La motivación: Un factov relevante
en el proceso de enseñanzahpvendizaje
de lenguas extranjeras
CARMEINSA BELLU JANG ARC~A
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
En situaciones de aprendizaje de segundas lenguas y lenguas extran-jeras,
la investigación de la motivación y las actitudes lineísticas se ha
convertido en vital. Dicho trabajo tiene como finalidad el probar que és-tas
tienen una influencia directa en el proceso de enseñanza / aprendiza-je.
La hipótesis de la que han partido numerosos estudios en este ámbito
es la de que el hecho de que un alumno tenga una actitud positiva o ne-gativa
hacia la lengua que estudia y hacia sus hablantes nativos respecti-vamente
va a facilitar y agilizar o, por el contrario, dificultar y entorpecer
la adquisición de esa lengua.
En lo que respecta a los factores que influyen en la adquisición de se-gundas
lenguas y lenguas extranjeras, Spolsky (1969: 272-274) hace refe-rencia
a los cuatro factores que se han propuesto como los más significa-tivos
en el proceso de enseñanza / aprendizaje de segundas lenguas y
lenguas extranjeras. Se trata de:
1. El método, que parece ser considerado como el más fácilmente
controlable, aunque también puede ser el más decepcionante. Es un error
considerar que el método de enseñanza es la única variable controlable, y
es aún peor medir los resultados que se consiguen con su uso, sin tener en
cuenta el resto de los factores.
2. La edad es un factor ampliamente reconocido. En líneas genera-les,
distintas investigaciones han demostrado que hasta la pubertad, los
Boletín Millares Cado, núm. 18. Centro Asociado UNED. Las Palmas de Gran Canaria, 1999
270 Carmen Isabel Luján García
niños pueden adquirir más de una lengua al mismo tiempo, pasando por
una primera etapa de confusión, pero distinguiendo finalmente las dos
lenguas. Una vez que la pubertad ha pasado ya existe mucha más dificul-tad
para llevar a cabo el mismo proceso.
3. La aptitud comienza a ser una variable susceptible de ser medida
mediante tests bastante fiables que analizan distintos aspectos como la
habilidad de analizar oraciones desde el punto de vista gramatical, el do-minio
de la fonética de la lengua estudiada, etc.
4. La actitud es el cuarto factor, y con él tienen mucho que ver tanto
la motivación personal como el contexto social en que se encuentra el es
tudiante. En una situación de aprendizaje de una segunda lengua van a
rodear al alumno toda una serie de personas (el profesor, los compañeros,
los padres y los hablantes de la lengua estudiada) cuyas actitudes van a
ejercer una influencia directa sobre su motivación. En relación con la az-titud
de los padres, John Carro1 (Spolsky, 1969: 273) afirma lo siguiente:
The greater the parents' use of the foreign language in the home, thc
higher were the mean scores of the students. Thus, one reason why sornr
students reach high levels of attainment in a foreign language is thüt tliey
have home environments that are favourable to this, either bccausc the
students are better motivated to learn, or because they have better oppor-tunities
to learn.
En las tres últimas décadas, distintos investigadores (Gardner-Larri-bert,
1972) han sugerido que entre las numerosas variables que intervie-nen
en el proceso de enseñanza / aprendizaje de lenguas extranjeras, la'
variables afectivas juegan un papel decisivo. Las variables afectivas, en es-te
contexto, se refieren a las actitudes y motivación que los alumnos mues-tran
hacia la lengua y cultura meta en general, y también hacia sus ha-blante~
S. on muchos los autores (Gardner-Lambert, 1972; Gardner, 198 2;
Harmer, 1989; Spolsky, 1989; Dornyei, 1994) que insisten en la importari-cia
que tienen los conceptos de actitud y motivación tanto en el sujeto que
quiere aprender una lengua como en el que quiere enseñarla. Para otros
(Brown, 1975; Scovel, 1978; Green, 1993; Oxford-Shearin, 1994; Clémerit-
Dornyei-Noels, 1994; González-Hennquez, 1997) las variables afectivas se
refieren también a estados emocionales y aspectos de la personalidad co-mo
la autoestima, la confianza, la inhibición o la ansiedad del alumrio,
que pueden ser también decisivos a la hora de que el proceso de ensr-fianza
/ aprendizaje goce de un final exitoso o no, así como determinar el
mayor o menor período de tiempo en el que tal proceso se pueda llevar a
cabo. También, los factores sociales y culturales como, por ejemplo, las se-laciones
que establece el alumno con otros individuos de la cultura meta,
La motivación: Un factor relevante en el proceso de enserianzdaprendizaje ... 271
pueden ejercer una influencia considerable en el proceso (Brown, 1975;
Titone, 1982).
