UN MÚSICO CANARIO EN AMÉRICA:
SANTIAGO SABINA CORONA
1. VIDA Y OBRA
Al iniciar este trabajo nos hemos propuesto como principal ob-jetivo
el rastrear la vida y la imp~rtantetr ayect~riíim ilsicz! de U II
gran canario, dado que somos nosotros mismos los que debemos re-.
conocer, destacar y elogiar a todas aquellas personas que han lucha-do
en, para y por nuestras islas, que fueron capaces de traspasar las
fronteras, de depositar en otras naciones su saber, y de regresar luego
al Archipiélago para legamos a todos los conocimientos que adqui-rieron
fuera, aportando también todos aquellos elementos que por
ser propios de la tierra nos identifican.
Nace en Santa Cruz de Tenerife, el 25 de abril de 1893 ', de la
unión matrimonial de D. Santiago Sabina Hemández2 y de D.a Rosa
Corona Martín3, ambos naturales del pueblo de Candelaria4. La ca-pital
santacrucera vio venir al mundo al que años más tarde llegaría
a ser un excelente profesional de la música y, lo que es aún más difí-cil,
en un ser de sobresaliente humanidad.
Fueron sus abuelos por línea paterna D. Dionisio Sabina Castro
y D.a Dominga Hemández Pérez, y por la materna D. Bartolomé Co-rona
y D." María Martín y Torres; aquéllos oriundos de Candelaria,
y éstos de La Matanza y Candelaria, respectivamente, no habiendo'
1. Archivo Parroquia1 de la Iglesia de San Francisco de Asís: Libro 9 de bautis-mos,
folio 99.
2. Registro Civil de Santa Cruz de Tenenfe: Libro de nacimientos, sección
tomo 33 pág 394.
3. da Prensa», Santa Cruz de Tenerife, 28 de noviembre de 1935.
4. Registro Civil de Santa Cruz de Tenenfe: Libro de nacimientos, sección 1 .a
tomo 33, pág. 394.
426 A. M." Díaz Pérez
conocido el pequeño a ninguno de sus dos abuelos, porque tanto el
uno como el otro habían fallecido antes de que naciera5.
Seis días después, el uno de mayo, fue bautizado con el nombre
de Santiago Cleto del Santísimo Sacramento, en la parroquia de San
Francisco de Asís, por el sacerdote D. Antonio Verde y León, ac-tuando
de madrina D." Rosario Galván6.
Pasa su niñez en el barrio de El Toscal, donde nació, en una tí-pica
casa terrera que tenía el número catorce de la calle de San Mar-tin7.
Allí, el maestro valenciano D. Ricardo Sendra iba a impartir
clases a sus hermanas y, un día, oyó tocar en el piano las lecciones,
descubriendo al niño, que en esa época contaba siete años de edad.
El Sr. Sendra comprendió que en aquel chiquillo se encontraba un
gran futuro musical, y fue el propio profesor quien lo alentó, sugi-riendo
que sería una gran pena que aquella vocación se perdiera. Ha-ciendo
caso a aquella sugerencia, el muchacho realiza estudios de
solfeo, piano y armonía en Santa Cruz para continuarlos, más tarde,
en Madrid, recibiendo las clases del Sr. Fontanilla, profesor del Con-servatorio
Nacional a.
Le bastarían pocos años más para entrar de lleno en «su mun-don,
en ese universo de la música que ocuparía toda su vida, ya que
con diez años dio un concierto en Santa Cecilia, sociedad filarmóni-ca
de la que hablaremos más adelante9.
Melómano innato, tenía diecisiete años recién cumplidos cuan-do
debutó como director, tomando la batuta, por primera vez, al di-rigir
la orquesta del teatro de la Princesa en ValencialO.
Entre 19 10 y 19 13 trabajó en casi toda España, llevando la direc-ción
de diferentes compañías de opereta y zarzuela. También por es-tos
años su tierra natal se vio honrada con su presencia en el hoy desa-parecido
Parque Recreativo al frente de la Compañía de Gamero ' l .
< rI.:rlam
J. IVIUCLII.
6. Archivo Parroquia1 de la Iglesia de San Francisco de Asís: Libro 9 de bautis-mos,
folio 99.
7. Ibidem.
8. RODRIGUEZ, Domingo: Lo que entonces dijo La Prensa. «El Díw, Santa
Cruz de Tenenfe, 2 de septiembre de 1966.
9. Autobiografias. Biblioteca Canaria. Escritores y artistas. Santa Cruz de Tene-
-,P; o-,, .G.- ,p&a. !?!, !??, !??, !?4, !?5 4' !?V.
10. Ibidem.
1 1. ibidem.
Un mmtisiro canario m AmPrica ... 427
S,inii;ipu Sabina pintado por Teodoro Ríos.
428 A. M." Díaz Pérez
Durante los dos años siguientes, 191 4 y 191 5, el Sr. Sabina uni-do
al célebre artista Frégoli, actúa en Francia y realiza una tournée
por el continente americano, visitando varios países, a saber: Brasil,
Argentina, Chile, Cuba y América Central. Pero al llegar de nuevo al
Viejo Continente, concretamente a Italia, D. Santiago deja la compa-ñía
del mencionado Frégoli, puesto que éste decidió disolverla, y es
en este lugar donde el gran músico demostró ser un hombre de enor-mes
inquietudes en el terreno de la música, prueba de ello fueron sus
propias palabras cuando dijo: «Ya en este país, el país soñado de to-dos
los artistas, trabajé cerca de cuatro años como maestro director y
concertador de conjuntos líricos, afanándome cuanto pude en el es-tudio
y la perfección de mi arte, y adquiriendo así, a base del propio
esfuerzo, la cultura musical necesaria para no ser un indocumentado
en estas materias)) 12.
Cloi??'a e! afio 1917 c~ando!o encontamos e: ?a& !!ama&
para dirigir una ópera de tema español del maestro Contesse con el
título de «Pepita», en el teatro Sarah Bernhard, pero el artista no ce-jaba
en su empeño musical y aprovechó la ocasión para que el públi-co
de la capital francesa lo conociera, obteniendo un gran éxito las
obras «Polichinela» e «Impresiones de Oriente)) 1 3 .
