179
DOS BARRIOS BUSCANDO LA IDENTIDAD. RESCATE
Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO HISTÓRICO
EN EL URBAN LA CUESTATACO
(TENERIFE)
Carmen Gloria Calero Martín
INTRODUCCIÓN
La iniciativa comunitaria URBAN pretende poner en práctica un conjunto de estrategias
integradas que potencien el desarrollo del sector meridional del municipio de La Laguna
(Tenerife), una zona urbana heterogénea localizada en el área intermedia de expansión de las
dos ciudades más importantes de la isla: La Laguna y Santa Cruz de Tenerife, caracterizada
por una apreciable degradación física, socioeconómica y ambiental.
Uno de los objetivos del Urban La CuestaTaco
pretende generar en la población de estos
barrios elementos que permitan el desarrollo de una identidad territorial. En este sentido, la
protección, rehabilitación y puesta en valor del escaso patrimonio histórico que aún sobrevive
en la zona parece prioritario. Pretendemos analizar y valorar la eficacia de las propuestas que
en este sentido realiza el Proyecto, entendiendo que la conservación y proyección social de
ciertas “piezas” o “vestigios” que fueron auténticos hitos en el proceso de construcción del
barrio reforzarían no solo sus señas de identidad sino la calidad de vida de su población.
El análisis histórico del origen de este importante asentamiento poblacional a finales del
siglo XIX y su crecimiento y consolidación en las primeras décadas del XX permitirán
descubrir algunos elementos esenciales que dieron origen y significación al barrio y que se
convirtieron en referentes para su población.
La situación actual, incluso la supervivencia o desaparición, de estas piezas urbanas nos
proporcionará las claves de la evolución de la zona. Por otra parte, las propuestas de
conservación y utilización que el URBAN pretende ejecutar permiten realizar una reflexión
sobre su significación patrimonial y la fuerza de su valor identitario.
SOBRE IDENTIDADES Y PATRIMONIO URBANO
Los conceptos identidad urbana y patrimonio están estrechamente ligados. Por una parte, la
construcción de una identidad en relación a un espacio urbano concreto es un proceso
complicado y largo que se va ejecutando a partir del desarrollo y la combinación de
numerosos factores tanto tangibles como intangibles, de modo que la población de ese lugar
se siente identificada con su entorno, lo valora, lo considera en muchos aspectos como propio
y ese entorno se convierte en un referente vital de la mayor importancia. Dentro de los
elementos tangibles existen algunos que, por su estructura o morfología o por ambos aspectos
a la vez, forman la base cultural de la identidad urbana y son capaces de crear una conciencia
colectiva propia, constituyéndose en bienes patrimoniales.
Por otra parte, el concepto de patrimonio urbano ha ido adquiriendo cada vez mayor
amplitud y alcance, y hoy se extiende a numerosos espacios de las ciudades testimonios de
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
XVII Coloquio de Historia CanarioAmericana
180
una evolución significativa o de un acontecimiento histórico. De esta manera se ponen en
valor no solo los grandes conjuntos monumentales sino numerosos sectores urbanos testigos
de etapas concretas que suelen evocar aleccionadoras creaciones, no solo grandes obras sino
también realizaciones modestas pero con una elevada significación cultural (Waisberg, M.,
2005).
¿Tienen los habitantes de La CuestaTaco
identidad territorial? ¿Poseen estos barrios
elementos tangibles, lugares, construcciones patrimoniales que sean un referente para su
población?
Uno de los identificadores que según el URBAN define esta zona es “la carencia de
identidad territorial”, señalando que la heterogénea procedencia de la población parece ser
uno de los motivos. Al mismo tiempo se comenta que los habitantes de La CuestaTaco
carecen de conciencia de área o sector, siendo el barrio su ámbito de referencia fundamental,
(recordemos que esta zona, estructurada en dos amplios sectores, La Cuesta y Taco, se
articula en un conjunto total de 10 barrios).
