VISIÓN DE CANARIAS EN JULIO VERNE. NOTAS SOBRE
LAS IMÁGENES TURISTICAS EN CANARIAS
FRANCISCLOU CIANOD ~AAZL MEIDA
Licenciado en Historia de España, UNED
(Grupo Teyda: Taller de Evaluación
y Diseño Ambiental)
Este trabajo no hubiera existido sin la valiosísima ayuda
de Lidia y de Ana. Gracias.
Resumen analítico
Comentario de algunos pasajes de las novelas «Agencia Thompson
y Cía.» y «El Rayo Verde», de Julio Verne. En la primera se narra
una visita turística a Gran Canaria y a Tenerife a fines del siglo XIX.
Se dará un esbozo de los lugares recorridos y tópicos manejados por
el autor. Se estudia el viaje turístico, el viaje como una búsqueda de
felicidad. Para lograrla, el viajero empleará esfuerzos y sufrirá pena-lidades
que le harán merecedor de la llegada al paraíso y la obtención
de la felicidad buscada. Los elementos del paisaje indicarán las dife-rentes
etapas por las que pase el viajero. Esto es posible al entender
el paisaje como una composición de signos. La segunda novela se
comenta en tanto que ejemplariza sobre la idea de búsqueda de
felicidad.
Verne era un escritor para la juventud. Cumplía una función didáctica.
Enseñaba geografía y ciencia. La ciencia se entendía como un medio para
dominar la naturaleza.
Aunque su objetivo era la exaltación de la ciencial, estaba mediatizado
por el mercado que consumía sus obras-jóvenes de buenas familias de clase
media. En su obra parece haber aspectos menos conocidos. Así, se ha hablado
de «revolución subterránea~z, de su hermetismo, de su frustrada vocación
1 Sobre éste y otros aspectos de Veme, ver SALABERT, M., Julio Veme, ese desconocido,
Madrid, Alianza Editorial, 1985. Colección El libro de bolsillo, núm. 11 12, cap. 111.
2 LOUYS, P., en Arts Lettres, núm. 15. Número homenaje a J. V. Citado por SALABERT,
op. cit., págs. 35-36.
Boletín Millares Carlo n . ~1 1 . 1990. Las Palmas de Gran Canaria. 201
marinera, de una tendencia a prestigiar la isla como lugar aislado e indepen-diente
del exteriors.
En cualquier caso, en sus obras, especialmente a partir de 1880, se detecta
una amarga visión del mundo: ridiculiza personajes burgueses, critica el colo-nialismo,
la ciencia, etc.4.
En sus críticas e ironías parece desconfiar de ese mundo y sus valores
Parece prestigiar una alternativa de un mundo más feliz y sincero. Para ello,
en alguna obra contrapone unos héroes con unos antihéroess, en viaje hacia
otros lugares en que alcanzar esa felicidad.
Una de ellas es «Agencia Thompson y Cía.». Narra el viaje de unos
turistas de finales del siglo XX por el Atlántico. Uno de los lugares visitados
es Canarias. Allí, el Teide, su ascenso, se revela como una de las vías hacia
ese mundo que se busca.
También habla de turismo y de Canarias en la época. Muchos de ellos
todavía vigentes como atractivos turísticos. Tópicos presentes en los autorcs
de libros de viajes que visitaron Canarias (Stone, Berthelot ...) que Verne utilizó
como fuentes muy presumiblemente.
El motivo de búsqueda de felicidad es un recurso reiterado en la Histvria
de la Humanidad: desde Gilgamesh hasta Jauja. Todavía hoy existe este
motivo, apropiado y reconvertido por el Capital. Sea en publicidad: un esti-
3 Dice SALABERT: N,.. a las islas geográficas (...) hay que añadir las artificiales o las
simbolizadas por barcos, submarinos o ciudades extrañas (...) son tierras incógnitas, innominadas,
exiliadas de los mapas, y por esta razón escogidas como refugio por los grandes solita-rios
disociados de la humanidad o arrojados a ellas por fuerzas incontrolables». (0. cit., pá-ginas
215-216). Verne habla de El Hierro: c.. este centinelu (...) agreste. Por todas partes la
rodea un derrumbero, que se alza verticalmente a más de mil metros de altura por encima de
las olas, haciéndola casi inaccesible: ni una cortadura, ni una caleta en aquella muralla de
bronce. Los insulares (...) viven separados del resto del mundo ... » VERNE, J., «Agencia Thompson
y ría», en su Obras, Tomo VII. Barcelona, Plaza y Janés, 1971, Trad. de M. C. Nicolau, pági-na
499.
4 Para la delimitación de épocas y la evolución de la concepción de la ciencia, ver SALA-BERT,
op. cit., págs. 224 y 312, respectivamente. En cuanto a Verne: N... Si los canarios no
eran grandes admiradores de ese minotauro que se llama el Progreso, no debía ello causar
grande extrañeza (...) la ciencia, que hizo se despreciaran sus cañas de azúcar, la ciencia, que
no supo defenderse del microscópico enemigo de la vid, vino a atacarles en seguida en sus
nuevas tentativas, creando los colores químicos (...) y amenaza con un último y próximo
desastre a los infortunados cultivadores de cochinilla». (VERNE, op. cit., págs. 456-457). Pone
en duda la idea de progreso. La ciencia como instrumento para la especulación en el personaje
Monsieur Lecoeur, de «La caza del meteoro», Barcelona, Orbis, 1987. La ciencia como ente
destructor al servicio del poder y la ambición en «El secreto de Maston» (VERNE, Obras,
tomo VII, págs. 769-923). Su relato es inverosímil, pero su tema, la ciencia usada para obtener
beneficio, con indiferencia ante el deterioro producido, no parece tan novelesco si pensamos en
las destrucciones de la capa de ozono, la contaminación, etc.
S Héroe: portador de los valores defendidos por el relator. Representando el antihéroe los
opuestos. Se trata de seguir la metodología establecida por MARTIN SERRANO, M., La
producción social de comunicación, Madrid, Alianza, 1985. Colección Alianza Universidad
Textos núm. 102.
mulante para consumir mercancías, pues de su posesión se derivará felicidad,
Sea en la mercancía turística o vacaciones: ir a un lugar en que se será feliz
por sus caracteres: playas, sol, crepúsculos, vistas panorámicas, juventud, belleza
física, tradición, y otros muchos que encontramos como temas en postales,
folletos, etc.
En función a este aspecto se ha encontrado la obra «El rayo verde»,
también de Verne. Veremos cómo se reproduce el mismo modelo, si bien
simplificado: la felicidad no está en la cima de una montaña, sino en un rayo
dc luz, inmaterial, casi imposible de ver, aunque encontrarlo es tan trabajoso
como un ascenso al Teide. Este relato acontece en Escocia. Evidentemente, nada
tiene que ver con Canarias. Ni siquiera en lo que se refiere a tópicos: el «heroico
país de Fingul» vs. la «España Tropical~ó.L a imagen que se describe es la
búsqueda de un paraíso donde encontrar felicidad, y no tiene por qué adscribirse
a ningún punto en concreto exclusivamente: cualquier lugar, en principio,
puede represenlar esa imagen.
Se justifica el uso de traducciones en tanto que se persigue recopilar
tópicos sobre Canarias y conocer los rasgos principales de la imagen ideal
que representa la búsqueda del Paraíso. No se pretende hacer un trabajo
específico sobre Verne.
Se han hecho varios subrayados en las citas a Verne con la intención de
resaltar los elementos de mayor interés.
Dicho sea de paso, «Agencia y Cía.», es una buena novela. Con sólidos
pasajes: la presentación del héroe Roberto Morgand en una noche lluviosa
-cap. 1-; su breve crisis nostálgica y10 depresiva del capítulo m, la descripción
del amanecer en el Teide; las caricaturizaciones de los personajes. Por otro
lado, algunos personajes de «El rayo verde» recuerdan al Bécquer de las
rimas.
