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Habla Néstor Un ideal para Gran Canaria Agradecemos al Museo Néstor y al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria la autorización y facilidades dadas para la publicación de esta obra. Edición al cuidado de Víctor Macías Diseño, maquetación y tecnología: Amagro ediciones digitales http://www.amagroed.info LA TERTULIA DEL APOLO DÉLFICO, 1 Las Palmas de Gran Canaria (España), 2014 Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria (RSEAPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Biblioteca Universitaria ISBN 978-84-942219-0-3 Habla Néstor Un ideal para Gran Canaria Introducción de Domingo Doreste Fray Lesco NÉSTOR MARTÍN-FERNÁNDEZ DE LA TORRE Néstor Martín-Fernández de La Torre, (1887- 1938), no sólo ha sido el más brillante de los pintores canarios, admirable por la fuerza de sus obras de estilo modernista, como los Poemas del Mar y de la Tierra, sino que fue un preclaro precursor de lo que el turismo iba a representar para las Islas Canarias, como demuestra el si-guiente texto. Folleto publicado por la Junta Provincial de Turismo de Las Palmas, 1939 Néstor, hacia 1910 Nota del editor: Las fotografías e ilustraciones han sido impresas hasta el borde derecho de la página intencionadamente. Una edición renovada Vivimos tiempos de crisis. Pero, con ser penosa para quienes más agudamente la padecen, la crisis material no constituye el peor de los ma-les. Aquella falsa medida de las cosas a la que tan rápidamente nos habituamos en tiempos de bo-nanza nos ha hecho olvidar quizá lo más impor-tante y que, por obvio, nos ha pasado desaperci-bido. Los valores, la cultura del esfuerzo y el afán por superarnos debe volver a ser parte de nuestro proceder cotidiano, no solo para intentar salir cuanto antes de la situación en la que nos encon-tramos, sino para demostrarnos que, pese a todo, podemos seguir adelante con éxito. A lo largo de nuestros más de dos siglos y medio de existencia, los Amigos del País de Gran Canaria hemos padecido frecuentes periodos de adversidad y falta de medios. Sin embargo, en casi todos los casos conseguimos hacer realidad los anhelos de mejora de la sociedad insular por-que creíamos firmemente en su utilidad y benefi-cio colectivo. Hoy no podemos ser menos. En nuestra larga trayectoria, las publica-ciones e impresos han tenido una importancia capital. Superando el centenar de títulos, han constituido, ayer como hoy, un medio insustitui-ble para hacer llegar el conocimiento, la cultura, la historia, la narrativa, el ensayo y la 8 investigación a todos, quedando por dicho medio constancia para el futuro de lo acontecido en tiempos pasados y proponiendo, a través de in-contables iniciativas, mejoras para el porvenir. Sin embargo, conscientes de que la escasa dispo-nibilidad presupuestaria actual no nos permite continuar principalmente con la edición conven-cional, hemos buscado y hallado este nuevo me-dio que hoy tiene el lector de forma impresa en sus manos o en la pantalla de su dispositivo móvil o informático. Con Habla Néstor, la Real Sociedad Eco-nómica de Amigos del País de Gran Canaria prin-cipia una nueva colección, La Tertulia del Apolo Délfico, utilizando los últimos avances y economía que permite la publicación bajo demanda (POD). Este tipo de edición permitirá ofrecer y distribuir, vía Internet, tanto la habitual edición impresa de los nuevos títulos –que por sus carac-terísticas no estarán limitados en cuanto a su nú-mero de ejemplares y que por lo tanto estarán permanentemente disponibles para quien desee adquirirlos- como su descarga y lectura en teléfo-nos móviles, tabletas y ordenadores. Por otra par-te, estos nuevos libros de la RSEAPGC se ofrece-rán por vez primera a nivel internacional, rom-piendo las barreras del localismo y estando dispo-nibles para cualquier persona o entidad que desde cualquier país desee recibir o descargar un ejem-plar. Pero no nos basta con eso. Títulos como Habla Néstor, permitirán también que los disca-pacitados visuales y lectores en general, puedan escuchar su texto en lugar de leerlo, o conectarse 9 a una página web desde su ejemplar utilizando códigos QR, lo que les permitirá ampliar con más información los contenidos en ellos ofrecidos. De este modo, nuestra Real Sociedad pro-pone una vez más nuevas soluciones para nuevos tiempos con los que seguir poniendo la edición sobre temas que conciernen a Gran Canaria en el lugar que merece. En cualquier caso, este proyecto no podría llevarse a cabo en solitario. Por dicha razón hemos requerido la colaboración de la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con quien ya teníamos estrechas y fructíferas re-laciones, para que nos prestara su asesoramiento y documentación y, para el título primero de la serie que nos ocupa, al Museo Néstor del Ayunta-miento de Las Palmas de Gran Canaria. La gene-rosa y rápida respuesta de ambos sumándose a esta iniciativa debe ser públicamente reconocida lo cual hacemos y agradecemos por este medio. Tomás Van de Walle y Sotomayor Marqués de Guisla-Guiselin Director de la RSEAPGC Tipismo, hoja divulgativa (fragmento). 1934 11 La actualidad de Habla Néstor No es la primera vez que la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y nuestra Real Sociedad Económica de Amigos del País colaboran para rescatar y divulgar de forma impresa lo mejor de nuestro pasado, desconocido aún hoy en su mayor parte para el público en ge-neral. Efectivamente, hace ya una década, vio la luz Gregorio Chil y Naranjo : miscelánea, libro dedicado a recopilar la totalidad de los textos hasta entonces localizados, —fuera de sus Estu-dios históricos, climatológicos y patológicos— de una de las primeras figuras del pensamiento cien-tífico y antropológico canario. Hoy, sin embargo, nos encontramos con dificultades económicas para poder seguir realizando estas publicaciones de forma tradicional. Al mismo tiempo, constatamos cómo las nuevas generaciones de canarios, pero no sólo éstas, desconocen casi todo de nuestro pasado debido, por una parte, a la invasión de contenidos mediáticos o culturales foráneos y, por otro, a la falta de propuestas propias que permitan conocer lo rico y variado de nuestra historia, pensamiento o literatura y, en suma, de nuestra cultura, de lo que éramos y hemos dejado de ser. 12 Por ello, la RSEAPGC ha requerido de nues-tra participación para llevar a cabo un nuevo pro-yecto que tiene como referente aquella primera edición de 2004, pero que ahora aparece como una nueva serie de títulos que pretende rescatar y divulgar, empleando las últimas tecnologías, lo mejor de escritos de todos los tiempos, olvidados o poco accesibles, relativos a Gran Canaria. Como no podía ser de otro modo, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, por medio de su Biblio-teca, ha aceptado gustosa dicho llamamiento, prestándose a realizar el asesoramiento técnico necesario para hacer realidad esta ilusionante iniciativa, ofreciendo al mismo tiempo su amplio bagaje documental y sus plataformas digitales para hacer realidad tan filantrópico fin. El primero de los títulos seleccionados, Habla Néstor, no lo ha sido al azar. Recoge el texto de la conferencia pronunciada por Néstor Martín-Fernández de la Torre el 18 abril de 1936 en la Junta Provincial de Turismo y publicada pós-tumamente en 1939 con prólogo de Domingo Do-reste Fray Lesco. En dicho texto, Néstor expresa de forma detallada su pensamiento identitario con el que pretende que Gran Canaria vuelva a ser ella mis-ma. Desde 1928, fecha en que inicia su serie pic-tórica Visiones de Gran Canaria, hasta su misma muerte, realiza acciones cada vez más amplias bajo la común denominación de “tipismo”, pro-moviendo el cambio de la sociedad insular a la búsqueda de la recuperación de una forma de ser tradicional y diferenciada que nos haga atractivos ante el turismo que, ya entonces, demostraba una importancia económica creciente. 13 A poco que el lector recorra las páginas de este libro, ideario del pensamiento de Néstor, comprobará cómo, pasados más de tres cuartos de siglo, la mayoría de su pensamiento sigue ple-namente vigente y, por desgracia, pendiente aún de cumplir en una sociedad grancanaria inmersa hoy en la anomia y en una aculturación creciente. Pese a su importancia, esta conferencia sólo fue publicada inicialmente como folleto de ocho páginas en 1939, siendo reproducida poste-riormente como artículo en la desaparecida revis-ta Aguayro —versiones ambas ofrecidas de forma digitalizada en la Memoria digital de Canarias (mdC)— o inserto en diversos estudios sobre su vida y obra. Por ello, ve ahora la luz por vez pri-mera en forma de monografía, tal cual merece, permitiendo su distribución y acceso a través de los canales editoriales convencionales. Pero, además de ello, el día 6 de febrero de 2014 se cumplirá el 76 aniversario del falleci-miento de un genio no solo pictórico y artístico, sino de quien pretendió con una visión trascen-dental, redescubrir y dar forma a una identidad grancanaria, labor que truncó su temprana muer-te en 1938 y que sólo puede ser calificada de ca-tastrófica para nuestra Isla. Buscando un símil de lo que pudo haber sido para nosotros la realiza-ción de sus ideas, tenemos que avanzar más de treinta años para contemplar los proyectos de César Manrique que afortunadamente, cambiaron decisivamente a Lanzarote y la convirtieron en un referente mundial. 14 Hoy tenemos en nuestras manos y panta-llas electrónicas un texto que contribuirá a agitar nuestras conciencias para alentarnos a despertar individual y colectivamente, haciendo realidad las ideas de Néstor. Las Visiones de Gran Canaria, pueden y deben hacerse realidad en toda su am-plitud. Está en nuestras manos. María del Carmen Martín Marichal Directora de la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria La demostración de belleza de lo que de-bemos ser. Lo que podremos ofrecer al interés mundial. Un país que responda al concepto que el mundo tenga […] ¿Cómo llegar a la consecución de esto?. Si de nosotros no parte, ¿quién lo va a hacer?. Laboremos, pues, por conseguirlo. La belleza de nuestros paisajes sufre los efectos del modernismo estandarizado, con el clásico cajón de cemento armado, que desplaza a la casa campesina. Proyec-tos y reformas urbanas se han concebido en vía estrecha. Los árboles y flores se han visto privados del amoroso cuidado que hubiese hecho de esta tierra un lugar delicioso para el turista. De lo auténtico queda poco. Néstor Martín-Fernández de la Torre, 1936 Néstor, Albergue de la Cruz de Tejeda. 1937 Néstor y la revalorización de Gran Canaria Domingo Doreste Fray Lesco Néstor, Drago. 1930-1938 19 La Junta Provincial del Turismo, de Las Palmas, se reunió el 18 de abril de 1936 en sesión extraordinaria, solamente para escuchar a Néstor sobre su tema entonces predilecto, a saber: las orientaciones de lo que pudiéramos llamar políti-ca turística en Gran Canaria. Fue aquella amiga-ble conferencia como una síntesis, mejor pensa-da, de sus frecuentes charlas anteriores. Fue su charla máxima y capital. Se ha tratado de recopilarla en este folle-to, que edita la propia Junta. La preocupación urgente de esta reproducción ha sido la de la fi-delidad. Estimo que se ha conseguido doblemen-te, en el fondo y en la forma. Los habituales es-cuchas de Néstor, en el café, en el paseo, en la intimidad, espero que han de reconocer su estilo en estas páginas. El escrúpulo de la fidelidad se ha llevado al extremo de respetar algún que otro rasgo que, hoy, a más de dos años de distancia, pudiera pa-recer anacrónico. Néstor falleció el 6 de febrero del año pa-sado, en plena exuberancia de ilusiones y de idea-les, con un vasto programa en marcha de revalo-rización del país (valga su frase favorita), que pudo ver realizado en mínima parte. Su desapari-ción, tan traidora, pareció una catástrofe. 