VOLUMEN COMERCIAL CANARIO-VENEZOLANO
(1765 - 1789)
BELIN MAGALISV ÁZQUEZV ERA
Las circunstancias históricas han hecho posible la existencia de una
inextricable y recíproca conexión canario-indiana, al punto que aun
hoy permanece intangible con rasgos de verdadera magnanimidad. En
efecto, una ojeada a las páginas de este pasado histórico muestran un
sincretismo coyuntural nacido cuando el Archipiélago -integrado por
las bien llamadas Islas Afortunadas- alcanza su incorporación a la
Curolia de Casíilla dUrariie el reiri,do de los Reyes Católicos. Ello,
aunado a la situación geográfica privilegiada que facilita el comercio y
la emigración, coincide con el descubrimiento del Nuevo Mundo '. De
este modo, tiempo y espacio hacen posible una relación donde, ademjs
de concomitantes formas de conquista y colonización, se evidencian
fuertes enlaces a través de una corriente migratoria que impulsó un
activo movimiento comercial tan pronto logran erguirse en los tiempos
modernos, gracias a encontrarse situadas en pleno centro «. . . de las
rutas principales que unen Europa, Africa y América.. . de ese Medite-rráneo-
Atlántico» 3. En este último punto, cabe señalar el papel tan
decisivo que adoptaron las islas como lugar de escala en el itinerario
comercial hispano-americano y puesto de manifiesto desde los primeros
viajes colombinos. Coincidente es la afirmación de dos autores 4, al
destacar que la presencia de familias canarias hizo posible el naturdl
traslado de costumbres, modismos, industrias caseras, toponimia, etc.
De la remisión de hombres y productos, retornaban los navíos con in-dividuos,
géneros tropicales y hasta elementos culturales.
1. Analola Borges afirma que en la conquista se encuentran las raíces y el funda-mento
de la huella canana que aun pervive en las naciones americanas (cfr. 1974, p. 1).
2. Esta emigraci6n se inicia al despuntar el siglo xvi. Ya para la segunda mitad
del mismo, comenzará la salida en bloques de familias obedeciendo a razones diversas
(MORALEPSA DR~N,1 951, p. 402). Según A. Borges, la emigración adopta cuatro formas:
a) Por concesi6n real; b) de manera espontánea y sin el debido registro; c) por soborno
al capitán de nave o jefe de expedicián, y d) por vía clandestina, partiendo las naves
de las islas sin el correspondiente permiso de la Casa de Contratación o del Real Con-sejo
de las Indias (cfr. 1972' p. 41).
3. LADEROQU BADA, 1974, p. 725.
4. MORALESP ADR~N1,97 0, cap. XVI, PP. 268-271; ALONSO L U ~ G O1,9 47, PP. 119-120.
Acorde con este orden de ideas, donde intentamos plasmar una pa-norámica
concentrada en imágenes constantes como producto de vi-vencias
pasadas y, en apoyo a:i tema que ocupa nuestra atención fun-damentado
en las relaciones comerciales canario-venezolanas, es preciso
afirmar sin grave riesgo de irrealidad histórica, que las antiguas provin-cias
de Cumaná o Nueva Andalucía, Maracaibo, Guayana o Angostura
y Venezuela propiamente dicha, han estado fuertemente determinadas
en el curzo de unos tres cuarto,; de siglo que alcanza su proceso de for-mación
y definición nacional, por la activa participación del hombre
canario o isleiio 5, pues como dice un historiador, e . . . Venezuela siem-pre
ha sido -aún hoy- tierra referida por los canurios» 6. Efectiva-mente,
en el caso venezolano, podemos precisar las condiciones inhe-rentes
a la evolución señalada, convertida en procesos permanentes que
nos garantizan la formación de un ordenamiento económico, social, po-lítico,
institucional, cultural, donde venezolanos y canarios conviven
en un mismo destino. Ciertamente, a lo largo del devenir histórico de
nuestro territorio, el elemento isleño es contingente valioso en todos
los órdenes de ia reaiidaci sociai, hasta el punto de afirmarse que «. . . ia
nación que recibió más dirigentes canarios fue Venezuela» '.
Si intentamos pergeñar estos factores, es porque dentro de estas
convergencias indispensables y coadyuvantes es donde hay que buscar
el verdadero pulso tomado por el trato mercantil de estos núcleos
transoceánicos que se manifiestan sobre la epidermis de un complejo
económico canario-venezolano.
Se sabe que tan pronto son incorporadas a la Corona, las islas
cuentan con un régimen comercial aparte del correspondiente a la Es-paña
peninsular8, gracias a lo cual gozan de permisión real para po-blar
las Indias y cuyo carácter temporal hizo posible que a lo largo del
siglo XVII se concediesen varias prórrogas que culminan con el cese
momentáneo del comercio cori América, en 1717 '. Por supuesto, el
hecho habrá de tener honda resonancia económica, ya que al-verse pri-vada
la región insular del tráfico de carácter legal, :e intensifica el
intercambio ilícito que reporta cuantiosas ganancias a este trato, como
queda demostrado por la importancia de caudales procedentes de Cara-
5. Llega a ser tal la influencia d,-1 elemento islefio en aquellas partes, que ya co-mienza
a hacerse la distinción entre <espafiolesn procedentes de la Península g c a -
narios,,. BORGESA SALOLA, 1960, cap. 11, p. 29.
6 . MORALEPSA DR~N1,9 51, p. 409.
7. BORCESA VALOLA1,9 69, cap. V, p. 75.
8. Respecto a esto, Peraza de Ayala sostiene que los derechos de importación en
las islas siempre fueron inferiores a los percibidos, por el mismo concepto, en la Pe-riinsuia,
aunque cuando las iiirrcaderias sa!ian para Adrica ahonahm la diferencia
para equiparar ambas relaciones mercantiles (cfr. 1966, p. 29).
9. Ibidem, 1977, cap. 111, pp. 57-65.
cas, La Habana o Buenos Aires, cuya total cantidad ni valor no aparecen
en 10s registros lo.
Mediante el Reglamento y Ordenanza de 6 de diciembre de 1718 'O,
y la subsecuente ratificación del permiso canario en su comercio india-no,
se crea un nuevo sistema de gobierno al hacer concesiones de ca-rácter
indefinido, para que las islas de Gran Canaria, Tenerife y La
Palma -bajo ciertas condiciones-, continuasen la remisión de regis-tros,
cuyo aumento y calidad condujo a la erección de autoridades e
instituciones con carácter de control y fiscalización ".
Dentro de este sobreentendido aluvión de ideas, es menester desta-car
que con la nueva y restrictiva reglamentación, quedan abiertos al
tráfico canario-americano los puertos de La Habana, Caracas, Santo Do-mingo,
Puerto Rico, Trinidad de la Guayana y Cumaná. Al año, se dictó
una permisión para el tráfico con Maracnibo 12.
