I Congreso internacional rehabilitación del patrimonio arquitectónico y edificación : Canarias 92. Fuerteventura |
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1 CONGRESO INTERNACIONAL REHABILITACI~N DEL PATRlMONlO ARQU ITECT~NICO Y EDIFICACI~N ISLAS CANARIAS Diseño: FILL-DOS Tel. 26 52 81 Fotocornposición: Luis J. Hdez. Borges Tel. 24 13 45 Realiza: NUEVA GRÁFICAS, .A.L. Eduardo de Roo, 29 - Tel. 65 46 56 38320 La Cuesta de Arguijón La Laguna - Tenerife ISLA DE FUERTEVENTURA i la actuación sobre espacios naturales protegidos, presenta como objetivo intrínseco la defensa y con-servación de la naturaleza, un objetivo básico de nuestros proyectos había de ser la revitalización y redescubrimiento del patrimonio ARTISTICO-CULTURAL, a fin de que el proceso de desarrollo siga presentando su ar-monía, si se pretende mantener. La incorporación al pensamiento moderno de toda una sociología del entorno medioambiental, así como del es-tablecimiento de una relación de nuevo tipo Hombre-Na-turaleza, constituyen dos factores consolidados en el de-sarrollo cultural de los pueblos más avanzados. En torno a ellos, tanto los gobiernos como la iniciativa privada de los países de la Comunidad Económica Europea promue-ven desde años atrás importantes y diversas iniciativas que configuran ya una tupida red de ofertas culturales para una demanda en ascenso: Museos, Ecomuseos, rehabili-tación de edificios tradicionales para la promoción de la artesanía y actividades artísticas, Centros de Iniciativas, cir-cuitos culturales en la naturaleza, etc. En la misma dirección el Consejo de Europa defiende la conciencia de profundizar en estos planteamientos y de incrementar estas realizaciones que impulsen la dimensión cultural del desarrollo de los pueblos, así como el afian-zamiento de su personalidad cultural. Actualmente, aunque no en la medida que algunos qui-siéramos, vemos que existe una mayor sensibilidad políti-ca y social respecto a la necesidad de defender y conservar nuestro patrimonio. En esta línea debe profun- dizarse, promoviendo desde nuestras instituciones la rea-lización de exposiciones, circuitos culturales, jornadas etc., en las que el patrimonio cultural tenga un protagonismo especial. Esto facilitará la puesta en marcha de proyectos que con-templen tanto la necesidad de protección, conservación y restauración, como las necesidades de fomentar un uso racional y controlado de los enclaves de interés patrimo-nial, mediante la creación de equipamientos culturales que muestren «in situ» todo su contenido y significado, sin olvidar la programación de actividades de investigación que eviten la pérdida de dotaciones presupuestarias que no han podido ser asignadas por falta de proyectos que defienden en detalle la intervención que se pretende, acompañada de acciones complementarias de acondi-cionamiento, vigilancia, mantenimiento, seguimiento ... pa-ra poder sostener el único criterio válido, que el gasto que ello supone ponga al alcance de un número cada vez ma-yor de ciudadanos los valores patrimoniales, al tiempo que se satisface la demanda turística, ya habituada a este ti-po de turismo, pues aunque la actividad turística no cons-tituye una panacea ni va a proponer solución a todos los graves problemas de la sociedad rural, puede contribuir de forma significativa a la rehabilitación del patrimonio socio-cultural y rehabilitación de la economía local. Raimundo Dominguez de Vera Vicepresidente del Cabildo Insular de Fuerteventura S a pequeña Betancuria ostenta el nombre de su fun-dador Juan de Betencourt, guarda la Historia, el ar-te de más importancia en la Isla: Fue su capital hasta principios del siglo XIX, y catedral su iglesia de Santa María, tuvo dos castillos [Richeroque, Baltarmas) hechos en 1404 para la conquista y a su amparo levanto Betencourth la villa y la Iglesia. En 1416 el Papa Luna, Benedicto XIII, autorizó a los Fran-ciscanos a levantar conventos en la isla; de esta forma se levanta el de San Buenaventura -el primero de la orden en Canarias- se hizo con siete frailes de Abrojos al man-do de Fray Juan de Baeza, hacia 1460 fue ampliado y en-riquecido por el conquistador Diego de Heneva y Doña Inés Peraza. Es en 1953 cuando la villa sufre una destrucción casi to-tal debido al desembarco de 230 berberiscos al mando de Jaban Arraez, A pesar de esto, Betancuria ha perdurado en el tiempo, ha conservado su .estilo., pero necesita una revitalización basada en su historia. En 4978 se declaró cojunto histórico-artístico por consi-derarse la existencia de valores suficientes para merecer la protección estatal, así como la necesidad de preservar estos valores de reformas e innovaciones que pudieran per-judicarlos. Lo cierto es que tras esta declaración no ha ha-bido intervención notoria en este centro histórico, ni ninguna acción encaminada el rescate de lo perdido. El Marqués de Lozoya en 1977 recomienda al Estado que declare este conjunto histórico-artístico haciendo una cu- riosa observación, decía que era conveniente declararlo conjunto histórico, no vaya a ser que el boom turístico ha-ga más daño que Arraez Xaban. Incluso recomendó cons-truir un parador en algún edificio digno de ser salvado. En estas Jornadas esperemos sobre todo reflexionar so-bre el estado actual de Betancuria. Sus posibilidades co-mo Centro Histórico y sus grandes conexiones con este turismo cultural que tanto se debe promocionar en nues-tras islas. El paso por la Villa de estas sesiones precongresuales que preceden al congreso Internacional de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico y Edificación de 1992, nos ofrecerá con seguridad una panorámica de la situación, y sobre todo de las posibilidades que tiene la Villa cara a la Rehabilitación, Restauración y sobre todo Revitaliza-ción del Conjunto Histórico. F: Carmelo Silvera Rodríguez Alcalde de Betancuria ISLA DE FUERTEVENTURA ISLA DE FUERTEVENTURA 10.00 hs. 10.30 hs. 11 .OO. hs. 12.00 hs. 12.15 hs. 13.15 hs. 14.30 hs. 17.00 hs. Entrega de documentación y tarjetas identi-ficativas. Presentación de las Jornadas a cargo de Don Carmelo Silvera Rodríguez, alcalde del Exc-mo. Ayuntamiento de Betancuria. Los forjados: entre la rutina y la rehabilitación, a cargo de Don Juan Jiménez Martín, Profe-sor del Departamento de Ciencias Aplicadas a la Construcción, y Teoría de las Estructuras de la Universidad de La Laguna. Pausa-Café. Revestimientos clasicistas y barrocos en estruc-turas medievales, a cargo de Don Joaquín Bercher Gómez, Historiador de la Arquitectu-ra de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia. Coloquio. Almuerzo. Visita Cultural. 10.30 hs. 11.30 hs. 12.00 hs. 12.45 hs. 13 -45 hs. 14.30 hs. 17.00 hs. En busca de la restauración objetiva (expe-riencias, reflexiones y sueños de un restaura-dor), a cargo de Don Antonio González Mo-reno- Navarro, Jefe del Servicio del Patrimonio Arquitectónico de la Diputación de Bar-celona. Pausa-Café. Betancuria: Formación y revitalización de un núcleo histórico, a cargo de Don Francisco Jo-sé Galante Gómez, de la Facultad de Geo-grafía e Historia de la Universidad de La La-guna. Restauración del Monasterio de las Cuevas (Sevilla), a cargo de Don Fernando Mendo-za Castells. Coloquio, Almuerzo. Visita cultural. 1 DIA 22 1 10.00 hs. 11 -00 hs. 11.15 hs. 12.00 hs. 12.30 hs. 13.00 hs. 13.30 hs. Intervención en la Rehabilitación, a cargo de Don Ignacio Gonzalez Pérez, Jefe de Proyec-tos de la Sociedad Estatal para la Gestión y Rehabilitación de Viviendas. Pausa Café. El Patrimonio Arquitectónico en Fuerteventu-ra, a cargo de Don Lorenzo Mateo Casta-ñeira. Desarrollo. Coloquio. El Congreso Internacional de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico y edificación (Canarias 92), a cargo de Don Miguel Angel Fernandez Matrán, Profesor del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Clausura de las Jornadas, a cargo del Exc-mo Sr. Presidente del Cabildo Insular de Fuer-teventura. ISLA DE FUERTEVENTURA n capítulo de gran trascendencia en la historia de la arquitectura que, a su vez, tiene una clara re-percusión operativa en el actual proceso de inter-vención y restauración de monumentos arquitec-tónicos, es el de los revestimientos clasicistas y barrocos in-corporados a estructuras medievales, ralizados fundamen-talmente durante los siglos XVll y XVIII. Aunque escasamente estudiado como fenómeno gene-ralizado en el panorama arquitectónico español, ya el his-panista René Taylor en las notas introducidas al libro de N. Pevsner, Esquema de la Arquitectura Europea, dedica-das a la arquitectura española, señaló la magnitud de los revestim ientos decorativos barrocos -durante el siglo XVIII- en iglesias de épocas anteriores. La precaria situa-ción económica de España en el siglo XVll constituyó un factor decisivo para la proliferación de estas remodelacio-nes, como refleja el comentario del tratadista fray Lorenzo de San Nicolás, formulado en 1664, según el cual España no estaba para «emprender edificios grandes, sino con-servar los que tiene hechos.. En el caso de Valencia, con una arquitectura de modesto presupuesto económico pero de amplia y cosmopolita in-tencionalidad artística, la remodelación de iglesias y ca-sas señoriales de épocas pasadas, fue lo común. Ya en la primera mitad del siglo XVll (iglesias góticas de lacar-tuja de Vall de Cristo o del convento Santo Domingo de Xátiva) encontramos intervenciones remodeladoras que trocan la impronta gótica de las fábricas religiosas por un clasicismo de tono monumental con pilastras de estuco y bóvedas tabicadas de cañón o baídas. Con la irrupción del barroco decorativo en el último tercio del siglo XVII, estas transformaciones reflejaron perfectamente la crítica situación que atravesaban las artes y muy en especial la arquitectura. Lo que predominó en estos momentos fue el revestimiento de estucos y de esgrafiados barrocos que se