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EXPóSITOS E ILEGfTIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII POR MANUEL LOBO CABRERA y MARfA JOSR SEDILES GARCÍA El estudio de las clases sociales marginadas, también llama-das por .algún autor desheredados ', ha ido poco a poco en-sando la lista de la historiografía europea desde hace unas dé-cadas, en especial los trabajos realizados por autores franceses '. - - 1 M. FERNÁNDEZ ALVAREZ: Esf3aña y los espa7ioles en los tiempos mo-dernos, Salamanca, 1979, pp. 78-79. Tambien este autor se ocupa de los expósitos en La sociedad espa5ola del Renacimiento, Madrid, 1974, pági-nas 161-174. C. DELASELLE«L: es enfants abandonnees S París aux wme si6cle», en Annales E.S.C., enero-febrero, 1975, París, pp. 187-218; A. MOLINER: ((Enfants trouv&, enfants adandonnees et enfants ilegitimes en Langue-doc aux ~ I etI w m e si6cles», en Societé, Demograpie Historique. Hom-mage a M. Reinhard, París, 1972; F. LEBRVN: ((Naissances illegitimes et abandons d'enfants en Anyou au xvme si8cle», en Annales E.S.C., 27, Paris, 1972; ({Demographie et mentalites: le mouvement des conceptions sous SAncien Regime)), en Annales Demographie Histdrique, París, 1974, pp. &=SO; V. E. Pmm: :"e new ncrM cf chi!Ure:: Fz eigkxnth CentUxy Englandn, en Past anü Present, 67, 1975, pp. 64-95; Enfants et societ&, núm. especial de Annales de Demograpie Histdrique, París, 1973; A. CHA- ~ o v x :({ L'enfance abandonnée 6 Reims á la fin du xvne siécle)),e n A n w les de Demographie Histórique, París, 1973, pp. 263-285; h. D~AUSE: Historia de la infancia, Madrid, 1982; P. BARDET(:( Enfants abandonnes et enfant assistés S Rouen dans la seconde moitie du xvme sidclen, en Hom-muge a M. Reinhard, Paris, 1973, pp. 19-48. 2 MANVJ3L LOBO CABRERA Y M A R ~ A JOS$ SWILES GARCÍA En España el estudio de estos grupos, algunos discriminados por razones de religión y raza, se ha ido incorporando a la mis-ma línea de publicidad, lo mismo que aquellos marginados de la sociedad por razón de su nacimiento o por pobreza. En este ú1- timo caso y para el caso que nos ocupa nos referimos a los ex-pdsitos e ilegítimos. Representan una de las facetas, sociológica-mente hablando, más interesantes de la natalidad en el período preestadfstico. Así lo demuestran los trabajos realizados sobre el tema, especialmente aquellos efectuados con fuentes que so-brepasan las informaciones aportadas por los libros de bautis-mos. En este sentido son dignos de señalar los trabajos de Al- a N varez Santaló, T. Eyido; E. Roel, Chacón y Testón para Sevilla, E Valladolid, Galicia, Murcia y Cáceres, respectivamentes. EO - Hacemos hincapié en esas fuentes porque permiten no s61o realizar un análisis cuantitativo, sino además cualitativo, al E E posibilitar un acercamiento a aspectos tales como entrada de E los niños en la cuna, su reparto entre las amas de cría, el ves- - tuario que llevan al ser abandonados, las cédulas que los acom- 3 - pañan con indicación de todo tipo como nombre, días de naci- - 0 m do, relación con sus progenitores.. . En Canarias no contamos E con estudios de este tipo, salvo excepciones ', que investiguen n -E C. ALVARESZA N TAL^: ({La casa de expósitos de Sevilla en el si- a 2 glo xwrn, en Hispania, anexos, 7, Madrid, 1977, y Marginacidn social y nE mentalidad en Andalucia Occidental: Expósitos en Sevilla (1613-1910), n Sevilla, 1980; T. EGIDOc:t Aportación al estudio de la demograffa españo- 3 O la: Los niños expdsitos de Valladolid (siglos XVI-XVIIeI~n , I Jormdas de Metodología Aplicada a las Ciencias Histdricas, 111, Santiago de Com-postela, 1975, pp. 333-345; A. EIRASR OEL:« La casa de expósitos del reai hospital de Santiago en el siglo xvrrr», en Boletin de la Universidad de Santiago, Santiago de Compostela, 1967-1968, pp. 295-355; F. CHACÓN: LOS murcianos del siglo XVII. Evolucidn, familia y trabajo, Madrid, 1986, es-peciaimenie ias pp. 67-99; 1. 3 ~ 1 N6~-~Ñi z. Amor, sexo jj iruitrtíiio~ie~ii Extremadura, Badajoz, 1983, pp. 224-252. J . F. MA R T ÍN RUIZ y M. C. DÍAZ RODR~GU«ELZa: natalidad ilegítima en la formación social canaria: las repercusiones de la emigración ame-ricana)), en V Coloquio de Historia Canario-Americana (1982), Santa C m de Tenerife, 1985, t. 1, pp. 203-218; J. M. SANTANy AM . E. MO N Z ~PNE RDO-MO: ((Beneficencia en Lamarote)), en 111 Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura y Lanzarote, Puerto del Rosario, 1987 (en prensa). 160 ANUARIO DE ESTUDIOS Al'Lh4TfC:OS estas variantes. Primero porque, en el caso que nos ocupa, no tenemos ese tipo de fuentes, al menos para Gran Canaria y para el siglo XVII. Sabemos que la cuna de expósitos fue creada.en el año 1647, en el antiguo hospital de San Martín de Las Palmas, por auto del provisor don Pablo Gutiérrez de Sotomayor; du-rante el mandato episcopal de don Francisco Sánchez de villa-nueva y Vega s. Dicha cuna fue establecida con el fin de prevenir, en palabras de Viera y Clavijo N.. . las desgracias que se experimentaban con estos inocen-tes, pues los encontraban pendiente de los cerrojos' de las -puertas, o arrojados en las plazas, siendo alguna vez mor-didos por ios brutos ))e. Cuidaban de ellos los curas del Sagrario, seis meses cada uno, para cuya crianza contaban con algunas partidas de la mi-tra episcopal y capitular, de la fábrica de la Iglesia y de lo que se ofrecía el Viernes Santo. El origen de la administración de los curas de la Casa-Cuna estaba, por lo visto, en una encomienda de 1647 hecha por la Vicaría General, teniendo tanto vigor que por el s61o hecho de ser curas del Sagrario eran administradores La creación de la cuna o torno de San Martín, como también se le llama, se confirma en las propias partidas de bautismo, pues en 20 de abril de dicho año se anota en los libros un niño de nombre Gregorio, al que se añade «ser el primer expósito de la cuna del hospital de San Martín)}. En el propio Cabildo Cate-dral también se recoge este hecho, en especial en el celebrado el jueves 23 de mayo de 1647, donde se señala «En este cavildo se confirió sobre el patronazgo de la cuna de expósitos se dio un recado al señor canónigo magistral J. BOSCBM ILLARESE: l hospital de San Martín, Las Palmas, 1940, p. 262. 8 J. VIERA Y CLAVIJON:o ticias de la Historia General de las Islas Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1967-1971, vol. 11, p. 696. Archivo Diocesano de Las Palma@; leg. Hospital de San Martín, pa-peles sueltos. Respuesta de los curas .,a una pregunta sobre el origen de tener los curas la administración de la cuna, en 15 de octubre de 1785. Núm. 34 (1988) 16i en que le agradezca mucho (al provisor) de parte de este cavildo este cuidado que pone y la buena obra que su mer-ced disponga de suerte que el cavildo no entre en esta ad-ministración y ayudará en quanto pueda para. continuar tan santa obra como siempre lo ha hecho con sus limosnas y que assi se lo represente al señor provisor)) Hasta aquí las únicas noticias que tenemos al respecto sobre la cuna en el siglo XVII, por lo cual hemos de contentarnos con los libros de bautismo. Libros que con todos los problemas que entrañan han sido valiosísimos para estudiar estos grupos de poblacidn. Nos hubiese gustado analizar la duracidn de la vida de &m nz-_ñ_ns, pero n~ fue posale consialar e1 i i ~ i glj&~ g de difuntos existente en la parroquia matriz y única de Las Pal-mas en el siglo XVII, custodiado en el Archivo Diocesano de Las Palmas,. que se inicia en 1667, al estar retirado de su consulta al público por el mal estado en que se encuentras. No obstante la información que arrojan los libros de bautis-mo es suficiente y rica para el objetivo que perseguimos, al me-nos desde el punto de vista cuantitativo, pero claro siempre de-seamos más, especialmente entrar de lleno en el antilisis cua-litativo, aunque no renunciamos a él. Por ejemplo, nos hubiese ineresado saber, además de la fecha del bautizo, la de todos los nacimientos registrados, aunque se nos da en un porcentaje Archivo Catedral. ~ibro 17 de acuerdos desde 1647 a 1653, f. 24 r. «~e cadod el señor provisor sobre el patronazgo de la quna de expósítos.)> Archivo Diocesano de Las Palmas. Libros sacramentales de la an-tigua parroquia del Sagrario. Los consultados para el presente estudio son los de bautizos siguientes: Libro VI : del 1-1 de 1588 al 19-1X de 1612. Libro VI1 : del 1-X de 1612 al 20-VI1 de 1625. Libro VIII: del SO-VI1 de 1625 al 12-X de 1643. Libro IX : del 18-11 de 1643 al 19-IV de 1654. Libro X : del 20-IV de 1654 al 12-1 de 1664. Libro XI : del 15-1 de 1664 al 16-VI de 1674. Libro XII : del 16-VI de 1674 al 27-XII de 1682. Libro XIII: del 27-XII de 1682 al 11-IX de 1689. T.;T.,.,-, YTTT : AOI I TV A- YCOO -1 n TT 2,. lcno YIVlV 4 Z I V UGI AV'ILL U- lVUil -1 i I - L I UG &USO. Libro XV : del 1-XII de 1693 al 2-V de 1695. Libro XVI : del 3-V de 1695 al 8-X de 1703. 162 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTILIDS nada despreciable la edad aproximada de los inscritos. Sin em-bargo, en general, y de acuerdo tanto con las disposiciones sino-dales del obispo don Diego de Muros, publicadas a fines del si-glo xv lo, como por los propios decretos de Trento, los asenta-miento~ son bastante minuciosos dentro de la norma. En las partidas de expdsitos y de ilegítimos, el párroco de turno recoge todos los datos a su alcance del bautizado: nombre, sexo, lugar de exposición, si era bautizado o sdlo se le daban las bendicio-nes por haber sido ya cristianizado en su casa, conocimiento o no de los padres. De éstos se recoge el"conocido, bien padre o madre, y se señala cuando son hijos naturales o habidos fuera del matrimonio. Finalmente se reseña la edad y los padrinos. anotando de éstos el nombre, oficio, condición social, vecindad. Por otra parte, es de señalar las limitaciones de estas fuen-tes al registrar niños, tanto ilegítimos como expósitos, no na-cidos en el ámbito jurisdiccional ni de la ciudad ni de la parro quia, que son traídos a ella desde otros pueblos e incluso desde otras islas. Las cifras por ello obtenidas pueden estar sobrevalo-radas desde el momento en que muchos expósitos nacidos en el campo son depositados a la puerta de la iglesia o en el torno de la ciudad, y bautizados en la parroquia del Sagrario. En espe-cial si tenemos en cuenta que estos niños son el fruto de amores clandestinos, o son abandonados por sus padres a causa de su miseria. Como es obvio, la ciudad presentaba otras expectativas. También, aunque en muy pocos casos, nos encontramos con niños nacidos en otras islas, traídos por sus madres desde ellas, que son bautizados en Las Palmas. En 1497 el obispo Muros en sus constituciones sinodales «Manda que. el .día que fuese promulgada esta nuestra ordenanza en treinta días.. . los mayordomos de las Iglesias . . . sean obligados de facer un libro ... es-criban sii propio rioqbre, mies e afio,.e nünbre de ia criatura que bautiza, e de su padre, e de su madre, e si no habidos por legítimos marido e mu-ger, e los nonbres de'los padririos e de las madrinas)). Vid. J. M. ZUAS-NAVAR Y FRANCIA: Compendio de la Historia de Canarias, Madrid, 1916, pp. 70.71. Asimismo en 30 de octubre de 1652 y en el libro de bautizos correspondiente el obispo don Rodrigo Gutiérrez de Rosas a la vista del libro da normas claras sobre como tienen que hacerse los asientos. Li-bro de bautizos IX. f. 363 r. Núm. 34 (1988) 1 63 Aun con estos condicionantes, además de otros como oculta-ciones, fallos y otras causas, algunas motivadas por rebatos pi- .ráticos, como el que se recoge en 1617, según se registra en el libro correspondiente ({En 22 de septiembre de 16 17 años hubo un rebato por aver tomado la isla de Porto Santo moros expulsos de España y flamencos de su liga, y por esta cauza, el cabildo de Cana-ria eclesiático mandó se sacase e1 tesoro de . . . (roto) . . . y los libros del bautismo y en este tiempo . . . (roto) . . . en un quaderno mientras este libro . .. asenté seis bautismos en las dos' fojas siguientes que estas...)), a N las cifras pueden'considerarse como válidas, si tenemos en cuen-ta el desconocimiento del tema. Las deficiencias, por otra parte, no hay modo de subsanarlas al no contar con datos m& fiabbs, ,especialmente en este período preestadístico. En cuanto al método aplicado es el normal en este tipo de trabajos. Es decir, considerar válidas las fuentes y su propio carácter representativo, en especial para estos grupos deshereda-dos, poniéndolos en relación con el total de bautizados. Así el recuento se ha hecho aAo a año, contando el total de cristianiza-dos y comprobar la frecuencia mensual de los expósitos e ilegíti-mos para ponerlos en relación con el mes de la concepción. Con tales cifras hemos elaborado series completas, cuadros pormeno-rizados y gráficas para, a partir de ellas, establecer los porcen-tajes de los grupos estudiados en relación al conjunto de bau-tizados. Con las graficas intentamos poner en relación el total de na-cidos con los expdsitos e ilegítimos y poner de relieve el peso de los mismos dentro de la sociedad palmense. Además nos per-mite observar la composici6n por sexos de estos grupos, y es-tudiar las posibles causas del abandono de niños de uno u otro sexo. También las puntas e inflexiones de la curva y ponerlas en reTaci6n con sus posibles causas. Por otra parte, y con respecto s61o a los ilegítimos nos han permitido estudiar las distintas variantes en donde o no se co-nocen los padres, o s61o el padre y la madre de manera indistin- 164 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS ta; tambi6n nos informan de los hijos naturales e incluso de aquellos concebidos ilegítimamente fuera del matrimonio. Finalmente y en relación al análisis cualitativo nos ofrece la posibilidad de estudiar el por qué de los nombres impuestos a estas criaturas. 1. EL BAUTISMO La preocupación en los paises católicos por la imposición del sacramento del bautizo a todos los fieles recién nacidos era evidente, pues sin él no era posible la salvación, ya que conseguía limpiar el pecado original y el perdón de los demás. La necesidad 3- --L- 2.- L:-- ---:Ll- -..- -2- -7-:- - 7 ue e > ~ aea l ; ~ a ~ ~ l1e1~1,líu~p wua 1ult: que ~UCLUUUa lgui ......A-- IULLU al iiaLt;l tenía dificultades para poder sobrevivir era bautizado en el acto bien por la partera que atendía a la madre como por cualquier otra persona, y posteriormente si sobrevivía al eminente peligro era llevado a la iglesia a recibir óleo, crisma y bendiciones. La norma era generai para bautizar a cuaiquier niño en ei archipiélago canario; de acuerdo con las sinodales del obispo Murga se preveía que el sacramento no se dilatara más del octa-vo día, después del nacimiento ll. No obstante, con los expósi-tos, igual que con otros grupos marginados los prelados pusio ron especial cuidado e incluso los reyes, quienes procuraban que el bautismo se cumpliera con rigor. De hecho, los Reyes Ca-tólicos cuando deciden fundar en Santiago de Compostela un hospital para recoger a estas criaturas ponen énfasis en este apartado cuando dicen «. . . no había en todo el Reino disposición, ni providencia para criar y educar los Niños expósitos, siendo más sensi-ble la pérdida de sus almas por falta de Bautismo que la de su vida por la del sustento.. . )) 'l. Preocupación similar sintieron en Canarias los obispos, por esta causa, hasta tal punto que en sus sinodales el obispo Murga l1 C. DE LA CAMARA Y MURGA: Constituciones Sinodales del Obispaüo de Ea Gran Canaria ... por el doctor ..., Madrid, 1634: A. EIRASR OEL: art. cit., p. 303, nota 13. Núm. 34 (1988) 165 titula el capitulo 9 «De los niños expósitos)); y recoge en él lo siguiente «Por la malicia, o ignorancia puede suceder que los niños expbsitos, aunque traygan cédula de bautismo, de verdad no están bautizados. Y porque sería grave dexar su salva-ción en duda, conformindonos con los sagrados cánones, S.S.A. mandamos, que los bautizen debaxo de condición, si por otro camino más que la cédula no constare del bau-tismo, pues no es tememaria esta diligencia, sino piadosa, para la seguridad de la vida eterna)) lS. Como se ve, esta era la preocupación principal para con unos niños condenados casi desde su nacimiento a la muerte, más ésta podía ser reconfortante si contaba con su salvación. Por ello algunos eran bautizados casi al unísono con el momento de la exposición, como la niña Isabel, expuesta el 20 de febrero de 1647, a la noche, y bautizada a esa hora. Las admoniciones de los prelados hicieron su efecto y nor-malmente los niños expósitos eran bautizados en la primera se-mana después de su natalicio, en especial después de la creaci6n de la cuna en 1647. Anteriormente apenas si se toma en cuenta la fecha del nacimiento, salvo en muy contados casos. Entre 1647 y 1674 comienza a aparecer con mayor asiduidad el dato, y a par-tir de la última fecha se nota mayor frecuencia, recibiendo los niños e1 agua bautismal entre el primer y tercer dia después de su alumbramiento, salvo excepciones. Muchas veces aparecen expuestos bastantes días después de nacidos, a los 20, 30 y hasta En rlínc nn iinne ngcnc u" urruu urr ruiuu vuuvv, TJT nunrr nv vtrrnvcv eu"n ny rrvnAlnu ni ru~~w9w ~I UrAliLrVinL Ic Im ILnVLcIeVYc, l l a A*" gando al caso extremo de nueve, como un niño expuesto el 23 de noviembre de 1689 que fue bautizado a los cinco meses después de nacido. Aquí indudablemente el retraso se debía, quizá, a la fecha de exposición, bastante tiempo después de haber venido al -~.--iA~- ui lu-uA,+ :--nAn C n l rrn- nnr l n -ri;etnirnin A n lo mo i l r a a n k o n iiiuúivaua, bar VGLI, FUI La AGUIUUOII~ILI~ U- ILC IIIL.UIC~ LY au4i11- donarlo, aunque el hecho de que no tuviera agua de bautizo se 19 C. DE LA CAMARAY MURGA0:1) .c it., fol. 84v. Este mismo capítulo fue recogido en el siglo XVIII en las Constituciones SinodaIes del obispo don Pedro M. Dávila y Cárdenas. 