boletín
millares
carlo
las palmas
núm. 19
Presidente:
Cristóbal García Blairsy
Director:
Antonío de Bkthencourt Massíeu
Subdirector:
José A. Moreiro González
Secretario:
Manuel Ramírez Muñoz
Vocales:
Encarna Galván González
Isabel García Santana
Antonio Henríquez Jiménez
Enrique Lecuona Ribot
Mana del Pino Marrero Hennings
Centro Asociado de la U.N.E.D. de Las Palmas
MILLARES CARLO
EVOCACIONES DE AGUSTIN MILLARES CARLO
EN EL VIGÉSIMO ANIVERSARIO DE SU MUERTE
Número 19
CENTROA SOCIADDOE LA U.N.E.D.
Luis Doreste Silva, 101 - Tel. 928 - 23 11 77. Ext. 32
35004 Las Palmas de Gran Canaria
I.S.S.N.: 021 1-2140
Depósito Legal: M-25.470- 1980
Impreso en España
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Printed in Spain
Impreso en Lavel, S. A. - Gran Canaria 12, Humanes - 28970 Madrid
Don Agustin Millares Cado en teríulia
Sumario
Introducción. por Antonio de Bkthencourt Masieu ...................................
Claudio de la Torre. por Agustín Millares Carlo ......................................
El retorno de Agustín Millares a España desde el exilio en 1952. por
Antonio Rumeu de Armas ....................................................................
Tío Agustín Millares Carlo en mi recuerdo. por Carlos Bosch
Millares (T) ...........................................................................................
Evocación de D . Agustín Millares Carlo. por Jesús Alturo i Perucho .....
LAUDATIO en el acto de investidura de don Agustín Millares Carlo
como doctor Honoris Causa. por Antonio de Bethencourt
Massieu .................................................................................................
Don Agustín Millares Carlo: evocación de la persona. por José Pascua1
Buxó ......................................................................................................
Millares Carlo. por Fernando Chueca Goitia .............................................
Unos recuerdos de don Agustin Millares. por Antonio Henríquez
Jiménez .................................................................................................
Pinceladas sobre un ilustre Grancanario: Agustín Millares Carlo. por
Miguel Jiménez Marrero .......................................................................
A don Agustín Millares Carlo. por Antonio de la Nuez Caballero. ............
Una comida entrañable en el desaparecido Mirador de "El Lasso':
Recuerdos de su regreso a Gran Canaria en 1959. por Pedro
González.Sosa ......................................................................................
De re bibliographica por Juan A . Martínez de la Fe ..................................
Don Agustín Millares: algunos aspectos de su persona. por María
Blanca López Nieto ..............................................................................
Notas sobre D . Agustín Millares Carlo. por Germán Luzardo Gutiérrez .
Don Agustín. el hombre. por Juan Marrero Portugués ...............................
Anecdotario. por Tarsicio Herrera Zapién ..................................................
1 O Sumario
Mis recuerdos de don Agustin. por Marcos Guimerá Peraza ...................... 107
El maestro en su rincón. por José A . Moreiro González ...........................
En la zapatería. por José Miguel Alzola ....................................................
Don Agustirz. por Manuel González Sosa ...................................................
Don Agustin Millares Carlo, por Lorenzo Olarte Cullen ...........................
Homenaje en Agaete, por Sebastián Sosa Álamo ......................................
Agustin Millares Carlo, la UNED y el Corpus de Códices Visigóticos,
por Cristobal García Blairsy ..................................................................
Agustin Millares Carlo y la colección Arcón Canario, por Pedro
Schlueter Caballero ...............................................................................
Introducción
El veinte de febrero de 1980 nos abandonó definitivamente el maestro don
Agustín Millares Carlo. Dejó la ciudad en que había visto la luz, a la que tan
entrañablemente amaba.
En el décimo aniversario de su óbito el Seminario que lleva su nombre en
la sede de la UNED quiso recordarle dedicándole el onceno Boletín Millares
Carlo, con el expresivo subtítulo, Estudios en memoria del Dr. Millares Carlo,
en el X aniversario de su muerte. Es natural que en el vigésimo los miembros
del que fuera su último hogar universitario, tratemos de rememorar la excelsa
figura de nuestro polígrafo, dedicándole el número veinte de nuestro Boletín.
En el primero de los citados se dieron luz dos estudios inéditos del maes-tro,
otros dos sobre su figura y unas cuantas aportaciones de temas filológicos
e históricos, áreas que no escaparon a su esfuerzo y perspicacia.
