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EL CALZADO Y SU MANUFACTURA EN TENERIFE
EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI
María del Cristo González Marrero
Universidad de La Laguna
Sobre el calzado en el siglo XVI y sobre la industria que de él se hace cargo
existe en los archivos tinerfeños abundante documentación que, sin embargo, no
ha sido explotada aún suficientemente. Por muchas razones que señalaremos a
continuación, el calzado, pero sobre todo la materia prima con la que se fabrica,
es el objeto de muchos de los acuerdos que toma el cabildo tinerfeño en los
últimos años del siglo XV y primeros años del siglo XVI. De hecho, el concejo
tinerfeño interviene con frecuencia en el tema de la comercialización del cuero,
prohibiendo la saca de corambres y la importación de cueros del extranjero. En
uno de ellos, tomado el 21 de octubre de 1513, se señala " ... que siendo provechoso
para la isla ser proveída de calzado y para que los zapateros no tengan
achaque en decir que por sacar las corambres no tienen cal(:ado y porque haya
de todos los colores como se hace en otras partes, mandaron que no se saque
ninguna corambre, salvo pasando por el Cabildo"'. Dos años después, en mayo
de 1515, se prohibe la entrada de cueros de Irlanda de la siguiente manera:
l. SERRA RÁFOLS, E. y ROSA OLIVERA, L. de la: Acuerdos del Cabildo de Tenerife.
Vol. JI (/508-/5/3). F( antes) R( erum) C( anariarum) V. l(nstituto) de E(studios) C(anarios),
La Laguna-Tenerife, 1952.
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Sobre el callYado que se hace de los cueros de Irlanda y de otras partes que a
esta isla se traen y que viene daño por no ser buenas para callYado y que los
lYapateros quieren labrar mas de éstos que de la corambre de la isla, que es
muy buena, porque les sale más barato y los cueros de la isla los sacan por
exquisitas formas por lo que mandan que no entren en la isla cueros de Irlanda
ni de otra parte y los que están metidos y sean buenos se labren y que el
alcalde de los zapateros visite dichos cueros y casas y tiendas de los zapateros
y todos los cueros y callYados que se hallare de los cueros de Irlanda que
fueren fa lsos que los tomen y quemen y penen y que los cueros cabrunos no
los saquen, ecepto que si suelas de arrayán o zumaque que sea de Castilla, que
puedan entrar2•
Sin embargo, el silencio de las fuentes es casi absoluto en lo que se refiere
a las distintas fases del trabajo del cuero, no siendo así para el caso de la isla de
Gran Canaria.
Por tanto, antes de abordar el estudio del calzado es preciso hacer referencia
a las distintas fases que caracterizan la manufactura del cuero.
LA MANUFACTURA DEL CUERO
Para empezar, la primera diferenciación que tenemos que tener en cuenta es
la que existe entre piel y cuero, vocablos con significado diferente pero empleados
frecuentemente con el mismo sentido. El cuero, propiamente dicho, es el
resultado de una serie de transformaciones que sufre la piel que cubre el cuerpo
de los animales, transformaciones agrupadas bajo la denominación de curtición.
Siguiendo a Córdoba de la Llave, la transformación de la piel en cuero se llevaba
a cabo a lo largo de tres fases fundamentales: los "trabajos de ribera", la
"curtición" o "curtiduría", propiamente dicha y el "zurrado"3. La primera y segunda
fase tenían lugar en las tenerías y eran realizadas por los curtidores.
Con los trabajos de ribera se llevaba a cabo la eliminación del pelo y la
carnaza de la piel para dejar sólo la dermis, a través de una serie de operaciones
que describiremos brevemente a continuación.
2. SERRA RÁFOLS, E. Y ROSA OLIVERA, L. de la: Acuerdos del Cabildo de Tenerife.
Vol. III (1514-1518). F.R.C. XIII. I.E.C., La Laguna-Tenerife, 1965.
3. CÓRDOBA DE LA LLAVE, R.: La induslria medieval de Córdoba. Caja Provincial de
Ahorros de Córdoba. Córdoba, 1990.
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La primera de ellas era el remojo con el objeto de limpiar de impurezas y
suciedad las pieles, aclarándolas en agua limpia y escurriéndolas seguidamente.
A continuación tenía lugar el apelambrado, que consistía en darles un baño
de cal en los pelambres de forma que pudiera procederse al depilado de las
mismas sin ninguna dificultad. La existencia de pelambres en la isla está ampliamente
probada4
• No sabemos el tiempo que debían permanecer las pieles
en los baños de cal para el caso de Tenerife pero sí para Gran Canaria, lo cual
nos ha permitido conocer que éste dependía del tipo de piel y del uso al que
fuera a destinarse. De forma general puede decirse que las pieles más pequeñas
permanecían en el pelambre en torno a 25 días y las mayores no más de 40,
dividiendo el tiempo entre pelambres viejos, es decir, baños de cal usados, que
suavizaban las pieles, y pelambres nuevos5. Para el caso cordobés, Córdoba de
La Llave señala que las vacaríes permanecían en pelambre entre 30 y 60 días6.