Pese a un aparente beneficio, el tiempo mostrará sus efectos nega-tivos
si consideramos las imprescriptibles manifestaciones de. me.r ma en e! enx& =ficia! de regis:r=s, dada la &daraCi& de! cozerfio &ii-eito y
rebaja de algunos derechos, en 1765, para los puertos de las islas de
Barlovento y, en 1770, para Campeche y Yucatán, en favor de nueve
puertos habilitados en la península, en tanto que se suprimía el dere-cho
que gozaba el Archipiélago en el envío de dos barcos a América,
con frutos y productos del territorio 13.
Los resultados muestran endebles perspectivas, al punto que para
1770 el tráfico mercantil está casi reducido a Caracas (todavía bajo el ex-clusivismo
de la Compañía Guipuzcoana), con el respectivo aumento de
veinticinco toneladas sobre las doscientas autorizadas en 1737, pues
los puertos de Maracaibo y Cumaná, aunque no fueron del todo aban-donados,
por entonces eran bien poco productivos 14. El problema ra-lo.
MORALEPSA DK6N, 1952, pp. 14-19.
10 bis. Viera y Clavijo, al calificar el año 18 como fecha digna de memoria en los
Anales Isleños, señala que bajo ese celebre Reglamento s... se permitieron navegar mil
toneladas anuales a ciertos puertos de América. Merecieron las Canarias la referida gra-cia,
sirviendo a la Corona con doce años más del donativo del uno por ciento ..., y con
la obligación de conducir anualmente cincuenta familias, de cinco personas cada una,
a ia isla de Santo Domingo, según se habia practicado desde 1678~ (cfr. 1776, vol. 111,
página 388).
11. ZUAZNAVYA KF RANCIA1,8 16, p. 65.
12. PERAZADE AYALA, 1977, cap. IV, p. 114.
13. RODR~GUEZC ASADO1,9 36-1941, p. 113.
14. PERAZADE AYALA , 1977, cap. IV, p. 105. Además de lo señalado, tambien se cur-saron
registros particulares, tales como el de Jácome Busee, quien en 1771 ,Suplica la
gracia de doscientas toneladas para la Guaira; el del Conde del Palmar, para el mismo
puerto, por igual cantidad (1776); el de José Caraveo de Grimaldi, que por real gracia
se ie concedieron 2w tts., y 150 mas, iibres de derechos, entre Caracas y Veracruz.
Por muerte de Caraveo, Don Perez Perdomo disfruta de 2W tts. anuales (100 para Ca-racas
y el resto por mitad. a Cumaná y Maracaibo) (ibídem, pp. 110-117 y 148).
dica en que, además de ser para entonces el mercado caraqueño el úni-co
abastecedor con sus retornos de cacao, tiene, además, la restricción
de embarcar un solo registro anual ". En tal estado de cosas se pre-senta
una solución cuando en julio de 1772 se le otorgó al comercio
canario esta permisión de intercambio directo, con el necesario ajuste
a lo establecido por la nueva ordenación. La etapa final a sus peticiones
parece brindarse en 2 de febrero y 12 de octubre de 1778, al ser in-cluido
el puerto de San Cruz de Tenerife en el Reglamento y Arance-les
para el comercro lzbre de Espana e Indzas l'. Empero, a1 prohibír-cele
el embarco de géneros extranjeros, continúan en situación de des-igualdad
respecto a los puertos peninsulares. Si a ello agregamos que
sólo será un puerto el que participe de las limitadas ventajas de esta
nueva reglamentación, los efectos que deriva son claramente visibles,
en particular, para e1 resto de las islas Por otro lado, la fuerte ccmpe-tencia
que significa el envío dc vinos y aguardiantes -que constituyen
su principal renglón exportador-, conjuntamente con los procedentes
de los despachaderos de la Península y Baleares, debió afectar seria-mente
ei voiumen de ia exporración canaria.
Sólo por entonces, el pueri:o tinerfeño se encuentra ante la ventaja
del mercado venezolano, al no participar sus principales ancladeros
en este comercio «libre», por pertenecer aún a la concesión hecha a la
Real Compañía de Caracas ", pero que desde 1782 participan, de he-cho,
en la nueva reglamentación, aunque la R. C. de extensión del
comercio directo a la Provincisi de Venezuela o Caracas, conjuntamente
con Nueva España, se dictase en 28 de febrero de 1789 18. Circunstan-cia
esta que, por supuesto, incidió en la regularidad del tráfico legal
canario-venezolano y que contribuye a su merma, pues ahora los puei-
15. Por siete Certificaciones del Contador Oficial expedidas, la primera en 6 de fc-brero
de 1736, que comprende -cor. distinción de años- las toneladas que han a¡.-
queado los registros de Canarias que han entrado en el puerto de La Guaira desde el
año de 1750 hasta el de 1756, ambos inclusive, y la segunda y siguientes en 15 de marzo
de 1758, 17 de marzo de 1759, 14 de enero de 1762, como también otras dos Certifica-ciones
colocadas en los Ramos o clases de cacao y diezmos, resulta que en los catorce
años desde 1750 hasta e! de 1763, ambos inclusive, han ascendido las toneladas, en que
han ido arqueadas al puerto de La Guaira varios registros que han entrado en él, de
las Islas Canarias por la anual permisión de doscientas toneladas que S. M. tiene con-cedidas
a !as %ui.cizlac Isles, . !a si-una de tres mil quinientas y tres toneladas, g
una octava parte de la otra (cfr. Real Compañia Guipuzcoana de Caracas, 1763, fo-iios
171-172).
16. A.H.N., Diversos, 536, fols. 111-113; B.P., 2.851; M.A., vol. XXXVIII. fo-l
i o ~ 316-353.
17. Además del privilegio exclusivci de comercio con La Guaira estipulado en la R. C.
de 1728, años después se le otorga un Asiento a la susodicha Cia., para realizar el co-mercio
directo con Maracaibo. Para el año de 1776, mediante R. C., se le concede el
comercio de las provincias de Guayana, Cunianá e islas de Margarita y Trinidad, sin ca-rácter
Le exc!usividad. (Cfr. A . G . I . , Aiid. de Caracas. 924: A.H.N.. est., 2.3-0;
B. R. A. H. M., C. M. L., vol. CVII, fols. 448-452 vto.)
18. Arch. Cen. de Mar. (Reales Ordenes y Decretos del año 1789).
tos venezolanos se abren al libre intercambio con los puertos peninsu-lares
19.
Esta fusión de hechos hizo acometer con urgencia medidas dilato-rias,
a objeto de solventar el anquilosamiento del envío y retorno a
Canarias. A tal efecto, en 1784 se repartieron a las islas trescientas
toneladas anuales para Nueva España y doscientas para Caracas, de rin
total de quince mil toneladas de frutos, abarrotes y ropas para el surti-miento
de ambos territorios, distribuidas entre diez puertos españoles m.
Este hecho se ve consolidado cuando, a partir de 1785, zarpan los
navíos de comercio canario con efectos extranjeros, aunque la R. O. se
dictase al siguiente año 21.