11. Comentario de la novela «Agencia Thompson y Cía»
Se describirán/transcribir5n pasajes referentes a Cariarias; rutas, túpicos,
visión del paisaje, etc.
El periplo por Canarias con escalas consiste en el recorrido marítimo por
el archipiélago con escalas en Gran Canaria -excursión al interior- y en
Tenerife -ascenso al Teide. Es relatado en: cap. XVII, «El segundo secreto
de Roberto Morgand», con referencias a las islas orientales; cap. XVIII, «En
el cual el Seamew se detiene por completo» -visión de Las Palmas; cap.
XIX, «El segundo diente del engranaje» -excursión al interior de Gran
6 El primer término de la comparación corresponde a VERNE, J., «El rayo verde*, en
VERNE, J., Obras, Tomo VII, Barcelona, Plaza y Janés, 1971, trad. de S. Nerval, pág. 622. El
segundo es una de las fórmulas publicitarias usadas para estimular el consumo turístico de
Canarias.
Canaria; cap. XX, «En la cima del Teiden; y cap. XXI, «Un accidente oportu-no
», con datos sobre las islas occidentales.
A~iriiisiiius e cüiiieiiia,bii a:guiios cleiiieliios no directameíitc re lacio fiad^^
con Canarias: las agencias turísticas, La Atlántida o Las Azores. El texto se
completa con un cuadro de tópicos sobre Canarias.
La guerra de precios entre Baker y Thompsori, cap. 11, «Una adjudicación
verdaderamente pública». En sucesivos y contiguos carteles las dos agencias
compiten ofertando una excursión al Atlántico en condiciones cada vez más
económicas, hasta que se imponga ia ihompson con un precio excesivamente
bajo, que se corresponderá con un producto-excursión de baja calidad.
Esto permite plantear la contradicción entre dos mentalidades enfrentadas
en el ámbito de las transformaciones derivadas de la «II Revolución Indus-trial
»:
- Una postura, digamos caballeresca, que deplora esta guerra de precios,
calificándola de «guerra de salvajes», vituperando a la Agencia Thompson
por haberla iniciado. Que prevé la estafa tras esos precios bajos. Pero que no
ve en ella una lucha por un mercado empequeñecido para las necesidades del
Capital en incesante expansión. Son las críticas del periódico Times y el rol
que asume Baker, jefe de la agencia rival de la Mr. Thompson: devolución de
pasajes e indemnización a los clientes; compensación al héroe, en tanto que
trabajador de la Baker-intérprete -que queda sin empleo- compensación
rechazada, por supuesto. Incluso «boxear» con Thompson para castigar, no
tanto su competencia, sino su malicia y malos servicios'.
- La postura de romper el mercado, en competencia desleal, al ofrecer el
mismo producto más barato que su competidor, «robándole» su clientela o
porción de mercado. Prestigiándose, además, pues sus precios económicos
permitan consumir su producto a personas de peor situación econón~icav, alga
la redundancia. La reducción de los costes permite ampliar el mercado con
personas de baja capacidad adquisitiva, al reducir precios, para continuar
obteniendo beneficios que faciliten el continuo crecimiento del Capital. El
camuflar este hecho al darle forma de acción social, puede ser una variante
de Iüs que hlam 1iaiii6 socialismo conservador. Pui- otra partc, aburatar cvstcs
supone reducir salarios y emplear productos de mala calidad, de bajo costo,
que a la larga perjudican el producto turístico final que pretendía venderse. Es
ia disposición de Tohmpson apiaudida por cieiia yreii>aO.
p~
7 Ver VERNE, Agencia Thompson y Cía., págs. 212-216 y 504-506.
8 La cita a Marx: ENGELS, F. y MARX, K., «Un Manifiesto del Partido Comunista», en
Obras de Marx y Engels, tomo 9, Barcelona, Crítica, 1978, págs. 164-165. Dice Thompson:
«¡Reducir a casi nada los viajes, tan costosos! (...) ¡Hacer accesibles a los humildes los placeres
reservados orro riernpo a ios priviicgiaciubi (...j Era una c u c h h Uc irurr~ur~iUud..(»V. einc, üp.
cit., pág. 220). La prensa indica lo beneficioso de una competencia al hacer bajar los precios.
(op. cit., pág. 212). Esto justifica la reducción en un 50 % el sueldo del héroe como ayuda a su
patrón y los productos de mala calidad como el vapor que quedará a la deriva. (Op. cit., págs.
506-507).
La pregunta o hipótesis de trabajo es: ¿Cómo y con qué consecuencias se
dio el fenómeno entre las empresas que organizaban cruceros turísticos en la
época, con especial atención a los que se dirigían a Canarias?; si existió
competencia, ¿se ha resuelto hoy el problema al repartirse el mercado los
TOUR-OPERADORES?, ¿o sigue existiendo, llevando su peso las diferentes
Formaciones Sociales que propician unas condiciones para hacer la inversión
del Tour-Operador más rentable que en otras Formaciones Sociales, atrayén-dolas
de esta manera?
La Atlántida.Só10 constatar la existcncin y conocirnicnto gcncrnl dcl tópico
del continente hundido. De éste sólo sobreviven sus cimas más importantes,
transformadas en los archipiélados atlánticos. Veme lo enfoca desde la nostalgia:
la evocación de lo perdido, de io que fue su vida en utio tieiiipog. Piiiiiei
signo de un mundo feliz pero lejano, inalcanzable. Este aspecto será tratado
en el trabajo ofrecido en la tercera parte.
Las calles de Horta, capital de El Fayal, en Azores. En ella los pasajeros
protestan por su aspecto desagradable 10. No es un simple hecho anecdótico. Si
revisamos la prensa de Las Palmas en los años veinte encontraremos reiteradas
quejas de calles en mal estado, caminos polvorientos, etc. Y la defensa de la
necesidad de mejorar las infraestructuras viarias y dotarlas de un buen paisaje,
de modo que el turista se sienta satisfecho y se lleve una buena impresión de
la ciudad.
úIs islas orientales. Son costeadas: Alegranza, Montaña Clara, peñasco
funesto para la navegación, La Graciosa, El Río, nombre del brazo de mar
que separa La Graciosa y Lanzarote. En esta diferencia sus dos costas. La
occidental, agreste, desolada, cubierta de cenizas volcánicas, con una playa
llamada Quemada, nombre que indica su no fertilidad. Y la oriental donde la
humedad ha permitido que se asiente la vida. Contraponer la vida y lo agreste
no es gratuito, volverá a hacer esta comparación en la cima del Teide, asimi-lando
allí agreste y muerte. Finalmente, menciona el Canal de la Bocaina,
única cosa que permite diferenciar Lanzarote y Fuerteventura, cuyas costas
son idénticas 1 1 .
Gran Canaria La llegada a Gran Canaria sirve de excusa para dar unos
datos genéricos sobre Canarias. Compuesta de once islas, contabiliza Alegranza,
Montaña Clara, La Graciosa y Lobos. Cercana a África. Es una provincia de
9 Se navega hacia las Azores. Otra referencia a la Atlántida se hará cerca de Madeira en
otra obra (VERNE, J., «Veinte mil leguas de viaje submarino)), en Obras, tomo 11, Barcelona,
Plaza y Janés, 1971, págs. 305-315). La nostalgia: «Allí, en el abismo, habíanse cosechado
mieses, habían frotado flores, el sol había irradiado sobre sus valles, cubiertos ahora de una
sombra eterna; allí habían lanzado los pájaros sus alegres y variados trinos, habían vivido los
hombres, las mujeres habían amado cuando jóvenes, y cuando madres Ilorado. Y sobre todo
aquel misterio de vida, de pasión, de dolor, se extendía ahora, como sobre una tumba inmensa,
el impenetrable sudario del mar» (VERNE, Agencia Thompson, pág. 262).
'0 Op. cit., pág. 276.
l 1 Op. cit., capítulo XVII.