Una vez depiladas, las pieles eran humedecidas para llevar a cabo la
descamación, eliminando la carnaza con un cuchillo. Tras esta operación tenía
lugar el desencalado, mediante el cual se lavaban las pieles con agua para
desprender la cal, ya que su presencia disminuía la calidad del resultado de las
labores propias de la curtición. Por fin, se procedía al adobo de las pieles con
el objeto de provocar una fermentación encaminada a eliminar, definitivamente,
la cal que aún pudiera conservarse en las mismas. Lo normal era la utilización
de la fermentación de salvado, como se recoge en las Ordenanzas de Gran
Canaria, que disponen lo siguiente:
4. Sirva de ejemplo el siguiente documento notarial: "Ante el alcalde Juan de Regla, Juan
de Herrera, clérigo presbítero, albacea y testamentario de ánima y bienes de Bartolomé
Genovés, difunto, dice que Diego Díaz, zapatero, v·, debía al difunto 13 fs. de cebada.
Como ahora para cumplimiento del ánima del dicho difunto conviene cobrar las dichas
13 fs. de cebada de su dicho, pide al alcalde le mande pagar la cebada. Diego Díaz
confiesa deber las 13 fs. y da por fiador a Pero Glez., maestro de azúcar. Pagará en un
plazo de 15 días a partir de lafecha, a Juan de Herrera, clérigo, las dichas 13 fs. y para
saneamiento de lo susodicho da en depósito} 3 pedazos de cueros vacunos y una docena
de cueros cabrunos que están en el pelambre en cO,mpañía de otros de Pedrianes, y
más parte del lagar que tiene con Clavijo", en MARTINEZ GALlNDO, P.: Protocolos
de Rodrigo Femández } 520-} 526. FR.C. XXVlI. 1.E.C., La Laguna-Tenerife, 1988, núm.
187 (1520, agosto, 30. San Pedro).
5. "Otrosí hordenamos e mandamos que ningund cuero de buey o baca pueda estar más
en pelambre de quarenta días los diez días dellos puedan estar en pelambre viejo e no
más e los treynta días en pelambre nuevo ... ". "Otrosi que los cueros menudos no puedan
estar en pelambre más de veynte e cinco dias los ocho en pelambre viejo y los
otros en pelambre nuevo ... ". MORALES PADRÓN, F.: Ordenanzas del Concejo de
Gran Canaria (153}). Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria,
1975, pág. 101.
6. CÓRDOBA DE LA LLAVE, R. : La industria medieval .... op. cit.. pág. 163.
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Otrosí que ningund cortidor trayga cuero vacuno ensalvados mas de quinze
dias e cada dia sea obligado a dalle una labor so pena que el que mas traxere
el cuero ensalvado y no diere la dicha lavor pague trezientos maravedís de
pena .. . 7
La operación consistía en introducir las pieles en una mezcla de agua y
afrecho. Tal mezcla habría estado previamente en reposo durante unos días hasta
que el salvado se hubo agriado, manteniendo las pieles en esta solución durante,
al menos, una semana.
Aunque las pieles pudieran someterse a otras operaciones, las esenciales
para prepararlas para la curtición son las que hemos señalado. A partir de este
momento comienzan otros tratamientos, dentro ya de la fase de curtición, basados
fundamentalmente en la utilización de tanino, sustancia característica de la
corteza de determinados árboles, o de las ramas, hojas y raíces de ciertos arbustos
que contienen propiedades astrigentes. Probablemente hubo otros métodos
de curtición, pero este debió ser el más utilizado.
La calidad del cuero dependía, entre otras cosas, de la naturaleza de las
materias curtientes, de la mezcla de ellas, de la temperatura del agua y del tiempo
que las pieles permanecían sumergidas en estas combinaciones.
Se conocen varios tipos de materias curtientes: lentisco, arrayán, casca, bayón
y zumaque. La utilización, en mayores proporciones, de uno respecto a otro influía
en la mayor o menor dureza de los cueros. Así, con el zumaque se obtenían cueros
muy blandos en comparación con aquéllos que habían sido tratados con casca y/o
arrayán, muy apropiados por ello para la fabricación de suelas8. Para Tenerife contamos
con múltiples contratos de compra-venta de zumaque y alguno de bayón.
