LA CASA COMERCIAL C~LOGAN
Y LAS ADQUISICIONES ARTÍSTICAS EN TORNO A 1800
CARMEN FRAGA GONZÁLEZ
Las entidades comerciales en el siglo XVIII fueron desarrollándose
ampliamente tras la crisis del Antiguo Régimen y en suelo hispano es-tuvieron
muchas de ellas bajo el control de extranjeros, como sucedió
en Málaga ', en Cádiz y en Canarias 2, donde arriban antes de 1700 fa-milias
irlandesas, con apellidos que entroncarán fuertemente en la vida
insular, como los Walsh -Valois-; en la centuria siguiente llegan los
White -Blanco-, los Forstall, los Edward, los Mac Colgan -Cólo-gan-
... Estos últimos crean una casa comercial que en tomo a 1800 daba
florecientes resultados, con exportaciones e importaciones registradas en
sus libros de cuenta, incluyendo adquisiciones artísticas.
No fueron ellos los únicos ejemplos de semejante tipo de actuación,
pues podemos señalar lo acontecido con otros comerciantes ya en pleno
Ochocientos, así Ghirlanda Hermanos, quienes en 1869 hicieron embar-car
en Marsella la fuente marmórea adquirida por 18.797 francos para
la La Laguna, donde hoy adorna la plaza del Adelantado 3, en tanto que
el 18 de abril de 1870 dan un poder a D. Antonio Moreno -35 años
de edad y vecino de Las Palmas- para que les represente «en las obras
de construccion de parte del muelle de aquella misma ciudad de Las Pal-mas,
z$udicuda 5 !es ~ ~ mrn-a r-p--r -i -p-n-t-~ c c, or ,n sujeciSn a !as condiciones
del remate, «de las cuales hacía entrega á los Señores Jefes Ingenieros
que corresponda» 4.
Había pasado casi un siglo entre los encargos artísticos de los
Cólogan y los Ghirlanda, pero la casa comercial sigue siendo el punto
de unión entre los artífices de las obras y los comandatarios, aunque han
-v.a-"i i-ad -v !OS v-'-:u-+:jTb.-- n v v a , y-1 dbnic> yü niivn e0-n turu-tr-u dueu rrilr&rib;vnvn c c;nn rlp i n c t i t n r i +
nes civiles.
Carmen Fraga González
Los miembros de la familia irlandesa Mac-Colgan figuran amplia-mente
en el ámbito social y comercial del archipiélago canario a partir
del siglo XVIII, castellanizando su apellido al igual que otros extranje-ros.
Juan Cólogan Blanco fue quien primero se instaló en el entonces
Puerto de La Orotava -actual Puerto de la Cruz-, en Tenerife. Naci-do
en Dublín en 1710, marchó ya a Cádiz en la década de 1720 para
morar en casa de su tío, Guillermo Blanco -White-, y desde Andalu-cía
partiría en sendos viajes a Hispanoamérica, el segundo de los cuales
le llevó a Méjico. Retornó a España en 1740 y dos años después, al con- a N
traer matrimonio con Margarita Valois, se domicilió ya en Tenerife, es- E
tableciendo la casa comercial que, tras su muerte en 1771, prolongarían O
sus hijos y nietos S.
n -
=m
Ei propio periplo vital y la personalidad de D. Juan es una sinopsis u
E
simbólica de la actividad de sus descendientes, siendo digno de desta- E
2
carse el nombre de Bernardo Cólogan y Fallon (1772-1814), a quien M. =E
Guimerá Peraza ha definido con estas significativas palabras: «irlandés
por su sangre, artista por inclinación y comerciante de oficio». Estos 3
-
términos sintetizan bien la personalidad de quien efectuó por afición una -
0m
labor literaria y científica, intervino en sendas entidades mercantiles E
-las de «Bernardo y Juan Cólogan», «Cólogan y Little», ambas en Ca- O
narias, así como la firma «Cólogan, Bany y Compañía» en Londres-, 6
n
habiendo sido Alcalde Real del Puerto de la Cruz (Tenerife) y Vocal de -E
la Junta Suprema 6.
a
2
Aparte de las características inversiones en el sector del préstamo n
a riesgo, efectúaban transacciones comerciales con Europa y América a 0
base de importaciones y exportaciones, siendo el capítulo principal de 3 O
estas últimas, no el único, los textiles, vinos y aguardientes. Para el
Nuevo Mundo fueron sus puntos básicos Caracas, Campeche, La Haba-na,
Veracruz ... En el ámbito insular los Cólogan asimismo negociaron
estrechamente con Gran Canaria, La Palma y La Gomera '.
