Décadas
Ediciones D O X A
Ediciones D O X A
© Del documento, los autores. Juan José Jiménez Vega, 1993.
C de la introducci6n, Jesús Páez Martín, 1993.
EDICIÓN AL CARGO DE: Jorge L. Miranda González.
t:DITA: Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Agaete
&
Asociaci6n Cultural Antigafu
IMPRIME: Fotocopias GAZTEIZ.
Tomás Morales, 16.
35002-LAS PALMAS
MARCA FOTOCOPIADORA: HCS INFOTEC
MODELO: 9150-DZ
N9 DE SERIE: 3510420031.
Dep6$ilo Legal:G.C.329 -1993.
fal9 libro se terminó de imprimir el 29 de Julio de 1993.
INDICE
Prólogo a cargo de D. Jesús Páez Martín ............ 7
Décadas, de José Juan Jiménez Vega .............. 17
De los Sesenta ........................... 19
De los Setenta .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . . . . 26
De los Ochenta . . .. . .. .. .. .. .. .. .. .. . . . . . . 29
De los Noventa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
PROLOGO
Es siempre una gran satisfacción descubrir un poeta. Supone
una emoción muy particular para quien esto escribe contribuir a sacar
de un estado de mudez y arrancar hacia la luz los versos de un
verdadero escritor que, hasta el momento, ha elaborado su obra en la
íntima &oledad. $Ín la vanidad de querer ser leído. Un hombre que
practica la poesía como desahogo auténtico, como alivio de sus
estrecheces emocionales. Es el lírico más genuino -de Garcilaso a
Mallarmé- , el poeta que convierte su verso en "palabra en soledad"
precisamente para luchar contra ella, el escritor que pasea su máscara
de hombre convencional pero que vierte toda su profunda hombredad,
su · alma no convencional en poemas pletóricos de sinceridad. Su
escritura lírica es, pues, una catarsis, un desahogo aliviador y una
explosión psicológica liberadora.
A esta pléyade pertenece José Juan Jiménez Vega, en quien
concurre también la circunstancia de ser uno de esos poetas
profeso res, poetas historiadores, a quien tenemos la fortuna de
rescatar hoy, y a quien pido y reclamo y exijo desde aquí que no nos
prive de su labor poética, tan necesitada de voces como la suya en
estos malos tiempos para la lírica.
José Juan Jiménez Vega, hombre de inquietudes, cuenta con
una prehistoria literaria: se dio a conocer en Jos años de Ja prodigiosa
década de los sesenta en el ambiente cultural que despuntó en la
Universidad de La Laguna, en tomo al Colegio Mayor San Femando.
Sus primeros escritos en letra de molde son, sin embargo, prosas que
suponen breves visiones existencialistas y criticas como puede
desprenderse de sus propios títulos: ·Apuntes de una jornada·
(publicado en Nosotros Revista universitaria, N2 4, La Laguna, Marzo de
1964) e ·insulsa balada de sudor· (El Día, Santa Cruz de Tenerife, 20
de Octubre de 1968). A partir del año 1969 asoma con cierta
frecuencia en las inestimables páginas de "Tagoror literario·,
Suplemento cultural del periódico tinerfeño El Día, que regentaba Juan
Cruz Ruiz, ahora ya colaborando como poeta de una generación lírica
que reunía los nombres de Alfonso O'Shanahan, Mariano Vega, Juan
Cruz Ruiz o Femando O. Delgado. Hasta el año 1969 pueden rastrearse
en letra impresa una gavilla de composiciones que, leídas hoy, se
comprueba cómo aquellos jóvenes escritores entonces supieron
acrisolar diferentes registros líricos ·que significaban la actualización de
los paradigmas que suponían toda la poesía anterior, del
existencialismo al surrealismo, pasando por el compromiso y el
testimonio.
José Juan Jiménez, convertido por vocación y estudios en
historiador, es también hombre de teatro, director desde hace muchos
7
años del Aula de Teatro del Instituto de Bachillerato "Tomás Morales·,
donde ejerce su docencia durante "décadas·.
El poeta de sus inicios, a nuestro requerimiento, resucita ahora
sus versos, rescatados de publicaciones periódicas en los años
definidores de su generación y espigados de entre los que a lo largo
del tiempo -esas "décadas·- ha elaborado para sí, en soledad
meditativa.
