Fotografía
SERGIO Dmlí~GUEZ J,Ü;N
,
ANDRES SOLANA:
Su adiós
en una
fotografía
o conocía este trabajo que
tienes ahora expuesto, pero
como siempre es un excelente
análi sis fotog ráfico.
La fotografía es como un
vue lo alto, casi solitario,
hacia una ruptura en el nivel del objeto que
dibuja. Recuerdo algunos momentos de tu
producción: algo rondaba siempre la reflexión
de tu mirada. Antes de la observación
habilitabas un si tio para e l pensamiento;
era una tarea difícil para algui en como tú
que esgrimía armas, argume ntos complicados
de rebatir. Siempre creí y creo que
estaba ante algu ien con un conocimiento
de la materi a, desde todas sus particularidades,
bastante profundo. Hablar contigo,
no ya sólo de fotografía, sino de lo queeslá
detrás de toda o bra y permanece hasta
in te rpreta rse y compre nderse, e ra una
aventura y se daba la complicada aserción
de que lo que hablabas, teori zabas,
se veía después reflejado en lo que final mente
era e l producto de tu pesqui sa: ti ..
trascendente obra. Había y hay en tu obra
esa especie de conjunción mágica de lo pensado
y lo hecho, de la extrema coherencia
de un oficio que te sirvió para conocer
más al ser humano, al individuo que anda
solo a la búsqueda de su espejo, el que le
va a responder en qué se ha convertido,
Humano, demasiado
humano
En las referenc ias mas ex istenc iali stas
de tu obra se ati sbaba a l ser humano representado
en su género. en una muñeco de
pl ástico que intentaba reponerse a las celadas
de la vida, a esas que no entendemos
y sin darnos cuanta cómo llegan, se afianzan
y nos cuesta soltar, como lastre perpetuo,
pero que son la sustancia que se admite
con reserva y dolor. Aquellos seres con
aspecto hieráti co, de mirada inequívoca,
de hito en hito, sin hurtar los ojos a la
cámara, salían de unos tubos metá licos,
duros; salían de la hi storia pasada con las
manos y los brazos abiertos, en medio de
unos objetos sin uso concreto que apuntaban
una atmósfera opresiva y hacían de
la compos ición una extraña forma de sostener
el mundo en un aparente caos. Junto
a un ramo de Oores secas, de barro sóli do
su envase, junio a un sue lo rociado de
AT 87
pétalos, los individuos salían de su asombro
para encontrarse ot ra vez con la vida.
y habían otros hombres navegando en
un tarro de cri stal espesando el mundo,
afirmando su cárcel, su desconsuelo. Pero
todos esos objetos encontrados fue ra del
plano de la fo tografía. Interiorizados antes
que mimet izados, hablaban por sí mismos
y hablaban de ti y tu perspectiva de la realidad.
Porque tu fotografía es una ex periencia
de conocimiento de la real idad. Una
realidad que no estaba en el encuadre, no
estaba ligada de manera directa con la luz
ni la velocidad, el objeto era requerido panl
contar una historia que antes de pensarse
quedaba descontextul izada y silente,
p!ro que emergía con una profundidad sorprenderle
en tu mi rada,
Natura
Otra vez la natu ra leza, traída desde
lejos, desde el umbral de la observación,
se posó en tu objeti vo: era el canto ini cial
de la fronda, la viva y sil ves treestancia
del vegetal en la penumbra; pero aquí
también estaba el ser humano importando
su condición no entendida de centro
gravitatorio, excesivamente razonable y
generando senderos de des idia o destrucción.
