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100 LA PRESENCIA ITALIANA EN ARGENTINA: HISTORIA Y CARACTERÍSTICAS DEL FENÓMENO MIGRATORIO THE ITALIAN PRESENCE IN ARGENTINA: HISTORY AND CHARACTERISTICS OF THE MIGRATORY PHENOMENOS Massimo Dall’Agnola Anna Bevilacqua Mil hombres y otros mil arriba-ron por un mar que tenía cinco lunas de anchura… Jorge Luis Borges, Fundación mítica de Buenos Aires Los autores agradecen a Eliana Navarro Marrero su preciada colaboración. RESUMEN Esta investigación quiere ilustrar la contribución de los inmigrantes Italia-nos en algunas actividades económicas que al comienzo del siglo XX todavía estaban ausentes en la realidad de la nación argentina de aquel tiempo. Se ilustran incluso las distintas dinámicas antropológicas que condujeron algunos grupos étnicos del norte de Italia en el trasplantar en la Argentina del comien-zo del siglo pasado algunos usos y costumbres que resultaban ser típicos de sus regiones de procedencia origi- ABSTRACT This research is dedicated to give a new light about the contribution of italian immigrates in some economical active-ties: at the beginning of XIX century some of these were quite not yet existing in such time Argentina. So are analized the different anthropological dynamics that in the early last century permitted some ethnical groups from Northern Italy to plant in Argentina some typical uses and traditions that were charac-teristical in the environment of their ori-ginal italian regions. The conclusion is Massimo Dall’Agnola: Universidad de Venecia. Palacio Dalla Zorza. Dorsoduro 3858. 30123. Venecia.Italia. irifamay@unive.it Anna Bevilacqu a: IRSS- Ist. Ricerche Storiche e Strategiche. Edificio C. Colombo. Lungo-mare G. Marconi 85, 30126 Lido di Venezia.Venecia .Italia. bevilacquagioielli@alice.it La presencia italiana en Argentina… 10 1 naria. Se concluye con la descripción del primer desarrollo de algunas ciu-dades argentinas fundadas por núcleos importantes de inmigrantes italianos, que llegaron luego a representar en la actualidad unas importantes realidades económicas y productivas, introducien-do no solamente algunas categorías de cultivos que antes tampoco existían en el país suramericano, sino que también fueron protagonistas de la introducción de algunas especies agrícolas impor-tadas directamente desde el norte de Italia. PALABRAS CLAVE: inmigración ita-liana, presencia italiana, presencia vé-neta, tradiciones populares. the decription of the first development of some Aargentina’s towns founded by conspicuos groups of italian innigrates: in the time they managed to represent even in modern times some important economical contests, often introducing not only some types of agricultural culti-vations not existing before in Southern America, but also planting vegetable varieties directly imported for the first time from Northern Italy. KEYWORDS: italian immigration, italian presence, presence of Veneto’s people, popular traditions. LOS ORÍGENES DEL FENÓMENO DE LA EMIGRACIÓN EN ITALIA Por lo general, los flujos migratorios están relacionados con el desarrollo industrial y urbano de un área y con la decadencia de la actividad rural tradicional. No obstante, el fenómeno migratorio no se puede generalizar, ya que atraviesa fases y formas muy diversas y se ve influenciado por muchos factores con varios orígenes. De ahí que sea necesario realizar un análisis histórico. En enero de 1838 Carlos Alberto de Saboya, rey del Piamonte y Cerdeña, ya establecía relaciones diplomáticas formales con la República de la Provincia de la Confederación Argentina, el primero de los Estados italianos y el cuarto país europeo en reconocer su independencia del dominio español, después de Inglaterra, Portugal y Francia. Sin embargo, solo medio siglo después, el nuevo Estado habría experimentado un despegue efectivo, con una tasa de desarrollo entre las más altas del mundo, lo que provocó que en diez años el país pasara de comprador de grano a exportador mundial. Con un territorio de 3.761.274 km cuadrados, Argentina tenía en aquella época una densidad de población muy baja, lo que había inducido al Gobierno a incentivar la inmigración. Entre 1880 y 1914, Argentina demandó capital financiero y mano de obra en cantidades colosales, y fue precisamente en este período cuando la inmigración italiana alcanzó sus niveles máximos. ¿A qué actividades se dedicaban estos emigrantes al llegar a Argentina? Llevaban a cabo cientos de trabajos, pero en algunos de ellos el porcentaje de extranjeros con respecto a los locales era excepcional. En 1895, en la XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 10 2 ciudad de Buenos Aires, máxima concentración urbana del país, el 90% de los albañiles eran inmigrantes, lo mismo sucedía con los zapateros, en el caso de los sastres se llegaba al 93%, mientras que en otros sectores, como en el de los encaladores, panaderos, maquinistas, herreros y carpinteros el porcentaje se situaba entre el 86% y el 89%. Otros realizaban trabajos ambulantes, yendo y viniendo por las calles de la ciudad para vender los frutos de su jornada de caza o pesca, actividades que se podían practicar con muchísima más facilidad que en la vieja Europa. Después de Buenos Aires, Rosario, tercera ciudad de Argentina situada en la provincia de Santa Fe, es la que cuenta con el mayor número de inmigrantes italianos. En este territorio, la máxima afluencia se constató entre los años 1885 y 1890, con una media anual de 18.000 inmigrantes y una cresta máxima de 28.000 llegadas en 1889. En el censo provincial de 1887, hace más de 120 años, la ciudad de Rosario contaba con poco más de 50.000 habitantes y “… casi la mitad de la población era de origen italiano, es decir, mediterráneo, o sea, europeo. Fuerte, enérgica, trabajadora y pacífica, esta semilla resultó gloriosa para la ciudad que la acoge y para el país entero…”, apuntaría un estudioso. A partir de 1880, el número de emigrantes experimenta un rápido incremento, caracterizando a este período con la intensidad máxima del fenómeno. Los países que acogieron a la mayoría fueron: Estados Unidos de América (alrededor de 6 millones), Francia (4,5 millones), Alemania (2,5 millones), Brasil (1,5 millones) y Canadá (cerca de 0,5 millones). Entre los destinos europeos en 1890 se impone Suecia, mientras que la inmigración transoceánica, que en el siglo XIX solo representaba alrededor de un 7%, va aumentando en la primera década del siglo XX hasta superar el 20% de las salidas. Los destinos que prevalecen son Argentina y Brasil, seguido de Es-tados Unidos y Canadá. Una vez llegados a Argentina, como auténticos pioneros, la mayoría se dirige al interior, hacia tierras de abundancia, y una estadística argentina de 1908 revela que el 61,3% de los inmigrantes extranjeros dedicados a la agricultura son italianos, seguidos por el 31,6% de españoles. En conjunto forman casi la mitad de los empleados del sector. En Italia, las regiones con mayor emigración son: — Véneto — Friuli — Campania — Sicilia — Lombardía — Piamonte — Calabria La presencia italiana en Argentina… 10 3 Más de 10 millones partieron del sur y de las islas, 5,5 millones del noreste, 5 millones del centro, 5 millones del noroeste. La Toscana, consi-derando las estadísticas a partir de una base decenal, tuvo el mayor número de emigrantes solo en el período entre 1906-1915, con alrededor de 330.000 salidas, y el dato iba en aumento entre 1876-1885, años en los que cerca de 85.000 personas eran emigrantes. La revelación estadística del fenómeno emigratorio por parte del Estado italiano comenzó en 1876. En aquel año, y durante aproximadamente un siglo, 26 millones de italianos partieron al extranjero, la mayoría hombres en edad laboral. Más adelante, alrededor de un tercio de los que se fueron regresaría. Datos absolutos de la emigración italiana Período Emigrados Porcentaje 1876-1880 543.000 3,4% 1881-1890 1.880.000 11,5% 1891-1900 2.735.000 16,2% 1901-1910 6.020.000 36,8% 1911-1920 3.828.000 23,3% 1921-1925 1.454.000 8,8% 1876-1925 16.460.000 100% Fuente: “Annuario statistico dell’emigrazione italiana”, Roma, 1926. Durante la primera guerra mundial, el frente italiano principal es el del Friuli, por eso la emigración desde aquí se para momentáneamente, empezando otra vez después de terminada la guerra. Las causas de la represa posbélica de la emigración regional se deben buscar en el cuadro socioeco-nómico, heredado desde el pasado histórico de la región pero agravado por la guerra, caracterizado por el retraso económico, la presencia de zonas de auténtico subdesarrollo, la modernización de la agricultura demasiado lenta, el escaso desarrollo de la industria, la falta de una política económica ade-cuada. Añadimos que los Saboya se interesaban muy poco por los problemas del reino, pues se pusieron los antefactos para el éxito del fascismo. Movimiento migratorio extranjero complesivo Período Extranjeros en general Italianos Porcentaje 1857-1860 11.000 8.700 79% 1881-1890 638.000 57% 1901-1910 1.120.000 45% (ápice) 1921-1930 878.000 368.700 42% 1947-1951 520.000 297.100 57% XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 10 4 Se empiezan a concebir nuevas leyes aptas y se abren nuevas oficinas gu-bernamentales con la intención de ocuparse de la emigración, como las se-cciones de las Oficinas Provinciales de Trabajo. Sin embargo, la modalidad de contratación más difundida sigue siendo la tradicional, es decir, el boca-oreja de familiares y amigos, que crea la llamada cadena migratoria por la que los grupos familiares o de la misma localidad acaban con el tiempo en el mismo destino. Con el fascismo y la creación de las colonias italianas, la emigración experimenta una notable deceleración, para detenerse por completo con el comienzo de la segunda guerra mundial. Las vicisitudes bélicas y las consecuentes devastaciones, junto con la reapertura de los mercados, favorecieron en la inmediata posguerra una nueva y rápida reanudación de la emigración. Los flujos migratorios se dirigen hacia todos los países europeos, con la exclusión de los del Este, en los que los regímenes totalitarios cierran las fronteras. En este nuevo fenómeno participan en mucha más medida las mujeres, no solo realizando servicios sino también como obreras. Después de la segunda guerra mundial, los datos estadísticos del fenómeno migratorio se perfeccionan, pero según todos los estudiosos todavía presentan notables carencias. A los datos estadísticos sobre expatriaciones y repatriaciones del extranjero recogidos y publicados por el ISTAT (Instituto Nacional de Estadística italiano, creado durante el fascismo en 1926) se les atribuyen un valor indicativo, al considerarlos como sobreestimados. Después de las dos guerras mundiales, durante las cuales se produjeron grandes enfrentamientos en el Véneto y el Friuli, en los años cincuenta el clima de la Guerra Fría difunde una gran sensación de inse-guridad en estas dos regiones, muy cercanas a la frontera entre dos mundos, el capitalista y el comunista1. A partir de 1967, los Ayuntamientos deben registrar las expatriaciones en el AIRE (Registro de Italianos Residentes en el Extranjero); otras informaciones se pueden recabar de las inscripciones y anulaciones de los registros de la población. Cada diez años se puede disponer además de los datos del Censo General de la población. Con motivo de las elecciones, los Ayuntamientos compilan las listas de los electores en el extranjero. Otros datos parciales también se recogen en las Oficinas Provinciales de Trabajo. Es evidente que se trata de datos heterogéneos y no comparables entre sí. LA EMIGRACIÓN A ARGENTINA DE LOS TRABAJADORES DEL VÉNETO Y DEL FRIULI Históricamente, el primer véneto que llega a Argentina es el navegante Sebastiano Caboto y su tripulación de marineros venecianos, que en 1527 remontaron el río Paraná. A principios del siglo XIX, la pequeña colonia italiana de Buenos Aires solo está formada por 82 personas, pero ya por La presencia italiana en Argentina… 10 5 aquel entonces los vénetos se situaban en segundo lugar, después de la comunidad preponderante, la lígure. En Argentina, las colonias vénetas y friulanas se encontraban como en un planeta desconocido al desembarcar en una tierra en la que todos sus conocimientos tradicionales resultaban inútiles, en la que el día era la noche, en la que al norte se encontraban las tierras cálidas y al sur el frío y la esterilidad, en la que las estaciones estaban invertidas, y la Navidad llegaba con el calor mientras que la Pascua anunciaba el invierno. Además se trataba de un país de enormes distancias, muy lejos del horizonte de los campanarios de las campiñas vénetas. Como escribiera un autor anónimo argentino al final del siglo XIX, “… valorosamente van á lejanas tierras á luchar por la vida, á pelear cuerpo á cuerpo con lo desconocido…”. El campesino véneto y friulano que llegaba en aquella época a Argentina tenía la impresión de que el mundo estaba vuelto del revés. Su pobre cultura tradicional disponía de un cierto conocimiento con respecto al ritmo del tiempo y de las estaciones. Conocían las fases lunares menguante y creciente y guardaban en la memoria las señales con las que la naturaleza medía sus trabajos. Su cuerpo estaba acostumbrado a pasar del frío al calor según los ritmos que habían conocido desde su nacimiento. También la nueva dieta alimenticia podía generar problemas, como recuerda este testimonio: … habíamos visto en Buenos Aires una abundancia de cosas y de alimentos que desde hacía mucho tiempo escaseaban en Italia (en aquel tiempo Argentina era muy rica). Por eso compré algunos plátanos y después de haber devorado siete, tuve que ir corriendo al hospital. Resultó que me había intoxicado al comer gran