MASONERÍA Y EDUCACIÓN EN CANARIAS
POR
TERESA GONZÁLEZ PÉREZ
La carencia de trabajos de investigación referidos a la la-bor
educativa de la masonería en Canarias nos ha movido a
confeccionar el presente estudio. Por otra parte, ésa ha sido
también la principal dificultad para la elaboración de unas
notas elementales sobre la misma. La masonería canaria es un
tema estudiado ampliamente por el prestigioso historiador
Manuel de Paz Sánchez, por lo cual no vamos a realizar nin-guna
aportación novedosa y seguimos sus tesis, exceptuando
el aspecto instructivo. En este trabajo sólo daremos algunas
referencias de estas organizaciones para centrarnos en las
cuestiones puramente educativas.
¿Qué era la masonería? La masonena o francmasonería se
identifica con una asociación secreta cuyos miembros profe-saban
principios de fraternidad mutua, practicaban un com-plejo
ritual expresado en un léxico peculiar y se reconocían en-tre
sí por emblemas y signos especiales '. Los símbolos más
conocidos eran la estrella de cinco puntas, las columnas, el
' El nombre de Gran Arquitecto deriva, según los masones, de los
mitos de las religiones de la antigüedad clásica y se relaciona con Hiram,
el supuesto constructor del templo de Salomón en Jerusalén.
Núm. 44 (1998) 475
2 TERESA CONZÁLEZ PÉREZ
compás y la escuadra. La Orden del Gran Arquitecto se intro-dujo
en nuestro país tras la invasión francesa y surgió en Ca-narias
a la vez que se implantaba en la Península. En el año
1817 se localiza el primer taller masónico en Canarias y se
organiza la Orden, concretamente en Tenerife, según apuntan
diferentes autores bajo la denominación de «Los Comendado-res
del Teyde», cuyos componentes eran mayoritariamente is-leños
2. Con lo cual Tenerife se convirtió en la cuna de la ma-sonería
isleña 3, aunque la masonería canaria careció de la
importancia que tuvo el conjunto nacional 4. Además, durante
el primer tercio del siglo XIX no se desarrolló asociacionismo
secreto en las islas de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y
El Hierro. Para el último tercio del siglo XIX en Tenerife, La
Palma, Gran Canaria y Lanzarote se localizaban logias ma-r6nicar,
beche qce m parece ronstutarse puru !as is!as de E!
Hierro, La Gomera y Fuerteventura La misma localización
geográfica insular permaneció inalterable a lo largo de las tres
primeras décadas del mil novecientos. Entre las distintas logias
insulares cabe indicar las siguientes:
- «Luz Marítima)), «Andamana», «Luz de Canarias », «Prín-cipe
de Gales», en Las Palmas.
- «Teiden, «Tenerife», «Añaza», «Tinerfe», «Democracia»,
en Tenerife.
- «Ahora», «Idafe»,
- «Timanfaya», «La
zarote.
en La Palma.
Logia», «El Capítulo Júpitern, en Lan-
FERRERB ENIMALJI., A.: «La primera logia masónica de Canarias: Los
Comendadores del Teyde (Santa Cruz de Tenerife, 181 7-1 820)», R~victo dc
Hzstoria Canana, núm. 172, Universidad de La Laguna, Tenerife, 1977. Cfr.
PAZ SÁNCHEZM, . DE: «Introducción a la francmasonería del Archipiélago
Canario (1 815-1 936)», Historia general de las Islas Canarias, t. V, EDIRCA,
Las Palmas de Gran Canaria, 1977, p. 133.
PAZS ÁNCHEZM, . DE: La masonería en Canarias, Ed. Mancomunidad
de Cabildos, Las Palmas de Gran Canaria, 1979, p. 20.
Ibidem.
PAZS ÁNCHEZM, . DE: «Introducción a la francmasonería ...» , op. cit.,
p. 136.
MASONER~A Y EDUCACIÓN EN CANARIAS 3
A partir de 1868, con el Sexenio y la 1 República, la maso-nería
como instrumento de la burguesía liberal comenzó a
extenderse por el Archipiélago, aunque en algunas islas no se
detectó la presencia de masones. No obstante, su actividad y
mayor esplendor coincidieron con el período de las dos repú-blicas
6. Hasta 1936 las logias masónicas insulares mantuvie-ron
sus funciones, ni siquiera durante la dictadura de Primo
de Rivera se replegaron; sin embargo, con la guerra civil y el
régimen político dictatorial del general Franco desaparecieron.
