RAFAEL CADENAS (1930, Barquisimeto,
Venezuela) representa la síntesis
de toda una generación en América
Latina. Cadenas formó parte del
grupo literario "Tabla Redonda"
(Caracas, 1960). Es profesor de Literatura
en la Universidad Central
de Venezuela; también es ensayista y
traductor de poesía inglesa. En 1985
obtuvo el Premio Nacional de Literatura
y en 1987 disfrutó una beca de
la Fundación Guggenheim. Entre su
obra poética destaca: Los cuadernos
del destierro (1960, Ediciones Tabla
Redonda), Memorial (1977, Monte
Ávila, Car~cas), Intemperie (1977),
Amante (1983, Fundarte, Caracas),
Gestiones (1992, Pomaire, Caracas)
y una antología de su obra editada
por Monte Ávila en 1981, donde se
recogen poemanos inéditos como
Una isla.
LITm,\TURA
AÉl CAD~NA5
V engo de un'feino extraño,
vengo de una isla iluminada,
1930
vengo de los ojos de una mujer.
Desciendo por el día, pesadamente.
Música perdida me acompaña.
Una pupila
cargadora de frutos
abandonados
se adentra
en lo que ve.
Mi fortaleza,
mi última línea,
mi frontera con el vacío
ha caído hoy.
(de Una Isla)
CUADERNOS DEL ATENW 85
D ERROTA
Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que
mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por
los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo
que creí que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta
fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni
triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi
no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir
en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
86 CUADERNOS DEL A TENEO
que fui preterido en aras de personas más miserables que
yo
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré
muchas veces más burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más
aletargados que yo ("Ud. es muy quedado, avíspese,
despierte")
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada en cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas estas
cosas y por otras cuya enumeración sería
interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni
tener un día sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
L n "l:Rt\-¡'U ltA
Cu .... m.RNOs OEL ATENEO 87
POEMAS
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y
no he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a
ciertas horas haya sido humilde hasta igualarme a las
piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y
nada he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro m1 cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he
podido derribarme, barrer todo y crear de mi indolencia,
mi flotación, mi extravío una frescura nueva, y
obstinadamente me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir
burlándome de los otros y de mí hasta el día del
juicio final.
(de Los cuadernos del destierro)
88 CUADERNOS DEL ATENEO
10
Ya el delirio no me solicita.
Vivo sobre la sal, levantándome y cayendo, día tras día.
Como, ando, me acuesto sobre lo que me sostiene sin
pedir una aclaración, sin esperar nada. Soy un cuerpo. Me
llamo tensión, debilidad, silencio, piel, nervio, olor,
yerro. Me arrastro, toco hierba, me hago suelo. Lo inefable
no me qUiere.
Hace años dejé de preguntar. Desistí en un filo. Las
ventanas dicen vivir.
Sucio de nuestro sucio sacro. El pensamiento escarba,
escarba. Soy una cuerda que se abraza a la última
proximidad.
Vibrante querer, vibrante delito, vibrante desamor.
Ducho en disensión, en rotura, en desvivir, persisto.
Arrastro una historia anonadada.
Soy flaqueza máxima. Mis piernas se doblan. No llego, no
llego.
¿De dónde sale la fuerza cuando sigo? Soy el sordo, el
exabrupto, el golpe en la mejilla, el veneno de la suavidad,
el manto del loco, el que hostiga el fervor, la ciénaga sin
fulgor, la horma de nuestra ignorancia, el que se hace,
se deshace, se hace.
(de Intemperie)
LITERATUIV\
CUADERNOS Ofl.. ATENEO 89
)0 C UADERNOS DEL ATENEO
A NGST
N o es nada, nada
algo sin trascendencia,
nada.
Una dificultad leve
en la respiración.
Problema de angostura
parece.
¿Acaso no sabías
que la puerta es estrecha?
Te festeja
sin probarte
(de Memorial)
y hace ya tanto,
boca
hecha a pobreza
(de Amante)
LI'lI It l"l ll lv\
UAN CALZADILLA
1931
JUAN CALzAnILU (Altagracia de
Orituco, 1931) es, además de
poeta, crítico de arte y dibujante.
Integrante del grupo El Techo de
la Ballena a principios de la década
de los sesenta, entre su extensa obra
poética destacan los libros Dictado
por la jauría (1962), Malos modales
(1968) Ciudadano sin fin (1970),
Bicéfalo (1978), El ojo que pasa
(1979), Táctica de vigía (1982),
Diarios. Aproximaciones a un decir.
siempre aplazado (1992), Minimales
(1993), Malos modales (1994) o
Principios de urbanidad (1996)¡ Ha
dirigido la revista Imagen, manteniendo
desde hace tres décadas una
activa presencia en el medio cultural
venezolano.
•
28 DE FEBRERO
Tambores de sangre,
este es mi país.
(de Diarios. Aproximaciones a un
decir siempre aplazado)
C UADERNOS DEI. A TENEO 91
POEMAS
92 CUADERNOS DEL A TENEO
EL HABLA DE LOS PERROS
Habla condensada, la del perro.
Apenas gruñe y ya da por enteradas
todas las intenciones.
No necesita de muchas palabras,
como el poema.
Va directamente al grano.
Después de todo,
el mordisco es la verificación objetiva
de su modo metafórico
de hablar entre dientes.
(de Minimafes)
EL CUENTO DE LA ESPERANZA
¡A mí que no me vengan con el cuento
de la esperanza! Ella siempre está de paso.
¿Es que alguien la conoce
como no sea de nombre? Muy pocos son,
en verdad, los que han tenido la suerte
de topársela frente a frente. Y menos
los que pudieron echarle el guante.
La esperanza siempre está de paso.
(de Minimafes)
h ACA
Aí como antes te detenía un río crecido,
hoy te detiene un accidente de tránsito,
el silbato del vigilante, una calle ciega,
una orden que tú no entiendes
aunque te la dieron al oído.
Antes las cabalgaduras desfallecían
y rodaban deshechas por el barranco.
Pero nada te impedía llegar, aunque
tardaras como Ulises, un día a tu casa.
Hoy te lo impide un anuncio de muerte
que encuentras en todas partes
pues como marca lo llevas contigo
impreso en tu cuerpo
bajo muchos disfraces
por fuera y por dentro
y sin que lo sepas.
(de Principios de urbanidad)
L ITERATURA
CUADERNOS DEL ATENEO 93
94 CuADERNOS DEL ATENEO
EL FESTÍN
¿Ha sido para el enjambre
de minúsculas hormigas
el sobrante de azúcar disuelta
en el fondo de la taza
que contenía té
un festín
o una emboscada?
¿Quién duda que se dieron un banquete?
Pero pocas regresaron
para contarlo.
Así nosotros.
(de Principios de urbanidad)
ALFREDO SILVA EsTRADA (Venezuela,
1933). Poeta de la estirpe de MalIarme
con obras a la vez lúdicas y
rigurosas. Entre sus publicaciones
destacan Los quintetos del drculo
(1982), De bichos exaltado (l989) y
Al través (2000). Bajo el título genérico
de Acercamientos han aparecido
en Monte Ávila, en 1969 y 1977
respectivamente, dos compilaciones
de su obra. Además ha traducido al
español a poetas como Ponge, Reverdy,
Godel' Chedid, Dupin.
