RELIGIOSIDAD Y ESCLAVITUD
EN UNA COMUNIDAD CANARIA
Hincha, fundada en 1704 en la parte española de la isla de Santo
Domingo, fue ei primero de cuatro pobiados creaaos con inmigrantes
canarios en lugares cercanos a la frontera con el Santo Domingo Fran-cés,
con el fin de que sirvieran como «barrera de contención)) a la pe-netración
de los franceses en el territorio del Santo Domingo Español l .
Los otros tres fueron San Rafael de la Angostura (1761), San Mi-guel
de la Atalaya (1768) y San Gabriel de las Caobas (1768).
El historiador Antonio Gutiérrez Escobedo hizo referencia al rol de
contención de los franceses que se le asignó a Hincha:
«...la primera fundación fue Hincha, en 1704. Al sur del río
Dajabón, en territorio de la jurisdicción de Bánica, quedó conver-tida
en el lugar más próximo a las posesiones francesas. Su situa-ción
respondía al intento de establecer un punto intermedio entre
la zona vigilada por la tropa del norte -cuenca del Dajabón- y
la zona correspondiente al lado septentrional de Bánica ... » '.
Hincha prosperó grandemente, al punto de que en 1782 era la cuar-ta
ciudad en población del Santo Domingo Español con 2,993 almas,
solamente superada por Santiago, 12,024; La Vega, 11,839; y Santo
Domingo, 10,702. San Miguel tenía 1,469; San Rafael 1,079, y se des-conocía
el número de vecinos de Las Caobas 3.
La prosperidad de Hincha se basó en el hecho de constituirse en la
principal criadora de ganado vacuno del Santo Domingo Español. En
1772, tenía 30,000 cabezas de las 271,000 censadas en toda la colonia 4.
Una buena parte del ganado vacuno era vendida a los dueños de
plantaciones del Santo Domingo Francés, quienes pagaban precios mu-
468 Jaime de Jesús Domínguez
cho más elevados que los fijados por el ayuntamiento de la ciudad de
Santo Domingo.
Frank Moya Pons expresa al respecto:
«Según los cuadros de los diezmos pagados por el ganado
vacuno en 1760, los españoles de las jurisdicciones de Santiago,
La Vega, Cotuí, Hincha y San Rafael, Bánica y San Juan, vendie-ron
a la colonia francesa unos 15,000 animales. En 1780, esas
mismas regiones lograron vender unas 23,000 cabezas.. .» '.
POBLADOSD EL SANTOD OMINGOE SPANOL EN EL SIGLO XVII
"2
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O
d-om
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2
5
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m 1
O
g
d
-E
a
Estas cifras corresponden al comercio legal, pero eran mucho más 4
d
numerosas las vacas, además de los cerdos, yeguas, mulos y caballos, 8
introducidas al Santo Domingo Francés de forma clandestina o median- 5
te el soborno de guardias fronterizos. O
En esta posesión gala los hateros dominico-españoles compraban
ropa, aguardiente, tejidos, esclavos e instrumentos agrícolas. Estos últi-mos
eran empleados principalmente en el cultivo del maíz 6.
Los estrechos lazos comerciales que se forjaron entre galos y cana-rios
en la zona fronteriza, hicieron posible que franceses fueran a Hin-cha
a bautizar a sus hijos y10 esclavos y do residir allí, al mismo tiem-po
que dominico-españoles, de origen canario algunos, se establecían en
el Santo Domingo Francés.
Del 24 de abril de 1782 al 18 de octubre de 1794 fueron haiitizadns
en Hincha 27 hijos naturales y 17 legítimos de franceses. Tres eran el
fruto de matrimonios con dominico-españolas. Además, 5 libertas.
Religiosidad y esclavitud en una comunidad canaria 469
En un libro concerniente a los bautizos. en Hincha durante dicho
período consta que franceses eran los amos de 10 esclavos adultos de
Guinea y 21 esclavos párvulos bautizados en esos años.
Ese libro se encuentra en los archivos del Arzobispado de Santo
Domingo, y consta -de 272 páginas de transcripción de bautizos. En el
mismo no se enumeran las páginas de la izquierda; solamente'las de la
derecha, por lo que deseando ser fieles a esta enumeración, al lado de
cada página citada emplearemos las abreviaturas 1 (izquierda) y D (de-recha).