Exportaron los antedichos productos agrarios recogidos en el archi-piélago
canario hacia América y Europa, pero a la vez importaron des-de
este último continente piezas artísticas. Así, comercializaron la seda
de La Gomera, a donde desplazaron distintas esculturas y piezas de or-febrería
para el templo de Ntra. Sra. de la Asunción, en la capital. Por
su mediación también se incorporó la imagen titular de la iglesia matriz
de Valverde, en El Hierro. Precisamente en los años en que aún vivía
el hombre culto e ilustrado que fue Bernardo Cólogan y Fallon.
La casa comercial Cólogan y las adquisiciones ... 207
A la vez que procedían a cumplimentar los encargos artísticos, los
Cólogan fueron adquiriendo para su propia vivienda distintas obras, se-gún
se comprueba en los inventarios realizados con motivo de entregas
testamentarias acumulando en las habitaciones los cuadros -pintura
religiosa y retratos, sobre todo-, buenos muebles, bustos de yeso, ins-trumentos
musicales, etc., así como una excelente biblioteca 9. Tal es-plendor
se pudo comprobar en la exposición organizada en 1983 bajo
el título de Irlanda en Tenerife (siglo XVIII-XIX) 'O.
Sus relaciones comerciales con la capital del Imperio británico les
permitían mantenerse abiertos a un ambiente cultural que estaba en ple-na
Edad de Oro. Por eso resulta muy significativa la historia narrada
por José Agustín Alvarez Rixo (1796-1883) en relación a Manuel
Valentín López, dueño de un pequeño navío y artillero en Lanzarote, el
cual fue apresado por unos corsarios ingleses. Estos terminaron soltán-dolo
en Londres, «sin saber el idioma, y sin un maravedí. Pero como la
necesidad es discursiva, le ocurrió decir, M.' Cólogan, M.' Cólogan», y
se le condujo a la morada de D. Juan Cólogan Fallon, merced a quien
pudo retomar en septiembre de 1805 a Arrecife ".
RELOJ PARA LA CATEDRAL DE LAS PALMAS
El relato de Alvarez Rixo alude a una historia acaecida a principios
del siglo XIX, pero los mencionados comerciantes ya desde varias déca-das
antes dirigían su atención hacia aquellas latitudes. Así, ocurrió cuando
se les encomendó la adquisición de un reloj para la seo canariense.
El 18 de diciembre de 1775 en los libros de cuentas de Juan Cólogan
e Hijos se incluía el costo del encargo hecho por el deán D. Rafael José
Ramos Perera para la catedral de la entonces única diócesis de Cana-rias.
Se trataba de un reloj grande, que habían dispuesto dos artífices de
Londres, Igss y Evans, y que había sido embarcado en la corbeta ingle-sa
Scipion, tal como ha publicado el canónigo D. Santiago Cazorla
r ,L.. 12 ,..:,, l., ,;,1,4, nn;m:i-.m,. 1 7 0 A h.ihri A- onr nnir:oAn
LGUII , YUIGIL iia ociiaiauu aaiuuaiiiu yub bu L r 1-r iiuvv ub obi biiviuuv
de nuevo a la capital londinense, por haberse estropeado, de donde re-tornaría
después.
Otras islas del archipiélago canario también recabaron sus servicios,
cual se comprueba en los siguientes encargos.
208 Carmen Fraga González
IMAGEN SEVILLANA PARA EL HIERRO
En 1789 en el Puerto de la Cruz se desembarcaba una imagen que
había sido transportada por un navío procedente de Cádiz. La casa co-mercial
de los Cólogan anota los datos de esa compra en los correspon-dientes
libros de cuentas, que se han conservado hasta fechas próximas
en poder de sus descendientes. Consultando dichos fondos es factible leer
una carta escrita en los siguientes términos:
«Sres. Dn Eduardo y Dn Jacobo Gough Tenerife 19 Enero 1788
Un amigo nos ha hecho encargo de una imagen de N19ra. de
la Concepción limitando su costo a 120 p: La hemos pedido a
Pu. nrn in ri7 v. i v u Ii.i.iu,.;rninrrilinu v j;u,.;inb;tnv ~".,a u uA-lar anlul 'i .v.r.c-,ul-,u: la -1n1n1 aap- -c-Fu-c-b*-i a p--c-~- u-p- u-l
si alli ubiere alguna dificultad o no pudiese venir cosa de gusto
pr el dinero que destina, agradeceremos a Vm. nos digan si de
Sevilla podna venir por ese precio cosa de gusto, en la Inteliga
que ha de ser de alto regular lo mas cercano al natural que per-mita
su destino de colocarse en un altar no mui elevada» 1 3 .
