E
sino que lo cometen para poderse ir, como Fabián de Betancourt, que casó o n
con una viuda a la que vendió con engaño toda su hacienda, para irse luego - m
O
a ~rnér ica'~o, Cristóbal Hernández Piñero, natural de la Gomera y vecino EE
de Icod de los Vinos, cuyo oficio primero fue ayudar a su suegro a hacer teja SE
y trabajar en el campo, «y por último se echó a tomar obras de seda [a distin-tos
vecinos de Icod] para llevar a vender a la Ciudad de La Laguna y Puerto 3
de Santa Cruz, y en el último viaje que hizo, allando envarcación para las In- O-dias
se embarcó con todo lo que llevaba»''.
m
E
Antonio García, casado con una esclava de D. Melchor de Llarena, ve- o
cino primero de Lanzarote y después de Puerto de La Orotava, hacia 1744 n
«se ausentó por motivo de una réplica que tuvo con el referido D. Mel- E
chon>12. Agustín de la Cruz, de Giiímar, se fue a Caracas a acompañar a un
a
n hermano de su mujer «que se quería embarcar por estar enfermo y que le - n
acompañase el dicho Agustín le ofreció el flete, y prometió que volvería a su
casa dentro de tres años»13. Antonio Fernández Morera, de Breña Baja, La
3
O
4. Ibid. Leg. CXLVI-20.
5. Ibid. Leg. XLIV-20.
6. Ibid. Leg. XCVIII-l.
7. Ibid. Leg. LII-7
8. A.M.C. Bute. Vol. XXV, 12 serie, fol. 130.
9. A.H.N. Inq. Leg. 3735, no 2.
10. A.M,C, h e j Vo!. XXV, 1% serie, fe!. 1%.
11. A.M.C. Inq. Leg. 11-46.
12. Ibid. Leg. XVIII-9.
13. Ibid. Leg. CXLI-21.
Nota para la bistoria de b emigranan& 6
Palma, se casó en 1762, pero sólo hicieron vida marital trece días, al cabo de
los cuales el párroco los separó por ser parientes en cuarto grado. Cuando
iban a pedir dispensa, la mujer le dijo al párroco que estaba embarazada y
que su marido era inocente, porque estaba fecunda antes de haberse casado
«de dos hermanos que fueron los agresores)). La noticia se hizo pública, y el
marido no quiso pedir dispensa y se embar~6'~.
Hay algunos casos pintorescos, como el de un tal Tomás, sujeto, al pa-recer
«de muy corta capacidad», que «salió huyendo de Islas por impenitente
[llevaba dos o tres años sin confesar] y teniendo noticia que la muger lo avfa
delatado se fue a Espaila [de aM iría a Cuba] y se mudó el nombre de Tho-mas
en Manuel por tener un hermano de éste nombre»15. O el de Ignacio
n 2-1 #---..:11- 3- 1- E A- 3- 1- L- T ---- :c- ..3-
V L S U I ~ ~ S UCL U~SUUU, uc rd L'UCIILC uc id v u a i i c r ü i , ~cnicruc, «uc cuiur»,
quien «por llevarse mal con su muger, llamada Andrea de Avila, su madre y
hermanos le facilitaron su transporte a esta Provincia» de caracas16.
El viaje, tanto de ida como de vuelta, solían emprenderlo juntos varios
familiares o vecinos del mismo pueblo. Los riesgos -los propios de la nave-gación
y la pirateria- hicieron proliferar las promesas de misas y limosnas1'.
Hay un testimonio muy interesante sobre los viajes clandestinos a América.
En 1772, Antonio Siverio, natural de Garachico, es denunciado a la hquisi-ción
de Cartagena de Indias por adúplice matrimonio». El Consejo encarga al
tribunal de Canarias da averiguación del prime; matrimonio)) y éste da las
órdenes al comisario correspondiente que procede al examen de los testigos,
la mujer, etc. Pero resultó que hacía más de un año que Antonio Siverio ha-bía
vuelto de Caracas y estaba viviendo con su mujer (el comisario lo sabfa,
por lo que fue reprendido por el Tribunal que le dio instrucciones suponien-do
que estaba ausente). Alertado el reo, los inquisidores, para impedir su
fuga, deciden que su persona «sea asegurada y puesta ex-causa custodie en
cárceles medias)).
Cuando le van a prender -depués de es-par «hasta después de la Ave
Maria, que es la hora en que sin estrépito y con el mayor sigilo se podrá exe-
14. Ibid. Leg. XX-30.
15. Ibid. Leg. CIV-26.
16. Ibid. Leg. CLVIII- 14.
17. Ibid. Leg. LXVIII-5, sobre la piratería: los ingleses apresan el navio «Gallarda», que salió
& Sanca Cmi, de Tener& r1 25-\Z--i745; Lrg. XC';;;I-1: aprcsan 10s ingi-S, hacia 1748, un
navío que se dirigla a Canarias desde Caracas. Sobre las promesas: la Carta 6 del APENDICE II.
No es arriesgado suponer que la primera carta-y a menudo la unica- que se escribfan los erni-grantes
al llegar a su destino, soiía ser parecida a &ta
cutan>- el referido Antonio «tuvo su escapatoria por algunos corrales o tras-patios,
negando todos el conocerle». El comisario del Puerto de la Orotava
supo que pensaba embarcarse en un navio inglés próximo a partir. Fue a ver
al capitán que le entregó la «guían - «W. Holioway/Receive on board the
bearer hereof Antonio Siverio. N" 23. Stuarman [sic: Stewardman] Clarkn -
«la qual -dijo al comisario-mandó anoche dicho Siverio, que incluió pidiendo
la devolución de los 20 pesos de su flete, en atención a no embarcarse ya».
No obstante el comisario previno al Capitán de Mar ((registrar la em-barcación
al tiempo de irla a levar y traerla». Todas estas precauciones sir-vieron
de poco. El Alguacil Mayor de la Inquisición de la Orotava escribia el
1 de octubre de 1772:
(c... devo decir tengo indagado no existe Antonio Siverio en Garachico, y
ser mui notorio en aquel lugar haver hecho viaje a la América, lo que no dudo
ejecutaría (no por el Puerto de la Orotava, pues tenía prevenido al Capitán de
Mar registrase con cuidado las Embarcaciones), si por un paraje donde llaman
la Rambla, por cuias plaias se an embarcado de noche, en los botes de las mis-m3s
embarcaciones inglesas, distintos sujetos adeudados, y que tenían motivos
para ausentarse de esta Isla, a cuio juicio se &ade haver sido ésta su intención
y tener para su transporte, todos con destino de pasarse a las costas de Cara-cas,
segun es notorio...))
El comisario de Garachico es de la misma opinión. Escribe el 5 de oc-tubre:
(L.. tengo para mi seguro se embarcó el dicho Siverio por donde lla-man
el Guindaste, parage'entre dicho Puerto [de la Orotava] y éste, con
otros dos que le acompañaron de éste lugar, en el paquebote inglés que salió
de dicho Puerto para la América con otros muchos que tenia a bordo, asi de
éste lugar como de otros de esta isla». Y el comisario del Puerto de la Orota-va,
escribe el día 6:
c.. pero me inclino a que se avrá embarcado por algún parage remoto,
como lo han executado otros, o bien en la misma embarcaci6n en que intent6
salir, mudándose el nombre, o bien en otra qualquiera, que diferentes se han
presentado desde que se le di6 el espanto hasta oy, con especialidad en el
Puerto de Santa Cruz; y sabemos con la experiencia que los capitanes por su
propio interés, depués de hazerre a !a x ! a cprd9 no p~edcnm e! ~ i s z ~ ~ o
Puerto, reciven sus pasageros que antes dexan palabreados. Estos días se ha
hechado un vando con graves penas sobre este propio asumpto ... »18.