La francmasonería canaria se reorganizó en 1870 y hasta
I n7Jl Lu u---+i*.air-i i r u v w Lirni-a tL-r~. ~ r~o L~ Lt -L 4U- ~ rbL urUrl inu+a ;i nu ui iu~uA 7.~ LUSI ygiUS 1112-
sónicas del diecinueve sufrieron remodelaciones a la llegada
de la nueva centuria, configurando una organización distinta
a la que mantenían anteriormente. De este modo, las pocas
logias que llegaron al nuevo siglo experimentaron modificacio-nes
y se adaptaron a otra obediencia. Las logias canarias per-tenecían
al Gran Oriente de España, aunque en el tercio final
del ochocientos se hallaban supeditadas a la obediencia del
Grande Oriente Lusitano Unido. Ese desplazamiento se justi-fica
por la desorganización que experimentó en esos años la
masonena española; los talleres masónicos canarios buscaron
otro horizonte, pasando a depender del ente masónico portu-gués,
un cuerpo foráneo pero de regular funcionamiento. Sin
embargo, las logias isleñas del siglo xx dependían de la obe-diencia
española. Así, se creó la Gran Logia de Canarias. Has-ta
1936 la masonería española seguía dividida en Gran Orien-te
espanoi y en Gran Logia de España.
La masonería adquirió un fuerte impulso en el primer ter-cio
del siglo xx, reflejo de la actividad que venía desplegando
desde las últimas décadas del pasado siglo. Las numerosas
PAZ SANCHEZ. M. DE: La masonería en ..., op. cit., p. 43. ' PAZ SÁNCHEZ, M. DE: Intelectuales, poetas e ideólogos en la franc-masonería
canaria del siglo XIX, Ed. E c o t o p í a , Santa Cruz de T e n e r i f e , 1983,
p. 11.
Núm. 44 (1998) 477
4 TERESA GONZhLEZ PÉREZ
logias creadas en Canarias son muestras de la intensa labor
divulgativa que desempeñaba la burguesía - d e corte liberal y
republicana- propiciando la creatividad cultural enfundada
en el librepensamiento. La Iglesia católica constituyó un fre-no
para la expansión de las prácticas y creencias masónicas;
arremetía contra la Orden del Gran Arquitecto y reprimía su
actividad por atentar contra el orden establecido.
La composición socioprofesional de los integrantes de las
logias se relaciona con el comercio y profesiones liberales;
constituyen un grupo vinculado a los sectores de la burguesía
insular que aspiraban a mejorar su posición económica y po-lítico-
administrativa, así como practicar sus ideales refor-mista~
s. En cuanto a la composición por sexos, cabe decir que
prácticamente eran masculinas, si bien hay que hacer la sal-vedad
de que la presencia de algunas mujeres constit~~yecna -
sos aislados. En efecto, pocas mujeres pertenecieron a los ta-lleres
masónicos; en la Logia Añaza núm. 270 hubo algunas
féminas, pero no en número suficiente como para constituir
«cámara de adopción» 9. En la Logia Añaza núm. 270 se loca-lizaron
las siguientes mujeres masonas:
- Arado de Arias, Dolores, «Dácila»: Profesión, sus labo-res;
nacida en Santa Cruz de Tenerife el 28-VIII-1881;
afiliada en 1904- 19 13.
- Cambreleng de Romero, Elisa, «Numancia»: Profesión,
sus labores; natural de Tenerife; afiliada en 1903- 1904.
- Hernández Pérez, Providencia, «Nivaria»: Profesión, sus
labores; Tenerife; afiliada en 1903- 1904.
- Macías de Parés, Mana, ((Esther)): Profesión, sus labo-res;
nacida en La Habana; afiliada en 1903. . , - Mencjizába!, C-Uada!.;pe, ccJUana de Arcuii: I>r&siofi,
actriz; nacida en Madrid el 13-1-1 883; afiliada en 1903-
190.5.
PAZ SÁNCHEZ, M. DE: «Introducción a la francmasonería ... », op. cit.,
p. 139.
Y PAZ SÁNCHEZ, M. DE: Historia de la francmasonería en Canarias.
Ed. Cabildo Insular de Gran CanariaIConsejería de Cultura, Tenerife, 1984,
p. 580.
MASONER~A Y EDUCACI~N EN CANARIAS 5
- Tejera de Pestano, Elena: Profesión, sus labores; nacida
en Tenerife; afiliada en 1903-1904.
- Vega de Padrón, Genoveva, «Colombia»: Profesión, sus
labores; nacida en USA en 20-X-1871; afiliada en 1903-
1905.
Asimismo, hubo mujeres en otras logias insulares, aunque
con una escasa entidad numérica, no siendo su represen-tatividad
significativa. Las logias no excluían a las mujeres,
pero en la mentalidad de la época se consideraba a la maso-nería
un espacio masculino. La actividad de las mujeres isle-ñas
fue escasa y no desempeñaron ningún papel relevante en
la masonería canaria:
= C,r&, C!&!&, ::Ysther- (Fsmerddu Cervaritec): ?refe-sión,
arpista; afiliada en 188 1-1 884; miembro de Tinerfe
núm. 114.