España, «lejana (...) y un tanto descuidada, por ende». Este «abandono»
explicada la mediocridad de su comercio a pesar de su situación geográfica 12.
Canarias se caracteriza por sus costas de aspecto «salvaje y agreste»,
verdaderas «murallas de hierro» con un interior volcánico, varios volcanes
secundarios en torno al central y principal. Así, resulta extraño el epíteto de
«Afortunadas», si no se conocen sus cráteres apagados, sus valles y mesetas
cóncavas ..., abrigados de los «vientos tórridos del Africa», reina allí una
«primavara perpetua» 13.
Gran Canaria debe su nombre al valor demostrado por los indígcnas vs.
Bethencourt, el conquistador. Y destaca por sus particularidades naturales:
barrancos profundos, valles abrigados ... Verne prestigia la visita al interior
criticando el programa de Thompson, que sólo incluye la visita a la capital 1..
¿Crítica a los programas reales por no incluir una excursión por la isla? Por
otra parte, otro de los argumentos de la prensa de los años veinte es la
necesidad de mejorar las comunicaciones dentro de la isla, tanto para facilitar
el movimiento de la producción agrícola como para permitir el acceso a los
turistas.
De Las Palmas sobresale su aspecto exótico visto desde el mar, que des-aparece
una vez en ella 15. De sus pobladores señala su cortesía, su finura y su
vivacidad. Las casas tienen fachadas correctas, pequeñas habitaciones y un
«salón de recibir, en cuyas dimensiones se cifra el orgullo de los canarios...».
Un pueblo en que «se mezcla la fiereza y altivez del antiguo hidalgo con la
orgullosa sencillez del guanche~c,u yo recuerdo es desdeñado 16.
Una avería obligará a permanecer unos días más en la isla. Serán empleados
en una visita a la isla. Visita frustrada por las exigencias argumentales de la
novela.
En la primera jornada se sale a las seis de la mañana, tomando por uno de
los caminos que rodean la ciudad. Se caracteriza por su excelente estado y la
buena vista que tiene: avenida de villas ajardinadas, de intenso verde, doride
12 Op. cit., pág. 437.
13 Op. cit., págs. 437-438. Las mismas sensaciones experimentará Garnier en Nueva Cale-donia,
Madrid, Anjana, 1987, Cnlercih T.ihrns de Viajes, IV, pág. 19).
l4 VERNE, op. cit., pág. 438.
15 .Por primera vez (...) pudieron los pasajeros experimentar una franca sensación de
exotismo. (...) la ciudad ofrece un aspecto totalmente oriental. Sus calles estrechas sus casas
blancas y de techos planos, justifican hasta cierro punto el epiteto de Kusbuh (...) rsprrurrzui,
engañosas, pues mirada de cerca el encanto se desvanece. Nada menos morisco que las calles,
las casas, los habitantes, ofreciendo estos últimos (...) elegancias exclusivamente europeus,
hasta francesas». (Op. cit., págs. 439 y 444). Obsérvese lo exótico como fin último del viase,
que es turístico en la novela, y la ambivalencia exótica y europea de Las Palmas.
16 Datos proporcionados por Verne en tanto autor, pues expresa sus dudas a que un rápido
viaje permita ver algo más que lo superficial: una catedral, el falso exotismo ... (Op. cit., págs.
444-445).
conviven plantas europeas y tropicales, al igual que en la fértil campiña que
sigue 17.
Hay una alusión didáctica al ya clásico «ciclo de cultivos» en Canarias.
Pero aquí es usado para la crítica a la ciencia (!), culpable, en última instancia,
del fracaso de los cultivos, sólo alabando la laboriosidad del canario en su
lucha contra la sequía 1s.
Trayecto: Caldera de Bandama. San Lorenzo, donde se almuerza gofiol9.
Por la tarde, se sigue una ruta, norte: Gáldar, antigua residencia de reyes
«berberiscos». Agaete. Artenara. con sus habitantes trogloditas y la vista de la
Caldera de Tejedazo. Y Tejeda, donde se hará noche. Verne aprovecha para
matizar que si bien el clima es suave, hay que tener cuidado cuando refresca
en la madrugada. Es algo más que una anécdota. ¿Intento de desmitificar?
¿Un obstáculo más en el camino hacia el Paraíso? ¿Son sólo los antihéroes los
perjudicados por el frío? En cualquier caso, jcuentan las publicaciones de
propaganda turística los defectos que todo lugar, incluido el turístico, tiene?
jO sólo dan una imagen de ese lugar que no tiene que coincidir necesariamente
con la realidadzl?
En la siguiente jornada el paseo se convierte en un calvario de penalidades.
Tras pasar la cima de Tirajana, se inicia el ascenso al Pozo de la Nieve.
Perdidos y abandonados por su guía. Atacados, aunque sin consecuencias, en
una aldea de negrosz2. Tras rodear el Pozo de la Nieve, vuelven a perderse.
l 7 Op cit., págs. 454 y 456. Extraña la observación sobre el camino, teniendo en cuenta la
prensa de los años veinte. Ver el epígrafe sobre las calles de Horta.
18 Op. cit., págs. 456-457. Ver nota 4.
19 N,.. El gofio, especie de mezcla de harina de maíz o de trigo muy torrefacta y diluída en
leche (...) manjar nacional (...) de un sabor no muy agradable». (op. cit., pág. 458). Causa de
protestas, especialmente para Saunders, en realidad Baker. Es el jefe de una agencia rival. De
incógnito en el pasaje, confeccionaba una lista de los efectos de la excursión vendida por
Thompson. Entre ellos, el gofio.
20 Op. cit., 459-460. Concretamente, c.. la Caldera de Tejeda (...) una vista espléndida
[Vista desde Artenera]. El circo, sin hundimiento, sin ningún desplome, sin ninguna cortadura,
desarrolla ante las miradas atónitas su elipse, de treinta y cinco kilómetros, de cuyos lados
convergen hacia cl centro ar-r-oyos y colinas bajas, a cuyo abrigo se han coiistiuido ukiticw y
caseríos».
21 La cita a Verne en op. cit., pág. 461.
22 El ataque (Op. cit., págs. 465-468) ha sido provocado en última instancia por el antihéroe
o «malvado turista». Confabulado con el guía, ha hecho crear a los negros que los extranjeros
iban a fundar un hospital para leprosos y tísicos (Op. cit., pág. 469). El antihéroe actúa
conforme a su rol -malvado, sólo interesado en el dinero para lograr su objetivo, obtener
la fortuna de lo heroínn. El incidente da ocasión n Vcrne pnrn mcncionnr las rcticcncins dcl
canario ante la llegada de extranjeros que pueden dejar «en sus islas algo de sus enfermedades».
(Ibidem). No especifica que se trate de un turismo que viene a mejorar su salud. Pero es
significativo identificar enfermos y extranjeros: «...,ios canarios ven con malos ojos cómo los
llegan (...), pues creen que todos esos enfermos...». (Ibidem).
Sobre la aldea de negros Veme dice que es una «antigua república de negros», que
viviendo aislados pese a la abolición de la esclavitud. Torres Estupiñán me indica que el mito
de una aldea de unegrow en la Gran Canaria de fines del siglo XIX, aparece también en
Habiendo dado con un pueblo, no pueden comunicarse con los lugareños:{.
Sin embargo, conseguirán en el pueblo un muchacho que les guíe hasta Telde.
Será un camino inacabable por senderos y más senderos. En el llano, el guía
les indicara la dirección Sur. Los turistas no le creen y marchan hacia el
Norte, sorprendiéndose de llegar a Las Palmas y no a Telde, para colmo de
rnales24.
Tenerijtin Aquí el objetivo es subir al 'Teide. De Santa Cruz destaca «las
numerosas líneas de vapores que la unen» con varias ciudades europeas y la
elegancia de sus calles25.
