La familia del gobernador Pedro de Vera
(Continuación)
por HIPÓLITO SANCHO DE SOPRANIS
Hernando de Vera
Cuarto hijo del alcaide Pedro de Vera y de D5 Beatriz de Hinojosa fué
este inquieto caballero menos conocido por aus hedhos p e r r e r o s o por »\ia
aotividades en el seno d«l cabiMo jere&ano, al cual pertenecía como poseedor
de una de las veinticuatrías acrecentadas—que, (somo ya hemos dicho
repetidamente, Pedro de Vera se preocupó siempre del adelantamiento
de los suyos—desde bastante joven, que por la des.grracia que le
oouirrió y pudo haberle costado la vida san la rápida y comprometida in-tewvenoión
de los suyos que por mar le llevaron a tierras de Portuigal.
Había casado con D5 Beatriz de Fuentes, señora de-ilustre casa de Jerez.,
y su porvenir se presentaba brillante dado el favor en que los suyos
estaban y los servicios prestados por au padre y hermano mayor en la
sruerra contra Granada, cuando una denuncia que debió tener algo detrás,
que no oonocem'os, le privó de su veinticuatrla.
Según Bartolomé Gutiérrez, que recogió la especie de fuentes antiguáis
que no cita y confundió a los hermanos Francisco y Fernando de Vera
atribuyendo al primero lo que ocurrió al segundo, habiéndose leído en el
oficio del escribano Bartolomé de Amaya unas coplas satíricas contra el
mal gobierno de los Reyes Católicos que desoían sistemáticametate las
quejas que a ellos periódicamente se elevaban desde Jerez contra los mar
nejos del icorreigidor Juan de Robles, denunciado el hecho y tras la correspondiente
pesquisa—la soplonería estaba muy en honor en la ciudad, se-
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gún de otros hechoB se desprende—privóse al escribano dfe su oficio, e!l
ibaoMlkr Tntji'llo, a quien huibieron a las manos, fué detallado como
principal culpado y en cuanto a 'Htemando de Vera sentenciáronlle a muerte
en rebeldía por haberse fugado a tiempo de Jerez (86). Sea de ello lo que
86 quiera, un hecho cierto tenemos y es que Fernando de Vera, desig^nado
en 11 de agosto de 1491 como uno de los tres capitanes de la gente de Jerez
que salía para la guerra de Granada, había huido en 1 de agosto del
año anterior, según acredita esta escritura de fianza otorgada por el
propio Pedro de Vera Mendoza en dicho día y que encontramos en los
restos de actas notariales del cuatrocientos que forman el primer volumen
de los ricos fondos del archivo de protocolos jerezano Copiamos unas
líneas de ella porque Ideja sentado el hecho y obliga a tomar oon mucha
cuenta tanto en su substancia como en su data lo que el analista Gutiérrez
escribe, diciéndolo tomado de los libros capitulares: "otorgó Pedro de
Vera proveedor ¿cryado? del Rey, ivecino desta dibdiad de Xerez que re-
«iue del señor corregidor Juan de Robles a Bartolomé García de Triana,
maestre de la carauela del gouernador Pedro de Vera questá preso sobre
que diíen que llevó a Fernando de Vera, el qual dicho Pedro de Vera se
obligó de poner preso en la cárcel desta cibdad como está al presente al
didho Bartolomé García de Tryana". (37). Como desde esta fecha no le
hemos encontrado en los libros capitulares todo nos hace temer que el
(86) Esta historia de Hernando de Vera es muy conocida desde antiguo
pues los ¡historiadores de CaBarias más antiguos como el P. Fr. Juan
de Alhreu Gaüiindo ya la traen con todos los pormenores. Cfr. Historia do
la conquista de las siete islas de Gran Canaria, Ilib. I I , cap. XXX, pá-
^ n a 185, ha «ido mixtificada por los que se ocuparon de la historia de Jerez
como Gutiérrez que la sitúa mal cronológicamente y atribuye la des-igracia
a Francisco de Vera y Jiménez de la Espada, que ihace recaer la
collera de los Reyes «obre Pedro de Vera, el padre de entrambos. Al investigar
en los fondos cuatrocentistas del archivo de protocolos de Jerez
hemos encontrado, como se verá, una confirmación de la noticia y base para
pensar que algún disgusto debió de tener el gobernador^ de Canarias
con los Católicos, no obstante lo comiprensiva que fué la reina y lo presentes
que siempre tenía los buenos servidos a la corona prestados.
