FONDOS DOCUMENTALES EN ARCHIVOS DE MADRID
PARA EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES AFROCANARIAS
EN EL SIGLO XIX
V. GARCÍAFRANCO
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Las islas Canarias jugaron un papel fundamental en el marco de
las relaciones de España con los territorios de la costa occidental
de Africa. A medida que el Estado español de la Restauración fue
asumiendo un papel de creciente protagonismo en el área, influido por
el clima de interés nacional e internacional desatado sobre el continente
africano, el archipiélago fue utilizado, en reiteradas ocasiones, como
punto de apoyo en la construcción (Ifni y Sahara) yen el funcionamiento
(Golfo de Guinea) de un edificio colonial precario que tenía más de
fachada que de otra cosa.
Sin embargo, no faltaron voces que, desde la plataforma de instituciones
isleñas como las Sociedades Económicas, se levantaran en el
seno de la sociedad canaria desde el final de la Guerra de Africa de
1860, para llamar la atención de los poderes de la Nación, acerca
de aquellos temas -la pesca y el comercio- que les afectaban de una
forma más directa en ese marco de relaciones.
Los fondos documentales depositados en los archivos de la Provincia
de Madrid contienen bastante información sobre estos y otros aspectos
para abordar el estudio de las relaciones entre las islas Canarias
y la costa occidental de Africa, como tema de estudio del colonialismo
español en Africa durante el siglo XIX.
Los archivosl en que se encuentran depositados son: Archivo Histórico
Nacional, Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, ArchivoBiblioteca
del Museo Naval, Archivo General de la Administración, Archivo
de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País,
Servicio Geográfico del Ejército y Archivo del Consejo de Estado.
La documentación no abarca la totalidad de la centuria. Unica-
1. Guía de los archivos de Madrid. Madrid, 1952.
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mente a partir de 1858, antesala de la Guerra de Africa, aparecen los
primeros textos alusivos a la presencia del Estado español y a la preocupación
de determinados sectores de la sociedad española y canaria
en torno a esa zona del Africa.
Por lo general, los estudios que hasta la fecha se han realizado
sobre la política española en los territorios del Africa occidental, han
abordado de forma marginal y con una óptica centralista el tema de las
relaciones afrocanarias. Las fuentes principales para la elaboración de
los mismos han venido siendo como norma, los textos impresos del
Diario de Sesiones del Congreso y del Senado, Colecciones documentales
o las memorias y datos contenidos en las tres revistas geográficas
más importantes del ochocientos: el Boletín de la Sociedad Geográfica
de Madrid (1876), la Revista de Geografía Comercial (1885) y la
Revista de Geografía Colonial y Mercantil (1897).
y sin embargo algunas de estas fuentes, como el Boletín, siguen
conservando su importancia al suplir la carencia documental existente
para reconstruir la historia interna del africanismo español2 y para llevar
a cabo el estudio del colonialismo hispano bajo aspectos y enfoques
distintos que, por fuerza, habrán de someter a revisión los estudios
realizados hasta la fecha3
.
Así, pues, la importancia de la documentación depositada en
algunos de esos repositorios, en cuanto aún se mantienen en estado
de virginidad por no haber sido objeto de la debida atención
por la historiografía, reside en constituir un valioso material de
primera mano a partir del cual se podrá abordar, en un futuro, el estudio
de las relaCiones de España con sus antiguas posesiones de la
costa occidental africana bajo nuevos métodos de análisis en los
cuales, las islas Canarias deberán ser relevadas del olvido a que han
sido sometidas y adquirir el papel que en realidad jugaron en toda esta
historia.
El tema de las relaciones entre Canarias y la costa occidental de Africa
durante el siglo XIX y también del XX, habrá de constituirse, pues, en
2. E. HERNANDEZ SANDOICA: La ciencia geográfica y el colonialismo español
en torno a 1880. Revista de la Universidad Complutense de Madrid. vol. XXVIII. n." 16.
Madrid. 1980. pp. 183-199.
3. V. MORALES LEZCANO constituye un buen ejemplo de esos estudios innovadores.
cuenta tenida la utilización de documentación de archivos extranjeros que el autor
hace.
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Fondos documentales en archivos de Madrid para el estudio... 103
un aspecto más del estudio del colonialismo español en Africa y. también,
de los estudios de historia local canaria.
Hacia ello apunta esta contribución a este Aula de Historia Canario-
Africana.
I
SANTA CRUZ DE MAR PEQUEÑA. SIDI IFNI.
1. Antecedentes, 1766-1860.
Las relaciones de España y, en definitiva, de las islas Canarias con
el Noroeste de Africa, no quedaron planteadas hasta la segunda mitad
del siglo XIX con motivo de la inclusión del artículo 8." del Tratado de
Paz y Amistad entre España y Marruecos de 26 de abril'de 1860, por el
cual, el Sultán concedía al Estado español un territorio en la costa del
océano Atlántico «suficiente para la formación de un establecimiento
de pesquería como el que España tuvo allí antiguamente». He creído,
pues, oportuno comenzar este trabajo dando algunas orientaciones al
investigador sobre la documentación que puede consultar en algunos
repositorios madrileños para establecer los orígenes de la cuestión. A
ello me mueve el deseo de llenar un vacío persistente.
Como es bien sabido, la industria pesquera ejercida por los marinos
pescadores del archipiélago en los mares que bañan la vecina costa
constituyó, desde tiempos inmemoriales, el principal punto de contacto
entre Canarias y el Noroeste de Africa. Sin embargo, era este un tipo
de relación que, tras el período posterior al abandono de las torre-factorías
levantadas en la costa por Herrera, nunca gozó ni en lo sucesivo
disfrutaría de muy buen estado de salud.
La documentación depositada en el Archivo Histórico Nacional
(A.H.N.), en su «Sección de Estado», dentro del capítulo Pesquerías.
refleja sin ningún género de dudas lo dicho, para los años finales del
siglo XVIII. Un dossier del año 1789 compuesto por algunas cartas llamando
la atención sobre la decadencia de la industria pesquera, dirigidas
al Conde de Floridablanca por algunos armadores (Isidoro Romero
y Ceballos, Andrés Cabrera y León) de la isla de Las Palmas, contiene
una exposición de su Ayuntamiento apoyando las peticiones de los mismos.
La exposición, comienza de la siguiente forma: «El Ayuntamiento
de la Ciudad de la Isla de Gran Canaria puesta a los R.P. de S.M.
con el más profundo y reverente respecto Dice que consistiendo "el
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Gral. ramo de entrada de dinero de aquella Isla de la conservación del
tráfico de la pesca, que hacen sus barcos en las costas fronterizas
del Africa al mismo tiempo que logra la Provincia por este medio un
repuesto muy considerable de abasto para alimentar a sus habitantes" ,
reconoce cuan de su obligación es el procurar sostener y promover los
adelantamientos de tan precioso y utilísimo establecimiento y por tanto
excitado de tan justos sentimientos a que le impulsa su celo patriótico a
beneficio de aquellos Leales Vasallos de S.M. sería muy culpable si
reconociendo su decadencia no pusiese en tiempo los medios que le
fuesen posibles para evitar su total exterminio»4
.