- Matthey, Blanca de, «Numa Drozn: Natural de Suiza;
nacida el 27-VI- 1870; afiliada en 1904-1 905; Afortuna-da
5. Atlántida.
- Mendoza Marrero, Águeda: Nacida en Caracas en 1887;
afiliada en 1905; Afortunada 5.
- Mendoza Marrero, Dolores: Afiliada en 1904; Afortuna-da
5.
Entre los masones había personalidades políticas, miem-bros
de los partidos republicanos y liberales isleños, que co-nectaban
con figuras destacadas del gobierno central. Sobre
todo, durante la Segunda República se apreciaba el apoyo de
las logias al gobierno y se mostraron como acérrimas defen-soras
de los presupuestos ideológicos repubiicanos le.
Una característica singular fue la relevancia que adquirió
Santa Cruz como eje de expansión masónica, lugar desde don-de
se difundía hacia toda la isla y a las otras islas. Las logias,
controladas por un reducido grupo burgués, se canalizaron,
entre =tres cup,p=s, ha& ::e! pIur! idee~~g~ce-pe~itice-C'U~tUrU~>~
lo PAZ SÁNCHEZ, M. DE: dntroducción a la francmasonería ... », op. cit.,
, p. 139.
Núm. 44 (1998) 479
6 TERESA GONZÁLEZ PÉREZ
con el objetivo de difundir su ideario a través de un cambio
de mentalidades, fundamentalmente de tipo racional y cientí-fico.
Es decir, que en torno a las logias se desarrollaron nú-cleos
culturales y todo tipo de asociaciones instructivas, don-de
inciden las corrientes ideológico-culturales: racionalismo,
krausismo, positivismo científico, etc. l l . También en Tenerife
se editaba una revista masónica, iLtrz!, con una edición limi-tada
circuló en 1931 12.
Por la Ley de 1 de marzo de 1940 se prohibió la masonería
en España; con esta normativa se contemplaba como un deli-to
y a sus practicantes se les condenaba con penas de cárcel.
En este sentido, la masonería se mantuvo en la clandestinidad
hasta 1979, cuando fue legalizada por la Audiencia Nacional.
Uno de los objetivos de la masonería canaria, de forma se-mejante
al resto de los grupos masónicos peninsulares, era la
formación interna de sus miembros y, a su vez, ejercer una
labor educativa divulgando los valores o esquemas aprendidos.
Defendían la enseñanza laica y subvencionaron centros educa-tivos
y colaboraron con iniciativas escolares privadas. Se pre-ocupaban
por el alto saldo de analfabetismo, por el estableci-miento
de la enseñanza aconfesional y laicista, por la educa-ción
de la mujer, por la educación infantil y por la educación
del obrero. Proyectaban una escuela diferente a la tradicional,
rompían con los dogmas y creencias de la sociedad estableci-da.
En este sentido, su actitud era favorable hacia los centros
de enseñanza laica, con lo cual potenciaban escuelas y biblio-
A,-.-.-.- LcLcla. Asi, müehas Iogias lüiidaron y costearoíi esmelas laicas
en diferentes zonas del territorio español 13. Algunos líderes
obreros del Archipiélago canario eran miembros de la masone-ría,
pues la enseñanza que defendían los masones y los anar-l
1 PAZ SÁNCHEZ, M. DE: Intelectuales, poetas e ..., op. cit., p. 14. '* PAZ SÁNCHEZ, M. DE: La masonería en ..., op. cit., p. 41.
l 3 GÓMEZ MOLLEDAM, . D.: «Educación, Masonería y 11 República»,
Revista de Educación, núm. 9, Salamanca, 1990, p. 137.
480 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
MASONER~A Y EDUCACI~N EN CANARIAS 7
quistas confluían en el modelo de enseñanza laica. Si bien la
masonena planteaba su proyecto escolar sobre el laicismo libe-ral
burgués y los anarquistas sobre el laicismo revolucionario
proletario. No obstante, los anarquistas apoyaron las escuelas
laicas masonas por carecer de medios para sostener sus pro-pios
establecimientos pedagógicos. Así, las escuelas laicas que
fundó la masonería confluyeron en el proyecto educativo anar-quista.
Además, los establecimientos pedagógicos que instau-raron
los masones tenían como finalidad la instrucción de los
obreros 14. Éste fue el caso de la logia santacrucera Añaza 15, y
situaciones similares se presentaron en el resto del Estado 16.
