EL ISLAM EN LAS ISLAS CANARIAS PREHISPANICAS
MICHAERL. EDDY
El estudio más reciente de las creencias religiosas de los canarios
prehispánicos no hace referencia ninguna a la presencia del Islam en
las islas, tampoco se refiere a los otros movimientos religiosos que
dejaron sus huellas en el norte de Africa continental durante los tiem-pos
históricos. El autor del mentado estudio nota simplemente que "en
las diversas culturas insulares hay ... fuertes similitudes en cuestiones
que incluimos bajo una denominación amplia del mundo mágico-reli-gioso
...", y atribuye estas similitudes al hecho de que "...el ambiente
cultural de origen es el mismo para todas ellas: el mundo paleobereber"
(Tejera Gaspar l988,5).
Esta supuesta independencia insular en cuanto a la religión, vista
tanto al nivel inter-insular como al extra-insular, proviene de la opinión
generalizada entre los historiadores canarios de que "...estamos ante
culturas eminentemente insulares que funcionan como tales, es decir
aisladamente" (del Arco Aguilar y Navarro Mederos 1987, 9). Este
aislamiento de los isleños prehispánicos desde el primer asentamiento,
hace i.500 o 2.000 años, nasta ei sigio de ia conquista es un mito
creado ya en el siglo xv por los conquistadores españoles para apoyar
sus reclamaciones de las islas en contra de las de los reinos de Fez y de
Portugal. Se hacía conveniente en los siglos XVI Y XVII que los sobrevi-vientes
de la población prehispánica ampliasen aquel mito para evitar
su expulsión junto con las poblaciones monscas de la España peninsular.
Desde mediados del siglo pasado las islas atraían a varios
somatólogos interesados en la posibilidad de estudiar, según las teorías
evolucionistas entonces vigentes, las características físicas de estos pue-
218 Michael R. Eddy
blos supuestamente aislados. En las primeras décadas de este siglo la
llamada "prehistoria" canaria llegó a ser un foco de investigación
raciológica, dirigida por Eugenio Fischer, el fundador de la seudo-ciencia
nazi de Rabenkunde, con la ayuda de su seguidor, el lingüista y
espía nazi Dominik Wolfel. Durante la dictadura franquista, y sobre
todo en las islas orientales, la investigación raciológica se fortaleció, y
las técnicas de excavación arqueológica desarrolladas por investigado-res
de talento como del Río Ayala se abandonaron.
El mito del aislamiento de las islas antes de la llegada de los euro-peos
ha logrado sobrevivir en la historiografía canaria a través de una
dependencia de una gama restringida de fuentes etnohistóricas y de la
opinión incontestada hasta los últimos años de los cincuenta, de que no ,, -
existía la estratificación en los yacimientos canarios. Se presumía que
los artefactos de importación eran de los prímeros años de1 contacto O
europeo o de ia pos-conqaisia y nunca se iiizíi publicado sobre ellos n -
=m
adecuadamente. En los pocos casos donde los artefactos de importación O E
han sido admitidos como de la preconquista, se presume que han sido SE traídos a Canarias por navegantes perdidos en el océano. También se =E presume que los isleños prehispánicos no tenían sus propios barcos,
presunción que se basa en una lectura extremadamente partidaria de las 3
pocas fuentes etnohistóricas que se emplean.
- -
0m
El mito aislamentista es tan conveniente hoy como fue en la época E
colonial, tanto para los guanchistas como para los godistas. Desgracia- O
damente no refleja la realidad histórica (Eddy, sin publicar a y c; Eddy n 1992a y b.). -E
a
2
n
Las creencias de los bereberes continentales
Los bereberes norafricanos han sido influidos por cada movimiento
religioso que ha pasado de un extremo del Mediterráneo al otro desde
!m tiemp~sp úfiicns. Adaptmn su paganismo al de los ?únicos y roma-nos,
y cuando se introdujo el cristianismos en los pueblos de Ia costa
norafricana en el siglo 11, si no en el siglo 1, lo acogieron también. En
este mundo púnico-bereber destacó San Agustín, una de las figuras más
influyente en la evolución del catolicismo, hijo de una familia medio-pagana,
medio-católica que se educó en un pueblo principalmente de
cnsiialius& naijsias. Tariibiéii QigüiiOisE &iyi&iOS iiiC!üsOt ijhS eíkq
judíos. No obstante, a pesar de todas estas religiones introducidas desde
fuera se conservaron ciertas ideas fundamentales de su paganismo (unos
aspectos de este tema se incluyen en Eddy 1992a).