No obstante, día a día, la irregularidad de este tráfico transoceáni-co
se pone de manifiesto, pues si para algunos puertos peninsulares las
nuevas disposiciones significan un visible aumento del movimiento na-viero
de carácter oficial no ocurre igual suerte para el Archipiélago,
cuyo estado empeora, aunado a la carga fiscal que acompaña a su co-mercio
interoceánico y aún nacional. Circunstancias que condujeron a
que muchos navíos no retornasen a las islas, y que quedan verificadas
en el movimiento comercial con Venezuela durante los años que van
desde 1782 hasta 1789, cuando apenas zarpan de Santa Cruz de Tene-rife
a La Guaira catorce navíos y retornan tan sólo siete 22.
Nuestro punto de apoyo se fundamenta en el movimiento mercan-til
entre los puertos canarios y venezolanos, a partir de años significa-tivos
en la segunda mitad de la centuria dieciochesca. Como podrá no-tarse,
el presente trabajo se ha centrado en un estudio del volumen co-mercial
canario-venezolano en el lapso de 1765 a 1789, como parte de
una investigación que estamos haciendo acerca de las Relaciones Co-merciales
entre Venezuela y España, en el citado período. Al respecto,
19. Morales Padrón, al presentar el número de buques anuales con puertos de sa;ida
y destino que navegaron de Canarias a Indias del siglo XVI al XVIII, muestra que en
este giro es perceptible un intercambio entre los puertus venezolanos de La Guaira,
Maracaibo, Margarita, Guayana y Cumaná, con los respectivos canarios de La Palma;
Santa Cruz, La Orotava y Gacharico, en Tenerife, y Puerto de la Luz y Las Palmas,
er? Gran Canaria. Si bien para el siglo XVI s610 sale un navío y en el XVII llegan a 16,
en el siglo XVIII, del lapso que va desde 1700 a 1765, se despacha un total de 68 navíos,
siendo La Guaira el principal receptor.(cfr. 1955, pp. 338-360).
20. B. P., 2.850, M. A., vol. XXXVIII, Fol. 124.
21. Véase cuadro 3.
22. Véase cuadros 1 y 2. Al hacer referencia a la decadencia económica de las islaa,
Morales Padrón sostiene que los comerciantes canarios la atribuyen a las cargas que
debían abonar: contribución de familias, sueldos de Juzgado de Arribadas y de los gra-vámenes
impuestos a los productos con destino a Venezuela (cfr. 1955, cap. IV. p. 167).
es preciso advertir que los datos de registros de comercio proceden
del Archivo General de Indias y del General de Simancas, cuyo acervo
documental permite, en cierto modo, especificar el fenómeno en tér-minos
cuantitativos y cualitativos. Como quiera que sólo se ha traba-jado
con fuentes inéditas extrzídas de archivos peninsulares, la investi-gación
no exá completa, ya que para este objeto ha faltado revisar 11r.
valiosa y abundante documentación de los archivos canarios y venezo-lanos,
hecho que nos podría conducir a caer en afirmaciones que no
.correspondan con la realidad. Por supuesto, al faltar información no po-demos
considerar por concluido el estudio del tema que hoy ocupa
nuestra atención. En todo caso, por ahora sólo pretendemos mostrar,
en qué medida los puertos canarios no participan de la paulatina de-claración
del «come?cio libre» para lo: respectivos venezolanos, excep-to
mediante el empleo de licencias o permisiones disfrutadas, adez-ás,
por particulares y entidades u organismos 22bis. Será a partir de la de-claración
del comercio directo, cuando el puerto de Santa Cruz de Te-nerife,
desde 1778 y La Gua.ira, poco tiempo después, queden abier-tos
a un intercambio con registros de comercio libre y, que se hará
palpable, coincidiendo con el cese del conflicto con Inglaterra en 1783
(ya para el año precedente parte un registro de Tenerife con ese des-tino).
Hechas estas apreciacione:j previas, diremos que se considera la
periodificación 1765.1789, por constituir fechas topes de estimable va-lor
en nuestros destinos comt:rciales. Dentro de estos límites tempo-rales
se enmarcan las dispo~ici~meresa les de permisión de comercio di-recto,
tanto para los puertos venezolanos como para los españoles que
ejecutan el trato mercantil con nuestro territorio 23, y luego precisar el
lugar que ocupa el comercio canario respecto al comercio general de
España con Venezuela. En cuanto al significado de la primera fecha,
como se sabe, se trata del año en que son incluidos -aunque dentro
de las sabidas limitaciones- los puertos de Trinidad y Margarita, en
lo tocante a las provincias veaezolanas y, los de Cádiz, Barcelona, La
Coruña, Santander y Málaga, rn lo recpectivo a los que mantienen re-laciones
comerciu!es directa~enze con e! territorio venezolano. La sc-gunda,
responde a un momento también significativo en las aludidas
relaciones, pues son abiertos a1 libre tráfico -mediante disposición !e-
22 bis. Cfr. nota 14. Tambien Moi-ales Padrón refiere sobre el tema, destacando que
niuchos particulares disfrutaron de (estas ventajas; de igual modo, a loa hospitales e
iglesias también se les concedieron wtos permisos a fin de mantenerse o construirse,
correspondiendo la mayor demanda al puerto de Caracas (cfr. 1955, cap. V. pp. 222-236).
23. Estos puertos aparecen en la tabla 1.
gal- el comercio de Caracas y, en la Península, entre otros, es inclui-do
el puerto de San Sebastián, que por entonces mantenía un activo co-mercio
con nuestra región a través de la Cía. Guipuzcoana primero y,
con la de Filipinas, desde 1785.
Al procurar centrarnos en el tema, diremos que las tendencias que
vimos al delinear el trato comercial canario-venezolano, sobre todo, a
partir de 1765 con e! progresivo establecimiento del llamado «comer-cio
libre», muestran que desde entonces las comunicaciones marítimas
de carácter legal, dimanan con marcados rasgos de decadencia. En
efecto, si la apertura de puertos condujo a que el flujo mercantil con
la España Peninsular evidencie la prezencia de una savia vivificadora
que impulsa las fuerzas productivas hacia una mayor vinculación coi1
el mercado capitalista mundial, no ocurre lo mismo con la región ca-naria
en la que por entonces las barreras aún traban el fomento regio-nal,
producto de razones harto conocidas y expresadas.
Ello deriva una peculiar situación, pues las relaciones mercantiles
entre los ce1itro3 econGmicos de las islas y !as provincias venezolanas,
quedan sujetas a dos Centros Nucleares: Los puertos de Santa Cruz de
Tenerife y La Guaira. Ambos se constituyen en factores hegemónicos
de las exportaciones e importaciones recíprocas.
Teniendo en cuenta que dentro de esa red de comunicaciones ma-rítimas,
el navío conztituye el medio de expansión y empresa de rai-gambre
productividad por excelencia, su irregularidad en la ruta que
enlaza los puertos marítimos venezolanos con los respectivos canarios,
son muestra palpable del deplorable estado de este tráfico en los veinti-cuatro
años que hemos considerado.