1. La escuela de la logia Añaza
La logia Añaza fue el taller masónico canario más impor-tante
de la actual centuria. En el plano social y cultural creó
un centro de enseñanza que contó con numerosa matrícula, y
sobre todo durante la 11 República se rigió por un sistema de
enseñanza laica y ferreriana 17. Sin duda, Añaza núm. 270 se
preocupó por las cuestiones culturales y educativas. Esta lo-gia
erigió un establecimiento pedagógico para adultos en San-ta
Cruz de Tenerife. En efecto, crearon una escuela nocturna
para adultos. Esta escuela gratuita se hallaba ubicada en la
casa-templo y fue inaugurada el 25 de enero de 1909 18. En sus
inicios contaba con una importante matrícula, en su mayoría
obreros de veinticinco a treinta años. Los miembros de la lo-gia
prestaban desinteresadamente sus servicios como maestros.
El plan de trabajo resultaba de lo más coherente, tal como
infnrmahan- llllVl IIIUVUII.
l4 GONZÁLEPZÉ REZ, T.: Anavquismo y educación e n Canarias. Ed. El
Baifo, Santa Cruz de Tenerife, 1996, p. 54.
l 5 El Obrero, núm. 65, Santa Cruz de Tenerife, 11 de enero de 1902.
l6 DELGADOC RIADOB, .: .Masonería y educación en la Cataluña con-t
e ~ p r á n e aR~~, v k td~e ?F Iistorin de la Educación, núm. 9' Salamanca, 1990,
p. 164.
l7 PAZS ANCHEZM, . DE:I ntelectuales , poetas e ..., op. cit., p. 13.
l8 Ibid., p. 587.
Núm. 44 (1998) 48 1
8 TERESA GONZALEZ PÉREZ
N... el programa de la enseñanza es de lo m& práctico y
racional y compatible siempre con las condiciones inte-lectuales
de los alumnos» 19.
Además, la logia valoraba positivamente el desarrollo de la
actividad educativa, especialmente porque se beneficiaban las
clases populares. El siguiente texto recoge su planteamiento
pedagógico:
((Este taller se considera satisfecho por haber cumpli-do
al fin con este deber de proporcionar a la clase prole-taria
medios de sana educación, descartada de todos los
perjuicios y errores a que se la tiene sometida general-mente
en otros centros de enseñanza ... » 20.
Los progresos educativos dei estabiecimiento escolar de la
logia Añaza se apreciaron en el notable aumento de la matrí-cula.
Las edades de los alumnos que concurrían a esta escue-la
se hallaban comprendidas entre el segmento de siete a trein-ta
y tres años, excepto un niño de cuatro años. De este modo
lo manifestaban sus miembros:
O
«La Añaza va bien; hay muchas eticiones de ingreso; B 6
la escuela ha tenido una matrícula e 152 alumnos, hom- n
E bres casi todos; los sábados se dan conferencias a obre- -
a
ros; los domingos, a niños ... » 21.
n
n
La masonería, representada en la logia Añaza, no perdona- =
ba medio ni sacrificio para ilustrar y educar al pueblo, único O
modo racional para que conquiste sus derechos y realice la
evolución que el progreso exige, sin sacudidas ni perturbacio-nes.
La vinculación con la Escuela ivioderna y ei ideario pe-dagógico
de Ferrer de la logia Añaza núm. 270 fue evidente,
l9 Ibid.
20 Carta fechada el 27 de enero de 1909 y dirigida al Gran Oriente
Español. Cfr. PAZ SÁNCHEZ, M. DE: Historia de la hncmasonería ..., op. cit.,
p. 587.
2' Ibid., p. 588. Carta de Zurita dirigida a Víctor Gallego fechada el 9
de agosto de 1910.
482 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
MASONER~A Y EDUCACI~N EN CANARIAS 9
incluso recordó en el primer año de su muerte «al hermano
Francisco Ferrer Guardia,, 22.
Las autoridades locales no facilitaron las tareas educativas
y culturales de la masonena isleña; todo lo contrario, fueron
bastante intransigentes en el momento de conceder los perti-nentes
permisos 23. De este modo, la Inspección Provincial de
Sanidad de Canariasremitió un oficio al gobernador civil con
fecha 6 de julio de 1912 en el que comunicaba que no se es-taban
realizando los trámites legales para la apertura de la
escuela que tenía prevista la logia en la calle de San Roque
de Santa Cruz de Tenerife. Asimismo, en cuanto a las confe-rencias
que pretendían dar en dicho local, estimaban que de-bían
ser suspendidas porque no estaba autorizado su funcio-namiento
24. Sin embargo, este conflicto suscitado con las au-toridades
locales se resolvió y no sólo funcionó la escidai sino
que experimentó un notable incremento de matrícula.