Parece lógico que, en un espacio tan amplio y relativamente desconectado, sus habitantes
no tengan conciencia de pertenecer a un conjunto; es por tanto muy racional la identificación
de la gente con sus barrios, los entornos más próximos y mejor percibidos. A pesar de ello,
consideramos que gran parte de la población de la zona reconoce la existencia de lugares
simbólicos, espacios de gran significación, fácilmente identificables que podrían clasificarse
en dos grupos claramente diferenciados: por un lado estarían los espacios centrales de La
Cuesta y de Taco, auténticos ejes medulares de la zona donde casi todos los barrios que la
estructuran, en uno u otro sector, encuentran un referente. Nos referimos a aquellos espacios
antiguos, donde se acumulan elementos de destacado valor histórico y cultural y donde la
población encuentra elementos identificadores que aún mantienen una estructura tradicional
(Fernández Salinas, 2005).
Por otro, hablaríamos de piezas urbanas singulares que por su funcionalidad, su
envergadura o por cualquier otra característica se hayan convertido, a lo largo de los años, en
una importante seña de identidad.
En este sentido, es comprensible que gran parte de la población de los barrios del sector de
Taco no tenga la percepción de pertenecer al gran conjunto, pero es innegable el carácter
identitario que para alguno de sus barrios supone construcciones como El Polvorín, y de igual
forma, para los del sector de La Cuesta, la antigua Estación del Tranvía.
Por tanto, si bien coincidimos en que la conciencia de pertenecer a un conjunto es más bien
difusa, no lo es tanto la de pertenecer a un sector, y esa conciencia está reforzada y
fundamentada, entre otras muchas razones, en la existencia de espacios centrales y piezas
urbanas singulares que han actuado como elementos de identificación de la población con
cada uno de los dos sectores: La Cuesta y Taco.
Una de las amenazas sobre estos elementos identitarios es el importante y acelerado
crecimiento de toda la zona. El desarrollo urbano de las últimas décadas, en el que se ha ido
imponiendo el modelo de ciudad difusa, ha generado nuevos lugares, en espacios vacíos hasta
hace poco tiempo, donde la intensidad de la urbanización y la proliferación de actividades
económicas han ido promoviendo importantes centralidades que poco a poco han ido
desplazando a las más antiguas.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Dos barrios buscando la identidad. Rescate y puesta…
181
De la misma forma, el abandono de ciertas actividades y la inexistencia de políticas de
recuperación para determinados elementos urbanos han originado, en ocasiones, su pérdida o
ha producido deterioros importantes, difícilmente reparables.
El URBAN se presenta entonces como una oportunidad real de rehabilitar o rescatar para
el uso público tanto los viejos espacios centrales como aquellas piezas urbanas singulares que
constituyen parte del patrimonio tangible y que ayudan a reforzar la identidad de la población
de la zona.
BUSCANDO LAS ÁREAS CENTRALES
Tanto en La Cuesta como en Taco existen claramente diferenciadas dos áreas centrales que
coinciden, en ambos casos, con los orígenes de los dos sectores y que se encuentran ubicadas
en áreas de encrucijada donde confluían las principales arterias de comunicación que desde
Santa Cruz se extendían hacia el norte y el sur de la isla.
En el caso de La Cuesta, el núcleo inicial se construye casi en el límite de los dos términos
municipales y surge en torno a un viejo mesón, posiblemente construido a principios del siglo
XIX en el cruce de caminos entre el principal, que unía Santa Cruz con La Laguna, y otro que
desde allí partía hacia la vertiente meridional de la isla. A partir del cruce y en sentido
ascendente se empieza a organizar el poblamiento, a ambos lados de la carretera, constituido
principalmente por casas terreras pareadas cuyas primeras licencias se remontan a 1869. El
ritmo de la edificación se acelera a partir de 1900 y, entre esa fecha y 1940, podemos decir
que el primitivo núcleo está consolidado y empieza a desbordar hacia el interior, cubierto el
perímetro de la carretera (Calero Martín, C. G., 2001).