20 Aparte de la honda compasión humana, lo que nos acongojó a todos fue un sentimiento de desamparo irrestañable, al medir la trascendencia de aquella pérdida. Néstor dejó proyectos, esbo-zados unos, otros adelantados, pero no sucesión. Nadie podía aspirar a sustituírsele. No podíamos parodiar la frase pragmática: El Rey ha muerto; ¡viva el Rey!. No es esta ocasión para presentar a Néstor como profesional de la pintura, arte que ocupó lugar eminente en su vida, pero sí como artista integral en todas las manifestaciones de su exis-tencia. Aquel evidente d'annunzianismo de sus cuadros, no imitativo sino connatural, se traducía a ojos vistas en su persona, en sus actos, en sus palabras, con un poder de sugerencia tal que aca-baba por convencer y arrastrar a los más timora-tos. Con estas armas, Néstor pudo aventurarse a convencer, mejor dicho, a seducir a las masas. Iba en camino de lograrlo. Concebía en grande y siempre mirando al porvenir. Su concepto y su sentimiento del Arte eran prevalentemente sun-tuarios. Amilanaban sus proyectos; pero, a la postre, los más recalcitrantes acababan por caer en la tentación de la suntuosidad. Y tras una charla ganaba la adhesión y el voto. Se armó y cruzó así de hombre civil, con bagaje de artista, y pudo concebir la idea de transformar la vida de su Isla, Gran Canaria, con un nuevo sentido estético verdaderamente para-dójico, pues no era un espejismo de novedad lo 21 que ofrecía, sino, al revés, el remozamiento de los viejos y perennes motivos de belleza que el suelo y las costumbres del país atesoran. Era el suyo un programa totalitario del folklorismo, en-riquecido a fuerza de una observación infatigable. Alguna vez le oí decir que llevaba catalogadas más de treinta ingenuas industrias populares, ne-tamente canarias, desde los calados hasta las esteras de palma. El número parecía inverosímil; pero era exacto. Por estos pasos Néstor llegó a ser el tribu-no de la "revalorización" de Gran Canaria. Para ello se vio obligado también a fustigar, atacando a fondo los reductos del mal gusto, disfrazados de un falso cosmopolitismo. Llegó el momento en que el propagandista se convirtió en predicador. En este momento le sorprendemos. Su prédica máxima, reproducida en estas páginas, muestra las dos exaltaciones de aquella su oratoria de ocasión: el entusiasmo y el desdén. Homenaje, lección, testamento: tal es la enjundia del presente folleto que espero sea leído con devoción y difundido con fruto. Néstor, Gran Canaria (fragmento). 1934-1936 Habla Néstor Néstor, Fiesta pascual de la Isla (fragmento). Escenografía, 1938 25 La lección del pasado Mi país ha vivido bajo la fascinación de los cultivos especiales que se ha sucedido desde hace tiempo, produciendo épocas de gran prosperidad, con intervalos de profundas crisis, rayanas en la miseria. Desde mi estudio en París pensé muchas veces con tristeza en la inseguridad del porvenir de mi país, en el cual un pedazo de tierra dedica-do al plátano alcanza un valor superior a grandes extensiones de terreno en cualquier suelo del planeta. Y se fundaba mi dolor en que, precisa-mente, la pasajera prosperidad hacía perder a mis paisanos la conciencia de la situación y olvi-darse en el vaivén de su economía, de lo estable que ha sido y es "hacer país". Revalorizando lo propio, preparando nuevas fuentes de riqueza y hasta restaurando cultivos tradicionales que pres-tigiaron en un tiempo nuestro solar en el mundo, en primer término, el de sus vinos, el primer di-plomático enviado por los Estados Unidos al con-tinente europeo, en un banquete ofrecido a las autoridades de Londres, hacía ocupar en la lista de vinos, en puesto de honor a las malvasías de Canarias, que habían ganado la más alta reputa-ción en Europa. 26 La meditación del momento Y era el momento propicio para iniciar es-te plan de revalorización exactamente aquél en el que el oro se nos entraba por las puertas. El cose-chero de la cochinilla, como hoy el del plátano, no pensaba en otra cosa que en acrecer sus par-celas, invirtiendo sus beneficios en la compra de una finca más. Con este panorama a la vista hubiera sido suicida volver a mi tierra en silencio y no para despertar ambiciones nuevas, eminentemente espirituales, sin abandonar, por supuesto las eco-nómicas, era empresa quimérica mientras perduró el imperio de la banana. Hoy, ante la decadencia de este cultivo ya se pueden iniciar consejos y orientaciones hijos de una experiencia pasada, cuya lección nunca aprendimos. Es de notar, aun-que sea de pasada, que la fascinación del cultivo especial suponía una dedicación a otros elemen-tos de riqueza que saltan a la vista. Hemos vistos arribar a nuestra casa foras-teros que se han aprovechado de nuestra indolen-cia e imprevisión. Muchos de ellos en el ejercicio de improvisadas industrias, actividades comercia-les, han logrado un afincamiento definitivo entre nosotros. Se ha comentado muchas veces que "fulanito", llegando aquí sin dos pesetas, con un bar, fonda o cualquier modesta industria, pudo amasar en pocos años una fortuna pero ¿quién era el hijo de familia capaz de ponerse detrás de un mostrador?, era más "chic" darle una carrera y hacer de él, en la mayoría de los casos, un hom-bre inútil. Néstor, Pueblo canario (fragmento). 1937 28 El asalto al turista En estas condiciones surge el turismo, co-mo hecho y como problema, imponiendo brutal-mente la necesidad de la revolución integral del país, en que nunca habíamos pensado. Trazar un plan de propaganda turística sin antes preparar el país, me parece contraprodu-cente. Tengamos en cuenta que el viajero que nos visita no viene a nuestras islas para encontrar en Tejeda un tacón de Luis XV o una cabellera oxigenada. Hasta en los pueblos más apartados ha ido desapareciendo el uso de la mantilla canaria, sustituida por velos o sombreros ridículos, traídos por vientos de afuera. La belleza de nuestros paisajes sufre los efectos del modernismo estandarizado, con el clásico cajón armado, que desplaza a la típica casa campesina. Proyectos y reformas urbanas se han concebido en vía estrecha, los árboles y las flores se han visto privados del amoroso cuidado que hubiera hecho de esta tierra un lugar delicio-so para el turista de lo auténtico queda poco, el folklore ha ido olvidándose: y en el tema de des-aparición, hasta ha desaparecido el inteligente artesano (platero, tallista, forjador, etc.), que a principios de siglo tenían en la artesanía un medio de vida, ante la invasión de mil chucherías que, precisamente por ser exóticas, merecieron acogi-da preferente. 29 La pequeña gran industria El turismo lo entiendo como una grande y compleja industria que ha de desarrollar el país entero. Si no recobramos y acentuamos nuestra personalidad, nada podemos ofrecer al turista que le halague y satisfaga, dentro de un estilo netamente canario tenemos que revalorizar todo lo nuestro, sea moderno o tradicional, de otro modo seremos suplantados por el industrial o por el comerciante de afuera, como pasa hoy a nues-tros ojos, desde el "cambullón" hasta los hoteles y tiendas monopolizan el comercio turísticos con artículos exóticos, menos mal que se trata de paisanos, pero se dan casos de los que se lucran son extranjeros. Los bazares de "indios" no me dejarán mentir. Aparte de esto, la creación de industrias típicas aumentaría el bienestar del país, fomen-tando el trabajo y torciendo a nuestros bolsillos el dinero que distrae el extraño. Con los bordados y calados del país, orientando su confección inteli-gentemente, encontrarían ocupación decorosa miles de mujeres, redimiéndolas del terrible pro-blema del paro. Lo mismo ocurriría con las telas tejidas en el país. En Madeira, donde las indus-trias turísticas están en manos de los naturales, más de diez mil mujeres viven del producto de sus calados y bordados, llegando a extremos de desbordar la producción, invadiendo nuestros mercados, "incluso el nuestro". Néstor, Triana. París, 1929 31 Habéis observado que el turista pide siem-pre lo que para él es exótico, es decir, el produc-to típico del país que visita. Pues bien, si acom-pañáis en cualquier viajero en gira por el interior de la isla, y os tienta el deseo de ofrecerle una sencilla merienda en la tienda mejor surtida que se encuentra al paso, y pedís vino del "Monte", os dirán que solo tienen Jerez, Oporto, Málaga,... sin que falta, naturalmente, el whisky (en sustitu-ción de nuestra original y exquisita guindilla). Si solicitáis queso de Guía, o Valleseco, o chorizo de Tamaraceite, os contestarán que sólo disponen de queso de "bola" y de salchichas de Francfort, de dulce repostería isleña, nada. En este tramo sólo pat-a-kake... y esto sabiendo el comerciante, como nosotros, que nuestros productos no tienen nada que envidiar a los importados. El traje típico Debo hacer mención del traje típico, crea-do por mí, que ha merecido algunas críticas. La creación responde a fundamentos y motivos tradi-cionales, aunque condicionada a las necesidades y exigencias del propio turismo, dándole el colorido y alegría que el viajero espera encontrar. La "na-güeta del totorota" no ofrecía ningún interés al visitante, y era además antiestética. Cada uno de los detalles del traje respon-de a un precedente tradicional embellecido, si se quiere, como creación que es de un artista, pero no falseado, en esto, como lo demás, el turista espera encontrar un motivo que le satisfaga, y la realidad debe responder a este deseo. 32 La presentación estética Señalando defectos, quiero indicar tam-bién la labor que, a mi juicio, debe acometerse. En cuanto al color de la ciudad y de los pueblos, resalta por lo general un marcado mal gusto. Se hace necesario imponer resueltamente el blanqueo con cal de las fachadas de las vivien-das. Se ha llegado a decir que en una ciudad en que resalta la nota blanca, se hace necesario el uso de gafas para proteger la vista. Las Palmas y nuestros pueblos, hasta fines del pasado siglo, no conocieron otro color que blanco. Se dice toda-vía, efectivamente, "albear", que quiere decir blanquear, cuando se da color a un muro porque indudablemente eso, blanquear, era lo que hacía, aunque hoy la palabra haya degenerado al cam-biar las costumbres, y se diga seriamente que se le albea una casa de rojo o verde, sin embargo, la gafa protectora ni se conocía ni se usaba. Ha sido precisamente en estos últimos años cuando se ha introducido esta costumbre, coincidiendo con los colores chillones de las fachadas. Otra ocupación apremiante es la del em-bellecimiento de nuestros campos, arbolado y flores, son los elementos insustituibles para re-mediar tan urgente necesidad. Los "riscos" y los barrios de la ciudad, lo mismo que el contorno de toda la isla, repeles al viajero. Su contemplación no le anima ciertamente a desembarcar. Y, ya dentro de la isla, paisajes de indudable y superior belleza, se adivina que pudieron acrecer su en-canto si la iniciativa de los habitantes se lo propu-siera. Cubrir de geranios y trepadoras las tapias y murallas que dominan las carreteras, fomentar la 33 colocación de plantas y flores en las ventanas y azoteas, aconsejar la plantación de papayas, de fácil cuidado y conservación, en los patios y huer-tos, con algún positivo provecho, ya que su fruto es exótico para el viajero; intensificar el cultivo del cactus en todas sus variedades, dedicar espe-cial atención y fomento a la flora netamente isle-ña, tan rica y variada, desterrando la costumbre, implantada en primer término por nuestras corpo-raciones, de difundir la plantación de árboles ex-traños; toda esa labor puede ser fructífera me-diante una constante y paciente propaganda, acompañada del aliciente de algunos premios en metálico. La presentación social Urbanidad, cortesía, hospitalidad, coope-ración ciudadana, en una palabra, son el com-plemento de una preparación turística. Se trata, pues, de crear lo que pudiéramos llamar ambien-te social turístico, propicio tanto al fomento del turismo, cuanto al desarrollo de las industrias convenientes. El viajero que nos visita, aunque no se tenga en consideración sino su carácter de fac-tor económico de nuestra vida, tiene derecho un trato de favor, a extraordinarias atenciones de cordialidad que le permita olvidar que se encuen-tra en país extraño. Este espíritu hay que incul-carlo en los niños, durante su paso por la escuela, como se está haciendo en Italia y Alemania, me-diante charlas y conferencias que se alternan con sus estudios. Néstor, Triana. París, 1929 35 En la organización de servicios no hay que olvidar nunca que deben responder a las exigen-cias de una ciudad de turismo, y que se ha de destacar en todos los detalles la nota propia, ese es el perfil de la canariedad que es el que comu-nica su originalidad a nuestra presentación. ¿Cuánto más atractivo sería para el viajero el que, al pisar los muelles, se encontrara un "cam-bullón", de hombres y mujeres, ostentando con dignidad el traje típico, y ofreciendo frutos, flo-res y productos genuinos de nuestra tierra? Y dentro de ese perfil de canariedad que se ha cultivado con el mayor escrúpulo, no hay que ponderar que ha de destacarse hasta la exa-geración la nota de limpieza, en las personas y en las cosas. Ahora mismo se observa una profusión de signos extremistas y de papelotes que se ad-hieren a los muros y frontis, demostrando que nuestro pueblo se halla aún más lejos de la tan deseada adaptación ciudadana al ambiente turís-tico. Miguel Martín-Fernández de la Torre, Casa del turismo. 