rl1~DO SILVA
1933
C UADERNOS ()f.L ATENEO 95
Pm ,\ IA,
96 CUADERNOS DEL ATENEO
SOBRE EL LÍMlTE
1
Habrá que ver por qué amamos el límite
Habráse visto
la pregunta encajada como estaca en el límite
La flaca sombra
estamos viendo la flaca sombra inhóspita
la sombra de la estaca
la sombra de la estaca sobre el límite
la sombra de la estaca se proyecta
junto a la proyección de nuestra sombra
nuestro sombrío habitar lo inhóspito
nuestro errar en el límite
Amamos también algo que pasa
algo detenido brevemente en la sombra
nuestro apego a la oscuridad de un terrón
la oscuridad de nuestra tierra
los muertos en nosotros
y todas las memorias enlazadas
hundidas
en un deslizamiento de tierra
(de Acercamientos)
CASA QUE ME RESPIRA
CASA QUE RESPlRAMOS
LlTI .IMTl l l{ -\
A Leonardo y a Mariela
M i casa rota
Nuestra casa maciza de horizontes en cada muro que se escapa
En todos sus tabiques temblorosos de ahora
La abrigo en esta mesa del poema estrechando confines
Hay bestias a la puerta remueven inmundicias
y aves de todo el día que sobreviven con nosotros
No sé por dónde entrarle me duelen sus resquicios
Ya no sé dónde queda Se ha hundido en la memoria
con este laberinto de la ciudad aullando por cimientos
Ya no sé dónde hallarla
y siento que en sus grietas anidan tantos astros
Está hecha un escombro repiten los hermanos
pero tal vez persistan raíces esforzadas de algún arbusto trunco
Veo ondular las crines de aleros que susurran con un viento de entonces
Pero no voy a verla Ella viene a buscarme
Me encuentra ante la mesa tendiendo lejanías
Contemplo el cielo entero pegado a sus ladrillos
C UADERNOS 01:1. ATENEO 97
P()E~IAS
Aquí golpeo el caos con los enseres fieles
y se pone a cantar en las sartenes de la casa más joven
Aquellas puertas repintadas
se entreabren y rechinan en mis huesos
Los pájaros carnívoros ya nada pueden contra la casa vieja
van a hartarse a jardines corrompidos de máquinas
Mi casa se mantiene intacta en el poema
Se arraiga en el arranque del aliento
Se yergue sin esfuerzo afirmada por cesuras musgosas
Sus muebles guardan vetas del bosque familiar que a treguas me rodea
Resiste los embates sin futuro de la ciudad ultrajada
Tan sólo sofrenadas de lluvias que elegimos se atreven a investirla
-No se caerá jamás decían los abuelos
Durará cuanto dure tu primer poemario que no hemos comprendido
Se sostiene con arcos que apuntalo en el verso
Le insuflo aire ritmado
Le doy lugar presente en el lugar de siempre
Le acaricio los cantos que apenas entreveo
Hago el amor en sus penumbras libres
o bajo los resoles de los desamparados
98 CUADERNOS DEL ATENEO
La habito desde el fondo del más arisco olvido
hasta el sueño que tiene los poros de la amada
Le violento el umbral para dejar mis pasos en las casas ausentes
La casa me respira boca a boca
No es el lugar este vivirla íntegra
sino cada pisada con hambre de extrañeza en lo más íntimo
Ausentarse con mástiles de la ciudad ahogada
percibiendo el anclaje que se oxida en riberas futuras
para que advengan órdenes del habitable origen
Desfallezco apoyado en portales de infancia
Apegado el oído a músicas terrosas
Abrazado a planetas que zumban en mi patio
Me rehago en los quiebres de la casa de nunca
Sé que la casa existe
jadeante pero eX1ste
Yes este sobresalto de horizontes en mi cuerpo y el otro
en el nimbo de hollín que llevamos a cuestas al rescate de soles
Sólo damos los rasgos de tus rostros amados
Rota casa maciza respirándonos
No la nombra el sollozo
(de Por los respiraderos del día)
CUADERNOS DEL A TINEO 99
1-'01 .". lA.""
1 00 CUADEltNOS DEI. A TENEO
AzAR
N o hay grieta, no, donde no renazcas
Azar
Dominio posible de un río a nivel de ojos
A nivel del reflejo donde me descubro
Sin vértigo en destierro de raíces
o arraigado en la tierra con el pulso azaroso
(de Los moradores)
L III R \lt'K\
íCTOR VALERA
1935-1984
VíCTOR VALERA MORA (Valera, 1935-Caracas, 1984) es una de las
voces fundamentales de la poesía venezolana contemporánea. Aunque
coetáneo de la generación de los 60, su obra se desarrolla mayormente
en los 70, década a la que arriba con una poesía beligerante
y de tono explosivo. Hasta la aparición en 1989, en Fundarte
(Caracas), de la Antología Poética, la obra de Valera había tenido
escasa difusión. Entre sus publicaciones Amanecí de bala (1971),
10 poemas stalinistas (1979) Esta misma editorial publica en 1994
Obras Completas, que incluye su libro póstumo Del ridículo arte de
componer poesía.
OFICIO DE POETA
A Ismael Medina
É tico es el paso del poeta en la tierra
pero no de quien se lleva el índice a los labios
sino en lo tremendo y deslumbrante
de la libertad y de la revuelta
porque no se puede ser feliz
cuando se respira
entre un atajo de infelices
hay que vivir agresivamente
reivindicar la piedra de amolar
para cuando sea el tiempo
de la fiera y bella fiesta de los cuchillos
(de 70 poemas stalinistas)
C UADUlNOS m.1 ATFNW 101
P01\1 \ ...
MASSERATTI 3 LITROS
A seiscientos kilómetros por hora cuestiono todo
no tengo paz ni sosiego y digo cuestiono todo
me dejo llevar me gusta cuanto me sucede
el animal que soy sobre las catedrales husmeando
mi desmedido desenfado mi boca salvaje
cerrando y abriendo puertas espantosas
la micromáquina filmadora de sueños
una escalera una antorcha para quemar la nueva Babilonia
desde arriba y desde abajo asalto el círculo
esta noche dormiré en los tejados para no comprometer a nadie
de paso me orino en el parque de los escritores
nos conducimos por dentro y por fuera
enero sin sweter cuello de tortuga es conflictivo
nada cae por su propio peso menos la desdicha
a esta velocidad soy el único
que ha visto lo lejos y lo inmediato del desorden
conozco tales deidades que me da risa
entonces he aquí al hombre que no tenía sombrero y necesitaba
trabajar con sombrero y salió a la calle con su mujer desnuda
sobre su cabeza y en la parada del carrito por puesto encontró a su amigo
del alma y éste le preguntó
- "esa no es Eloísa!" y él le dijo
-"sí pero no creo se note mucho" y el amigo del alma respondió
- "bueno la verdad que regular"
y cuando entró a la oficina se armó la grande y después
se hizo costumbre y a cierta distancia de tiempo
1 O 2 C UADERNOS DE\. ATENEO
mandó a hacerle algunas reparaciones en aquellos lugares
donde se hacen hebillas y se componen sombreros y se la forraron
toda por dentro con tafetán rojo y le rodearon la cintura
con una cinta brillante
y no diga usted adornada con plumas de aves exóticas
porque el asunto es serio si lo sabré yo y era tanta la necesidad
que se olvidó
y dejó a su mujer colgada de un clavito y se fue
Como todo alucinado que se estima no tengo remedio
lo que aún no hemos visto no es un cementerio de elefantes
ni un buque fantasma ni la consagración de la primavera
lo mío es un masseratti tres litros
una potente máquina
una agónica agonía de turbinas
mejor si trae consigo los sonetos a Orfeo
qué tiempo lleva escribir un gran poema
inscribirlo después en el gran prix de la posteridad
allá los que se desviven para que el tiempo no los mate
yo me pongo mi chaqueta al revés me voy silbando
miren que dije chaqueta
y dije camisa de fuerza y dije insulina y dije metrasol
pero no miren que no dije terapia ocupacional ni gallo tuerto
lo que aún no se ha visto no son mis celos rabiosos
ni los manuales de econometría para gerentes de empresas
hacen falta barras de dirección y puntas de ejes
alto octanaje y ácido de batería
yo le decía a Cecilia que ningún mundo de agua
era obstáculo para esas largas y bellas piernas suyas
I .1 I I !{ \ 1 l 1.:\
ClJADFltNnS nI' l AnNEt) 103
POI.\1.\:-'
hacen falta tuercas y tornillos rosca fina
despejados platinos y cigüeñales resistentes
al frío con los académicos comedores de ortigas
ahora es que va a dar guerra e! Che
necesitamos vestirnos de monte
. . .