Hay dos opciones para ir a La Orotava. Por mar, costeando la isla. O por
tierra pasando por: La Laguna, ciudad decadente y triste. Tacoronte, con su
museo sobre el pueblo guanche. Sauzal. La Matanza. La Victoria. Santa
Ursula, a cuya salida se puede contemplar el valle de La Orotava, y a medida
que se avanza, las dos Orotavas. Finalmente, se alojarán en el Hotel de las
Hespérides, propiedad de un francés26.
Ascenso al Teide. Los puntos del trayecto son: Monte Verde. zona de fácil
recorrido y con paisajes bucólicos, lo que contribuye a la ulegrh de los turis-tas27.
En la siguiente etapa se penetra por El Portillo. Su durezf1 acaba con la
alegría de los turistas, provocando caídas y deserciones. Pero los que superzrroil
las dificultades de la travesía fueron premiados por su constancia en la Estancia
de la Cera. Disfrutaron con una vista «sublime» y unas palabras didácticas del
héroe28.
Olivia Stone. Pero también que dispone de un testimonio oral fiable que pone en duda la
existencia de dicha aldea.
23 Esto no sorprende al héroe que conocía la <<diversidadd e los patios del intet-ioi-> . (Op.
cit., págs. 47 1-472).
24 Probablemente, lo previsto era ir del centro hasta Telde, y luego, a Las Palnias, hacia el
Norte. El guía debió dejar a los turistas en el camino que unía Telde y Las Palmas. Lu turistas
creerían que ir al Sur era alejarse de la ruta inicial y por ello niarcharon al Norte. (Op. cit.,
págs. 472-473).
25 Op. cit., págs. 474 y 477. Elegancia de las calles: C.. sus amplias calles, bordexias de
casas provistas generalmente de elegantes balcones y cubiertas frecuentemente de pinturas rr ki
moda italiana*. (Op. cit., pág. 477).
'6 Op. cit., págs. 475-478. Sobre la Laguna, «A pesar de sus encantos (...) es una ciudad en
decadencia (...) muchos monumentos en ruinas. La hierba verdea el piso de sus calles y hasta el
techo de sus casas. No se trataba de permanecer mucho tiempo en aquella ciudad silenciosa. en
que la tristeza se hace contagiosa» (pág. 477). La Orotava, amén de citar a Humboldt, «.. . sería
dificil imaginar un espectáculo más armonioso. A la derecha, la llanura inmensa del mar, a la
i7qiiierda. un conjunto de picos salvajes y negros, últimos contrafuertes del volcán, sus hijo4 en
el pintoresco lenguaje popular, en tanto que el padre, el Teide mismo, se alza niajestuosarnente
(..J. Entre esos dos grandiosos límites, el valle de La Orotava se desarrolla en LUI irrcreíhk
océano de verdura».
27 El Monte Verde: c.. el tiempo era delicioso, la brisa suave, fúcil el sendero (...) .srrid<w
encantador...». «...la al+ era general (..J. Convencidos de la pro.rUni~lud de la cumbre, todos
se extasiaban ante la facilidad de la ascensión». (Op. cit., págs. 48 1-482).
28 El Portillo: c.. el camino se había vuelto muy nialo, escurpado, cortudo por grietus,
En las restantes etapas se reproduce el mismo proceso. Un camino duro y
agotador. Pérdida de ánimos Y abandonos. Los que resisten coronan sus es-fuerzos
al recibir un premio. Este consiste en una hermosa vista panorámica.
Su fiuicióii peiiiiiie uiia cieria catarsisi', yiu ia u'uieiicióri de Ieiiciciaci. A
medida que se progresa en la vía del Teide aumenta la belleza, fruición y
catarsis que se obtiene. Cuanto más cerca, culminada en el crepúsculo visible
desde Alta Vista. Aquí se pasará la nochejo.
En cualquier caso, el ascenso ha sido selectivo. Los continuados abandonos
en El Portillo, Las Cañadas, Montaña Blanca o los últimos tramos antes de la
cima han reducido el grupo ostensiblemente. De hecho, sólo llegan los dos
héroeslenamorados de la novela, a los que se unirán posteriormente los dos
personajes secundarios más importantes.
El último tramo es el peor. Los turistas sufren el frío, el viento helado, una
pendiente empinada y resbaladiza, la falta de aire, etc. Los abandonos que se
producen son por desfallecimiento. El premio en la cima: encuentran su «en-canto
» y su «ensueño», luz y vida; y el amanecer, que muestra una vista
emergente y espléndida. Un ambiente, llamémosle mágico, que produce «una
erizado de pedruscos, empinado...». Cunde el desánimo: c.. . aquella subida se juzgó con razón
extenuante; (...) extinguido las últimas risas (...) algunas quejas (...) ¿NO iba a tener fin aquel
infernal sendero?». Pronto comenzarán los abandonos que afectarán a una tercera parte del
grupo. Los que resistieron obtuvieron el premio de la vista de Las Cañadas: <c.. después de (...)
aquella fatigosa subida, el pico de Tenerife, (...) apareció súbitamente ante las miradas (...) Bajo
su blanca hinica de piedra pómez, estriada por negros hilos de lava, la cima, perdida en un
torbellino de nubes, el Pico, en forma de cono regular, se alzaba solo en medio de una planicie,
cuya extensión no podían apreciar las miradas. Vueltas todas hacia él, como venerando al amo,
varias montañas indicaban las fronteras circulares de la vasta llanura. Sólo hacia el Oeste la
barrera de los montes se rompía, se rebajaba, acabando en un suelo cahtico y convulsa, un
'Mal País', más allá del cual brillaba al sol el lejano mar». Esta visión no deja indiferentes a los
turistas, «Aquel espectáculo, único y sublime, decidió el éxito de la excursión: muchos jhurras!'
estallaron en el aire». El premio se completa con las explicaciones del héroe, que actuaba de
cicerone. (Op. cit., págs. 482-484).
29 Sobre la catarsis en el ámbito turístico puede verse el epígrafe «El hotel como recreación
del paraíso», en TEYDA (Taller de Evaluación y Diseño Ambiental), «La industria turística en
Canarias». en VI11 Coloquio de Historia Canario-Americana. en prensa. celebrado en Las
Palmas de Gran Canaria, del 3 al 7 de octubre de 1988.
30 Dificultades del camino: el tiempo pasa c.. sin parecer que se hubieran acercado de
modo sensible...», afectados por el frío y el calor, «Tostados por delante, helados por detrás...»,
aiacadüs por la ofiainiia; üiia «pciidiciiic qüc pai-ccía impüsitic (...) iiiariiciieisc eii ... » eiia,
«una ascensión extenuante» y un «piso resbaladizo». Los que perseveraron obtienen un premio.
«En primer lugar, se festejó e hicieron los honores a una comida excelente y abundante...». Y se
tuvo la posibilidad de ver un crepúsculo: H... las sombras invadieron el mar, subiendo aquéllas
luego con la velocidad de un expreso al asalto de las costas, de las escarpaduras y de las
montañas circundantes; en dos minutos, el circo de Las Cañadas había quedado sumido en la
noche. Sólo el Pico, brillante aún, salía de un invisible abismo.
E 1 -1,.h, A-1 "-1 ,,, L..,A:l, -- -1 -,L-,,.. 1- l:,-. A-1 h,.2..--r- ,-,.:-,.:l, -.. +,...&- -..- ..- L#i 6 l V V V U U L Db L l U l l U l V bll C 1 V b C U I I V , 1- 1111CU U C I I I V L I L i U I I I C O C C I I I V J b b I V , bII L U I I L V YUb ULI
inmenso cono de sombra, proyectado desde el Pico, pasando en un instante por todos los tonos
imaginables, se alargaba hasta la Gran Canaria, y el último rayo pasó, ficha luminosa en la
atmósfera oscurecida. (Op. cit., págs. 484-489).
religiosa emoción» y propicia una escena de amor, en tanto que esta es la
forma que reviste la felicidad a la que conduce la fruición obtenida31.