cantidad de un alimento que no probaba desde hacía muchos años. Algunas familias vénetas y friulanas colonizaron el Chaco, en particular la zona de Resistencia. Al llegar, en febrero de 1878, todo el territorio que hoy es la provincia del Chaco era selva, ríos y alguna que otra tribu indígena: no había nada. Fueron ellos los que fundaron la ciudad actual hace 124 años. De cualquier modo, la emigración continúa en aumento de manera expo-nencial. De 19.951 pasaportes emitidos en 1881 se llega a 39.359 en 1890. En 1899 se alcanzan los 56.241. Entre 1881 y 1915, los expatriados del Friuli alcanzaron y mantuvieron niveles tales que representaban el 10% de la emigración nacional. Este es el período de la gran emigración friulana. A partir de 1857, el Gobierno argentino inicia una recogida regular de datos estadísticos sobre la inmigración extranjera. Al final de aquellos primeros años, la corriente migratoria que proviene de Italia es bastante fuerte. Más de la mitad de la comunidad véneta de emigrantes se localizaba en Argentina XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 10 6 (62.874 personas, sobre el total de los vénetos en los estados americanos, igual a 122.367). A partir de 1901 se constituye la Comisaría de la Emigra-ción y nacen entidades privadas, laicas o religiosas, con el propósito de asistir a los emigrantes. La emigración de este período es ahora en gran parte estacional, concierne a más del 90% de hombres, los motivos son de orden económico e implica sobre todo las áreas de montaña y colinas de la región (zonas de Gemona, Tarcento, San Daniele, Spilimbergo). Después de la segunda guerra mundial, en los territorios cedidos a Yu-goslavia se iba desarrollando un importante movimiento migratorio conna-cional que concierne a la provincia de Venecia Julia, y sobre todo de Trieste, valorado en alrededor de 65.000 unidades2. Como siempre, las guerras me-dían los tiempos de las oleadas migratorias, y así otra cresta máxima se produce en el quinquenio 1947-1951. Un poderoso grupo que más tarde se reduciría para desvanecerse a principios de los sesenta del siglo XX. Entre los nuevos destinos surge Australia, cuya fuerte demanda de mano de obra y cuya política favorable a la inmigración atrae un flujo notable de personas de la misma región de Italia. En particular, entre 1954 y 1958, después de que el gobierno militar aliado provisional se desmovilizara, desde la provincia de Trieste, se transferían numerosos prófugos istrianos y julianos. La cuanti-ficación del movimiento migratorio del área juliana hacia Australia durante este período representa un problema más bien complejo. Según una reciente evaluación recogida de fuentes diversas (registro del Ayuntamiento de Trieste, nominal rolls de los barcos salidos del puerto, archivo de la oficina de Trabajo de Trieste) entre 1954 y 1961 los istriano-dálmatas que partieron junto con los triestinos podrían estimarse alrededor de 22.000 personas. Según los anuarios estadísticos, en el período de 1946-1970 fueron expatriadas de Friuli-Venecia Julia un total de 363.854 personas, con una media de 14.554 al año. La marcha de los expatriados, al igual que en el pasado, es muy irregular y se puede re-sumir en una serie de oleadas de dimensiones decrecientes. Esta corresponde a la nacional y coincide, con un par de años de retraso, con la de la tasa de desocupación. En el mismo período los repatriados llegan a un total de 211.524, con una media anual de 8.461 unidades. Su marcha también se produce en oleadas, menos acentuadas y, por el contrario, crecientes. El saldo migratorio del período, es fuertemente negativo: la pérdida neta es de 152.330 personas, 6.093 al año. Sin embargo, en la segunda posguerra los destinos de los flujos migratorios cambian, pasando a ser en su gran mayoría europeos (88%). El destino más frecuente es Suecia (47%), seguido de Francia (meta tradicional de la emigración friulana), Alemania, Luxemburgo y Bélgica. Entre los países transoceánicos prevalecen Australia (con una participación más elevada de la provincia juliana) y Canadá, seguido de los Estados Unidos, Venezuela, Argentina y Brasil. Las provincias julianas difieren además en la elección de los destinos friulanos, dirigiéndose preferentemente a Suecia, La presencia italiana en Argentina… 10 7 Alemania e Inglaterra. A partir de 1958, el área juliana (extremo este del Friuli) presenta un saldo migratorio positivo, diferenciándose profundamente de la provincia de Udine y de Pordenone. A partir de finales de los años sesen-ta se constata un cambio “histórico” en las vicisitudes de la emigración regio-nal: la inversión de la tendencia. En 1968, el saldo migratorio pasa a ser acti-vo. Los repatriados superan a los expatriados y la emigración pasa a ser un factor de crecimiento de la población. Sin embargo, hasta el final de los sesenta, la sociedad regional aún percibía la emigración como un grave y doloroso problema social, humano y económico, como un factor de empobrecimiento de los recursos humanos y de alteración de la distribución y de la composición demográfica. Al instituirse la región del Friuli-Venecia Julia, el primer Programa Regional de Desarrollo Económico y Social (1964) incluye entre sus objetivos la remoción de las causas de la emigración y su consecuente eliminación. Entre las primeras de Italia, desde principios de los sesenta, la región del Friuli-Venecia Julia asume iniciativas legislativas y se compromete con los emigrantes, hecho que se mantiene a día de hoy. En 1969 se celebra la primera Conferencia Regional de la Emigración, seguida de la adopción de dos leyes regionales en 1970 y 1976. En este período se registra finalmente el agotamiento de la emigración tradicional, cuyo flujo de salida experimenta una disminución, mientras se mantiene relativamente constante un contingente de entradas que en términos absolutos supera el número de salidas. A partir de los años sesenta en adelante, este fenómeno se mantiene constante, y no se han constatado episodios de reanudación de la emigración, ni siquiera coincidiendo con acontecimientos como el terremoto de 1976 que hicieron temer el inicio de nuevos fenómenos de éxodo. De hecho, el temor a que el terremoto de 1976 provocara una reanudación de la emigración en las áreas afectadas resulta infundado, y rápidamente nos damos cuenta de que se ha constatado un cambio que señala el fin del fenómeno “histórico” de la emigración. Puede considerarse que la ola migratoria llega definitivamente a su fin. La inversión del balance en el contexto migratorio precede por poco al mismo acontecimiento a nivel nacional, y se justifica con el “despegue” del desarrollo económico y de la producción industrial del área regional, cuyo contexto socioeconómico y cuyo mercado de trabajo sufrieron durante aquellos años profundas transformaciones. Después del terremoto, el Gobierno regional adoptó medidas para combatir la nueva emigración. En 1979 se organiza la segunda Conferencia Regional sobre Emigración, y en 1980 la región promueve una importante investigación sobre los repatriados durante la década anterior, basada en datos de 11.000 familias (cerca de 27.000 personas) que habían regresado, y también en 1.500 entrevistas llevadas a cabo en un campo de repatriados distribuído en toda la región. El resultado modificaba notablemente la imagen tradicional del emigrado y del contexto socioeconómico en el que XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 10 8 está integrado. Preferentemente son personas en edad activa, en la mayoría de los casos con un buen nivel escolar y profesional, cuya repatriación ha sido por lo general programada, y que a menudo encuentran en el área de origen una inserción laboral positiva y adecuada. Al mismo tiempo, la investigación pone de manifiesto una serie de aspectos problemáticos que se presentan durante la reinserción en el contexto regional de núcleos familiares emigrados (aspectos sociales, residenciales, relacionados con la escolaridad de los hijos, con las mujeres, con los pensionistas). Además, no se debe infravalorar la posibilidad de que las situaciones de crisis económica y social en el país extranjero lleven a inducir nuevos flujos de repatriados “forzados”, inducidos por la pérdida del puesto de trabajo o la necesidad económica. De hecho, en el 2002 la grave crisis que afectó a Argentina produjo un aumento repentino de solicitudes para volver a obtener la ciudadanía italiana por parte de los descendientes de los emigrados italianos. En el mismo período, en el Friuli-Venecia Julia se registró un considerable aumento de las solicitudes de asistencia económica y de ayuda escolar por parte de personas solteras o de familias repatriadas de Argentina en condiciones de privación y dificultad. Los datos del ISTAT revelan algunas indicaciones sobre la naturaleza del fenómeno migratorio: el flujo de salida se compone en gran medida de segmentos de edad centrales (15-64 años) y, entre estos, el segmento juvenil (15-30 años), que ponen de relieve el saldo negativo más acentuado. En las provincias friulanas, el índice de expatriación femenina también es elevado. En lo relacionado con las condiciones profesionales empiezan a cobrar importancia las actividades industriales y cualificadas sobre las tradicionales. TRABAJOS Y EMPRENDEDURÍA Desde sus orígenes, la totalidad de los inmigrantes italianos manifestaron un deseo de rápida inserción, también expresable a través del volumen de las propiedades inmobiliarias, de las que disponemos de la primera confirma-ción estadística: Propiedades inmobiliarias según los datos del censo argentino de 1914 Comunidad italiana 22% Comunidad española 13% Comunidad argentina 12% Ya en la primera década del siglo pasado, cuando la posibilidad de inter-vención en los diversos campos de la producción era óptima, existían secto-res económicos donde la presencia italiana era absolutamente mayoritaria, como lo demuestran los datos del censo industrial de 1908. La presencia italiana en Argentina… 10 9 Sectores económicos con presencia italiana mayoritaria (1908) Establecimientos para la produción de cajas de hierro (*) 94% Fábricas de instrumentos musicales 93% Picapedreros 75% Fabricantes de pasta 70% Trabajadores del mármol 69% Empresas productoras de balanzas y espejos 67% Fábricas de sombreros 60% Empresas productoras de mosaicos 64% Sector de las camas de hierro 63% Sector de los muebles 60% Hornos de hierro, para vidrería, hornos de cal 53% Forjas 49% Herrerías y produción de ladrillos y tejas 48% Fábricas de armas y talleres mecánicos 47% Chapistas 46% Carpinterías 45% Talleres náuticos, fábricas de aceite, talleres de calzados 44% Talleres de carrocerías y vehículos 42% Sector de los utensilios rurales 26% (*) Obsérvese la preponderancia de sectores colegados de diversas formas con el trabajo de los metales. De un total de 7.413 empresas censadas en estas ramas de la producción, 3.697 pertenecían a italianos, es decir, el 50%. En algunos casos, los inmi-grantes italianos consiguieron contribuir directamente con un mejor aprove-chamiento de los recursos argentinos, como por ejemplo el véneto Umberto Beghin, que el 13 de diciembre de 1906, buscando agua en la región del Chubut, al sur de Argentina, descubrió junto con su amigo Francesco Pietro-bello el primer yacimiento petrolífero de la nación. Dado estos resultados, es comprensible cómo también durante la segunda posguerra había quien demandaba una mejor selección de inmigrantes, escribiendo que “si bien la economía mundial no puede prescindir de ninguna raza (…) es evidente que debemos atraer preferiblemente al grupo latino (…) para asegurar la homo-geneidad y continuidad entre nuestra actual población y la futura. Esta continuidad, que debe ser biológica y moral, de cultura y sentimientos, de asparaciones y constancia, constituye el índice de civilización más evidente”. El autor de estas consideraciones, titular de la cátedra de medicina legal de la Universidad Nacional de Córdoba, concluía que “entre los latinos, vistos los resultados, se preferían los contingentes italianos y españoles, que demos- XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 11 0 traron, entre otras virtudes raciales de laboriosidad e inteligencia, una extraordinaria plasticidad biológica de adaptación definitiva al ambiente, asociando el sentimiento de gratitud al instinto de evolución social”. En los primeros años de la década de los 60, el 60% de los emigrantes era albañil y peón de la construcción, pero en una época sucesiva crecieron los puestos especializados en el campo industrial, mientras iban desapareciendo rápida-mente los oficios tradicionales (panaderos, terraceros, mosaiquistas, pintores, etc.). Un desarrollo particular se observa en el sector de las empresas de máquinas panificadoras, donde además de la italiana Indupan-Menini, también operan en el mismo sector la TBZ, sigla que indica las iniciales de los nombres de los tres vénetos que la fundaron: TIN, Beghelli y Zanusso; e incluso la Argental, de Lido Ambrosi, que llegó a Argentina en 1917 de Soave, una pequeña ciudad de la provincia de Verona, titular de la fábrica de Rosario, con 150 trabajadores. En su conjunto, las tres empresas llegan a producir el 95% de las máquinas panificadoras y hornos de pan de Argen-tina, Chile, Perú y Uruguay. También en el sector agrícola la contribución véneta y friulana fue notable. En el valle del Río Negro, hoy una de las zonas más ricas del país, el desarrollo de la agricultura fue posible en gran medida gracias al trabajo de los campesinos italianos y a la creatividad del ingeniero hidráulico Cesare Cipolletti, que proyectó importantes sistemas de irriga-ción. Actualmente este valle, principalmente con el cultivo de la