Notar para la historia de la emigraciión 8
En América unos pocos alcanzarían cierta riqueza. Sus paisanos cono-cen
y comentan la historia. Y acuden a contemplarles -son como un espec-táculo-
cuando se les presenta la oportunidad. Gerónimo Magros, vecino de
Giiímar, donde estaba casado, con dos hijos, partió para América hacia 1760.
En Bahia Honda se volvió a casar con «María Paulina Parra, hija del Capitán
de Milicias Pardas Dn. Bartolomé Parra y de Juana María Figueroa, que le
dieron en dote como 1.500 pesos, inclusive una negra. Tuvo tienda mestiza
en el retiro de dicha Villa, y regándose la voz de que era casado en su tierra
se ausentó, llevándose consigo la dicha negra, y lo demás que habia diciendo
a su muguer que iva a Santa Marta a encontrarse con un hermano y que he-go
volvería; esto havrá como 14 años en cuyo tiempo no se ha sabido más,
dire una mujer de Bahía Honda en 1779. El comisario de esta ciudad -que lo
D
supo por la madre de Maria Paulina- dice que la fuga fué exactamente al
amanecer del 16 de agosto de 1786, en compalifa de otros isleños que tres E
días antes «se le habfan arrimado» y de la esclava llamada Marfa Rita «por ze-m
los de la qual havia havido entre ellos varias desavenencias; dejando al descu-bierto
la dote de la Paulina de mil pesos, pues aunque se le encontraron en la
tienda algunos efectos, apenas huvo para satisfacer la cantidad de-500 pesos
en que el padre de Paulina lo havia fiado para con Dn. Francisco Moreno, ya $
difunto». --
0
Ahora veamos lo que declaran unos vecinos de Güfmar que habían es-tado
en Venezuela. Uno oyó que habia contraído matrimonio con una mula- E
ta hija de un mercader rico. Otro que estaba poderoso y aún se adelantan
n
las voces hasta decir que tenía allí Govierno en aquella población» (((en un
país muy retirado de la Provincia de Caracas, aunque en tierra firme»). Y
otro oyó decir a unos paisanos que: n
n
c.. tenía dos o más hijos, y que su nuevo suegro era muy rico, y por tan-to
le habia dado un vergantin que governara, cuyo Pueblo o Puerto liarnan
TT-11 3. n - 3 . TT-LL TI-->- r-. -- I u ~-.I. iA ::* ..- a m - ~ ~ i -.- v u a uc: uxiua, o v arria riuiiua ~y S D L L L L ~su~ LZ ~ ~ a1~ t-,ua -1 ~ ~ iy-1"~yY C
Gerónimo ~ a&ohsa bía liegado a aqueila vahia con un vergantín suyo, que el
declarante fué a ver a la fama, y estando el declarante un día en compañia del
mismo español, paso un hombre vajo redoblado, de volante y espadín, con sus
risos en el pelo, y le dijo su compañero: ved ahi el Gerónimo Güimarero, tu
paisano19x
18. A.M.C. Inq. Leg. LV-5.
19. Ibid Leg. CXXVm-23.
9 Jesús Gmzd/ez de Chive
La misma curiosidad sentían los paisanos de Cristóbal G o d e z Man-te,
de Tacoronte. Hacia 1755 -unos doce años después qi.e se fuera a Améri-ca
Cristóbal- unos vecinos de Tacoronte, de paso hacia Caracas, pasaron en
la isla de Trinidad, saltaron a tierra y vieron a Cristóbal.
«... quien ostentaba con mucho aparato de riqueza, y tenia criados consi-go;
con cuio motivo y el decirles alií que estaba mui rico, les movió la curiosi-dad
de indagar su conducta por ser paisano; y Juan de Miranda, ya difunto,
que era uno de los paisanos, le dixo al declarante que avfa estado en la casa del
dicho Cristóbal Conzález, y que lo avfa portado y regaiado mui bien, de lo que
traxo bastante a bordo, en donde estaba el testigo, asegurándole estaba alíí en
dicha isla casado con una seaora y tenfa familia y bastante
Pero estas son las excepciones. La mayoría se pasan la vida cambiando
de ocupación y de lugar hasta que regresan o se resignan. El bajo nivel de
vida de muchos emigrantes se refleja sin duda en el matrimonio que contra-jeron
con esclavas, negras o mulatas2', o con indias o zambas22.
En 1762, a los 44 años de edad, respondiendo a los inquisidores sobre
«el decurso de su vida», Eugenio Antonio Cabrera nos da tal vez la biografía
del emigrante «medio». Nacido en Las Palmas, a los ocho años va con sus
padres a Santa Cruz de Tenerife. Allí aprende y ejerce el oficio de zapatero
en el taller de su padre. A los 18 años se casa contra la voluntad de sus pa-dres.
(Su mujer declara que asiendo unos pobres, no podían poner y mante-ner
casa, que poco a poco fueron juntando sus alhajitas y pusieron casa en
dicho Puerto; pasando la vida, no obstante, su marido en casa de sus sue-gros,
comiendo, y ahún durmiendo, en ella lo mis del tiemp, y ella
-huérfana- en casa de José del Castillo, vecino de Santa Cruz, seguramente
haciendo de criada). A los dos años de casado salió para Caracas, adonde tra-t6
y comunic6 con sus tíos y otros paisanos, ejerciendo de zapatero en casa
de ni t h Grepric::. A !a seis &es se emharc6 -a La Iiabma, iieii e! iia-vio
que compró Manuel el zapatero, que era una presa ynglesm, con otros is-lefios
y caraquefios. En La Habana puso una pulperia con un palmero que
llevaba algunos años alií. A los dos años, su socio se habia venido a las islas,
20 Ihid. kg. Cnl-33.
21. Ibid. Leg. CIV-11, en Caracas; Leg. CXXIII-7, en San Juan de los Remedios, Cuba; Leg.
X-34, en Carnpeche.
22. Ibid. Leg. CXLVI-20 y CLVIII-14.
Notas para la bistotia de la emz&ación 10
vendió la pulpería «y se internó en los campos o en el monte de aquella isla a
buscar su vida, comprando y vendiendo». Al cabo de un año volvió a La Ha-bana
y se embarcó para Puerto Rico, donde «se di6 a comprar y vender, sin
tener domicilio fijo)>, hasta que se casó por segunda vez y se avecindó en el
pueblo de Mayagüey, jurisdicción de la Villa de San ~ e r m á n ~ ~ .
Si difícil era la vida para el emigrante, más lo era para la esposa que
quedaba esperando. No siempre el marido podía «socorreda> enviándole al-gún
dinero. Es una carga para su familia. Se ve obligada a compaginar el tra-bajo
de la casa y el cuidado de los hijos -si los tiene-, con un trabajo remune-rado:
lavar ropa, coser, vender agua por las casas, etc. La mujer de aquél que
se fue a Cumaná después de haberle vendido atodo lo que tenía, así de vifias,
como tierras y alajas de la casa», veinticinco años después, en 1712, atiene
2
por oficio pedir limosna de puerta en puerta»24. De limosna, también, se en- :- E terró la mujer de Cristóbal Hernández Piííero, en 1750, en Icod de los Vi-nos25.