En el año 1788 fondearon en el Puerto de la Cruz 28 navíos extran-jeros,
recibiendo los Cólogan tres de ellosI4. Esos barcos solían hacer
escala en Cádiz y cabe suponer que en alguno vendría su encargo para
El Hierro, a pesar de que la imagen no sería tallada en Génova, como
se hiciera en otras muchas ocasiones, sino que finalmente se efectuaría
la compra en Sevilla, cual se recoge en los libros de facturas de dicha
casa comercial:
«Pto. de la Orotava y Mayo 25 de 1789
Asiento:
Razón del costo y gastos de una imagen de Talla de Nra. Sra.
de ia concep"" hecha en Sevilla qc hicimos venir de Orden del Sr
Dr. FcO Frias a saber.
Por hechura de la Imagen R. van 1200.-
Por el estofado y dorado 750.-
Por gratificación a los Artífices 100.-
Gastos de Caxon portes flete y muelle 140.-
La casa comercial Cólogan y las adquisiciones ... 209
Comision 2 p.t. 43,27
Por reconocimiento y pase de Desp. de Sevilla 6,00 49.27
Precio de poner y adelantar este dinero en Cadiz
y demas gastos y consideraciones a 5 p. ct. 114.
Flete de Cadiz a Sta. Cmz, traer a tierra y gastos
del tO 110,30
Se trata de unas cuentas bien detalladas 15, como corresponde a una
empresa mercantil. La personalidad de los compradores asimismo es bien
conocida. Eduardo y Jacobo Gough tenían igual procedencia irlandesa
que Juan Cólogan, de quien eran sobrinos políticos, porque sus padres
fueron Diego Gough y Francisca naviera Yaiois, pero eiios residían en
Cádiz, desarrollando similar actividad mercantil 16. Las relaciones fami-liares
y mercantiles entre ellos eran estrechas.
El pretigio artístico de la capital hispalense así como la cercanía geo-gráfica
entre Cádiz y Sevilla impulsarían la elección de esa ciudad anda-luza
para la adquisición de la imagen mariana en lugar de Génova, pues
la distancia era un factor que aumentaba el gasto a invertir en la compra.
EL COMANDATARIO
La personalidad de quien es citado en calidad de comitente nos ha
permitido conocer la iglesia para la que estaba destinada la imagen de
la Purísima. Don Francisco Antonio de Frías y Fernández Salazar vio
la luz en noviembre de 1745 en El Hierro, siendo fruto del enlace con-traído
por el capitán D. Juan de Frías y Espinosa, regidor que fue del
Cabildo insular y Alcalde mayor, con D." Mariana Fernández Salazar 17.
Por el testamento de D. Juan, dictado el 11 de diciembre de 1756,
se sabe que él era hijo del capitán D. Manuel de Acosta y D." María
Padrón; había contraído primeras nupcias con D." María de Sejas (sic),
naciendo de ese enlace cinco descendientes. Viudo, casó por segunda
vez con D." Antonia Espinosa y fue padre de un pequeño, muerto a tierna
edad. Su tercer enlace fue con D." Mariana Femández Salazar, procrean-do
a Francisco, Mariana, M." del Pilar y M." de la Presentación 1 8 .
Cuando Francisco era aún clérigo de menores, en 1766 es citado
como vecino de El Hierro en relación al título de una capellada instituida
210 Carmen Fraga González
por el capitán D. Manuel de Acosta y su mujer 19, es decir, por sus abue-los,
lo cual es lógico teniendo en cuenta los usos de la época en cuanto
a dotaciones familiares para quienes decidían seguir la vocación religiosa.