manzana “Delicious”, contribuye con un 92% a las 200.000 toneladas de fruta produ-cidas anualmente en Argentina y que en gran parte se exporta. Por lo tanto, gracias a la inestimable ayuda del trabajo de los emigrantes europeos, Argentina alcanza en los noventa niveles de bienestar que en el resto de Sudamérica todavía eran impensables. Por ejemplo, hace un siglo se la consideraba la octava potencia mundial y contaba con una red ferroviaria más grande que la alemana. Esto ha permitido que todavía hoy Argentina esté considerada como uno de los principales colaboradores económicos de Italia, con 220 millones de euros (año 2003) destinados a obras urgentes de cooperación tras la grave crisis del 2002. Igualmente se han llevado a cabo acuerdos bilaterales en los siguientes sectores estratégicos: científico y tec-nológico, agricultura, salud, medio ambiente y recursos naturales, telecomu-nicaciones, carrera espacial. PRODUCCIÓN VINÍCOLA También la gran producción vinícola de Argentina, que representa hoy una de las más importantes voces de exportación, tuvo un desarrollo decisivo gracias al trabajo de los emigrantes, sobre todo de italianos del noreste. En su segundo viaje a América, Cristóbal Colón trajo consigo plantas de vid y trigo, pero ninguna de las dos arraigó en las Antillas. Las plantas se La presencia italiana en Argentina… 11 1 transportaban en barcos dentro de grandes barriles llenos de tierra que se dejaban en cubierta para que tuvieran aire y luz. Cuando Hernán Cortés llevó cepas de Extremadura a México en 1520 tuvo más suerte. En 1539 nació la primera bodega de las Américas. Francisco Pizarro y Diego de Almagro llevaron la vid a Perú y de allí pasó a Argentina, que recibió sarmientos también de Chile. En 1566 se plantaron las primeras viñas en Mendoza. El vino que empezaba a producirse en Mendoza se transportaba a Buenos Aires a lomos de un asno, bajo el sol, en un viaje que duraba varias jornadas, y que por lo tanto no contribuía a mejorar la calidad. Por eso el mejor vino seguía siendo el que se importaba de España y Portugal. A menudo los productores de Mendoza se quejaron a la corte española, pero nunca se les escuchó. Seguramente los que estaban a favor de la independencia brindaron con vino importado. Después de esta fecha y muy lentamente se empezó a consumir en Argentina el vino cultivado a los pies de los Andes. Durante la segunda mitad del siglo XIX los inmigrantes italianos, alemanes y franceses trajeron y cultivaron cepas de sus tierras, que mejoraron enormemente la calidad del vino. Además, en 1855 se empezó a transportar el producto en tren, al inaugurarse la línea del Oeste. Los viñedos en Argentina crecen en una franja semiárida a los pies de la precordillera de la provincia de Salta, en el norte, hasta la provincia de Río Negro y parte de Chubut en la Patagonia. Esta llanura se encuentra entre los 600 y los 800 metros sobre el nivel del mar, y a esta altura los inviernos rigurosos que necesita la viña están asegurados. En esta zona, la lluvia es muy escasa, a veces en forma de granizo que en pocos minutos puede destruir un viñedo entero. Las plantas dependen totalmente de la irrigación proveniente del deshielo de la cordillera, hábilmente canalizada. Aunque la provincia de Mendoza produce el 70% del total de la producción vinícola argentina, las provincias de San Juan, La Rioja, Salta y Valle del Río Negro tienen vinos excelentes. La producción vinícola argentina, en 1935, ya contaba con más de 600 establecimientos y más de 3 millones de hectolitros producidos. Los protagonistas de esta espléndida transformación fueron los empresarios vénetos, friulanos y de otras regiones italianas, con la ayuda de muchos técnicos formados en nuestras más prestigiosas escuelas de eno-logía. La región en torno a Colonia Caroya es sobre todo conocida por el cultivo de la vid y por la producción de vinos regionales, actividad ya iniciada en el siglo XVII por obra de los jesuitas y luego continuada por los friulanos y los vénetos. La ciudad está considerada la “capital del Friuli en el mundo” y cada año se celebran importantes fiestas que reviven las tradiciones de los inmigrantes italianos del norte de Italia, que atraen a muchos visitantes tanto argentinos como extranjeros. En febrero se celebra la “Fiesta Nacional Hortofrutícola”, en marzo la “Fiesta Provincial de la XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 11 2 Recogida”, en julio la “Fiesta de las Comidas Típicas Caroyenses” y en octubre la “Fiesta Provincial del Salchichón Casero”. La “perla de Río Negro” es Villa Regina, ciudad de unos 30.000 habitantes con un distrito constituido por un tercio de casas dispersas. En todo el valle el trabajo italiano ha producido tesoros: vénetos, friulanos, trentinos, abruzos, marquigianos y de otras regiones han transformado la landa en una zona florida de manzanos, perales, ciruelos, viñas y huertos. Todo comenzó en 1924, cuando la compañía italoargentina de colonización dio lugar al desmantelamiento y a los grandes trabajos de irrigación. Sin el agua del Río Negro distribuida según las exigencias de los cultivos, esta tierra no produciría otras cosas que matas en lugar de manzanas rojas “Delicious” y verdes “Granny Smith”, peras “Williams”, ciruelas “Presi-dent” y tampoco existirían los viñedos que dan las variedades de uva malva-sía, merlot, pinot, riesling y sauvignon. SUPERFICIE REGADA DESTINADA A LOS VIÑEDOS Años Hectáreas 1854 500 l895 7.920 1900 12.640 1934 34.047 En lo alto del valle del Río Negro, las variedades de uva son las mismas que en Italia: merlot, malvasía, sauvignon, riesling y cabernet. En Mendoza hay aún más variedad. En abril, en Villa Regina, se celebra la fiesta pro-vincial de la vendimia. “Dicen los nuestros en Argentina que la provincia de Mendoza es la más parecida a Italia en cuanto a cultivos y variedad de los hermosos paisajes alpinos...”. Esta observación, hecha hace casi cien años por el médico de a bordo Giovanni Borsella, se corresponde muy bien con la visión que tenemos actualmente en esta zona al abrigo del sistema andino, en la que los ríos llevan el agua indispensable para la irrigación y los viñedos cubren vastas superficies, ocupando un 4% de la provincia que representa el oasis productivo. Mendoza es una de las más bellas y ricas provincias de Argen-tina. El clima y la fertilidad de esta tierra son extraordinarios. Sus viñedos producen uva para apreciados vinos y además manzanas, castañas, nueces y frutos de gran calidad. También se produce un óptimo aceite de oliva. La ciudad de Mendoza, que cuenta con una aglomeración urbana de 600.000 habitantes, es testimonio del trabajo véneto e italiano, con los grandes viñedos y los edificios de las cantinas de producción vínicola situados en medio del desierto. Hace siglo y medio, dichos viñedos y can- La presencia italiana en Argentina… 11 3 tinas surgieron por iniciativa de algunos vénetos que aún hoy son consi-derados como los fundadores del dominio enológico de Mendoza. También debemos mencionar la Estancia Casa de Caroya. Fue la primera finca rústica creada por la Compañía de Jesús en 1616, comprada más tarde en 1661 por el presbítero Ignazio Duarte Quirós, fundador del Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat de la ciudad de Córdoba. Esta finca fue el segundo núcleo productivo del sistema organizado por la Compañía de Jesús desde 1618 en las tierras denominadas Guanusacate (agua muerta o pantano). En el siglo XVIII se convirtió en un importante establecimiento en el que se elaboraban los primeros vinos de la provincia, entre los que destaca el famoso “Lagrimilla”, exportado para la corte española. En 1687, Duarte Quirós la donó nuevamente a los primeros propietarios, los jesuitas, para sustentar económicamente al Colegio y para convertirla en residencia de verano para sus alumnos. Después de la expul-sión de los jesuitas, en julio de 1767, la finca pasó a manos de la “Junta de Temporalidades” que la destinó a la orden de los franciscanos. Fue fábrica de armas blancas del Ejército de la Independencia entre 1814 y 1816. En 1854 pasó a manos del Gobierno Nacional. Allí se alojaron los primeros colonos italianos que llegaron en 1878 a la estación de Caroya para fundar la colonia después de un largo y agotador viaje en tren procedente de Buenos Aires, tras haber atravesado el Atlántico en barco desde Italia. En noviembre del 2002 fue reconocida como “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Con un consumo interno siempre entre los más elevados del mundo (aún hoy los argentinos consumen el 90% del vino que producen), hasta principios del nuevo milenio, el país nunca se había interesado por el mercado internacional, cuando países como Chile, Australia o Sudáfrica, desde hace varios años, exportan sus propios vinos a todo el mundo. Hoy Argentina se ha convertido en el quinto productor del mundo, después de Italia, Francia, España y Estados Unidos, a pesar de haber hecho su aparición en el mercado mundial solo en la última década3. Recordamos los versos de un poeta: El vino, de todas las bebidas la más amable, ya se deba a Noé que plantó la viña, ya a Baco que exprimió el jugo de la uva, data desde la infancia del mundo. (Brillat Savarin, en “Fisiología del sabor”) XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 11 4 RELIGIOSIDAD Tradicionalmente, las regiones italianas del noreste siempre han sido tierras de religiosidad muy arraigada, como ocurre en la actualidad. Por eso es lógico que muchas manifestaciones de la religiosidad popular se hayan transmitido, junto con los emigrantes mismos, a las nuevas tierras de destino. Así, un elemento típico del paisaje alpino y prealpino, el capitel votivo, se encuentra fácilmente en los territorios argentinos donde se han asentado estas etnias. Del mismo modo también se han transmitido las costumbres de vida social relacionadas con el catolicismo tradicional. En 1957, los misioneros italianos fundaron en Rosario el Centro Católico Italiano y empezaron a hacer visitas a domicilio, entrando en contacto con más de 1.500 familias italianas. Un testimonio recuerda los domingos de las colonias: El domingo era el día más esperado de la semana, no sólo porque no se trabajaba bajo el sol ardiente, sino porque íbamos a un pueblo no muy lejano llamado Colonia Caroya. Se trataba de una urbanización de unos cincuenta mil habitantes, pero su particularidad residía en el hecho de que su población era en su mayoría friulana o véneta. La misa dominical en italiano, los encuentros mensuales, las asambleas convivales que ofrecían oportunidades de agregación, las visitas a los enfermos del hospital italiano, la disponibilidad del patronato ACLI (Asociación Católica de Trabajadores Italianos) para los trámites de jubilación y de otros tipos (desde 1976), y las celebraciones religiosas llevadas a cabo por 35 asociaciones italianas, siguen constituyendo una válida obra de sustento para los inmigrantes de la ciudad. Por lo tanto, las Misiones Católicas han sido puntos de referencia indispensables para hombres y mujeres, ocupándose en la medida de lo posible de ciertos aspectos de carácter educativo, como por ejemplo la formación lingüística y cultural de los hijos de los inmigrantes. La parroquia es otro punto de referencia esencial de la comunidad, según una tradición véneta y friulana que aquí reproduce el diseño de relaciones consuetas. Desde sus orígenes, la Colonia (como se llamaba en un principio) tuvo asistencia religiosa. El 25 de diciembre de 1924 se celebró la Navidad con la primera misa para los inmigrantes, cuando apenas se había empezado el desmantelamiento de la zona. El 5 de marzo de 1925, con la presencia del embajador italiano Conde Marescotti di Viviano, se inauguró oficialmente la Colonia, tomando como nombre el de Villa Regina en honor de Regina Pacini, cantante de ópera italiana y esposa del presidente argentino Alvear. La presencia italiana en Argentina… 11 5 El 4 de abril de 1926 se colocó la primera piedra de la iglesia parroquial que se inauguraría en abril del año siguiente, adoptando como protectora a “Nuestra Señora del Rosario”. Vale la pena recordar, por su belleza, la iglesia parroquial de Colonia Caroya, dedicada a la Virgen María Madre de Monserrat, declarada protecto-ra de la ciudad. Se sitúa en el centro histórico de Caroya, en señal de agrade-cimiento por el milagro ocurrido en 1887, es decir, la curación de los colonos después de una tremenda epidemia de cólera que había afectado duramente a la población. La iglesia se inaugura en 1896 como símbolo de manifestación de fe de la comunidad de inmigrantes, la cual también edificó un altar dedicado a uno de los santos más venerados de Italia, san Antonio de Padua. USOS Y COSTUMBRES: TESTIMONIOS El nacimiento del Reino de Italia, en 1866, había provocado en Argentina toda una serie de separaciones entre los inmigrantes, que pronto se divieron en republicanos y monárquicos, masones y católicos, reflejando las divi-siones políticas de la madre patria en aquella misma época. Esto indica que ningún inmigrante estaba dispuesto a olvidar fácilmente sus raíces: todavía hoy lo vemos continuamente en los asentamientos más numerosos, donde ningún emigrante está dispuesto a olvidar el idioma y costumbres de su propio país, a desprenderse de su propia nacionalidad, como declara un testimonio: … nuestros hijos han aprendido a través de nosotros algunas de las tradiciones y de los valores vénetos… nuestros hijos crecen ligados a nuestras tradiciones… Otro testigo, de la pequeña ciudad de Tarcento, en la provincia de Udine, después de haber perdido a su familia en el terremoto de 1976, dice: … aquel año dejé en Tarcento cuatro cosas, solo cuatro cosas: mi idioma, mi infancia, la tumba