---
Cuando el comisario de La Laguna escribe al cura de Güi[mar, para que f
haga pasar a la mujer de Agustín de la Cruz Ramos -que llevaba cuarenta 5
años ausente en Indias- a aquella ciudad para examinarla, el cura le contesta
-el 10 de febrero de 1804: «haviendo procurado informarme del estado de
pobreza de la Ana de tal [sic], i&ero que el alquiler de la bestia para pasar le
hace falta para su necesaria manutención, pues casi se sostiene de la rueca»
(su oficio era «hilar, coser y demás goviemo de su
La pobreza tal vez no sea lo peor. Pendiente de los barcos y de la gente
que llega de América, su vida está para siempre ligada a un hombre al que, a
menudo, apenas conoció. Una mujer de la Guaricha, Tenerife, que sólo vivió
con su marido dos o tres meses, interrogada por la Inquisición en 1759,
veinticuatro años después que aquél fuera a Indias, dice no saber la edad de
su marido, «y de sus señas solo hace memoria ser de cara redonda y triguefia,
y de mediana estatura; y no puede acordarse de otra cosa, por el poco tiempo
qw Ps~2&r~jnl m ~ s > F3 r~a~& r ~C &rpr% -&-"ras,s e Casd a !nr 17
años y a los pocos meses se fue a América. Quince años más tarde, en 1761,
haciéndose pasar por otro, trabó relación con su mujer (y la familia de ésta y
23. Ibid Leg. LiV-26.
24. A.M.C. Bute, vol. XXV, 1' serie, fol. 158
25. A.M.C. Inq. L g 11-46.
26. Ibid Leg. CXLI-21.
27. Ibid Leg. XLiV-20.
11 Jesús GonzáZez de Cbávez
los amigos), diciendo que trafa noticias de su marido2*.
Si el marido no le escribe, pide a los que llegan noticias suyas. Las res-puestas
son vagas y contradictorias.,Escriben a América. Si saben el lugar
donde esta, generalmente al vicario o al obispo para que los haga volver. Si
no, siempre hay quien se presta a hacer averigüaciones -a parte, claro está,
de la familia. La mujer de Gerónimo Magros escribe a un «caballero» de Ca-racas
-al que vemos haciendo gestiones entre los paisanos- para que se lo re-mita
a las islas29. Una mujer de La Laguna escribe -el 10 de enero de 1729-a -
su marido, en México, recordándole la pobreza en que se hallaba con sus dos
hijos. La carta, que iba dentro de otra del superior del colegio de los jesuitas
de La Laguna a un vecino de la ciudad de México, recordándole lo mismo, y
encargandoie ia entrega dei marido (?a ias autori&es eciesiásticas?j, no iie-g6
a su destino, sino que fue a parar al tribunal de la Inquisición, porque el
marido se habfa casado, hada dos años, en sinaloa30.
Algunas mujeres se «resignan» a la suerte que les tocó. Catalina Gonzá-lez,
vecina de Santa Cruz de Tenerife, a una vecina que le preguntó por qué
no se iba con ella a América, le respondió «como havfa de venir, si le havian
dicho que su marido ya tenla muger, que no venfa a que la mataran»31. Algu-nas
se podría decir que intentan rehacer su vida: María de la Concepción Ro-drfguez
fue a «España», «en solicitud» de su marido -que estuvo en «los Na-vfos
del Rey» antes de ir a Campeche-, con el que sólo había vivido un año,
más o menos. No lo encontró y se volvió a Santa Cruz donde tuvo dos hijjs
que, al decir del comisario del S.O., (ha criado como tales)). Su marido dice
en México a un paisano «que no avfa buelto a Islas por las noticias que avfa
tenido de lo mal que se'portaba su mugen>32. Juan Pérez Garda, de Brefía
Baja, La Palma, al volver después de cinco años, caviendo savido que dicha
su muger vivió divertida con otros en su ausencia, no hiso vida maridable
con ella, y pasado un año se volvió para las Indias». El juez eclesiástico le
obligó a que viviese con su mujer, pero el justificó el adulterio -habfa tenido
un hijo con otro- y no le En definitiva, si para alguna pudo ser
un alivio quedarse sin marido a m o aquella cuyo marido le daba mala vida
28. Ibid Leg. CLXXIV-71.
29. Ibid. Leg. CXXXwI-23.
-z n- . T-M -r- p g. mw-12.
31. Ibid Leg. LiV-26.
32. Ibid. Leg. X-34.
33. Ibid Leg. CLW-2
Notas para ¿a hziforia de fa emigración 12
en cuyo tiempo estaba -para la mayorfa es indudable que consi-tuyó
un drama cuyas dimensiones, a través de la documentación, sólo pode-mos
entrever. !
LAS CARTAS
Las cartas que reproducimos -todas las que están completas en la docu-mentación
que hemos manejado- tienen de común que en elias se alude a un
caso de bigamia -que es la razón por la que fueron a parar a la Inquisición-,
aunque sólo sea de pasada, como en la %tima (la frase subrayada). Todas, ex-cepto
la segunda, fueron escritas por emigrantes canarios. Varias tienen el
mismo destinatario (3 y 4), o el mismo autor (de 5 a 13). En éste último
caso, a pesar de la repetición de los motivos, hemos optado por publicadas
todas, porque no sólo interesa, creemos, la «información», los datos que nos
transmite, sino también lo que pudiera llamarse el <<estiloo» la «retórica».
Sobre la correspondencia de los emigrantes (quiénes escriben las cartas,
quiénes las llevan, etc.) hay bastante información en las cartas que reprodu-cimos,
y no la vamos a repetir aquí. Pero si es necesario sefialar, que si bien
las noticias circulan -a ambos hdos del océano- con una rapidez asombro-sa35,
el papel de la correspondencia en este tráfico es secundario. General-mente
las cartas -en lo referente al delito de b i i a - , solo ratifican lo que
era «voz pública» entre 1; población. Los emigrantes que se desplazan de un
lugar a otro, y los marineros -por algo son los primeros que llama la Inquisi-ción
para interrogarlos- son los principales vehículos de información. En sus
desplazamientos -buscando fortuna, comerciando, en las escalas del viaje de
ida o de vuelta-, no s610 llevan y traen cartas y encargos, sino que se enteran
e informan de la vida y milagros de los paisanos, los que están repartidos por
América, y los que se quedaron o volvieron a las
34. Ibid Leg. CXXIII-7.
35. Esto se refleja en el hecho de que entre el segundo matrimonio -la comisión del delito de
bigamia- y la denuncia, no suele pasar mucho tiempo. De 17 casos de los que sabemos la fecha
del segundo matrimonio, 12 son denunciados antes de que pasaran cuatro años. Para valorar
adecuadamente este dato, es preciso tener en cuenta que son gente que iieva 17 o 18 años en
America -en dos o tres lugares distintos, cada uno sin escrib'u a la familia, y que para casarse so-lían
marchar «tierra adentron y rehuir el trato de los paisanos, -para que no los denunciasen-, y
qi l~ ~&"cw!Jes ~m =& teln. dl- qx e! mtm&mdmto &! &= de bi-e--i"-" -'- ""
petfa -tambi&- ai Santo Oficio, lo que retrasaba ias denuncias.
36. A.M.C. Inq. Legs. C m - 2 8 , CLXVI-49, X-34, CXLW-22, entre otros.
Las cartas se reproducen sin otra modificación, que el desarrollo de la
mayor parte de las abreviaturas, y la corrección de la puntuación mando la
origind dificultaba la lectura.
APENDICE 1
Cuadro 1
--
Tiempo que hace que emigraron (en el momento de la denuncia)
No consta: 17 (29,8 %)
TOTAL 40 1 O0
Cuadro ii
Tiempo que hicieron «vida maridablew
No consta: 19 (33,3 %)
TOTAL 38 100
1. Porcentajes, siempre, sobre el total de casos con información al respecto.
2. Los años se redondean por arriba Así, en los 12 primeros casos estk incluidos los que
vivieron 2, 3 6 4 meses -e incluso 13 días-, con su mujer.
125
Notas para h historia de la em@ración
Cuadro PII
Hijos que tuvieron
No consta: 12 (21 %)
Hijos Bfg %
E
E
Cuadro IV 2
-E
3
Tiempo transcurrido entre los dos matrimonios -
No consta: 44 (77 %) -
0
m
E
Años Bfg O
n
19 2 -E
18 1 a
16 1 2
n
15 n 1 n
13 2
3
9 3 O
8 1
5 1
4 1
TOTAL 13 MEDIA: 1 1,5 años.
3. Hay que tener en cuenta que en un porcentaje muy alto, estos hijos murieron en los pri-meros
años de vida Pero, ¿supieron los pdres'que habian muerto?