El texto, desde luego, no tiene desperdicio alguno. Puede ser que
estemos ante la presencia de la primera manifestación de esa preocupación
canaria que, sobre los temas de política africana y, en especial,
sobre los problemas pesqueros y comerciales del archipiélago, va a
arraigar en el seno de determinados sectores de la sociedad canaria
que, constantemente, utilizarán la plataforma de instituciones isleñas
para bombear sobre Madrid sus continuas peticiones.
Otros papeles contenidos en ese capítulo son varios expedientes
que recogen una serie de informes emitidos, entre los años 1787 y 1790,
por el comandante de Correos en Canarias Jacinto Delgado, según
orden de Floridablanca. En ellos se notificaba al Conde, sobre el estado
y vicisitudes por las que atravesaba la actividad pesquera en la costa
de Africa. Los temas más dignos de ser resaltados, por su permanencia
en el ochocientos, son dos: la presencia de barcos de nacionalidad extranjera
y las dificultades y conflictos planteados entre los pescadores
isleños y los «moros».
Un expediente con un estadillo correspondiente a un plan de aquello
«que se necesita para hacer la pesca en la costa de Africa» (1788) y,
otro que contiene un extenso informe sobre la falta de adecuación de la
industria pesquera a las necesidades crecientes de una población en
aumento (1797), completan el capítulo sobre pesca de Canarias en la
costa de Africa.
Todo esto remite al lector al marco general de las relaciones entre
España y Marruecos durante las tres últimas décadas del siglo XVIII
4. A.H.N., Estado, Pesquerías, legajo 3218: Unicos antecedentes que se hallan en el
Archivo, sobre pesca en Canarias (1787-1797). El texto está fechado en Las Palmas de
Gran Canaria el 11 de marzo de 1789. Los signos de interrogación y el subrayado son
añadidos.
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Fondos documentales en archivos de Madrid para el estudio... 105
(1766-1800), cuando quedan establecidas las bases jurídicas (tratados
de paz y comercio de 1767 y 1799) que comienzan a regular el ejercicio
del derecho de pesca de los españoles y, especialmente, de los canarios,
en un pequeño espacio de costa5
. La documentación para abordar el
estudio de este período se encuentra en su totalidad en el A.H.N.,
«Sección de Estado», en el capítulo correspondiente a Marruecos6 .
Entre 1800 y 1860 existe, al menos en los archivos madrileños que
es a los que me ciño en este trabajo, una laguna documental considerable
para poder encontrar alguna referencia a la actividad pesquera, y
en definitiva, a las relaciones de Canarias con la costa de Africa. Para
ello, el investigador habrá de bucear entre la masa de papeles que se
encuentran depositados en el A.H.N., «Sección de Estado», dentro del
capítulo correspondiente a Marruecos y Tánger para los primeros cincuenta
años del siglo. Para los diez siguientes, habrá de adentrarse también
en los numerosos expedientes depositados en el Archivo del Ministerio
de Asuntos Exteriores (A.M.A.E.), en su «Sección del Archivo
Histórico», dentro del capítulo correspondiente a Correspondencia con
Consulados, Tánger, legajo 2075.
2. Planteamiento de la cuestión, 1860-1877.
Algunos autores dedicados al estudio de las relaciones hispanomarroquíes,
coinciden en señalar la importancia del papel jugado por
los canarios en la inclusión del artículo 8." en el Tratado de 18607 .
Que yo sepa, sobre esto existe una breve referencia documental en
las líneas de la exposición que la Real Sociedad Económica de Las Palmas
dirigió al Ministro de Estado en 1882: «No trata esta Sociedad de
recordar las gestiones que ha venido constantemente practicando cerca
de todos los Poderes de la Nación desde antes de que por el tratado de
paz y amistad celebrado en Vad-Ras, en 26 de abril de 1860, se concediese
a España el establecimiento de la repetida factoría»8.
5. Remitimos a las obras de R. LOURIDO DIAZ, M. ARRIBAS PALAU y M. de
EPALZA, tres conocedores de las relaciones hispano-magrebíes en el siglo XVIII.
6. Consúltese además, A.H.N., Estado, Canarias: Correspondencia con embajadores
(1741-1801).
7. T. GARCIA FIGUERAS: Santa Cruz de Mar Pequeña. lfni. Sahara. La acción
de España en la costa occidental de Africa. Madrid, 1941, p. 63.
8. Archivo de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, año
1882, legajo 600, expediente 12.
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¿Existe algún tipo de documentación que recoja con todo género
de detalles los pasos de dichas gestiones? El autor de estas líneas lo
ignora, al menos en el caso de los repositorios madrileños. Por fuerza
tendrá que buscarse en los archivos canarios (Sociedades Económicas,
Ayuntamientos ... ). Su hallazgo es importante, no sólo porque habrá
de traer nuevas luces al estudio de las relaciones hispano-marroquíes,
sino porque esa documentación constituye un eslabón necesario para
definir con el mayor rigor posible los parámetros básicos en los que se
sustenta esa preocupación canaria que, como se ha visto, documentalmente
hace su aparición a fines del siglo XVIII y que, como más adelante
tendremos ocasión de ver, vive su época de máximo esplendor en la
década de los ochenta.
Hasta el año 1880, los repositorios madrileños ofrecen la más absoluta
de las carencias documentales para seguir los pasos de esa preocupación
canaria en torno a las posibilidades abiertas a la pesca y al
comercio por el art." 8." del Tratado de 1860. Unicamente a través de
las páginas del Boletín de la Sociedad Económica de Amigos del País de
Las Palmas de Gran Canaria, en concreto los extractos de sus sesiones,
puede si acaso el investigador hacerse una idea de ello, para los años de
1861 a 18709
.
Gracias a los fondos depositados en el Archivo de la Real Sociedad
Económica de Las Palmas conocemos, sin embargo, las gestiones efectuadas
por dichos sectores entre 1861 y 1874, para dinamizar unas relaciones
para cuyo desarrollo se veían no pocas trabas administrativas y
una total falta de voluntad en Madrid. La R.O. de 27 de junio de 1863
autorizando el comercio entre los cabos Nun y Blanco y, la expedición
del Blasco de Garay entre 1877-78 han sido abordadas, por de pronto,
bajo un nuevo aspecto gracias a las luces que arroja esta documentación
lO
.
9. En la Biblioteca Nacional: Sección de Publicaciones Periódicas se puede consultar
los años 1862 a 1869. En la Hemeroteca Municipal de Madrid. el año 1870. Respecto
al tema de las relaciones afrocanarias. el Boletín recoge un único artículo correspondiente
a los tres números iniciales de 1862. firmado por Domingo Deniz con el título De las
Islas Canarias en su relación con su vecina costa de Africa.
10. Cfr. la ponencia de F. QUINTANA NAVARRO presentada en este Aula.
quien tuvo la cortesía de facilitarme sus conclusiones y la información sobre la cual se
había apoyado. Gracias a ello. dirigí mis pasos al Archivo de la Real Sociedad Económica
Matritense de Madrid. con resultados satisfactorios. Vaya por delante mi agradecimiento.