familiar en el cementerio donde están todos enterrados, y mi corazón… La postal típica de la ciudad de Colonia Caroya muestra la Avenida General San Martín, “la calle larga”, como la llaman los habitantes. Es el eje principal de la ciudad, extendiéndose 13 kilómetros en línea recta, flan-queada por 2.437 árboles seculares, por lo que se dice que es la calle arbola-da más larga de América. En una de sus extremidades se encuentra el Monumento al Emigrante, inaugurado en 1978, al cumplirse un siglo de la XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 11 6 fecha de la fundación. La escultura representa una pareja de colonos italianos recién llegados con su modesto equipaje. Otro testimonio también refleja la voluntad de asentarse en un país nuevo pero de mantener viva la propia cultura: Siempre habíamos mantenido el contacto con las demás familias italianas y conservado las costumbres, el idioma (en nuestra casa se hablaba italiano), la cocina y la nacionalidad, porque nunca elegi-mos Argentina. Si duda hoy estamos totalmente integrados con el estilo y las costumbres argentinas, y nos gusta mucho el mate. El recuerdo de la tierra de origen también se refleja en los elementos de la cultura material que han constituido el paisaje de los asentamientos vénetos y friulanos en Argentina, donde la semejanza climática ha favorecido soluciones tradicionales ya habituales en el noreste italiano, como por ejemplo la construcción de techos realizada con scàndole, un elemento típico de la arquitectura de las viviendas populares tradicionales: se trata de pequeñas láminas de madera o de piedra laminar que tienen la función de tejas; a veces se recubre todo con paja para una mayor eficacia de impermea-bilidad y de aislamiento térmico. Las scándole de madera, preferiblemente de alerce, pueden resistir expuestas a la intemperie más de cien años, porque esta madera contiene mucha resina (trementina) que es un antiséptico y anti moho. Desde el principio, los colonos encontraron en Argentina el mismo gusto por la vida sencilla de su patria, como recuerda un testigo: Llegamos a Buenos Aires el 9 de julio de 1952; en Argentina era fiesta nacional y por eso tuvimos que esperar al día siguiente para poder desembarcar. En los tres años que pasamos en la provincia de Buenos Aires trabajamos cultivando hortalizas, recabando a duras penas lo necesario para vivir. Vivíamos en una casa con techo de plancha, sin electricidad y sin agua corriente. Los niños iban a la escuela primaria. Los más grandes iban a la escuela nocturna para aprender español. En 1955, buscando un clima más favorable para la salud de mi padre, viajamos a la provincia de Mendoza, con el usual y lento tren, ruidoso y con los asientos de madera. Atravesamos la ilimitada Pampa habitada solo por miles de rebaños de bovinos pastando. Después de unas veinte horas de viaje, solamente interrumpido por las paradas en algunas ciudades de paso, finalmente llegamos a Mendoza. Otro lugar significativo que recuerda a los primeros colonos del noreste italiano es Casa Copetti, espléndida villa construida en 1894 por Giovanni La presencia italiana en Argentina… 11 7 Bautista Copetti, su primer propietario, proveniente de Gemona en el Friuli. La casa se construyó inspirándose en el estilo típico de la arquitectura rural de norte de Italia y hoy es sede del Museo Permanente de la Friulanidad de Córdoba, perteneciente al Centro Friulano de Colonia Caroya. Las costumbres alimenticias también reflejan las de las regiones vénetas y friulanas, donde la comida más tradicional está representada por la polenta, rigurosamente cocinada en la olla típica, llamada caliera, en cuyo honor se ha erigido un monumento en Argentina. Todavía hoy en las zonas rurales del Véneto y del Friuli se corta la polenta no con el cuchillo sino con un fino cordel, como solamente se ha podido do-cumentar en el Friuli el año pasado (verano del 2007). Esta costumbre, aparen-temente marginal, se transmitió a la comunidad véneta y friulana que vive en Argentina. Lo mismo sucedió con otras costumbres en el campo alimenticio, como con la fabricación de pan, que en la cultura tradicional es preparado por las mujeres en hornos situados fuera de las casas, o incluso con la fabricación casera de la grappa, el licor típico de la Italia septenarional producido a partir de la destilación de los residuos de las uvas una vez exprimidas. En la ciudad de Colonia Caroya se encuentra el más grande asentamiento de inmigrantes friulanos y vénetos de toda la provincia de Córdoba. En la misma zona también existen antiguas fincas de los jesuitas declaradas monumentos históricos nacionales en 1941 por el Gobierno argentino, obteniendo en el año 2000 el reconocimiento de Patrimonio de la Huma-nidad de la UNESCO. Antiguamente los indígenas se referían a este lugar como Caroyaya o Caroyapa (“cara de cuero” o “bala de cuero”), de ahí pasa a llamarse “Estancia de Caroya”, es decir, “Finca de Caroya”. La ciudad moderna fue fundada por tres grupos de inmigrantes del norte de Italia, la mayor parte procedentes del Friuli-Venecia Julia (Udine, Trieste, Gorizia y Pordenone), y otros del Véneto (Vicenza, Treviso y Belluno). Fueron a colonizar estas tierras hacia finales del siglo XIX, por voluntad de Nicolás Avellaneda, presidente argentino por aquella época. Hoy, esta próspera ciudad tiene una población de 20.000 habitantes y representa el testimonio del trabajo italiano de cinco generaciones. La comunidad está orgullosa de su propia identidad véneta y friulana. CONCLUSIÓN En estas últimas décadas, la crisis argentina se ha manifestado con el drama de un país mortificado por una deuda exterior de 50 millones de dólares, mientras que en el mercado internacional los precios de los cereales y la carne, sus productos más característicos, siguen bajando. Como ejemplifica el economista agrario Jorge Tacchini de la Universidad de Cuyo, en mayo de 1985, en la feria de vacas de San Luis, un agricultor tenía que XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 11 8 vender 800 vacas para comprar un tractor y una vaca preñada se pagaba por menos de cuarenta mil liras (cerca de 20 euros), esta crisis impone una demanda de ideas y de solidaridad comunitaria. Esta nación ha vivido profundos cambios, como recuerda otro testimonio: Emigramos a Argentina en 1952. Salimos del puerto de Génova y llegamos a nuestro destino después de un largo viaje. En 1965 decidimos volver a Italia. La mayoría de los pasajeros eran emi-grantes que regresaban a Europa para visitar a sus familiares. Este viaje de regreso, en comparación con el de ida, fue un crucero de vacaciones. El gran camarote colectivo se había convertido en una acogedora cabina con cuatro camas, con mucho personal de servi-cio. En varios de los puertos, las escenas dramáticas de despedida vividas por los familiares en 1952, se habían transformado en las de operadores turísticos que ofrecían excursiones rápidas para conocer la ciudad durante el tiempo de parada del barco. Así pudimos visitar Montevideo, Río de Janeiro, Lisboa, Barcelona, etc. ¡Era increíble como en tan solo trece años el mundo había cambiado tanto! La contribución del trabajo de los inmigrantes friulanos también está ligada a otro interesante episodio de la historia argentina, el de la colo-nización de Ushuaia, la ciudad más meridional del mundo. En los primeros años del siglo XX, esta solo era un alejado puerto avanzado de pescadores, pero durante los años veinte se decide agrandarla y transformarla en una auténtica ciudad, con la intención de hacer de ella un centro económico a lo largo de la ruta del Cabo Horn. El Gobierno argentino de aquel tiempo hizo que 1.100 trabajadores italianos, en su mayoría friulanos, se desplazaran para realizar este proyecto. Así hoy podemos afirmar que la mano de obra friulana en Argentina también ha dejado una huella en este remoto rincón del mundo. Este exterminado país que es Argentina, grande como Europa sin contar con Rusia, con solo treinta millones de habitantes en buena parte concen-trados en aglomerados metropolitanos, tiene de todo: petróleo, carne, trigo, tierras ilimitadas aún por explotar, agua en abundancia. Pero lo más importante es el capital humano constituido también por nuestros inmigrantes, que no puede ser dilapidado. La presencia italiana en Argentina… 11 9 PRINCIPALES VINOS ARGENTINOS — Familia Zuccardi - www.familiazuccardi.com Vinos de faja alta: Malbec o Tempranillo. Vinos de faja media: Santa Julia Reserva Cabernet Sauvignon. — Bodega La Rural - www.bodegalarural.com.ar Vinos de faja alta: Felipe Rutini (blend di Merlot e Cabernet Sauvignon, con una pequeña añadida de Malbec y Sirah). Vinos de faja media: Malbec, así como el Merlot y el Chardonnay. Nota interesante: la Bodega posee el Museo del Vino más antiguo e importante de Suramérica. — Lurton - www.jflurton.com Vinos de faja media: Gran Lurton Cabernet Sauvignon. — Nieto Senetiner - www.nietosenetiner.com.ar Vinos de faja alta: Malbec y Sirah). Vinos de faja media: Bonarda y Malbec. — O. Fournier - www.ofournier.com Vinos de faja alta: Tempranillo, Malbec y Merlot. — Terrazas de los Andes - www.terrazasdelosandes.com Vinos de faja alta: Malbec. Vinos de faja media: Terrazas Reserva. — Trapiche - www.trapiche.com.ar Vinos de faja alta: Medalla (un Cabernet Sauvignon, con añadida de Malbec y Merlot). Vinos de faja media: Broquel. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 120 ANEXO FOTOGRÁFICO Anuncio fijado en Friuli alrededor de 1877. Desde: Gino e Alberto di Caporiacco, cit., p. 177. · COLONIZZAZIONE Delia lIepu~blica Argentina 1:II\1:ESSIO\[ 1;IIITIITlIII Ti:liIIF,\I Al LUORA.TI AGRICOL TORI IUU~~ UlI. 40 ~ lJu 111 1. PHlll& 111 1'\\,\r.I,UI lt p.ar ..... u .I~ cElon ~ BUEIOS-IYRES b;nll'D Iuo¡o al 1: d' ''III1¡ "" .. r roí " 'I""r; .. " .. 1,,1; 1I "Ii~ lli : 11 1"", SI'II-\IU:III1:4 "', •• ij 1: n.· .. ". IL E l' 11 11 l' \ l. 1: , ..... iL \ORIHIII:III1:,\ l. 1: ¡.hin;' ,.,.,.::" fJNlillllri . f/i 'l/á"', {r. 3DD tlnl. Pru(1l Nol. no " 'IN'!·jal .. ,",'r r I..IIi¡:n ...... fr. t 'lO o. re., .. I lIunl .. rrallC'II ,1'''11"; " ....... ,r'MIIIlI,ro fon'I'I"C'N1 iI ~ltalllio. Prr i ..... ..,.,..ri .... w"rinoruCi .. .,.1alI"1I IItIbAn-II .. " Ivr.~1 ;&. POLI E CARUGOIO .... 11 r __ ¡~" _1 1), .... ; __ ._ .. ""- ¡/"r lo 1,oImoI,u,¡" ... • 11" .~ ~ _ ... , ... '_ ....... t.-.. - ~ .. _- La presencia italiana en Argentina… 121 Mapa de Italia de 1901 que muestra los porcentajes de emigración por cada región. Desde: Veneti d’Argentina, cit. I tu I i a u!J,-j ,- uln _ I ;io 1'11;,1.. d -11 Hricnl t U ,'H ...j... ..... - .... ~_ . .. ~14l': . -- - - __ 0' __" _ _. - XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 12 2 Buenos Aires, principios del siglo XX: consigna de equipaje de emigrantes. Archivo fotográfico M.R.E. Buenos Aires, principios del siglo XX: grupo de emigrantes italianos esperando su destino. Archivo fotográfico M.R.E. La presencia italiana en Argentina… 12 3 Llegada de emigrantes al puerto de Buenos Aires a principios del siglo XX. Archivo fotográfico M.R.E. Emigrantes italianos en navegación hacia la Argentina, primeras décadas del siglo pasado. Archivo fotográfico M.R.E. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 12 4 Una ciudadela friulana devastada por el terremoto. El sisma en el Friuli se produjo en dos momentos distintos: primero en mayo y luego en septiembre de 1976, cuando tuvieron lugar los temblores más destructivos. Archivo fotográfico de la Region Véneto. Campesinos italianos en Argentina, años cincuenta. Archivo fotográfico M.R.E. La presencia italiana en Argentina… 12 5 Iglesia parroquial de Colonia Caroya, dedicada a la Virgen María Madre de Monserrat, protectora de la ciudad. Desde: Veneti d’Argentina, cit. Monumento al Emigrante. Desde: Veneti d’Argentina, cit. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 12 6 Monumento a la caliera para la polenta. Desde: Veneti d’Argentina, cit. Ushuaia, vista de la ciudad desde el mar Archivo fotográfico Instituto Geográfico De Agostini – Novara. La presencia italiana en Argentina… 12 7 Clasificaciones de equipaje después el desembarque en Buenos Aires. Archivo fotográfico M.R.E. Buenos Aires, primeras décadas del siglo pasado: sala de comida para hombres en el Hotel des Immigrantes. Archivo fotográfico M.R.E. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 12 8 Emigrantes italianos recién desembarcados en Buenos Aires en los primeros años del siglo pasado. Archivo fotográfico M.R.E. Nota: Se agradece al M.R.E. (Museo Regional de la Emigración “Pietro Conti” de Gualdo Tadino – Perugia, Italia) su indispensable colaboración. La presencia italiana en Argentina… 12 9 BIBLIOGRAFÍA BACCINI, M.: “Più Europa e meno Usa. L’Italia non dimentica i cugini d’Oltreatlantico”, en: Limes 4 (2003), Gruppo Editoriale l’Espresso, Roma, pp. 187-190. BERNARDI, U.: Veneti d’Argentina, en: Presenza, cultura, lingua e tradizioni dei Veneti nel mondo, Parte I (America Latina), prime inchieste e documenti, Regione Veneto- Centro Universitario di Studi Veneti, Venezia 1987, pp. 281-328. 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XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 13 0 NOTAS 1 Véase el artículo titulado “Efectos de la Guerra Fría sobre el flujo migratorio desde Friuli hacia Américas”, en XVIII Coloquio de Historia Canario-Americana. 2 En base al Tratado de Paz, Italia debía ceder a Yugoslavia el territorio de la península de Istria, por lo que muchos habitantes de habla italiana se vieron obligados a huir del te-rrible régimen comunista de Tito, refugiándose en Italia. 3 Al final de la ponencia puede encontrar una breve lista de sitios de Internet concerniente a los vinos argentinos más significativos.