El Islam en las Islas Canarias prehispánicas 219
El Islam llegó a la costa atlántica del norte de Afnca en el año 680
después de Cristo. Sin embargo. las tierras ricas del al-Andalus y las
rutas a través del Sáhara hacia los mercados de oro, sal y esclavos de
Ghana eran más atractivas a los árabes que la exploración de la costa
del Mar del Extremo Oeste. El Islam y el lenguaje árabe se adentraron
muy poco en el sur de Marruecos y en el Sáhara occidental antes del
siglo xrv de la era cristiana. Por eso las fuentes documentales árabes
que tratan de esta región son pocas y principalmente posteriores a la
conquista de Canarias (Noms 1986, 50-51 y 56).
Los contactos de los árabes con Canarias
Las fuentes árabes conocidas hasta los años sesenta del presente
siglo y que se refieren a las Islas Canarias han sido recopiladas por el
destacado arabista polaco, Lewicki. Como las fuentes europeas antes de
la conquista, los documentos árabes generalmente describen las islas en
términos algo míticos.
Descartando por el momento el polémico relato del viaje de Ben
Farrouck a Gran Canaria, que supuestamente ocurrió en el año 999, el
primer informe sobre unas islas que pueden ser las Canarias es la histo-ria
relatada por El-Idrisi, sobre un grupo de mercaderes lisboetas que
llegaron después de más de treinta días a unas islas habitadas en el
Atlántico. Un interprete araboparlante, rara avis en las islas, porque
tardó tres días en llegar, les ayudó en sus conversaciones con el jefe
local, que les proporcionó un bote para su regreso al continente africa-no.
Se supone por razones internas al texto que este incidente ocumó
antes de la fundación del puerto de Safi a finales del siglo x. Ad-
Damasqi (1256-1327) cuenta una historia parecida pero sin fecha.
Estos dos textos no nos dicen nada de la introducción de Islam en
Canarias, pero indican la capacidad de los árabes para llegar al archi-piélago,
si estos relatos no se tratan de tierras aún más lejos del Viejo
Mundo. El mismo Ibn Khaldun nos recuerda que
"En tiempos aimorávides los almirantes de la flota en el
oeste eran de Banu Maymum, jefes de la península de Cádiz,
que más tarde concedieron al almohade 'Abd-al-Mu'min ... . Sus
flotas de los países de las orillas (la mediterránea y la atlántica)
llegaron al número de cien."
"En el siglo xn (de la era cristiana) la dinastía almohade
floreció y poseyó las dos orillas. Los almohades organizaron su
flota de manera más perfecta y en la escala más grande que se
Michael R. Eddy
ha conocido jamás. Su almirante fue Ahmad as-Siqilli ... (un
cristiano renegado de Sicilia) ... el califa Yusuf al - 'Ashri b.
'Abd-al-Mu'min ... le dió muchos regalos y le confió el mando
de su flota ..."
"En su tiempo, la flota musulmana era de una grandeza y
calidad que no se había logrado jamás anteriormente o se logra-rá
en el futuro ..."
"El rango de almirante ha sido conservado hasta hoy (des-pués
de varios años de decadencia del poder naval musulmán
en el Mediterráneo) entre las dinastías del Maghreb. Allí se
conserva la identidad del almirante y se conoce como mantener
su flota, como construir barcos y navegar con ellos" (Ibn
Khaldun, Dawood ed. 1987, 21 1-212).
E
Ibn Khaldun escribió durante la segunda mitad del siglo XIV al mis- O
mo tiempo que las Islas Canarias sufrían los primeros ataques de los n -
=m
europeos. Sin embargo, sólo menciona a los Guanches una vez y no O E
precisa su localización (Ibn Khaldun, de Slane ed. 1925, xvii). SE Ese gran geógrafo y historiador árabe demuestra el poder naval que =E
los musulmanes tenían tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico.