En otra clasificación más reciente, Cenoz Iragui (1993: 29) distingue
cuatro tipos de variables que resultan ser definitorias en el proceso de en-señanza
/ aprendizaje de segundas lenguas y lenguas extranjeras. Son las
siguientes:
1. Variables individuales, dentro de las cuales hemos de incluir lo que
se conoce como aptitud, inteligencia y habilidad del alumno para el razo-namiento
abstracto. Se trata de cualidades meramente personales que,
con frecuencia, responden a factores innatos del individuo.
2. Variables socioestructurales, entre las que podemos incluir el sexo,
la edad, el nivel socioeconómico y el nivel sociocultural del alumno, la lo-calidad
del centro, y si está en un medio rural o urbano. Se trata de va-riables
externas, excepto la edad y el sexo, que son incontrolables, y van a
condicionar de forma constante al alumno que pretende adquirir una se-gunda
lengua.
3. Variables psicosociales, entre las que podemos incluir las actitudes
hacia la lengua meta y su comunidad de hablantes. Es innegable que la
existencia de un cierto rechazo o actitud negativa hacia la lengua que se
está estudiando o hacia sus hablantes nativos va a dificultar bastante la
adquisición de esa lengua. Así mismo, las actitudes de las personas que ro-dean
al alumno son también muy importantes. Por ejemplo, los padres (si
los padres de un alumno joven sienten desprecio o rechazo por una cul-tura
determinada, ese sentimiento será transmitido a su hijo), los com-pañeros
(si un gran número de amigos del alumno estudian la lenma, y
estudiarla se considera como un acto de prestigio, el alumno terminará
estudiándola también).
4. Variables socioeducativas, son las que hacen referencia a toda la
instrucción que el alumno recibe en relación con la lengua que estudia.
Hablamos, pues, de la formación extraescolar que ha recibido, el tipo de
centro en el que ha estudiado y estudia, estancias en el país o países don-de
se habla la lengua que estudia, rendimiento en su segunda lengua en el
curso anterior, etc.
No obstante, Cenoz Iragui (1993: 33) aclara que las variables psicoso-ciales,
la motivación y la actitud hacia el aprendizaje son mucho más im-portantes
que otros factores como la inteligencia, ya que las primeras son
más susceptibles de modificación. Es decir, la intervención del profesor
puede mejorar las actitudes y motivación por medio de técnicas didácti-cas,
materiales, selección de temas, entrenamiento en la utilización de es-trategias
adecuadas, etc.
2 72 Carnzen Isabel Luján García
En lo que se refiere a los diferentes tipos de motivación, en un prin-cipio
se pensó que las nociones de actitud y motivación eran práctica-mente
sinónimas. Ambos conceptos eran considerados como dos facto-res
más, entre las numerosas variables afectivas que inciden en el
proceso de enseñanza 1 aprendizaje de segundas lenguas y lenguas ex-tranjeras.