No puedo más que insistir desde este comienzo, antes de
enfrentamos con la lectura de su palabra poética, en la satisfacción
que debe producir la exhumación de todos esos versos inéditos,
inmersos en una especie de estado de mudez que debe arrancar de
ella para convertirse en mensaje y ejemplo. No debe olvidarse nunca
que la única característica que no conviene a un poeta es la del
silencio. El poeta puede ser absolutamente todo, excepto mudo. Por
ello están aquí, impresos ya, los sentimientos, las reflexiones, las
emociones, las sugestiones personales de José Juan Jiménez Vega a lo
largo de estas Décadas.
Frente a Décadas estamos ante una "plaquette" en la que se han
seleccionado veinte poemas sin unidad interna que se articulan por las
fechas de su composición en las cuatro que conforman los periodos de
juventud y madurez del autor.
El simple pero certero título remite, en su inmediata sencillez, en
su plural sustantivo sin acompañamiento de adjetivos determinantes o
calificadores, a la temporalidad que recorre medularmente todo el
poemario. Diferentes formas de temporalidad, por otra parte, que van
generando reflexiones o vivencias: de Ja añoranza a la desesperanza,
del recuerdo a la visión, de la palabra al silencio.
A pesar de su aparente dispersión, estamos ante un logrado
conjunto de poemas donde se muestra relevantemente "lo poético" en
el sentido que lo define Carlos Bousoño cuando dice que ello es "la
comunicación, con nuevas palabras, de un contenido psíquico
(sensóreo, afectivo, conceptual) conocido por el espíritu como
formando un todo, una síntesis".
La mayoría de los versos que lo conforman se construyen dentro
de un esquema emotivo tradicional, efectivo, sentido y refrenado, en el
que el autor comunica directamente sus interioridades como en una
sencilla confesión en voz alta, pero pausada y sin estridencias tonales.
Porque la poesía, entre tantas funciones como comporta, también
puede significar un canal por medio del que el hombre manifiesta sus
íntimos conocimientos, sus esfuerzos interiores para extender el
horizonte de su conciencia, podemos decir que la escritura de Jiménez
Vega se presenta a nuestros ojos como un monólogo íntimo, lírico,
respuesta cabal a las experiencias reflexivas frente a su realidad
8
cotidiana, tanto hacia el mundo exterior como al interior, sin,
aparentemente, querer llegar a trascendencias:
Devuelvo al aire
las palabras muertas
dentro de mí.
Con ello se convierte el poemario asimismo en un conjunto de
sutiles impresiones y visiones de la realidad radiografiada, visionada
desde el intimismo esencial. Ello se delata desde la primera
composición, donde se desvela desde un símbolo sustentado en un
contenido inmediatamente real -el viento que golpea "el vidrio mártir"
de una ventana- la correspondiente realidad poética oculta, tal como es
propio del oficio de buen poeta, captador de sensaciones y de
iluminaciones que rebasen la denotación explícita en busca de otra
realidad más flexible, más lúdica y visionaria y, en consecuencia, más
real y eficazmente bella, porque como declaraba Charles Baudelaire, la
poesía es lo más real, aunque no tenga realidad más que en otro
mundo. Por ello ese símbolo cotidiano se convierte en "hálito de la
noche adolescente", y el poeta, más allá del normal ser humano,
acrecienta su visión del mundo por medio de otras vías a través de las
cuales logra la experiencia de lo nuevo, captándolo y expresándolo
aún con el lenguaje insuficiente.
Partiendo de estos iniciales presupuestos, no es la de Jiménez
una poesía grandilocuente, retoricista ni ambiciosa de lenguaje, sino
que su principal objetivo se centra en elaborar contenido lírico con una
pasmosa sinceridad, cierto prurito intelectual, y una expresión que
busca conscientemente limpidez y precisión, resuelta en general a
partir de un versolibrismo condensado y desnudo que produce a
menuda una p0esía "seca, precisa. rápida. sin tejido conjuntivo,
caliente", como quería Don Miguel de Unamuno, cuando contraponía
su ideal lingüístico al de los "sastres de la literatura. los estilistas
que jamás llegan a desnudarla".
De manera que en la mayor parte de las composiciones, el yo
poético se nos muestra un yo agonista en confesión íntima, en
rememoración de una vida . interior que ha fraguado una personalidad
forjada en la dialéctica del sueño que tropieza con la realidad feroz de
la rutina, de la monotonía, de lo amargo y el triunfo de lo mediocre, tal
como se desprende de estos fragmentos del poema "De esa
manera •• .", variante del tema baudelaireano y clásico del "Semper
eadem", donde se plantea ese sentimiento de monotonía acendrada,
amarga y serenamente asumida que, paradójicamente, desestabiliza,
utilizando el motivo del 'paso':
9
Es así,
más o menos,
como ha venido sucediendo todo.