Insurgentes o muertos SIn memonas
trágame con cerveza amor mío soy una ostra
sangre de mi sangre
amor bajo e! inventario de tus ojos
amor sin comprender que dos bastan para la cercanía
amor tienes que arreglar los papeles menos extraños
y tomar e! avión en las estaciones de! paraíso perdido
amor a quien miro con e! sol derecho volar sin retorno
en e! viento soluble
El viejo Orígenes consideraba
que entraríamos rodando en forma esférica
otro es mi problema para qué la poesía
todos los yanquis son unos hijos de puta
hay que matarlos donde estén
no puedo vivir sin conflicto
esta mañana amanecí locamente enamorado de Corea de! Norte
yo quiero un estallido atómico
demasiado hemos trabajado para los dioses
en el resplandor del hongo haremos que trabajen ellos
más veloz tiro la casa por la ventana
e! sabio penalista dice que e! verbo hacer es ilimitado
podemos cantar bailar escribir leer
y también robar estafar violar ofender
104 C UADERNOS DEL ArENeo
en eso estamos hijos míos
yo convierto a las mujeres en armas de guerra
luego ellas deciden vertiginosamente
el comandante entró por las costas del nordeste
mi trago favorito es una parte
de vodka una parte de ginebra una sombra de limón
en este panfleto puedo romperme los dientes
mi vida vale un comino
vorazmente me gustan todas las cosas
mi rostro enloquece el paisaje
me celebro en la poesía
como quien celebra su boda con un cuchillo
esto fue dicho esto ha sido sostenido
todo el mundo es la ausencia de todo sujeto
estoy sumergido
cuesta bastante mantener un buitre
poder explicar con certeza
cómo el futuro llegará a vuestras vidas
decir predecir ahondar más hondo
siempre el infinito al desnudo
mi corazón es más luminoso
que todos los soles tragados por la tierra
No iremos al cine a ver la vida del siervo de dios
claro está que nació en isnotú del estado trujillo
y como uno también es de ese estado
y qué diablos hace este señor aquí
me enerva el chovinismo de gran aldea
eh guerrilleros
1.111 !{-rll ' ¡~ \
CU/\DH~Nm mJ A TEN EO 1 05
1\)1 \1\\
el tiempo de los verbos nada importa
según lo que hemos pesado visto y medido
vendrán días terribles
el que piense llorar como un bendito
que vaya comenzando
yo dentro de la burbuja bailo pata pata
hoy recibí carta de mi amor mi amor está por llegar
escribo palotes porque esta agonía no es de hoy
esta agonía no es hija ni patrimonio de las armas liberadas
la muerte venezolana era ya sin nosotros
la muerte boba
la muerte sin papeles sin paga sin reclamo
la muerte arboladura de los poderosos
vieja costumbre mal acostumbrada
descomunal zamuro devorando vivos a los pobres
e! orgullo lo que nadie puede negarnos
es la irresistible trascendencia desde nuestras caídas
y la violenta muerte de! enemigo
aprendimos a matar salto adelante
hablamos largamente de la hipófisis
ese tirano desconocido sentado en nuestra silla turca
hay que echarlo afuera para que la confusión sea total
e! problema es encontrar la puerta llenar e! cuarto de agua
aun cuando en ello dejemos e! orden el sub-orden la especie
la estancia de! viejo linaje
debemos ahondar para seguir
no olviden cruzo e! laberinto a seiscientos kilómetros
la raíz cuadrada de un rayo de luz más todos los sueños
106 CUADERNOS DEI. A TENEO
estamos desquiciados pero ni esto tenemos de tontos
por eso dije críticamente
lo que aún no se ha visto es el país girar enloquecido
estoy en mi oficio
quién puede descansar en el filo de una hojilla
un barril de pólvora es un barril de pólvora
claro dirán los expertos qué más puede ser
L III Itllll(\
lo que yo digo es dónde conseguir uno para volar los códigos establecidos
uno se mete en cada lío de miedo esto no da dividendos
vivo en el mismo sitio cuántos querrán verme vestido de madera
hoy somos aire esparcido pero mañana
el hombre dobló la cintura hacia adelante
su ojo izquierdo rodó por tierra sin inmutarse
digo sin inmutarse el hombre no el ojo sería el colmo
luego tomándolo cuidadosamente lo colocó en su sitio
al instante moría de susto estaba al revés se vio por dentro
si quieres historia hazla tu mismo
urgentemente seguimos necesitando barras de dirección
la más radiante noticia de año nuevo
los comandos vietcong toman la ofensiva
desean algo más bien
para un sin fin de personas un pernil de cordero
o de ternera de leche de unos 2 kilogramos y medio
60 dientes de ajo 1 vaso de ron
2 décimas partes de litro de vino blanco muy dulce
un poco de manteca de cerdo sal y pimienta
si empezamos al amanecer al atardecer el fuego estará listo
alrededor del más terrible tablero de ajedrez
C UADI,RNu:. DFI ATENFO 107
cenarán algo que durante siglos viene rodando
pernil al ajillo a la manera de Heráclito de Efeso
luego vendrán truchas al vino rojo el más rojo
servidas bajo el resplandor de nuestras banderas
vivimos en un perenne combate
que cada quien elija su destino
un hombre camina dando y recibiendo golpes
atrás deja la semántica y los deberes ciudadanos
agua y pez al mismo tiempo
destruye lo posible para no ser aniquilado
nos obliga a llevar un vaho de pistolas en la nuca
que nadie duerma tranquilamente
oh ese amor suyo por la guerra de los pueblos
ofendidos considerarán que esto no es un poema
y tienen razón tal vez sea una canción de cuna
ahora sé que estoy loco por completo
pero se acabó la cantinela se acabó la coba
a partir de mí la palabra es un escalofrío
ahí queda esto
subo y arranco mi potente masseratti 3 litros
rafagueante doy con mis sesos contra un muro
después el otro infierno
(de Amanecí de bala)
108 C UADERNOS DEL ATENEO
LJ J U¡'ITU RA
-- -~MÓN ~ALOMA~ES
1935
RAMÓN PALOMARES (Escuque, 1935). Participa en la fundación de
Sardio y El Techo de la Ballena, dos de los grupos literarios que renovarían
la expresión literaria y la poesía de Venezuela durante los
años sesenta. Profesor en la Universidad de Los Andes, su primer
libro, El reino, fue publicado en 1958. Sin embargo, será Paisano
(1964), el libro que lo sitúe en el grupo de poetas mayores de su
país. Además, ha publicado El ahogado (1964), Honras fonebres
(1965), Santiago de León de Caracas (1967), El vientecito suave del
amanecer con los primeros aromas (1969), Adiós Escuque (1974),
Elegía 1839 (1980), El viento y la piedra (1984) y Alegres provincias
(1988). Su obra poética ha sido reunida y seleccionada en sucesivos
volúmenes y antologías como Trilogía (1990), que reúne su producción
poética de los años sesenta, o Lobos y halcones (1997).
PREHISTORJA
E l animal rojizo
bañándose con aire nuevo
estrenando su fuerza
va en el fulgor de ondulantes praderas.
Ningún acoso en el resonar de sus patas.
No ayer No mañana Sólo su imagen y bramido
Perseguido de su gran esplendor
sólo espacio para su hambre, pasto salvaje y viento
Todavía no se ha inventado la muerte
El infinito no se ha escapado todavía
Tan solo una gloriosa voluntad
resplandece.
(de Lobos y halcones)
C UADERNOS DEI. A TENEO 1 09
1\)1 \1 \'
EL OCHE
A quí llega el noche
el que tiene las estrellas en las uñas,
con caminar furioso y perros entre las piernas
alzando los brazos como relámpago
abriendo los cedros
echando las ramas sobre sí,
muy lejos.
Entra como si fuera un hombre a caballo
y pasa por el zaguán
sacudiéndose la tormenta.
y se desmonta y comienza a averiguar
y hace memoria y extiende los ojos.
Mira los pueblos que están
unos en laderas y otros agachados en los barrancos
y entra en las casas
viendo cómo están las mujeres
y repasa las iglesias por las sacristías y los campanarios
espantando cuando pisa en las escaleras
y se sienta sobre las piedras
averiguando sin paz.
(de Paisano)
110 C UADI,RNOS DEI AT¡'¡":FO
ENTRE EL Rfo
V aya entrar en un río
me quito la ropa y entro y le abro la puerta
y miro adentro de su casa
y vaya estar sentado en las sillas negras
y en los espejos;
cuando hable escucho qué dice y qué quiere
y cómo manda a todos y dice que se va a remolinear
y veré cuándo sus patas empiecen a despedazar la ladera.
Tomaré agua de su corazón y me beberé su cuello
y haré gárgaras y escupiré adentro
L IIII( \ Il R \
yen los ojos le pondré piedras y le quitaré los diamantes y los pedazos de oro
y de ojos le pondré unos gatos
y veré qué vestidos se pone y cómo hace para correr
y si está durmiendo le escarbaré a ver qué sueña.
Yo vi qué come el río y vi su mesa
y tenía platos como guayabas podridas y ganado muerto y casas
y todas las siembras que se llevó
y un hilo verde, muy verde, como un ángel.
Me estuve sentado viendo un gran campo que estaba debajo
y allí cantan todos y se ponían morados
hasta que se oyó una voz durísima
y salieron iglesias y calles de las nubes
y todos corrieron
y comenzó el río a decir que se iba a morir.
(de Paisano)
C UI\m-RNO'l DU An·,NHl 111
POI \\ \'
MI PADRINO TIENE UNA PESADILLA
S e despertaba dando gritos:
-Déjenlo! No se metan con él
Déjenlo!
y abría tamaños ojos
hasta que se encontraba de nuevo
Entonces se tocaba el corazón
Suspiraba ...
Ay cómo estaba cansado de ese largo viaje
hasta tantos años atrás
en los patios de café
por los potreros,
en las calles empedradas donde rechinaban los cascos
de tanta bestia ...
-La noche está pesada -decía
El tiempo está pesado -decía
La vida está pesando mucho .. . mucho
(de Adiós Escuque)
112 C UADERNOS DEL ATENEO
EUGENIO MONTElO (Caracas, 1938),
poeta, ensayista y crítico literario, es
en la actualidad una de las voces
más importantes de la poesía latinoamericana.
Ha publicado Muerte
y memoria (1972), Algunas palabras
(1976, Monte Ávila, Caracas),
Terredad (1978, Monte Ávila,
Caracas), Trópico absoluto (1982),
Alfabeto del mundo (1986), Adiós
al siglo XX (1992), en España han
aparecido, este último y, Partitura
de la cigarra y Papiros amorosos. Su
obra, hasta el 92, aparece recopilada
en la colección Altazor editada por
Monte Ávila (1994).
L III' I( \1 l 'l<I
ENIO MONTEJO
1938
114 CUADERNOS DEI. ATENEO
UCCELLO, HOY 6 DE AGOSTO
E n e! cuadro de Uccello hay un caballo
que estuvo en Hiroshima.