126
APENDICE 11
CARTA 1
Jesús Gonza%ez de Chávez
Madre y mui Sra. miz quiera Dios nro. Sefior que cuando ésta llegue a manos
de V.M. y le alle con la mui cabal salud que io para mi deseo, en compailia de mis
hermanas; la mia y de su hija Cathalina y de sus nietos es buena a Dios grasias, para
enplearla en cosas de su maior gusto, que lo aré como es mi obligasión, pues el amor
de hijo no da lugar a otra cosa. Solo deseando sus aumentos y saver de su salud doi
cuenta a Vmd como fué nro. viage rnui felis por aver llegado a salvamento, aunque
fué dilatado por aver ilegado a Cumana de arrivada, donde gallé notisia como mi pa-drasto
estava casado en &o lugar de Cumana y fi en busca dél, preguntando por su
nvmhre de Ca-lih de -,rw.tac~*r, ydeñv, cpe vise en mi !ew, q.;i?et enfa &cie de "ae--
rrero, y me davan por notisia que alli estava un gerrero islefio del lugar de tacoronte
que se llamava sevastian de ventacor, de do se a mudado el nombre. Donde fué Dios
servido que dí con su casa, a donde lo ailé trabagando por su oficio, y aviendo ydo
con otros tres amigos, con escuca de una suela, por conoserlo si era él; y luego que lo
saludamos nos pregunt6 de que si aviamos venido en estos navios, y le digimos que
si; y nos preguntó de que lugar éramos y io le dige que era del lugar del Sausal, a don-de
me preguntó que donde vivía, y io le dge que gun a el calvario, y me lo volvió a
preguntar que si de la parte de acá o de la de allá, y io le respondí que en la parte de
allh [...] via sonsacAndolo por ver si el me desia algo tocante a ustk, y preguntandome
a mi que si mirándolo a él que si le dava algun aire por quien el preguntava, y io le
dige que me diera los nombres, que como los conosiera que si dada raz6n; y a donde
me preguntó que si conosia a Diego Ventacor y le dige que si conosía, y el me dise,
pues es mi ermano, y me digo que como le iva, y le respondi que con muchos trava-gos,
donde le dige que avia enviudado, y que se vfa buelto a casar, y me digo él que
ya lo savia, donde me preguntó por toda su gente, y por su ermano Lorenzo martin,
y por sus hijos, y io le dige que todos estavan buenos; tanvien me preguntó que si co-nosh
a su padre ventacor o a su madre, y io le dige que no, y preguntando por todos
los amigos y vesinos asta serca de nra. casa, y preguntandome que si conosfa a Ana
madalena, y le di- que si, y el me digo si era muerta o era viva, que dada cualquiera
cosa de sugasi [sic] por saver si era muerta o era viva, y le dige que todavk estava
viva; y me preguntó que si un nino que tenía, que si avia muerto o estava vivo, y le
dige que avfa muerto, y me digo que si vivia todavia gunto a las al&ndigas, y le dige
que sí, y k pregunté io que si conosia a favián de ventacor casado con Ana madalena,
y me digo que si conosia y le dige que donde [alsistia y me digo que en la tier[r]a den-tro,
y le dige que si el muchacho que trugo, que si era muerto o era vivo, y el me digo
quien [sic] Juaniiio tanvien esta en ia tierra dentro; y lo le dge que avia cumplido
como ombre de vien con sus obligasion [es] en averle vendido su gasienda [a] aqueiia
pobre viega y averse venido, y entonses el me chgo que ustC tenía la culpa de averlo
Notas para la historia de la emigración
prendido para casarse con él, y entonses le dige que por el ombre que preguntó que
era io su entenado del, y entonse se quedó amarillo y largó la gerramienta por la
mano, donde nos convidó a todos los que híbamos a chocolate y aguardiente, y me
ofresió la casa y la persona, que si quería llevar mi familia a [alsestir a su casa en el in-ter
de que estuviéramos en tierra, y io le df los agradesimientos y mudó de conversa-sión
y empeso a gablar con otro despues que supo de que io era su entenado, a donde
nos despedimos y nos fmos con dios, y fmos a una casa do[n]de Salvador rramos me
escrivió una carta para el vicario en nombre de usté, y se la df en ma[no] propia, es-criviendo
como estava casado en islas con usted y como usté avfa tenido notisias de
que se casó en cumaná; y me mandó llamar el vicario, como supo de que io era su en-tenado,
con dos guardias porque no tuviera algún perguisio, y me tuvo media noche
en su casa preguntándome qué cuantos años abría que avia salido de allá, y le dige
que el tiempo a que vino sería poco más o menos abría veintiseis o veintiocho años,
que avla venido de allá, y él me digo que eso puede aver, y me digo el vicario que
avfa veintidos o veintitres años que estava casado en cumank y estando para aser la
informasión, aquella misma noche los levamos, pero mi declarasión la ise aquella no-che,
y no sé en lo que abrá parado; y así esta carta la ensefiará Vm. a el Sr. Comisario,
para que escriva sobre esta materia; y se llama el vicario de Cumaná D. Baltasar de
Osorio, para que Vm. le pueda escrevir, y al Sr. Comisario en Amaro pargo puede
Vm. escribir porque el va a la costa de caracas, y de allí a Cumaná se va en dos días
por tierra, y me escrivirá Vm. a mi otra para que io la rremita; y así por eso no se ol-vide
de escrivir por allá. porque van más seguras, y con esto no tengo más que desirle
a Vm.
Recevira Vm. un peso y una libra de tavaco, que se lo entregará mi compadre
Domingo de Silva, que a el se lo mando remitida en Sta Cruz, y me perdonará que
esto por aca esta mui alcansado, que quien le manda eso le mandara más si tuviera,
que a buelta de navíos estaré mas desagogado para cumplir como hijo de vendisión.
Recevira muchos recados de Cathalina, y de su nieto Luis, y de Joseph y de Pablos un
abrazo, y a mi emana mari pérez que me perdone, por amor de Dios, que como Dios
me de salud no me olvidaré de ellos; y mis memorias a mi compadre Salvador dias, y
a mi comadre y a los muchachos; e tenido &n de mi emano lásaro que está él y
toda su familia bueno y de salud; y muchos recados a todos los vecinos que por mi
preguntaren, y a Dios que guarde a Vm. muchos anos. ~ a b a n aA gosto 24 de iií¿
a.
(A.M.C. Bute, vol XXV, 1. serie, foL 159- 160)
CARTA 2
Hermanas y ~ e r i d ams ias, sumamente tendr6 aprecio, y sumo placer de *e es-teis
con salud, como la apetesco, en la compañía deseada La mía queda a vuestra dis-posición,
para quanto dispusieres; yo por ser la última que escribo de esta Isla a Patri-
cia, tmbidn lo hago a vosotras, preveniendoos de que para principios del mes que
viene sobre ocho dfas más o menos, saldremos para nuestro viage a Buenos Ayres, en
un buen navfa que nos remitió el dueño, que a toda vigilanza y cuidado se anda ha-ciendo
la descarga de éste en que estamos para el que vino; y así, aunque yo de aquí
lo hize de quatro cartas, para quatro compadres, relacionando en ella lo que nos ha
pasado, va a tres meses, no tuve respuesta, pudiendo ser porque de Cddiz no faltan
navíos que vengan para acá, y no soy merecedor de respuesta, que me parece será en
Buenos Ayres, yo de alií daré mi razón y si acaso, escribo en punto a Leonardo, po-dreis
azer se execute, porque ay un buen arrimo en Cddiz para su embarque. Y rinde
la fortuna para todos y sobrinos; aquí en este Navío es un infierno en el trabaxo, yo
tengo este alivio, lo que no tienen otros; y así valga para todos mis compadres con su
abrazo y memorias, no os encargo más que tengdis cuidado de esa Pupilares que yo
sabré pagar creiendo Dios, con esto no os causo más sino que escriv&s a ia Ciudad de
Buenos [Aires], y esta encarga haréis a mi compadre Dn. Bentura Vazquez y Dn.