Así, en 1511, "Diego Fdez., zurrador, vo
, reconoce deber a Andrés de Luna 2.297
mrs. por zumaque que le compró"9. Más tarde, en 1520 "Juan Díaz, zapatero, vo
,
se obliga a pagar a Antón Ruiz, vo
, J 3.768 mrs. por bayón y zumaque por S. Juan
de Junio en dineros, trigo, cebada o azúcar ... 10". También en el año 1526 se plan-
7. MORALES PADRÓN, F.: Ordenanzas del Concejo .... op. cit., págs. 101 - 102.
8. 1508, junio, 14: "Rodrigo Alvarez. Alonso Femández. y Alonso Márquez. vs .• se obligan
a pagar a Francisco López. mercade/; es/ante. 11.000 mrs. de la moneda de Canaria
por ciertos cueros de arrqyán de suelas que le compraron ... ", en GONZÁLEZ YANES,
E. y MARRERO RODRIGUEZ, M.: Protocolos del Escribano Hernán Guerra. La Laguna
1508-1510. fR.C VJJ. I.E.C., La Laguna-Tenerife, 1958, núm. 790.
9. CLAVlJO FERNANDEZ, F.: Protocolos de Hernán Guerra /510-1511. F.R.C XX/ll.
I.E.C.-Cabildo Insular de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife, 1980, núm. 985 ( 1511 , marzo,
24).
10. LOBO CABRERA, M.: ProlOcolos de Alonso Gutiérrez /520- /521. F.R.C XXII. I.E.C..
La Laguna-Tenerife, 1979, núm. 644 (1520, noviembre, 1520).
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teó al Cabildo la necesidad de " ... tomar caxca de las hayas para curtyr cueros, lo
cual les avía sido denegado e visto después cómo los cueros tenían en cortimiento
e se les podía dañar, remediando esto se les devían dar veynte hayas do saquen
la dicha caxca ... "11.
Con la hinchazón del cuero comenzaba el proceso de curtición, propiamente
dicho. Mediante esta operación se separaban las fibras de la piel de manera
que pudiera impregnarse mejor de las sustancias curtientes que se le iban a aplicar.
Córdoba de la Llave señala para su caso que la materia curtiente utilizada en
mayor proporción era el lentisco, de ahí que esta fase se denominara "Lantiscar".
No obstante, las fuentes tinerfeñas no la mencionan y para Gran Canaria, Morales
Padrón dice que "es de hacer notar cómo en otros sitios se prohibe el usar
zumaque de la villa y vendido por los regatones, así como el lentisco. Aquí,
aunque abundaba el lentisco (Monte Lentiscal) no se le menciona"12.
Una vez terlTÚnada esta operación se decía que los cueros estaban henchidos.
Muchos de ellos eran también cosidos.
A partir de este momento tenía lugar la curfición, depositando los cueros en
unos recipientes denominados noques o noquetas o también tinas l 3
, que contenían
mezclas de agua y algunas sustancias curtientes, en diferentes proporciones
estas últimas. Al principio se aplicaban baños flojos para pasar de forma paulatina
a otros más fuertes. Las noquetas se celTaban comprimiendo el interior y
allí permanecían los cueros en esta situación durante un tiempo variable. Entonces
se decía que el cuero estaba asentado. Aplicando varios asientos se conseguía
una mayor fuerza de las sustancias curtientes.
Esta fase terlTÚnaba definitivamente con el descosido, si fuera necesario, y
el lavado y secado de los cueros. Posteriormente se procedía al acabado y adobo,
fase a la que los cueros podían llegar secos o ligeramente mojados, de forma
que al ser untados con grasa y expuestos al sol se obtuvieran distintos grados de
flexibilidad. De hecho, con los cueros secos se conseguía un mayor endurecimiento
de los mismos, lTÚentras que estando mojados adquirían una mayor suavidad.
No obstante, el exceso de humedad podía provocar que éstos se quema-
11. ROSA OLIVERA, L. de la y MARRERO RODRÍGUEZ, M.: Acuerdos del Cabildo de
Tenerife. Vol. V (1525-1533). F.R.C. XXVI. 1.E.c., La Laguna-Tenerife, 1986, núm. 95
( 1526, mayo, 11). ,
12. MORALES PADRON, F.: Ordenanzas del COI/cejo ... , op. cit., pág. 39.
13. 1521 , diciembre, 29: "Juan Pérez, zapatero, VD, debe a Juan González, colmenero, VD,
4.000 mrs. de esta moneda de Canaria porque se las da en casamiento, pues Juan
González se casó con la cuñada de Juan Pérez, hermana de su mujer, a pagar los mrs.
en agosto de 1522. Hipoteca L//llagar de curti,. cueros, ulla tina de curtir CL/eros ... ", en
MARTÍNEZ GALINDO, P. : Protocolos de Rodrigo Fernández 1520- 1526 ... , op. cit.,
núm. 652.
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sen durante su exposición al sol. El tiempo que pemanecían expuestos a la luz
solar así como la cantidad de grasa o unto que se les aplicase variaban en función
del tipo de cuero.