plegaron como una membrana a la estructura existente. Se redondearon la ojivas de las arcadas, se adaptaron lu-netos en las crucerías de las bóvedas o se lucieron capi-llas laterales, pero fue la espesa decoración barroca la única que alteraba la espacialidad del edificio, convier-tiéndolo en un delirante conjunto ornamental, cada vez más ajeno a las reglas de composición arquitectónica. Ejemplos singulares de esta modalidad son las iglesias va-lencianas de San Esteban o la de San Nicolás. Fue a finales del siglo XVll y primera mitad del XVlll cuan-do la renovación de estructuras góticas -fundamental-mente iglesias- avanzó más en términos de composición arquitectónica que exclusivamente como una aplicación. decorativa. Y este avance se hizo de acuerdo a una «or-denación » sintáctica mas acorde con el lenguaje arqui-. tectónico de raíz clasicista, aunque sin perder el carácter de soporte para el despliegue de una plástica ornamen-tal de signo barroco. La remodelación de la iglesia de los Santos Juanes de Valencia, emprendida en 1692, con el concurso de artistas italianos y asesorada por matemáti-cos valencianos, fue sin duda el ejemplo más elaborado de esta nueva vertiente, alcanzando una composición ar-quitectónica diferenciada y prácticamente nueva dentro de la estructura gótica. La secuela de esta practica artística fue importante no sólo en el hecho arquitectónico mismo sino también en el medio socioprofesional vinculado a esta arquitectura, de perfiles más figurativos que estructurales. Durante la prime-ra mitad del siglo XVlll cobraron un protagonismo inusual múltiples profesiones, cada vez más poseídas de un senti- do culto de su valer artístico, entre las que la del escultor-adornista destacó por encima de la del arquitecto-cons-tructor, actuando por lo general como director de estas obras. Este fenómeno, es en realidad una manifestación más del peculiar episodio barroco español alejado de en-cargos cortesanos, en donde las novedades barrocas, de enorme predicamento popular, se incorporaron en tem-plos y casas señoriales por un medio plástico y figurativo, no estructural, esto es, a través del adorno arquitectónico. Con la implantación en Valencia de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos en el año 1768 y la progresi-va asimilación de un lenguaje arquitectónico de raíz clá-sica, las empresas remodeladoras de espacios medievales no cesaron. Los arquitectos académicos, como es el caso singular de Antonio Gilabert, extrajeron de la tradición exis-tente en Valencia en este tipo de intervenciones los aspec-tos más estrictamente arquitectónicos y desplazaron los provenientes de las artes plásticas que, a fin de cuentas, habían sido los auténticos protagonistas del episodio ar-tístico anterior. La remodelación del espacio interior góti-co de la catedral valenciana, realizada por Gilabert a finales del siglo XVIII, fua la obra de mayor empeño de la arquitectura académica en Valencia. Esta obra -arrui-nada irremediablemente en fecha de una practica de gran arraigo en Valencia que, desde el siglo XVll y prime-ra mitad del XVIII, había dado los mejores ejemplos del episodio barroco valenciano, a partir de estructuras me-dievales. Joaquín Bérchez Gómez Universidad de Valencia ISLA DE FUERTEVENTURA os forjados son unos elementos estructurales que tienen una gran importancia a nivel económico, técnico, funcional, etc. En el aspecto económico y, a nivel nacional, el mporte de su ejecución anual representa una cuantía su-perior a los 35.000 millones de pesetas. A nivel, digamos individual, por obra representa el 25% de la estructura, equivaliendo a veces, al 10% del total de la obra, en es-pecial cuando se trata de grandes luces. Técnicamente su importancia viene reflejada desde el inicio del diseño de las edificaciones, pues, su resistencia a la flexión o su deformabilidad, condicionan éste, al limi-tar los espacios o sus luces de utilización. Por otra parte, es fuente inagotable de problemas para el técnico, pues una elección inadecuada, un calculo erróneo o irresisten-cia del mismo, una mala ejecución, etc. son causa, como a continuación veremos, de daños y patologías que con-llevan la correspondiente responsabilidad y conducen a la inevitable rehabilitación, si siempre incómoda y costo-sa, a veces, rayando en la imposibilidad de su realización o ejecución. En lo que se refiere a su misión, bajo el punto de vista funcional es, tal vez, donde su importancia adquiere ma-yor relieve, no siendo necesario ser técnico para detec-tarlo, pues, desgraciadamente es el usuario quien lo sufre, disfruta o ve. Téngase en cuenta que el forjado es el pri-mer elemento estructural que le sirve de soporte, sostén o apoyo, le sirve de techo, es donde trasncurre mas de la mitad de su vida; es por ello que todo lo que en dicho ele- mento estructural suceda, lo observa, disfruta o padece, como decíamos anteriormente, incluida, en algunas oca-siones, la pérdida de su integridad física. Pues bien, a pesar de lo expuesto, que creemos que es poco, el forjado es lo peor tratado o maltratado de la es-tructura, siendo su mayor enemigo la RUTINA, peor trata-do o maltratado de la estructura, siendo su mayor enemigo la RUTINA, que abarca o invade todos los niveles o esca-lones, dando lugar a errores en: -Proyecto, diseño, cálculo -Ejecución -Fabricación -Mantenimiento, etc. Errores de ~royecto El más frecuente es la no comprobación de la flecha, com-probación ésta que, en la actualidad, es imprescindible, pues, debido a los procedimientos modernos de cálculo, al empleo de los mejores materiales, y, sobre todo, al uso de grandes luces, se están construyendo forjados dema-siado flexibles. Esta flexibilidad puede producir una deformación que acarree graves defectos estéticos, como son la rotura de muros y tabiques en especial si se contruyen de abajo a arriba y con poca diferencia de tiempo. Este problema se agrava si no se tiene en cuenta las car-gas puntuales de muros, o especiales, que actúen en al-gunas zonas del forjado, lo que unido a la falta de armadura que reparta dichas cargas, produce las men-cionadas deformaciones de que hablamos. Suponer continuidad donde realmente no existe, o no te-ner en cuenta un posible empotramiento en un apoyo, pue-de producir errores en la apreciación de los momentos, como se oberva en la figura, lo que hace que la armadu- ra no se coloque o se coloque en los lugares no afectad-dos, dejando desguarnecidas o insuficientemente cubiertas, zonas realmente afectadas. Por el contrario, su-poner empotramiento donde no existe, conduce a evalu-ra erróneamente, por defecto, los momentos positivos. Una buena medida para obviar este último inconvenciente es considerar apoyo en el calculo y, a la hora de dimensio-nar, prever una armadura en el apoyo que cubra el mo-mento negativo. Errores de ejecución. Encofrado El no dar contraflecha a los encofrados hace que se pro-duzca la flecha calculada, que en forjados de gran luz, dan la impresión de que éstos estén excesivamente flexa-dos. Si la flecha que se produce es grande, y no se ha te-nido en cuenta, se presenta el defecto comentado en el párrafo anterior. Estos errores que acabamos de exponer, la mayor parte de las veces, son producto de la rutina en la elección o diseño del tipo de forjado, agravado cuando se cede es-ta responsabilidad a otros técnicos, ajenos al proyecto (co-mo sucede con los fabricantes], cuyos intereses son distintos, o al menos, no coincidentes con los del pro-yect ista . Si la contraflecha es grande (mayor de L1500), además de romper las piezas aligeradas por exceso de compre-sión, es causa y origen de grietas entre la correa de ata-do y el muro. La falta de apoyo de la vigueta en una o mas correde-ra, duplica o cuadruplica la distancia entre apoyos, de-formando la vigueta en esa zona, y si la corredera superior, como es debido, esta en su sitio, al hormigonar el forjado superior se puede partir la vigueta afectada. Si la suela de la vigueta no descansa en el encofrado, es síntoma de que está corta. Este defecto produce, en prin-cipio, que al hormigonar, las viguetas descienden en esa zona, y, por último, al desencofrar, si no se tiene la precau-ción que decíamos en el apartado de ejecución, la rotu-ra de todas las viguetas por ese lado, con desprendimiento del forjado que arrastraría, como ya ha sucedido, a los for-jados inferiores. La falta de coincidencia de las correderas en los distin-tos niveles, da lugar, en el tramo de vigueta afectado, a un momento y, sobre todo, a un esfuerzo cortante, que par-tiría dicha vigueta cuando el ritmo de ejecución es ace-lerado. La desnivelación de los forjados puede acarrear duran-te su ejecución el deslizamiento de los mismos, a la vez que efectos de compresión en las piezas, como así mismo, en los extremos libres, grietas iniciales y permanentes. El efecto de deslizamiento puede ser compensado, co-mo ya hemos dicho, colocando correderas transversales. La ausencia de durmientes bajo los puntales, puede pro-ducir el hundimiento de los mismos, máxime si falta recu-brimiento y armadura de reparto. Se debe tener especial cuidado cuando el durmiente estsa sobre la tierra, ya que el agua procedente de lluvia o del hormigonado del pro-pio forjado, puede causar el reblandamiento de la mis-ma, y, por tanto, el descendimiento de los puntales. Se recomienda comprobar la carga a que está someti-do el puntal, tanto más cuando sean forjados con peso propio superior a 250 kplm2, o que tengan altura que so-brepase los tres metros. Sin embargo, el mayor de los errores de ejecución, es el orden enque se colocan los elementos que han de sus-tentar el forjado, como tabiques y pavimentos. Hoy por ra-pidez y economía se construyen los tabiques y se coloca el pavimento de ABAJO HACIA ARRIBA, y no al revés como se hacía tradicionalmente. Esto lleva a que elementos su- periores carguen, en