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Fondos documentales en archivos de Madrid para el estudio... 107
Por lo que respecta a Madrid, para el estudio de las relaciones
entre Canarias y el Noroeste de Africa en este período, el investigador
habrá de bucear de nuevo entre la masa de expedientes depositados
en el AM.AE., en su «Sección del Archivo Histórico»,
dentro de los capítulos correspondientes a Correspondencia con Embajadas,
Legaciones y Consulados! I
, especialmente: Marruecos
-legajos 1639 al 1643-, Mazagán -legajo 1963-, Mogador -legajo
1970- y Casablanca -legajo 1862-. Asimismo, cuenta el investigador
con una recopilación de documentos diplomáticos realizada por
Ignacio Bauer, que completa en bastantes aspectos la documentación
del AM.A.E.!2
La documentación allí contenida, básicamente puede agruparse en
dos grandes temas que, continuamente son objeto de atención por los
representantes del cuerpo diplomático español acreditado en Marruecos:
aquellos expedientes donde se informa de los conflictos surgidos
por la práctica de unas relaciones comerciales irregulares y, el interés
que iba despertando aquel rincón del continente entre las potencias
europeas. Junto a ellos, se encuentran algunos documentos que tratan
sobre aquellas embajadas españolas (la de Merry y Colom a Marrakesh
en 1863 o la de Romea a Fez en 1877) y marroquíes (la de Sid Brischa
en 1877) en las que se trató la cuestión de Santa Cruz de Mar
Pequeña, dando con ello lugar a la formación de la primera Comisión
mixta hispano-marroquí.
Respecto al primero de los temas señalados, el que más interesa
traer aquí, existen algunos expedientes referentes al contrabando entre
Canarias y 'Marruecos, a los intentos por regularizar la exportación de
ganado vacuno a Canarias, al estado sanitario de las zonas del Sus y
Nun (recuérdese el papel jugado por la salud pública en la prohibición
de la práctica comercial entre isleños e indígenas) y asuntos referentes
a cautivos, como el famoso caso de los emprendedores españoles Puyana
y Buttler. Informes que hablan por sí solos de la permanencia de
una práctica comercial irregular a pesar de los esfuerzos que se hicieron
11. M.J. LOZANO RINCON y E. ROMEA IRUELA: Guía del Archivo del Ministerio
de Asuntos Exteriores. Madrid. 1981.
12. I. BAUER y LANDAUER: Papeles de mi archivo. Consecuencias de la Campaña
de 1860 (Marruecos). Madrid, s.f. La obra consta de cuatro tomos que recogen
documentos relativos a los años 1860-70. Consultable en la Bibliografía Nacional de Madrid,
Sección de Africa, de imprescindible visita por tantos conceptos.
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por parte de los sectores canarios mencionados13 y del Estado español
(Tratado de Comercio entre España y Marruecos de 1861; R.O. de
27-6-1863) para evitarlo 14.
A fines de la década de los setenta la situación permanecía aún
planteada en los mismos términos. Cesáreo Fernández Duro así lo testifica
en su Diario de abordo, con motivo de su participación en la
expedición del B/asco de Garay: «Doce o trece buques de Lanzarote
hacen la pesca en la costa de Africa más o menos al sur según las estaciones.
A pesar de la prohibición, comunican con los moros de la costa
según se echa de ver por los artículos de aquella procedencia, principalmente
por los caballos del Guad Nun que hay en Arrecife. El estarles
prohibida dicha comunicación es causa de abusos y de engaños, habiendo
por parte de los canarios tan mala fe como por la de los moros,
tratando cada cual de engañar en los tratos y originándose reyertas y
venganzas»15.
Sobre este asunto me resta dar una última indicación al investigador.
Se trata de los archivos del Consejo de Estado y el de la Matritense,
en donde ocasionalmente encontré algunas noticias.
En el primero, en una visita realizada por el mes de febrero o
13. EI7 de agosto de 1861, la Junta Local de Comercio de Las Palmas enviaba una
comunicación al Subgobernador del Distrito solicitando, según se dice en el artículo de
Domingo Deniz (p. 36, vid. nota 9), permiso para «las salidas de buques para la costa de
Africa desde Cabo Blanco del Sud, hasta Cabo Jubi; con la autorización de que llegados
que sean a aquellas riberas, puedan hacer libremente lo que sabemos que practican casi
siempre los marinos empleados en nuestra pesca del salado». El subgobernador, por su
parte, trasladó esta solicitud a la Sociedad Económica de Las Palmas el 10-8-1861. pidiendo
un informe que la citada Sociedad emitió siete días después. Es especialmente
sintomático que poco tiempo después, el Ministerio de la Gobernación adoptase el acuerdo
contenido en la R. O. de 27-6-1863 ya citada.
14. T. GARCIA FIGUERAS: La acción africana de España en torno al 98
(1860-1912). Madrid, 1966. Especialmente el T. l, c.n IX: Los intereses económicos.
Comercio, Pesquerías, Factorías Comerciales, pp. 167-195.
15. Museo Naval, Ms. 1932, Doc. 2: Diario del capitán de navío, Cesáreo Fernández
Duro, de la expedición que hizo en el vapor 'Blasco de Garay' para investigar el sitio que
ocupó Santa Cruz de Mar pequeña en la costa occidental de Africa. Escribe este texto el 6
de enero de 1878, una vez desembarcado en Lanzarote.
Por otra parte, la Sociedad Económica de Las Palmas tenía un exacto conocimiento
de la naturaleza de estas irregularidades. En el ya citado artículo de Domingo Deniz (vid.
nota 9), se decía «que el único medio de captarse la buena voluntad de aquellos bárbaros
habitantes para atraérselos a los tratos y contratos del comercio, consiste en la lealtad con
que se les trate». p. 36, op. dt.
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marzo, di casualmente con un expediente (n." 36888) depositado dentro
del legajo 43, correspondiente al apartado «Apresamiento de buques
» que, con fecha 31-3-1868, recoge una «Protesta del Ministro de
Negocios Extranjeros del Sultán, contra la ida de algunos buques mercantes
españoles a las costas del Guad-Nun».
En el segundo, mientras ojeaba las cajas donde se encuentra la
documentación correspondiente a los años ochenta del siglo XIX, que
se halla sin catalogar, hallé un par de expedientes entre la documentación
catalogada (Catálogo del Archivo, tomo XVIII, años 1862-1869,
nos. 7321 y 7365) que hacen referencia al tema16
.
Si he insistido algo en este capítulo con estas indicaciones, es porque
creo que falta por hacer un estudio serio que aborde en profundidad
los intentos por abrir esa parte de la costa occidental de Africa al
mercado de los productos españoles y canarios. Es decir, los intentos
por resolver la cuestión de Santa Cruz de Mar Pequeña antes de la
formación de la primera Comisión mixta hispano-marroquí. El investigador
habrá de atender la evolución de dos centros como Madrid y
Canarias. En este último, como ya he dicho, un archivo canario proporciona
una serie de datos valiosos. Respecto al primero creo haber
dado buena cuenta. Sólo me cabe esperar que estas líneas sirvan de
aliciente para futuras investigaciones.
3. La expedición del «Blasco de Garay», 1877-1878
Entrada la década de los setenta se despertó entre las naciones
europeas un interés inusitado por el continente africano. Eran los años
iniciales que dieron lugar a tIn proceso, caracterizado por la creación de
Sociedades Geográficas, de Asociaciones para la exploración del continente
y de la celebración de Conferencias internacionales. Un proceso
que tendría su conclusión en Berlín, entre los años 1884 y 1885, estableciéndose
las bases jurídicas del reparto de Africa.
En España, en un movimiento paralelo al europeo, se fundaba en
16. El expediente 7365 lleva el siguiente título: «Estudiar las causas del retraimiento
de los negocios y armadores españoles del continente africano».