En esa valiosa fuente documental se asentaron 1,389 bautismos, re-partidos
de la siguiente manera.
DE= Dominico-Espaiioles; E= Esclavos; LB= Libertas; ML= More-nos
Libres; EG= Esclavos de Guinea; F= Franceses; N= Naturales; L=
Legítimos; ST= Sub-total; T= Total
Año
24-4-1782
1783
1784
1785
1786
1787
1788
1789
I79O
1791
1792
1793
18-10-1794
Totales
Si bien en el mencionado libro de bautismos aparecen las mencio-nes
de una «mulata esclava» (85 1) y de un «mulato esclavo» (86 1) en
470 Jaime de Jesús Domínguez
calidad de padrinos, no hubo mulatos ni mulatas bautizados, lo que in-dica
que no se produjeron frecuentes relaciones sexuales entre los do-minico-
españoles y las negras esclavas, comportamiento que era similar
al de los canarios establecidos en Baní, poblado del Santo Domingo
Español, en la segunda mitad del siglo XVIII, y al de sus primeros des-cendientes
'.
Aun cuando en el libro de bautismos objeto de este estudio nunca
se emplea el término dominico-español, lo usamos en este trabajo para
referimos a los nativos del Santo Domingo Español de piel blanca, y
solamente para fines estadísticos, ya que consideramos que los morenos
libres, los libertos, los mulatos y los esclavos de la parte oriental de La
Española también tenían derecho a ese término. m
En el caso de los trece hijos legítimos fruto de la unión de esclavos
o esclavas con libertas o libertos y en el de los cuatro resultado del E
matrimonio de morenos o morenas con esclavas o esclavos, para fines O
n
estadísticos los hemos contado como esciavos. -
m
O
El término «esclavos de Guinea» era aplicado a esclavos que habían EE nacido en Africa. S
Solamente en cuatro ocasiones se hizo mención de las etnias de las
que procedían. Tres eran de la «casta congo» (1 10 1, 110 1 y 114 D), y 3
uno de la «casta carabela» (1 10 1). -
En el libro generalmente al lado de la frase «negro esclavo de Gui- 0m
E nea» se encuentra la palabra adulto, ya que únicamente cinco fueron
O mencionados con menos de quince años.
n
E
a
BAUTISMOSU B CONDICIONE Y BAUTISMON ORMAL
n -
0
El estudio del Libro de Bautismos de Hincha objeto de este trabajo
revela que dicho sacramento se celebraba de dos formas: el socorro con 3
O
el agua seguido del bautismo sub condicione, y el bautismo ordinario
según las rúbricas litúrgicas.
El socorro con el agua se efectuaba en la casa, y tenía lugar cuando
el párvulo estaba en peligro de muerte. Si no moría, entonces se le lle-vaba
al templo, donde se le bautizaba sub condicione.
La exigencia de la Iglesia de que el padrino o la madrina de agua
fuese una persona de reconocida moral pública y de gran apego a la
doctrina cristiana, no fue obstáculo para que'esclavos desempeñasen ese
rnl en muchas ocasiones, sobre todo cuando se trataba de «echar agua»
a hijos de otros esclavos, ya que nunca un esclavo fue padrino de agua
de un dominico-español, y solamente hubo dos casos en que una more-
Religiosidad y esclavitud en una comunidad canaria 47 1
na libre y una liberta socorrieron con el agua a dos párvulos dominico-españoles
(27 D y 29 D).
Igual situación tenía lugar con los bautismos normales de los domini-co-
españoles, en los que casi nunca participaban en calidad de padrinos
los morenos libres, los libertos, los esclavos criollos y los traídos del Africa.
Por el contrario, muchos hijos de esclavos tuvieron como padrinos
o madrinas de agua a dominico-españoles.
El hecho de ser extranjero a la comunidad, no era óbice para ser
padrino de agua. Esto sucedió en el caso de Juan Tellado Méndez, a
quien, el 22 de septiembre de 1788,
«. . . le socorrió con el agua por necesidad Josef Ramos, natu-ral
de las Islas Canarias» (61 1).
Las palabras <<porn ecesidad» hacían referencia de manera implícita
al peligro de muerte que estaba corriendo el socorrido con el agua.