Infatigable viajero, el excelente maestro marcha de nuevo a Ita-lia,
donde entabla relación con el poeta Goffredo Fanti, quien pide
al eminente director ponga música a un poema de trama romántica,
y, puesto que la obra fue de su gusto, compondría su primera ópera
llamada «L'Errante», en dos actos; luego pone punto final a una
nueva ópera, cuyo libreto formaba parte del poema citado, y que se
llamaba «Mistico Fonte» 14.
Como dato curioso destacaremos un hecho que le ocurrió a D.
Santiago durante la Primera Guerra Mundial, y que, según él, no ol-vidaría
nunca: se encontraba en el frente italiano, debido a su deseo
de hallar nuevas sensaciones y de llevar a cabo una acción de huma-nidad,
ya que estaban hiicionando los soldabss :res teatr~sa,
los que fue invitado junto a otros artistas para realizar algunas actua-ciones.
Fueron avisados desde el Alto Mando que el peligro austría-co
había desaparecido, pero he aquí que, al día siguiente a las cinco
12. Ibidem.
13. Ibidem.
14. Ibidem.
Un músico canario en América ... 429
de la madrugada, explotó una bomba con lo que se dio la orden del
rápido abandono de la ciudad. El prestigioso maestro comenzó a
marchar desde las seis de la mañana, cruzando los nos Silla, Livenza
y Tagliamento, y, habiendo atravesado este último hacia las ocho de
la noche, tomó luego un tren que lo llevó a Bolonia; en esta ciudad
leyó en los periódicos que los puentes de los ríos por los que había
pasado, hacía pocas horas, habían sido destr~idos'~.
El maestro tinerfeño contó con una doble faceta a lo largo de su
vida artística: la de director y compositor, siendo sus originales tan
preciados que los músicos de renombre incluían en los repertorios
sus creaciones, y así, en junio de 1919, el director de orquesta italia-no
Toscanini puso en escena en Padua una de sus primeras composi-ciones,
la denominada «Danza Exótica» 16.
D. Santiago era reclamado por muchos personajes del mundo
artístico, lo que prueba su valía, de modo que es ahora Esperanza
Iris quien le propone poner a su compañía bajo las órdenes de su ex-perta
batuta; él aceptó y viajó a Madrid desde Canarias, tras haber
pasado una breve estancia en el Archipiélago, en 192 1. En la capital
de España llevaron a cabo una brillante tarea, pasando luego por los
teatros más importantes de la Península, y marchando desde aquí al
Nuevo Continente para actuar en Uruguay, Argentina y Brasil 17.
El ilustre músico demostró llevar siempre en su mente a las Islas
Canarias y a su entrañable familia, por lo que al tomar Esperanza
Iris la determinación de quedarse en Méjico, él resolvió regresar a
Tenerife para descansar, un corto período de tiempo, junto a sus pa-dres
y hermanos D.a Adela, D. Juan y D." Amalia, que en ese mo-mento
vivían en la calle de Candelaria; aquí sufrió una indisposición
que le hizo guardar camal8.
En Madrid su vida sentimental cambiaría, pues conoce a la mu-jer
de sus sueños, una joven madrileña, que según nuestro propio cri-terio,
porque hemos tenido la oportunidad de conocerla, mostraba
una extraordinaria personalidad y una gran amabilidad.
Ya en una nueva década, en el mes de febrero de 1922, se repre-
15. Ibidem.
16. Información oral de D." María de la Cruz ~ánchez-~obez.
:7 . ~üiüt i iügrüJfüB~i.b iioieca Canana. Escritores y artislas. Santa Cruz de i e n e -
rife, págs. 131, 132, 133, 134, 135 y 136.
18. Ibidem.
430 A. M." Diaz Perez
senta la «Cavallería Rusticana)) interpretada por Matilde Martín
y Jorge Sansón, dirigiendo la orquesta nuestro paisano a petición de
varios organismos, donando la recaudación al Ejército Africano Ig.
Al año siguiente es llamado por el teatro Apolo de Madrid para
montar y dirigir «El Barbero de Sevilla» de Amadeo Vives. A conti-nuación
el mismo teatro ve estrenar su ópera «Nelva», que pusieron
en escena Matilde Martín y Jorge Sansón; más tarde la llevaría a
Barcelona, cantándola la tiple Bugatto y el tenor Emilio Vendrel120.
Por esta época el popular compositor emprende sus últimos via-jes
a América, iniciando otra tournée junto a la ya mencionada Es-peranza
Iris2'.
Es en la capital de España, donde el famoso director contrae
nupcias, tras un moviazgo de tres años, con D." María de la Cruz
Sánchez López- Sanford, el día 15 de noviembre de 1923 en la iglesia
de Nuestra Señora de los Angeles de Cuatro camino^^*^ apadrinan-dolos
D. Ramón Baudet (padre) y D.= Amalia Sabina Corona, her-mana
del ~ o n t r a y e n t eb~e~nd; ijo el sacramento D. Angel S á n c h e ~ ~ ~ .
De este matrimonio nacieron tres hijos, una niña y dos varones25.
Transcurridos dos años, en la capital barcelonesa, estrena una
zarzuela costumbrista bajo el nombre de «La Serrana)), en el teatro
El Dorado y en el Novedades de la capital de España, la cual en di-cha
ocasión fue representada por la compañía de Eugenio Casal; y
en Santa Cruz de Tenerife se escenifica la zarzuela, en tres actos, «La
Fuente de los
El maestro Sabina no era partidario de dirigir sus propias obras,
motivo por el que buscaba siempre una excusa para evadirse, así,
19. RODRIGUEZ, Domingo: Lo que entonces dijo La Prensa. «El Día», Santa
Cruz de Tenerife, 2 de septiembre de'1966.
20. Ibidem.
21. Ibidem.
22. Archivo parroquia1 de Nuestra Señora de Los Angeies: Li'bro 1." de matrimo-nios,
folio 199. Madrid.
23. Información oral de D.8 María de la Cniz Sánchez-López.
24. Archivo Parroquia1 de Nuestra Señora de Los Angeles: Libro 1 .O de matrimo-nios,
folio 199. Madrid.