1945 37 El arte popular He insistido en la importancia primordial que para el turismo tiene el fomento de las pe-queñas industrias del país, cuyo valor es más es-tético que utilitario. Estimo que hasta debería pensarse en la posibilidad de liberarlas de todo impuesto, en consideraciones al provecho que reportarían al país, y por ende, directamente al tesoro público, pero existe otro elemento afín al que hay que atender con igual cuidado, es el arte popular. Va infiltrándose entre nosotros por for-tuna, la costumbre de otorgar becas a los alumnos pobres aventajados de nuestros centros de ense-ñanza, sin excluir a los aprendices de arte. Llegar a ser artista es una noble ambición, patrimonio de pocos, ¡pero es tan difícil lograrlo! Muchos de esos chicos pierden sus mejores años en una sen-da, sin llegar a la verdadera categoría de artista. Para ellos la ayuda oficial es estéril. Preferiría, pues que se derivara a otro or-den de arte, más inmediato y seguro, al cultivo del arte popular, tan en armonía con los puntos de vista del turismo. Las rondallas y las escuelas de canto, en primer término, en el historial de nuestras dejaciones hay que anotar con melanco-lía el olvido de nuestros cantos populares, con la literatura que le es propia. He oído aires popula-res con letra y estribillo importados. No se puede llegar a mayor abandono. 38 Visión del porvenir La Playa de Las Canteras, que pudo dar nuestra máxima atracción, es la demostración más palpable, aparte de otras muchas, de falta de visión. Magnífica antesala sería la barriada porteña, si hace cuarenta años se la hubiera con-cebido con la visión de un porvenir no muy leja-no. Lo mismo diremos del aeropuerto de Gando. Dentro de cuarenta o cincuenta años -no olvide-mos nuestra condición de isla- cuando la aviación sea el medio normal de comunicación, resultará que habrán de invertirse tres cuartos de hora desde Las Palmas a Gando y sólo quince minutos desde allí a Tenerife. Situado el aeródromo en las proximidades del Campo de Golf, quedaría colo-cado a las puertas mismas de la ciudad y habría de ser un motivo más de embellecimiento, mejo-rando el fondo de la misma. Mirando el porvenir, hemos de tener en cuenta también la formidable Playa de Maspalo-mas. Quizá sea prematuro pensar desde ahora en ella; pero por lo menos evitemos que lo que se haga pueda convertirse en obstáculo para que las generaciones que nos sucedan lleven a cabo los proyectos que en un futuro más inmediato acon-sejen las realidades del momento. No concibamos las cosas en pequeño sino en grande, con la vista en el porvenir, aunque los espíritus materialistas pudieran asustarse y calificarnos de irrealistas. 39 Mi colaboración He trasladado a mi tierra mi estudio de Pa-rís, con propósito de dedicarme por entero a mi país. Comprendo que la labor es dura y agotado-ra; pero me propongo continuarla hasta el fin, pese a los momentos de desaliento que me espe-ran ante tanta incomprensión. De mis proyectos, algunos los veo ya realizados. En primer término la adopción del traje típico, de cuyos resultados no estoy descontento, aunque confío en que las sociedades difundan su uso mediante la organiza-ción de períodos festivales y bailes. El albergue de la Cruz de Tejeda, va en vías de realización, y será en su día el exponente más destacado de la personalidad canaria, en un ambiente de confort y gusto, a tono con los más exquisitos refinamien-tos. La cabalgata de reyes, junto a los demás fes-tivales por mí organizados, tienden a establecer permanentemente un ciclo anual de espectáculos de íntimo sabor canario. Tales han sido los jalo-nes de mi labor. Como consecución de un programa más vasto concibo la exposición permanente de pro-ductos canarios en el Parque Doramas. En ella estarán representados todos los productos de la escala de industrias del país, típi-cas y modernas, y los de la tierra, junto a la ex-posición se levantará el monumental pueblo cana-rio, exhibición viva de nuestras costumbres y tra-diciones, artesanos auténticos, que lograrían con su arte sus medios de vida y contribuirían al bien-estar del país elevando su clase; laboratorio fol-klórico, escuela de canto y música popular, etc. Néstor, Visiones de Gran Canaria. 1928-1934 41 En este proyecto figura también la recons-trucción del antiguo Hotel Santa Catalina, acomo-dándolo a un estilo netamente canario, pues aparte de que la construcción de un gran hotel de tipo internacional no está al alcance de la eco-nomía del país, no dejaría de ser para el viajero un hotel más, sin el atractivo de lo desconocido e inesperado, como lo sería para él en este caso un edificio de aspecto sencillo y original, dentro de un área y ambiente isleño, en el que le sería gra-to hasta la delicada nota de servidumbre vestida de traje típico. Figura igualmente en el proyecto un gran salón de fiestas o casino, que recoja la vida ele-gante y cosmopolita, y lugar para ciertos recreos que, si algún día se autorizan, contribuirían pode-rosamente a promover grandes iniciativas turísti-cas. Debo advertir que todos estos proyectos se realizarían sin cambiar la fisonomía del precioso Parque Doramas y sin sacrificar ni un solo ejem-plar de sus arboledas. Realizados que fueran, ya tendríamos los genuinos productos y creaciones del país en cons-tante exhibición y movimiento y en abundante rendimiento de ingresos, que quedarían en bene-ficio exclusivo nuestro, haciendo verdad el afo-rismo de que el turismo es una riqueza invisible que se desparrama en cuantía fabulosa, no alcan-zada por ninguna otra fuente de riqueza. En pos de esto irían surgiendo otros motivos atendibles y también provechosos. El Castillo de la Luz, por ejemplo, restaurado y convertido en museo, po-dría acoger los nombres de los primeros canarios que se enrolaron en la sublime aventura del des-cubrimiento de América, y de los que, más tarde 42 con Hernán Cortés, Pizarro y otros caudillos cola-boraron en la conquista del nuevo mundo, con cuya historia la nuestra está tan enlazada. Podrán unirse datos y aún cosas, pues no hay que olvidar que el turismo se alimenta de la admiración al pasado, que es necesario reconstruir ante sus ojos, invitando, si se quiere, para suplir la falta de lo auténtico, sabiamente y con fidelidad. Surgirán también, modestos mesones en los lugares preferentes de la isla, sencillos y lim-pios, de construcción y mueblaje canarios, en los que se podría tomar una merienda o servirse tam-bién comida típica; y las pequeñas casetas de comercio del tipo de la de "Fataga" en el muelle de Santa Catalina, para la venta de los variados productos de la industria turística. La explosión permanente será como la pri-mera guagua que transitó la carretera del puerto, después vendrían las demás. 43 Hacer patria Todo este programa de revalorización, de exaltación de la región, de canariedad, no es otra cosa que la labor en la reconstrucción de la pa-tria, para lograr la mayor riqueza y bienestar de todas y cada una de las regiones que la compo-nen, la grandeza de nuestra nación, al acusar y perfilar un sentido de canariedad en los distintos órdenes de la vida, destacamos con ello y realza-mos nuestro sentir españolista como avanzada que somos de la patria en el atlántico. Canto final Islas afortunadas, jardín de las Hespérides, Campos Elíseos... tales fueron los nombres que los antiguos asignaron a Canarias atribuyéndoles condiciones paradisíacas, ¿será acaso imposible reconquistar esta fama? No lo creo, es labor que corresponde a los hijos de esta tierra privilegiada, entre los que yo me ofrezco incondicionalmente y prometo cuanto valgo. Néstor, Visiones de Gran Canaria. 1928-1934. Néstor, paladín de nuestro tipismo, llama a los canarios Hoy, Las Palmas de Gran Canaria. 6 de diciembre de 1934 Apéndice Néstor, Visiones de Gran Canaria. 1928-1934 47 Si ahora no se hace, no se hará nunca. El momento es decisivo. Hay que ir a una restaura-ción total, intensa, de nuestro tipismo. De lo con-trario, toda labor es inútil, porque este es el úni-co medio de atraer al turismo a nuestra tierra. El turismo, que es una fuente de ingresos más segu-ra que los cultivos en crisis. Yo había lamentado siempre que se fuese perdiendo nuestro sentido tradicional, nuestras costumbres, nuestro folklore, sin dar oídas a las llamadas apremiantes de Alonso Quesada, de Fray Lesco, de González Díaz, de tantos otros. Yo mismo, en algunas temporadas que escapaba de París y venía a descansar a mi Isla, llegué a hacer una serie de obras —ochenta y tantas— en las que, en un sentido humorístico, representaba al país no como es sino como debía ser. Estas obras están todas guardadas. Nunca quise exponerlas, porque comprendí que el mayor mal que podía hacer a mis país era presentarlo con una persona-lidad definida y con un carácter propio que en la realidad no se veía luego confirmado por quien, ante aquellos cuadros, sintiera la comezón de visitarlo. Y entonces, yo también me crucé de brazos, con resignación fatalista, ante la crecien-te mediocridad igualitaria que iba borrando todo color en nuestra Isla. 48 Y llegó el XVI de abril. Un amigo mío y compañero de los años escolares, a la sazón mi-nistro de la República —ya se comprenderá que hablo de Rafael Guerra del Río— me encomienda, aprovechando mi estancia en Gran Canaria, la confección de la carroza representativa de nues-tra región, que había de figurar en el cortejo de las fiestas conmemorativas de la República. ¿Pero qué puede, me decía yo, llevar Gran Canaria, cuando aquí nada queda de regionalismo, de color diferencial? ¿Y cómo, por otra parte, negarme a lo que se me pedía? Puse entonces por condición que a la Juventud Republicana de Tenerife, ba-luarte del tipismo tinerfeño, había de costeársele su estancia en Madrid para aprovechar su colabo-ración. Y como era cosa de llevar también de aquí, me llevé tres mantillas negras, tres mantilla blancas —que, por los síntomas, van también ca-mino de desaparecer— y los célebres camellos que tanto dieron al isleño que hablar y comentar, y heme aquí en Madrid cinco días antes de las fiestas y con tan pobres elementos. Para el resto, me las arreglé en la calle de Toledo con calceti-nes de Murcia, fajas de Lagartera y así lo demás. Y ya saben ustedes el éxito. Nuestra carroza fue la única que salió entre ovaciones y regresó entre aplausos. Hasta los mismos canarios se emociona-ron. ¿Hay derecho —pensé yo entonces— a que Canarias deje perder su personalidad, su color, todo lo que es su esencia misma, más rica, defini-da y variada que la de cualquiera otra región es-pañola?. Es posible que, mientras en todas partes se labora y existe la preocupación de hacer resal-tar lo típico, en Canarias se deje morir, sin que 49 nadie tenga el gesto de intentar salvarlo? No. Esto no puede tolerarse. Cuando ya me había integrado aquí, recibo un telegrama de Guerra del Río comunicándome la llegada del equipo cinematográfico del ministe-rio de Agricultura y encomendándome que organi-ce algo para el film que iba a rodarse. Al frente de esta misión venía un periodista y escritor des-tacado, García Pacheco. Juntos recorrimos toda la Isla y no pudimos encontrar absolutamente na-da que fuera nuestro, porque hasta en Tejeda gastan las chicas más agua oxigenada que en Las Palmas, llevan tacones Luis XV, y se visten con trajes de seda japoneses de una peseta la vara. Todo lo que pudo lograrse es coger a unos "guaya-bos", ponerles unas mantillas y asomarlos a uno de los pocos balcones isleños que quedan en Ve-gueta. Y si alguna duda me quedaba para em-prender la cruzada de nuestro renacimiento re-gionalista —regionalista, no en sentido político, sino costumbrista—, esto acabó de decidirme, entendiendo que este era el único medio de crear una fuente de riqueza para nuestra isla, como nunca se pudo soñar: la atracción del turismo. Néstor, Visiones de Gran Canaria. 1928-1934 51 El turismo no se atrae con una labor buro-crática, de recibir cartas y contestarlas. Por eso yo, aunque miembro del mismo, no tengo fe en la actuación del Sindicato de Iniciativas, mientras se reduzca a reunirse semanalmente para acordar las contestaciones a los oficios que recibe, y soli-citar que los chófers lleven un cubrepolvo blanco o verde. Mientras no se ataque la raíz nuestro país no será turístico. Mientras no se vaya a la restauración de lo popular, todo será inútil; hay que ir a la restauración del traje, de los cantos, de los bailes, de los deportes netamente nues-tros. En este sentido, Gran Canaria es riquísima. Pocos países igualan al nuestro en este aspecto. Descuidar esto es gastar energías, tiempo y dinero en balde, porque todo lo más que se conseguirá es atraer engañado a un turista que a las veinti-cuatro horas se marcha aburrido a Tenerife. Que el resurgimiento de los típicos es la más eficaz atracción, lo demuestra un caso prác-tico. Las islas de Hawai son hoy conocidas en todo el mundo. No hay novios americanos que no vayan a las Hawai a pasar la luna de miel, ni estrella de cine o financiero neoyorquino que no disfrute allí sus vacaciones. Y Hawai no es otra cosa sino el resultado de una labor de aprovechamiento de los elementos folklóricos y costumbristas por artistas americanos. Esas músicas que se llaman hawaia-nas, no tienen de ello más que los motivos, ritmos simples y melodías sencillas, que los compositores americanos han explotado eficazmente. Y hoy tienen ustedes al mundo entero lleno de orques-tas típicas hawaianas, y de bailarinas hawaianas que inundan los cabarets europeos con sus tapa-rrabos de rafia. Nosotros podemos hacer lo mismo 52 y más, porque contamos con más preciosos me-dios. Y si no, vean ustedes. Hay en Las Palmas unas agrupaciones dig-nas de todo encomio, que por sí solas, sin ayudas de nadie, con sacrificio personal de sus compo-nentes, obreros casi todos que no sólo roban horas al sueño sino que también sacrifican sus bolsillos. Me refiero a las rondallas. Las rondallas son unos valiosísimos elementos en esta labor de restauración de lo nuestro. Pero hay que encami-narlas, encauzarlas. Dejadas a su propia iniciati-va, no se les ha ocurrido hasta ahora otra cosa que ejecutar tangos, alguna canción italiana, o como empresa suprema cualquier pretencioso trozo de ópera. Si de uniforme se trata, se nos visten con un smoking con ribetes blancos y se ponen unos nombres extraños, como si ninguno les sugiriera nuestra historia. Y no es por aquí por donde hay que ir. Yo les he hablado a muchos de ellos. ¿Qué dirían ustedes —les he dicho— si un sueco viniera a cantarles folías? Se reirían, naturalmente. ¿Y no comprenden que igualmente pierden ustedes el tiempo en preparar un tanguito, que lo toman de refrito de cualquier disco, cuando diseminadas por el mundo hay centenares de orquestas argen-tinas que lo ejecutan maravillosamente, como cosa que han mamado?. En cambio, en nuestra tierra tenemos melodías admirables que para us-tedes pueden ser medio de ganar mucho dinero. Porque algún día ustedes serán llamados por casas consignatarias o la Junta de Turismo para inter-pretar ante las expediciones turísticas el folklore de nuestra tierra. 