El paso no ha sido firme
ni por un momento.
No hay espacios ni tiempos diferentes: todo es igual y sobre el
yo poético actúan esos espacios de la misma manera, después de la
empecinada búsqueda de una identidad y de una estabilidad
congénitas, la reflexión es la siguiente:
Ue ido a buscar mis pasos a otras ciudades
conozco ya algunas, no muchas;
todas son iguales.
En todas ellas,
mis pies tiemblan sobre el asfalto.
El desenlace y la circularidad del poema no podían ser otros que
los escépticos versos con que la composición se cierra isotópicamente,
reiterando en formulación paralelística la construcción inicial con una
"variatio" en el uso de las fórmulas verbales -"como ha venido
sucediendo todo", frente a "como va a seguir sucediendo todo"que
contribuyen magníficamente a la expresión de ese sentimiento de
estado rutinario, de esa monotonía inmovilista que genera un
inveterado nihilismo vital, una conclusión reflexiva ·amarga y
contundente:
Es así,
más o menos,
como ha venido sucediendo todo.
No habrá necesidad
de llegar al final de la historia.
Amargura tenue, existencialismo agónico asumido es lo que se
desprende asimismo subyaciendo en la condensación y la depuración
del poema de revelador título -"Definición"-, que supone precisamente
un intento del poeta para buscar los límites, para definir eso que
1 ()
llamamos "vivir", enfocado poéticamente como cancm que no se
siente, como sentimiento monótono y cansado, como el paso de un
"pneuma" que sólo puede evocarse:
Es el paso del aire hacia recuerdos.
Repetición de un cansado sentimiento.
Vivir.
Es fácil observar, tras el mero análisis esquemático de un par de
poemas, que estamos ante una escritura lírica en la que el sujeto
poético se ciñe a la expresión de sus emociones concretas y
personales con una sincerísima objetividad, con una actitud
atemperadamente humana, limpia de sentimentalismos, donde domina
y predomina una acrimonia, donde se hace patente una visión
dulceamarga que genera toda una poética del desencanto ante la
existencia, ante el mundo, ante la historia. Hemos de decir, no
obstante, que el poemario no se concibe estrictamente como una
"lamentatio" dolorida, sino como una aceptación resignada de la vida
como es, planeando por sobre esa acritud una postura estoicamente
mantenida y subrayada en muchas ocasiones por el poeta. De ello
puede damos idea una hermosa composición cuyas líneas revelan ese
punto de vista escéptico y nihilista, pero ejemplar al mismo tiempo
-·Esperanza conforme" es su desvelador título- de cómo hay que
aceptar de antemano y "a priori" la vida como tránsito desde un
estoicismo de fondo, en el que se reconoce expresivamente una vena
quevedesca -repárese en las antítesis y, en general, en las imágenes
"oscuras" del poema- y unas resonancias nerudianas -"El pecho,
blanco de tanto cansarme hombre", se dice-, un estoicismo
plasmado en versos de desoladora hondura como los que
entresacamos:
Oscura casa, el corazón
soportará muerte y vida calladamente.
Y serán más los pensamientos que los sueños.
Son las anteriores unas significativas líneas de escritura que,
bajo la dialéctica reflexión-fabulación, uno de los motivos que también
recorren el poemario, traducen diáfanamente el talante de su autor, su
personalidad atemperada y en exceso madura, más proclive al
pensamiento que al sentimiento, al cerebraJismo y Ja racionalidad que
a la elucubración y la fantasía, real o emocional. Todo lo cual no
impide que el yo poético sea capaz de elaborar expresiones que
11
combinan la inmediata y amarga reflexividad con imágenes de sentidos
misteriosos y velados, como las que se adivinan en:
Después de todo,
que la muerte me mate el sentimiento
y la voz salga perdida
a encontrarse con la tarde que prometieron los péijaros.
Si analizamos la "plaquette" en su discurrir progresivo y
cronológico constatamos de manera precisa que el conjunto de
poemas que integran la década de los sesenta, aún sumidos en la
angustia existencial, entonados bajo una amarga serenidad, dejan, sin
embargo, un resquicio abierto al optimismo, una espita a las ilusiones
y los sueños, una convocatoria de lucha y de amor a la vida, resuelta
en un poema escrito desde la técnica del "vous", del apóstrofe a sí
mismo, una "Autoadvertencia" que concluye:
Ama con toda esa carga de vida
y olvida el propio yo de tu indiferencia.