Thomás Pardinfias, dándoles mis memorias, y a Juana cuya vida Dios guarde muchos
años. Vuestro hermano que más bien os estima. Diego. =hermanas de corazón Geró-nima
y Luisa= a la Croca no le digo nada, pues el Juramento se ha de cumplir.// Dn.
Bentura Vazquez, o Dn. Thomas Parduias, pasarán al Campo de Noya, estarán con
Pasqua, la hermana de la muger de Luis de Moledo y de ella sabrán, u de otra paerso-na,
que lo sepa, como se llamaba su marido, y si es que se llama Antonio Montoto,
decirle que su marido se a b vivo en la Ciudad de La Laguna de Islas de Canarias, ca-sado
ha unos cinco años más o menos, tiene unos tres hijos chiquitos, se alla Minis-tro,
en cuya casa dormió un paysano. Yo supe esta razón de que se llamaba y apedi-llaba
así, por su apellido y nombre y de haverme dichome un paysano de la Conifia,
que se halla casado en Santa Cruz de Tenerife, que era de Noya, zapatero, y aver an-dado
a cono en Vigo, mozo alto, bien parecido y algo cargado de espaldas, vine en
conocimiento ser el marido de Pascuiña; el preguntaba a los de abordo si abía alguno
de Noya, dixéronle que si, dixéronle mi nombre y apellido, dixo a unos que bien me
conocía y a otros no pero que él era de la Conúia, y bien conocia a Paulos Porqueyra
Srio. con éste término (que se dexa al discreto lector). Yo en las veces que fui a tierra
que fueron unas dos veces, no le d é por ser distante de esta Ciudad a La Laguna
d a s &cü legas; si zcasu aUaie foliiia de p d e i ! ~v er, && n ü e b z-,+o, y si no p-ciencia
y queriendo la muga hacer cosa alguna para que venga, y salga del amanceba-miento
saque la fe6 de casados, la remita al Cura de la Ciudad de Tenerife de la Isla
de Canaria, encarghdole este cuidado para lo aga se retire; y la carta sea con toda fir-ma;
yo por las seflales que hize dé1 a su amigo me respondió a todas, y las allo claras y
ser el mesmo, todo sea en secreto el término del eredicto. [20 de septiembre de
17501. 1
(A.M.C. Inq. leg. LXXXIII -2, fol. 9-10v.)
Notas para L historia de la emigración
CARTA 3
Hermana Teresa benitez
Querida y estimada hermana de toda mi estimación y c d o . La dibina magesta
de dios permita que al resibo de hestas cortas letras te den gosando de la próspera
salud [que] yo te deseo en conpañía de la nu?a y de tu querida madre; la mía hes bue-na,
la pongo a tu disposición para que me mandes en las cosas de tu mayor agrado.
Hija, yo he procurado por tu marido y las noticias que he tenido de hél hes que hestá
casado en gol@ [Sic: Holgufn]; hestá mui hitante de aquí pero no me yre sin llebarlo
porque aré diligensia aunque sea con el obispo; por hésta puedes llamar a Catalina
para que apersiba esos mediesitos que con Joseph Motigios ban tres fuertes y siete ro-sarios
de la manitiaca y uno de Jesús María, y uno de los rosarios es para t:, y a ma-nos
de tu hermana Josephita ban remitidos seis pesos fuertes. Y con esto adiós, que
es lo que por aora se ofrece, bid0 que Dios te guarde muchos años, havana y febrero
12 de 1757, de tu tio que desea el bese, Joseph Baute.
(A.M.C. Inq. leg. CLm-12)
CARTA 4
Amiga de mi maior estimación i c a d o Teresa Benites mi mui estimada.
resevi la tulla el día tres del corriente, que fué para mi de mucho gusto por aber
sabido cosas de la cava1 tu y tu familia; Teresa, en cuanto a las quegas que me das de
que no me acu[e]rdo ni ago memoria de ti, son escusadas porque iio nunca pudiera
olbidar a las personas de mi c d o ; es berdad que no os mandé carta porque no d é
quien me la escriviera, pero en la carta de mi Joseph os mandé memorias i que te di-gera
que tu marido, las noticias que d é dé1 que estaba para casarse en la bana i lo
supo tu conpadre rafael i ce lo estorbó, entonses ce fué tier[r]a dentro i ce casó, se-gún
me informó tu conpadre rafael espinosa, no a echo diligencia ninguna lo que
puedes aser mandar un poder a el Sr. Obispo para que lo precure i lo remita para ailL
Sobre lo que me dises que no te dí pañe de mi casamiento, no me agas tan ingrata,
que cuando ce fue el nabío todavía no estaba sierto, que si barbarita lo supo fue pon-
[que] el nobio escrivió la carta i lo puso sin que llo !o supiera, que esperando está el
que ubiera barco para darte paae de mi estado, que a sido con toda felisidad, grascias
[sic] a el ceíior e topado con un compañero que no lo meresco porque mira por mis
ijas más que por mf. De Concesión [sic Concepción] te digo no ce 2 casado porque
no a querido, que buenos casamientos a tenido, i hombres de conbmiencia; pero por
uno no quiso con los otros. Prima maría os contará las bireudes de concesión, que no
lo as de creer, que llo quisiera estar junta contigo para contarte las pesadumbres que
me ha dado mi ija, no teniéndolas yo con mi marido, que doi qnlfuritas gracias a Dios
el aber topado el hombre que e topado. Lla os digo que aquí tienes un criado a quien
mandar, i lo mismo me lo dirás a m madre, ila tu hemana, lla Sa Ursula Capota me-
2 1 Jesús Gonzáiez de Chávez
morias i que aqui tiene un criado para que lo mande, i tanbién te partisipo como estoi
ensinta, me d o de ocho meses, encomiendemen a mi SS de Candelaria El encargo
del rosario b tendrá Vmd. en diendo Juan dudo; eso y lo que te ce ofresiere estoi
para servirte, a tu madre fmas memorias, lia Josefa lo mismo, que Salvador está bue-no,
que todos los más de los dfas lo beo i me dise ce ba, porque lo tengo bien aconce-gado
que ce baiia a su casa; me darás memorias a la tía maría benites i le dirás como
me casé, memorias a la tía mari felisiana i a toda la familia le dirás de mi casamiento,
lla simismo a todos los conosidos, memorias a tio Juan migu[e]l lla sus ips, lla todas
las besinas que de mi se acordaren memorias; lia parte desto celebraré que ésta os d e
gosando de cava1 salud en conpaiia de tu nifía, la mía y la de mi esposo es buena, glo-ria
a Dios, i pronta a obedecer ordenes de Vmd., y seso no de rogar a Dios me le
-m arde i dege ver.
Bana i marso 4 de 1757 as. Servidora de Vmd. S. ma. B. S. Rafaela María Rodrí-gues.
(A.M.C. Inq. leg. CLIii-12)
CARTA S
Tfo mfo Pedro Pantaleón
Me alegraré que al resivo de ésta le d e gqsando de mui cabal salu en conpaíífa
de mi tia y de todos mis primos, que llo estoi bueno gracias a Dios, para servirle en
cuanto se le ofresca. Sr., a mi tia Rafaela que tenga ésta por sulla, que llo estoi bueno,
gloria Dios. Sr., ai ynbio para mi padre y mi mujer y mi tío Antoni anjel, seis pesos
con una carta, y ésto lo lieva Pedro, el de Jeneto, marinero, hijo del Sr. Pedro Maain,
el que era alcalde del Sobradillo. A mi esposa que me partisipe siempre que aiga barco
de todas las nobedades que hubiere y todas las personas que le hisieren bien, para es-tar
en el agradesimiento y si pudiese aserles algún favor no escusarlo. Sr., los seis pe-sos
que lleban son uno para mi tío Antonio y los otros sinco para mi padre y mi es-posa,
a mi hermano Francisco me alegrar6 que no seanpare [sic: desampare] a mis pa-dres,
que bea que con eso gana mucho para Dios y para el mundo y que procure el
ser honbre de bien que Dios le premiará.