Los manuales de navegación árabe lo confirman. Unos años antes de 3
que los portugueses pasaron el Cabo de Esperanza, un capitán de la
- -
0m
marina mercante árabe describió las rutas marítimas desde Arabia hacia E
la India y .Malasía. También hizo constar la ruta desde el Mar Rojo O
pasando por el cabo austral de Africa y entrando en el Mediterráneo n por el Estrecho de Gibraltar (Abu-Laghud 1989, 258). -E
De todas formas ni los árabes ni los bereberes tenían dificultades a
2 prácticas para llegar a las Islas Canarias. El puerto de Nul Lamta, n
terminal marítima de uno de las rutas tras-saharianas de la edad media, 0
estaba situado en la región de Sidi Ifni pero fue abandonado al mismo
O3 tiempo que los europeos entraron en aguas atlánticas. Las dificultades
son de los historiadores -la falta de documentación, la falta de espe-cialistas
en los lenguajes árabe y bereberes y la orientación eurocentrista
de los estudios de la expansión europea en el Atlántico-. Para noso-tros
también existe el hecho de que los escritores árabes medievales
p ~ t * rl;at;nmil:on nntrn nlpimnntna rln lo m;amn +AL> o2.r.ni.n nneii.r:n
~ L U UI ~ UL ~ L I I I ~ U I U IwI1 uu ~ I W L I U I L L U O U- IU LLUOLLLU LIIUU, auIIyuCi GJLUVIG-sen
separados por cientos de kilómetros.
En cuanto a las llegadas de los barcos procedentes del mundo
norafricano musulmán, no podemos decir mucho en concreto, aunque
en la &poca colonial, en el año 1502, tenemos noticias de un barco
musulmán en el puerto de Las Palmas (Ricard 1935, 72). Antes de c.
1270 naufragó un barco árabe cerca de la "Montaña Reluciente" en
El Islam en las Islas Canarias prehispánicas 22 1
aguas atlánticas. La localización de la Montaña Reluciente es descono-cida
pero Norris sugiere que está en la actual Mauritania. Proponemos
que la montaña es el Teide cuyo pico nevado es más reluciente que la
montaña mauritana, y las serpientes mencionadas en el relato es una
forma figurativa de describir las coladas de lava que corren cuesta
abajo. Sea Teide o sea un sitio de Mauritania los navegantes árabes no
expresaron sorpresa acerca de su posición geográfica, pero sí acerca de
su tratamiento por los habitantes de la zona, que eran de la tribu Gudala
y no sabían nada de árabe (Nomis 1972, 4-6).
La llegada del Islam en las Islas Canarias
Tales evidencias sirven sólo para demostrar que el modelo
aislamentista para el pasado prehispánico de Canarias es una ficción
que también puede ser demostrado empleando fuentes latinas, europeas
medievales y armenias.
Sin embargo, tenemos una referencia preciosa publicada por Lewicki
(1966,20) que recopila el testimonio personal del marabout Abu Yahya
as-Sa'id (muerto 120819) quién dice: "marché ' [de Egipto] dirigiéndo-me
al país de los Guzula [al sur de las Atlas] y luego a Nul Lamta que
atravesé para llegar al país de Dukkala [cerca de Tensift]. Desde allí
me fui a [unas] islas en el Mar del Occidente donde Dios me proporcio-nó
mucha gente". En el testimonio del marabout a otra persona
entrevistado por at-Taddili, as-Sa'id le dijo que: "En las islas del Mar
Occidental encontré gente que no sabía nada de Islam. Por eso les
enseñé, tanto a hombres como a mujeres, la religión musulmana y las
leyes del Islam. No les dejé antes de enseñarles la Gloria a Dios. Luego
me fui al país de los negros...".
Como Lewicki, no encuentro nada contradictorio entre este relato y
la referencia que hace Ibn Khaldun a algunos isleños vendidos como
esciavos en Mamecos a mediados del siglo XIV (op. cit., 25). Si admi-timos
que estos isleños son de Canarias y no más lejos, si bien podrían
proceder de una isla o incluso un asentamiento donde no llegó as-Sa'id
o sus posibles sucesores.
La evidencia lingüistica
Las crónicas europeas de la conquista y de la pos-conquista han
proporcionado varias palabras o expresiones de los antiguos canarios.