Una operación optativa pero muy frecuente era la del zurrado. Puede decirse
que cuando el cuero llega a esta fase está totalmente terminado y con este
tratamiento sólo conoce cambios en su aspecto externo: en la suavidad, coloración,
flexibilidad. Para ello es sometido a tres operaciones distintas: la de engrasado,
mediante la aplicación de grasas, normalmente unto de puerco; la de adobo,
a través de la cual adquiere una mayor flexibilidad y, por último, la del teñido,
que era opcional. La segunda de estas labores es la más compleja pues implica
a su vez otras tareas cuya aplicación no tenía porque responder a un orden
riguroso. Para terminar de limpiar el cuero, éste era sometido a las operaciones
conocidas como raspar, descaspar y destechar. Para obtener una mayor flexibilidad
se realizaban tres tareas: quebrantar, remanary acocear. Los instrumentos
utilizados en las dos primeras eran el zurrador y la remanadera, respectivamente.
En la fase denominada acocear se empleaban los pies para golpear y, en definitiva,
batanar los cueros, siendo condición previa que éstos estuvieran húmedos.
Antes de teñirlos, los cueros eran preparados para tal fin a través de operaciones
como la de apellar, trabajando el cuero con grasa de cerdo; reabrir, es
decir, estirar los cueros y, por último, la de aflamar, que consistía en calentar los
cueros de forma que pudieran abrirse y así impregnarse mejor del tinte.
Por último, el tratamiento del teñido variaba en función del tipo cuero. De
forma general, los tratamientos aplicados consistían en untar de grasa los cueros,
enjebar los mismos con alguna sustancia mordiente, como el alumbre, que
facilitaban la fijación del tinte, y el teñido propiamente dicho, a base de sustancias
vegetales o minerales, tintas como el brasil, la rubia y otros como el vinagre,
el limón, etc. Los cueros también podían teñirse primero de un color para
luego dar lugar a otro mediante la aplicación de sustancias distintas. En este caso
se dice que los cueros están demudados.
LA INDUSTRIA ZAPATERA
Una vez preparados, los cueros pasan a convertirse en la materia prima fundamental
de ciertas industrias, que los transformarán en productos de uso diverso,
como el calzado, en manos de los zapateros, chapineros, borceguineros, etc.
Estos oficios no son considerados en las islas oficios independientes. Sin
embargo, sabemos que para otros lugares del reino existía cierta especialización.
Córdoba de la Llave habla de zapateros de obra gruesa, que fabricaban las
suelas; de obra prima, encargados de elaborar las distintas partes del zapato que
cubrían la parte alta del pie; zapateros de correa; soladores y costureros;
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jervilleros; botineros; chapineros; zapateros remendones, etc. Para Tenerife, las
fuentes no aportan datos muy. específicos y sólo contamos con una carta de
aprendizaje, según la cual, "Juan Prieto, zapatero, recibe a soldada a Blas para
enseñarle el oficio de zapatero, de obra primera, y para que aprenda el oficio
según lo que él sepa, por tiempo de tres años"14.
La información que nos ofrecen los protocolos notariales para el estudio
del calzado es muy pobre si la comparamos con la que obtenemos para el resto
de las piezas de la indumentaria, tanto masculina como femenina.
Los datos que poseemos se los debemos, en mayor medida, a la documentación
municipal, fruto de la preocupación de los miembros del cabildo de la isla
por asegurar la calidad y el buen precio de los mismos. Son muchos los textos
emanados de tal institución con el propósito de evitar los fraudes que, a la vista
de su reiterada insistencia en el tema, parecen cometerse con frecuencia en la
industria zapateral5
.
Al problema de los fraudes hay que añadir también el hecho de que estamos
ante un producto poco duradero que debía reponerse con frecuencia l6. Prueba de
ello son las numerosas cartas de soldada en cuyas cláusulas se contiene que el
sujeto que realizará el servicio recibirá durante el tiempo convenido todo el calzado
que necesitare. Existen contratos de soldada para realizar trabajos de campo
o pastoriles por los que el contratado recibía varios pares de zapatos y/o
suelas. Lo mismo sucedía con los aprendices. También en las cláusulas de algunos
testamentos sus otorgantes disponen que los albaceas reciban por su trabajo
un par de borceguíes de cordobán.
14. CLAVIJO HERNÁNDEZ, F.: Protocolos de Hernán Guerra 1510-15// ... , op. cit.. núm.
1033 (1511. abril. 28).
15. 1502. noviembre. 17: "Ordenaron e mandaron los dichos Señores que por cuanto an
sydo avysados que el calrado de vende muy caro y contra toda razón. que por tanto
mandauan e mandaron que todos los rapatos de 8 puntos arriba vendan por un real y
medio los rapaleros. y dende ocho fasta cinco a real. y dende cinco abaxo por medio
real. con tanto que sean de cordován y buenos. como se devenfazer, so pena de se aver
por falso. Y el que lo contrario heziere yncurra en pena de pl}rder los rapatos e más
seyscientos mrs. para los propios por cada vez", en SERRA RAFOLS. E: Acuerdos del
Cabildo de Tenerife. Vol. 1(1497-1507). F.R.C. IV. 1.E.C.. La Laguna-Tenerife. 1948.
núm. 284.