25. Información oral de D. M.a de la Cruz Sánchez-López.
26. RODRIGUEZ, Domingo: Lo que entonces dijo La Prensa. «El Día», Santa
Cruz de Tenenfe, 2 de septiembre de 1466; y
H. Anglés y J. Pena: Diccionario de la Música Labor. Editorial Labor. Barcelona,
tomo 11, 1954.
Un músico canario en América ... 43 1
cuando se representó «La Serrana)) en Gijón, hubo de ser dirigida
por el segundo maestro, puesto que no encontraban por ninguna
parte a D. Santiago; al regresar le preguntaron que dónde se había
metido y él cotestó: he ido al barbero2'.
Es interesante destacar su actuación en Sevilla con «El Hechi-zo
», en 1930, y con una opereta denominada «El Vencedor de los
Parthos~e, n 1932, en El Ideal de Madrid28.
Buenos Aires le recibe en 1934 para presenciar su actuación al
frente de la orquesta de una compañía española de ópera, a la que
pertenecían el tenor Arrégui y Matilde Vázquez, representando en el
teatro Colón de la capital argentina «Maruxa», «Las Golondrinas»29,
y estrenando la zarzuela «Luisa Femanda)). Al marcharse de este
país lleva en sus manos un contrato para volver en la temporada del
año 36 al citado teatro, pero causas ajenas a su voluntad le impidie-ron
Con este viaje dijo su adiós definitivo a Sudamérica, puesto que en
1935 retorna a Madrid3', y de aquí a valencia, contratado por el Princi-pal.
En esta ciudad se produce un hecho trascendental, D. Rafael Har-disson,
director del Conservatorio de Música de Santa Cruz de Tenerife,
va a verlo para convencerlo de que regrese a su tierra natal, con el fin
de ponerse al frente de la proyectada Orquesta de Cámara, pues desde
hacía cinco años estaban intentando traerlo a la capital tinerfeña. Re-gresa
de nuevo a Madrid y, en el mes de julio, el barco Santana lo con-duce
a Tenerife, acogiendo de nuevo la isla al perconaje, pero esta vez
de forma irrevocable al fijar su residencia en nuestra capital3*.
El maestro Sabina, santacrucero de raíz, quiso vivir y morir en
su tierra desarrollando una intensa obra cultural, muestra de ello fue
la renuncia a interesantes propuestas, las cuales lo hubieran ausenta-do
de su patria chica33, cuando todos sabemos que tabajar en nuestro
-- -
27. información orai de D." Maria de la Cruz Sánchez-López.
28. RODRIGUEZ, Domingo: Lo que entonces dijo La Prensa. «El Día», Santa
Cruz de Tenerife, 2 de septiembre de 1966.
29. Ibidem.
30. Información oral de D.a María de la Cruz Sanchez-López.
3 1. RODRIGUEZ, Domingo: Lo que entonces d ~ L~a oPr ensa. «El Día», Santa
Cruz de Tenerife, 2 de septiembre de 1966.
32. información orai de D." Maria de la Cruz Sánchez-López.
33. ALVAREZ CRUZ, Luis: El Maestro Sabina ha muerto. La música tinerfeña
de luto. «El Día», Santa Cruz de Tenerife, 1 de septiembre de 1966.
432 A. M." Diaz Perez
Archipiélago supone actuar en un campo muy reducido por los 1í-mites
que ofrece la propia insularidad.
2. EL MAESTRO SABINAY LA ORQUESTDAE CÁMARADE CANARIAS
No podemos habar de la trayectoria de la Orquesta de Cámara
de Canarias sin referirnos a D. S. Santiago Sabina, porque él, que de-dicó
toda su vida al arte de la música, fue su director.
En la junta del 8 de junio de 1935 se crea la Orquesta de Cáma-ra
de canaria^^^. En un principio, el citado organismo pasó momen-tos
muy difíciles, pero gracias a la constancia y esmero de sus miem-bros
y de la persona que llevaba las riendas pudo obtenerse el fín
propuesto35, empezando los ensayos en el mes de julio36.
E! !? de septiembre de 1935 !es hndad~r e sd e! Censvwuterie
de Música realizaron un llamamiento en el que expusieron las razo-nes
por las cuales Tenerife debía contar con la Orquesta de Cámara.
Esos motivos son los que a continuación se expresan:
En la isla se estaba produciendo una serie de hechos
que no podían soslayarse, tales eran el crecimiento de la
población, la urbanización de Santa Cruz de Tenerife, la
afluencia de extranjeros y, además,.se contaba con el ma-logrado
antecedente de la Sociedad Filarmónica Santa
Cecilia.
El manifiesto citaba también el cometido de la or-questa
y en uno de sus apartados se aludía a la dirección,
refiriéndose a ella con estas palabras: «Ahora bien, la efi-cacia
de una orquesta estriba muy principalmente en la
inteligencia, cultura, dotes artísticas, autoridad musical,
competencia técnica . y condiciones de conductor de , -..:-e --..-,. 1" A:.,.,.,.,.*.
YUICII aauilia ia u i i ~ u ~ u i i r r .
«Por ello al frente de la Orquesta de Cámara de Ca-narias
figura el maestro Santiago Sabina, preclaro músico
34. A~CS,+(dGe !a C)íqttesta Sinfhica de Tenerice.
35. «El Dím, Santa Cmz de Tenerife, 11 de septiembre de 1966.
36. Archivo de la Orquesta Sinfonica de Tenenfe: Programa del 9 de julio de
1943. Santa Cmz de Tenenfe.
Un músico canario en América ... 433
tinerfeño, cuyo valor es notoria y unánimemente recono-cido
dentro y fuera de España. Compositor de relevante
mérito, reúne además, lo tiene bien probado, todas aque-llas
cualidades que antes enumeramos como distintivas
de un buen director de orquesta)). Por último se pedía al
público su correspondencia y asistencia3'.
Los diarios La Prensa, Hoy, Gaceta de Tenerife etc., destacaban
el estusiasmo de la Orquesta de Cámara de Canarias y lo que era más
importante, su pilar: D. Santiago Sabina Corona. Pero la modestia
del célebre músico llegaba a unas cotas muy altas, declarando en una
entrevista que no quería que se pensase -en ningún momento que ni
la idea ni el logro de la Orquesta de Cámara eran obras suyas, pues
ya él se lo había encontrado todo hecho38.