Como quiera que la personalidad e ingente obra de don Agustín ha mere-cido
gran cantidad de estudios hasta alcanzar un razonable nivel de reconoci-miento,
pensamos que el presente vaya dirigido a un intento de aproximación
a su modo de ser. Para ello, nada más útil que reunir un ramillete de testimo-nios
de quienes tuvieron la suerte de tratarle en su última etapa grancanaria, o
en la anterior, al otro lado del charco, por nuestros tristes avatares políticos.
Aunque alguno de los convocados ha preferido permanecer en silencio, la
mayoría han contribuido con entusiasmo, dejando huellas indelebles de su per-sonalidad,
carácter, gustos, servicios a cuantos se le acercaban solicitando
saberes de su don de consejo y otros muchos aspectos de su bonhomía.
A todos y a cada uno queremos expresarles con nuestro más profundo
12 Introducción
reconocimiento, así como perpetua deuda tanto por los valiosos testimonios,
como por la posibilidad de salvar las aportaciones iconográficas. Muy espe-cialmente
al sobrino de don Agustín, Carlos Bosch Millares, quien lamenta-blemente,
no podrá leer su colaboración impresa ni contemplar el bloque de
las fotografias que gentilmente nos facilitó, con la generosidad y bonhomía
que le caracterizaba. También a don Antonio Rumeu de Armas por lo inédito
de su aportación en los periplos de don Agustín desde Venezuela a España
antes de reintegrarse definitivamente entre nosotros.
quedó
El
Me gustaría ahora entrar en los textos y comentar sus observaciones, sig-nificativas
anécdotas, aspectos de su vitalidad, trato y otro centenar de pers-pectivas.
Pero ni me creo con autoridad y renuncio a descubrir al lector tales
claves en los originales.
Antes de terminar esta introducción, quisiera sin embargo, introducir algu-nas
matizaciones explicativas sobre la inclusión de tres contribuciones, que en
alguna medida se separan por su contenido del proyecto arriba enunciado.
Se trata, en primer lugar de la inclusión de un inédito de don Agustín, por
seguir la tradición del Boletín de hace dos lustros. La aportación del Dr. García
Blairsy, director del Centro de la UNED de Las Palmas y ahora gerente de la
Fundación de Enseñanza Superior a Distancia, sobre la compleja historia hasta
la publicación de la obra cumbre de don Agustín: los Cbdices Vbigóticos. Y
finalmente, la mía. Sacrifico mis recuerdos personales a cambio de rescatar la
Laudatio que pronuncié en la Universidad de La Laguna, cuando el maestro
incorporado a su claustro como Doctor Honoris causa de la misma.
texto inédito es la lección inaugural del curso 1977-78 pronunciada en
el colegio de El Camzal Claudio de la Torre sobre la vida y obra del titular del
mismo.
No faltan inéditas noticias sobre su vida, excelente obra teatral y novelís-tica,
así como su etapa de director del teatro María Guerrero de Madrid. Pero
su mayor valor radica en la niñez y pubertad de ambos primos, tanto como
mataperros estivales en la playa de Las Canteras, como el ambiente cultural de
sus familias en la estación invernal, si es que en Canarias han existido invier-nos.
La convivencia de ambos en el Ateneo madrileño, con el triple escenario
-según don Agustín-: Biblioteca, Salón de Actos y la Cacharrería, centro
donde discurrían las distintas y famosas tertulias. El debut de ambos como
futuros intelectuales, la superación a causa del exilio del catedrático y su reen-
Introducción
cuentro, o la última etapa de don Benito Pérez Galdós, que frecuentaban,
donde añoró su ciudad e isla con particular obsesión.
No escapa al conferenciante la importancia familiar en sus personalidades.
Las hermanas de Claudio, Josefina y Carmen, la esposa de Claudio, Mercedes
Ballesteros, -la Baronesa Alberta de la Codorniz-, pues la de Millares es
completamente conocida. Si se me permite un paréntesis, quiero traer a cuen-to
unas curiosas e interesantísimas Memorias de Carmen de la Torre, casada
con el eximio historiador don Ramón Carande. Su hijo tuvo la gentileza de
prestarme el manuscrito y cuántos intentos hice en Las Palmas por darle a la
prensa resultaron baldíos. Justificación: la presión social de una minoría, con
lo que seguimos sin entender la vida social y cultural de esos años claves para
la Isla que fue la década de los felices veinte.
La inclusión de la aportación del doctor García Blairsy ha parecido opor-tuna.