En tal orden de cosas, es precizo señalar que en el referido lapso,
del conjunto de nueve puertos activados en el giro comercial con los
seis ancladeros de la costa venezolana, fueron echados a la mar 251
navíos. De este total, 14 lo hicieron desde Santa Cruz de Tenerife,
es A-,.;.. e! 5,V por 100, en tmto qüe !os 237 rcstailtcs se !!evaa e1
94,4 por 100. Por otro lado, los 14 navíos fueron dezpachados, en su
totalidad, para el puerto caraqueño y que significa, apenas, el 7,6 por
100 de los 183 registros despachados desde España para el referido
puerto, prueba tangible de lo anteriormente expresado.
Semejante disposici<ín se v i s ~ ~ a l iean la respectiva Tabla de Corre-laciones,
presentada a continuación:
T A B L A 1%
MOVIMIENTO DE NAVIOS EN EL TRAFICO ESPARA-VENEZUELA
11765-1789)
Guaira
Cádiz 95
Barcelona 16
Santaiider 14
S. Sebastián 19
Sta. Cruz de
Tenerife 14
Málaga 2 1
Palma de M. 1
La Coruña 2
Alfaques de
Tortosa 1
TOTALES 183
Sub.
Curnaaá Gmyana Maiacaibo Trinidad Margarita totales
Estas apreciaciones son completadas con e1 análisis estadístico de
los registros despachados desde los puertos comerciales venezolanos, a
los respectivos españoles:
T A B L A 225
MOVIMIENTO DE NAVIOS EN EL TRAFICO VENEZUELA-ESPANA
(1765-1789)
r, u
i:
-.
Guaira . . . . . . . . . . . . 151 10 19 33 7 4 1 6 - 23 1
Cumaná . . . . . . . . . . . . 19 16 - 1 - 4 - - - 40
Guayana . . . . . . . . . . . . 18 -- - 1 - - - - - 19
Maracaibo . . . . . . . . . . . . 2 -. - 7 - - - 1 - i 0
Trinidad . . . . . . . . . . . . 2 -- - - - - - - - 2
Margarita ............ - - -
TOTALES ......... 192 26 19 42 7 8 1 7 - 302
24. A. G. I., Contratación, legajos 1.691 a! 1.696, 1.676 al 1.678, 1.682. Indiferente Ge-nzia:,
k g z j ~ s2. 17: al 2.186. A. G. S., I ! i r ~ . Gra!. de Rentzs, I! remesa, ! igjoc 6 8 al 580.
gajos 2.441 al 2.448, 2.209 A al 2.231. A. G. S . , los mismos citados en la nota anterior.
25. A. G. 1.. Contratación, legajos 2.674-2.675, 2.706 a! 2.714. Indiferente General, le-
De una simple observación, se advierte que del total de 302 na-víos
decpachados desde los desembarcaderos venezolanos, el exiguo nú-mero
de 7 navíos, es decir, el 2,3 por 100, fueron remitidos para.
Santa Cruz de Tenerife, respecto a la restante cifra relativa del 97,7
por 100, enviados a los demás puertos españoles. Por otro lado, si
consideramos que La Guaira fue el único puerto exportador, del sub-total
de 231 embarcaciones despachadas, el puerto tinerfeño ocupa tan
sólo el 3 por 100 de las remiziones de este puerto a los ancladeros de
la costa española durante el mismo lapso.
Un análisis documentado de este fenómeno, permite traer a cola-ción
una especificación del asunto en cuestión. Las fuentes consultadas,
han hecho posible mostrar cuadros construidos con elementos extraídos
de los legajos inventariados en los repositorios mencionados. Ellos tes-timonian
y dilucidan una languidez en el movimiento comercial recí-proco
de tipo legal, entre Canarias y Venezuela.
A tal efecto, mostramos e1 Movimiento de Nauios, tanto de ida a
Vri,ezue!e reme vecidu de ésta, dende destacan: nembrr de! nmb,
tipo, tonelaje, puertos, calendario, capitán y/o maesre, que constituyen
la estructura de este giro comercial:
CUADRO la6
hlOVIMIENT0 DE NAVIOS: SANTA CRUZ DE TENERIFE - LA GUAIRA
(1782-1789)
- -- - -- ---- . -- ----
N," de
orden
Año de los Nombre, tzpo y
navios tonelaje del nado
--
1782 1 Ba., N. S. de la
Candelaria y San
Toaquín, alias Le
Cañada (85 tts ) - --
1783 1 Fra., N. S de la
Paz, alias El Del-fín.
Salidas de
Patrón, capitán Sta. Cruz Entradas en
y / o maestre de Tenevife La Gtiai~a28 - --
Juan Antonio 3- 8-82 ,
Rambla.
Cristóbal Madán. 20- 7-83 29
26. A. G. I., Indiferente General, legajos 2.174 y 2.177. 2.181 al 2.185. A. G. S., Dir.
Gral. de Rent., 11 remesa, legajos 570. 572, 574 y 575.
27. El orden numérico establecido es convencional.
28. Como puede apreciarse, en el cuadro no se insertan las fechas de llegada de los
navíos al puerto de destino, ello obedcce a que, la misma, no se detalla en los registros
de comercio inventariados. Sólo, por ahora, cuento con una información complementaria,
er. la que si bien no se especifica la fecha, si se confirma el arribo de buques al citado
puerto, pues los datos proceden de la Real Contaduría de La Guaira. Confrontando éstos
con los del presente cuadro, se ha extraído lo siguiente: 1. Todos los navíos aparecen
registrados en su entrada a La Guaira, excepto la fragata «N. S. de la Paz,, (1788). 2. En
k lista de buques procedentes del puerto canario, la Real Contaduría asienta que en-traron:
paquebote *N. S. del Rosario,, (1784) y las fragatas .La Sacra FLim, y N. S. de
la Concepción> (ambas en 1786) (cfr. A. G. I., Audiencia de Caracas, 902).
29. En 30-V-83 salió de Cádiz.
117
1785 1 Fra., N. S. del Tomás Muñoz. 26-10-85 30
Rosario. alias El
Brillante (277 to-peladas).
2 Fra., N. S. del Martín Soublette. 9- 8-85
Coro y las Ani-mas,
alias La Gui-púzcoa
(200 tts.)
- - -
1786 1 Fra, N. S. de la Pedro J. Prichar- 4-10-86 31
Paz (123 tts.) do.
1787 1 Fra . N. S. de la Cristóbal Madán. 25- 7-87
Concepción (125
toneladas).
2 Pa.. Sto. Cristo Matías Pérez. 21-11-87
del Buen Viaje
(52 tts.)
3 Fra.. N. S. del Juan Anrrán de 29-12-87?
Ro ario, alias El Prado
7. ... briiiante (200 ro-
~eladzs).
1788 1 Fra., N. S. del Domingo ~Molou- 24-11-88
Carmen, alias La ny.