A escasa distancia del núcleo primitivo y también al borde de la carretera comienza a
edificarse, principalmente desde 1920 y hasta 1936, un conjunto de chalés o villas en un
intento de la burguesía capitalina de crear una ciudad jardín de tipo residencial, tal y como se
estaba realizando en las mismas fechas en La Vega, el borde noreste de la ciudad de La
Laguna. Con un estilo entre modernista y ecléctico, de clara influencia inglesa, se construyen
algunas magníficas casas (Martín López, D., 2004). Sin embargo, este embrión de ciudad
jardín no prosperó demasiado a pesar de la importancia y de la calidad de las edificaciones
pioneras.
El crecimiento de La Cuesta y su consolidación como barrio fue rápido y estuvo
estrechamente ligado a la proximidad con Santa Cruz, la capital, que en aquellos momentos
era el lugar más dinámico de la isla. La población que se instala junto al camino que unía las
dos principales ciudades de la isla encontró en La Cuesta suelo más barato y abundante,
teniendo en cuenta que la periferia de la capital tuvo durante muchos años una expansión muy
reducida principalmente por el elevado valor del suelo y por la ocupación de gran parte de
este por grandes propiedades agrícolas destinadas al cultivo del plátano (Calero Martín, C. G.,
2001).
La población y el poblamiento del barrio evolucionaron de forma rápida y de 144
habitantes y 32 casas censados en 1900, se contaban 1.643 habitantes y 329 edificaciones en
1940 (Nomenclátores de Población de 1900 y 1940). Los vecinos que desde el interior de la
isla o de otras próximas llegaban a la capital buscaban acomodo en lugares próximos y bien
comunicados donde el precio del suelo fuera más bajo. Este fue el caso de La Cuesta, un
barrio caminero a ambos lados de la vía principal y desde 1901 recorrido por una línea de
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
XVII Coloquio de Historia CanarioAmericana
182
tranvía que lo unía con Santa Cruz, La Laguna y otras localidades del noroeste de Tenerife. El
tranvía fue uno de los factores decisivos de la dinámica del crecimiento y consolidación del
núcleo embrionario y, además, se establecerá en él una de las estaciones principales.
Hacia 1940 existe ya un núcleo urbano consolidado, constituido por un conjunto singular
de edificaciones de calidad, muchas de ellas firmadas por arquitectos de prestigio (Manuel de
Cámara, Mariano Estanga, Domingo Pisaca), tanto las más modestas y numerosas como las
de mayor categoría. El dinamismo de la zona le permitió convertirse en un lugar de referencia
para nuevas soluciones arquitectónicas donde se mezcla el eclecticismo de casas modernistas
con el racionalismo de la arquitectura popular.
La propia arquitectura popular, la de ejemplos más abundantes, presenta particularidades
que la hacen diferente y representativa: el estilo racionalista se transforma aquí con elementos
nuevos debido al carácter modesto de las viviendas, e introduce elementos nuevos dando
lugar a un conjunto de gran singularidad casi exclusivo de esta zona.
Desde el punto de vista estrictamente artístico, el barrio de La Cuesta puede considerarse
como uno de los núcleos más emblemáticos y representativos del crecimiento urbano de
Canarias de finales del siglo XIX, donde se pusieron en marcha proyectos y creaciones
innovadoras (Martín López, D., 2004).
Por lo tanto, la existencia de un lugar central que cuenta, aún y a pesar de las salvajes
demoliciones, de una edificación singular y distinguida de alto valor patrimonial es un hecho.
Si bien el sector de La Cuesta tuvo, desde el principio, un crecimiento bastante homogéneo
y la edificación se fue extendiendo de forma continua en sentido ascendente a ambos lados de
la carretera, apareciendo desde el inicio una zona bastante consolidada donde se concentraba
el poblamiento y los primeros e incipientes servicios relacionados con el ocio, el comercio y
las comunicaciones, el sector de Taco se formó a partir de un crecimiento disperso, una
marcada disgregación inicial en pequeñas unidades (Calero Martín, C. G., 2001), y solo será a
partir de 1930 cuando se empieza a consolidar en el barrio una zona central que coincidirá con
el cruce de las vías que desde Santa Cruz y La Cuesta se fusionaban para constituirse en la
carretera del sur, la arteria principal de comunicación con la zona meridional de la isla.