16. Merece la pena destacar aquí una alusión a las ordenanzas de Béjar que recoge en su libro
Córdoba de la Llave (La il'}dustria ...• op. cit., págs. 198-99) según la cual los zapateros
debían comprometerse a fabricar zapatos que duraran como mínimo quince días. Quizá
sea ilustrativo el siguiente dato: "Fernán López. portugués y Francisco de Madrigal. estantes.
entran a soldada con Andrés Suárez. VD y regidor. para servirle en la hacienda ( ... ). El
primero recibirá de soldada 10.000 mrs. de la moneda de Tenerife al finalizar el año y 500
mrs. para zapatos cuando él los pida; el segundo recibirá 8.000 mrs. al finalizar el jlño y
todos los zapatos que rompiere qU,e se le darán cuando los necesite ..... , en GONZALEZ
YANES. E. y MARRERO RODRIGUEZ. M.: Protocolos del Escribano Hernán Guerra.
La Laguna 1508-/510 ...• op. cit .• núm. 1243 (1509. junio. 14).
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Es muy posible que su fragilidad fuera, precisamente, la razón por la cual
no se suele incluir el calzado en los, a veces muy minuciosos, catálogos de bienes.
Cuando sucede lo contrario, los detalles que se dan sobre ellos son mínimos.
Así, por ejemplo, en la memoria de los bienes de la mujer de Pero Díaz
figuran "todos unos chapines nuevos y unos botines" y entre los bienes del portugués
Alfonso Alvarez que se vendieron en pública almoneda había unas botas
de cordobán cuyo precio fue tres reales '7.
No obstante, la documentación municipal suple, como ya se ha señalado, la
escasa información que proporcionan las fuentes notariales. Merece la pena destacar
aquí, por la riqueza de los datos que nos proporcionan, las ordenanzas dictadas
por el cabildo acerca de los precios del calzado en 1507, 1511 Y 1526. Gracias a
estos textos hemos podido conocer los diferentes tipos de calzado, los cueros empleados
en su confección, las clases de suelas, las tallas, los colores, etc.
Los diferentes tipos de cuero utilizados en la fabricación del calzado constituyen
un aspecto importantísimo al que el propio cabildo dedicará especial
atención en pro de garantizar la calidad y duración de los mismos, como se
señaló al principio. El cuero más preciado era el denominado cordobán que se
obtenía de la cabra o del macho cabrío. En el texto de 1507, al tiempo que se
señalan los precios de los distintos modelos de zapatos se dice lo siguiente:
... esto todo se entiende que sea de cordovan, salvo las xervillas para los
borzeguís ... '8.
Más adelante, el cabildo añade:
... questo se entienda para los "apateros e mercaderes que de fuera vinieren,
que no vendan ninguna obra de badana, salvo xervillas ... '9.
Esta insistencia del concejo en la utilización de cordobanes se explica porque
eran cueros de mayor grosor que otras pieles curtidas, garantizando, de esta
manera, una mayor duración y efectividad. Incluso, como señala Córdoba de la
Llave, se diferencia entre el cordobán elaborado con piel de macho cabrío del
elaborado con piel de cabra, siendo mucho más preciado el primero20• Es muy
17. LOBO CABRERA, M.: Protocolos de Alonso Gutiérrez 1520-1521 ... , op. cit., núm.
1260 (s.a."s.m., s.d.) y 102 (1520, abril, 11).
18. SERRA RAFOLS, E.: Acuerdos del Cabildo de Tenerife. Vol. 1 (1497-1507) ... , op. cit.,
núm. 681 (1507, enero, 8).
19. Ibidem.
20. CÓRDOBA DE LA LLAVE, R.: La industria medieval.... op. cit .• pág. 184.
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posible que la expresión buen cordován, que se repite a menudo en los textos
analizados, haga alusión a esta preferencia.
Aunque mucho más económicas que los cordobanes, las denominadas badanas,
es decir, las pieles curtidas de carneros y ovejas, gozaban de menor reputación.
Junto a ellas destacan también los cueros de vaca con los que, parece ser,
se confeccionaba el calzado de los más humildes.
Las mismas ordenanzas de 1526 exigen a los zapateros que especifiquen a
sus compradores con qué tipo de cuero están elaborados los zapatos que adquieren,
así como prohiben el uso de los distintos tipos en un mismo product021
.
Atendiendo a la confección y a las partes del calzado, la primera cuestión
que debemos señalar está en relación con la solería. Lo normal es que las suelas
se fabricaran con los cueros más gruesos, como los de vaca o buey, al tratarse de
la parte del zapato más expuesta al contacto con el suelo. Resaltamos aquí un
dato curioso procedente de las Ordenanzas de Gran Canaria que hace referencia
a la utilización de un determinado tipo de suelas en función de los meses del
año. El texto es el que sigue:
... e los dichos ¡;:apateros gasten suelas desde octubre hasta en fin de mar¡;:o
suelas de ¡;:umaque y desde abril hasta octubre de vayón so pena que el que lo
contrario labrare pierda la obra e mas myIl maravedís de pena22
Algo similar señala Córdoba de la Llave para el ámbito cordobés aunque
refiriéndose a los cueros de casca cuyo uso estaba prohibido entre los meses de
mayo y agost023 .