166 ANUARIO DE ESTUDIOS, ATLANTICOS podía deber a que producto de sus amores ilícitos lo tuviera oculto. En oposición a los expósit.os, los ilegítimos presentados siem-pre en la iglesia por alguna persona cercana a ellos son inscritos por el cura de turno, haciendo expresión de los días de nacido. Predominan aquellos bautizados entre el cuarto y el sexto día de nacido, y abundan los expresados con la variante ((de padres no conocidos», al octavo día. En cambio, los legítimos compa-recían a recibir el bautizo entre el quinto y el octavo día. Con respecto a la fiabilidad del sacramento recibido fuera del seno de la iglesia por peligro, los curas del Sagrario tenían u w ru .I*u.rlunmauz , iln nn-,a.rrln nfin l n m~nnlnmnr lnm n -1~ n hi~nní % r n ~ v ~ UG auubruv uvri rv yrvvruiruruv yvr UVLU~V VUI-~UAU y Murga. Así, tanto se tratara de expósitos como de ilegítimos, tenían cierta cautela tanto con las anotaciones indicadas en las cédulas que acompañaban a los niños como con las personas que atestiguaban su bautizo. Así, a un legítimo llevado a la igle-sia con dos años de edad, se le vuelve a echar agua ((sub condi-tione por no haber podido aver racón de averle echado agua)), lo mismo que a Alberto, expuesto a la puerta de la Iglesia en 24 de febrero de 1674, a quien se bautiza «sub conditione)) por haber traído una cédula que aunque decía que tenía ya agua, 'parecía ((no ser la dicha cédula auténtica)). En otros casos se acepta el que le hubiesen echado agua en casa las comadres por necesidad y temerse de sus vidas, y sólo se le aplican las bendiciones cuando son llevados a la iglesia. Así, a la niña Isabel, expuesta en agosto de 1618 se le mantiene su nombre y no se le vuelve a bautizar porque ((truja un escripto que desía ya tiene agua y se llama Isabel)). En cambio, a Esteban, a pesar de haber dicho que tenía ya agua, se le volvió a bautizar por no estar cierto. -A - v.e - c-e -s - ., y n- -c -a-- s- i -n -n -- a- -l -m - -e - -n - -t ,~ a. lgunos nii3ns son presentados en la Iglesia con bastante posterioridad al de su nacimiento, como Antonio, hijo de padre no conocido, llevado a la iglesia del Sa-grario en 1631, de quien se dice ((Por quanto se le echó agua en casa y por descuido de quien lo criaba se trajo a la pila de edad de nueve años y quatro meses)). Núm. 34 (1988) 167 Estos casos también se suelen dar cuando los nülos nacen en otras islas y luego son traídos a Las Palmas. En 1634 Antonio, hijo de padres no conocidos, es llevado a la iglesia con dos años, y se añade ({recibió agua en la isla de Fuerteventura al tiempo que nació por el peligro que tuvo». En estos ejemplos de niños sin ningún representante legal, pues en expresión de Lebnín {(el expósito era una persona por definición sin pasado>>'* , aunque hubiese culpables por el retraso en su presentación en la iglesia no eran cuestionados, sin em-bargo, cuando se conocía a su madre o padre, se les solía amo-nestar, así cuando se anota en el libro de registro a la niña Josefa, en noviembre de 1692, como hija de Barbola de Loreto y de padre no conocido, se señala que fue bautizada en su casa. por necesidad, y fue llevada a recibir las bendiciones de tres años y ocho meses, siendo la causa de la dilación el descuido de la madre. Finalmente tenemos algún caso donde en la cédula que acompaña al expósito además de indicarse su nombre y de con-firmarse que tenía agua, se añade que la persona que le había bautizado había dicho las palabras formales, para que no hu-biese duda de su cristianización en regla. En el caso de los esclavos, fruto de relaciones ilegítimas, no existían diferencias con respecto al resto de la población, por-que además del cuidado que pusieron algunos prelados en este asunto, los propios dueños se encargaban de presentarlos en la iglesia para confirmar que eran de su propiedad. 2. LOS NOMBRES Las normas del bautizo como los nombres y los padrinos los estuciiamos conjuntamente, porque consideramos que estos elementos son comunes, tanto a los expósitos como a los ilegíti-mos. Sobre la imposición de los nombres no existen nomas fijas, y obedecen a vanos factores: al capricho de los curas, a la coincidencia entre el bautizo y el santoral cristiano, al nom- F. ~ R U N N: a issances ..., art. cit., pág. 1188. 168 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS bre de los padrinos, a la nominación que aparece en las cédulas que acompañan a los niños abandonados y, por último, al nom-bre de los dueños para el caso de los esclavos. En este postrero caso también hay que señalar cómo sus nombres solían coin-cidir con el de los reyes que gobernaban el pals o con el de sus hijos. Con respecto a su nominación, en general, lo corriente .era que al neófito se le regalara un nombre simple, que recorría todo el martiriologio. Casos de apellidos apenas si aparecen regis-trados en los libros, salvo en el caso de los esclavos, que lo re-ciben prestados en un gesto de generosidad de padrinos y due- 50s. Suelen dominar apellidos referentes s santos n s cnnnnti ciones divinas como María de la Resurreccidn, Manuela del Es-píritu Santo, Pedro de la Encarnación.. ., pero especialmente se-ñorea el «de la Iglesia)), o el de Santa Ana, en atención a la pa-trona de la catedral de Las Palmas, o de San Martín, en relación al lugar donde está ubicada la cuna. La coincidencia entre el nombre del padrino y del neófito es manifiesta, tenienao en cuenta la relación de parentesco entre ~mboss,e gún las disposiciones canónicas, advirtiéndose del mis. mo al padrino. Es más comúnl sin embargo, la relación entre la fecha del bautizo y el nombre impuesto al recién nacido: en enero, San Sebastián; en junio, San Juan y San Pedro; en marzo, San Jose; en julio, Santa Isabel, Santa Ana y Santa Marta, aunque tam-bién aparecen estas nominaciones en meses distintos a la cele bración de la fiesta. En ocasiones y cuando los neófitos vienen acompañados de cédulas .se les mantiene el nombre indicado en la misma, como el niño expuesto a ia puerta de la catedral en viernes 22 de mayo de i620, a las i i de ia noche, ccqüe tmjo trn escripto que esWia baptisado y se llamaba don Carlos»; aquí incluso se le mantiene el tratamiento, lo que hace pensar en la importancia social de uno de sus progrenitores dentro de la sociedad isleña, lo mismo que doña Magdalena Sarmiento, hija natural del capitán don Diego Sarmiento, alguacil mayor de la Inquisición. Sin embargo, otras veces los curas no hacen caso al nombre que viene escrito Núm. 34 11988) 16Cl en la cédula, y le imponen otro, como a la expósita bautizada en septiembre de 1630, a quien, a pesar de haber traído un papel donde se indicaba que se llamaba Merenciana, se le impone por nombre Catalina. También es cierto que, a veces, no se le cambia el nombre por capricho, sino que la cédula aparece con poste rioridad a la imposición del sacramento. Cuando esto sucede en las partidas se anotan los dos nombres, para que no haya duda de que se trata de la misma persona, ante la posibilidad de una futura búsqueda, así Casilda, expuesta en el torno y bautizada el 8 de noviembre de 1693, ((después de bautizada leí un papel que traía en que decía llamarse María de Gracia, anótolo para y&= bidscare 2 !a &ichu nK~ri,rls & Grucia sep&q es !u &ha Casilda)). 3. LOS PADRINOS Los padrinos son una figura de obligada presencia en cual-quier bautizo, tal como preveían las normas eclesiásticas; los niños expósitos e ilegítimos no iban a ser menos, pero existen variantes entre unos y otros, así mientras los expósitos tienen como padrinos, normalmente, a hombres de la Iglesia, o relacio-nados con ella en función de sus oficios, que van desde dignida-des a curas, pasando por canónigos, racioneros, sochantres, pres-- bíteros y clérigos, los ilegítimos tienen por tales a seglares, algu-nos con cargos importantes en la administración, como oido-res, regidores, abogados, procuradores, licenciados.. . , otros re-lacionados con profesionales liberales como cirujanos, escriba-nos y notarios; artesanos, estudiantes, mercaderes, y soldados, también apadrinan a estos niños. Sin embargo, son los mozos de coro de la catedrd los que predominan en su padrinazgo, especialmente de los niños expó-sitos, alcanzando algunos verdaderos records en cuanto al nu-mero de niños que apadrinan. También figuran como padrinos esclavos, tanto de los expó-sitos como de los ilegítimos de su misma condición. Aunque en este grupo los que figuran como padrinos son en la inmensa m& yoría o sus dueños o amigos de éstos, personajes de especial re levancia dentro de la sociedad isleña. . . 170 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Lo no& es que el padrino sea una sola persona, aunque hay excepciones a la norma, así en algunos casos figuran como padrinos un hombre y una mujer. Algún ejemplo es esclarece-dor. La niña Tomasa, bautizada en 1609, cuyos padres no se conocen, tiene por padrinos a Juan de Bracamonte y a su mujer doña Luisa de San Juan, con la particularidad adem& de que se cría en su casa. Normalmente se suele asociar al expósito con un niño de ori-gen ilegítimo, también se le define a priori como «una persona sin pasado)) 15, siendo contemplado casi siempre, dentro de la, problemiitica de su origen, como fruto de relaciones extramatri-moniales. No obstante, esta visión no contempla toda Ia dimen-sión del problema, porque los expósitos pueden proceder tanto de nacimientos legítimos como de ilegítimos. En el primer caso hemos de tener en cuenta que muchos niños eran abandonados por problemas económicos tales como sequías, fuerte emigración, muchos hijos, hambres.. . que impe-dían a sus padres darles una normal alimentación, abocándolos por lo tanto a desprenderse de ellos esperanzados en que bien en la cuna o en una futura adopción pudieran tener mejor por-venir. Es muy difícil diferenciar los legítimos de los ilegítimos, pues en las partidas, única fuente con la que contamos, el laco-nismo es patenteI6. En algunas cédulas que acompañan a los niiios se visliimdra 11~rn-os de estos CISGS CG-EG, p g ejem)!~, el de la niña bautizada en marzo de 1639 en cuya cédula se dice: «A esta niña le echamos agua cuando nació, es hija de bue nos padres.)) '= frlsz. le Sobre este particular es de reseñar el intento metodológico para conocer la procedencia social de los expósitos llevado a cabo por C. AL-VAREZ SANTALO((:E nsayo metodológico: posibilidades de evaluación del nivel de ilegitimidad de los expósitos a trav6.s de la valoración de su ajuar como exponente del gmpo social de procedenciai), en Actas I Con-greso Historia de Andalucía. Siglo XVIIZ, Córdoba, 1978, pp. 61-71. Núm. 34 11988) 171 Casi podriamos asegurar :que aquellos niños expósitos que son abandonados con una cédula en donde consta su no~mbre sean fruto de relaciones legítimas y el nombre pueda ser toma-do como pista para que en el caso de ver superada su situación económica, recuperar al hijo y reconocerlo como legítimo. También se ha incidido en el carácter de picaresca que podía tener la exposición, en el sentido de ser luego recuperado por sus madres como ((amas de cría)) para así tener un salario. De algunos de estos niños abandonados por sus padres debi-do a su precaria situación económica, se descubre a sus proge-nitores por lo cual son devueltos por la justicia a los mismos como la niña María, expósita en la cuna en 1676 de quien se dice: «Esta María es hija legítima de Matías Gutiérrez y de Juana Cabrera, naturales de Fuerteventura, que le habían echado en el torno y por la justicia se le entregó a su padre en 10 días del mes de octubre de 1676 año.)) Tampoco debe olvidarse aquellos niños traídos de zonas agrí-colas deprimidas e incluso de otras islas. El hambre en Fuerte-ventura durante el siglo XVII fue acuciante, motivando la emi-gración de muchos hambrientos a Gran Canaria; es muy posible que muchos hijos de éstos fueran expuestos nada más llegar a Gran Canaria para paliar su ya gravosa situación económica. En el segundo caso encontramos a aquellos niños fruto de relaciones ilegítimas, que pensamos ocupan el mayor porcentaje. Es lo que se llama niños abandonados por ((cuestión de honor)); &tos son exp~estnsS ~Im? & que 10s identifiquej aunque al--as partidas informan o dan pistas sobre ese aspecto. En Canarias esta situación es normal como resultado de estar ubicadas las Islas en un lugar de paso, además de la fuerte emigración pro-ducida durante el Antiguo Régimen, aunque también la propia estmctUra ec~~iSmimhc ide es e!b; de hedm y en virtud de estas características algunos autores han considerado al Archi-piélago como uno de los lugares de más ilegitimidad dentro del territorio nacional 17. 17 M. LIVI BACCI:F ertility and nuptialy changes in Spain f rom the 172 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS MPÓSITOS E ILEG~'IMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII 15 Algunos ejemplos pueden ser significativos, como el que re-coge la partida registrada el 30 de diciembre de 1648 de una niña llamada Inés, que fue abandonada con una cédula que de-cía: ((Críese bien que será bien pagada)) o el caso de otro en cuya cédula figura que se llama {{Don Carlos)) lo cual indica el origen preeminente del expósito. También la ciudad de Las Palmas servía de refugio providen-cial para exponer niños fruto de amores ilegítimos en el campo o en otras islas, pues un modo de escapar al deshonor era des-hacerse del recién nacido en lugares donde no eran conocidos. Por úitirno, señalar que, aunque no es la norma, nos hemos encontrado con algunos niños de color expuestos, unos son mu-latos, y en algún caso de color negro, así, por ejemplo, un niño echado en la cuna en 1698 al inscribirse en la partida se registra: «el pelo que trajo es de negro». De aquí se pueden deducir algu-nas consideraciones, tal vez hipotéticas: por un lado, pudiera ser que el niño fuese arrojado a la cuna por su propia madre, esclava, para evitar que siguiera su misma condición, como el caso de una niña: Ana, expósita en 1697, que es reclamada pos-teriormente por doña María de la Torre como su esclava opo-niéndose a ello los curas del Sagrario lB. También podría darse el caso de que algunos de estos niños de color expuestos en la cuna fueran el fruto de la unión ilegal entre un negro y una mujer blanca, la cual ante el temor de ser descubierta prefiera abandonarlo en el torno. late 18 th to the early 20 th Century, pp. 227-228. Cit. por J. M. MARTÍN RUIZy M. C. DÍAZR ODRIGUEZA:r t. cit. «Por auto del sr. provisor de febrero de 1702 proveido en vista de autos que siguieron los p cura. del Sagrario de esta catedrai contra doña María de la Torre sobre restitución de Ana, expresada en esta partida, se declaró no haber lugar dicha restitución en atención a la plena justi-ficación de esclavitud de la dicha Ana, expósita, y en conformidad de ello a petición de la dicha María se mandó por dicho provisor hacer esta nota para cualquiera certificación que se pida de dicha partida se dé con eiia, no en otra manera como consta de autos que pasan ante don Pedro Cabrera, notario mayor.)) Núm. 34 (1988) .' 173 16 MANUEL LOBO CABRERA Y MARÍA JOSÉ 'SEDILES GARCÍA 4.1. Lugares de exposición Hasta 1647, fecha de la creación de la cuna, el lugar de expo-sición más común es la puerta de la iglesia del Sagrario o la puerta principal de la Catedral, lo que indica la preeminencia de la iglesia en este aspecto; posiblemente en las fechas anterio-res era la institución religiosa la encargada de velar por el cui-dado de estos niños. Una vez que se institucionaliza la Casa-Cuna, el porcentaje más elevado de expuestos corresponde al torno del Hospital de a San Martín por estar ubicada en dicho hospital la cuna; no obs-tante, se reparten las exposiciones en otros centros religiosos, $ como la puerta de Las Descalzas, convento de San Ildefonso y {- diferentes capillas de la Catedral de Las Palmas, como la de E Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de La Antigua, in-cluso el altar mayor de la Catedral. -E Eay "1'i.p rl&amr la exp&c.ih en algb c r ~ c . d~ en l a iglesia, $ en la puerta del palacio Obispal o en la calle donde vive el obis- 0 po, en iglesias extramuros de la ciudad como San Sebastián, quizás apropiada por estar en un lugar alejado de población e incluso en puertas de personas de preeminente condición social, que puede hacer pensar que algunos de los personajes residentes % a en ellas tuvieran alguna relación de parentesco con el abando-nado o incluso simplemente buscando un buen hogar donde criar a un niño de condición humilde. Entre estos casos se en- j cuentran tres niños abandonados a la puerta de la casa del ar- " ncJ;n-n T - v n - Q o r r t i r t n Ciirin n A-1 alfbrrio A n n T l r s n Ari ' l 7 n l A ~ L&A.UQLLV U U W L YCIiUbLClLiTX U U L I W W U - L U U U A UY UVll V I I L L i I I UU I UIUU-mama e incluso en otras de condición no tan boyante como la del zapatero Francisco Rodríguez Villarreal, que se encontró un niño expuesto a la puerta de su casa en 1640. Además, también son traídos a Las Palmas, sede de la cuna, niños abanaonaaos en otras iocaiiaaaes como Jinamar, Teide Guía, San Lorenzo y Tenoya que habían sido expuestos en las iglesias principales de estos lugares. Algunos incluso a pesar de tener la condición de expósitos se tiene constancia al menos de su madre como el caso de dos niños gemelos dejados en el tor- 174 ANUARrO DE ESTUDIOS ATLIINTTDS no en 1690, los cuales se bautizaron en Guía por hijos de Bea-triz Bruma y padre no conocido «según consta en la declaración del beneficiario de dicho lugar, y averiguación si la dicha Beatriz los echó y se embarcó para ~enerifei. En otros casos hay que destacar la suerte que van corriendo estos niños desde su primer lugar de exposición hasta que llegan a la Cunade Las Palmas, como un niño recibido en la Iglesia del Sagrario en el mes de abril de 1679 donde'e~c ura da fe: K.. . Como trajeron un niño expósito en la Villa de Gufa que en dicha Villa se halló en la carnecería y fue bautizado por el Bachiller D. Constante Acedo y Pelox, beneficiado de di-ch=, W!s, m 3? & diche mes y (?!c~o IAQ trzienitde !a persona por el lugar de Arucas allí cogiole la noche, le colgó en un cerrojo de una puerta g por el alcalde de dicho lugar fue preso dicha persona y le remitió a la carceI Real con dicho niño llamado José y para que conste en todo tiempo así lo anoto.» Con respecto a la hora que tiene Iugar la exposicidn, los pocos datos referidos en las inscripciones de los libros sacra-mentales reflejan que los niños fueron abandonados entre las 7 de la tarde y la madrugada, por lo tanto, la noche y la obscuri-dad eran los momentos oportunos y cómplices para el abando- -no de unas criaturas indefensas. En Canarias la benignidad del clima no presenta un excesivo peligro como en la Península, las heladas, nieves o lluvias para sus vidas. k horas de¡ dia no hemos encontrauo ningún caso de expo-sición. En cuanto a otros peligros que acecharan a los niños aban-donados sólo se nos ocurre pensar de acuerdo con el juicio de Viera, que pudieran ser mordidos por animales 19, teniendo en cuenta que muchos de eIlos eran expuestos de noche y en lugares poco transitados. le J. VIERAY CLAVIJO0: 1).C it., vol. 11, p. 696. 