su mayor parte, sobre elementos in-feriores y, por tanto, sobre los forjados inferiores. Armaduras La colocación de la armadura como indica la figura, da lugar en «a» a grietas, por falta de armadura para nega-tivos, y, en .b>), a deslizamiento por esfuerzo rasante. La falta de armadura, sobre la bovedilla, paralela a la vigueta, puede propiciar la aparición de grietas por re-tracción, o hundimiento, de puntales en ejecución, o de ruedas, gatos, etc., en garajes.' La ausencia de separadores hace que la armadura se apoye en la bovedilla, permitiendo la retracción del hor-migón en su superficie. En los forjados con nervios hormigonados in situ, la falta de sustentación y10 sujeción de las armaduras pueden ori-ginar situaciones como las de la figura, donde la arma-dura carece de recubrimiento, estando expuesta a los ataques de los elementos atmosféricos que producen su destrucción. La proximidad entre sí de las armaduras o emplear hor-migones de grava muy gruesa, dan lugar a coqueras o grandes espacios, en los que las armaduras quedan des-nudas y, por tanto, propicias al deslizamiento y, por supues-to, a la corrosión. Hormigonado Algunas veces la pérdida de resistencia del hormigón en los forjados, y de la adherencia de las armaduras, es de-bida al empleo de hormigones de central, que han sido puestos en obra con más de una hora de diferencia des-pués de su fabricación. No regar el encofrado, así como las piezas que compo-nen el forjado, es causa frecuente de grietas en el hormi-gón. El mismo efecto produce el exceso de regado y hormigonado simultáneo. Lo eficaz es lo ya dicho: Rega-do, y cuando encofrado y piezas se hayan oreado, pro-ceder al hormigonado. La utilización de hormigones con exceso de finos, tam-bién produce grietas en la superficie del hormigón, pues es ahí donde fluyen los finos. El empleo cada vez más usual de hormigones bombea-dos, está conduciendo a que éstos tengan exceso de agua, propiciando las grietas por retracción. Este defecto se agrava cuando se utiliza un vibrado enérgico. Lo co-rrecto para estos hormigones es un picado con barra y un siiave apisonado. Recordemos la tabla que trae la EH.82 al respecto. Es mala técnica hormigonar circulando sobre el hormi-gón recién colocado, pues las vibraciones interrumpen el fraguado y cristalización del mencionado hormigón. El hormigonado en tiempo muy caluroso, debido a la evaporación de agua, es causa de grietas en el hormi-gón, grietas que se presentan en los sitios señalados en lafigura. Se puede atenuar este inconveniente, regando, ligeramente, sin encharcar, el hormigón recién vertido, aun-que algunos especialistas y la propia instrucción, son rea-cios a tal proceder por estimar que se interrumpe el fraguado. Desencof rudo Esta operación es, muchas veces, causa y germen de gra-ves aeterioros e, incluso, catástrofes, de dos maneras dis-tintas: - Por realizar la operación antes de tiempo. - Por mala realización de la operación. Desencofrar antes de tiempo quiere decir que el hormi-gón no ha alcanzado la resistencia necesaria y suficiente para soportar las cargas a que está sometido. Esta ano-malía es origen de fisuras y, como hemos dicho, de dete-rioro y, en algunas ocasiones, de graves daños y catástrofes. Lo mismo sucede cuando se realiza mal la operación de desencofrado. Por ejemplo: Desencofrar en el orden 4,5,32,1. Esto hace que la vigueta trabaje apoyada en el puntal 1, lo que puede producir fisuras, si el puntal no ce-de. El problema se agrava si, por desgracia, las viguetas carecen de apoyo en uno de sus extremos, ya que seria inevitable el desprendimiento del forjado, con posi bilidad, como ya hemos dicho, de arrastrar a los forjados inferiores. Igualmente sucede con el desencofrado de los volados, si se hace en orden inverso al indicado, es decir, desen-cofrar en el orden 3-2-1. Además de tener la posibilidad de originar grietas en el empotramiento, se corre el ries-go, si existe alguna anomalía en éste, que al quitar el puntal del extremo, se desprenda el volado. Otra fuente de frecuentes deformaciones, acompaña-das de fisuras y, a veces, de desprendimientos, es la fabri-cación conjunta de muros y forjados, máxime si el ritmo es acelerado y, en especial si se trata de volados, pues cada elemento no está resistiendo su carga, sino que és-tas se van sumando sucesivamente. Curado La importancia de esta operación estriba en que, de no realizarse, se interrumpe la fase de endurecimiento del hor-migón no alcanzando, por tanto, la resistencia prevista o deseada. El curado del hormigón comienza inmediatamente des-pués de terminado el hormigonado, evitando, como es na-tural, el lavado de dicho hormigón. Se debe regar el hormigón, al menos, dos veces al día y durante SIETE D~AS. Otros proced imientos, naturales, de curado son el recu-brimiento con sacos, arena, plásticos, etc., manteniendo estos elementos húmedos. Existen procedimientos de curado, llamémosles artificia-les, como el curado al vapor mediante energía eléctrica, agua o aceites calientes. Es importante tener en cuenta que la operación de cu-rado NO DEBE INTERRUMPIRSE hasta que el hormigón alcan-ce el 70% de su resistencia a los 28 días, motivo éste que obliga a asegurar su aplicación durante los días festivos. Conclusión Todos estos errores, producidos por la rutina, son causa de una serie de daños o patologías, que, la mayor parte de las veces, conducen inevitablemente a la rehabilitación. Conocer estos daños, así como las causas de sus oríge-nes, nos enseñaría a construir, que es lo importante de acuerdo con las conclusiones a que se han llegado en an-teriores jornadas, lo que nos lleva al principio de que la mejor rehabilitación es no hacer rehabilitación. En busca de la restauración objetiva (experiencias, reflexiones y sueños de un restaurador) 1.- Conocimientos previos a la acción de diseño. 1 .I .- Conocimiento del objeto de rehabilitación. 1.1.1. Conocimiento histórico y cultural. A. Historia del edificio. B. Conocimiento del autor y de su obra. C. Análisis del lugar y razón de ser de su situación urbanística. 1.1.2. Conocimiento formal y de concepción. A. Análisis formal del edificio. B. Análisis geométrico. C. Análisis de los procesos. - de disetio - de construcción D. Análisis de símbolos y significados. 1.2.3. Conocimiento constructivo y estructural. 1.2. Información necesaria 1.2.1. Normativa urbanística y otras normas vi-gentes. 1.2.2. Programa de necesidades. 2. Programa de diseño. 2.1. Principios teóricos. 2.1.1. Definición de diseño. A. Esfuerzo consciente. Sincretismo y análisis. B. Establecimiento de un orden. C. Significado y significante. 2.2. Proceso propiamente dicho. 2.2.1. Dibujo de búsqueda y dibujo de res-puesta, 3. Conceptos teóricos, reflexión y análisis sobre casos con-cretos. 3.1. Concepto de itinerario urbano. 3.2. Tratamiento de espacios residenciales. 3.3. Concepto de integración. 3.3.1. Integración en el medio natural. 3.3.2. Integración en el medio urbano. A. Mimetismo. B. Ruptura. C. Minimalismo arquitectónico. Ignacio González Pérez ISLA DE FUERTEVENTURA ISLA DE FUERTEVENTURA onstituye en la actualidad un capítulo de especial interés entre los especialistas dedicados a la con-servación del patrimonio cultural y, en general, en-tre aquéllos que estamos sensibilizados con el pa-sado de nuestras Islas, el estudio de los núcleos más signi-ficativos que aún son capaces de transmitir múltiples rea-lidades históricas y, en función de ello, conjugar diversos modos de actuación con el objeto de revitalizar estas zo-nas, muchas de ellas deprimidas. Betancuria es, quizá, el núcleo del Archipiélago que mas se ajusta al concepto de «centro histórico», definido co-mo un asentamiento humano vivo, fuertemente condicio-nado por una estructura física proveniente del pasado y reconocible como representativo de la evolución de una comunidad. Pero, además, en Betancuria confluyen dos realidades disyuntivas: la de un pueblo que ostentó la pri-macía política y social de la Isla y, desde mediados del siglo XVIII, la de un núcleo deprimido cuyo contingente hu-mano fue segregado por otras localidades más próspe-ras. La primera, la de imagen del esplendor, la otra, la imagen del ocaso. La primera referencia de la historia moderna de Betan-curia, proviene del conquistador normando Jean de Be-thencourt que, en unión de Gadifer de la Salle y de otros aventureros, habían partido desde La Rochele a principios del siglo XV con el ánimo de integrar nuevos territorios a la corona francesa. Una vez que tomó Lanzarote, donde fundó el Castillo de Rubicón, conquistó Betancuria erigien-do nuevos edificios representativos (castillos de ~Enhero- que»,y ~Baltarahabp, equeña capilla, casas de los nuevos pobladores ...) y transformando radicalmente la primitiva imagen de la población. La elección de Betancuria co-mo lugar de asentamiento de los conquistadores se de-bió a que esta zona abrigada y fértil, está protegida por un cerro de montañas que podía facilitar la defensa a cual-quier incursión pirática; fenómeno muy arraigado en la Europa del siglo XV que se lanzó a la mar en busca de nuevas tierras, de aventura y de gloria, y cuando la ma-yoría de los paises empiezan a consolidar la situación eco-nómica y territorial. El proceso colonizador se complementó con la conquista castellana en 1405. Ambos episodios constituyen eslabones de la nueva dinámica generada por las expansiones mercantiles propias del momento. Pero, en Canarias, sobre todo, la conquista desencadenó un pro-ceso de aculturación y la implantación de unos modos de vida ajenos al medio. Así, Fuerteventura fue un señorío de-pendiente del Rey de Castilla, hasta que en el siglo XIX pa-só a integrar la provincia española de Canarias. La nueva dimensión política y administrativa de Betan-curia se dilató con el establecimiento de la Diócesis de Ca-narias, según la bula otorgada por el Papa