Nadie lo ve cuando se ausenta,
cuando sus ojos beben sombra
sobre los cascos que se pulverizan.
Uccello dejó un mapa de la guerra
. .
arcaiCO, con armas Inocentes.
No dibujaba aviones ni torpedos,
desconocía los submarinos,
su muerte iba del gris al rojo, al verde.
Sólo e! caballo en este 6 de agosto
esrá herrado con viejas cicatrices,
sólo sus patas llevan en la noche
a la desolación de! exterminio.
Es un caballo torvo, arado a un árbol,
siempre listo en su silla.
Uccello lo cubrió con capas de pintura,
lo borró de su siglo,
y hoy aguarda en e! fondo de la cuadra
con los jineres de! Apocalipsis.
(de Algunas palabras)
TE RRE DA o
E star aquí por años en la tierra,
con las nubes que lleguen, con los pájaros,
suspensos de horas frágiles.
A bordo, casi a la deriva,
más cerca de Saturno, más lejanos,
mientras el sol da vuelta y nos arrastra
y la sangre recorre su profundo universo
más sagrado que todos los astros.
Estar aquí en la tierra: no más lejos
que un árbol, no más inexplicables;
livianos en otoño, henchidos en verano,
con lo que somos o no somos, con la sombra,
la memoria, el deseo, hasta el nn
(si hay un nn) voz a voz,
casa por casa,
sea quien lleve la tierra, si la llevan,
o quien la espere, si la aguardan,
partiendo juntos cada vez el pan
en dos, en tres, en cuatro,
sin olvidar las sobras de la hormiga
que siempre viaja de remotas estrellas
para estar a la hora en nuestra cena
aunque las migas sean amargas.
(de Terredad)
1 11111, \11 In
CtIA!1HtNO\ 1li"1 A TEN!:\) 115
P() L :" I r\~
G ÜIGÜE 1918
A Juan Liscano
E sta es la tierra de los míos, que duermen, que no duermen,
largo valle de cañas frente a un lago,
con campanas cubiertas de siglos y polvo
que repiten de noche los gallos fantasmas.
Estoy a veinte años de mi vida,
no voy a nacer ahora que hay peste en el pueblo,
las carretas se cargan de cuerpos y parten;
son pocas las zanjas abiertas;
las campanas cansadas de doblar
bajan y cavan.
Puedo aguardar, voy a nacer muy lejos de este lago,
de sus miasmas;
mi padre partirá con los que queden,
lo esperaré más adelante.
Ahora soy esta luz que duerme, que no duerme;
atisbo por el hueco de los muros;
los caballos se atascan en fango y prosiguen;
miro la tinta que anota los nombres,
la caligrafía salvaje que imita los pastos.
La peste pasará. Los libros en el tiempo amarillo
seguirán tras las hojas de los árboles.
Palpo el temblor de llamas en las velas
cuando las procesiones recorren las calles.
No he de nacer aquÍ,
hay cruces de zábila en las puertas
que no qUleren que nazca;
queda mucho dolor en las casas de barro.
Puedo aguardar, estoy a veinte años de mi vida,
soy el futuro que duerme, que no duerme;
la peste me privará de voces que son mías,
tendré que reinventar cada ademán, cada palabra.
Ahora soy esta luz al fondo de sus ojos;
ya naceré después, llevo escrita mi fecha;
estoy aquí con ellos hasta que se despidan;
sin que puedan mirarme me detengo:
quiero cerrarles suavemente los párpados.
(de Terredad'¡
116 C U ..... DERNOS DEL ATENEO
Yo SOY MI Río
Y o soy mi río, mi claro río que pasa
a tumbos en las piedras.
Me circundan las horas y las ondas,
no sé adónde me arrastran,
desconozco mi fin y mi comienzo,
voy cruzando mi cuerpo como el arco de un puente.
Las nubes me entregan en los campos
sus cálidos reflejos.
Entre los árboles derivo, entre los hombres; sólo traje a la tierra este rumor
para cruzar el mundo,
lo he sentido crecer al fondo de mis venas.
Estas voces que digo
han rodado por siglos puliéndose en sus aguas,
fuera del tiempo.
Son ecos de los muertos que me nombran
y me recorren como peces.
Yo soy mi río, mi claro río que pasa
y me lleva sin tregua.
Sé que existe un navío
que cruza a mis espaldas;
palpo sus velas en mi sueño;
sigo la estela que deja en su camino,
pero no sé qué busca entre mi cauce
ni quién va a bordo
ni cuándo llegaremos.
(de Terredad)
CUADERNOS OEL A TENEO 117
1\ lJ \ 1 \:-.
] 18 C UADFRNOS DEI ATF.N I~O
ALFABETO DEL MUNDO
E n vano me demoro deletreando
el alfabeto del mundo.
Leo en las piedras un oscuro sollozo,
ecos ahogados en torres y edificios,
indago la tierra por el tacto
llena de ríos, paisajes y colores,
pero al copiarlos siempre me equivoco.
Necesito escribir ciñéndome a una raya
sobre el libro del horizonte.
Dibujar el milagro de esos días
que flotan envueltos en la luz
y se desprenden en camas de pájaros.
Cuando en la calle los hombres que deambulan
de su rencor a su fatiga, cavilando,
se me revelan más que nunca inocemes.
Cuando el tahúr, el pícaro, la adúltera,
los mártires del oro o del amor
son sólo signos que no he leído bien,
que aún no logro anotar en mi cuaderno.
Cuánto quisiera al menos un instame
que esta plana febril de poesía
grabe en su transparencia cada letra:
la o del ladrón, la t del santo,
el gótico diptongo del cuerpo y su deseo,
con la misma escritura del mar en las arenas,
la misma cósmica piedad
que la vida despliega ante mis ojos.
(de Alfobeto del mundo)
LUIS ALBERTO CRESPO (Carora, 1941). Como
poeta ha publicado, entre otros, los libros Si
el veranos es dilatado (1968), Cosas (1968),
Novenario (1970), Rayas de lagartija (1974),
Costumbre de sequía (1976), Resolana (1980),
Entreabierto (1984), Señores de la distancia
(1988) y Mediodía o nunca (1989). En 1991,
la editorial Monte Ávila reuniría, para una de
las antologías de su colección Altazor, una
amplia selección de poemas de estos libros.
Dos años más tarde, en 1993, fue publicado
también dentro de la misma colección Mds
afoera. Su libro más reciente lleva por título
Solamente (1996). Gran animador de la vida
cultural venezolana, coordinó durante varios
años el suplemento Papel Literario del periódico
El Nacional. Ha sido también director
de la revista Imagen. Sus libros han recibido
varios galardones como el Premio Conac o el
Premio Municipal de Poesía.
L III i( 1I \ 'In
C UAlIFRNOS IlFl. ATENEO 119
120 CUADERNOS DEL A TENEO
EL DÍA DE LOS MUERTOS
N o hay nadie
como nosotros
No hay nadie
en lo de más allá,
sin agarrarse, yéndose
en bestia, de cosa,
de pedazo, por nada,
por el barranco,
llevándote
por los techos,
hasta que se caigan,
hasta es día.
(de Costumbre de sequía)
¿ Q UÉ DICEN LAS tierras?
Cuántas veces repiten
empobrece por nosotros
traga como uno
Sé nadie
Sé nadie pasando
Con el suelo en el oído escucho
dame tu boca
para responderte
esto es nunca
esto es pendiente adentro
(de Resolana)
T 6 RTOLA DE MÁS arriba
Tan próxima de lo que nadie dice
Pequeña palabra sin persona
Cerca
pero extinguida
Alta
pero mortal en la garganta
(de Mediodía o nunca)
Q UÉ BRILLO encontrarte
Qué alto
Lo desprovisto luce
la podredumbre
Alguna vez jamás fue morirse
¿quién dormía en tus labios Señor
abandonados a la costumbre de estremecernos
(Celan)
(de Más afitera)
Ln !I{A rLHA
C UAOERNOS DEL ATENEO 1 2 1
122 C UADERNOS DEL ATENEO
N o ME DIGAS aquél como si me fuera
Dime tú en vez de morirte
No me llames más a mi lado
Llámame desde antes
Escucha cómo es jamás en nosotros
(de M ás ajÍ/era)
lIANNI OSSOTI. Nacida en 1946, ha
publicado numerosos libros de poesía,
entre sus últimas publicaciones
destacan El reino donde la noche se
abre (1986, Mandorla, Caracas),
Cielo, tu arco grande (1989, Tierra
de Gracia), Casa de Agua y de sombras
(1992, Monte Ávila, Caracas)
y El circo roto (1993, Monte Ávila,
Caracas).
LI J t t{. \ J \ 1\.\
NIOsson
1946
C UADI·Il.Ntl" DH A rU'1\:() 1 23
PO I .. \ !t\5.
