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I ^^^ m de las " Este libro presenta una guía concisa de la flora endémica del Archipiélago Canario. Proveerá una ayuda básica al descubrimiento e identificación de la flora silvestre autóctona por cualquiera, naturalistas o simplemente aficionados que deseen explorar estas islas magnificas." Foto portada: Echium handiense Svent en el Jardín Botánico " Viera y Clavijo" ISBN 85950 031 8 miiiiiiiiñiwimiiiuuüuounMUMiHaiimB " 7 • MADEIRA . | § | PORTO SAN CASABLANCA MARUECOS ILHAS SELVAGENS • MARRAKECH i LA PALMA iMERAiái LAS ISLAS CANARIAS I TENERIFE . íií?.; J Jardín Canario \ " Viera y Clavijo" ,' iLAri^ AROTE I FUERTEVí^ lTURA EL HIERRO GRAN CANARIA '• li JBFAYA FLORES SILVESTRES DE LAS ISLAS CANARIAS BIBÜO LJ . •••' N.' LM:,: mer; i N. » Copia _ A DON ENRIQUE " Pro loco et tempore" Flores ( Silvestres délas por David Bramwell MSc, PhD., y Zoé I. Bramwell BSc. Jgdí •• W. M Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria Jardin Botánico Canario " Viera y Clavijo" T£ xto e ilustraciones en color © David Bramwell 1974 Ilustraciones en blanco y negro (() Zoé Bramwell 1974 Reservados todos los derechos. Ninguna parte de la presente publicación ha de ser reproducida, depositada en un sistema de recuperación, o transmitida de forma o o medio alguno, electrónico, mecánico, por fotocopia grabación, o de otra manera, sin previo consentimiento por escrito de los titulares de los derechos del autor. La presente edición ha sido publicada por el Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria en asociación con Stanley Thornes ( Publishers) Ltd., Cheltenham, Inglaterra. ISBN 85950 031 8 Traducción de Don Lázaro Sanchez- Pinto y Don Eduardo Olivera Croker Esta traducción ha sido facilitada por el Excmo. Cabildo Insular de Tenerife ( Aula de Cultura). Tipografiado en 10/ 11 pt. Monotipo Times New Román, impreso mediante fotolitografía y encuadernado en Gran Bretaña por Pitman Press, Bath. ÍNDICE Prólogo VII Introducción '^ i Agradecimientos xv Historia de la Exploración Botánica 1 Clima 4 Zonas de Vegetación y Comunidades de Plantas 6 Orígenes de la Flora Canaria 9 Plantas Legendarias 12 Áreas de ínteres Botánico 14 Tenerife 14 Gran Canaria 21 La Palma 27 Gomera ^ 2 Hierro 36 Lanzarote -^ 9 Fuerteventura 40 Conservación 43 Sugerencias para Estudios Adicionales 46 Dibujos 47 Láminas en color entre pags. 112 j 113 Clave de Familias 113 Descripciones de las Especies 118 Algunos Heléchos de Canarias 256 Glosario de Términos Botánicos 257 índice de nombres científicos y vulgares 265 Prólogo La progresiva degradación del medio natural en la mayor parte de las áreas industrializadas de la Tierra ha hecho saltar todos los dispositivos de alarma cientiñca, política, económica y cultural. Nadie es hoy ajeno a las responsabilidades contraidas por el colectivo social de los paises que han logrado o avanzan hacia el bienestar, porque las márgenes de este camino legitimo van quedando inundadas por la masa residual de los errores, las ignorancias, las imprevisiones y los egoísmos del beneficio por el beneficio. De continuar el proceso será el propio camino el que quede inutilizado e impracticable, resultando asi nulo todo el esfuerzo creador del hombre. La Ecología se erige día a día en la Ciencia de nuestro tiempo; la ciencia por antonomasia, el núcleo al que confluyen, más tarde o más temprano, todas las coordenadas de la actividad social, ubicada imprescriptiblemente en un medio natural que es preciso respetar y conservar. De la total oscuridad emergemos, afortunadamente, hacia la luz de la conservación. Todos los valores de la Naturaleza van adquiriendo en la sensibilidad de los pueblos desarrollados o en vías de desarrollo la dimensión que tienen como partícipes de primer orden en el conjunto de factores físicos y socio- culturales en que descansa el concepto cualitativo de la vida. La Naturaleza ha sido pródiga con las Islas Canarias, dotándolas de una flora cuya variedad, calidad e interés científico gozan del reconocimiento universal. Pero un conjunto de circunstancias históricas han determinado el momento de alarma que vivimos: el de una posible desertización del Archipiélago, basada no solo en el sedimento ñnal de esa degradación de siglos sino en la falta de correspondencia entre la proyección mundial de las especies vegetales canarias y el instinto conservacionista de los isleños, que es ahora cuando, por suerte, reacciona y trata de ganar al abandono secular un tiempo vital para la supervivencia. El poder de regeneración de nuestras especies autóctonas o aclimatadas es grande; pero aún es mayor la facultad de destrucción del hombre, que en la indiferencia o en la explotación sin miras de futuro altera el sistema ecológico sin plena consciencia del peligro. Basar, pues, la importancia de la flora insular en la unánime sanción de los científicos es fácil y grato, pero no basta; es preciso asentarla en el convencimiento pleno y radical de que constituye una base de supervivencia por la que debemos luchar incluso apasionadamente. La preocupación del Cabildo Insular de Gran Canaria por los temas ecológicos, articulada especiñcamente en la conservación de las especies botánicas del Archipiélago, no es de ahora. Se remonta a la creación del Jardín Canario " Viera y Clavijo", concebido hace un cuarto de siglo como Jardín Botánico y Centro de Investigación. Un prestigioso botánico, el Prof. E. R. Sventenius, recibió y aceptó el encargo, desde el momento de la fundación, de ubicar, proyectar y dirigir el Jardín " con la finalidad— en sus propias palabras— de reunir en lugar adecuado la más completa colección posible de la flora canaria y la adición de las representaciones de mayor interés de la flora atlántica extrainsular." La labor realizada alcanzó tal relieve y trascendencia que en las conferencias internacionales sobre Conservación de la Naturaleza, celebradas en el " Royal Botanic Carden" de Kew ( Gran Bretaña) del 2 al 6 de Septiembre de 1.975, se llegó a la conclusión de que el Jardín Canario " Viera y Clavijo" puede considerarse entre los más avanzados y modernos parques botánicos orientados a la conservación. En la actualidad los organismos conservacionistas internacionales son conscientes del valor de este nuestro tipo de Jardín, que realiza además sus fines como Instituto de Investigación Botánica. En mi etapa como presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria nos hemos preocupado de cuidar y potenciar el Jardín al máximo, encomendando su dirección, tras la muerte del Prof Sventenius, al Dr. David Bramwell. Con extraordinaria satisfacción, por cuanto queda escrito, prólogo la edición en castellano de la obra " Flores silvestres de las Islas Canarias", compuesta originariamente en inglés por el Dr. Bramwell y su esposa Zoé, que el Cabildo quiere poner al alcance de todos los habitantes de las Islas en primer lugar, como instrumento idóneo para estimular la sensibilidad conservacionista y el conocimiento del medio natural. Pero el alto contenido científico de la edición, dedicada al Prof. Sventenius, hace de ella una guia de la flora autóctona del Archipiélago, ayuda básica para el descubrimiento e identificación de la flora silvestre. Al margen de la curiosidad botánica propicia toda suerte de satisfacciones a los amantes de la Naturaleza en su afán por distinguir y definir las plantas del medio que les rodea. Desde ahora cuentan con una obra ricamente ilustrada en color y con la asequi-vni bilidad descriptiva de cada uno de los elementos de la flora canaria que corre parejas con la precisión científica. Nacido en Liverpool el 25 de Noviembre de 1.942, el Dr. Bramwell se licenció con honores en Botánica en la Universidad de aquella capital. Su tesis versaba precisamente sobre " Especies Euphorbias de las Islas Canarias." Posteriormente se doctoró en " Filosofía de Ciencias Naturales" por la Universidad de Reading, con la tesis " Estudios sobre la vegetación y flora canaria". Fué nombrado Curator, encargándosele el Herbario de la Universidad, que contiene 40.000 especies de plantas de todo el mundo. Con una beca de intercambio del Centro Superior de Investigaciones Científicas de España, permaneció en las Islas Canarias durante diez meses, bajo el control de la Universidad de Sevilla, manteniendo en su trabajo contactos personales con el Prof. Sventenius. Persona, pues, idónea para suceder al desaparecido maestro en la dirección del Jardín Canario " Viera y Clavijo". En él confirma y profundiza cada día su conocimiento de nuestra Flora, con aportaciones que alcanzarán— la tienen ya— indudable trascendencia científica. Al poner al alcance de todos su excepcional estudio literario- científico expreso mi personal agradecimiento a David y Zóe Bramwell, cuya talla científica solo es equiparable al amor depositado en un elemento tan fundamental para la calidad de vida en Canarias como es el medio vegetal. Pero nuestro esfuerzo no alcanzaría su meta si el lector que se adentra en el libro a través de este ilusionado prólogo no llegase a comprender en plenitud su sentido y mensaje: que todos, sin excepción, estamos llamados al arte de amar y conservar, al supremo servicio comunitario de mantener, potenciar y transmitir mejorado lo que tan pródigamente recibimos de la Naturaleza; nada menos que las especies autóctonas que vivifican y conforman el Medio Natural, el escenario de nuestra existencia y el esquema biológico del que extraemos y en el que renovamos nuestras energías. Entregamos un instrumento para conocer; pero el acto de amar es individual. En la esperanza de haber contribuido con un paso más a su expresión colectiva, quedan estas " Flores Silvestres de las Islas Canarias" confiadas a sus auténticos y definitivos conservadores. LORENZO OLARTE CUELEN Presidente del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria 1.976 IX Introducción Las montañas, bosques y costas de las Islas Canarias contienen una gran riqueza en flores silvestres, una gran proporción de las cuales son peculiares del Archipiélago o presentes también en la vecina Isla de Madeira. Este componente endémico en la flora es evidente incluso para el observador más casual. Los típicos vegetales el cardón y la tabaiba ( especies del género Euphorbia) forman parte de la vegetación dominante de muchas de las regiones naturales de la zona seca baja de las islas, mientras que las vertientes más altas están cubiertas por espesos bosques de laurel canario y especies afines, o del pino canario endémico. A pesar de esta riqueza en plantas endémicas, sería difícil para cualquiera que no sea un botánico dedicado y bien preparado, el identificar y nombrar la mayoría de las flores silvestres indígenas. Un conocimiento de Floras raras de mediados del Siglo XIX y de viejas revistas de Botánica generalmente escritas en latín, francés o alemán y en poder de sólo un puñado de Institutos de Botánica importantes, o el tiempo y paciencia para el estudio de grandes cantidades de especies secas conservadas en Herbarios Nacionales, tales como Kew, París o Florencia, son requisitos indispensables que no están al alcance de la mayoría de la gente. Esta labor a menudo estropea, mas bien que realza, el disfrutar de las plantas silvestres en sus hábitats naturales para todo aquel que no sea el profesional más entusiasta. Se espera que este libro cubrirá la actual necesidad de una sencilla guía ilustrada de las flores silvestres endémicas de las Islas Canarias, para uso de los naturalistas, ya sean amateurs o profesionales, visitantes y turistas con afición a la horticultura que deseen explorar las colinas y montañas de estas magníficas islas, apartados de las poblaciones importantes y carreteras. En vista de la extensión total de la flora canaria ( casi 2000 especies) no ha sido posible incluir todas las plantas que se pueden encontrar, ya que ha habido una necesidad irresistible de mantener el libro de un tamaño práctico y hacerlo asequible rápidamente y a un precio razonable. XI En las islas se pueden encontrar varias especies no endémicas, principalmente mediterráneas, pero éstas no serán mayor problema para cualquiera que esté familiarizado con la reciente epidemia de guías populares de flores silvestres de la región mediterránea. Como las plantas endémicas dominan la mayoría de las zonas isleñas apartadas de las regiones inmediatas a las ciudades y campos cultivados, hemos optado a propósito el concentrarnos en esta parte de la flora. En algunos casos, sin embargo, nos hemos permitido una interpretación amplia del término endémico e incluyendo en él algunas especies que se encuentran en el Norte de África o la región del Mediterráneo Occidental, cuando forman una parte importante de comunidades de plantas indígenas de las Canarias. También hemos incluido la mayoría de las especies compartidas con las otras Islas Atlánticas, Madeira, Las Azores y las Islas de Cabo Verde, pero que no se encuentran en otra parte. Esta selección de especies a i incluir ha sido necesariamente personal y esperamos que resulte | satisfactoria. I La característica principal de este libro estriba en las ilustraciones, g que junto con las claves y breves descripciones adjuntas, deben ¡ bastar para identificar la mayoría de las plantas en cuestión, especial- g mente si se emplean junto con la información provista acerca de las ^ localidades. Las descripciones y claves se han conservado lo mas | sencillamente posible y se proporciona un glosario bastante extenso I de términos botánicos para facilitar su uso. Hemos procurado | mantener los conceptos lo suficientemente básicos para cualquiera | que esté interesado, pero no necesariamente familiarizado con los f datos técnicos de plantas, y al mismo tiempo reteniendo el suficiente | detalle científico para que el libro sea útil al botánico profesional, s hasta que sea asequible una Flora científica mas completa de las | Islas. I Una guía ilustrada muy buena de árboles subtropicales y tropicales g plantados por los caminos, plazas y parques de las Islas, la proporciona Gunther Kunkel en su libro ' Arboles Exóticos' publicado en Las Palmas donde se puede adquirir. En una zona tal como las Islas Canarias, donde muchas de las plantas endémicas están muy restringidas en su extensión y a menudo limitadas a una o dos localidades, la información acerca de su distribución puede ser una ayuda importante para su identificación. Por lo tanto hemos facilitado localidades para la mayoría de las plantas, especialmente cuando éstas coinciden con lugares pintorescos o zonas susceptibles de ser visitadas incluso por aquellos sólo ligeramente interesados. Esto, claro está, da lugar al muy serio problema de las especies en peligro de extinción y por tanto, de su conservación. xn Estimamos que ha llegado el momento de abstenerse de coleccionar plantas como si fueran sellos de correo o etiquetas de queso, y de apreciarlas en su marco natural, así que recomendamos encarecidamente que cualquier especie mencionada en este libro como rara o restringida en su distribución no debe recolectarse ni ser dañada en forma alguna. Esperamos además que este libro ayudará a estimular el interés en la flora endémica y a fomentar la causa para la conservación en las Islas Canarias, la cual, aunque tenazmente perseguida por un pequeño grupo de botánicos locales y otros, aún se encuentra en su infancia. xni Agradecimientos Durante la preparación de este libro hemos sido afortunados ai contar con la asistencia de numerosos amigos y colegas tanto en las Islas Canarias como en nuestro pais. En primer lugar tenemos que mencionar a Eric R. Sventcnius que desgraciadamente falleció en accidente de tráfico durante el verano de 1973. Eric Sventenius no tenía rival en sus conocimientos de las plantas de las Islas Canarias y durante los últimos cinco años nos dio a conocer la mayoría de ellas. Sin su ayuda y generosidad este libro no hubiera sido posible. El Dr. C. J. Humphrics y Miss Angela Aldridge prepararon los primeros informes sobre el género Argyranllieniiini y Soiicliifs respectivamente y las siguientes personas ayudaron en la preparación de otros grupos: Miss H. A. Leadlay ( Senecio), Miss D. H. Davis y '^ r. A. J. Scott ( LoUi. s), Miss B. Pctty ( Desciiniinia, Beneomia) y Miss V. W. Smith ( Kick. xia). Algunas fotografías en color han sido prestadas por varias personas, particularmente por Dr. C. J. Humphries, Dr. R. Melvillc, Dr. Per Sunding, Dr. W. T. Stcarn, •^ r. G. D. Rowley, Dr. D. M. Moore, Miss Angela Aldridge y Dr. C. N. Page; Mr. D. Gibson proporcionó fotografías de I. araleía ueerifolia. A todas estas personas quedamos sumamente agradecidos. Para nuestras numerosas visitas a las Islas Canarias, hemos recibido facilidades por parte de varios botánicos y naturalistas locales y muchos de ellos han sido compañeros inapreciables en la especialidad. Estamos muy agradecidos a las siguientes personas: Professor W. Wilpret de la Torre, Sr. Don Amoldo Santos Guerra, Sr. Don Eduardo Barquín Diez, Sr. Don Ventura Bravo, Sr. Don José Luis Vega Mora, Sra. Doña C. Kcrchcry Mr. Gunther Kunkcl. También estamos agradecidos al personal del Jardín Canario, Tafira, y al Sr. Don Carkis González Martin del Jardín de Aclimatación, Puerto de la Cruz, por permitirnos fotografiar las plantas bajo cultivo. Varios colegas han ayudado durante la preparación del manuscrito con sus consejos y observaciones y nos gustaría dar las gracias especialmente al Dr. D. Moore, Miss E. A. Leadlay y Professor V. H. Heywood. Estamos sumamente agradecidos a Mrs. Abigail Gillett, Mrs. F. Ord- Hume y Miss Christine Reid por mecanografiar el manuscrito. Nos gustaría extender nuestro agradecimiento a nuestros editores por su ayuda y estimulo en la preparación y publicación del libro. Y por último también queremos expresar nuestro agradecimiento al British Council, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, y al Profesor E. F. Galiano ( Sevilla) quien hizo posible una visita de 10 meses a las Canarias en 1968- 69, cuando se tomaron muchas de la fotografías y se prepararon los dibujos. XVI Historia de la Exploración Botánica 1750- 1800 Si bien un puñado de plantas de las Islas Canarias eran conocidas para el botánico sueco del Siglo XVI11 Linnaeus ' el padre de la botánica moderna', ( El Drago Dracaena draco, la flor de campanilla Canarina canariensis etc.), las primeras exploraciones botánicas de las Islas fueron llevadas a cabo por el primer recolector de plantas enviado por el Royal Botanical Carden, Kew, Francis Masson, quien fue a las islas por lo menos en dos ocasiones por los años 1770, Masson recolectó varias plantas endémicas algunas de las cuales dio a conocer a Linnaeus y que más tarde fueron descritas y denominadas por el hijo del eminente botánico. Sin embargo, la mayor parte de las colecciones de Masson incluyendo plantas vivas y semillas fueron conservadas en Kew y denominadas por William Aitón, que era el jardinero mayor. Hacia finales del siglo XVIII las Canarias fueron visitadas por el explorador y botánico alemán Alexander von Humboldt que fue el primero en describir las zonas de vegetación más importantes de las islas. Un poco más tarde las Islas también fueron exploradas por el botánico francés P. M. A. Broussonet que fue Cónsul de Francia en Tenerife. 1801- 1900 En 1815 las Islas fueron estudiadas por un noruego, Christen Smith, y su compañero alemán Leopold von Buch, quién más tarde escribió el primer catálogo de plantas de las Islas después de la prematura muerte de Smith cuando recolectaba plantas en el Congo. Siguiendo este periodo se llegó a un momento importante en la Botánica de Canarias. Este fue la preparación y publicación, a través de un periodo de más de 20 años, de la Histoire NatwelJc des liles Canarics de Webb & Berthelot. Phillip Barker Webb, un botánico y filántropo inglés, visitó las Canarias en el curso de una expedición proyectada al Brasil, y tanto le gustaron las Islas que abandonó su viaje brasileño y se quedó en las Canarias en compañía del naturalista francés Sabino Berthelot. Al retornar a su casa en París varios años más tarde, Webb se hizo cargo de la preparación, financiada en grande de su bolsillo, del destacado tratado sobre la historia natural de las Islas. En el curso de su labor formó un gran herbario y biblioteca de la Flora Canaria que hoy día se conservan en la Universidad de Florencia. El trabajo de Webb & Berthelot, que abarca tres tomos y comprende 10 volúmenes, sigue siendo el único en donde se facilitan descripciones e ilustraciones de las plantas canarias con suficientes detalles para su identificación. Durante la segunda mitad del siglo XIX varios botánicos de Europa se valieron de la labor preliminar de Webb & Berthelot y continuaron la exploración botánica de las Islas. El botánico español Ramón Masferrer y Arquimbo escribió un catálogo de plantas de Tenerife, mientras que el suizo Hermán Christ y el alemán Cari Bolle trabajaron sobre las aún poco conocidas islas orientales de Lanzarote y Fuerteventura así como sobre el grupo occidental. Además, Christ realizó un estudio de los trabajos sin publicar de Webb y escribió un extenso informe de sus estudios post Hisloire Nalurcllc de la flora canaria. 1901- 1973 Sin embargo, no fué hasta comienzos del siglo XX cuando se intentó escribir una segunda fiora de canarias. Un botánico inglés, el Rev. R. P. Murray trabajó extensivamente en las islas entre 1890 y 1904 pero por desgracia murió repentinamente antes de que pudiera preparar su proyectada flora. Quedó en manos de dos botánicos franceses C. J. Pitard y L. Proust, el preparar y publicar un extenso informe sobre la flora en 1908. Este trabajo no era una flora en el sentido moderno sino un catálogo con anotaciones dando las distribuciones de cada especie pero careciendo de claves o descripciones que ayudarán a la identificación de la planta. En 191.1 dos botánicos de Kew, Thomas Sprague y . lohn Hutchinson, visitaron las Canarias y a su regreso escribieron una serie de artículos sobre plantas de las Islas. Más tarde R. Lloyd Praeger de Dublin estudió la flora suculenta de las Canarias, prestando particular atención al grupo Aconiíim que monografió en 1932. Un doctor alemán O. Burchard que vivió durante muchos años en Tenerife contribuyó con un valioso estudio sobre la ecologia y distribución de la flora endémica en las Islas en 1928. Estudios más recientes sobre plantas canarias se han llevado a cabo por L. Ceballos y F. Ortuño especialmente sobre la flora forestal de las Canarias Occidentales; Kornelius Lems, el cual realizó en 1960 una Check- list sobre el estado de conocimiento en que estaba la flora canaria, y Johannes Lid cuya Contrihutions lo ihe Canary Islands Flora es una valiosa guía sobre la distribución de muchas especies. Una señalada realización moderna ha sido el establecimiento en Tafira, en Gran Canaria, el Jardín Canario Viera y Clavija. Este Jardín Botánico contiene una magnífica colección de plantas endémicas Canarias y debe ser visitado por aquellos interesados en ver plantas muy poco comunes creciendo en un ambiente virtualmente natural. El Jardín es el fruto de casi veinte años de labor de su primer director, el fallecido Dr. Eric R. Sventenius a quien hemos dedicado este libro. Eric Sventenius también ha contribuido con muchas publicaciones importantes sobre plantas canarias durante los últimos treinta años, durante los cuales residió en las Islas y ha sido el que principalmente ha influido en el resurgimiento del interés por las Islas Canarias y su historia natural durante la última década. Clima El clima de las Islas Canarias es básicamente mediterráneo, pero está influenciado por una serie de factores que lo modifican. Estos son la proximidad de las Islas Orientales a la costa Norte- Africana y, por lo tanto, al desierto del Sahara, la posición oceánica de las Islas Occidentales al borde del régimen de los Vientos Alisios del Noreste y por último la gran altura de las cumbres de las Islas Occidentales. PRECIPITACIONES Generalmente las Canarias tienen veranos calurosos y secos e inviernos cálidos y lluviosos, pero a menudo hay considerables desviaciones de esta norma básica. Los Vientos Alisios del Noreste recogen la humedad del mar, la cual, cuando es forzada a elevarse por la barreras montañosas de las Islas Occidentales, se enfría y forma una zona de precipitación entre los 800 y 1.500 m. ( Fig. I.) Esto da lugar a la formación de una capa de nubes más o menos persistentes a dicho nivel sobre el lado Norte de todas las Islas Occidentales y tiene una gran influencia en la vegetación natural. EL TEIDE, NORTE Zona sub- alpina Aire seco del sur Zona de nubes Vientos Fig. I. Zonas climáticas y de Vegetación de Tenerife Los sectores Sureños de estas Islas se encuentran en una sombra de lluvias y reciben muchas menos precipitaciones. Carecen generalmente de una zona forestal densa a un nivel de altitud media y son de una naturaleza mucho mas xerofítica. Hacia el Oeste del Archipiélago el clima es progresivamente más húmedo y la vegetación más exuberante, debido a la creciente posición oceánica de las Islas Occidentales y la mayor acción de los Vientos Alisios. La extremada aridez de las Islas Orientales y Sur de Gran Canaria en parte es debida a los vientos cálidos y secos del Sahara, el Harmatán o Levante, que algunas veces llegan a las Canarias Orientales, soplando hasta una semana seguida con un fuerte efecto desecante sobre la vegetación. Las Islas Orientales son demasido bajas para interceptar la humedad de los Vientos Alisios, excepto en sus puntos más elevados ( Jandia en Fuerteventura, Famara en Lanzarote) donde se desarrollan pequeñas zonas de vegetación más exhuberante. TEMPERATURA El mes más fresco tiende a ser el de Febrero con una temperatura media escasamente por debajo de los 18" C. El periodo más caluroso es de Julio a Septiembre, con una media entre 20° y 25" C. en las Islas Occidentales. Existen pocos datos sobre Lanzarote y Fuerte-ventura, las dos islas semidesérticas, pero se han registrado medias estivales de hasta 35" C. El efecto de los Vientos Alisios es la causa de diferencias de más de 10" C. entre las costas Norte y Sur de las Islas mayores, y la nieve permanece durante varios meses del invierno sobre las laderas más altas de Tenerife. La temperatura diurna en Las Cañadas a menudo alcanza los 25° C. Zonas de Vegetación y Comunidades de Plantas La diversidad climatológica unida a la gran altura tienen un señalado efecto sobre la distribución de los tipos de vegetación en las Islas. Existen acusadas zonas según la altura que se resumen en la Fig. II. Las siguientes notas pretenden facilitar una breve guia a cada uno de los tipos de vegetación para las zonas más importantes. Vegetación Maleza subalpina Matorral montano Pinar Fayal- brezal y bosque perennifolio Sabinar Maleza suculenta semi- descrtica Altura ( m.) 2600 1900 2500 800- 1900 400- 1300 Laderas del Sur 400- 600 0- 700 Clima Subcontincntal invierno frío, verano caluroso y seco Mediterráneo seco Mediterráneo húmedo Mediterráneo Mediterráneo caluroso, seco Hábito Hierbas perennes Arbustos de hoja pequeñas Arboles de hoja acicular Arboles de hoja ancha, brezales arbustivos Arbustos de hoja pequeña Arbustos candelabriforines y/ o espinosos, terófitos Fig. II 1. ZONA ARBUSTIVA XEROFITICA En esta zona, que ocupa las laderas inferiores de todas las islas, se encuentran diferentes comunidades de plantas. Predominan las plantas suculentas, con especies de Euphorbia, Aeonium y otras de la familia Compositae. Algunas zonas de riscos, particularmente aquellas formadas por basaltos y fonolitas del Terciario, albergan una serie de endemismos relícticos que presentan grandes afinidades con especies del Este y Sur de África e, incluso, de Suramérica. En su límite superior, la zona xerofitica se mezcla con la zona forestal baja de Erica arbórea ( brezo) y Juniperus phoenicea ( sabina), recordando esta vegetación a la de algunas partes de la región mediterránea. 2. ZONA FORESTAL PERENNIFOLIA La zona forestal de hoja perenne está dominada por cuatro especies de Lauráceas: Laurus azorica, Apollonias harhusana, Ocotea foetens y Persea indica. Estas especies son reliquias de la virtualmente extinguida flora mediterránea del Terciario que ocupó el Sur de Europa y el Norte de África hace aproximadamente 15- 40 millones de años. ( Ver pág. 9.) Desgraciadamente, tan solo una pocas zonas de este bosque han sobrevivido a los estragos del hombre en las Canarias. El bosque ha sido talado para producir combustible, para emplearlo en la construcción y en la agricultura, etc., de tal forma, que en Gran Canaria tan solo queda un uno por ciento del bosque original e incluso en Tenerife queda menos del diez por ciento y disminuye rápidamente. En muchas áreas la desforestación ha sido tan vigorosa que ha dado lugar a graves problemas del suelo. Los siguientes árboles y arbustos forman una parte importante de la llamada Laurisilva: Arboles Arbustos y Hierbas Laurus azorica Geraniwn canariense Persea indica Cedronella canariensis Apollonias harhusana Hypericwn grandifolium Ocolea foetens Woodwardia radicans Arhutus canariensis Vihurnum rigidum Pleiomeris canariensis Ranunculus cortusifoUus Hebcrdenia hahamensis ¡ soplexis canariensis Prunus lusitanica Ruhus uhnifolius ílex platyphylla Convoh'ulus canariensis Visnea macanera Canarina canariensis Salix canariensis Rhamnus glandulosa La Laurisilva se encuentra en las zonas de pluviometría más alta, especialmente a lo largo de la costa Norte en las islas occidentales, si bien también aparece en las vertientes del Sur climatológicamente favorables, como en el Barranco de Badajoz por encima de Güimar, en Tenerife. 3. ZONA FORESTAL DE PINARES 1200- 2000 m Este bosque natural de Canarias, con el Pinus canariensis endémico, se encuentra en las islas de Tenerife, La Palma, Gran Canaria y Hierro. Se trata de una formación abierta, tipo sabana, con pocos arbustos y hierbas y grandes extensiones de terreno desnudo cubierto únicamente de pinocha. Las especies arbustivas más frecuentes son Adenocarpus foliolosus, Cistus symphytifolius, Daphne gnidium y diversas especies de Micromeria. Entre la hierbas mas comunes se encuentran varias especies de Lotus y Asphodelus microcarpu. s. Entre los endemismos locales se incluyen las especies Micromeria pineolens en Gran Canaria y Lactucosonchus wetihii en La Palma. En todas las Islas Occidentales, el Pinus canariensis ha sido extensamente plantado como parte de un programa de repoblación forestal llevado a cabo a principios de la década de los años 50, debido a su importancia como productor de madera y al papel vital que desempeña en la economía hidráulica de las islas. 