(37) Ardhivo de protocolos de Jerez, Varios, siglo XV, fol. 141. Bartolomé
de Triana y la carabela de su señor Pedro de Vera no es ésta la
única vez que los hemos encontrado en los fondos notariales de la época,
ea Jerez como en el Puerto de Santa María, salida al mar de la primera
ciudad, cuyo puerto del Portal era fluvial. La actuación de Hernando de
Vera en la conquista de Canarias la dejamos de lado, pues todo lo relativo
a esta empresa en que tanto se destacaron el antiguo alcaide de Jimenia
y sus dos hijos Fernando y Rodrigo, lo consideramos bastante conocido ya.
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sastre historiador haya sufrido aquí uno de los frecuentéis lapsus que
hacen tan peligroso el manejo de ^^la anales, sin una confrontación previa
de las fuentes que solo conoció al través de las lecturas del erudito
clérigo D. José Angelo Dávila.
Hrernando de Hinojosa vivía en 1506, bien que se hallaba ausente de
Jerez.
Rodrigo de Vera
Insértase en los nobiliarios que de la casa de Vera trataron entre los
hijos del al-caide de Jimena vuio lliamado Rodrigo, cuya presencia en Jerez
es difícU de señalar, pues en los mási de los documentos en que aparece
tal nombre y que .por su data podrían referirse a un hermano de
Diego, Martín o IHeirnando de Vera sie puede establecer de modo perentorio
se trata de personas cuya ascendencia conocida impide tal identificación.
El regidor, i>or ejempilo, es un hijo de Ñuño Díaz de Vera que igualmente
desempeñó tal oficio y pertenece a la rama del linaje que se llama
d* los de Trebujena, aludiendo a su alcaidía desempeñada por Ñuño (38).
y, sin eanibargo, no cabe duda, así de la existencia de oin quilnto hijo diel
alcaide, como de que éste llevaba el nombre consagrado en la familia Vera
del último rey godo; un documento otorgadio por la viuda de .aquel
D- Catalina de Zurita nos lo dice en su encabezamiento que vamos a copiar,
pues decide la cuestión excluyendo toda duda razonable: "sepan
quantos esta carta vieren como yo doña Catalina de Ziirita, muger del
honrado caballero el govemador Pedro de Vera contíno del rey e fle la
reyna nuestros señores, vecina que soy de la mui noble e muí leal ci'bdad
de xerez de la frontera, otorgo e conosco a vos Rodrigo de Vera fixo del
dicho gobernador Pedro de Vera, vecino que sodes diesta dicha ci'bdad a
(38) Acerca de Rodrigo de Vera mencionado en los nobiliarios, espe-cdalmente
en el áifcol de los Veras de Alonso López de Haro, ya antes citado,
como hijo del gobernador Pedro de Vera, resuelvein el problema de
su procedencia sin necesidad' de recurrir a más fuentes los hiatoriadoree
le la conquista al hablar de como Juan de Rejón vino a míanos del nuevo
arbitro de las islas sometidas a la corona castellana. Cfr. Abreu Gralin-do:
Historia cit., lib. 11, cap. XVII, pág. 148, eco del cual es Viera y Qa-vijp:
Noticias de la historia general de las islas Cananas, lib. VII, ca-
.pítulo XXX, pág. 72, de la edición de 1841. Que los suyos volvieron a Jerez
no cabe duda.