Y tú vuelves de la mirada pri migenia
y le sorteas al hacha, a la excavadont,
el instante y cubres, arropas, CUr.lS,
cicatrizas, las heridas manifiestas de la
incomprensión. Las hojas enormes, rasgadas,
hendidas, oscuras, reposaban en el
papel, atravesadas por el metal , clavadas,
sujetas a la magu ll adura, heridas, y
vueltas a amparar, a armonizar en un
intento desesperado, con una tirita, con
una banda de es paradrapo, conteniendo,
suturando, el hilo de vida que se iba. Y
así quedaba expuesta. reparada en su exterior;
en el interior seguía lat iendo el alambre
que la sujetaba. que le tiraba para
desprenderla con fuelLa. hoja que había
caído, mecida en un septiembre luminoso,
hacia el rojo patio de fuego en el pecho
del petirrojo. Y all í qué feliz en la dicha
de la finca. El abrazo recuperado de la nomo
Arquitectura
Miraste la ve rticalidad, las junturas del
hormigón y el ace ro, la piedra en su cantería,
la hori zontalidad del paisaje sin
individuos; adi vinaste los materiales que
se amotinaban en tu instan tánea, eran
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Fotografía
otros, desconocidos, desc ubi ertos: de la
arqui tectura que iba más allá de la cámara
y que en ti era pensamiento, e intui ste
lo que es el w1e, lo que trascendía a la pequeña
y luminosa esfera del momento. Sabías
que el espac io se construye, así como
el vacío que se siente y por lo tanto ex iste
y alguien lo nombra y lo experimenta
y por fin lo capta. Tú fotografi aste el
vacío, la sensación de la plenitud de la nada.
Los ángulos de tu ciclo en las perchas de
las estructuras: las ve ntanas, que igual
que hacen de la intimidad su razón. salen
hacía las calles. alcanzando al ser humano
al lugar del otro. De las casas. de lo
que se adiv inaba en e llas, una mirada
limpia, sólo sujeta a una inmóvil y perpetua
estancia libre y preci&1.. Pero en tu arquitectu
ra telú rica estaba el ser humano y su
razón no es otra que su relación con ese
espacio fronterizo entre el ser y lo que construye
para habitarl o. Y tú habitase la fotografía
como pocos han habitado una casa
amplia, de grandes estancias, recorridas
por tus manos y abierta de par en par para
que entremos a buscarte y dejaste señalado
para s iempre el camino de vuelta.
Encuentro y despedida
Fui a buscarte a la ex posición , inevitablemente
y compul sivamentc. Si hay algo
que todavía entiendo es que estabas allí,
no en vano la mirada que dejaste es un
perfi l limitado de tu ausencia. Pero volví
y al lí sólo habían fotogra fías colgadas en
la pared blanca, como tu muerte. Tú que
fotografiabas es pacios concretos y había
tanta vida en e llos que el indi viduo se
ausentaba en cada grano. ahora estas aquí
entre los ca llaos que gritan de negros
luminosos absorbiendo toda la luz posible.
luz que te llevas y que dejas: yen la
arena aparecen ahora los seres in di vidualizados
y anónimos, y hay un leve
rastro que se desnutre lentamente y en esa
consunc ión vuelves tú y te siento, varado
como en todas las muertes. y aciertas
a decirme cuales son las partes más oscuras
y más lumi nosas de mí mi smo ... y en
es te trance he de decirte que no tengo
consuelo, que empecé a escribir esto casi
objeti vamente y que lloras por más que
te supera: Andrés Solana murió en La
Palma.
-
Últimos trabajos
expuestos
Cuando a Andrés lo sorprende la muerte
en la Isla de La Palma tenía ex puestos
en el Centro de lnicimivas de la Caja de
Canarias de Las Palmas de Gran Canaria
algunas muestras de sus úhimos trabajos
junIo a otros tres fotógrafos: Angel Luis
Alday, Javier Betaneor y Tato Gon~a l ves.
En esta ex pos ic ión presentó cuatro
fotografías como una amplia mirada a su
trabajo. Con la mirada asimiladora, indagando
siempre la esfera de lo desconocido,
de lo arcano, muestra la arquitectura
en la construcción de la luz y la sombra,
en las diagonales y en los ángulos, el hormigón,
el cri stal , el acero; en la construcc
ión de la imagen donde se cruzan las
líneas de una forma equilibrada y armoniosa,
e ntre la te ns ión y la sere nidad.