Hermosa Minerva
1120 tts.)
2 Fra., N. S. del Bartolomé Mead. 18-11-88
Rosario, alias El
Vencedor (200 to-neladas).
3 Ber., La Sagrada Scha tián Martí- 23- 6-88
Fsmilia (45 tts.) nez Carballo.
4 Fra., N. S. de la Grc:wio Zugasti. 14- 5-88
Paz (125 tts.)
1789 1 Pa., Sto. Cristo Matías Pérez. 28- 4-89
del Buen Viaje
(52 tts.)
2 Fra., N. S. del Ti7a:i !\nsrán de 29-11-89
Rosario, alias El Prado.
T ' ~ , , ~ A ~ . . (inri +, \ C L ' C C U " ' \&U" ,U-neladas).
30. Empezó a cargar en Cádiz y completó su cargamento en este puerto.
31. Ibídem.
118
CUADRO 232
MOVIMIENTO DE NAVIOS: LA GUAIRA - SANTA CRUZ DE TENCRIFE
( 1784-1789)
N," de
orden Enlrada, eiz
A5o de lo, Nombre, tipo y Patuóiz, capitán Salida, de Sta. Cruz
navíos tonelaje del muio y/o vznestir La Guail-a de Tenerife
--- --- --
1784 1 Fra., N. S. del Ricardo Mead. 24-7-84 6-10-84 33
Rosario, alias El
Brillante (400 to-neladas).
2 Fra., S. José y Domingo Arma- 8-7-84 31-10-84? 34
N. S. del Carmen, rio.
alias La Venus.
1786 1 Pa., Sto. Cristo ihlatias Pérez. ? i2-7-86
del Buen Viaje
(65 tts.)
1787 1 Fra., N. S. del Bartolomé Mead. 31-3-87? 30-7-87 3j
Rosario, alias El
Brillante (200 to-neladas'~.
2 Fra., N. S. de la Pedro J. Pricahr- 31-7-87 3: 12-87 36
Paz (123 tts.) do.
-
1788 1 Pa.. Sto. Cristo Matíaj Pérez. 2-5-88 11-10-88' 3'
del Buen Viaje,
alias el Fénix (52
toneladas).
1789 1 Ber., La Sagrada Sebastián Carba- ? 14-2-89
Familia. !lo.
La situación es perceptiblemente clara: a los diecisiete años coa-tados
a partir de 3.765, zarpa el primer registro de comercio libre desde
el puerto canario con destino a la costa venezolana, coincidiendo con
que es desde ese mismo año, de 1782, cuando la totalidad del terri:;)-
32. A. G. I., Ind. Gral., legajos 2.209 B, 2.210 y 2.212; 2.411, 2.443. 2.444 y 2.446.
A. G. S., Dir. Gral. de Rent., 11 remesa, legajos 572 y 575.
33. En 31-XíI-84 ancló en Cádiz.
34. En 21-IX-P4? arribó en Cádiz.
35. En 21-VI-87 hizo escala en Cádiz.
36. Su registro de comercio lo cumplió en Canarias, de donde partió el 4-XJl-87,
con el resto de la carga. para e1 puerto de Cadiz.
37. Previa escaia en Cádiz (7-VII-881, donde alijó registro, para retornar de nuevo
3 éste, una vez dejado parte de la carga en Tenerife.
rio venezolano muesra pruebas evidentes de la apertura de sus puertos
al libre tráfico, aunque, como se aprecia, los envíos al puerto canario
suceden dos años después.
Pese a ello, los despachos oficiales desde Tenerife no son lo sufi-cientemente
cuantiosos ni regulares como para permitirnos hablar de
un apreciable volumen coxercial con La Guaira. En los ocho años que
van desde 1782 a 1789, se tiene noticias de tan sólo catorce despachos
registrados por los Directores Generales de Rentas de Tenerife; con-siderando,
además, que en 1784 no salió un solo navío del puerto
canario. Solamente los años 1787 j 7 1788 superan el envío de dos na-v
í o ~ ,a lcanzando la cifra de tres y cuatro, respectivamente. En el resto
de 10s años, los envíos no superan la cifra de un navío, excepto. en
1785, que se remitieron dos embarcaciones.
En los registros de comercio libre que siguen la ruta La Guaira-
Santa Cruz de Tenerife, la situación es aún más lamentable si tenemos
en cuenta que a partir de 1784 es cuando arriban los dos primeros
navíos al puerto canario, excluyéndose el año 1785, en que no zarpa
navío alguno. Por otro lado, ei envio resulta por demás esporádico e
irregular, no superando, en ningún caso, el número de dos.
Hecho peculiar y digno de tener en cuenta es que, sumado a esta
languidez del movimiento naviero, tenemos que el total de los carga-mentos
conducidos en las naves, no :on desembarcados directamente
en el puerto de destino, pues parte de éstos van destinados al puerto
gaditano, lo que demuestra, en todo caso, una marcada dependencia
de Tenerife respecto al despachadero andaluz. Caso homólogo ocurre
en los despachos Tenerife-Guaira y que queda dilucidado al observar el
respectivo movimiento de navíos 38.
Verifícase, en con~ecuencia, que en el transcurso de 1765 a 1789,
el tráfico mercanti1 recíproco entre los centros económicos de los puer-tos
de Tenerife y La Guaira, estuvo activado por 21 registros de co-mercio
libre. Este escaso movimiento naviero, está íntima-ente yincu-lado
a una convergencia de móviles producto de circunstancias inter-nacionales,
como resultado de1 conflicto bélico que culminó temporal-mente
con la paz de París en 1783, donde fue reconocida la indepen-
1---:- 1- L.. 'r ---- r-1--:..- 39 -..,- 1, -1,L, a 1," ,f,,+r\r rlnl u c l l u a uc 143 L I ~ C C bwIw111~13 , aulIauu, auLuin2, LVJ LILLLVJ ULL CO-mercio
libre en las islas y al condicionamiento de las mercaderías, a las
cargas y descargas desde Cádiz, que convierte al puerto tinerfeño eil
satélite complementario de un cuantioso volumen comercial recíproco
38. VBase cuadros 1 y 2.
-19. . .A! estudiar e! comer& colonial del puerto de Barcelona; Garcia Baqiiero co-menta
los efectos de la guerrá sobre el mismo y su virtual ascenso a partir de 1783
(cfr. 1972, pp. 279-2811.
Cádiz-Guaira. Sin olvidar, por supuesto, el complejo tráfico nercantil
de carácter ilegal que todo ello deriva y que es tan difícil de precisar
cuantitativamente.
b) Movimiento de ~nevcadevias
Consideramos de interés presentar el fenómeno. según un análisis
de la cualificación y cuantificación mostrado por el mov.; miento co
mercial entre ambos centros económicos. Pretendemos, en consecuen-cia,
aproximarnos al estudio del voIumen comercial canario-venezolano
en base a las exportaciones desde los dos referidos puertos como ejrs
principaIes de esa actividad, teniendo en cuenta Jas consabidas Iimi-taciones
qve entraña este tipo de anáIisis, si consideramos la inexir-tencia
de otras fuentes directas. Para tal efecto, es pertienente dests-car
la estadística anual de los cargamentos, donde se aprecia el tot.21
valor de ías mercadería?, dado que el empleo de las cifras inventari.1-
das, de acuerdo con el volumen y valor de las cargazones, permite ex-traer
conciusiones fundamentadas en hechos objetivos, donde se palpn
la estrrrctura comercial entre abos polos del tráfico.