Sr., resebirán memoria de Sr. Juan García el de la Rosa, que él está bueno para
servirles, y resebirán tanbién memorias de Luis Seraja, que él está mui sentido de su
padre, porque no se acordaron de él, que dise que si lla no abfa papel en el mundo. Y
con ésto sesa, y no de rogar a Dios los guarde muchos afios. Havana y Junio 29 de
1760 as. Su sobrino que más le estima Joseph Antonio Rodripes.
(A.M.C. Inq. leg. XCIV-17)
Notar para la bistoria de la emigra&
CARTA 6
Padre mío y Sr.
Será para mí de notable gusto que al resibo de tsta le alle a su mersed gosando
de la salud que llo para mí deseo en compafiia de mi mui querida madre y mis herma-nitos
y hermanitas. La mia es buena, gloria Dios Nro. Sr., para que sus mersedes la
ocupen en cosas de su mayor agrado, y juntamente mi querida esposa y toda su fami-lia,
que ilo esto[y] para servirles. Padre mío partisipo a sus mersedes primeramente mi
biaje, como llegamos a esta ciudad de La Havana el día 21 de junio con toda felicida,
gracias a Dios. Aora partisipo a su mersed como luego que llegué a esta ciudad, antes
de saltar a tierra, binieron barios paisanos y me isieron mil favores, el primero fué
Luis Albares y su hermano Juan Albares, y en fin que todos me an hecho más favores
que los que me meresco, Dios se lo pague a todos, estoi sumamente agradecido. Sr.,
i. clrtl cpp tzjp de Sr. Fratnrirco e! que está en lo de bosa [sic BomJ se la entregué
en su mano, esta bueno gracias a Dios. Sr., partisipo tanbién como luego que llegué
estuve trabajando a jomar en casa de Sr. Domingo Albares unos cuantos dias, me
daba todos los días dos reales y medio de plata, y aora estoi para acomodarme a sala-rio
con que Dios quiera que tenga salud, que para travajar no me falta, gracias a Dios.
Partisipo tanbien como Sr. Juan Morena queda bueno, y todabía en su bodega. Sr.,
remito a sus mersedes con Pedro de Jeneto, marinero, hijo de Sr. Pedro Martfn, el
que era alcalde en el Sobradillo, ynbío seis pesos fuertes, el uno se lo dará su mersed a
mi tío Antonio Anjel, y los otros sinco partirá su mersed con mi esposa Y encomién-deme
a Dios, que si Dios es serbido no me a de ir mal y no dejaré de remediarlos en
todo cuanto pueda. Sr., me hará su mersed el favor de cumplir una promesa que hise
y es que me le mande a desir una misa a las ánimas por mi salud, lla mi esposa que
me le mande desir otra a la virgen de Grasia, que fút promesa que hise.
Sr., partisipo tanbién como todavía del barrilito de fruta no sé como quedará, ni
sé si me dará para el flete, y con ésto muchas memorias a todos mis tíos y a todos los
que de mí se acordaren. Con ésto seso y no de rogar a Dios les guarde muchos años.
Havana y Junio 29 de 1760. Su hijo que más le estima Joseph Antonio Rodngues.
(A.M.C. Inq. leg. XCIV- 17)
Padre y Sr. mío.
Dios nro. Sr. quiera que a la recepción de ésta sea su salud tan feliz como yo
p mí deseo. La que yo disfruto a el presente es buena, gloria a Dios, para lo que
fuere del servicio de V.M.
Sr., siento especial no me aia V.M. escrito en estos nabfos que an benido, no sé
quai sea ia causa siencio V.M. tan afecto a que io ir esüiva Sr, yo tiiic a% siefiaiíeíi-te
deseoso de que sepa V.M. lo sensible que mes el que V.M. me noticie de esa mujer
que me dieron para esposa, la que suplico a V.M. no me la mencione jamás en sus
cartas. Puede determinar casarse con quien fuere servido, pues eiia se olg6 de aser de
mí su gusto, aora lo ago io que estoi en tier[r]a iarga; io me bio aora a un corte del
rei, Dios sabe quando saldre de éL Que se case con quien quisiere, o no se case, que
conmigo ya no se juntará. Con S&or Manuel Siberio ynbió a V.M. quinse pesos fuer-tes,
dies para V.M., quatro para mi tia Agustina y uno para una misa a mi S° de Gra-sia
Sr., partisipo a V.M. como si Dios es servido, para el mes de disiembre dispongo
ponerme en estado. No por eso pierda V.M. las esFranzas de verme, que (si Dios me
da vida) no dejaré de ir a esas islas. A todos me dad V.M. memorias. Seso de moles-tarle
y no de rogar a Dios por V.M. Havana y octubre 12 de 1764. Be. M. de V.M.
su hijo que le desea ber. Antonio Rodrigues.
A mi madre y mis hermanos que tengan ésta por suia, que no les escrivo aora
por no tener lugar, que en otro nabío les escribiré a todos, y a mi hermano fMnjsisco
que e tenido por notisia como está para casarse con una yja de tío José Matías, pero
puede desir quella no tiene emano, ni precure saber de mi, que estoi informado de
toda su pare[n]tela, y escribiéndome mándeme las cartas a señor Juan Arbares.
(A.M.C. Inq. leg. XCN-17).
CARTA 8
Tía y Sa Agustina
Dios nro. Sr. quiera tenga V.M. salud, y mis primos; Yo al presente me hallo
alentado, gracias a Dios, siempre deseoso que V.M. me mande en que le sirva. S*,
aunque no recevf las cartas que V.M. mescrivió con sefior Manuel, por avérseles per-dido,
estimo su aquerdo y selebro que tenga V.M. salud y todos los de su casa Sa,
partisipo a V.M. como estoi prósimo a casarme, i pues esa seííora iso su gusto conmi-go
aora lo ago io con burlarme de ella. Lo tengo consultado con bastantes personas
de ciencia, y especialmente con mi confesor, y puedo aserlo, pues me forsaron a el
poder que ysieron y no fué boluntad mía. Asi puede V.M. desirle a esa sefiora se case
con quien quisiere y si se le ofrece algunos rs. que me abise se los inbiaré. Y[n]bfo
con su conpadre Manuel Siberio quinse pesos fuertes, dies a mi padre, quatro que le
ci,:iew% 2 V.X. ri &&e +:e, de !es ,e &ci V.M. inn n pchn An2, pii
que cognosca que me aquerdo de elia, que en biniendo mi tío por aquí le inbiaré una
prendesita De mi tío Pedro y Nicolás e tenido noticias están buenos. A mi tío Anto-nio
que siento especial que asiendo yo tanta memoria de él, no se dgne siquiera de
una cartica, pero conosco no me a le menester para nada y ase bien no apresiarme.
Seso de protestarle y no de rogar a Dios por V.M. Havan[a] y o[c]tubre 12 de 1764.
Su sobrino que desea servirla. Antonio Rodrigues.
(A.M.C. Inq. leg. XCN-17)
CARTA 9
Tía y mui señora mía
Selebraré que cuando estos cortos regonnes lleguen a manos de V.M. le den
gosando de la d a r salu que Ilo para rnf deseo, en la compaña de mis primos y pri-mas.