53 Esto les he dicho y han comprendido que tengo razón. Otra cosa que debe hacerse es orga-nizar un concurso anual de cantos canarios con premios a la mejor isa, a la mejor folía, al mejor estilo, etc. Para ello, se debe hacer propaganda en todos los pueblos, por medio de carteles que no tienen que ser costosos. Además, de cuando en cuando se hará llegar a los alcaldes una circular estimulando su celo con el resurgimiento de los cantos canarios. Y uno de ellos retornará al pue-blo con quinientas o seiscientas pesetas. Vendrá entonces el estímulo y la rivalidad entre los pue-blos, y para el próximo año vendrá el pollo de San Bartolomé a ganarle el campeonato al pollo de Santa Lucía que lleva dos años seguidos ganándo-lo. Yo les aseguro a ustedes, que, celebrado el primer concurso, y cuando en un pueblo vean que fulanito se ha ganado quinientas pesetas, para el próximo año viene a cantar una isa hasta el cura. Por otra parte, este es el medio de llevar afanes espirituales al campesino y arrancarlo de la taberna. También hay que resucitar nuestro traje regional. Esta resurrección implica proporcionar nuevas finalidades a industrias netamente isleñas, como la de los calados. Está demostrado que el veinticinco por ciento del turismo se lleva un re-cuerdo de la indumentaria de los países que visi-ta, cuando no un traje completo. En este sentido Gran Canaria es un bazar espléndidamente situa-do. Ya conocen ustedes la costumbre de los bailes de disfraz a bordo de los trasatlánticos al pasar la línea ecuatorial. Nuestro traje para el extranjero puede constituir un disfraz exótico. Para el ex- 54 tranjero solamente. Para nosotros no debe ser disfraz, sino nuestro traje en las horas de fiesta isleña. Esto hay que destacarlo bien. En resumen: son tantas las cosas genuina-mente nuestras que sólo enumerarlas es intermi-nable. Deportes, por ejemplo. ¿Conciben ustedes la belleza plástica, de virgiliano sabor, de las pe-leas de carneros? Imagínese a dos hombres que vistiendo nuestro traje, y sobre sus hombros la manta de pastor, acercan sus más potentes bichos que en lucha llena de nobleza se embisten. En el capítulo de deportes hay muchas cosas que hacer; una de ellas, la desmercantilización de la lucha canaria y la desaparición de la horrible vestimen-ta que llevan los luchadores. Nadie más aficiona-do que yo a las luchas, pero prometí un día no volver más a una luchada, asqueado y desilusio-nado por toda una serie de martingaleos que la privan de nobleza. Hay que restaurar las normas viejas: un simple calzón y una faja, uno de cuyos extremos circunda al muslo derecho, donde el rival agarra. Así se destierra eso de "mano arriba" o "mano abajo". ¿Cómo llegar a la consecución de esto? Si de nosotros no parte, ¿quién lo va a hacer? Labo-remos, pues, por conseguirlo. 55 Como primera medida, hay que dar a la ciudad una demostración de nuestro colorido, de nuestro folklore, de nuestra indumentaria, de nuestro regionalismo en suma. Esta demostración la tendrá a mediados de este mes. En el Teatro Pérez Galdós se presentará una masa orquestal de cien instrumentos de cuerda —guitarras, laúdes, bandurrias, timples, etc. — y un cuerpo de bailes canarios y coros. Víctor Doreste está recogiendo nuestro folklore, que para muchos será una sor-presa por su variedad. Y luego, el día treinta y uno, despediremos el año y recibiremos el nuevo vistiendo el traje regional, como símbolo de nues-tra resurrección. Año nuevo, vida nueva. Vida renovada. Vida nuestra. Néstor, Visiones de Gran Canaria. 1928-1934 57 Cronología • 1887. Néstor Martín-Fernández de la Torre nace el 7 de febrero en Las Palmas de Gran Canaria. • 1897. En el Colegio de San Agustín recibe lecciones de dibujo de Nicolás Massieu. • 1899. El pintor catalán Eliseu Meifrén i Roig lo acoge como discípulo. • 1902. Ya en Madrid, entra a formar parte del taller de Rafael Hidalgo de Caviedes. Realiza sus primeras copias en el Museo del Prado. • 1904. Viaja a Londres con la intención de estudiar a los prerrafaelitas y simbolistas. Lee a los parnasianos: Leconte de Lisle, Catule Méndez, Prudhomme… • 1905. Estancia del artista en París. • 1907. Inaugura estudio en Barcelona, ciu-dad en la que expone junto a Meifrén, Be-nedito, Beruete, Nonell, Canals, Casas, Rusiñol, Beltrán Masses, Gargallo, etc… Pinta su primer cuadro simbolista, La Dama Blanca. • 1908. Primera muestra individual en el Círculo Ecuestre de Barcelona. • 1910. Representa a España en la Exposi-tion Universelle et Intenationale de Bruse-las con la obra Epitalamio. • 1911. Recibe el primer premio de agua-fuertes en la Escuela Municipal de Lon-dres. De esta época son los grabados El Garrotín y La Macarena. 58 • 1912. Es nombrado miembro de la Union Internationale des Beaux Arts et des Lettres de París. Realiza los decorados pa-ra la obra Los doce, de Catrine y Saban. • 1914. Expone en Madrid y en la exhibición de arte español presentada por la Grafton Gallery, en Londres. • 1915. Pastora Imperio estrena en el Tea-tro Lara de Madrid El Amor Brujo, de Fa-lla, con escenografía y figurines del artis-ta. • 1918. Expone en la Sala Witcomb de Buenos Aires. • 1923. Entabla amistad en la Residencia de Estudiantes con Federico García Lorca, Alberti, Dalí, Gustavo Durán, Benjamín Palencia, José Caballero… • 1924. Triunfa en Madrid con la exposición individual realizada en el Palacio de la Bi-blioteca y Museos Nacionales, en la que presenta su Poema del Atlántico. Participa en la XIV Exposición Internacional de Arte de Venecia y en la XXIII edición Interna-cional del Carnegie Institut de Pittsburg (EE.UU.). • 1927. Antonia Mercé, La Argentina, estre-na en la Volksoper de Hamburgo el ballet-pantomima El fandango de candil, con es-cenografía y vestuario de Néstor. • 1928. Reapertura del Teatro Pérez Galdós, remodelado y decorado por Néstor y su hermano Miguel. Traslada su estudio de Madrid a París. Inicia la serie Visiones de Gran Canaria y los bocetos para el Poema de la Tierra. 59 • 1929. Diseña la escenografía y los figuri-nes para el ballet Triana de Albéniz, es-trenado en la Ópera Cómica de París por la compañía de Antonia Mercé. Confecciona el vestuario a María Kousnetzoff para la Salomé de Strauss y El Aventurero, obra de Augier, para la célebre actriz Cécile Sorel. • 1930. Expone en la Galería Charpentier de París y en la Witcomb de Buenos Aires. Le Prince edita las litografías del Poema del Atlántico. • 1931. María Kousnetzoff le encarga la es-cenografía y vestuario para el Don Giovan-ni de Mozart. Diseña los trajes de repre-sentación para las sopranos Grace Moore y la mezzosoprano Conchita Supervía. Expo-ne en el Salón Figaro (París). • 1932. Comienza la decoración mural del gran salón de fiestas del Casino de Santa Cruz de Tenerife. • 1934. Abandona París para establecerse definitivamente en Gran Canaria e inicia la campaña que denominará Tipismo. Con es-ta labor intentará recuperar los valores etnográficos de Gran Canaria y su proyec-ción turística. • 1937. Esboza las trazas del Albergue de la Cruz de Tejeda y el Pueblo Canario. Escri-be su manifiesto identitario bajo el título Habla Néstor. • 1938. El 6 de febrero fallece en Las Palmas de Gran Canaria. Meses después lo hará su madre, doña Josefa de La Torre. • 1956. El 18 de julio se inaugura el Museo que lleva su nombre. Fernando Baena, Pueblo Canario (fragmento). 1950-1960 Memoria digital de Canarias (mdC). ULPGC Esta publicación utiliza CÓDIGOS QR ¿Qué son los códigos QR? QR (Quick response codes) son códigos de barras bidimensiona-les. Están destinados a ser utili-zados con cualquier teléfono móvil que disponga de cámara. Para acceder a su con-tenido es necesario instalar un programa gratuito en el teléfono. En comparación con los códigos tradicionales -como por ejemplo los de barras- los QR pueden alma-cenar mucha más información en forma de texto o enlaces a páginas en Internet. ¿Es gratis? Sí, es gratis. Sin embargo, para acceder a los conteni-dos es necesario el uso de Internet en su teléfono mó-vil. Por favor, consulte las tarifas con su operadora. Es recomendable tener una tarifa plana de datos o utili-zar una conexión Wi-Fi. ¿Cómo leer el código? 1. Instale un lector de códigos QR, como por ejemplo Kaywa Reader en su móvil http://reader.kaywa.com 2. Abra el programa en su teléfono móvil y enfo-que con la cámara al código QR que desea leer. 3. Al aceptar, se abrirá una ventana en su móvil con el contenido del código QR. 62 Texto completo de Habla Néstor Memoria digital de Canarias (mdC) http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/MDC/id/171153 Audiolibro (versión sonora) de Habla Néstor Memoria digital de Canarias (mdC) http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/mdcm/id/667 63 Catalogación ISBD de Habla Néstor en la Biblioteca de la ULPGC http://opac.ulpgc.es/cgi-bin/abnetopac?TITN=693396 Folleto Habla Néstor publicado en 1939 Memoria digital de Canarias (mdC) http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/MDC/id/85701 65 La tertulia del Apolo Délfico En los jardines de su casa del Real de Las Palmas, en el mismo espacio que hoy ocupa la plaza que lleva su nombre, el prínci-pe de las letras canarias, Bartolomé Cairasco de Figueroa, organizó una tertulia dedicada al Apolo de Delfos. A lo largo del siglo XVI, participó en ella lo más granado de la intelec-tualidad insular, asi como destacados visitan-tes foráneos, debatiendo sobre las artes, la música, la literatura y las ciencias. La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria y la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, quieren ser herederos de dicho espíritu, aus-piciando la creación de una colección de pu-blicaciones con ese mismo nombre. Esta serie editorial estará dedicada al rescate de textos de especial interés para Gran Canaria corres-pondientes a reediciones actualmente inen-contrables, poco difundidas o directamente a creaciones que hasta ahora jamás han visto la luz de forma impresa. Todos los títulos de La tertulia del Apolo Délfico se publicarán en formato papel y de forma electrónica, con el fin de poder ser también legibles en dispositivos informá-ticos y móviles. Asimismo, se ofrecerán a tra-vés de Internet para asegurar su difusión y acceso universal a todos aquellos que quieran conocer nuestra cultura y legado. La tertulia del Apolo Délfico http://www.rseapgc.com/documents/tertulia_ad.html Sumario Una edición renovada Tomás Van de Walle y Sotomayor, 7 La actualidad de Habla Néstor María del Carmen Martín Marichal, 11 Néstor y la revalorización de Gran Canaria Domingo Doreste Fray Lesco, 17 HABLA NÉSTOR Néstor Martín-Fernández de la Torre, 23 Apéndice Néstor, paladín de nuestro tipismo, llama a los canarios Néstor Martín-Fernández de la Torre, 45 Cronología, 57 Códigos QR, 61 La tertulia del Apolo Délfico, 65 Esta edición de Habla Néstor se publica el 6 de febrero de 2014 en conmemoración del 76 aniversario del fallecimiento de Néstor L A T E R T U L I A D E L A POLO D É L F I C O ISBN 978-84-942219-0-3
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Calificación | |
Título y subtítulo | Habla Néstor : un ideal para Gran Canaria |
Autor principal | Martín Fernández de la Torre, Néstor |
Autores secundarios | Doreste, Domingo |
Tipo de documento | Libro |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria ; Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Biblioteca Universitaria |
Fecha | 2014 |
Páginas | 71 p. |
Datos serie | La Tertulia del Apolo Délfico ; 1 |
Materias |