CUADRO 3M
EXPORTACIONES DEL PUERTO DE SANTA CRüZ DE TENERIFE
AL PUERTO DE LA GUAIRA (1782-1789)
(EN REALES DE VELLON)
Años
Valor de los géne~os
españoles
Valor de los géneros
extranjevos Total valoí'
SUMA
40. Véase nota 26.
41. A este total valor corresponden en derechos, por concepto del 3 y 7 por 100,
respectivamente, la cantidad de 162.200 Rs., 16 mrs.
CUADRO 4"
EXPORTACIONES DEL PUERTO DE LA GUAIRA AL PUERTO
DE SANTA CRUZ DE TENERIFE (1781-1789)
(EN REALES DE VELLON)
ANOS Valo; de lo: géneios Total valor
--
SUMA 9.051.949 ... 1
En el cuadro de las exportaciones a La Guaiva, se advierte que el
total valor, por concepto de mercaderías vendidas, alcanza la cifra de
5.143.086 Rs, 19 mrs. De esto, corresponden al total valor de los gb-neros
españoles, 3.801.442 Rs, 14 mrs., siendo el principal objeto ex-portador
los Caldos, cuya compra alcanzó a 1.862.795 112 Rs, o sea,
el 49 por 100 re:pecto al total de lo exportado en siete años. Esti:
valor, en cuanto a caldos, queda distribuido de la siguiente formi:
1.407.550 Rs. por concepto de aguardientes, como resultado de 23.459
1/2 arrobas remitidas. Le siguen los vinos en el siguiente orden: Vi-dueño,
con una remisión de 36.704 112 arrobas, que valuado en diez
reales cada una, alcanza a 367.040 Rs. y Malvasía, cuyas 2.072 arro-bas
a 20 reales cada una, hacen 41.450 Rs. El Mi~tela, valuado, con-juntamente
con el aguardiente, en 60 Rs., hace 4.800 Rs., como prr-ducto
de 80 arrobas exportadas. Luego, los licores, que tan sólo al-canzan
a los 480 reales. En esta clasificación de géneros, le siguen r1
aceite (de comer y de almendras), que juntos hacen 34.662 Rs.; por
último, el vinagre con un valor de 6.812 1/2 Rs.
En este orden de género: nacionales exportados, el segundo lugar
lo ocupa el grupo de los Frutos, siendo su valor total de 58.083 Rs.
De éstos, los frutos secos alcanzan la máxima, pues 14.456 1/2 libr~s
fueron extraídas por concepto de exportación de la almendra (con y
sin cáscara), cuyo monto alcanza a 21.684 1/2 reales, es decir, el 37.3
por 100 del conjunto de frutos. Los rertantes 36.398 1/2 Rs. de ve-llón,
o sea, el 67,7 por 100, responde a lo sumado por concepto de
42. VCase nctu 32.
43. El total valor por pago de los derechos de entrada corresponde a 539.940 Rs.,
5 mrs,
pasas, ciruelas pasas, higos, turrones, orejones, dulces, azafrán, aceitu-nas
y cominos.
El último lugar de estas ventas de géneros nacionales, lo ocupa Ia
indust~ia textil, regional y roced den te de las fábricas catalanas. Entre
otras, destacan: indianas, medias de hilo y algodón, encajes, tejidos
y manufacturas de seda, mantas, etc. Además de sombreros, flores,
clavazón y hierro de Vizcaya, etc.
Por otro lado, en el campo de los géneros extranjeros, una variada
gama de productos textiles constituyen la base de estos envíos. Los
géneros son reexportados desde el puerto canario y su valor asciende
a 1.341.644 Rs., 5 mrs., equivalente a un 47,8 por 100 inferior al
valor de los géneros españoles. Destacan, entre otros, la seda, caseri-
Ilos, bretañas (con las calidades de anchas, entreanchas, angostas, con-trahechas),
re sil las, creguelas, rasos, lonas, platillas, marselleses. Tam-bién,
se envían harinas y hasta cueros de lobo remitidos desde la mis-ma
América.
En cuanto a ios psoductos pvocea'entes dei mercado oenezoiano, con
La Guaira como único puerto activado en ezte giro, cabe señalar que
el total valor de las remisiones destinadas al consumo canario, en los
cinco años que poseemos noticias, llega a la suma de 9.051.949 Rs ,
1 mrs. De esto, excluyendo el año 1785 del que no poseemos infor-mación
de salida de navíos, se han obtenido las ~iguientes apreciacio-nes:
el primer renglón de exportación lo constituyen los Caudales,
remitidos bien por concepto de registro o de soldadas. En el primer
caso, el valor estimado de la plata, acuñada y labrada, se eleva a
1.366.444 Rs. respecto de 68.322 pesos fuertes expedidos. A ello :e
suman 52.338 pesos fuertes en oro cuya cuantía se estima en 1.046.768
reales; además, 82 onzas en alhajas de oro, equivalentes a 24.218 Rs.
En e1 segundo caso, de lo destinado para cajas de soldadas, correspon-den
3.573 pesos fuertes de plata y 1.624 de oro. que juntos hacen
103.944 Rs. En suma, los envíos de caudales conducidos a Santa Cruz
de Tenerife, llegan a la significativa cifra de 2.541.374 Rs. de vellón 44,
44. Esta importante cifra obedece a que La Guaira es puerto reexportador de cau-dales
procedentes del mercado mexicano, como puede evidenciarlo el cuantioso volumen
de cacao que por los siglos xvrr y XVIII se exportaba y del que se obtuvieron lucrativos
beneficios. Al referirse al tráfico de cacao entre Venezuela y la Nueva España. Arcila
Farias afirma: x... gran parte de los caudales producidos por ese comercio, eran más
tarde empleados por los mercaderes venezolanos en la compra de los efectos que las
naves españolas conducían a Maracaibo y La Guaira~ (cfr. 1950, cap. VI, p. 168). Tam-bidn
Brito Figueroa brinda una estadística de las exportaciones de cacao, donde Mé-xico
se muestra a la cabeza; su volumen desciende cuando se extiende al territorio
venezolano los beneficios de la libertad de comercio, que contribuyó a incrementar la-j
exportaciones a los puertos de la Península, en detrimento de las ventas a México
(cfr. 1963, cap. VI, -236-243).
que representa un valor relativo del 5,2 por 100 superior a los carga-mentos
de cacao, cuyo monto total asciende a 2.077.199 Rs. de vellón,
como producto de la extracción de 2.947 fanegas, constituyéndose, m
consecuencia, en el segundo ramo de exportación total y el primero,
en cuanto a frutos. El tercer lugar de las materias destinadas al con-sumo
del mercado canario está ocupado por los cueros, curtidos y al
pelo, cuyo número de 7.484 se ha valorado en 459.710 Rs. Luego, cl
añil con 195.647 Rs., seguido por los cordobanes que akanzan los
94.020 Rs. en su venta. En cantidades menores entran ot~os pvoduc-tos,
tales como: algodón (con y sin pepita), almidón, café, pieles de
tigre y venado, palo brasilete, calaguala, manteca de cacao, de oso,
de tigre, aceite de coco, sillas de montar, aguardiente de cocuy, dulces,
etcétera.