Este cUad:e GrqUesta! p:ecedente la Secie&d Fi!ar-mónica
Santa Cecilia, la cual dio su primer concierto el 25 de julio
de 1879; 56 años después se formaría la que sería su sucesora39. Di-cha
sociedad musical estaba formada por los profesores del citado
centro docente, e incluso los alumnos ejecutaban sus prácticas en
e11a40.
Existían muy pocas orquestas en España hasta el momento de
crearse la de Canarias, sólo había la Bética de Sevilla, la Clásica, la
Sinfónica y Filarmónica de Madrid, las de Alicante y Zaragoza4'.
El poeta tinerfeño Crosita escribe una poesía desenfadada con
motivo de la que sería la primera actuación de la Orquesta de Cáma-ra
de Canarias en el teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife, des-tacando
la idoneidad de sus miembros, así como el buen quehacer
del maestro Sabina, y cuyos versos son los que siguen:
37. «El Diw, Santa C m de Tenerife, 30 de septiembre de 1966.
38. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenenfe: Recorte del periódico «La
Prensa», El Maestro Sabina nos habla de música y de músicos.
39. Archivo de la Orquesta Sinfonica de Tenenfe: Recorte de periódico, Santa
Cecilia y la Orquesta de Cdmara.
4 ~ nA.Air.: .i.,i. ivu Au-r 1na0 vn..ai..aqctOu r o r r i Cu:.i.CiAii.:u~- iiira uA-* Ii-r-.i.~iuLiLib. . iD -n---u-..p.- aiiia uAbAi ar uA6- j:u..iLiuA AU G-
1943. Santa Cruz de Tenerife.
41. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: Recorte del periódico «La
Prensan El Maestro Sabina nos habla de musica y de músicos.
A. M.* Díaz Pkrez
RIPIOS
Aunque en mis «Ripios» de todo
y de todos hablo mal,
por tratarse de una orquesta
hoy el bombo he de tocar.
Yo sabia, que Sabina,
era un sabio ... musical,
pero no creí que fuese
un hombre de voluntad:
los artistas son abúlicos
y por regla general.
«Tu enemigo el de tu oficio»,
nos dice un viejo refrán,
y los músicos a veces,
no marchan muy a compás.
Sin embargo, este maestro,
con discreta habilidad,
los supo poner acordes
y en dulce armonía están.
¡Qué orquesta la que ha formado!
yo no la puedo juzgar,
pero esta noche debuta
y de «buten» estará.
La Vieja «Santa Cecilia))
(después Mancomunidad)
hoy resurge; ya era tiempo
de que en esta capital
el arte de los sonidos
nos volviera a deleitar.
Profesores competentes,
solistas de calidad,
(esos que son «virtuosos»
y andan de virtud tal cual)
forman la Orquesta de Cámara
que Sabina ofrecerá.
Un músico canario en América ...
iY qué programa, lectores!
Debussy, Falla, Mozart:
((Petite Suite~«,A mor Brujo»;
no se puede exigir más.
Aunque el violón solamente,
y a ratos, pueda tocar,
hoy me ofrezco a la de «Cámara»
pues grande orgullo será
para mí, junto a Sabina
y en su orquesta figurar ...
trasladando lo atriles
esta noche al G ~ i m e r á ~ ~ .
El 16 de noviembre de 1935, a las diez de la noche, el Teatro
Guimerá abría sus puertas para presenciar el primer concierto que
ofrecía la recién formada Orquesta de Cámara de canaria^^^. Fue un
éxito rotundo, el local teatral, decorado para este acto por el pintor
Pedro de G ~ e z a l as~e ~en,c ontraba con un gran número de auditores,
hasta el punto de que todas sus localidades estaban ocupadas45.
Al terminar la función hubo numerosos aplausos y a la salida
del recinto se podía constatar que la velada había sido del agrado de
todos, debido a los elogiosos comentarios que se oían46. La noticia
del feliz resultado llega a Madrid, donde el diario A B C dedica unas
líneas resaltando el triunfo que había obtenido el Sr. Sabina en la no-che
del estreno de su orquesta4'.
Cuando se concluyeron los cuatro primeros conciertos, que ce-rraban
la temporada de otoño del año 1935, el periódico La Libertad
dedicó unas frases elogiosas a la orquesta y a su director, reseñando
la posibilidad de que el grupo musical actuase en la capital de Espa-ña4*.
42. «La Prensa», Santa Cruz de Tenerife, 16 de noviembre de 1935.
43. «El Día», Santa Cruz de Tenerife, 30 de septiembre de 1966.
44. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: Recorte del periódico «Hoy».
45. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife.
46. Ibidem.
47. Archivo de ia Orquesta Sinfonica de Tenente: Recorte de periódico.
48. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenenfe: Recorte del periódico «La Li-bertad
», Música y músicos. Madrid.
En el período de tiempo en el que estaba programada esta serie
de actuaciones, aconteció un hecho doloroso para el maestro Sabina,
el óbito de su padre (27 de noviembre de 1935)49p, or lo que el tercer
concierto hubo de aplazarse unos días después de lo previstos0.
La prestigiosa asociación musical realizó 549 actuaciones, entre
audiciones y conciertos, con interpretaciones de las partituras de los
más diversos compositores nacionales y extranjeros, incluyendo las
propias composiciones del maestro Sabinas1. En 1936 da a conocer
en el Teatro Guimerá dos de sus obras «Nocturno» y «Serenata»s2.
Hay que dejar bien claro que si Teobaldo Power, magna figura
de la música insular, nos legó los «Cantos Canarios» en prueba de su
amor a la patria chica, D. Santiago hace los arreglos para la orquesta
de aquéllos, que presenta con gran acierto en nuestro teatro, en
1937 53. Orquestación que quedó manifiesta en un disco que fue edi-tado
en Venezuela, enviándose a Canarias muy pocos ejemplares, ra-zón
por la que son pocas las personas que cuentan con tan valioso
recuerdos4, en cuyo anverso y reverso pueden observarse los rostros
de ambos autores, respectivamentess.