Después de ser ordenado sacerdote, obtiene el nombramiento de párro-co
de San Juan Bautista en La Orotava *O y puede ser testigo de las
propuestas de los círculos ilustrados. Su cultura es evidente, pues en 1778
se le incorpora entre los miembros de la Real Sociedad Económica de
Amigos del País, con sede en La Laguna, citándosele como beneficiado
de la iglesia orotavense de San Juan 2'.
Permanece en Tenerife durante varios años, hasta que en 1787 tiene
la oportunidad de retornar a su isla natal en calidad de beneficiado de
la parroquia matriz de Ntra. Sra. de la Concepción en Valverde 22. Cuan-do
encarga una imagen de la Inmaculada en 1788 es, sin duda, para su
templo que la destina y allí permanece desde entonces. Los años que
había vivido en el valle de La Orotava le permitirían entrar en buena
rnlon;Rn 1-0 rootnrnO mnrnont;lnc Anl Diinrtn rlo 1- Prii~,
IC-ILL.,IwII IuJ III.,I.,LLIILzIbJ U.,. U.,LIu U., LIU+ de manera
que solicitar de la casa Cólogan su mediación para adquirir una buena
talla, con destino al altar mayor de Valverde, no le sena complicado.
Lo verdaderamente difícil sería obtener el pecunio suficiente con que
pagar la compra, de modo que en un principio se piensa hacerla en
Génova, pero luego se opta por Sevilla.
Sus desvelos por el templo de Valverde fueron notables, dado que
gracias a su intervención pudieron culminar los herreños la construcción
del edificio, emprendida años antes. Entre sus aportaciones ha de incluir-se
también el encargo de la nueva talla de la Purísima, que se entroni-zaría
en el presbiterio. Don Francisco murió precisamente el día que la
Iglesia Católica celebra la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8
de diciembre de 1802, siendo enterrado delante de la puerta del coro
bajo en el templo del que había sido párroco durante lustros 23.
Su madre fallecería después que él, pues en diciembre de 1804 da
sus últimas voluntades en Valverde, indicando que sus padres fueron el
capitán D. Mateo Fernández Salazar y D.a Mariana del Jesús, era viuda
y menciona entre sus hijos a D. Francisco de Frías, quien había sido
Beneficiado y Vicario de ia isia ".
LA IMAGEN
Se trata de una obra tardobarroca, pues en la imaginería religiosa el
Neoclasicismo tardó en imponerse y la fecha del encargo, el año 1788,
no significa lo mismo en la escultura que en la arquitectura, por ejem-
La casa comercial Cólogan y las adquisiciones ... 21 1
plo. El gran escultor de la época en Canarias fue José Luján Pérez, quien
todavía se estaba forjando el buen nombre que atesoraría posteriormen-te,
pues aún era entonces relativamente joven, dado que había nacido
en 1756. Por consiguiente, D. Francisco Frías prefiere importar la pieza
con la que el templo de Valverde brillaría.
Sin duda, la imagen tiene belleza y esplendor. Dacio V. Darias y
Padrón elogió su «esbeltez, que quizá llegue a la medida de ocho cabe-zas
». El mismo cronista recoge las versiones que corrían en la isla so-bre
dicha talla: «En unas notas que alguien suministró a nuestro histo-riador
Viera y Clavijo, se dice que entre los herreños se la tenía por
aparenda; otras afirman que antes la Concepción era vestida y que un
Párroco, con el producto de las numerosas joyas que poseía, adquirió la
actual, y siendo nosotros niños, recogimos de labios del respetable an-ciano
D. Tomás Zamora y Barreda el relato de que la actual había sido
labrada con madera del tronco del Garoé o Arbol Santo» 25.
Efectivamente, la anterior imagen era de vestir, o sea, de candelero,
con «su manto de raso y corona de plata y una luna de la misma mate-ria
» 26, pero fue sustituida por ésta, encargada por el párroco D. Fran-cisco
Frías, aunque no fue labrada sobre la madera del garoé, de modo
que esta última versión cae ya en la leyenda popular.
Una clara nube, en la que aparecen tres cabezas de querubines y la
caractenstica media luna, constituye la celestial peana para la estilizada
figura de la Purísima, cuyas manos, en ademán de oración, giran hacia
el lado derecho del espectador, en tanto que su rostro vuelve hacia el cos-tado
izquierdo, creando un equilibrado movimiento de líneas, al modo del
gran Martínez Montañés en la Inmaculada de la catedral hispalense. La
túnica blanca está ornada con dibujos azules, mientras que el manto azul
muestra flores y bordes dorados, en una peculiar dicotomía cromática. La
carnación es marfileña y la tez expresa indudable dulzura.