124 C UADERNOS DEL ATENEO
LA MORDlOA PROFUNDA
H ay una mordida profunda
InClSIVa
en el centro de mi sexo
por la cual yo me erijo como yo misma
y soy,
y poseo y dono.
Regalo mi cuerpo y mi ansia.
Hay una mordida en mí
que doblega al otro
lo arrodilla, lo inclina
por esa mordida se abre un vasto mar de vacíos
vértigos
preClpltaClOneS
abismos
Me cruza una pendiente
me traza un preClpIclO
en el amor ...
yen todas mis secretas junturas
con cuido, con recelo, tú te avienes a mí
y no me sabes.
(de EL circo roto)
EL T IGRE
E ra un jardín
sin flores
sólo sauces llorones
A mi río Willy Ossott Machado y
a su casa en AJramira (cerca de Tarzilandia) .
A Robeno Obregón y su rigre.
y un estanque con pececillos dorados
Daba hacia e! Á vila
y de! Ávila venía un tigre
al plenilunio.
Al siguiente día veíamos sus rastros:
era eL tigre.
Mi padre salía con la escopeta
-de nada servía
el tigre se escondía artero entre e! matorral
y nos avisaban
El tigre era la sombra
de todos nosotros
del tigre
la de mi padre con su rifle
la de mis hermanos con sus miedos
la mía, sombra de las sombras
LIT! R.I IL 'RA
C UADERNOS DEL ATE.J'<EO 125
1\ II \1.\\
126 C UADEIt."OS DEL ATENEO
El tigre no bajó del Ávila
sólo dejó sus huellas
en el corazón de todos nosotros
como algo que vendría
Pero el tigre está allí
en el Ávila
al acecho, en vigilia
No dejo de creer en ello
Él aparece en Altamira.
(de EL circo roto)
POEsíA
A mis alumnos y a Lorry ¡pinza,
canranre de óperas y poeta ...
Q uien vive la poesía, vive la tensión.
El cielo, la tierra, los hombres les resultan extraños.
Calla: aquí vive un Ángel .. ! un pájaro!
La serenidad y la tormenta conciernen al poeta.
El cielo naranja sobre una colina azul
La sagrada voz del Requiem de Brahms
El plenilunio. La melancolía.
Al poeta le gusta el abrazo
el roce, los besos llenos de licor
y la caricia, la última caricia
la caricia final
susurrada
infinita
¿Qué es ser poeta?
Llorar.
Llorar. Infinitamente.
y escuchar una voz de hombre
silente y viril
por su feminidad perdida
porque la poesía es feminidad.
y los hombres poetas deben ser femeninos.
y las mujeres poetas deben ser masculinas
y esta es ley de Dios
Ley sagrada
(de El circo roto)
LI II-IUll1IU
CUADERNO:' DEI ATENEO 127
POI \lr\~
128 CUADE.RNOS DEL ATENEO
CUERPO
P or asalto el amor
Sin preguntas
por asalto el cuerpo
los cuerpos
y comienza la danza
del animal en presa
hasta el agobio
hasta el cansancio
danza de cuerpos
sudores
sangre
rotación de cuerpos
can to elevado can to
a la sacra pasión del cuerpo
(de El circo roto)
L II Hnll'ln
~"·~MANDO ROJAS
--- 1949
ARMANDO ROJAS GUARDIA (Caracas,
1949). Ocupa un lugar central en
la definición de las poéticas surgidas
en Venezuela a partir de 1980,
en particular aquellas vinculadas
a Tráfico, grupo literario del que
fue miembro fundador. Libros de
poemas suyos son: Del mismo amor
ardiendo (1979), Yo que supe de la
vieja herida (1985), Poemas de Quebrada
de la Virgen (1985), Hacia la
noche viva (1989) y La nada vigilante
(1998). En estrecha conexión con su
poesía, también ha desarrollado una
intensa obra ensayística entre la que
destacan los libros El Dios de la intemperie
(1985) y El calidoscopio de
Hermes (1989).
C UAD1-RNOS lJl:l A TENt O 129
:UADI:'RNOS DE.L An·.NEO
I
SPIRITUAL
E se susurro, ¿a qué viene?
¿sutura la vieja herida
o la ensancha, más ardida?
Me goza el alma. Me tiene.
Cave muerte o salte a vida,
el hecho es que me hace suyo.
Digo no, me escabullo
de esa voz tan conocida
pero la fuerza, dormida
no obedece si le huyo.
La voz negra. Su cuidado
que se me congela en cerco.
Le tengo miedo a su terco
peso dulce en el costado,
es decir, Dios calibrado
junto al centro de mí mismo.
Gravita un aire de abismo.
Quisiera pasar de lado
pero tal Dios es el mío:
sensible y pleno vacío.
Me surge adentro un deliquio
al escuchar sin querer.
Vuelve el amor a doler
-este verso, un hemistiquio
del soterrado placer
de confesarle al poema
que me enamora el teorema
cantando en voz de mujer:
Dios no es asunto, no es tema,
sino pasión donde arder.
(de Hacia la noche viva)
LLUEVE AFUERA
Q uién lo iba a decir:
que la luz sosegadora,
la que ordena este mundo
y lo rescata para siempre
de las aguas brumosas, primordiales,
consista en esta mínima
habitación de hotel
donde te miro intacto
sobre la superficie de las sábanas,
Moisés salvado entre los juncos
para mis ojos asombrados,
no sé si paternales o infantiles
pero Insomnes:
reencontrarte
en la noche grumosa de septiembre
como un árbol lunar bajo el relente
-no te inundan las sombras, te resguardanrespirando,
dormido, apenas cierto
por el neón que se enciende
y se apaga al final de la avenida
hasta ofrendar tu desnudez
a la resurrección del alba.
(de Hacia La noche viva)
1.111 1{ \ I lll~ \
CUADERNO!! DU ATENW 131
; 2 CUADE.R..~OS DEL ATENEO
1
E spero al poema
como aguardo el placer al inicio de la cópula,
lentísimo, fértil.
Espero al poema atisbando su llegada
en el ápice mismo donde cruje
y levanta las alas.
Espero al poema adviniéndome,
pulsándome desde el vacío mental,
demorándose bajo la red de mis nervios
inmóviles como la página blanca
que me arde en los labios.
Espero el poema, su olor difícil
en la pulpa del deseo,
su ráfaga entre las grietas de la atención,
su pausa virgen que la letra goza.
Espero al poema con los ojos de mi madre,
ávidos desde la muerte.
(de La nada vigilante)
v
Y o aguardo al animal dormido.
Mientras los otros trabajan lo discierno
moviendo sus patas livianísimas
contra mis sienes ahuecadas.
Se alimenta del ocio que me atonta.
Sus ojos son relámpagos lejanos
ardiéndome en la punta de los dedos.
Su piel es mi voz centuplicada.
y causa sangre su pezuña fría
helándome el esfuerzo. Lo vigilo.
Mientras los otros yacen o copulan
cebo la trampa del papel
bajo la lámpara neutra, distraída.
Estudio la forma de amansarlo
con un golpe de luz sobre mi frente,
una imagen capaz de sostener
la inocencia cabal de su estatura.
Remuevo símbolos sagrados
para atraerlo al centro de esta hoja
blanca de esperarlo. Mitos sonoros
fraseados por el ritmo del lenguaje
intentan acunarlo levemente ...
Pero el animal desaparece
justo en el instante de apuntarlo
con la palabra artera y su veneno.
El olor perseguido se anonada
cuando flota ese pálpito que extingue
1. lllllYll%\
CUADFRNOS DEL A TENEO 133
134 CUADERNOS DEL ATENEO
la escritura en su límite preciso.
La idea es ya una horma para nadie.
Mi voz retrocede en la garganta.
La trampa está rota para siempre.
En la distancia frágil de la página
el animal es rastro, sólo fuga:
cuaja entonces inútil el poema.
(de La nada vigilante)
1.111-1' \ Il 'l<I
LVADOR TENRREIRO
1952
SALVADOR TENRREIRO (Venezuela, 1952) Poeta y ensayista. Se doctoró
en París en 1985. Fue investigador en la Fundación la Casa de
Bello y profesor en la Universidad Simón Bolívar y en la UPEL. Ha
sido profesor invitado en diversas universidades europeas y latinoamericanas.
Entre sus libros de poesía se encuentran Los sueños fértiles,
Secreta claridad y Los años terrenales. En El poema plural y El secreto
de los prodigios reunió sus trabajos de investigación.
JUNCO DE RELÁJvlPAGO
E sta luz nos abate
entre celllzas
que la piel negra del invierno
arrastra
como trofeo
Entre ramajes
erramos entre gUijarros
y harapos de tempestad
La arcilla del alba nos golpea
contra los riscos
Un leve resplandor nace
y tiembla
en el limo
C UADF.HNOS DEI ArFNEO 135
I\)E." ! A~
136 CUADERNOS DEL ATENEO
EUCLIDIANA
Dans f'immobile va-et-vien
Qui te nourrit
L os días van
y VIenen
en su inmovilidad
gIra
. .