La documentación depositada en el Archivo de la Real Sociedad Económica Matritense
de Madrid fue catalogada por quien fuera archivero de la misma, Juan PIO CATALINA,
hasta el año 1874 en 19 gruesos volúmenes. A partir de 1875 el investigador habrá
de revisar caja por caja la documentación.
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1876 la Sociedad Geográfica de Madrid y, un año más tarde, la Asociación
Española para la Exploración del Africa 17. El Estado español tenía
por entonces entre sus cuestiones internacionales pendientes, el cumplimiento
del art." 8." del Tratado de 1860 relativo a la creación de un
establecimiento pesquero junto a la antigua factoría de Santa Cruz de
Mar Pequeña.
Los miembros de esas dos nacientes instituciones, especialmente
la última, desde el principio empezaron a apoyar la idea de resolver
cuanto antes dicho contencioso.
Uno de ellos, el capitán de navío Cesáreo Fernández Duro, siendo
Vicepresidente de la Sociedad Geográfica, fue designado por el Gobierno
presidente de la sección española que habría de integrar la primera
Comisión mixta hispano-marroquí para determinar el sitio exacto
donde estuvo Santa Cruz de Mar Pequeña. Comisión que, como se
sabe, fijó para el futuro uno de los enclaves españoles en la costa occidental
de Africa: Sidi Uni.
Respecto a los trabajos, antecedentes y repercusiones de la misma,
se conservan en el Archivo-Biblioteca del Museo Naval, situado en
el antiguo Ministerio de Marina (hoy Cuartel General de la Armada),
un importante fondo documental dejado a la posteridad por el marino
y geógrafo Cesáreo Fernández Duro. Se trata de documentos manuscritos
donde se recoge la larga actividad desplegada a lo largo de su
vida, en algunos de los capítulos más sobresalientes del colonialismo
español en Africa: su estancia en Mogador como miembro del personal
que condujo a la Comisión de Hacienda encargada de cobrar la indemnización
de guerra, 1860; su participación en la primera Comisión hispano-
marroquí de 1877 (la expedición del Blasco de Garay) o, su pertenencia
a la Comisión encargada de delimitar las posesiones francesas y
españolas en la costa occidental de Africa.
Los manuscritos 1912, 1932 Y2420, respectivamente, contienen el
grueso de la documentación sobre la participación de Fernández Duro
en los trabajos de esa primera Comisión. De ellos destaca la copiosa
correspondencia cruzada entre este marino y destacados miembros del
africanismo español, pero sobre todo, algunos documentos tan reveladores
e interesantes como su Diario de a bordo.
L7. V. MORALES LEZCANO: España y el Norte de Africa: El Protectorado en
Marruecos (1912-1956). Madrid, 1984. Especialmente c." II: El Africanismo español
(1860-1975), pp. 43-84.
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Fondos documentales en archivos de Madrid para el estudio... 111
Aunque buena parte de la documentación está publicada en letra
impresa 11" hay otra parte no menos considerable de la misma que permanece
inédita. A ella y a los temas de fondo que apunta me voy a
referir a continuación.
Las islas Canarias, no sólo en ésta, sino en todas las expediciones
españolas que se dirigen hacia los territorios de la costa occidental africana,
fueron utilizadas siempre como centro de aclimatación o lugar de
apostadero y abastecimiento.
En esta expedición del E/asco de Garay, las islas Canarias aparecen
con toda claridad, desde el punto de vista de la Administración,
como el punto de apoyo imprescindible para la resolución de una cuestión
política internacional pendiente. No sólo el territorio, sino la experiencia
y el conocimiento de aquellos de sus habitantes dedicados a las
faenas pesqueras, constituyeron una suerte de plataforma privilegiada
para un Estado, débil en su constitución y de no mucho peso en la
sociedad internacional, como el de la Restauración.
Entre las instrucciones dadas a Fernández Duro por el Ministerio
de Estado a través del de Marina, aparece recogido este aspecto: «Indudablemente
para la más segura consecución del objeto propuesto
cuenta España con la proximidad de las Islas Canarias, y entre ellas
la de Lanzarote con el puerto de Naos y algunos otros fondeaderos,
adonde podrá esperarse oportunidad de tiempo bonancible que permita
abordar la costa ( ... ) puesto que V.S. de acuerdo con el jefe de la
Comisión procurará se decida la arribada a Lanzarote y fletar allí por
cuenta de ella una de las embarcaciones que se dedican a la pesca en
aquellas costas, para valerse de la práctica de su patrón y tripulaciones,
no sólo con el objeto de saber los lugares en que hay playas más o
menos abordables, sino sirviéndose de su gente, y aún del auxilio material
de sus embarcaciones menores»19.
En este texto se hacía mención a la «consecución del objeto propuesto
» de la expedición: ¿cual era ese objeto? Llegados a este punto,
la documentación recoge con toda claridad lo que al parecer tiene todos
los visos de ser una disparidad de criterios entre el objetivo asigna-
18. E. BARBUDO DUARTE: El capitán de navío Fernández Duro, explorador de
la costa Noroeste de Africa. Archivos del LD.E.A. Madrid, n." 1,1947, pp. 80-81.
19. Museo Naval, Ms. 1932, Doc. 1: Instrucciones a D. Cesáreo Fernández Duro,
presidente de la Comisión encargada de explorar la costa de Africa. Madrid, 11 diciembre
1877.
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112 V. García Franco
do por el Gobierno español a esta expedición y, los que le atribuían los
sectores de opinión más dinámicos, ya sean españoles o canarios.
En las instrucciones dadas a Fernández Duro aparece, explícito,
«el objeto principal de la Comisión». Para el Gobierno de la Nación
este era el de «determinar la situación geográfica de Sta. Cruz de Mar
Pequeña ... ; estudiar y formar un croquis tan extenso como sea prudentemente
posible, del terreno que ocupó el antiguo fuerte construido
por Herrera ... , cuidando esencialmente de describir el citado terreno
bajó el punto de vista militar». Unicamente los intereses comerciales
eran atendidos como objetivo secundario: «sin perjuicio del objeto
principal de la Comisión, sería también de gran utilidad reconocer la
costa adyacente a Santa Cruz e investigar si existe en ella puerto o
puertos que ofrezcan mejores condiciones para fondear, hacer agua y
para comunicar con tierra, reuniendo las ventajas militares apetecibles
e indispensables a la vez que necesarias condiciones que exige el co-
. 20 merclo» .
Para los africanistas españoles, el objeto principal de la expedición
era dar cumplimiento al art." 8." del Tratado de 1860 y posibilitar con
ello el desarrollo de la industria pesquera canaria y la actividad comercial
española. Los miembros de la Asociación Española para la Exploración
del Africa, haciéndose receptores de esa preocupación canaria,
desde su primera sesión adoptaron el proyecto de una exploración que
tendría «por objeto el estudio de algunos puntos de la costa occidental
de Africa, vecina a las islas de Canarias, que interesan para el progreso
de la industria y de las pesquerías de estas islas»21.
Incluso el presidente de la Comisión, Cesáreo Fernández Duro, en
un informe presentado a dicha Asociación, ampliaba los criterios y el
objeto de la expedición: «además de la acción moral y civilizadora que
debe entrar ante todo en el cálculo, se conseguiría una verdadera conquista
para el comercio, para el tráfico de cabotaje, para la ocupación
de barcos en el archipiélago, y un mercado de gran consideración para
las industrias catalanas»22.