Los elementos de la composición reflejan las pautas estilísticas de
la plástica tardobarroca, sobre todo en el movimiento del manto, simu-lando
flotar al impulso de una suave brisa que levanta las puntas, pero
también se adivina en la serenidad del rostro el academicismo propio
de la Ilustración y la cercana manifestación del arte neoclásico. Compa-rándola
con la imagen de la Inmaculada que se trajo de Sevilla en fe-brero
de 18 19 para el convento concepcionista de Garachico 27, se per-cibe
que en esta última prevalece .ya la estática del Neoclasicismo, frente
al dinamismo de la emplazada en El Hierro.
Dada la calidad y la cronología de esta última talla, cabe atribuirla
a alguno de los mejores escultores de la época en Sevilla, caso de Blas
Molner o Cristóbal Ramos, aunque, comparada esa época con otras an-
212 Carmen Fraga González
teriores, se puede afirmar que la escuela hispalense no destaca precisa-mente
durante esos años; no llegan a la genialidad sus maestros, pero
mantienen un nivel de buena calidad.
En Sevilla el valenciano Blas Molner, tras instalarse allí en 1770,
efectuó considerable número de obras, entre las que cabe recordar el
tabernáculo del templo de Santa Cruz (1792), las tallas de San Rafael y
el Angel de la Guarda, en el del Santo Angel 28, un relieve figurando a
la Santísima Trinidad para la iglesia de Santa María la Blanca, además
de imágenes de vestir como la Dolorosa existente en la iglesia de San
Vicente. También se conserva obras suyas en otros lugares, como la
Virgen del Rosario en la parroquia1 de Bonares (Huelva), o la imagen
de Cristo atado a la columna en el convento de clarisas en Zafra (fe-chado
en 1755), las similares existentes en Montijo y Zahínos, etc 29. Su
éxito profesional fue asentándose y el 26 de octubre de 1775 es nom-brado
Director de Escultura en la Real Escuela de las Tres Nobles Ar-tes,
llegando a ser Director de dicha institución desde 1793 hasta ei ¿
de de enero de 1812, fecha de su muerte 30, de modo que en su trabajo
se manifiesta el lógico peso del academicismo neoclásico.
Otro nombre a tener en cuenta es el de Cristóbal Ramos (1725-1799),
quien por la Real Escuela de las Tres nobles Artes, en la junta del 26
de octubre de 1775, fue designado Teniente de Escultura, cargo en el
que permaneció hasta el 10 de agosto de 1799, cuando acaece su óbi-to
3'. En las iglesias andaluzas hay obras a él atribuidas, cual sucede con
la Virgen del Rosario colocada en el retablo central de la capilla
sacramental en la iglesia hispalense de San Vicente o el grupo de la
Piedad en el templo de Ntra. Sra. de la Encarnación en Bormujos "2; con
su estilo se vinculan asimismo otras imágenes 33.
De Cristóbal Ramos se ha indicado que «realiza en barro y madera
una imaginería preciosista, aporcelanada, de sentido pictórico, que agrada
por la dulzura de su expresión y blando modelado y morfología» 34,
caracteres éstos que coinciden con la imagen mariana de Valverde, la
cual tiene indudable dignidad y debe cuidarse con esmero su conserva-ción,
por eso aplaudimos la convocatoria que se ha publicado reciente-mente
para proceder a su restauración 35.
PIEZAS ARTÍSTICAS PARA LA GOMERA
Los Cólogan trabajaron más estrechamente-con esta isla, pues co-mercializaron
allí la seda. Sospechamos que también ellos actuaron en
la compra de los seis candelabros de plata que poco antes de 1782 re-
La casa comercial Cólogan y las adquisiciones ... 213
galó a la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, en San Sebastián de la
Gomera, el beneficiado D. Policarpo Dávila Quintero 36, pues tenían bue-nas
relaciones, siendo él quien les suministraba tejidos 37. LOS lazos se-rían
estrechos con otros miembros de su familia, si tenemos en cuenta
que consta en 1805 el nombre de José Pablo Dávila Quintero por un
«oficio menor» que se hizo en la parroquia por encargo de D. Juan
Cólogan, Senior 38.