Según el tipo de cuero se obtenían un número determinado de pares de
suelas iguales que luego eran recortadas por los zapateros en función de la forma
y del tamaño del zapato. Las hormas con forma de pie y de distintas medidas
o puntos constituían las piezas fundamentales e imprescindibles de los maestros
zapateros a las que ajustaban las distintas partes que formaban el calzado, tales
21. 1526, julio, 30: H( ... ) Que los ofi¡;:iales al tienpo que vendieren el cal¡;:ado, si fuere de
badana, declaren al que lo conpraren si es de badana o de cordovan, so pena de trezientos
mrs. Que ningund calyado de cualquier calidad que sea mezclen badana con cordouán,
ni bezerro ni vaca, so pena de sei¡;:ientos mIS. e sea quemado el cal¡;:ado ( ... )", en ROSA
OLIVERA, L. de la y MARRERO RODRIGUEZ, M.: Acuerdos del Cabildo de Tenerife.
Vol. V (J 525-J 5~3) ... , op. cit., núm. 117.
22. MORALES PADRON, F.: Ordenanzas del Concejo ... , op. cit., págs. 99 y 100.
23. CÓRDOBA DE LA LLAVE, R. : La industria medieval ... op. cit., pág. 190.
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como la pala o empella y la trasera o talones24
• Todas estas piezas se cortaban
por separado y luego, estando el cuero húmedo, se trabajaban sobre la horma de
manera que mantuvieran la forma al secarse. La operación de coser las distintas
piezas recibía el nombre de aparar, así como la fase de adornar el calzado una
vez acabado se denominaba orlar.
Por último, en relación con la confección, sólo nos queda hacer referencia a
las tallas o medidas de los zapatos, los puntos a los que tantas veces aluden los
textos. De forma aproximada, el calzado de dos o menos puntos correspondía a
niños muy pequeños; entre dos y seis a niños; entre seis y nueve a jóvenes y
mujeres; y, de nueve hasta dieciseis, más o menos, al calzado de hombre25 .
TIPOLOGÍA DEL CALZADO
Respecto a los tipos de calzado, una primera diferenciación que podemos establecer
es la que distingue entre zapatos de suela de corcho y zapatos de suela de
cuero, éstos últimos más abundantes. En este sentido, las ordenanzas de 1526 son las
más específicas. El primer grupo estaría formado por los denominados pantufos, de
hombre y mujer, especie de chinelas sin orejas ni talón; los chapines, chanclos de
corcho, forrados de cordobán u otro cuero; los chapeles, chapines pequeños y los
alcorques, a veces también altorques, chanclos con suela de corcho entero y palmilla
de cordobán y becerr026
• Las ordenanzas de 15 ll se refieren así a los alcorques:
un par de pantuflillos de hombre que se dicen alcorques27 •
Acerca de su fabricación hemos de señalar que el corcho se cortaba en
láminas y cuanto mayor era su número, más resistentes eran las suelas y más
caro el calzado resultante28•
24. 1525, julio. 8: "Juan Estévez. zapatero, esto vende a Francisco Luis y a Melchor Glez.,
zapateros, ests. una tienda de zapatería conformas, cueros y todo lo demás contenido
en la misma. con la mitad de un lagar de madera de tea para cortar cueros, sito dentro
en la telJería de Marcos Garda en S. Pedro de Daute. El precio es de 16.500 mrs . .. . ". en
MARTrNEZ GALINDO, P.: Protocolos de Rodrigo Fernández 1520-1526 ... , op. cit..
núm. 1566.
25. CÓRDOBA DE LA LLAVE, R.: La industria medieval .... op. cit.. pág. 191.
26. La chinela era un calzado a modo de zapato, sin talón. de suela ligera. por lo común
usado dentro de la casa.
27. SERRA RÁFOLS, E. y ROSA OLIVERA, L. de la: Acuerdos del Cabildo de Tenerife.
Vol. 11 (1508-1513) ... , op. cit., núm. 182 (1511 , noviembre. 29).
28. 1511 , noviembre, 29: "Un par de chape/es de mujer de una corcha, 70 mrs. y sifuese de
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Los zapatos de suela de cuero presentan una mayor diversidad. Se incluye
en este grupo a los borceguíes, calzado que llegaba hasta más arriba del tobillo,
abierto por delante y ajustado mediante correas y/o cordones; los que se denominan
de forma general rapatos y que presentan una gran diversidad; las
cabesadas29
, las botas y los botines que cubren parte de la pierna, casi hasta la
rodilla; las xervillas o jervillas, zapatos ligeros y de suela delgada y las sencillas
suelas de trabajo o para el campo. A veces se habla también de suelas "de correas",
"a la morisca", "de vira", "redondas" o "de rerrada", pero no conocemos
ni sus características ni que diferencias había entre ellas. Las viras, sabemos,
eran refuerzos de cuero que se colocaban entre la suela y la pala. Además
existieron otro tipo de refuerzos, como las barretas, para reforzar las costuras;
los contrahortes, que afirmaban el zapato a la parte del talón; las capelladas,
con las que se remendaban las puntas, etc.30 .