En la tercera parte se proponen algunas ideas que pueden ayudar a com-prender
la fruición vivida por los protagonistas, y como la escena de amor, si
bien interrumpida, no es sólo un recurso argumental. Esta obra es una mas en
la rica literatura de viajes sobre Canarias, que puede estar en la base de la
formación de algunas imágenes mostradas por la propaganda turística. Y no
olvidemos que Thompson, organizador de viajes turísticos, declara hacer por
la felicidad de sus viajeros32. También se incluirá, en un apéndice, el pasaje
sobre el amanecer en el Teide.
Islas Occidentales. Se circunnavegarán antes del regreso a Londres: Gomera,
de cuya capital, San Sebastián, partiera Colón. El Hierro, famosa por haber
sido «un meridiano adoptado como origen de todos los demás...». Pero Verne
llama la atención sobre su aspecto «terrible y salvaje» y su aislamiento.
Estaba previsto remontar hasta La Palma. Pero una avería deja al vapor a la
deriva y arrastrado hacia el Sur. Con las páginas sobre las islas occidentales,
termina lo referido a la excursión por Canarias33.
111. Aproximación al significado de las imágenes
Se intenta establecer una hipótesis. Ésta explicaría de modo coherente y
global el funcionamiento de dos novelas de Verne: «Agencia Thompson y
Cía.» y «El rayo verde». Conociendo ese funcionamiento puede entenderse
las imágenes que de las vacaciones nos ofrecen postales, carteles, posters,
folletos, etc. Estas imágenes representan el producto ideal de unas vacaciones:
la búsqueda (movimiento, progresión ...) de felicidad.
De un análisis descriptivo se han aislado unos datos. Se ha procurado
organizarlos en un esquema. Se ha procurado asignar a cada dato un lugar y
un papel o función en dicho esquema.
El resultado ha sido establecer dos formas de fruición del paisaje. El
vulgar y ramplón, insensible al paisaje, y la verdadera fruición, romántica, que
busca y encuentra lo maravilloso. No tanto por disfrutarlo, sino por sus efectos
«mágicos», que los «libera», revelándoles el camino a la felicidad. En este
caso a través del «amor». Pero ese lugar mágico no está al alcance de todos'J.
Es como un paraíso perdido. Hay que alcanzarlo tras un duro «viuje». Viaje
del que desisten los insensibles: sea por propia y débil voluntad, sea por
31 Op. cit., págs. 490 y SS.
32 «Había hecho, a juicio suyo, lo bastante por su felicidad». (Op. cit., pág. 490).
33 Op. cit., cap. XXI. Sobre El Hierro, ver nota 3.
34 Anstobulos Ursiclos, científico y antihéroe de «El rayo verde» no llegará a verlo. (VERNE,
El rayo verde, pág. 762, ver Apéndice, nota 15). Los diferentes y variados antihéroes que
pululan en Agencia Thompson y Cía., no estarán en la cima del Teide. (VERNE, Agencia
Thompson y Cía., cap. XX, ver nota 55).
estarles vedado, antihéroes malvados, personaies «ruines». Viaic sólo culminado
por los héroes, los elegidos. La «sikple»fr&ión puede esiar al alcance de
todos sin esfuerzo 35.
&te isier&&jaos:,a && a imagen gi-áfiea-p"sial... liielaiia,
de señuelo para atraer al lector, potencial turista, que buscará ese paraíso que
él ha visto, de este modo, la postal lo prestigia como héroe36.
Las citas se relerirán al «Rayo Verde» y «Agencia Thompson», especial-mente
esta última. La primera será comentada en un apéndice al encontrarse
en ella los elementos objeto de estudio así como el desprestigiar la ciencia vs.
io misterioso-invito ai iector a saitarse el resto del capitulo y leer antes dicho
apéndice. Las dos obras, en cierto modo, son complementahas. El rayo verde
nos proporciona una síntesis que «Thompson» nos especificará al ampliar el
relato con hechos más concretos y más articulados, cpmo el ascenso al Teide,
y al enmarcarlo en la «crónica» de un crucero TURISTICO a Canarias.
A continuación, se procede a especificar las ideas expuestas en el tercer
párrafo, cuya función es la de síntesis «clarificadora». El lector habrá de
tenerlo en cuenta para organizar en un todo coherente lo que se le expondrá.
35 Todos los turistas disfrutan del Monte Verde sin apenas esfuerzo y/o cansancio. (VERNE,
op. cit., págs. 481-482). Muchos contemplarán Las Cañadas, si bien les costó más trabajo el
llegar hasta allí. (Op. cit., pág. 483).
36 pSihi!i&d & p ~ t - ! =S zP!i~2r 12 ~-tc&!qr$ de! hérGe y zn?ih&ep
de Martín Serrano. Héroe sería el elemento prestigiado en la postal y antihéroe el desprestigiado,
por explicarlo en pocas palabras. El héroe o antihéroe puede ser una persona, un animal, un
objeto, etc.
Pero puede haber una segunda visión complementaña a la anterior. Como medio de
comunicación, la postal necesita de un receptor o lector que reciba y comprenda su mensaje,
que sepa interpretar correctamente los signos recibidos. Y uno de los mensajes que se envían
puede indicar que el lector es un héroe. Y lo e al tener el «privilegiode ver el Paraíso que
promociona la publicidad turística. Lugar en que va a encontrar la publicidad turística. Lugar
en que va a encontrar la felicidad, lo que le motiva a iniciar un viaje en su busca. (Viaje que es
la parte más importante del paquete de vacaciones comprado al Tour-Operador). Es como si la
postal fuese el plano del tesoro y a la vez pieza del mismo: nos enseña un fragmento del
paraíso, una moneda que nos confirma la existencia del tesoro, y que éste es fantástico, pero no
una fantasía. Por ello, el potencial turista, como un nuevo Jim Hawkins, partirá en su busca.
Ese tesoro puede ser la naturaleza «indómita». el tiem-DO perdido. recorridos históricos. una
magníj5ca urbanización (sic), una aventura erótica o todo aquello que se pueda desear y pueda
venderse en el mercado turístico. Indirecta e intuitivamente es aceptar la hipótesis de que el turismo
se sintetiza en el hecho mismo del transporte,,en el viaje a «El Dorado».
Sobre el héroe y el antihéroe ver MARTIN SERRANO, op cit., y el artículo «La mediación
de los medios de comunicación», en VARIOS. Sociología de la comunicación de masas,
recopilación de MORAGAS, M., Barcelona, Gustavo Gili, 1985, págs. 141 - 162.
Un ejemplo de análisis de postales en RIVERO VENTURA, E., y VERA GALVÁN, J. R.».
La utilización del «paisaje agrario» en la industria turística: una forma de explotación del
trabajo agrario por el capitalactuante en el turismo», en IV Coloquio Nacional de Geografía
Agraria, celebrado del 10 al 14 de abril de 1987, en La Laguna y en Las Palmas, págs. 189-
qnn &--- T - ~ : ~ - , a - --e 1.. A---:--:L 2- p-~---c-- c---=-i--
LVV, LULLlV I, CUILaUV PUL L a nOUCI(ICIUII UL ULUgIaIVJ L 3 p l l U I C J .
Un ejemplo de lector-héroe que se pone en marcha en busca del paraíso en VERNE, El
rayo verde, págs. 634 y SS. Con un artículo periodístico, que describe someramente el Rayo
Verde, se pone en marcha la aventura-búsqueda relatada en dicha novela.
Constatar la afirmación de Veme, «solamente la naturaleza se deja penetrar
con una mirada». Se la prestigia frente a los hombres, demasiado complejos
para captar su interior, y menos en una rápida excursión turística37. La natu-raleza,
en cambio, basta mirarla, una postal se mira, y buena parte de sus
temas se corresponden con la naturaleza.