Los textos aquí reseñados, lo han sido con el ánimo de mostrar el
20. Idem. El subrayado es mío.
21. Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, n." IlI, Madrid 1877, pp. 102-103.
22. Museo Naval, Ms. 1932, Doc. 10: Proyecto de instrucciones para la exploración
del Sus y el Wad-Nun, presentado a la Asociación española de Africa. Madrid, 4 noviembre
1877.
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Fondos documentales en archivos de Madrid para el estudio... 113
interior y las posibilidades que ofrece una documentación que abunda
en aquellos aspectos que, con nuevos métodos, vienen siendo objeto de
estudio por algunos estudiosos del colonialismo español. Como se dice
en un reciente estudio de uno de ellos, «En los orígenes ochocentistas
del colonialismo español en Africa, hubo más de imperativo fronterizo
y de africanismo teórico que de fuerzas excedentarias económico-finan-
C.Ieras»23.
4. La década dorada de los ochenta
Paralelamente a lo que tiene lugar en Madrid en el seno del africanismo
español durante los años de la década de los ochenta, en Canarias
se vive un período de idéntica animación, especialmente determinado
por el término de la primera Comisión mixta hispano-marroquí y
por el clima de reparto que empieza a hacer acto de presencia en el
viejo continente, poco antes de la reunión de la Conferencia internacional
de Berlín en 1884.
En 1879 nace la Revista de Canarias, a iniciativa de Elías Zerol024
,
que aun cuando no es específicamente africanista, sí se convierte en
receptora asidua de esa preocupación en el seno de la sociedad canaria
por los temas de política africana. La Sociedad Económica de Amigos
del País de Las Palmas, erigida en verdadera caja de resonancia de esa
latente preocupación desde el término de la Guerra de Africa de 1860,
en dos ocasiones distintas (1880 y 1882) tendrá ocasión de hacer gala de
ello con motivo de dos exposiciones dirigidas a Madrid, una aS. M. el
Rey y otra al Ministro de Estado. Por último, en el año 1883, poco
después de inaugurarse las obras del puerto de refugio de La Luz, el
ingeniero Jefe de caminos, canales y puertos Juan León y Castill025
,
23. V. MORALES LEZCANO. op. cit., p. 48. E. HERNANDEZ SANDOICA,
op. cit., p. 196: «El voluntarismo del movimiento colonial español anterior al 98 ... se
destaca ... como la característica esencial del proceso» en cuanto a que: <<Incapaz de
sustentarse sobre la débil consistencia del capital español», no acababa «de caer en la
cuenta de que no era el colonialismo la causa de la riqueza de los países del centro del
sistema capitalista. sino esa misma riqueza la que exigía la dominación de aquellos sobre
la periferia».
24. Revista de Canarias. Santa Cruz de Tenerife, 1879-1882. Puede consultarse en
el Museo Naval.
25. Entre otras cosas, Juan León y Castillo aparece en la lista de socios fundadores
de la Sociedad Geográfica de Madrid.
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114 V. Carda Franco
participa junto con otros ingenieros canarios en los trabajos de la Comisión
de reconocimiento de puertos de la costa del Sus y en los de la
segunda Comisión mixta hispano-marroquí que determina definitivamente
la rada de Uni como el estilo donde estuvo el antiguo fortín de
Santa Cruz de Mar Pequeña.
Esto y poco más (la correspondencia diplomática normal depositada
en el A. M.A. E., dando noticias del movimiento de las representaciones
europeas en la zona y del estado interior de agitación de la misma),
es lo único sobre lo que puede hallarse documentación en los
repositorios madrileños. Se trata del Archivo de la Real Sociedad Económica
Matritense de Amigos del País (A.S.E.M.) y del Servicio Geográfico
del Ejército (S.G.E.).
Respecto a los trabajos efectuados por la Comisión de puertos y
por la segunda Comisión mixta hispano-marroquí, existe una memoria
y unos croquis en el S. G. E. 26, realizados por uno de los integrantes de
esta última, el comandante de Estado Mayor Ramón Jaúdenes Alvarez:
«Nombrado el que suscribe para formar parte de la Comisión mixta
que había de dar cumplimiento al art." 8 del Tratado de Paz con
Marruecos, tuvo que trasladarse a Mogador en abril del corriente año y
de allí hacer el viaje que acordó dicha comisión para reconocer la costa
desde Agadir hasta Cabo Yubi, en los países conocidos con el nombre
de Sus y Nun.
De este reconocimiento, practicado a la vez por dos comisiones,
una que tenía por principal objeto averiguar el lugar donde estuvo Santa
Cruz la Pequeña y otra compuesta de Ingenieros de Caminos que a
petición del sultán iba a estudiar los puntos más convenientes para la
construcción de puertos que deseaba abrir al comercio europeo, ha
resultado primero la designación del punto que a España le corresponde
en Uni, y segundo saber hoy que en aquella peligrosa y desabrigada
costa excepción hecha de Agadir, sólo existen cuatro radas o ensenadas
de malas condiciones para el desembarque, pero susceptible de mejora
con las obras necesarias»27.
26. Servicio Geográfico del Ejército. «Sección de Documentación»: Cartoteca Histórica.
Indice de memorias e itinerarios descriptivos. Africa. Madrid. 1974.
27. R. JAUDENES ALVAREZ: Descripción correspondiente a los croquis de Sidi
Mohamed Sen Abd AI-Úl. Ifni, Arksís y Asaka. Tetuán, 30 octubre 1883. Vid. nota 26. p. 13.
El comandante de E.M. Jaúdenes pertenecía a la Comisión Geográfica de Marruecos
del mismo cuerpo. creada por R.O. de 23-3-1882.
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Fondos documentales en archivos de Madrid para el estudio... 115
Sobre estos trabajos existe además en Madrid en la «Sección Africa
» de la Biblioteca Nacional, una copia mecanografiada del informe
que elevó el ingeniero Juan León y Castillo al Ministro de Estado. Pero
en donde, al parecer, está el grueso de la documentación, es en el Fondo
documental Juan León y Castillo (legajo 20) depositado en el Archivo
Histórico Provincial de Las Palmas2R
.
Respecto a las exposiciones dirigidas a Madrid por la Sociedad
Económica de Las Palmas, éstas se encuentran depositadas en el
A.S.E.M.
Uno de los medios que tenía la Sociedad Económica para la consecución
del objeto para el que había sido creada era las «relaciones
con las Sociedades de la misma clase». Ese es el motivo de que enviase
un ejemplar de ambas exposiciones a la Matritense de Madrid,
entre otras, recabando su apoyo para las peticiones contenidas
en las mismas. La correspondencia cruzada entre ambas Sociedades
con motivo de este asunto, y las discusiones a que dió lugar
en el seno de la Matritense, aparecen recogidas en dos expedientes de
su archiv029
.
Si las peticiones que contenían estas dos exposiciones recibieron el
apoyo favorable de una institución como la Matritense: «que siempre
atiende solícita a advertir a los Gobiernos del país lo que, en su
opinión, más conviene a los intereses nacionales»30, no fue ese el
caso de la Sociedad Geográfica de Madrid, cuando de igual forma se
requirió su apoyo con motivo de la exposición de 1880. Para esta
Sociedad, los temas que se trataban en la misma eran: «hechos que
afectan a las relaciones internacionales entre dos pueblos y que son
28. F. QUINTANA NAVARRO: Inventario del Fondo documental Juan León y
Castillo. (En prensa).