Incesante SIn
saberlo
el vagabundo
que duerme como
SIempre
en la misma grama
deliciosa
gIramos
también
nosotros
mientras el poema
se resIste
Guillevic
EQUJPAJE
I
El cuadrante de la palabra es nuestra orilla
El camino se enjoya de visiones
de luces
que nos dispersan
Todo lo mirado va como equipaje
No hay cifra ya para el regreso
ninguna brújula asoma
en la memoria
Untamos con lodo los párpados
y la puerta se abre
a la maravilla de un enigma
que nos transfigura
nos tizna de tiniebla
L II Ht\llltl
CUADERNOS DEL ATENEO 137
POI \1\ ....
138 C UADeRNOS DEL ATENEO
II
N os hemos ido de todo
Carecimos siempre del principio
de estabilidad
Nunca hicimos fuego
suficiente
. .
para un InVIernO
Vamos de un lado a otro
sin saber
qué decir
No conservamos nada
Nuestra memoria es el instante
, L IIII{ \ Il 1(\
ÁZARO AL VAREZ
LÁZARo ÁLVAREZ (San Felipe,
1954). Es licenciado en Letras por la
Universidad Central de Venezuela.
Como poeta ha editado Asidua luz
(1982), Vivirafoera (1990) y Paisaje
reunido (1993). Ha trabajado como
bibliotecario en la División de Manuscrito
de la Biblioteca Nacional
venezolana. Fue jefe de redacción de
la revista La oruga luminosa.
1954
CUAlll-.HNlJS DEL ArENHJ 139
1'01.\1,"
140 CUADERNOS DEL ATENEO
DONES
L os días ásperos
iluminan otros dones.
Vive la soledad
alrededor de la herida
como una amiga cerca del lecho del enfermo.
En sus ventanas
se hace claro un morir
mientras crecemos
en un invierno íntimo.
(de Vivir afuera)
RESTO DE LLUVlA
D isiento como tú sobre las superficies:
un pedazo de hierba
reseca
en el estacionamiento
que retiene lujos de llovizna reciente.
Resistimos así,
resto de lluvia,
agua que disminuye,
donde se quiebra
todo reflejo que nos toca
(de Vivir afoera)
Lrn ltt\TUR¡\
CUAOERNOS DEL ATENEO 141
1\)1:,\1,\\
142 CUADERNOS DEI. ATENEO
M 1RANDO EL PATIO
L a vieja empalizada lleva años
rozando el suelo con sus púas.
Como una anciana,
inclinada en el día
por ella pasan perros, veranos,
viento de lluvia,
los niños saltan de la casa a la calle
y crece un monde fresco
donde nunca pisamos.
Reventada en sus palos,
recostada y mirando siempre al cielo,
es una señal que ya no vale
pero que no termina de caerse.
En las noches cuando regreso tarde
también yo salto al patio sobre ella
y pIenso un rato
en la casa que estamos siempre
haciendo.
y agradezco, entonces,
por lo que tengo todavía,
por las marcas que dejaron los días,
por el viento libre que puede entrar a veces
y por el cielo abierto que en las noches
todavía se puede respirar
desde este patio.
(de Paisaje reunido)
CELSO MEDINA (Cumaná, 1954). Es
poeta, promotor cultural y profesor
universitario. Ha publicado los libros
de poesía Oleaje (1977), Misterios
gozosos (1979) y Epígrafes para el ave
de la sed (1994). Como promotor
literario fue Director de Cultura del
Estado y ha dirigido el suplemento
cultural Araya y las revistas Cálice y
Contraseña.
L lllR\ll 'RA
C UADERNOS DEL ATENEO 143
PllE\IA~
144 CUADERNO~ I) EL ATENEO
LA ÚLTIMA HENDIJA
Hay miedo
Ytz el árbol achica
en tanto va agostándose la luz
hasta cerrar la última hendija
1
D ijéronme siémbrate
y aquí estoy
Árbol sangrante
Desparramándose hacia la raíz
No hay más mañana
Sólo tú puedes penetrar las piedras
horadar con ellas
Algunas veces soy Tiresias
y mi árbol se achica
sobre las aguas bautismales.
El ocaso traiciona
Sus gallos cantan
Eres un Dios emplumado
Te sacrificas a las vanidades
La luz construye e! aura de tu muerte
y apenas si entiendo
mi pape! en esta historia
Elizaberh Schon
Dijéronme siémbrate
y desde entonces estoy plantado frente a ti
íngrimo
con mi eternidad
a cuestas
Dijéronme siémbrate
L II I- RAII IIt\
y desde entonces me riego con mis propias aguas
Sé que la muerte es un lugar común
que la tierra
es madre y amante
Pero algunas veces soy Tiresias
Ignorante de mi destino
pleno de augurios
Porque un Dios no es humilde
Ni su voz apacible
Allá abajo
En su antro
La eternidad es un hastío
C Ut\l)EltNn':l I>I·.!. ATENFO 145
146 CUADERNOS DEL ATENEO
v
M e tocó morir
Sin más alegato que el de ser hijo
Cisterna de sangre
lanzada al viento
Mi cuerpo es semen ávido
mojando la piel de la eternidad
Dijéronme siémbrate
y desde entonces busco la última hendija
(de Epígrafes para el ave de la sed)
OLANDA PANTIN
YOLANDA PANTIN (Caracas, 1954).
Fundadora del grupo Tráfico en
los años iniciales de la década del
ochenta, ha publicado una decena
de libros, entre los que destacan
Casa o lobo (1981), Correo del corazón
(1985), La canción fría (1989)
Poemas del escritor (1989), El cielo de
París (1989), Los bajos sentimientos
(1993) o La quietud (1998). En el
año 2002 edita dos nuevas obras, La
épica del padre y Hueso pélvico. Forma
parte del consejo editorial de la
colección literaria Pequeña Venecia.
1954
C U .... IlI,I{NU!l DeL A TENEO 147
POE~ I i\'
CASA DAS PEORAS
V acío. Todo está en calma:
El deseo de morir; el deseo de apagar la sed
Con furia. Todo respira ceremoniosamente. La memoria
Exhala fragancias de un viejo dolor
Que aún perdura.
Yo sólo observo la belleza que el día
Me da para matarla.
Que Dios olvide todo esto:
La mano que en la calma forma
Un idéntico abrazo, un cuerpo parecido;
Doble ensimismado
Que goza en las tinieblas de los labios.
EN LA TERRAZA
(de La canción .fría)
I nútil resistir a la muerte que las cosas llevan
al silencio de la calle
al aire que mueve el papel
sobre la mesa.
(de Los bajos sentimientos)
148 C UADERNOS DEL ATENEO
POESÍA (FINA CARetA MARRUZ)
Q uién está allí, digo, en la sombra
con su llamado a deshoras
LA LUZ
L a luz
brilló
por un Instante
entre los arbustos
a la orilla
del camino
se escuchó
el canto
de un pájaro
claramente
en el oído
esta certeza
El dolor
en su raíz
es intolerable
y luego
(de La quietud)
Lo que conocemos como tal no es
dolor
sino un presentimiento del dolor
L Il I IU J llRA
(de La quietud;
CUADERNOS DEI. ATENEO 149
PUl \1.\'\
15 O CUA[)EI~NOS DEL ATENEO
HOMENAJE
P resa de la luz
mi madre bate sus alas ciegas
en la noche
Pequeñas marcas en la pie!
agujas, lamentaciones
Se trata de la infancia
tan hondamente perdida
e! color del cabello
el óvalo de! rostro
Mi madre descansa sobre la pared blanqueada
mIentras
en la sed de los espejos
e! sueño se fatiga
(de La quietud)
SANTOS LÚPEZ (Venezuela, 1955).
Ha publicado los libros de poesía
Otras costumbres (1980), Alguna luz,
alguna ausencia (1981), Mds doliendo
ya (1984), Entre regiones (1984), Soy
el animal que creo (1987), El libro de
la tribu (1992) y Los buscadores del
agua (1999). Es fundador de la Casa
de la Poesía "Pérez Bonalde".
ANTOS LÓPEZ
1955
CUA[)FRNO~ DEI ATENEO 151
152 CUADERNOS DE.!. ATENEO
DE MI bosque
Sólo conservo
Estos siete palos
Que me tapan
Me cubren la boca
Ningún viaje
Hasta allá
Se vuelve aliento
Las voces
Se cierran aquí
Mis ramajes
Se fueron a tierra
Viven la ceniza
Una fiesta de ciegos
Que nadie comparte
Extrañas cortezas
Caen sin frutos
Cautivan tatuajes
Una muda
Fugacidad de lluvia
Ningún lecho de árboles
Mi bosque hoy
Tiene sólo piedras
Azarosos vocablos
Abismos
A lo lejos confunde
Reluce su follaj e.