Néstor Martín-Fernández de la Torre (1887-1938) Turismo Pintura Arquitectura Historia Identidad Cultura Canarias Gran Canaria |
Enlaces relacionados | Audiolibro (versión sonora): http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/mdcm/id/667 Habla Néstor (1939): http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/MDC/id/85701 Habla Néstor (1987): http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/aguayro/id/2254 |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 13138331 Bytes |
Notas | Doreste, Domingo (Fray Lesco) |
Texto | Habla Néstor Un ideal para Gran Canaria Agradecemos al Museo Néstor y al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria la autorización y facilidades dadas para la publicación de esta obra. Edición al cuidado de Víctor Macías Diseño, maquetación y tecnología: Amagro ediciones digitales http://www.amagroed.info LA TERTULIA DEL APOLO DÉLFICO, 1 Las Palmas de Gran Canaria (España), 2014 Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria (RSEAPGC) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Biblioteca Universitaria ISBN 978-84-942219-0-3 Habla Néstor Un ideal para Gran Canaria Introducción de Domingo Doreste Fray Lesco NÉSTOR MARTÍN-FERNÁNDEZ DE LA TORRE Néstor Martín-Fernández de La Torre, (1887- 1938), no sólo ha sido el más brillante de los pintores canarios, admirable por la fuerza de sus obras de estilo modernista, como los Poemas del Mar y de la Tierra, sino que fue un preclaro precursor de lo que el turismo iba a representar para las Islas Canarias, como demuestra el si-guiente texto. Folleto publicado por la Junta Provincial de Turismo de Las Palmas, 1939 Néstor, hacia 1910 Nota del editor: Las fotografías e ilustraciones han sido impresas hasta el borde derecho de la página intencionadamente. Una edición renovada Vivimos tiempos de crisis. Pero, con ser penosa para quienes más agudamente la padecen, la crisis material no constituye el peor de los ma-les. Aquella falsa medida de las cosas a la que tan rápidamente nos habituamos en tiempos de bo-nanza nos ha hecho olvidar quizá lo más impor-tante y que, por obvio, nos ha pasado desaperci-bido. Los valores, la cultura del esfuerzo y el afán por superarnos debe volver a ser parte de nuestro proceder cotidiano, no solo para intentar salir cuanto antes de la situación en la que nos encon-tramos, sino para demostrarnos que, pese a todo, podemos seguir adelante con éxito. A lo largo de nuestros más de dos siglos y medio de existencia, los Amigos del País de Gran Canaria hemos padecido frecuentes periodos de adversidad y falta de medios. Sin embargo, en casi todos los casos conseguimos hacer realidad los anhelos de mejora de la sociedad insular por-que creíamos firmemente en su utilidad y benefi-cio colectivo. Hoy no podemos ser menos. En nuestra larga trayectoria, las publica-ciones e impresos han tenido una importancia capital. Superando el centenar de títulos, han constituido, ayer como hoy, un medio insustitui-ble para hacer llegar el conocimiento, la cultura, la historia, la narrativa, el ensayo y la 8 investigación a todos, quedando por dicho medio constancia para el futuro de lo acontecido en tiempos pasados y proponiendo, a través de in-contables iniciativas, mejoras para el porvenir. Sin embargo, conscientes de que la escasa dispo-nibilidad presupuestaria actual no nos permite continuar principalmente con la edición conven-cional, hemos buscado y hallado este nuevo me-dio que hoy tiene el lector de forma impresa en sus manos o en la pantalla de su dispositivo móvil o informático. Con Habla Néstor, la Real Sociedad Eco-nómica de Amigos del País de Gran Canaria prin-cipia una nueva colección, La Tertulia del Apolo Délfico, utilizando los últimos avances y economía que permite la publicación bajo demanda (POD). Este tipo de edición permitirá ofrecer y distribuir, vía Internet, tanto la habitual edición impresa de los nuevos títulos –que por sus carac-terísticas no estarán limitados en cuanto a su nú-mero de ejemplares y que por lo tanto estarán permanentemente disponibles para quien desee adquirirlos- como su descarga y lectura en teléfo-nos móviles, tabletas y ordenadores. Por otra par-te, estos nuevos libros de la RSEAPGC se ofrece-rán por vez primera a nivel internacional, rom-piendo las barreras del localismo y estando dispo-nibles para cualquier persona o entidad que desde cualquier país desee recibir o descargar un ejem-plar. Pero no nos basta con eso. Títulos como Habla Néstor, permitirán también que los disca-pacitados visuales y lectores en general, puedan escuchar su texto en lugar de leerlo, o conectarse 9 a una página web desde su ejemplar utilizando códigos QR, lo que les permitirá ampliar con más información los contenidos en ellos ofrecidos. De este modo, nuestra Real Sociedad pro-pone una vez más nuevas soluciones para nuevos tiempos con los que seguir poniendo la edición sobre temas que conciernen a Gran Canaria en el lugar que merece. En cualquier caso, este proyecto no podría llevarse a cabo en solitario. Por dicha razón hemos requerido la colaboración de la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con quien ya teníamos estrechas y fructíferas re-laciones, para que nos prestara su asesoramiento y documentación y, para el título primero de la serie que nos ocupa, al Museo Néstor del Ayunta-miento de Las Palmas de Gran Canaria. La gene-rosa y rápida respuesta de ambos sumándose a esta iniciativa debe ser públicamente reconocida lo cual hacemos y agradecemos por este medio. Tomás Van de Walle y Sotomayor Marqués de Guisla-Guiselin Director de la RSEAPGC Tipismo, hoja divulgativa (fragmento). 1934 11 La actualidad de Habla Néstor No es la primera vez que la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y nuestra Real Sociedad Económica de Amigos del País colaboran para rescatar y divulgar de forma impresa lo mejor de nuestro pasado, desconocido aún hoy en su mayor parte para el público en ge-neral. Efectivamente, hace ya una década, vio la luz Gregorio Chil y Naranjo : miscelánea, libro dedicado a recopilar la totalidad de los textos hasta entonces localizados, —fuera de sus Estu-dios históricos, climatológicos y patológicos— de una de las primeras figuras del pensamiento cien-tífico y antropológico canario. Hoy, sin embargo, nos encontramos con dificultades económicas para poder seguir realizando estas publicaciones de forma tradicional. Al mismo tiempo, constatamos cómo las nuevas generaciones de canarios, pero no sólo éstas, desconocen casi todo de nuestro pasado debido, por una parte, a la invasión de contenidos mediáticos o culturales foráneos y, por otro, a la falta de propuestas propias que permitan conocer lo rico y variado de nuestra historia, pensamiento o literatura y, en suma, de nuestra cultura, de lo que éramos y hemos dejado de ser. 12 Por ello, la RSEAPGC ha requerido de nues-tra participación para llevar a cabo un nuevo pro-yecto que tiene como referente aquella primera edición de 2004, pero que ahora aparece como una nueva serie de títulos que pretende rescatar y divulgar, empleando las últimas tecnologías, lo mejor de escritos de todos los tiempos, olvidados o poco accesibles, relativos a Gran Canaria. Como no podía ser de otro modo, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, por medio de su Biblio-teca, ha aceptado gustosa dicho llamamiento, prestándose a realizar el asesoramiento técnico necesario para hacer realidad esta ilusionante iniciativa, ofreciendo al mismo tiempo su amplio bagaje documental y sus plataformas digitales para hacer realidad tan filantrópico fin. El primero de los títulos seleccionados, Habla Néstor, no lo ha sido al azar. Recoge el texto de la conferencia pronunciada por Néstor Martín-Fernández de la Torre el 18 abril de 1936 en la Junta Provincial de Turismo y publicada pós-tumamente en 1939 con prólogo de Domingo Do-reste Fray Lesco. En dicho texto, Néstor expresa de forma detallada su pensamiento identitario con el que pretende que Gran Canaria vuelva a ser ella mis-ma. Desde 1928, fecha en que inicia su serie pic-tórica Visiones de Gran Canaria, hasta su misma muerte, realiza acciones cada vez más amplias bajo la común denominación de “tipismo”, pro-moviendo el cambio de la sociedad insular a la búsqueda de la recuperación de una forma de ser tradicional y diferenciada que nos haga atractivos ante el turismo que, ya entonces, demostraba una importancia económica creciente. 13 A poco que el lector recorra las páginas de este libro, ideario del pensamiento de Néstor, comprobará cómo, pasados más de tres cuartos de siglo, la mayoría de su pensamiento sigue ple-namente vigente y, por desgracia, pendiente aún de cumplir en una sociedad grancanaria inmersa hoy en la anomia y en una aculturación creciente. Pese a su importancia, esta conferencia sólo fue publicada inicialmente como folleto de ocho páginas en 1939, siendo reproducida poste-riormente como artículo en la desaparecida revis-ta Aguayro —versiones ambas ofrecidas de forma digitalizada en la Memoria digital de Canarias (mdC)— o inserto en diversos estudios sobre su vida y obra. Por ello, ve ahora la luz por vez pri-mera en forma de monografía, tal cual merece, permitiendo su distribución y acceso a través de los canales editoriales convencionales. Pero, además de ello, el día 6 de febrero de 2014 se cumplirá el 76 aniversario del falleci-miento de un genio no solo pictórico y artístico, sino de quien pretendió con una visión trascen-dental, redescubrir y dar forma a una identidad grancanaria, labor que truncó su temprana muer-te en 1938 y que sólo puede ser calificada de ca-tastrófica para nuestra Isla. Buscando un símil de lo que pudo haber sido para nosotros la realiza-ción de sus ideas, tenemos que avanzar más de treinta años para contemplar los proyectos de César Manrique que afortunadamente, cambiaron decisivamente a Lanzarote y la convirtieron en un referente mundial. 14 Hoy tenemos en nuestras manos y panta-llas electrónicas un texto que contribuirá a agitar nuestras conciencias para alentarnos a despertar individual y colectivamente, haciendo realidad las ideas de Néstor. Las Visiones de Gran Canaria, pueden y deben hacerse realidad en toda su am-plitud. Está en nuestras manos. María del Carmen Martín Marichal Directora de la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria La demostración de belleza de lo que de-bemos ser. Lo que podremos ofrecer al interés mundial. Un país que responda al concepto que el mundo tenga […] ¿Cómo llegar a la consecución de esto?. Si de nosotros no parte, ¿quién lo va a hacer?. Laboremos, pues, por conseguirlo. La belleza de nuestros paisajes sufre los efectos del modernismo estandarizado, con el clásico cajón de cemento armado, que desplaza a la casa campesina. Proyec-tos y reformas urbanas se han concebido en vía estrecha. Los árboles y flores se han visto privados del amoroso cuidado que hubiese hecho de esta tierra un lugar delicioso para el turista. De lo auténtico queda poco. Néstor Martín-Fernández de la Torre, 1936 Néstor, Albergue de la Cruz de Tejeda. 1937 Néstor y la revalorización de Gran Canaria Domingo Doreste Fray Lesco Néstor, Drago. 1930-1938 19 La Junta Provincial del Turismo, de Las Palmas, se reunió el 18 de abril de 1936 en sesión extraordinaria, solamente para escuchar a Néstor sobre su tema entonces predilecto, a saber: las orientaciones de lo que pudiéramos llamar políti-ca turística en Gran Canaria. Fue aquella amiga-ble conferencia como una síntesis, mejor pensa-da, de sus frecuentes charlas anteriores. Fue su charla máxima y capital. Se ha tratado de recopilarla en este folle-to, que edita la propia Junta. La preocupación urgente de esta reproducción ha sido la de la fi-delidad. Estimo que se ha conseguido doblemen-te, en el fondo y en la forma. Los habituales es-cuchas de Néstor, en el café, en el paseo, en la intimidad, espero que han de reconocer su estilo en estas páginas. El escrúpulo de la fidelidad se ha llevado al extremo de respetar algún que otro rasgo que, hoy, a más de dos años de distancia, pudiera pa-recer anacrónico. Néstor falleció el 6 de febrero del año pa-sado, en plena exuberancia de ilusiones y de idea-les, con un vasto programa en marcha de revalo-rización del país (valga su frase favorita), que pudo ver realizado en mínima parte. Su desapari-ción, tan traidora, pareció una catástrofe. 