Sin embargo, con posterioridad cada uno de los dos concep-tos
fue redefinido, hasta el punto de que ya hoy existe consenso en cuan-to
a la idea de que la actitud es el factor que determina la motivación,
la cual a su vez tiene un efecto directo sobre el proceso de enseñanza 1
aprendizaje. Así pues, la actitud influye directamente en la presencia o
ausencia de motivación, y en el tipo de motivación presente, pero las ac-titudes
no tienen influencia directa en el proceso que nos ocupa, sino
que es la motivación el intermediario o vehículo por medio del cual se
van a transmitir las actitudes (Spolsky, 1989: 149; Oller, 198 1 : 227). Ade-más,
Van Els et al. (1984: 117) describen el proceso de la siguiente ma-nera:
[...] motivation to learn a language is not only detcrmined by
attitudes, but also by other 'motivational props', such as the desire to
please teachers and parents, promise of a reward, or experiencc of
success, etc. Also, the relation of attitude to motivation is dependent
on the type of motivation. An integrative motivation, for example,
presupposes a positive attitude of the learner towards the target
language speakers and their culture, but the learner who is instru-mentally
motivated does not necessarily have a positive attitude
towards the target language group. Other attitudes, which are relevant
to L2 learning, such as attitudes towards the language, the teacher and
the course, are probably related to both types of motivation.
Como podemos observar en las posteriores clasificaciones, el estudio
de las actitudes ha estado estrechamente relacionado con el de la motiva-ción,
siendo ambos conceptos estudiados principalmente desde el enfo-que
de la psicología social. Ya hoy existe escasa duda de que entre las ac-titudes
y la motivación existe una correlación positiva que trae consigo
buenos resultados en el aprendizaje de lenguas. Las actitudes ponen de
manifiesto las creencias y opiniones del alumno acerca de la lengua y cul-tura
meta.
En cuanto a la motivación, ésta ha sido en general definida como "so-me
kind of interna1 dive that encourages somebody to pursue a course of
action" (Harmer, 1989:3). Además, Castro (1991: 11) añade "it is, in fact,
a complex phenomenon made up of four components: the setting of an
objective, the desire to reach t h . ~otb jective, favourable attitudes towards
a particular activity and effort". En el contexto concreto del aprendizaje
La motivación: Un factor relevante en el proceso de enseñanzaíaprendizaje ... 273
de lenguas extranjeras, el concepto de motivación es considerado por au-tores
como Dulay, Burt y Krashen (1982: 47) como el incentivo, la necesi-dad,
o el deseo que el alumno siente de aprender y alcanzar un nivel ele-vado
en la lengua meta. Tradicionalmente, se ha distinguido entre dos
tipos básicos de motivación: la instmmental y la integradora. Finegan
(1994: 466) resume ambos tipos de la siguiente manera:
An instrumental motivation is one a learner has because knowledge
of the target language will help achieve some other goal: reading scienti-fic
works, singing or understanding opera, graduation. For such uses,
only a narrow range o€ registers (or even a single register) is necessary,
and little or no social integration of the learner into a residence in a com-munity
that uses the target language is desired. [...] When you take up re-sidence
in a community that uses the target language in its social inte-ractions,
integrative motivation encourages you to learn the new language
as a way to integrate yourself socially into the community and become
one o€ its members. Integrative motivation typically underlies successEul
acquisition o€ a wide range of registers and a nativelike pronunciation,
achievements that usually elude learners with instrumental motivation.
Un tercer tipo de motivación que va más allá de la motivación inte-gradora
es la que en este campo de investigación se denomina identifica-ción
con el grupo social o Social Group Identification. Se trata de un tipo
de motivación en el que la persona se siente especialmente identificada
con un grupo social determinado, y desea aprender su lengua para poder
comunicarse con el grupo. Este tipo de motivación podría parecernos
muy similar a la integradora, sin embargo, Dulay, Burt y Krashen (1982:
50) ponen de manifiesto las diferencias que existen entre los dos tipos. En
ambos casos hay un deseo de participar de la vida cultural y social de la
comunidad meta y, por tanto, de relacionarse con los hablantes de la len-gua
meta. Sin embargo, quienes tienen una motivación integradora dese-an
continuar siendo identificados como miembros de su propia comuni-dad
de hablantes, mientras que quienes muestran una identificación con
el grupo social desean llegar a ser considerados como miembros del gru-po
de hablantes de la lengua meta.