Absol utamente experimentado en la mirada
a la fábrica, encuentra una casa e nvue lta
en plástico que guarda e l legado patrimonial
en su fund a. En la mirada que
hace a las nuevas urbanizaciones se detiene
en un corte horizontal de la montaña
que aloja como su madre profanada las
diminutas casas de colores que atrincheradas
salen de un soleado letargo; tiene
esa imagen la contraposición y el antagonj
smo de la fractura de la tielTa y la geometría
del la construcción dentro del propio
plano. En otras imágenes se contextualiza
al anónimo paseante y las tonali dades
de la playa y la arena, los callaos
refulgentes, entremezclados de una perfecta
simetría en el encuadre y en la interiori
zac ión de lo mirado. Los materiales
que destacan, el acero, la piedra, la arena,
el granito, dan a la imagen una vía de la
contemporaneidad tanto en la arquitectura
como e n la inte racción de los diferentes
lenguajes plásticos. Diálogo de los materiales
en la composición. Revelar otra
dimensión de sí mismos, y en ella revelarnos
a nosotros en el proceso, esa es la
labor que Andrés Solana nos legó.
Apunte biográfico
Andrés Solana nació en La Coruña en
1956 y se trasladó a las Islas a muy temprana
edad. Estudió Cie ncias Económicas
en Málaga y en Las Palmas se diploma
como Graduado Social. Fue el responsable
del Servicio de Fotografía y
Tratamiento de la Imagen de Escuela
Superior de Arquitectura de la Universidad
de Las Palmas de Gran Canari a. También
fue profesor de la Agrupación Fotográfica
de Gran Canaria. Cuando murió
se encontraba en excedencia de su ocupación
habitual para dedicarse excl usivamente
a la "Enc icloped ia del Patrimonio
Histórico de Canarias" por encargo
del Gobierno Canario como responsable
de recoger todas las imágenes de nuestro
paoimonio que ilustrarían esta enciclopedia.
Sin duda uno de los fotógrafos más importantes
de Canarias, sus obras estaban catalogadas
en el Centro de Documentación
del Musco de Ane Contemporáneo, Centro
Reina Sofía, así como en otras in sti tuciones.
Mostró sus trabajos fotográfi cos
e n revistas especializadas en arquitectura
y arte de notable prestigio como
Basa, Arquitectura, On Diseño, A.V. , Periplo,
Casa Vogue, Architectural Review y
Atlántica, entre otras. Asimismo, ilu stró
libros como Uni versidad y Ciudad, Arquitectura
racionali sta, Arquitectura Moderni
sta, Las palmas de Gran Canaria: Guía
de la ide ntidad, Estudio para un espacio
y La coci na en Gran Canari a. De sus Llamas,
Brazas y Cenizas, entre otros. Expu-so
en numerosas ocasiones dentro y fuera
de las Is las en exposic iones indi viduales
y colecti vas como: 2 fotógrafos y un pintor,
Factoría , Las Palmas de G.c., 1985;
10 fotógrafos canarios, Gobiern o Aut ónomo
de Canarias, 1986; Folomuestra
87. Cle, Las Palmas de Gran Canaria;
Racionalismo en Canari as, Cabildo de
Gran Canari a, 1987; 2 fo tógrafos en torno
a un arquitecto, C lub Pre nsa Canaria,
1987; Paralelo 28, Círc ulo de B.B.A.A.,
Madrid, 1988; participó en el programa
" Metropoli" de TVE- l bajo el título "50
fotógrafos españo les, 1970- 1990", en
1991 ; Bienal Europea de Federac iones
Fotográficas, Nicos ia, Chipre, 1992 o en
Anastomosis, Encuentro multidisciplinar
de creadores, Centro de A rte "La Regenta",
Las Palmas de Gran Canaria y Cen+
tro de Arte "La Granja", Sta. Cruz de
Tenerife, 1994. Su última muestra colectiva
fu e en e l mes de julio de este año bajo
el título "4 miradas" en el C ICA de Las
Palmas de Gran Canaria. Andrés Solana
murió en la Isla de La Palma el día 18 de
julio de 1999.
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