El socorro con el agua estuvo relacionado con epidemias, la caren-cia
de adecuadas medidas sanitarias en los campos, y con casos indivi-duales
en los que había graves problemas de salud.
Si bien el libro de bautismos no hace mención alguna de enferme-dades,
ni tampoco de causas de muerte, presumimos que tuvo lugar una
estrecha relación entre el socorro con el agua y las epidemias, porque
hubo meses en que todos los recién nacidos fueron bautizados sub con-dicione.
Un ejemplo de esta aseveración ocurrió en marzo de 1783, mes en
el que ninguno de los cinco bautismos efectuados fue del tipo normal,
y una de las bautizadas, Manuela, hija de María de Rivera, falleció poco
después (10 D).
Del 24 de abril de 1782 al 18 de octubre de 1794 fueron bautizados
sub condicione 178 dominico-españoles y 50 esclavos, de los cuales 43
y 17 respectivamente habían nacido en el campo.
Estos 60 representaban casi la mitad de los 123 dominico-españoles
y esc!aios nacidos ei, di&= periad~e: : !as zmus =rajes de Hizcha.
El hecho de que casi el 50% de los nacidos en el campo fuese so-corrido
con el agua, se debía al grave peligro que com'an los párvulos
por falta de médicos en los lugares alejados de la ciudad. El libro de
bautismos solamente hace mención de la residencia en dicha urbe de un
galeno, el francés «Juan Francisco Rousseau» (23 1), y de dos parteras,
T ..-c- n: L-i (0 n\ -. -L-- n ,-9 T\
Luua riirieiiiai (L u) y ~ i a i aRU III<;IU {LJ 11.
Los 85 hijos de dominico-españoles nacidos en las zonas rurales
tenían como progenitores a personas que no figuraban entre los princi-
472 Jaime de Jesús Domínguez
pales dueños de esclavos, por lo que suponemos que eran gentes de
escasos recursos económicos.
Varios de los 38 hijos de esclavos nacidos en el campo tenían como
amos a poderosos esclavistas, lo que induce a pensar que sus padres eran
empleados en labores agrícolas.
La elevada proporción de hijos de esclavos nacidos en la ciudad de
Hincha hace presumir que sus amos los consideraban «bienes valiosos))
cuyos respectivos nacimientos había que proteger poniéndolos bajo el
cuidado de un médico o de una partera y10 que muchos de los padres
de los esclavos laboraban en el servicio doméstico en dicho poblado o
en otros oficios de carácter urbano.
58 de los 85 dominico-españoles y 9 de los 38 esclavos eran hijos le-gítimos.
Esto nos da promedio general de 54% para los nacidos en el cam-po
en los años 1782-1794, lo que era un reflejo de la situación general que
tenía lugar en toda la comunidad de Hincha, zonas rurales y área urbana
comprendidas, en la que los procreados en el matrimonio superaban los
que eran fruto de la unión natural, como lo revelan las siguientes cifras.
Hijos de esclavos con amos dominico-españoles .............
Hijos de libertos dominico-españoles ................................
Hijos de morenos libres dominico-españoles ....................
Hijos de dominico-españoles de raza blanca ....................
Totales de la comunidad dominico-española .....................
Hijos de esclavos con amos franceses ...............................
Hijos de libertas del Santo Domingo Francés ..................
Hijos de franceses ..................... . ...................................
Totales de la comunidad del Santo Domingo Francés .....
Totales Generales ...............................................................
Los 796 párvulos hijos de dominico-españoles fueron procreados por
un total de 421 madres, para un promedio general de 1.89.
Los 547 legítimos fueron procreados por 261 parejas de esposos, para
un promedio de 2.10 por pareja.
Los 249 naturales fueron el producto de 160 uniones ilegítimas para
un promedio de 1.56 por madre soltera.
Si al citado promedio genera! !e añadimos el padre y !a madre, te-nemos
que la unidad familiar estaba formada por un promedio de 3.89
miembros.
Religiosidad y esclavitud en una comunidad canaria 473
El que las madres casadas procrearan más hijos per capita que las
solteras, reflejaba un alto sentido de apego a los valores morales de
la sociedad, pero también la existencia de un estigma contra el hijo na-tural.
Esto último se manifiesta en las menciones «hijo legítimo», «hija
legítima» y «mujer de» que acompañan a los nombres de los padrinos.