En relación directa con los distintos tipos de motivación que hemos
mencionado, se encuentra otro tipo de orientación. Ésta consiste en que
los miembros de un grupo lingüístico, que por lo general es minoritario,
pueden sentir un fuerte resentimiento hacia otro grupo, cuya lengua o
dialecto ha de ser estudiado forzosamente por el primer grupo debido a
alguna presión social, política o económica. Como es de esperar, entre
esos alumnos puede existir un claro prejuicio o actitud negativa hacia la
lengua que estudian y hacia sus hablantes nativos, lo que probablemente
2 74 Carmen Isabel Luián García
va a impedir una adquisición satisfactoria de dicha lengua (Gardner-Lam-bert,
1972: 15-66). Tal es el caso del ruso que fue impuesto durante déca-das
como lengua extranjera obligatoria en los países pertenecientes al lla-mado
'telón de acero'.
No parece haber demasiado acuerdo entre los investigadores en cuan-to
a cuál de los dos principales tipos de motivación es el más adecuado en
el proceso de enseñanza 1 aprendizaje. Ya en el año 1972, Gardner y Lam-bert
sugerían que, aunque ambos tipos de motivacisn (instrumental e in-tegradora)
podían ser igualmente eficaces dependiendo de las caracterís-ticas
específicas del alumno, los estudiantes con mayores posibilidades de
éxito a largo plazo serían aquellos que tuvieran una motivación integra-dora,
más que instrumental. No obstante, según estos autores, en ciertos
contextos la motivación instrumental parece producir mejores resultados
en el proceso de aprendizaje de la lengua que la motivación integradora.
Sin embargo, Harmer (1989: 4) no comparte esta idea, ya que para él
cualquier estudiante que responda a cualquiera de estos dos tipos de mo-tivación
tiene las mismas posibilidades de éxito, puesto que son otros mu-chos
factores los que juegan un papel en este proceso. Entre ellos, ya men-cionamos
la influencia de las personas que rodean al alumno, por
ejemplo, los padres o los compañeros. Podemos añadir que si un alumno
ha sido humillado por el profesor de lengua extranjera, o por sus mismos
compañeros, por no haber alcanzado los objetivos propuestos, el alumno
muy probablemente fracasará en su empeño. Mientras que si la experien-cia
ha sido a la inversa, o sea, el profesor ha elogiado al alumno por su
progreso o siente la admiración de sus compañeros, ese alumno tendrá
éxito en su aprendizaje. Es decir, son muchos los factores, tanto internos
como externos, que influyen en la adquisición exitosa de una lengua ex-tranjera.
Cuando hablamos de motivación, también hemos de tener en
cuenta la existencia de dos enfoques que han sido adoptados siguiendo
dos teorías tradicionalmente diferentes: la conductista y la mentalista.
Simplificando el tema al máximo, diremos que mientras los conductistas
piensan que el proceso de aprendizaje debe ser reforzado por medio de
premios y recompensas que se dan al sujeto para que su motivación no
disminuya, los mentalistas, por el contrario, conceden una gran impor-tancia
al auto-regalo o la auto-recompensa.
En estrecha relación con esta distinción, podemos citar la diferen-ciación
que existe entre motivación intrínseca y extrínseca, siendo la pri-mera
la más favorecida por la mayoría de los investigadores. Un alumno
motivado intrínsecamente es aquel cuyo interés por estudiar la lengua no
está condicionado por la presencia de una recompensa, sino que el lograr
realizar la actividad o tarea constituye la recompensa en sí. Es decir, el de-seo
del alumno por aprender la lengua es tal que incluso le resulta agra-
La motivación: IJn factor relevante en el proceso de enseñanzdaprendizaje ... 275
dable su estudio; mientras que los alumnos motivados extnnsecamente
no están condicionados tanto por su propio interés, como por factores ex-ternos,
como podrían ser la necesidad de aprobar un examen, la promesa
de un regalo si logra aprobar la asignatura, o simplemente satisfacer las
expectativas de sus padres (Castro, 199 1 : 15).
Sin embargo, volviendo a la teoría de Gardner y Lambert (1972)) po-demos
decir que aunque la motivación instrumental de un alumno puede
ser tan grande como la integradora de otro, a largo plazo la experiencia
prueba que en ciertos contextos la motivación intrínseca conduce a un do-minio
mayor de la lengua.