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Título y subtítulo | La presencia italiana en Argentina: historia y características del fenómeno migratorio = The Italian presence in Argentina: History ans characteristics of the migratory phenomenos |
Autor principal | Dall’Agnola, Massimo ; Bevilacqua , Anna |
Publicación fuente | XIX Coloquio Historia canario - americana |
Numeración | Coloquio 19 |
Tipo de documento | Congreso y conferencia |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 2010 |
Páginas | pp. 0100-0130 |
Materias | Congreso ; Historia ; Canarias ; América ; Inmigración ; Italia |
Enlaces relacionados | http://coloquioscanariasamerica.casadecolon.com/ |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
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Texto | 100 LA PRESENCIA ITALIANA EN ARGENTINA: HISTORIA Y CARACTERÍSTICAS DEL FENÓMENO MIGRATORIO THE ITALIAN PRESENCE IN ARGENTINA: HISTORY AND CHARACTERISTICS OF THE MIGRATORY PHENOMENOS Massimo Dall’Agnola Anna Bevilacqua Mil hombres y otros mil arriba-ron por un mar que tenía cinco lunas de anchura… Jorge Luis Borges, Fundación mítica de Buenos Aires Los autores agradecen a Eliana Navarro Marrero su preciada colaboración. RESUMEN Esta investigación quiere ilustrar la contribución de los inmigrantes Italia-nos en algunas actividades económicas que al comienzo del siglo XX todavía estaban ausentes en la realidad de la nación argentina de aquel tiempo. Se ilustran incluso las distintas dinámicas antropológicas que condujeron algunos grupos étnicos del norte de Italia en el trasplantar en la Argentina del comien-zo del siglo pasado algunos usos y costumbres que resultaban ser típicos de sus regiones de procedencia origi- ABSTRACT This research is dedicated to give a new light about the contribution of italian immigrates in some economical active-ties: at the beginning of XIX century some of these were quite not yet existing in such time Argentina. So are analized the different anthropological dynamics that in the early last century permitted some ethnical groups from Northern Italy to plant in Argentina some typical uses and traditions that were charac-teristical in the environment of their ori-ginal italian regions. The conclusion is Massimo Dall’Agnola: Universidad de Venecia. Palacio Dalla Zorza. Dorsoduro 3858. 30123. Venecia.Italia. irifamay@unive.it Anna Bevilacqu a: IRSS- Ist. Ricerche Storiche e Strategiche. Edificio C. Colombo. Lungo-mare G. Marconi 85, 30126 Lido di Venezia.Venecia .Italia. bevilacquagioielli@alice.it La presencia italiana en Argentina… 10 1 naria. Se concluye con la descripción del primer desarrollo de algunas ciu-dades argentinas fundadas por núcleos importantes de inmigrantes italianos, que llegaron luego a representar en la actualidad unas importantes realidades económicas y productivas, introducien-do no solamente algunas categorías de cultivos que antes tampoco existían en el país suramericano, sino que también fueron protagonistas de la introducción de algunas especies agrícolas impor-tadas directamente desde el norte de Italia. PALABRAS CLAVE: inmigración ita-liana, presencia italiana, presencia vé-neta, tradiciones populares. the decription of the first development of some Aargentina’s towns founded by conspicuos groups of italian innigrates: in the time they managed to represent even in modern times some important economical contests, often introducing not only some types of agricultural culti-vations not existing before in Southern America, but also planting vegetable varieties directly imported for the first time from Northern Italy. KEYWORDS: italian immigration, italian presence, presence of Veneto’s people, popular traditions. LOS ORÍGENES DEL FENÓMENO DE LA EMIGRACIÓN EN ITALIA Por lo general, los flujos migratorios están relacionados con el desarrollo industrial y urbano de un área y con la decadencia de la actividad rural tradicional. No obstante, el fenómeno migratorio no se puede generalizar, ya que atraviesa fases y formas muy diversas y se ve influenciado por muchos factores con varios orígenes. De ahí que sea necesario realizar un análisis histórico. En enero de 1838 Carlos Alberto de Saboya, rey del Piamonte y Cerdeña, ya establecía relaciones diplomáticas formales con la República de la Provincia de la Confederación Argentina, el primero de los Estados italianos y el cuarto país europeo en reconocer su independencia del dominio español, después de Inglaterra, Portugal y Francia. Sin embargo, solo medio siglo después, el nuevo Estado habría experimentado un despegue efectivo, con una tasa de desarrollo entre las más altas del mundo, lo que provocó que en diez años el país pasara de comprador de grano a exportador mundial. Con un territorio de 3.761.274 km cuadrados, Argentina tenía en aquella época una densidad de población muy baja, lo que había inducido al Gobierno a incentivar la inmigración. Entre 1880 y 1914, Argentina demandó capital financiero y mano de obra en cantidades colosales, y fue precisamente en este período cuando la inmigración italiana alcanzó sus niveles máximos. ¿A qué actividades se dedicaban estos emigrantes al llegar a Argentina? Llevaban a cabo cientos de trabajos, pero en algunos de ellos el porcentaje de extranjeros con respecto a los locales era excepcional. En 1895, en la XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 10 2 ciudad de Buenos Aires, máxima concentración urbana del país, el 90% de los albañiles eran inmigrantes, lo mismo sucedía con los zapateros, en el caso de los sastres se llegaba al 93%, mientras que en otros sectores, como en el de los encaladores, panaderos, maquinistas, herreros y carpinteros el porcentaje se situaba entre el 86% y el 89%. Otros realizaban trabajos ambulantes, yendo y viniendo por las calles de la ciudad para vender los frutos de su jornada de caza o pesca, actividades que se podían practicar con muchísima más facilidad que en la vieja Europa. Después de Buenos Aires, Rosario, tercera ciudad de Argentina situada en la provincia de Santa Fe, es la que cuenta con el mayor número de inmigrantes italianos. En este territorio, la máxima afluencia se constató entre los años 1885 y 1890, con una media anual de 18.000 inmigrantes y una cresta máxima de 28.000 llegadas en 1889. En el censo provincial de 1887, hace más de 120 años, la ciudad de Rosario contaba con poco más de 50.000 habitantes y “… casi la mitad de la población era de origen italiano, es decir, mediterráneo, o sea, europeo. Fuerte, enérgica, trabajadora y pacífica, esta semilla resultó gloriosa para la ciudad que la acoge y para el país entero…”, apuntaría un estudioso. A partir de 1880, el número de emigrantes experimenta un rápido incremento, caracterizando a este período con la intensidad máxima del fenómeno. Los países que acogieron a la mayoría fueron: Estados Unidos de América (alrededor de 6 millones), Francia (4,5 millones), Alemania (2,5 millones), Brasil (1,5 millones) y Canadá (cerca de 0,5 millones). Entre los destinos europeos en 1890 se impone Suecia, mientras que la inmigración transoceánica, que en el siglo XIX solo representaba alrededor de un 7%, va aumentando en la primera década del siglo XX hasta superar el 20% de las salidas. Los destinos que prevalecen son Argentina y Brasil, seguido de Es-tados Unidos y Canadá. Una vez llegados a Argentina, como auténticos pioneros, la mayoría se dirige al interior, hacia tierras de abundancia, y una estadística argentina de 1908 revela que el 61,3% de los inmigrantes extranjeros dedicados a la agricultura son italianos, seguidos por el 31,6% de españoles. En conjunto forman casi la mitad de los empleados del sector. En Italia, las regiones con mayor emigración son: — Véneto — Friuli — Campania — Sicilia — Lombardía — Piamonte — Calabria La presencia italiana en Argentina… 10 3 Más de 10 millones partieron del sur y de las islas, 5,5 millones del noreste, 5 millones del centro, 5 millones del noroeste. La Toscana, consi-derando las estadísticas a partir de una base decenal, tuvo el mayor número de emigrantes solo en el período entre 1906-1915, con alrededor de 330.000 salidas, y el dato iba en aumento entre 1876-1885, años en los que cerca de 85.000 personas eran emigrantes. La revelación estadística del fenómeno emigratorio por parte del Estado italiano comenzó en 1876. En aquel año, y durante aproximadamente un siglo, 26 millones de italianos partieron al extranjero, la mayoría hombres en edad laboral. Más adelante, alrededor de un tercio de los que se fueron regresaría. Datos absolutos de la emigración italiana Período Emigrados Porcentaje 1876-1880 543.000 3,4% 1881-1890 1.880.000 11,5% 1891-1900 2.735.000 16,2% 1901-1910 6.020.000 36,8% 1911-1920 3.828.000 23,3% 1921-1925 1.454.000 8,8% 1876-1925 16.460.000 100% Fuente: “Annuario statistico dell’emigrazione italiana”, Roma, 1926. Durante la primera guerra mundial, el frente italiano principal es el del Friuli, por eso la emigración desde aquí se para momentáneamente, empezando otra vez después de terminada la guerra. Las causas de la represa posbélica de la emigración regional se deben buscar en el cuadro socioeco-nómico, heredado desde el pasado histórico de la región pero agravado por la guerra, caracterizado por el retraso económico, la presencia de zonas de auténtico subdesarrollo, la modernización de la agricultura demasiado lenta, el escaso desarrollo de la industria, la falta de una política económica ade-cuada. Añadimos que los Saboya se interesaban muy poco por los problemas del reino, pues se pusieron los antefactos para el éxito del fascismo. Movimiento migratorio extranjero complesivo Período Extranjeros en general Italianos Porcentaje 1857-1860 11.000 8.700 79% 1881-1890 638.000 57% 1901-1910 1.120.000 45% (ápice) 1921-1930 878.000 368.700 42% 1947-1951 520.000 297.100 57% XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 10 4 Se empiezan a concebir nuevas leyes aptas y se abren nuevas oficinas gu-bernamentales con la intención de ocuparse de la emigración, como las se-cciones de las Oficinas Provinciales de Trabajo. Sin embargo, la modalidad de contratación más difundida sigue siendo la tradicional, es decir, el boca-oreja de familiares y amigos, que crea la llamada cadena migratoria por la que los grupos familiares o de la misma localidad acaban con el tiempo en el mismo destino. Con el fascismo y la creación de las colonias italianas, la emigración experimenta una notable deceleración, para detenerse por completo con el comienzo de la segunda guerra mundial. Las vicisitudes bélicas y las consecuentes devastaciones, junto con la reapertura de los mercados, favorecieron en la inmediata posguerra una nueva y rápida reanudación de la emigración. Los flujos migratorios se dirigen hacia todos los países europeos, con la exclusión de los del Este, en los que los regímenes totalitarios cierran las fronteras. En este nuevo fenómeno participan en mucha más medida las mujeres, no solo realizando servicios sino también como obreras. Después de la segunda guerra mundial, los datos estadísticos del fenómeno migratorio se perfeccionan, pero según todos los estudiosos todavía presentan notables carencias. A los datos estadísticos sobre expatriaciones y repatriaciones del extranjero recogidos y publicados por el ISTAT (Instituto Nacional de Estadística italiano, creado durante el fascismo en 1926) se les atribuyen un valor indicativo, al considerarlos como sobreestimados. Después de las dos guerras mundiales, durante las cuales se produjeron grandes enfrentamientos en el Véneto y el Friuli, en los años cincuenta el clima de la Guerra Fría difunde una gran sensación de inse-guridad en estas dos regiones, muy cercanas a la frontera entre dos mundos, el capitalista y el comunista1. A partir de 1967, los Ayuntamientos deben registrar las expatriaciones en el AIRE (Registro de Italianos Residentes en el Extranjero); otras informaciones se pueden recabar de las inscripciones y anulaciones de los registros de la población. Cada diez años se puede disponer además de los datos del Censo General de la población. Con motivo de las elecciones, los Ayuntamientos compilan las listas de los electores en el extranjero. Otros datos parciales también se recogen en las Oficinas Provinciales de Trabajo. Es evidente que se trata de datos heterogéneos y no comparables entre sí. LA EMIGRACIÓN A ARGENTINA DE LOS TRABAJADORES DEL VÉNETO Y DEL FRIULI Históricamente, el primer véneto que llega a Argentina es el navegante Sebastiano Caboto y su tripulación de marineros venecianos, que en 1527 remontaron el río Paraná. A principios del siglo XIX, la pequeña colonia italiana de Buenos Aires solo está formada por 82 personas, pero ya por La presencia italiana en Argentina… 10 5 aquel entonces los vénetos se situaban en segundo lugar, después de la comunidad preponderante, la lígure. En Argentina, las colonias vénetas y friulanas se encontraban como en un planeta desconocido al desembarcar en una tierra en la que todos sus conocimientos tradicionales resultaban inútiles, en la que el día era la noche, en la que al norte se encontraban las tierras cálidas y al sur el frío y la esterilidad, en la que las estaciones estaban invertidas, y la Navidad llegaba con el calor mientras que la Pascua anunciaba el invierno. Además se trataba de un país de enormes distancias, muy lejos del horizonte de los campanarios de las campiñas vénetas. Como escribiera un autor anónimo argentino al final del siglo XIX, “… valorosamente van á lejanas tierras á luchar por la vida, á pelear cuerpo á cuerpo con lo desconocido…”. El campesino véneto y friulano que llegaba en aquella época a Argentina tenía la impresión de que el mundo estaba vuelto del revés. Su pobre cultura tradicional disponía de un cierto conocimiento con respecto al ritmo del tiempo y de las estaciones. Conocían las fases lunares menguante y creciente y guardaban en la memoria las señales con las