Tal como ha indicado el Dr. Darias Príncipe 39, D. Policarpo donó
la media docena de candelabros de balaustre, incluibles en una tipología
frecuente durante el siglo XVII y gran parte del XVIII en Canarias.
En fechas posteriores también solicitó a menudo la intervención de
los Cólogan para sus adquisiciones D. José Ruiz y Armas, vicario de
dicha isla y beneficiado de la iglesia de Ntra.Sra. de la Asunción. En
los libros de cuentas de dicha casa comercial se anotó el 31 de mayo
de 1804 los 5.519,19 reales que adeudaba «p. damasco gallon y fleco
que le hicimos venir de Cadiz segun razonn 40. Dicho tejido sirvió para
disponer un dosel de damasco rojo, con flecos en seda amarillo, bajo el
que situar la imagen de Cristo que entre 1800-1802 tallara Luján Pérez 41.
Al citado sacerdote se incluye a menudo en las cuentas de los
Cólogan, que le suministraban todo tipo de encargos, por ejemplo un
libro del jesuita Charles de La Rue (1643-1725) 42 O unas varas de tafe-tán
blanco 43.
Consta que dichos comerciantes, a solicitud del vicario D. José Ruiz
y Armas encargaron en 1805 un argénteo ostensorio al orfebre de la
catedral de Cádiz; aunque estaba ya finalizado en marzo del año siguien-te,
los avatares bélicos impidieron su inmediato traslado a Canarias,
pagándose por dicha pieza y unas vinajeras 9.568,11 reales 44. En dicha
ciudad andaluza el academicismo precedió al estilo neoclásico ya a fi-nales
del Setecientos, permitiendo explicar perfectamente las pautas
estilísticas de esta custodia.
Se trata de una bella realización en plata sobredorada, con una pea-na
poligonal, sobre la que se eleva el astil articulado en sendas seccio-nes,
pa? d2í p2SO U! c ~ u c t e r h t i cSG~! c m simbS!iccas espigas. Ab r a
bien, comparando dicho ostensorio con el existente en el monasterio de
Santa Paula en Sevilla, que tiene el punzón PALOMINO -Miguel Ma-ría
Palomino- y está fechado en 1790, se percibe muy bien las dife-rencias
estilísticas entre uno y otro, a pesar de la proximidad de fechas.
El hispalense presenta cuatro ángeles con espigas en la peana y en el
.%,4n f;" ,...,. 01 f',.,-Ao-- D,.n,,..,.l A-.. ,.*..,.- -..,.'.-A L - - - l - - 45 --- s.-- --- iiuuu ~i sui au ~ v i u ~ Li auoc uai cuii uuua cuauu aitgs~s> , LUII uua p~u-liferación
ornamental de signo barroco. Por el contrario, el labrado en
Cádiz refleja ya la contención neoclásica.
214 Carmen Fraga González
La identidad de su artífice resulta fácilmente rastreable, pues, aun-que
Vicente Faxardo fue quien ejecutó mayor número de obras -fue
designado para el puesto de Fiel Contraste en Cádiz durante muchos
años- 46 y aunque en 1792 figuraba el maestro Cristóbal Muñoz como
orfebre de la catedral en esa ciudad, el 4 de junio de 1805, cuando se
repara su custodia, se cita a Antonio Díaz como platero mayor de dicha
seo 47, en consecuencia cabe adscribir a este último la realización del
ostensorio que se guarda en la parroquia matriz de La Gomera.
No fue ésa la única obra artística encargada a los Cólogan, ya que
en 1804 también a ellos se encomendó adquirir -por un precio en tor-no
a los 50 pesos- una talla representando al apóstol San Pedro. Fi-nalmente
quedó tal empresa en simple propósito, porque los recortes pre- a
N
supuestarios obligarían a posponer dicha obra y a efectuarla en La E
Orotava, eso sí, al buen artífice D. Fernando Estévez 48.
O n -
=
um
Carmen Fraga González
NOTAS
1. M." Begoña VILLAR GARC~A«A: proximación al estudio del capital extranjero
en Málaga en la crisis del Antiguo Régimen*. Baética, Facultad de Filosofía y Letras,
TUTL-L: .I.V- +G~L:JAI~UAaU A- I1vl~al<~lga1, ~ E."' - 2 (!???), pp. 2G5-229. Se ir?c!~yer Frrxircr Jrvierr
Cólogan, a Juan Galwey y María Valois Geraldine, como poseedores de capitales fuer-tes
en negocios y propiedades rústicas.