Tanto La Cuesta como Taco presentan, pues, dos espacios centrales de importante valor
simbólico, lugares embrionarios donde se organizó el poblamiento inicial y donde aparecieron
los primeros servicios coincidiendo con los dos nudos de comunicación más importantes de
toda la zona a partir de los que se fueron desarrollando otras vías y, vinculadas a estas, nuevos
núcleos con crecimientos de distinta intensidad y morfología diferente.
Sin embargo, la zona central de Taco es, en primer lugar, posterior a la de La Cuesta, no
contando con edificaciones tan antiguas y, en segundo lugar, presenta un escaso valor
patrimonial ya que las construcciones, de carácter más modesto, no generaron un continuo
urbano y carecieron de calidad desde el punto de vista arquitectónico. Sí tuvo, y aún hoy tiene
un elevado valor funcional y una importante densidad no solo de viviendas sino de servicios
que conviven también con numerosos establecimientos industriales.
Mientras que La Cuesta mantiene un espacio simbólico más amplio y mejor construido, el
lugar central del sector de Taco es el cruce, la vieja confluencia de las antiguas carreteras, un
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Dos barrios buscando la identidad. Rescate y puesta…
183
área desprovista de atributos urbanos, de escaso interés arquitectónico aunque de indudable
valor identitario para la población de este amplio sector.
A pesar de todo, el URBAN señala como una de las debilidades del área La CuestaTaco
“la insuficiente calidad arquitectónica”, detectando como causa el importante papel de la
autoconstrucción. Esto es cierto si consideramos el conjunto en su totalidad, donde gran parte
de la edificación, casi toda ella posterior a los años 60, es fruto de una acelerada
autoconstrucción, desprovista de categoría, o de intervenciones públicas de la misma
naturaleza; pero lo que también es cierto es la ceguera de los responsables del Plan ante la
existencia de un sector, el de más antiguo poblamiento, el auténtico embrión de todo lo que a
partir de aquí se ha ido construyendo, de alto valor patrimonial, aún importante y reconocible
que debería haber sido objeto de una especial atención. El URBAN le da la espalda a esa
realidad y no ejerce ninguna acción protectora, ni mucho menos rehabilitadora sobre este
espacio.
En el momento actual prosigue la remodelación de la vía principal. El nuevo diseño parte
de una única premisa, la ampliación y ensanche que en sentido descendente se viene
realizando desde la ciudad de La Laguna y que es una de las actuaciones puntuales del Plan
La CuestaTaco
2004. Coincidiendo con el URBAN, este Plan financiado por el Gobierno de
Canarias contemplaba una serie de actuaciones sobre infraestructuras y equipamientos cuyo
denominador común era propiciar “la definitiva incorporación de La CuestaTaco
al estándar
común de urbanización y servicios urbanos de las ciudades de La Laguna y Santa Cruz de
Tenerife”. Una de esas actuaciones, la “Prolongación Avenida Los Menceyes” pretendía
favorecer la movilidad y erradicar el colapso del eje histórico. Inicialmente se planteaban
variantes en el diseño de la vía como la reimplantación del tranvía, algo que no se ha
producido puesto que el tranvía finalmente optó por otra solución itineraria.
Hasta la fecha, una gran cantidad de edificaciones de alto valor patrimonial ha sido
derruida o se encuentra en fase de demolición; también algunos muros y cerramientos han
desaparecido perdiéndose la concepción espacial de todo el entramado urbano de este
primitivo sector (Martín López, D., 2004).
Si tenemos en cuenta que una de las debilidades detectadas por el URBAN hace referencia
a la notable degradación del paisaje urbano, sorprende que la única zona donde era perceptible
la calidad en la edificación, en la disposición de las construcciones y en la regularidad del
trazado, no haya recibido ninguna consideración, ni siquiera una mínima reflexión sobre el
valor o interés de su conservación.