El Sr. Sabina y el plantel de profesores sentían el deseo de co-
, municar la cultura musical a las demás islas e incluso a los pueblos
de Tenerife, de modo que llevan su música a Gran Canaria, La Pal-ma,
Arafo, Güímar, Icod, La Orotava y al Puerto de la Cruzs6.
Cinco años después de su puesta en marcha, el 15 de junio de
1940 la orquesta se independiza del Conservatorio, aunque éste sigue
manteniendo su tutelas7.
Al finalizar el año 1943 el popular director toma posesión de su
cargo de profesor de Armonía y Composición, Contrapunto y Fuga y
Conjunto Vocal e Instrumental, siendo nombrado al mismo tiempo
49. «La Prensa», Santa Cruz de Tenenfe, 28 de noviembre de 1935.
50. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenenfe: Recorte de periódico.
rt A--L:..- A- 1.. n ... @:-cL.:-.. d.. T ..-..- .L. n A- I - e ---- :-A--
J 1 . AILIIIVU UG l a u l y u G x a m I I w 1 u L a UG 1 GLIGI I IG. T I U ~ I ~ I I IU~GD IU I ~ U L I ~ I GLUI I .
52. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: Programa del 15." Concierto
Sinfónico de la Orquesta de Cámara de Cananas, 6 de junio de 1936.
53. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: Programa del 24.0 Concierto
Sinfónico de la Orquesta de Cámara de Cananas, 19 de junio de 1937.
54. Información oral de D.a Mana de la Cruz Sánchez-López.
55. Disco propiedad de D. Roberto Oliva Niebla.
5ó. Archivo de :a Oiqüesta Siiif6iiica de Teiieiife: Piügiimiiis dc 10s coiicieiios.
57. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: Programa del 9 de julio de
1943.
Un músico canario en América ... 437
y en la misma fecha Subdirector del Conservatorio de Música y De-clamación
de Santa Cruz de Tenerife 58.
-
Como ya se ha dicho, el maestro fue autor de muchas de sus in-terpretaciones,
actividad que compartía con la de impartir clases en
el Conservatorio. Entre sus composiciones podemos destacar, ade-más
de las mencionadas a lo largo de la exposición de su obra artísti-ca,
«Fuga en Re Menom, «Leyenda», ((Apuntes para una Farsm,
«Dos canciones de mujem, «Los Torow, «Sierra Gudan), dos can-ciones
para orquesta y soprano bajo el nombre de «Scherzo», e t ~ . ~ ~ .
El ilustre músico siempre mejoraba su actuación anterior, por-que
su meta era la superación continua y en su más alto grado la
perfección, no siendo de su agrado imitar formas interpretativas de
otros autores, y acogiendo bajo el mando de su batuta a los solistas
de mayor fama mundial 60.
Pasados tres años, muere en Argentina D. Manuel de Falla, su
cadáver fue transbordado en nuestra capital y en el Ayuntamiento
santacrucero un músico, en este caso D. Santiago, se despidió para
siempre de otro músico con el habla de las notas musicales al tocar
la orquesta «El Amor Brujo», una de las más bellas obras del compo-sitor
gaditano, y los «Cantos Canariow6'.
A comienzos de la década de los cincuenta quien quisiera ver al
profesor podía encontrarlo en el café El Aguila, de la calle del Norte
(la actual Valentín Sanz), ataviado con una gabardina y junto a su
amigo D. Rafael Marrero jugando al dominó, rodeado de periodistas
y artistas, pues su presencia en esta «peña» era siempre muy grata62.
La sencillez, la serenidad, la puntualidad, el orden, un lenguaje con-ciso,
un admirable humor, una amplia cultura en todos los aspectos
eran las características que lo definían. Persona amena, daba a cono-cer
a todos los que tenía a su alrededor las vivencias de todas sus an-danzas
por los caminos europeos, americanos y de Oriente Medio 63.
En el círculo de asiduos a las reuniones del mencionado bar
coincidía el pintor Teodoro Ríos, quien había prometido al Sr. Sabi-
58. Archivo del Conservatorio Provincial de Musica de Santa Cruz de Tenerife.
59. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: Programas de los conciertos.
60. «La Tarde», Santa Cruz de Tenerife, 3 1 de agosto y I de septiembre de 1966.
6 1. Información oral de D." María de la Cruz Sanchez-López.
62. RCEX?!GUFZ, Dcmingo: Le que entmcs Ice La Prensa <<E! Diw, Szr?tl
Cruz de Tenerife, 2 de septiembre de 1966.
63. «La Tarde», Santa Cruz de Tenerife, 3 1 de agosto de 1966.
438 A. M." Díaz Pérez
na pintarle un cuadro, ya que era un admirador suyo, según sus pro-pias
manifestacione~~~.
Los trazos del retrato, debido a Ríos, buen profesional, nos
muestran a D. Santiago con el cabello blanco y la mirada profunda
de sus grandes ojos, que dejaban ver, a sus 67 años, el cansancio de
tanto trabajo, pero la misma ilusión del primer día".
El Sr. Sabina Corona que marchó muy joven a la Península,
como hemos podido constatar, pasando mucho tiempo en Madrid y
recorriendo lejanas tierras, era, no obstante, un apasionado del in-menso
azul; él todas las mañanas observaba los pequeños barcos ve-leros
en el muelle de su Santa Cruz, testimonio de ello eran las pin-turas
que de aquéllos realizaba sobre el mármol del veladoP; quizás
ese amor al mar le llevó a realizar estudios de piloto naval, pero la
música tenía una fuerza especial que lo conducía hacia ella, lo que
nos hace suponer que, de no haber sido músico, se hubiese introdu-cido
en ias tareas de ia navegación".
Buen canario participaba en todo cuanto estaba a su alcance y, al
inaugurarse el Santuario de la Patrona del Archipiélago, colabora con
«La Invocación a la Virgen de Candelaria, expresamente elaborada para
este acontecimiento, poniéndole letra D. Rafael Hardisson y cantándola
el tenor Antonio de la Rosa, todo ello bajo su loable dirección68.