El 30 de noviembre de 1788 fue bautizado Celestino Lorenzo. Fue-ron
sus padrinos Ignacio Rivera, hijo de Francisco Javier de Rivera y de
María Romero, y Julia de Vargas, «mujer de Manuel de Vargaw (70 1).
Nunca se emplearon los términos «esposa» y «esposo» en el libro
de bautismos.
Otro hijo natural bautizado en junio de ese año fue Juan Vicioso,
de quien «Fueron sus padrinos Manuel Vicioso y Bemardina Vicioso,
hijos legítimos de Rudecindo Vicioso y de Bernardina Miranda» (62 D).
De 18 a 24 meses era comúnmente el lapso de tiempo que transcu-m',
nmtrn nl noArn;nntr\ AP. h;;n 1, AP n t v ~ tsntn en e! & lllLL b L I L I . 2 b1 IIU.+IIIIIUIIC" U" U11 ..1J" J U" "U", LU..C" -1.
legítimos como en el de los naturales.
El estudio de los apellidos de los hijos legítimos revela que en va-rias
ocasiones los varones de una familia se casaban con las hembras
de otra, y los varones de esta última con las hembras de la primera.
José Medina estaba casado con Juana Vida1 (22 D), y Francisco Vida1
lo estaba con Mariana Medina (83 1).
Solamente tres parejas de esposos tenían el primer apellido igual,
Ariza-Ariza, de la Cruz-de la Cruz, y Guzmán-Guzmán, lo que hace
presumir que el número de uniones matrimoniales entre primos herma-nos
era muy reducido (107 D, 126 D y 99 D).
Los tres apellidos más comunes entre los hijos de los dominico-es-pañoles
eran de la Cruz, Guzmán y Hernández.
39 hijos legítimos correspondientes a 12 parejas de esposos tenían a
de la Cruz como su primer apellido, al igual que 12 naturales.
19 párvulos tenían como primer o único apellido a Guzmán, y otros
tantos a Hemández. Muchos llevaban como segundo apellido a uno de
estos tres.
No existió ninguna reiacion entre cantidad de esciavos y número cie
hijos.
Fueron bautizados trece niños cuyo primer apellido o único era
Romero, once Herrera y cinco González y, sin embargo, sus padres no
aparecieron en el libro de bautismos poseyendo ni un solo esclavo.
Los numerosos Hemández tenían apenas seis esclavos, una situación
totalmente contraria a la que existía en 1742, cuando tres Hemandez
aparecieron entre los principales dueños de ganado vacuno en Hincha,
474 Jaime de Jesús Domínguez
lo que prueba su descenso económico-social en el período comprendido
desde ese año hasta 1794
Hubo poderosos esclavistas con muchos hijos legítimos.
El nombre más común entre las hijas de los dominico-españoles era
el de María. Entre los varones se encontraban Pablo, Pedro, José y Juan.
La elección de estos nombres refleja el apego de los dominico-es-pañoles
a la doctrina cristiana, lo que también se evidencia en el mayor
número de hijos legítimos que sus homólogos franceses.
Los dominico-españoles influyeron en la vida religiosa de sus escla-vos
y libertos, como lo muestra su participación en calidad de padrinos
y10 madrinas en alrededor de un 50% de los bautismos sub condicione
y normales de estos últimos, y en el hecho de que el nombre de la madre
de Jesús fuese el más común entre sus esclavas. "2
El comportamiento diferente de los franceses con respecto a influir S
en la vida religiosa de sus esclavos, se muestra en el hecho de que nin- O
mín hijo de esclavo con amo francés o de liberta del Santo Dnminpo a -
L.
Francés fue legítimo, y que en cambio 95 hijos de esclavos y 3 de ó"
S
libertos del Santo Domingo Español lo fueron. 2I
1
5
CLARA DISTINCI~N ENTRE RELIGIOSIDAD Y ESCLAVITUD Y
- n
m
Si bien la población dominico-española residente en Hincha cumplía 1
cabalmente con el sacramento del bautismo y en más de dos terceras O
partes con el del matrimonio, distinguía claramente entre religiosidad y ag
esclavitud. -E
Esta distinción se manifestaba de diversas maneras, siendo la princi- a
2 pal el hecho de que el amo nunca era el padrino de su esclavo de Guinea a
o del hijo de una esclava suya. Podía ser padrino o madrina un hijo, una a
hija, un hermano o una hermana del amo, pero no éste ni su esposa, para 5
O
evitar que se establecieran relaciones de compadrazgo con el bautizado
en el caso de los esclavos adultos de Guinea, y con los padres del bauti-zado
en el de los párvulos esclavos, que pudieran perjudicar el cumpli-miento
de deberes por paGe de! esc!auo de GUiiiC. "vaUiiza& o por
parte de los padres del bautizado, en el caso de los párvulos esclavos.