Hay dos tipos de fruición. La vulgar de los antihéroes: Mr. Blockhead,
interesado por todo lo que se salga de lo normal con respecto a su vida
monótona: estará orgulloso de conocer un holandés, pues nunca ha visto uno
y este país es famoso por sus quesos38. Mr. Hamilton, típico gentleman. que
sólo sigue rígidamente el programa, primando esto más que el disfrutarlo. Por
ello, en una ocasión, semiciego al perder sus lentes, cumplirá una «Vista
magnífica. Cinco minutos»: no se percatará de que observa un muro en lugar
de la vista39. Jhonson y Van Piperboom, que llevan una «vida puramente
animal». El primero sólo bebe. El otro sólo come, pero además se aliena
mn~cient~menhto~la:n d6s7e ngañado por la fralidii!enta ph!ici&d qge pr~metiz
un intérprete, aislado por la barrera idiomática, se limitará a aceptarlo todo
estúpidamente y a seguir a Thompson, «vengativamente», a todos sitios. Thomp-son,
sólo atento a su beneficio, sin escatimar el engaño. Saunders, Baker
disfrazado, en busca de fallos para acusar a Thompson40.
A estos personajes les está vedado el segundo tipo de fruición. Tienen
acceso nada m6s que a lo vulgar, lo supcrficial o no disfrutar. Su función es
prestigiar, por contraste, la visión del héroe.
La visión romántica de espíritus abiertos, sensibles y jóvenes: los protago-nistas
o héroes. Perciben lo bello, iiiaravilloso, poético y rtiisterioso. En oposición
a: la visión del antihéroe, por contraste, o a la ciencia, en abierta oposición,
ver apéndice sobre el Rayo Verde.
Esta es su visión:
- La NOSTALGIA. Sea TRISTE, el recuerdo, revival, de lo perdido. Es
la decadencia de La Laguna41. La Atlántida, lugar donde existió la vida?>, o el
mar, frustración de no haber sido marinero43. Sea EVOCADOR, bucólico: la
Caldera de Tejeda44, Monte Verde", o el crepúsculo en Alta Vista".
37 VERNE, Agencia Thompson y Cía., pág. 445; el recorrido por Las Palmas, de pocas
horas, no capta la personalidad canaria: orgullo, cortesía ..., ver epígrafe sobre Gran Canaria.
38 Op. cit., págs. 245-246. Llega a decir: «He aquí las ocasiones que nos deparan los
" ~-I.~..A .P"c"
39 Op. cit., pág. 275.
40 Las citas siguientes corresponden a Agencia Thompson y Cía. Para los diferentes perso-najes,
ver las páginas indicadas: Jhonson, 250-25 1 y 254-255; Van Piperboom, que «comía.
digería, fumaba, dormía ... enormemente, su vida se hallaba contenida entera en esos cuatro
verbos», 25 1,254 y 487; Thompson, 247-248; Saunders, 25 1. En realidad, hay más ejemplos a
lo largo de la novela.
Op. cit., pág. 477. Ver nota 25.
@p. cit., p8g. 262. Vsr neta 9.
VERNE, El rayo verde, pág. 706. Ver Apéndice, nota 5.
VERNE, Agencia Thompson y Cía., pág. 460. Ver Nota 19.
Op. cit., pág. 481. Ver nota 26.
Op. cit., pág. 489. Ver nota 28.
Las VISTAS ESPLENDIDAS: la Caldera de Tejeda, el valle de La Orota-va47,
O Las Cañadas48.
La FRUICIÓN, el gozar y10 contactar con el Paraíso: la cima del Teide49,
o la visión del Rayo Verdeso.
La fruición, en tanto sólo es posible relizarla en un punto determinado, «el
paraíso perdidm. Pero no es tan importante la fruición en sí -fruiciones de
menor intensidad están al alcance de todos-, sino el efecto mágico, benefactor
que produce.
Un uparaíso perdido*, exótico, lejanosl. Le rodea un mundo negativo, casi
siempre abrupto, «la muralla de hierro», costera que hace dudar del nombre
«Islas Afortunadas», hasta que, en su interior, se encuentra la «Primavera
Perpetua» protegida de tal guisasi. Bien delimitado: en la cima del Teide hay
una frontera entre el cráter, donde renace la vida, y el exterior, donde «reina
la muerte absoluta» 53. Es impalpable, inmaterial, espiritual. Por esto se prestigian
las deidades escandinavas en «El rayo verde» s4. Por otro lado, muchas postales
nos muestran un crepúsculo o un amanecer, un fondo de luz, en primer plano,
formas rocosas, ásperas, la imagen avanza progresivamente hacia el fondo,
con lo que lo rocoso se vuelve inmaterial, confundi~ndose/convirtiéndose en
luz.
Para llegar al paraíso es necesario recorrer un camino, de duros trabajos
-ascenso al Teide: frío, viento, pendiente resbaladiza, pómez brillante e hi-riente
...SS-, que es selectivo. Muchos han de abandonar, unos voluntariamente,
por no pasar penalidades56. Otros, los «ruines», son «castigados», ni Verne ni
el camino les dejará llegar57. Es decir, el paraíso es inaccesible para los
antihéroes. Tan sólo llegan unos elegidoss*.
-
47 Op. cit., pág. 478. Ver nota 25.
48 Op. cit., pág. 483. Ver nota 27.
49 Op. cit., págs. 491-496. Ver Apéndice 11.
50 VERNE, El Rayo verde, pág. 764. Ver Apéndice, nota 19.
51 Llegando a Las Palmas, dice Verne que por primera vez en el viaje se encuentra algo
exótico. No nos interesa si Las Palmas es o no es exótica. Sólo señala el matiz de prestigiar lo
exótico como motivo y fin del viaje. (VERNE, Agencia Thompson y Cía., pág. 439. Ver nota
14).
52 Op. cit., págs. 437-438.
53 Op. cit., págs. 491-492. En muchos relatos es posible encontrar asociados lo «maligno» - - y la «muerte»: mitnlngíai, relatni de terror, etc.
s4 VERNE, El rayo verde, pág. 707. Ver apéndice, nota 6.
55 VERNE, Agencia ..., cap. XX. Ver epígrafe «Ascenso al Teide)) y las notas 27 y 28.
56 LOS abandonos en El Portillo, Las Cañadas y en Montaha Blanca. (Ibidem).
j7 Así, Blockhead y Hamilton por doloridos. Van Piperboom, por la terquedad de su mula.
Thompson, por agotamiento. Saunders y Lindsay, desvanecidos en los últimos momentos.
(Ibidem).
Como me advierte Vera Galván, son castigados. Pero el castigo consiste en la imposibilidad
de llegar a su destino; el percance es sólo el instrumento que hace cumplir dicho castigo. De
este modo, otros dos personajes, en cierto modo ayudantes de los héroes, aunque parados en un
primer momento, podrán llegar. (Ibidem).
S8 A la cima llega tanibien el guía. Pero es sólo un trabajador -como lo es el vuelo chárter
Pero realmente, no es la fruición en sí lo que buscan los héroes, sino esa
«magia» misteriosa q.u e los envuelve y transformas9. En el Teide, los héroes , son prcs & «-llgiQsu mG&$,y:: axtr !u xíis?a qce les n i n c x i alma xi Y---
el silencio. Hay incluso una REVELACIÓN: las sombras que descienden
muestran todo el panorama que puede contemplarse, creando un ambiente de
erisuefio y encantob0.T rarzsfomzació~zm ágica, pues les revela el «amor»: es la
leyenda del Rayo Verde61. Cuando aparece, «mágicamente», se cruzan las
miradas de los dos héroes revelúndoles que se aman62. La visión del amanecer
en ei Teide da paso a una cxc i ia dc aiiiui, iiu ~ u i i s u i ~ ~a~l dapat iiecei en
escena otros dos personajes63.