222 Michael R. Eddy
Estas incluyen algunas referidas a la religión, de las cuales voy a con-centrarme
en /Alcorán/, /almogaren/ y /harimaguada/. Según Ios
cronistas /Acoránl (/Alcorán/ o /Alcorag/) era un dios para los
grancanarios. De todos los autores que han versado sobre el tema de la
religión prehispánica sólo uno, según mis conocimientos, ha sugerido
alguna relación entre /Acorán/ y al-Qu'ran (Mercer 1980, 79). Alcoran
es la forma tradicional de escribir al-Qu'ran en inglés y como un esco-cés
Mercer habría entendido como la palabra de Dios puede convertirse
en la personificación de Dios. /Acorán/ es un variante de la palabra en
el árabe hablado y la terminación 1-ag/ será admisible entre una pobla-ción
que usaba principalmente maga, también se noh esta transformación
de la terminación /-an/ a 1-ag/ en el español actual de Gran Canaria. m
La palabra /almogaren/ significaba "casa sagrada" (Tejera Gaspar E
19 88,3 1-52). Lo pd~icibih~i l i i i ~ ~ i ieuii ' a LAfida:Us sigiiific~EiLici" sagra- n
da" (Maíllo Salgado 1987, 119). Las diferencias en la vocalización y el - m
significado son mínimos. El uso de un adjetivo como un sustantivo es O
E
un común fenómeno lingüistica y se ve en el nombre que los árabes E
2
dieron al Teide en tiempos de la pos-conquista, /al-badl o literalmente E
lo frio. 3
La palabra Iharimaguadd se forma de la palabra árabe /hared (lu-gar
inviolable) y la palabra bereber /maguadd que significa "mujer -
0
m
sabia". E
Estas palabras consideradas aisladamente no son evidencias conclu- O
yentes de la presencia del Islam, pero tratadas conjuntamente con otras n
palabras prehispánicas relacionadas con la religión sí indican la in- aE fluencia de conceptos árabes religiosos en las islas antes de la llegada
de los esclavos norafricanos importados por los conquistadores euro- n
n
pos. Tratamos las evidencias lingüisticas más detalladamente en otro
sitio (Eddy sin publicar c). 3
O
La conexión mallorquina
Algunas de las crónicas utilizadas habitualmente por los historiado-res
canarios hacen referencia a ciertas aportaciones culturales
introducidas por "mallorquines" (Cioranescu 1977, 16 1- 162 inter alia;
Cioranescu 1978, 114 y 118 inter alia ). Sólo un investigador canario,
según mis conocimientos, ha intentado dar una interpretación a estas
declaraciones. Martín de Guzmán (1988), influido por el modelo
aislamentista de la "prehistoria" canaria, consideró que estas aportacio-nes
llegaron con los mallorquines cristianos a mediados del siglo XIV.
El Islam en las Islas Canarias prehispánicas 223
Sin embargo, las pocas evidencias arqueológicas, aunque desgraciada-mente
ambiguas por la calidad poco satisfactoria de la publicación de
los datos originales, sugieren que estos mallorquines llegaron a las Ca-narias
en fechas anteriores al primer contacto con los europeos
cristianos, es decir que eran mayurkíes o mallorquines musulmanes.
Los habitantes del archipiélago balear poseen una larga tradición
marítima que salió a la luz de la historia con la invasión romana de
aquellas islas en los años 123-122 antes de Cristo. Con la caída de
Roma las Islas Baleares se incorporaron en el imperio vandálico africa-no,
un imperio marítimo par excellence. Las Baleares pasaron bajo el
dominio de los bizantinos y luego de los musulmanes, cuando formaban
parte del reino de Denia. Es en este contexto político que encontramos
.má s noticias en las fuentes europeas cristianas de la capacidad naval de R 1.- ,. R - l l - - - - \ mayu rita ~lvlai~Luar) .
Flotas cristianas atacaron las islas a principios del siglo m y los
aragoneses las invadieron en 1229, ambas intervenciones concebidas
para acabar con la piratería mayurkí.
La invasión aragonesa sacó las islas de sus antiguas relaciones polí-ticas
y comerciales con el mundo musulmán, aunque los mallorquines
(cristianos) sí tenían un tratamiento especial en los mercados del norte
de Africa, hasta que la "reconquista" peninsular avanzó un poco más en
la zona del Estrecho. La "reconquista" portuguesa terminada y gran
parte de las provincias modernas de Huelva y Cádiz en manos de Cas-tilla,
unos mercaderes genoveses con intereses comerciales en Mallorca
pudieron renovar contactos temporalmente entre los dos archipiélagos
en 1270 y 1291. Estos contactos se reanudaron de nuevo en los cuaren-ta
del siglo XIV.
La interpretación brevemente resumida arriba se basa en un estudio
del arte de la guerra naval en la época medieval relacionado con las
ganancias cristianas ( o perdidas musulmanes) de temtorio durante la
66r eumyui:s- *r- 7a9 y se expone mds 2mp:iameíiie ea oiia s i i k @ddy sin
publicar c). Tal interpretación nos permite una explicación de la expan-sión
europea en el Atlántico que se basa en un proceso gradual de
cambios geo-políticos, y no en el invento por los europeos de técnicas
de navegación que en realidad ellos aprendieron de los árabes.