4.2. Estudio cuantitativo de los expósitos Los niños expósitos de la ciudad de Las Palmas presentan un proceso evolutivo diferenciado a lo largo del siglo XVII. Durante la primera mitad del siglo muestran una trayectoria poco significativa, de hecho, en la primera década 410 se regis-tran siete expósitos; quizás haya que achacarlo a dos factores importantes: el asalto a la ciudad en 1599 del pirata holandés Van der Doezt y a la epidemia de peste que asoló al archipiélago entre 1601 y 1606 Entre 1611 y 1647, fecha de la creación de la Cuna, se obser- -v-a- uria recuperacl'uL-r i u- -c- -e-r_iIu- -aLr- iLe c--u-~ a-i7 l gunus u-a- Yc- - -r ies cA-u-r--r iu 8i & 1626 y 1643, coincidiendo con la misma tendencia en los naci-mientos legítimos. Asi entre 1611 y 1620 se aprecia un ligero aumento tanto de unas concepciones como de otras, con una atonía en la tendencia privativa de ia jurisdicción de Las Pairnas que contrasta por ejemplo con la recuperación manifiesta que se aprecia en el noroeste de la Isla de Gran Canariat1. k t r e 1621 y 1630 se sigue con la misma tendencia, ocasio-nada además de por la situación que venimos observando, por las sequias producidas los años 1621, 1625, 1627 y 1629. Se une a ello la emigración continúa hacia el continente americano y la posible incidencia de la «peste milanesa)} sobrevenida entre 1629-1631 ". En los años comentados hasta ahora, los porcentajes de expó-sitos apenas superan el 10 por 100, salvo algunas anualidades aisladas. A las causas descritas hay que unir el desdén de la iglesia hacia unos niños considerados como fruto del pecado. 20 L. A. ANAYAH ERNANDEZy A. ARROYOD ORESTE:« La peste de 1601- 1606 en las Islas Canarias)), en Revista de Historia de Canarias, 174, La Laguna, 19841986, pp. 175201. J. F. MARTÍN RUIZ: El N.W. de Gran Canaria: un estudio de demo-graffa histdrica (1485-1860), Las Palmas, 1978, pp. 60-65. fdem, p. 41. 176 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLAN.ffCOS &SITOS E ILEGÍTIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII 19 En la década de los 30, los porcentajes empiezan a aumentar situándose ya entre el 10 por 100 y casi el 19 por 100. No obs-tante aquí el ritmo de expósitos no va parejo con el total de nacimientos, sino al contrario, mantiene una tendencia de creci-miento, originada quizás por la falta de hombres y el aumento de relaciones ilicitas; esa falta de personal masculino incide en que los nacimientos legales sean más bajos. Como caso particu-lar señalar el bajo porcentaje que se aprecia en 1632 dentro de la coyuntura, motivado quizás por la sequía originada en ese año y en el anterior. Entre 1641 y 1647 el ritmo se mantiene, salvo justo el decre-cimiento operado en el mismo año de fundación de la Cuna y en sigcieiite; -- --Cm -:l+;-- 06- 1CAQ lo no;Ao rln n-rícitno GIL G3bG UI b I I lLU a uw, .IU' AZV, b'.LUU U- U i R p V U A U V U UII corresponde con 'la muesca más llamativa de toda la centuria, incidiendo por lo tanto en el desplome de natalidad tanto en un grupo como en otro. En la segunda mitad del siglo, el aumento de natalidad ge-neral repere-uieer i la natalidad de znp&itcs q;e yzn 2 +rLer porcentajes, salvo excepciones, superiores al 20 por 100. Las crestas se acentúan entre 1650 y 1670, para a partir de ahí pasar a signos de inflexión y recuperación. CUADRO 1 NACIMIENTO TOTALES Y DE EXPÓSITOS Núm. 34 (1988) Año Total Erpósitos 1 Año Total Exp6sitos 179 5 234 14 180' 14 193 25 205 20 167 16 210 15 162 11 208 18 220 21 209 25 212 14 204 19 186 21 199 24 1'77 1600 ......... 135 - 1601 ......... 128 1602 ......... 158 1 1603 ......... 168 1 1604 ......... 189 - 1605 ......... 213 1 ......... 221 - 1607 ......... 206 - 1608 ......... 195 2 1609 ......... 202 1 1610 ......... 237 2 1611 ......... 218 4 1612 ......... 190 13 1613 ......... 224 13 1614 ......... 198 10 1615 ......... 1616 ......... 1617 ......... 1618 ......... 1619 ......... 1620 ......... 1621 . . . . . . . . 1622 ......... 1623 ......... 1624 ......... 1625 ......... 1626 ......... 1627 ......... 1628 ......... 1629 ......... 20 MANUEL LOBO CABRERA Y MAR~A JOSÉ SEDILES GARC~A CUADRO 1 (Continuación) Total Expósitos Año Total Expósitos Debe tenerse en cuenta en estos años las levas organizadas entre 1662 y 1669 *, que lejos de hacer decaer el número de ex-pf iiáceñ a;Limeiten pro~c i~nd"s lea exata m& alta en 1671; a partir de aquí se ofrecen caídas notables hasta llegar " J. VIERAY CLAVIJO: 01).& t., ~ 0 1 1. 1 ,.P . 329; A. RVMeu DE ARMAS: Piratedas 3 ataques navales contra Eas I s h Canarias, t. 111, 2.8 parte, Madrid, 1947-1950, p. 685. 178 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS - TOTAL NACIDOS . . . . . : EXPOSITOS Gráfica 1.-Evoluci6n de los bautizos de Las Palmas con distinción entre el total y los exp6sito.s. 22 U U E L LOBO CABRERA Y MARÍA JOSÉ SDILES GARC~A a uno de los porcentajes más bajos hallados en esta segunda mitad de siglo, el de 1678, resentido a causa de la sequía origi-nada en la década de los 70 y en la plaga de langosta que azota a la Isla en 1676 24; este proceso de decaimiento se va a mante-ner aunque elevándose tímidamente hasta volver a alcanzar en 1687 una punta importante, con el registro de 78 inscripciones de expósitos. A partir de esta fecha, no se registran ya porcen-tajes tan elevados, manteniéndose entre alzas y bajas hasta fin de siglo. Puede incidir la fuerte mortalidad originada en estos años, que si bien afecta al total de la sociedad afecta mucho más a unos niños gestados y abandonados en situaciones precarias. De hecho, en 1677 de un total de 305 fallecidos el 39,Ol por 100 son niños 25, muchos de los cuales lógicamente pueden ser expósitos. A esa calamidad puede añadirse la llegada de la langosta en 1680, las' levas y la obligada emigración hacia las Indias Occicknta-lesz6. Si esas consideraciones influyen en la natalidad normal, pues ya hemos indicado que muchos de los expósitos son fruto de concepciones legítimas, es lógico pensar que inciden por igual en los niños nacidos como fruto de relaciones ilegítimas sobre todo en una población agotada por situaciones adversas. En relación a la Sex-ratio, con respecto a los alumbramientos de expósitos a 10 largo del siglo, hemos de indicar que a pesar de que pudiera existir o no, una mayor inclinación al abandono de varones o hembras, no se observa a este respecto ninguna anormalidad; el equilibrio entre los dos sexos es casi perfecto en el período analizado, de un total de 3.869 expósitos el 49,18 por 100 están representados por varones y el 50,81 por 100 por hembras. Tal vez la relación de masculinidad no es igual a lo 42 Aur-a n-- n-n- . rD.. ,r-...w& v q nA ... i,\,uT ,li.i.r*r.r;-c u .,..P. ,-o ~ y -: - y plaga, ,;i :a Hi~t0i3&~ .Ui-ki Canaria)), en Revista Aguayro, 107, Las Palmas, enero, 1979. 25 E. SÁNCHEZF ALC~«NE:v oIuci6n demográfica de Las Palmas)), en ANUARIOD E ESTUDIOAST L Á ~ C O S ,1 0, Madrid-Las Palmas, 1964, pp. 346348, y especialmente la 404. 2s M. LOBOC ABRERAy R. DÍAZH ERNANDEZ«: La población esclava de Las Palmas durante el siglo XVIID, en ANUARIOD E ESTUDIOATSL ÁNTICOS3, 0, Madrid-Las Palmas, 1984, p. 207. 180 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS sucedido en la Península en las mismas fechas, pues tanto en Murcia como en Madrid o Cataluña existe una descompensación a favor de los varones; sin embargo, aquí quizás debido a que el sistema de transmisión de la propiedad o a la necesidad de un hijo varón para la sucesión y mantenimiento de la casa, pueda originar el que su número sea inferior al de hembras; sin embargo, no podemos olvidar que los niños abandonados son hijos de grupos de escasa capacidad econ6mica con poco que transmitir. Quizás ello explique que no haya una descompensa-ción notable entre los sexos a la hora del abandono. Estos datos coinciden con los estudios realizados para la ciu-dad de Sevilla, donde tampoco se observan diferencias entre los sexos ". Concluyendo podemos señalar que el porcentaje de expdsitos a lo largo del siglo para la ciudad de Las Palmas, hay que si-tuarlo en torno al 16,81 por 100, lo que significa un saldo elevado si lo comparamos con otras poblaciones del territorio nacional, donde la media no alcanza en absoluto esa cifra, aunque hay si-militudes en algunos años puntuales. CUADRO2 TANTO POR CIENTO DE EXPÓSITOS POR DECENIOS Decentos Nacimientos Expósitos , fndice 4 ann í enn J.OWIWVJ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.815 1610-1619 .... ..- . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.058 1620-1629 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.977 1630-1639 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.969 1640-1649 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.110 1650-1659 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.481 1660-1669 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.410 1670-1679 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.787 1680-1689 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.638 1690-1'700 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.758 .C. ALVAREZS ANTAL«OM:a r,@nación ... », op. di!. N Ú ~ 3.4 (1988) 181 24 MANVa LOBO CABRERA Y WÍA JOSÉ SEDILES GARCÍA A la vista del cuadro anterior, comprobamos cómo en las tres primeras décadas del siglo el porcentaje de expósitos con res-pecto al total de natalicios apenas supera el 10 por 100, sin em-bargo, una vez creada la Cuna el porcentaje llega al 20 por 100, superándolo en algunas décadas, por ejemplo, en la de 1670-1679 en que se obtiene el índice más elevado. 4.3. Ritmo mensual de nacimientos de expdsitos E1 reparto mensual de niños abandonados a lo largo del si-glo XVII en Las Palmas representa el siguiente ritmo: Mes de concepción Totd Enero ..................... Febrero .................. Marzo ..................... Abril ..................... Mayo ..................... Junio ..................... Julio ..................... Agosto .................. Septiembre ............... Octubre .................. Noviembre ............... Diciembre ............... Mes 0% abandono Octubre ................ Noviembre ............ Diciembre ............... Enero .................. Febrero . . . . . . . . . . . . . . . Marzo .................. Abril .................. Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . Junio .................. Juiio ............. ;. ... Agosto .................. Septiembre ............ fndice 010 7,75 7,89 7,58 9,64 9,39 10,58 9,43 820 7,62 7,41 6,71 7,80 Los máximos de expósitos se localizan a fines del invierno y en pri_mavem, mrint.-ni&ri_n-e por 1~ t~qt.0 mjsma tdni ~qi ~ e en otras poblaciones del solar hispano, mientras que en el ve-rano estos valores decaen comenzando el ascenso en el otoño y primer mes del invierno. Indudablemente el hecho del abandono . . . . . . . en meses frios entrafia mayores riesgos, aunque en canarias por lo atemperado deldirna no lo es como un riesgo extremo. 182 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS RITMO DE NACIMIENTOS DE EXPÓSITOS (%) MES DE CONCEPCIÓN MES DE NACIMIENTO Los valores contemplados para los meses de abandono, nos ponen en relación con el movimiento estaciona1 de las concep ciones, situándose los porcentajes más altos en primavera, mayo y junio, y en verano, julio y agosto; mientras que los mínimos se localizan en el otoño y en el invierno, aunque tampoco se pueden establecer grandes variaciones salvo si exceptuamos el mes de noviembre con el porcentaje m& bajo. Se puede obser-var, por lo tanto, que el ritmo de concepciones difiere de aque-llas originadas en el seno de una unión estable, acentudndose las concepciones justamente en los meses donde según un te6 rico del siglo XVII, lo veía como la cosa más natural, al produ-a cirse en primavera ((una savia general se extiende y se insinúa N efi iodo c-uerpojj 28. sin erIibargo, esta sav-ja iam5ien cUniirl-& E O en verano. n-- Las posibles oscilaciones entre las cuatro estaciones del año m O E pueden responder a otras variantes en relación a las activida- SE des agrarias y sobre todo al factor religioso, si tenemos en cuen- -E ta que en el siglo XVII, la religión influye en la vida y en las cos- 3 tumbres de la sociedad propia de esa época. - - Si analizamos detenidamente cada uno de los meses pode- 0 m E mos entender que están en consonancia con el ciclo de las co- O sechas. En enero el índice se encuentra en un lugar moderado n junto con diciembre, son meses de no mucha actividad agraria, -E aunque se asista a la recogida de las papas y a la siembra de a 2 cereales; el que el índice no disminuya también se debe ademas n n a que no se respeten las recomendaciones eclesiásticas para los meses de Adviento, llevadas con más rigor en otras épocas 3 O del año. Febrero y marzo mantienen el mismo ritmo entre 7,89 por 100 y 7,58 por 100. Son meses lluviosos, impiden las tareas cam-pesinas y dejan más tiempo al ocio, sin embargo, están marca-dos por la Cuaresma, cuando la IgIesia es mucho más severa con la cohabitación. Abril, mayo y junio e incluso julio mantienen los índices más elevados entre 9,64 por 100 y 10,58 por 100. Los dos primeros Cit. por P. G U I U U ~y J. P. POSSOVD: émographie histdrique, Parfs, 1970, p. 171. 184 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EXP~SITOS E ILEG~TIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII 27 meses son meses apacibles en cuanto a las cosechas se refiere, pero también son meses de zafra, de vida en el campo, donde hombres y mujeres podían, alejados de sus hogares, mantener relaciones amorosas ilegítimas desencadenando así mayor núme-ro de concepciones. Agosto, a pesar de ser un mes de descanso y de vuelta a casa de los agricultores, sigue manteniendo un porcentaje nada des-preciable. Finalmente octubre y noviembre mantienen los porcentajes más bajos por lo tanto podemos comprobar como gran parte de las máximas de concepción de futuros expósitos coinciden con meses de máxima intensid~d agraria: época de regogida de mi- 110, papas y los cereales. Los ilegítimos, niños que nacen fruto de unas relaciones man-t, enidas fuera del matrimonio, los conocemos por el rigor de los curas al anotar en el registro el desconocimiento de sus padres o de algunos de ellos. Sin embargo, todos los ilegítimos no son iguales, en cada uno de ellos normalmente influyen distintas causas, pero tienen un común denominador: a los ojos de la iglesia y de la sociedad entera, en especial la del siglo XVII, condicionada por su carácter cerrado; son hijos del pecado. A pesar de sus similitudes, las formas de expresión emplea-das por los anotadores nos permiten analizar distintos modelos semejantes, en términos generales, a la clasificación aporteda por Rodriguez Sánchez 29. Son éstos: 1. Hijos de padres no conocidos. 2. Hijos de madre conocida y padre desconocido. J. T T J 2 _ . 3 _ .. _ .T..- _-.-- -'- 7 - --- - -TI- 2 - ---- - -:2 - nijus ue paure cu~iuciuu y rriaure uescuriuciua. 4. Hijos de padres conocidos, generalmente solteros. 5. Hijos de padre desconocido y madre esclava. 29 A. R'ODRÍGUESZ NCH«LEa nZata:li dad ilegítima en Cáceres en el siglo XVI», Revista de Estudios Extremeños, XXW, Badajoz, 1979, PP. 125-164. , 5.1. Hijos de padres no conocidos Constituye éste el apartado y porcentaje más alto dentro del conjunto de la serie, son identificados porque el anotador los registra como: hijos de {{ignotos padres)), {{cuyos padres no se conocen)), «cuyos padres no se saben)) o simplemente de {{padres no conocidos)). En estas anotaciones los registradores, bien omiten el dato porque no lo conocen, o bien porque son cómplices de los pa-dres y no interesa su identificación, pues a veces el cura, a pesar de afirmar que estos niños recibieron agua en su casa de su ma- N E no, sin embargo, los anota como hijos de padres desconocidos, O incluso en otro caso asegura conocer a los padres como los del g niño Ignacio, bautizado el 2 de febrero de 1621 y en donde el cura anota «cuyos padres sí se saben, pero no se escriben)}. S E La ocultación de1 nombre de los padres responde a varias cuestiones, bien por que los padres sean casados, bien porque el padre sea miembro de la Iglesia e incluso porque uno de m ellos pertenezca a la condición de esclavo. E Aquí incluso habría que agrupar según algunos investigado-res 30, a los expuestos en la puerta de la iglesia, pero ya éstos han sido estudiados por nosotros en otro apartado. E a- También encontramos en algunos de estos niños ciertas ano- l - taciones de las cuales se puede deducir el origen de alguno de sus progenitores como en el niño Martín, bautizado en 1603, que $ fue tomado de la iglesia por el Licenciado Roque Díaz Pelos, cura de la Catedral, quien añade «que lo toma para criarle por amor de Dios» o en otro caso en que sirven de padrinos a la niña To-masa, bautizada en 1609, el regidor Juan de Bracamonte y su mujer doña Luisa de San Juan, el cura añade nse cría en su noao \. UCS""~~. En otros casos ya hemos comentado el desconocimiento de sus so J. A. LUNAD ~Az«:A proximación metodológica al estudio de la na-talidad ilegitima. El caso de Granada, en el siglo xvrn, en Actas de las 11 Jornadas de Metoáologáa y diddctica de Za Historia, Cáceres, 1983, pá-gina~ 4 3-58. 