Solamente conocemos un caso en el que el amo fue el padrino de
su propio esclavo. El bautizado fue Ciriaco, «negro adulto como de diez
años de edad, y esclavo de Juan Francisco Rousseau, francés de nación
y vecino de ésta. Fue su padrino el mismo amo» (64 1).
Eran iaiiibiéri padriiíos de ios esciavos dominico-españoies personas
que no eran parientes del amo del bautizado residentes en Hincha o en
Religiosidad y esclavitud en una comunidad canaria 475
otros lugares del Santo Domingo Español y en el exterior, franceses,
esclavos del mismo amo, esclavos de otros amos, libertos, morenos li-bres
y mulatos.
Solamente conocemos dos casos en que un hijo de esclavos tuvo en
un bautismo normal un padrino o una madrina esclava y un padrino o
una madrina dominico-española (43 1 y 68 1).
También era muy poco frecuente que un dominico-español fuese
bautizado en un bautismo normal por un esclavo, un liberto, un moreno
libre o una mulata. Conocemos solamente tres casos (8 D, 43 1 y 119),
y en todos los padres del bautizado son personas que no aparecen entre
los propietarios de esclavos en el libro de bautismos, lo que hace pre-sumir
que eran de escasos recursos económicos.
Por razones de prestigio social los dominico-españoles preferían te-ner
como padrinos de algunos de sus hijos a franceses, y no a esclavos,
morenos libres y libertos del Santo Domingo Español.
Tambien apadrinaban hijos de franceses, algunos de los cuales «emi-grados~
q ue se establecieron en Hincha en 1793 y 1794, al huir de los
acontecimientos que tenían lugar en el Santo Domingo Francés como
consecuencia de la Revolución Haitiana (127 D, 131 1 y 134 D).
La clara determinación de separar religiosidad y esclavitud y, en
consecuencia, de no mezclarse con esclavos a la hora de los bautismos,
se refleja en el hecho del amo de negarse a bautizar a su hijo el mismo
día que tendría lugar el bautismo del hijo de su esclavo.
El 3 de agosto de 1784 Alejo, hijo de Cathalina, esclava de Victonno
de la Cruz, fue bautizado, siendo su madrina Antonia, esclava de Do-mingo
Andújar (24 1).
Tres días más tarde, Victorino de la Cruz y su esposa, Margarita
Muñoz, hacían bautizar en el mismo templo, la parroquia de Nuestra
Señora de la Concepción de Hincha, y por ante el mismo sacerdote, a
su hija Ana María (24 1).
La distinción entre religiosidad y esclavitud permitía al amo consi-derar
como propiedad suya no solamente a los hijos naturales de sus
:espec:iras esc!aras, sino tambiin a !os kgfimos, a aq~ellos s u i g i h
de una unión bendecida por un sacerdote.
El propio cura rector, doctor Juan Sánchez Valverde, era propieta-rio
de 10 esclavos, y el presbítero, licenciado Antonio Martín Fajardo,
de 13. En cambio, el sacristán mayor y teniente cura, el doctor Bernar-do
Correa y Cidrón, no aparece en el libro objeto de este trabajo como
amo de ningún esciavo.
476 Jaime de Jesús Domínguez
El verdadero motivo de la distinción radicaba en que la esclavitud
era la más importante fuente de ingresos en La Española, por ser el
esclavo un ente no solamente productor de riquezas a través de su tra-bajo
en hatos ganaderos y en fincas, sino también generador de dinero
mediante su propia reproducción física, ya que los hijos podían ser ven-didos
desde que estaban pequeños. Y hubo esclavas, tanto solteras como
casadas, que aparecieron en el citado libro de bautismos con tres y has-ta
cuatro hijos.