2. VARIOS AUTORESC: anarias e Inglaterra a través de la Historia. Cabildo In-sular
de Gran Canaria, 1995.
3. María del Carmen FRACAG ONZÁLEZP: lazas de Tenerife. Instituto de Estudios
Canarios, La Laguna (Tenerife), 1973, p. 44.
4. Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife (A.H.P.T.), ante Fran-cisco
Rodríguez Suárez, P.N. 2755, fol. 1081.
5. Francisco FERNANDEDZE BETHENCOURNTo: biliario de Canarias. Edición am-pliada,
La Laguna, tomo 1 (1952), pp. 172 y SS.
6. Marcos GUIMERÁP ERAZA«: Bernardo Cólogan y Fallon (1772-1814)~.A nua-rio
de Esfudios AtZÚnticos, Madrid-Las Palmas, n." 25 (19791, pp. 31 l y SS.
7. Agustín GUIMERÁR AVINAB: urguesía extranjera y comercio atlúntico. La em-presa
comercial irlandesa en Canarias (1703-1771). Consejería de Cultura y Deportes
(Gobierno de Canarias)-Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1985,
pp. 376-377.
8. A.H.P.T., Fondos Zárate Cólogan, n." 240, fol. 432 y SS.
9. José CONCEPCIR~NOD RÍGUEZP:a tronazgo artístico en Canarias en el siglo
XVIII. Cabildo Insular de Gran Canaria: Las Palmas de Gran Canaria, 1995, pp. 138-145.
10. Catálogo de la exposición patrocinada por el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz,
cnn !a ci!ihcmciSn de! Consrilado de Irlanda en Canarias; 17 al 23 de marzo de 1983.
1 l . José Agustín ÁLVAREZR IXO: Historia del Puerto de Arrecife en la isla de
Lanzarole una de las Canarias. Aula de Cultura de Tenerife, 1982, pp. 72-73.
12. Historia de la Catedral de Canarias. Real Sociedad Económica de Amigos del
País, Las Palmas de Gran Canaria, 1992, pp. 340-342.
13. Agradecemos a D. Juan Zárate Cólogan habernos permitido consultar esta do-cumentación
en el archivo particular de la familia Zárate-Cólogan, La Orotava (Tenerife),
Lihro n . O 185 (Copiador, años 1785 a 1788). Estos fondos han sido recientemente depo-sitados
en el Archivo Histórico Provincial, aunque aún no han sido catalogados y no se
accede a ellos, por lo cual mantenemos la numeración del archivo particular en ésta y
otras notas.
La casa comercial Cólogan y las adquisiciones ... 217
14. José ÁLVAREZR IXO:A nales del Puerto de la Cruz de La Orotava 1701-1872.
Cabildo Insular de TenerifeIAyuntamiento del Puerto de la Cruz, 1994, p. 121.
15. A.H.P.T., fondos Zárate Cólogan. Libro de facturas n." 224, Facturas de salida
entre octubre de 1786 a 1793, J<uan> C<ólogan> <e> H<ijos>.
16. A. GUIMERÁR AVINAo:p . cit., pp. 59. 78 (nota 104, a pie de página) y 85 (Cua-dros
genealógicos).
17. Dacio Victoriano DARIAS Y PADRON: Noticias generales históricas sobre la
isla del Hierro. Tercera edición, Cabildo Insular de El Hierro, 1988, p. 278.
18. Indices de los protocolos pertenecientes a las escribanías de la isla de El Hie-rro.
Instituto de Estudios Canarios, La Laguna, 1974, pp. 131-132.
19. Archivo Diocesano de La Laguna (Tenenfe), signatura 72-1.
20. M. RODR~GUMEZE SA:L a hermandad sacramental de la parroquia de San Juan
Bautista de La Orotava. Tenerife, 1982, p. 29.
21. Estatutos. Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife. San Cris-tóbal
de La Laguna, 1991, p. 92.