Un 16 de noviembre del año 1960 la historia se repetía, la Or-questa
de Cámara, en el teatro Guimerá totalmente aborrotado de
público, se disponía a celebrar sus bodas de plata, veinticinco años
de continuo esfuerzo, que D. Juan Ravina Méndez reflejaba en unas
frases cerrando la primera parte del concierto y escuchándose una
gran ovación por parte de los espectadores, cuando el entonces presi-dente
del Cabildo Insular mencionó el nombre del director de la Or-q
~ e s t a ~ ~ .
64. Información oral de D. Teodoro Rios.
65. Conservatorio Provincial de Música de Santa Cruz de Tenerife: Cuadro del
maestro Sabina pintado por D. Teodoro Rios.
66. RODRIGUEZ, Domingo: Lo que entonces dijo La Prensa. «El Día», Santa
Cruz de Tenerife, 2 de septiembre de 1966.
67. Información oral de D." Mana de la Cruz Sánchez-López.
68. «El Día)), Santa Cruz de Tenerife, 30 de septiembre de 1966.
69ALEMAN, Gilberto: Veinticinco años de la tra.vector;a eiem~lard e la Oraues-fa
de Cámara de Canarias. «El Día», Santa Cruz de Tenerife, 16 de noviembre de
1960.
Un musico canario en América ... 439
A finales de diciembre de 1935, viene a Tenerife en el lujoso
barco Cap Arcona el príncipe Joaquín Alberto de Prusia70. Nacido
en Hannover, bisnieto de Federico Guillermo 111 y de Luisa de Pru-sia,
y en aquella fecha próximo a cumplir los sesenta años7', se inició
en el mundo de la música a los nueve, siendo el violoncello el pri-mer
instrumento en el que se instruyó, ordenando su padre que se le
hiciese uno de pequeñas dimensiones, puesto que debido a su estatu-ra
le era imposible tocar en un violoncello de tamaño normal. Dio a
conocer su primera obra a la edad de quince '*.
En Brunswich, Bonn y Berlín recibe enseñanzas musicales per- ,,
feccionandolas en otros lugares de Alemania y en Italia. Al igual que E el maestro Sabina recorrió muchos países, no obstante sintió predi- o
lección por algunos, tales como Alemania y Austria, Holanda, Suiza -
e Italia, en los que hizo sonar sus propias composiciones bajo su mis- m
O
E ma dirección 73. E 2
A comienzos del presente siglo, en 1901,, llega a la capital de Es- E
paña, con su padre Alberto de Prusia, para asistir a la ceremonia en
la que Alfonso XIII sena coronado rey de los españoles74. Cinco 3
años mas tarde, el príncipe, cuando se dispone a unirse al ejército Om- que en aquellos momentos combatía en Africa, en las posesiones del E
S.O., tuvo la ocasión de pasar por el Archipiélago C a n a r i ~ ~ ~ . o
A pesar de que se educó en un ambiente militar e incluso obtu-vo
el grado de coronel de infantería de las tropas alemanas, no hubo E
disconformidad por parte de su familia a que se dedicase a la música, a
por lo que renunció a aquella actividad para ocuparse de ésta; aun- -
que su progenitor poseía una personalidad rígida, era de la opinión
de que el ser humano debía fijar su ambición en un Único propósi- O3
t07~.
70. Archivo de la Orquesta Sinfonica de Tenerife: Recorte del periódico «Hoy».
7 1. Archivo de la Orquesta Sinfonica de Tenenfe: Programa del Concierto Ex-traordinario
de la Orquesta de Cámara de Canarias, 1 de febrero de 1936.
72. MARTI, Antonio: Una charla con el Principe Joaquín Alberfo de Prusia.
«La Prensa», Santa Cruz de Tenerife, 30 de enero de 1936.
73. Ibidem.
74. Ibidem.
75. Ibidem.
76. Ibidem.
440 A. M." Diaz Pérez
Los cónsules de Italia, Alemania y Holanda, Sres. Kellner, Ah-lers,
y Hardisson, respectivamente, jugaron un papet' importante,
tanto a nivel divulgativo como de cooperación, si tenemos en cuenta
que por invitación del primero Joaquín Alberto se desplazó a Tene-rife;
fue Ahlers quien le comunicó que una Orquesta de Cámara ha-bía
realizado varias funciones musicales, noticia que le llevó a po-nerse
en contacto con D. Santiago Sabina, de cuya persona poseía los
más óptimos informes y quien le serviría de intérprete durante su es-tancia.
Hardisson colaboró para que participase en un concierto 77.
Así, para el sábado uno de febrero de 1936 se programa un con-cierto
extraordinario con la intervención de dos relevantes artistas, el
ya conocido maestro Sabina, que dirigiría la primera mitad, y el
príncipe Joaquín Alberto, que se encargaría de la segunda parte, diri-giendo
tres composiciones de las que era autor, «Raskolnikow» (cul-pa
y expiación) que narra el desgraciado sino de un joven que reali-zaba
sus estuidios enla ciudad rusa de San Petersburgo, según el libro
de Dostojeswsky, ((Etoile D'Amoum, de 191 1 y de. tema romántico,
y, por último, «Fantasía Alemana en La Mayom, donde describe el
paisaje de Alemania, la cual fue escrita en los años 1928 - 1929 78.
Esta actuación fue todo un éxito, destacando, como dato anec-dótico,
una entrega floral a Joaquín Alberto, con los colores de la
bandera de su nación 79.
Como ya se ha dicho, el único lugar que el príncipe conocía de
todo el territorio español era Madrid, y al contemplar Tenerife dijo:
«He conocido otro admirable trozo de tierra española; esta isla mag-nífica
donde por hallar cosas gratas y valiosas para mí, un clima in-comparable,
paisajes maravillosos, quietud, calma y silencio, he ha-llado
una Orquesta, como esa Orquesta de Cámara de Canarias, que
dirige el maestro Sabina, que nunca creí hallar y que considero como
un conjunto de alto valor y significación artística, máxime si se tiene
en cuenta el poco tiempo que lleva de formadmsO.
77. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: Hablando con el Príncipe Joa-quín
Alberto de Prusia. Recorte de periódico.
78. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: Programa del Concierto Ex-traordinario
de la Orquesta de Cámara de Canarias, 1 de febrero de 1936.
79. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenenfe: Recorte del periódico «Gaceta
de Tenerife??.