Sin embargo, no se puede determinar la tasa promedio de reproduc- ,, ción de las esclavas, porque a veces dos o más esclavas solteras de un
mismo amo tenían el mismo nombre, y en la generalidad de los casos E
no llevaban apellidos, lo que habría permitido diferenciarlas. O n
La importancia de la mano de obra esclava en la economía del =m
Santo Domingo Español se reflejó en su elevado valor. El precio de O
E
un esclavo adulto oscilaba entre doscientos y trescientos pesos, en el E
2
siglo XVIII 9.
E
El alto valor económico de los esclavos hacía que sus dueños tuvie- 3
sen prestigio social.
Al constituirse la tenencia de esclavos en una fuente de ingresos y -
0m
en un símbolo de ostentación, fueron muy pocos los favorecidos con la E
manumisión. O
En el libro de bautismos solamente dieciocho fueron manumitidos, n
y de éstos uno porque su madre había comprado su libertad a su amo, E
a Francisco de Mella (76 D).
El libro de bautismos no menciona las causas de las otras 17 n
manumisiones.
Trece fueron inscritos como libres en el mismo, porque si bien sus 3
O
respectivos padres eran esclavos, las madres eran libres o libertas, y el
hijo seguía la condición jurídica de la madre.
Al no tener disponibles otras fuentes documentales, nos hemos vis-tos
precisados a tomar como punto de partida para clasificar la distribu-ción
de ias riquezas que tenia iugar en ~ i n c h aia posesión de esciavos.
Constatamos que en dicha comunidad había grandes desigualdades
sociales entre los dominico-españoles, ya que existía un grupo oligárquico
Religiosidad y esclavitud en una comunidad canaria 477
que tenía diez o más esclavos; otro con hasta nueve esclavos, y un ter-cero
con ninguno.
Los miembros del grupo oligárquico eran Juan Bemabé, con 49 es-clavos
entre adultos y párvulos dominico-españoles y esclavos de Guinea;
Pedro Vásquez con 34; Domingo de Sosa con 30; Manuela Guzmán con
29; Pedro de Andújar con 15; Agustina de Luna, Marcos Cabral y Juana
Estévez con 13 cada uno de ellos; Juan Reyes con 12; Blas de Guzmán,
Pedro de Rivera y Juana Franco con 11, y Juana de Luna con 10.
Esta oligarquía esclavista poseía 62 de los esclavos de Guinea y 107
de los esclavos párvulos bautizados en Hincha durante el período com-prendido
del 24 de abril de 1782 al 18 de octubre de 1794.
Cinco de los trece miembros de este grupo oligárquico eran muje-res,
lo que refleja la importancia que tenían en la vida económica de
Hincha, tanto ellas como muchas otras dueñas de diversas cantidades de
Sin embargo, presumimos que varias de ellas adquirieron sus escla-vos,
no por esfuerzo propio, sino por haberles sido traspasados al morir
sus respectivos esposos.
Formulamos esta hipótesis basados en el hecho de que las madres
solteras no aparecen en ningún momento como dueñas de esclavas, y
en el caso específico de Manuela Guzmán, se hace una alusión indirec-ta
a su condición de viuda (88 1).
Muchos miembros del denominado agrupo oligárquico» estaban re-lacionados
entre sí por lazos matrimoniales y por relaciones de compa-drazgo.
Un ejemplo de unión matrimonial oligárquica lo constituyó el ma-trimonio
de Pedro Vásquez con Ana de la Cruz (4 D).
Una prueba de relaciones oligárquicas a través del bautismo lo fue
el bautizo de Jacinto, hijo de José Andújar y de Petrona Fragoso. Sus
padrinos fueron Juan Bemabé y su esposa Dominga de Sosa (90 D).
Esta oligarquía esclavista no se limitaba a tener el poder económico,
c i n n n i i ~in i l a l rn~ntC~I ~t~ntahna9 t-t~ nnlítirn y2 qce a ] g ~ n&~ s S US "'L." y-" .e b.U.L.."...V . . Y C I . . L Y V I rw.1 -.-.A r--..--->
miembros ocupaban importantes funciones públicas en Hincha. Ejemplos
de esta aseveración fueron Juan Bernabé y Antonio Cabral, quienes eran
regidores (49 D y 123 1), y el capitán Francisco Andújar (40 D).