Se trata de una explicación de cuáles fueron los complicados pasos de un
dificil ballet. Se inicia con el compromiso de Lorenzo Olarte, entonces
Presidente del Gobierno de Canarias, a publicar los Códices I2sigóticos del
maestro. Las cuatro carpetas era un legado intelectual que depositó en el
Seminario de su nombre en el Centro Asociado de la UNED en Las Palmas de
Gran Canaria. Los depositarios nos encontrábamos obligados a dar a luz una
tarea que le acompañó durante su larga vida académica.
El recorrido trazado por don Cristóbal, pienso es un testimonio imprescin-dible
para una futura biografia de don Agustín.
No obstante, como historiador, me veo obligado a introducir una matiza-ción
a la génesis del proceso. Fracasadas las buenas intenciones del señor
Olarte, en uno de mis viajes a Mallorca tuve ocasión de charlar larga y repeti-damente
con el doctor don José Orlandis Rovira. Indudablemente, primera
figura mundial en cuanto al pasado de los visigodos en España. Desde Las
Palmas de Gran Canaria le suscitamos la tarea de responsabilizarse de la edi-ción
de los Códices. La declinó por sus ocupaciones inmediatas. Sin embargo,
me rescató el nombre del prestigioso catedrático emérito don Manuel Cecilio
Díaz y Díaz, a quien escribí. Una vez que aceptó encantado el reto, de acuer-do
con el Director del Centro y bajo su coordinación se llevó adelante la ardua
y trascendente empresa.
Como director del Seminario quiero en nombre de los que aquí tenemos
nuestro obrador manifestar nuestro más rendido agradecimiento al Gobierno
de Canarias y muy especialmente a su presidente don Manuel Hermoso.
Los dos tomos constituyen una imprescindible aportación científica que ha
tenido una muy satisfactoria acogida entre los especialistas interesados en los
14 Introducción
orígenes de las lenguas que conformaron Europa. En las lenguas germánicas,
entre las que juegan un claro protagonismo los visigodos, junto con el latín y
el griego, aunaron un complejo de pueblos y más tarde naciones que hoy han
emprendido la senda de la unidad. De ahí, contemplar como un insular tan
canario ha contribuido con sus múltiples saberes a colocar un sillar en los
cimientos originarios del tan complejo viaje y ahora remozado edificio.
Ante el reto de coordinar el presente número del Boletín, me pareció que
a don Agustín, que vivió con un gozo que le rezumaba por todos los poros de
su inmenso corpachón y su inconfundible sonrisa, el día que tuve la suerte,
como rector de presidir su entrada en el claustro de la Universidad de La
Laguna. Con seguridad volvería a oír la Lnidatio, que con harta emoción pro-nuncié
en su elogio, con más placer que otros recuerdos de mi profunda admi-ración
y la entrañable amistad que le profesé.
Podría rememorar desde la visita que le hice en la casa de la calle de los
hermanos Millares, durante el primer regreso a Canarias. La búsqueda de datos
tanto en el archivo de la Universidad de Valladolid como en el Archivo de
Simancas, su estancia invernal en el Seminario de Historia Moderna vallisole-tano,
donde consultara documentación simanquesa, las tertulias veraniegas, y
los fines de semana, ya yo en La Laguna, junto con don Pedro Perdomo y largo
etc., primero en la plaza de las Ranas, luego en la de Cairasco. El almuerzo en
Agaete, un 3 1 de agosto, día de su onomástica, pues para el Plan Cultural nece-sitaba
algo de don Joaquín Pérez Villanueva, entonces director general de
Bellas Artes, las jornadas laguneras de su doctorado y un largo etcétera.
Sólo una anécdota que refleja el humor de don Agustín. Llegamos una
mañana los primeros bajo la sombrilla de la plaza de Cairasco. Contemplé
como de lejos se acercaba mi entrañable amigo y estupendo periodista Luis
Jorge Ramírez, sobrino político de don Agustín. Le comenté: "Llega su sobri-no".
"¿Cuál?", me preguntó. "Luis Ramírez", contesté. Y sobre la marcha
comentó: "iAh! El trombón de los Millares. Papu, papu, papu".
Aunque el homenaje sea modesto para los merecimientos de nuestro polí-grafo
gran canario. Espero que nos sea de provecho, los nuevos datos, los
novedosos enfoques, las ilustraciones y aspectos inéditos de su personalidad y
quehaceres, sobre todo durante sus últimos años entre sus paisanos.
Antonio de Bethencourt Massieu