Los contactos prehispánicos entre los dos archipiélagos no sólo eran
técnicamente posibles sino también se encuentran atestados en distintas
fuentes, las cuales se escribían mientras todavía existían comunidades
de indígenas en Gran Canaria y Tenerife. Y a que las referencias a estos
contactos se encuentran en fuentes de distintas orientaciones políticas y
no servían los intereses de los isleños, hay que concluir que son fide-
224 Michael R. Eddy
dignas y que reflejan una realidad histórica que al menos podemos
situar antes de 1229. Tal contexto permitiría que los canarios
prehispánicos tuviesen unos conocimientos del lenguaje árabe y del
Islam antes de la llegada de as-Sa'ld. El comentario de as-Sa'id que los
isleños no sabían nada del Islam no contradice esta conclusión (el que
escribe sabe que existe la religión hindú y usa algunas palabras de
hindú pero de verdad no conoce la filosofía detrás de esa religión).
Las evidenciar arqueológicas
Tal y como hemos notado más arriba y en otros sitios (Eddy 1992b m
y Eddy sin publicar a, b y c), hay una falta casi completa de E
éxcavaciones arqueoiógicas fiabies, pero ia publicación de las nu
excavaciones de la Cueva Pintada de Gáidar puede cambiar la desolada =m
situación de la arqueología en Canarias, proporcionándonos una se- o
E
cuencia estratificada de cerámicas canarias y de importación. En estos E
2
momentos no es posible argumentar que la ausencia en la literatura E
publicada de claras evidencias arqueológicas para contactos con el nor- 3
te de Africa y con el Islam es evidencia de ausencia.
-
0m
Conclusión
n
Hasta la fecha en que se publique el informe definitivo sobre la E a excavaciones de la Cueva Pintada sólo podemos especular sobre las
escasas y dispersas evidencias documentales. No obstante, nos parece n
posible trazar las líneas principales del pasado canario, y esto se hace
en la tesis doctoral que forma la base de esta comunicación (Eddy sin 3
O
publicar c). El trazado general que proponemos puede ser resumido asl:
c. 500 a.c. hasta O - llegada de varios grupos de bereberes en Cana-rias.
c. 100 a.c. hasta 400 d.C. - relaciones comerciales con el imperio
romano; el primer mártir cristiano en Canarias.
c. 400 hasta c. 750 - relaciones con el continente africano adyacen-te;
presencia de pequeños grupos de cristianos en una población
mayoritariamente pagana.
c. 750 hasta 1000 - integración en el sistema comercial dominado
por los árabes y el crecimiento de ciertos asentarnientos como centros
de comercio (p.e. Gáldar y Telde en Gran Canaria).
E1 Islam en las Islas Canarias plehispánicas 225
c. 1000 hasta 1200 - relaciones directas con mercaderes arabo-bereberes
del Mediterráneo.
c. 1200 - llegada de as-Sa'id y el Islam.
1229 - terminación definitiva (si no terminó antes) de la relación
con Mayurka (Mallorca).
1270 - llegada del primer mercader europeo
c. 1340 hasta la conquista - control de las aguas canarias pasa de las
manos de los musulmanes a las de los europeos.
El relato acerca de as-Sa'id atestigua la presencia del Islam en Cana-rias,
aunque en una fecha tardía y como una tapa fina y poco uniforme
sobre el sistema de creencias de los canarios. El hagiógrafo conoció
personalmente al marabout y Lewicki admite la obra de at-Tadili como
un documento auténtico. El rechazo del modelo aislamentista ante las
evidencias abrumadoras para la superioridad de la navegación musul-mana
nos permite colocar 'datos históricos (como las aportaciones de
los "mallorquines") y lingiiísticos (como la palabra IAlcoranI) en un
nuevo contexto que se encajan con la estancia del marabout en Cana-rias.
Este nuevo contexto también explica las referencias a la presencia
de santos cristianos en Canarias y evita las incosistencias de la historia
canaria que se atribuyen ritualmente al "misterio de los guanches".
Sólo nos faltan datos arqueológicos fiables para dar forma al modelo
propuesto arriba (o a cualquier otro modelo), pero no vamos a conse-guir
estos datos mientras el patrimonio arqueológico canario sigue
siendo un campo de batalla entre guanchistas y godistas.
Michael R. Eddy
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