20 Aparte de la honda compasión humana, lo que nos acongojó a todos fue un sentimiento de desamparo irrestañable, al medir la trascendencia de aquella pérdida. Néstor dejó proyectos, esbo-zados unos, otros adelantados, pero no sucesión. Nadie podía aspirar a sustituírsele. No podíamos parodiar la frase pragmática: El Rey ha muerto; ¡viva el Rey!. No es esta ocasión para presentar a Néstor como profesional de la pintura, arte que ocupó lugar eminente en su vida, pero sí como artista integral en todas las manifestaciones de su exis-tencia. Aquel evidente d'annunzianismo de sus cuadros, no imitativo sino connatural, se traducía a ojos vistas en su persona, en sus actos, en sus palabras, con un poder de sugerencia tal que aca-baba por convencer y arrastrar a los más timora-tos. Con estas armas, Néstor pudo aventurarse a convencer, mejor dicho, a seducir a las masas. Iba en camino de lograrlo. Concebía en grande y siempre mirando al porvenir. Su concepto y su sentimiento del Arte eran prevalentemente sun-tuarios. Amilanaban sus proyectos; pero, a la postre, los más recalcitrantes acababan por caer en la tentación de la suntuosidad. Y tras una charla ganaba la adhesión y el voto. Se armó y cruzó así de hombre civil, con bagaje de artista, y pudo concebir la idea de transformar la vida de su Isla, Gran Canaria, con un nuevo sentido estético verdaderamente para-dójico, pues no era un espejismo de novedad lo 21 que ofrecía, sino, al revés, el remozamiento de los viejos y perennes motivos de belleza que el suelo y las costumbres del país atesoran. Era el suyo un programa totalitario del folklorismo, en-riquecido a fuerza de una observación infatigable. Alguna vez le oí decir que llevaba catalogadas más de treinta ingenuas industrias populares, ne-tamente canarias, desde los calados hasta las esteras de palma. El número parecía inverosímil; pero era exacto. Por estos pasos Néstor llegó a ser el tribu-no de la "revalorización" de Gran Canaria. Para ello se vio obligado también a fustigar, atacando a fondo los reductos del mal gusto, disfrazados de un falso cosmopolitismo. Llegó el momento en que el propagandista se convirtió en predicador. En este momento le sorprendemos. Su prédica máxima, reproducida en estas páginas, muestra las dos exaltaciones de aquella su oratoria de ocasión: el entusiasmo y el desdén. Homenaje, lección, testamento: tal es la enjundia del presente folleto que espero sea leído con devoción y difundido con fruto. Néstor, Gran Canaria (fragmento). 1934-1936 Habla Néstor Néstor, Fiesta pascual de la Isla (fragmento). Escenografía, 1938 25 La lección del pasado Mi país ha vivido bajo la fascinación de los cultivos especiales que se ha sucedido desde hace tiempo, produciendo épocas de gran prosperidad, con intervalos de profundas crisis, rayanas en la miseria. Desde mi estudio en París pensé muchas veces con tristeza en la inseguridad del porvenir de mi país, en el cual un pedazo de tierra dedica-do al plátano alcanza un valor superior a grandes extensiones de terreno en cualquier suelo del planeta. Y se fundaba mi dolor en que, precisa-mente, la pasajera prosperidad hacía perder a mis paisanos la conciencia de la situación y olvi-darse en el vaivén de su economía, de lo estable que ha sido y es "hacer país". Revalorizando lo propio, preparando nuevas fuentes de riqueza y hasta restaurando cultivos tradicionales que pres-tigiaron en un tiempo nuestro solar en el mundo, en primer término, el de sus vinos, el primer di-plomático enviado por los Estados Unidos al con-tinente europeo, en un banquete ofrecido a las autoridades de Londres, hacía ocupar en la lista de vinos, en puesto de honor a las malvasías de Canarias, que habían ganado la más alta reputa-ción en Europa. 26 La meditación del momento Y era el momento propicio para iniciar es-te plan de revalorización exactamente aquél en el que el oro se nos entraba por las puertas. El cose-chero de la cochinilla, como hoy el del plátano, no pensaba en otra cosa que en acrecer sus par-celas, invirtiendo sus beneficios en la compra de una finca más. Con este panorama a la vista hubiera sido suicida volver a mi tierra en silencio y no para despertar ambiciones nuevas, eminentemente espirituales, sin abandonar, por supuesto las eco-nómicas, era empresa quimérica mientras perduró el imperio de la banana. Hoy, ante la decadencia de este cultivo ya se pueden iniciar consejos y orientaciones hijos de una experiencia pasada, cuya lección nunca aprendimos. Es de notar, aun-que sea de pasada, que la fascinación del cultivo especial suponía una dedicación a otros elemen-tos de riqueza que saltan a la vista. Hemos vistos arribar a nuestra casa foras-teros que se han aprovechado de nuestra indolen-cia e imprevisión. Muchos de ellos en el ejercicio de improvisadas industrias, actividades comercia-les, han logrado un afincamiento definitivo entre nosotros. Se ha comentado muchas veces que "fulanito", llegando aquí sin dos pesetas, con un bar, fonda o cualquier modesta industria, pudo amasar en pocos años una fortuna pero ¿quién era el hijo de familia capaz de ponerse detrás de un mostrador?, era más "chic" darle una carrera y hacer de él, en la mayoría de los casos, un hom-bre inútil. Néstor, Pueblo canario (fragmento). 1937 28 El asalto al turista En estas condiciones surge el turismo, co-mo hecho y como problema, imponiendo brutal-mente la necesidad de la revolución integral del país, en que nunca habíamos pensado. Trazar un plan de propaganda turística sin antes preparar el país, me parece contraprodu-cente. Tengamos en cuenta que el viajero que nos visita no viene a nuestras islas para encontrar en Tejeda un tacón de Luis XV o una cabellera oxigenada. Hasta en los pueblos más apartados ha ido desapareciendo el uso de la mantilla canaria, sustituida por velos o sombreros ridículos, traídos por vientos de afuera. La belleza de nuestros paisajes sufre los efectos del modernismo estandarizado, con el clásico cajón armado, que desplaza a la típica casa campesina. Proyectos y reformas urbanas se han concebido en vía estrecha, los árboles y las flores se han visto privados del amoroso cuidado que hubiera hecho de esta tierra un lugar delicio-so para el turista de lo auténtico queda poco, el folklore ha ido olvidándose: y en el tema de des-aparición, hasta ha desaparecido el inteligente artesano (platero, tallista, forjador, etc.), que a principios de siglo tenían en la artesanía un medio de vida, ante la invasión de mil chucherías que, precisamente por ser exóticas, merecieron acogi-da preferente. 29 La pequeña gran industria El turismo lo entiendo como una grande y compleja industria que ha de desarrollar el país entero. Si no recobramos y acentuamos nuestra personalidad, nada podemos ofrecer al turista que le halague y satisfaga, dentro de un estilo netamente canario tenemos que revalorizar todo lo nuestro, sea moderno o tradicional, de otro modo seremos suplantados por el industrial o por el comerciante de afuera, como pasa hoy a nues-tros ojos, desde el "cambullón" hasta los hoteles y tiendas monopolizan el comercio turísticos con artículos exóticos, menos mal que se trata de paisanos, pero se dan casos de los que se lucran son extranjeros. Los bazares de "indios" no me dejarán mentir. Aparte de esto, la creación de industrias típicas aumentaría el bienestar del país, fomen-tando el trabajo y torciendo a nuestros bolsillos el dinero que distrae el extraño. Con los bordados y calados del país, orientando su confección inteli-gentemente, encontrarían ocupación decorosa miles de mujeres, redimiéndolas del terrible pro-blema del paro. Lo mismo ocurriría con las telas tejidas en el país. En Madeira, donde las indus-trias turísticas están en manos de los naturales, más de diez mil mujeres viven del producto de sus calados y bordados, llegando a extremos de desbordar la producción, invadiendo nuestros mercados, "incluso el nuestro". Néstor, Triana. París, 1929 31 Habéis observado que el turista pide siem-pre lo que para él es exótico, es decir, el produc-to típico del país que visita. Pues bien, si acom-pañáis en cualquier viajero en gira por el interior de la isla, y os tienta el deseo de ofrecerle una sencilla merienda en la tienda mejor surtida que se encuentra al paso, y pedís vino del "Monte", os dirán que solo tienen Jerez, Oporto, Málaga,... sin que falta, naturalmente, el whisky (en sustitu-ción de nuestra original y exquisita guindilla). Si solicitáis queso de Guía, o Valleseco, o chorizo de Tamaraceite, os contestarán que sólo disponen de queso de "bola" y de salchichas de Francfort, de dulce repostería isleña, nada. En este tramo sólo pat-a-kake... y esto sabiendo el comerciante, como nosotros, que nuestros productos no tienen nada que envidiar a los importados. El traje típico Debo hacer mención del traje típico, crea-do por mí, que ha merecido algunas críticas. La creación responde a fundamentos y motivos tradi-cionales, aunque condicionada a las necesidades y exigencias del propio turismo, dándole el colorido y alegría que el viajero espera encontrar. La "na-güeta del totorota" no ofrecía ningún interés al visitante, y era además antiestética. Cada uno de los detalles del traje respon-de a un precedente tradicional embellecido, si se quiere, como creación que es de un artista, pero no falseado, en esto, como lo demás, el turista espera encontrar un motivo que le satisfaga, y la realidad debe responder a este deseo. 32 La presentación estética Señalando defectos, quiero indicar tam-bién la labor que, a mi juicio, debe acometerse. En cuanto al color de la ciudad y de los pueblos, resalta por lo general un marcado mal gusto. Se hace necesario imponer resueltamente el blanqueo con cal de las fachadas de las vivien-das. Se ha llegado a decir que en una ciudad en que resalta la nota blanca, se hace necesario el uso de gafas para proteger la vista. Las Palmas y nuestros pueblos, hasta fines del pasado siglo, no conocieron otro color que blanco. Se dice toda-vía, efectivamente, "albear", que quiere decir blanquear, cuando se da color a un muro porque indudablemente eso, blanquear, era lo que hacía, aunque hoy la palabra haya degenerado al cam-biar las costumbres, y se diga seriamente que se le albea una casa de rojo o verde, sin embargo, la gafa protectora ni se conocía ni se usaba. Ha sido precisamente en estos últimos años cuando se ha introducido esta costumbre, coincidiendo con los colores chillones de las fachadas. Otra ocupación apremiante es la del em-bellecimiento de nuestros campos, arbolado y flores, son los elementos insustituibles para re-mediar tan urgente necesidad. Los "riscos" y los barrios de la ciudad, lo mismo que el contorno de toda la isla, repeles al viajero. Su contemplación no le anima ciertamente a desembarcar. Y, ya dentro de la isla, paisajes de indudable y superior belleza, se adivina que pudieron acrecer su en-canto si la iniciativa de los habitantes se lo propu-siera. Cubrir de geranios y trepadoras las tapias y murallas que dominan las carreteras, fomentar la 33 colocación de plantas y flores en las ventanas y azoteas, aconsejar la plantación de papayas, de fácil cuidado y conservación, en los patios y huer-tos, con algún positivo provecho, ya que su fruto es exótico para el viajero; intensificar el cultivo del cactus en todas sus variedades, dedicar espe-cial atención y fomento a la flora netamente isle-ña, tan rica y variada, desterrando la costumbre, implantada en primer término por nuestras corpo-raciones, de difundir la plantación de árboles ex-traños; toda esa labor puede ser fructífera me-diante una constante y paciente propaganda, acompañada del aliciente de algunos premios en metálico. La presentación social Urbanidad, cortesía, hospitalidad, coope-ración ciudadana, en una palabra, son el com-plemento de una preparación turística. Se trata, pues, de crear lo que pudiéramos llamar ambien-te social turístico, propicio tanto al fomento del turismo, cuanto al desarrollo de las industrias convenientes. El viajero que nos visita, aunque no se tenga en consideración sino su carácter de fac-tor económico de nuestra vida, tiene derecho un trato de favor, a extraordinarias atenciones de cordialidad que le permita olvidar que se encuen-tra en país extraño. Este espíritu hay que incul-carlo en los niños, durante su paso por la escuela, como se está haciendo en Italia y Alemania, me-diante charlas y conferencias que se alternan con sus estudios. Néstor, Triana. París, 1929 35 En la organización de servicios no hay que olvidar nunca que deben responder a las exigen-cias de una ciudad de turismo, y que se ha de destacar en todos los detalles la nota propia, ese es el perfil de la canariedad que es el que comu-nica su originalidad a nuestra presentación. ¿Cuánto más atractivo sería para el viajero el que, al pisar los muelles, se encontrara un "cam-bullón", de hombres y mujeres, ostentando con dignidad el traje típico, y ofreciendo frutos, flo-res y productos genuinos de nuestra tierra? Y dentro de ese perfil de canariedad que se ha cultivado con el mayor escrúpulo, no hay que ponderar que ha de destacarse hasta la exa-geración la nota de limpieza, en las personas y en las cosas. Ahora mismo se observa una profusión de signos extremistas y de papelotes que se ad-hieren a los muros y frontis, demostrando que nuestro pueblo se halla aún más lejos de la tan deseada adaptación ciudadana al ambiente turís-tico. Miguel Martín-Fernández de la Torre, Casa del turismo. 