29. A.S.E.M., Año 1880, legajo 585, expediente 3: Exposición de la Sociedad Económica
de Las Palmas de Gran Canaria sobre cumplimiento de tratados internaciqnales en
materia de pesca y piratería en las costas de Marruecos. Año 1882, legajo 600, expediente
12: «La Sociedad Económica de Las Palmas de Gran Canaria pide a la Matritense que
apoye la exposición que dirige al Gobierno acerca de los territorios de Africa concedidos
a España por el Tratado de Vad-Ras». Además puede consultarse una «Memoria relativa
a Santa Cruz de Mar Pequeña» contenida en el exp. 1 del último legajo y año citados. Y
con relación a los contactos entre la Matritense y el movimiento colonial español con
motivo de la reunión del Congreso de Geografía de 1883 y de la Exposición a las Cortes
dirigida por la Sociedad de Africanistas en 1884, puede consultarse el legajo 609. exp. 3 y
legajo 615, exp. 4.
30. A.S.E.M., Año 1882, leg. 600, exp. 12.
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116 V. Garda Franco
de la exclusiva competencia del Gobierno», por lo que esa Sociedad
debía «limitarse a manifestar a la Económica de la Gran Canaria,
que nos hallamos dispuestos a cooperar en la parte puramente geográfica,
que es lo que nos compete»31. Esto había que decirlo. Es
una manifestación más de ese «voluntarismo del movimiento colonial
español anterior al 98» a que se refiere Elena Hernández Sandoica.
(Vid. nota 23).
Los asuntos tratados en esas dos exposiciones son recogidas en la
correspondencia diplomática que contiene la documentación del
A.M.A.E. Así, nos encontramos con varios despachos que contienen
información sobre la práctica de la piratería en aquella costa (el
asesinato del patrón del pailebot 'Telémaco' de la matrícula de Canarias,
en concreto) que, en buena medida, es el motivo que origina
la exposición de 1880. Otros despachos dan cuenta de la expedición
del Sultán al Sus, de la apertura de Agadir al comercio o de informes
sobre el cumplimiento del art.O 8.° del Tratado de 1860, cuestiones
todas que constituyen los argumentos en que se sustenta la exposición
de 188232.
Como se ve, la Sociedad ponía una vez más de manifiesto esa
preocupación por aquellos problemas que afectaban más directamente
a las islas Canarias desde el final de la Guerra de Africa de 1860. Pero
esa preocupación, ¿hasta qué punto respondía a la realidad y en qué
medida no era producto de la expresión de un deseo? Yesos sectores,
¿quienes eran y qué grado de representación tenían en el seno de aquellas
instituciones que les apoyaban?
Sólo contestando a esas y otras preguntas, podremos establecer el
papel preciso que jugaron esos sectores de la Sociedad canaria, desde
instituciones como la Sociedad Económica, por potenciar unas relaciones
inscritas en los orígenes ochocentistas del colonialismo español en
el Noroeste de Africa.
Para este tema en concreto, los fondos documentales depositados
en la Provincia de Madrid contienen sólo una parte, y no muy abundante,
de la información. La otra, habrá de buscarse en los archivos de las
islas Canarias.
31. Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, n.O IX, Madrid 1880, p. 349.
Extracto de las Actas de la Sesión del día 28 septiembre 1880.
32. A.M.A.E.: Correspondencia con Embajadas y Legaciones: Marruecos, lego
1641.
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Fondos documentales en archivos de Madrid para el estudio... · 117
11
RÍo DE ORO
La documentación para seguir de cerca el estudio de este importante
capítulo del colonialismo español en Africa, al menos para el
siglo XIX, no es muy abundante que digamos. Si exceptuamos dos memorias
sobre la colonia de Río de Oro depositadas en la «Cartoteca
Histórica» del S.G.EY y, algunos expedientes sueltos correspondientes
a la documentación diplomática contenida en el A.M.A.E., las
fuentes documentales para abordar con detalle el estudio de esa suerte
de protectorado que España estableció allí en diciembre de 1884, se
han de buscar en el Archivo General de la Administración y en el Archi-vo-
Biblioteca del Museo Naval. .
Respecto al primero, supe de su existencia por casualidad, en una
visita que realicé para ultimar algunos detalles, poco antes de entregar
este trabajo a la Comisión coordinadora de este Aula. Ojeando uno de
. los inventarios que este repositorio tiene para los territorios del Golfo
de Guinea34
, me encontré con la inesperada sorpresa de ver en el mismo
bastantes referencias a la colonia de Río de Oro, aun cuando enmarcadas
en los límites cronológicos del siglo xx. Pues bien, la caja 167
de dicho inventario contiene en los expedientes 3 y 4 algunos documentos
relativos a «Antecedentes relacionados con la Colonia de Río de
Oro 1884-1891 y 1918-1920».
La importancia de estos documentos, sin duda, debe estar en la
información que pueda darnos sobre la evolución interna de la colonia,
desde el punto de vista administrativo. Y digo debe, porque la premura
de tiempo y el hecho de no estar en posesión de un permiso expedido
por Presidencia del Gobierno, como cóndición indispensable para su
consulta, hubo de posponerla. A esto tendré ocasión de referirme más
adelante.
La documentación depositada en el Archivo-Biblioteca del Museo
Naval es, pues, a la que voy a referirme a continuación; en concreto a
unos expedientes «referentes a las pesquerías y factoría de Río de Oro
33. Vid. nota 26, caja 6-II N.O 11 Y6 bis-IV N.o 1.
34. A.G.A., "Sección Africa»: Relación de expedientes no descritos en la Guía de
Fuentes. Se refiere a España. Guía de Fuentes para la historia del Africa Subsahariana.
UNESCO, 1971.
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118 V. Garda Franco
y otros asuntos relativos al Protectorado de la Costa Occidental de
Africa, 1884-1885 y 1894-1901»35.
A diferencia de la cuestión del cumplimiento del art." 8." del Tratado
de 1860, inscrito jurídicamente en el marco de una política internacional
pactada -statu quo-, determinante en buena medida de las
relaciones del Estado español y, en definitiva, del archipiélago canario
con el territorio comprendido entre los ríos Sus y Nun (Sidi Uni), el
establecimiento español en el espacio de costa situado al sur de los
límites meridionales del Sultanato de Marruecos (el futuro Sahara español)
se inscribió en el marco bien distinto de una política internacional
agresiva -imperialismo- que por entonces (1884-85) se aprestaba
a consumar el reparto del continente africano.
Tanto el Estado como los sectores de opinión africanistas más sensibles
a los problemas de política africana, venían observando, a través
de la privilegiada atalaya del embarazoso asunto de Santa Cruz de Mar
Pequeña, la inquietante presencia de las avanzadas y de las representaciones
oficiales de los Estados más industrializados y poderosos de Europa.