Muy pronto hace su apanc1on el tema de la inexorabilidad del
tiempo y de la muerte -y se continúa con los títulos escuetos,
desnudos, véase "Cronologia" y "Solamente"-: el primero de ellos, el
eterno problema temporal en su desplegado arco, viene concebido
como temporalidad, como vehículo que le construye como hombre,
pero a la vez le arrasa y le conduce a una pérdida y desposesión que le
desasosiega en su presente, vocablo reiterado y privilegiado en dos
versos de la composición que culmina con un lamento asertivo,
cargado de serenidad:
La canción del tiempo tiembla en mis pobres
(oídos. Sin gloria.
Y me hace hombre,
mientras ella se hace vieja.
La canción se hace vieja
para que el mundo huya de mí.
Significativo es también el contenido del poema "Tiempo de
mar" que nos presenta una terrible y negativa imagen de temporalidad
con la recurrencla y progresión de los sustantivos temporales
esenciales cargada de patética expresividad:
mientras la mañana se hace doncella
r el da se encargará de violarla
para que alumbre, forzada
la tarde seca y la noche quieta-
Por su parte, el segundo tema eterno en los poetas
metafisico-reflexivos, la muerte, o "el morir" obedece al planteamiento
de la aceptación tácita y como experiencia intrínseca, como principio
más que como fin último, como acechanza permanente y como un
hecho que ni siquiera es fatal, sino indefectiblemente convencional y
cotidiano. El intenso poema que lo propone declara esa condición en
dos estrofas paralelas de construcción en que se expone con claridad
que la muerte es la pérdida fugaz de un tiempo en cualquier tiempo
(Para morir/ sólo hace falta una tarde cualquiera) y de un espacio
silente (Para morir/ sólo hace falta un sitio mudo).
Rebasada la lectura de los poemas que conforman la primera
década, notamos ya que lo fundamental en el poeta es que su mensaje
lírico no sólo comporta trasuntos de las realidades esenciales al
hombre intensamente interpretadas, sino que, trascendiendo lo tópico
y lo contiguo, es portador de unas visiones particulares que logra
expresar con una notable calidad literariamente imaginativa.
Tras estos planteamientos iniciales, la verdadera y única verdad
para el poeta es "el recuerdo" -"el don preclaro de evocar los sueños·
machadiano, escritor lírico con cuya hombredad y bergsoniana fllosofia
tiene tanto que ver Jiménez-, porque se asume que el hombre es un
"ente de pasado" -no en vano el autor es también historiador- que se
cree con el deber de recuperarlo mediante la voz, la palabra. Y
entonces se hace poeta:
Quiero recuperar la voz
para rememorar el tiempo
de cuando el aire estalló
y me cubrió la mirada
de ocres y grises hermosísimos.
13
A medida que se avanza en la lectura, van ganando terreno las
consideraciones metapoéticas y aparece, en numerosas ocasiones,
como centro del poemario la palabra. Como ya hemos alumbrado,
parece desprenderse de estos poemas de impresión eficazmente
construidos que para el sajeto lírico primero cuenta la historia, los
hechos, la vida, el tiempo; posteriormente, en una especie de negativa
anagnórisis, todo ello le conduce a la asunción conforme, a la
aceptación de que sólo le quedan los recuerdos y las palabras. Ello es
palpable en un afortunado poema, muy original en la presentación del
asunto, que inaugura el conjunto de los setenta, donde se desvela el
triunfo del significado y el significante, donde el signo se hace realidad
estética en el tiempo, a pesar del tiempo y redunda en fe, por lo que la
composición se rotula ·Juramento· y así se formula:
Era,
y es,
un tiempo de palabras,
palabra.
Sin embargo, tampoco las valoradas palabras se hacen
suficientes para sustentar una vida optimista. Por sobre cualquier
dimensión del sajeto lírico se superpone la vaciedad, la mediocridad -
"el entorno ramplonero de la vida" es expresión justa y patética de
ellas- y hasta la "muerte de las palabras". Entonces vuelven las
expresiones duras, la mirada terrible ante la vida, la amarga serenidad
que produce versos desalentadores, porque en lo esencial muerte y
vida siempre corren parejas y no las puede superar ni el recuerdo, ni la
voz, ni la palabra, ni el arte:
En el fondo,
muy en el fondo,
la nada y el aliento,
en unas nupcias sórdidas y ásperas,
se casan.
Se me casan.