RELACI~N DE MATRÍCULA DE LA ESCUELA
DE LA LOGIA DE JIÑAZA
A ñ o s Núm. de alumnos
1909 54
1910 152
1911 156
22 PAZS ANCHEZM, . DE: Historia de la francmasonería en Canarias,
op. cit., p. 586.
23 A.G.C.S.C.T. (ARCHIVO DEL GOBIERNOC IVIL DE SANTA CRUZD E
TENERIFEC). arpeta de Asociaciones, Expediente núm. 2.692.
24 Ibid. El 21 de julio de 1910 la Inspección Provincial de Sanidad de
Canarias envió un nuevo escrito al Gobernador Civil en el que decía que
no podían precisar si la logia abonó los derechos correspondientes al esta-blecer
la escuela en la que solicitaban dar las conferencias, pero como las
inició sin tener la resolución del informe ni autorización previa indica una
situación ilegal, por lo cual debía revisarse el expediente y averiguar si cum-plía
los requisitos exigidos. Se iniciaron los trámites y el presidente de la
logia justificó debidamente que se habían efectuado los trámites reglamen-tarios
(16 de julio de 1910).
25 Cuadro de elaboración propia partiendo de los datos facilitados por
Manuel de Paz Sánchez.
Núm. 44 (1998) 483
Ante tal demanda de plazas escolares la logia trató de bus-car
dinero con que costear este establecimiento educativo. En
191 1 el Ayuntamiento santacrucero asignó una subvención de
1.500 pesetas, pero fue anulada al aprobar los presupuestos
debido a las presiones del obispo, gobernador civil, inspector
de Enseñanza y la Junta de Instrucción Pública, contrarios a
este proyecto. A pesar de los contratiempos, la escuela siguió
adelante. Más tarde, en 19 15, el Ayuntamiento capitalino
reconsideró su postura y le concedió 500 pesetas a cargo de
los presupuestos municipales.
Con fecha 14 de junio de 1914 el presidente de la Respeta-ble
Logia Maza núm. 270 remitió un oficio al gobernador ci-vil
de la provincia por medio del cual le comunicaba que de
acuerdo con los altos fines de la Masonería sostenía una es-cuela
nocturna gratuita en la que estaban matriculados 145
alumnos y en la que habían acordado impartir todos los
sábados una conferencia instructiva a los obreros sobre te-mas
de Historia, Geografía, Ciencias Naturales, Morales y Po-líticas.
Se trataba de una escuela nocturna gratuita para los
obreros que no pudieran recibir la instrucción debida durante
el día.
Los domingos por la tarde celebrarían otras conferencias
destinadas a mujeres y niñas, en la que tomarían parte ilus-tradas
profesoras; el programa se ampliaría, a medida que el
número de asistentes lo exija, a la enseñanza de labores, eco-nomía
doméstica y todo lo que sirva para elevar su cultura 26.
Si bien hubo escasa participación femenina en las logias, tal
como se indicó en líneas anteriores, la masonería se interesó
por la emancipación de las mujeres, pues consideraba crucial
su papel como educadora de los hijos. Además, como estaba
c l l ; ~ t 3~ 1 3 ma n i n i i l a ~ i ód~e 12 I,a&a, 1 ~ms a sinec no p&a n OUJbLU U 1- I I I u L I A y U A U I I
permitir que se adoctrinara y se les inculcaran supersticiones
religiosas; por ello, estimaban que había que educar a las
mujeres en los principios de la ciencia y la moral natural, para
que no se enseñara ideas y principios que no tuvieran por base
la verdad. Los masones canarios, de igual manera que sus
26 A.G.C.S.C.T. Carpeta de Asociaciones, Expediente núm. 2.692.
484 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
MASONER~AY EDUCACI ~NE N CANARIAS 11
homólogos del resto del Estado 27, pretendían -sin anular la
presencia de Dios en la escuela, porque ellos aceptaban una
religión positiva- suprimir el adoctrinamiento religioso y
romper con el poder del catolicismo en la estructura escolar;
de ahí su proyecto de formación para las mujeres y niñas
santacruceras.
Las conferencias serían públicas y se pronunciarían en el
local social de la calle San Lucas, número 25. En el primer
mes ya asistían más de cien niñas, con lo cual quedaba pro-bado
el éxito social de dichas conferencias. En el mes de sep-tiembre
disminuyó notablemente la asistencia, y averiguada la
causa, se comprobó que se debía a los atropellos -insultos y
tirada de piedras- de que eran objeto las niñas al salir de la
escuela de la logia, por parte de algunas ancianas y niños. El
presidente de la logia puso el hecho en conocimiento de la
máxima autoridad civil para que resolviera tal situación, dada
la conflictividad que generaba en el seno de la logia con los
posibles instigadores 28. El 28 de septiembre el gobernador ci-vil
dirigió un escrito al alcalde, para que designara un guar-dia
municipal, con el objeto de que junto a los guardias nom-brados
por el gobierno civil garantizaran el orden y evitaran
las coacciones a los alumnos de la escuela de los masones.