(de El libro de la tribu)
CENOTE MADRE
H ueco de encantación madre mía
Dime abajo cuántos yacen
Cuántos de mis hermanos
Lavados muertos aquí abajo
Cuántos han descendido buscándote
Cáliz madre qué dioses
Como ninguno dime
Qué dios insaciable
Cuánto nos traga
En olas de sangre bien guardadas
Como yo en sacrificio
Dime madre quiénes quién
Calló tu rumor
Te hizo aquí calmas aguas
Que no arropan y sí enfrían
Una mudez de limpios dientes
Adviérteme cuán grata es la quietud
Del espejo que no tiembla
Dime madre si el silencio
Es la corona mi corona
Una trepanación lúcida
Que hoy encanta me encanta
Como tu vientre
Dime madre dímelo.
(de El libro de la tribu)
LIlI-IL\ 1I '1(,\
CUADERNOS DE.I. ATENEO 153
POI\I\ ....
154 C UADERNOS DFI ATENEO
PROFECÍA DEL AMOR
F uerza que espera
Cruda resina de un polen entre alas
Rezo de sol al diamante de las frutas
Hay voces cubriéndose en el fuego
Sangre y mieles toman y se sacian
Esplendor en el gusto de los hijos
Un rayo brota entre las razas del amor
y yo quiebro mi barro para que otros nazcan
(de El libro de la tribu)
ARTE PO ÉTI CA
L a poesía es respiración.
y recuerden siempre:
Las respiraciones de cada quien están co ntadas.
(de Los buscadores de agua)
RAFAEL ARRMz LucCA (Caracas,
1959) Es autor de una extensa obra
que abarca diversos géneros como
el ensayo, la entrevista, la crónica
de viaje, el artículo periodístico, el
cuento para niños y la poesía. Fue
Presidente de Monte Ávila editores
entre 1989 y 1994, yen la actualidad
es profesor universitario. Entre sus
libros de poemas se cuentan: Balizaje
(ediciones del Guaire, Caracas,
1983); Terrenos (Mandorla, Caracas,
1985); Almacén (Fundarte, Caracas,
1988); Pesadumbre en Bridgetown
(Pequeña Venecia, Caracas, 1993);
Batallas (Fundarte, Caracas, 1995);
Reverón: veinticinco poemas (Fundación
Armando Reverón, Caracas,
1997); Antología poética (Monte Ávila
editores, Caracas, 1999).
1.111 I( \ 11 1<1
AEL ARRÁIZ
1959
C UADERNOS DE! ATE.NEO 1 55
Los AEROPUERTOS
E n las salas de espera de los aeropuertos
comprende que va a morir
y mira por las ventanas hacia la pista;
aún ignora qué respuesta persigue en el pavimento,
se levanta de la silla,
pide un café y lee revistas españolas.
En las salas de espera de los aeropuertos
Comprende que va a morir
y se enamora,
Construye su última historia
Con una mujer que compra dulces
ataviada para el futuro de su próximo destino,
imagina la vida en común,
las comidas frente al mar
y las tardes clandestinas de su amor imposible.
En las salas de espera de los aeropuertos
comprende que va a morir
y es diligente en todos los trámites,
como si su competencia fuese capaz
de burlar el destino,
como si supiera que más allá de él
y de sus inútiles acciones
está rigiendo las cosas
algo
para lo que no tiene nombre.
1 56 C UADERNOS DEL A TENEO
(de ALmacén)
LAS COSAS
L as cosas son
lo que de ellas persiste
en la memoria.
Las cosas también son
lo que de ellas queda
cuando la memoria falla.
Las cosas incluso son
lo que de ellas queda,
colgado en la pared,
cuando ya no existen.
Las cosas nada son
hasta que alguien
las mire de reojo.
(d e Lito ral)
LIII·. t,;\ II !( \
C UADERNOS DEL ATENEO 1 57
J\)f \1 \\
158 C UADERNOS DFl ATENEO
DESNUDO EN EL PAJSAJE
¿ C uál paisaje?
Un cuerpo desnudo
no admite compañía,
no hay nada más allá
de los relieves del vientre,
del río de la entrepierna,
de la dulce ensenada
de la clavícula.
¿Cuál paisaje?
el cuerpo está solo
detrás de un ramillete que oculta
el lugar
donde comienza el mundo
(de Reverón)
Luz TRAS MI E RAI\I!ADA
S i no hubiese algo
entre la luz y yo,
nada
mIs OJos
podrían ver.
Sin mi entamada
no habría sombras
ni colores.
El sol es la forma más clara
de quedarse ciego.
(de Reverón)
LI I l· 1~lll It\
LEONARDO PADRÓN (Caracas, 1959). Además de la poesía cultiva el
ensayo, la escritura de cine y televisión. Licenciado en Letras por la
Universidad Católica Andrés Bello, es autor de los poemarios: La orilla
encendida (Pen Club, Caracas, 1983); Balada (Pomaire, Caracas,
1993), que agotó dos ediciones en Venezuela y ha sido traducido al
alemán, al inglés y al búlgaro; Tatuaje (Edepsidra, Caracas, 2000), y
Boulevard (Casa de la Poesía J.A. Pérez Bonalde, Caracas, 2002).
O SCURO
L a vanidad del fuego ,
la risa,
la voz de hilacha:
Cuando recita.
Chirrido de lo oscuro,
El fuego.
(de Tatuaj e)
Cw.m.I\NOS DEI. ATENtO 159
POeMAS
MI MEMORlA
Mi memoria, súbita y de harapos
Siempre está huyendo
Se golpea contra las paredes
Sufre espasmos y crepúsculos
es un durazno abandonado
Mi memoria ronca y cavilante
Cojea de todos sus miembros
no tiene nada que contarme
duerme sin ruido y a la sombra
acaece en su propio arrullo
Mi memoria infecta y solísima
se intoxica por las noches
da rumbos y estertores
se acaricia de entusiasmo
con breves y viejos hallazgos
recita su infancia declama sucesos
Antes de partir
Empina el codo de su propia muerte
Por un instante abre un ojo
y luego de un ancho vistazo
amores canta
Deja caer su extraordinario párpado para siempre)
(de Balada)
160 CUADERNOS DEL ATENEO
CARACAS
Un olor a mujer.
Una superficie en estado de escalofrío.
Un escándalo de loros a las seis de la tarde.
Un puñetazo en la cara.
Lluvia, lujo, breve país.
Un silbido a soledad.
Un valle culpable y súbito.
Una erección.
(de Tatuaje)
LITElv\Tl1RA
CUADERNOS DEL ATENEO 161
POE1\IAS
CONFESO
He perdido la vida entre el fervor y la desdicha.
Nada sé, nada aprendo.
Poco entiendo del tiempo y de sus lobos.
Nada conozco del momento de las aguas.
El fuego, ¿dónde reposa cuando no es?
La escritura del aire sobre las grandes rocas: ¿qué cuenta, a quién alude?
¿Puedo levantar piedra a piedra, mi verdadera ventana?
¿Soy capaz de inventar, o mejor aún, de fundar?
No conozco el porqué del desierto o del gris.
Nadie me ha enseñado a poblar la aridez.
¿Cuánto sé del sol, donde escampo y ocurro?
Nunca he podido leer la sombra de un árbol, que es -lo
sabemos- la sombra de varios libros.
¿Podría yo originar el misterio de una frase perfecta?
¿Es que no pienso ensuciarme las manos?
162 CUADERNOS DEL ATENEO
(de Tatuaje)
L lll°l{ \ 11 0I( \
NTONlgA FLORES
1960
MAIúA. ANTONIETA FLORES (Caracas,
1960). Es una de las autoras más
representativas de la poesía venezolana
surgida en los años 90. Profesora
universitaria ha publicado los libros
de poemas El señor de la muralla
(Universidad Central de Venezuela,
Caracas, 1991), Canto de cacerla
(Biblioteca Augusto Padrón, Aragua,
1995), Presente que no en ausencias
(Fundarte, Caracas, 1995), Agar (Ed.
del Gobierno de Carabobo, Valencia,
1996) y Los trabajos interminables
(Grupo Editorial Eclepsidra, Caracas,
1998). Como ensayista ha editado
varios trabajos entre los que destaca
Sophia y mythos de la pasión amorosa,
por el que obtuvo el Premio Municipal
de Literatura "Rafael Ángel Isausti"
de Barinas, en 1996.
CUADERNOS DEI. ATENEO 163
1)0 1:1'v1,\5
UN COLOR NO se define sobre las órdenes del conocimiento
sólo se le espera porque es de tonos infinitos
un relato se urde con las más puras fibras
y sólo se le llama y se le habita
(si se deja)
sólo se le llama y se le observa
(si se deja)
sólo se le llama y se le ama
(si se deja)
AMANECíA
la vigilia me atestiguaba
los cuerpos se devastaban con toda seguridad
bajo las garras
bajo los cielos
cuántas cuencas vaciadas
cómo el olor enardecía
a esto lo llaman trinchera
mala sobrevivencia
(de Presente que no en ausencias)
(de Agar)
164 CUADERNOS DEI. ATENEO
QUE NO LAS tierras donde el hielo se quiebra
que no una mano abriendo el tiempo
tumba que no vacío
dispar es el encuentro
las voces que nos ocultamos
las estrategias
calibre
presente que no en ausenCias
(de Presente que no en ausencias)
LrrEI(,\TlIRA
CUAlJERNOS DEL ATENEO 165
166 C UADERNOS DEL ATENEO
H IERRO NEGRO
Y es el humo
los desalojados no regresan
en el crujido de los huesos astillados
la pasión
y ¿cuál lugar me oculta?
hierro negro
yel poema
¿sobre cuál cama fue leído?