186 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS padres pero, sin embargo, por el apelativo que llevan: uDon», indica ser hijo de personas principales y se oculta su nombre para evitar el escándalo. Otra variante puede ser 1s de aquellos niños que en principio se anotaron como de ((padres desconocidos» que luego por ano-tación al margen son legitimados, como el niño Juan, bautizado en noviembre de 1633, que aunque en principio se dice que sus padres no se conocen, a continuación se añade «los padres se llaman Francisco Díaz y María Suarez, que se casaron y su ylus-trisima, el Señor Arzobispo le mandó asentar en el libro)). Dentro del conjunto de ilegítimos este grupo alcanza el por. centaje más aito sin üucia aiguna: ei 78,9 por iO0. ~ U A ~ R4O VARIANTES Y PORCENTAJES DE HIJOS ILEGfTIMOS Variantes N.O total fndice */o 1. Padres desconocidos ........................ 1252 78,9 2. Padre desconocido-madre conocida ......... 304 19,l 3. Padre conocido-madre desconocida ......... 13 0,8 4. Padres conocidos solteros .................. 19 1,2 5. Padre desconocido-madre esclava . . . . . . . . . 5.2. Hijos de madre conocida y padre desconocido Este grupo le sigue a la zaga a1 anterior y son aquellos niños en cuyas partidas se refleja el nombre, apellido y en alguna ocasión condici6n de la madre y desconocimiento del padre. Re-presentan el 19,l por 100 del total de ilegítimos, sin contar los hijos de esclavas que los analizamos aparte por ser un grupo más homogéneo. Normalmente se trata de hijos de mujeres solteras o viudas que mantienen relaciones sexuales con hombres de su misma condición, pero casados, lo cual impide declarar su nombre, o Núm. 34 (1988) 187 con individuos de clase superior a la suya. Ha de tenerse en cuenta que muchas de estas mujeres servían como domésticas en casas de dignidades de la Catedral o de personas de condición social preeminente. Tampoco podemos desdeñar aquellos casos de niños hijos de mujeres ((ligeras)), como prostitutas, mesoneras, etc., que por supuesto cuando declaran el desconocimiento del padre lo hacen a ciencia cierta, pues en sus múltiples relaciones es muy difícil saber a quién corresponde la paternidad. Algunos ejemplos pueden ser significativos y corroborar las variantes anteriores : N... Juan, hijo de Ana de Cervantes, vecina de Agüimes que reside en casa de D. Juan de San Juan, contador üe ia Iglesia.)) También se da algún caso de mujeres casadas que mantienen relaciones ilegítimas con hombres fuera del matrimonio, así se A- -1 4- ..- -4ñrr r i - r n rn Arrnlnrn nnmn r , k i ; r \ lnr4timn An ua cr baDu UG ui r i r ~ i i uy u c uc u c b r a i a bui r ru nr i r ju A G g L u u r i v UG Felipe de Santiago, mareante y de Francisca Rodríguez, su mu-jer, vecinos de Trianan; sin embargo, el anotador señala al mar-gen: «este no es hijo legítimo ni se conoce su padre, sí su ma-dre que es la dicha)). E incluso hijos.de viudas como el niño Esteban, hijo de Mar-garita Acebedo, de nación francesa, bautizado el 11 de noviem-bre de 1673. 5.3. Hijos de padre conocido y d r e desconocida Esta tercera variante está a bastante distancia de la anterior y constituye el ejemplo inverso, se conoce al padre y se desco-noce a la madre. Con estas características sólo hemos encon-trado para ei conjunto dei sigio 13 casos, que representan ei 0,8 por 100, posiblemente tal anotación se debe a la caracterfs-tica de que el padre aquí es soltero, mientras que la madre, o bien es una mujer casada y por miedo al escándalo y al desho-nor oculta su maternidad o bien se trata de una viuda. 188 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Tampoco debe olvidarse el que los padres sean servidores domésticos en casas donde sus amantes pertenezcan a un estrato muy superior al suyo. La omisión materna pensamos que puede estar motivada por el miedo, el miedo a una sociedad que no veía con buenos ojos este tipo de relaciones y que obliga a las madres a rechazar y a negar el cariño y cobijo a un hijo, fruto de un amor ilegal. 5.4. Hijos de padres conocidos, generalmente solteros En este modelo englobamos aquellos niños que pese a ser fru-to de amores ilícitos, sí se hace constar el nombre de los padres. pues son acogidos como ((hijos naturales)) habidos de una rela-ción entre personas solteras; en este caso, hay que destacar la valentía de ambos al declarar su situación representados por 19 registros, que constituyen un índice del 1,2 por 100. Estas personas han tenido estos hijos, bien como fruto de un amancebamiento, tan común en esta sociedad, o simplemente que por tener una mente más abierta no consideraban impres-cindible el rito del matrimonio. Algunos, después de haber te-nido como fruto del amor un hijo, legalizan su situación y se casan. En estos casos se encuentran también personas de una situación social importante que a veces no tienen la valentía suficiente para declararlo en vida, pero que en su testamento reconocen al hijo habido de amores clandestinos, así en 1633 es bautizada doña Magdalena sarmiento como hija natural del capitán don Diego Sarmiento, Alguacil Mayor ,de la Inquisición, ya difunto, y de María de Herrera. Personajes de linaje niegan, sin embargo, a veces su paterni-dad como cuando la consumación del acto sexual ha sido con violencia, como por ejemplo el estupro, es el caso de «María, bautizacia en octubre cie 1677 como ñija naturai Uel capithn don Bernardino Cabeza de Vaca y de doña Isabel Pacheco de Alcala, ésta sigue pleito contra el padre de su hija ante el Juez Ordina-rio bajo acusacidn de haberla estuprado)). En otros casos, el hijo natural es habido por promesa de casamiento del hombre a la mujer, así, Isabel Rodríguez, quien Núm. 34 (1988) 189 hubo 'una hija natural con Antonio Almeda, sigue juicio contra él ante la Audiencia por su honra; o, por ejemplo, la viuda Esco-lástica Zambrana que mantiene demanda matrimonial contra Pedro de Zurita, vecino de Telde, después de haber tenido como hija natural a María, bautizada el 12 de octubre de 1697. En alguna ocasión, el niño bautizado como expósito en la pila, al cabo de bastantes años es declarado como hijo natural. En 1680, por ejemplo, una niña llamada María figura como ex-pósita en el torno, y en 1759 se anota que la dicha María es hija natural de Francisco Suárez Romero, hermano del Inquisidor Apostólico de las Islas, y de doña Catalina de Torres 31. a Como se puede observar, el miedo al deshonor cohibía a N E estas personas a üeciarar en su momento ia paternidad. O -,, =m O E 5.5. Hijos de padre desconocido y madre esclava SE = Constituye una relación bastante común y por ello la estudia- $ mos aparte y obtenemos su índice, no dentro del conjunto de los -- ilegítimos, sino como grupo diferenciado debido a su elevado f porcentaje si lo comparamos con el total de bautizados. O Los esclavos ya han sido objeto de estudio por nosotros =; n sin embargo, en el referido artículo analizábamos la población % esclava en general; aquí nos interesa s61o los esclavos nacidos a 2 en Las Palmas como fruto de relaciones ilegítimas entre escla- n 0 vas, sus dueños y otros componentes de la sociedad insular. 3 O a1 ((Por auto del señor provisor y vicario general de este obispado en 11 de septiembre de 1759 habiendo visto la información que se hizo ante la junta real por ante Juan Guerra, escribano público, en 20 de abril de este presente año, en que consta haberse declarado padre natural de doña María Suarez Romero acontecida en la antecedente partida ser hija de don Francisco Suárez Romero y de doña Catalina de Torres, se mandó anotarse aqui.-Diego Antonio de Castro. Por auto del señor provisor y vicario general de este obispado en 12 de octubre de 1741 que queda en este archivo se mandó anotar que la María contenida en esta partida es hija de un hermano del señor doctor don Andrés Suárez Romero Caldenn, inquisidor apostólico de esta Isla, y de doña Catalina de Torres, y para que conste lo firmo.)) M. LOBOC ABRERy AR . D~AHZE RNÁNDEZA:r t. cit. 190 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EXPÓSITOS E ILEGÍTIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII 33 Las anotaciones se caracterizan siempre por el mismo deno-minador común. Aparece registrado siempre el nombre de la madre y su propietario, a quien le interesaba a todas luces re-gistrarlo porque todo niño habido en una esclava seguía la condi-ción de su madre. Sin embargo, con respecto a la paternidad, los padres no son citados nunca y apenas si se alude al desconocimiento de su nombre salvo en algunas ocasiones en que se añade la coletilla «de ignoto padre)). Si atendemos al volumen de esclavos habidos de relaciones ilegítimas y los ponemos en relación con el total de las variantes un.~lzaci,ash u!!amm qce !es escluvm a!cu~mrie ! mgym percen-taje e incluso si por el contrario lo comparamos con el total de nacidos, se colocan en segundo lugar después de los expósitos con el 7,32 por 100. 5.6. Estudio cuantitativo de los ilegit'imos La natalidad ilegítima en Canarias se ajusta a la teoría mar-cada en el territorio nacional, se trata de un comportamiento que venía dándose desde 6pocas anteriores hasta el punto que como dice Benassar las relaciones extraconyugales cuyo fruto es la ilegitimidad, pierden carácter vergonzante durante el siglo x v ~ hasta el punto de no tener que ocultarla por encima de todo 33; sin embargo, estas relaciones extramatrimoniales se desarrollan siempre dentro de una situación de dependencia de la mujer con respecto al hombre, ya que el honor familiar descansaba en su pureza ". También la ilegitimidad se nos presenta aquí como un fen6- ...,.m- .. .,.L..-* 2. rin..,....;l- e-... 1-r -,i-"ri.,r+":-.. -i.,ll^;l,, ,A,- -1 IUGLIU CILUQIN UG ~ ~ A G L U bVu 1 1 iua ~ U L L ; G L I L ~ JrCla~u auua para al conjunto del siglo, alcanzando el índice del 6,90 por 100, bastante B. BENNASSALRO:S españoles. Actitudes y mentalidad, Barcelona, 1978, PP. 177-188. M. F'ERNMÁELVZAR EZ: La sociedad ..., op. cit., p. 107. Núm. 34 (1988) 191 superior a Cáceres y cercano al de Granada aunque en nues-tro caso no incluimos entre éstos a los esclavos. El que el porcentaje de la ciudad más importante de la Isla de Gran Canaria sea elevado, responde a varias circunstancias: en primer lugar, al ser una ciudad portuaria transitan por ella mucha gente de paso; además, actúa como receptora de inmi-grante~ b ien del campo como de las islas de Lanzarote y F'uerte-ventura, de donde emigra mucha población a causa de las ham-bres y las sequías 37 y entre ella, muchas mujeres con el objetivo de conseguir una ocupación más ventajosa que en sus lugares de origen empleándose en el servicio doméstico y en muchos casos a ejerciendo la prostituci~nE. stas causas las ponían al alcance de N caer como presas fáciles del amor ilegal. O n-- m O E CUADRO5 2E NACIMIENTOS TOTALES Y DE ILEGfTIMOS E Año --To tal ... 135 ... 128 ... 158 ... 168 ... 189 ... 213 ... 221 - Afio Total Ilegitimos O-m E 1621 ......... 210 22 1622 . . . . . . . . . 162 12 O 1623 ......... 208 20 1624 . . . . . . . . . 220 n 20 18 E 1625 209 . . . . . . . . . - a 1626 . . . . . . . . . 212 2 1 l 1627 . . . . . . . . . 204 11 n 1628 . . . . . . . . . 186 16 n 1629 . . . . . . . . . 199 13 1630 . . . . . . . . . 189 18 3 O 1631 . . . . . . . . . 204 22 1632 . . . . . . . . . 201 17 1633 . . . . . . . . . 152 16 1634 . . . . . . . . . 192 19 1635 . . . . . . . . . 229 17 1636 . . . . . . . . . 141 22 1637 ......... 207 15 1619 . . . . . . . . . 205 1640 . . . . . . . . . 219 22 16 m..... .... 167 1l77 1 1641 . . . . . . . . . 221 15 1. ? ~ S TN~ÚNÑE Z: Op. Cit., p. 226. J. A. LUNA DIAz: Art. cit., pp. 55-58. R. ROLDAN: El hambre en Fuerteventura (1680-1800), Santa C m de .Tenerlfe. 1968. 192 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Año Total Ilegitimos Año Total Ilegttimos T&i& cigrl_& QP pr@efitghl como im !ijg.gr providen-cid para esconder un embarazo deshonroso dionde nadie las conociera. Estas circunstancias no sólo son propias de la sociedad insu-lar sino de otras partes de la Península e incluso de Europa; sin embargo, tiene un comportamiento más acorde con algunas poblaciones peninsulares que con el resto del occidente europeo. TOTAL NACIDOS . . . . . , ILEG~TIMOS Gráfica 3.-Evolución de los bautizos de Las Palmas con distinción entre el total y los ilegítimos 194 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Así los nacimientos ilegítimos lejos de mantener su movi-miento ascendente es descendente, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo; puede incidir en ello la creación de la cuna, lo que les incita quizás a desprenderse de sus hijos al saber que contaban con un lugar donde iban a ser atendidos. CUADRO6 NACIMIENTOS TOTALES Y DE ESCLAVOS Año Total Esclavos Núm. 34 (1988) Año Total Esclavos CUADROV I (Continuación) Año Total Esclavos Año 1690 ............ 1691 ............ 1692 . . . . . . . . . . . . 1693 ............ 1694 . . . . . . . . . . . . 1695 . . . . . . . . . . . . 1696 . . . . . . . . . . . . 1697 . . . . . . . . . . . . 1698 . . . . . . . . . . . . 1699 ............ 1700 . . . . . . . . . . . . Total Esclavos Frente a porcentajes elevados para la mitad primera del siglo, rondan entre el 10 y 20 por 100, en la segunda mitad rara vez se alcanza ese porcentaje; muy al contrario, en el ultimo ter-cio el índice no supera el 5 por 100. Además de la creación de la Cuna, el declive de la natalidad ilegítima también puede deberse a la presión eclesiástica, espo cialmente después de Trento y por supuesto a las prácticas anti-natalistas, añadiendo aquí el juicio de Lebroun que considera a los niños expósitos, que sí aumentan, como una práctica com-plementaria de la anticoncepción. Con respecto a la Sex-ratio, se mantiene un poco la tónica general, aunque en este caso hay una descompensación a favor de los vlrmec: qiie reprecentsin e! 52J5 pnr 100 frente a IBS hembras con el 47,85 por 100; esta inversión con respecto a los expósitos puede explicarse en que aquí los niños se quedan al cuidado de algunos de sus padres, siendo por lo tanto, de acuer-do con la teoría del Antiguo Régimen, un complemento econ6- mice desde e! r n ~ ~ i i mqute~ p uede= trzbj,;ar. ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS MP~SITOS E ILEGÍTIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII N" - TOTAL NACIDOS . . . . . . ESCLAVOS Gráfica 4.-Evolución de los bautizos de Las Palmas con distinción entre el total y los esclavos Núm. 34 (1988) 197 5.7. Ritmo mensual de nacimientos de ilegitimos Nos parece oportuno analizar igualmente aquí el movirnien-to estaciona1 de los alumbramientos y de las concepciones. En líneas generales podemos afirmar que el movimiento esta-cional analizado para los expósitos coincide casi plenamente con el de los ilegítimos. Los valores máximos se sitúan por este orden: primavera, verano e invierno, mientras que los mínimos se localizan en otoño y principios del invierno. Aquí podemos hablar de algunas oscilaciones bruscas, pues frente al 6,29 por 100 de concepciones del mes de octubre se G ~ I U I ?? C,W por lN! en e! mes de jlrxi~. influyen por lo tanto lo analizado para los niños expósitos: Disposiciones eclesiásticas y condiciones laborales. (Irrpnac! ? RITMO MENSUAL DE NACIMIENTOS DE ILEGITIMOS (010) Mes de concepcidn Enero ..................... Febrero .................. Marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . Abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Julio ..................... A ~ o s t n . . . . . . . . . . . . . . . . . . --o---- Sep timbre ............... Octubre .................. Noviembre ............... Diciembre ............... Total Mes de nacimiento f ndice Octubre .................. Noviembre . . . . . . . . . . . . . . . Diciembre . . . . . . . . . . . . . . . Enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . Febrero . . . . . . . . . . . . . . . Marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . Abril ..................... Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . Junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Julio ..................... Agosto .................. Septiembre ............... ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS RITMO DE NACIMIENTOS DEILEG~TIMO(S% ) MES DE CONCEPCION MES DE NACIMIENTO J U ~ I O Junio Gráfica 5 6 . ESTUDIOCU ANTITATIVO GENERAL A través del estudio de los distintos grupos en donde la ile-gitimidad por un lado, el abandono por otro y la condición juri-dica los convierte en marginados; se habrá podido comprobar cómo sus porcentajes no son nada despreciables dentro del con-junto de la sociedad canaria del siglo XVII. Los tres grupos juntos alcanzan un índice superior al 30 por 100, y de todo se desprende al margen de otras connotacio-nes que ya hemos hecho, la permeabilidad de nuestra sociedad y cierto aperturismo en cuanto a relaciones extraconyugales. Condicidn Total fndice O/O Expósitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.869 16,81 Ilegítimos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.588 6,90 Esclavos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.686 7,32 Total de Total de nacidos marginados fndice 23.011 7.143 31 Ahora bien, si comparamos la gráfica numero 6 donde se re-fleja el total de nacidos para todo el siglo con el total de escla-vos, expósitos e ilegítimos juntos observamos que llevan ritmos paralelos, incidiendo por lo tanto las catástrofes: sequías, pla- gas, hambre, levas .... tanto en un grupo como en otro a pesar de que los marginados no pueden acudir muchas veces a las ventajas de la población libre y legítima, porque en todo margi-nado pesa mucho más la muerte, el hambre y la miseria. ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS NACIMIENTOS TOTALES Y TOTALES DE EXPÓSITOS, ILEGfTIMOS Y ESCLAVOS Total expósitos Ado Total ilegítimos y esclavos Total expósitos Año Total ilegitimos y esclavos 44 MANUEL LOBO CABREHA Y MARÍA JOSÉ SEDILES ~ 4 ~ c Í . 4 CUADRO IX (Continuación) Total exp6sitos Año Total ilegítimos y esclavos Totd expósitos AZo Total ilegitimos y esclavos ANUARIO DE ESTUDIOS ATtRNTICOS MP~SITOS E ILEGÍTIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII Gráfica 6.-Evolucidn de los bautizos de las Palmas con distincidn entre total y e2 total de expósitos, legítimos y esclavos. Núm. 34 (1988) 203
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Calificación | |
Título y subtítulo | Expósitos e ilegítimos en Las Palmas en el siglo XVII |
Autor principal | Lobo Cabrera, Manuel |
Autores secundarios | Sediles García, María José |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 34 |