1945 37 El arte popular He insistido en la importancia primordial que para el turismo tiene el fomento de las pe-queñas industrias del país, cuyo valor es más es-tético que utilitario. Estimo que hasta debería pensarse en la posibilidad de liberarlas de todo impuesto, en consideraciones al provecho que reportarían al país, y por ende, directamente al tesoro público, pero existe otro elemento afín al que hay que atender con igual cuidado, es el arte popular. Va infiltrándose entre nosotros por for-tuna, la costumbre de otorgar becas a los alumnos pobres aventajados de nuestros centros de ense-ñanza, sin excluir a los aprendices de arte. Llegar a ser artista es una noble ambición, patrimonio de pocos, ¡pero es tan difícil lograrlo! Muchos de esos chicos pierden sus mejores años en una sen-da, sin llegar a la verdadera categoría de artista. Para ellos la ayuda oficial es estéril. Preferiría, pues que se derivara a otro or-den de arte, más inmediato y seguro, al cultivo del arte popular, tan en armonía con los puntos de vista del turismo. Las rondallas y las escuelas de canto, en primer término, en el historial de nuestras dejaciones hay que anotar con melanco-lía el olvido de nuestros cantos populares, con la literatura que le es propia. He oído aires popula-res con letra y estribillo importados. No se puede llegar a mayor abandono. 38 Visión del porvenir La Playa de Las Canteras, que pudo dar nuestra máxima atracción, es la demostración más palpable, aparte de otras muchas, de falta de visión. Magnífica antesala sería la barriada porteña, si hace cuarenta años se la hubiera con-cebido con la visión de un porvenir no muy leja-no. Lo mismo diremos del aeropuerto de Gando. Dentro de cuarenta o cincuenta años -no olvide-mos nuestra condición de isla- cuando la aviación sea el medio normal de comunicación, resultará que habrán de invertirse tres cuartos de hora desde Las Palmas a Gando y sólo quince minutos desde allí a Tenerife. Situado el aeródromo en las proximidades del Campo de Golf, quedaría colo-cado a las puertas mismas de la ciudad y habría de ser un motivo más de embellecimiento, mejo-rando el fondo de la misma. Mirando el porvenir, hemos de tener en cuenta también la formidable Playa de Maspalo-mas. Quizá sea prematuro pensar desde ahora en ella; pero por lo menos evitemos que lo que se haga pueda convertirse en obstáculo para que las generaciones que nos sucedan lleven a cabo los proyectos que en un futuro más inmediato acon-sejen las realidades del momento. No concibamos las cosas en pequeño sino en grande, con la vista en el porvenir, aunque los espíritus materialistas pudieran asustarse y calificarnos de irrealistas. 39 Mi colaboración He trasladado a mi tierra mi estudio de Pa-rís, con propósito de dedicarme por entero a mi país. Comprendo que la labor es dura y agotado-ra; pero me propongo continuarla hasta el fin, pese a los momentos de desaliento que me espe-ran ante tanta incomprensión. De mis proyectos, algunos los veo ya realizados. En primer término la adopción del traje típico, de cuyos resultados no estoy descontento, aunque confío en que las sociedades difundan su uso mediante la organiza-ción de períodos festivales y bailes. El albergue de la Cruz de Tejeda, va en vías de realización, y será en su día el exponente más destacado de la personalidad canaria, en un ambiente de confort y gusto, a tono con los más exquisitos refinamien-tos. La cabalgata de reyes, junto a los demás fes-tivales por mí organizados, tienden a establecer permanentemente un ciclo anual de espectáculos de íntimo sabor canario. Tales han sido los jalo-nes de mi labor. Como consecución de un programa más vasto concibo la exposición permanente de pro-ductos canarios en el Parque Doramas. En ella estarán representados todos los productos de la escala de industrias del país, típi-cas y modernas, y los de la tierra, junto a la ex-posición se levantará el monumental pueblo cana-rio, exhibición viva de nuestras costumbres y tra-diciones, artesanos auténticos, que lograrían con su arte sus medios de vida y contribuirían al bien-estar del país elevando su clase; laboratorio fol-klórico, escuela de canto y música popular, etc. Néstor, Visiones de Gran Canaria. 1928-1934 41 En este proyecto figura también la recons-trucción del antiguo Hotel Santa Catalina, acomo-dándolo a un estilo netamente canario, pues aparte de que la construcción de un gran hotel de tipo internacional no está al alcance de la eco-nomía del país, no dejaría de ser para el viajero un hotel más, sin el atractivo de lo desconocido e inesperado, como lo sería para él en este caso un edificio de aspecto sencillo y original, dentro de un área y ambiente isleño, en el que le sería gra-to hasta la delicada nota de servidumbre vestida de traje típico. Figura igualmente en el proyecto un gran salón de fiestas o casino, que recoja la vida ele-gante y cosmopolita, y lugar para ciertos recreos que, si algún día se autorizan, contribuirían pode-rosamente a promover grandes iniciativas turísti-cas. Debo advertir que todos estos proyectos se realizarían sin cambiar la fisonomía del precioso Parque Doramas y sin sacrificar ni un solo ejem-plar de sus arboledas. Realizados que fueran, ya tendríamos los genuinos productos y creaciones del país en cons-tante exhibición y movimiento y en abundante rendimiento de ingresos, que quedarían en bene-ficio exclusivo nuestro, haciendo verdad el afo-rismo de que el turismo es una riqueza invisible que se desparrama en cuantía fabulosa, no alcan-zada por ninguna otra fuente de riqueza. En pos de esto irían surgiendo otros motivos atendibles y también provechosos. El Castillo de la Luz, por ejemplo, restaurado y convertido en museo, po-dría acoger los nombres de los primeros canarios que se enrolaron en la sublime aventura del des-cubrimiento de América, y de los que, más tarde 42 con Hernán Cortés, Pizarro y otros caudillos cola-boraron en la conquista del nuevo mundo, con cuya historia la nuestra está tan enlazada. Podrán unirse datos y aún cosas, pues no hay que olvidar que el turismo se alimenta de la admiración al pasado, que es necesario reconstruir ante sus ojos, invitando, si se quiere, para suplir la falta de lo auténtico, sabiamente y con fidelidad. Surgirán también, modestos mesones en los lugares preferentes de la isla, sencillos y lim-pios, de construcción y mueblaje canarios, en los que se podría tomar una merienda o servirse tam-bién comida típica; y las pequeñas casetas de comercio del tipo de la de "Fataga" en el muelle de Santa Catalina, para la venta de los variados productos de la industria turística. La explosión permanente será como la pri-mera guagua que transitó la carretera del puerto, después vendrían las demás. 43 Hacer patria Todo este programa de revalorización, de exaltación de la región, de canariedad, no es otra cosa que la labor en la reconstrucción de la pa-tria, para lograr la mayor riqueza y bienestar de todas y cada una de las regiones que la compo-nen, la grandeza de nuestra nación, al acusar y perfilar un sentido de canariedad en los distintos órdenes de la vida, destacamos con ello y realza-mos nuestro sentir españolista como avanzada que somos de la patria en el atlántico. Canto final Islas afortunadas, jardín de las Hespérides, Campos Elíseos... tales fueron los nombres que los antiguos asignaron a Canarias atribuyéndoles condiciones paradisíacas, ¿será acaso imposible reconquistar esta fama? No lo creo, es labor que corresponde a los hijos de esta tierra privilegiada, entre los que yo me ofrezco incondicionalmente y prometo cuanto valgo. Néstor, Visiones de Gran Canaria. 1928-1934. Néstor, paladín de nuestro tipismo, llama a los canarios Hoy, Las Palmas de Gran Canaria. 6 de diciembre de 1934 Apéndice Néstor, Visiones de Gran Canaria. 1928-1934 47 Si ahora no se hace, no se hará nunca. El momento es decisivo. Hay que ir a una restaura-ción total, intensa, de nuestro tipismo. De lo con-trario, toda labor es inútil, porque este es el úni-co medio de atraer al turismo a nuestra tierra. El turismo, que es una fuente de ingresos más segu-ra que los cultivos en crisis. Yo había lamentado siempre que se fuese perdiendo nuestro sentido tradicional, nuestras costumbres, nuestro folklore, sin dar oídas a las llamadas apremiantes de Alonso Quesada, de Fray Lesco, de González Díaz, de tantos otros. Yo mismo, en algunas temporadas que escapaba de París y venía a descansar a mi Isla, llegué a hacer una serie de obras —ochenta y tantas— en las que, en un sentido humorístico, representaba al país no como es sino como debía ser. Estas obras están todas guardadas. Nunca quise exponerlas, porque comprendí que el mayor mal que podía hacer a mis país era presentarlo con una persona-lidad definida y con un carácter propio que en la realidad no se veía luego confirmado por quien, ante aquellos cuadros, sintiera la comezón de visitarlo. Y entonces, yo también me crucé de brazos, con resignación fatalista, ante la crecien-te mediocridad igualitaria que iba borrando todo color en nuestra Isla. 48 Y llegó el XVI de abril. Un amigo mío y compañero de los años escolares, a la sazón mi-nistro de la República —ya se comprenderá que hablo de Rafael Guerra del Río— me encomienda, aprovechando mi estancia en Gran Canaria, la confección de la carroza representativa de nues-tra región, que había de figurar en el cortejo de las fiestas conmemorativas de la República. ¿Pero qué puede, me decía yo, llevar Gran Canaria, cuando aquí nada queda de regionalismo, de color diferencial? ¿Y cómo, por otra parte, negarme a lo que se me pedía? Puse entonces por condición que a la Juventud Republicana de Tenerife, ba-luarte del tipismo tinerfeño, había de costeársele su estancia en Madrid para aprovechar su colabo-ración. Y como era cosa de llevar también de aquí, me llevé tres mantillas negras, tres mantilla blancas —que, por los síntomas, van también ca-mino de desaparecer— y los célebres camellos que tanto dieron al isleño que hablar y comentar, y heme aquí en Madrid cinco días antes de las fiestas y con tan pobres elementos. Para el resto, me las arreglé en la calle de Toledo con calceti-nes de Murcia, fajas de Lagartera y así lo demás. Y ya saben ustedes el éxito. Nuestra carroza fue la única que salió entre ovaciones y regresó entre aplausos. Hasta los mismos canarios se emociona-ron. ¿Hay derecho —pensé yo entonces— a que Canarias deje perder su personalidad, su color, todo lo que es su esencia misma, más rica, defini-da y variada que la de cualquiera otra región es-pañola?. Es posible que, mientras en todas partes se labora y existe la preocupación de hacer resal-tar lo típico, en Canarias se deje morir, sin que 49 nadie tenga el gesto de intentar salvarlo? No. Esto no puede tolerarse. Cuando ya me había integrado aquí, recibo un telegrama de Guerra del Río comunicándome la llegada del equipo cinematográfico del ministe-rio de Agricultura y encomendándome que organi-ce algo para el film que iba a rodarse. Al frente de esta misión venía un periodista y escritor des-tacado, García Pacheco. Juntos recorrimos toda la Isla y no pudimos encontrar absolutamente na-da que fuera nuestro, porque hasta en Tejeda gastan las chicas más agua oxigenada que en Las Palmas, llevan tacones Luis XV, y se visten con trajes de seda japoneses de una peseta la vara. Todo lo que pudo lograrse es coger a unos "guaya-bos", ponerles unas mantillas y asomarlos a uno de los pocos balcones isleños que quedan en Ve-gueta. Y si alguna duda me quedaba para em-prender la cruzada de nuestro renacimiento re-gionalista —regionalista, no en sentido político, sino costumbrista—, esto acabó de decidirme, entendiendo que este era el único medio de crear una fuente de riqueza para nuestra isla, como nunca se pudo soñar: la atracción del turismo. Néstor, Visiones de Gran Canaria. 