S
HCTECA P. l'UfJlCIPAlj ^ ^ * ^ ^ ^
Santa Gruz de Tsnerifg 1 y^nan^^
la collación de San Dionk qu« casastes con doña María..." (,39). No podemos
dar la fecha diel docimaento que no conocemos ínteigrramente, pero
qiie fué otorgado en vida del oonquistador de Canaria y que abona las
afirmaciones de López de iHaro que no solanlente coloca como cuarto hijo
de aquél a Rodrigo de Vera, sino que le hat>e esiposo de D* María de Zurita,
deuda de su madrastra, de cuya ilustre familia entonces en 'el apogeo
de «u influencia política y de su gloria militar—D5 Catalina era hija
de Diego Fernández de Zurita, maestresala de Juan II y su embajador en
Granadla, y de Mencía Suárez de Moacoso, deuda muy cercana—sobrina
carnal—del maestre Figueroa de los señores de Feria—^toman mujer muchos
de los caballeros Veras, desde su aparición en la historia de la co*
marca jerezana haata deolirtar ©1 cuatrocientos (40). No aparece entre los
herederos del gobernador en la escritura de convenio tantas veces aludida,
pero sus descendientes utilizaron repetidamente el entierro de la capilla
mayor de Santo Domingo, que se decía pertenecer al finalizar ell
quinientos a los caballeros Barahonas (descendientes de Diego Gómez de
Vera por hemlbra) y a los Carrizosa (que lo eran igualmente por línea femenina
dé Rodrigo).
D* Francisca de Hinojosa
Omiten a esta hija del primer matrimonio del alcaide de Arcos y Ji-miena
todos los nobiliario® de la casa de Vera, pero consígjnanlo los de la
dilatada familia de los Dávila de Jerez que considera el entronque con la
descendencia del valeroso vencedor de Cárdela como una de las dlistincio-nes
más señaladas adquiridas por aquel célebre caballero García Dávila, a
quien llamaron de la Jura por haber recibido el juramento de los Reyes
Católicos cuando éstos se preparaban para entrar en Jerez en 1477. No
(39) Cfr. Fr. José Cantero, O. P.: Apuntar iones... para q\u> sirvan
en la, genealogía de los VUlavicencios, fd. 66. (Inéditas). Poseemos
copia íntegra de las mismas, pues el original desapareció del ardvivo de
la provincia dominicana de Andalucía durante la dominación roja, como
casi todo aquello que se hallaba en el antiguo Convento de Calatráva de
Almagro.
(40) Recuérdese lo dicho al hablar de D5 Catalina de Zurita, segunda
mujer del gobernador Pedro de Vera. El Comendador Pedro de Vera él
Bermejo estaba casado con D* Isabel de Zurita y su padre Ñuño de Vera
con otra D5 Catalina de Zurita, aparte de la Dá Mencía que aparece como
mujer del Señor de la Isla, Alfonso García de Vera.
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es extraña la omisióia, pues no habiendo h a b i ^ descendencia del matrimonio
y sí muy abundante y de gran relieve del que le precedió, dado lo
(>bsoura que fué la vida de las mujeires de todias la» clases sociales en este
período a las que únicamente saca de la obscuridad o redime del olvido
i|na posteridad Ixicida o una fuindiaciómi religiosa o benéfica importiante,
I>5 FVancisca de Hinojosa no podía pasar a la historia méis que por el título
para noaotrois de más aprecio que para los que vivían en una época
pletórica de parecidos hombres, de hija d)e Pedro de Vera, ootaquistador
de la Gran Canaria. Incluso el relieve de su marido, jefe de bando en los
que ensangrentaron mo una sola vez las calles jerezanas en el último tercio
del cuatrocientos, ha contribwído lal olvido en que se la tiene, pues militando
los suyos en la facción de los Posoces, su mismo matrimonio, un
tanto tardío con respecto a la edad del marido, se nos aparece como un
procedimiento de ligar méis fuertemente con los vínculos de la sangre a
quienes políticamente ePan tan afines como el de la Jura y el Izquierdo,
según llamaron los contemporáneos a yerno y suegro (41).