Sección | Demografía |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1988 |
Páginas | p. 159-203 |
Materias | Población ; Gran Canaria ; Siglo 17 |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 2198909 Bytes |
Texto | EXPóSITOS E ILEGfTIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII POR MANUEL LOBO CABRERA y MARfA JOSR SEDILES GARCÍA El estudio de las clases sociales marginadas, también llama-das por .algún autor desheredados ', ha ido poco a poco en-sando la lista de la historiografía europea desde hace unas dé-cadas, en especial los trabajos realizados por autores franceses '. - - 1 M. FERNÁNDEZ ALVAREZ: Esf3aña y los espa7ioles en los tiempos mo-dernos, Salamanca, 1979, pp. 78-79. Tambien este autor se ocupa de los expósitos en La sociedad espa5ola del Renacimiento, Madrid, 1974, pági-nas 161-174. C. DELASELLE«L: es enfants abandonnees S París aux wme si6cle», en Annales E.S.C., enero-febrero, 1975, París, pp. 187-218; A. MOLINER: ((Enfants trouv&, enfants adandonnees et enfants ilegitimes en Langue-doc aux ~ I etI w m e si6cles», en Societé, Demograpie Historique. Hom-mage a M. Reinhard, París, 1972; F. LEBRVN: ((Naissances illegitimes et abandons d'enfants en Anyou au xvme si8cle», en Annales E.S.C., 27, Paris, 1972; ({Demographie et mentalites: le mouvement des conceptions sous SAncien Regime)), en Annales Demographie Histdrique, París, 1974, pp. &=SO; V. E. Pmm: :"e new ncrM cf chi!Ure:: Fz eigkxnth CentUxy Englandn, en Past anü Present, 67, 1975, pp. 64-95; Enfants et societ&, núm. especial de Annales de Demograpie Histdrique, París, 1973; A. CHA- ~ o v x :({ L'enfance abandonnée 6 Reims á la fin du xvne siécle)),e n A n w les de Demographie Histórique, París, 1973, pp. 263-285; h. D~AUSE: Historia de la infancia, Madrid, 1982; P. BARDET(:( Enfants abandonnes et enfant assistés S Rouen dans la seconde moitie du xvme sidclen, en Hom-muge a M. Reinhard, Paris, 1973, pp. 19-48. 2 MANVJ3L LOBO CABRERA Y M A R ~ A JOS$ SWILES GARCÍA En España el estudio de estos grupos, algunos discriminados por razones de religión y raza, se ha ido incorporando a la mis-ma línea de publicidad, lo mismo que aquellos marginados de la sociedad por razón de su nacimiento o por pobreza. En este ú1- timo caso y para el caso que nos ocupa nos referimos a los ex-pdsitos e ilegítimos. Representan una de las facetas, sociológica-mente hablando, más interesantes de la natalidad en el período preestadfstico. Así lo demuestran los trabajos realizados sobre el tema, especialmente aquellos efectuados con fuentes que so-brepasan las informaciones aportadas por los libros de bautis-mos. En este sentido son dignos de señalar los trabajos de Al- a N varez Santaló, T. Eyido; E. Roel, Chacón y Testón para Sevilla, E Valladolid, Galicia, Murcia y Cáceres, respectivamentes. EO - Hacemos hincapié en esas fuentes porque permiten no s61o realizar un análisis cuantitativo, sino además cualitativo, al E E posibilitar un acercamiento a aspectos tales como entrada de E los niños en la cuna, su reparto entre las amas de cría, el ves- - tuario que llevan al ser abandonados, las cédulas que los acom- 3 - pañan con indicación de todo tipo como nombre, días de naci- - 0 m do, relación con sus progenitores.. . En Canarias no contamos E con estudios de este tipo, salvo excepciones ', que investiguen n -E C. ALVARESZA N TAL^: ({La casa de expósitos de Sevilla en el si- a 2 glo xwrn, en Hispania, anexos, 7, Madrid, 1977, y Marginacidn social y nE mentalidad en Andalucia Occidental: Expósitos en Sevilla (1613-1910), n Sevilla, 1980; T. EGIDOc:t Aportación al estudio de la demograffa españo- 3 O la: Los niños expdsitos de Valladolid (siglos XVI-XVIIeI~n , I Jormdas de Metodología Aplicada a las Ciencias Histdricas, 111, Santiago de Com-postela, 1975, pp. 333-345; A. EIRASR OEL:« La casa de expósitos del reai hospital de Santiago en el siglo xvrrr», en Boletin de la Universidad de Santiago, Santiago de Compostela, 1967-1968, pp. 295-355; F. CHACÓN: LOS murcianos del siglo XVII. Evolucidn, familia y trabajo, Madrid, 1986, es-peciaimenie ias pp. 67-99; 1. 3 ~ 1 N6~-~Ñi z. Amor, sexo jj iruitrtíiio~ie~ii Extremadura, Badajoz, 1983, pp. 224-252. J . F. MA R T ÍN RUIZ y M. C. DÍAZ RODR~GU«ELZa: natalidad ilegítima en la formación social canaria: las repercusiones de la emigración ame-ricana)), en V Coloquio de Historia Canario-Americana (1982), Santa C m de Tenerife, 1985, t. 1, pp. 203-218; J. M. SANTANy AM . E. MO N Z ~PNE RDO-MO: ((Beneficencia en Lamarote)), en 111 Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura y Lanzarote, Puerto del Rosario, 1987 (en prensa). 160 ANUARIO DE ESTUDIOS Al'Lh4TfC:OS estas variantes. Primero porque, en el caso que nos ocupa, no tenemos ese tipo de fuentes, al menos para Gran Canaria y para el siglo XVII. Sabemos que la cuna de expósitos fue creada.en el año 1647, en el antiguo hospital de San Martín de Las Palmas, por auto del provisor don Pablo Gutiérrez de Sotomayor; du-rante el mandato episcopal de don Francisco Sánchez de villa-nueva y Vega s. Dicha cuna fue establecida con el fin de prevenir, en palabras de Viera y Clavijo N.. . las desgracias que se experimentaban con estos inocen-tes, pues los encontraban pendiente de los cerrojos' de las -puertas, o arrojados en las plazas, siendo alguna vez mor-didos por ios brutos ))e. Cuidaban de ellos los curas del Sagrario, seis meses cada uno, para cuya crianza contaban con algunas partidas de la mi-tra episcopal y capitular, de la fábrica de la Iglesia y de lo que se ofrecía el Viernes Santo. El origen de la administración de los curas de la Casa-Cuna estaba, por lo visto, en una encomienda de 1647 hecha por la Vicaría General, teniendo tanto vigor que por el s61o hecho de ser curas del Sagrario eran administradores La creación de la cuna o torno de San Martín, como también se le llama, se confirma en las propias partidas de bautismo, pues en 20 de abril de dicho año se anota en los libros un niño de nombre Gregorio, al que se añade «ser el primer expósito de la cuna del hospital de San Martín)}. En el propio Cabildo Cate-dral también se recoge este hecho, en especial en el celebrado el jueves 23 de mayo de 1647, donde se señala «En este cavildo se confirió sobre el patronazgo de la cuna de expósitos se dio un recado al señor canónigo magistral J. BOSCBM ILLARESE: l hospital de San Martín, Las Palmas, 1940, p. 262. 8 J. VIERA Y CLAVIJON:o ticias de la Historia General de las Islas Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1967-1971, vol. 11, p. 696. Archivo Diocesano de Las Palma@; leg. Hospital de San Martín, pa-peles sueltos. Respuesta de los curas .,a una pregunta sobre el origen de tener los curas la administración de la cuna, en 15 de octubre de 1785. Núm. 34 (1988) 16i en que le agradezca mucho (al provisor) de parte de este cavildo este cuidado que pone y la buena obra que su mer-ced disponga de suerte que el cavildo no entre en esta ad-ministración y ayudará en quanto pueda para. continuar tan santa obra como siempre lo ha hecho con sus limosnas y que assi se lo represente al señor provisor)) Hasta aquí las únicas noticias que tenemos al respecto sobre la cuna en el siglo XVII, por lo cual hemos de contentarnos con los libros de bautismo. Libros que con todos los problemas que entrañan han sido valiosísimos para estudiar estos grupos de poblacidn. Nos hubiese gustado analizar la duracidn de la vida de &m nz-_ñ_ns, pero n~ fue posale consialar e1 i i ~ i glj&~ g de difuntos existente en la parroquia matriz y única de Las Pal-mas en el siglo XVII, custodiado en el Archivo Diocesano de Las Palmas,. que se inicia en 1667, al estar retirado de su consulta al público por el mal estado en que se encuentras. No obstante la información que arrojan los libros de bautis-mo es suficiente y rica para el objetivo que perseguimos, al me-nos desde el punto de vista cuantitativo, pero claro siempre de-seamos más, especialmente entrar de lleno en el antilisis cua-litativo, aunque no renunciamos a él. Por ejemplo, nos hubiese ineresado saber, además de la fecha del bautizo, la de todos los nacimientos registrados, aunque se nos da en un porcentaje Archivo Catedral. ~ibro 17 de acuerdos desde 1647 a 1653, f. 24 r. «~e cadod el señor provisor sobre el patronazgo de la quna de expósítos.)> Archivo Diocesano de Las Palmas. Libros sacramentales de la an-tigua parroquia del Sagrario. Los consultados para el presente estudio son los de bautizos siguientes: Libro VI : del 1-1 de 1588 al 19-1X de 1612. Libro VI1 : del 1-X de 1612 al 20-VI1 de 1625. Libro VIII: del SO-VI1 de 1625 al 12-X de 1643. Libro IX : del 18-11 de 1643 al 19-IV de 1654. Libro X : del 20-IV de 1654 al 12-1 de 1664. Libro XI : del 15-1 de 1664 al 16-VI de 1674. Libro XII : del 16-VI de 1674 al 27-XII de 1682. Libro XIII: del 27-XII de 1682 al 11-IX de 1689. T.;T.,.,-, YTTT : AOI I TV A- YCOO -1 n TT 2,. lcno YIVlV 4 Z I V UGI AV'ILL U- lVUil -1 i I - L I UG &USO. Libro XV : del 1-XII de 1693 al 2-V de 1695. Libro XVI : del 3-V de 1695 al 8-X de 1703. 162 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTILIDS nada despreciable la edad aproximada de los inscritos. Sin em-bargo, en general, y de acuerdo tanto con las disposiciones sino-dales del obispo don Diego de Muros, publicadas a fines del si-glo xv lo, como por los propios decretos de Trento, los asenta-miento~ son bastante minuciosos dentro de la norma. En las partidas de expdsitos y de ilegítimos, el párroco de turno recoge todos los datos a su alcance del bautizado: nombre, sexo, lugar de exposición, si era bautizado o sdlo se le daban las bendicio-nes por haber sido ya cristianizado en su casa, conocimiento o no de los padres. De éstos se recoge el"conocido, bien padre o madre, y se señala cuando son hijos naturales o habidos fuera del matrimonio. Finalmente se reseña la edad y los padrinos. anotando de éstos el nombre, oficio, condición social, vecindad. Por otra parte, es de señalar las limitaciones de estas fuen-tes al registrar niños, tanto ilegítimos como expósitos, no na-cidos en el ámbito jurisdiccional ni de la ciudad ni de la parro quia, que son traídos a ella desde otros pueblos e incluso desde otras islas. Las cifras por ello obtenidas pueden estar sobrevalo-radas desde el momento en que muchos expósitos nacidos en el campo son depositados a la puerta de la iglesia o en el torno de la ciudad, y bautizados en la parroquia del Sagrario. En espe-cial si tenemos en cuenta que estos niños son el fruto de amores clandestinos, o son abandonados por sus padres a causa de su miseria. Como es obvio, la ciudad presentaba otras expectativas. También, aunque en muy pocos casos, nos encontramos con niños nacidos en otras islas, traídos por sus madres desde ellas, que son bautizados en Las Palmas. En 1497 el obispo Muros en sus constituciones sinodales «Manda que. el .día que fuese promulgada esta nuestra ordenanza en treinta días.. . los mayordomos de las Iglesias . . . sean obligados de facer un libro ... es-criban sii propio rioqbre, mies e afio,.e nünbre de ia criatura que bautiza, e de su padre, e de su madre, e si no habidos por legítimos marido e mu-ger, e los nonbres de'los padririos e de las madrinas)). Vid. J. M. ZUAS-NAVAR Y FRANCIA: Compendio de la Historia de Canarias, Madrid, 1916, pp. 70.71. Asimismo en 30 de octubre de 1652 y en el libro de bautizos correspondiente el obispo don Rodrigo Gutiérrez de Rosas a la vista del libro da normas claras sobre como tienen que hacerse los asientos. Li-bro de bautizos IX. f. 363 r. Núm. 34 (1988) 1 63 Aun con estos condicionantes, además de otros como oculta-ciones, fallos y otras causas, algunas motivadas por rebatos pi- .ráticos, como el que se recoge en 1617, según se registra en el libro correspondiente ({En 22 de septiembre de 16 17 años hubo un rebato por aver tomado la isla de Porto Santo moros expulsos de España y flamencos de su liga, y por esta cauza, el cabildo de Cana-ria eclesiático mandó se sacase e1 tesoro de . . . (roto) . . . y los libros del bautismo y en este tiempo . . . (roto) . . . en un quaderno mientras este libro . .. asenté seis bautismos en las dos' fojas siguientes que estas...)), a N las cifras pueden'considerarse como válidas, si tenemos en cuen-ta el desconocimiento del tema. Las deficiencias, por otra parte, no hay modo de subsanarlas al no contar con datos m& fiabbs, ,especialmente en este período preestadístico. En cuanto al método aplicado es el normal en este tipo de trabajos. Es decir, considerar válidas las fuentes y su propio carácter representativo, en especial para estos grupos deshereda-dos, poniéndolos en relación con el total de bautizados. Así el recuento se ha hecho aAo a año, contando el total de cristianiza-dos y comprobar la frecuencia mensual de los expósitos e ilegíti-mos para ponerlos en relación con el mes de la concepción. Con tales cifras hemos elaborado series completas, cuadros pormeno-rizados y gráficas para, a partir de ellas, establecer los porcen-tajes de los grupos estudiados en relación al conjunto de bau-tizados. Con las graficas intentamos poner en relación el total de na-cidos con los expdsitos e ilegítimos y poner de relieve el peso de los mismos dentro de la sociedad palmense. Además nos per-mite observar la composici6n por sexos de estos grupos, y es-tudiar las posibles causas del abandono de niños de uno u otro sexo. También las puntas e inflexiones de la curva y ponerlas en reTaci6n con sus posibles causas. Por otra parte, y con respecto s61o a los ilegítimos nos han permitido estudiar las distintas variantes en donde o no se co-nocen los padres, o s61o el padre y la madre de manera indistin- 164 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS ta; tambi6n nos informan de los hijos naturales e incluso de aquellos concebidos ilegítimamente fuera del matrimonio. Finalmente y en relación al análisis cualitativo nos ofrece la posibilidad de estudiar el por qué de los nombres impuestos a estas criaturas. 1. EL BAUTISMO La preocupación en los paises católicos por la imposición del sacramento del bautizo a todos los fieles recién nacidos era evidente, pues sin él no era posible la salvación, ya que conseguía limpiar el pecado original y el perdón de los demás. La necesidad 3- --L- 2.- L:-- ---:Ll- -..- -2- -7-:- - 7 ue e > ~ aea l ; ~ a ~ ~ l1e1~1,líu~p wua 1ult: que ~UCLUUUa lgui ......A-- IULLU al iiaLt;l tenía dificultades para poder sobrevivir era bautizado en el acto bien por la partera que atendía a la madre como por cualquier otra persona, y posteriormente si sobrevivía al eminente peligro era llevado a la iglesia a recibir óleo, crisma y bendiciones. La norma era generai para bautizar a cuaiquier niño en ei archipiélago canario; de acuerdo con las sinodales del obispo Murga se preveía que el sacramento no se dilatara más del octa-vo día, después del nacimiento ll. No obstante, con los expósi-tos, igual que con otros grupos marginados los prelados pusio ron especial cuidado e incluso los reyes, quienes procuraban que el bautismo se cumpliera con rigor. De hecho, los Reyes Ca-tólicos cuando deciden fundar en Santiago de Compostela un hospital para recoger a estas criaturas ponen énfasis en este apartado cuando dicen «. . . no había en todo el Reino disposición, ni providencia para criar y educar los Niños expósitos, siendo más sensi-ble la pérdida de sus almas por falta de Bautismo que la de su vida por la del sustento.. . )) 'l. Preocupación similar sintieron en Canarias los obispos, por esta causa, hasta tal punto que en sus sinodales el obispo Murga l1 C. DE LA CAMARA Y MURGA: Constituciones Sinodales del Obispaüo de Ea Gran Canaria ... por el doctor ..., Madrid, 1634: A. EIRASR OEL: art. cit., p. 303, nota 13. Núm. 34 (1988) 165 titula el capitulo 9 «De los niños expósitos)); y recoge en él lo siguiente «Por la malicia, o ignorancia puede suceder que los niños expbsitos, aunque traygan cédula de bautismo, de verdad no están bautizados. Y porque sería grave dexar su salva-ción en duda, conformindonos con los sagrados cánones, S.S.A. mandamos, que los bautizen debaxo de condición, si por otro camino más que la cédula no constare del bau-tismo, pues no es tememaria esta diligencia, sino piadosa, para la seguridad de la vida eterna)) lS. Como se ve, esta era la preocupación principal para con unos niños condenados casi desde su nacimiento a la muerte, más ésta podía ser reconfortante si contaba con su salvación. Por ello algunos eran bautizados casi al unísono con el momento de la exposición, como la niña Isabel, expuesta el 20 de febrero de 1647, a la noche, y bautizada a esa hora. Las admoniciones de los prelados hicieron su efecto y nor-malmente los niños expósitos eran bautizados en la primera se-mana después de su natalicio, en especial después de la creaci6n de la cuna en 1647. Anteriormente apenas si se toma en cuenta la fecha del nacimiento, salvo en muy contados casos. Entre 1647 y 1674 comienza a aparecer con mayor asiduidad el dato, y a par-tir de la última fecha se nota mayor frecuencia, recibiendo los niños e1 agua bautismal entre el primer y tercer dia después de su alumbramiento, salvo excepciones. Muchas veces aparecen expuestos bastantes días después de nacidos, a los 20, 30 y hasta En rlínc nn iinne ngcnc u" urruu urr ruiuu vuuvv, TJT nunrr nv vtrrnvcv eu"n ny rrvnAlnu ni ru~~w9w ~I UrAliLrVinL Ic Im ILnVLcIeVYc, l l a A*" gando al caso extremo de nueve, como un niño expuesto el 23 de noviembre de 1689 que fue bautizado a los cinco meses después de nacido. Aquí indudablemente el retraso se debía, quizá, a la fecha de exposición, bastante tiempo después de haber venido al -~.--iA~- ui lu-uA,+ :--nAn C n l rrn- nnr l n -ri;etnirnin A n lo mo i l r a a n k o n iiiuúivaua, bar VGLI, FUI La AGUIUUOII~ILI~ U- ILC IIIL.UIC~ LY au4i11- donarlo, aunque el hecho de que no tuviera agua de bautizo se 19 C. DE LA CAMARAY MURGA0:1) .c it., fol. 84v. Este mismo capítulo fue recogido en el siglo XVIII en las Constituciones SinodaIes del obispo don Pedro M. Dávila y Cárdenas. 