En 1920 los miembros de la logia se plantearon ampliar la
escolaridad en un intento de acercar la cultura a las clases
populares:
«Esta respetable logia trata de ampliar las clases noc-turnas
gratuitas ue tiene abiertas al público, hoy en for- ma precaria por 3a escasez de recursos, y es nuestro ob-jeto
elevar su importancia y radio de acción para que, a
la par que ponemos al alcance de los jóvenes artesanos
afanosos de cultura los medios de conseguirla, sea tam-bién
un dique que contenga el desconsolador avance de
la gente negra de todas las castas que, deliberadamente,
*' ÁLVARELZÁ ZAROP, .: ((Masonería y librepensamiento españoles de
entresiglosn, en FERRERB ENIMELLJI,. A.: La masonería en la historia de
España, Ed. Diputación G. de Aragón, Zaragoza, 1985.
28 A.G.C.S.C.T. Carpeta de Asociaciones, Expediente num. 2.692. Escri-to
fechado el 27 de septiembre de 1910 y dirigido al gobernador civil de la
provincia.
Núm. 44 (1998) 485
12 TERESA GONZALEZ P ~ R E Z
vienen creando toda clase de obstáculos a la enseñanza
pública y privada de esta isla, con el lucrativo propósito
de ser los únicos, obligando así a que niños y adultos
hayan de acudir forzosamente a ellos en demanda de le-tras
y cultura)).
En 1921 el orador Varela propuso que se estudiase la crea-ción
de una escuela popular nocturna en Santa Cruz para los
masones, pues las que había en Santa Cruz eran religiosas. Al
año siguiente, Francisco González Trujillo propuso que se so-licitara
al Grande Oriente:
((Indicación de un libro que trate expresamente sobre
enseñanza laica, pues aunque no se ha fijado la clase de a
N
la que vamos a implantar en la que proyectamos, convie- E
ne de todos modos que conozcamos con todo detalle el o
alcance de 1a mismíi, pues gener.r!mente se pierisa etru n -
=m
cosa que lo que dicha enseñanza es en sí, máxime cuan- O
E
do se tienen vagas ideas del laicismo))2 9. SE
E
Asimismo, pedirían programas escolares y fotos de estable- =
cimientos peninsulares y la posibilidad de traer maestros com-petentes,
sobre todo masones, y el sueldo correspondiente 30.
-
0m
E Al parecer, también se planteó la posibilidad de fundar una es- o
cuela privada no benéfica. g
En 1923 el venerable Benítez solicitó al profano José n
E
Pascua1 un plan de enseñanza, sustentado en el reconocimien- a
to de la escuela graduada frente a la unitaria. Consideraba que n
la escuela graduada ofrecía ventajas a los alumnos, por orga-nizar
la enseñanza en grados y de acuerdo con las distintas 3
O
edades, aunque económicamente fuera más cara. El profesor
elaboró el proyecto solicitado y lo remitió a la logia, la cual
aprobó su aplicación 31. En 1924 la escuela graduada de la lo-gia
funcionaba con regularidad, impartiéndose clases gratui-
29 PAZ SÁNCHEZ, M. DE: Historia de la francmasonería ..., op. cit.,
pp. 589-590.
30 Zbid.
3' C~giifiiczcidn& ] =rifeserJ esé Pusr~u!u !u sccie&d A:'.azu. Santu
Cruz de Tenerife, 27 de octubre de 1923, M s s . 697-A-3. Cfr. por PAZ
SÁNCHEZ, M . DE: Historia de la francmasonería ..., op. cit., p. 642.
486 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
tas y populares. El propio José Pascua1 fue el maestro que
regentó este centro pedagógico hasta 1929, fecha en la que
presentó su dimisión por discrepancias con miembros de la
logia. El maestro contratado tenía doble ocupación, ejercía de
maestro privado dando clases diurnas y por la noche en la
escuela de la logia 32.
Añaza núm. 270 no descuidó su labor educativa y mantu-vo
abiertos establecimientos pedagógicos. El taller costeaba
una escuela que funcionaba con normalidad y durante el in-terregno
republicano se amplió su dimensión pedagógica. Así,
en 193 1, a petición de la logia, Benigno Ramos Martínez, en-cargado
de las cuestiones educativas, efectuó un informe acer-ca
del número de alumnos que concurrían a la escuela y su
nivel cultural. Por otra parte, en este mismo año acordaron 33
respecto a la educación:
1. Mantener la escuela popular que contaba con 32 alum-nos
con la nueva denominación de ((escuela de párvu-los
» y con dos horas de docencia. Establecer como
manuales los textos de la Escuela Moderna de Ferrer.