No se persigue la fruición, sino su magia, catarsis, no como fin en sí
mismo, sino como medio para lograr felicidad. Efectivamente, es «felicidad»
lo que motiva el viaje-búsqueda. Lo dirán explícitamente: Thompson64, las
heroínas cuando justifiquen protegerle65, y Elena Campbell, al final del «rayo
verde» 66.
La idea defendida es que los elementos reseñados pueden aplicarse en el
análisis de las imágenes gráficas de la propaganda turística y, en general, en
otros ámbitos turísticos. Aquéllas, al permitir la fruición del paraíso, puede
crear en el «lector» la necesidad de iniciar el viaje para llegar hasta allí, y
poder repetir, con mayor intensidad, la fruición apenas sugerida. En ese lugar
gozará de la sensación de bienestar y experimentará el mágico cambio que lo
lleve a la felicidad, tal y como la entienda cada turista que haya comprado sus
vacaciones -viaje a un lugar- en cualquier tour-operador.
Puede procederse analizando las imágenes turísticas, cuáles y cuántas
responden a esta teoría y si hay otras tipologías. Ampliando el ámbito de
que nos lleva al lugar turístico-. El guía se retirará rápidamente y no disfrutará del paisaje.
(Op. cit., pág. 491).
59 Serán los acompañantes los que vean el Rayo Verde, no los heroes. VERNE, El layo
verde, pág. 764. Ver Apéndice, nota 20.
60 VERNE, Agencia ..., págs. 491-493.
61 VERNE, El rayo verde. págs. 634-635. Ver Apéndice. nota 10.
6* Op. cit., pág. 764. Ver Apéndice, nota 20.
63 VERNE, Agencia ..., págs. 493-496.
64 Op. cit., pág. 490. Ver nota 30.
S Las citas siguicriirb pciiciitxui a Agcii~ia Tiiüiiip~üii y Cia. El af&n dc lücrü l l c r 6 a
Thompson a organizar un viaje de pésima calidad. Esto será causa, en última instancia, de las
desventuras de los turistas: un naufragio (pág. 572), capturados por traficantes de esclavos
(cap. XXVIII) ... A las que se unen todas las deficiencias de comida, etc. Todo ello dará pie a
procesos que dejan a Thompson en quiebra (págs. 613-614). Pero será socorrido por las
heroínas. Gracias a las calamidades de las que fue responsable se casaron. Habla Baker, «... En
verdad, no veo qué es lo que pueden ustedes imaginar deberle». «¡La felicidad! -dijeron a un
ticniipü las dos licriiialias-w (pág. 61.1).
66 VERNE, El rayo verde, pág. 767. Escribe Verne, «Hemos visto algo mejor -dijo en voz
baja Elena-. Hemos visto la misma felicidad, la que la leyenda atribuye a la observación de
este fenómeno. Y ya que la hemos encontrado, mi querido Olivier, ;no necesitarnos nada rnás, y
podemos ceder a los que no lo conocen y quieren conocerlo, el famoso Rayo Verde!».
análisis a otras facetas del turismo y la publicidad . Consultando bibliografía
sobre y de Veme. ya que él ha sido nuestro punto de partida. para un enrique-cirr.
irntc de x-mtice P. Así C G ~ Qe! a16!isir de !as irnag~nesq rrP <e rnmiiniran
en los libros de viajes sobre Canarias. comparándola eventualmente con las
de la literatura de viajes en general .
C~AERC= E T S ~ ~ C ~ S / T ~ ~ , D I ~ ~ E
sobre Canarias presente en Verne y el ámbito del turismo actual
1 . La Atlántida ........................................... V-262
2 . Calles elegantes ........................................ VI-276
.,3. ..t .T."'10" A f A..
l.,.'&., L I V I IL,I.'&.AYU . ....................................... .x. v m-438
4 . Primavera perpetua .................................... XVIII-438
5 . Las Palmas: Aspecto exótica. oriental, Morisca ........... XVIII-439 y444
6 . Catedral. estilo renacimiento español .................... XVIII-444
7 . Aspecto europeo ....................................... XVIII-444 y XX-477
8 . Cortesía y finura del canario ............................ XVIII-444
9 . Fachadas correctas ..................................... XVIII-444
10 . Origen Guanche ....................................... XVIII-444
11 . Camello ............................................... XIX-454
12 . La dktinción del canario ................................ XIX-454
13 . Se encuentran todos los productos de Europa y los Trópicos
14 . Caldera de Bandama ................................... XIX-457
15 . Gofio ................................................. XIX-45 8
16 . Gáldar, residencia Reyes Guanches ...................... XIX-459
17 . Artenara: poblado troglodita y panorámica de caldera de
Tejeda
18 . Clima suave ........................................... XIX-46 1
19 . Extranjeros en Canarias por sus enfermedades ........... XIX-469
20 . Humboldt: La Orotava. el valle más hermoso del mundo .. XX-478
2 1 . La Clrntiva -ver niímern 30- ......................... XX-478
22 . Hespérides ............................................. XX-478
23 . Teide: el padre Teide ................................... XX-478
24 . Teide: la montaña más alta del mundo para los primeros
viajeros
25 . Teide: Divinidad para los guanches ...................... XX-484
26 . Panorámica de las cañadas ............................. XX-483
27 . Crepúsculo en el Teide (alta vista) ...................... XX-489
28 . Amanecerlpanorámica en el Teide (cima) ............... XX-492
29 . Gomera: punto de partida de Colón ..................... XXI-498
30. Hierro: antiguo paraieio, aisiamiento .................... VIIT ~ n n AAI.L7~7
3 1 . Aldea de «negros» en la cumbre de Gran Canaria .
Comentarios al cuadro
Es un listado de algunos de los tópicos que se rastrean en «Agencia Thompson y
Cía.», y que perviven de algún modo en los ámbitos turísticos. Tienen valor en tanto
que Veme recopila y sintetiza, muy presumiblemente, la información o las visiones que
se tienen de Canarias en otros autores.
A la izquierda se indica el tópico. A la derecha se da la referencia con la página de
la edición usada, precedida del capítulo. A continuación, se hacen algunas aclaraciones
sobre algún tópico, en el mismo número de línea que tiene en el listado.
El pasaje es válido como contraste, ya que en éste se dan las críticas a las
calles de Horta. Ver números 7 y 9.
Hoy sc habla más dc <%eternpar imaverav.
Como precedente del cosmopolitismo.
Puede referirse tanto a la arquitectura como a los habitantes. .
Antecedente de la amabilidad servicial del lugareño del lugar turístico para con
el turista.
Referencia: XIX-456. Es la ubicuidad. Ver TEYDA. La industria turística en
Canarias, ver ficha completa en nota 27a.
Referencia: XIX-460.
En este caso, es el nombre de un hotel en La Orotava. Pero es significativo el
haberlo utilizado para un hotel.
Referencia: XX-484.
Referencia: XIX-465 a 469. Este tópico no está vigente hoy, en principio, pero
sí aparece en alguna literatura del siglo XIX.
Conclusiones
En suma, la imagen comentada narra la búsqueda y acceso a un paraíso y
la consecución de felicidad. Este relato se reitera en la historia de la cultura
occidental. Desde la mitología clásica -Gilgamesh, Ulises ...- hasta la literatura
de viajes. Ésta es la actualización de dicha imagen al mundo contemporáneo,
haciendo referencia a ámbitos espaciales concretos, también mitificados: así
las Canarias de Verne, Stone, Verneau ...
Unos y otros tienen un mismo significado: el paraíso. Unos lo formulan
escueta y sencillamente: Gilmesh. en busca de conocimiento e inmortalidad,
sube sin más a la rn0ntaña6~L. os otros son más complejos, pues se refieren a
lugares concretos e integran elementos de carácter contingente, coyuntural,
ver la lista de tópicos sobre Canarias rastreado en Verne.
La imagen, relato, del paraíso es contada mediante signos: el paisaje. Pues
éste no es sólo un soporte geográfico. Significa, indica algo. Produce algo al
ser consumido/recorrido por el viajero. El paisaje es acto y texto.