166 ANUARIO DE ESTUDIOS, ATLANTICOS podía deber a que producto de sus amores ilícitos lo tuviera oculto. En oposición a los expósit.os, los ilegítimos presentados siem-pre en la iglesia por alguna persona cercana a ellos son inscritos por el cura de turno, haciendo expresión de los días de nacido. Predominan aquellos bautizados entre el cuarto y el sexto día de nacido, y abundan los expresados con la variante ((de padres no conocidos», al octavo día. En cambio, los legítimos compa-recían a recibir el bautizo entre el quinto y el octavo día. Con respecto a la fiabilidad del sacramento recibido fuera del seno de la iglesia por peligro, los curas del Sagrario tenían u w ru .I*u.rlunmauz , iln nn-,a.rrln nfin l n m~nnlnmnr lnm n -1~ n hi~nní % r n ~ v ~ UG auubruv uvri rv yrvvruiruruv yvr UVLU~V VUI-~UAU y Murga. Así, tanto se tratara de expósitos como de ilegítimos, tenían cierta cautela tanto con las anotaciones indicadas en las cédulas que acompañaban a los niños como con las personas que atestiguaban su bautizo. Así, a un legítimo llevado a la igle-sia con dos años de edad, se le vuelve a echar agua ((sub condi-tione por no haber podido aver racón de averle echado agua)), lo mismo que a Alberto, expuesto a la puerta de la Iglesia en 24 de febrero de 1674, a quien se bautiza «sub conditione)) por haber traído una cédula que aunque decía que tenía ya agua, 'parecía ((no ser la dicha cédula auténtica)). En otros casos se acepta el que le hubiesen echado agua en casa las comadres por necesidad y temerse de sus vidas, y sólo se le aplican las bendiciones cuando son llevados a la iglesia. Así, a la niña Isabel, expuesta en agosto de 1618 se le mantiene su nombre y no se le vuelve a bautizar porque ((truja un escripto que desía ya tiene agua y se llama Isabel)). En cambio, a Esteban, a pesar de haber dicho que tenía ya agua, se le volvió a bautizar por no estar cierto. -A - v.e - c-e -s - ., y n- -c -a-- s- i -n -n -- a- -l -m - -e - -n - -t ,~ a. lgunos nii3ns son presentados en la Iglesia con bastante posterioridad al de su nacimiento, como Antonio, hijo de padre no conocido, llevado a la iglesia del Sa-grario en 1631, de quien se dice ((Por quanto se le echó agua en casa y por descuido de quien lo criaba se trajo a la pila de edad de nueve años y quatro meses)). Núm. 34 (1988) 167 Estos casos también se suelen dar cuando los nülos nacen en otras islas y luego son traídos a Las Palmas. En 1634 Antonio, hijo de padres no conocidos, es llevado a la iglesia con dos años, y se añade ({recibió agua en la isla de Fuerteventura al tiempo que nació por el peligro que tuvo». En estos ejemplos de niños sin ningún representante legal, pues en expresión de Lebnín {(el expósito era una persona por definición sin pasado>>'* , aunque hubiese culpables por el retraso en su presentación en la iglesia no eran cuestionados, sin em-bargo, cuando se conocía a su madre o padre, se les solía amo-nestar, así cuando se anota en el libro de registro a la niña Josefa, en noviembre de 1692, como hija de Barbola de Loreto y de padre no conocido, se señala que fue bautizada en su casa. por necesidad, y fue llevada a recibir las bendiciones de tres años y ocho meses, siendo la causa de la dilación el descuido de la madre. Finalmente tenemos algún caso donde en la cédula que acompaña al expósito además de indicarse su nombre y de con-firmarse que tenía agua, se añade que la persona que le había bautizado había dicho las palabras formales, para que no hu-biese duda de su cristianización en regla. En el caso de los esclavos, fruto de relaciones ilegítimas, no existían diferencias con respecto al resto de la población, por-que además del cuidado que pusieron algunos prelados en este asunto, los propios dueños se encargaban de presentarlos en la iglesia para confirmar que eran de su propiedad. 2. LOS NOMBRES Las normas del bautizo como los nombres y los padrinos los estuciiamos conjuntamente, porque consideramos que estos elementos son comunes, tanto a los expósitos como a los ilegíti-mos. Sobre la imposición de los nombres no existen nomas fijas, y obedecen a vanos factores: al capricho de los curas, a la coincidencia entre el bautizo y el santoral cristiano, al nom- F. ~ R U N N: a issances ..., art. cit., pág. 1188. 168 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS bre de los padrinos, a la nominación que aparece en las cédulas que acompañan a los niños abandonados y, por último, al nom-bre de los dueños para el caso de los esclavos. En este postrero caso también hay que señalar cómo sus nombres solían coin-cidir con el de los reyes que gobernaban el pals o con el de sus hijos. Con respecto a su nominación, en general, lo corriente .era que al neófito se le regalara un nombre simple, que recorría todo el martiriologio. Casos de apellidos apenas si aparecen regis-trados en los libros, salvo en el caso de los esclavos, que lo re-ciben prestados en un gesto de generosidad de padrinos y due- 50s. Suelen dominar apellidos referentes s santos n s cnnnnti ciones divinas como María de la Resurreccidn, Manuela del Es-píritu Santo, Pedro de la Encarnación.. ., pero especialmente se-ñorea el «de la Iglesia)), o el de Santa Ana, en atención a la pa-trona de la catedral de Las Palmas, o de San Martín, en relación al lugar donde está ubicada la cuna. La coincidencia entre el nombre del padrino y del neófito es manifiesta, tenienao en cuenta la relación de parentesco entre ~mboss,e gún las disposiciones canónicas, advirtiéndose del mis. mo al padrino. Es más comúnl sin embargo, la relación entre la fecha del bautizo y el nombre impuesto al recién nacido: en enero, San Sebastián; en junio, San Juan y San Pedro; en marzo, San Jose; en julio, Santa Isabel, Santa Ana y Santa Marta, aunque tam-bién aparecen estas nominaciones en meses distintos a la cele bración de la fiesta. En ocasiones y cuando los neófitos vienen acompañados de cédulas .se les mantiene el nombre indicado en la misma, como el niño expuesto a ia puerta de la catedral en viernes 22 de mayo de i620, a las i i de ia noche, ccqüe tmjo trn escripto que esWia baptisado y se llamaba don Carlos»; aquí incluso se le mantiene el tratamiento, lo que hace pensar en la importancia social de uno de sus progrenitores dentro de la sociedad isleña, lo mismo que doña Magdalena Sarmiento, hija natural del capitán don Diego Sarmiento, alguacil mayor de la Inquisición. Sin embargo, otras veces los curas no hacen caso al nombre que viene escrito Núm. 34 11988) 16Cl en la cédula, y le imponen otro, como a la expósita bautizada en septiembre de 1630, a quien, a pesar de haber traído un papel donde se indicaba que se llamaba Merenciana, se le impone por nombre Catalina. También es cierto que, a veces, no se le cambia el nombre por capricho, sino que la cédula aparece con poste rioridad a la imposición del sacramento. Cuando esto sucede en las partidas se anotan los dos nombres, para que no haya duda de que se trata de la misma persona, ante la posibilidad de una futura búsqueda, así Casilda, expuesta en el torno y bautizada el 8 de noviembre de 1693, ((después de bautizada leí un papel que traía en que decía llamarse María de Gracia, anótolo para y&= bidscare 2 !a &ichu nK~ri,rls & Grucia sep&q es !u &ha Casilda)). 3. LOS PADRINOS Los padrinos son una figura de obligada presencia en cual-quier bautizo, tal como preveían las normas eclesiásticas; los niños expósitos e ilegítimos no iban a ser menos, pero existen variantes entre unos y otros, así mientras los expósitos tienen como padrinos, normalmente, a hombres de la Iglesia, o relacio-nados con ella en función de sus oficios, que van desde dignida-des a curas, pasando por canónigos, racioneros, sochantres, pres-- bíteros y clérigos, los ilegítimos tienen por tales a seglares, algu-nos con cargos importantes en la administración, como oido-res, regidores, abogados, procuradores, licenciados.. . , otros re-lacionados con profesionales liberales como cirujanos, escriba-nos y notarios; artesanos, estudiantes, mercaderes, y soldados, también apadrinan a estos niños. Sin embargo, son los mozos de coro de la catedrd los que predominan en su padrinazgo, especialmente de los niños expó-sitos, alcanzando algunos verdaderos records en cuanto al nu-mero de niños que apadrinan. También figuran como padrinos esclavos, tanto de los expó-sitos como de los ilegítimos de su misma condición. Aunque en este grupo los que figuran como padrinos son en la inmensa m& yoría o sus dueños o amigos de éstos, personajes de especial re levancia dentro de la sociedad isleña. . . 170 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Lo no& es que el padrino sea una sola persona, aunque hay excepciones a la norma, así en algunos casos figuran como padrinos un hombre y una mujer. Algún ejemplo es esclarece-dor. La niña Tomasa, bautizada en 1609, cuyos padres no se conocen, tiene por padrinos a Juan de Bracamonte y a su mujer doña Luisa de San Juan, con la particularidad adem& de que se cría en su casa. Normalmente se suele asociar al expósito con un niño de ori-gen ilegítimo, también se le define a priori como «una persona sin pasado)) 15, siendo contemplado casi siempre, dentro de la, problemiitica de su origen, como fruto de relaciones extramatri-moniales. No obstante, esta visión no contempla toda Ia dimen-sión del problema, porque los expósitos pueden proceder tanto de nacimientos legítimos como de ilegítimos. En el primer caso hemos de tener en cuenta que muchos niños eran abandonados por problemas económicos tales como sequías, fuerte emigración, muchos hijos, hambres.. . que impe-dían a sus padres darles una normal alimentación, abocándolos por lo tanto a desprenderse de ellos esperanzados en que bien en la cuna o en una futura adopción pudieran tener mejor por-venir. Es muy difícil diferenciar los legítimos de los ilegítimos, pues en las partidas, única fuente con la que contamos, el laco-nismo es patenteI6. En algunas cédulas que acompañan a los niiios se visliimdra 11~rn-os de estos CISGS CG-EG, p g ejem)!~, el de la niña bautizada en marzo de 1639 en cuya cédula se dice: «A esta niña le echamos agua cuando nació, es hija de bue nos padres.)) '= frlsz. le Sobre este particular es de reseñar el intento metodológico para conocer la procedencia social de los expósitos llevado a cabo por C. AL-VAREZ SANTALO((:E nsayo metodológico: posibilidades de evaluación del nivel de ilegitimidad de los expósitos a trav6.s de la valoración de su ajuar como exponente del gmpo social de procedenciai), en Actas I Con-greso Historia de Andalucía. Siglo XVIIZ, Córdoba, 1978, pp. 61-71. Núm. 34 11988) 171 Casi podriamos asegurar :que aquellos niños expósitos que son abandonados con una cédula en donde consta su no~mbre sean fruto de relaciones legítimas y el nombre pueda ser toma-do como pista para que en el caso de ver superada su situación económica, recuperar al hijo y reconocerlo como legítimo. También se ha incidido en el carácter de picaresca que podía tener la exposición, en el sentido de ser luego recuperado por sus madres como ((amas de cría)) para así tener un salario. De algunos de estos niños abandonados por sus padres debi-do a su precaria situación económica, se descubre a sus proge-nitores por lo cual son devueltos por la justicia a los mismos como la niña María, expósita en la cuna en 1676 de quien se dice: «Esta María es hija legítima de Matías Gutiérrez y de Juana Cabrera, naturales de Fuerteventura, que le habían echado en el torno y por la justicia se le entregó a su padre en 10 días del mes de octubre de 1676 año.)) Tampoco debe olvidarse aquellos niños traídos de zonas agrí-colas deprimidas e incluso de otras islas. El hambre en Fuerte-ventura durante el siglo XVII fue acuciante, motivando la emi-gración de muchos hambrientos a Gran Canaria; es muy posible que muchos hijos de éstos fueran expuestos nada más llegar a Gran Canaria para paliar su ya gravosa situación económica. En el segundo caso encontramos a aquellos niños fruto de relaciones ilegítimas, que pensamos ocupan el mayor porcentaje. Es lo que se llama niños abandonados por ((cuestión de honor)); &tos son exp~estnsS ~Im? & que 10s identifiquej aunque al--as partidas informan o dan pistas sobre ese aspecto. En Canarias esta situación es normal como resultado de estar ubicadas las Islas en un lugar de paso, además de la fuerte emigración pro-ducida durante el Antiguo Régimen, aunque también la propia estmctUra ec~~iSmimhc ide es e!b; de hedm y en virtud de estas características algunos autores han considerado al Archi-piélago como uno de los lugares de más ilegitimidad dentro del territorio nacional 17. 17 M. LIVI BACCI:F ertility and nuptialy changes in Spain f rom the 172 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS MPÓSITOS E ILEG~'IMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII 15 Algunos ejemplos pueden ser significativos, como el que re-coge la partida registrada el 30 de diciembre de 1648 de una niña llamada Inés, que fue abandonada con una cédula que de-cía: ((Críese bien que será bien pagada)) o el caso de otro en cuya cédula figura que se llama {{Don Carlos)) lo cual indica el origen preeminente del expósito. También la ciudad de Las Palmas servía de refugio providen-cial para exponer niños fruto de amores ilegítimos en el campo o en otras islas, pues un modo de escapar al deshonor era des-hacerse del recién nacido en lugares donde no eran conocidos. Por úitirno, señalar que, aunque no es la norma, nos hemos encontrado con algunos niños de color expuestos, unos son mu-latos, y en algún caso de color negro, así, por ejemplo, un niño echado en la cuna en 1698 al inscribirse en la partida se registra: «el pelo que trajo es de negro». De aquí se pueden deducir algu-nas consideraciones, tal vez hipotéticas: por un lado, pudiera ser que el niño fuese arrojado a la cuna por su propia madre, esclava, para evitar que siguiera su misma condición, como el caso de una niña: Ana, expósita en 1697, que es reclamada pos-teriormente por doña María de la Torre como su esclava opo-niéndose a ello los curas del Sagrario lB. También podría darse el caso de que algunos de estos niños de color expuestos en la cuna fueran el fruto de la unión ilegal entre un negro y una mujer blanca, la cual ante el temor de ser descubierta prefiera abandonarlo en el torno. late 18 th to the early 20 th Century, pp. 227-228. Cit. por J. M. MARTÍN RUIZy M. C. DÍAZR ODRIGUEZA:r t. cit. «Por auto del sr. provisor de febrero de 1702 proveido en vista de autos que siguieron los p cura. del Sagrario de esta catedrai contra doña María de la Torre sobre restitución de Ana, expresada en esta partida, se declaró no haber lugar dicha restitución en atención a la plena justi-ficación de esclavitud de la dicha Ana, expósita, y en conformidad de ello a petición de la dicha María se mandó por dicho provisor hacer esta nota para cualquiera certificación que se pida de dicha partida se dé con eiia, no en otra manera como consta de autos que pasan ante don Pedro Cabrera, notario mayor.)) Núm. 34 (1988) .' 173 16 MANUEL LOBO CABRERA Y MARÍA JOSÉ 'SEDILES GARCÍA 4.1. Lugares de exposición Hasta 1647, fecha de la creación de la cuna, el lugar de expo-sición más común es la puerta de la iglesia del Sagrario o la puerta principal de la Catedral, lo que indica la preeminencia de la iglesia en este aspecto; posiblemente en las fechas anterio-res era la institución religiosa la encargada de velar por el cui-dado de estos niños. Una vez que se institucionaliza la Casa-Cuna, el porcentaje más elevado de expuestos corresponde al torno del Hospital de a San Martín por estar ubicada en dicho hospital la cuna; no obs-tante, se reparten las exposiciones en otros centros religiosos, $ como la puerta de Las Descalzas, convento de San Ildefonso y {- diferentes capillas de la Catedral de Las Palmas, como la de E Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de La Antigua, in-cluso el altar mayor de la Catedral. -E Eay "1'i.p rl&amr la exp&c.ih en algb c r ~ c . d~ en l a iglesia, $ en la puerta del palacio Obispal o en la calle donde vive el obis- 0 po, en iglesias extramuros de la ciudad como San Sebastián, quizás apropiada por estar en un lugar alejado de población e incluso en puertas de personas de preeminente condición social, que puede hacer pensar que algunos de los personajes residentes % a en ellas tuvieran alguna relación de parentesco con el abando-nado o incluso simplemente buscando un buen hogar donde criar a un niño de condición humilde. Entre estos casos se en- j cuentran tres niños abandonados a la puerta de la casa del ar- " ncJ;n-n T - v n - Q o r r t i r t n Ciirin n A-1 alfbrrio A n n T l r s n Ari ' l 7 n l A ~ L&A.UQLLV U U W L YCIiUbLClLiTX U U L I W W U - L U U U A UY UVll V I I L L i I I UU I UIUU-mama e incluso en otras de condición no tan boyante como la del zapatero Francisco Rodríguez Villarreal, que se encontró un niño expuesto a la puerta de su casa en 1640. Además, también son traídos a Las Palmas, sede de la cuna, niños abanaonaaos en otras iocaiiaaaes como Jinamar, Teide Guía, San Lorenzo y Tenoya que habían sido expuestos en las iglesias principales de estos lugares. Algunos incluso a pesar de tener la condición de expósitos se tiene constancia al menos de su madre como el caso de dos niños gemelos dejados en el tor- 174 ANUARrO DE ESTUDIOS ATLIINTTDS no en 1690, los cuales se bautizaron en Guía por hijos de Bea-triz Bruma y padre no conocido «según consta en la declaración del beneficiario de dicho lugar, y averiguación si la dicha Beatriz los echó y se embarcó para ~enerifei. En otros casos hay que destacar la suerte que van corriendo estos niños desde su primer lugar de exposición hasta que llegan a la Cunade Las Palmas, como un niño recibido en la Iglesia del Sagrario en el mes de abril de 1679 donde'e~c ura da fe: K.. . Como trajeron un niño expósito en la Villa de Gufa que en dicha Villa se halló en la carnecería y fue bautizado por el Bachiller D. Constante Acedo y Pelox, beneficiado de di-ch=, W!s, m 3? & diche mes y (?!c~o IAQ trzienitde !a persona por el lugar de Arucas allí cogiole la noche, le colgó en un cerrojo de una puerta g por el alcalde de dicho lugar fue preso dicha persona y le remitió a la carceI Real con dicho niño llamado José y para que conste en todo tiempo así lo anoto.» Con respecto a la hora que tiene Iugar la exposicidn, los pocos datos referidos en las inscripciones de los libros sacra-mentales reflejan que los niños fueron abandonados entre las 7 de la tarde y la madrugada, por lo tanto, la noche y la obscuri-dad eran los momentos oportunos y cómplices para el abando- -no de unas criaturas indefensas. En Canarias la benignidad del clima no presenta un excesivo peligro como en la Península, las heladas, nieves o lluvias para sus vidas. k horas de¡ dia no hemos encontrauo ningún caso de expo-sición. En cuanto a otros peligros que acecharan a los niños aban-donados sólo se nos ocurre pensar de acuerdo con el juicio de Viera, que pudieran ser mordidos por animales 19, teniendo en cuenta que muchos de eIlos eran expuestos de noche y en lugares poco transitados. le J. VIERAY CLAVIJO0: 1).C it., vol. 11, p. 696. 