que la naturaleza medía sus trabajos. Su cuerpo estaba acostumbrado a pasar del frío al calor según los ritmos que habían conocido desde su nacimiento. También la nueva dieta alimenticia podía generar problemas, como recuerda este testimonio: … habíamos visto en Buenos Aires una abundancia de cosas y de alimentos que desde hacía mucho tiempo escaseaban en Italia (en aquel tiempo Argentina era muy rica). Por eso compré algunos plátanos y después de haber devorado siete, tuve que ir corriendo al hospital. Resultó que me había intoxicado al comer gran cantidad de un alimento que no probaba desde hacía muchos años. Algunas familias vénetas y friulanas colonizaron el Chaco, en particular la zona de Resistencia. Al llegar, en febrero de 1878, todo el territorio que hoy es la provincia del Chaco era selva, ríos y alguna que otra tribu indígena: no había nada. Fueron ellos los que fundaron la ciudad actual hace 124 años. De cualquier modo, la emigración continúa en aumento de manera expo-nencial. De 19.951 pasaportes emitidos en 1881 se llega a 39.359 en 1890. En 1899 se alcanzan los 56.241. Entre 1881 y 1915, los expatriados del Friuli alcanzaron y mantuvieron niveles tales que representaban el 10% de la emigración nacional. Este es el período de la gran emigración friulana. A partir de 1857, el Gobierno argentino inicia una recogida regular de datos estadísticos sobre la inmigración extranjera. Al final de aquellos primeros años, la corriente migratoria que proviene de Italia es bastante fuerte. Más de la mitad de la comunidad véneta de emigrantes se localizaba en Argentina XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 10 6 (62.874 personas, sobre el total de los vénetos en los estados americanos, igual a 122.367). A partir de 1901 se constituye la Comisaría de la Emigra-ción y nacen entidades privadas, laicas o religiosas, con el propósito de asistir a los emigrantes. La emigración de este período es ahora en gran parte estacional, concierne a más del 90% de hombres, los motivos son de orden económico e implica sobre todo las áreas de montaña y colinas de la región (zonas de Gemona, Tarcento, San Daniele, Spilimbergo). Después de la segunda guerra mundial, en los territorios cedidos a Yu-goslavia se iba desarrollando un importante movimiento migratorio conna-cional que concierne a la provincia de Venecia Julia, y sobre todo de Trieste, valorado en alrededor de 65.000 unidades2. Como siempre, las guerras me-dían los tiempos de las oleadas migratorias, y así otra cresta máxima se produce en el quinquenio 1947-1951. Un poderoso grupo que más tarde se reduciría para desvanecerse a principios de los sesenta del siglo XX. Entre los nuevos destinos surge Australia, cuya fuerte demanda de mano de obra y cuya política favorable a la inmigración atrae un flujo notable de personas de la misma región de Italia. En particular, entre 1954 y 1958, después de que el gobierno militar aliado provisional se desmovilizara, desde la provincia de Trieste, se transferían numerosos prófugos istrianos y julianos. La cuanti-ficación del movimiento migratorio del área juliana hacia Australia durante este período representa un problema más bien complejo. Según una reciente evaluación recogida de fuentes diversas (registro del Ayuntamiento de Trieste, nominal rolls de los barcos salidos del puerto, archivo de la oficina de Trabajo de Trieste) entre 1954 y 1961 los istriano-dálmatas que partieron junto con los triestinos podrían estimarse alrededor de 22.000 personas. Según los anuarios estadísticos, en el período de 1946-1970 fueron expatriadas de Friuli-Venecia Julia un total de 363.854 personas, con una media de 14.554 al año. La marcha de los expatriados, al igual que en el pasado, es muy irregular y se puede re-sumir en una serie de oleadas de dimensiones decrecientes. Esta corresponde a la nacional y coincide, con un par de años de retraso, con la de la tasa de desocupación. En el mismo período los repatriados llegan a un total de 211.524, con una media anual de 8.461 unidades. Su marcha también se produce en oleadas, menos acentuadas y, por el contrario, crecientes. El saldo migratorio del período, es fuertemente negativo: la pérdida neta es de 152.330 personas, 6.093 al año. Sin embargo, en la segunda posguerra los destinos de los flujos migratorios cambian, pasando a ser en su gran mayoría europeos (88%). El destino más frecuente es Suecia (47%), seguido de Francia (meta tradicional de la emigración friulana), Alemania, Luxemburgo y Bélgica. Entre los países transoceánicos prevalecen Australia (con una participación más elevada de la provincia juliana) y Canadá, seguido de los Estados Unidos, Venezuela, Argentina y Brasil. Las provincias julianas difieren además en la elección de los destinos friulanos, dirigiéndose preferentemente a Suecia, La presencia italiana en Argentina… 10 7 Alemania e Inglaterra. A partir de 1958, el área juliana (extremo este del Friuli) presenta un saldo migratorio positivo, diferenciándose profundamente de la provincia de Udine y de Pordenone. A partir de finales de los años sesen-ta se constata un cambio “histórico” en las vicisitudes de la emigración regio-nal: la inversión de la tendencia. En 1968, el saldo migratorio pasa a ser acti-vo. Los repatriados superan a los expatriados y la emigración pasa a ser un factor de crecimiento de la población. Sin embargo, hasta el final de los sesenta, la sociedad regional aún percibía la emigración como un grave y doloroso problema social, humano y económico, como un factor de empobrecimiento de los recursos humanos y de alteración de la distribución y de la composición demográfica. Al instituirse la región del Friuli-Venecia Julia, el primer Programa Regional de Desarrollo Económico y Social (1964) incluye entre sus objetivos la remoción de las causas de la emigración y su consecuente eliminación. Entre las primeras de Italia, desde principios de los sesenta, la región del Friuli-Venecia Julia asume iniciativas legislativas y se compromete con los emigrantes, hecho que se mantiene a día de hoy. En 1969 se celebra la primera Conferencia Regional de la Emigración, seguida de la adopción de dos leyes regionales en 1970 y 1976. En este período se registra finalmente el agotamiento de la emigración tradicional, cuyo flujo de salida experimenta una disminución, mientras se mantiene relativamente constante un contingente de entradas que en términos absolutos supera el número de salidas. A partir de los años sesenta en adelante, este fenómeno se mantiene constante, y no se han constatado episodios de reanudación de la emigración, ni siquiera coincidiendo con acontecimientos como el terremoto de 1976 que hicieron temer el inicio de nuevos fenómenos de éxodo. De hecho, el temor a que el terremoto de 1976 provocara una reanudación de la emigración en las áreas afectadas resulta infundado, y rápidamente nos damos cuenta de que se ha constatado un cambio que señala el fin del fenómeno “histórico” de la emigración. Puede considerarse que la ola migratoria llega definitivamente a su fin. La inversión del balance en el contexto migratorio precede por poco al mismo acontecimiento a nivel nacional, y se justifica con el “despegue” del desarrollo económico y de la producción industrial del área regional, cuyo contexto socioeconómico y cuyo mercado de trabajo sufrieron durante aquellos años profundas transformaciones. Después del terremoto, el Gobierno regional adoptó medidas para combatir la nueva emigración. En 1979 se organiza la segunda Conferencia Regional sobre Emigración, y en 1980 la región promueve una importante investigación sobre los repatriados durante la década anterior, basada en datos de 11.000 familias (cerca de 27.000 personas) que habían regresado, y también en 1.500 entrevistas llevadas a cabo en un campo de repatriados distribuído en toda la región. El resultado modificaba notablemente la imagen tradicional del emigrado y del contexto socioeconómico en el que XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 10 8 está integrado. Preferentemente son personas en edad activa, en la mayoría de los casos con un buen nivel escolar y profesional, cuya repatriación ha sido por lo general programada, y que a menudo encuentran en el área de origen una inserción laboral positiva y adecuada. Al mismo tiempo, la investigación pone de manifiesto una serie de aspectos problemáticos que se presentan durante la reinserción en el contexto regional de núcleos familiares emigrados (aspectos sociales, residenciales, relacionados con la escolaridad de los hijos, con las mujeres, con los pensionistas). Además, no se debe infravalorar la posibilidad de que las situaciones de crisis económica y social en el país extranjero lleven a inducir nuevos flujos de repatriados “forzados”, inducidos por la pérdida del puesto de trabajo o la necesidad económica. De hecho, en el 2002 la grave crisis que afectó a Argentina produjo un aumento repentino de solicitudes para volver a obtener la ciudadanía italiana por parte de los descendientes de los emigrados italianos. En el mismo período, en el Friuli-Venecia Julia se registró un considerable aumento de las solicitudes de asistencia económica y de ayuda escolar por parte de personas solteras o de familias repatriadas de Argentina en condiciones de privación y dificultad. Los datos del ISTAT revelan algunas indicaciones sobre la naturaleza del fenómeno migratorio: el flujo de salida se compone en gran medida de segmentos de edad centrales (15-64 años) y, entre estos, el segmento juvenil (15-30 años), que ponen de relieve el saldo negativo más acentuado. En las provincias friulanas, el índice de expatriación femenina también es elevado. En lo relacionado con las condiciones profesionales empiezan a cobrar importancia las actividades industriales y cualificadas sobre las tradicionales. TRABAJOS Y EMPRENDEDURÍA Desde sus orígenes, la totalidad de los inmigrantes italianos manifestaron un deseo de rápida inserción, también expresable a través del volumen de las propiedades inmobiliarias, de las que disponemos de la primera confirma-ción estadística: Propiedades inmobiliarias según los datos del censo argentino de 1914 Comunidad italiana 22% Comunidad española 13% Comunidad argentina 12% Ya en la primera década del siglo pasado, cuando la posibilidad de inter-vención en los diversos campos de la producción era óptima, existían secto-res económicos donde la presencia italiana era absolutamente mayoritaria, como lo demuestran los datos del censo industrial de 1908. La presencia italiana en Argentina… 10 9 Sectores económicos con presencia italiana mayoritaria (1908) Establecimientos para la produción de cajas de hierro (*) 94% Fábricas de instrumentos musicales 93% Picapedreros 75% Fabricantes de pasta 70% Trabajadores del mármol 69% Empresas productoras de balanzas y espejos 67% Fábricas de sombreros 60% Empresas productoras de mosaicos 64% Sector de las camas de hierro 63% Sector de los muebles 60% Hornos de hierro, para vidrería, hornos de cal 53% Forjas 49% Herrerías y produción de ladrillos y tejas 48% Fábricas de armas y talleres mecánicos 47% Chapistas 46% Carpinterías 45% Talleres náuticos, fábricas de aceite, talleres de calzados 44% Talleres de carrocerías y vehículos 42% Sector de los utensilios rurales 26% (*) Obsérvese la preponderancia de sectores colegados de diversas formas con el trabajo de los metales. De un total de 7.413 empresas censadas en estas ramas de la producción, 3.697 pertenecían a italianos, es decir, el 50%. En algunos casos, los inmi-grantes italianos consiguieron contribuir directamente con un mejor aprove-chamiento de los recursos argentinos, como por ejemplo el véneto Umberto Beghin, que el 13 de diciembre de 1906, buscando agua en la región del Chubut, al sur de Argentina, descubrió junto con su amigo Francesco Pietro-bello el primer yacimiento petrolífero de la nación. Dado estos resultados, es comprensible cómo también durante la segunda posguerra había quien demandaba una mejor selección de inmigrantes, escribiendo que “si bien la economía mundial no puede prescindir de ninguna raza (…) es evidente que debemos atraer preferiblemente al grupo latino (…) para asegurar la homo-geneidad y continuidad entre nuestra actual población y la futura. Esta continuidad, que debe ser biológica y moral, de cultura y sentimientos, de asparaciones y constancia, constituye el índice de civilización más evidente”. El autor de estas consideraciones, titular de la cátedra de medicina legal de la Universidad Nacional de Córdoba, concluía que “entre los latinos, vistos los resultados, se preferían los contingentes italianos y españoles, que demos- XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 11 0 traron, entre otras virtudes raciales de laboriosidad e inteligencia, una extraordinaria plasticidad biológica de adaptación definitiva al ambiente, asociando el sentimiento de gratitud al instinto de evolución social”. En los primeros años de la década de los 60, el 60% de los emigrantes era albañil y peón de la construcción, pero en una época sucesiva crecieron los puestos especializados en el campo industrial, mientras iban desapareciendo rápida-mente los oficios tradicionales (panaderos, terraceros, mosaiquistas, pintores, etc.). Un desarrollo particular se observa en el sector de las empresas de máquinas panificadoras, donde además de la italiana Indupan-Menini, también operan en el mismo sector la TBZ, sigla que indica las iniciales de los nombres de los tres vénetos que la fundaron: TIN, Beghelli y Zanusso; e incluso la Argental, de Lido Ambrosi, que llegó a Argentina en 1917 de Soave, una pequeña ciudad de la provincia de Verona, titular de la fábrica de Rosario, con 150 trabajadores. En su conjunto, las tres empresas llegan a producir el 95% de las máquinas panificadoras y hornos de pan de Argen-tina, Chile, Perú y Uruguay. También en el sector agrícola la contribución véneta y friulana fue