Otra de las debilidades que el URBAN detecta es la escasez de espacios públicos que bien
podría haber sido, al menos en esta zona, solventado con la preservación de la vía y de su
entorno, convirtiéndola en un área de paseo, un bulevar, reduciendo al mínimo el tráfico
rodado, hecho perfectamente posible dada la abundancia de vías alternativas. La conservación
de este sector se convertiría así en un recurso doble: de una parte, reforzaría la identidad del
barrio como el testimonio construido de sus orígenes; en segundo lugar proporcionaría a sus
habitantes un espacio de calidad ambiental y arquitectónica únicas, un referente histórico
importantísimo si tenemos en cuenta la ausencia de espacios similares en el resto de la zona.
El URBAN perdió, claramente, la oportunidad de conservar, mediante la rehabilitación y
puesta en valor, un espacio simbólico y emblemático, ejemplificador del proceso de
crecimiento urbano del siglo XIX y, sin lugar a dudas, de gran valor identitario.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
XVII Coloquio de Historia CanarioAmericana
184
SOBRE ALGUNAS PIEZAS URBANAS DE ALTO VALOR PATRIMONIAL
Otros elementos urbanos simbólicos de la zona son la vieja Estación del Tranvía en La
Cuesta y El Polvorín en Taco. Ambos espacios de importantes dimensiones han sido
referentes importantes, auténticos hitos perfectamente identificables para los habitantes de
ambos sectores, especialmente para aquellos de las zonas más antiguas y consolidadas. Estos
dos lugares sí han sido reconocidos por el URBAN y sobre ellos el Plan ha proyectado una
serie de actuaciones encaminadas a su puesta en valor y a darles un uso social comunitario.
Las dos piezas urbanas mencionadas tuvieron en su momento funcionalidades bien
diferentes. La Estación del Tranvía en La Cuesta, construida en 1901, ha sido un recinto de
carácter más abierto por su proximidad a la carretera principal y al conjunto del barrio, y por
la función que ejerció durante algo más de 50 años como eje del tranvía que comunicó Santa
Cruz con La Laguna (prolongándose hasta Tacoronte).
La Estación, que ocupa una parcela de 5.300 m 2 adquirida en 1971 por el Ayuntamiento de
La Laguna, contaba en su recinto con las cocheras y otras edificaciones anejas que han sido
derribadas y ha mantenido durante años usos distintos aunque siempre de forma transitoria en
parte por la precariedad y el abandono de las instalaciones. Demolidas las viejas cocheras,
solo queda como vestigio la imponente chimenea y el recinto. De haberse conservado en su
totalidad, la Estación constituiría una reliquia histórica del escaso pero interesante pasado
industrial y del transporte de Tenerife.
Próxima a la Estación existió, hasta hace menos de diez años, una interesante edificación
vinculada también al tranvía que fue demolida sin plantear siquiera su valor arquitectónico,
mucho menos su valor sentimental. La ubicación en un cruce y el ensanchamiento de la
calzada fueron los motivos que propiciaron su desaparición.
La rehabilitación de la Estación del Tranvía es uno de los proyectos “estrella” del URBAN.
La iniciativa supone la reconversión de un espacio público degradado por el abandono en un
espacio multifuncional que incorpore equipamiento para el desarrollo de actividades diversas:
dependencias municipales, piscina cubierta, centro cívico y sociocultural,
estacionamiento…
En el momento inicial aún se contaba en el recinto con parte de las edificaciones históricas
que, en principio, se calificaron como útiles. Posteriormente, estos inmuebles fueron
derribados, a pesar de que en el propio Plan y referido a esta actuación, los técnicos señalan la
“progresiva pérdida por abandono de recursos patrimoniales (edificaciones singulares)”. En el
momento actual, prosiguen las obras del Espacio Multifuncional de la Estación del Tranvía,
aunque la fecha de finalización de las mismas estaba prevista para 2005.
Otra de las piezas de alto valor patrimonial que se ubica en la zona es El Polvorín.