4.2. Estudio cuantitativo de los expósitos Los niños expósitos de la ciudad de Las Palmas presentan un proceso evolutivo diferenciado a lo largo del siglo XVII. Durante la primera mitad del siglo muestran una trayectoria poco significativa, de hecho, en la primera década 410 se regis-tran siete expósitos; quizás haya que achacarlo a dos factores importantes: el asalto a la ciudad en 1599 del pirata holandés Van der Doezt y a la epidemia de peste que asoló al archipiélago entre 1601 y 1606 Entre 1611 y 1647, fecha de la creación de la Cuna, se obser- -v-a- uria recuperacl'uL-r i u- -c- -e-r_iIu- -aLr- iLe c--u-~ a-i7 l gunus u-a- Yc- - -r ies cA-u-r--r iu 8i & 1626 y 1643, coincidiendo con la misma tendencia en los naci-mientos legítimos. Asi entre 1611 y 1620 se aprecia un ligero aumento tanto de unas concepciones como de otras, con una atonía en la tendencia privativa de ia jurisdicción de Las Pairnas que contrasta por ejemplo con la recuperación manifiesta que se aprecia en el noroeste de la Isla de Gran Canariat1. k t r e 1621 y 1630 se sigue con la misma tendencia, ocasio-nada además de por la situación que venimos observando, por las sequias producidas los años 1621, 1625, 1627 y 1629. Se une a ello la emigración continúa hacia el continente americano y la posible incidencia de la «peste milanesa)} sobrevenida entre 1629-1631 ". En los años comentados hasta ahora, los porcentajes de expó-sitos apenas superan el 10 por 100, salvo algunas anualidades aisladas. A las causas descritas hay que unir el desdén de la iglesia hacia unos niños considerados como fruto del pecado. 20 L. A. ANAYAH ERNANDEZy A. ARROYOD ORESTE:« La peste de 1601- 1606 en las Islas Canarias)), en Revista de Historia de Canarias, 174, La Laguna, 19841986, pp. 175201. J. F. MARTÍN RUIZ: El N.W. de Gran Canaria: un estudio de demo-graffa histdrica (1485-1860), Las Palmas, 1978, pp. 60-65. fdem, p. 41. 176 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLAN.ffCOS &SITOS E ILEGÍTIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII 19 En la década de los 30, los porcentajes empiezan a aumentar situándose ya entre el 10 por 100 y casi el 19 por 100. No obs-tante aquí el ritmo de expósitos no va parejo con el total de nacimientos, sino al contrario, mantiene una tendencia de creci-miento, originada quizás por la falta de hombres y el aumento de relaciones ilicitas; esa falta de personal masculino incide en que los nacimientos legales sean más bajos. Como caso particu-lar señalar el bajo porcentaje que se aprecia en 1632 dentro de la coyuntura, motivado quizás por la sequía originada en ese año y en el anterior. Entre 1641 y 1647 el ritmo se mantiene, salvo justo el decre-cimiento operado en el mismo año de fundación de la Cuna y en sigcieiite; -- --Cm -:l+;-- 06- 1CAQ lo no;Ao rln n-rícitno GIL G3bG UI b I I lLU a uw, .IU' AZV, b'.LUU U- U i R p V U A U V U UII corresponde con 'la muesca más llamativa de toda la centuria, incidiendo por lo tanto en el desplome de natalidad tanto en un grupo como en otro. En la segunda mitad del siglo, el aumento de natalidad ge-neral repere-uieer i la natalidad de znp&itcs q;e yzn 2 +rLer porcentajes, salvo excepciones, superiores al 20 por 100. Las crestas se acentúan entre 1650 y 1670, para a partir de ahí pasar a signos de inflexión y recuperación. CUADRO 1 NACIMIENTO TOTALES Y DE EXPÓSITOS Núm. 34 (1988) Año Total Erpósitos 1 Año Total Exp6sitos 179 5 234 14 180' 14 193 25 205 20 167 16 210 15 162 11 208 18 220 21 209 25 212 14 204 19 186 21 199 24 1'77 1600 ......... 135 - 1601 ......... 128 1602 ......... 158 1 1603 ......... 168 1 1604 ......... 189 - 1605 ......... 213 1 ......... 221 - 1607 ......... 206 - 1608 ......... 195 2 1609 ......... 202 1 1610 ......... 237 2 1611 ......... 218 4 1612 ......... 190 13 1613 ......... 224 13 1614 ......... 198 10 1615 ......... 1616 ......... 1617 ......... 1618 ......... 1619 ......... 1620 ......... 1621 . . . . . . . . 1622 ......... 1623 ......... 1624 ......... 1625 ......... 1626 ......... 1627 ......... 1628 ......... 1629 ......... 20 MANUEL LOBO CABRERA Y MAR~A JOSÉ SEDILES GARC~A CUADRO 1 (Continuación) Total Expósitos Año Total Expósitos Debe tenerse en cuenta en estos años las levas organizadas entre 1662 y 1669 *, que lejos de hacer decaer el número de ex-pf iiáceñ a;Limeiten pro~c i~nd"s lea exata m& alta en 1671; a partir de aquí se ofrecen caídas notables hasta llegar " J. VIERAY CLAVIJO: 01).& t., ~ 0 1 1. 1 ,.P . 329; A. RVMeu DE ARMAS: Piratedas 3 ataques navales contra Eas I s h Canarias, t. 111, 2.8 parte, Madrid, 1947-1950, p. 685. 178 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS - TOTAL NACIDOS . . . . . : EXPOSITOS Gráfica 1.-Evoluci6n de los bautizos de Las Palmas con distinción entre el total y los exp6sito.s. 22 U U E L LOBO CABRERA Y MARÍA JOSÉ SDILES GARC~A a uno de los porcentajes más bajos hallados en esta segunda mitad de siglo, el de 1678, resentido a causa de la sequía origi-nada en la década de los 70 y en la plaga de langosta que azota a la Isla en 1676 24; este proceso de decaimiento se va a mante-ner aunque elevándose tímidamente hasta volver a alcanzar en 1687 una punta importante, con el registro de 78 inscripciones de expósitos. A partir de esta fecha, no se registran ya porcen-tajes tan elevados, manteniéndose entre alzas y bajas hasta fin de siglo. Puede incidir la fuerte mortalidad originada en estos años, que si bien afecta al total de la sociedad afecta mucho más a unos niños gestados y abandonados en situaciones precarias. De hecho, en 1677 de un total de 305 fallecidos el 39,Ol por 100 son niños 25, muchos de los cuales lógicamente pueden ser expósitos. A esa calamidad puede añadirse la llegada de la langosta en 1680, las' levas y la obligada emigración hacia las Indias Occicknta-lesz6. Si esas consideraciones influyen en la natalidad normal, pues ya hemos indicado que muchos de los expósitos son fruto de concepciones legítimas, es lógico pensar que inciden por igual en los niños nacidos como fruto de relaciones ilegítimas sobre todo en una población agotada por situaciones adversas. En relación a la Sex-ratio, con respecto a los alumbramientos de expósitos a 10 largo del siglo, hemos de indicar que a pesar de que pudiera existir o no, una mayor inclinación al abandono de varones o hembras, no se observa a este respecto ninguna anormalidad; el equilibrio entre los dos sexos es casi perfecto en el período analizado, de un total de 3.869 expósitos el 49,18 por 100 están representados por varones y el 50,81 por 100 por hembras. Tal vez la relación de masculinidad no es igual a lo 42 Aur-a n-- n-n- . rD.. ,r-...w& v q nA ... i,\,uT ,li.i.r*r.r;-c u .,..P. ,-o ~ y -: - y plaga, ,;i :a Hi~t0i3&~ .Ui-ki Canaria)), en Revista Aguayro, 107, Las Palmas, enero, 1979. 25 E. SÁNCHEZF ALC~«NE:v oIuci6n demográfica de Las Palmas)), en ANUARIOD E ESTUDIOAST L Á ~ C O S ,1 0, Madrid-Las Palmas, 1964, pp. 346348, y especialmente la 404. 2s M. LOBOC ABRERAy R. DÍAZH ERNANDEZ«: La población esclava de Las Palmas durante el siglo XVIID, en ANUARIOD E ESTUDIOATSL ÁNTICOS3, 0, Madrid-Las Palmas, 1984, p. 207. 180 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS sucedido en la Península en las mismas fechas, pues tanto en Murcia como en Madrid o Cataluña existe una descompensación a favor de los varones; sin embargo, aquí quizás debido a que el sistema de transmisión de la propiedad o a la necesidad de un hijo varón para la sucesión y mantenimiento de la casa, pueda originar el que su número sea inferior al de hembras; sin embargo, no podemos olvidar que los niños abandonados son hijos de grupos de escasa capacidad econ6mica con poco que transmitir. Quizás ello explique que no haya una descompensa-ción notable entre los sexos a la hora del abandono. Estos datos coinciden con los estudios realizados para la ciu-dad de Sevilla, donde tampoco se observan diferencias entre los sexos ". Concluyendo podemos señalar que el porcentaje de expdsitos a lo largo del siglo para la ciudad de Las Palmas, hay que si-tuarlo en torno al 16,81 por 100, lo que significa un saldo elevado si lo comparamos con otras poblaciones del territorio nacional, donde la media no alcanza en absoluto esa cifra, aunque hay si-militudes en algunos años puntuales. CUADRO2 TANTO POR CIENTO DE EXPÓSITOS POR DECENIOS Decentos Nacimientos Expósitos , fndice 4 ann í enn J.OWIWVJ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.815 1610-1619 .... ..- . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.058 1620-1629 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.977 1630-1639 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.969 1640-1649 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.110 1650-1659 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.481 1660-1669 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.410 1670-1679 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.787 1680-1689 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.638 1690-1'700 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.758 .C. ALVAREZS ANTAL«OM:a r,@nación ... », op. di!. N Ú ~ 3.4 (1988) 181 24 MANVa LOBO CABRERA Y WÍA JOSÉ SEDILES GARCÍA A la vista del cuadro anterior, comprobamos cómo en las tres primeras décadas del siglo el porcentaje de expósitos con res-pecto al total de natalicios apenas supera el 10 por 100, sin em-bargo, una vez creada la Cuna el porcentaje llega al 20 por 100, superándolo en algunas décadas, por ejemplo, en la de 1670-1679 en que se obtiene el índice más elevado. 4.3. Ritmo mensual de nacimientos de expdsitos E1 reparto mensual de niños abandonados a lo largo del si-glo XVII en Las Palmas representa el siguiente ritmo: Mes de concepción Totd Enero ..................... Febrero .................. Marzo ..................... Abril ..................... Mayo ..................... Junio ..................... Julio ..................... Agosto .................. Septiembre ............... Octubre .................. Noviembre ............... Diciembre ............... Mes 0% abandono Octubre ................ Noviembre ............ Diciembre ............... Enero .................. Febrero . . . . . . . . . . . . . . . Marzo .................. Abril .................. Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . Junio .................. Juiio ............. ;. ... Agosto .................. Septiembre ............ fndice 010 7,75 7,89 7,58 9,64 9,39 10,58 9,43 820 7,62 7,41 6,71 7,80 Los máximos de expósitos se localizan a fines del invierno y en pri_mavem, mrint.-ni&ri_n-e por 1~ t~qt.0 mjsma tdni ~qi ~ e en otras poblaciones del solar hispano, mientras que en el ve-rano estos valores decaen comenzando el ascenso en el otoño y primer mes del invierno. Indudablemente el hecho del abandono . . . . . . . en meses frios entrafia mayores riesgos, aunque en canarias por lo atemperado deldirna no lo es como un riesgo extremo. 182 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS RITMO DE NACIMIENTOS DE EXPÓSITOS (%) MES DE CONCEPCIÓN MES DE NACIMIENTO Los valores contemplados para los meses de abandono, nos ponen en relación con el movimiento estaciona1 de las concep ciones, situándose los porcentajes más altos en primavera, mayo y junio, y en verano, julio y agosto; mientras que los mínimos se localizan en el otoño y en el invierno, aunque tampoco se pueden establecer grandes variaciones salvo si exceptuamos el mes de noviembre con el porcentaje m& bajo. Se puede obser-var, por lo tanto, que el ritmo de concepciones difiere de aque-llas originadas en el seno de una unión estable, acentudndose las concepciones justamente en los meses donde según un te6 rico del siglo XVII, lo veía como la cosa más natural, al produ-a cirse en primavera ((una savia general se extiende y se insinúa N efi iodo c-uerpojj 28. sin erIibargo, esta sav-ja iam5ien cUniirl-& E O en verano. n-- Las posibles oscilaciones entre las cuatro estaciones del año m O E pueden responder a otras variantes en relación a las activida- SE des agrarias y sobre todo al factor religioso, si tenemos en cuen- -E ta que en el siglo XVII, la religión influye en la vida y en las cos- 3 tumbres de la sociedad propia de esa época. - - Si analizamos detenidamente cada uno de los meses pode- 0 m E mos entender que están en consonancia con el ciclo de las co- O sechas. En enero el índice se encuentra en un lugar moderado n junto con diciembre, son meses de no mucha actividad agraria, -E aunque se asista a la recogida de las papas y a la siembra de a 2 cereales; el que el índice no disminuya también se debe ademas n n a que no se respeten las recomendaciones eclesiásticas para los meses de Adviento, llevadas con más rigor en otras épocas 3 O del año. Febrero y marzo mantienen el mismo ritmo entre 7,89 por 100 y 7,58 por 100. Son meses lluviosos, impiden las tareas cam-pesinas y dejan más tiempo al ocio, sin embargo, están marca-dos por la Cuaresma, cuando la IgIesia es mucho más severa con la cohabitación. Abril, mayo y junio e incluso julio mantienen los índices más elevados entre 9,64 por 100 y 10,58 por 100. Los dos primeros Cit. por P. G U I U U ~y J. P. POSSOVD: émographie histdrique, Parfs, 1970, p. 171. 184 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EXP~SITOS E ILEG~TIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII 27 meses son meses apacibles en cuanto a las cosechas se refiere, pero también son meses de zafra, de vida en el campo, donde hombres y mujeres podían, alejados de sus hogares, mantener relaciones amorosas ilegítimas desencadenando así mayor núme-ro de concepciones. Agosto, a pesar de ser un mes de descanso y de vuelta a casa de los agricultores, sigue manteniendo un porcentaje nada des-preciable. Finalmente octubre y noviembre mantienen los porcentajes más bajos por lo tanto podemos comprobar como gran parte de las máximas de concepción de futuros expósitos coinciden con meses de máxima intensid~d agraria: época de regogida de mi- 110, papas y los cereales. Los ilegítimos, niños que nacen fruto de unas relaciones man-t, enidas fuera del matrimonio, los conocemos por el rigor de los curas al anotar en el registro el desconocimiento de sus padres o de algunos de ellos. Sin embargo, todos los ilegítimos no son iguales, en cada uno de ellos normalmente influyen distintas causas, pero tienen un común denominador: a los ojos de la iglesia y de la sociedad entera, en especial la del siglo XVII, condicionada por su carácter cerrado; son hijos del pecado. A pesar de sus similitudes, las formas de expresión emplea-das por los anotadores nos permiten analizar distintos modelos semejantes, en términos generales, a la clasificación aporteda por Rodriguez Sánchez 29. Son éstos: 1. Hijos de padres no conocidos. 2. Hijos de madre conocida y padre desconocido. J. T T J 2 _ . 3 _ .. _ .T..- _-.-- -'- 7 - --- - -TI- 2 - ---- - -:2 - nijus ue paure cu~iuciuu y rriaure uescuriuciua. 4. Hijos de padres conocidos, generalmente solteros. 5. Hijos de padre desconocido y madre esclava. 29 A. R'ODRÍGUESZ NCH«LEa nZata:li dad ilegítima en Cáceres en el siglo XVI», Revista de Estudios Extremeños, XXW, Badajoz, 1979, PP. 125-164. , 5.1. Hijos de padres no conocidos Constituye éste el apartado y porcentaje más alto dentro del conjunto de la serie, son identificados porque el anotador los registra como: hijos de {{ignotos padres)), {{cuyos padres no se conocen)), «cuyos padres no se saben)) o simplemente de {{padres no conocidos)). En estas anotaciones los registradores, bien omiten el dato porque no lo conocen, o bien porque son cómplices de los pa-dres y no interesa su identificación, pues a veces el cura, a pesar de afirmar que estos niños recibieron agua en su casa de su ma- N E no, sin embargo, los anota como hijos de padres desconocidos, O incluso en otro caso asegura conocer a los padres como los del g niño Ignacio, bautizado el 2 de febrero de 1621 y en donde el cura anota «cuyos padres sí se saben, pero no se escriben)}. S E La ocultación de1 nombre de los padres responde a varias cuestiones, bien por que los padres sean casados, bien porque el padre sea miembro de la Iglesia e incluso porque uno de m ellos pertenezca a la condición de esclavo. E Aquí incluso habría que agrupar según algunos investigado-res 30, a los expuestos en la puerta de la iglesia, pero ya éstos han sido estudiados por nosotros en otro apartado. E a- También encontramos en algunos de estos niños ciertas ano- l - taciones de las cuales se puede deducir el origen de alguno de sus progenitores como en el niño Martín, bautizado en 1603, que $ fue tomado de la iglesia por el Licenciado Roque Díaz Pelos, cura de la Catedral, quien añade «que lo toma para criarle por amor de Dios» o en otro caso en que sirven de padrinos a la niña To-masa, bautizada en 1609, el regidor Juan de Bracamonte y su mujer doña Luisa de San Juan, el cura añade nse cría en su noao \. UCS""~~. En otros casos ya hemos comentado el desconocimiento de sus so J. A. LUNAD ~Az«:A proximación metodológica al estudio de la na-talidad ilegitima. El caso de Granada, en el siglo xvrn, en Actas de las 11 Jornadas de Metoáologáa y diddctica de Za Historia, Cáceres, 1983, pá-gina~ 4 3-58. 