1928-1934 51 El turismo no se atrae con una labor buro-crática, de recibir cartas y contestarlas. Por eso yo, aunque miembro del mismo, no tengo fe en la actuación del Sindicato de Iniciativas, mientras se reduzca a reunirse semanalmente para acordar las contestaciones a los oficios que recibe, y soli-citar que los chófers lleven un cubrepolvo blanco o verde. Mientras no se ataque la raíz nuestro país no será turístico. Mientras no se vaya a la restauración de lo popular, todo será inútil; hay que ir a la restauración del traje, de los cantos, de los bailes, de los deportes netamente nues-tros. En este sentido, Gran Canaria es riquísima. Pocos países igualan al nuestro en este aspecto. Descuidar esto es gastar energías, tiempo y dinero en balde, porque todo lo más que se conseguirá es atraer engañado a un turista que a las veinti-cuatro horas se marcha aburrido a Tenerife. Que el resurgimiento de los típicos es la más eficaz atracción, lo demuestra un caso prác-tico. Las islas de Hawai son hoy conocidas en todo el mundo. No hay novios americanos que no vayan a las Hawai a pasar la luna de miel, ni estrella de cine o financiero neoyorquino que no disfrute allí sus vacaciones. Y Hawai no es otra cosa sino el resultado de una labor de aprovechamiento de los elementos folklóricos y costumbristas por artistas americanos. Esas músicas que se llaman hawaia-nas, no tienen de ello más que los motivos, ritmos simples y melodías sencillas, que los compositores americanos han explotado eficazmente. Y hoy tienen ustedes al mundo entero lleno de orques-tas típicas hawaianas, y de bailarinas hawaianas que inundan los cabarets europeos con sus tapa-rrabos de rafia. Nosotros podemos hacer lo mismo 52 y más, porque contamos con más preciosos me-dios. Y si no, vean ustedes. Hay en Las Palmas unas agrupaciones dig-nas de todo encomio, que por sí solas, sin ayudas de nadie, con sacrificio personal de sus compo-nentes, obreros casi todos que no sólo roban horas al sueño sino que también sacrifican sus bolsillos. Me refiero a las rondallas. Las rondallas son unos valiosísimos elementos en esta labor de restauración de lo nuestro. Pero hay que encami-narlas, encauzarlas. Dejadas a su propia iniciati-va, no se les ha ocurrido hasta ahora otra cosa que ejecutar tangos, alguna canción italiana, o como empresa suprema cualquier pretencioso trozo de ópera. Si de uniforme se trata, se nos visten con un smoking con ribetes blancos y se ponen unos nombres extraños, como si ninguno les sugiriera nuestra historia. Y no es por aquí por donde hay que ir. Yo les he hablado a muchos de ellos. ¿Qué dirían ustedes —les he dicho— si un sueco viniera a cantarles folías? Se reirían, naturalmente. ¿Y no comprenden que igualmente pierden ustedes el tiempo en preparar un tanguito, que lo toman de refrito de cualquier disco, cuando diseminadas por el mundo hay centenares de orquestas argen-tinas que lo ejecutan maravillosamente, como cosa que han mamado?. En cambio, en nuestra tierra tenemos melodías admirables que para us-tedes pueden ser medio de ganar mucho dinero. Porque algún día ustedes serán llamados por casas consignatarias o la Junta de Turismo para inter-pretar ante las expediciones turísticas el folklore de nuestra tierra. 53 Esto les he dicho y han comprendido que tengo razón. Otra cosa que debe hacerse es orga-nizar un concurso anual de cantos canarios con premios a la mejor isa, a la mejor folía, al mejor estilo, etc. Para ello, se debe hacer propaganda en todos los pueblos, por medio de carteles que no tienen que ser costosos. Además, de cuando en cuando se hará llegar a los alcaldes una circular estimulando su celo con el resurgimiento de los cantos canarios. Y uno de ellos retornará al pue-blo con quinientas o seiscientas pesetas. Vendrá entonces el estímulo y la rivalidad entre los pue-blos, y para el próximo año vendrá el pollo de San Bartolomé a ganarle el campeonato al pollo de Santa Lucía que lleva dos años seguidos ganándo-lo. Yo les aseguro a ustedes, que, celebrado el primer concurso, y cuando en un pueblo vean que fulanito se ha ganado quinientas pesetas, para el próximo año viene a cantar una isa hasta el cura. Por otra parte, este es el medio de llevar afanes espirituales al campesino y arrancarlo de la taberna. También hay que resucitar nuestro traje regional. Esta resurrección implica proporcionar nuevas finalidades a industrias netamente isleñas, como la de los calados. Está demostrado que el veinticinco por ciento del turismo se lleva un re-cuerdo de la indumentaria de los países que visi-ta, cuando no un traje completo. En este sentido Gran Canaria es un bazar espléndidamente situa-do. Ya conocen ustedes la costumbre de los bailes de disfraz a bordo de los trasatlánticos al pasar la línea ecuatorial. Nuestro traje para el extranjero puede constituir un disfraz exótico. Para el ex- 54 tranjero solamente. Para nosotros no debe ser disfraz, sino nuestro traje en las horas de fiesta isleña. Esto hay que destacarlo bien. En resumen: son tantas las cosas genuina-mente nuestras que sólo enumerarlas es intermi-nable. Deportes, por ejemplo. ¿Conciben ustedes la belleza plástica, de virgiliano sabor, de las pe-leas de carneros? Imagínese a dos hombres que vistiendo nuestro traje, y sobre sus hombros la manta de pastor, acercan sus más potentes bichos que en lucha llena de nobleza se embisten. En el capítulo de deportes hay muchas cosas que hacer; una de ellas, la desmercantilización de la lucha canaria y la desaparición de la horrible vestimen-ta que llevan los luchadores. Nadie más aficiona-do que yo a las luchas, pero prometí un día no volver más a una luchada, asqueado y desilusio-nado por toda una serie de martingaleos que la privan de nobleza. Hay que restaurar las normas viejas: un simple calzón y una faja, uno de cuyos extremos circunda al muslo derecho, donde el rival agarra. Así se destierra eso de "mano arriba" o "mano abajo". ¿Cómo llegar a la consecución de esto? Si de nosotros no parte, ¿quién lo va a hacer? Labo-remos, pues, por conseguirlo. 55 Como primera medida, hay que dar a la ciudad una demostración de nuestro colorido, de nuestro folklore, de nuestra indumentaria, de nuestro regionalismo en suma. Esta demostración la tendrá a mediados de este mes. En el Teatro Pérez Galdós se presentará una masa orquestal de cien instrumentos de cuerda —guitarras, laúdes, bandurrias, timples, etc. — y un cuerpo de bailes canarios y coros. Víctor Doreste está recogiendo nuestro folklore, que para muchos será una sor-presa por su variedad. Y luego, el día treinta y uno, despediremos el año y recibiremos el nuevo vistiendo el traje regional, como símbolo de nues-tra resurrección. Año nuevo, vida nueva. Vida renovada. Vida nuestra. Néstor, Visiones de Gran Canaria. 1928-1934 57 Cronología • 1887. Néstor Martín-Fernández de la Torre nace el 7 de febrero en Las Palmas de Gran Canaria. • 1897. En el Colegio de San Agustín recibe lecciones de dibujo de Nicolás Massieu. • 1899. El pintor catalán Eliseu Meifrén i Roig lo acoge como discípulo. • 1902. Ya en Madrid, entra a formar parte del taller de Rafael Hidalgo de Caviedes. Realiza sus primeras copias en el Museo del Prado. • 1904. Viaja a Londres con la intención de estudiar a los prerrafaelitas y simbolistas. Lee a los parnasianos: Leconte de Lisle, Catule Méndez, Prudhomme… • 1905. Estancia del artista en París. • 1907. Inaugura estudio en Barcelona, ciu-dad en la que expone junto a Meifrén, Be-nedito, Beruete, Nonell, Canals, Casas, Rusiñol, Beltrán Masses, Gargallo, etc… Pinta su primer cuadro simbolista, La Dama Blanca. • 1908. Primera muestra individual en el Círculo Ecuestre de Barcelona. • 1910. Representa a España en la Exposi-tion Universelle et Intenationale de Bruse-las con la obra Epitalamio. • 1911. Recibe el primer premio de agua-fuertes en la Escuela Municipal de Lon-dres. De esta época son los grabados El Garrotín y La Macarena. 58 • 1912. Es nombrado miembro de la Union Internationale des Beaux Arts et des Lettres de París. Realiza los decorados pa-ra la obra Los doce, de Catrine y Saban. • 1914. Expone en Madrid y en la exhibición de arte español presentada por la Grafton Gallery, en Londres. • 1915. Pastora Imperio estrena en el Tea-tro Lara de Madrid El Amor Brujo, de Fa-lla, con escenografía y figurines del artis-ta. • 1918. Expone en la Sala Witcomb de Buenos Aires. • 1923. Entabla amistad en la Residencia de Estudiantes con Federico García Lorca, Alberti, Dalí, Gustavo Durán, Benjamín Palencia, José Caballero… • 1924. Triunfa en Madrid con la exposición individual realizada en el Palacio de la Bi-blioteca y Museos Nacionales, en la que presenta su Poema del Atlántico. Participa en la XIV Exposición Internacional de Arte de Venecia y en la XXIII edición Interna-cional del Carnegie Institut de Pittsburg (EE.UU.). • 1927. Antonia Mercé, La Argentina, estre-na en la Volksoper de Hamburgo el ballet-pantomima El fandango de candil, con es-cenografía y vestuario de Néstor. • 1928. Reapertura del Teatro Pérez Galdós, remodelado y decorado por Néstor y su hermano Miguel. Traslada su estudio de Madrid a París. Inicia la serie Visiones de Gran Canaria y los bocetos para el Poema de la Tierra. 59 • 1929. Diseña la escenografía y los figuri-nes para el ballet Triana de Albéniz, es-trenado en la Ópera Cómica de París por la compañía de Antonia Mercé. Confecciona el vestuario a María Kousnetzoff para la Salomé de Strauss y El Aventurero, obra de Augier, para la célebre actriz Cécile Sorel. • 1930. Expone en la Galería Charpentier de París y en la Witcomb de Buenos Aires. Le Prince edita las litografías del Poema del Atlántico. • 1931. María Kousnetzoff le encarga la es-cenografía y vestuario para el Don Giovan-ni de Mozart. Diseña los trajes de repre-sentación para las sopranos Grace Moore y la mezzosoprano Conchita Supervía. Expo-ne en el Salón Figaro (París). • 1932. Comienza la decoración mural del gran salón de fiestas del Casino de Santa Cruz de Tenerife. • 1934. Abandona París para establecerse definitivamente en Gran Canaria e inicia la campaña que denominará Tipismo. Con es-ta labor intentará recuperar los valores etnográficos de Gran Canaria y su proyec-ción turística. • 1937. Esboza las trazas del Albergue de la Cruz de Tejeda y el Pueblo Canario. Escri-be su manifiesto identitario bajo el título Habla Néstor. • 1938. El 6 de febrero fallece en Las Palmas de Gran Canaria. Meses después lo hará su madre, doña Josefa de La Torre. • 1956. El 18 de julio se inaugura el Museo que lleva su nombre. Fernando Baena, Pueblo Canario (fragmento). 1950-1960 Memoria digital de Canarias (mdC). ULPGC Esta publicación utiliza CÓDIGOS QR ¿Qué son los códigos QR? QR (Quick response codes) son códigos de barras bidimensiona-les. Están destinados a ser utili-zados con cualquier teléfono móvil que disponga de cámara. Para acceder a su con-tenido es necesario instalar un programa gratuito en el teléfono. En comparación con los códigos tradicionales -como por ejemplo los de barras- los QR pueden alma-cenar mucha más información en forma de texto o enlaces a páginas en Internet. ¿Es gratis? Sí, es gratis. Sin embargo, para acceder a los conteni-dos es necesario el uso de Internet en su teléfono mó-vil. Por favor, consulte las tarifas con su operadora. Es recomendable tener una tarifa plana de datos o utili-zar una conexión Wi-Fi. ¿Cómo leer el código? 1. Instale un lector de códigos QR, como por ejemplo Kaywa Reader en su móvil http://reader.kaywa.com 2. Abra el programa en su teléfono móvil y enfo-que con la cámara al código QR que desea leer. 3. Al aceptar, se abrirá una ventana en su móvil con el contenido del código QR. 62 Texto completo de Habla Néstor Memoria digital de Canarias (mdC) http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/MDC/id/171153 Audiolibro (versión sonora) de Habla Néstor Memoria digital de Canarias (mdC) http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/mdcm/id/667 63 Catalogación ISBD de Habla Néstor en la Biblioteca de la ULPGC http://opac.ulpgc.es/cgi-bin/abnetopac?TITN=693396 Folleto Habla Néstor publicado en 1939 Memoria digital de Canarias (mdC) http://mdc.ulpgc.es/cdm/ref/collection/MDC/id/85701 65 La tertulia del Apolo Délfico En los jardines de su casa del Real de Las Palmas, en el mismo espacio que hoy ocupa la plaza que lleva su nombre, el prínci-pe de las letras canarias, Bartolomé Cairasco de Figueroa, organizó una tertulia dedicada al Apolo de Delfos. A lo largo del siglo XVI, participó en ella lo más granado de la intelec-tualidad insular, asi como destacados visitan-tes foráneos, debatiendo sobre las artes, la música, la literatura y las ciencias. La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria y la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, quieren ser herederos de dicho espíritu, aus-piciando la creación de una colección de pu-blicaciones con ese mismo nombre. Esta serie editorial estará dedicada al rescate de textos de especial interés para Gran Canaria corres-pondientes a reediciones actualmente inen-contrables, poco difundidas o directamente a creaciones que hasta ahora jamás han visto la luz de forma impresa. Todos los títulos de La tertulia del Apolo Délfico se publicarán en formato papel y de forma electrónica, con el fin de poder ser también legibles en dispositivos informá-ticos y móviles. Asimismo, se ofrecerán a tra-vés de Internet para asegurar su difusión y acceso universal a todos aquellos que quieran conocer nuestra cultura y legado. La tertulia del Apolo Délfico http://www.rseapgc.com/documents/tertulia_ad.html Sumario Una edición renovada Tomás Van de Walle y Sotomayor, 7 La actualidad de Habla Néstor María del Carmen Martín Marichal, 11 Néstor y la revalorización de Gran Canaria Domingo Doreste Fray Lesco, 17 HABLA NÉSTOR Néstor Martín-Fernández de la Torre, 23 Apéndice Néstor, paladín de nuestro tipismo, llama a los canarios Néstor Martín-Fernández de la Torre, 45 Cronología, 57 Códigos QR, 61 La tertulia del Apolo Délfico, 65 Esta edición de Habla Néstor se publica el 6 de febrero de 2014 en conmemoración del 76 aniversario del fallecimiento de Néstor L A T E R T U L I A D E L A POLO D É L F I C O ISBN 978-84-942219-0-3 |
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