En aqueilos años previos a la reunión de la Conferencia internacional
de Berlín, los africanistas españoles protagonizan uno de los períodos
de mayor agitación en su historia. En el seno de la Sociedad Geográfica
de Madrid se inicia un debate (21 de noviembre de 1882 a 30 de
enero de 1883) «acerca de las relaciones posibles de España con Africa
». Poco después, en noviembre de 1883, promueve la celebración de
un Congreso de Geografía Colonial y Mercantil del que iba a surgir el
grupo de presión colonial español por excelencia -la Sociedad Española
de Africanistas y Colonistas-, con objeto de «ilustrar y agitar la
opinión pública acerca de los problemas de política hispano-africana y
mover a los poderes públicos, por los procedimientos modernos de
meetings, conferencias con el Gobierno, publicaciones ... »36.
La extensa costa del Sahara, enfrente mismo del archipiélago canario,
era uno de esos problemas que poco después acabaría asumiendo
como cuestión de interés nacional el Estado español de la Restauración.
Contagiado igualmente por los acontecimientos, declarará bajo
35. Museo NavaJ, Ms. 2398. Doc. 12. La documentación es una fotocopia del original
que se encuentra depositado en el Archivo Don Alvaro de Bazán (Ciudad Real). Vid.
Guía de los archivos de Madrid. (nota 1).
36. T. GARCIA FIGUERAS: La acción africana ... , op. cit.. p. 105.
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Fondos documentales en archivos de Madrid para el estudio... 119
protección española (R.D. de 24 de diciembre de 1884) una corta extensión
de litoral de la costa occidental de Africa, comprendida entre
los cabos Blanco y Bajador: el denominado Protectorado de Río de
Oro.
La documentación depositada en el Museo Naval hace referencia a
la actividad desplegada por la Administración española en los meses
previos a dicha declaración. En ella destaca, entre otras cosas, el papel
asignado a las islas Canarias y a los intereses pesqueros de sus armadores
en los orígenes de esta historia.
Es el caso de una Real Orden que el Ministro de Estado trasladaba
al de Marina, el 15 de noviembre de 1884, para que comunicara al
«comandante de las fuerzas navales de S.M. surtas en las islas Canarias
», el objeto de la misma: «Excmo. Señor. En los momentos actuales
en que como V.E. no ignora, los principales Estados de Europa se
proponen establecer en las conferencias próximas a celebrarse en Berlín
las condiciones con que en lo sucesivo únicamente podrán considerarse
como efectivas las ocupaciones verificadas en territorios hasta
ahora no ocupados, razones de alta política han impulsado al Gobierno
de S.M. a atender en determinados límites, las gestiones que desde
hace tiempo venía practicando la Sociedad de Africanistas, a fin de
obtener el apoyo oficial para las adquisiciones de territorios que pudiera
tener en el Río de Oro y Cabo Blanco, situados en la costa occidental
de Africa.
Recibido aviso confidencial de que los delegados de la referidad
Sociedad han ocupado ya algunos de los puntos cuya adquisición les
había sido encomendada, el Gobierno de S.M. entiende que ha llegado
el momento de que por las fuerzas navales situadas en Canarias, se les
dispense toda la protección a que tuviesen derecho por las cesiones hechas
a la Sociedad o adhesiones de los Jefes de las tribus que ocupan
aquellos territorios.
En este caso convendría que los comandantes de los buques de la
Real Armada procurasen, por los medios usados en semejantes casos,
dar toda la fuerza posible a las anexiones hechas por la Sociedad de
Africanistas o cualquiera otra Sociedad española análoga, pero siempre
en la inteligencia de que su misión ha de limitarse a amparar hechos
realizados»37.
El Ministro de Marina, con fecha 26 de noviembre de 1884, trasla-
37. Museo Naval. Ms. 2398, Doc. 12. El subrayado es mío.
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120 V. García Franco
daba esta Real Orden al comandante de Marina de Santa Cruz de Tenerife.
En ella se daban instrucciones precisas al comandante de la goleta
'Ceres' y al capitán de fragata Pedro de La Puente para que, como
se había ordenado, diesen «toda la fuerza posible a las anexiones hechas
por la Sociedad de Africanistas». La misión había recaído sobre
dos oficiales de la Armada que, desde el 26 de mayo de 1884, venían
prestando servicios de «protección y auxilios ... a las Compañías o empresas
nacionales establecidas o que se establezcan en la Costa Occidental
de Africa, para explotar la industria pesquera u otros fines comerciales
»38.
Los informes y cartas oficiales o de carácter privado que estos dos
oficiales enviaron al Ministro de Marina con motivo de estos dos servicios
fueron recibidos «con el mayor aprecio e interés» no sólo por el
propio Ministro, sino por el entonces Jefe del Gobierno.
La documentación da buena cuenta de ello. Entre las razones de
alta política que determinaron la declaración del Protectorado español
en Río de Oro y su comunicación a las potencias, se halla claramente
explicitado el punto de vista del interés nacional: el de los intereses pesqueros
canarios.
En una carta dirigida al Ministro de Marina, con fecha 15 de noviembre
de 1884, el Presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas
del Castillo le nofificaba «tener el gusto de acusarle el recibo de
la carta de D. Pedro de La Puente, con la cual se queda para estudiarla
más despacio, pero se apresura a decirle que esa carta le convence más
y más de que urge por todo extremo que se establezca alguna pesquería
en el Puerto de Loro y que se declare la protección de España en aquel
Puerto en la misma forma que ha declarado Alemania en el territorio
del Río Camarón»39.
Cinco días antes (19 de diciembre) de la declaración de Protectorado
español en Río de Oro, un despacho dirigido al Ministro de Estado
por el de Marina recogía similares argumentos. Para el Ministro
de Marina, los puntos de Río de Oro y la Bahía del Oeste, eran «necesarios
para que una porción de súbditos españoles ejerzan y
conserven una industria ya formada como es la de la pesca de los canarios,
industria que además es necesaria para la alimentación de
38. Idem. El capitán de fragata Pedro de La Puente en 1882 y 1885, respectivamente,
presentó dos informes sobre la pesca en Canarias en la costa de Africa.
39. Idem.
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Fondos documentales en archivos de Madrid para el estudio... 121
gran parte de los habitantes de dichas Islas Canarias». Por ello, estaba
«perfectamente justificado, bajo el punto de vista del interés
nacional, la conservación de estos puertos para conservar una industria
española ya existente, y que correría grandísimos riesgos el día en
que ... otra nación ocupara los espresados puertos». Esta razón, junto a
motivos de interés internacional obligaban «al Gobierno de S.M. a estudiar
la ocupación de los puntos antes citados», concluía el Ministro
de Marina40
.
Aquellas exposiciones dirigidas por la Sociedad Económica de
Las Palmas en 1880 y 1882, después de todo no habían caído, a
lo que parece, en saco roto. No sólo el africanismo español, sino
incluso la Administración española, recogían los argumentos defendidos
por la Sociedad Económica desde el término de la Guerra de
Africa de 1860. Pero, ¿era éste, en' realidad, el verdadero motivo
que impulsó al Gobierno a declarar el Protectorado sobre Río de
Oro?
TERRITORIOS DEL GOLFO DE GUINEA
En lo que respecta a los territorios del Golfo de Guinea durante el
siglo XIX (Fernando Poo), por primera vez, ya diferencia de los capítulos
anteriores, nos encontramos con un tipo de documentación de carácter
estrictamente administrativo que recoge con bastante lujo de detalles
el papel jugado por las islas Canarias dentro del engranaje del
colonialismo español en Africa.