La rnfa y de mi esposa al presente es buena, para que me mande que lo aré con
todo guto. Tfa y señora mía lia tengo escrito a V.M. más largo pzra que tea V.M. mi
fmo afeo y partisiparle como me e casado, y que tiene V.M. una umirde criada para
que bea si tiene en que mandarla, que lo ará con todo guto, pues lo desea; y a mi pri-ma
Ana se le recomienda en lo memo. También le partisipo como estoi de sordado
de milisias en la compaAÍa de San Lásaro, que ésto de la bana está mui perdido con
arcabalas y mir enredos, que está la gente que se ban a borber locos, que si no ubiera
sido por aberme casado no ubiera parado ni un istante en tar tierra, pero lia no tiene
remedio, lia me casé con una hija de la h a ; sus padres son yslefios, su madre es de
la siudad y su padre de Tacoronte. Resibirá V.M. de mano de señor Manuel Siberio
eres pesos, uno para mi prima y dos para V.M. y dies para mi padre, y uno para la
birgen de Grasia, y para mi prima Ana media dosena de cocos, y perdonará V.M. la
corteda que en otra ocasión seré más largo. Y con esto resibiíá V.M. mis finas me-morias
y de mi esposa y se las dar& a mi prima Ana y que tenga ésta por sulla, y le
dará V.M. memorias a todos los conosidos. Y con ésto seso y no de rogar a Dios le
guarde los años de mi deseo. Abana y nobiembre de 1764 De su sobrino que le esti-ma
y ber desea José Antonio Rodriguez de Olibera.
(kM.C. Inq. leg. XCIV-17)
CARTA 10
Tia y señora mía Agustina de Canp
Dios nuestro Sefior qera que quando estas cortos rengonnes liengen a manos de
V.M. le d e n gosando de la perfeta salu que lio para mí deseo en conpaña de mis pri-mos
y prima ma; la d a y de mi esposa es buena, para que me mande que b aré con
todo guto. Tia y señora mia lia tengo escrito a V.M. mas largo y ésta es solo por par-tisiparle
como tubo notisias de mí Pedro, que supe está bueno, Dios lo mantenga en
S&. Y +~&i6:: !e y-ctisiF::! V.M. B ir,, p & e c~iiioW :G~ &eco, prqiüe iici e teiiid~
lurgar de escrebkle otra carta porque estoy mui ocupado; y co[n] esto resibirá V.M.
mis fmas memorias y de mi esposa y se las dará a mi prima Ana y que resiba esta por
S& y se las dará a mi padre y a mi madre y ermanos, a todos me recomefidaxá V.M..
Y con ésto seso y no de rogar Dios le guarde los años de mi deseo. Abana y disiem-bre,
de su sobrino que desea serbirle. Jcsé Antonio Wodripes de Olibera.
(A.M.C. Inq. 1%. XTV-17)
CARTA 11
Padre y mui Seííor mío
Dios nuestro §efior quiera que cuando estos rengomes lleguen a manos de V.M.
le den gosando de la carbar salu que llo para mt deseo en conpafia de mi madre y er-manos,
la mía al presente es buena y de mi espsa, para que nos manden, que lo are-mos
con todo guto, como nos codr]e de oobIigasi6n. Padre y sefior mfo Ila tengo es-crito
a V.M. mas largo donde le notisié a V.M. quedaba para cas&me, lo quar dios ha
sido servido de ponme en estado, y asi tanbih quiero partisi-prk a V.M. como me
cad el &a cuatro de noviembre; cojí por espsa a Teresa de Jesús emandes del Casti-llo,
h mar se pone a los pies de V.M., que le mmde y que lo desea, y tanbién de mi
querida madre y emanos. Par& y sefior mío, re&& V.M. catorse pesos de seííor
mmu~! Sibrb, diez pe V.K., i tres ps zzi ti2 Agsstk, y üiio prii ki b i i p de
grasia, y a mi emano Francisco que si se quiere genir que no dude el benirse, que llo
correspando a todo como no sea casado ni por poder, no bda a ser como iio, pero
eso serbiní pra escaímiento de quererlo, que Dios no quiere, pues si ubiera sido p r
mi wto, ubiera cutnplido mi palabra, pero de por fue[r]sa no me la aría mplir na-dien,
pues Ilo me e casado con una murjer que será tan recojida como ella y tan bien
nasida como lo pudiera ser cuarciera. Tanbien le paaisipo a V.M. como estoi de sor-dado
de milisias en la compaílía de San Lásaro; y con ésto resibirá V.M. mis memo-rias
y de mi esposa y se & dard a mi madre y emanos. Y seso y no de rorgar a Dios
!e pude los dos de mi deseo. Abana y nobrienbre de 1764. Beso la mano de V.M..
J O SA~n tonio Rodrigues Olibera.
(A.M.C. Inq. kg. XCIV- 17)
CARTA 12
Frascisco Jabiel
emano de toda mi estimasi6n y d o , me alegra que al resibo de tsta le alle
gosmdo de la carbar salud que Ilo para mi deseo en conpaña de mi parche y madre y
emano% la d a al presente es buena para que mande que lo aré wn todo guto.
Emano lo que por e[s&a se me ofrese pantisip1e a V.M. si se quiere benir para
la bana, que sefior m u e l SkWo le negociad el biaje y llo coifr]e[s]pondo a todo lo
que se ofresiere; pero fe arbiereo a V.M. que si es casado ni piense knir, lio cedo ca-sado
y puede ser que me balla con mi muger padá de a+ a dos o tres años, y nos
iremos juntos. No le mando riada pique lo espero. A mi madre y ermano memorias,
y a todos los conosidos, y a mi prima Ana que resiba media dosena de cocos de mano
de dar Manuel Sir&rio y que prdonará la cortedad. Y a mi madre le daPá V.M. m
&caso en mi nombre, y que no pierda ias espmansas de -beme. Y con ésto reaibirá
mis memonias, de quien nxis desea berle que escribirle; a úaúno del mes de octubre.
De su emano que su mano besa Jo& Antonio Rodrlgues.
Notar para La historia de /a ernígr(1~1~h 26
A mi madre que ai tiene esas moneditas para tabaco y ai le mando medio para
que merce papel porque me escriba, que Uo quedo de sordado de milisias que despues
de la g[u]er[r]a an ar[r]eglado toda la gente, que esto estalia como en Espaila, y que
iio quedo con grandes ganas de comer jigos pasados, pero parese que se an secado las
matas. Jose Antonio.
(A.M.C. Inq. 1%. XCIV-17)
CARTA 13
Tia y mui señora mía
Dios nuestro seiior quiera que cuando estos cortos rengones llengen a manos de
V.M. le den gosando de la carbar salu que llo para mi deseo en cqnpaña de mis pri-mos;
la mía y de mi esposa es buena, para que nos manden que lo aremos con todo
guto. Tía y sefiora mía, ésta es porque V.M. sepa de mi salu, que al presente no tengo
que notiside a V.M., solo e sabido de mi do Pedro y mi primo que están buenos. Tia
y seirora mía, considero que eso de por allá es& mui arborotado con mi casamiento,
pues considero la fama que me abrán dado, pues lio bien se lo desfa, pues por mí no
dirá esa señora que a perdido nada, ni tampoco le debo, que si eso fuera así nu[n]ca
ubiera determinado tal cosa, pero yo lo consulté primero con mi confesor y ni[n]gún
imposible me puso, pues como es posible que llo me casara con elia sin tene[r] la bo-lunta;
y así le estimar6 a V.M., pues me estima, me abise de las nobedades de por a i k
A mi prima Ana que resiba ésta por sulla y que tengo muchos deseos de berla. Y con
ésto resibirá mis fuias memorias y de mi esposa, y se las dad a mis primos y a mi pri-ma
Ana, y a todos los conosidos. Seso y no de rogar a Dios le guarde los años de mi
deseo. Abana a dos de febrero, de su sobrino que más desea berle que escribirle. José
Antonio Rodrigues de Olibera.
(A.M.C. Inq. kg. XCIV-17)
CARTA 14
Hesposa de mi c o d n Clara María de los Remedios.
Muy querida y amada esposa mía, yo zelebraré en [ ] que goses de cumplida sa-lud
como mi buen afecto te deseo en ia i j compania de mis qu&dos y hrsoms
de tu mayor estimaci6n. Yo quedo bueno gracias a Dios. Yo quedo bueno, gracias a
Dios, para servir [ ] trdable Amor y C d o [ ] digno es de mi obligaci6n.