Pedro de Vera
¿ Tuvo nuestro asendereado alcaide de Arcos un hijo de su mismo nombre
? ¿ Se trata de alguno de sus muchos nietos todavía no definitivamente
puestos en claro o de alguno de los muchos deudos de iguales 'nomibre
y apellido? Más dte vtn& y de dos veces al ir exiaminaado la doicfumenta-oián
jerezana de la época nos hemos tenido que plantear tales cuestiones
y confesamos que también oo una isola vez las hemos resuelto de modo
opuesto y aun ahora no sabremos diecir si estaremos en lo cierto al daí
como lo más probable la negativa.
Tenemos afirmada la existencia de un hija del g(A>e¡mador nombrado
como él en la información de los servicios a que tantas veces hemos hecho
referencia, pues una i>ersona que creemos ibien enterada dice en su declaración
lo siguieoite: "este testigo supo como el dicho govemador pedlro
de vera avia enviado dos hijos suios que heran ,ped'ro de vera e francisco
(41) Tenemos reunidos algunos documentos inéditos' de mucho interés
para «1 conocimiento de las vicisitudes de la sepultura del gobernador
Pedro de Vera en Santo Domingo de Jerez que ilustran su sucesión y los
cuides .pensamos publicar en estudio esipeciál al que desde aquí nos remitimos.
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de vera, padre déí dicho alvar nuñez caibeza d« vaca" (42). Además, él
P. Rallón, tan buen conocedor ééí pasado jerezano y iban ctddadosio éi
transcribir nombres y fechas, escribe ocupándose de la des^acdada expedición
dejl alcaide Juan Sánchez de Cádie a Acenunoiuir: "di no fuera
por Pedro Gómez de Mendoza, hijo del alcaide Pedro de Vera, y por Diego
Dávila y Lorenzo de Piadilla, hijos de García Dávila... muriera nnudha
gente al emlbarcarse" (43). Y, por fin, parece resolver definitivainente la
cuestión esta nota que hace años encontramos en los índices de Polanco—
de parte del archivo de protocolos notariales de Jerez—y ¡no hemos podido
comprobar personalmente: Alvar Núfiez Cabeza de Vaca, cura discernida
a Pedro de Vera su tío (44). Mas estudiando bien las cosas, vemos que
en la información otros testigos repiten una y otra vez el inomibre de Diego
como el del compañero eii el empeño la Alquizote de Francisco de Vara,
lo que obliga a pensar y a admitir como exacto se trate de un lapsu^s
memoriae del que deólarsdba o en un lapsus calami del escribano; el
P. Rallón ha escrito Pedro donde la fuente dice otro nombre como es el
de Diego, y, por fin, el epíteto de tío de la nota del protocolo si en nue»'
tros días sería absolutamente convincente, conocidas las costumbres de la
época en que las palabras primo y tío no desempeñan el papel que entre
nosotros e Lncluiso no suponen \ma relación de sangre, si indica en eate
caso parentesco, no fija el grado, pues haibiendo diferencia de edad se
solía llamar tío al qué en realidad era primo. Aparte de que exiatiando
varios Pediro de Vera por este tiempo en Jerez, todos parientes de los
huérfanos del veinticuatro Francisco y D* "tcresa CJabeza de Vaca, bien
pudo ser este aludido en la nota de Polanco uaio de aquellos. El aparecer
(42) Cfr. las genealogías de la casa Dávila, de la cual existe una dilatadísima
historia, bien que inacabada, en los fondos Dávila del a^hivo
del Marqués de Casa Vargas en Jerez de la Frontera. Por publicada y
híiberia comprobado en lo substancial de la miisma, Cfr. Bandos en Jerez
citado, vol. II, ipág. 65. Linea de García Dávila el die la Jura, pág. 66. La
sangre del conquistador de Canarias entró abundantemente en los más de
los linajes jerezanos merced a este matrimonio que fué fecundo.
(48) Cfr. Un documento interesante para la biografía de Pedro de
Vera. {Documentos.'., del archivo del Marqués de Casa Vargas MachU"
ca), pág. 27. Declaración de Juan Camaoho de los Hijuelos, pregunta 79.