2. Ampliar una hora de clase para dedicarla a la enseñan-za
de adultos, especialmente para dar cobertura a los
obreros analfabetos. Para conseguir sus objetivos faci-litarían
el material didáctico a todos los adultos que
concurrieran y solicitarían una subvención al Ayunta-miento.
Emplearían como libros de lectura los libros de
la Escuela Moderna barcelonesa. Estos libros los adqui-riría
la logia y los prestaría o los vendería a precio de
costo al alumnado.
3. Incrementar la asignación y sondear la posible contri-bución
voiuntaria cie ios miembros de ia iogia. Ai au-mentar
la recaudación era posible contratar dos auxi-liares.
4. Publicar en la prensa local la convocatoria de plazas
escolares.
ji Comunicaciones de José Pascuai a ia iogia. Santa Cruz de Tenerife,
18 de julio de 1929.
j3 Informe sobre las escuelas, 9 de noviembre de 1931. PAZ SANCHEZ,
M. DE: Historia de la francmasonería ..., op. cit., p. 669.
Núm. 44 (1998) 487
14 TERESA GONZÁLEZ PÉREZ
Posteriormente, en 1935, nombró a otra comisión para que
confeccionara un programa de estudios a la vez que se solici-tó
información al masón que ejercía como docente. El maes-tro
Domingo Pérez Pérez manifestó que:
- Se impartía una enseñanza laica.
- Por razones cualitativas el número de alumnos no de-bía
superar la treintena. En aquel momento la escuela
contaba con 31 alumnos de edades comprendidas entre
los once y dieciocho años.
- Se debía ampliar el nivel educativo y constreñirlo al ni-vel
básico. Además estimaba que:
«Los niños ... tienen que conocer el origen de to-das
!as miserizs, egoismos y ambicimer, para que
logren com render el pnncipio de todas las grande-zas;
... En ? a escuela hay que realizar también una
labor impregnada de pacifismo, llevada a cabo con
sencillez y con emoción, para lograr comunicar la
verdad, el amor y la libertad íntima del espíritu a las
conciencias infantiles.
Una escuela de amor a la Humanidad y de odio a
la guerra.
Una escuela de fervorosa pasión por la justicia y
de profundo odio a la tiranía, el despotismo y a la
opresión.
Una escuela sin los antiguos procedimientos irra-zonables
de rutinas y de servidumbres, que no entra
cosa es lo que pretenden los que combaten la escue-la
laica)) 34.
Dentro del programa escolar el maestro incluyó las mate-rias
de Gramática. Caligrafía, Lectura, Dictados, Aritmética,
Geografía, Geometría y una serie de conferencias como parte
integrante del currículum escolar.
Una vez estudiado el plan de trabajo escolar por la comi-sión
se establecieron los siguientes acuerdos:
34 Comunicación a la logia del maestro masón que regentaba la escue-la,
Santa Cruz de Tenerife, 15 de abril de 1935. Cfr. por PAZS ANCHEZM, .
DE: Historia de la francmasonería ..., op. cit., pp. 667-668.
MASONER~A Y EDUCACI~N EN CANARIAS 15
1. Calendario escolar: Horario de lunes a viernes de 18,30
a 20,OO horas. Vacaciones estivales en agosto, Navida-des
y fiestas establecidas por el gobierno republicano.
2. Fin de la escuela, «co&batir. el analfabetismo».
3. Dos conferencias mensuales referidas a las ideas laicas
y liberales, con el objeto de formar ideológicamente a
los alumnos.
4. Matrícula máxima de 30 alumnos, teniendo preferencia
los obreros adultos e hijos de masones de cualquier
edad.
5. Riguroso control de asistencia del alumnado.
6. Facilitar el material escolar.
7. ' Cooperación de la comisión escolar con el maestro.
En 1936 la comisión escolar la cornponiari:
- Juan Díaz García (un comerciante que había ingresado
en 1929 y era maestro de ceremonias).
- José López Marrero (Güímar, 4-X-1906, oficial de Ha-cienda
ingresado en la logia en 1936).
- Emiliano Martín Hernández (La Palma, 8-11-1897, co-merciante
miembro con fecha de 1935).
- Manuel Cabrera Domínguez (Arrecife, 24-11-1902, em-pleado,
1935).