Esta visión nihilista ha retomado en los poemas de Ja década de
los ochenta, donde el poeta, que persiste en acceder hacia su yo más
íntimo y se empecina en analizar reflexivamente su "ser en sí", retoma
ese acendrado escepticismo vital, total, que es capaz de dejar entrever
14en una breve y densísima composición su particular, desesperanzada e
irónica visión -y así titula el poema- de la realidad. Porque el mundo
exterior y la palabra conformadora de su mundo interior están
desemantizados. Ya sólo le queda al poeta su esencia más íntima y su
realidad más radical: el silencio. Tras la etapa de lucha, tras el ejercicio
de asumir con conformidad escéptica y nihlllsta la existencia humana,
su propia existencia humana, sólo queda para escuchar o responder
ante el mundo el silencio del hombre que lo empuja a poetizar. Por
ello hay una "Reconciliación":
Escucho el silencio,
mi silencio.
En las postrimerías del poemario, ubicados ya en la década
presente, todo . ese sentimiento de desesperanza, de amarga
decadencia, de existencial derrota, se sintetiza en la rítmica
composición titulada "Viejo vals de los instantes dispersos" y se
simboliza en la ciudad de Praga, epifonema y perfecta adición de
Belleza y morbidez, de esplendor y de ocaso, de pasado y presente, de
vida y de muerte. Léanse, si no, las recurrencias que presenta el
poema "Aquí", salpicado con los términos y los contenidos anteriores
en apretada síntesis. Pero el efecto se logra también a través de
correlatos objetivos, visiones simbólicas fundamentales para el poeta
que es dueño de trasladarlas en conceptos y palabras eternas, como
ocurre en la sentida y tierna evocación impresionista de "Las
viejecitas de Praga".
Por último, el autor vuelve a acogerse a la memoria para rendir
un homenaje, o para exorcisarse en un dilatado poema, una especie
de lírica letanía que rememora y enumera, caracterizándolos
líricamente, a las personalidades más relevantes que vieron la luz o se
dejaron atrapar por la belleza patéticamente decadente de la ciudad
más hermosa de nuestra vieja Europa, a quien se describe desde el
amor y la crítica acerba.
El final de estos veinte poemas desesperanzados no puede ser
otro que la autoconf esión en forma lúdica de lo que ha constituido en
verdad tanto el acto de creación como el acto de lectura: un
"Llanto-micción", pequeña· composición de gran impacto emotivo en
el que el yo poético tiene el valor de declarar cómo se ha volcado en
sus sentimientos, libre de falsos pudores, aliviado de la amarga carga,
y preparado -adivinamos por la estela expresiva que nos deja- para su
liberación.
JESUS PAEZ MARTIN.
15
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
Décadas
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
APARIENCIA
'Estoy oyenifo
e{ vúírio mártir áe mi
ventana.
'Y no es e{ viento,
es e{ fíá{ito áe {a noclie
alÍofe.scente.
DEFINICIÓN
Jíay una caricia perma.nente
que el pecfw no safie sentir:
'Es el paso ád ai:e fzacia recueráos.
Y(epetición áe un cansaáo sentimiento.
'Vivir.
19
20
AUTOADVEHTENCIA
'Mira que en el afma,
y tan sófo en effa,
se te cuecen fas liistorias,
que fas manos naáa sa6en, aún,
tfe[ sangrar tfe tus ojos,
aprenáienáo.
'E.scuclia fa voz tfe[ fwmfire que te tf ice: sudor
y anáa tu recorriáo con íos pasos tfel coraje,
no te queáes enretfatfo en fa tf ufce telaraña tfe fas cosas,
effas están alií., solamente, por y para ti..
.filma con totf a esa carga tf e viáa
y of viáa el propio yo tfe tu ináif erencia.
ESPERANZA CONFORME
'Espero que pase ío áe siempre.
Las mismas palá6ras
morá~rán e[ ª'Í!'e , envejeciáo.
9" e[ cuerpo será una caña vaáeante a[ cielo.
Oscura casa, e[ corazón
saportará muerte y viáa caflaáame.nte.
'Y serán más íos pensamientos que íos suetios.
<Esperar no es un áeíito,
ni una tontería,
ni una péráiáa áe tiempo.
'Por esperar,
esperaré fiasta e[ recueráo.
(La vúfa, un espacio más a[ futuro. 'Una tentación.
'El fwmfire, un recueráo áe esperanzas para fa viáa).
<Espero que pase ío áe siempre.
'El pecfw, 6fanco áe tanto cansarme fwmfire;
fas manos, quietas,
en continuo regresar.