(44) Cfr. Rallón, Fr. Esteban: Historia... de Jerez, trat. XVII, capítulo
VII, pág. 46. La comparación de su relato con el de Benito de Cárv
demás, su fuente (Ofr. Bandos en Jerez, vol. I, pág. 121), produce la convicción
de tratarse de una equivocaciónr material del infatigable monje
g^rónimo, cuya autoridad no ampara por consiguiente la suposición de un
sexto 'hijo varón del alcaide de Jimema y Arco».
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por eatos años en docuimentación capitular un hijo de Diego Gónuez de
Vera, llamado Pedro de Vera, que en 1515 «staiba eu poder de los turcos
y años antes aoiduvo por las Oanairias, nos hace «uponer que este nieto y
no hijo del conquistador de la Gran Caniaria sea aquel a quien se refiera
Polanico. De todas manera», la cuestión queda siempre a reserva—con
poca probabilidad—de que se encontrase ©1 acta en cuestión y esta ddjese
3» contrario (45).
Con taintos hijos y todos casados jóvenes', no fué muy larga ila descendencia
del valeroso y sufrido alcaide de Jimena, pero si el número fué
corto, la calidad lo suplió, ya que entre sus .nietos figura en primera linea
uno cuya gloria, acaso por él nimibo de humanitarismo que ilumina la noble
cabeza del desafortunado explorador de la Florida, ha eclipsado Jia
del abuelo, Alvar Núñez Oaibeza de Vaca, orgulloso de su línea ipatema
hasta el pumto de completar su personalidad en diferentes ocasiones en
que ha de hacer declaración de quien es, agregando a su nombre el detalle
de ser nieto de Pedro de Vera el que ganó a Canaria. Lo mencionamos,
pues gracias a él nos son conocidos muchos detalles de la vida del alcaide
•de Jimena y porque sus armas, que tan discutidas fueron por sus contemporáneos
mereciendo de sus émulos la acusación de supuestas, van a
isernos muy útües ahora que completaTido esta reconstitución del linaje,
y especialmente de la familia de Vera, vamos a tratar de dejar bien establecidas'cuáles
f^lle^ó^• las que el' último en vida usó. Y aiproveohando lía
ocasión," en un á$>éridice vindic».remo3 de acusaciones que tras de unos
cuatro siglos de haber sido formuladas permanecen en pie, al simpático y
generoso, bien que un tanto idealista, primer adelantado del Río de lia
P l i a i t a . .. • .
Antes de cumplirse un siglo de la muerte del gobernador no quedaban
en Jerez más individuos que llevasen en primer término su apellido
que Tos descendientes del alcaide de Trebujena, Ñuño Díaz de Vera, utno
de los cuales, Pedro de Vera Basurto—el nombre de Pedro permanecía
en honor entre los del linaje—^fué fundador de uno de los raros patrona-
(45) Cfr. índices de Polanco, Archivo municipal de Jerez de la Frontera.
La referencia es: Oficio 12, 1512, fol. 171-73. Cura disoemida a Pedro
de Vera .tu tío, de los hijos de Francisco de Vera y D* Teresa Cabeza
de Vaca.
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toa benéfico-faíiiiliares que han llegado—harto imermados como puede suponerse—
a nuestros días. Quizá en esto estribe el olvido y la ninguna popularidad
de que goza, en la ciudad que le viera nacer y en 'la comarca
teatro de sus hazañas el discutiible, pero no por ello hombre menos insigne,
conquistador de Canaria (46).
(46) Sobre este Pedro de Vera véase lo que se habla esn caibildo dB
28 d« jimio de 1615, foJ. 297 v.: "él dicho Alvaro de Cam90«a jurado pddio
por merced aloa dichos eenmores alcaile maior e veinte i quatros que manr
dlen dar unía carta de ruego .para «I bayle de Alicante, pidiéndole por meiv
oed temga por ibien oomendado a pedro de vera, hijo de martin de vera, qu«
ee perdió olly y fue cautivado de loa turcos... los dicho» sennores alcaile
mayor e veinte e quatros le mandaron dar la carta de rruego para el bayle
de alloainte tal qml en el caeo oonvenia".