Por otro lado, la motivación en el proceso de enseñanza 1 aprendizaje
de segundas lenguas ha de provenir de distintas fuentes, entre las que
Foucardé (Castro, 199 1 : 13) distingue tres, denominándolas:
1. Motivaciones accidentales, que son las producidas por el entorno
exterior y se imponen de forma agresiva, como pueden ser los casos de la
sociedad y la televisión.
2. Motivaciones cultivadas, que son las desarrolladas por parte de los
profesores, así como a través de las condiciones didáctico-académicas que
rodean al alumno (por ejemplo, los métodos del profesor).
3. Motivaciones deliberadas, que parten del propio deseo del alumno
de mejorar en su proceso de aprendizaje.
El hecho de conocer el tipo de motivación que condiciona al alumno
es de vital importancia para el profesor, ya que de ese modo este último
puede canalizar sus métodos y sus esfuerzos en la dirección más correc-ta.
Además, poseer esta información permite al profesor obtener un ma-yor
conocimiento del alumno y por supuesto, intentar que éste consiga los
resultados más óptimos en su proceso de aprendizaje (Castro, 1991: 14).
No obstante, conviene matizar que cuando hablamos de resultados nos
referimos tanto a logros desde el punto de vista lingüístico (adquisición de
los aspectos estructurales tales como la gramática o vocabulario, desarro-llo
de las cuatro habilidades ling¿iísticas; lectura, escritura, comprensión
y expresión oral), como a logros no lingüísticos o extralingUísticos, como
puede ser la valoración o apreciación (actitud positiva) de la lengua y la
cultura estudiada.
De hecho, cuando se aprende una segunda lengua, el alumno no sólo
debe afrontar la tarea de aprender nueva información, sino también la de
adquirir los elementos simbólicos de una comunidad etnolingiiística dife-rente.
En realidad, al alumno no se le pide que los aprenda, sino que los
adquiera, que los haga formar parte de su conocimiento lingüístico, y es-
276 Carmen Isabel Luján García
to implica la imposición de elementos de otra cultura en su propio modo
de vida (Gardner, en Finegan, 1994: 469). La importancia de los aspectos
motivacionales ha dado lugar a la creación de otros modelos de adquisi-ción
de segundas lenguas. Podemos citar como ejemplo el modelo de
Krashen (Lightbown-Spada, 1993: 28), que habló de un importante factor
que recibió el nombre de "filtro afectivo", y que se ha definido como "an
imaginary barrier which prevents learners from using input which is avai-lable
in the environment". De manera similar, Beebe y Giles (1984), con
su teoría de la acomodación, se refieren a factores tales como la identifi-cación
interna con el grupo o los límites entre grupos (Schmid, 1992).
Hasta ahora hemos hecho hincapié en los factores que pueden moti-var
o desmotivar a un alumno en su proceso de aprendizaje, pero no po-demos
olvidarnos del otro participante esencial, el profesor. Y es entonces
cuando se nos viene a la mente la pregunta que se plantea Castro (1991:
20), ¿quién, o qué motiva al motivador, o lo que es lo mismo, al profesor?
Como bien señala,
Teacher motivation is, of course, related to traditional values such
as his pay, the possibilities of promotion, his social prestige or the
conditions in which he has to work. Yet, apart from this, we should also
weigh his reasons for teaching, his previous experience, the teaching
methodology he employs, the resources available and how he teaches.
Castro (1991: 20) añade otros "motivadores" como pueden ser el di-rector
de un departamento, sus colegas, el administrador del centro edu-cativo
donde trabaja; no obstante, destaca el hecho de que el principal
motivador del profesor es el alumno. De ahí que sea frecuente escuchar a
un profesor decir que un grupo de alumnos lo motiva o lo desmotiva, de-pendiendo
del tipo y el grado de motivación que muestren los alumnos a
SU vez.
Podemos concluir afirmando que la notoria incidencia de las actitudes
lingüísticas en el proceso de enseñanza 1 aprendizaje de una lengua ex-tranjera
es un tema que a pesar de haber sido muy estudiado, sigue sien-do
de gran interés en este campo de la investigación lingüística.
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