notable. En el valle del Río Negro, hoy una de las zonas más ricas del país, el desarrollo de la agricultura fue posible en gran medida gracias al trabajo de los campesinos italianos y a la creatividad del ingeniero hidráulico Cesare Cipolletti, que proyectó importantes sistemas de irriga-ción. Actualmente este valle, principalmente con el cultivo de la manzana “Delicious”, contribuye con un 92% a las 200.000 toneladas de fruta produ-cidas anualmente en Argentina y que en gran parte se exporta. Por lo tanto, gracias a la inestimable ayuda del trabajo de los emigrantes europeos, Argentina alcanza en los noventa niveles de bienestar que en el resto de Sudamérica todavía eran impensables. Por ejemplo, hace un siglo se la consideraba la octava potencia mundial y contaba con una red ferroviaria más grande que la alemana. Esto ha permitido que todavía hoy Argentina esté considerada como uno de los principales colaboradores económicos de Italia, con 220 millones de euros (año 2003) destinados a obras urgentes de cooperación tras la grave crisis del 2002. Igualmente se han llevado a cabo acuerdos bilaterales en los siguientes sectores estratégicos: científico y tec-nológico, agricultura, salud, medio ambiente y recursos naturales, telecomu-nicaciones, carrera espacial. PRODUCCIÓN VINÍCOLA También la gran producción vinícola de Argentina, que representa hoy una de las más importantes voces de exportación, tuvo un desarrollo decisivo gracias al trabajo de los emigrantes, sobre todo de italianos del noreste. En su segundo viaje a América, Cristóbal Colón trajo consigo plantas de vid y trigo, pero ninguna de las dos arraigó en las Antillas. Las plantas se La presencia italiana en Argentina… 11 1 transportaban en barcos dentro de grandes barriles llenos de tierra que se dejaban en cubierta para que tuvieran aire y luz. Cuando Hernán Cortés llevó cepas de Extremadura a México en 1520 tuvo más suerte. En 1539 nació la primera bodega de las Américas. Francisco Pizarro y Diego de Almagro llevaron la vid a Perú y de allí pasó a Argentina, que recibió sarmientos también de Chile. En 1566 se plantaron las primeras viñas en Mendoza. El vino que empezaba a producirse en Mendoza se transportaba a Buenos Aires a lomos de un asno, bajo el sol, en un viaje que duraba varias jornadas, y que por lo tanto no contribuía a mejorar la calidad. Por eso el mejor vino seguía siendo el que se importaba de España y Portugal. A menudo los productores de Mendoza se quejaron a la corte española, pero nunca se les escuchó. Seguramente los que estaban a favor de la independencia brindaron con vino importado. Después de esta fecha y muy lentamente se empezó a consumir en Argentina el vino cultivado a los pies de los Andes. Durante la segunda mitad del siglo XIX los inmigrantes italianos, alemanes y franceses trajeron y cultivaron cepas de sus tierras, que mejoraron enormemente la calidad del vino. Además, en 1855 se empezó a transportar el producto en tren, al inaugurarse la línea del Oeste. Los viñedos en Argentina crecen en una franja semiárida a los pies de la precordillera de la provincia de Salta, en el norte, hasta la provincia de Río Negro y parte de Chubut en la Patagonia. Esta llanura se encuentra entre los 600 y los 800 metros sobre el nivel del mar, y a esta altura los inviernos rigurosos que necesita la viña están asegurados. En esta zona, la lluvia es muy escasa, a veces en forma de granizo que en pocos minutos puede destruir un viñedo entero. Las plantas dependen totalmente de la irrigación proveniente del deshielo de la cordillera, hábilmente canalizada. Aunque la provincia de Mendoza produce el 70% del total de la producción vinícola argentina, las provincias de San Juan, La Rioja, Salta y Valle del Río Negro tienen vinos excelentes. La producción vinícola argentina, en 1935, ya contaba con más de 600 establecimientos y más de 3 millones de hectolitros producidos. Los protagonistas de esta espléndida transformación fueron los empresarios vénetos, friulanos y de otras regiones italianas, con la ayuda de muchos técnicos formados en nuestras más prestigiosas escuelas de eno-logía. La región en torno a Colonia Caroya es sobre todo conocida por el cultivo de la vid y por la producción de vinos regionales, actividad ya iniciada en el siglo XVII por obra de los jesuitas y luego continuada por los friulanos y los vénetos. La ciudad está considerada la “capital del Friuli en el mundo” y cada año se celebran importantes fiestas que reviven las tradiciones de los inmigrantes italianos del norte de Italia, que atraen a muchos visitantes tanto argentinos como extranjeros. En febrero se celebra la “Fiesta Nacional Hortofrutícola”, en marzo la “Fiesta Provincial de la XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 11 2 Recogida”, en julio la “Fiesta de las Comidas Típicas Caroyenses” y en octubre la “Fiesta Provincial del Salchichón Casero”. La “perla de Río Negro” es Villa Regina, ciudad de unos 30.000 habitantes con un distrito constituido por un tercio de casas dispersas. En todo el valle el trabajo italiano ha producido tesoros: vénetos, friulanos, trentinos, abruzos, marquigianos y de otras regiones han transformado la landa en una zona florida de manzanos, perales, ciruelos, viñas y huertos. Todo comenzó en 1924, cuando la compañía italoargentina de colonización dio lugar al desmantelamiento y a los grandes trabajos de irrigación. Sin el agua del Río Negro distribuida según las exigencias de los cultivos, esta tierra no produciría otras cosas que matas en lugar de manzanas rojas “Delicious” y verdes “Granny Smith”, peras “Williams”, ciruelas “Presi-dent” y tampoco existirían los viñedos que dan las variedades de uva malva-sía, merlot, pinot, riesling y sauvignon. SUPERFICIE REGADA DESTINADA A LOS VIÑEDOS Años Hectáreas 1854 500 l895 7.920 1900 12.640 1934 34.047 En lo alto del valle del Río Negro, las variedades de uva son las mismas que en Italia: merlot, malvasía, sauvignon, riesling y cabernet. En Mendoza hay aún más variedad. En abril, en Villa Regina, se celebra la fiesta pro-vincial de la vendimia. “Dicen los nuestros en Argentina que la provincia de Mendoza es la más parecida a Italia en cuanto a cultivos y variedad de los hermosos paisajes alpinos...”. Esta observación, hecha hace casi cien años por el médico de a bordo Giovanni Borsella, se corresponde muy bien con la visión que tenemos actualmente en esta zona al abrigo del sistema andino, en la que los ríos llevan el agua indispensable para la irrigación y los viñedos cubren vastas superficies, ocupando un 4% de la provincia que representa el oasis productivo. Mendoza es una de las más bellas y ricas provincias de Argen-tina. El clima y la fertilidad de esta tierra son extraordinarios. Sus viñedos producen uva para apreciados vinos y además manzanas, castañas, nueces y frutos de gran calidad. También se produce un óptimo aceite de oliva. La ciudad de Mendoza, que cuenta con una aglomeración urbana de 600.000 habitantes, es testimonio del trabajo véneto e italiano, con los grandes viñedos y los edificios de las cantinas de producción vínicola situados en medio del desierto. Hace siglo y medio, dichos viñedos y can- La presencia italiana en Argentina… 11 3 tinas surgieron por iniciativa de algunos vénetos que aún hoy son consi-derados como los fundadores del dominio enológico de Mendoza. También debemos mencionar la Estancia Casa de Caroya. Fue la primera finca rústica creada por la Compañía de Jesús en 1616, comprada más tarde en 1661 por el presbítero Ignazio Duarte Quirós, fundador del Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat de la ciudad de Córdoba. Esta finca fue el segundo núcleo productivo del sistema organizado por la Compañía de Jesús desde 1618 en las tierras denominadas Guanusacate (agua muerta o pantano). En el siglo XVIII se convirtió en un importante establecimiento en el que se elaboraban los primeros vinos de la provincia, entre los que destaca el famoso “Lagrimilla”, exportado para la corte española. En 1687, Duarte Quirós la donó nuevamente a los primeros propietarios, los jesuitas, para sustentar económicamente al Colegio y para convertirla en residencia de verano para sus alumnos. Después de la expul-sión de los jesuitas, en julio de 1767, la finca pasó a manos de la “Junta de Temporalidades” que la destinó a la orden de los franciscanos. Fue fábrica de armas blancas del Ejército de la Independencia entre 1814 y 1816. En 1854 pasó a manos del Gobierno Nacional. Allí se alojaron los primeros colonos italianos que llegaron en 1878 a la estación de Caroya para fundar la colonia después de un largo y agotador viaje en tren procedente de Buenos Aires, tras haber atravesado el Atlántico en barco desde Italia. En noviembre del 2002 fue reconocida como “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Con un consumo interno siempre entre los más elevados del mundo (aún hoy los argentinos consumen el 90% del vino que producen), hasta principios del nuevo milenio, el país nunca se había interesado por el mercado internacional, cuando países como Chile, Australia o Sudáfrica, desde hace varios años, exportan sus propios vinos a todo el mundo. Hoy Argentina se ha convertido en el quinto productor del mundo, después de Italia, Francia, España y Estados Unidos, a pesar de haber hecho su aparición en el mercado mundial solo en la última década3. Recordamos los versos de un poeta: El vino, de todas las bebidas la más amable, ya se deba a Noé que plantó la viña, ya a Baco que exprimió el jugo de la uva, data desde la infancia del mundo. (Brillat Savarin, en “Fisiología del sabor”) XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 11 4 RELIGIOSIDAD Tradicionalmente, las regiones italianas del noreste siempre han sido tierras de religiosidad muy arraigada, como ocurre en la actualidad. Por eso es lógico que muchas manifestaciones de la religiosidad popular se hayan transmitido, junto con los emigrantes mismos, a las nuevas tierras de destino. Así, un elemento típico del paisaje alpino y prealpino, el capitel votivo, se encuentra fácilmente en los territorios argentinos donde se han asentado estas etnias. Del mismo modo también se han transmitido las costumbres de vida social relacionadas con el catolicismo tradicional. En 1957, los misioneros italianos fundaron en Rosario el Centro Católico Italiano y empezaron a hacer visitas a domicilio, entrando en contacto con más de 1.500 familias italianas. Un testimonio recuerda los domingos de las colonias: El domingo era el día más esperado de la semana, no sólo porque no se trabajaba bajo el sol ardiente, sino porque íbamos a un pueblo no muy lejano llamado Colonia Caroya. Se trataba de una urbanización de unos cincuenta mil habitantes, pero su particularidad residía en el hecho de que su población era en su mayoría friulana o véneta. La misa dominical en italiano, los encuentros mensuales, las asambleas convivales que ofrecían oportunidades de agregación, las visitas a los enfermos del hospital italiano, la disponibilidad del patronato ACLI (Asociación Católica de Trabajadores Italianos) para los trámites de jubilación y de otros tipos (desde 1976), y las celebraciones religiosas llevadas a cabo por 35 asociaciones italianas, siguen constituyendo una válida obra de sustento para los inmigrantes de la ciudad. Por lo tanto, las Misiones Católicas han sido puntos de referencia indispensables para hombres y mujeres, ocupándose en la medida de lo posible de ciertos aspectos de carácter educativo, como por ejemplo la formación lingüística y cultural de los hijos de los inmigrantes. La parroquia es otro punto de referencia esencial de la comunidad, según una tradición véneta y friulana que aquí reproduce el diseño de relaciones consuetas. Desde sus orígenes, la Colonia (como se llamaba en un principio) tuvo asistencia religiosa. El 25 de diciembre de 1924 se celebró la Navidad con la primera misa para los inmigrantes, cuando apenas se había empezado el desmantelamiento de la zona. El 5 de marzo de 1925, con la presencia del embajador italiano Conde Marescotti di Viviano, se inauguró oficialmente la Colonia, tomando como nombre el de Villa Regina en honor de Regina Pacini, cantante de ópera italiana y esposa del presidente argentino Alvear. La presencia italiana en Argentina… 11 5 El 4 de abril de 1926 se colocó la primera piedra de la iglesia parroquial que se inauguraría en abril del año siguiente, adoptando como protectora a “Nuestra Señora del Rosario”. Vale la pena recordar, por su belleza, la iglesia parroquial de Colonia Caroya, dedicada a la Virgen María Madre de Monserrat, declarada protecto-ra de la ciudad. Se sitúa en el centro histórico de Caroya, en señal de agrade-cimiento por el milagro ocurrido en 1887, es decir, la curación de los colonos después de una tremenda epidemia de cólera que había afectado duramente a la población. La iglesia se inaugura en 1896 como símbolo de manifestación de fe de la comunidad de inmigrantes, la cual también edificó un altar dedicado a uno de los santos más venerados de Italia, san Antonio de Padua. USOS Y COSTUMBRES: TESTIMONIOS El nacimiento del Reino de Italia, en 1866, había provocado en Argentina toda una serie de separaciones entre los inmigrantes, que pronto se divieron en republicanos y monárquicos, masones y católicos, reflejando las divi-siones políticas de la madre patria en aquella misma época. Esto indica que ningún inmigrante estaba dispuesto a olvidar fácilmente sus raíces: todavía hoy lo vemos continuamente en los asentamientos más numerosos, donde ningún emigrante está dispuesto a olvidar el idioma y costumbres de su propio país, a desprenderse de su propia nacionalidad, como declara un testimonio: … nuestros hijos han aprendido a través de nosotros algunas de las tradiciones y de los valores vénetos… nuestros hijos crecen ligados a nuestras tradiciones… Otro testigo, de la pequeña ciudad de Tarcento, en la provincia de Udine, después