Martín V en 1424. De esta manera, Betancuria fue el centro político y religioso mas importante del Archipiélago al tiempo que encarnaba los ritmos más vibrantes de la nueva dinami-ca social. La imagen de Betancuria como centro religioso ya se había manifestado con la llegada de los franciscaos que, al instalarse al norte de la población en el convento de San Buenaventura, contribuyeron a la ordenación es-pacial del territorio. Así pues, Betancuria experimentó desde principios del siglo XV [llegada de los normandos, conquista española, establecimiento de los franciscanos, erección del Obispa-do ...) una nueva dimensión cultural y un incipiente perio-do de esplendor que se truncó con motivo del ataque a la Isla del Arráez Xaban en 1593; la población quedó diez- mada, edificios e iglesias derruidos y gran parte del patri-monio artístico deteriorado o desvalijado. Aquella incursión pirática se produjo con extrema facilidad, quizá porque se había vulnerado la propuesta que realizó el ingeniero cremonés Torriani a Felipe II que pretendía levantar «una fortificación en la meseta que está encima de la villa». Sin embargo, durante el siglo XVll y, aún más, en la pri-mera mitad de la centuria siguiente, las inversiones suntua-rias de una clase social que detentaba el prestigio, la riqueza y el poder, motivó la reconstrucción de los edifi-cios más significativos y la fundación de ermitas (San Se-bastián, Santa Catalina...), Hermandades o Cofradías por el interés socio-religioso de un enterramiento más digno. Es decir, la financiación económica de las realizaciones artísticas sintonizaba adecuadamente con los objetivos de propaganda católica propios de la sociedad del Barro-co; con sus generosas acciones, aquellos grupos locales acomodados afianzaban su representatividad política y, sobre todo, social. Entre los edificios remozados, la antigua catedral de Ca-narias merece una especial atención. Las prolijas obras de reconstrucción en 1691 -así se recoge en la inscrip-ción de una lápida situada en el primer cuerpo de la torre- destacando su portada principal, flanqueada por pilastras que ostentan motivos «a candelieri» y rematada por el escudo episcopal en la clave del frontón partido que señala a la calle la significación del recinto, las tres espaciosas naves que se cubren con techumbres Iígneas y el riquísimo pavimento con entramado de madera. Ade-más, el espectacular retablo mayor dorado y policroma-do que consta de peculiares columnas pareadas cuyos fustes se rellenan con lengüetas zigzagueadas con tercios inferiores de rocallas y medallones circulares, mientras que los aletones del ático y las acarteladas orlas laterales re-ciben gran cantidad de frutas arracimadas; el retablo así concebido constituía un elemento de referencia espacial y simbólica en el que se representaba emocionalmente los dogmas sagrados. No obstante, la sacrística constitu-ye, quizá, el lugar más agraciado del templo: la cubierta ochavada con casetones y labores de lacería todo poli-cromado y en pan de oro, la espléndida cajonera y las excelentes pinturas que en escenas seriadas hacen refe-rencia a la vida de la Virgen y al interesante asunto ico-nográfico de la Nave de la Iglesia, son sus manifestaciones más cualificadas. También, entre los edificio religiosos, sobresalen las trans-formaciones emprendidas en el convento franciscano de San Buenaventura. Así, durante el siglo XVll se modificó la planta de la iglesia cuya estructura en cruz latina y cabe-cera plana se ajusta al concepto tipológico de «planta me-dicante)). A demás, la primitiva gruta donde oraba el lego San Diego de Alcalá fue ampliada a ermita de dos naves separadas por una pilastra a la que se adosa una singu-lar columna de fuste estirado y tercio inferior bulboide; la fachada del recinto anuncia, a través del pronunciado contrafuerte y el doble sistema de arcos, el primitivo cuer-po de la gruta-capilla y la remodelación posterior. Ambos edificios, situados en un amplio y privilegiado espacio y en la actual idad totalmente desangelados, se podrían re-vitalizar adecuándolos -no transformándolos- para la ce-lebración de diversos eventos culturales (museos de arte sacro, conciertos, programaciones cinematográficas.. .). Otro ejemplo interesante es el Santuario de nuestra Se-ñora de la Peña, en Vega del Río Palmas, cuya fabrica ac-tual se realizó en los primeros años del siglo XVIII; en la cabecera de su única nave se aloja un magnifico retablo con motivos chinescos y acaracolados que recoge varios lienzos y, en la hornacina central, una pequeña imagen gótica sedente de alabastro que representa a la titular del templo, quizá traída del norte de Francia por los conquis-tadores normandos en el primer tercio del siglo XV. Son tam-bién muy significativos dos confesionarios barrocos (uno de ellos se encuentra en la ermita de San Diego) y la de-coración mural (fenómeno muy arraigado en Fuerteven-tura) del presbiterio a base de motivos geométricos y vegetales, ocultada en la actualidad. La arquitectura do-méstica de Betancuria, constituye uno de los testimonios más auténticos de la expresión vital de la comunidad y, por tanto, un documento ineludible de su patrimonio cul-tural. La relación entre una arquitectura funcional, since-ra, y un paisaje que generalmente ha sido hostil al hombre es uno de los niveles distintivos de la arquitectura verná-cula de la isla. Una arquitectura mediatizada por deter-minantes económicos y sociales, una arquitectura que adquiere un mismo lenguaje pero que puede desempe-ñar distintas funciones. De este modo, existen «casas po-pulares~ que responden a soluciones elementales que pretenden satisfacer necesidades perentorias, inmediatas, utilizando materiales simples (tierra, madera y piedra), de-pendencias anejas (hornos) y se cubren con techos de tor-tas. Y, de otro lado, las <<grandecsa sonas. o «haciendas. cuyos propietarios pertenecían a las castas más privilegia-das, bien al poder señorial (señor territorial y sus servido-res), eclesiástico (beneficiados, inquisidores) o al poder politico-administrativo [regidores); viviendas que incluso adoptaban elementos formales definidores como la teja o el balcón de madera, viviendas que constituian un sím-bolo de dominio. Durante la segunda mitad del siglo XVlll se empiezan a experimentar en Betancuria los primeros síntomas de su ocaso. La próxima población de Antigua, que progresa-ba merced a las explotaciones agrarias, reclama uno de los beneficiados que poseía la Villa desde el siglo XVI. El conflicto acabó en 1792 con la reestructuración de las ju-risdicciones parroquiales, concediendo el obispo Tavira beneficios de parroquias a Antigua, Casillas del Angel y Tuineje. Sin embargo, en Betancuria permaneció la admi-nistración de justicia y milicia, configurándose así como un núcleo conservador, obsoleto, que sólo regulaba los po-deres administrativos. En 1834, perdió la capitalidad de la Isla, en detrimento de Antigua, y dos años más tarde se extirpó el papel hegemónico de los Señores Residencia-les establecidos en Betancuria. Desde entonces, la Villa de Betancuria fue un núcleo que lentamente se degradaba, la emigración hacia otras zonas más fructíferas constituía una aventura haca el progreso, una escapada de la ruti-na y la miseria, los edificios se desmoronaban, aquel es-plendor histórico se diluía en la memoria colectiva. Hoy, parece un imperativo la conservación de <<núcleos históricos)) como Betancuria. Pero este criterio surge preci-samente de la confrontación de dos modelos de ciuda-des: los núcleos antiguos que por medio de sus «objetos)) nos delata su antiguo esplendor y, de otro lado, los caóti-cos centros urbanos generadores de nuevos modos de pro-ducción pero que al tiempo han propiciado la pérdida de los valores humanos y el abandono, el ocaso, de aque-llas zonas. Ahora, nuestras inmaculadas conciencias, qui-zá exteriorizando estoicos lamentos, reivindican la conservación de los «núcleos históricos» (patrimonio cul-tural) como un museo al aire libre. Francisco José Galante Gómez I CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE REHABILITACIÓDENL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO Y EDlFlCAClON COLABORAN: Excmo. Cabildo Insular de Fuerteventura Excmo. Ayuntamiento de Betancuria
Descripción del objeto
Calificación | |
Título y subtítulo | I Congreso internacional rehabilitación del patrimonio arquitectónico y edificación |
Tipo de documento | Congreso |
Lugar de publicación | La Laguna |
Fecha | 1991 |
Páginas | 6 v. |
Materias |
Arquitectura Conservación y restauración |
Formato Digital | |
Notas | Contiene : Lanzarote : Información precongresual 24-25-26 enero'91 Teguise.; Fuerteventura : Información precongresual 20-21-22 diciembre'90 Betancuria. ; La Gomera : Información precongresual 25-26-27 octubre'90 San Sebastián. ; La Palma : Información precongresual 7-8-9- marzo'91 Santa Cruz de La Palma. ; Isla de Gran Canaria |
Descripción
Título y subtítulo | I Congreso internacional rehabilitación del patrimonio arquitectónico y edificación : Canarias 92. Fuerteventura |
Tipo de documento | Congreso |
Lugar de publicación | La Laguna |
Fecha | 1991 |
Páginas | 40 p. |
Materias |
Arquitectura Conservación y restauración |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 2078180 Bytes |
Notas | Contiene : Lanzarote : Información precongresual 24-25-26 enero'91 Teguise.; Fuerteventura : Información precongresual 20-21-22 diciembre'90 Betancuria. ; La Gomera : Información precongresual 25-26-27 octubre'90 San Sebastián. ; La Palma : Información precongresual 7-8-9- marzo'91 Santa Cruz de La Palma. ; Isla de Gran Canaria |
Texto |
1 CONGRESO
INTERNACIONAL
REHABILITACI~N
DEL PATRlMONlO
ARQU ITECT~NICO
Y EDIFICACI~N
ISLAS CANARIAS
Diseño: FILL-DOS
Tel. 26 52 81
Fotocornposición: Luis J. Hdez. Borges
Tel. 24 13 45
Realiza: NUEVA GRÁFICAS, .A.L.