Aparte de algunos expedientes de no mucha importancia que se
encuentran en el A.M.A.E., «Archivo Histórico» (Política, Ultramar y
Colonias, Posesiones en Guinea, legajo 2890), el A.H.N. «Sección VI-o
tramar» (legajo 5500-5504) y el Archivo-Biblioteca del Museo Naval, la
documentación se encuentra depositada en su totalidad en la «Sección
Africa» del Archivo General de la Administración (A.G.A.) en Alcalá
de Henares. Dicha Sección cuenta con tres inventarios sobre Guinea
para los siglos XIX y XX a través de los cuales el investigador puede
hacerse una idea de los fondos allí contenidos: una fotocopia de la
«Guía de Fuentes para la historia del Africa Subsahariana», una «Rela-
40. Idem.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
122 V. García Franco
ción de expedientes no contenidos en la Guía de Fuentes» y un voluminoso
inventario topográfic041
•
A partir de 1858, año en que empieza a funcionar una administración
permanente en' los territorios del Golfo de Guinea, es lógicamente
cuando encontramos series documentales que recogen los distintos
asuntos relativos a las mismas y, en especial, la correspondencia normal
burocrática (despachos, oficios, informes) que se cruzan los distintos
departamentos ministeriales del Gobierno de la Nación con el Gobierno
General de los territorios del Golfo. Para el período anterior a
esta fecha, el investigador habrá de buscar en otra parte42
•
La población española que a partir de entonces se establece en la
isla de Fernando Poo fue la que el Gobierno español consideró imprescindible
para cubrir unos servicios mínimos y ejercer un principio,
igualmente mínimo, de administración. Funcionarios del cuerpo civil,
una pequeña guarnición de soldados de Infantería de Marina, religiosos
y personal de oficios básicos, eran el grueso de personas que componían
la colonia española. Una población, sin embargo, que por mínima
que fuera, tenía unas necesidades que el Gobierno se veía obligado
a cubrir.
Las islas Canarias, al igual que en los capítulos anteriores, jugaron,
en este caso, también un papel decisivo. Como dijimos en páginas
anteriores, Canarias se constituyó en un centro imprescindible de aclimatación,
tanto para exploradores como Iradier que pasó una buena
temporada en el archipiélago antes de emprender su viaje al Golfo de
Guinea, como para aquellos habitantes de la colonia que cuando enfermaban
eran conducidos, a veces, a las islas donde se les internaba en
algunos de sus centros sanitarios.
41. Para consultar la documentación en la «Sección Africa» del A.G.A.. el investigador
ha de contar con un permiso previo expedido por la «Secretaría General Técnica»
de la Presidencia del Gobierno. El autor de estas líneas posee una autorización correspondiente
para consultar la documentación sobre Ceuta y Melilla hasta 1936. Dada la
falta de tiempo. me valí de la ayuda prestada por mi colega y amiga Teresa Pereira, que
próxímamente presentará las conclusiones de su trabajo sobre el colonialismo español en
Guinea en el primer tercio del siglo xx.
42. Hasta 1858 en las islas de Fernando Poo se suceden gobernadores ingleses que
enviaban informes al Gobierno británico para satisfacer su interés por la zona. Esta documentación
se encuentra en el Public Record Office. Cfr. V. MORALES LEZCANO:
Archivos anglo-franceses para el estudio del colonialismo español en Africa. Ciclo de
conferencias Archivos para la historia de la Restauración. A.H.N., (X-Xl, 1981). Madrid,
1982, p. 34.
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Fondos documentales en archivos de Madrid para el estudio... 123
Desde el punto de vista judicial, Canarias jugó un importante papel
en la medida en que todos los delitos o procesos que se incoaban en
los territorios del Golfo de Guinea, tenían que ser supervisados por la
Audiencia Territorial de Las Palmas.
Pero las islas Canarias juegan sobre todo un papel fundamental: el
de ser un gran almacén de abastos de aquellos productos (víveres, medicinas
... ) básicos para cubrir las necesidades de la población de la
colonia española.
La documentación referente a este aspecto concreto de las relaciones
canario-guineanas, se encuentra depositada en 6 cajas (710, 711,
715,716,717 YnO) de la «Sección Africa» del A.G.A., sección Guinea.
Una documentación procedente del Archivo-Biblioteca del antiguo
Ministerio de Ultramar, como consta en el consiguiente registro de
entrada de los expedientes que componen dicha documentación.
El aspecto más interesante de este material administrativo es el
continuo forcejeo que se plantea entre la Administración española y los
proveedores de servicios (pasajes y fletes, además de víveres y medicinas)
que se prestaban al Golfo de Guinea desde Canarias. Forcejeo
que básicamente era producido por los continuos retrasos en el pago de
dichas prestaciones43
•
El análisis de los textos, en este caso administrativos, refleja, al
igual que en los anteriores capítulos, las carencias de un edificio colonial
cuyas bases se ponen en la centuria del ochocientos. El investigador
podrá encontrar en esta documentación, la razón de ser de ese
efificio, en lo que respecta a los territorios del Golgo de Guinea. Yen
lo que concierne a Canarias, su utilización como punto de apoyo para
mantener una política administrativa de servicios mínimos. Política que
a medida que el archipiélago iba ocupando un lugar de primer orden en
materia estratégica y comercial, iría evolucionando hacia nuevos planteamientos.
Pero es ya parte de la historia del siglo xx.
La historia de estos capítulos iniciales del colonialismo español en
la costa occidental de Africa se cerraba, al menos para dos de ellos, del
27 de junio de 1900 en París tras la firma del Convenio entre España y
Francia para la delimitación de sus Posesiones (Sáhara y Golfo de Guinea)
en la costa occidental de Africa.
43. Cfr. la ponencia de T. PEREIRA presentada en este Aula: Apuntes para un
esquema de las relaciones marítimo-comerciales entre Canarias y el Golfo de Guinea
(1858-1900).
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Convenio que por sí sólo constituye un capítulo aparte para el que
existe considerable documentación depositada en el A.M.A.E., en el
A.G.A. y sobre todo en el Archivo-Biblioteca del Museo Naval, en
donde se hallará, entre otros papeles, el Diario de Cesáreo Fernández
Duro, correspondiente a los meses de febrero a octubre de 1886, como
miembro de la Comisión española de Iímites44
. Datos que habrán de
completarse con los fondos documentales depositados en el Archivo
Fernando León y Castillo en Las Palmas45
•
Entrado. el siglo xx, la historia de estos tres enclaves españoles
seguirá una evolución distinta. En ella, las islas Canarias, por lo pronto,
verán aumentadas sus relaciones con los mismos adquiriendo un
papel de mayor protagonismo. Pero para saber de todo esto, el investigador
habrá de dirigirse especialmente al Archivo General de la Administración,
a su «Sección Africa», en donde existe además para Ifni y
Sahara un voluminoso «inventario topográfico de los fondos del extinguido
Gobierno español en el territorio de Ifni. 1902-1969», de 316
páginas, que contiene 1506 cajas. Igualmente, el investigador hallará
documentación en el Servicio Histórico Militar, «Ponencia de Africa»,
sobre Ifni y Sahara para este período.
44. Museo Naval, Ms. 1914, De. 4.
45. J.M. DELAUNAY: Archivo Fernando León y Castillo. Inventario General. (En
prensa).
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