'Y saportar afj¡o.
'B necesario.
'B para seguir oyenáo fa voz áe fas mañanas
y acurrucarme, rufiorizaáo, en íos ojos áe fa noclíe.
21
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
22
'Después áe toáo,
que fa rrw.erte me mate e[ sentimiento
y fa voz salga peráiáa
a encontrarse c.on fa taráe que prometieron íos pájaros.
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
CHONOLOGÍA
.91. paso
fa taráe se me ffeva recueráos.
'En espacios bfancos me nacen ojos liuecos .
.f4íguna vez .U'ovizna fa miraáa,
sintiénáose fría,
p~esente.
'Y suenan, siempre, conjuras aftogaáas áe silencio.
Creer en los futuros áe fas cosas senciífas,
buscarme,
como única so[uci.ón útil.
Tenerme áispuesto,
presente.
La canci.ón áe[ tiempo tiembla en mis pobres oíáos. Sin gloria.
'Y me liace ftom6re,
mientras e{fa se liace vieja.
La canción se liace vieja
para que el munáo liuga áe mí.
23
24
SOLAMENTE
Para morir
sólo fuu:e f afta una tartÍe cualquiera
y un pájaro que equivoque su canto;
áistraíáa paf iáez tÍe sol
Para morir
sólo fuu:e f afta un sitio muáo
áonáe íos ojos se encuentran
y fas voces vuefvan a sonar como af principio.
TIEMPO DE MAH
1Ía!J un tiempo que /ia6fa
en áfstancias 6fancas,
mientras el mar juega
a ser profeta
· so6re sus onáas aturáiáas.
'Tiempo áe mar
para fas cosas.
Para íos o[viáos.
:Ha.9 un tiempo que /ia6fa
en áistancias 6fancas,
!}1
mientras fa mañana se ft.ace áonce[fa
-e[ á-ía se encargará áe 'l!Íofarfa,
para que aíumfire, forzaáa,
fa taráe seca !J fa nodie quieta-,
e[ mar juega a ser profeta
repitienáo conociáas pafa6ras.
25
26
JURAMENTO
9' entonces áije:
e[ 'llafs 'Triste áe Sifieíius.
9' me fo creí.
'Era,
!! es,
un tiempo tÍe pafa6ras,
pafa6ra.
DE ESA MANERA
como fía venúfo suceáienáo toáo.
'El paso no fía súfo f inne
ni por un momento.
9le úfo a 6uscar mis pasos a otras ciuáaáes:
conozco ya algunas, no muclias;
toáas son iguales .
'En toáas effas,
mis pies tiemfjfan so6re ef asfalto.
como va a seguir suceáienáo toáo.
'J.f.9 lia6rá necesúfaá
áe Uegar al final áe fa historia.
27
28
DESEO
Q]liero recuperar fa. voz
para rememorar e{ tiempo
áe cuanáo e{ aire estaffó
g me cuÍJrió fa. miraáa
áe ocres g grises liermosísútws.
'Y áecir como entonces
que mi. veráaáera vocación
áe constructor áe contornos res6afaáizos
fiafiúi resudtaáo.
Jfe áe recuperar fa. voz
g fa. fiafi iíúíaá ma.nua{ suficiente
para volver a sa6er moáefa.r íos nomfires
que áieron, áan g áarán sentúfo a mis actos.
'Es un áeseo,
una profesión áe voluntaá
g casi un áe6er.
IGNORANCIA
9'o no líe. sa6iáo · ttiorir
cuanáo me lian muerto fas palafiras,
cuanáo, áe pura esencia vacía,
parece que el alma te esta{{a
áentro,
muyáentro,
como muere y nace el amor
en fas miraáas.
9'o no fíe safiiáo morir.
ry" alií quetfan fas estancias,
el entorno rampfonero áe la viáa
que te engaña y,
constantemente,
te [{ama.
Parece que te [{ama.
'En el f onáo,
muy en el fonáo,
la naáa y el aliento,
en unas nupcias sóráiáas y ásperas,
se casan.
Se me casan.
29
30
HE CONCILIACIÓN
'Devuelvo a[ aire
fas palá6ras muertas
áentro áe mí.
'Escucfw e[ sile.ncio,
mi sile.ncio.
VISIÓN
~ visto temfifar
fa [uz en eí asfalto.
Me fía gustaáo creer
que aún era [uz .
SUPOSICIÓN
¿y si ro6aras
a fa maárogaáa
fa supuesta veráaá áe íos momentos?