Hesposa y Sefiora mia recivirás de mi amante coiazón éstas d o s a s fetras ya
que no tengo reales que mandarte por algunos atrasos que he tenido, pero no te afli-jas,
que en el Garda te mandad doble tu limosna
Cnn bao d ~ d urn a b r a cada hijo mio y dards memorias a mi &or y a mi se-fiora,
y a mi padre y a mi madre y a todos mis hermanos y hermanas. Y [ ] y a mi
compadre Juan Morales [ ] quedamos, no [ ] porque me hailo algo atrasado, que yo
diera algo por no haverme embarcado. Y le di& a mi hermana María que su esposo
está casado por acá, que me mande la notificación de casado para yo agovemarme
acá. Y con ésto adiós y perdóname la cortedad mía que algún día [...l. Soy tu querido
esposo que te estimo y berte desea. Josd Antonio de León.
Hesposa receví tus cartas de lo que quedo muy agradecido. Todo se pagará al-gún&
(A.M.C. Inq. Leg. m-19)
CARTA 15
Havana y Agosto de 98
Mi mas estimada y querida Madre: selebrar6 que al resivo destas mis toscas y
consertadas rasones den a su merce con aquella salud y complasensia que el corasón
de un amante Hijo puede desiarle.
Madre y rnui señora da, recevi sus mui amadas letras en la carta con fecha del
cuatro de Junio, lo que fué para mi de vastante regosijo y al mismo tiempo pesar que
Vmd no aiga recíbido letras, pues en íos dos correos anteriores a Madan escribí y no
e tenido contestasión de ninguno de los dos; en los Madan no escrivi por no aver sa-vido
de su salida.
En atención a la cartica del señor Juaquín la recid con vastante gusto. Querien-do
Dios no dejaré de cumplir con mi obligasión como Hijo de Bendisión, pues bien
sé que e sido malo, pero confío en Dios del cielo.
Madre y mui señora mía, mándeme Vmd. a decir si aquel sugeto la yncomodare,
pues rnui bien sabe Dios que no puedo cumplir con mi obligasión, pues me toca de
mi parte como Hijo de Bendisión, que yo mucho lo siento, y el c8raz6n se me parte,
el no poderla socorrer como mi coraz6n desea, y ilo me alegraré que cada ves que es-criva
me mande decir de esas cosas buenas que ai por esas tierras y asi digo y suplico
que si aqueilos sugetos la an yncomodado por algunas cosas +e me mande decir en
el primer Barco de correo que primero salga para ésta, me enbie carta noticiandome
de lo que ubiere que ilo pronto estoi a todo, pues doi grasias a Dios el que no me a
faltado la salud asta la precente, que estoi en la actuaiidad con mi Primo Francisco
acomodado, y pienso que en cuanto aiga pases me tendrá a su Precencia.
En cuanto al asunto de mi Seííor padre [he] tenido noticias estP en tierra dentro,
Beinte leguas de la Ciudad y por no perder mi mayor comodidad no lo e ido a ver,
solo e savido se alla casado, y por no ponerme a una contingencia y no conoserme él,
no lo e visto, para lo cual necesito me remita Vmd documentos para poderlo verifi-car.
Y si Vmd quiere mándeme poder para echarlo para aiiá.
n-II TT-2 L-- .-- IL- _ . 3. uara v iiiu. iiiuuisw iiiciiiurias a ruum aqucus pcrsumas quc uc m' se acordaren
y en particular a mis tías, y a mi comadre ~ntoniaG allarda, y a su hermana y a su es-
FOSO; dará memorias a mi comadre la m w r de Butieres y que ini compadre a estado
c o n i i preguntasidome p r cartas, y a la fe& destas no Izs e recevido.
Y quedo rogando a Dios k guarde la vida muchos años, su hija que de corazón
h estima y verle desea. Josef Antonio Dominguez.
(A.M.C. k~q.1% . C m - 2 4 )
CARTA 16
Sor. Caetano Placeres
Amigo y Sor. noticio ha Vms. de una apaña Pieal que m echo los navíos del
Rey, es en esta forma: el &a 22 de Juiio de 748 para aditarse los ñavfos no de,oapn
de ombres de 100 ms ps para vago que no cogieron, entre ellos me toa5 la china, saii-mos
y a los 38 Qízs 'mivimos sin haver echo ia fortuna que emos echo después; ei &a
2 de octub~ev olvimos a d-y a, los dose dias encontramos con el alrPiimnte Mateo,
gefe de la escuadra ynglesa, con seis navíos de &a]er[r]a y una fragata; nosotros con
las mismas velas; la capitana ynglesa de 104 cañones, 36 y 18, los sinco de 70 caño-nes
y 2 de 60. Los nuestros la capitana principal de 74, su añillería de 24 y 18, su co-mandante
Dn An&s Regio; segunda capitana, la misma artillería, su comandante
Dn Venito Espínola; los quatro de 64 cañones, la fragata de 30 cañones. Comensa-mos
a haser fuego a las dos de la tarde hasta las seis, en que por el vuen goviemo nos
h a r o n un navío nomvrado el conquistador, ysieron quemar la áfrica, primera capi-tana
nuestra, después de desalvolar los otros, tan maltratados que dava conpación el
verlos, siendo hasf que haviendo havido vuen mando y un gefe que deseaba morir
con onra, se uviera visto la escuadra ynglesa dentro el puerto de la bana. De los nues-tros
an muerto 200 omvres y pocos eridos, de los yngleses 1.500 omvres muertos y
300 eridos, confesado por voca de ellos. El mayor agravio que sacaron, después de
los yn&es muertos y eridos, fue que la Real familia se atracó con la capitana ynglesa
y ie cortó el rnastelero mayor y la avarió mucho; y el motivo deste arrimo de la Real
familia es por ser su capitán ynglés don Marcos Forastar, Capitan de alto vordo, que
a no ser así se lo uviera llevado. Degemos esto ques vastante notisia y vamos a otra
cosa, y comensernos por los paysanos de Juan Francisco; resivirá Vmd memorias está
vueno, gioria dios. Le dige quescriviera y que& en eso. De Antonio Pera Mata casi
no puedo desir nada más que lo que los amigos me disen, que está vueno y gosa de
sdu; de Dn Esteva el ygo del coronel, que es casado, me disen, pero en la costa de
Caracas, pero me aseguran que es ¡o mismo que por allá se presume. Joscpb Guil', m-negem,
un jug&r de phta mado en Cartagena, teniente de Y$anp& Antonio Negrín, en
Campeche, vueno y de salu, hasta el día 28 de octubre. No hallo otra cosa particular.
Resivi h r ~ dey 22~ de n~vi en~rrYn-p- w Gi6 MN rnf rle ~ v & a r l l r mien mi,= tv\v ~ 1 1 ~ --- =- - a -- - - r- -A - -- 6--*-9 Y-- Y- --
veo que Vmd gosa de salud y demás amigos, y Ruego a nro. Sor. se la mantenga dila-tados
años, en onra y gloria suya La que de presente goso es vuena, a su disposickh
29 Jesús GWtz de Chiva
para quanto mi ynutilidad valga. Amigo mi tfo a conprado una fragata, y dise que va
a Espaiía a sacar registro para yr a cargar a yslas. Y si no [vilene en Carnora por acá
en quedar en la casa, nos veremos quanto antes por allá como tenga efecto. Me dará
Vms muchas memorias a la persona de poca esplicasión y que le tengo escrito con el
cargo de la respuesta. A los demis amigos y conosidos selebe de mi parte les de
muchas memorias, y las de Vmd quedan en el tintero. Estimaré que Vmd le escriva a
Juan Francisco. Es quanto se me ofrese. Avana y disienvre 10 de 1748 de quien más
le estima y ver desea. Leonardo de Fuentes.
Amigo y S&or Caetano José Placeres, las cosasde noche paresen de &a.
(A.M.C. Inq. leg. CXV-35)