En la pirámide social de Hincha por debajo de la oligarquía esclavista
se encontraban inmediatamente después los dominico-españoles y fran-ceses
con menos de diez esciavos.
Entre éstos estaban el teniente Andrés de la Cruz, Pedro José Can-delaria,
José Cabral, Juan Francisco Rousseau, María de la Rosa y José
Romo, dueños de nueve.
47 8 Jaime de Jesús Domínguez
Tenían ocho Blas de Luna, Bartholomé de Medina e Isabel Susaña.
Poseían siete esclavos Francisco de Brea, Pedro Peralta, Antonio
Perdomo y Antonio Veloz.
Eran propietarios de seis Manuel Bernabé, Victorino de la Cruz
Hernández, Bernardo Jiménez, Juan Mathías de Luna, Santiago Labat,
Mathías Nolasco, Andrés de Rivera, Ramón Vidal, María de San Pedro
Hemández, Rudecindo Vicioso y Manuel de Mella.
Lo eran de cinco Nicolás Bejarano, Isabel Caraballo, Gregoria de
León, Juan Félix, José Rodríguez, Nicolás Saviñón, el francés Juan
Bautista Sage y Cecilia de la Cruz.
Tenían cuatro Felipe Amadís, Juana Cabral, Francisco de Rivera,
Juana de San Pedro, José Suárez, Pedro Aubrí y Gerónimo Vidal.
Poseían tres Domingo de Andújar, Bartholomé de Brea, Ana Cabral, "2
D
José Díaz, José Gomera, Victoria Hernández, Santiago Jiménez, Felipe E
de Jesús, Juan de Luna, Pedro Moreno, Petrolina Muñoz, Thomás Ortiz, O
n Monsieur Puyé, Tnomáb Pariiaglid, juana Pérez, Aiiioiiio de Rosas, J ~ s é -
-
m
Rondón, Francisco Santana, Pedro Santana, Juan Valverde, Pedro del O
Castillo, Francisco Román y Juan Eloy Tirado. E
2
Dos esclavos tenían Bernardo de Aybar, Bernardo Armero, Manuel E
Aybar, Juana Ariza, Pablo Aubrí, Pedro Arencibio, Francisco Bejarano,
Bartholo de Brea, Margarita Bejarano, Manuel de la Cruz, Antonia del 3
-
Carmen, Juana Carvajal, José Francisco Cruz, Vicenta Concepción, San- -
0
m
tiago Coeto, Eugenio de la Cruz, Carlos Damián, George Deñó, Carlos E
Drimini, Monsieur Pedro Duoré, Ignacio de los Santos, Isabel Díaz, O
Madame Dión, Bernardina Franco, María Francisca, Pedro Familias, n
Lorenza Fajardo, Dorotea Frías, Manuel Falcón, María Jiménez, Gregoria -E
de Luna, Monsieur Lapanta, Monsieur Laloz, María Moreno, Damiana a
2
Muñoz, Ramón Muñoz, Nicolás Milano, Alejandro Muñoz, José Medina, n
Monsieur Pimel, Juan de la Rosa, Agustín Remigio, Monsieur La Rivez, n
Juana de la Rosa Ariza, José Reyes, Santiago Román, Benita Santana, O 3
Eugenio Santana, Monsieur Simón, Juan de San Pedro, Monsieur Suncar,
Luis Sorín, el francés Saint Mont, Andrea Veloz, José Veloz y Antonio
Villar.
Alrededor de cincuenta dominico-españoles eran propietarios de un
solo esclavo. Entre éstos había apellidados Carrasco, Encarnación,
Figuereo, de la Paz, Saldaña, Tolentino, Valerio y Zapata.
Había centenares sin ningún esclavo, entre los cuales apellidados
Aldaña, Bello, Calderón, Cuello, de Castro, García, González, López,
Lorenzo, Martínez, Meléndez, Méndez, Montedeoca, Padilla, Peña,
Reynoso, del Río, Rodríguez y Salazar.
Religiosidad y esclavitud en una comunidad canaria
La lucha que los esclavos del Santo Domingo Francés habían ini-ciado
en agosto de 1791 en favor de la abolición de la esclavitud, sir-vió
de estímulo a sus homólogos de Hincha para tratar de organizar una
rebelión con los mismos fines, pero la misma fue debelada en marzo de
1793. 19 esclavos fueron interrogados por Domingo de Sosa, quien era
alcalde ordinario de dicha comunidad en esos momentos 'O. No fueron
ejecutados.