Señalado y analizado el movimiento comercial en base al volumen
y vaior cie los caudaies, irucos y efectos a los precivs coriieiite~ de la
plaza, es preciso afirmar que los despachos legales entre el puerto CJ-nario
y el respectivo venezolano -para el período que estudiainos-no
son lo suficientemente regulares ni cuantiosos como para hablar
de una intensidad en el tráfico, pues 21 navíos en los ocho años de que
poseemos noticias, así lo confirman, aunado a que en este lapso apenas
se contabilizaron 14.195.035 Rs., 20 mrs., provenientes de los géneros
comercializados y explicado, en parte, por el pequeño y mediano tone-laje
de los navíos empleados en esta ruta 45.
En siete años, apenas un total valor de 5.143.086 Rs. y 19 mrr. re-mitidos
en géneros, caldos. frutos y efectos para el consumo venezo-lano,
revelan que el volumen de las exportaciones tinerfeñas, respecto
a las del puerto de La Guaira, son inferiores en un 27,6 por 100. dado
que del puerto caraqueño, en apenas cinco años, fueron exportados
puerto tinerfeño un totaI valor de 9.051.949 RC . 1 mrc.. por concepto
de caudales, frutos y efectos.
Ahora bien, interesa precisar el lugar que ocupa el comercio cana-rio
respecto a! mmerci~ genero! de Espaiia con nuestro principal m-cladero
de la costa venezolana. Para puntualizar aún más el fenóreno.
presentamos un Estado comparativo del valor de las exportaciones de
los puertos que regularmente mantienen intercambio de mercaderías
con La Guaira, durante los años de comercio recíproco Tenerife-
Guaira.
45. Véase cuadros 1 >, 2, donde se especifica el tonela,je de los navíos
124
C U A D R O 546
ESTADO QUE MANIFIESTA EL VALOR DE LOS FRUTOS, CALDOS Y
EFECTOS, TANTO ESPAROLES COMO EXTRANJEROS, QUE SE EMBAR.
CARON EN LOS PUERTOS DE LA PENINSULA E ISLAS CANARIAS Y
BALEARES CON DESTINO AL PUERTO DE LA GUAIRA, DESDE EL ARO
DE 1782 HASTA EL DE 1789. A SABER:
(EN REALES DE VELLON)
Vdor de los Valor de los
Puertos ejectos españoles efectos extranjeros Valor total
Cádiz . . . . . . . . . . . . 43.876.912 62.109.849 105.986.761
San Sebastián . . . . . . 604.030.. .8 11.758.359.. .17 12.362.449.. .25
Málaga ............ 4.888.824. . .17 5.188.515 ... 17 10.077.340
Barcelona . . . . . . . . . 8.885.629 219.937 9.105.566
Santander . . . . . . . . . 3.287.328.. .33 3.430.802.. .10 6.718.131 ...y
Sta. Cruz de Tenerife. 3.801.441.. .21 1.341.643. ..3 2 5.143.086 ... 19
La Coruña ......... 305.959.. .17 601.185 907.144.. .17
Palma de Mallorca.. . 1-2-8 .686 - 128.686 Aiiaques de Tort. ... iY.384 - -1 '-1 .584
-
SUMA ......... 65.858.255 ... 28 M.656.292. ..8 150.508.549.. .2
Del análisis del cuadro, se desprende que Sta. Cruz de Tenerife
ocupa el sexto lugar de exportación entre los puertos españoles habi-litados
para el tráfico directo con La Guaira. Si consideramos el total
valor de los efectos, el puerto canario ocupa tan sólo el 3,4 por 100
del total remitido, en tanto que el puero gaditano se lleva el 70,4 por
100, correspondiendo el 26,2 por 100 restante a los demás puertos
en su conjunto. Por otro lado, debe destacarse que respecto al valor de
los géneros españoles destinados al consumo venezolano, Tenerife ex-pide,
a través de su desembarcadero, un valor que en términos relativos
alcanza el 5,8 por 100, en tanto que Cádiz suma el 66,6 por 100 en
sus ventas, y el 27,6 por 100 restante equivale a lo enviado por los de-más
puertos.. En cuanto al valor de las remesas en géneros extranje-ros,
he de puntualizar que éste es superior en un 12,4 por 100 en re-iación
a ios nacionaies, cie cuyo totai vaior ie corresponde ai puerto
canario un despacho mínimo del 1,6 por 100, continuando el puerto
46. A. G. 1.. Indiferente General, legajos 2.173 al 2.186. A. G. S., Dir. Gen. de Rent., le-gajos
568 al 580.
Observ&ióc Los datos han sido tomados del resumen que se especifica en cada
registro y no del total loba1 que suman las mercaderias transportadas en !os navíos,
pues en el primer caso, si bien algunas veces se incluye el Rancho, los valores aparecen
clasificados en generos españoles y extranjeros ccn totalidad de lo remitido, razón
por la que en ciertos casos el valor no concuerde con lo sumado por las mercaderias.
gaditano a la cabeza, con un envío que ocupa el 73,4 por 100, y los
demás, en suma, con el 25 por 100.
Cabe, en consecuencia, afirmar que en el período de los veinticua-tro
años estudiados, es perceptible una crisis en el giro comercial Ca-narias-
Venezuela, o mejor dicho, Tenerife-Guaira. E1 hecho que no se
tengan noticias de despacho de registros de comercio libre desde Tene-rife,
sino hasta 1782 y, desde La Guaira, en 1781, es prueba elocuente
de la repercusión de conflictos internacionales y nacionales en la regu-laridad
del tráfico. A partir de entonces, coinciden la Paz de Versalles
(1783) y el consabido retorno a la normalidad en el Atlántico, con la
apertura de los puertos venezolanos al comercio con los ancladeros
marítimos españoles lo que, sin embargo, tampoco contribuyó gran
cosa en una marcha ascendente de eFte movimiento comercial. No obs-tante,
Ia mayor cuantía, en cuanto a remisiones para La Guaira, cc-rresponde
al año 1787 al observarse un incremento vertiginoso de un
18,8 por 100 respecto a los cuatro años precedentes, volviendo a des-cendei
e! újtimo bienio. ,,rb.,4,,,+J,,V,, c , , I I ~ ~&s~e, advierte en !as experte-ciones
a Tenerife, pues en el primer año, es decir, en 1784, se observa
el mayor porcentaje de valor en los cargamentos, llegando a ocupar c1
40,5 por 100 respecto al total valor de las mercaderías vendidas. En los
dos años siguientes, el valor sumado alcanza al 48,3 por 100, aprecián-dose
un descenso vertiginoso en el último bienio, con apenas el 11,2
por 100 del total de 10 exportado "'.