de haber perdido a su familia en el terremoto de 1976, dice: … aquel año dejé en Tarcento cuatro cosas, solo cuatro cosas: mi idioma, mi infancia, la tumba familiar en el cementerio donde están todos enterrados, y mi corazón… La postal típica de la ciudad de Colonia Caroya muestra la Avenida General San Martín, “la calle larga”, como la llaman los habitantes. Es el eje principal de la ciudad, extendiéndose 13 kilómetros en línea recta, flan-queada por 2.437 árboles seculares, por lo que se dice que es la calle arbola-da más larga de América. En una de sus extremidades se encuentra el Monumento al Emigrante, inaugurado en 1978, al cumplirse un siglo de la XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 11 6 fecha de la fundación. La escultura representa una pareja de colonos italianos recién llegados con su modesto equipaje. Otro testimonio también refleja la voluntad de asentarse en un país nuevo pero de mantener viva la propia cultura: Siempre habíamos mantenido el contacto con las demás familias italianas y conservado las costumbres, el idioma (en nuestra casa se hablaba italiano), la cocina y la nacionalidad, porque nunca elegi-mos Argentina. Si duda hoy estamos totalmente integrados con el estilo y las costumbres argentinas, y nos gusta mucho el mate. El recuerdo de la tierra de origen también se refleja en los elementos de la cultura material que han constituido el paisaje de los asentamientos vénetos y friulanos en Argentina, donde la semejanza climática ha favorecido soluciones tradicionales ya habituales en el noreste italiano, como por ejemplo la construcción de techos realizada con scàndole, un elemento típico de la arquitectura de las viviendas populares tradicionales: se trata de pequeñas láminas de madera o de piedra laminar que tienen la función de tejas; a veces se recubre todo con paja para una mayor eficacia de impermea-bilidad y de aislamiento térmico. Las scándole de madera, preferiblemente de alerce, pueden resistir expuestas a la intemperie más de cien años, porque esta madera contiene mucha resina (trementina) que es un antiséptico y anti moho. Desde el principio, los colonos encontraron en Argentina el mismo gusto por la vida sencilla de su patria, como recuerda un testigo: Llegamos a Buenos Aires el 9 de julio de 1952; en Argentina era fiesta nacional y por eso tuvimos que esperar al día siguiente para poder desembarcar. En los tres años que pasamos en la provincia de Buenos Aires trabajamos cultivando hortalizas, recabando a duras penas lo necesario para vivir. Vivíamos en una casa con techo de plancha, sin electricidad y sin agua corriente. Los niños iban a la escuela primaria. Los más grandes iban a la escuela nocturna para aprender español. En 1955, buscando un clima más favorable para la salud de mi padre, viajamos a la provincia de Mendoza, con el usual y lento tren, ruidoso y con los asientos de madera. Atravesamos la ilimitada Pampa habitada solo por miles de rebaños de bovinos pastando. Después de unas veinte horas de viaje, solamente interrumpido por las paradas en algunas ciudades de paso, finalmente llegamos a Mendoza. Otro lugar significativo que recuerda a los primeros colonos del noreste italiano es Casa Copetti, espléndida villa construida en 1894 por Giovanni La presencia italiana en Argentina… 11 7 Bautista Copetti, su primer propietario, proveniente de Gemona en el Friuli. La casa se construyó inspirándose en el estilo típico de la arquitectura rural de norte de Italia y hoy es sede del Museo Permanente de la Friulanidad de Córdoba, perteneciente al Centro Friulano de Colonia Caroya. Las costumbres alimenticias también reflejan las de las regiones vénetas y friulanas, donde la comida más tradicional está representada por la polenta, rigurosamente cocinada en la olla típica, llamada caliera, en cuyo honor se ha erigido un monumento en Argentina. Todavía hoy en las zonas rurales del Véneto y del Friuli se corta la polenta no con el cuchillo sino con un fino cordel, como solamente se ha podido do-cumentar en el Friuli el año pasado (verano del 2007). Esta costumbre, aparen-temente marginal, se transmitió a la comunidad véneta y friulana que vive en Argentina. Lo mismo sucedió con otras costumbres en el campo alimenticio, como con la fabricación de pan, que en la cultura tradicional es preparado por las mujeres en hornos situados fuera de las casas, o incluso con la fabricación casera de la grappa, el licor típico de la Italia septenarional producido a partir de la destilación de los residuos de las uvas una vez exprimidas. En la ciudad de Colonia Caroya se encuentra el más grande asentamiento de inmigrantes friulanos y vénetos de toda la provincia de Córdoba. En la misma zona también existen antiguas fincas de los jesuitas declaradas monumentos históricos nacionales en 1941 por el Gobierno argentino, obteniendo en el año 2000 el reconocimiento de Patrimonio de la Huma-nidad de la UNESCO. Antiguamente los indígenas se referían a este lugar como Caroyaya o Caroyapa (“cara de cuero” o “bala de cuero”), de ahí pasa a llamarse “Estancia de Caroya”, es decir, “Finca de Caroya”. La ciudad moderna fue fundada por tres grupos de inmigrantes del norte de Italia, la mayor parte procedentes del Friuli-Venecia Julia (Udine, Trieste, Gorizia y Pordenone), y otros del Véneto (Vicenza, Treviso y Belluno). Fueron a colonizar estas tierras hacia finales del siglo XIX, por voluntad de Nicolás Avellaneda, presidente argentino por aquella época. Hoy, esta próspera ciudad tiene una población de 20.000 habitantes y representa el testimonio del trabajo italiano de cinco generaciones. La comunidad está orgullosa de su propia identidad véneta y friulana. CONCLUSIÓN En estas últimas décadas, la crisis argentina se ha manifestado con el drama de un país mortificado por una deuda exterior de 50 millones de dólares, mientras que en el mercado internacional los precios de los cereales y la carne, sus productos más característicos, siguen bajando. Como ejemplifica el economista agrario Jorge Tacchini de la Universidad de Cuyo, en mayo de 1985, en la feria de vacas de San Luis, un agricultor tenía que XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 11 8 vender 800 vacas para comprar un tractor y una vaca preñada se pagaba por menos de cuarenta mil liras (cerca de 20 euros), esta crisis impone una demanda de ideas y de solidaridad comunitaria. Esta nación ha vivido profundos cambios, como recuerda otro testimonio: Emigramos a Argentina en 1952. Salimos del puerto de Génova y llegamos a nuestro destino después de un largo viaje. En 1965 decidimos volver a Italia. La mayoría de los pasajeros eran emi-grantes que regresaban a Europa para visitar a sus familiares. Este viaje de regreso, en comparación con el de ida, fue un crucero de vacaciones. El gran camarote colectivo se había convertido en una acogedora cabina con cuatro camas, con mucho personal de servi-cio. En varios de los puertos, las escenas dramáticas de despedida vividas por los familiares en 1952, se habían transformado en las de operadores turísticos que ofrecían excursiones rápidas para conocer la ciudad durante el tiempo de parada del barco. Así pudimos visitar Montevideo, Río de Janeiro, Lisboa, Barcelona, etc. ¡Era increíble como en tan solo trece años el mundo había cambiado tanto! La contribución del trabajo de los inmigrantes friulanos también está ligada a otro interesante episodio de la historia argentina, el de la colo-nización de Ushuaia, la ciudad más meridional del mundo. En los primeros años del siglo XX, esta solo era un alejado puerto avanzado de pescadores, pero durante los años veinte se decide agrandarla y transformarla en una auténtica ciudad, con la intención de hacer de ella un centro económico a lo largo de la ruta del Cabo Horn. El Gobierno argentino de aquel tiempo hizo que 1.100 trabajadores italianos, en su mayoría friulanos, se desplazaran para realizar este proyecto. Así hoy podemos afirmar que la mano de obra friulana en Argentina también ha dejado una huella en este remoto rincón del mundo. Este exterminado país que es Argentina, grande como Europa sin contar con Rusia, con solo treinta millones de habitantes en buena parte concen-trados en aglomerados metropolitanos, tiene de todo: petróleo, carne, trigo, tierras ilimitadas aún por explotar, agua en abundancia. Pero lo más importante es el capital humano constituido también por nuestros inmigrantes, que no puede ser dilapidado. La presencia italiana en Argentina… 11 9 PRINCIPALES VINOS ARGENTINOS — Familia Zuccardi - www.familiazuccardi.com Vinos de faja alta: Malbec o Tempranillo. Vinos de faja media: Santa Julia Reserva Cabernet Sauvignon. — Bodega La Rural - www.bodegalarural.com.ar Vinos de faja alta: Felipe Rutini (blend di Merlot e Cabernet Sauvignon, con una pequeña añadida de Malbec y Sirah). Vinos de faja media: Malbec, así como el Merlot y el Chardonnay. Nota interesante: la Bodega posee el Museo del Vino más antiguo e importante de Suramérica. — Lurton - www.jflurton.com Vinos de faja media: Gran Lurton Cabernet Sauvignon. — Nieto Senetiner - www.nietosenetiner.com.ar Vinos de faja alta: Malbec y Sirah). Vinos de faja media: Bonarda y Malbec. — O. Fournier - www.ofournier.com Vinos de faja alta: Tempranillo, Malbec y Merlot. — Terrazas de los Andes - www.terrazasdelosandes.com Vinos de faja alta: Malbec. Vinos de faja media: Terrazas Reserva. — Trapiche - www.trapiche.com.ar Vinos de faja alta: Medalla (un Cabernet Sauvignon, con añadida de Malbec y Merlot). Vinos de faja media: Broquel. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 120 ANEXO FOTOGRÁFICO Anuncio fijado en Friuli alrededor de 1877. Desde: Gino e Alberto di Caporiacco, cit., p. 177. · COLONIZZAZIONE Delia lIepu~blica Argentina 1:II\1:ESSIO\[ 1;IIITIITlIII Ti:liIIF,\I Al LUORA.TI AGRICOL TORI IUU~~ UlI. 40 ~ lJu 111 1. PHlll& 111 1'\\,\r.I,UI lt p.ar ..... u .I~ cElon ~ BUEIOS-IYRES b;nll'D Iuo¡o al 1: d' ''III1¡ "" .. r roí " 'I""r; .. " .. 1,,1; 1I "Ii~ lli : 11 1"", SI'II-\IU:III1:4 "', •• ij 1: n.· .. ". IL E l' 11 11 l' \ l. 1: , ..... iL \ORIHIII:III1:,\ l. 1: ¡.hin;' ,.,.,.::" fJNlillllri . f/i 'l/á"', {r. 3DD tlnl. Pru(1l Nol. no " 'IN'!·jal .. ,",'r r I..IIi¡:n ...... fr. t 'lO o. re., .. I lIunl .. rrallC'II ,1'''11"; " ....... ,r'MIIIlI,ro fon'I'I"C'N1 iI ~ltalllio. Prr i ..... ..,.,..ri .... w"rinoruCi .. .,.1alI"1I IItIbAn-II .. " Ivr.~1 ;&. POLI E CARUGOIO .... 11 r __ ¡~" _1 1), .... ; __ ._ .. ""- ¡/"r lo 1,oImoI,u,¡" ... • 11" .~ ~ _ ... , ... '_ ....... t.-.. - ~ .. _- La presencia italiana en Argentina… 121 Mapa de Italia de 1901 que muestra los porcentajes de emigración por cada región. Desde: Veneti d’Argentina, cit. I tu I i a u!J,-j ,- uln _ I ;io 1'11;,1.. d -11 Hricnl t U ,'H ...j... ..... - .... ~_ . .. ~14l': . -- - - __ 0' __" _ _. - XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 12 2 Buenos Aires, principios del siglo XX: consigna de equipaje de emigrantes. Archivo fotográfico M.R.E. Buenos Aires, principios del siglo XX: grupo de emigrantes italianos esperando su destino. Archivo fotográfico M.R.E. La presencia italiana en Argentina… 12 3 Llegada de emigrantes al puerto de Buenos Aires a principios del siglo XX. Archivo fotográfico M.R.E. Emigrantes italianos en navegación hacia la Argentina, primeras décadas del siglo pasado. Archivo fotográfico M.R.E. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 12 4 Una ciudadela friulana devastada por el terremoto. El sisma en el Friuli se produjo en dos momentos distintos: primero en mayo y luego en septiembre de 1976, cuando tuvieron lugar los temblores más destructivos. Archivo fotográfico de la Region Véneto. Campesinos italianos en Argentina, años cincuenta. Archivo fotográfico M.R.E. La presencia italiana en Argentina… 12 5 Iglesia parroquial de Colonia Caroya, dedicada a la Virgen María Madre de Monserrat, protectora de la ciudad. Desde: Veneti d’Argentina, cit. Monumento al Emigrante. Desde: Veneti d’Argentina, cit. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 12 6 Monumento a la caliera para la polenta. Desde: Veneti d’Argentina, cit. Ushuaia, vista de la ciudad desde el mar Archivo fotográfico Instituto Geográfico De Agostini – Novara. La presencia italiana en Argentina… 12 7 Clasificaciones de equipaje después el desembarque en Buenos Aires. Archivo fotográfico M.R.E. Buenos Aires, primeras décadas del siglo pasado: sala de comida para hombres en el Hotel des Immigrantes. Archivo fotográfico M.R.E. XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 12 8 Emigrantes italianos recién desembarcados en Buenos Aires en los primeros años del siglo pasado. Archivo fotográfico M.R.E. Nota: Se agradece al M.R.E. (Museo Regional de la Emigración “Pietro Conti” de Gualdo Tadino – Perugia, Italia) su indispensable colaboración. La presencia italiana en Argentina… 12 9 BIBLIOGRAFÍA BACCINI, M.: “Più Europa e meno Usa. L’Italia non dimentica i cugini d’Oltreatlantico”, en: Limes 4 (2003), Gruppo Editoriale l’Espresso, Roma, pp. 187-190. BERNARDI, U.: Veneti d’Argentina, en: Presenza, cultura, lingua e tradizioni dei Veneti nel mondo, Parte I (America Latina), prime inchieste e documenti, Regione Veneto- Centro Universitario di Studi Veneti, Venezia 1987, pp. 281-328. 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XIX Coloquio de Historia Canario-Americana 13 0 NOTAS 1 Véase el artículo titulado “Efectos de la Guerra Fría sobre el flujo migratorio desde Friuli hacia Américas”, en XVIII Coloquio de Historia Canario-Americana. 2 En base al Tratado de Paz, Italia debía ceder a Yugoslavia el territorio de la península de Istria, por lo que muchos habitantes de habla italiana se vieron obligados a huir del te-rrible régimen comunista de Tito, refugiándose en Italia. 3 Al final de la ponencia puede encontrar una breve lista de sitios de Internet concerniente a los vinos argentinos más significativos. |
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