80. MARTI, Antonio: Una charla con el Príncipe Joaquín Alberto de Prusia.
«La Prensa», Santa Cruz de Tenerife, 30 de enero de 1936.
Un músico canario en América ... 44 1
En otra ocasión se refirió a ellas con estas palabras: ((Pero guar-do
además, para Tenerife algo más que gratitud: admiración. Por la
placidez de su clima, por la hermosura de sus paisajes, y por esta
obra magnífica de arte y de cultura que en su seno se está realizando
y que a mí, que he recorrido medio mundo y he presenciado altas
manifestaciones artísticas en él, me admira, me sorprende y me cau-tivmgl.
Cuando se le preguntó cuál era su criterio sobre el mencionado
conjunto musical respondió: ((Magnífica, excelente. Creo que en
ninguno de los países que he recorrido, ni aun en la misma Alema-nia,
en poblaciones de importancia equivalente a ésta, será posible
hallar una agrupación como la Orquesta de Cámara de Canarias, que
afronte con obras de tanta dificultad como las que ella interpreta»82.
Hemos creído conveniente incluir en estas páginas al príncipe
de Prusia no sólo por estar relacionado con el arte musical, sino tam-bién
porque guarda ciertas similitudes con el hombre que es objeto
de nuestro estudio, paralelismos tales como el de director, composi-tor
y viajero, siendo, quizás, los viajes los que ocasionaron que las
anécdotas estuviesen presentes en el recorrido de sus vidas.
Desafortunadamente para nosotros, llegaría la hora de que par-tiese
para siempre. A las 4.45 de la madrugada del 3 1 de agosto de
1966 dejaba de existir en su domicilio de la Calle Puerta Canseco N.O
28, tras penosa enfermedad, D. Santiago Sabina Corona, el maestro
Sabina como se le llamaba popularmentev3.
La capilla ardiente fue instalada en el salón de actos del Conser-vatorio
profesional de Música de Santa Cruz de Tenerife; la Orques-ta
de Cámara quiso decirle su último adiós al interpretar el andante
de la ((Sinfonía N.O 4 en La Mayom de Mendelssohn, esta vez dirigi-da
protocolariamente por D. Agustin León Villaverde, al mismo
tiempo que el atril del maestro Sabina permanecía vacío, hallándose
8 l . Ibidem.
01 TL:A--
OL. 1UIUCIII.
83. Registro Civil de Santa Cruz de Tenenfe: Libro de defunciones, sección 3.",
tomo 138-, pág. 582.
442 A. M. Diaz Péuez
solamente un lienzo negro, en señal de luto, y una batuta con incrus-taciones
de plata obsequio del Alcalde de Las Palmas con motivo de
la actuación de la Orquesta en el teatro Pérez Galdós, para celebrar
el 454 aniversario de la incorporación de esta isla a la corona de Cas-tillaa4.
Los restos mortales del competente músico abandonaban el re-cinto
del Conservatorio a las cinco de la tarde, mientras la Banda
Municipal daba paso al sonido de una marcha fúnebrea5. A conti-nuación
el cuerpo sin vida del maestro recorría las calles de Teobal-do
Power, Pérez Galdós y las vías próximas a éstas, por las que a dia-rio
él pasaba para llegar a su trabajo, al mismo tiempo que la Banda
Municipal interpretaba la marcha « J e r~s a l em»E~l~ s.é quito se diri-gió
a la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, parroquia en la
que se ofició la misa de worpore insepulto», pronunciando una ple-garia
el sacerdote D. Luis María Eguiraun y cantando el «Liberame
Domine» de Palestrina aigunos componentes de ia Corai de Cámara
del Círculo de Amistad, a los compases del órgano que tocaba D. Ju-lio
Navarro Grau
La orden para que su cadáver recibiese cristiana sepultura fue
dada por el jesuita D. Miguel Angel Moore Candeleraa8, siendo ente-rrado
en el cementerio de Santa Lastenias9.
Con la muerte del ilustre músico santacrucero, Canarias perdía
una de sus más relevantes figuras.
La prensa dedicó, a tal efecto, páginas en las que se recogía el
pesar y el dolor del pueblo, pero la pena de su fallecimiento llegó in-cluso
a la Península, porque allí también dejó muchas horas de inin-terrumpido
trabajo y personas que sentían una gran admiración por
el difunto maestro, haciéndose eco de ello los noticiariosg0.
Tanto los periódicos del Archipiélago como los peninsulares
coincidían en muchos aspectos, pero fundamentalmente en dos: en
84. «La Tarde», Santa Cruz de Tenerife, 1 de septiembre de 1966.
85. Ibidem.
86. Ibidem.
87. Ibidem.
88. Archivo de la Parroquia de la Concepción de Santa Cruz de Tenenfe: Libro
53 de defunciones, folio 16 1, n." 184.
89. Reeistro Civil de Santa Cruz de Tenerife: Libro de defunciones, sección 3.".
tomo 138 -2, pág. 582.
90. «El Día», Santa Cruz de Tenerife, 1 de septiembre de 1966.
Un musico canario en América ... 443
primer lugar, la trascendencia del eminente profesor como director,
habiendo dado todo sin pedir nada y entregándonos toda su copiosa
e insuperable labor musical; además, en segundo término, destaca-ban
una serie de virtudes que componían su innegable humanidadg1.
Al sepelio asistieron, junto a sus familiares, representantes de di-ferentes
entidades y sociedades, sus amigos, sus alumnos y compañe-ros
del Conservatorio. Coronas de flores naturales a nivel colectivo e
individual acompañaban el caluroso adiós que le brindaba la ciudad
santacrucerag2.
La profunda tristeza que rodeaba la ausencia definitiva del insig-ne
director sólo se podía superar con el recuerdo de su persona en las
mentes del pueblo tinerfeño, el saber que Tenerife no lo olvidaría.
Además el repeto y cariño al fallecido maestro por parte de los com-ponentes
del cuadro orquestal era tan profundo que, al desaparecer
su eje central, ya no tenía razón de ser, pero, como apuntó el perio-dista
Gilberto Alemán, en una crónica que dedicó al prestigioso di-rector,
el mejor homenaje que podían rendirle sus compañeros era el
de continuar la loable obra que él llevo a cabo en nuestras islasg3.