La construcción de El Polvorín de Taco data de la última década del siglo XIX. En 1889, la
Memoria del Anteproyecto de Defensa del Archipiélago Canario dotaba a la plaza de Santa
Cruz de Tenerife de una serie de obras de defensa permanente y una dotación de pólvoras y
explosivos, proponiendo la construcción de un almacén especial para su depósito. El proyecto
de El Polvorín de Taco fue encargado en 1896 por la Comandancia de Obras de Santa Cruz de
Tenerife y redactado por el Capitán de Ingenieros Luis Durango (que utilizó como modelo el
almacén de pólvora de Las Palmas de Gran Canaria que él mismo había proyectado el año
anterior).
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Dos barrios buscando la identidad. Rescate y puesta…
185
El conjunto está constituido por dos piezas arquitectónicas separadas: el Almacén de
Pólvora y el edificio del Cuerpo de Guardia. El conjunto de El Polvorín de Taco fue incluido
en el Inventario de Bienes Inmuebles de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio
de Cultura en 2003 con la categoría de Monumento, siendo el único ejemplo de este tipo de
construcción en Tenerife después de la demolición del polvorín de El Confitero.
Las condiciones de conservación son bastante buenas y su valor arquitectónico es
incuestionable ya que se trata de una construcción singular, relacionada con la arquitectura
defensiva de Canarias de las postrimerías del siglo XIX (Benedicto Justo, A.M., 2003).
El emplazamiento elegido, alejado del litoral y relativamente próximo al polvorín de La
Cuesta, denominado El Confitero, hoy desaparecido, estaba al abrigo de la costa y protegido
por la montaña de Taco; al mismo tiempo, El Polvorín estaba perfectamente comunicado con
Santa Cruz por la carretera de El Rosario.
En el momento de su construcción, apenas existían algunas casas diseminadas, algunas de
labor, pertenecientes a fincas agrícolas. En 1900, la población censada en Taco es de 63
habitantes y se cuentan 16 casas, muchas de ellas ubicadas en la carretera que unía este barrio
con La Cuesta (Calero Martín, C.G., 2001). Por tanto, la edificación de este inmueble es
coetánea a la génesis de este núcleo: el barrio creció conviviendo con El Polvorín y este se
convirtió en un referente espacial importante.
Ese importante espacio inmerso en el barrio de Taco, que fue progresando a un ritmo
acelerado a partir sobre todo de 1940, fue, al contrario que la Estación del Tranvía de La
Cuesta, y por su especial funcionalidad, un recinto cerrado de escaso contacto con los vecinos
pero sí un referente, un auténtico hito urbano para el conjunto del barrio que, al perder su
función militar, empezó a reclamarlo para el uso ciudadano ya que la zona de Taco,
abandonada por los poderes públicos, carecía de lugares para el esparcimiento, la cultura o la
simple reunión de los vecinos.
Desde la década de 1970 existió una interesante movilización social aglutinada en el
colectivo Pueblotanco que, entre otras aspiraciones, reivindicaba no solo la conservación de
El Polvorín sino su puesta en valor como espacio de utilización pública, así como de otras
piezas de importante valor patrimonial como la Casa de los Peones Camineros, el viejo
molino de Barranco Grande y la chimenea de la Azufrera, todos ellos de importante arraigo
identitario para los habitantes de los distintos barrios que conformaban el sector de Taco
(Zona URBAN La CuestaTaco,
2003).
El proyecto denominado Espacio Multifuncional de El Polvorín, igual que el anterior se ha
convertido en una de las banderas del URBAN. La filosofía que justifica este proyecto es muy
similar a la anterior: la habilitación de un complejo multifuncional a partir de la rehabilitación
del antiguo polvorín militar para uso comunitario: piscina, espacio ajardinado, salas
multiusos, área de recepción y restauración.
De igual modo, el proyecto se justifica por la falta de espacios de encuentro y
esparcimiento de los vecinos de Taco que permitan a la población desarrollar actividades
diversas de carácter formativo, asociativo o lúdico en un entorno propicio y bien comunicado.