Eduardo de Roo, 29 - Tel. 65 46 56
38320 La Cuesta de Arguijón
La Laguna - Tenerife
ISLA DE FUERTEVENTURA
i la actuación sobre espacios naturales protegidos,
presenta como objetivo intrínseco la defensa y con-servación
de la naturaleza, un objetivo básico de
nuestros proyectos había de ser la revitalización y
redescubrimiento del patrimonio ARTISTICO-CULTURAL, a fin
de que el proceso de desarrollo siga presentando su ar-monía,
si se pretende mantener.
La incorporación al pensamiento moderno de toda una
sociología del entorno medioambiental, así como del es-tablecimiento
de una relación de nuevo tipo Hombre-Na-turaleza,
constituyen dos factores consolidados en el de-sarrollo
cultural de los pueblos más avanzados. En torno
a ellos, tanto los gobiernos como la iniciativa privada de
los países de la Comunidad Económica Europea promue-ven
desde años atrás importantes y diversas iniciativas que
configuran ya una tupida red de ofertas culturales para
una demanda en ascenso: Museos, Ecomuseos, rehabili-tación
de edificios tradicionales para la promoción de la
artesanía y actividades artísticas, Centros de Iniciativas, cir-cuitos
culturales en la naturaleza, etc.
En la misma dirección el Consejo de Europa defiende
la conciencia de profundizar en estos planteamientos y de
incrementar estas realizaciones que impulsen la dimensión
cultural del desarrollo de los pueblos, así como el afian-zamiento
de su personalidad cultural.
Actualmente, aunque no en la medida que algunos qui-siéramos,
vemos que existe una mayor sensibilidad políti-ca
y social respecto a la necesidad de defender y
conservar nuestro patrimonio. En esta línea debe profun-
dizarse, promoviendo desde nuestras instituciones la rea-lización
de exposiciones, circuitos culturales, jornadas etc.,
en las que el patrimonio cultural tenga un protagonismo
especial.
Esto facilitará la puesta en marcha de proyectos que con-templen
tanto la necesidad de protección, conservación
y restauración, como las necesidades de fomentar un uso
racional y controlado de los enclaves de interés patrimo-nial,
mediante la creación de equipamientos culturales
que muestren «in situ» todo su contenido y significado, sin
olvidar la programación de actividades de investigación
que eviten la pérdida de dotaciones presupuestarias que
no han podido ser asignadas por falta de proyectos que
defienden en detalle la intervención que se pretende,
acompañada de acciones complementarias de acondi-cionamiento,
vigilancia, mantenimiento, seguimiento ... pa-ra
poder sostener el único criterio válido, que el gasto que
ello supone ponga al alcance de un número cada vez ma-yor
de ciudadanos los valores patrimoniales, al tiempo que
se satisface la demanda turística, ya habituada a este ti-po
de turismo, pues aunque la actividad turística no cons-tituye
una panacea ni va a proponer solución a todos los
graves problemas de la sociedad rural, puede contribuir
de forma significativa a la rehabilitación del patrimonio
socio-cultural y rehabilitación de la economía local.
Raimundo Dominguez de Vera
Vicepresidente del Cabildo Insular de Fuerteventura
S a pequeña Betancuria ostenta el nombre de su fun-dador
Juan de Betencourt, guarda la Historia, el ar-te
de más importancia en la Isla: Fue su capital
hasta principios del siglo XIX, y catedral su iglesia
de Santa María, tuvo dos castillos [Richeroque, Baltarmas)
hechos en 1404 para la conquista y a su amparo levanto
Betencourth la villa y la Iglesia.
En 1416 el Papa Luna, Benedicto XIII, autorizó a los Fran-ciscanos
a levantar conventos en la isla; de esta forma se
levanta el de San Buenaventura -el primero de la orden
en Canarias- se hizo con siete frailes de Abrojos al man-do
de Fray Juan de Baeza, hacia 1460 fue ampliado y en-riquecido
por el conquistador Diego de Heneva y Doña Inés
Peraza.
Es en 1953 cuando la villa sufre una destrucción casi to-tal
debido al desembarco de 230 berberiscos al mando
de Jaban Arraez,
A pesar de esto, Betancuria ha perdurado en el tiempo,
ha conservado su .estilo., pero necesita una revitalización
basada en su historia.
En 4978 se declaró cojunto histórico-artístico por consi-derarse
la existencia de valores suficientes para merecer
la protección estatal, así como la necesidad de preservar
estos valores de reformas e innovaciones que pudieran per-judicarlos.
Lo cierto es que tras esta declaración no ha ha-bido
intervención notoria en este centro histórico, ni ninguna
acción encaminada el rescate de lo perdido.
El Marqués de Lozoya en 1977 recomienda al Estado que
declare este conjunto histórico-artístico haciendo una cu-
riosa observación, decía que era conveniente declararlo
conjunto histórico, no vaya a ser que el boom turístico ha-ga
más daño que Arraez Xaban. Incluso recomendó cons-truir
un parador en algún edificio digno de ser salvado.
En estas Jornadas esperemos sobre todo reflexionar so-bre
el estado actual de Betancuria. Sus posibilidades co-mo
Centro Histórico y sus grandes conexiones con este
turismo cultural que tanto se debe promocionar en nues-tras
islas.
El paso por la Villa de estas sesiones precongresuales
que preceden al congreso Internacional de Rehabilitación
del Patrimonio Arquitectónico y Edificación de 1992, nos
ofrecerá con seguridad una panorámica de la situación,
y sobre todo de las posibilidades que tiene la Villa cara
a la Rehabilitación, Restauración y sobre todo Revitaliza-ción
del Conjunto Histórico.
F: Carmelo Silvera Rodríguez
Alcalde de Betancuria
ISLA DE FUERTEVENTURA
ISLA DE FUERTEVENTURA
10.00 hs.
10.30 hs.
11 .OO. hs.
12.00 hs.
12.15 hs.
13.15 hs.
14.30 hs.
17.00 hs.
Entrega de documentación y tarjetas identi-ficativas.
Presentación de las Jornadas a cargo de Don
Carmelo Silvera Rodríguez, alcalde del Exc-mo.
Ayuntamiento de Betancuria.
Los forjados: entre la rutina y la rehabilitación,
a cargo de Don Juan Jiménez Martín, Profe-sor
del Departamento de Ciencias Aplicadas
a la Construcción, y Teoría de las Estructuras
de la Universidad de La Laguna.
Pausa-Café.
Revestimientos clasicistas y barrocos en estruc-turas
medievales, a cargo de Don Joaquín
Bercher Gómez, Historiador de la Arquitectu-ra
de la Facultad de Geografía e Historia de
la Universidad de Valencia.
Coloquio.
Almuerzo.
Visita Cultural.
10.30 hs.
11.30 hs.
12.00 hs.
12.45 hs.
13 -45 hs.
14.30 hs.
17.00 hs.
En busca de la restauración objetiva (expe-riencias,
reflexiones y sueños de un restaura-dor),
a cargo de Don Antonio González Mo-reno-
Navarro, Jefe del Servicio del Patrimonio
Arquitectónico de la Diputación de Bar-celona.
Pausa-Café.
Betancuria: Formación y revitalización de un
núcleo histórico, a cargo de Don Francisco Jo-sé
Galante Gómez, de la Facultad de Geo-grafía
e Historia de la Universidad de La La-guna.
Restauración del Monasterio de las Cuevas
(Sevilla), a cargo de Don Fernando Mendo-za
Castells.
Coloquio,
Almuerzo.
Visita cultural.
1 DIA 22 1
10.00 hs.
11 -00 hs.
11.15 hs.
12.00 hs.
12.30 hs.
13.00 hs.
13.30 hs.
Intervención en la Rehabilitación, a cargo de
Don Ignacio Gonzalez Pérez, Jefe de Proyec-tos
de la Sociedad Estatal para la Gestión y
Rehabilitación de Viviendas.
Pausa Café.
El Patrimonio Arquitectónico en Fuerteventu-ra,
a cargo de Don Lorenzo Mateo Casta-ñeira.
Desarrollo.
Coloquio.