De todos los modelos citados, los más usados por los hombres fueron, sin
duda, los borceguíes. Son muy frecuentes las referencias que encontramos acerca
de este tipo de calzado en las cartas de soldada y de aprendizaje y en algunos
testamentos. Normalmente, se utilizaba junto a un calzado complementario. Ello
explica expresiones como "un par de borzeguíes con sus xervillas, buenos de
cordobán", "un par de xervillas de borzeguíes" o "unas xervillas para debaxo
de borzeguíes de badana", que en un principio parecen confusas.
En segundo lugar destacan los denominados '\:apatos", término genérico
con el que se conoce, como ya hemos señalado, a distintos modelos. Así, el
zapatero Alvaro Díaz debe a Bartolomé de Fuentes "25 pares de zapatos de
orejeta angosta enforrados, 25 pares de zapatos de tres golpes enforrados, 25
pares de zapatos de correas travesadas, enforrados, 25 pares de zapatos abrochados
de brazuelos, enforrados, 15 pares de medios zapatones romos, la mitad
leonados, la mitad prietos, otros 10 pares de zapatos llanos, redondos, vizcaí-dos
corchas, 84", en SERRA RÁFOLS, E. y ROSA OLIVERA, L. de la: Acuerdos del
Cabildo de Tenerife. Vol. I/ (J 508-1513) ... , op. cit., núm. 182.
29. El ténnino "cabezada", por su parte, es más confuso. En el Diccionario de la Real Academia
se dice que es "en las botas, el cuero que cubre el pie". Sin embargo, en los documentos
parece referirse a un tipo de zapato independiente de las botas. En el texto de 1526, por
ejemplo, se nos habla de "unas cabesadas de cordovan con buenas {:uelas a la morisca,
con sus dos barretas y que seall para trabaxo .. . ". Pero otras veces parece aludir a una
parte de los borceguíes: "unas cabe{:adas de bOl7.eguies de cprdovan para debaxo de
rapato", en ROSA OLIVERA, L. de la y MARRERO RODRJGUEZ, M.: Acuerdos del
Cabildo de Tenerife. Vol. V (1525-1533) ..• , op. cit., núm 117 (1526, julio, 30).
30. 1526, julio, 30: "Que cualquier {:apato de cordovan o de badana sean obligados los
ofl{:iales a los hazer e echar dos chapetas e dos barretas con su contraJorte, so pena de
vn real por cada par que le tomaren e los tales {:apatos perdidos ... ", en ROSA OLIVERA,
L. de la y MARRERO RODRIGUEZ, M.: Acuerdos del Cabildo de Tenerife. Vol. V
(1525-1533) ... ,op. cit., núm. 117.
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nos oo. "31. Según Córdoba de La Llave, las orejetas, también denominadas
orejuelas, eran "aquellas partes que sobresaliendo de un lado y de otro sirven
para ajustar el calzado del empeine por medio de cintas o hebillas"J2. Sobre
estos enforros que tanto se repiten en el documento, cuyo fin debía ser reforzar
el calzado para asegurar su duración, el cabildo dice en el año 1504 "que sean
fechos como los haze Jorge Váez enforrados, puertas e todo lo que se requiere
como sefazen en la ysla de la Madera"J3.
Las mismas ordenanzas de 1526 reflejan esta variedad y además incluyen
dentro de este grupo los zapatos de niñ034.
Respecto al calzado femenino poco más podemos añadir a lo que ya se
ha dicho. Si bien la documentación municipal nos habla de una cierta variedad
-botines, chapines y xervillas, fundamentalmente-, no tan amplia como
la del calzado masculino, es muy probable que los chapines fueran los zapatos
usados con más frecuencia por las mujeres. No podemos contrastar, no obstante,
esta información con los datos que nos ofrecen las fuentes notariales, como
hacíamos para el caso masculino con las cartas de soldada y aprendizaje.
En cuanto al precio del calzado hemos de señalar que una jerarquización
precisa de los mismos en fun,ción de esta variable resulta muy difícil en tanto en
cuanto la mayor o menor carestía de los mismos depende de múltiples factores,
entre los que destacan el tipo de materias primas: cueros, sustancias curtientes, o
los mismos puntos, ornamentos, guarniciones y refuerzos. En este sentido son
muy ilustrativas las tasas de precios a las que nos hemos referid035.