¿qué turgencias me hincaron?
afuera y ajena
la espalda se me pierde
la boca en los ahogos
me adentro en el instante
las curvas se distienden
hierro negro
los pies se apoyan
van en contra, la pared
el frío del granito, la piedra
los cementerios
y próximos
se encuentran
afilado hierro
lejos del nombre
(de Los trabajos interminables)
L.1Tl·1{¡\Tl l l.: /\
........'.. .G ORY lAMBRANO
~~~ 1963
GRÉGORY ZAMBRANO. Nació en Mérida,
Venezuela, en 1963. Es autor
de los poemarios: Vísperas de la ceniza
(Venezuela, 1990); Dominar el silencio
(Venezuela, 1994), Ciudad sumergida
(México, 1997) y Desvelo de Ulises y
otros poemas (México, 2000). Como
ensayista es autor de Los ve1'bos plurales
(Venezuela, 1993), La tradición infundada
(Venezuela, 1996), El lugar
de los fingidores ... (Venezuela, 1999)
y De historias, héroes y otras metdforas
(México, 2000). Doctor en literatura
por el Colegio de México, editor y
destacado promotor cultural, en la
actualidad ejerce como docente de la
Universidad de Los Andes.
C UAlJERNOS DEI. ATENEO 167
168 CUADeRNOS DEL ATENEO
DEL PERDÓN
N o perdones la fatiga
ni el sueño soportado,
no perdones al cordero
sino a ese Dios que te retrata.
No finjas perdonar
lo que no presientas bajo las aguas:
las ciudades perdidas.
No perdones ni sus voces ni sus llantos,
Sólo las mil leguas recorridas,
el instante, la centella
y la página sin notas,
no perdones la cópula,
no perdones el perdón,
no olvides.
(de Desvelo de Ulises)
INCIEN O
O lor de tierra única en la memoria,
Imagen de un país que me asombra
y vaga en mí.
Todo flota entre arena y caracol,
es el naufragio, es la sed,
una sombra de estrella apagada.
Es sólo un olor de tormenta en el aire,
una apariencia de pez que sacude los maderos,
nada vuelve a ser como al principio del sueño,
nada suena. Es el vacío, el crepitar, el diluvio,
el hambre, la cólera.
(de Desvelo de Ulises)
E XTRANJERA
N o soporto los labios sellados
Ni los mares que impulsan la cópula.
No resisto la pared que me separa de
esa mujer que gime en las noches
de luna hiena
y que no llueva en febrero.
No celebro las huellas de la ausencia
en la puerta de mi casa ni ese ventanal
donde aguardo para siempre
el retorno de tus pasos, extranjera,
como si fueras pan y miel
engullo el silencio de las noches,
un tacto de alma perdida,
los duelos, el misterio de los ángeles,
extranjera, no demores,
no dilates el desvelo.
(de D esvelo de Ulises)
LrrFlvlTUlvl
CUADERNOS OEL ATENEO 169
P(lEJ\ I ¡\~
170 CUADERNOS DEL ATI'.NEO
EL ÁRBOL
E stá allí como único testigo
que mira imperturbable el paso de los días,
el viaje de todos los pájaros,
el equipaje ligero de las estaciones
que sólo dejaron huellas de otras tierras.
Cansado, se inclina a beber
de los siete ríos
y prefiere el alba a la más tenue oscuridad,
es lo único que sabe cierto
porque el sollo busca cada día
y se queda un rato a conversar,
alzan la copa incandescente
y brindan por un lejano amor.
La savia les arde por dentro
pero no se dicen todos los secretos,
Algo queda guardado para el próximo festejo.
(de Desvelo de Ulises)
OSÉ LUIS OCHOA
1965
JOSÉ LUIS OCHOA (Venezuela, 1965). Poeta y psiquiatra, licenciado
por la Universidad Central de Venezuela. Ha publicado De viajes y
encuentros (1994), Poemas (1994) y Cantos hiperrealistas (1997). En
1992 recibió el Premio de Poesía Fernando Paz Castillo, organizado
por el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos
(CELARG). Ha participado en los proyectos editoriales de la revista
y editorial La Oruga Luminosa. En la actualidad ejerce corno
docente en la Universidad de Yaracuy.
L A VIDA COMO LAS COSAS
La vida es una enfermedad
del espíritu
La vida como las cosas
perdura en su silencio
de cáscara
de forma
tan lejana
para aquellos que sólo oyen
y miran.
Novalis
C UAnf.KNOS DEl. ATENEO 1 71
172 C UADERNOS DEL A TENEO
A su lado pasan
sin comprender
el oscuro brillo
de sus horas más frágiles.
¿Será acaso necesario
el soplo de Dios
para aliviar la espera?
La vida como las cosas
en tensa calma
aguarda.
Hasta que un día
después de tanto rozarla
recibe ese nombre de enfermedad
de hastío
yel espíritu entonces despierta
y habla.
(de Poemas)
ESTO DICE VALLEJO
E sto dice Vallejo: han que pensar
con la mente más blanca
y mirarse el ombligo desnudo
cuando duele
el dolor más humano
cuando duele más allá de este reino
de los cielos oscuros.
y entonces volver a pensar
en uno mismo y en su hermano
y mirarse las manos vacías
con los ojos más tristes y más tiernos
que hayan visto a este mundo
cuando viaja el hombre con su herida primera
y con su pensamIento
-sIempre transparente
. .
sIempre pensamIento-más
allá de este reino
habitado por nosotros
los aventados por el remolino
de la desesperación
los que abren la boca y reciben por gracia
la piedra que golpea
alimente y acalla.
C UADERNOS DEL ATENEO 173
P( ) E~ l l\~
174 CUADF.RNOS DEL ATENEO
Esto dice Vallejo: aquí están
contemplen su muerte más tierna
pensando con su mente más blanca
y miren el ombligo que guarda
el murmullo amoroso
de estos dulces intestinos.
y lleven así sus ojos más tristes
-perdonen tanta tristeza-al
fondo de las aguas vacías
las mismas que algún día calmarán
la sed de otras manos
tal vez del hermano más solo
aún no nacido
aún no arrojado por la boca sufriente
del mundo.
Esto dice Vallejo
un jueves de aguacero
-como hoyes el mío
yes el tuyo-desde
su dolor siempre agradecido
siempre entristecido
de poeta de animal
y de hermano
-que también es el tuyo
que también es el mío.
(de Cantos hiperrealistas)
L rn' 10\TURi\
MEN VERDE
1967
CARMEN VERDE MOCHA (Caracas, 1967) Ha publicado el cuaderno
poético Magdalena en Ginebra (México, 1997) y el libro de poemas
Cuira (1998). Es la responsable editorial de la colección de poesía
Vitrales de Alejandría. Ha trabajado como profesora de la Escuela
de Letras de la Universidad Católica Andrés Bello y como coordinadora
general de la Casa de la Poesía "Pérez Bonalde".
Bailé en Ginebra
ciudad
de jardines
con olor a mar
silbidos de trenes
y simulados
parajes montañosos
con anécdotas de muerte
Uno debe rezar
en secreto
Uno debe rezar
sin dios, con dioses
con el desamparo
Hanni Ossot
CUAIlERNOS DEI. ATENEO 175
PO['\ '\AS
176 C UADERNOS DEL A TENEO
A lo lejos una orquesta
de otros tiempos
ha tocado para mí
Mis pies
danzaban en la tierra húmeda
Los eucaliptos
iban hacia el lugar desnudo
El viento
me amaba con violencia
Los pájaros
venían cansados de lo profundo
y en mi interior
el eco de los pasos
se prolongaba
como una campana de monasterio
que suena con pereza
(de Magdalena en Ginebra)
LA TOS AMARILLA
C uando se oyen en el verde las voces de un
ave marina los encantados duermen con el
mar en la boca, para que no despierten los
santos en un noviazgo del agua; y la mujer
espera, todos los años, hasta dejar su corazón
blanco a la llegada del novio que lame sus labios
y en su duro carnoso apetito se descubre
en mancha.
La tos amarilla
como la misericordia
se esconde en las hendiduras
de la casa.
Las ollas en el suelo
recogen
gotas de agua;
bailamos al ritmo
del canto de los sapos.
Allí,
¿cuántas veces
me he visto
en los ojos de mi padre?
¿cuántas veces busco en el cielo
una blancura
que se parezca a la vida?
(de Cuira)
LITFI(ATUlv\
CUADERNOS DEL ATENW 177