22. D. V. DARIASY PADR~Nop:. cit., pp. 278-279.
23. Ibídem, pp. 247-248 y 278.
24. Indices de los protocolos ..., op. cit., p. 123.
2.5. Dock Vict:iom DAP,:A\L( ;P AER~:!: xA!guoas Irnigenes de !a P u r ~ q ~ i ude!
Valverden. Revista de Historia, La Laguna, tomo 11, n." 11 (1926), pp. 93-94.
26. D. V. DARIASY PADR~NNo: t icias generales históricas ..., op. cit., p. 246.
27. José VELÁZQUEZM ÉNDEZ«: Una Inmaculada sevillana para el V Centenario de
la Orden Concepcionistan. El Día, Santa Cruz de Tenerife, 21 de mayo de 1989, p. 10
(La Prensa del domingo).
28. M. OSSORIOY BERNARDG:a lería biográfica de artistas españoles del siglo XK.
Madrid, 1883-1884, pp. 454-455.
Conde DE LA VINAZAA: diciones al Diccionario Histórico de los más ilustres Profe-sores
de las Bellas Artes en España de D. Juan Ceán Bermúdez. Madrid, 1894, tomo
111, p. 79.
29. Antonio DE LA BANDAY VARGASH: istoria del Arte en Andalucía. De la Ilus-tración
a nuestros días. Junta de Andalucía, 1991, pp. 54-57.
30. Antonio MUROO REJÓNA: puntes para la historia de la Academia de Bellas Ar-tes
de Sevilla. Sevilla, 1961, pp. 25 y 143.
31. A. MUROO REJ ~Nop: . cit., pp. 28 y 143.
32. Alfredo J. MORALESM, .' Jesús SANZ,J uan Miguel SERRERAy Enrique
VALDIVIESOG:u ía artística de Sevilla y su provincia. Diputación Provincial de Sevilla,
1981, pp. 165 y 266.
33. José HERNÁNDEDZ ~AzA, ntonio SANCHOC ORBACHyO Francisco COLLANTES
DE TERÁN: Catálogo Arqueológico y Artístico de la Provincia de Sevilla. Diputación
Provincial de Sevilla, tomo 1 (1939), p. 41, y tomo 11 (1943), p. 366.
34. José HERNÁNDEZ DÍAz: «Arte» en Andaiuch. Tierras de Espana, Fundación
Juan MarchIEd. Noguer, Madrid, 1981, p. 300.
35. Así se ha anunciado, entre otros periódicos, en El Día, Santa Cruz de Tenerife,
2 de marzo de 1996. La convocatoria entre los posibles licitadores la ha efectuado la
Dirección General de Patrimonio Histórico (Viceconsejena de Cultura y Deportes), Go-bierno
de Canarias.
36. Alberto DARIASP R~NCIPLEu:g ares colombinos de la villa de San Sebastián.
Il;'s:~riuj? evolüci6o'n. Ca!i!du !iisü!ai dc La C-umcia, Saii:a C ~ dEe Teíieíife, 1986, p. 68.
37. A. GUIMERÁR AVINAo:p . cit., p. 303.
38. A.H.P.T., fondos Zárate Cólogan, n." 240, fol. 382.
218 Carmen Fraga González
39. Op. cit., p. 68.
40. A.H.P.T., fondos Zárate Cólogan, n." 240, fol. 1 15
41. A. DARIASP R~NCIPoEp:. cit., p. 67.
42. A.H.P.T., fondos Zárate Cólogan, n." 240, fol. 206. En 25 de septiembre de 1804.
43. Ibídem, fol. fols. 209 y 318, a 30 de septiembre de 1804 y 1 1 de febrero de
1805, respectivamente.
44. A. DARIASP R~NCIPLEu:g ares colombinos ..., op. cit., p. 67.
45. Enrique VALDIVIESGOO NZÁLEyZ Alfredo J. MORALEMS ARTLNEZS:e villa ocul-ta.
Prólogo de Francisco MORALEPS ADR~NSe.v illa, 1980, p. 123 y fig. 153.
46. Manuel MORENOPU PPO:L a orfebreriu religiosa del siglo XVIII en la diócesis
de Cádiz. Diputación de Cádiz, 1986, tomo 1, pp. 48-49.
47. Agradecemos al Dr. D. Manuel Moreno Puppo, profesor de la Universidad de
Cádiz, estos datos sobre la orfebrería gaditana.
48. A. DARIASP R~NCIPoEp:. cit., pp. 67-68.