En principio no parece existir una gran diferencia entre los zapatos de suela
de corcho y los de suela de cuero pues por 100 mrs. podían comprarse tanto unos
pantufos de corcho como unos ~apatos36. Por encima de todos, independiente-
3 1. COELLO GÓMEZ, M'.l., RODRÍGUEZ. GONZÁLEZ., M. y PARRILLA LÓPEZ, A.:
Protocolos de Alonso Gutiérrez 1522-1525. FR.C. X. I.E.e. Cabildo Insular de Tenerife.
S'!nta Cruz de Tenerife, 1980, núm. 1953 (s.a., s.m., s.d.).
32. CORDOBA DE LA LLAVE, R.: La industria medieval ... , op. cit., vid. vocabulario.
33. SERRA RÁFOLS, E.: Acuerdos del Cabildo de Tenerife. Vol. / (/497-/507) ... , op. cit.,
núm. 378 (1504, enero, 9).
34. l526,julio, 30: "Unos ~apatos para niíios de tres punlOs de cordován, treynta e un I11rs.,
e sifueren de badana de quinze 1111'S" y, más adelante se habla de "todos los ~apaticos de
niños de quatro G/los para abaxo, de cordován, quinze I11rs. e de badana, doze", en
ROSA OLIVERA, L. de la y MARRERO RODRÍGUEZ, M.: Acuerdos del Cabildo de
Tenerife. Vol. V (l525-1533) .. . , núm. 117.
35. Para el análisis de los precios que vamos a realizar hemos seleccionado la de 1526 por
tratarse de la más completa a la que aludiremos constantemente, siempre y cuando no se
especifique lo contrario.
36. 1526, julio, 30: "VII par de ~apatos altos, sobresolados, enforrados, las pie~as todas e
talones de buen cordován, sien. I11rs." y "Vn par de pantifos de corcho de nueve puntos
hasta calOrze, cuadrados o redon.dos de buen cordován, todo palmilla e ~erco e rostro,
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mente de que se trate de zapatos con uno u otro tipo de suela, los más caros son
las botas, que se cotizan en 1526 a 250 mrs., aunque no es el tipo de calzado más
frecuente y es probable que tuvieran un uso restringid037
• Le siguen los borceguíes,
a cinco reales en l507 y entre 120 y 210 mrs. en l526, y luego, los c;:apatos,
cuya amplia gama favorece también una gran variedad de precios que oscilan
entre los 105 mrs. los más caros y 30 mrs. los más baratos. Las cabezadas y los
botines presentan precios muy similares a los c;:apatos, aunque menor variedad.
Con una gran diferencia de precios respecto a los ya señalados aparecen las
xervillas o jervillas, entre 12 y 42 mrs.
Por lo que respecta al calzado de suela de corcho, pantufos y chapines, sus
precios los sitúan muy cerca de los c;:apatos y los botines, aunque éstos dependen
mucho del número de láminas de corcho con los que se hayan fabricado.
Párrafo aparte merecen las suelas, también con una amplia gama de precios.
En 1507 un par de suelas de correa costaban un real y un par de suelas de
rapa tos de obra prima, veynte e cinco mrs. mientras que en 1526 su precio oscilaba
entre los 20 rnrs. y los 50, aproximadamente, dependiendo en todos los
casos del tipo o modelo de zapato del que fueran a formar parte y, por supuesto,
de la calidad de la materia prima38•
Para terminar, hemos de señalar la existencia de calzadores elaborados a
partir de cornamenta animal cuya finalidad debía ser la misma que la de los
actuales39.
~·ien mrs". En ROSA OLIVERA, L. de la y MARRERO RODRÍGUEZ, M.: Acuerdos
del Cabildo de Tenerife. Vol. V (1525-1533) ... , op. cit., núm. 11 7.,
37. La tasa de precios de 1507 ni siquiera las menciona, en SERRA RAFOLS, E.: Acuerdos
del Cabildo de Tenerife. Vol. 1 (1497-1507) ... , op. ci t. , núm. 68 1 (1507, enero, 8).
38. 1526, julio, 30: "Vn par de (:ue las sin vira, redondas, treynta mrs. de nueve puntos hasta
catorze y de ocho hasta seys, veynte e vn mrs." y "Vn par de (:uelas de (:errada para
sapalos de vaca, viejos, para el canpo, (:inquenla I71rs e de nueve puntos hasta calorze,
e de oc/Jo puntos hasta seys, quarenta mrs.", en ROSA OLIVERA, L. de la y MARRERO
RODRIGUEZ, M.: Acuerdos del Cabildo de Tenerife. Vol. V ( / 525- /533) ... , op. cit.,
núm. 117.
39. Alfonso Álvarez, portugués, estante, poseía un calzador de cuerno y otro Pedro Yanes,
en LOBO CABRERA, M.: Protocolos de Alonso Gutiérrez 1520-/521 ... , op. cit., núm
102 ( 1520, abril , 11 ) y 53 ( 1520, marzo, 9).