¿Si, en fas tinie6fas,
encontraras,
violento,
como una intif aáa áe estrelfas,
el aspecto ezyltante
áeí cafenáario áe fas cosas?
S . ? i t. . . .
31
32
VIEJO VALS DE LOS INFANTES DISPEHSOS
'El viejo vals suena
mientras áura [a reco6raáa ilusión
áe{ aire y áe [a {uz utópicos.
'Es como fút¡ar
a[ punto cero.
Como recoráar, áe pronto,
toáos los nombres que,
a{ conjuro,
fzan áaáo,
y áan,
efectos mágicos a los momentos.
y,
sin embargo,
áesafinan toáas fas memorias.
'En e{ espacio,
abrevian toáas fas paía6ras.
Llueve
y fiace un fuerte calor,
a{ mismo tiempo.
!f?JJmpe e[ grito.
Sólo lo oye
e[ rojo crepúsculo
áe fa semisofeáaá.
............ • .................. .
'Es como Uégar
a[ punto cero.
Sentarse a fa orilla áe fa ináefinición.
Sólo un inarmónico e inacaóaáo trino
áe pájaro áe sucio plumaje
continúa actuanáo en el fweco profunáo.
'De fa voz
y áe[ viejo anfíelo.
33
AQUÍ
'En fa ciuíÍaá
áe recónáitas confiáencias,
en e{ silencio amartilfaáo
áe mis sienes.
'Enfenna fa memoria
y viáriosa fa miraáa,
vigente e{ cá{iáo liálito
áe gente a fa que amo.
!Muerto e[ safior
con íos sinsafiores
áe fas ausencias prózynas.
2@.moroso e{ aue
y frío el corazón
ante tanta óeffeza.
(La caíle.ja me rec.ueráa fa pafaóra,
muerta en otros instantes).
'En toáa esta Praga,
peligrosa
como fa liermosura áe una mujer;
en toáos estos ojos
áonáe están escritas fas liistorias
!J fas intraliistorias,
líe veniáo a clavar,
áoforosa !/ profunáamente,
el amargo aguijón áe la áerrota.
'])e mi insípiáa y vacía áerrota.
LAS VIE.JECITAS DE PRAGA
Ligeras.
Carmesí ezyltante
so6re fonáo surcaáo áe paliáeces.
'Entre tÓrres, 111íl'rdones,
plazoletas .. .
'lócaáas con el frío áe fa mañana,
gns C0111f) sus alientos,
C0111f) sus 6oinas,
áesteñiáas y {fenas
áe neruáianas vivencias.
'En Máfa Strana
o en el negro Puente Carlos
áe fas líermosas insensateces.
'Desprecianáo y rei'llináica.náo
el ftorror a fas áecaáencias.
~resión áe unos antaños primorosos,
rojos
o áoraáos por el oropel insoliáario.
Sentaáas al filo áe fa áesaparición,
pero vivaces
en sus miraáas y anáanzas.
Ylsíson,
así fas veo,
las entraña6fes viejecitas áe Praga.
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A PESAR DE TODO, PHAGA
'1Je6o peáir ayuda a[ tiempo,
pero temo su impotencia.
Sófo pueáe ftafier una manera
para tratar áe {ifierarme. áe tí:
S ufriétuíote y gozánáote
en compañía áe toáos a fos que tu memoria ezyrciza
y sacanáo a pasear a fa caffe áe mi alma
toáos fos ámfiitos y voces que ftafifan por tl
Con Smetana,
tu amante áesáe fa Primavera áe fos 'Puebfos,
ciñénáote con fos soniáos áe su Afofáava,
f [uiáo y silente a[ a.6razar tus caáeras oscuras¡
amante, a[ fin,
en fa soráera 6eetfioveniana,
y rrwerto áe fzermosa focura,
como tantos otros que fían teniáo e[ atrevimiento áe amarte.
Con Afozart,
recoTTienáo tus fogias,
enreáaáo en el 'Barroco áe tus gafas
y componienáo apresuraáarite.nte
fa o6ertura áe 't})on (jiovanní'~
'En fa sin/ onía 'Praga"
áe fa 6reveáaá áe su viáa
pagó el trifiuto áe tenerte por preáifecta.
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Con mucha,
en fa e~itante fazyuá áe sus mujeres,
trasterraáas a[ París áe fa luz áe fin áe sigfo.
Con 'Igc.ft o 'Bralie., .
que cam6ió fas tinie6fas áe[ 'Báltico
por tus 6rumas evanescentes,
atalayas para su catáfogo áe setecientas setenta !I siete estreífas,
!I para soñar con fa contemplación áe fa Luna
áesáe su refugio roáoifiano áeí :Hraácany.
y con !l(ep fer, siguienáo su líuelfa siáeraí.