4. ZONA MONTANA SUPERIOR a 1900 m La vegetación de las cumbres más altas de Tenerife, La Palma y, hasta cierto punto, Gran Canaria, está formada por una comunidad arbustiva abierta dominada por componentes de la familia Legumi-nosae. En esta zona se encuentran varios endemismos locales, tales como Echium wildpretii, Plcrocephalus lasiospermus, Spartocylisus supranuhius. Plantado wehhii y Silene nocteolens. En el Parque Nacional de Las Cañadas aparece la flora montana más rica del Archipiélago, y muchas de las especies endémicas pueden encontrarse a poca distancia del Parador Nacional, un lugar cómodo para descansar. Por las vertientes más altas del Pico del Teide crece una comunidad única, con una sola especie, la pequeña violeta del Teide Viola cheiranthifolia. Esta especie endémica es abundante localmente, pero últimamente la población ha ido decreciendo debido a la construcción de un teleférico que enlaza las Cañadas con la cima del Pico. Orígenes de la Flora en las Islas Cañarías El origen geológico de las Islas Canarias ha sido tema de considerable controversia durante muchos años. En un principio se sugirió que eran las cumbres de las altas montañas del continente hundido de la Atlántida, y que los antiguos, ahora desgraciadamente desaparecidos habitantes de las Islas, los Guanches, eran los últimos supervivientes de la raza de famosos guerreros que se dice habían ocupado el continente perdido. Más recientemente se han presentado dos teorías alternativas, una de ellas supone que las Islas fueron en un tiempo parte del continente africano y que en alguna etapa de la Historia se separaron de la parte occidental de África y derivaron hacia el Oeste; la otra considera que las Islas surgieron del fondo del mar como volcanes independientes. Estudios geológicos y oceanógraficos modernos sugieren que el verdadero origen está realmente entre estas dos posibilidades. Las dos islas Orientales, Lanzarote y Fuerteventura, es probable que en algún tiempo formaran parte del Norte de África, quizás desprendiéndose cuando los continentes de África y Sur- Ámérica se separaron hace millones de años. Sin embargo Gran Canaria y el grupo de Islas Occidentales, Tenerife, La Pahna, Hierro y Gomera, parecen haber tenido origen puramente volcánico. La flora endémica de las Islas refleja su considerable edad. Fósiles de hojas y frutos encontrados en muchos sitios de la región mediterránea y Sur de Rusia ( Barcelona, Valle de Ródano, Sur de Italia, desfiladero de Godanski, etc.) ( Fig. III) son de plantas idénticas a especies que actualmente se encuentran solamente en las Islas Canarias y Madeira. Estos fósiles de plantas tales como el Drago, los laureles canarios y muchos de los heléchos canarios, datan de los periodos Mioceno y Plioceno de la Época Terciaria y tienen hasta 20 millones de años. Durante este periodo la región mediterránea formaba parte de la cuenca de un antiguo océano, el Mar de Tethys, que separaba Europa de África. En las márgenes de este mar subtropical la vegetación debía ser muy similar en su composición y apariencia a las comunidades de bosques lauroides de las actuales Islas Canarias. Muchas plantas vivientes de Canarias tienen sus parientes más cercanos en África del Sur u Oriental e incluso en Suramérica y asi es como esta flora parece ser un antiguo superviviente de una época pasada. Localidades Centro y Sureuropeas donde han sido hallados fósiles de plantas canarias ( según Sunding), Plioceno Mioceno Oligoceno Fig. III Se puede formular la pregunta ¿ Cómo sobrevivieron estas plantas en las Canarias? y además- ¿ Qué le ocurrió a sus comtemporáneas en los continentes de Europa y África que motivó su casi total desaparición?. Las respuestas son complejas. Considerando en primer lugar la segunda pregunta, la causa principal de los cambios de la flora de los bordes del Mar Tethyan al final de la era Terciaria fué el comienzo de los periodos Glaciares. La expansión meridional del casquete polar con el consiguiente enfriamiento del clima dio lugar a un descenso hacia el Sur de la flora subtropical y casi al mismo tiempo empezó a secarse la zona del Norte de África que ahora ocupa el desierto del Sahara. 10 Esto dejó a la flora subtropical sin lugar donde desarrollarse, restringida por el creciente frío al Norte y la aridez al Sur, fué más o menos eliminada y ahora se encuentra en forma muy modificada en unos cuantos lugares al Sur de España y Oeste de Portugal. Sin embargo, las Islas Atlánticas fueron protegidas de ambos tipos de catástrofe climática, el frío del Norte y la desecación del Sahara, por su posición oceánica, que al parecer les ha proporcionado una considerable protección a los cambios importantes. De este modo, la flora subtropical pudo sobrevivir perdiendo solamente algunos de los elementos más tropicales. La gran altitud de la mayoría de las Islas probablemente sirvió como un seguro adicional contra los cambios climáticos, facilitando a las comunidades de plantas la migración altitudinal para poder escapar a los estragos de las condiciones variables y también, por esta razón, puede haber contribuido a la supervivencia de esta extraordinaria flora hasta la actualidad. 11 Plantas Legendarias Muchas de las plantas endémicas han figurado durante largo tiempo en las leyendas y en el folklore de las Islas Canarias. Sabino Berthelot en 1840 cuenta de los nativos de Tenerife que, en periodos de sequía quitaban la corteza del cardón { Euphorbia cañariensis) y con ella el venenoso látex lechoso y chupaban la pulpa interior del tallo para apagar su sed. Sin embargo, no podemos recomendar esta práctica debido a que el látex fué utilizado en un tiempo por los antiguos como un purgante y emético ( un tratamiento ya suspendido debido a su acción violenta y su aparente inducción a un delirio intenso); fué usado por los aborígenes para envenenar al pescado y además la salpicadura en los ojos puede causar ceguera. El legendario Drago de Canarias ( Dracaena clraco) produce una goma roja, ' sangre de dragón', que era muy apreciada en la Edad Media por alquimistas y médicos por sus poderes medicinales y místicos. Se dice que el Drago alcanza una gran edad. El famoso árbol de la Orotava que se perdió en un huracán en 1867, según el explorador Alexander Von Humbolt tenía más de seis mil años. Lindley y Moore en su Trcasury of Botany escriben ' el famoso Drago de la Orotava era un gigante entre las plantas. . . con una antigüedad que debe ser por lo menos mayor que la de las pirámides'. Este árbol en particular fué examinado por Fenzi alrededor de 1860 e informó en el Gardencr's Chronicle and Aí^ riciillural Gazetic que tenía setenta y ocho pies de circunferencia y más de setenta y cinco pies de altura. Una de las leyendas más famosas de las Islas Canarias cuenta acerca del ' árbol de lluvia' de El Hierro. El árbol, también conocido por el árbol sagrado o ' garoe' en el tiempo de la conquista española de las Canarias en el Siglo XV, destilaba la sufiente agua de las brumas marítimas como para atender las necesidades de todos los habitantes, quienes prudentemente, lo cubrieron con hierbas secas para ocultarlo a los invasores. Sin embargo, el secreto fué delatado 12 por una joven que se enamoró de uno de los soldados españoles y los isleños exigieron venganza por su traición. Se cuenta que la joven fué condenada a muerte siendo el único caso conocido de pena de muerte en la historia de la Isla. Un relato de la conquista de Canarias escrito por el año 1630 sugiere que el árbol era un ' til' grande ( Ocotea foetens) cuyas hojas condensaban la bruma de las montañas y hacían caer el agua gota a gota en dos grandes depósitos oradados en la roca, cerca del pie del árbol. El árbol fue destruido en una tormenta en 1612 pero el sitio es conocido y se conservan los restos de los depósitos. 13 Zonas de ínteres Botánico TENERIFE | Tenerife es una isla más o menos triangular, de unos 80 km de | largo y 60 km por la parte más ancha. Una extensa cadena de mon- | Taganana-^ ^ ANAGA a Bajamar—] TENERIFE San Andrés a NTA CRUZ San Marcos Garachico Los Silos Buenavista TEÑO Arico Vilaflor — Granadilla Adeje- ^ V ^ ^ .^ El Medaño Fig. IV tañas atraviesa el centro de la Isla de punta a punta, dando lugar a la formación de profundos valles. La costa Norte es escarpada, con altos acantilados, mientras que el lado Sur tiene una llanura costera que es ancha y plana en la región de Granadilla. La Isla está dominada por el pico volcánico central de El Teide ( 3707 m) con su inmenso cráter de Las Cañadas a 2000 m, y el más reciente cono del Pico surgiendo del centro de esta antigua formación. En las regiones más occidentales y orientales. Teño y Anaga, hay dos bloques de montañas de antiguo basalto del Terciario. Estas tienen valles con la característica forma en V y afiladas sierras con las cumbres cubiertas de bosque. TENERIFE ANAGA Andrés » NTA CRUZ F- NO^>^,„ vteta C Loi Siloí 1 MÚc* \ 1. El Medaño Fig. V 1. Montañas de Teño Esta zona consiste en un bloque de viejas montañas con profundos valles y precipicios escarpados y verticales. Hacia el Norte, en la región de Buenavista y Teño bajo, las costas son llanas, pero por otras partes las laderas montañosas caen como cortadas a pico hacia el mar. 15 De los riscos al Norte de la zona, son extraordinariamente ricos desde el punto de vista botánico, los de Los Silos ( Barranco de Cuevas Negras) y El Fraile. Los primeros albergan especies tan poco comunes como Lavateraphoenicea, Dorycnium spectabile y Marcetella moquiniana asi como especies más frecuentes, tales como Sonchus radicatus, Canarina canariensis e Hypericum reflexum. Los arbustos Maytenus canariensis y Picconia excelsa se dan en los riscos orientados al Norte, y las laderas secas más bajas proporcionan la única localidad que se conoce en las Canarias para la hemiparásita Osyris quadri-partita. Los riscos entre Buenavista del Norte y Punta de Teño, forman parte de una de las zonas más ricas de Canarias, con más de 300 especies de fanerógamas en un área de unos pocos kilómetros cuadrados. En El Fraile, un antiguo risco basáltico con caras casi verticales, abundan las especies endémicas. Centaurea canariensis, Limonium fruticans, Tolpis crassiuscula, Vieraea laevigata y Argyran-themum coronopifolium son todas plantas raras que tienen aquí sus mayores poblaciones. Varias especies de Euphorhia, E. bourgaeana, E. aphylla y E. canariensis dominan las comunidades en los riscos mientras que las grietas y salientes dan cobijo a plantas suculentas tales como Monanthes silensis y Aeonium tatiuliforme. Hacia el Oeste, más allá de El Fraile, está la plataforma costera de Punta de Teño. Las plantas más comunes son Euphorhia halsamifera y E. canariensis] un\. o con Ceropegia dichotomay Launaeaarhorescens. Endemismos notables incluyen Parolinia intermedia de flor rosada, la casi arbórea Sonchus arhoreus, Justicia hyssopifolia y sumamente rara Sideritis nervosa. El sector Sur de las montañas de Teño está dominado por el inmenso abismo del Barranco de Masca. La cumbre entre Santiago del Teide y Masca proporciona un punto de partida apropiado para la exploración de esta zona. El Camino pasa por extensas poblaciones de Euphorhia atropurpúrea de flor roja y de la espinosa Echium aculeatum, de flor blanca. En el lado Oeste de la cumbre hay riscos de gran altura con Echium virescens, enormes plantas de Aeonium urhicum, y en pequeñas grietas sombreadas, la minúscula Sonchus tuherifer. En la primavera las laderas secas tienen dos pequeñas plantas de especial interés, Orchis canariensis de flores rosado pálido y Romulea columnae, de flores amarillas y moradas. La bajada al poblado de Masca es larga, pasando por laderas cubiertas con el endemismo local Lotus mascaensis, Aeonium sedifolium y Retama monosperma de flor blanca. Por debajo del poblado el valle se va estrechando, con escarpados riscos a cada lado, y la zona es rica en endemimos, siendo comunes Teline osyroides, Cramhe laevigata, Convolvulus perraudicri y Sonchus capillaris. Entre las plantas típicas 16 de la zona de Teño en Masca incluyen Vieraea laerigata, Polycarpaea carnosa y Dicheranihusplocamoides de color rosa- gris. Aquí conviene hacer una advertencia, si se piensa visitar Masca y la zona por debajo del poblado, hace falta un dia entero para la excursión, llevar el almuerzo y conservar las energías suficientes para la dura escalada a la vuelta. Mas allá de las montaiías de Teño, el Valle de Santiago del Teide, con sus torrentes de lava y campos de ceniza cubiertos de Adenocarpus foliolosus y el atractivo Cheiranthus scoparius ( la forma conocida por C. cincreiis), conduce al poblado de Tamaimo con riscos cercanos tales como El Retamal y Hoya de Malpaís. Estos riscos contienen muchas plantas de especial interés, como Sonchus fauces- orci, Argyranthemumfoeniculaceum y Teucn'um heterophyllum de flor roja. Mas al Sur, cerca del pueblo de Adeje, está el profundo y angosto cañón del Barranco del Infierno donde hay pequeños enclaves de plantas de Teño, Tolpis crassiuscuJa, Sonchus fauces- orci. Senecio echinatus y Marcetella moquiniana así como la endémica local Siderilis infcrnalis y un arbusto sumamente raro, Sidero. xylon marmulano. 2. Sierra de Anaga Las montañas de Anaga, una cadena de cerros desiguales y muy afilados que alcanzan los 1.000 m, se extienden hacia el Este desde cerca de la Ciudad de La Laguna hasta el punto más Nordeste de la Isla, Punta de Anaga. Las cumbres aún están cubiertas de monte en muchos sitios con densas zonas de Laurisilva, empezando en Las Mercedes y extendiéndose casi hasta Chamorga. Los árboles más importantes son Laurus azorica, Prunus lusitanica, Rhamnus glan-dulosa e Ilex canariensis. En esta zona se pueden encontrar con facilidad muchas plantas interesantes. El arbusto de flor blanca Senecio appendiculalus e Isoplexis canariensis con sus magnificas flores de un intenso color anaranjado pueden encontrarse en lo más profundo del bosque junto con Convolvulus canariensis y Crambe strigosa. En verano predominan las flores amarillas de Ixanthus viscosus y Teline canariensis, pero la mejor época para ver la flora de los bosques es al final de la primavera. Los riscos del bosque albergan varias plantas endémicas, tales como Bencomia caudata, Silene lagunensis de flores blancas y Monanthes anagensis de flores rojizas, parecida al Sedum. Probablemente la mejor forma de ver la zona de Anaga es siguiendo el Camino de La Laguna a las Mercedes y luego a través del monte hasta el Pico del Inglés y la casa forestal en las Vueltas de Taganana pasando por la cumbre más elevada, aún siguiendo el camino, hasta el Bailadero, y bajar por la vertiente Sur a San Andrés y Santa Cruz. Se puede hacer la excursión con mucha facilidad utilizando taxis o el servicio de autobuses. Las costas de la zona de Anaga son botánicamente muy ricas. El Roque de las Animas en Taganana contiene varios endcmismos locales, incluyendo Echiuní simplcx, grande de flores blancas, I. uí^ oa revoluta. Centaurea tagananensis de color amarillo pálido, y un diminuto arbusto leguminoso, Teline linifolia subespecie teneriffae. La costa de Bajamar y Punta Hidalgo es igualmente interesante, con la poco común Pterocephalus virens en los acantilados, y en los escarpados valles Ceropcgia dichotoma. Ruta pinnata, Pimpinella anagodendron y la diminuta Monanthes praegeri. Son comunes varias especies suculentas de Aeonium, incluyendo A. lindleyi, A. cuneatum y A. cilialum. En la vertiente sur de Anaga en los valles de San Andrés e Igueste existen zonas ricas en endcmismos. En la parte más alta, a unos 600 m, son frecuentes localmente Solanuní vespertilio, de flores malva, y Sideritis dendrochaliorra, la más alta de las varias especies canarias de este género, y en las zonas costeras abundan diferentes plantas rupícolas, tales como Salvia hroussonctii, Sonchus tectifolius y Polyvarpea carnosa. 3. Ladera de Güimar Una de las visitas más interesantes al Sur de Tenerife se puede hacer con mucha facilidad desde Santa Cruz. Esta es a los altos riscos conocidos por la Ladera de Güimar. La carretera vieja del Sur desde el pueblo de Güimar atraviesa estos riscos a unos 400 m donde abundan numerosas plantas características. En las caras más escarpadas existen dos especies de Sonchus, S. gummifer y S. micro-carpus, de hoja fina, junto con la arborescente Cranihe arbórea y la bonita Senecio hcriticri, de flor rosada. En las laderas secas se pueden encontrar Euphorbia atropurpúrea y Lavalcra acerifolia, con la peculiar Campylanthus salsoloides de hoja suculenta y la florífera Pterocephalus dumetoruní en su única localidad tinerfeña. Las grietas de los riscos albergan las endémicas locales Monanthes adenoscepes y Micromcria teneriffae. En la parte alta de la ladera siguiendo el Barranco de Badajoz arriba hacia Izaña y las Cumbres de Pedro Gil, es posible seguir un canal de agua junto a los riscos, donde son corrientes Echiwn vircsccns, de color azul y rosa y Grccnovia aizoon de hojas vellosas. Por fin, el camino conduce a una pequeña extensión con restos de Laurisilva donde hay Arhutus canariensis y otras varias plantas típicas de este bosque. 4. El Médano En el extremo Sur de la Isla hay varias zonas costeras secas, con una flora casi sahariana. Estas incluyen El Médano y Los Cristianos. 18 Ambas zonas tienen una formación de dunas bajas donde dominan Launaea arhorcsccns, la carnosa y amarillenta ZvgophvHwnfoiilanc. sii y el arbusto cupuliforme Eiiphorhia halsanüfcni. En zonas rocosas secas se desarrolla una comunidad de Lotus scssilifoliiis y Polycarpaca nirca, y en zonas de arena movediza es posible encontrar Eiiplwrhia paralia. s, que aparece en hábitats similares en las costas de Gran Bretaña. En el Médano, la zona del litoral tiene bosquecillos de Tamarix canaricnsis, siendo Hcliotropiuní cíosuní una malahierba común. Aquí la zona está dominada por Montaña Roja, un elevado y rojo cono de cenizas, donde es común Cei- opegia fusca con flores de color marrón y varias especies, cuyas afines están en las islas orientales, tienen aquí su localización más importante en Tenerife, tales como Kickxia urhanii y Hemiaria canaricnsis. 5. Agua Mansa El pueblo de Agua Mansa está situado en el Valle de la Orotava en la carretera a Las Cañadas. Por debajo del pueblo hiiy una zona de tierras de labranza dedicadas principalmente al cultivo de la patata y por encima enapieza el bosque de pinos que se extiende desde unos 1200 m a aproximadamente 2000 m en El Cabezón. Pinus canaricnsis, Erica arbórea y Myricafaya son los arbustos y árboles más comunes en las laderas al borde de la carretera, siendo frecuentes en la capa del suelo Andryalapinnatifida, de hojas grises y Micromeria herphyllimorpha. El barranco no muy profundo que va desde la carretera hacia los gigantescos riscos de los Órganos contiene una flora interesante. Monanthes brachycaulon, Greenovia áurea y Aeonium spathulatum son comunes en las peñas y riscos, con el culantrillo Asplenium trichomanes también frecuente en las grietas. Las especies de arbustos incluyen una Sicleritis, ( S. candicans), blanca y de hoja lanosa, y Adenocarpus foliolosus. Las empinadas laderas hacia los riscos de Los Órganos parece que en un tiempo albergaban una pequeña bolsa de Laurísilva. Aquí se encuentra Vihurmim rigidum que es común en los bosques de Anaga, mientras que en grietas grandes de los propíos riscos aparece Laurus azorica como un arbusto. Las laderas ahora están plantadas de castaños ( Caslanea sativa) y son comunes dos arbustos leguminosos, Teline canaricnsis de flores amarillas y Chamaecytisus proliferus de flores blancas. En medio de ellos se abre paso la endémica local de flor blanca Vicia scandens. Las caras verticales de Los Órganos no son particularmente ricas en especies pero abunda Greenovia áurea y Echium virescens junto con una forma local de Argyraní/ temuní canariense, las extendidas Lobularia intermedia y Cramhe strigosa, otra señal de que en un tiempo la zona estuvo poblada por Laurísilva. 19 6. Las Cañadas del Teide El inmenso panorama de Las Cañadas comprende un viejo cráter volcánico con la pared sur más o menos intacta pero con los lados norte y oeste destruidos por más recientes oleadas de actividad volcánica. En el centro se alza el inmenso cono del Pico del Teide, a menudo cubierto de nieve, con sus dos picos adyacentes, Montaña Blanca y Pico Viejo, de menor importancia. La flora de las Cañadas consiste principalmente en plantas endémicas, muchas de ellas conocidas solamente en esta región de Tenerife. Spartocytisiis supranuhius, intensamente perfumado y de flores blancas y Adeno-carpus viscosus, pegajoso y de flores amarillas, son los arbustos más comunes sobre grandes extensiones de piedra pómez y detritus volcánico, en este paisaje casi lunar. En zonas llanas y depresiones abrigadas tales como la Cañada de las Arenas Negras, Llano de Ucanca y Cañada Blanca, son frecuentes Ptcrocephalus lasiospcrmus. Nepeta teydea y Micromeria Julianoides mientras que Scrophularia glabrata y Tolpis wehbii pueden encontrarse casi en todas partes. En algunas zonas, particularmente cerca de El Portillo y del Parador Nacional del Teide, abundan tres especies de colores muy vivos, Cheiranthus scoparius, de flores algo purpúreas, Descurainia hour-gaeana con muchísimas flores amarillas y Argyranthemum tcneriffae { A. anethifolium) que al final de la primavera y en verano está cubierta de flores blancas. En el Parador Nacional es posible ver una de las plantas más espectaculares de Canarias, la gigantesca Echium wildpretii de flores rojas que también puede encontrarse esporádicamente por las paredes de los riscos del cráter desde la Fortaleza hasta Ucanca. Una segunda especie muy poco común de Echium también se encuentra en la zona cerca de Las Arenas Negras. Esta es E. auberianum, que es una de las pocas especies de este género endémicas de Canarias que no se convierte en un arbusto leñoso. Lugares como la Fortaleza y los riscos del lado Sur de la Montaña de Diego Hernández, Topo de la Grieta y Boca de Tauce, tienen comunidades locales muy limitadas, con especies tales como Pimpinella cumhrae, Senecio palmensis, Aeonium smithii, Rhamnus integrifolia y Silene nocteolens. Otras rarezas locales incluyen Centaurea argüía de flores amarillas, la muy atractiva Cistus osheckifolius con grandes flores rosadas, la espinosa Carlina xeranthemoides y dos especies casi desaparecidas, Juniperus cedras ( ahora afortunadamente replantada en algunas zonas) y Bencomia exstipulata. Las partes altas de Montaña Blanca y Pico del Teide mantienen solamente una especie única de planta fanerógama, una violeta parecida al pensamiento, Viola cheiranthifolia que no se conoce en ninguna otra parte del mundo. 20 GRAN CANARIA La Isla de Gran Canaria es más o menos redonda, semejando un platillo invertido con una cúpula central aplanada. Las laderas están hendidas por una serie de barrancos radiales que surgen del centro de la Isla y bajan hasta las costas. Los más grandes de estos valles están en el Sur y Oeste, Tirajana, Tejeda, Mogán, San Nicolás, Agaete, Fataga, siendo los del Norte y Este generalmente más - Moya GRAN CANARIA Guia—" K~'^^? f5 C^ if' é Agaete— fV^""- f \ f^ h ' F San Nicolás—, / A'Vi,-'/- 1 f j J / / " '' íi* í, jáSCRUZ DL TEJEDA .\% iu.,\ Sk ' La Isleta LAS PALMAS - Telde V - Aguimes Mogan- Argulnegujn- Fig. VI - Fataga - San Bartolomé pequeños y menos impresionantes. Abundan los conos secundarios y monolitos volcánicos, figurando entre los más destacados Montaña de Gáldar, Caldera de Bandama y Roque Nublo. Las llanuras costeras se encuentran solamente en el Este y Sur y suelen tener muy pocos kilómetros de anchura. Una pequeña extensión cerca de la desembocadura del barranco de Fataga en el extremo Sur estuvo en un tiempo ocupada por una zona de marismas y lagunas salobres, pero ahora ha sido drenada para crear el Centro Turístico de Maspalomas. ( Fig. VI.) 21 7. Los Tilos de Moya Los antiguamente bastante extensos bosques de Laurisilva de la costa norte de Gran Canaria, han sido tan bárbaramente explotados durante varios cientos de años, que en la actualidad ya sólo queda una zona muy reducida. Incluso ésta se encuentra en un estado de degradación secundaria o hasta terciaria, pero aún se le presenta la oportunidad al que visita la Isla de ver por lo menos algunos endemismos típicos de este bosque. Hay dos valles que aún conservan Laurisilva, el de Los Tilos de Moya y Barranco de la Virgen. El primero, como es de fácil acceso, vale la pena visitarlo y recientemente acaba de ser puesto bajo la protección del Cabildo Insular como una reserva natural. El camino a los Tilos pasa por el lecho de un arroyo seco, con abundancia de Salix canaricnsis a lo largo de la torrentera. Es muy común la Cineraria ( Senecio wehhii) de flor rosada o blanca y las paredes y arbustos a veces están cubiertas de Convolvulus canariensis, notable por sus atractivas flores de color malva pálido. La pequeña zona forestal contiene varias especies arbóreas, predominando Ocotea foetens (' Til'), llex canariensis y Laurus azorica. Entre los árboles, en el estrato herbáceo son bastantes comunes Canarina canariensis junto con Soncims congestus, Seme/ e andro^ yna subespecie gayae cuyas flores nacen cerca del centro de los cladiolos, Hypericum canaricnsis y Ecliium strictum. En la parte más alta del valle es posible encontrarse con varias especies poco comunes, tales como Bencomia caudata, Isoplexis chalcantha, Ixanthus viscosus y Bysiropogon canaricnsis. 8. Valle de Agaete, Guayedra, Andén Verde El lado oeste de Gran Canaria se parece a la región de Teño en Tenerife tanto por su accidentado paisaje montañoso como por su rica flora endémica. El valle de Agaete se extiende desde la costa oeste al macizo de Tamadaba y en la parte más alta tiene fuentes naturales de aguas medicinales. Un pequeño espolón que se alza en el valle principal se conoce por los Berrazales y es donde está situado el balneario. Los altos riscos más allá, que se levantan hacia los elevados bosques del Pinar de Tamadaba albergan muchas especies interesantes. La pequeña Descurainia artemisoicles de flores amarillas, es frecuente a lo largo del estrecho camino así como en los riscos, que dan refugio a dos de las plantas más raras y apreciadas de la isla, DenJriopoteriuin menendezii, semejante a una palmera y una Centaurea casi arbórea, C. arhutifolia de flores rosadas. En los riscos también se puede encontrar Cramhe pritzelii de pequeñas flores blancas y un compuesta amarilla, la atractiva Prenanthespéndula. A lo 22 largo del lecho del valle abunda Dracunculus canarknsis con sus flores color crema, semejante al Aniiu. La carretera de la costa Oeste desde Agaete a San Nicolás pasa por riscos sombríos y escarpados que se precipitan hacia el mar. El Barranco de Guayedra y sus inmediaciones son famosos por varias plantas raras. Las vertientes más bajas contienen Tanacetum feru-laceum, Souchus hradn'lohus y una forma local de Ai^ rrantliemum GRAN CANARIA La Isleta LAS PALMAS frutescem, mientras que las elevadas e inaccesibles caras de los riscos son el habitat de uno de los más raros endemismos de Canarias, Sventenia huplcuroides. Siguiendo en dirección Sur pasando por el pequeño caserío de Tirma hacia el Paso de Herreros se encuentran los riscos del Andén Verde, con varios endemismos locales, Lotus callis- viridis colgando de los riscos o formando tupidas alfombras con sus alegres flores amarillas, Argyranihemum lidii y Lypcria canariensis que aparece en varios sitios por el lado Oeste de la Isla. Una umbelífera de flor amarilla, Seseli wehhü, crece aquí, siendo éste el único lugar donde existe en Gran Canaria, y por el borde de 23 los caminos puede encontrarse Echium honnetii. Reseda erystaUlna y y Drusa glaiululosa. Por el lado del mar del Andén Verde, hay ejemplares enormes de Euphorhia canariensis protegiendo a unas cuantas plantas de la muy rara Sonchus canariensis y en las laderas batidas por el viento es posible encontrar una forma de hoja suculenta de la pequeña crucifera anual Erucastrum canariensis. 9. Cruz de Tejeda La Cruz de Tejeda que ocupa una posición casi central en la isla, sirve como centro de rutas de las carreteras de montaña desde el Norte, Sur, Este y Oeste, pero es por sí misma una zona de especial interés para los botánicos. La altura, casi 1600 m, le da a la región una flora montana, con Cheiranthus scoparius, Argvranihemum canariense y siendo muy corriente la curiosa Aeonium simsii, semejante a la siempreviva. Una retama de flor amarilla, Teline niicrophylla está muy extendida en las zonas montañosas y una segunda leguminosa Chamaecytisus proliferus con hojas plateadas y flores blancas es muy corriente cerca de la Cruz de Tejeda. Un ranúnculo grande, Ranunculus cortusifolius puede encontrarse en lugares húmedos por el borde de los caminos. El camino hacia Artenara ofrece varios tesoros botánicos incluyendo la muy rara Hypericum coadunatum que crece en los riscos húmedos, y Umhilicus heylandianus. En el camino a Santa Brígida y Tafira hay endemismos tales como Aeonium undulatum, A. manriqueorum, Orchis canariensis y Adenocarpus foliolosus. 10. Caldera de Tirajana, Fataga, Mogan El modo más fácil para llegar al sector meridional de Gran Canaria es por la autopista del Sur, y pasando el aeropuerto, se coge la carretera hacia Agüimes y luego a San Bartolomé de Tirajana. Sin embargo, una ruta más espectacular es la de Cruz de Tejeda a San Bartolomé vía el Paso de la Plata. Por este camino es corriente Echium decaisnei con inflorescencias piramidales de flores blancas y azul pálido, junto con varias especies de Micromeria y Cistus symphytifolius. El Paso de la Plata es la localidad clásica para la muy rara Tanaceluní ptarmaciflorum y la más corriente y de hoja estrecha Echium onosmifolium. Los riscos en esta zona contienen Sonchus platyiepis con flores enormes y Descurainia preauxiana de hoja filiforme. Por el valle abajo y hacia San Bartolomé, el camino pasa por laderas secas con matas de un pequeño LO/ MÍ de hoja vellosa, L. holosericeus. Entre San Bartolomé y Temisas se encuentra el pequeño pueblo de Santa Lucía de Tirajana donde, en los riscos al Este del pueblo, es posible encontrar una especie muy rara de flor 24 malva, Solanum // ¿ /// Junto con Campylanthus saholoides, Tanacetwn ferulacewn con los lóbulos foliares mucho más estrechos que la que crece en Guayedra, Asteriscus stenophyllus y una forma local de hoja blanca de Salvia canariensis. Son corrientes dos especies del género Echiuin, E. decaisnei y E. onosmifolium, junto con híbridos entre las mismas. En los riscos cerca de Temisas se encuentra otra rareza, Kickxia péndula, y la más corriente y espinosa Carlina canariensis. Desde San Bartolomé es posible llegar a la costa Sur por el barranco de Fataga. Este valle profundo tiene espesos palmares de Phoenix canariensis en el lecho, mientras que los enormes riscos albergan numerosas plantas interesantes. Es frecuente Prenanthes péndula ¡ unto con una Micromeria de flor grande, M. hehantlremifolia, Convolvulus glandulosus y Ruta oreo/ asme. Aquí se encuentra Limonium rumicifolium, una de las más bellas plantas canarias. Las vertientes secas están pobladas de Salvia canariensis, Cneorum pulverulentmn y unas cuantas plantas de Parolinia órnala, más corriente hacia el Sur en Arguineguín y Mogán. Son bastante corrientes dos especies de Argyranthemum, A. filifolium de capítulos diminutos y hoja fina, y una extraña y delgada forma local de A. canariense. En la parte baja del valle crece Ceropegiafusca, en riscos muy secos. Euplwrbia halsamifera cubre las laderas secas a lo largo de la costa Sur junto con Launaea arborescens y Argyranthemum filifolium. El valle de Arguineguín es el habitat de extensas poblaciones de Parolinia ornato, Phagnalon purpurascens y el arbustivo Convolvulus scoparius. En el lecho del valle hay extensos bosquecillos de Tamarix y en los altos riscos, al final del barranco, una de las muy pocas colonias de dragos salvajes que existen en Gran Canaria. En el Suroeste de la isla hay un profundo y extenso valle conocido por barranco de Mogán, donde existe una pista mal acabada que vá vía la degollada de Tasartico hasta San Nicolás. La parte baja del valle de Mogán es seca, con vegetación xerofítica. Es frecuente un pequeño Echium rosado, E. triste, junto con una densa y compacta especie de Asteriscus, A. stenophyllus, y pueden encontrarse otras varias especies raras. Las montañas más altas están cubiertas de grandes colonias de Euphorhia ohtusifolia y Echium decaisnei con algún que otro reducto de rarezas, tales como Argyranthemum escarrei. 