186 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS padres pero, sin embargo, por el apelativo que llevan: uDon», indica ser hijo de personas principales y se oculta su nombre para evitar el escándalo. Otra variante puede ser 1s de aquellos niños que en principio se anotaron como de ((padres desconocidos» que luego por ano-tación al margen son legitimados, como el niño Juan, bautizado en noviembre de 1633, que aunque en principio se dice que sus padres no se conocen, a continuación se añade «los padres se llaman Francisco Díaz y María Suarez, que se casaron y su ylus-trisima, el Señor Arzobispo le mandó asentar en el libro)). Dentro del conjunto de ilegítimos este grupo alcanza el por. centaje más aito sin üucia aiguna: ei 78,9 por iO0. ~ U A ~ R4O VARIANTES Y PORCENTAJES DE HIJOS ILEGfTIMOS Variantes N.O total fndice */o 1. Padres desconocidos ........................ 1252 78,9 2. Padre desconocido-madre conocida ......... 304 19,l 3. Padre conocido-madre desconocida ......... 13 0,8 4. Padres conocidos solteros .................. 19 1,2 5. Padre desconocido-madre esclava . . . . . . . . . 5.2. Hijos de madre conocida y padre desconocido Este grupo le sigue a la zaga a1 anterior y son aquellos niños en cuyas partidas se refleja el nombre, apellido y en alguna ocasión condici6n de la madre y desconocimiento del padre. Re-presentan el 19,l por 100 del total de ilegítimos, sin contar los hijos de esclavas que los analizamos aparte por ser un grupo más homogéneo. Normalmente se trata de hijos de mujeres solteras o viudas que mantienen relaciones sexuales con hombres de su misma condición, pero casados, lo cual impide declarar su nombre, o Núm. 34 (1988) 187 con individuos de clase superior a la suya. Ha de tenerse en cuenta que muchas de estas mujeres servían como domésticas en casas de dignidades de la Catedral o de personas de condición social preeminente. Tampoco podemos desdeñar aquellos casos de niños hijos de mujeres ((ligeras)), como prostitutas, mesoneras, etc., que por supuesto cuando declaran el desconocimiento del padre lo hacen a ciencia cierta, pues en sus múltiples relaciones es muy difícil saber a quién corresponde la paternidad. Algunos ejemplos pueden ser significativos y corroborar las variantes anteriores : N... Juan, hijo de Ana de Cervantes, vecina de Agüimes que reside en casa de D. Juan de San Juan, contador üe ia Iglesia.)) También se da algún caso de mujeres casadas que mantienen relaciones ilegítimas con hombres fuera del matrimonio, así se A- -1 4- ..- -4ñrr r i - r n rn Arrnlnrn nnmn r , k i ; r \ lnr4timn An ua cr baDu UG ui r i r ~ i i uy u c uc u c b r a i a bui r ru nr i r ju A G g L u u r i v UG Felipe de Santiago, mareante y de Francisca Rodríguez, su mu-jer, vecinos de Trianan; sin embargo, el anotador señala al mar-gen: «este no es hijo legítimo ni se conoce su padre, sí su ma-dre que es la dicha)). E incluso hijos.de viudas como el niño Esteban, hijo de Mar-garita Acebedo, de nación francesa, bautizado el 11 de noviem-bre de 1673. 5.3. Hijos de padre conocido y d r e desconocida Esta tercera variante está a bastante distancia de la anterior y constituye el ejemplo inverso, se conoce al padre y se desco-noce a la madre. Con estas características sólo hemos encon-trado para ei conjunto dei sigio 13 casos, que representan ei 0,8 por 100, posiblemente tal anotación se debe a la caracterfs-tica de que el padre aquí es soltero, mientras que la madre, o bien es una mujer casada y por miedo al escándalo y al desho-nor oculta su maternidad o bien se trata de una viuda. 188 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Tampoco debe olvidarse el que los padres sean servidores domésticos en casas donde sus amantes pertenezcan a un estrato muy superior al suyo. La omisión materna pensamos que puede estar motivada por el miedo, el miedo a una sociedad que no veía con buenos ojos este tipo de relaciones y que obliga a las madres a rechazar y a negar el cariño y cobijo a un hijo, fruto de un amor ilegal. 5.4. Hijos de padres conocidos, generalmente solteros En este modelo englobamos aquellos niños que pese a ser fru-to de amores ilícitos, sí se hace constar el nombre de los padres. pues son acogidos como ((hijos naturales)) habidos de una rela-ción entre personas solteras; en este caso, hay que destacar la valentía de ambos al declarar su situación representados por 19 registros, que constituyen un índice del 1,2 por 100. Estas personas han tenido estos hijos, bien como fruto de un amancebamiento, tan común en esta sociedad, o simplemente que por tener una mente más abierta no consideraban impres-cindible el rito del matrimonio. Algunos, después de haber te-nido como fruto del amor un hijo, legalizan su situación y se casan. En estos casos se encuentran también personas de una situación social importante que a veces no tienen la valentía suficiente para declararlo en vida, pero que en su testamento reconocen al hijo habido de amores clandestinos, así en 1633 es bautizada doña Magdalena sarmiento como hija natural del capitán don Diego Sarmiento, Alguacil Mayor ,de la Inquisición, ya difunto, y de María de Herrera. Personajes de linaje niegan, sin embargo, a veces su paterni-dad como cuando la consumación del acto sexual ha sido con violencia, como por ejemplo el estupro, es el caso de «María, bautizacia en octubre cie 1677 como ñija naturai Uel capithn don Bernardino Cabeza de Vaca y de doña Isabel Pacheco de Alcala, ésta sigue pleito contra el padre de su hija ante el Juez Ordina-rio bajo acusacidn de haberla estuprado)). En otros casos, el hijo natural es habido por promesa de casamiento del hombre a la mujer, así, Isabel Rodríguez, quien Núm. 34 (1988) 189 hubo 'una hija natural con Antonio Almeda, sigue juicio contra él ante la Audiencia por su honra; o, por ejemplo, la viuda Esco-lástica Zambrana que mantiene demanda matrimonial contra Pedro de Zurita, vecino de Telde, después de haber tenido como hija natural a María, bautizada el 12 de octubre de 1697. En alguna ocasión, el niño bautizado como expósito en la pila, al cabo de bastantes años es declarado como hijo natural. En 1680, por ejemplo, una niña llamada María figura como ex-pósita en el torno, y en 1759 se anota que la dicha María es hija natural de Francisco Suárez Romero, hermano del Inquisidor Apostólico de las Islas, y de doña Catalina de Torres 31. a Como se puede observar, el miedo al deshonor cohibía a N E estas personas a üeciarar en su momento ia paternidad. O -,, =m O E 5.5. Hijos de padre desconocido y madre esclava SE = Constituye una relación bastante común y por ello la estudia- $ mos aparte y obtenemos su índice, no dentro del conjunto de los -- ilegítimos, sino como grupo diferenciado debido a su elevado f porcentaje si lo comparamos con el total de bautizados. O Los esclavos ya han sido objeto de estudio por nosotros =; n sin embargo, en el referido artículo analizábamos la población % esclava en general; aquí nos interesa s61o los esclavos nacidos a 2 en Las Palmas como fruto de relaciones ilegítimas entre escla- n 0 vas, sus dueños y otros componentes de la sociedad insular. 3 O a1 ((Por auto del señor provisor y vicario general de este obispado en 11 de septiembre de 1759 habiendo visto la información que se hizo ante la junta real por ante Juan Guerra, escribano público, en 20 de abril de este presente año, en que consta haberse declarado padre natural de doña María Suarez Romero acontecida en la antecedente partida ser hija de don Francisco Suárez Romero y de doña Catalina de Torres, se mandó anotarse aqui.-Diego Antonio de Castro. Por auto del señor provisor y vicario general de este obispado en 12 de octubre de 1741 que queda en este archivo se mandó anotar que la María contenida en esta partida es hija de un hermano del señor doctor don Andrés Suárez Romero Caldenn, inquisidor apostólico de esta Isla, y de doña Catalina de Torres, y para que conste lo firmo.)) M. LOBOC ABRERy AR . D~AHZE RNÁNDEZA:r t. cit. 190 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EXPÓSITOS E ILEGÍTIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII 33 Las anotaciones se caracterizan siempre por el mismo deno-minador común. Aparece registrado siempre el nombre de la madre y su propietario, a quien le interesaba a todas luces re-gistrarlo porque todo niño habido en una esclava seguía la condi-ción de su madre. Sin embargo, con respecto a la paternidad, los padres no son citados nunca y apenas si se alude al desconocimiento de su nombre salvo en algunas ocasiones en que se añade la coletilla «de ignoto padre)). Si atendemos al volumen de esclavos habidos de relaciones ilegítimas y los ponemos en relación con el total de las variantes un.~lzaci,ash u!!amm qce !es escluvm a!cu~mrie ! mgym percen-taje e incluso si por el contrario lo comparamos con el total de nacidos, se colocan en segundo lugar después de los expósitos con el 7,32 por 100. 5.6. Estudio cuantitativo de los ilegit'imos La natalidad ilegítima en Canarias se ajusta a la teoría mar-cada en el territorio nacional, se trata de un comportamiento que venía dándose desde 6pocas anteriores hasta el punto que como dice Benassar las relaciones extraconyugales cuyo fruto es la ilegitimidad, pierden carácter vergonzante durante el siglo x v ~ hasta el punto de no tener que ocultarla por encima de todo 33; sin embargo, estas relaciones extramatrimoniales se desarrollan siempre dentro de una situación de dependencia de la mujer con respecto al hombre, ya que el honor familiar descansaba en su pureza ". También la ilegitimidad se nos presenta aquí como un fen6- ...,.m- .. .,.L..-* 2. rin..,....;l- e-... 1-r -,i-"ri.,r+":-.. -i.,ll^;l,, ,A,- -1 IUGLIU CILUQIN UG ~ ~ A G L U bVu 1 1 iua ~ U L L ; G L I L ~ JrCla~u auua para al conjunto del siglo, alcanzando el índice del 6,90 por 100, bastante B. BENNASSALRO:S españoles. Actitudes y mentalidad, Barcelona, 1978, PP. 177-188. M. F'ERNMÁELVZAR EZ: La sociedad ..., op. cit., p. 107. Núm. 34 (1988) 191 superior a Cáceres y cercano al de Granada aunque en nues-tro caso no incluimos entre éstos a los esclavos. El que el porcentaje de la ciudad más importante de la Isla de Gran Canaria sea elevado, responde a varias circunstancias: en primer lugar, al ser una ciudad portuaria transitan por ella mucha gente de paso; además, actúa como receptora de inmi-grante~ b ien del campo como de las islas de Lanzarote y F'uerte-ventura, de donde emigra mucha población a causa de las ham-bres y las sequías 37 y entre ella, muchas mujeres con el objetivo de conseguir una ocupación más ventajosa que en sus lugares de origen empleándose en el servicio doméstico y en muchos casos a ejerciendo la prostituci~nE. stas causas las ponían al alcance de N caer como presas fáciles del amor ilegal. O n-- m O E CUADRO5 2E NACIMIENTOS TOTALES Y DE ILEGfTIMOS E Año --To tal ... 135 ... 128 ... 158 ... 168 ... 189 ... 213 ... 221 - Afio Total Ilegitimos O-m E 1621 ......... 210 22 1622 . . . . . . . . . 162 12 O 1623 ......... 208 20 1624 . . . . . . . . . 220 n 20 18 E 1625 209 . . . . . . . . . - a 1626 . . . . . . . . . 212 2 1 l 1627 . . . . . . . . . 204 11 n 1628 . . . . . . . . . 186 16 n 1629 . . . . . . . . . 199 13 1630 . . . . . . . . . 189 18 3 O 1631 . . . . . . . . . 204 22 1632 . . . . . . . . . 201 17 1633 . . . . . . . . . 152 16 1634 . . . . . . . . . 192 19 1635 . . . . . . . . . 229 17 1636 . . . . . . . . . 141 22 1637 ......... 207 15 1619 . . . . . . . . . 205 1640 . . . . . . . . . 219 22 16 m..... .... 167 1l77 1 1641 . . . . . . . . . 221 15 1. ? ~ S TN~ÚNÑE Z: Op. Cit., p. 226. J. A. LUNA DIAz: Art. cit., pp. 55-58. R. ROLDAN: El hambre en Fuerteventura (1680-1800), Santa C m de .Tenerlfe. 1968. 192 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Año Total Ilegitimos Año Total Ilegttimos T&i& cigrl_& QP pr@efitghl como im !ijg.gr providen-cid para esconder un embarazo deshonroso dionde nadie las conociera. Estas circunstancias no sólo son propias de la sociedad insu-lar sino de otras partes de la Península e incluso de Europa; sin embargo, tiene un comportamiento más acorde con algunas poblaciones peninsulares que con el resto del occidente europeo. TOTAL NACIDOS . . . . . , ILEG~TIMOS Gráfica 3.-Evolución de los bautizos de Las Palmas con distinción entre el total y los ilegítimos 194 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Así los nacimientos ilegítimos lejos de mantener su movi-miento ascendente es descendente, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo; puede incidir en ello la creación de la cuna, lo que les incita quizás a desprenderse de sus hijos al saber que contaban con un lugar donde iban a ser atendidos. CUADRO6 NACIMIENTOS TOTALES Y DE ESCLAVOS Año Total Esclavos Núm. 34 (1988) Año Total Esclavos CUADROV I (Continuación) Año Total Esclavos Año 1690 ............ 1691 ............ 1692 . . . . . . . . . . . . 1693 ............ 1694 . . . . . . . . . . . . 1695 . . . . . . . . . . . . 1696 . . . . . . . . . . . . 1697 . . . . . . . . . . . . 1698 . . . . . . . . . . . . 1699 ............ 1700 . . . . . . . . . . . . Total Esclavos Frente a porcentajes elevados para la mitad primera del siglo, rondan entre el 10 y 20 por 100, en la segunda mitad rara vez se alcanza ese porcentaje; muy al contrario, en el ultimo ter-cio el índice no supera el 5 por 100. Además de la creación de la Cuna, el declive de la natalidad ilegítima también puede deberse a la presión eclesiástica, espo cialmente después de Trento y por supuesto a las prácticas anti-natalistas, añadiendo aquí el juicio de Lebroun que considera a los niños expósitos, que sí aumentan, como una práctica com-plementaria de la anticoncepción. Con respecto a la Sex-ratio, se mantiene un poco la tónica general, aunque en este caso hay una descompensación a favor de los vlrmec: qiie reprecentsin e! 52J5 pnr 100 frente a IBS hembras con el 47,85 por 100; esta inversión con respecto a los expósitos puede explicarse en que aquí los niños se quedan al cuidado de algunos de sus padres, siendo por lo tanto, de acuer-do con la teoría del Antiguo Régimen, un complemento econ6- mice desde e! r n ~ ~ i i mqute~ p uede= trzbj,;ar. ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS MP~SITOS E ILEGÍTIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII N" - TOTAL NACIDOS . . . . . . ESCLAVOS Gráfica 4.-Evolución de los bautizos de Las Palmas con distinción entre el total y los esclavos Núm. 34 (1988) 197 5.7. Ritmo mensual de nacimientos de ilegitimos Nos parece oportuno analizar igualmente aquí el movirnien-to estaciona1 de los alumbramientos y de las concepciones. En líneas generales podemos afirmar que el movimiento esta-cional analizado para los expósitos coincide casi plenamente con el de los ilegítimos. Los valores máximos se sitúan por este orden: primavera, verano e invierno, mientras que los mínimos se localizan en otoño y principios del invierno. Aquí podemos hablar de algunas oscilaciones bruscas, pues frente al 6,29 por 100 de concepciones del mes de octubre se G ~ I U I ?? C,W por lN! en e! mes de jlrxi~. influyen por lo tanto lo analizado para los niños expósitos: Disposiciones eclesiásticas y condiciones laborales. (Irrpnac! ? RITMO MENSUAL DE NACIMIENTOS DE ILEGITIMOS (010) Mes de concepcidn Enero ..................... Febrero .................. Marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . Abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Julio ..................... A ~ o s t n . . . . . . . . . . . . . . . . . . --o---- Sep timbre ............... Octubre .................. Noviembre ............... Diciembre ............... Total Mes de nacimiento f ndice Octubre .................. Noviembre . . . . . . . . . . . . . . . Diciembre . . . . . . . . . . . . . . . Enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . Febrero . . . . . . . . . . . . . . . Marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . Abril ..................... Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . Junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Julio ..................... Agosto .................. Septiembre ............... ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS RITMO DE NACIMIENTOS DEILEG~TIMO(S% ) MES DE CONCEPCION MES DE NACIMIENTO J U ~ I O Junio Gráfica 5 6 . ESTUDIOCU ANTITATIVO GENERAL A través del estudio de los distintos grupos en donde la ile-gitimidad por un lado, el abandono por otro y la condición juri-dica los convierte en marginados; se habrá podido comprobar cómo sus porcentajes no son nada despreciables dentro del con-junto de la sociedad canaria del siglo XVII. Los tres grupos juntos alcanzan un índice superior al 30 por 100, y de todo se desprende al margen de otras connotacio-nes que ya hemos hecho, la permeabilidad de nuestra sociedad y cierto aperturismo en cuanto a relaciones extraconyugales. Condicidn Total fndice O/O Expósitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.869 16,81 Ilegítimos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.588 6,90 Esclavos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.686 7,32 Total de Total de nacidos marginados fndice 23.011 7.143 31 Ahora bien, si comparamos la gráfica numero 6 donde se re-fleja el total de nacidos para todo el siglo con el total de escla-vos, expósitos e ilegítimos juntos observamos que llevan ritmos paralelos, incidiendo por lo tanto las catástrofes: sequías, pla- gas, hambre, levas .... tanto en un grupo como en otro a pesar de que los marginados no pueden acudir muchas veces a las ventajas de la población libre y legítima, porque en todo margi-nado pesa mucho más la muerte, el hambre y la miseria. ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS NACIMIENTOS TOTALES Y TOTALES DE EXPÓSITOS, ILEGfTIMOS Y ESCLAVOS Total expósitos Ado Total ilegítimos y esclavos Total expósitos Año Total ilegitimos y esclavos 44 MANUEL LOBO CABREHA Y MARÍA JOSÉ SEDILES ~ 4 ~ c Í . 4 CUADRO IX (Continuación) Total exp6sitos Año Total ilegítimos y esclavos Totd expósitos AZo Total ilegitimos y esclavos ANUARIO DE ESTUDIOS ATtRNTICOS MP~SITOS E ILEGÍTIMOS EN LAS PALMAS EN EL SIGLO XVII Gráfica 6.-Evolucidn de los bautizos de las Palmas con distincidn entre total y e2 total de expósitos, legítimos y esclavos. Núm. 34 (1988) 203 |
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