Los profesores reflexionaron antes de tomar decisiones; no po-dían
echar por tierra los casi treinta y un años de intensa entrega a la
música, pues incluso cuando se iniciaron eran años de crisis y sobre-vivieron
gracias al tesón de su eminente maestro y de sus incondicio-nales
músicos. Gracias a estos razonamientos podemos oir todavía
los afinados acordes de la misma agrupación, «su Orquesta de Cáma-ra
de Ca n a r i a s~q~u~e ,a ctualmente lleva el nombre de Orquesta Sin-fónica
de Tenerife, guiada por la mano maestra de D. Armando Al-fonso.
Tal vez el mejor regalo que pueda recibir un artista sea el que
las gentes reconozcan y valoren en vida la eficacia prestada en su
profesión; el maestro Sabina fue una de las personas que contó con
91. Ibidem.
92. itiideiii.
93. «El Día», Santa Cruz de Tenerife, 11 de septiembre de 1966.
94. Ibidem.
444 A. M." Diaz Pérez
este reconocimiento, en un almuerzo organizado en su honor por los
componentes de la Orquesta de Cámara, para celebrar el triunfo ob-tenido
en la temporada 1935- 1936, que había concluido. En el
transcurso del acto, que se desarrolló en el hotel Villa de la Peña,
hubo palabras de agradecimiento por parte de los allí presentes y,
como broche final del mismo, D. Santiago recibió un importante ob-sequio
y un pergamino elaborado por Guillermo Suredag5.
También Radio Club Tenerife quiso tributarle un homenaje, de-dicándole
un apartado especial dentro de uno de sus programas, en
el que se emitieron fragmentos musicales de la producción original
del homenajead^^^.
Las autoridades de Santa Cruz eran conscientes de la labor que
había llevado a cabo y en una sesión plenaria deciden otorgarle la
medalla de plata de la ciudad9', en cuyo reverso se lee: «Concedida a
D. Santiago Sabina Corona por acuerdo del 19 -2 - 53 en reconoci-miento
a sus méritos».
En la tarde del 9 de mayo de 1953, en el Ayuntamiento de Santa
Cruz de Tenerife, nuestro paisano recibía, de manos del Alcalde D.
Heliodoro Rodríguez González, dicha condecoración. Después del
discurso del Sr. Rodríguez González, D. Santiago pronunció unas
palabras para todos los concurrentes, entre los que destacaban, ade-más
de sus compañeros del Conservatorio y director del mismo D.
Antonio Lecuona Hardisson, los profesores de la Orquesta de Cáma-ra
y miembros de la Corporación Municipal, el obispo D. Domingo
Pérez Cáceres, y el pintor D. Francisco Bonnin, y otras personalida-des.
Las palabras fueron: «Señor Alcalde, señores concejales: Nadie
es profeta en su tierra. Así reza el adagio; más, en esta ocasión, el re-frán
ha quedado muy mal parado. Soy más que profeta. Este galar-dón
que el Excmo. Ayuntamiento ha puesto en las manos del más
humilde de sus ciudadanos ha rebasado con creces mis mayores am-biciones.
Si el esfuerzo fue grande, mayor es la recompensa. No espe-raba
yo tanto, ni aun algo, pues tengo para mí que no soy acreedor a
tan alta distinción, y que este homenaje, que tanto me honra, es ins-
95. Archivo de la Orquesta Sinfónica de Tenerife: Recorte de periódico.
06. Archivo de !a Giqiiesta S.isf6iiica de Tener%: Recorte de PeriSUice.
97. Archivo del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife: Libro n.O 4,
acuerdo plenario del 19 de febrero de 1953.
Un músico canario en América ... 445
pirado más en el gran afecto y devoción que se me profesa, que en
mis cortos merecimientos.
Yo acepto, profundamente agradecido, la Medalla de Plata de la
Ciudad, pero no puedo por menos que compartir esta gloria con mis
queridos compañeros de penas y fatigas: los profesores de la Orques-ta.
Ellos, años y años, con fe inquebrantable, con disciplina férrea,
sin mas apetencia que la satisfacción de su labor artística, han cola-borado
conmigo, como un sólo hombre para dar a Santa Cruz esta
institución que su prestigio y su cultura reclama. No puedo silenciar,
tampoco, el alto espíritu del Conservatorio de Música, fundador y
mantenedor de la Orquesta hasta su mayoría de edad, y la labor de
nuestra Junta Rectora, tan sabia y fi-uctífera, merced a todo lo cual
ha sido posible el milagro de esta realización~~~.
El Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife resolvió, en
la sesión plenaria del 2 1 de abril de 1969, poner su nombre a una vía
pública, la transversal a la Avenida del General Mola y Simón Boli-var,
paralela a Manuel de Falla, que antes se había distinguido con el
nombre de Felipe Pedrell 99.
A pesar de no haber actuado nunca en Lanzarote se le rindió un
homenaje después de su fallecimiento, en Arrecife, el 3 de diciembre
de 1973, por el pianista D. José Tordesillas y el Círculo de Amigos
de la Música Io0.
Nosotros hemos querido sumamos a ese recuerdo y dejar como
testimonio de esa memoria estas exiguas líneas; decimos exiguas,
porque no llegarán nunca a definir su enorme talla moral e intelec-tual
No obstante, desearíamos haber conseguido con este trabajo que
quienes lo trataron puedan recordarlo, y quienes no llegaron nunca a
verlo puedan conocerlo; al mismo tiempo que se haya hecho reali-dad
la esperanza a la que aludía un artículo periodístico con motivo
de su muerte, en el sentido de que D. Santiago Sabina habría de te-ner
un día «su merecida biografía ejemplam lol.
98. «El Día», Santa Cruz de Tenenfe, 10 de mayo de 1953.
99. Archivo del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenenfe: Libro n.O 16,
.a.....*-rA,.u b i uw ".*.Al..p ., i ~ i i a i i wAu *ul '7 1 A* ..LA1 A* 1 oca L 1 uc auLII uc 1 TU,.
100. Información oral de D." Mana de la Cruz Sánchez-Lbpez.
101. «El Dim, Santa Cruz de Tenenfe, 2 de septiembre de 1966.