El Congreso Internacional de Rehabilitación
del Patrimonio Arquitectónico y edificación
(Canarias 92), a cargo de Don Miguel Angel
Fernandez Matrán, Profesor del Departamento
de Ingeniería Civil de la Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria.
Clausura de las Jornadas, a cargo del Exc-mo
Sr. Presidente del Cabildo Insular de Fuer-teventura.
ISLA DE FUERTEVENTURA
n capítulo de gran trascendencia en la historia de
la arquitectura que, a su vez, tiene una clara re-percusión
operativa en el actual proceso de inter-vención
y restauración de monumentos arquitec-tónicos,
es el de los revestimientos clasicistas y barrocos in-corporados
a estructuras medievales, ralizados fundamen-talmente
durante los siglos XVll y XVIII.
Aunque escasamente estudiado como fenómeno gene-ralizado
en el panorama arquitectónico español, ya el his-panista
René Taylor en las notas introducidas al libro de
N. Pevsner, Esquema de la Arquitectura Europea, dedica-das
a la arquitectura española, señaló la magnitud de los
revestim ientos decorativos barrocos -durante el siglo
XVIII- en iglesias de épocas anteriores. La precaria situa-ción
económica de España en el siglo XVll constituyó un
factor decisivo para la proliferación de estas remodelacio-nes,
como refleja el comentario del tratadista fray Lorenzo
de San Nicolás, formulado en 1664, según el cual España
no estaba para «emprender edificios grandes, sino con-servar
los que tiene hechos..
En el caso de Valencia, con una arquitectura de modesto
presupuesto económico pero de amplia y cosmopolita in-tencionalidad
artística, la remodelación de iglesias y ca-sas
señoriales de épocas pasadas, fue lo común. Ya en
la primera mitad del siglo XVll (iglesias góticas de lacar-tuja
de Vall de Cristo o del convento Santo Domingo de
Xátiva) encontramos intervenciones remodeladoras que
trocan la impronta gótica de las fábricas religiosas por un
clasicismo de tono monumental con pilastras de estuco y
bóvedas tabicadas de cañón o baídas. Con la irrupción
del barroco decorativo en el último tercio del siglo XVII,
estas transformaciones reflejaron perfectamente la crítica
situación que atravesaban las artes y muy en especial la
arquitectura. Lo que predominó en estos momentos fue el
revestimiento de estucos y de esgrafiados barrocos que se
plegaron como una membrana a la estructura existente.
Se redondearon la ojivas de las arcadas, se adaptaron lu-netos
en las crucerías de las bóvedas o se lucieron capi-llas
laterales, pero fue la espesa decoración barroca la
única que alteraba la espacialidad del edificio, convier-tiéndolo
en un delirante conjunto ornamental, cada vez
más ajeno a las reglas de composición arquitectónica.
Ejemplos singulares de esta modalidad son las iglesias va-lencianas
de San Esteban o la de San Nicolás.
Fue a finales del siglo XVll y primera mitad del XVlll cuan-do
la renovación de estructuras góticas -fundamental-mente
iglesias- avanzó más en términos de composición
arquitectónica que exclusivamente como una aplicación.
decorativa. Y este avance se hizo de acuerdo a una «or-denación
» sintáctica mas acorde con el lenguaje arqui-.
tectónico de raíz clasicista, aunque sin perder el carácter
de soporte para el despliegue de una plástica ornamen-tal
de signo barroco. La remodelación de la iglesia de los
Santos Juanes de Valencia, emprendida en 1692, con el
concurso de artistas italianos y asesorada por matemáti-cos
valencianos, fue sin duda el ejemplo más elaborado
de esta nueva vertiente, alcanzando una composición ar-quitectónica
diferenciada y prácticamente nueva dentro
de la estructura gótica.
La secuela de esta practica artística fue importante no
sólo en el hecho arquitectónico mismo sino también en el
medio socioprofesional vinculado a esta arquitectura, de
perfiles más figurativos que estructurales. Durante la prime-ra
mitad del siglo XVlll cobraron un protagonismo inusual
múltiples profesiones, cada vez más poseídas de un senti-
do culto de su valer artístico, entre las que la del escultor-adornista
destacó por encima de la del arquitecto-cons-tructor,
actuando por lo general como director de estas
obras. Este fenómeno, es en realidad una manifestación
más del peculiar episodio barroco español alejado de en-cargos
cortesanos, en donde las novedades barrocas, de
enorme predicamento popular, se incorporaron en tem-plos
y casas señoriales por un medio plástico y figurativo,
no estructural, esto es, a través del adorno arquitectónico.
Con la implantación en Valencia de la Real Academia
de Bellas Artes de San Carlos en el año 1768 y la progresi-va
asimilación de un lenguaje arquitectónico de raíz clá-sica,
las empresas remodeladoras de espacios medievales
no cesaron. Los arquitectos académicos, como es el caso
singular de Antonio Gilabert, extrajeron de la tradición exis-tente
en Valencia en este tipo de intervenciones los aspec-tos
más estrictamente arquitectónicos y desplazaron los
provenientes de las artes plásticas que, a fin de cuentas,
habían sido los auténticos protagonistas del episodio ar-tístico
anterior. La remodelación del espacio interior góti-co
de la catedral valenciana, realizada por Gilabert a
finales del siglo XVIII, fua la obra de mayor empeño de la
arquitectura académica en Valencia. Esta obra -arrui-nada
irremediablemente en fecha de una practica de
gran arraigo en Valencia que, desde el siglo XVll y prime-ra
mitad del XVIII, había dado los mejores ejemplos del
episodio barroco valenciano, a partir de estructuras me-dievales.
Joaquín Bérchez Gómez
Universidad de Valencia
ISLA DE FUERTEVENTURA
os forjados son unos elementos estructurales que
tienen una gran importancia a nivel económico,
técnico, funcional, etc.
En el aspecto económico y, a nivel nacional, el
mporte de su ejecución anual representa una cuantía su-perior
a los 35.000 millones de pesetas. A nivel, digamos
individual, por obra representa el 25% de la estructura,
equivaliendo a veces, al 10% del total de la obra, en es-pecial
cuando se trata de grandes luces.
Técnicamente su importancia viene reflejada desde el
inicio del diseño de las edificaciones, pues, su resistencia
a la flexión o su deformabilidad, condicionan éste, al limi-tar
los espacios o sus luces de utilización. Por otra parte,
es fuente inagotable de problemas para el técnico, pues
una elección inadecuada, un calculo erróneo o irresisten-cia
del mismo, una mala ejecución, etc. son causa, como
a continuación veremos, de daños y patologías que con-llevan
la correspondiente responsabilidad y conducen a
la inevitable rehabilitación, si siempre incómoda y costo-sa,
a veces, rayando en la imposibilidad de su realización
o ejecución.
En lo que se refiere a su misión, bajo el punto de vista
funcional es, tal vez, donde su importancia adquiere ma-yor
relieve, no siendo necesario ser técnico para detec-tarlo,
pues, desgraciadamente es el usuario quien lo sufre,
disfruta o ve. Téngase en cuenta que el forjado es el pri-mer
elemento estructural que le sirve de soporte, sostén o
apoyo, le sirve de techo, es donde trasncurre mas de la
mitad de su vida; es por ello que todo lo que en dicho ele-
mento estructural suceda, lo observa, disfruta o padece,
como decíamos anteriormente, incluida, en algunas oca-siones,
la pérdida de su integridad física.
Pues bien, a pesar de lo expuesto, que creemos que es
poco, el forjado es lo peor tratado o maltratado de la es-tructura,
siendo su mayor enemigo la RUTINA, peor trata-do
o maltratado de la estructura, siendo su mayor enemigo
la RUTINA, que abarca o invade todos los niveles o esca-lones,
dando lugar a errores en:
-Proyecto, diseño, cálculo
-Ejecución
-Fabricación
-Mantenimiento, etc.
Errores de ~royecto
El más frecuente es la no comprobación de la flecha, com-probación
ésta que, en la actualidad, es imprescindible,
pues, debido a los procedimientos modernos de cálculo,
al empleo de los mejores materiales, y, sobre todo, al uso
de grandes luces, se están construyendo forjados dema-siado
flexibles.
Esta flexibilidad puede producir una deformación que
acarree graves defectos estéticos, como son la rotura de
muros y tabiques en especial si se contruyen de abajo a
arriba y con poca diferencia de tiempo.
Este problema se agrava si no se tiene en cuenta las car-gas
puntuales de muros, o especiales, que actúen en al-gunas
zonas del forjado, lo que unido a la falta de
armadura que reparta dichas cargas, produce las men-cionadas
deformaciones de que hablamos.
Suponer continuidad donde realmente no existe, o no te-ner
en cuenta un posible empotramiento en un apoyo, pue-de
producir errores en la apreciación de los momentos,
como se oberva en la figura, lo que hace que la armadu-
ra no se coloque o se coloque en los lugares no afectad-dos,
dejando desguarnecidas o insuficientemente
cubiertas, zonas realmente afectadas. Por el contrario, su-poner
empotramiento donde no existe, conduce a evalu-ra
erróneamente, por defecto, los momentos positivos. Una
buena medida para obviar este último inconvenciente es
considerar apoyo en el calculo y, a la hora de dimensio-nar,
prever una armadura en el apoyo que cubra el mo-mento
negativo.
Errores de ejecución. Encofrado
El no dar contraflecha a los encofrados hace que se pro-duzca
la flecha calculada, que en forjados de gran luz,
dan la impresión de que éstos estén excesivamente flexa-dos.
Si la flecha que se produce es grande, y no se ha te-nido
en cuenta, se presenta el defecto comentado en el
párrafo anterior.
Estos errores que acabamos de exponer, la mayor parte
de las veces, son producto de la rutina en la elección o
diseño del tipo de forjado, agravado cuando se cede es-ta
responsabilidad a otros técnicos, ajenos al proyecto (co-mo
sucede con los fabricantes], cuyos intereses son
distintos, o al menos, no coincidentes con los del pro-yect
ista .
Si la contraflecha es grande (mayor de L1500), además
de romper las piezas aligeradas por exceso de compre-sión,
es causa y origen de grietas entre la correa de ata-do
y el muro.
La falta de apoyo de la vigueta en una o mas correde-ra,
duplica o cuadruplica la distancia entre apoyos, de-formando
la vigueta en esa zona, y si la corredera superior,
como es debido, esta en su sitio, al hormigonar el forjado
superior se puede partir la vigueta afectada.
Si la suela de la vigueta no descansa en el encofrado,
es síntoma de que está corta. Este defecto produce, en prin-cipio,
que al hormigonar, las viguetas descienden en esa
zona, y, por último, al desencofrar, si no se tiene la precau-ción
que decíamos en el apartado de ejecución, la rotu-ra
de todas las viguetas por ese lado, con desprendimiento
del forjado que arrastraría, como ya ha sucedido, a los for-jados
inferiores.
La falta de coincidencia de las correderas en los distin-tos
niveles, da lugar, en el tramo de vigueta afectado, a
un momento y, sobre todo, a un esfuerzo cortante, que par-tiría
dicha vigueta cuando el ritmo de ejecución es ace-lerado.
La desnivelación de los forjados puede acarrear duran-te
su ejecución el deslizamiento de los mismos, a la vez que
efectos de compresión en las piezas, como así mismo, en
los extremos libres, grietas iniciales y permanentes.
El efecto de deslizamiento puede ser compensado, co-mo
ya hemos dicho, colocando correderas transversales.
La ausencia de durmientes bajo los puntales, puede pro-ducir
el hundimiento de los mismos, máxime si falta recu-brimiento
y armadura de reparto. Se debe tener especial
cuidado cuando el durmiente estsa sobre la tierra, ya que
el agua procedente de lluvia o del hormigonado del pro-pio
forjado, puede causar el reblandamiento de la mis-ma,
y, por tanto, el descendimiento de los puntales.
Se recomienda comprobar la carga a que está someti-do
el puntal, tanto más cuando sean forjados con peso
propio superior a 250 kplm2, o que tengan altura que so-brepase
los tres metros.
Sin embargo, el mayor de los errores de ejecución, es
el orden enque se colocan los elementos que han de sus-tentar
el forjado, como tabiques y pavimentos. Hoy por ra-pidez
y economía se construyen los tabiques y se coloca
el pavimento de ABAJO HACIA ARRIBA, y no al revés como
se hacía tradicionalmente. Esto lleva a que elementos su-
periores carguen, en su mayor parte, sobre elementos in-feriores
y, por tanto, sobre los forjados inferiores.
Armaduras
La colocación de la armadura como indica la figura, da
lugar en «a» a grietas, por falta de armadura para nega-tivos,
y, en .b>), a deslizamiento por esfuerzo rasante.
La falta de armadura, sobre la bovedilla, paralela a la
vigueta, puede propiciar la aparición de grietas por re-tracción,
o hundimiento, de puntales en ejecución, o de
ruedas, gatos, etc., en garajes.'
La ausencia de separadores hace que la armadura se
apoye en la bovedilla, permitiendo la retracción del hor-migón
en su superficie.
En los forjados con nervios hormigonados in situ, la falta
de sustentación y10 sujeción de las armaduras pueden ori-ginar
situaciones como las de la figura, donde la arma-dura
carece de recubrimiento, estando expuesta a los
ataques de los elementos atmosféricos que producen su
destrucción.
La proximidad entre sí de las armaduras o emplear hor-migones
de grava muy gruesa, dan lugar a coqueras o
grandes espacios, en los que las armaduras quedan des-nudas
y, por tanto, propicias al deslizamiento y, por supues-to,
a la corrosión.
Hormigonado
Algunas veces la pérdida de resistencia del hormigón en
los forjados, y de la adherencia de las armaduras, es de-bida
al empleo de hormigones de central, que han sido
puestos en obra con más de una hora de diferencia des-pués
de su fabricación.
No regar el encofrado, así como las piezas que compo-nen
el forjado, es causa frecuente de grietas en el hormi-gón.
El mismo efecto produce el exceso de regado y
hormigonado simultáneo. Lo eficaz es lo ya dicho: Rega-do,
y cuando encofrado y piezas se hayan oreado, pro-ceder
al hormigonado.
La utilización de hormigones con exceso de finos, tam-bién
produce grietas en la superficie del hormigón, pues
es ahí donde fluyen los finos.
El empleo cada vez más usual de hormigones bombea-dos,
está conduciendo a que éstos tengan exceso de
agua, propiciando las grietas por retracción. Este defecto
se agrava cuando se utiliza un vibrado enérgico. Lo co-rrecto
para estos hormigones es un picado con barra y un
siiave apisonado. Recordemos la tabla que trae la EH.82
al respecto.
Es mala técnica hormigonar circulando sobre el hormi-gón
recién colocado, pues las vibraciones interrumpen el
fraguado y cristalización del mencionado hormigón.
El hormigonado en tiempo muy caluroso, debido a la
evaporación de agua, es causa de grietas en el hormi-gón,
grietas que se presentan en los sitios señalados en
lafigura. Se puede atenuar este inconveniente, regando,
ligeramente, sin encharcar, el hormigón recién vertido, aun-que
algunos especialistas y la propia instrucción, son rea-cios
a tal proceder por estimar que se interrumpe el
fraguado.
Desencof rudo
Esta operación es, muchas veces, causa y germen de gra-ves
aeterioros e, incluso, catástrofes, de dos maneras dis-tintas:
- Por realizar la operación antes de tiempo.
- Por mala realización de la operación.
Desencofrar antes de tiempo quiere decir que el hormi-gón
no ha alcanzado la resistencia necesaria y suficiente
para soportar las cargas a que está sometido. Esta ano-malía
es origen de fisuras y, como hemos dicho, de dete-rioro
y, en algunas ocasiones, de graves daños y
catástrofes.
Lo mismo sucede cuando se realiza mal la operación de
desencofrado. Por ejemplo: Desencofrar en el orden
4,5,32,1. Esto hace que la vigueta trabaje apoyada en el
puntal 1, lo que puede producir fisuras, si el puntal no ce-de.
El problema se agrava si, por desgracia, las viguetas
carecen de apoyo en uno de sus extremos, ya que seria
inevitable el desprendimiento del forjado, con posi bilidad,
como ya hemos dicho, de arrastrar a los forjados inferiores.
Igualmente sucede con el desencofrado de los volados,
si se hace en orden inverso al indicado, es decir, desen-cofrar
en el orden 3-2-1. Además de tener la posibilidad
de originar grietas en el empotramiento, se corre el ries-go,
si existe alguna anomalía en éste, que al quitar el puntal
del extremo, se desprenda el volado.
Otra fuente de frecuentes deformaciones, acompaña-das
de fisuras y, a veces, de desprendimientos, es la fabri-cación
conjunta de muros y forjados, máxime si el ritmo
es acelerado y, en especial si se trata de volados, pues
cada elemento no está resistiendo su carga, sino que és-tas
se van sumando sucesivamente.
Curado
La importancia de esta operación estriba en que, de no
realizarse, se interrumpe la fase de endurecimiento del hor-migón
no alcanzando, por tanto, la resistencia prevista o
deseada.
El curado del hormigón comienza inmediatamente des-pués
de terminado el hormigonado, evitando, como es na-tural,
el lavado de dicho hormigón.
Se debe regar el hormigón, al menos, dos veces al día
y durante SIETE D~AS.
Otros proced imientos, naturales, de curado son el recu-brimiento
con sacos, arena, plásticos, etc., manteniendo
estos elementos húmedos.
Existen procedimientos de curado, llamémosles artificia-les,
como el curado al vapor mediante energía eléctrica,
agua o aceites calientes.
Es importante tener en cuenta que la operación de cu-rado
NO DEBE INTERRUMPIRSE hasta que el hormigón alcan-ce
el 70% de su resistencia a los 28 días, motivo éste que
obliga a asegurar su aplicación durante los días festivos.
Conclusión
Todos estos errores, producidos por la rutina, son causa de
una serie de daños o patologías, que, la mayor parte de
las veces, conducen inevitablemente a la rehabilitación.
Conocer estos daños, así como las causas de sus oríge-nes,
nos enseñaría a construir, que es lo importante de
acuerdo con las conclusiones a que se han llegado en an-teriores
jornadas, lo que nos lleva al principio de que la
mejor rehabilitación es no hacer rehabilitación.
En busca de la restauración objetiva
(experiencias, reflexiones y sueños de un restaurador)
1.- Conocimientos previos a la acción de diseño.
1 .I .- Conocimiento del objeto de rehabilitación.
1.1.1. Conocimiento histórico y cultural.
A. Historia del edificio.
B. Conocimiento del autor y de su obra.
C. Análisis del lugar y razón de ser de su
situación urbanística.
1.1.2. Conocimiento formal y de concepción.
A. Análisis formal del edificio.
B. Análisis geométrico.
C. Análisis de los procesos.
- de disetio
- de construcción
D. Análisis de símbolos y significados.
1.2.3. Conocimiento constructivo y estructural.
1.2. Información necesaria
1.2.1. Normativa urbanística y otras normas vi-gentes.
1.2.2. Programa de necesidades.
2. Programa de diseño.
2.1. Principios teóricos.
2.1.1. Definición de diseño.
A. Esfuerzo consciente. Sincretismo y
análisis.
B. Establecimiento de un orden.
C. Significado y significante.
2.2. Proceso propiamente dicho.
2.2.1. Dibujo de búsqueda y dibujo de res-puesta,
3. Conceptos teóricos, reflexión y análisis sobre casos con-cretos.
3.1. Concepto de itinerario urbano.
3.2. Tratamiento de espacios residenciales.
3.3. Concepto de integración.
3.3.1. Integración en el medio natural.
3.3.2. Integración en el medio urbano.
A. Mimetismo.
B. Ruptura.
C. Minimalismo arquitectónico.
Ignacio González Pérez
ISLA DE FUERTEVENTURA
ISLA DE FUERTEVENTURA
onstituye en la actualidad un capítulo de especial
interés entre los especialistas dedicados a la con-servación
del patrimonio cultural y, en general, en-tre
aquéllos que estamos sensibilizados con el pa-sado
de nuestras Islas, el estudio de los núcleos más signi-ficativos
que aún son capaces de transmitir múltiples rea-lidades
históricas y, en función de ello, conjugar diversos
modos de actuación con el objeto de revitalizar estas zo-nas,
muchas de ellas deprimidas.
Betancuria es, quizá, el núcleo del Archipiélago que mas
se ajusta al concepto de «centro histórico», definido co-mo
un asentamiento humano vivo, fuertemente condicio-nado
por una estructura física proveniente del pasado y
reconocible como representativo de la evolución de una
comunidad. Pero, además, en Betancuria confluyen dos
realidades disyuntivas: la de un pueblo que ostentó la pri-macía
política y social de la Isla y, desde mediados del
siglo XVIII, la de un núcleo deprimido cuyo contingente hu-mano
fue segregado por otras localidades más próspe-ras.
La primera, la de imagen del esplendor, la otra, la
imagen del ocaso.
La primera referencia de la historia moderna de Betan-curia,
proviene del conquistador normando Jean de Be-thencourt
que, en unión de Gadifer de la Salle y de otros
aventureros, habían partido desde La Rochele a principios
del siglo XV con el ánimo de integrar nuevos territorios a
la corona francesa. Una vez que tomó Lanzarote, donde
fundó el Castillo de Rubicón, conquistó Betancuria erigien-do
nuevos edificios representativos (castillos de ~Enhero-
que»,y ~Baltarahabp, equeña capilla, casas de los nuevos
pobladores ...) y transformando radicalmente la primitiva
imagen de la población. La elección de Betancuria co-mo
lugar de asentamiento de los conquistadores se de-bió
a que esta zona abrigada y fértil, está protegida por
un cerro de montañas que podía facilitar la defensa a cual-quier
incursión pirática; fenómeno muy arraigado en la
Europa del siglo XV que se lanzó a la mar en busca de
nuevas tierras, de aventura y de gloria, y cuando la ma-yoría
de los paises empiezan a consolidar la situación eco-nómica
y territorial. El proceso colonizador se complementó
con la conquista castellana en 1405. Ambos episodios
constituyen eslabones de la nueva dinámica generada por
las expansiones mercantiles propias del momento. Pero, en
Canarias, sobre todo, la conquista desencadenó un pro-ceso
de aculturación y la implantación de unos modos de
vida ajenos al medio. Así, Fuerteventura fue un señorío de-pendiente
del Rey de Castilla, hasta que en el siglo XIX pa-só
a integrar la provincia española de Canarias.
La nueva dimensión política y administrativa de Betan-curia
se dilató con el establecimiento de la Diócesis de Ca-narias,
según la bula otorgada por el Papa Martín V en
1424. De esta manera, Betancuria fue el centro político y
religioso mas importante del Archipiélago al tiempo que
encarnaba los ritmos más vibrantes de la nueva dinami-ca
social. La imagen de Betancuria como centro religioso
ya se había manifestado con la llegada de los franciscaos
que, al instalarse al norte de la población en el convento
de San Buenaventura, contribuyeron a la ordenación es-pacial
del territorio.
Así pues, Betancuria experimentó desde principios del
siglo XV [llegada de los normandos, conquista española,
establecimiento de los franciscanos, erección del Obispa-do
...) una nueva dimensión cultural y un incipiente perio-do
de esplendor que se truncó con motivo del ataque a
la Isla del Arráez Xaban en 1593; la población quedó diez-
mada, edificios e iglesias derruidos y gran parte del patri-monio
artístico deteriorado o desvalijado. Aquella incursión
pirática se produjo con extrema facilidad, quizá porque
se había vulnerado la propuesta que realizó el ingeniero
cremonés Torriani a Felipe II que pretendía levantar «una
fortificación en la meseta que está encima de la villa».
Sin embargo, durante el siglo XVll y, aún más, en la pri-mera
mitad de la centuria siguiente, las inversiones suntua-rias
de una clase social que detentaba el prestigio, la
riqueza y el poder, motivó la reconstrucción de los edifi-cios
más significativos y la fundación de ermitas (San Se-bastián,
Santa Catalina...), Hermandades o Cofradías por
el interés socio-religioso de un enterramiento más digno.
Es decir, la financiación económica de las realizaciones
artísticas sintonizaba adecuadamente con los objetivos de
propaganda católica propios de la sociedad del Barro-co;
con sus generosas acciones, aquellos grupos locales
acomodados afianzaban su representatividad política y,
sobre todo, social.
Entre los edificios remozados, la antigua catedral de Ca-narias
merece una especial atención. Las prolijas obras
de reconstrucción en 1691 -así se recoge en la inscrip-ción
de una lápida situada en el primer cuerpo de la
torre- destacando su portada principal, flanqueada por
pilastras que ostentan motivos «a candelieri» y rematada
por el escudo episcopal en la clave del frontón partido
que señala a la calle la significación del recinto, las tres
espaciosas naves que se cubren con techumbres Iígneas
y el riquísimo pavimento con entramado de madera. Ade-más,
el espectacular retablo mayor dorado y policroma-do
que consta de peculiares columnas pareadas cuyos
fustes se rellenan con lengüetas zigzagueadas con tercios
inferiores de rocallas y medallones circulares, mientras que
los aletones del ático y las acarteladas orlas laterales re-ciben
gran cantidad de frutas arracimadas; el retablo así
concebido constituía un elemento de referencia espacial
y simbólica en el que se representaba emocionalmente
los dogmas sagrados. No obstante, la sacrística constitu-ye,
quizá, el lugar más agraciado del templo: la cubierta
ochavada con casetones y labores de lacería todo poli-cromado
y en pan de oro, la espléndida cajonera y las
excelentes pinturas que en escenas seriadas hacen refe-rencia
a la vida de la Virgen y al interesante asunto ico-nográfico
de la Nave de la Iglesia, son sus manifestaciones
más cualificadas.
También, entre los edificio religiosos, sobresalen las trans-formaciones
emprendidas en el convento franciscano de
San Buenaventura. Así, durante el siglo XVll se modificó la
planta de la iglesia cuya estructura en cruz latina y cabe-cera
plana se ajusta al concepto tipológico de «planta me-dicante)).
A demás, la primitiva gruta donde oraba el lego
San Diego de Alcalá fue ampliada a ermita de dos naves
separadas por una pilastra a la que se adosa una singu-lar
columna de fuste estirado y tercio inferior bulboide; la
fachada del recinto anuncia, a través del pronunciado
contrafuerte y el doble sistema de arcos, el primitivo cuer-po
de la gruta-capilla y la remodelación posterior. Ambos
edificios, situados en un amplio y privilegiado espacio y
en la actual idad totalmente desangelados, se podrían re-vitalizar
adecuándolos -no transformándolos- para la ce-lebración
de diversos eventos culturales (museos de arte
sacro, conciertos, programaciones cinematográficas.. .).
Otro ejemplo interesante es el Santuario de nuestra Se-ñora
de la Peña, en Vega del Río Palmas, cuya fabrica ac-tual
se realizó en los primeros años del siglo XVIII; en la
cabecera de su única nave se aloja un magnifico retablo
con motivos chinescos y acaracolados que recoge varios
lienzos y, en la hornacina central, una pequeña imagen
gótica sedente de alabastro que representa a la titular del
templo, quizá traída del norte de Francia por los conquis-tadores
normandos en el primer tercio del siglo XV. Son tam-bién
muy significativos dos confesionarios barrocos (uno
de ellos se encuentra en la ermita de San Diego) y la de-coración
mural (fenómeno muy arraigado en Fuerteven-tura)
del presbiterio a base de motivos geométricos y
vegetales, ocultada en la actualidad. La arquitectura do-méstica
de Betancuria, constituye uno de los testimonios
más auténticos de la expresión vital de la comunidad y,
por tanto, un documento ineludible de su patrimonio cul-tural.
La relación entre una arquitectura funcional, since-ra,
y un paisaje que generalmente ha sido hostil al hombre
es uno de los niveles distintivos de la arquitectura verná-cula
de la isla. Una arquitectura mediatizada por deter-minantes
económicos y sociales, una arquitectura que
adquiere un mismo lenguaje pero que puede desempe-ñar
distintas funciones. De este modo, existen «casas po-pulares~
que responden a soluciones elementales que
pretenden satisfacer necesidades perentorias, inmediatas,
utilizando materiales simples (tierra, madera y piedra), de-pendencias
anejas (hornos) y se cubren con techos de tor-tas.
Y, de otro lado, las < |
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