11. Pinar de Tamadaba El Macizo de Tamadaba, en el Noroeste de la isla, es una zona de pinares dominada por Pinus canariensis. Al introducirnos en el bosque desde la carretera de Artenara, se acusa inmediatamente la poca densidad de la vegetación. Entre los pinos son frecuentes 25 Cistus symphytijolius y Asphodelus microearpus, mientras que Lotus spartioides aparece en los bordes de los caminos. Hacia el centro del bosque, cerca de la Casa Forestal, se encuentran tres especies del género Micromcria, M. pineolens alta y arbustiva, con grandes flores rosadas, M. láñala con espeso vello blanco y M. henihamü. En las zonas más húmedas pueden encontrarse Polycarpaea aristata y un helécho diminuto, Ophiogloxsum lusilanicum. Por el lado Oeste, el Macizo de Tamadaba cae cortado a pico hacia la costa, con enormes acantilados verticales. La parte alta de éstos es accesible desde la zona forestal y allí crecen varias especies poco comunes: Isoplexis isahelUana, con flores de intenso color anaranjado, Argyrantheinwn jacohifoliuní, Scrophularia calliantha, Phyllis nobila y la rosácea Dendriopterium mcncndczü. 12. Rincón de Tenteniguada Esta zona es una de las localidades clásicas para recolectar plantas canarias. El angosto cañón y los escarpados riscos contienen algunos endemismos poco comunes tales como Echium callithyrsum con flores azules, Tinguarra montana, Scrophularia calliantha y Bcncomia hrachystachya. Monanthes hrachycaulon es frecuente en los riscos, y en el valle crecen Aeonium spalhulatwn y A. undulatum. Asimismo abundan Aichryson porphyrogennelos, Cranihe pritzelii y Senecio wehhii. 13. Punta de Arinaga La costa Sureste de Gran Canaria tiene varias zonas secas y azotadas por el viento, formadas por fragmentos volcánicos y arena. Entre estas zonas se encuentran Punta de Melenara y Arinaga. La segunda es accesible por carretera desde la ' autopista" del Sur y allí se desarrolla una comunidad de plantas sin igual, formando la mayoría de ellas espesas y tendidas esteras o montículos. Entre las rarezas locales aparecen la espinosa Convolvulus caput- medusae, Atractylis preauxiana y dos plantas de flor amarilla, Lotus leptophyllus y Kickxia urhanii. Varias halóíitas canarias típicas crecen en esta zona, incluyendo Polycarpaea nivea, Gynmocarpos decander, Limonium pectinatum y Frankenia laevis. JARDÍN CANARIO Una de las atracciones principales de Gran Canaria es el Jardín Canario en Tafira. Aquí se conserva una extensa colección de especies endémicas de las Canarias en condiciones naturales. Aprovechando al máximo los riscos naturales se ha logrado hacer una colección de la mayoría de las especies canarias de los géneros Sonchus, Centaurea 26 y Limoniwn, situándolas en un ambiente muy apropiado. Entre las cosas más interesantes del Jardín Canario figuran: un risco con una gran colonia de Sventenia hupleuroides y Cramhe laevigata y, muy cerca, Isoplexisy Scrop/ iularia; un magnífico monumento a botánicos de Canarias como Webb, Berthelot, Pitard y Masferrer, con una larga avenida plantada de ejemplares gigantes de Bencomia, Mar-ceíel/ a y Dendriopoteriuní; y un área bastante extensa de laurisilva en la parte baja del Jardín, con bosquecillos de Arhutus canariensis y las diferentes especies lauroides. Sobre las paredes del edificio administrativo crece una colonia de Lotus herthelotü con flores de color rojo intenso, Convolvulus lopez- socasü y Seinele androgyna. El botánico que visite las islas debe procurar ver el Jardín en primavera, cuando la mayoría de los endemismos están en plena floración. Se puede visitar en viaje de un día por avión desde Tenerife, pero lo ideal es permanecer un par de días si es posible. LA PALMA La Palma es una isla montañosa, piriforme, con un gran cráter central, La Gran Caldera de Taburiente, en cuyo borde exterior está situado el Roque de los Muchachos, el punto más elevado de la isla ( 2483 m). La mitad Norte de la Isla está formada por las vertientes exteriores de la Caldera, con profundos valles y altos acantilados costeros. La parte Sur tiene una estrecha sierra central. Cumbre Vieja, pero carece de los profundos valles del Norte. Muchas zonas de la parte Sur de la Isla muestran señales de reciente actividad volcánica, con conos de ceniza y torrentes de lava, particularmente por el extremo Sur en Fuencaliente, donde el volcán de Teneguía estuvo en erupción en 1971, y por la costa Oeste, por encima de Puerto Naos donde tuvo lugar una erupción en 1949. ( Fig. VIII.) 14. Cubo de la Galga, Los Tilos, Barlovento La zona Noroeste de La Palma aún conserva grandes zonas forestales, aunque la reciente explotación ha arrasado enormes extensiones en la Galga y Barlovento y, últimamente, en Cumbre Nueva. Al Cubo de la Galga se llega por un estrecho camino a lo largo de un canal de agua desde el Caserío de La Galga. Pasa por un largo risco boscoso donde abundan Suene pogonocalyx, Aeonium palmense, Cryplotaenia elegans y Senecio papyraceus. La zona forestal está dominada por viejos árboles de Ocotea foetens. Un segundo camino, ahora ampliado a pista forestal, sube por encima del pueblo hacia las montañas. Aquí pueden encontrarse varios endemismos del bosque. Echium pininana, reducido a unos pocos ejemplares, se esconde en la parte más profunda del bosque, mientras 27 LA PALMA Puntagorda- Garafia Barlovento Tigarafe Los Llanos Puntallana SANTA CRUZ DE LA PALMA Mazo LÍENTE Fig. VIII que Gonospermum canariense con sus flores de color amarillo intenso se destaca con tanta brillantez como sugiere su nombre local de ' faro'. Más hacia el Norte, por encima del pueblo de Los Sauces, se encuentra el barranco de Los Tilos al que se llega por una pista forestal. El valle principa! tiene espesos bosques en ambas vertientes, donde crece el helécho Woodwardia radicans en los lugares más sombríos. Un viejo hotel en ruinas provisto de agua potable, donde se instala de vez en cuando un pequeño bar, sirve como base para explorar el bosque. Los altos riscos contienen varios endemismos de La Palma tales como Polycarpaea smithii, Cramhe gigantea, Argyranthemum wehhii y Echium webbii de color azul genciana. En los limites del monte son comunes varios arbustos: Sonchuspalmensis 28 con una inflorescencia enorme de flores amariflas, Teline stenopetala, la yedra canaria Hederá canariensis y su liana compañera Semele andro^ yna. El árbol más frecuente es Ocotea foelens ( Til), siendo también común Laurus azorica. Un barranco sombrío y húmedo parte del valle principal, que con acierto lleva el nombre de Barranco del Agua. Buscando un poco se pueden encontrar grandes ejemplares de Cramhe gigantea y una forma muy rara y robusta de Bencomia sphaerocarpa, aunque esta última parece estar casi extinta, por lo menos en esta zona. Una especie arbórea, Euplwrhia mellifera, crecía en esta localidad pero ahora parece estar limitada a Cumbre Nueva donde a su vez se encuentra en peligro de extinción por las talas del bosque. Más hacia el Norte, ya en el lado Norte de la Isla existen más bosques. Estos cubren las montañas por encima de Barlovento. En esta zona se puede localizar Echium pininana, Gcranium canariense, Scrophularia langcana e Ixanthus riscosus, pero la zona es aún relativamente poco conocida, y siguiendo por la costa fue recientemente redescubierta, después de más de 100 años, una planta muy rara, Lactucosonehus webhii. 15. Fuencaliente Situado cerca del extremo Sur de La Palma, el pueblo de Fuen-caliente se encuentra entre bosques de pinos y zonas costeras. Entre el pueblo y el extremo más Sur de la Isla hay una inmensa extensión de reciente origen volcánico, con piedras de lava, campos de cenizas, arena basáltica negra y conos. El terreno tiene fama por sus viñedos y exquisitos vinos dulces. Una carretera baja serpenteando desde Fuencaliente hacia la costa Sur pasando por laderas secas ricas en plantas canarias. En las paredes son frecuentes Sonchus hiérrense y una forma con flores blancas de Aeonium ciliatum. En las orillas secas de los prados se desarrollan grandes colonias de Ceropegia hians con tallos blancos semejando varas, y la curiosa compuesta Plmgnalon umhelliforme. Lotus hillehrandii, Argyranlhemum Iwouarythcmwn y Echium brevirame de flor blanca, presentan aquí formas enanas sobre la lava azotada por el viento. Las plantas pequeñas y tendidas de Euphorhia halsamifera que se encuentran en las regiones costeras parecen sobrevivir en las condiciones más inhóspitas. Entre Fuen-caliente y el Volcán de San Antonio se alza el Roque de Teneguía, que es el habitat de una Centaurea poco común de flor morada, C. junoniana. La zona seca y desolada alrededor de la roca es pobre en especies vegetales, creciendo solamente Echium hrcvirame, Artemisia canariensis y unos pocos ejemplares de Lotus hillelvandii y Kickxia spartioides. Sin embargo, la roca propiamente dicha tiene una serie 29 muy interesante de inscripciones guanches en forma de extrañas espirales y círculos tallados. Se espera que la construcción de un canal de agua cercano no ponga en peligro la Centaurea ni las inscripciones. 16. La Cumbrecita Una carretera desde El Paso, en el lado Oeste de Cumbre Nueva, pasa por la Caldera hasta un elevado punto panorámico conocido por la Cumbrecita, desde el cual se puede divisar unos paisajes impresionantes del interior del gigantesco valle. La montaña está cubierta por un tupido bosque de Pinus canariensis, y el camino pasa por colonias de una forma muy alta de Argyranthenmm haouarytheum y Sideritis dcndrochalwrra. Los riscos a cada lado de la pequeña Casa Forestal situados en la zona del collado de La Cumbrecita contienen una flora interesante, pero requieren una escalada bastante enérgica y difícil para llegar a ellos. Teline linifolia con grandes hojas plateadas, Aichryson bollei y Greenovia áurea son frecuentes en los riscos, junto con Echium wehhii. Plantado arhorescens y Pimpinella dendrolragium, algo más raras. Las laderas por debajo de los riscos en el lado Este son el único habitat que se conoce en Canarias para Orchis másenla, una orquídea de flores rosadas muy extendida por la zona europea- mediterránea. 17. Barranco de Las Angustias Este extenso valle parte de la Caldera de Taburiente por el lado Oeste. Por el lado Sur del valle pasa una pista a través de un ancho canal de agua desde el pueblo de Los Llanos, cerca de la desembocadura del barranco, hasta el mismo centro de la Caldera. Si uno sigue esta pista, que tiene que ser a pie, se pasa por una zona muy rica desde el punto de vista botánico. De especial interés es la esplendorosa Aeonium nohile, de flores rojas, con hojas casi orbiculares, carnosas y amarillentas, que sólo se encuentra en pocos sitios en lamitad Norte de la Isla. La pista pasa junto a riscos con colonias de Seneeio palmensis, una planta colgante de flores amarillas, Doryenium eriophthalmum de flores blancas y vainas marrón- rojizo, Pimpinella dendrolragium, aquí bastante común, y una forma muy robusta de ' pata de gallo' canaria, Dactylis smithii. En las laderar por debajo de la pista hay una población grande de híbridos i'e Eehium con una variedad de flores rosadas, azules y blancas; las especies cruzadas son E. hrevirame y E^. wehhii y al híbrido se le ha dado el nombre de E. bond- spraguei. En los lados del canal son bastantes comunes varios arbustos, incluyendo el alto Convolvulus de flor blanca, C. Jloridus, Spartoeytisus filipes, una planta parecida 30 LA PALMA SANTA CRUZ DE LA PALMA LÍENTE Fig, IX a la retama con flores blancas y vainas negras, y Biiplcurum salici-foliuin de hoja muy estrecha. En la orilla del canal abunda Aeonium palmense y hacia el final de éste se encuentra una pequeña colonia de Convolvulus fruticulosus, una especie que tan sólo crece aquí y en Tenerife. 18. Roque de Los Muchachos, Cumbres de Garafía Las montañas más altas de La Palma, son aquellas formadas por el borde de La Caldera. Varios picos alcanzan más de 2300 m, una altura como en Las Cañadas en Tenerife, apareciendo por ello una flora subalpina bien desarrollada como la de Tenerife. Varias especies tales como Nepeta tevdea, Adcnocarpua viscosas y Junipcnis cedrus 31 se dan en ambas islas y también se pueden encontrar algunos endemismoslocales, incluyendoEchiumgenlianoides, ViolapalmensLs, Cerastium sventenii, Tolpis calderae y Pterocephaliis porphyrantlius. Varias pistas desde el Norte de la Isla suben a los altos picos de Topo Alto de los Corralejos, Pico del Cedro, Roque de Los Muchachos y Cueva de la Tamagantera, pero en todos los casos el viaje requiere un día muy largo. GOMERA La Isla de La Gomera se parece a una miniatura de Gran Canaria. Se eleva casi a 1450 m en el Centro y las faldas de su cúpula achatada LA GOM Vallehermoso Arure- SAN SEBASTIAN están hendidas por 38 profundos barrancos radiales que se abren estrechamente hacia el mar entre escarpados riscos. El Sur es cálido y seco sin que exista una llanura costera y el Norte recuerda a la costa Norte de Tenerife. ( Fig. X.) 19. Barranco de la Villa El valle más grande de la Isla se extiende desde el Centro hasta la costa Este y en su desembocadura se encuentra la capital, San Sebastián. Por el lado Norte hay una carretera que enlaza San Sebastián con los pueblos de Hermigua y Vallehermoso. En los riscos al borde del camino crecen numerosas plantas endémicas. Abunda una Sicleritis de hoja lanuda con inflorescencias péndulas 32 ( S. gomeraea), mientras que una segunda especie S. lotsyi es algo mas rara. Dicheranthus plocamoides, que también se encuentra en Tenerife en Teño, es frecuente en las rocas, junto con las rosetas solitarias de Greenovia diplocycla. En las laderas secas se entremezclan una forma de flor pequeña de Argyranthenmm Jrutescens con la suculenta Senecio kleinia y varias especies del género Euphorhia, y entre las rocas secas es posible encontrar por lo menos cuatro especies del género Aeortium, A. suhplanwn con rosetas planas de color verde, A. decorwn con hojas rojizas y dos especies de hoja gris, A. castcllo- paivae y A. gomerense. En el cercano barranco de La Laja hay aún otro Aeonium, A. saundersii. En primavera, los riscos y laderas suelen estar cubiertas por las flores doradas del endemismo gomero Lotus emeroides. 20. Roque de Agando A este monolito basáltico situado en la parte alta del Barranco de La Laja se llega mejor desde Tagamiche a pie. La pista atraviesa un brezal de Erica arbórea y baja por los riscos de Tagamiche donde pueden encontrarse tres endemismos locales: Echium acanthocarpum, alto y de flores azules, Argyranthemwn callichrysum de flores amarillas y Cramhc gomeraea. En la base del Roque Agando hay grandes agrupaciones de la robusta Aeonium ruhrolinealum de flores amarillas, y una especia muy rara de Sideritis, probablemente S. marmórea Bolle. Las zonas rocosas y húmedas albergan colonias de la orquídea Neotinea intacta y son comunes dos arbustos leguminosos de flor amarilla Adenocarpus foliolosus de hojitas muy estrechas y largos peciolos, y Teline linifolia en otra de sus múltiples formas, en esta ocasión con pequeñas hojas oblongadas. Se puede regresar a San Sebastián tomando una pista relativamente fácil que baja por el Barranco de La Laja. 21. Riscos de Agulo, Roque Cano de Vallehermoso Estas dos zonas de risco basáltico se consideran juntas debido a la semejanza de su flora. Ambas son de relativamente fácil acceso desde la carretera Norte de la Isla, aunque se requiere una escalada bastante enérgica para alcanzar la base de Roque Cano. Los riscos de Agulo contienen dos especies endémicas del género Sonchus, S. gonzalez- padronii, que llega a ser bastante frecuente en las rocas y peñascos más hacia el Oeste y S. regis- juhae que parece estar limitada a la parte Norte de Agulo y Vallehermoso. Sin embargo, Silene bourgaei y Limonium brassicifolium parecen estar limitadas más o menos a Agulo. Convolvulus suhauriculatus crece en ambas localidades mientras que Euphorbia bravoana está representada en Agulo por 33 muy pocos ejemplares, siendo más común en el Barranco de Majona hacia el Este. I£ l Roque Cano, en el barranco de Vallehermoso, tiene todas sus caras perpendiculares. Las laderas por debajo del roque están cubiertas con pequeños arbustos de Jnnipcrus phocnicca y con la curiosa hierba endémica fíracliv/ Hxliuní arhuscula. Las caras del lado Sur de Roque Cano contienen varias plantas interesantes, Sonclius orluiioi, Senecio hcrniosae, un endemismo local, Dichcranihm ploca-nioiilcs y una pequeña y pegajosa Aconiíiiii, A. riscalwii. \ ln las laderas de la vertiente Norte crecen varios arbustos, Tcliiw linifolia de hojas grandes, Sonclius rcí^ is- jiihac y G/ ohii/ aria salicina de flores azules. La región costera en Puerto de Vallehermoso tiene varias comunidades interesantes, predominando / jip/ iorhia aphvllo y /:'. halsaniifcra. 22. Bosques de El Cedro En la región central de La Gomera se encuentran algunos de los mejores montes de Laurisilva de las Canarias. Los bosques de El LA CiOMKRA SAN SEBASTIAN r¡ g. XI Cedro en la parte alta del Valle de Hermigua probablemente sean los más ricos de todos. Los árboles que dominan son Laiinis azorica, llcx canaricnsis, Myrica faya y Salix canaricnsis, siendo aquí muy corrientes los arroyos, terrenos húmedos y riscos con una vegetación exuberante mientras que en la mayoría de los demás bosques canarios la explotación de las aguas subterráneas ha dado lugar a la desecación de la capa superior del suelo y la casi total ausencia de 34 aguas corrientes. Hypericum grandifoJium, Cedronella canariensis, Gesnouinia arbórea y Scrophularia langeana forman la parte principal del estrato arbustivo y en algunas zonas, Teline stenopetala y Bvstro-pogon canariensis. Los heléchos Woodwardia radicans, Athyrium umhrosuní y Asplenium onopteris abundan a lo largo de las orillas de los arroyos, con Aichryson punctatum que a menudo crece aquí con los ' pies en el agua'. En el bosque son corrientes los laureles muy viejos con enormes troncos; en verano el suelo se cubre con una alfombra de hojas marrón- rojizo de Viñatigo { Persea indica), El Cedro es fácilmente accesible desde San Sebastián o Hermigua y para un naturalista representa una maravillosa excursión de varios días. 23. Chorros de Epina, Arure Desde Vallehermoso la carretera de la costa Norte continúa hacia Valle Gran Rey por la vertiente Oeste de la Isla. Como a una media hora en coche por la carretera hay una pequeña pista que conduce a un manantial conocido por los Chorros de Epina. El manantial se encuentra en el borde inferior de una rica zona forestal por debajo de algunos de los riscos más interesantes de la Gomera. Al borde de la pista pueden encontrarse el alto arbusto Gesnouinia arbórea parecido a la ortiga y el arbustivo brezo. Erica scoparia, y muy cerca del arroyo hay unos cuantos ejemplares de la muy rara Euphorbia lamba con grandes brácteas amarillentas rodeando las flores. Más allá de los Chorros, una pista mal acabada pasa por la base de una escarpada ladera por debajo de una serie de riscos muy altos. Si se sube por la ladera hasta la base de los riscos y se siguen estos hacia la costa Oeste, se pueden encontrar en abundancia algunos de los más raros tesoros botánicos de la Isla. Sideritis nutans con una espiga de flores blanquecinas, Pimpinella junionae, Sonchus gonzalez-padronii y S. filifolius pueden encontrarse fuertemente enraizadas en las grietas de los riscos, junto con un extraño helécho de hojas arriñonadas, Adiantwn reniforme. Es corriente Aeoniíim subplanum, con sus rosetas achatadas, y en las partes más altas de los riscos es frecuente un alto arbusto con flores amarillas Aeonium rubrolineatum. Otras dos especies suculentas, Greenovia diplocycla y Monanthes laxiflora cubren zonas de roca desnuda y en lugares sombreados por debajo de los riscos abunda un Senecio de flor blanca. Senecio appendiculatus. Volviendo a la carretera de Valle Gran Rey, que va serpenteando hacia el pueblo de Arure, se pasa a través de una zona boscosa donde abundan Geraniíim canariense. Hederá canariensis y Andryala pinnatifida pero desgraciadamente muchos de los árboles más grandes fueron talados hace varios años para alimentar una pequeña industria 35 de carbón. Esta es una zona de brumas de monte y muchos de los árboles tienen curiosos liqúenes verdes colgando de las ramas y los troncos cubiertos de musgo, especialmente por su cara norte. 24. Valle Gran Rey, Barranco de Argaga, Chipudc La Zona del Suroeste de la Gomera con sus profundos valles y riscos es rica en plantas endémicas que a menudo son muy difíciles de localizar. El profundo barranco de Valle Gran Rey tiene riscos muy altos que son casi inaccesibles y en su mayor parte inexplorados. En los riscos a lo largo de la carretera son comunes varias especies, Dcscurainia inillcfolia, una forma grande de Aconium dccorum con hojas de color rojo intenso, Sonchus filifolius con delicados lóbulos foliares y pequeñas flores amarillas, y en algunos lugares Siderilis nutans con hojas de aroma penetrante. En el lecho del valle hay extensos palmares y bosquecillos de tarajales. Al Sur de Valle Gran Rey y accesible solamente desde la costa se encuentra un pequeño valle conocido por Barranco de Argaga. En la zona seca costera a la entrada del valle hay pequeñas poblaciones de Echiitm triste y en los acantilados la muy rara Limonium dcndroidcs. Por el valle arriba se puede encontrar un segundo endemismo muy local, Paroliiiia schizo^ ynoidcs de flores rosadas en medio de una vegetación seca de Lavandula pinnata, Messerschmidia fruí ¡ cosa, Kick. xia scoparia y Micromeria dcnsiflora. Más hacia el Sur se encuentra el pueblo montañés de Chipude dominado por una enorme montaña plana conocida por La Fortaleza donde crecen varios endemismos gomeros. Una visita bien vale la pena. Es casi imposible encontrarse más apartado del turismo, hoteles y del hormigón en ninguna otra parte de las Canarias. El sistema de vida de sus habitantes apenas ha cambiado en este siglo y es posible comprar pequeños artículos de barro fabricados de idéntica manera que lo hacían los primitivos habitantes de las Islas. Los riscos de La Fortaleza son ricos en plantas tales como Sideritis lotsyi, Aeoniuin urhicum, Bystropogon plumosas, Pimpinella junionae, Paronychia goinerensis y Crainhc gomeraca. HIERRO Esta isla casi semicircular posiblemente sea un fragmento de un antiguo volcán. En el centro se alza una meseta alta y más bien plana con escarpados riscos por todos sus lados, que alcanzan su máximo desarrollo en la inmensa bahía de El Golfo, por el lado Oeste. El Hierro es la isla más pequeña de las Canarias alcanzando más de 1500 m en su punto más elevado. ( Fig. XII.) 36 EL HIERRO VALVERDE Frontera Taibique Fig. XII 25. El Golfo La zona alta de El Golfo está formada por riscos escarpados densamente cubiertos por pinares y Laurisilva. Hay una pista desde Jinamar hasta Frontera que atraviesa el bosque por la que puede hacerse una excursión interesante. Una zona rica en plantas rodea un manatial conocido por Fuente de Tinco, donde están localizados varios endemismos raros. Pueden encontrarse Bencomia sphacrocarpa, una forma extraordinariamente grande de Cminhe strigosa, y pequeños grupos de Sideriüs canariensis, pero son bastante raros. Por la vereda desde Jinamar el bosque se hace más denso y, a menudo, muy húmedo. Son corrientes Echiuin slrictum con flores de intenso color azul y una forma local de Aeoniwn holochrysum. En los riscos de! bosque crecen Sonchus hicirensis con grandes flores amarillas y Teline stenopeíala junto con Tinguarra montana, y en el sotobosque abundan Geraniwn canariense y Myosotis latifolia, a menudo con flores rosadas. Visnea macanera conocido vulgarmente por ' mocan' es un árbol dominante, y en la parte baja del bosque pueden encontrarse ejemplares arbóreos de Euphorbia regis- jubae. La región más baja al Noroeste de Frontera tiene varias zonas de interés. Los riscos de las Casitas contienen un endemismo local, Sonchus gandogeri y también Echium hiérrense de color rosado. Las paredes están cubiertas de Aichryson parlatorei con flores doradas, y es corriente Argyranthemum hiérrense que tiene flores blancas parecidas a la margarita. Entre Frontera y el pueblo de Sabinosa, los riscos al borde 37 EL HIERRO Fig. XIII de la carretera están cubiertos de Senecio murrayi, a veces con flores rosadas y otras blancas, y una forma grande de Aeoniuin palmense, parecida a una col. Las rarezas en estos riscos incluyen Suene sabinosae con flores rosadas y Centaurea durannü. LANZAROTE r^^ Alegranz Graciosa Haría ARRECIFE Teguise Fig. XIV 38 LANZAROTE La isla de Lanzarote es menos montañosa que las islas occidentales, alcanzando solamente unos 700 m en la parte Norte dominada por la cumbre de Famara. Al Sur de Famara se extiende una llanura arenosa con áreas de dunas y conos de escoria. Desde el centro y hasta el extremo Sur de la isla existe una zona montañosa baja con picos volcánicos y cráteres. En el extremo Sureste y Sur hay una estrecha llanura costera de arena y lava con algún que otro cono y r'^ Alegranza LANZAROTE Graciosa ARRECIFE Fig. XV montones de ceniza. Las costas de esta zona son acantilados escarpados. ( Fig. XIV.) 26. Riscos de Famara Prácticamente todas las plantas endémicas de Lanzarote están concentradas en la región montañosa de Famara. Actualmente es posible explorar la base de los riscos que descienden hasta la Playa de Famara gracias a una carretera construida recientemente. Cerca del mar existen pequeñas colonias de Pulicaria camriensis y Asteriscus •^ chultzii, dos especies raras que se encuentran tan solo en Lanzarote y Fuerteventura. Los riscos propiamente dichos contienen una especie local del género Reichardia, R. famarae y una especie 39 endémica de hoja suculenta del género Kickxia. En las grietas es común Aichryson tortuosum y en las partes más altas se pueden encontrar dos especies del género Aeonium, A. lancerottense y A. balsamiferum, laprimeracon flores rosadas y la segunda con amarillas. Los riscos altos albergan un Limonium espectacular, L. bourgaei y la muy rara Echium decoisnei subespecie purpuriense, y también puede encontrarse una de las pocas especies del género Argyranthemum de flor amarilla, A. ochroleucum. También crecen dos especies endémicas de Helkhrysum y varias hierbas, incluyendo Dactylis smithii. En la cima de los riscos de Famara, los picos conocidos por Peñitas de Chache, también aparecen varios de estos endemismos raros. Es frecuente Férula lancerottensis, una planta gigante con flores amarillas, mientras que un pequeño Sedwn trepa por las paredes rocosas, entremezclado con Thymus origanoides. Lavandula pinnata está representada por una forma de hoja particularmente ancha y abunda una especie anual del género Echium, E. pitardii. El pueblo de Haría está situado entre colinas en un oasis de palmeras, Phoenix canariensis. Más allá del pueblo, hacia el Norte, los riscos costeros dominan el islote de La Graciosa desde la cima de un risco conocido por Mirador del Río, que es la localidad clásica de una segunda especie de Limonium, L. puberulum. FUERTEVENTURA La parte Norte de Fuerteventura está formada por extensas llanuras con profundas depresiones. En la costa Norte aparecen grandes zonas de dunas, Las zonas del Centro y del Sur incluso hasta Gran Tarajal consisten en una llanura central rodeada por colinas aisladas al Este y una hilera de colinas bajas al Oeste. La zona Sur de Gran Tarajal forma una estrecha península unida al área principal de la isla por un estrecho istmo arenoso. La península de Jandía es una vieja y alta cumbre volcánica con escarpadas laderas por cada vertiente que bajan bruscamente hacia extensas playas de arena, especialmente por la cara Norte. ( Fig. XVI.) 27. La Oliva; Dunas de la Costa Norte El pueblo de La Oliva está situado al pie de un gran cono volcánico de ceniza y lapilli negras. En esta zona de lava crecen varias plantas interesantes: un pequeño Echium azul, E. honnetii, la trepadora Kickxia heterophylla, de brillantes flores amarillas y una pequeña planta umbelífera, Ruihea herhanica. Es común el arbusto suculento Senecio k/ einia junto con el espinoso Asparagus pastorianus, y entre 40 FUERTEVENTURA Betancuria Q Lobos La Oliva PUERTO DEL ROSARIO Gran Tarajal Fig. XVI las piedras un verdadera tesoro, la pequeña suculenta de tallo cuadrangular Caralluma burchardii. La costa Norte de la isla está cubierta por una extensa formación de dunas desde Tostón en el Oeste hasta Corralejo en el Este. En la región crecen muchas especies de halófítas, incluyendo Traganum inoquinü. Son corrientes Lotus lancerottensis y Polycarpea nivea, con Reseda crystallina de flores amarillas y varias especies del género Beta. Cerca de Corralejo, las dunas son la localidad clásica para FUERTEVENTURA ( 3 Lobos PUERTO DEL ROSARIO ran Tarajal Fig. XVII 41 Androcymbium psammophilum, una pequeña planta de flor blanca parecida al Crocus. 28. Jandía, Pico de la Zarza La península meridional es la parte más alta de la isla y también la más rica botánicamente. Al Sur del pueblo de Morro Jable la región costera es muy desértica, siendo el habitat de dos plantas muy raras, Euphorbia handiensis parecida a un cactus y una especie sumamente interesante. Pulicaria hurchardii que se conoce solamente en una pequeña extensión de unos cuantos metros cuadrados donde crecen unas seis plantas. Los picos altos como el Pico de la Zarza son bastante pesados de escalar, pero las cimas albergan una abundancia de rarezas tales como Argyranthemum winteri, Echium handiense con flores azules, Bupleuruin handiense, Sideritis mas-soniana y varias especies que también pueden encontrarse en Famara, en Lanzarote. La sumamente atractiva Asteriscus sericeus es corriente en la cima, asi como una pequeña planta de flores rosadas parecida a la pamplina, Minuarlia platyphylla. 42 Conservación LA INFLUENCIA DEL HOMBRE EN LA FLORA Inevitablemente la flora y la vegetación de las islas pequeñas es extremadamente vulnerable a las presiones del progreso del Hombre. Grandes extensiones en las Islas Canarias han estado bajo cultivo durante varios siglos, con la caña de azúcar, la cosecha primitiva más importante, siendo reemplazada sucesivamente por la viña, la barrilla ( Mesemhryanthemum crystaUinum) para la extración de sosa, cactus de la cochinilla, tomates, patatas y plátanos. En la actualidad la industria declinante del plátano va dando paso gradualmente a la producción de flores como la Strelitzia, claveles y crisantemos y a los productos hortícolas como pepinos y varias frutas exóticas en gran escala. Las zonas forestales han sido explotadas durante largo tiempo, pero nunca tan rápida e intensivamente como en la actualidad, cuando las sierras mecánicas y las buenas pistas forestales simplifican la tala y el transporte. Muchas zonas en las regiones de bosque nuboso se dedican actualmente a la producción de patatas, habiéndose talado grandes extensiones para este fin. Arroyos de montaña, manantiales y existencias de aguas subterráneas, todos han sido explotados para cubrir las necesidades de las industrias tanto agrícolas como del turismo, y en algunas zonas el agua se ha convertido en un artículo escaso y valioso, como lo demuestra la reciente construcción de varias plantas potabilizadoras de agua salada. Los efectos sobre la flora y la vegetación han sido considerables. Ya parecen haber desaparecido varias plantas endémicas y muchas más se encuentran en peligro de extinción, pero el verdadero peligro para un futuro inmediato es el hecho de que podrían destruirse fácilmente comunidades completas de plantas y formaciones vegetales únicas si no se toman medidas positiva para su conservación. NECESIDAD DE LA CONSERVACIÓN El creciente movimiento internacional para la conservación y ecología, con sus ruegos para la consideración de las necesidades de 43 futuras generaciones, presenta un sólido argumento moral para la conservación de la Naturaleza y de los recursos naturales. Las zonas forestales de Canarias son el eslabón principal en la cadena del suministro de agua; los bosques condensan la humedad de las nubes transportadas por los vientos alisios, como lo puede atestiguar cualquiera que haya ido a Agua Mansa en un día nuboso. Las laderas escarpadas de las islas producen una fuga rápida de las aguas superficiales y cuando se quita la vegetación espesa, sigue rápidamente la erosión del suelo como puede observarse en la Sierra de Anaga y partes del Norte de Gran Canaria. Solo de este hecho se desprenden argumentos fuertes para la conservación de las zonas forestales. Como esperamos lo demuestre este pequeño libro, las plantas de Cananas tienen mucho que ofrecer tanto a visitantes como a los habitantes de las islas. Pueden proporcionar un placer considerable a los turistas que viajen por cualquiera de las islas y son de una enorme importancia científica. Varias zonas ya han sido designadas como reservas naturales. Los Tilos de Moya y partes de la Cuesta Silva en Gran Canaria, o parques nacionales, las Cañadas de Teide en Tenerife, pero existe una necesidad urgente para muchas más zonas. Es casi imposible el conservar especies individuales excepto sobre la base de un plazo corto y el mejor medio de conseguirlo probablemente sean las colecciones de plantas endémicas tales como la del Jardín Canario, pero aún podrían conservarse comunidades completas como la Laurisilva de Anaga, El Cedro, el Norte de La Palma y El Golfo en el Hierro o la rica vegetación costera de Punta de Teño, Andén Verde o Fuencaliente y la vegetación rupícola de muchas zonas si se toman a tiempo las medidas oportunas. Sin embargo, la conservación no puede privar a los habitantes de las Islas de su medio de vida y solo puede tener éxito mediante una política de educación. Esperamos que este libro desempeñe un papel en el segundo procedimiento, haciendo llegar a la atención general las valiosas ventajas de la flora de Canarias. Muchas de las plantas descritas como raras son especies que corren peligro y las recomendamos solamente como tema para la fotografía y no para recolectar. En muchos casos incluso el coger semillas puede contribuir a la extinción de una especie rara, ya que muchas de ellas no pueden cultivarse satisfactoriamente fuera de sus hábitats naturales. La colección de especies secas siempre debe hacerse con cuidado y consideración para el bienestar de la colonia local de las especies y no deben cogerse plantas enteras a no ser que el grupo de individuos sea grande. La mayoría de las suculentas canarias se dan bien a partir de esquejes pequeños así que no es preciso coger plantas enteras para su propagación. 44 Nos gustaría recomendar encarecidamente a cualquiera que se beneficie por el uso de este libro, apoyar en todo lo posible la conservación natural de la Islas Canarias y también disfrutar de su exploración. 45 Algunas Sugerencias para Estudios Adicionales Muchas de las guias más antiguas y relatos de viajes por las Islas Canarias son muy interesantes de leer, especialmente para los que conocen bien las islas. De las guías modernas las mejores son las publicadas por Planeta, de Tenerife y Gran Canaria. Recomendamos los libros siguientes para los que deseen ampliar sus conocimientos sobre las Canarias. De especial interés son aquellos señalados con un asterisco. HISTÓRICOS Y GENERAL Bannerman, D. A., 1922.* THE CANARY ISLANDS, THEIR HISTORY, NATURAL HISTORY AND SCENERY. Gurney & Jackson. Du Cañe, E. & F., 1911. THE CANARY ISLANDS. A. & C. Black. Edwardes, C, 1888.* RIDES AND STUDIES IN THE CANARY ISLANDS. T. Fisher Unwin. Espinosa, A. de, 1907. THE GUANCHES OF TENERIFE WITH THE SPANISH CoNQUEST AND SETTLEMENT. Hakluyt Soc. ser 2, 21. Salmer Brown, A., 1932.* BROWN'S MADEIRA, CANARY ISLANDS AND AZORES. 14th Edition. Simpkin, Marshall, Hamilton Kent & Co., Ltd. Stone, O. M., 1889. TENERIFE AND ITS SIX SATELLITES. BOTÁNICA Bramwell, D., 1971. La vegetación de Punta de Teño, Tenerife. CUADERNOS DE BOTÁNICA CANARIA 11: 4- 37. Ceballos, L. & Ortuño, F., 1951.* VEGETACIÓN Y FLORA FORESTAL DE LAS CANARIAS OCCIDENTALES. Inst. Forestal, Madrid. Kunkel, G., 1969. ARBOLES EXÓTICOS 1. Cabildo Insular, Las Palmas. Lid, J., 1968. CONTRIBUCIONES A LA FLORA DE LAS ISLAS CANARIAS. Norske Vidensk.- Acad., Oslo. 46 Dibujos y Fotografías Fig. la. Notholaena marantae. Ib. Woodwardia radicans. le. Asplenium hemionitis. 48 Fig. 2. Salix canaricnsis. Fig. 3. Myrica faya. 49 Fig. 4. Gesnouinia arbórea Fig. 5. Bela procumbens. 50 Fig. 8. Polycarpaea tenuis. Fig. 9. Polycarpaea carnosa. 52 Fig. 12. Paronychia canariensis. Fig. 11. Silene nocteolens. 53 Fig. 13. Ranunculus cortusifollus. 54 Fig. 14. Apollonias barbusana. Fig. 15. Laurus azorica. 55 Fig. 16. Persea indica. Fig. 17. Ocotea foetens 56 Fig. 18. Crambe arbórea. 57 Fig. 20. Lobularia intermedia Fig. 19. Crambe sventenii. Fig. 21. Reseda scoparia. Fig. 22. Erucastrum cardaminoides. 59 Fig. 23. Aichryson laxum. 60 Fig. 24. Monanthes muralis. Fig. 25. Monanthes laxiflora. 61 Fig. 26. Bencomia brachystachya. 62 Fig. 27. Anagyris latifolia. Fig. 28. Chamaecytisus proliferus. Fig. 29. Teline canariensis. Fig. 30. Teline stenopetala 64 Fig. 31. Vicia scandens. Fig. 34. Lotus berthelotii. Fig. 33. Lotus glaucus. 66 Fig. 35. Dorycnium broussonetü. 67 Fig. 36. Euphorbia atropurpúrea. Fig. 37. Euphorbia balsamifera. Fig. 38. Cneorum pulverulentum. Fig. 39. Rhamnus integrifolia 69 Fig. 40. Rhamnus crenulata. Fig. 41. Hypericum coadunatum 70 Fig. 43. Hypericum grandifolium Fig. 42. Hypericum glandulosum. Fig. 47. Cistus osbeckifolius. Fig. 44. Hypericum reflexum 72 Fig. 46. Viola cheiranthifolia, Fig. 45. Visnea mocanera. 73 Fig. 48. Bryonia verrucosa. 74 Fig. 49. Hederá canariensis. 75 Fig. 51. Pimpinella junionae. 76 Fig. 53. Cryptotaenia elegans Fig. 54. Bupleurum salicifolium. 78 Fig. 55. Arbutus canariensis. Fig. 56. Erica scoparia. 79 Fig. 57. Limonium imbricatum. Fig. 59. Pleiomeris canariensis. Fig. 60. Sideroxylon marmulano Fig- 61. Picconia excelsa. 82 Fig. 62. Ixanthus viscosus Fig. 64. Ceropegia dichotoma. Fig. 63. Periploca laevigata 83 Fig. 65. Plocama péndula. oo ( N to •— C - D ca d 0- o " a h4ttH C < i < a N h4ttH 3 m E o Q 84 Fig. 68. Echium bonnetii 85 Fig. 69. Echium handiense Fig. 70. Echium sventenii. 86 Fig. 71. Messerschmidia fruticosa. 87 Fig. 72. Messerschmldia angustifolia. Fig. 73. Teucrium heterophyllum Fig. 75. Micromeria helianthimifolia. Fig. 76. Micromeria julianoides. 89 Fig. 77. Salvia broussonetii. 90 Fig. 79. Sideritis nervosa Fig. 78. Sideritis cystosiphon. 91 Fig. 81. Bystropogon canariense. Fig. 80. Sideritis lotsyi. 92 Fig. 83. Scrophularia glabrata. Fig. 82. Lavandula pinnata 93 Fig. 84. Globularia salicina. 94 Fig. 86. Plantago webbii. Fig. 87. Sambucus palmensis 95 Fig. 89. Allagopappus dichotomus Fig. 88. Pterocephalus lasiospcrmu 96 Fig. 90. Helichrysum gossypium. 97 Fig. 92. Schizogyne sericea Fig. 93. Lugoa revoluta. Fig. 94. Gonospermum gomeraeum. Fig. 95. Argyranthemum frutesccns. 99 Fjg. 96. Argyranthemum gracile. Fig. 97. Tanacetum ptarmaciflorum. 100 Fig. 99. Senecio appendiculatus. Fig. 98. Senecio cruentus. Fig. 101. Carlina xeranthemoides. 102 Fig. 103. Atractylis preauxiana. 103 104 Fig. 106. Tolpis crassiuscula. Fig. 107. Sonchus capillaris 105 Fig. 108. Sonchus fauces- orci. 106 Fig. 109. Reichardia famarae Fig. 110. Asparagus arborescens. 107 Fig. 111. Pancratium canariense. Fig. 112. Tamus edulis. 108 Fig. 113. Luzula canariensis Fig. 114. Dactylis smithii. 109 Fig. 116. Dracunculus canariensis. Fig. 115. Brachypodium arbuscula. 110 Fig. 117. Gennaria diphylla. Fig. 118. Habenaria tridactylites 111 Laminas en Color Vistas Generales r ( O o ñ ' C E s XVIII. Las Cañadas del Teidc, Tenerife. Zona subalpina dominada por el pico Teide: 3718 m. Las pendientes de lava y piedra pomex sostienen una rica flora endcniica. £ 3 ü O 1 ^ • O .1 • co " 5 I G -^ r ' > . tr^ t ^ ?* » •-,•:. ^_ v--^-*- 3 o Tí Ii « i. -*.- X XIX. Las Cañadas del Teide, Tenerife. Nieve de invierno medio. ^ . ' Bosque de coniferas en las montañas altas de Tenerife bajo nieve invernal. Fuente de Joco 1800 m. . o m U O a. o fO N ID . y OÍ b oí o m o XXÍ Pinar de Tamadaba, Gran Canaria. Pinus canariensis, bosque sobre la zona montañosa de la isla en la región de Roque Nublo. XXII. Pinar en la montaña alta, abajo de ' El Sombrcrito' en la lado sur de Tenerife en la parte alta del pueblo de Vilaflor. XXIII. La zona montañosa de Gran Canaria en el área flor isticamente rica de Caldera de Tirajana abajo del Paso de la Plata. XXV. Barranco del Rio, La Palma. Camino que atraviesa un bosque de laureles en el lado orienta] de la isla. XXIV. Sierra de Anaga, Tenerife. Cima de la montaña que contiene bosque de laureles a lo largo de sus crestas. XXVI. La Fortaleza de Chipude, Gomera. Una meseta con una rica Hora de acantilados domina el pueblecito de Chipude. XXVII. Montanas de Teño al extremo occidental de Tenerife. Masca, un pequeño caserío situado entre ios acantilados con una gran cantidad de plantas endémicas. i o TU re N ID _ . _ | - | ^ ro . V ^ * ^ ^ » * • ^ L . » -> S a ^ ...,,^'-> í ^ L , n ^ i> ^ . ^ ? SSWK5,__-^-.- Hi'rv-' : . « > ' ^ * - ' . - • ' ' ^ V & ^ ^ * i . J J , " ' _ n b > h -^^. r^ - ' - *! '-.. a JíV~ .!-! tí *^ ft^' í; • V -' • • ! ' = " ^' í- ^ ^ ^ ^ ^ - ' ^ UTv" • ¿ ^ , 1 L , 4 . i^ iíor-^' : > % : ^ ' ^ . " í,! ' i S ' ' r tr- P V V ^ * > rf " i ;-- r'- ^ ^ ' IÍ-" ? ^ ! N ^^ • CNSI . ^ - -**' ¿ ^^ ^- ^:^ 3 ¿ :^ Sg . < " > 2^^ f. A.' ^ J í* . Yíffl N^.- N > * • '> 3 fc i. t'-: M '.^* 5?. r í ? 3 5 i . w •••' ' v'-' á • - ^ - - ^ Vv ^ %• • C i N v ** i^: \ • v- í' - IWVí » '. i * " ' » - ;- K ÍS Í - " » • • %, L ^ i. iWvák. í.^ 1 > < > . ••^ t. • c ^ *• * J A' ' < • : '• m k ÍÁ - , •• W^ T J ^ ^" . ^ ' •^^. ' ^ • v^^.^ XXVIII. Vegetación costera en Punta de Teño, Tenerife. XXIX. Vegetación de acantilado de Roque Cano en Vallehermoso, Gomera. El acantilado contiene variedad de especies tales como Sonchus ortunoi y Aeonium viscatum. XXX. Montañas de Teño, Tenerife. Vegetación de acantilados en Roque del Fraile en la costa norte. Ceropegia dichotoma y Euphorbia aphylla se combinan con especies como Aeonium tabuliforme para hacer del área una de las mas interesantes para los aficionados a las plantas suculentas. XXXT. Costa sur de Tenerife vista desde Montaña Roja hacia El Medaño. XXXH. Pendientes costeras compuestas de lavas recientes en El Golfo, Hierro. Las pendientes abruptas y rocosas están cuviertas con Cneorum pulverulatum. XXXTTI. Fuerteventura, llanuras secas de la región central cerca a Pajara. XXXIV. Playas arenosas en la costa occidental de Lanzarote en la región aledaña al occidente del maciso Famara. Laminas en Color Especies Endémicas O O to •— C - D 4 4ttt d 0- o " a h4ttH c ' O N h4ttH 3 m E o Q *^ » f> M % / * / < f íV #' f » / ^ f . • K 119. Davallia canarieiisis. 120. Adiantum reniforme, 121. Cheilanthes maderensis. 122. Pinus canariensis ( female) O O ñ ' C E 3 123. Pinus canariensis ( male). £ 3 ü O O Q. ( D • O I • co " 5 I b a i 124. Juaipcrus cedrus, 125. Juiíipcrus phoenicea 127. Rumex lunaria. Á-'^ iA ¡ Sí. « M'> tCu:. 128. Polycarpaea smithii. 129. Polycarpaea latifoüa. 131. Dícheranthus plocamoides. 130. Gymnocarpos salsoloides. ü O O Q. ( D • O I • co " 5 I b S % O O • o a 132, Apollonias barbusana. 133. Crambe laevigata. 134. Crambe sventenii. 135. Descurainia bourgacana. 136. Parolinia intermedia. Sv \ 137. Cheiranthus scoparius. 138. Cheiranthus scoparius var. cinereus. 3 D. O o. « • o I • co " 5 I b 139. Cheiranthus virescens. 140. Reseda crystallina. 141. Monanthes niphophila. 142. Monanthes pracgeri 143. Monanthes polyphylla. O O > m CL O CL fO TU fO N ID ^ 9 Q 3 o c E o D ( ü) 144. Aichryson parlatorei 145- Aichryson bollei. 146. Aichryson palmense. 147. Aeonium cuneatum. £ 3 ü O 148. Aeonium subplanum 149- Aeonium undulatum- 150. Aeonium holochrysum. 151. Aconium tabuliforme 152. Aeonium manriqueorum I. M. II ,. .. V 153. Aconium sedifolium. ^' -•- — . ^ „ . --^ r^' ' - v - V --^•" 154. Aeonium urbicum ^ . •:^ m'^::- z: Sc^^ 155. Aeonium lancerottcnse, ooa . o Q. ( D • O I • co " 5 I b 156. Aeonium valverdense. 157. Aeonium spathulatum. 158. Aeonium simsii. 159. Aeonium nobile. 160. Aeonium smithii. 161, Greenovia áurea J ^ - v — - — T-. ' ^ v "- x ^ í m 162. Dendriopoteriuní menendezii. 163, Marcetella moquiniana. ü o O Q. ( D • O I • co " 5 I b 164, Adenocarpus viscosus. 165, Adenocarpus foliolosus 166. Adenocarpus foliolosus. 168. Teiine canariensis. . / 167. Teiine linifolia. 169. Teiine microphylla 170. Chamaecytisus prolifcrus. í' T-^ 171. Spartocytisus filipes £ 3 ü O O Q. ( D • O I • co " 5 I b 172. Spartocytisus supranubius. 173. Retama monosperma. 174. Ononis angustissimus. 175. Lotus spartioides. 176. Lotus dumetorum 177. Lotus hillebrandii. 178. Lotus maculatus. 179. Geranium canariense. 180. Euphorbia canariensis. 18], Euphorbia canariensis 183. Euphorbia paralias. 182. Euphorbia handieasis. 185. Euphorbia aphylla. 184- Euphorbia balsamifera. 186. Euphorbia oblusifolia, m ü ü O Q. ( D • O « s 187. Euphorbia regis- jubae. 188. Euphorbia bourgaeana. 189. Euphorbia mellifera 190. Euphorbia bravoana. 191. Cneorum pulverulentum. 192. Ruta pinnata. 193. Ruta oreojasmc 194. Ilex caaaricnsis m o o a. o Q. • O « s 195. Maytenus canariensis 196. Lavatera phoenicea. 197. Lavatera acerifolia. 198. Hypericum canariense. O O > m CL O CL fO TU fO N ID ^ 9 Q 3 O c E o D ( ü) 199. Hypericum glandulostim. 200A- Cistus symphytfolius. 202. Astydamia latifolia. 203. Erica arbórea. 204. Limonium spectabile 205. Limonium fruticans 208. Limonium arborescens. 207. Limonium bourgaei. 206. Limonium rumicifolium. 209. Limonium pectinatum, £ 3 ü O O Q. ( D • O « s J ^ 1 210. Ceropegia fusca. 211. Ceropegia dichotoma. 212. Ceropegía hians 213. CaralJuma burchardii. 214. Caralluma burchardii 215. Plocama péndula 217. Convolvulus floridus. £ 3 ü O O Q. ( D • O « s 216. Rubia fruticosa. 218. Convolvulus fruticulosus. 219. Convolvulus glandulosus. 220. Convolvulus caput- medusae. eoos iS " i > ' c . o m ü ü CL o fD TJ fO N lo ID OÍ b 117 O c E o • o " 55 D 22L Convolvulus scoparius 222. Echium giganteum. 223. Echium brevirame 224. Echium acuieatum. £ 3 ü O 225- Echium hiérrense. 226. Echium strictum l^ iS^ Í^;: 227. Echium wildpretii. 228. Echium simplex 229. Echium pininana 230. Echium onosmifoiium, 231. Echium onosmifohum. 232. Echium auberianum. 235. Echium webbii. £ 3 ü O O Q. ( D • O I • co " 5 I b 233. Echium leucophacum 234- Echium decaisnei. 236. Myosotis latifolia. 237. Teucrium heterophyllum. eoos iS " i > . c S O m ü ü CL o fD TJ fO N lo ID OÍ b 117 O? O C E o • o " 55 D 238. Thymus origanoides. 239. Salvia canariensis- 240. Nepeta teydca. 242. Bysíropogon plumosus- 243, Lavaiidula minutiolii 3 o O Q. ( D • O I ; £> • co " 5 I O) b w s ou • o a 241. Cedronella canariensis. 244. Sideritis macrostachys. 247. Sideritis dendrochahorra. 246. Sideritis cystosiphon 245. Sideritis infernalis 249. Sideritis dasygaaphala. ^ ' ^ M t ^ ; 248, Sideritis argosphacclus. 252, Sideritis nutans. Ü O Q. • o ñ S> oc " 5 I 251. Sideritis gomeraea. 250. Sideritis candicans. I . / . • ^ . . , % • é:. I 4 r ^ I \ • í jT ^ t. - « • # - ^ 253. Micromeria pineolens 254. Micromeria varia. eoos iS " i > ' c . o m ü ü CL o fD TJ fO N lo ID OÍ b 117 O? O c E o • o " 55 D 255. Micromeria herphyllimorpha- 256. Withania aristata 257. Solanum lidii. 259. Isoplexis isabelliana o o a. o N b o o? o E O • o " 55 D @ 258- Solanum vespertilio. 260, Isoplexis canariensis. í I I K í 269. Globularia ascaaii. 270A. Plantago famarae í 270. Plantago asphodcloides. 271. Viburnum rigidum. f 7^. m^^ Ps^. 272. Pterocephalus dumetorum, 273. Canarina canariensís. o o a. ! o N Q O 4—• O? O C E o • o " 55 D @ 274. Asteriscus sericeus. ^ , ^^ ' \ , > : > 275. Asteriscus stenophyllus. 276. Helichrysum monogynum 277. Vieraea laevigata. 278. Gonospermum canariense. 279. Argyranthemum gracile. 281. Argyranthemum foeniculaceum, 280. Argyranthemum broussonetii 282. Argyranthemum haouarytheum, 283. Argyranthemum escarrei. 284. Argyranthemum teneriffae. 285. Argyranthemum ochroleucum. 286. Argyranthemum lidii. 287. Argyranthemuní winteri. 289. Argyranthemum frutescens ( Gomera). 288. Argyranthemum frutescens ( Tenerife), • ^ ^ < i^ f í K. 290. Tanacetum ptarmaciflorum. 291. Tanacetum ferulaceum 292. Senecio papyraceus, 293. Senecio murrayi - " K 294. Senecio webbii 295. Senecio heritieri. o o iS > ' c O) O U O CL O Q_ N " fD N O 2 O? O c E o • o " 55 D @ 296, Senecio kleinia. 297. Centaurea junoniana, 298. Centaurea arbutifolia. 299. Sonchus palmensis. 300. Sonchus arboreus. 301. Sonchus leptocephalus. 305. Sonchus acaulis. 302. Sonchus canariensis. 303, Sonchus bornmuelleri. u o CL O Q_ N " fD N b • J 304. Sonchus congestus. ¡ i 306. Sonchus platylepis 307- Sonchus ortunoi. 308. Sonchus brachylobus. o o CL O Q_ N " fD N 309. Sonchus brachylobus var. canariae. 310. Sonchus tuberifer. 311. Soachus hierrcnsis. 313. Sonchus tectifolius. 312. Sonchus radicatus. 314. Tolpis laciniata. 315. Prenanthes péndula. 316. Pulicaria canariensis. ^ ^ O O CN ' C E s 317. Sventenia bulpleuroides. 318. Launaea arborescens. £ 3 ü O O o. ta • o I • co " 5 I o: b 3 o Tí 319. Andryala chciraníhifolia. 320. Phoenix canariensis. 321. Phoenix canariensis. O O > ' c S O m U aO. o N lo rO .{^ 15 *^ OÍ b o o? o c E o • o " 55 a ( üi 322. Dracaena draco. 323. Asparagus pastorianus. 325. Mélica teneriíTae. 324. Semele androgyna var. gayae. Parte Descriptiva Clave de Familias Como utilizar las claves de las plantas descritas en el presente libro. Las claves que se proponen en la siguiente sección sirven para la identificación rápida de las diferentes especies de plantas. Cada clave se compone de parejas de grupos de caracteres opuestos. La primera de cada pareja de grupos de caracteres está precedida por un número 1, 2, 3, 4 etc., y el segundo grupo de caracteres opuestos lleva el mismo número que el primero. Cada especie debe examinarse y compararse con los grupos de caracteres que empiezan por 1 para ver cual le corresponde mejor; por ejemplo si 1 dice arboles o arbustos con conos y el ejemplar es leñoso con conos entonces el usuario pasa al 2, por ejemplo Hojas opuestas o la segunda Hojas alternas, y así sucesivamente. Si la planta no tiene la estructura descrita en la primera dicotomía de 1 entonces el usuario debe buscar la segunda dicotomía de 1 que puede estar en la misma página, o hasta varias páginas más adelante. Entonces el usuario continúa como anteriormente, comparando la planta con los grupos siguientes de caracteres, hasta que por un proceso de eliminación se llega a la familia ( por ejemplo Scrophula-riaceaeX género ( por ejemplo Scrophularia) y por último a la especie ( por ejemplo Scrophularia arguta). Entonces se puede confirmar la identificación por medio de la información que se facilita para su descripción y distribución, en muchos casos junto con las ilustraciones. Los números a continuación de algunas descripciones de especies se refieren a la ilustración ( o ilustraciones) numerada de dicha especie. 1. Arboles y arbustos con conos, semillas no incluidas en un ovario. 2. Hojas opuestas o verticiladas, escuamiformes o aciculares, conos más o menos globosos, carnosos . . Cupressaceae 2. Hojas alternas o fasciculadas sobre renuevos cortos, conos femeninos con escamas gruesas y leñosas .. Pinaceae 113 I. Arboles, arbustos o hierbas con flores compuestas de de perianto, estambres y ovario, semillas incluidas en en un ovario. 3. Hojas generalmente con nervios paralelos, número de partes de la flor generalmente tres ( Pag. 228) .. .. Monocotilcdoneas 3. Hojas generalmente con nervios en forma de red, partes de la flor generalmente 4 o 5, o algún múltiplo de 4 ó 5, ó un número elevado indelinido . . . . .. ( Dicotiledóneas) 4. Perianto de 2 verticilos deflnidos ( pétalos y sépalos). 5. Petalos libres. 6. Ovario supero. 7. Carpelos libres. 8. Estambres numerosos, por lo menos 3 veces más que pétalos. 9. Arbustos o plantas trepadoras de tallos espinosos Rosaccae 9. Hierbas de tallos pubescentes Ranunculaceae 8. Estambres en doble cantidad que pétalos ó menos Crassulaccae 7. Carpelos y estilos unidos u ovario unicárpico. 10. Flores regulares. 1 1. Estambres más del doble que pétalos, o estambres y pétalos numerosos. 12. Estambres todos unidos por abajo formando un tubo alrededor del estilo . . . . . . . . . . Malvaceae 12. Estambres libres o en haces. 13. Carpelo 1, árboles o arbustos con flores blancas . . Rosaceae 13. Carpelos 2 o más, o si 1 entonces plantas no leñosas. 14. Estilos varios, libres o unidos solamente por la base, estambres unidos por abajo en haces. 15. Hojas opuestas, hierbas o arbustos .. .. Guttiferae 15. Hojas alternas, árboles Temstroemiaceae 14. Estilo I, estigma sencillo, estambres libres .. .. Cistaceae II. Estambres en doble cantidad que pétalos o menos. 16. Arboles o arbustos. 17. Hojas pequeñas escuamiformes, flores numerosas en espigas densas Tamaricaceac 17. Hojas no escuamiformes, no particularmente pequeñas. 18. Semillas con un arilo de pelusa blanca .. .. Cclastraccae 18. Semillas sin arilo. 19. Hojas con estípulas envainadoras tubulares ( ochrae) Polygonaceae 19. Hojas sin estípulas envainadoras tubulares. 20. Fruto una silicua o silicula Cruciferae 20. Fruto una cápsula o baya. 21. Hojas moteadas con glándulas translúcidas .. Rutaccac 21. Hojas no moteadas con glándulas. 22. Arbustos con hojas amarillas dándose sobre los peciolos Cneoraceae 22. Arboles o arbustos con flores pequeñas y disimuladas, en cimas, no sujetas a los peciolos Rhamnaceae 16. Hierbas. 23. Hojas compuestas o lobuladas. 114 24. Hojas suculentas Zygophyllaceae 24. Hojas no suculentas .. Gcraniaccae 23. Hojas enteras. 25. Estípulas presentes. 26. Hojas opuestas, estípulas pequeñas, escariosas . . Caryophyllaceae 26. Hojas alternas, estípulas tubulares envainadoras . . Polygoiiaccae 25. Estípulas ausentes. 27. Hojas opuestas, fruto una capsula. 2X. Estilo 1 Frankcniaceae 28. Estilos 2- 5 Caryophyllaceae 27. Hojas dispuestas en espiral, fruto una silícula . . Crucil'erae 10. Elores zigomorfas. 29. Flores sacciformes o espolonadas por la base. 30. Hojas muy divididas, estambres 2 Papaveraceae 30. Hojas enteras, estambres 5 Violaccae 29. Flores no sacciformes o espolonadas. 31. Petalos enteros, estambres 10, unidos formando un tubo o todos unidos menos 1 Lcguniinosae 31. Pétalos fimbriados o lobulados, estambres libres .. Resedaccac 6. Ovario Infero o parcialmente infero. 32. Trepadoras leñosas, fruto una drupa o baya carnosa Araliaceae 32. Hierbas o arbustos pequeños, fruto compuesto por dos carpelos secos indehiscentes, generalmente separándose al madurar Umbclliforae 5. Pétalos unidos al menos por la base. 33. Ovario supero. 34. Estambres unidos formando un tubo, flores con un pétalo superior grande Lcguniinosae 34. Estambres no unidos formando un tubo, flores no con un pétalo superior grande. 35. Estambres doble cantidad que lóbulos de la corola. 36. Arbustos, hojas no pcltadas, carpelos unidos .. Ericaccae 36. Hierbas suculentas, hojas peltadas, carpelos libres ( IJmbilieus) 35. Estambres igual cantidad o menos que lóbulos de la corola. 37. Ovario con 4 lóbulos profundos, con 1 óvulo en cada lóculo. 38. Hojas alternas Boraginaccac 38. Hojas opuestas Labiatae 37. Ovario no con 4 lóbulos profundos. 39. Flores zigomorfas. 40. Flores en capítulos densos, rodeadas por un involucro Globulariaceae 40. Flores no en capítulos densos, sin involucro 41. Fruto un par de folículos largos, semiolas con un vilano largo Asclcpiadaceac 41. Frutos no en folículos largos, semillas nunca con vilano. 42. Estambres 4 o 2. 43. Fruto una cápsula explosiva, inllorescencias a. xilares Acanthaccac 43. Fruto una cápsula dehiscente, inllorescencias 115 generalmente terminales, o si son axilares, entonces con más de 2 estambres .. .. Serophulariaceac 42. Estambres 5, flores solo ligeramente zigo-morfas .. .. .. Solanaccae 39. Flores regulares. 44. Arboles con frutos drupáceos o pequeños parecidos a bayas. 45. Jugo lechoso .. Sapotaccac 45. Jugo no lechoso. 46. Estambres menor cantidad que lóbulos de la corola Oleaccae 46. Estambres igual cantidad que lóbulos de la corola. 47. Frutos rojos, estambres alternos con los lóbulos de la corola, hojas generalmente con bordes o puntas espinosos .. .. Aquifoliaceae 47. Frutos parduzcos, estambres opuestos a los lóbulos de la corola, bordes de las hojas espinosos .. Myrsinaceae 44. Arbustos o hierbas, frutos generalmente capsulares o parecidos a bayas. 48. Estambres menor cantidad que lóbulos de la corola. 49. Fruto una cápsula . . Scrophulariaceae 49. Fruto una baya o drupa pequeña parecida a una baya Oltaceae 48. Estambres igual cantidad que lóbulos de la corola. 50. Cáliz grande, vivamente coloreado, estambres opuestos a los lóbulos de la corola . . Plumbaginaceae 50. Cáliz no grande o vivamente coloreado, estambres alternos con lóbulos de la corola. 51. Hojas opuestas Gentianaceae 51. Hojas alternas o radicales. 52. Pétalos, sépalos y estambres 4, flores en densos capítulos ovalados o en espigas largas y densas Plantaginaceae 52. Pétalos, sépalos y estambres generalmente 5, flores generalmente en cimas laxas, racimos o panículas. 53. Fruto una cápsula Convolvulaceae 53. Fruto una baya Solanaccae 33. Ovario infero. 54. Flores en capítulos rodeados por un involucro. 55. Anteras fusionadas formando un tubo alrededor del estilo .. .. .. .. Composifae 55. Anteras libres .. Dipsacaccae 54. Flores no en capítulos con un involucro. 56. Hojas en verticilos de 4 o más, flores regulares, pétalos 4 Rubiaccae 56. Hojas no en verticilos, flores zigomorfas, o si son regulares, entonces pétalos 5, 116 57, Hierbas trepadoras con zarcillos .. .. .. Cucurbitaccae 57. Arbustos o hierbas, zarcillos ausentes. 58. Arbustos, irinorescencias de muchas llores . . Caprifoliaceac 58. Hierbas, inllorescericias de pocas flores . . Campaniilaceae 4. Segmentos [ X'riánticos todos petaloidcs, lodos sepaloides o ausentes. 59. Segmentos periánticos todos petaloides. 60. lístipulas envainadoras eseariosas Polygonaceac 60. Estípulas envainadoras no eseariosas, a menudo ausentes. 61. Hojas en verticilos de 4 ó más Rubiactae 61. Hojas no verticiladas. 62. Flores en capítulos rodeadas por un involucro. 6.'!. l- stambres libres, llores hermafroditas Dipsacactae 6.^. Anteras fusionadas formando un tubo alrededor del estilo, llores hermafroditas o unisexuales . . Compositae (•>!. Flores no en capítulos densos aunque generalmente en umbelas " Umbcllifcrac 59. Segmentos periánticos sepaloides o ausentes. 64. Arboles o arbustos. 65. Por lo menos las llores masculinas en amentos. 66. Fruto una cápsula vivalva . . . . Salicaccae 66. Fruto una drupa, sámara, baya o nuez pequeña pero no capsular. 67. Hojas enteras, fruto una drupa algo carnosa . . Myricaceac 67. Hojas pinnatilobadas, fruto una baya, sámara o nuez pequeña . . . . . . . . Rosaccae 65. Flores no en amentos. 68. Ovario infero . . . . . . . . . . . . Santalaccae 68. Ovario supero. 69. Plantas con látex lechoso, cápsulas trilobadas . . Kuphorbiaceae 69. Plantas sin látex lechoso, fruto no una cápsula trilobada. 70. Arboles o arbustos robustos. 71. Ovario bi o tetralocular, fruto una drupa .. Rhamnaceac 71. Ovario uniloeular, fruto una baya elipsoide Lauraccac 70. Arbustos, fruto seco o una baya muy pequeña. 72. Segmentos periánticos ampliándose al fructificar, hojas carnosas Chcnopodiaccae 72. Segmentos periánticos no ampliándose al fruc-tilicar, hojas no carnosas. 7. f. Flores hermafroditas, fruto una baya pequeña ( lloxia) .... Amarantliaccae 7.'!. l'lores unisexuales, fruto un aquenio y pequeño L'rticaccac M. Hierbas. 74. Hojas opuestas. 75. Fruto una cápsula Caryophy
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Calificación | |
Título y subtítulo | Flores silvestres de las islas Canarias |
Autor principal | Bramwell, David |
Autores secundarios | Bramwell, Zoe I. |
Tipo de documento | Libro |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial |
Cabildo Insular de Gran Canaria Jardín Botánico Canario "Viera y Clavijo" |
Fecha | 1974 |
Páginas | 361 p. |
Materias |
Flores silvestres Canarias |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 17258424 Bytes |
Texto | I ^^^ m de las " Este libro presenta una guía concisa de la flora endémica del Archipiélago Canario. Proveerá una ayuda básica al descubrimiento e identificación de la flora silvestre autóctona por cualquiera, naturalistas o simplemente aficionados que deseen explorar estas islas magnificas." Foto portada: Echium handiense Svent en el Jardín Botánico " Viera y Clavijo" ISBN 85950 031 8 miiiiiiiiñiwimiiiuuüuounMUMiHaiimB " 7 • MADEIRA . | § | PORTO SAN CASABLANCA MARUECOS ILHAS SELVAGENS • MARRAKECH i LA PALMA iMERAiái LAS ISLAS CANARIAS I TENERIFE . íií?.; J Jardín Canario \ " Viera y Clavijo" ,' iLAri^ AROTE I FUERTEVí^ lTURA EL HIERRO GRAN CANARIA '• li JBFAYA FLORES SILVESTRES DE LAS ISLAS CANARIAS BIBÜO LJ . •••' N.' LM:,: mer; i N. » Copia _ A DON ENRIQUE " Pro loco et tempore" Flores ( Silvestres délas por David Bramwell MSc, PhD., y Zoé I. Bramwell BSc. Jgdí •• W. M Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria Jardin Botánico Canario " Viera y Clavijo" T£ xto e ilustraciones en color © David Bramwell 1974 Ilustraciones en blanco y negro (() Zoé Bramwell 1974 Reservados todos los derechos. Ninguna parte de la presente publicación ha de ser reproducida, depositada en un sistema de recuperación, o transmitida de forma o o medio alguno, electrónico, mecánico, por fotocopia grabación, o de otra manera, sin previo consentimiento por escrito de los titulares de los derechos del autor. La presente edición ha sido publicada por el Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria en asociación con Stanley Thornes ( Publishers) Ltd., Cheltenham, Inglaterra. ISBN 85950 031 8 Traducción de Don Lázaro Sanchez- Pinto y Don Eduardo Olivera Croker Esta traducción ha sido facilitada por el Excmo. Cabildo Insular de Tenerife ( Aula de Cultura). Tipografiado en 10/ 11 pt. Monotipo Times New Román, impreso mediante fotolitografía y encuadernado en Gran Bretaña por Pitman Press, Bath. ÍNDICE Prólogo VII Introducción '^ i Agradecimientos xv Historia de la Exploración Botánica 1 Clima 4 Zonas de Vegetación y Comunidades de Plantas 6 Orígenes de la Flora Canaria 9 Plantas Legendarias 12 Áreas de ínteres Botánico 14 Tenerife 14 Gran Canaria 21 La Palma 27 Gomera ^ 2 Hierro 36 Lanzarote -^ 9 Fuerteventura 40 Conservación 43 Sugerencias para Estudios Adicionales 46 Dibujos 47 Láminas en color entre pags. 112 j 113 Clave de Familias 113 Descripciones de las Especies 118 Algunos Heléchos de Canarias 256 Glosario de Términos Botánicos 257 índice de nombres científicos y vulgares 265 Prólogo La progresiva degradación del medio natural en la mayor parte de las áreas industrializadas de la Tierra ha hecho saltar todos los dispositivos de alarma cientiñca, política, económica y cultural. Nadie es hoy ajeno a las responsabilidades contraidas por el colectivo social de los paises que han logrado o avanzan hacia el bienestar, porque las márgenes de este camino legitimo van quedando inundadas por la masa residual de los errores, las ignorancias, las imprevisiones y los egoísmos del beneficio por el beneficio. De continuar el proceso será el propio camino el que quede inutilizado e impracticable, resultando asi nulo todo el esfuerzo creador del hombre. La Ecología se erige día a día en la Ciencia de nuestro tiempo; la ciencia por antonomasia, el núcleo al que confluyen, más tarde o más temprano, todas las coordenadas de la actividad social, ubicada imprescriptiblemente en un medio natural que es preciso respetar y conservar. De la total oscuridad emergemos, afortunadamente, hacia la luz de la conservación. Todos los valores de la Naturaleza van adquiriendo en la sensibilidad de los pueblos desarrollados o en vías de desarrollo la dimensión que tienen como partícipes de primer orden en el conjunto de factores físicos y socio- culturales en que descansa el concepto cualitativo de la vida. La Naturaleza ha sido pródiga con las Islas Canarias, dotándolas de una flora cuya variedad, calidad e interés científico gozan del reconocimiento universal. Pero un conjunto de circunstancias históricas han determinado el momento de alarma que vivimos: el de una posible desertización del Archipiélago, basada no solo en el sedimento ñnal de esa degradación de siglos sino en la falta de correspondencia entre la proyección mundial de las especies vegetales canarias y el instinto conservacionista de los isleños, que es ahora cuando, por suerte, reacciona y trata de ganar al abandono secular un tiempo vital para la supervivencia. El poder de regeneración de nuestras especies autóctonas o aclimatadas es grande; pero aún es mayor la facultad de destrucción del hombre, que en la indiferencia o en la explotación sin miras de futuro altera el sistema ecológico sin plena consciencia del peligro. Basar, pues, la importancia de la flora insular en la unánime sanción de los científicos es fácil y grato, pero no basta; es preciso asentarla en el convencimiento pleno y radical de que constituye una base de supervivencia por la que debemos luchar incluso apasionadamente. La preocupación del Cabildo Insular de Gran Canaria por los temas ecológicos, articulada especiñcamente en la conservación de las especies botánicas del Archipiélago, no es de ahora. Se remonta a la creación del Jardín Canario " Viera y Clavijo", concebido hace un cuarto de siglo como Jardín Botánico y Centro de Investigación. Un prestigioso botánico, el Prof. E. R. Sventenius, recibió y aceptó el encargo, desde el momento de la fundación, de ubicar, proyectar y dirigir el Jardín " con la finalidad— en sus propias palabras— de reunir en lugar adecuado la más completa colección posible de la flora canaria y la adición de las representaciones de mayor interés de la flora atlántica extrainsular." La labor realizada alcanzó tal relieve y trascendencia que en las conferencias internacionales sobre Conservación de la Naturaleza, celebradas en el " Royal Botanic Carden" de Kew ( Gran Bretaña) del 2 al 6 de Septiembre de 1.975, se llegó a la conclusión de que el Jardín Canario " Viera y Clavijo" puede considerarse entre los más avanzados y modernos parques botánicos orientados a la conservación. En la actualidad los organismos conservacionistas internacionales son conscientes del valor de este nuestro tipo de Jardín, que realiza además sus fines como Instituto de Investigación Botánica. En mi etapa como presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria nos hemos preocupado de cuidar y potenciar el Jardín al máximo, encomendando su dirección, tras la muerte del Prof Sventenius, al Dr. David Bramwell. Con extraordinaria satisfacción, por cuanto queda escrito, prólogo la edición en castellano de la obra " Flores silvestres de las Islas Canarias", compuesta originariamente en inglés por el Dr. Bramwell y su esposa Zoé, que el Cabildo quiere poner al alcance de todos los habitantes de las Islas en primer lugar, como instrumento idóneo para estimular la sensibilidad conservacionista y el conocimiento del medio natural. Pero el alto contenido científico de la edición, dedicada al Prof. Sventenius, hace de ella una guia de la flora autóctona del Archipiélago, ayuda básica para el descubrimiento e identificación de la flora silvestre. Al margen de la curiosidad botánica propicia toda suerte de satisfacciones a los amantes de la Naturaleza en su afán por distinguir y definir las plantas del medio que les rodea. Desde ahora cuentan con una obra ricamente ilustrada en color y con la asequi-vni bilidad descriptiva de cada uno de los elementos de la flora canaria que corre parejas con la precisión científica. Nacido en Liverpool el 25 de Noviembre de 1.942, el Dr. Bramwell se licenció con honores en Botánica en la Universidad de aquella capital. Su tesis versaba precisamente sobre " Especies Euphorbias de las Islas Canarias." Posteriormente se doctoró en " Filosofía de Ciencias Naturales" por la Universidad de Reading, con la tesis " Estudios sobre la vegetación y flora canaria". Fué nombrado Curator, encargándosele el Herbario de la Universidad, que contiene 40.000 especies de plantas de todo el mundo. Con una beca de intercambio del Centro Superior de Investigaciones Científicas de España, permaneció en las Islas Canarias durante diez meses, bajo el control de la Universidad de Sevilla, manteniendo en su trabajo contactos personales con el Prof. Sventenius. Persona, pues, idónea para suceder al desaparecido maestro en la dirección del Jardín Canario " Viera y Clavijo". En él confirma y profundiza cada día su conocimiento de nuestra Flora, con aportaciones que alcanzarán— la tienen ya— indudable trascendencia científica. Al poner al alcance de todos su excepcional estudio literario- científico expreso mi personal agradecimiento a David y Zóe Bramwell, cuya talla científica solo es equiparable al amor depositado en un elemento tan fundamental para la calidad de vida en Canarias como es el medio vegetal. Pero nuestro esfuerzo no alcanzaría su meta si el lector que se adentra en el libro a través de este ilusionado prólogo no llegase a comprender en plenitud su sentido y mensaje: que todos, sin excepción, estamos llamados al arte de amar y conservar, al supremo servicio comunitario de mantener, potenciar y transmitir mejorado lo que tan pródigamente recibimos de la Naturaleza; nada menos que las especies autóctonas que vivifican y conforman el Medio Natural, el escenario de nuestra existencia y el esquema biológico del que extraemos y en el que renovamos nuestras energías. Entregamos un instrumento para conocer; pero el acto de amar es individual. En la esperanza de haber contribuido con un paso más a su expresión colectiva, quedan estas " Flores Silvestres de las Islas Canarias" confiadas a sus auténticos y definitivos conservadores. LORENZO OLARTE CUELEN Presidente del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria 1.976 IX Introducción Las montañas, bosques y costas de las Islas Canarias contienen una gran riqueza en flores silvestres, una gran proporción de las cuales son peculiares del Archipiélago o presentes también en la vecina Isla de Madeira. Este componente endémico en la flora es evidente incluso para el observador más casual. Los típicos vegetales el cardón y la tabaiba ( especies del género Euphorbia) forman parte de la vegetación dominante de muchas de las regiones naturales de la zona seca baja de las islas, mientras que las vertientes más altas están cubiertas por espesos bosques de laurel canario y especies afines, o del pino canario endémico. A pesar de esta riqueza en plantas endémicas, sería difícil para cualquiera que no sea un botánico dedicado y bien preparado, el identificar y nombrar la mayoría de las flores silvestres indígenas. Un conocimiento de Floras raras de mediados del Siglo XIX y de viejas revistas de Botánica generalmente escritas en latín, francés o alemán y en poder de sólo un puñado de Institutos de Botánica importantes, o el tiempo y paciencia para el estudio de grandes cantidades de especies secas conservadas en Herbarios Nacionales, tales como Kew, París o Florencia, son requisitos indispensables que no están al alcance de la mayoría de la gente. Esta labor a menudo estropea, mas bien que realza, el disfrutar de las plantas silvestres en sus hábitats naturales para todo aquel que no sea el profesional más entusiasta. Se espera que este libro cubrirá la actual necesidad de una sencilla guía ilustrada de las flores silvestres endémicas de las Islas Canarias, para uso de los naturalistas, ya sean amateurs o profesionales, visitantes y turistas con afición a la horticultura que deseen explorar las colinas y montañas de estas magníficas islas, apartados de las poblaciones importantes y carreteras. En vista de la extensión total de la flora canaria ( casi 2000 especies) no ha sido posible incluir todas las plantas que se pueden encontrar, ya que ha habido una necesidad irresistible de mantener el libro de un tamaño práctico y hacerlo asequible rápidamente y a un precio razonable. XI En las islas se pueden encontrar varias especies no endémicas, principalmente mediterráneas, pero éstas no serán mayor problema para cualquiera que esté familiarizado con la reciente epidemia de guías populares de flores silvestres de la región mediterránea. Como las plantas endémicas dominan la mayoría de las zonas isleñas apartadas de las regiones inmediatas a las ciudades y campos cultivados, hemos optado a propósito el concentrarnos en esta parte de la flora. En algunos casos, sin embargo, nos hemos permitido una interpretación amplia del término endémico e incluyendo en él algunas especies que se encuentran en el Norte de África o la región del Mediterráneo Occidental, cuando forman una parte importante de comunidades de plantas indígenas de las Canarias. También hemos incluido la mayoría de las especies compartidas con las otras Islas Atlánticas, Madeira, Las Azores y las Islas de Cabo Verde, pero que no se encuentran en otra parte. Esta selección de especies a i incluir ha sido necesariamente personal y esperamos que resulte | satisfactoria. I La característica principal de este libro estriba en las ilustraciones, g que junto con las claves y breves descripciones adjuntas, deben ¡ bastar para identificar la mayoría de las plantas en cuestión, especial- g mente si se emplean junto con la información provista acerca de las ^ localidades. Las descripciones y claves se han conservado lo mas | sencillamente posible y se proporciona un glosario bastante extenso I de términos botánicos para facilitar su uso. Hemos procurado | mantener los conceptos lo suficientemente básicos para cualquiera | que esté interesado, pero no necesariamente familiarizado con los f datos técnicos de plantas, y al mismo tiempo reteniendo el suficiente | detalle científico para que el libro sea útil al botánico profesional, s hasta que sea asequible una Flora científica mas completa de las | Islas. I Una guía ilustrada muy buena de árboles subtropicales y tropicales g plantados por los caminos, plazas y parques de las Islas, la proporciona Gunther Kunkel en su libro ' Arboles Exóticos' publicado en Las Palmas donde se puede adquirir. En una zona tal como las Islas Canarias, donde muchas de las plantas endémicas están muy restringidas en su extensión y a menudo limitadas a una o dos localidades, la información acerca de su distribución puede ser una ayuda importante para su identificación. Por lo tanto hemos facilitado localidades para la mayoría de las plantas, especialmente cuando éstas coinciden con lugares pintorescos o zonas susceptibles de ser visitadas incluso por aquellos sólo ligeramente interesados. Esto, claro está, da lugar al muy serio problema de las especies en peligro de extinción y por tanto, de su conservación. xn Estimamos que ha llegado el momento de abstenerse de coleccionar plantas como si fueran sellos de correo o etiquetas de queso, y de apreciarlas en su marco natural, así que recomendamos encarecidamente que cualquier especie mencionada en este libro como rara o restringida en su distribución no debe recolectarse ni ser dañada en forma alguna. Esperamos además que este libro ayudará a estimular el interés en la flora endémica y a fomentar la causa para la conservación en las Islas Canarias, la cual, aunque tenazmente perseguida por un pequeño grupo de botánicos locales y otros, aún se encuentra en su infancia. xni Agradecimientos Durante la preparación de este libro hemos sido afortunados ai contar con la asistencia de numerosos amigos y colegas tanto en las Islas Canarias como en nuestro pais. En primer lugar tenemos que mencionar a Eric R. Sventcnius que desgraciadamente falleció en accidente de tráfico durante el verano de 1973. Eric Sventenius no tenía rival en sus conocimientos de las plantas de las Islas Canarias y durante los últimos cinco años nos dio a conocer la mayoría de ellas. Sin su ayuda y generosidad este libro no hubiera sido posible. El Dr. C. J. Humphrics y Miss Angela Aldridge prepararon los primeros informes sobre el género Argyranllieniiini y Soiicliifs respectivamente y las siguientes personas ayudaron en la preparación de otros grupos: Miss H. A. Leadlay ( Senecio), Miss D. H. Davis y '^ r. A. J. Scott ( LoUi. s), Miss B. Pctty ( Desciiniinia, Beneomia) y Miss V. W. Smith ( Kick. xia). Algunas fotografías en color han sido prestadas por varias personas, particularmente por Dr. C. J. Humphries, Dr. R. Melvillc, Dr. Per Sunding, Dr. W. T. Stcarn, •^ r. G. D. Rowley, Dr. D. M. Moore, Miss Angela Aldridge y Dr. C. N. Page; Mr. D. Gibson proporcionó fotografías de I. araleía ueerifolia. A todas estas personas quedamos sumamente agradecidos. Para nuestras numerosas visitas a las Islas Canarias, hemos recibido facilidades por parte de varios botánicos y naturalistas locales y muchos de ellos han sido compañeros inapreciables en la especialidad. Estamos muy agradecidos a las siguientes personas: Professor W. Wilpret de la Torre, Sr. Don Amoldo Santos Guerra, Sr. Don Eduardo Barquín Diez, Sr. Don Ventura Bravo, Sr. Don José Luis Vega Mora, Sra. Doña C. Kcrchcry Mr. Gunther Kunkcl. También estamos agradecidos al personal del Jardín Canario, Tafira, y al Sr. Don Carkis González Martin del Jardín de Aclimatación, Puerto de la Cruz, por permitirnos fotografiar las plantas bajo cultivo. Varios colegas han ayudado durante la preparación del manuscrito con sus consejos y observaciones y nos gustaría dar las gracias especialmente al Dr. D. Moore, Miss E. A. Leadlay y Professor V. H. Heywood. Estamos sumamente agradecidos a Mrs. Abigail Gillett, Mrs. F. Ord- Hume y Miss Christine Reid por mecanografiar el manuscrito. Nos gustaría extender nuestro agradecimiento a nuestros editores por su ayuda y estimulo en la preparación y publicación del libro. Y por último también queremos expresar nuestro agradecimiento al British Council, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, y al Profesor E. F. Galiano ( Sevilla) quien hizo posible una visita de 10 meses a las Canarias en 1968- 69, cuando se tomaron muchas de la fotografías y se prepararon los dibujos. XVI Historia de la Exploración Botánica 1750- 1800 Si bien un puñado de plantas de las Islas Canarias eran conocidas para el botánico sueco del Siglo XVI11 Linnaeus ' el padre de la botánica moderna', ( El Drago Dracaena draco, la flor de campanilla Canarina canariensis etc.), las primeras exploraciones botánicas de las Islas fueron llevadas a cabo por el primer recolector de plantas enviado por el Royal Botanical Carden, Kew, Francis Masson, quien fue a las islas por lo menos en dos ocasiones por los años 1770, Masson recolectó varias plantas endémicas algunas de las cuales dio a conocer a Linnaeus y que más tarde fueron descritas y denominadas por el hijo del eminente botánico. Sin embargo, la mayor parte de las colecciones de Masson incluyendo plantas vivas y semillas fueron conservadas en Kew y denominadas por William Aitón, que era el jardinero mayor. Hacia finales del siglo XVIII las Canarias fueron visitadas por el explorador y botánico alemán Alexander von Humboldt que fue el primero en describir las zonas de vegetación más importantes de las islas. Un poco más tarde las Islas también fueron exploradas por el botánico francés P. M. A. Broussonet que fue Cónsul de Francia en Tenerife. 1801- 1900 En 1815 las Islas fueron estudiadas por un noruego, Christen Smith, y su compañero alemán Leopold von Buch, quién más tarde escribió el primer catálogo de plantas de las Islas después de la prematura muerte de Smith cuando recolectaba plantas en el Congo. Siguiendo este periodo se llegó a un momento importante en la Botánica de Canarias. Este fue la preparación y publicación, a través de un periodo de más de 20 años, de la Histoire NatwelJc des liles Canarics de Webb & Berthelot. Phillip Barker Webb, un botánico y filántropo inglés, visitó las Canarias en el curso de una expedición proyectada al Brasil, y tanto le gustaron las Islas que abandonó su viaje brasileño y se quedó en las Canarias en compañía del naturalista francés Sabino Berthelot. Al retornar a su casa en París varios años más tarde, Webb se hizo cargo de la preparación, financiada en grande de su bolsillo, del destacado tratado sobre la historia natural de las Islas. En el curso de su labor formó un gran herbario y biblioteca de la Flora Canaria que hoy día se conservan en la Universidad de Florencia. El trabajo de Webb & Berthelot, que abarca tres tomos y comprende 10 volúmenes, sigue siendo el único en donde se facilitan descripciones e ilustraciones de las plantas canarias con suficientes detalles para su identificación. Durante la segunda mitad del siglo XIX varios botánicos de Europa se valieron de la labor preliminar de Webb & Berthelot y continuaron la exploración botánica de las Islas. El botánico español Ramón Masferrer y Arquimbo escribió un catálogo de plantas de Tenerife, mientras que el suizo Hermán Christ y el alemán Cari Bolle trabajaron sobre las aún poco conocidas islas orientales de Lanzarote y Fuerteventura así como sobre el grupo occidental. Además, Christ realizó un estudio de los trabajos sin publicar de Webb y escribió un extenso informe de sus estudios post Hisloire Nalurcllc de la flora canaria. 1901- 1973 Sin embargo, no fué hasta comienzos del siglo XX cuando se intentó escribir una segunda fiora de canarias. Un botánico inglés, el Rev. R. P. Murray trabajó extensivamente en las islas entre 1890 y 1904 pero por desgracia murió repentinamente antes de que pudiera preparar su proyectada flora. Quedó en manos de dos botánicos franceses C. J. Pitard y L. Proust, el preparar y publicar un extenso informe sobre la flora en 1908. Este trabajo no era una flora en el sentido moderno sino un catálogo con anotaciones dando las distribuciones de cada especie pero careciendo de claves o descripciones que ayudarán a la identificación de la planta. En 191.1 dos botánicos de Kew, Thomas Sprague y . lohn Hutchinson, visitaron las Canarias y a su regreso escribieron una serie de artículos sobre plantas de las Islas. Más tarde R. Lloyd Praeger de Dublin estudió la flora suculenta de las Canarias, prestando particular atención al grupo Aconiíim que monografió en 1932. Un doctor alemán O. Burchard que vivió durante muchos años en Tenerife contribuyó con un valioso estudio sobre la ecologia y distribución de la flora endémica en las Islas en 1928. Estudios más recientes sobre plantas canarias se han llevado a cabo por L. Ceballos y F. Ortuño especialmente sobre la flora forestal de las Canarias Occidentales; Kornelius Lems, el cual realizó en 1960 una Check- list sobre el estado de conocimiento en que estaba la flora canaria, y Johannes Lid cuya Contrihutions lo ihe Canary Islands Flora es una valiosa guía sobre la distribución de muchas especies. Una señalada realización moderna ha sido el establecimiento en Tafira, en Gran Canaria, el Jardín Canario Viera y Clavija. Este Jardín Botánico contiene una magnífica colección de plantas endémicas Canarias y debe ser visitado por aquellos interesados en ver plantas muy poco comunes creciendo en un ambiente virtualmente natural. El Jardín es el fruto de casi veinte años de labor de su primer director, el fallecido Dr. Eric R. Sventenius a quien hemos dedicado este libro. Eric Sventenius también ha contribuido con muchas publicaciones importantes sobre plantas canarias durante los últimos treinta años, durante los cuales residió en las Islas y ha sido el que principalmente ha influido en el resurgimiento del interés por las Islas Canarias y su historia natural durante la última década. Clima El clima de las Islas Canarias es básicamente mediterráneo, pero está influenciado por una serie de factores que lo modifican. Estos son la proximidad de las Islas Orientales a la costa Norte- Africana y, por lo tanto, al desierto del Sahara, la posición oceánica de las Islas Occidentales al borde del régimen de los Vientos Alisios del Noreste y por último la gran altura de las cumbres de las Islas Occidentales. PRECIPITACIONES Generalmente las Canarias tienen veranos calurosos y secos e inviernos cálidos y lluviosos, pero a menudo hay considerables desviaciones de esta norma básica. Los Vientos Alisios del Noreste recogen la humedad del mar, la cual, cuando es forzada a elevarse por la barreras montañosas de las Islas Occidentales, se enfría y forma una zona de precipitación entre los 800 y 1.500 m. ( Fig. I.) Esto da lugar a la formación de una capa de nubes más o menos persistentes a dicho nivel sobre el lado Norte de todas las Islas Occidentales y tiene una gran influencia en la vegetación natural. EL TEIDE, NORTE Zona sub- alpina Aire seco del sur Zona de nubes Vientos Fig. I. Zonas climáticas y de Vegetación de Tenerife Los sectores Sureños de estas Islas se encuentran en una sombra de lluvias y reciben muchas menos precipitaciones. Carecen generalmente de una zona forestal densa a un nivel de altitud media y son de una naturaleza mucho mas xerofítica. Hacia el Oeste del Archipiélago el clima es progresivamente más húmedo y la vegetación más exuberante, debido a la creciente posición oceánica de las Islas Occidentales y la mayor acción de los Vientos Alisios. La extremada aridez de las Islas Orientales y Sur de Gran Canaria en parte es debida a los vientos cálidos y secos del Sahara, el Harmatán o Levante, que algunas veces llegan a las Canarias Orientales, soplando hasta una semana seguida con un fuerte efecto desecante sobre la vegetación. Las Islas Orientales son demasido bajas para interceptar la humedad de los Vientos Alisios, excepto en sus puntos más elevados ( Jandia en Fuerteventura, Famara en Lanzarote) donde se desarrollan pequeñas zonas de vegetación más exhuberante. TEMPERATURA El mes más fresco tiende a ser el de Febrero con una temperatura media escasamente por debajo de los 18" C. El periodo más caluroso es de Julio a Septiembre, con una media entre 20° y 25" C. en las Islas Occidentales. Existen pocos datos sobre Lanzarote y Fuerte-ventura, las dos islas semidesérticas, pero se han registrado medias estivales de hasta 35" C. El efecto de los Vientos Alisios es la causa de diferencias de más de 10" C. entre las costas Norte y Sur de las Islas mayores, y la nieve permanece durante varios meses del invierno sobre las laderas más altas de Tenerife. La temperatura diurna en Las Cañadas a menudo alcanza los 25° C. Zonas de Vegetación y Comunidades de Plantas La diversidad climatológica unida a la gran altura tienen un señalado efecto sobre la distribución de los tipos de vegetación en las Islas. Existen acusadas zonas según la altura que se resumen en la Fig. II. Las siguientes notas pretenden facilitar una breve guia a cada uno de los tipos de vegetación para las zonas más importantes. Vegetación Maleza subalpina Matorral montano Pinar Fayal- brezal y bosque perennifolio Sabinar Maleza suculenta semi- descrtica Altura ( m.) 2600 1900 2500 800- 1900 400- 1300 Laderas del Sur 400- 600 0- 700 Clima Subcontincntal invierno frío, verano caluroso y seco Mediterráneo seco Mediterráneo húmedo Mediterráneo Mediterráneo caluroso, seco Hábito Hierbas perennes Arbustos de hoja pequeñas Arboles de hoja acicular Arboles de hoja ancha, brezales arbustivos Arbustos de hoja pequeña Arbustos candelabriforines y/ o espinosos, terófitos Fig. II 1. ZONA ARBUSTIVA XEROFITICA En esta zona, que ocupa las laderas inferiores de todas las islas, se encuentran diferentes comunidades de plantas. Predominan las plantas suculentas, con especies de Euphorbia, Aeonium y otras de la familia Compositae. Algunas zonas de riscos, particularmente aquellas formadas por basaltos y fonolitas del Terciario, albergan una serie de endemismos relícticos que presentan grandes afinidades con especies del Este y Sur de África e, incluso, de Suramérica. En su límite superior, la zona xerofitica se mezcla con la zona forestal baja de Erica arbórea ( brezo) y Juniperus phoenicea ( sabina), recordando esta vegetación a la de algunas partes de la región mediterránea. 2. ZONA FORESTAL PERENNIFOLIA La zona forestal de hoja perenne está dominada por cuatro especies de Lauráceas: Laurus azorica, Apollonias harhusana, Ocotea foetens y Persea indica. Estas especies son reliquias de la virtualmente extinguida flora mediterránea del Terciario que ocupó el Sur de Europa y el Norte de África hace aproximadamente 15- 40 millones de años. ( Ver pág. 9.) Desgraciadamente, tan solo una pocas zonas de este bosque han sobrevivido a los estragos del hombre en las Canarias. El bosque ha sido talado para producir combustible, para emplearlo en la construcción y en la agricultura, etc., de tal forma, que en Gran Canaria tan solo queda un uno por ciento del bosque original e incluso en Tenerife queda menos del diez por ciento y disminuye rápidamente. En muchas áreas la desforestación ha sido tan vigorosa que ha dado lugar a graves problemas del suelo. Los siguientes árboles y arbustos forman una parte importante de la llamada Laurisilva: Arboles Arbustos y Hierbas Laurus azorica Geraniwn canariense Persea indica Cedronella canariensis Apollonias harhusana Hypericwn grandifolium Ocolea foetens Woodwardia radicans Arhutus canariensis Vihurnum rigidum Pleiomeris canariensis Ranunculus cortusifoUus Hebcrdenia hahamensis ¡ soplexis canariensis Prunus lusitanica Ruhus uhnifolius ílex platyphylla Convoh'ulus canariensis Visnea macanera Canarina canariensis Salix canariensis Rhamnus glandulosa La Laurisilva se encuentra en las zonas de pluviometría más alta, especialmente a lo largo de la costa Norte en las islas occidentales, si bien también aparece en las vertientes del Sur climatológicamente favorables, como en el Barranco de Badajoz por encima de Güimar, en Tenerife. 3. ZONA FORESTAL DE PINARES 1200- 2000 m Este bosque natural de Canarias, con el Pinus canariensis endémico, se encuentra en las islas de Tenerife, La Palma, Gran Canaria y Hierro. Se trata de una formación abierta, tipo sabana, con pocos arbustos y hierbas y grandes extensiones de terreno desnudo cubierto únicamente de pinocha. Las especies arbustivas más frecuentes son Adenocarpus foliolosus, Cistus symphytifolius, Daphne gnidium y diversas especies de Micromeria. Entre la hierbas mas comunes se encuentran varias especies de Lotus y Asphodelus microcarpu. s. Entre los endemismos locales se incluyen las especies Micromeria pineolens en Gran Canaria y Lactucosonchus wetihii en La Palma. En todas las Islas Occidentales, el Pinus canariensis ha sido extensamente plantado como parte de un programa de repoblación forestal llevado a cabo a principios de la década de los años 50, debido a su importancia como productor de madera y al papel vital que desempeña en la economía hidráulica de las islas. 4. ZONA MONTANA SUPERIOR a 1900 m La vegetación de las cumbres más altas de Tenerife, La Palma y, hasta cierto punto, Gran Canaria, está formada por una comunidad arbustiva abierta dominada por componentes de la familia Legumi-nosae. En esta zona se encuentran varios endemismos locales, tales como Echium wildpretii, Plcrocephalus lasiospermus, Spartocylisus supranuhius. Plantado wehhii y Silene nocteolens. En el Parque Nacional de Las Cañadas aparece la flora montana más rica del Archipiélago, y muchas de las especies endémicas pueden encontrarse a poca distancia del Parador Nacional, un lugar cómodo para descansar. Por las vertientes más altas del Pico del Teide crece una comunidad única, con una sola especie, la pequeña violeta del Teide Viola cheiranthifolia. Esta especie endémica es abundante localmente, pero últimamente la población ha ido decreciendo debido a la construcción de un teleférico que enlaza las Cañadas con la cima del Pico. Orígenes de la Flora en las Islas Cañarías El origen geológico de las Islas Canarias ha sido tema de considerable controversia durante muchos años. En un principio se sugirió que eran las cumbres de las altas montañas del continente hundido de la Atlántida, y que los antiguos, ahora desgraciadamente desaparecidos habitantes de las Islas, los Guanches, eran los últimos supervivientes de la raza de famosos guerreros que se dice habían ocupado el continente perdido. Más recientemente se han presentado dos teorías alternativas, una de ellas supone que las Islas fueron en un tiempo parte del continente africano y que en alguna etapa de la Historia se separaron de la parte occidental de África y derivaron hacia el Oeste; la otra considera que las Islas surgieron del fondo del mar como volcanes independientes. Estudios geológicos y oceanógraficos modernos sugieren que el verdadero origen está realmente entre estas dos posibilidades. Las dos islas Orientales, Lanzarote y Fuerteventura, es probable que en algún tiempo formaran parte del Norte de África, quizás desprendiéndose cuando los continentes de África y Sur- Ámérica se separaron hace millones de años. Sin embargo Gran Canaria y el grupo de Islas Occidentales, Tenerife, La Pahna, Hierro y Gomera, parecen haber tenido origen puramente volcánico. La flora endémica de las Islas refleja su considerable edad. Fósiles de hojas y frutos encontrados en muchos sitios de la región mediterránea y Sur de Rusia ( Barcelona, Valle de Ródano, Sur de Italia, desfiladero de Godanski, etc.) ( Fig. III) son de plantas idénticas a especies que actualmente se encuentran solamente en las Islas Canarias y Madeira. Estos fósiles de plantas tales como el Drago, los laureles canarios y muchos de los heléchos canarios, datan de los periodos Mioceno y Plioceno de la Época Terciaria y tienen hasta 20 millones de años. Durante este periodo la región mediterránea formaba parte de la cuenca de un antiguo océano, el Mar de Tethys, que separaba Europa de África. En las márgenes de este mar subtropical la vegetación debía ser muy similar en su composición y apariencia a las comunidades de bosques lauroides de las actuales Islas Canarias. Muchas plantas vivientes de Canarias tienen sus parientes más cercanos en África del Sur u Oriental e incluso en Suramérica y asi es como esta flora parece ser un antiguo superviviente de una época pasada. Localidades Centro y Sureuropeas donde han sido hallados fósiles de plantas canarias ( según Sunding), Plioceno Mioceno Oligoceno Fig. III Se puede formular la pregunta ¿ Cómo sobrevivieron estas plantas en las Canarias? y además- ¿ Qué le ocurrió a sus comtemporáneas en los continentes de Europa y África que motivó su casi total desaparición?. Las respuestas son complejas. Considerando en primer lugar la segunda pregunta, la causa principal de los cambios de la flora de los bordes del Mar Tethyan al final de la era Terciaria fué el comienzo de los periodos Glaciares. La expansión meridional del casquete polar con el consiguiente enfriamiento del clima dio lugar a un descenso hacia el Sur de la flora subtropical y casi al mismo tiempo empezó a secarse la zona del Norte de África que ahora ocupa el desierto del Sahara. 10 Esto dejó a la flora subtropical sin lugar donde desarrollarse, restringida por el creciente frío al Norte y la aridez al Sur, fué más o menos eliminada y ahora se encuentra en forma muy modificada en unos cuantos lugares al Sur de España y Oeste de Portugal. Sin embargo, las Islas Atlánticas fueron protegidas de ambos tipos de catástrofe climática, el frío del Norte y la desecación del Sahara, por su posición oceánica, que al parecer les ha proporcionado una considerable protección a los cambios importantes. De este modo, la flora subtropical pudo sobrevivir perdiendo solamente algunos de los elementos más tropicales. La gran altitud de la mayoría de las Islas probablemente sirvió como un seguro adicional contra los cambios climáticos, facilitando a las comunidades de plantas la migración altitudinal para poder escapar a los estragos de las condiciones variables y también, por esta razón, puede haber contribuido a la supervivencia de esta extraordinaria flora hasta la actualidad. 11 Plantas Legendarias Muchas de las plantas endémicas han figurado durante largo tiempo en las leyendas y en el folklore de las Islas Canarias. Sabino Berthelot en 1840 cuenta de los nativos de Tenerife que, en periodos de sequía quitaban la corteza del cardón { Euphorbia cañariensis) y con ella el venenoso látex lechoso y chupaban la pulpa interior del tallo para apagar su sed. Sin embargo, no podemos recomendar esta práctica debido a que el látex fué utilizado en un tiempo por los antiguos como un purgante y emético ( un tratamiento ya suspendido debido a su acción violenta y su aparente inducción a un delirio intenso); fué usado por los aborígenes para envenenar al pescado y además la salpicadura en los ojos puede causar ceguera. El legendario Drago de Canarias ( Dracaena clraco) produce una goma roja, ' sangre de dragón', que era muy apreciada en la Edad Media por alquimistas y médicos por sus poderes medicinales y místicos. Se dice que el Drago alcanza una gran edad. El famoso árbol de la Orotava que se perdió en un huracán en 1867, según el explorador Alexander Von Humbolt tenía más de seis mil años. Lindley y Moore en su Trcasury of Botany escriben ' el famoso Drago de la Orotava era un gigante entre las plantas. . . con una antigüedad que debe ser por lo menos mayor que la de las pirámides'. Este árbol en particular fué examinado por Fenzi alrededor de 1860 e informó en el Gardencr's Chronicle and Aí^ riciillural Gazetic que tenía setenta y ocho pies de circunferencia y más de setenta y cinco pies de altura. Una de las leyendas más famosas de las Islas Canarias cuenta acerca del ' árbol de lluvia' de El Hierro. El árbol, también conocido por el árbol sagrado o ' garoe' en el tiempo de la conquista española de las Canarias en el Siglo XV, destilaba la sufiente agua de las brumas marítimas como para atender las necesidades de todos los habitantes, quienes prudentemente, lo cubrieron con hierbas secas para ocultarlo a los invasores. Sin embargo, el secreto fué delatado 12 por una joven que se enamoró de uno de los soldados españoles y los isleños exigieron venganza por su traición. Se cuenta que la joven fué condenada a muerte siendo el único caso conocido de pena de muerte en la historia de la Isla. Un relato de la conquista de Canarias escrito por el año 1630 sugiere que el árbol era un ' til' grande ( Ocotea foetens) cuyas hojas condensaban la bruma de las montañas y hacían caer el agua gota a gota en dos grandes depósitos oradados en la roca, cerca del pie del árbol. El árbol fue destruido en una tormenta en 1612 pero el sitio es conocido y se conservan los restos de los depósitos. 13 Zonas de ínteres Botánico TENERIFE | Tenerife es una isla más o menos triangular, de unos 80 km de | largo y 60 km por la parte más ancha. Una extensa cadena de mon- | Taganana-^ ^ ANAGA a Bajamar—] TENERIFE San Andrés a NTA CRUZ San Marcos Garachico Los Silos Buenavista TEÑO Arico Vilaflor — Granadilla Adeje- ^ V ^ ^ .^ El Medaño Fig. IV tañas atraviesa el centro de la Isla de punta a punta, dando lugar a la formación de profundos valles. La costa Norte es escarpada, con altos acantilados, mientras que el lado Sur tiene una llanura costera que es ancha y plana en la región de Granadilla. La Isla está dominada por el pico volcánico central de El Teide ( 3707 m) con su inmenso cráter de Las Cañadas a 2000 m, y el más reciente cono del Pico surgiendo del centro de esta antigua formación. En las regiones más occidentales y orientales. Teño y Anaga, hay dos bloques de montañas de antiguo basalto del Terciario. Estas tienen valles con la característica forma en V y afiladas sierras con las cumbres cubiertas de bosque. TENERIFE ANAGA Andrés » NTA CRUZ F- NO^>^,„ vteta C Loi Siloí 1 MÚc* \ 1. El Medaño Fig. V 1. Montañas de Teño Esta zona consiste en un bloque de viejas montañas con profundos valles y precipicios escarpados y verticales. Hacia el Norte, en la región de Buenavista y Teño bajo, las costas son llanas, pero por otras partes las laderas montañosas caen como cortadas a pico hacia el mar. 15 De los riscos al Norte de la zona, son extraordinariamente ricos desde el punto de vista botánico, los de Los Silos ( Barranco de Cuevas Negras) y El Fraile. Los primeros albergan especies tan poco comunes como Lavateraphoenicea, Dorycnium spectabile y Marcetella moquiniana asi como especies más frecuentes, tales como Sonchus radicatus, Canarina canariensis e Hypericum reflexum. Los arbustos Maytenus canariensis y Picconia excelsa se dan en los riscos orientados al Norte, y las laderas secas más bajas proporcionan la única localidad que se conoce en las Canarias para la hemiparásita Osyris quadri-partita. Los riscos entre Buenavista del Norte y Punta de Teño, forman parte de una de las zonas más ricas de Canarias, con más de 300 especies de fanerógamas en un área de unos pocos kilómetros cuadrados. En El Fraile, un antiguo risco basáltico con caras casi verticales, abundan las especies endémicas. Centaurea canariensis, Limonium fruticans, Tolpis crassiuscula, Vieraea laevigata y Argyran-themum coronopifolium son todas plantas raras que tienen aquí sus mayores poblaciones. Varias especies de Euphorhia, E. bourgaeana, E. aphylla y E. canariensis dominan las comunidades en los riscos mientras que las grietas y salientes dan cobijo a plantas suculentas tales como Monanthes silensis y Aeonium tatiuliforme. Hacia el Oeste, más allá de El Fraile, está la plataforma costera de Punta de Teño. Las plantas más comunes son Euphorhia halsamifera y E. canariensis] un\. o con Ceropegia dichotomay Launaeaarhorescens. Endemismos notables incluyen Parolinia intermedia de flor rosada, la casi arbórea Sonchus arhoreus, Justicia hyssopifolia y sumamente rara Sideritis nervosa. El sector Sur de las montañas de Teño está dominado por el inmenso abismo del Barranco de Masca. La cumbre entre Santiago del Teide y Masca proporciona un punto de partida apropiado para la exploración de esta zona. El Camino pasa por extensas poblaciones de Euphorhia atropurpúrea de flor roja y de la espinosa Echium aculeatum, de flor blanca. En el lado Oeste de la cumbre hay riscos de gran altura con Echium virescens, enormes plantas de Aeonium urhicum, y en pequeñas grietas sombreadas, la minúscula Sonchus tuherifer. En la primavera las laderas secas tienen dos pequeñas plantas de especial interés, Orchis canariensis de flores rosado pálido y Romulea columnae, de flores amarillas y moradas. La bajada al poblado de Masca es larga, pasando por laderas cubiertas con el endemismo local Lotus mascaensis, Aeonium sedifolium y Retama monosperma de flor blanca. Por debajo del poblado el valle se va estrechando, con escarpados riscos a cada lado, y la zona es rica en endemimos, siendo comunes Teline osyroides, Cramhe laevigata, Convolvulus perraudicri y Sonchus capillaris. Entre las plantas típicas 16 de la zona de Teño en Masca incluyen Vieraea laerigata, Polycarpaea carnosa y Dicheranihusplocamoides de color rosa- gris. Aquí conviene hacer una advertencia, si se piensa visitar Masca y la zona por debajo del poblado, hace falta un dia entero para la excursión, llevar el almuerzo y conservar las energías suficientes para la dura escalada a la vuelta. Mas allá de las montaiías de Teño, el Valle de Santiago del Teide, con sus torrentes de lava y campos de ceniza cubiertos de Adenocarpus foliolosus y el atractivo Cheiranthus scoparius ( la forma conocida por C. cincreiis), conduce al poblado de Tamaimo con riscos cercanos tales como El Retamal y Hoya de Malpaís. Estos riscos contienen muchas plantas de especial interés, como Sonchus fauces- orci, Argyranthemumfoeniculaceum y Teucn'um heterophyllum de flor roja. Mas al Sur, cerca del pueblo de Adeje, está el profundo y angosto cañón del Barranco del Infierno donde hay pequeños enclaves de plantas de Teño, Tolpis crassiuscuJa, Sonchus fauces- orci. Senecio echinatus y Marcetella moquiniana así como la endémica local Siderilis infcrnalis y un arbusto sumamente raro, Sidero. xylon marmulano. 2. Sierra de Anaga Las montañas de Anaga, una cadena de cerros desiguales y muy afilados que alcanzan los 1.000 m, se extienden hacia el Este desde cerca de la Ciudad de La Laguna hasta el punto más Nordeste de la Isla, Punta de Anaga. Las cumbres aún están cubiertas de monte en muchos sitios con densas zonas de Laurisilva, empezando en Las Mercedes y extendiéndose casi hasta Chamorga. Los árboles más importantes son Laurus azorica, Prunus lusitanica, Rhamnus glan-dulosa e Ilex canariensis. En esta zona se pueden encontrar con facilidad muchas plantas interesantes. El arbusto de flor blanca Senecio appendiculalus e Isoplexis canariensis con sus magnificas flores de un intenso color anaranjado pueden encontrarse en lo más profundo del bosque junto con Convolvulus canariensis y Crambe strigosa. En verano predominan las flores amarillas de Ixanthus viscosus y Teline canariensis, pero la mejor época para ver la flora de los bosques es al final de la primavera. Los riscos del bosque albergan varias plantas endémicas, tales como Bencomia caudata, Silene lagunensis de flores blancas y Monanthes anagensis de flores rojizas, parecida al Sedum. Probablemente la mejor forma de ver la zona de Anaga es siguiendo el Camino de La Laguna a las Mercedes y luego a través del monte hasta el Pico del Inglés y la casa forestal en las Vueltas de Taganana pasando por la cumbre más elevada, aún siguiendo el camino, hasta el Bailadero, y bajar por la vertiente Sur a San Andrés y Santa Cruz. Se puede hacer la excursión con mucha facilidad utilizando taxis o el servicio de autobuses. Las costas de la zona de Anaga son botánicamente muy ricas. El Roque de las Animas en Taganana contiene varios endcmismos locales, incluyendo Echiuní simplcx, grande de flores blancas, I. uí^ oa revoluta. Centaurea tagananensis de color amarillo pálido, y un diminuto arbusto leguminoso, Teline linifolia subespecie teneriffae. La costa de Bajamar y Punta Hidalgo es igualmente interesante, con la poco común Pterocephalus virens en los acantilados, y en los escarpados valles Ceropcgia dichotoma. Ruta pinnata, Pimpinella anagodendron y la diminuta Monanthes praegeri. Son comunes varias especies suculentas de Aeonium, incluyendo A. lindleyi, A. cuneatum y A. cilialum. En la vertiente sur de Anaga en los valles de San Andrés e Igueste existen zonas ricas en endcmismos. En la parte más alta, a unos 600 m, son frecuentes localmente Solanuní vespertilio, de flores malva, y Sideritis dendrochaliorra, la más alta de las varias especies canarias de este género, y en las zonas costeras abundan diferentes plantas rupícolas, tales como Salvia hroussonctii, Sonchus tectifolius y Polyvarpea carnosa. 3. Ladera de Güimar Una de las visitas más interesantes al Sur de Tenerife se puede hacer con mucha facilidad desde Santa Cruz. Esta es a los altos riscos conocidos por la Ladera de Güimar. La carretera vieja del Sur desde el pueblo de Güimar atraviesa estos riscos a unos 400 m donde abundan numerosas plantas características. En las caras más escarpadas existen dos especies de Sonchus, S. gummifer y S. micro-carpus, de hoja fina, junto con la arborescente Cranihe arbórea y la bonita Senecio hcriticri, de flor rosada. En las laderas secas se pueden encontrar Euphorbia atropurpúrea y Lavalcra acerifolia, con la peculiar Campylanthus salsoloides de hoja suculenta y la florífera Pterocephalus dumetoruní en su única localidad tinerfeña. Las grietas de los riscos albergan las endémicas locales Monanthes adenoscepes y Micromcria teneriffae. En la parte alta de la ladera siguiendo el Barranco de Badajoz arriba hacia Izaña y las Cumbres de Pedro Gil, es posible seguir un canal de agua junto a los riscos, donde son corrientes Echiwn vircsccns, de color azul y rosa y Grccnovia aizoon de hojas vellosas. Por fin, el camino conduce a una pequeña extensión con restos de Laurisilva donde hay Arhutus canariensis y otras varias plantas típicas de este bosque. 4. El Médano En el extremo Sur de la Isla hay varias zonas costeras secas, con una flora casi sahariana. Estas incluyen El Médano y Los Cristianos. 18 Ambas zonas tienen una formación de dunas bajas donde dominan Launaea arhorcsccns, la carnosa y amarillenta ZvgophvHwnfoiilanc. sii y el arbusto cupuliforme Eiiphorhia halsanüfcni. En zonas rocosas secas se desarrolla una comunidad de Lotus scssilifoliiis y Polycarpaca nirca, y en zonas de arena movediza es posible encontrar Eiiplwrhia paralia. s, que aparece en hábitats similares en las costas de Gran Bretaña. En el Médano, la zona del litoral tiene bosquecillos de Tamarix canaricnsis, siendo Hcliotropiuní cíosuní una malahierba común. Aquí la zona está dominada por Montaña Roja, un elevado y rojo cono de cenizas, donde es común Cei- opegia fusca con flores de color marrón y varias especies, cuyas afines están en las islas orientales, tienen aquí su localización más importante en Tenerife, tales como Kickxia urhanii y Hemiaria canaricnsis. 5. Agua Mansa El pueblo de Agua Mansa está situado en el Valle de la Orotava en la carretera a Las Cañadas. Por debajo del pueblo hiiy una zona de tierras de labranza dedicadas principalmente al cultivo de la patata y por encima enapieza el bosque de pinos que se extiende desde unos 1200 m a aproximadamente 2000 m en El Cabezón. Pinus canaricnsis, Erica arbórea y Myricafaya son los arbustos y árboles más comunes en las laderas al borde de la carretera, siendo frecuentes en la capa del suelo Andryalapinnatifida, de hojas grises y Micromeria herphyllimorpha. El barranco no muy profundo que va desde la carretera hacia los gigantescos riscos de los Órganos contiene una flora interesante. Monanthes brachycaulon, Greenovia áurea y Aeonium spathulatum son comunes en las peñas y riscos, con el culantrillo Asplenium trichomanes también frecuente en las grietas. Las especies de arbustos incluyen una Sicleritis, ( S. candicans), blanca y de hoja lanosa, y Adenocarpus foliolosus. Las empinadas laderas hacia los riscos de Los Órganos parece que en un tiempo albergaban una pequeña bolsa de Laurísilva. Aquí se encuentra Vihurmim rigidum que es común en los bosques de Anaga, mientras que en grietas grandes de los propíos riscos aparece Laurus azorica como un arbusto. Las laderas ahora están plantadas de castaños ( Caslanea sativa) y son comunes dos arbustos leguminosos, Teline canaricnsis de flores amarillas y Chamaecytisus proliferus de flores blancas. En medio de ellos se abre paso la endémica local de flor blanca Vicia scandens. Las caras verticales de Los Órganos no son particularmente ricas en especies pero abunda Greenovia áurea y Echium virescens junto con una forma local de Argyraní/ temuní canariense, las extendidas Lobularia intermedia y Cramhe strigosa, otra señal de que en un tiempo la zona estuvo poblada por Laurísilva. 19 6. Las Cañadas del Teide El inmenso panorama de Las Cañadas comprende un viejo cráter volcánico con la pared sur más o menos intacta pero con los lados norte y oeste destruidos por más recientes oleadas de actividad volcánica. En el centro se alza el inmenso cono del Pico del Teide, a menudo cubierto de nieve, con sus dos picos adyacentes, Montaña Blanca y Pico Viejo, de menor importancia. La flora de las Cañadas consiste principalmente en plantas endémicas, muchas de ellas conocidas solamente en esta región de Tenerife. Spartocytisiis supranuhius, intensamente perfumado y de flores blancas y Adeno-carpus viscosus, pegajoso y de flores amarillas, son los arbustos más comunes sobre grandes extensiones de piedra pómez y detritus volcánico, en este paisaje casi lunar. En zonas llanas y depresiones abrigadas tales como la Cañada de las Arenas Negras, Llano de Ucanca y Cañada Blanca, son frecuentes Ptcrocephalus lasiospcrmus. Nepeta teydea y Micromeria Julianoides mientras que Scrophularia glabrata y Tolpis wehbii pueden encontrarse casi en todas partes. En algunas zonas, particularmente cerca de El Portillo y del Parador Nacional del Teide, abundan tres especies de colores muy vivos, Cheiranthus scoparius, de flores algo purpúreas, Descurainia hour-gaeana con muchísimas flores amarillas y Argyranthemum tcneriffae { A. anethifolium) que al final de la primavera y en verano está cubierta de flores blancas. En el Parador Nacional es posible ver una de las plantas más espectaculares de Canarias, la gigantesca Echium wildpretii de flores rojas que también puede encontrarse esporádicamente por las paredes de los riscos del cráter desde la Fortaleza hasta Ucanca. Una segunda especie muy poco común de Echium también se encuentra en la zona cerca de Las Arenas Negras. Esta es E. auberianum, que es una de las pocas especies de este género endémicas de Canarias que no se convierte en un arbusto leñoso. Lugares como la Fortaleza y los riscos del lado Sur de la Montaña de Diego Hernández, Topo de la Grieta y Boca de Tauce, tienen comunidades locales muy limitadas, con especies tales como Pimpinella cumhrae, Senecio palmensis, Aeonium smithii, Rhamnus integrifolia y Silene nocteolens. Otras rarezas locales incluyen Centaurea argüía de flores amarillas, la muy atractiva Cistus osheckifolius con grandes flores rosadas, la espinosa Carlina xeranthemoides y dos especies casi desaparecidas, Juniperus cedras ( ahora afortunadamente replantada en algunas zonas) y Bencomia exstipulata. Las partes altas de Montaña Blanca y Pico del Teide mantienen solamente una especie única de planta fanerógama, una violeta parecida al pensamiento, Viola cheiranthifolia que no se conoce en ninguna otra parte del mundo. 20 GRAN CANARIA La Isla de Gran Canaria es más o menos redonda, semejando un platillo invertido con una cúpula central aplanada. Las laderas están hendidas por una serie de barrancos radiales que surgen del centro de la Isla y bajan hasta las costas. Los más grandes de estos valles están en el Sur y Oeste, Tirajana, Tejeda, Mogán, San Nicolás, Agaete, Fataga, siendo los del Norte y Este generalmente más - Moya GRAN CANARIA Guia—" K~'^^? f5 C^ if' é Agaete— fV^""- f \ f^ h ' F San Nicolás—, / A'Vi,-'/- 1 f j J / / " '' íi* í, jáSCRUZ DL TEJEDA .\% iu.,\ Sk ' La Isleta LAS PALMAS - Telde V - Aguimes Mogan- Argulnegujn- Fig. VI - Fataga - San Bartolomé pequeños y menos impresionantes. Abundan los conos secundarios y monolitos volcánicos, figurando entre los más destacados Montaña de Gáldar, Caldera de Bandama y Roque Nublo. Las llanuras costeras se encuentran solamente en el Este y Sur y suelen tener muy pocos kilómetros de anchura. Una pequeña extensión cerca de la desembocadura del barranco de Fataga en el extremo Sur estuvo en un tiempo ocupada por una zona de marismas y lagunas salobres, pero ahora ha sido drenada para crear el Centro Turístico de Maspalomas. ( Fig. VI.) 21 7. Los Tilos de Moya Los antiguamente bastante extensos bosques de Laurisilva de la costa norte de Gran Canaria, han sido tan bárbaramente explotados durante varios cientos de años, que en la actualidad ya sólo queda una zona muy reducida. Incluso ésta se encuentra en un estado de degradación secundaria o hasta terciaria, pero aún se le presenta la oportunidad al que visita la Isla de ver por lo menos algunos endemismos típicos de este bosque. Hay dos valles que aún conservan Laurisilva, el de Los Tilos de Moya y Barranco de la Virgen. El primero, como es de fácil acceso, vale la pena visitarlo y recientemente acaba de ser puesto bajo la protección del Cabildo Insular como una reserva natural. El camino a los Tilos pasa por el lecho de un arroyo seco, con abundancia de Salix canaricnsis a lo largo de la torrentera. Es muy común la Cineraria ( Senecio wehhii) de flor rosada o blanca y las paredes y arbustos a veces están cubiertas de Convolvulus canariensis, notable por sus atractivas flores de color malva pálido. La pequeña zona forestal contiene varias especies arbóreas, predominando Ocotea foetens (' Til'), llex canariensis y Laurus azorica. Entre los árboles, en el estrato herbáceo son bastantes comunes Canarina canariensis junto con Soncims congestus, Seme/ e andro^ yna subespecie gayae cuyas flores nacen cerca del centro de los cladiolos, Hypericum canaricnsis y Ecliium strictum. En la parte más alta del valle es posible encontrarse con varias especies poco comunes, tales como Bencomia caudata, Isoplexis chalcantha, Ixanthus viscosus y Bysiropogon canaricnsis. 8. Valle de Agaete, Guayedra, Andén Verde El lado oeste de Gran Canaria se parece a la región de Teño en Tenerife tanto por su accidentado paisaje montañoso como por su rica flora endémica. El valle de Agaete se extiende desde la costa oeste al macizo de Tamadaba y en la parte más alta tiene fuentes naturales de aguas medicinales. Un pequeño espolón que se alza en el valle principal se conoce por los Berrazales y es donde está situado el balneario. Los altos riscos más allá, que se levantan hacia los elevados bosques del Pinar de Tamadaba albergan muchas especies interesantes. La pequeña Descurainia artemisoicles de flores amarillas, es frecuente a lo largo del estrecho camino así como en los riscos, que dan refugio a dos de las plantas más raras y apreciadas de la isla, DenJriopoteriuin menendezii, semejante a una palmera y una Centaurea casi arbórea, C. arhutifolia de flores rosadas. En los riscos también se puede encontrar Cramhe pritzelii de pequeñas flores blancas y un compuesta amarilla, la atractiva Prenanthespéndula. A lo 22 largo del lecho del valle abunda Dracunculus canarknsis con sus flores color crema, semejante al Aniiu. La carretera de la costa Oeste desde Agaete a San Nicolás pasa por riscos sombríos y escarpados que se precipitan hacia el mar. El Barranco de Guayedra y sus inmediaciones son famosos por varias plantas raras. Las vertientes más bajas contienen Tanacetum feru-laceum, Souchus hradn'lohus y una forma local de Ai^ rrantliemum GRAN CANARIA La Isleta LAS PALMAS frutescem, mientras que las elevadas e inaccesibles caras de los riscos son el habitat de uno de los más raros endemismos de Canarias, Sventenia huplcuroides. Siguiendo en dirección Sur pasando por el pequeño caserío de Tirma hacia el Paso de Herreros se encuentran los riscos del Andén Verde, con varios endemismos locales, Lotus callis- viridis colgando de los riscos o formando tupidas alfombras con sus alegres flores amarillas, Argyranihemum lidii y Lypcria canariensis que aparece en varios sitios por el lado Oeste de la Isla. Una umbelífera de flor amarilla, Seseli wehhü, crece aquí, siendo éste el único lugar donde existe en Gran Canaria, y por el borde de 23 los caminos puede encontrarse Echium honnetii. Reseda erystaUlna y y Drusa glaiululosa. Por el lado del mar del Andén Verde, hay ejemplares enormes de Euphorhia canariensis protegiendo a unas cuantas plantas de la muy rara Sonchus canariensis y en las laderas batidas por el viento es posible encontrar una forma de hoja suculenta de la pequeña crucifera anual Erucastrum canariensis. 9. Cruz de Tejeda La Cruz de Tejeda que ocupa una posición casi central en la isla, sirve como centro de rutas de las carreteras de montaña desde el Norte, Sur, Este y Oeste, pero es por sí misma una zona de especial interés para los botánicos. La altura, casi 1600 m, le da a la región una flora montana, con Cheiranthus scoparius, Argvranihemum canariense y siendo muy corriente la curiosa Aeonium simsii, semejante a la siempreviva. Una retama de flor amarilla, Teline niicrophylla está muy extendida en las zonas montañosas y una segunda leguminosa Chamaecytisus proliferus con hojas plateadas y flores blancas es muy corriente cerca de la Cruz de Tejeda. Un ranúnculo grande, Ranunculus cortusifolius puede encontrarse en lugares húmedos por el borde de los caminos. El camino hacia Artenara ofrece varios tesoros botánicos incluyendo la muy rara Hypericum coadunatum que crece en los riscos húmedos, y Umhilicus heylandianus. En el camino a Santa Brígida y Tafira hay endemismos tales como Aeonium undulatum, A. manriqueorum, Orchis canariensis y Adenocarpus foliolosus. 10. Caldera de Tirajana, Fataga, Mogan El modo más fácil para llegar al sector meridional de Gran Canaria es por la autopista del Sur, y pasando el aeropuerto, se coge la carretera hacia Agüimes y luego a San Bartolomé de Tirajana. Sin embargo, una ruta más espectacular es la de Cruz de Tejeda a San Bartolomé vía el Paso de la Plata. Por este camino es corriente Echium decaisnei con inflorescencias piramidales de flores blancas y azul pálido, junto con varias especies de Micromeria y Cistus symphytifolius. El Paso de la Plata es la localidad clásica para la muy rara Tanaceluní ptarmaciflorum y la más corriente y de hoja estrecha Echium onosmifolium. Los riscos en esta zona contienen Sonchus platyiepis con flores enormes y Descurainia preauxiana de hoja filiforme. Por el valle abajo y hacia San Bartolomé, el camino pasa por laderas secas con matas de un pequeño LO/ MÍ de hoja vellosa, L. holosericeus. Entre San Bartolomé y Temisas se encuentra el pequeño pueblo de Santa Lucía de Tirajana donde, en los riscos al Este del pueblo, es posible encontrar una especie muy rara de flor 24 malva, Solanum // ¿ /// Junto con Campylanthus saholoides, Tanacetwn ferulacewn con los lóbulos foliares mucho más estrechos que la que crece en Guayedra, Asteriscus stenophyllus y una forma local de hoja blanca de Salvia canariensis. Son corrientes dos especies del género Echiuin, E. decaisnei y E. onosmifolium, junto con híbridos entre las mismas. En los riscos cerca de Temisas se encuentra otra rareza, Kickxia péndula, y la más corriente y espinosa Carlina canariensis. Desde San Bartolomé es posible llegar a la costa Sur por el barranco de Fataga. Este valle profundo tiene espesos palmares de Phoenix canariensis en el lecho, mientras que los enormes riscos albergan numerosas plantas interesantes. Es frecuente Prenanthes péndula ¡ unto con una Micromeria de flor grande, M. hehantlremifolia, Convolvulus glandulosus y Ruta oreo/ asme. Aquí se encuentra Limonium rumicifolium, una de las más bellas plantas canarias. Las vertientes secas están pobladas de Salvia canariensis, Cneorum pulverulentmn y unas cuantas plantas de Parolinia órnala, más corriente hacia el Sur en Arguineguín y Mogán. Son bastante corrientes dos especies de Argyranthemum, A. filifolium de capítulos diminutos y hoja fina, y una extraña y delgada forma local de A. canariense. En la parte baja del valle crece Ceropegiafusca, en riscos muy secos. Euplwrbia halsamifera cubre las laderas secas a lo largo de la costa Sur junto con Launaea arborescens y Argyranthemum filifolium. El valle de Arguineguín es el habitat de extensas poblaciones de Parolinia ornato, Phagnalon purpurascens y el arbustivo Convolvulus scoparius. En el lecho del valle hay extensos bosquecillos de Tamarix y en los altos riscos, al final del barranco, una de las muy pocas colonias de dragos salvajes que existen en Gran Canaria. En el Suroeste de la isla hay un profundo y extenso valle conocido por barranco de Mogán, donde existe una pista mal acabada que vá vía la degollada de Tasartico hasta San Nicolás. La parte baja del valle de Mogán es seca, con vegetación xerofítica. Es frecuente un pequeño Echium rosado, E. triste, junto con una densa y compacta especie de Asteriscus, A. stenophyllus, y pueden encontrarse otras varias especies raras. Las montañas más altas están cubiertas de grandes colonias de Euphorhia ohtusifolia y Echium decaisnei con algún que otro reducto de rarezas, tales como Argyranthemum escarrei. 11. Pinar de Tamadaba El Macizo de Tamadaba, en el Noroeste de la isla, es una zona de pinares dominada por Pinus canariensis. Al introducirnos en el bosque desde la carretera de Artenara, se acusa inmediatamente la poca densidad de la vegetación. Entre los pinos son frecuentes 25 Cistus symphytijolius y Asphodelus microearpus, mientras que Lotus spartioides aparece en los bordes de los caminos. Hacia el centro del bosque, cerca de la Casa Forestal, se encuentran tres especies del género Micromcria, M. pineolens alta y arbustiva, con grandes flores rosadas, M. láñala con espeso vello blanco y M. henihamü. En las zonas más húmedas pueden encontrarse Polycarpaea aristata y un helécho diminuto, Ophiogloxsum lusilanicum. Por el lado Oeste, el Macizo de Tamadaba cae cortado a pico hacia la costa, con enormes acantilados verticales. La parte alta de éstos es accesible desde la zona forestal y allí crecen varias especies poco comunes: Isoplexis isahelUana, con flores de intenso color anaranjado, Argyrantheinwn jacohifoliuní, Scrophularia calliantha, Phyllis nobila y la rosácea Dendriopterium mcncndczü. 12. Rincón de Tenteniguada Esta zona es una de las localidades clásicas para recolectar plantas canarias. El angosto cañón y los escarpados riscos contienen algunos endemismos poco comunes tales como Echium callithyrsum con flores azules, Tinguarra montana, Scrophularia calliantha y Bcncomia hrachystachya. Monanthes hrachycaulon es frecuente en los riscos, y en el valle crecen Aeonium spalhulatwn y A. undulatum. Asimismo abundan Aichryson porphyrogennelos, Cranihe pritzelii y Senecio wehhii. 13. Punta de Arinaga La costa Sureste de Gran Canaria tiene varias zonas secas y azotadas por el viento, formadas por fragmentos volcánicos y arena. Entre estas zonas se encuentran Punta de Melenara y Arinaga. La segunda es accesible por carretera desde la ' autopista" del Sur y allí se desarrolla una comunidad de plantas sin igual, formando la mayoría de ellas espesas y tendidas esteras o montículos. Entre las rarezas locales aparecen la espinosa Convolvulus caput- medusae, Atractylis preauxiana y dos plantas de flor amarilla, Lotus leptophyllus y Kickxia urhanii. Varias halóíitas canarias típicas crecen en esta zona, incluyendo Polycarpaea nivea, Gynmocarpos decander, Limonium pectinatum y Frankenia laevis. JARDÍN CANARIO Una de las atracciones principales de Gran Canaria es el Jardín Canario en Tafira. Aquí se conserva una extensa colección de especies endémicas de las Canarias en condiciones naturales. Aprovechando al máximo los riscos naturales se ha logrado hacer una colección de la mayoría de las especies canarias de los géneros Sonchus, Centaurea 26 y Limoniwn, situándolas en un ambiente muy apropiado. Entre las cosas más interesantes del Jardín Canario figuran: un risco con una gran colonia de Sventenia hupleuroides y Cramhe laevigata y, muy cerca, Isoplexisy Scrop/ iularia; un magnífico monumento a botánicos de Canarias como Webb, Berthelot, Pitard y Masferrer, con una larga avenida plantada de ejemplares gigantes de Bencomia, Mar-ceíel/ a y Dendriopoteriuní; y un área bastante extensa de laurisilva en la parte baja del Jardín, con bosquecillos de Arhutus canariensis y las diferentes especies lauroides. Sobre las paredes del edificio administrativo crece una colonia de Lotus herthelotü con flores de color rojo intenso, Convolvulus lopez- socasü y Seinele androgyna. El botánico que visite las islas debe procurar ver el Jardín en primavera, cuando la mayoría de los endemismos están en plena floración. Se puede visitar en viaje de un día por avión desde Tenerife, pero lo ideal es permanecer un par de días si es posible. LA PALMA La Palma es una isla montañosa, piriforme, con un gran cráter central, La Gran Caldera de Taburiente, en cuyo borde exterior está situado el Roque de los Muchachos, el punto más elevado de la isla ( 2483 m). La mitad Norte de la Isla está formada por las vertientes exteriores de la Caldera, con profundos valles y altos acantilados costeros. La parte Sur tiene una estrecha sierra central. Cumbre Vieja, pero carece de los profundos valles del Norte. Muchas zonas de la parte Sur de la Isla muestran señales de reciente actividad volcánica, con conos de ceniza y torrentes de lava, particularmente por el extremo Sur en Fuencaliente, donde el volcán de Teneguía estuvo en erupción en 1971, y por la costa Oeste, por encima de Puerto Naos donde tuvo lugar una erupción en 1949. ( Fig. VIII.) 14. Cubo de la Galga, Los Tilos, Barlovento La zona Noroeste de La Palma aún conserva grandes zonas forestales, aunque la reciente explotación ha arrasado enormes extensiones en la Galga y Barlovento y, últimamente, en Cumbre Nueva. Al Cubo de la Galga se llega por un estrecho camino a lo largo de un canal de agua desde el Caserío de La Galga. Pasa por un largo risco boscoso donde abundan Suene pogonocalyx, Aeonium palmense, Cryplotaenia elegans y Senecio papyraceus. La zona forestal está dominada por viejos árboles de Ocotea foetens. Un segundo camino, ahora ampliado a pista forestal, sube por encima del pueblo hacia las montañas. Aquí pueden encontrarse varios endemismos del bosque. Echium pininana, reducido a unos pocos ejemplares, se esconde en la parte más profunda del bosque, mientras 27 LA PALMA Puntagorda- Garafia Barlovento Tigarafe Los Llanos Puntallana SANTA CRUZ DE LA PALMA Mazo LÍENTE Fig. VIII que Gonospermum canariense con sus flores de color amarillo intenso se destaca con tanta brillantez como sugiere su nombre local de ' faro'. Más hacia el Norte, por encima del pueblo de Los Sauces, se encuentra el barranco de Los Tilos al que se llega por una pista forestal. El valle principa! tiene espesos bosques en ambas vertientes, donde crece el helécho Woodwardia radicans en los lugares más sombríos. Un viejo hotel en ruinas provisto de agua potable, donde se instala de vez en cuando un pequeño bar, sirve como base para explorar el bosque. Los altos riscos contienen varios endemismos de La Palma tales como Polycarpaea smithii, Cramhe gigantea, Argyranthemum wehhii y Echium webbii de color azul genciana. En los limites del monte son comunes varios arbustos: Sonchuspalmensis 28 con una inflorescencia enorme de flores amariflas, Teline stenopetala, la yedra canaria Hederá canariensis y su liana compañera Semele andro^ yna. El árbol más frecuente es Ocotea foelens ( Til), siendo también común Laurus azorica. Un barranco sombrío y húmedo parte del valle principal, que con acierto lleva el nombre de Barranco del Agua. Buscando un poco se pueden encontrar grandes ejemplares de Cramhe gigantea y una forma muy rara y robusta de Bencomia sphaerocarpa, aunque esta última parece estar casi extinta, por lo menos en esta zona. Una especie arbórea, Euplwrhia mellifera, crecía en esta localidad pero ahora parece estar limitada a Cumbre Nueva donde a su vez se encuentra en peligro de extinción por las talas del bosque. Más hacia el Norte, ya en el lado Norte de la Isla existen más bosques. Estos cubren las montañas por encima de Barlovento. En esta zona se puede localizar Echium pininana, Gcranium canariense, Scrophularia langcana e Ixanthus riscosus, pero la zona es aún relativamente poco conocida, y siguiendo por la costa fue recientemente redescubierta, después de más de 100 años, una planta muy rara, Lactucosonehus webhii. 15. Fuencaliente Situado cerca del extremo Sur de La Palma, el pueblo de Fuen-caliente se encuentra entre bosques de pinos y zonas costeras. Entre el pueblo y el extremo más Sur de la Isla hay una inmensa extensión de reciente origen volcánico, con piedras de lava, campos de cenizas, arena basáltica negra y conos. El terreno tiene fama por sus viñedos y exquisitos vinos dulces. Una carretera baja serpenteando desde Fuencaliente hacia la costa Sur pasando por laderas secas ricas en plantas canarias. En las paredes son frecuentes Sonchus hiérrense y una forma con flores blancas de Aeonium ciliatum. En las orillas secas de los prados se desarrollan grandes colonias de Ceropegia hians con tallos blancos semejando varas, y la curiosa compuesta Plmgnalon umhelliforme. Lotus hillehrandii, Argyranlhemum Iwouarythcmwn y Echium brevirame de flor blanca, presentan aquí formas enanas sobre la lava azotada por el viento. Las plantas pequeñas y tendidas de Euphorhia halsamifera que se encuentran en las regiones costeras parecen sobrevivir en las condiciones más inhóspitas. Entre Fuen-caliente y el Volcán de San Antonio se alza el Roque de Teneguía, que es el habitat de una Centaurea poco común de flor morada, C. junoniana. La zona seca y desolada alrededor de la roca es pobre en especies vegetales, creciendo solamente Echium hrcvirame, Artemisia canariensis y unos pocos ejemplares de Lotus hillelvandii y Kickxia spartioides. Sin embargo, la roca propiamente dicha tiene una serie 29 muy interesante de inscripciones guanches en forma de extrañas espirales y círculos tallados. Se espera que la construcción de un canal de agua cercano no ponga en peligro la Centaurea ni las inscripciones. 16. La Cumbrecita Una carretera desde El Paso, en el lado Oeste de Cumbre Nueva, pasa por la Caldera hasta un elevado punto panorámico conocido por la Cumbrecita, desde el cual se puede divisar unos paisajes impresionantes del interior del gigantesco valle. La montaña está cubierta por un tupido bosque de Pinus canariensis, y el camino pasa por colonias de una forma muy alta de Argyranthenmm haouarytheum y Sideritis dcndrochalwrra. Los riscos a cada lado de la pequeña Casa Forestal situados en la zona del collado de La Cumbrecita contienen una flora interesante, pero requieren una escalada bastante enérgica y difícil para llegar a ellos. Teline linifolia con grandes hojas plateadas, Aichryson bollei y Greenovia áurea son frecuentes en los riscos, junto con Echium wehhii. Plantado arhorescens y Pimpinella dendrolragium, algo más raras. Las laderas por debajo de los riscos en el lado Este son el único habitat que se conoce en Canarias para Orchis másenla, una orquídea de flores rosadas muy extendida por la zona europea- mediterránea. 17. Barranco de Las Angustias Este extenso valle parte de la Caldera de Taburiente por el lado Oeste. Por el lado Sur del valle pasa una pista a través de un ancho canal de agua desde el pueblo de Los Llanos, cerca de la desembocadura del barranco, hasta el mismo centro de la Caldera. Si uno sigue esta pista, que tiene que ser a pie, se pasa por una zona muy rica desde el punto de vista botánico. De especial interés es la esplendorosa Aeonium nohile, de flores rojas, con hojas casi orbiculares, carnosas y amarillentas, que sólo se encuentra en pocos sitios en lamitad Norte de la Isla. La pista pasa junto a riscos con colonias de Seneeio palmensis, una planta colgante de flores amarillas, Doryenium eriophthalmum de flores blancas y vainas marrón- rojizo, Pimpinella dendrolragium, aquí bastante común, y una forma muy robusta de ' pata de gallo' canaria, Dactylis smithii. En las laderar por debajo de la pista hay una población grande de híbridos i'e Eehium con una variedad de flores rosadas, azules y blancas; las especies cruzadas son E. hrevirame y E^. wehhii y al híbrido se le ha dado el nombre de E. bond- spraguei. En los lados del canal son bastantes comunes varios arbustos, incluyendo el alto Convolvulus de flor blanca, C. Jloridus, Spartoeytisus filipes, una planta parecida 30 LA PALMA SANTA CRUZ DE LA PALMA LÍENTE Fig, IX a la retama con flores blancas y vainas negras, y Biiplcurum salici-foliuin de hoja muy estrecha. En la orilla del canal abunda Aeonium palmense y hacia el final de éste se encuentra una pequeña colonia de Convolvulus fruticulosus, una especie que tan sólo crece aquí y en Tenerife. 18. Roque de Los Muchachos, Cumbres de Garafía Las montañas más altas de La Palma, son aquellas formadas por el borde de La Caldera. Varios picos alcanzan más de 2300 m, una altura como en Las Cañadas en Tenerife, apareciendo por ello una flora subalpina bien desarrollada como la de Tenerife. Varias especies tales como Nepeta tevdea, Adcnocarpua viscosas y Junipcnis cedrus 31 se dan en ambas islas y también se pueden encontrar algunos endemismoslocales, incluyendoEchiumgenlianoides, ViolapalmensLs, Cerastium sventenii, Tolpis calderae y Pterocephaliis porphyrantlius. Varias pistas desde el Norte de la Isla suben a los altos picos de Topo Alto de los Corralejos, Pico del Cedro, Roque de Los Muchachos y Cueva de la Tamagantera, pero en todos los casos el viaje requiere un día muy largo. GOMERA La Isla de La Gomera se parece a una miniatura de Gran Canaria. Se eleva casi a 1450 m en el Centro y las faldas de su cúpula achatada LA GOM Vallehermoso Arure- SAN SEBASTIAN están hendidas por 38 profundos barrancos radiales que se abren estrechamente hacia el mar entre escarpados riscos. El Sur es cálido y seco sin que exista una llanura costera y el Norte recuerda a la costa Norte de Tenerife. ( Fig. X.) 19. Barranco de la Villa El valle más grande de la Isla se extiende desde el Centro hasta la costa Este y en su desembocadura se encuentra la capital, San Sebastián. Por el lado Norte hay una carretera que enlaza San Sebastián con los pueblos de Hermigua y Vallehermoso. En los riscos al borde del camino crecen numerosas plantas endémicas. Abunda una Sicleritis de hoja lanuda con inflorescencias péndulas 32 ( S. gomeraea), mientras que una segunda especie S. lotsyi es algo mas rara. Dicheranthus plocamoides, que también se encuentra en Tenerife en Teño, es frecuente en las rocas, junto con las rosetas solitarias de Greenovia diplocycla. En las laderas secas se entremezclan una forma de flor pequeña de Argyranthenmm Jrutescens con la suculenta Senecio kleinia y varias especies del género Euphorhia, y entre las rocas secas es posible encontrar por lo menos cuatro especies del género Aeortium, A. suhplanwn con rosetas planas de color verde, A. decorwn con hojas rojizas y dos especies de hoja gris, A. castcllo- paivae y A. gomerense. En el cercano barranco de La Laja hay aún otro Aeonium, A. saundersii. En primavera, los riscos y laderas suelen estar cubiertas por las flores doradas del endemismo gomero Lotus emeroides. 20. Roque de Agando A este monolito basáltico situado en la parte alta del Barranco de La Laja se llega mejor desde Tagamiche a pie. La pista atraviesa un brezal de Erica arbórea y baja por los riscos de Tagamiche donde pueden encontrarse tres endemismos locales: Echium acanthocarpum, alto y de flores azules, Argyranthemwn callichrysum de flores amarillas y Cramhc gomeraea. En la base del Roque Agando hay grandes agrupaciones de la robusta Aeonium ruhrolinealum de flores amarillas, y una especia muy rara de Sideritis, probablemente S. marmórea Bolle. Las zonas rocosas y húmedas albergan colonias de la orquídea Neotinea intacta y son comunes dos arbustos leguminosos de flor amarilla Adenocarpus foliolosus de hojitas muy estrechas y largos peciolos, y Teline linifolia en otra de sus múltiples formas, en esta ocasión con pequeñas hojas oblongadas. Se puede regresar a San Sebastián tomando una pista relativamente fácil que baja por el Barranco de La Laja. 21. Riscos de Agulo, Roque Cano de Vallehermoso Estas dos zonas de risco basáltico se consideran juntas debido a la semejanza de su flora. Ambas son de relativamente fácil acceso desde la carretera Norte de la Isla, aunque se requiere una escalada bastante enérgica para alcanzar la base de Roque Cano. Los riscos de Agulo contienen dos especies endémicas del género Sonchus, S. gonzalez- padronii, que llega a ser bastante frecuente en las rocas y peñascos más hacia el Oeste y S. regis- juhae que parece estar limitada a la parte Norte de Agulo y Vallehermoso. Sin embargo, Silene bourgaei y Limonium brassicifolium parecen estar limitadas más o menos a Agulo. Convolvulus suhauriculatus crece en ambas localidades mientras que Euphorbia bravoana está representada en Agulo por 33 muy pocos ejemplares, siendo más común en el Barranco de Majona hacia el Este. I£ l Roque Cano, en el barranco de Vallehermoso, tiene todas sus caras perpendiculares. Las laderas por debajo del roque están cubiertas con pequeños arbustos de Jnnipcrus phocnicca y con la curiosa hierba endémica fíracliv/ Hxliuní arhuscula. Las caras del lado Sur de Roque Cano contienen varias plantas interesantes, Sonclius orluiioi, Senecio hcrniosae, un endemismo local, Dichcranihm ploca-nioiilcs y una pequeña y pegajosa Aconiíiiii, A. riscalwii. \ ln las laderas de la vertiente Norte crecen varios arbustos, Tcliiw linifolia de hojas grandes, Sonclius rcí^ is- jiihac y G/ ohii/ aria salicina de flores azules. La región costera en Puerto de Vallehermoso tiene varias comunidades interesantes, predominando / jip/ iorhia aphvllo y /:'. halsaniifcra. 22. Bosques de El Cedro En la región central de La Gomera se encuentran algunos de los mejores montes de Laurisilva de las Canarias. Los bosques de El LA CiOMKRA SAN SEBASTIAN r¡ g. XI Cedro en la parte alta del Valle de Hermigua probablemente sean los más ricos de todos. Los árboles que dominan son Laiinis azorica, llcx canaricnsis, Myrica faya y Salix canaricnsis, siendo aquí muy corrientes los arroyos, terrenos húmedos y riscos con una vegetación exuberante mientras que en la mayoría de los demás bosques canarios la explotación de las aguas subterráneas ha dado lugar a la desecación de la capa superior del suelo y la casi total ausencia de 34 aguas corrientes. Hypericum grandifoJium, Cedronella canariensis, Gesnouinia arbórea y Scrophularia langeana forman la parte principal del estrato arbustivo y en algunas zonas, Teline stenopetala y Bvstro-pogon canariensis. Los heléchos Woodwardia radicans, Athyrium umhrosuní y Asplenium onopteris abundan a lo largo de las orillas de los arroyos, con Aichryson punctatum que a menudo crece aquí con los ' pies en el agua'. En el bosque son corrientes los laureles muy viejos con enormes troncos; en verano el suelo se cubre con una alfombra de hojas marrón- rojizo de Viñatigo { Persea indica), El Cedro es fácilmente accesible desde San Sebastián o Hermigua y para un naturalista representa una maravillosa excursión de varios días. 23. Chorros de Epina, Arure Desde Vallehermoso la carretera de la costa Norte continúa hacia Valle Gran Rey por la vertiente Oeste de la Isla. Como a una media hora en coche por la carretera hay una pequeña pista que conduce a un manantial conocido por los Chorros de Epina. El manantial se encuentra en el borde inferior de una rica zona forestal por debajo de algunos de los riscos más interesantes de la Gomera. Al borde de la pista pueden encontrarse el alto arbusto Gesnouinia arbórea parecido a la ortiga y el arbustivo brezo. Erica scoparia, y muy cerca del arroyo hay unos cuantos ejemplares de la muy rara Euphorbia lamba con grandes brácteas amarillentas rodeando las flores. Más allá de los Chorros, una pista mal acabada pasa por la base de una escarpada ladera por debajo de una serie de riscos muy altos. Si se sube por la ladera hasta la base de los riscos y se siguen estos hacia la costa Oeste, se pueden encontrar en abundancia algunos de los más raros tesoros botánicos de la Isla. Sideritis nutans con una espiga de flores blanquecinas, Pimpinella junionae, Sonchus gonzalez-padronii y S. filifolius pueden encontrarse fuertemente enraizadas en las grietas de los riscos, junto con un extraño helécho de hojas arriñonadas, Adiantwn reniforme. Es corriente Aeoniíim subplanum, con sus rosetas achatadas, y en las partes más altas de los riscos es frecuente un alto arbusto con flores amarillas Aeonium rubrolineatum. Otras dos especies suculentas, Greenovia diplocycla y Monanthes laxiflora cubren zonas de roca desnuda y en lugares sombreados por debajo de los riscos abunda un Senecio de flor blanca. Senecio appendiculatus. Volviendo a la carretera de Valle Gran Rey, que va serpenteando hacia el pueblo de Arure, se pasa a través de una zona boscosa donde abundan Geraniíim canariense. Hederá canariensis y Andryala pinnatifida pero desgraciadamente muchos de los árboles más grandes fueron talados hace varios años para alimentar una pequeña industria 35 de carbón. Esta es una zona de brumas de monte y muchos de los árboles tienen curiosos liqúenes verdes colgando de las ramas y los troncos cubiertos de musgo, especialmente por su cara norte. 24. Valle Gran Rey, Barranco de Argaga, Chipudc La Zona del Suroeste de la Gomera con sus profundos valles y riscos es rica en plantas endémicas que a menudo son muy difíciles de localizar. El profundo barranco de Valle Gran Rey tiene riscos muy altos que son casi inaccesibles y en su mayor parte inexplorados. En los riscos a lo largo de la carretera son comunes varias especies, Dcscurainia inillcfolia, una forma grande de Aconium dccorum con hojas de color rojo intenso, Sonchus filifolius con delicados lóbulos foliares y pequeñas flores amarillas, y en algunos lugares Siderilis nutans con hojas de aroma penetrante. En el lecho del valle hay extensos palmares y bosquecillos de tarajales. Al Sur de Valle Gran Rey y accesible solamente desde la costa se encuentra un pequeño valle conocido por Barranco de Argaga. En la zona seca costera a la entrada del valle hay pequeñas poblaciones de Echiitm triste y en los acantilados la muy rara Limonium dcndroidcs. Por el valle arriba se puede encontrar un segundo endemismo muy local, Paroliiiia schizo^ ynoidcs de flores rosadas en medio de una vegetación seca de Lavandula pinnata, Messerschmidia fruí ¡ cosa, Kick. xia scoparia y Micromeria dcnsiflora. Más hacia el Sur se encuentra el pueblo montañés de Chipude dominado por una enorme montaña plana conocida por La Fortaleza donde crecen varios endemismos gomeros. Una visita bien vale la pena. Es casi imposible encontrarse más apartado del turismo, hoteles y del hormigón en ninguna otra parte de las Canarias. El sistema de vida de sus habitantes apenas ha cambiado en este siglo y es posible comprar pequeños artículos de barro fabricados de idéntica manera que lo hacían los primitivos habitantes de las Islas. Los riscos de La Fortaleza son ricos en plantas tales como Sideritis lotsyi, Aeoniuin urhicum, Bystropogon plumosas, Pimpinella junionae, Paronychia goinerensis y Crainhc gomeraca. HIERRO Esta isla casi semicircular posiblemente sea un fragmento de un antiguo volcán. En el centro se alza una meseta alta y más bien plana con escarpados riscos por todos sus lados, que alcanzan su máximo desarrollo en la inmensa bahía de El Golfo, por el lado Oeste. El Hierro es la isla más pequeña de las Canarias alcanzando más de 1500 m en su punto más elevado. ( Fig. XII.) 36 EL HIERRO VALVERDE Frontera Taibique Fig. XII 25. El Golfo La zona alta de El Golfo está formada por riscos escarpados densamente cubiertos por pinares y Laurisilva. Hay una pista desde Jinamar hasta Frontera que atraviesa el bosque por la que puede hacerse una excursión interesante. Una zona rica en plantas rodea un manatial conocido por Fuente de Tinco, donde están localizados varios endemismos raros. Pueden encontrarse Bencomia sphacrocarpa, una forma extraordinariamente grande de Cminhe strigosa, y pequeños grupos de Sideriüs canariensis, pero son bastante raros. Por la vereda desde Jinamar el bosque se hace más denso y, a menudo, muy húmedo. Son corrientes Echiuin slrictum con flores de intenso color azul y una forma local de Aeoniwn holochrysum. En los riscos de! bosque crecen Sonchus hicirensis con grandes flores amarillas y Teline stenopeíala junto con Tinguarra montana, y en el sotobosque abundan Geraniwn canariense y Myosotis latifolia, a menudo con flores rosadas. Visnea macanera conocido vulgarmente por ' mocan' es un árbol dominante, y en la parte baja del bosque pueden encontrarse ejemplares arbóreos de Euphorbia regis- jubae. La región más baja al Noroeste de Frontera tiene varias zonas de interés. Los riscos de las Casitas contienen un endemismo local, Sonchus gandogeri y también Echium hiérrense de color rosado. Las paredes están cubiertas de Aichryson parlatorei con flores doradas, y es corriente Argyranthemum hiérrense que tiene flores blancas parecidas a la margarita. Entre Frontera y el pueblo de Sabinosa, los riscos al borde 37 EL HIERRO Fig. XIII de la carretera están cubiertos de Senecio murrayi, a veces con flores rosadas y otras blancas, y una forma grande de Aeoniuin palmense, parecida a una col. Las rarezas en estos riscos incluyen Suene sabinosae con flores rosadas y Centaurea durannü. LANZAROTE r^^ Alegranz Graciosa Haría ARRECIFE Teguise Fig. XIV 38 LANZAROTE La isla de Lanzarote es menos montañosa que las islas occidentales, alcanzando solamente unos 700 m en la parte Norte dominada por la cumbre de Famara. Al Sur de Famara se extiende una llanura arenosa con áreas de dunas y conos de escoria. Desde el centro y hasta el extremo Sur de la isla existe una zona montañosa baja con picos volcánicos y cráteres. En el extremo Sureste y Sur hay una estrecha llanura costera de arena y lava con algún que otro cono y r'^ Alegranza LANZAROTE Graciosa ARRECIFE Fig. XV montones de ceniza. Las costas de esta zona son acantilados escarpados. ( Fig. XIV.) 26. Riscos de Famara Prácticamente todas las plantas endémicas de Lanzarote están concentradas en la región montañosa de Famara. Actualmente es posible explorar la base de los riscos que descienden hasta la Playa de Famara gracias a una carretera construida recientemente. Cerca del mar existen pequeñas colonias de Pulicaria camriensis y Asteriscus •^ chultzii, dos especies raras que se encuentran tan solo en Lanzarote y Fuerteventura. Los riscos propiamente dichos contienen una especie local del género Reichardia, R. famarae y una especie 39 endémica de hoja suculenta del género Kickxia. En las grietas es común Aichryson tortuosum y en las partes más altas se pueden encontrar dos especies del género Aeonium, A. lancerottense y A. balsamiferum, laprimeracon flores rosadas y la segunda con amarillas. Los riscos altos albergan un Limonium espectacular, L. bourgaei y la muy rara Echium decoisnei subespecie purpuriense, y también puede encontrarse una de las pocas especies del género Argyranthemum de flor amarilla, A. ochroleucum. También crecen dos especies endémicas de Helkhrysum y varias hierbas, incluyendo Dactylis smithii. En la cima de los riscos de Famara, los picos conocidos por Peñitas de Chache, también aparecen varios de estos endemismos raros. Es frecuente Férula lancerottensis, una planta gigante con flores amarillas, mientras que un pequeño Sedwn trepa por las paredes rocosas, entremezclado con Thymus origanoides. Lavandula pinnata está representada por una forma de hoja particularmente ancha y abunda una especie anual del género Echium, E. pitardii. El pueblo de Haría está situado entre colinas en un oasis de palmeras, Phoenix canariensis. Más allá del pueblo, hacia el Norte, los riscos costeros dominan el islote de La Graciosa desde la cima de un risco conocido por Mirador del Río, que es la localidad clásica de una segunda especie de Limonium, L. puberulum. FUERTEVENTURA La parte Norte de Fuerteventura está formada por extensas llanuras con profundas depresiones. En la costa Norte aparecen grandes zonas de dunas, Las zonas del Centro y del Sur incluso hasta Gran Tarajal consisten en una llanura central rodeada por colinas aisladas al Este y una hilera de colinas bajas al Oeste. La zona Sur de Gran Tarajal forma una estrecha península unida al área principal de la isla por un estrecho istmo arenoso. La península de Jandía es una vieja y alta cumbre volcánica con escarpadas laderas por cada vertiente que bajan bruscamente hacia extensas playas de arena, especialmente por la cara Norte. ( Fig. XVI.) 27. La Oliva; Dunas de la Costa Norte El pueblo de La Oliva está situado al pie de un gran cono volcánico de ceniza y lapilli negras. En esta zona de lava crecen varias plantas interesantes: un pequeño Echium azul, E. honnetii, la trepadora Kickxia heterophylla, de brillantes flores amarillas y una pequeña planta umbelífera, Ruihea herhanica. Es común el arbusto suculento Senecio k/ einia junto con el espinoso Asparagus pastorianus, y entre 40 FUERTEVENTURA Betancuria Q Lobos La Oliva PUERTO DEL ROSARIO Gran Tarajal Fig. XVI las piedras un verdadera tesoro, la pequeña suculenta de tallo cuadrangular Caralluma burchardii. La costa Norte de la isla está cubierta por una extensa formación de dunas desde Tostón en el Oeste hasta Corralejo en el Este. En la región crecen muchas especies de halófítas, incluyendo Traganum inoquinü. Son corrientes Lotus lancerottensis y Polycarpea nivea, con Reseda crystallina de flores amarillas y varias especies del género Beta. Cerca de Corralejo, las dunas son la localidad clásica para FUERTEVENTURA ( 3 Lobos PUERTO DEL ROSARIO ran Tarajal Fig. XVII 41 Androcymbium psammophilum, una pequeña planta de flor blanca parecida al Crocus. 28. Jandía, Pico de la Zarza La península meridional es la parte más alta de la isla y también la más rica botánicamente. Al Sur del pueblo de Morro Jable la región costera es muy desértica, siendo el habitat de dos plantas muy raras, Euphorbia handiensis parecida a un cactus y una especie sumamente interesante. Pulicaria hurchardii que se conoce solamente en una pequeña extensión de unos cuantos metros cuadrados donde crecen unas seis plantas. Los picos altos como el Pico de la Zarza son bastante pesados de escalar, pero las cimas albergan una abundancia de rarezas tales como Argyranthemum winteri, Echium handiense con flores azules, Bupleuruin handiense, Sideritis mas-soniana y varias especies que también pueden encontrarse en Famara, en Lanzarote. La sumamente atractiva Asteriscus sericeus es corriente en la cima, asi como una pequeña planta de flores rosadas parecida a la pamplina, Minuarlia platyphylla. 42 Conservación LA INFLUENCIA DEL HOMBRE EN LA FLORA Inevitablemente la flora y la vegetación de las islas pequeñas es extremadamente vulnerable a las presiones del progreso del Hombre. Grandes extensiones en las Islas Canarias han estado bajo cultivo durante varios siglos, con la caña de azúcar, la cosecha primitiva más importante, siendo reemplazada sucesivamente por la viña, la barrilla ( Mesemhryanthemum crystaUinum) para la extración de sosa, cactus de la cochinilla, tomates, patatas y plátanos. En la actualidad la industria declinante del plátano va dando paso gradualmente a la producción de flores como la Strelitzia, claveles y crisantemos y a los productos hortícolas como pepinos y varias frutas exóticas en gran escala. Las zonas forestales han sido explotadas durante largo tiempo, pero nunca tan rápida e intensivamente como en la actualidad, cuando las sierras mecánicas y las buenas pistas forestales simplifican la tala y el transporte. Muchas zonas en las regiones de bosque nuboso se dedican actualmente a la producción de patatas, habiéndose talado grandes extensiones para este fin. Arroyos de montaña, manantiales y existencias de aguas subterráneas, todos han sido explotados para cubrir las necesidades de las industrias tanto agrícolas como del turismo, y en algunas zonas el agua se ha convertido en un artículo escaso y valioso, como lo demuestra la reciente construcción de varias plantas potabilizadoras de agua salada. Los efectos sobre la flora y la vegetación han sido considerables. Ya parecen haber desaparecido varias plantas endémicas y muchas más se encuentran en peligro de extinción, pero el verdadero peligro para un futuro inmediato es el hecho de que podrían destruirse fácilmente comunidades completas de plantas y formaciones vegetales únicas si no se toman medidas positiva para su conservación. NECESIDAD DE LA CONSERVACIÓN El creciente movimiento internacional para la conservación y ecología, con sus ruegos para la consideración de las necesidades de 43 futuras generaciones, presenta un sólido argumento moral para la conservación de la Naturaleza y de los recursos naturales. Las zonas forestales de Canarias son el eslabón principal en la cadena del suministro de agua; los bosques condensan la humedad de las nubes transportadas por los vientos alisios, como lo puede atestiguar cualquiera que haya ido a Agua Mansa en un día nuboso. Las laderas escarpadas de las islas producen una fuga rápida de las aguas superficiales y cuando se quita la vegetación espesa, sigue rápidamente la erosión del suelo como puede observarse en la Sierra de Anaga y partes del Norte de Gran Canaria. Solo de este hecho se desprenden argumentos fuertes para la conservación de las zonas forestales. Como esperamos lo demuestre este pequeño libro, las plantas de Cananas tienen mucho que ofrecer tanto a visitantes como a los habitantes de las islas. Pueden proporcionar un placer considerable a los turistas que viajen por cualquiera de las islas y son de una enorme importancia científica. Varias zonas ya han sido designadas como reservas naturales. Los Tilos de Moya y partes de la Cuesta Silva en Gran Canaria, o parques nacionales, las Cañadas de Teide en Tenerife, pero existe una necesidad urgente para muchas más zonas. Es casi imposible el conservar especies individuales excepto sobre la base de un plazo corto y el mejor medio de conseguirlo probablemente sean las colecciones de plantas endémicas tales como la del Jardín Canario, pero aún podrían conservarse comunidades completas como la Laurisilva de Anaga, El Cedro, el Norte de La Palma y El Golfo en el Hierro o la rica vegetación costera de Punta de Teño, Andén Verde o Fuencaliente y la vegetación rupícola de muchas zonas si se toman a tiempo las medidas oportunas. Sin embargo, la conservación no puede privar a los habitantes de las Islas de su medio de vida y solo puede tener éxito mediante una política de educación. Esperamos que este libro desempeñe un papel en el segundo procedimiento, haciendo llegar a la atención general las valiosas ventajas de la flora de Canarias. Muchas de las plantas descritas como raras son especies que corren peligro y las recomendamos solamente como tema para la fotografía y no para recolectar. En muchos casos incluso el coger semillas puede contribuir a la extinción de una especie rara, ya que muchas de ellas no pueden cultivarse satisfactoriamente fuera de sus hábitats naturales. La colección de especies secas siempre debe hacerse con cuidado y consideración para el bienestar de la colonia local de las especies y no deben cogerse plantas enteras a no ser que el grupo de individuos sea grande. La mayoría de las suculentas canarias se dan bien a partir de esquejes pequeños así que no es preciso coger plantas enteras para su propagación. 44 Nos gustaría recomendar encarecidamente a cualquiera que se beneficie por el uso de este libro, apoyar en todo lo posible la conservación natural de la Islas Canarias y también disfrutar de su exploración. 45 Algunas Sugerencias para Estudios Adicionales Muchas de las guias más antiguas y relatos de viajes por las Islas Canarias son muy interesantes de leer, especialmente para los que conocen bien las islas. De las guías modernas las mejores son las publicadas por Planeta, de Tenerife y Gran Canaria. Recomendamos los libros siguientes para los que deseen ampliar sus conocimientos sobre las Canarias. De especial interés son aquellos señalados con un asterisco. HISTÓRICOS Y GENERAL Bannerman, D. A., 1922.* THE CANARY ISLANDS, THEIR HISTORY, NATURAL HISTORY AND SCENERY. Gurney & Jackson. Du Cañe, E. & F., 1911. THE CANARY ISLANDS. A. & C. Black. Edwardes, C, 1888.* RIDES AND STUDIES IN THE CANARY ISLANDS. T. Fisher Unwin. Espinosa, A. de, 1907. THE GUANCHES OF TENERIFE WITH THE SPANISH CoNQUEST AND SETTLEMENT. Hakluyt Soc. ser 2, 21. Salmer Brown, A., 1932.* BROWN'S MADEIRA, CANARY ISLANDS AND AZORES. 14th Edition. Simpkin, Marshall, Hamilton Kent & Co., Ltd. Stone, O. M., 1889. TENERIFE AND ITS SIX SATELLITES. BOTÁNICA Bramwell, D., 1971. La vegetación de Punta de Teño, Tenerife. CUADERNOS DE BOTÁNICA CANARIA 11: 4- 37. Ceballos, L. & Ortuño, F., 1951.* VEGETACIÓN Y FLORA FORESTAL DE LAS CANARIAS OCCIDENTALES. Inst. Forestal, Madrid. Kunkel, G., 1969. ARBOLES EXÓTICOS 1. Cabildo Insular, Las Palmas. Lid, J., 1968. CONTRIBUCIONES A LA FLORA DE LAS ISLAS CANARIAS. Norske Vidensk.- Acad., Oslo. 46 Dibujos y Fotografías Fig. la. Notholaena marantae. Ib. Woodwardia radicans. le. Asplenium hemionitis. 48 Fig. 2. Salix canaricnsis. Fig. 3. Myrica faya. 49 Fig. 4. Gesnouinia arbórea Fig. 5. Bela procumbens. 50 Fig. 8. Polycarpaea tenuis. Fig. 9. Polycarpaea carnosa. 52 Fig. 12. Paronychia canariensis. Fig. 11. Silene nocteolens. 53 Fig. 13. Ranunculus cortusifollus. 54 Fig. 14. Apollonias barbusana. Fig. 15. Laurus azorica. 55 Fig. 16. Persea indica. Fig. 17. Ocotea foetens 56 Fig. 18. Crambe arbórea. 57 Fig. 20. Lobularia intermedia Fig. 19. Crambe sventenii. Fig. 21. Reseda scoparia. Fig. 22. Erucastrum cardaminoides. 59 Fig. 23. Aichryson laxum. 60 Fig. 24. Monanthes muralis. Fig. 25. Monanthes laxiflora. 61 Fig. 26. Bencomia brachystachya. 62 Fig. 27. Anagyris latifolia. Fig. 28. Chamaecytisus proliferus. Fig. 29. Teline canariensis. Fig. 30. Teline stenopetala 64 Fig. 31. Vicia scandens. Fig. 34. Lotus berthelotii. Fig. 33. Lotus glaucus. 66 Fig. 35. Dorycnium broussonetü. 67 Fig. 36. Euphorbia atropurpúrea. Fig. 37. Euphorbia balsamifera. Fig. 38. Cneorum pulverulentum. Fig. 39. Rhamnus integrifolia 69 Fig. 40. Rhamnus crenulata. Fig. 41. Hypericum coadunatum 70 Fig. 43. Hypericum grandifolium Fig. 42. Hypericum glandulosum. Fig. 47. Cistus osbeckifolius. Fig. 44. Hypericum reflexum 72 Fig. 46. Viola cheiranthifolia, Fig. 45. Visnea mocanera. 73 Fig. 48. Bryonia verrucosa. 74 Fig. 49. Hederá canariensis. 75 Fig. 51. Pimpinella junionae. 76 Fig. 53. Cryptotaenia elegans Fig. 54. Bupleurum salicifolium. 78 Fig. 55. Arbutus canariensis. Fig. 56. Erica scoparia. 79 Fig. 57. Limonium imbricatum. Fig. 59. Pleiomeris canariensis. Fig. 60. Sideroxylon marmulano Fig- 61. Picconia excelsa. 82 Fig. 62. Ixanthus viscosus Fig. 64. Ceropegia dichotoma. Fig. 63. Periploca laevigata 83 Fig. 65. Plocama péndula. oo ( N to •— C - D ca d 0- o " a h4ttH C < i < a N h4ttH 3 m E o Q 84 Fig. 68. Echium bonnetii 85 Fig. 69. Echium handiense Fig. 70. Echium sventenii. 86 Fig. 71. Messerschmidia fruticosa. 87 Fig. 72. Messerschmldia angustifolia. Fig. 73. Teucrium heterophyllum Fig. 75. Micromeria helianthimifolia. Fig. 76. Micromeria julianoides. 89 Fig. 77. Salvia broussonetii. 90 Fig. 79. Sideritis nervosa Fig. 78. Sideritis cystosiphon. 91 Fig. 81. Bystropogon canariense. Fig. 80. Sideritis lotsyi. 92 Fig. 83. Scrophularia glabrata. Fig. 82. Lavandula pinnata 93 Fig. 84. Globularia salicina. 94 Fig. 86. Plantago webbii. Fig. 87. Sambucus palmensis 95 Fig. 89. Allagopappus dichotomus Fig. 88. Pterocephalus lasiospcrmu 96 Fig. 90. Helichrysum gossypium. 97 Fig. 92. Schizogyne sericea Fig. 93. Lugoa revoluta. Fig. 94. Gonospermum gomeraeum. Fig. 95. Argyranthemum frutesccns. 99 Fjg. 96. Argyranthemum gracile. Fig. 97. Tanacetum ptarmaciflorum. 100 Fig. 99. Senecio appendiculatus. Fig. 98. Senecio cruentus. Fig. 101. Carlina xeranthemoides. 102 Fig. 103. Atractylis preauxiana. 103 104 Fig. 106. Tolpis crassiuscula. Fig. 107. Sonchus capillaris 105 Fig. 108. Sonchus fauces- orci. 106 Fig. 109. Reichardia famarae Fig. 110. Asparagus arborescens. 107 Fig. 111. Pancratium canariense. Fig. 112. Tamus edulis. 108 Fig. 113. Luzula canariensis Fig. 114. Dactylis smithii. 109 Fig. 116. Dracunculus canariensis. Fig. 115. Brachypodium arbuscula. 110 Fig. 117. Gennaria diphylla. Fig. 118. Habenaria tridactylites 111 Laminas en Color Vistas Generales r ( O o ñ ' C E s XVIII. Las Cañadas del Teidc, Tenerife. Zona subalpina dominada por el pico Teide: 3718 m. Las pendientes de lava y piedra pomex sostienen una rica flora endcniica. £ 3 ü O 1 ^ • O .1 • co " 5 I G -^ r ' > . tr^ t ^ ?* » •-,•:. ^_ v--^-*- 3 o Tí Ii « i. -*.- X XIX. Las Cañadas del Teide, Tenerife. Nieve de invierno medio. ^ . ' Bosque de coniferas en las montañas altas de Tenerife bajo nieve invernal. Fuente de Joco 1800 m. . o m U O a. o fO N ID . y OÍ b oí o m o XXÍ Pinar de Tamadaba, Gran Canaria. Pinus canariensis, bosque sobre la zona montañosa de la isla en la región de Roque Nublo. XXII. Pinar en la montaña alta, abajo de ' El Sombrcrito' en la lado sur de Tenerife en la parte alta del pueblo de Vilaflor. XXIII. La zona montañosa de Gran Canaria en el área flor isticamente rica de Caldera de Tirajana abajo del Paso de la Plata. XXV. Barranco del Rio, La Palma. Camino que atraviesa un bosque de laureles en el lado orienta] de la isla. XXIV. Sierra de Anaga, Tenerife. Cima de la montaña que contiene bosque de laureles a lo largo de sus crestas. XXVI. La Fortaleza de Chipude, Gomera. Una meseta con una rica Hora de acantilados domina el pueblecito de Chipude. XXVII. Montanas de Teño al extremo occidental de Tenerife. Masca, un pequeño caserío situado entre ios acantilados con una gran cantidad de plantas endémicas. i o TU re N ID _ . _ | - | ^ ro . V ^ * ^ ^ » * • ^ L . » -> S a ^ ...,,^'-> í ^ L , n ^ i> ^ . ^ ? SSWK5,__-^-.- Hi'rv-' : . « > ' ^ * - ' . - • ' ' ^ V & ^ ^ * i . J J , " ' _ n b > h -^^. r^ - ' - *! '-.. a JíV~ .!-! tí *^ ft^' í; • V -' • • ! ' = " ^' í- ^ ^ ^ ^ ^ - ' ^ UTv" • ¿ ^ , 1 L , 4 . i^ iíor-^' : > % : ^ ' ^ . " í,! ' i S ' ' r tr- P V V ^ * > rf " i ;-- r'- ^ ^ ' IÍ-" ? ^ ! N ^^ • CNSI . ^ - -**' ¿ ^^ ^- ^:^ 3 ¿ :^ Sg . < " > 2^^ f. A.' ^ J í* . Yíffl N^.- N > * • '> 3 fc i. t'-: M '.^* 5?. r í ? 3 5 i . w •••' ' v'-' á • - ^ - - ^ Vv ^ %• • C i N v ** i^: \ • v- í' - IWVí » '. i * " ' » - ;- K ÍS Í - " » • • %, L ^ i. iWvák. í.^ 1 > < > . ••^ t. • c ^ *• * J A' ' < • : '• m k ÍÁ - , •• W^ T J ^ ^" . ^ ' •^^. ' ^ • v^^.^ XXVIII. Vegetación costera en Punta de Teño, Tenerife. XXIX. Vegetación de acantilado de Roque Cano en Vallehermoso, Gomera. El acantilado contiene variedad de especies tales como Sonchus ortunoi y Aeonium viscatum. XXX. Montañas de Teño, Tenerife. Vegetación de acantilados en Roque del Fraile en la costa norte. Ceropegia dichotoma y Euphorbia aphylla se combinan con especies como Aeonium tabuliforme para hacer del área una de las mas interesantes para los aficionados a las plantas suculentas. XXXT. Costa sur de Tenerife vista desde Montaña Roja hacia El Medaño. XXXH. Pendientes costeras compuestas de lavas recientes en El Golfo, Hierro. Las pendientes abruptas y rocosas están cuviertas con Cneorum pulverulatum. XXXTTI. Fuerteventura, llanuras secas de la región central cerca a Pajara. XXXIV. Playas arenosas en la costa occidental de Lanzarote en la región aledaña al occidente del maciso Famara. Laminas en Color Especies Endémicas O O to •— C - D 4 4ttt d 0- o " a h4ttH c ' O N h4ttH 3 m E o Q *^ » f> M % / * / < f íV #' f » / ^ f . • K 119. Davallia canarieiisis. 120. Adiantum reniforme, 121. Cheilanthes maderensis. 122. Pinus canariensis ( female) O O ñ ' C E 3 123. Pinus canariensis ( male). £ 3 ü O O Q. ( D • O I • co " 5 I b a i 124. Juaipcrus cedrus, 125. Juiíipcrus phoenicea 127. Rumex lunaria. Á-'^ iA ¡ Sí. « M'> tCu:. 128. Polycarpaea smithii. 129. Polycarpaea latifoüa. 131. Dícheranthus plocamoides. 130. Gymnocarpos salsoloides. ü O O Q. ( D • O I • co " 5 I b S % O O • o a 132, Apollonias barbusana. 133. Crambe laevigata. 134. Crambe sventenii. 135. Descurainia bourgacana. 136. Parolinia intermedia. Sv \ 137. Cheiranthus scoparius. 138. Cheiranthus scoparius var. cinereus. 3 D. O o. « • o I • co " 5 I b 139. Cheiranthus virescens. 140. Reseda crystallina. 141. Monanthes niphophila. 142. Monanthes pracgeri 143. Monanthes polyphylla. O O > m CL O CL fO TU fO N ID ^ 9 Q 3 o c E o D ( ü) 144. Aichryson parlatorei 145- Aichryson bollei. 146. Aichryson palmense. 147. Aeonium cuneatum. £ 3 ü O 148. Aeonium subplanum 149- Aeonium undulatum- 150. Aeonium holochrysum. 151. Aconium tabuliforme 152. Aeonium manriqueorum I. M. II ,. .. V 153. Aconium sedifolium. ^' -•- — . ^ „ . --^ r^' ' - v - V --^•" 154. Aeonium urbicum ^ . •:^ m'^::- z: Sc^^ 155. Aeonium lancerottcnse, ooa . o Q. ( D • O I • co " 5 I b 156. Aeonium valverdense. 157. Aeonium spathulatum. 158. Aeonium simsii. 159. Aeonium nobile. 160. Aeonium smithii. 161, Greenovia áurea J ^ - v — - — T-. ' ^ v "- x ^ í m 162. Dendriopoteriuní menendezii. 163, Marcetella moquiniana. ü o O Q. ( D • O I • co " 5 I b 164, Adenocarpus viscosus. 165, Adenocarpus foliolosus 166. Adenocarpus foliolosus. 168. Teiine canariensis. . / 167. Teiine linifolia. 169. Teiine microphylla 170. Chamaecytisus prolifcrus. í' T-^ 171. Spartocytisus filipes £ 3 ü O O Q. ( D • O I • co " 5 I b 172. Spartocytisus supranubius. 173. Retama monosperma. 174. Ononis angustissimus. 175. Lotus spartioides. 176. Lotus dumetorum 177. Lotus hillebrandii. 178. Lotus maculatus. 179. Geranium canariense. 180. Euphorbia canariensis. 18], Euphorbia canariensis 183. Euphorbia paralias. 182. Euphorbia handieasis. 185. Euphorbia aphylla. 184- Euphorbia balsamifera. 186. Euphorbia oblusifolia, m ü ü O Q. ( D • O « s 187. Euphorbia regis- jubae. 188. Euphorbia bourgaeana. 189. Euphorbia mellifera 190. Euphorbia bravoana. 191. Cneorum pulverulentum. 192. Ruta pinnata. 193. Ruta oreojasmc 194. Ilex caaaricnsis m o o a. o Q. • O « s 195. Maytenus canariensis 196. Lavatera phoenicea. 197. Lavatera acerifolia. 198. Hypericum canariense. O O > m CL O CL fO TU fO N ID ^ 9 Q 3 O c E o D ( ü) 199. Hypericum glandulostim. 200A- Cistus symphytfolius. 202. Astydamia latifolia. 203. Erica arbórea. 204. Limonium spectabile 205. Limonium fruticans 208. Limonium arborescens. 207. Limonium bourgaei. 206. Limonium rumicifolium. 209. Limonium pectinatum, £ 3 ü O O Q. ( D • O « s J ^ 1 210. Ceropegia fusca. 211. Ceropegia dichotoma. 212. Ceropegía hians 213. CaralJuma burchardii. 214. Caralluma burchardii 215. Plocama péndula 217. Convolvulus floridus. £ 3 ü O O Q. ( D • O « s 216. Rubia fruticosa. 218. Convolvulus fruticulosus. 219. Convolvulus glandulosus. 220. Convolvulus caput- medusae. eoos iS " i > ' c . o m ü ü CL o fD TJ fO N lo ID OÍ b 117 O c E o • o " 55 D 22L Convolvulus scoparius 222. Echium giganteum. 223. Echium brevirame 224. Echium acuieatum. £ 3 ü O 225- Echium hiérrense. 226. Echium strictum l^ iS^ Í^;: 227. Echium wildpretii. 228. Echium simplex 229. Echium pininana 230. Echium onosmifoiium, 231. Echium onosmifohum. 232. Echium auberianum. 235. Echium webbii. £ 3 ü O O Q. ( D • O I • co " 5 I b 233. Echium leucophacum 234- Echium decaisnei. 236. Myosotis latifolia. 237. Teucrium heterophyllum. eoos iS " i > . c S O m ü ü CL o fD TJ fO N lo ID OÍ b 117 O? O C E o • o " 55 D 238. Thymus origanoides. 239. Salvia canariensis- 240. Nepeta teydca. 242. Bysíropogon plumosus- 243, Lavaiidula minutiolii 3 o O Q. ( D • O I ; £> • co " 5 I O) b w s ou • o a 241. Cedronella canariensis. 244. Sideritis macrostachys. 247. Sideritis dendrochahorra. 246. Sideritis cystosiphon 245. Sideritis infernalis 249. Sideritis dasygaaphala. ^ ' ^ M t ^ ; 248, Sideritis argosphacclus. 252, Sideritis nutans. Ü O Q. • o ñ S> oc " 5 I 251. Sideritis gomeraea. 250. Sideritis candicans. I . / . • ^ . . , % • é:. I 4 r ^ I \ • í jT ^ t. - « • # - ^ 253. Micromeria pineolens 254. Micromeria varia. eoos iS " i > ' c . o m ü ü CL o fD TJ fO N lo ID OÍ b 117 O? O c E o • o " 55 D 255. Micromeria herphyllimorpha- 256. Withania aristata 257. Solanum lidii. 259. Isoplexis isabelliana o o a. o N b o o? o E O • o " 55 D @ 258- Solanum vespertilio. 260, Isoplexis canariensis. í I I K í 269. Globularia ascaaii. 270A. Plantago famarae í 270. Plantago asphodcloides. 271. Viburnum rigidum. f 7^. m^^ Ps^. 272. Pterocephalus dumetorum, 273. Canarina canariensís. o o a. ! o N Q O 4—• O? O C E o • o " 55 D @ 274. Asteriscus sericeus. ^ , ^^ ' \ , > : > 275. Asteriscus stenophyllus. 276. Helichrysum monogynum 277. Vieraea laevigata. 278. Gonospermum canariense. 279. Argyranthemum gracile. 281. Argyranthemum foeniculaceum, 280. Argyranthemum broussonetii 282. Argyranthemum haouarytheum, 283. Argyranthemum escarrei. 284. Argyranthemum teneriffae. 285. Argyranthemum ochroleucum. 286. Argyranthemum lidii. 287. Argyranthemuní winteri. 289. Argyranthemum frutescens ( Gomera). 288. Argyranthemum frutescens ( Tenerife), • ^ ^ < i^ f í K. 290. Tanacetum ptarmaciflorum. 291. Tanacetum ferulaceum 292. Senecio papyraceus, 293. Senecio murrayi - " K 294. Senecio webbii 295. Senecio heritieri. o o iS > ' c O) O U O CL O Q_ N " fD N O 2 O? O c E o • o " 55 D @ 296, Senecio kleinia. 297. Centaurea junoniana, 298. Centaurea arbutifolia. 299. Sonchus palmensis. 300. Sonchus arboreus. 301. Sonchus leptocephalus. 305. Sonchus acaulis. 302. Sonchus canariensis. 303, Sonchus bornmuelleri. u o CL O Q_ N " fD N b • J 304. Sonchus congestus. ¡ i 306. Sonchus platylepis 307- Sonchus ortunoi. 308. Sonchus brachylobus. o o CL O Q_ N " fD N 309. Sonchus brachylobus var. canariae. 310. Sonchus tuberifer. 311. Soachus hierrcnsis. 313. Sonchus tectifolius. 312. Sonchus radicatus. 314. Tolpis laciniata. 315. Prenanthes péndula. 316. Pulicaria canariensis. ^ ^ O O CN ' C E s 317. Sventenia bulpleuroides. 318. Launaea arborescens. £ 3 ü O O o. ta • o I • co " 5 I o: b 3 o Tí 319. Andryala chciraníhifolia. 320. Phoenix canariensis. 321. Phoenix canariensis. O O > ' c S O m U aO. o N lo rO .{^ 15 *^ OÍ b o o? o c E o • o " 55 a ( üi 322. Dracaena draco. 323. Asparagus pastorianus. 325. Mélica teneriíTae. 324. Semele androgyna var. gayae. Parte Descriptiva Clave de Familias Como utilizar las claves de las plantas descritas en el presente libro. Las claves que se proponen en la siguiente sección sirven para la identificación rápida de las diferentes especies de plantas. Cada clave se compone de parejas de grupos de caracteres opuestos. La primera de cada pareja de grupos de caracteres está precedida por un número 1, 2, 3, 4 etc., y el segundo grupo de caracteres opuestos lleva el mismo número que el primero. Cada especie debe examinarse y compararse con los grupos de caracteres que empiezan por 1 para ver cual le corresponde mejor; por ejemplo si 1 dice arboles o arbustos con conos y el ejemplar es leñoso con conos entonces el usuario pasa al 2, por ejemplo Hojas opuestas o la segunda Hojas alternas, y así sucesivamente. Si la planta no tiene la estructura descrita en la primera dicotomía de 1 entonces el usuario debe buscar la segunda dicotomía de 1 que puede estar en la misma página, o hasta varias páginas más adelante. Entonces el usuario continúa como anteriormente, comparando la planta con los grupos siguientes de caracteres, hasta que por un proceso de eliminación se llega a la familia ( por ejemplo Scrophula-riaceaeX género ( por ejemplo Scrophularia) y por último a la especie ( por ejemplo Scrophularia arguta). Entonces se puede confirmar la identificación por medio de la información que se facilita para su descripción y distribución, en muchos casos junto con las ilustraciones. Los números a continuación de algunas descripciones de especies se refieren a la ilustración ( o ilustraciones) numerada de dicha especie. 1. Arboles y arbustos con conos, semillas no incluidas en un ovario. 2. Hojas opuestas o verticiladas, escuamiformes o aciculares, conos más o menos globosos, carnosos . . Cupressaceae 2. Hojas alternas o fasciculadas sobre renuevos cortos, conos femeninos con escamas gruesas y leñosas .. Pinaceae 113 I. Arboles, arbustos o hierbas con flores compuestas de de perianto, estambres y ovario, semillas incluidas en en un ovario. 3. Hojas generalmente con nervios paralelos, número de partes de la flor generalmente tres ( Pag. 228) .. .. Monocotilcdoneas 3. Hojas generalmente con nervios en forma de red, partes de la flor generalmente 4 o 5, o algún múltiplo de 4 ó 5, ó un número elevado indelinido . . . . .. ( Dicotiledóneas) 4. Perianto de 2 verticilos deflnidos ( pétalos y sépalos). 5. Petalos libres. 6. Ovario supero. 7. Carpelos libres. 8. Estambres numerosos, por lo menos 3 veces más que pétalos. 9. Arbustos o plantas trepadoras de tallos espinosos Rosaccae 9. Hierbas de tallos pubescentes Ranunculaceae 8. Estambres en doble cantidad que pétalos ó menos Crassulaccae 7. Carpelos y estilos unidos u ovario unicárpico. 10. Flores regulares. 1 1. Estambres más del doble que pétalos, o estambres y pétalos numerosos. 12. Estambres todos unidos por abajo formando un tubo alrededor del estilo . . . . . . . . . . Malvaceae 12. Estambres libres o en haces. 13. Carpelo 1, árboles o arbustos con flores blancas . . Rosaceae 13. Carpelos 2 o más, o si 1 entonces plantas no leñosas. 14. Estilos varios, libres o unidos solamente por la base, estambres unidos por abajo en haces. 15. Hojas opuestas, hierbas o arbustos .. .. Guttiferae 15. Hojas alternas, árboles Temstroemiaceae 14. Estilo I, estigma sencillo, estambres libres .. .. Cistaceae II. Estambres en doble cantidad que pétalos o menos. 16. Arboles o arbustos. 17. Hojas pequeñas escuamiformes, flores numerosas en espigas densas Tamaricaceac 17. Hojas no escuamiformes, no particularmente pequeñas. 18. Semillas con un arilo de pelusa blanca .. .. Cclastraccae 18. Semillas sin arilo. 19. Hojas con estípulas envainadoras tubulares ( ochrae) Polygonaceae 19. Hojas sin estípulas envainadoras tubulares. 20. Fruto una silicua o silicula Cruciferae 20. Fruto una cápsula o baya. 21. Hojas moteadas con glándulas translúcidas .. Rutaccac 21. Hojas no moteadas con glándulas. 22. Arbustos con hojas amarillas dándose sobre los peciolos Cneoraceae 22. Arboles o arbustos con flores pequeñas y disimuladas, en cimas, no sujetas a los peciolos Rhamnaceae 16. Hierbas. 23. Hojas compuestas o lobuladas. 114 24. Hojas suculentas Zygophyllaceae 24. Hojas no suculentas .. Gcraniaccae 23. Hojas enteras. 25. Estípulas presentes. 26. Hojas opuestas, estípulas pequeñas, escariosas . . Caryophyllaceae 26. Hojas alternas, estípulas tubulares envainadoras . . Polygoiiaccae 25. Estípulas ausentes. 27. Hojas opuestas, fruto una capsula. 2X. Estilo 1 Frankcniaceae 28. Estilos 2- 5 Caryophyllaceae 27. Hojas dispuestas en espiral, fruto una silícula . . Crucil'erae 10. Elores zigomorfas. 29. Flores sacciformes o espolonadas por la base. 30. Hojas muy divididas, estambres 2 Papaveraceae 30. Hojas enteras, estambres 5 Violaccae 29. Flores no sacciformes o espolonadas. 31. Petalos enteros, estambres 10, unidos formando un tubo o todos unidos menos 1 Lcguniinosae 31. Pétalos fimbriados o lobulados, estambres libres .. Resedaccac 6. Ovario Infero o parcialmente infero. 32. Trepadoras leñosas, fruto una drupa o baya carnosa Araliaceae 32. Hierbas o arbustos pequeños, fruto compuesto por dos carpelos secos indehiscentes, generalmente separándose al madurar Umbclliforae 5. Pétalos unidos al menos por la base. 33. Ovario supero. 34. Estambres unidos formando un tubo, flores con un pétalo superior grande Lcguniinosae 34. Estambres no unidos formando un tubo, flores no con un pétalo superior grande. 35. Estambres doble cantidad que lóbulos de la corola. 36. Arbustos, hojas no pcltadas, carpelos unidos .. Ericaccae 36. Hierbas suculentas, hojas peltadas, carpelos libres ( IJmbilieus) 35. Estambres igual cantidad o menos que lóbulos de la corola. 37. Ovario con 4 lóbulos profundos, con 1 óvulo en cada lóculo. 38. Hojas alternas Boraginaccac 38. Hojas opuestas Labiatae 37. Ovario no con 4 lóbulos profundos. 39. Flores zigomorfas. 40. Flores en capítulos densos, rodeadas por un involucro Globulariaceae 40. Flores no en capítulos densos, sin involucro 41. Fruto un par de folículos largos, semiolas con un vilano largo Asclcpiadaceac 41. Frutos no en folículos largos, semillas nunca con vilano. 42. Estambres 4 o 2. 43. Fruto una cápsula explosiva, inllorescencias a. xilares Acanthaccac 43. Fruto una cápsula dehiscente, inllorescencias 115 generalmente terminales, o si son axilares, entonces con más de 2 estambres .. .. Serophulariaceac 42. Estambres 5, flores solo ligeramente zigo-morfas .. .. .. Solanaccae 39. Flores regulares. 44. Arboles con frutos drupáceos o pequeños parecidos a bayas. 45. Jugo lechoso .. Sapotaccac 45. Jugo no lechoso. 46. Estambres menor cantidad que lóbulos de la corola Oleaccae 46. Estambres igual cantidad que lóbulos de la corola. 47. Frutos rojos, estambres alternos con los lóbulos de la corola, hojas generalmente con bordes o puntas espinosos .. .. Aquifoliaceae 47. Frutos parduzcos, estambres opuestos a los lóbulos de la corola, bordes de las hojas espinosos .. Myrsinaceae 44. Arbustos o hierbas, frutos generalmente capsulares o parecidos a bayas. 48. Estambres menor cantidad que lóbulos de la corola. 49. Fruto una cápsula . . Scrophulariaceae 49. Fruto una baya o drupa pequeña parecida a una baya Oltaceae 48. Estambres igual cantidad que lóbulos de la corola. 50. Cáliz grande, vivamente coloreado, estambres opuestos a los lóbulos de la corola . . Plumbaginaceae 50. Cáliz no grande o vivamente coloreado, estambres alternos con lóbulos de la corola. 51. Hojas opuestas Gentianaceae 51. Hojas alternas o radicales. 52. Pétalos, sépalos y estambres 4, flores en densos capítulos ovalados o en espigas largas y densas Plantaginaceae 52. Pétalos, sépalos y estambres generalmente 5, flores generalmente en cimas laxas, racimos o panículas. 53. Fruto una cápsula Convolvulaceae 53. Fruto una baya Solanaccae 33. Ovario infero. 54. Flores en capítulos rodeados por un involucro. 55. Anteras fusionadas formando un tubo alrededor del estilo .. .. .. .. Composifae 55. Anteras libres .. Dipsacaccae 54. Flores no en capítulos con un involucro. 56. Hojas en verticilos de 4 o más, flores regulares, pétalos 4 Rubiaccae 56. Hojas no en verticilos, flores zigomorfas, o si son regulares, entonces pétalos 5, 116 57, Hierbas trepadoras con zarcillos .. .. .. Cucurbitaccae 57. Arbustos o hierbas, zarcillos ausentes. 58. Arbustos, irinorescencias de muchas llores . . Caprifoliaceac 58. Hierbas, inllorescericias de pocas flores . . Campaniilaceae 4. Segmentos [ X'riánticos todos petaloidcs, lodos sepaloides o ausentes. 59. Segmentos periánticos todos petaloides. 60. lístipulas envainadoras eseariosas Polygonaceac 60. Estípulas envainadoras no eseariosas, a menudo ausentes. 61. Hojas en verticilos de 4 ó más Rubiactae 61. Hojas no verticiladas. 62. Flores en capítulos rodeadas por un involucro. 6.'!. l- stambres libres, llores hermafroditas Dipsacactae 6.^. Anteras fusionadas formando un tubo alrededor del estilo, llores hermafroditas o unisexuales . . Compositae (•>!. Flores no en capítulos densos aunque generalmente en umbelas " Umbcllifcrac 59. Segmentos periánticos sepaloides o ausentes. 64. Arboles o arbustos. 65. Por lo menos las llores masculinas en amentos. 66. Fruto una cápsula vivalva . . . . Salicaccae 66. Fruto una drupa, sámara, baya o nuez pequeña pero no capsular. 67. Hojas enteras, fruto una drupa algo carnosa . . Myricaceac 67. Hojas pinnatilobadas, fruto una baya, sámara o nuez pequeña . . . . . . . . Rosaccae 65. Flores no en amentos. 68. Ovario infero . . . . . . . . . . . . Santalaccae 68. Ovario supero. 69. Plantas con látex lechoso, cápsulas trilobadas . . Kuphorbiaceae 69. Plantas sin látex lechoso, fruto no una cápsula trilobada. 70. Arboles o arbustos robustos. 71. Ovario bi o tetralocular, fruto una drupa .. Rhamnaceac 71. Ovario uniloeular, fruto una baya elipsoide Lauraccac 70. Arbustos, fruto seco o una baya muy pequeña. 72. Segmentos periánticos ampliándose al fructificar, hojas carnosas Chcnopodiaccae 72. Segmentos periánticos no ampliándose al fruc-tilicar, hojas no carnosas. 7. f. Flores hermafroditas, fruto una baya pequeña ( lloxia) .... Amarantliaccae 7.'!. l'lores unisexuales, fruto un aquenio y pequeño L'rticaccac M. Hierbas. 74. Hojas opuestas. 75. Fruto una cápsula Caryophy |
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