Sin duda, la logia Añaza no sólo fue el taller más impor-tante
de Canarias, sino que destacó a nivel educativo por la
constitución de un centro escolar. La escuela de esta logia
contó con un buen número de alumnos y fue especialmente
próspera durante el período republicano. Los postulados de
Ferrer y la Escuela Moderna sirvieron de modelo para regir
sus enseñanzas. Ciertamente, la masonería intentaba divulgar
su ideario y la mejor forma era a través de la educación, pues
posibilitaría el cambio de mentalidad, sustituyendo la ignoran-cia
y las trabas religiosas por una conducta liberal y laica.
Núm. 44 (1998)
16 TERESA GONZALEZ PÉREZ
2. La educación en otras logias insulares
a) La logia Añaza núm. 1
El taller de Santa Cruz, la logia Añaza núm. 1, sufrió va-rios
conflictos que fueron denunciados al Gran Consejo de la
Gran Logia Española en 1926. Entre los conflictos generados
se encontraba el relativo a la escuela y su maestro. El miem-bro
Amós García se había ofrecido gratuitamente a regentar
las clases y fue rechazado frente a un profano titulado al que
había que abonarle un sueldo. No osbtante, en la escuela noc- a
turna de este taller el maestro no demostraba su aptitud pe-
E dagógica. El maestro no era masón, un profano que había sido O
expulsado del magisterio y que no regentaba la escuela de la n - m logia debidamente, de acuerdo con los principios masónicos 35. O E
La conducta había sido tal que el número de alumnos descen- E
2
dió y se habían producido denuncias de alguno de sus herma- E
nos. La educación que impartía en la escuela nocturna trope- 3
zaba con el ideario educativo masón, pues incluso efectuaba -
alusiones a la religión católica, refiriendo que los alumnos que 0
m
E
concurrían a sus clases diurnas eran hijos de familias cató- O
licas. n
E
a
b) La logia Acacia del Puerto de la Luz (Gran Canaria) n
En Las Palmas también la masonería se ocupó de la edu- 3
O
cación. Así, la logia Acacia del Puerto de la Luz 36 en su regla-mento
interior especificaba que:
«Su objeto es combatir la ignorancia constituyendo un
centro de enseñanza mutua, ilustrando y protegiendo a
SUS miembros ... » 37.
35 PAZS ANCHEMZ,. DE: Historia de la francmasonería ..., op. cit., p. 637.
'"bid., p. 730.
37 Artículo 2 . O del reglamento interno de la Respetable Logia Acacia del
Puerto de La Luz, año 1933.
MASONER~A Y EDUCACI6N EN CANARIAS 17
En definitiva, el pensamiento pedagógico de la masonería
canaria recibió el influjo de los pedagogos innovadores y de
la propia Institución Libre de Enseñanza, pues recogieron la
idea básica de la educación y la cultura como elemento sus-tancial
para conseguir el progreso. Si bien es cierto que unas
logias más que otras desplegaron una intensa actividad ins-tructiva,
confiaban en la evolución técnica para conseguir
la perfección de la humanidad, siendo la necesidad de
desarrollar el conocimiento científico inherente a la instruc-ción.
Después de haber trazado unos rasgos elementales sobre
la política educativa de la masonería canaria, se pueden es-tablecer
al menos unas sencillas conclusiones. La masonería
canaria del siglo xx, de obediencia española, se interesó por
las características específicas del Archipiélago, llegando inclu-so
a funcionar con autonomía. Frente a la riqueza de su
actividad político-ideológica y a la importancia de sus presu-puestos
progresistas, su actividad cultural y educativa resul-tó
una cuestión marginal. Tanto a nivel cultural como edu-cativo
la masonería isleña tuvo una proyección más reduci-da.
Los logros a nivel educativo fueron escasos y poco signi-ficativos
en la sociedad insular, pese a que su organización
gozó de un espectacular relieve en determinados momentos
históricos.
La iabor educativa de ia masonería isieña se proyectó du-rante
el primer tercio del siglo xx, amparada en los pos-tulados
pedagógicos de ilustres pensadores. Los talleres
de Santa Cruz de Tenerife, especialmente la logia Añaza
núm. 270, fueron los que más se interesaron por las cues-tiGnes
escG!ures y d9txGn c-ntrgs edUcutit~Gpsf ih!iC9c
de se pretendía impartir una enseñanza racional y científi-ca.
En este sentido, el ideario de Ferrer i Guardia fue divul-gado
entre sus principios educativos. En el resto de las is-
Núm. 44 (1998) 49 1
18 TERESA GONZÁLEZ PÉREZ
las el papel educativo de la masonería fue más restringido.
No obstante, nuevos estudios pueden arrojar planteamientos
diferentes. La masonería canaria sufrió un colapso tras la
guerra civil y la consiguiente represión desatada con la dic-tadura
del general Franco.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS