¿Padre Nuestro?, ¿Salmo 112?, ¿Canario atlántico?
¿Canario indico?
POB EMILIO HABDIB80N T PIZARROSO
A los Doctores Wolfel y Alvarez, tan unidos por el
afán de resolver el problema del antiguo canario, como
por mi afecto y admiración.
Nada, al parecer, apasiona tanto como el estudio de una lengua que mtirió
hace ^ l o s . Los eaipecialistais defienden sus resipectivos sdsitemas, sos procedimientos
de inve>9tii^ación con un calor que, a los no filólogois, IK» parece—¡perdón!—
un poco exoesiivo.
Estas reñexiones me vienen a la mente como consecuencia de la lectiixe. de
loia trabajos que diiacuten la frase en canario descubierta por mi en el documento
conipuesto por el Sr. Ard&naz a fines de 1803.
So(n, (próincipaiLmente, cuesitiones de método las que siaparan a los eruditos profesores
que han tratado de desentrañar el difícil problema de las lenguas que hA-
<bIaron nuestros remoitos antepasados isileños anteriores a la Conquista.
Recapicitandlo un poco no hay por qué extrañar;?*: el método dividirá siempre
a los hombres de ciencia, cualquiera que éstos sean. Basta que la observación
y la experiencia se haiga diversamente; basita que se escojan hechosi diferentes
para someterlos a examen; y ya un saibio diLscrepará de otro sabio. Un poco más,
y cada cual se creerá padeciendo suplicio en el lecho de Procusto; pero, ¿quién
le impedirá, en comipensadón, comsiderarse un Teseo redivivo?
£3 pesimismo, sin embargo, no debe enseñorearse de nosotros. Los métodos
«e fliuceden a los métodos; casi siempre dos o más coexisten y, a la postre, la solución,
«i se retrasa indefinidamente y no llega a ser total, es, en cambio, cada
vez más precisai y exacta.
Métodos diversos...; diversos métodos; pero, con ellos, los ^problemas se resuelven;
aún, muchos de loe que se tenían por insolubles han hallado solución y
—como 1« vida sigue su curso—^nuevos problemas, antes insospechado», se pre^
sentón. La Oiencia, con nuevos métodos o con viejos métodois renovados, tiene
por misióii resolverloa.
Tan lícito es esco^rer—diesde un punto dfe vista estrictamente científico—un
mútodlo como otro. ¿Kficacia? "Ai posteri l'ardua sentenza". En esta encrucija-
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da, me i>airece, los que por nuestrais aficiones y actividades itenigamos lai íaeba-na
de i>oder aportar nuevo material, deibemos divulgarlo; aliguna coiniSÍd«raición
que creemos interesante, debeimoa exponerla; que si sirven serán recogidais y »i
no, siempre quedarán como penas de amor perdidas.
En este orden de ideáis, hagamos el punto como hace el capitán colando una
borrasca zarandea de un lado para otro su ibuque y iteme haber perdido la ruta.
Primero el doouanento:
Wolf el hace en el núm. 62 de Revista de Historia «a examen analítico. Eira
un traibajo que eólo una persona como el sabio vienes, revestida de lias ^garantíae
suficientes, podía emiprender. iSi algún pero se puede iseñalar en esta preciadlsi-ma
contrilbución del Dr. Wólfel, es que no haya apurado su análdisis aún más y
no nos diera tantas cuantas indicaciones pudo, iseguramente, darnos; por ejemplo,
el «iignificado de cada trozo que logró descifrar.
Wólfel saoa como consecuencia de su paciente estudio, que el Sr. Axdanaz
se «iirvió de jimesbraa d<e escrituras y textos di^ipaireis deformándolos, a veces, por
precipitación en la copia de fuentes que no eran de primera mano.
Esta concluisidn viene a confirmar, junto a mi primera impiresión (compilador
llamaba yo a Ardianaz en 1934), los términos de la dedicaitoria del escribiente
guipuzcoano, según los cuales isóLo ofrece, con exagerada imodestia, y como "demostración
de sa corta habilidad", "cortos renglones de di versos-caracteres de letras",
"trabajados en los cortos ratos de entretenimiento" de que pudo goeax. Se
ve pues que para Ardanaz lo esencial era la abra del pendoliista y a priori jse podía
asegurar que ai un joven de 23 años puede «er un "bravo oaligrafo", nadie
pensairá que a tan corta edad sea jiosiible llegar a ser un poliglota consumado,
conocedor de l<as lengruas más raras y difíciles.
El virtuosismo del copista de caracteres exóticos vence, en mudias de las
muieartras contenidas en nuestro documento, a la impericia del lingüista; y ésta
es una conclusión importantísima que un crítico imiparciail puede y diebe aocor
del wMieiía áe Wolfel.
Por ello, cuando éste declara que ed' pergamino "representa una fuente altamente
aoapedhosia y que sólo nos puede ¡suminiaitirar un texto que, en el mejor de
los casos, aera todavía dudoso", emite, a mi entender, un juicio demaisiado severo
que no ee justifica cumplidiamente con el análisis d:e ireferenoia. Si una «nctitud
de ingenua credulidad que considere la oibra de Axdanaz como airtíoulo de fe, estaría
fuera de lugar, también es pernicioso menospreciar el valor de un dlooomen-to
que en no pocas dle «us partes se muestra fidelísimo, aunque en' otras no esté
a la máffina altura y aún, en algunas sentencia» de lae transoritaM, nos dé textos
totalmente estropeados por insuficiente conocimiento, y hasta ignoTanoia, de las
lenguas y escriturafl re^pectiivas.
No creo que sean necesarias mayores precisiones para dejar al pergamino
deü Sr. Ardanaz en quieta y pacífica posesión del valor relativo que todos le hemos
asignado, d^sdie un principio, como fuente dte conocimiento. Eate valor e»-
tairá en fundón del que tengan lo» manuisaritos o impresos die donde trae su orí-gen,
sin olvidar las limitaciones de la "corta habilidad" dtel anuunuense.
Pasando ahora a la frase en "canario" que trae el documento áá Sr. Anda-
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naz, dos interpretaiciones se habían lanzado cuándo yo eacriibía en «ata miíama
Revista de Historia el artículo "Una fijase desconocida en antigruo canario" (1).
Primera en el tiempo fué mi hipótesis: "Atisa cagnpen cha ondikhuesate
antiohiaha onanda erari" = "EVesde el Oriente hasta el Ocaso es loaible el nom-ibre
del Señor", que ae me presentó, casi, como una verdad evidente porque sobre
28 idiomas había traducido 8.
El Profesor Alvairez tradujo el texto mexicano hallándola conforme a las
8 anteriores. Justo el tercio de los textos copiados por Ardanaz (ai hacemos aiba-tracción
del "canario" cuyo sigmificado tratábamos de identificar) abonaban mi
hipótesis en 1941. Hoy el tercio está rebasado: a pesar de las dificultades de lectura
que presenta la muestra de grieigro en la reproducción fotográfica que po-seo,
he podido comprobar que también se trata del aducido fragmento del Salmo
112.
Es más, el Sr. Ardanaz nos da la® versiones polaca y húngara del repetidlo
trozo del Salmo 112: lo primero me lo certifica el Príncipe Lubomirski que me
informa encontrar influencias rusas en el referido texto; lo segundo, él Temiente
Coronel Ejugeoiio vitez de Puy, Agregado Militar adjunto de Hungría en Itaüia.
Por otra parte, el sabio jesuíta alemán P. Zorell, al confirmar lo que dice
Wolfel áe que el fragmento que Ardanaz llama caldeo es arameo, me hace saber
que también esta muestra de escritura es una versión del Salmo 112 en que por
error u otra causa se ha omitido la palaihra "Señor".
El P. Ogara, S. J., me dice que, aunque muy incorrectamente escrito, el
fragmento en samaritano es también el trozo dtel Salmo 112.
La muestra de armenio, según el P. Lionmet, S. J., se traduce por "EX omni
loco ego... (no se entiende el verbo) nomen tuum" que, como se ve, es también
una versión libre del referido Salmo.
Eh) cuanto al irlaiidés o hibemio, el P. Joy, S. J., ha trad'ucido el fraigmento
correspondiente por nuestro "A solis ortu...".
Asimismo, el P. Lator, S. J., ha identificado los párrafos en árabe y hebreo
con el Salmo 112.
Para el turco, oopto, etíope, siriaco y chino me dirigí al "Pontificio Cbllepo
Urbano di Pnopaigainda Fide", de Roma, que albergando en su aeno eetudkuntes
de estos idiomas me podría informior con toda garantía.
EJl Rector del Colegio Pontificio no tardó en conteírtarme y, con su inagotable
amabilidad, me comimicó el resultado de sus gestiones haciéndome esta re-ñexión
de carácter general: "los traductores hacen notar que loa textos están
escritos con mudia» inexactitudes, hasta el x^unto de que son difíciles de comprender."
He aquí el resiútado:
Turco = Salmo 112. (Traductor: Emilio Inglesis.)
Capto = Salmo 112. (Traductor: Andrés Ghatta».)
Etíope = Salmo 112. (Traductor: José Tola.)
Siriaco = Saiono 112. (Traductor: Rafael Bidawid.)
(1) Paga. 47 a 64 del núm. 67.
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Chino=(De arrib» a abajo): < Primera palabra = Sol.
Segunda palabra =- < Sombra que camina.
I (Sirve para medir el tiempo.
( Meridiana.)
Tercera palabra = Luna.
Cuarta palabra = t Sombra que camina. ¡(Igual reflexión que la anterior.)
El traductor, Mateo Tchen, critica la labor de Ardanaz con estos términos:
'"el que escribió el texto ohinio no d«bía, evidentemente, comprender gran cosa de
tal lengua, ipuesto que ha escrito (horriiblemente laiS' cuatro palabras empleadas y
debe haber omitido algo. El texto no tiene sentido así."
No obstante, con lo traducido resulta claro como la luz del día que la inten--
ción de Ardaniaz, o de su modelo, fué dar 1« versión china del fragimento del Salmo
112.
Como ise ve, el fundamento de mi hipótesis no es la "proximidad", como pudiera
creer el que leyere el último meritísiimo trabajo del Dar. Wolfel sobre la
frase em "canario" del documento Ardanaz. "Una que otra coincidtencia la pode-nioia
mirar como oaeoial, ea decir, sin relación; pero, en isáendo muy repetida, dle-cimos
sin vacilar: "aquí hay enlace, hay misterio, no llega a tanto la casualidad".
": esta® palatxras de Balmea (2) explican bien claro la trayectoria de mi
pensaimienbo.
Con miayor precisión se podría ha)blar sólo de probabilidad; y esta probaibi-lidad,
en el estado actual de imi análid;», es ligeramente sui>erioir al 82%.
A mayor aibundamienito, una de la® concluisdone» que el Dr. Wolfel deriva
del análisis del documento que nos ocupa, a siaber, "que el Padre Nuestro del
campo central procede de un modelo distinto y máis antiguo que las fnases y sen-tenciias
de los segmentos angulaa^es", al establecer una clara distinción en el orí-gen
de una y otra .parte, quizá fortalecería la hipótesis de la uniformidad de edg-nificación
de los textos angiilare»; ipero esta uniformidad cae por su base ya que
la traducción del fragmento en persa que da Wolfel, si no es exacta, se aproxima
a la verdadera.
El P. Tarchnisivily me lo ha traducido así: "El aecreto de los reyes conviene
tenerlo cubierto, en cam/bio divulgar y proclamar el secreto de Dios"; que no ee
otra cosa que este trozo del Libro de Tobías: "Etenkn iSiacrameñtum regís abe-condere
foonum est: opera autem Del revelare «t confitere honorificum, est." (To-biae,
12, 7.)
En resumen: de 28 lengruas, 23 se identifican con el trozo del Salmo 112;
tres (ibero, stranigihelo y bracman) no han sido descifradas rón; una (persai),
contra toda lógica, se aparta de las demás traducciones y otra (canario) es el objeto
de la discusión; pero desdte ahora se puede asegurar que mi antiígua hipótesis,
lejos de debilitarse, ha recibido con este segU'ndo análisis nueva fuerza y
vigor. ' • ' I '
A Wolfel, que sosttiene con raz>ón que sea cual sea el significado de la fra-
(2) Jaimes Balmes: "El Criterio", cap. VI, VII.
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se len "camanio" tierte que ser ama traduodóin del latín o del español can iniKa<9
misiomalies, le iparece, isin embargo, difícil que el texto escoigido para tal fin fuera
el tírozo diel Salmo 112 y pregunta "¿cómo @e ipudo traducir al canario preci-aamiente
eate texto que en modo lalignno pertenece a las cosas elementales de la
oración o del catecismo?", y redomitea au ipcnsamiiento añadiendo: "Cuando este
texito se aprovedhó para muestra de escritura y lenguaje, era demasiado tarde
para traducir tal frase; y cuando ésto todavía ae ipodia realizar, no había interés
alguno len hacerlo."
Es verdad... en parte. A principios del siglo XIX no es probable, o, por mejor
decir, es caisi imposible que, no díigo cualquier Salmo, sino la más aencilla dte
las oraciones que emiplea la Iglesia, fuera traducida al canario; pero ¿ interés' en
traducir en el 'siglo XVI uno de los pasajes de la Biblia que con mayor félicidlad
exipresa la catolicidad de lu Fé? Claro que lo hubo. España ludhé en ese 6Í!glo
contra todos y en todas partes por esa idea tan plásticamente retratada en el
fraigmento del Salimo 112 y, si desde Méjico al Japón, pasando ipor la India y
China, los misioineroa españoles no se cansaban de predicarla, en Canarias, donde
d catolicismo era reciente y el .peligro era mayor poirque tui«oe y moros, luteranos
y calviniaitas, huigonotes y anglicanos codiciaban ya la tierra o sus riquezas,
ya el imperio de loia conciencias, la utilidad de una traducción en lengua aborigen
resultaft>a más evidente.
Inducido a error por la creencia insostenible de la falta de interés de traducir
al "canario" el trozo del tantas veces citado Salmo 112, Wolfel descarta la eo-
Ixtción de mi hipótesis intei^retativa.
En oamibio, apoyándose en que una traducción "de las más importantes oraciones"
tuvo por necesidad que hacerse "para la predicación en todas las isla»'"
^-iene a deducir que "Atisa cagnren cha ondikhuesate antichiaha onanda erari"
d'ébe ser el principio del' Padre Nuestro.
Aquí aparece la segunda hipótesis nacida para interpretar la frase en "canario"
tramsmitidti 'por Ard'anaz.
¡Líbreme Dios de juagaría aventurada! Una ruta se me ofreció y la seiguf.
Otra le pareció preferible a Wolfel y le escogió. ¿Quién eligió la buena? Por
ventura* ¿nos habremos equivocado los dos?
j Por de ipronto el berberólogo francés Maircy, en una carta dirigida al Profesor
Aüvarez (8), da una tercera solución: "at — isaca^nren cha — on-dikhu
esote antichiaha onan daerari" = "que den en odio desde él horizonte del deaa-rrallo
hasta eJ de la caída el nomibre de la majestad", negand'o, al .propio tiemipo.
que la frase recogidia por Ardianaz se relacione con la Oradón Dominiciú (4).
¿Pero es ésta, en realidad, una nueva solución?
Basta leer la versión diel Prof. Marcy y confrontarla con la interpretación
hipotética dada por mi para comprobar que tienen un sentido radicalmente opuesto
y que esta amtinomia sólo procede del significado contradictorio del verbo en
rada una dte las presuntas traducciones de la frase en "canario": odiar —' loar.
Ahora bien, si es bastamte corriente encontrar en dos lenguas diferentes y
(S) Véase Revista de Historia, núm. 69. Comunicación de D. Juan AivsoKz
Deügado a la Dirección.
(4) Revista de Historia, núm. 62. Comunicaciones a la Dirección^
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hasta no emparentadflis entre si voces con idéntica grafía aunque con distinto valor,
sucede tamibién que, a veces, dios vocablos paiovenientes de un mi<snio tronco
etimológico, a ipesar de esta identidad de origen, tengan si<grnificadosi divensoe.
Es el caso, por ejemplo, del verbo español "ealir" y del italiano "ffaliire".
Amibos derivan del latín salire y, sin embargo, expresan acciones distintas: salir
(en español) = ir hacia fxiera, y salire (en italiano) = ir hada arriba.
Otro ejemplo: del latín venire han nacido tanto el "venir" esipañol como el
"venire" italiano, con idéntico fidgrnificado en una y otra lengua de moverse áe la
parte,de allá hacia la parte de acá o que se ipiense como tal. Sin embarco, los
italianoia iisan la primera persona del Presente de Indicativo con una aceipción
totalmente contraria a la que le oorrespoindería. Asi mientras nosotros los espa^
ñoles oontestaimos a la órdten: ¡Ven acá! oon' el verbo ir = movense de um lagar
hiacda otro, y dtecimoa ¡Voy!; los italianos al "Vieni qua!" contestan "Vengo!",
cuyo lógico significado debería ser el mismo dtel "vengo" español, aujnque vemoa
que loe italianos lo emplean como movimiento de acá (donde está la ^persona que
halUa en Presente de Indicativo) para allá (donde está la persona que habló en
Imperativo).
En idiomas miodemos y vivos no es difícil encontrar testimonios literarios
en qxte una misma voz esté empleada en sentidos diversos y aCm contrarios, pero
en latín y en griego quizás es más elocuente el hecho.
Buena y mala fama, en latín, se expresa con la misma palalbra fama, ae. En
él adjetivo derivadlo famosus, a, um, si «e toma en ea carácter pasivo, se conserva
la amlbiivalencia que ihemos notado en el sustantivo y según los casos querrá
decir céleibre, daro, renombrado o desacreditado, deshonrado, infame; i>ero ai
DOS fijamos «n su aspecto activo sólo conserva la acepción peyorativa; y este adjetivo
activo ha oriígiinado el adverbio famose que se traduce pea injuriosamente,
con ultraje.
En griego aún son mea frecuentes los casos de ambivalencia en los contrarios.
Uno de ellos—^muy a propósito para ilustrar el problema de la frase en ca-nairio
que ha dado origen a este artículo—es el adjetivo ápmó<i,'^,6v =: maldito,
execrable, funesto, nefasto, pero que a veces quiere decir deseado, deseable. El
nombre de que se deriva, apcr,ñi; plegaria, súplica, voto, tiene también el aigui-fioado
de imprecación, maldidón y de aquí nace él nombre de >J 'Apd U di«Mi
Maldidón. En los verbos correspondientes están comprendidos todos estos valores,
aaí en dpáov-iA = yo raetso, ei se tomó en buen sentido se encusntra yo de-sao,
.pero si, por el conitrario, se toma en mal sentido tenemos yo maldigo, yo
lanzo imprecaciones; y con esta última significación concuerdia él verbo ipdm =
yo damnifico, yo consumo, yo oprimo, yo arruino.
• Todos estos ejemplos son supervivencias del llamado "contrasentido de las
palabras ipoimitivas".
Infinitamente mejor de lo que yo .pudiera hacerlo, Ludwig Pfandl ha tratado
este ao^rumento: "EJn él egipdo anti^o «ken» sigrnifica grande y pequeño; en
latín «altus> significó originariamente alto y profundo; la voz griega «oipistheni»
denotaba retroceso y adelanto. Esta ambivalencia o doble sentido se extiende en
él pensamiento arcaico a la expresión de hechos y acdones. Ir o caer al agua y
salir del agua, subir una escalera y bajarla. En el alma déli hombre arcaico domina
la ambivalenda de los sentimientos. Amistad y enemistad', indinadón y
, X 181
' c
enemistad, indiinación y avemón, petición y deniefración, amor y odio habiitan alli
juntoa oomio unidades indif«rendadas" (5).
De lo que antecede se deduce que no es necesairío recurrir a la explicación
que da él Piof. Marcy —"El religioso que quizás ha recogido esta frase ha sido
enguiñado por 9U Intéiiprete indíegrna"—para compaginar sa interpretación oon
la mía. ' : ' )
Pudo muy bien ocuoir que loe antiguos canarios no diferenciaran el amor
del odio (pasiones más afines de lo que se pudieira pensar si creemos a Bena-navente
cuando dice que el odio es la anteeiala diel amor) y que, correlativamente,
sólo tuvieran una palabra para expresar lo amable que se debe loar y lo odioao
que se deibe execrar. O bien, que de una voz primitiva y ambivalente se hayain
derivado el "loable" canario y el "que den en odio" beréber, como de un punto
nacen las dos reotaia que forman un áng^ulo.
En este sentido podemos decir que la traducción de Marcy no es una nueva
solución, pues, en definitiva, se identifica con mi hipótesis, la cual recibe asi una
especie de conñrmación.
Pero Wolfel, benberóloigo como Marcy, nieiga que la traducción de este último
sea verdadera.
Por lo menos para mi, que no estoy especializado ni en lingüística ni en
cuestiones bereberes, estas diferencias de apreciación entre Marcy y Wolfel me
llenan de asomibro y no diego a comprender cómo un berberólogo tan distinguido
ccaao él primero haya x>odido dar una versión de la frase recogid'a por Ardanaz
en la que el segundo, también conocedor d^ los idiomas bereberes, no logre hallar
indicio alguno que permita convalidarla ni siquiera en parte.
Esta oontraposición absoloita d>e opiniones es para mí tanto más inexplicable
cuanto que la traducción de Marcy—hecha a base de su conocimiento del
beréber—concuerda con nú interpretación ihipotética^—a que he llegado por puros
radocinioa lóigicos.
Por eso, oída la fuerte acusación de Wolfel, la justicia pide, para poder formar
un juicio equitativo, oir también las razones que abonan la tradooción del
benberólioso francés. Nadie mejor que el inteireisado podría dámoalas y por eso
míe aitrevo a irogar a nuestro Decano-Director, mi querido amigo el Dr^ Serra Rá-fols,
que invite a M. Maircy a exponerlas con todo detalle en estas mismas páginas
de Revista de Historia.
Quizás conviniera, además, que el Profesor Maircy desarrollara su tesis de
la imiKMribllidad dé identífioar la frase en "canario" con él principio del Padre
Nuestro.
Ckuno ae sabe esta identificación ha sido hecha por él Dr. W51fél que me
oscribfa desde Viena a Madrid él 16 de noviembre de 1934 que "...las primeras
paüabras ya están darás: Atie-aica = padre nuestro. Así ¡no cabe duda de que la
frase oanoiria es la traduodón de la oradón dominica, y no de la otra frase de
la Escriitura."
Cuando en 1940 Wolifeü publica él manuscrito de Torriani y lo enriqju^^e
(5) Ludwig Pfandl: "Felipe II. Bosquejos de una vida y una época." Tra-
<laioción del «liemán por José Corts Grau. Segundb edición. Cultura Española.
Miadrid, 1942, cap. XXVI, pá«. 626.
con su valiosa traducción alemana, aprovechó la ocasión para ofrecemos un anr
ticipo de su "Monuimenta Linguae Canajriae", en foruna de áipéndioe, titulado
"Torriami y el liaibla de los Canajrios". Puea bien, en ese interesanitísdmo apéndice
en que Wólfel hace el análisis crítico de nadla menos que de 223 voces o frase»
canarias recogridas por Torriani—trabajo que quedará en la historia demuestra
lingüísiioa como uno de sus hitos más señeros—el sabio vienes afianza s.u creencia
de que la frase canaria dé Ardanaz se dteibía traducir por el principio dtel
Padre Nuesitro al relacionar el erari de nuestra frase con quevihiera y Benaho-rare.
No quisiera verme comprendido entre las personas que citan incorrectamente
a Wolfel y por edlo—y i>or dar a los lectores de Revista de Historia el mai-yor
número de datos a mi alcance sobre el problema dte la frase en "canario"
transmitida por el Sr. Ardanaa;—me voy a permitir insertar a continiuación la
traducción española de lOs tres pasajes del citado "Apéndice" en que se aludte
a la fraee que nos ocupa (6):
"32.—Aicá maragá aititu aguahae / Maicá guere; demacihani / Neigá ha-ruuici
alemalai. "Siate ben venuto, amazzarono nostra madre questa gente fo-raistiera,
ma giá che stiamo insieme, fratello, me voglio maritaTe", Gran Canaria,
fol. 82r. ¡Esta, estrofa llamada por Torriani Endeohia Canaria (español enr
dedha = Trauerlied = Canción fúnebre o elegía) es tan, imperfecta dte ritmo
[literalmienfte: de íSonoridad violentada] como mal traducida. La manera ingenua
con que Torriani relaciona cada palabra del texto con una o varias de la
traducción debería, por «í miisma, recomendamos prudencia. Sin embargo hay
algunas palaibra» suelta» que pueden ser identificadas! con seguridad: aititu tiene
que ser "questa gente". Comipárese ay tu catana, dte Sedeño (16) 60 y Haitu
eatanaja, de Sosa (43) I/I y, la algo distinta, haita haita datana, de Sedeño (16),
que han sido traducidas toda® tres por "hombres haced como buenos" beréber
ait "gente", "hombres", al que corresponde el singular at o ag "homibre", "hijo".
El prefijo -tu está aseigurado como elemento demostrativo por Marín y Cuibas
(61) en Menceito "este Rey", y documentado en Viana (93) 9v., 190v. Menceyto
y ÍPfeña (i38) 6 Menceito como el nombre tinerfefio de Dios. Nosotroe aáof^tt-mas:
a i t - u - tu "esta gente"; maica es, con certeza, "noatra madire", comp&re-
&e para este fin armases guaiaxiraxi "la madre di colui che soetenta U moncto,
Torr. fol. 71r.; achmayex, guaiaxerax "la madre del «UBtentador", Eapin. (28)
II/VII/81, y Atmaycegnaxiraxi "la madre del que carga el muTidio", Aibreu (36)
197, quie se reoonstruye por ar-(at-) may-es wa-ya-xiraxi "esta-^miadre-suya, etc."
El comien'zo dfel Padre Nuestro en el fragmento del muestrario de escrituráis dte
Hardissxm Pizarroso a-tis-aca "Padre Nuestro" nos asegura que el sufijo -ca,
-acá es el elemento pronominal o posesivo de la primera persona del plural. La
t«pciera palaibra, ciertamente reconocible, es neigá, beréber NeG, matar., a la
cual pertenece también ©1 latino necare como antigrua herencia mediterránea.
Si es recta mi interpretación de nazeth en una frase de Viana (38) 24ív. como
(6) Doy públicamente las gracias a los Sre». D. Alvaro Eispinosa de loe
Monteros, D. José Olarra y a mi compañero D. Rafael Forras, que han tenido
la Ibondad de prestarse amablemente para hacer la tradtucción española que va
en el texto.
1S8
najr - et "tti mtutae" y de tanagá, Viana (32) 267 v. "él fu* muerto" tenesmo» e<m-firmado
en el canario el eamnibio del Lemtei (Tuarear) (de la rafa) d«l Perfecto
con vocal' cotrtft y (de la rafe) del Presente con vocal larigra. - a como exponente de
la tercera pensona del singular, a pesar <íel prefijo semítico i - cowtenldo en la
msryor parte tte la« tercera» peí»onias «Jel «Lnigtilar del beréber continental, se jtMh
tifiea £t«cx>entem«nte. Igual decimoe de neig - á "él ha matado". No ae puede
ainrmar con «eguiidad que en aguahae awa - haré o ani - haré ee esconda "tu
htomanio". Cotho tampoco él en hamuici está la rafa beréber ZWZ "casawe" mejor
que Im "mérse". Ocuparía demasiado espacio un affi&llMs m&» lat^fo de loe
textos; por eso me remito a la próxima publicación de "Monumentos IJn^ístiooe
eanwrlos"." (7),
"76.-^Benahorare "que&ta isola.(Palma)... ai ohiamd... doé Pateia" fol. 90 r.
bmalMare en Abreu (86) 16S "mi patria", benajoare según< Marín y Cubas (61):
Ekrtiá freowentemeiftte dtectimentada la iwilaibra ben- como "tierra", "reglón": me
contento con citar Bendooden = Tierra del Kod, véase Nr. 144, y beninarfaca
"lugar de inciensos", anarfeque "incieniso" Aibreu (8&) 187. El resto de la pbla-br
» tiene que ser un pronombre posesivo. Lo más probaJjíe es que sea "miío" o
"muestro". El sufijo es claramente aislable en dos ocasiones: en éi fragmento de
Padre Nueatro qne esti en posesión de Hardisson Pizarroso se dice en un sitio
onanda erari, que sólo puede siígnificar "tu nombre"; destraés ee repite en el tratamiento
de los Reyee de Tenerife Qnebehi, que también puede ir prorvisto de sufijo
y cmtoncee ee dice quivihiera y unidlos significa "su Alteza" (Abreu (86)
194). Aquí podría muy bien siígnifiear "tu Alteza" pero también "mi Soberano"
o oosa semejante. La h es nnidla a pesar de la j de Marín y Oabe», "Ta patria*,
"tu tierra" no parece oomvenir" (8).
"'214.—^Tirma "i mionti Tlrma et Amegro á loro sacri" Oran Caniadei, fcí.
42r, 46v, mapa fol. 81v. Lo mismo Sedeño (16)47, Escudero (17)18v, 80v, W¥,
LaroA. (20)87,88, Sosa (48)111/11, (44)184. Escudero (l7)44 tiene Tyrma, el
MiaMt (22)81f. con «os muchas erratas tiene Tima y Trlma, pero Abraa (86)98
DOS d« Tirmac con el misteorioso afijo k. El Laigunenee llamó a amlMs montee sa-graxlos
"mntuairio", Alireu dice que allí loe indtgenae 'Smtt «on pirooesiones en
ms mecceidades" y Sosa (48) d&ce <te ellos "diputadoe para estas petkdones (a
Dios)... dos riscos inacceaiibiles... rev«rendá<>anlos como igtesias santas." Compárese
NS 88 Amagro. El más alto Juramento era ,por entes dos santuarios de la
cunAra, oada uno die lo« cuales pertenecía a cada uno de los reinoe de Oran Cá-trntám
y a su rey ée la guerra y a su rey de sacrificios, guaaarteme y FalMB. 13
mAs alto jorainento era: Atistlrma, Abreu (86)147, EMrada (18), del cual m
dan mnchas 'variantes o erratas: Tls llrma, Tts Amago, Tismago Escudero (Vf)
44v.; Ami Tlstima Sedeño (16)47; Asitistriina, Asitismago Matrtt (22)82; Aal-tis
Tirma Asidir Magro Sosa (44)168; Assitir Tima, Assitir Amagro dosa (48)
Ill/n; Aaalstfar llnria Asalsllr Magra. Bemáldez da el nombre del iagar con ar-
(7) Leonardo Torriaini: Die Kanarischen Inseln u'nd Shre Urliewohner. Im
italienisclhen Urtext und in deutscher Ubersetzung sovne nñt vSIkeilrandlkJMn,
historisch-geograipliischen, 'sprachlichen und archáol'ogischen Beitr&gen heraius-gisgeben
von Dr. Dontiii^k Josef WSlfel. K. F. Koehler Verk«, Lei|>zi«r, 1940,
p4cÉ. 268 y 158.
(8) Dr. D. J. Wolfel: Ot>. eit, pA«». 2618 y 264.
184
tkulo (24)1/186 Atirma. No faay paralelos utilizables y tengo que renunoiair a mi
inteoto de adiaradión; «¡a cambio puedk) aclarar suficientemente el juramento o
invocación porque fué usado tamlbiéin en el autosocrificio de un perrero que se
despeñó de una altura, a - tis es "Padre" aegrún el fra^imento del Padire Nuestro
en posesión de Hlardiisson Pizarroso, citado varias veces por nosotros, porque
stis - acá es "nuestro padre". Según ésto, el beréber ti "padre mío" se había oon-vertido
en tis "padre suyo" gracáias a un falso análisis de la s die la raíz. La exclamación
si«rnifioa: a - tis Tirma "Padre Tirma" o "Padre de Tirma = Dios". £1
Torifia de Bemáldez (24)LXIV/179f. sólo puede ser una equivocadóín" (9).
Hasta aquí el Dr. Wolfel.
La simple leotuTa de los pasajes que acabo de tramscribir nos asegura que
el «aibio vienes no sólo consideraba a la frase recoigida por Árdanaz como Auteo-tioamente
canaria (entiéndase canaria de las Islas Camariais espajlolae) ainct que
varios de su» componenteB le sirven como piedra de toque definitivo pava afianzar
sus razonamientos.
La convicción de Wolfel, no obstante, no era tan firme como parecía; la duda
ee adueñó de su eapiritu por el oamiino de loe gruipos "gn" de cagnren y "kh"
de ondikhueaate.
El grupo "ga" no le ofreció tanta dificultad, porque ipodbrfa explicaree por
"una lectura errónea gn en lugar de gu", pero el grupo "kh", desconocido em la
escritura fométicia castedlana, le hace pensar "que no se trata de nuestro "canario"
eivo de un "canario" índico".
Y Wolfel muestra honrada probidad científica al declarar, sin temores al
qné dirin, que le "parece mejor entender por "canario" una de lias grandes len-guas
dravídicas del Sur de la India, el cámara (kanaddb) o la lengua mezcladla
dravídico - aria, el camarina, y con esta posibilidad hay qne contar indudable-mente."
C3iaro está qUe d nombne geográfico de otras regiones del mundo autoriza-ría
a adjudicarleB lo frase transcrita >por Árdianaz. No citaré sino la provincia
ecuatoriana de Ganar, en América, que quedlariía fuera dd área dravídlca, y la
isla del grupo de las Moluicae, Gran Kanari, situada al N de Ceram, entre Seranig
y Jilolo, que, por eü contrario, cae dentro ái la influencia índáoa y especiidmen-te
dravídlca, por el calinga del archipiélago malayo y los puertos indo-chinos,
oomiprendidoe en el grupo lin^ístico del tamil.
Desgraciadamente, no conozco ná poco ni mucho estas lenguas orientales y
mal puedo juzerar ei la frase de Ardanaz es o no es "canario índico", continental
o isleño. Lo único que está a mi alcance es oomparar las palabras escritas (^
Árdanos con las que recogió Pigafetta —tDios sabe con cuantos errores I— a su
paso por les islas de la Especiería; y, a la verdad, no encuentro ninguna semejanza
entre ellos.
PaimlelaRiente a esta confrontació'n con el vocabulario de Pilgwfstta he eotn-porado
el texto de Ardanaz con la versión d<e la Oratio Dominica en "Canarice"
que reproduce Bodoni, tomándolo de Schultz, y tamipoco tienen el menor punto
de contacto (10).
(9) WSlfel: Op. cit. págs. 301 y 802.
(10) Oratio/Dominica Ain / CLV liniguas/versa/et/exoticls charaoteribus/
plerumque expre6s«t./Parmae/Typl8 Bodonianiá/M.DOOCVI. FoUo xxxix.
1S6
Estos fracasos mfos confirinan el carácter n«igrativo de las inveetisacioinee
de Wolfd.
Quizás el especdialiata a quien el Dr. Wolfel ha encomendedlo el estudio de la
fra»e desdie el punto de vista diravfdico lo^e á&r una soludón satiafactoria del
piwiblenuí que «siirva para canflrinar o para rechazar 1& hiipóteais del dravidisRM)
de la miisma. ESmpero traicionarí'amos nuestra cualidad de ooddentale» si no buscáramos
la clave del emgma por vfas diferentes.
La primera observación que se le ocumre 'hacer al que exaanina el pergraanino
cali^raifíiado por Ardanaz, dond^ tantos caracteres exóticos ae dlan dta, es la si-guienite:
¿por qué el' texto "camario", M en realidad es "oanarés", no fué esoriito
por el pendolista iguipuzcoomo con su alf aibeto propio, ya. que stabemoe que posee
uno derivado del amti'gnio himdli ? Quizá no pesie nad'a la objeciómi que dte esta pre-gtmta
se deiriva «á ise tiene en cuienta que el "bracman" y el "mexicano" también
han sido transcritos por Ardanaz con escritura europea; pero siempre se le puede
consádierar como un indiiclo qoie unir a otros en favor d^ la tesia que llamaré
tesis canario • atlántica.
ESstos indicios son que ni yo cuandk) descubrí la frase, ni d Dr. W61fel cuando
le emvié la reprodiuctíóin fotográfica del documento que la contiene, tó el Profesor
Alvaiez cuando la estudáó, ni M. Marcy cuando tuvo conociniienito de ella,
sentimos repuj^nanoia alguna en creerla canaria - atlántica.
Es más, yo—el menos caldficadlo entre los personas arriba citadasi—fui el
único que tuve una "reacción de desconfianza". Wolfel me escribió: "La frase me
parece auténtica y iprobablemente del dialecto d« Tenerife"; Alvares planteó el
pnroblema áe sos posibles traducciones—a los que (creo que reflejando fielmente
su pensamiento) llamé "interpretaciones provisionales hipotéticas"—ein dejar
traslucir áaáa, alguna sobare su canariedad atlántica; y Maicy escrabió al Prof. Al-varez
que la frase em "amténtica y fácilmente interpretable a través del berebere"
(11).
Esta unaninddad en juzgar la frase de Ardanai por primera impresión como
escrita en "canario atlántico" es sintomática y nada dice contra ella la poe-terior
daáa, de Wolfel que ha tenido la virtud dé contaminar a Alvares, .puesto
que, últimamente, éste ha escrito, refiriéndose a la frase descubierta por mi,
"que ni siquiera es seguro que sea iguanche" (12).
Lo que probablemioi'te ha ocurrido es qiie todos nosotros dimos el valor que
lágioa y gnunaticalmeRte se debia dar a la palabra "canario" que calificaba la
frase del manuscrito Ardanaz; pues, que yo sepa, hasta «hora canario se ha llamado
siempre a lo relativo al aircbipiélago atlántico de los Canarias. Por el ooo-trario,
ningruna lengua índica así se ha calificada El "canario índico" en que ha
pensado el Dr. Wolfel se ha llamado kanara o cañara, kanarés o cañares, oana^
riña, fcamataka, camata, cannada o caimata o kainadcta, etc.; pero canario, jamás,
a menos que una inadvertencia hiciera cometer a Ardanaz este error desafortunado.
(11) Wolfel: Carta a mi dirigida desde Viene el 16-XI-1934.—Alvarez: "Miscelánea
Guanebe", pág. 116.—^Miarcy: Carta dtada por Alvoiez en "Comunica-cSones
a la DiTeodón" diel núm. £9 dle Revista de Historia, (juláo^eptierotoe),
1942),t. VlII.pág. 202.
(12) Alvarez: "El Padrenuestro en Ranche". Revista de Historia, núm. 62.
186
A estas cooBiideiraciones se iwdría añadir que ai ni WSlfel, ná Alviarez, han
l]€|graxlo como Maircy a "interpretar fácilmente" le- frase en cuestián, «i han
balla(k> en ella notalblea concamitanciaisi can los restos del haWa de los aavtiguos
pOhladorea de nuestro Archipiélago salvados y transmitido» por los croniatas e
histoiriadores o Ileg^adlos hasta nosotros por uso ininterrumipido, a través del lenguaje
vulgar, unas veces, y, otras, en toponimniías y fitommüas.
Evidentemente, tanto Wolfel como Alvarez han enoomtrado estas concordancias,
a que ácaibo de aludir, gracias a un proceso de descomposioión isilábica y una
posterior agrupación de estos elementos en niievais presuntas palabras; de tal
manera que resultando en todos los supuestos una frase fonéticaonente idéntica,
por él conjunto sucesivo de sus sonidos aiislados, ee diferencian por los voceblec
que componen cada oración así formadla.
Este 'procedimiento—que también ha sido empleado por Maircy—me autoriza
a dividir él' ondikhuesate de Ardana>z en ondik - huesate y db esta forma no
solamente desaparecería el grupo "kh"—que ha determinado ad sabio vienes a
reconsiderar su anterior juicio sobre la canariedad atlántica de la frase—aimo
que tendETÍamoe una palabra con el canario y "misterioso afijo k", como dSría
Wólfél. Nuevo indicio que sumar a los anteriores.
Por todo ello creo que nuestra frase puede ser teñidla nadonaüinen^ por canaria
etlánticau
Por último, permítaseme rectificar a mi ilustre amigo el Dr. Wolfel; no porque
ello tenga linportanda, sino simplemeinte por prurito de exactitud. Yo no
be dicho nd sostenido jamás que el texto transcrito por Ardlanaz "procede de loe
comienzoM dé l<a conquista". Sólo lancé la hipótesis de la posibilidad die que la
frase en canario—^dadas las relaciones gentilicias entre los Condes de Por^e-
'gre y el personaje a quien iba diedicado el pergamino—^pudiera haber sido reeo^
gidtt por el caJígifafo de Rentería en alguna pieza del archivo de los Silva y no
me paireoe suficiente d hecho de que Ardanaz—en un trabajo donde no dtfli
fuente álgana—no hayu dejado consignad>o que se sirve die uní documento del
InatrinioRio familiar de su jefe paira descartar por conipplieto la pieta—quizás falsa,
no lo niego—que apunté.
Y ya que se ha vuelto al problema del origen del pergamino Ardanaz, diré
que ni el Bodoni ni el "Mithridates", de Adelung', han podido servir como modelo
a nuestro esraibieinte, x>orque tanto una como otra ooleodón eon posterfores
a 1808 (IB).
RomaJtfadrfd, octubre 1943—enero 1944.
(18) UL fecha del Bodoni es la de 1806 y los cuatro tontoe <lel "Mithridutes
Oder allgemelDe Spradienkunde mit den Vater unscr al« Spmoh Probé in bd
nahe fünfhundert Spradien und Mundarten", de Johann Ohrlstoplí Adehinit, se
pubMoaron en Berlín (Vosuiwsher Buchhandkmg) de 1806 a 1817.