Con Jan !Jlus,
Savanarofa 60/ie.mio,
justiganáo fos oropeles sagraáos en fa iglesia áe 'Belén¡
en fas cenizas áe su pira áe Constan.za,
aventaáoras áe un mensaje reái'lJi'lJO
en fa pieára casi roáiniana
áe fa Plaza áe fa Ciwíaá 'Vieja.
Con!l{ií~,
en fa estética friaíáaá
con que saíuáó tus rincones,
engafanánáofos áe ~quisita$ ensoñaciones.
Con 9(.ajl(a,
6iclío metamoifoseaáo
áe sus múltiples estancias en tu seno¡
ascenáienáo,
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taciturno !J coliifiíáo,
por [a Caffejueía áe Oro fiada su Castiffo particuíar
!J fiugenáo áe íos áemonws fa miliares
áe su Josef ov !J áe su Ciuáaá 'Vieja;
atrapaáo entre sus ga"as
!J vomitanáo áuáas como insectos
entre e[ semisueño !J [a semivigiíia.
!Murienáo en [a tuberculosis
áe su inmortaíiáaá.
Con 'Tomás Afasarg!¿
primera cafieza áe tu viáa soóerana,
espe:jo áe tu iáentiáaá
ante [a voraciáaá Q(f:raña.
Con Jlegáricli,
tamfiién con él, a tu pesar,
tu no áeseaáo Protector
óajo [a nota áe fa Óaróarie
que te áurmió por un tiempo;
con su cuerpo justicieramente a6atiáo
soóre [a paciente sa6iáuría áe tus aáoquines.
Con .91.rtliur Lonáon,
sufrienáo en procesos kaf k:fanos
su irritante consecuencia.
Con 'DuóceK:i
en fa truncaáa primavera
áe tu singu.far sesenta !J odio.
'Y con Jan PaffacR_
6onzo autoinf11íJfaáo en e[ aráor áe tus sueños.
Con :Jlave~
en fa cuevas-camerinos
de tus teatros,
tejienáo e[ terciopefo
áe tus recientes libertaáes.
Con e[ kjtscft
áe tus úntígenes populares
!J áe tu rampfona 6isutería.
Con fa inesta6fe sapiencia
áe tus marionetas:
carne, maáera !J geso áe tu liistoria mínima.
Con fa mimética pasión
áe íos ruiáosos •fwoagans" áe[ Sparta,
emfifema áe masas áe tus est'aáios.
Con fa áia6ó[ica atracción
áe tus ta6emas,
entur6iaáas en vapores áe cerveza
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y e[ traicionera áufzura
áe[ sempiienw '.BecfíerovR_a.
Con fa áetenúf a pfacúfez áe tus Cafés,
símfiofos áe etéreas áecaáencias:
'Sfavia.'; pfagaáo áe aromas áisúfentes;
'1 nterfwteí París'; estética úínguúfa y acogeáora,
con sa6or a ''Casa6fanca"centroeuropeo,
en un: 'tJJescrí6eme. tu 6elleza otra vez, Praga'~·
en fa morosa me.ÚJáía áe fa me.áia taráe.
Con fa mór6úfa prosa
áe tus anacrónicos tran'llÍaS,
arrastranáo sus quejúfos amorosos
por fas pieáras somfirias áe tu sueÚJ.
Con fa gris semfifanza
áe tus afueras áe liierro y acero,
castiganáo ía 'F.cofogía
fiasta en su nomfire.
Yas~
uniénáome. a toáos !J a toáo
en tu recueráo,
espero pasar áesapercifiúfo
a fa incontinencia amatoria
áe tu estática presencia
y a{ silencio tentaáor
que me pue6fa fas nostalgias
áe no querer estar en tl
estanáo,
mientras mis pasos áe6er reaprenáer
a anáar en otros suelos
y mis ojos, a mantener miraáas
que no sean tu miraáa.
Por tí
y para tl
memoria y ofrlitf o gloriosos
que te increpan
y te aman,
'Praga .
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LLANTO - MICCIÓN
Afe fíe fforaáo
encima.
Se me fzan fzumeáeciáo
los calzones áe[ afma.
9" no fíe sentiáo vergüe.nza.
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2016
. '
Ilustre Ayuntamiento
de la
Villa e.le z\gactc
Asociación Cultural Atallgafo
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