La diferencia fundamental entre los dos proyectos es que mientras la Estación ha quedado
como un amplio recinto ya que ha perdido toda la construcción original, El Polvorín tiene sus
edificaciones originarias en buen estado, siendo además bienes protegidos.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
XVII Coloquio de Historia CanarioAmericana
186
CONCLUSIONES
Uno de los objetivos prioritarios del URBAN es consolidar para los habitantes del barrio
una identidad territorial, lograr una identificación de la población con su territorio. Sin
embargo, en ningún caso el Plan acude a la detección ni a la valoración del escaso pero
valioso patrimonio existente en la zona, interpretando que su salvaguarda y puesta en valor
pudiera servir como un factor decisivo para conseguirlo.
El Plan no hace ninguna reflexión sobre la importancia de la conservación, salvo en los dos
casos señalados: la Estación del Tranvía y El Polvorín aunque, en la primera, la conservación
se reduce al mantenimiento de la chimenea como elemento testimonial.
No se produce ninguna actuación, ni siquiera la más mínima reflexión, sobre la existencia
de una interesante área construida, ejemplo de la arquitectura de fines del siglo XIX y
principios del XX que es demolida sin la menor objeción, primando criterios funcionales
encaminados a facilitar la comunicación rodada entre Santa Cruz y La Laguna que, en el área
tradicional de La Cuesta, sufría un estrangulamiento crónico, sin pensar en soluciones
alternativas que pudieran haberse tomado.
A pesar de que se manejan con soltura los términos rehabilitación, calidad paisajística,
calidad ambiental o renovación, estos no se ponen en relación con los valores patrimoniales
de la zona histórica que aún podía rescatarse. La carencia de una reflexión profunda impide el
planteamiento de posibles actuaciones encaminadas a rescatar y poner en valor el área
histórica de La Cuesta que, hoy, está definitivamente perdida.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009
Dos barrios buscando la identidad. Rescate y puesta…
187
BIBLIOGRAFÍA
ALONSO IBÁÑEZ, M.R. El patrimonio histórico.Destino público y valor cultural, Madrid, Cívitas, 1992.
AYUNTAMIENTO DE LA LAGUNA. Zona Urban La CuestaTaco,
La Laguna, Unidad de Gestión y
Promoción Territorial del Plan URBAN, 2003.
BENEDICTO JUSTO, A.M. “Almacenes de pólvora y explosivos en la segunda mitad del siglo XIX. Un
estudio tipológico”, Barcelona, en Scripta Nova. Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales,
Universidad de Barcelona, Vol. VII, núm. 147, 2003.
CALERO MARTÍN, C.G. La Laguna (18001936).
Desarrollo urbano y organización del espacio, La
Laguna, Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, 2001.
CAPEL SÁEZ, H. La morfología de las ciudades. I. Sociedad, cultura y paisaje urbano, Serbal, Ed.
Barcelona, 2002.
FERNÁNDEZ SALINAS, V. “De la protección a la legitimación social del patrimonio urbano en España”,
Barcelona, en Scripta Nova. Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de
Barcelona, Vol. IX, núm. 194, 2005.
MARTÍN LÓPEZ, D. “Eclecticismo y racionalismo en vías de extinción: el caso de La Cuesta”, Granada, en
Alonso Cano. Revista Andaluza de Arte, nº 11, 2004.
ORTEGA VALCÁRCEL, J. “El patrimonio territorial: El territorio como recurso cultural y económico”,
Valladolid, en Revista del Instituto de Urbanística de la Universidad de ValladolidCiudades,
nº 4, 1998.
Urban La CuestaTaco.
Iniciativa Comunitaria URBAN II. 20002006,
La Laguna, Ayuntamiento de La
Laguna, Memoria, 2000.
WAISBERG, M. “Breves referencias al concepto de patrimonio arquitectónico en las últimas décadas”,
Chile, en Archivium, año V, nº 6, Universidad de Chile, 2005.
© Del documento, de los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009