Así, pues, el análisis hasta aquí realizado, nos ha permitido apre-ciar
la íntima conexión existente entre la implantación del comercio
«libre» para los ancladeros de la costa venezolana y su respectivo giro
mercantil con Canarias. Si bien en principio las islas parricipan de este
intercambio mediante permisión de toneladas, una vez abiertos al libre
tráfico Tenerife, primero y La Guaira, después, pareciera que ello favo-recería
este comercio. La realidad se muestra distinta, pues ambos
puertos se constituyen en los centros nucleares de que depende el mo-vimiento
comercial Canarias-Venezuela y, a pesar de existir un movi-miento
naviero con registros de comercio libre, la irregularidad se hace
patente. Por supuesto, a eiio contri'bu~e otro factor, como 10 fue ei
stancamiento comercial de tipo legal provocado por los efectos de las
guerra anglo-española 48.
47. Véase cuadros 3 y 4.
48 Estas apreciaciones son completadas con los despachos efectuados en los tres
primeros años de la década de los noventa. En efecto, en los años de 1790 a 1792 sa-lieron
once registros de comercio desde Tenerife a La Guaira, de un total de 136 que
totalizan los envíos desde los puertos españoles. En el mismo lapso fueron echados a
la mar cinco navíos desde La Guaira con destino ai puerto canario, de un total de
No deseamos culminar sin antes señalar, una vez más, que nuestro
trabajo se ha centrado en un estudio del volumen comercial canario-venezolano
en las fechas citadas, como parte de la investigación que es-tamos
realizando sobre el comercio entre Venezuela y España en los
mismos veinticuatro años (1765-1789). Debe advertirse, que la sola
documentación de los archivos peninsulares no brinda todo el conoci-miento
sobre esta materia, que espero complementar con fuentes do
repositorios canarios, venezolanos y colombianos, de inestimable valor
en el esclarecimiento de algunas lagunas mostradas en el trabajo en
cuestión.
Por otro lado, hay múltiples problemas en este tipo de investigd-ción
y que aún no han sido abordados. Por ejemplo, el del capital co-mercial
y Ia estructura social de este comercio, cuyo análisis es tan im-portante
para la historia económica, como lo demostró primero Pie-rre
Vilar, La Catalogne dans I'Espagne moderne.. ., París, S.E.V.P.E.N.,
T. 111, 1962, y hace poco A. García-Baquero en su Cádix y el Atlántico
(1717-17781. Sevilla, E E H A , 1973, 2 vols., y en e! trahaj~ que
este autor ha publicado, conjuntamente con Antonio Miguel Bernal,
titulado Tres siglos de comercio sevillano. Cuestiones de problemas y
método. Sevilla, Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 1976.
Con sumo agrado, veríamos que los historiadores canarios orientaran su
atención por estos Úítimos aspectos, tan necesarios para la historia eco
nómica del Archipiélago y de América. Por nuestra parte, esperamos
contribuir a ello en la medida que nuestras posibilidades lo permitan.
102 embarcaciones que zarparon desde los diversos puertos venezolanos con destino a
los respectivos españoles (véase A. G. I., Indiferente General, legajos 2.186 al 2.191; 2.446
al 2.452). Los años que siguen, desde 1793 a 1797, han sido estudiados por Nu~m DI4s
en su obra El Real Constdlado de Caracas (1793-1810), Caracas, Acda. Nac. de la His-toria,
1971). Si bien su estudio aporta nuevos datos y enfoaues diferentes en el movi-miento
comercial entre España y Venezuela, en el mismo no incluye al Archipiélago,
o mejor dicho, a Tenerife, pues sabemos que por entonces el trafico mercantil con La
Guaira no ha cesado, pese a que continúa su merma.
F U E N T E S
DOCUMENTALES (Manuscritas)
I., CONTRATACION, Legs. 1691 al 1696; 1676 al 1678; 1682; 1682; 2673-
2675: 2706 al 2714.
IND~FERE~TTEG ENERAL, Legs. 2173 al 2191; 2441 al 2452; 2209A
al 2231.
AUDIENCIA DE CARACAS, Estados de Comercio (1784-1798), Leg. 907.
S., DIRECCION GENERAL DE RENTAS, 11 Remesa, Leg.. 568 al 580.
REALES ORDENES sobre Fundación de una Compañía Guipuzcoana
A. G. I., AUDIENCIA DE CARACAS. 924.
[1714?]
EXTR-ACTO de! Expediente de !a Cempañia Guipz c~z f i.z.. sobre q ~ see
le verifique por el tiempo de doce aiíos el Asiento que la está concedido
de comercio a Maracaibo.
A. H. N., ESTADO, 2.320.
1776, noviembre 16
REAL CEDULA en que se concede a la Compañía de Caracas e! comercio
de las pr.wincias de Guayana, Cumaná e islas de Margarita y Trinidad.
l>\, lg. ?y:.> n nl( 17L? I- 11 T
ji-,--t> 1 lOL, L. LYL. L., vol. CTm.
1778, febrero 2
REAL DECRETO en que S. M. ha resuelto ampliar la concesión del comer-cio
libre contenida en Decreto de 16 de octubre de 1765 ...
A. H. N., DIVERSOS, 536.
1778, octubre 12
REGLAMENTO del Libre Comercio de España a Indias ...
B. P., 2851 M. A,, vol. XXXVIII.
1784, mayo 10
C--A-R T- A escrita al Excmo. Sr. D. Tosef de Gálvez ... con motivo del Repar-timiento,
que en febrero del mibmo año hizo el expresado Sr. Ministro a los
Duertos de este continente de 15.000 toneladas de frutos, abarrotes v. rop.a s
para el surtimiento de Nueva España y Provincia de Venezuela.
B. P., 2850 M. A., vol. XXXVII.
1789, febrero 28
REAL DECRETO sobre libertad de comercio con Nueva España y Caracas.
A. C. M., INDIFERENTE (Reales Ordenes y Decretos del año 1789).
IMPRESAS
a) Que se citan:
A ~ c r ~FAoR IAS, Edunrdo
1950. Comercio entre Venezuela y México gn los siglos XVII y XVIII. México,
El Colegio de México. F. C. E.
ALONSOL UENGOF, rancisco
1947. La: Islas Canarias. Madrid, Pub. de los Servicios comerciales del Estado.
BORGESA, nalola
1960. Isleños en Venezuela. La Gobernaci6n de Ponte y Hoyo. Santa Cruz de
Tenerife, Gráficas Goya.
1969. El Archipiélago Canario y las Indias Occidentales. Madrid, Edic. Cultura
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