En octubre y noviembre de 1794, Toussaint Louverture, luchando
bajo la bandera francesa, se apoderó de las cuatro ciudades limítrofes
con el Santo Domingo Francés que habían sido fundadas por canarios,
y que desde entonces permanecen bajo el dominio haitiano.
[.Cuál fue la actitud de los esclavos de Hincha ante la ofensiva de
Toussaint en contra de los residentes en ése y en los otros tres pobla-dos
canarios? ¿Se incorporaron a la lucha que los liberaría de su condi-ción
de esclavos o, por el contrario, siguieron a sus amos, quienes les
habían enseñado el camino del Cristianismo, hacia Baní y la región Este
del Santo Domingo Español donde se establecieron al huir de los anti-mlnc
r=cclor,n~ rJe1 Cgntn n n m k n n F r a n r L c niie h g h í a n a l r a n 7 a A n !i- 6U"U U U W I U V V U UV. " U l l C V UV.II..'&" I IUI..+U" YUV . . U " A U I . ....+UIIIUU"
bertad en mayo de 1794 bajo el liderazgo de Toussaint?
En otras palabras, ¿predominaron en los esclavos de Hincha sus
sentimientos clasistas o los preceptos básicos de la doctrina cristiana que
se les había enseñado, entre los cuales el amor al prójimo y el no ma-tar?
Desconocemos la respuesta, porque los documentos concernientes
a Hincha en los días posteriores al 18 de octubre de 1794 no están a
nuestro alcance, pero de lo que sí estamos seguros es de que los domi-nico-
españoles residentes en la zona fronteriza, desde que los canarios
fundaron a Hincha en 1704 hasta su toma por Toussaint 90 años más
tarde, siempre hicieron una clara distinción entre religiosidad y esclavi-tud,
que los beneficiaba económicamente, y se basaba en el hecho de
que la esclavitud era considerada como algo normal en la época.
.A- l. c- a.-r d-e - n-a...l - Ni.c- o- l-á ..s- T-h .p ez Rodriguez, por habemos permitido el ac-ceso
a los archivos del Arzobispado de Santo Domingo, y al personal bajo
su cargo por las facilidades y atenciones prestadas. Igualmente a Mon-señor
Rafael Bello Peguero por las explicaciones de carácter religioso.
Jaime de Jesús Domínguez
NOTAS
m
1. MORALESP ADR~NFr,a ncisco. «Colonos canarios en Indias». Anuario de Estu- E
dios Americanos, tomo VIII, página 416. Escuela de Estudios Americanos, Sevilla, 1951.
2. GUTIBRREEZS CUDEROA, ntonio. Población y Economía en Santo Domingo, n
(17 00-17 46). Página 72. Diputación Provincial de Sevilla, Sevilla, 1985. =m
3. Relación de las parroquias de la isla de Santo Domingo, realizada en 1782-1783, O
E
obedeciendo a la Real Cédula del 21 de enero de 1772. A.G.1, Santo Domingo, 988. E
2
4. Estudio general del número de cabezas del Santo Domingo Español en 1772. E
A.G.1, Santo Domingo, 1059.
5. MOYA PONS, Frank. Historia Colonial de Santo Domingo. Página 305. Tercera 3
edición. Universidad Católica Madre y Maestra, Santiago, República Dominicana, 1977.
6. SEVILLASO LERM, aría Rosario. Santo Domingo Tierra de Frontera (1750-1800). -
0m
Página 20, Publicaciones de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla. Se- E
villa, 1980. O
7. DOMÍNGUEZJa, ime de Jesús. «Baní, un caso de inmigración interna canaria en
el siglo XVIII».X Coloquio de Historia Canario-Americana (1992). Tomo 1, pp. 542-544. n
Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1994. E
8. A.G.I., Santo Domingo, 314. a
9. DEIVE, Carlos Esteban. La esclavitud del negro en Santo Domingo (1492-1844). n
Tomo 1, p. 284. Museo del Hombre Dominicano, Santo Domingo, República Domini- n
cana, 1980.
10. Ibid 9, tomo 11, pp. 470-472. 3
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