67 La epopeya de Gilgamesh, tablilla IX, 11. Se ha usado la versión de BARTRA, A.,
Barcelona, Plaza y Janés, 1972.
21 6
Que los objetos reales actúen como signos es algo asumido en el estado
actual de la semióticasg. . . Y! país, !2 mtura!rza, es transf~rmüda en sigm, en pa:süje. Se dü cüündo
el hombre, los seres humanos, asignan a un elemento de la naturaleza un
valorós. Ese elemento natural pasa a ser significante. El valor que se le da es
el significado. Esta elaboración se realiza a lo largo de toda la evolución
histórica de la cultura occidental.
Así, desde un Gilgamesh, para el cual una montaña con cedros -elemento
dei paíb qut: ac;iúd cwiu sigrlificanie-, e5 residencia de íos dioses, vaior
mítico que actúa como significado70.
Hasta una Olivia Stone que en el Roque Nublo -significante- ve un
altar druida-significado /l.
El viajero es texto. Como signo que es al recorrerlo, al viajarlo lo leemos y
los transcribimos/traducimos. Esta descodificación es posible, pues el viajero
tiene presente, consciente o inconscientemente, los elementos de su cultura72.
Por ello, Stone huye del «misterioso» ruido festivo escuchado en la noche de
Gran Canaria, como el buen Ulises huyó del canto de las sirenas73. Su argu-mento
es el comentado: el viaje al paraíso.
El paisaje es acto. Al recorrerlo lo consumimos: al verlo/conocerlo, al
fruirlo/disfrutarlo, al leerlo ..., pero también al reproducir -rito- el proceso
de acceso al paraíso -mito-. Al recorrerlo emplea el viajero trabajo, se
6"C0, U., Signo, Barcelona, Labor, 1980, 2." ed., col. Temas de Filosofía, pág. 39.
6Wsar la palabra «valor» no ha sido gratuito. Se ha usado en el sentido de las Matemáticas
o la Física cuando tenemos una fórmula, p. ej., v = eit. Para calcularla tenemos que asignar un
valor a estas «letras». Estas son significantps que se ponen en lugar de los significados/valores
que se puedan, se quieran, se tengan que usar en cada momento.
Por otro lado, muchas geografías «míticas» han resultado no serlo tanto. Es posible localizar
en un mapa, asociarlos a puntos concretos, los lugares legendarios visitados por los argonautas,
Hércules ... Ver el mapa de los trabajos de Hércules que aparece en RODRIGUEZ ADRADOS,
J. V., Dioses y héroes: mitos clásicos, Barcelona, Salvat, 1980, pág. 44. Los puntos concretos
son los significantes, el lugar legendario -la tierra de Gerión, la tierra de las Amazonas ...-, es
el significado. Y ambos son. unidos e inseparables. un signo. un paisaje. Y no hablemos de los
mapas de la «Literatura Fantástica», perdonándome los que me tengan que perdonar, desde
Conan hasta el Señor de los Anillos.
70 GILGAMESH, tablilla V, 1, versión asiria.
7 : U"-r .rI,XUT"I VE, s.,r InC.~I.I.C I~II'Cc -a~ u..> u 1'L1. s sih saieiiiics, iuiiduii, ivíaicus Kaid aiid ~ump a n yi,8 89,
pág. 3 11. Stone fue una viajera inglesa del siglo XIX que visitó Canarias.
72 TEYDA, op. cit., concretamente el epígrafe «Transcripción cartográfica de la Literatura
de Viajes».
73 STONE, op. cit., pág. 368. Se puede entender el viaje como mito, como aventura y como
conocimiento, leyendo la recreación de «la puesta en escena de las primeras narraciones de
aventuras)) que encontramos en RODRIGUEZ RIVERO, M., «Introducción a la novela de
uvcL.LULaarr, -..,...+..- -".. en PCTSCHK!?iT, A. S., La hija dc! Capkbíi, ?&diid, Aiiayz, Agosto 1703, l.^ e:.,
col. Tus libros núm. 34, págs. 7-34, concretamente, pág. 7.
También es interesante el que Ulises desguste, seguro y alejado, una pizca de ese misterio
y10 placer -bien atado al mástil- gracias al trabajo de sus remeros, que no conocen el placer,
ocultos en su sordera y silencio. Pero ésto es otra cuestión, de momento.
purifica, se disfruta un premio. Ahora, es el turista el que, todavía hoy, sube y
disfruta del Teide, con o sin Veme.
El paisaje es como si fuera el libro de un autor místico. Este libro se puede
leer, reconocer las diferentes partes que lo componen. Y se puede actuar,
seguir sus instrucciones y su vía, logrando el objetivo de la obra -es decir,
del autor místico, comiinicar ron nios, contactar con lo divino-
Esta imagen pervive, transformada y adecuada a su contexto, en el ámbito
turístico -y quizá también en otros-. Se puede detectar en la distribución de
los hoteles y urbanizacones canarias, las postales canarias ...74.
En cualquier caso, todo lo expuesto es una recopilación de algunas de las
ideas con las que trabaja el colectivo TEYDA al que pertenece el autor.
Hay, efectivamente, un producto turístico: «poner el lugar a disposición
del turista para que éste lo utilice»75. Y lo que se pone a su disposición, en
múltiples formas y10 lugares -y10 significantes-, es la única cosaisignificado:
el paraíso. La «puesta-a-disposición» es llevar y dejar allí al turista76.
Históricamente, también hay varios significantes de un significado. Se ha
pasado del MITO HEROICO al MITO del VIAJE, y de éste al MITO TUR~S-TICO;
y como fondo, la búsqueda de la felicidad en el paraíso.
74 TEYDA, op. cit.
75 VERA GALAN, J. R., «Turismo y espacio: el problema de la producción privada de los
espacios naturales», en 1 Jornadas de Historia de Fuerteventura y Lanzarote. Homenaje a
Francisco Navarro Artiles,, tomo 1, Puerto del Rosario, Servicio de Publicaciones del Excmo.
Cabildo Insular de Fuerteventura, 1987, págs. 445-454.
76 «Se produce el lugar cuando se logra conducir a los turistas a ese luga L..». (Op. cit.).
Apéndice
COMENTARIO DE ALGUNOS PASAJES DE «EL RAYO VERDE»
El autor expresa su agradecimiento al profesor Jesiis Páez Martín. Sus explicaciones
sobre la poesía pura, la poesía maldita y la contracultura, le pusieron en la pista de
analizar estos pasajes. También en ellos se prestigia la poesía como lo misterioso, en
oposición a la ciencia, la cual, al «conocer», destruye el encanto de aquélla.
La oposición ciencia-poesía puede relacionarse con el análisis de imágmes turísticas.
En la fruición del paisaje se busca lo maravilloso, lo poético, lo inalcanzable, etc.
Fruición subordinada a la obtención de los efectos positivos de esa «magia» «inexpre-sable))
que el paisaje posee. Dice Bécquer que habrá poesía siempre que algo se resista
a la ciencia 1. Los lugares que representen lo desconocido y10 misterioso son susceptibles
de ser usados turísticamente.
~1 contrapunto entre POESZA y CIENCIA. LO encontramos en el capítulo XIII,
«Magnificencias del mar». Se crea un clima en que dos espíritus sensibles comparten
sus sensaciones sobre lo misterioso y poético del mar. Este clima es roto, brusca y
desagradablemente, por la aparición/irrupción dc la cicncia.
Es una conversación entre Elena Campbell -la inquieta heroína en busca del
Rayo Verde- y Oliver Sinclair -el héroe, pintor y poeta a la vez por ello, en palabras
dc la hcroína, si sc Icc la página 7 19 dc la edición usada. Prestigian la belleza del mar:
algo que no todos pueden alcanzarz, poético3, inaccesible e inexpresable4, y que a la
vez expresa todos. Con una carga de nostalgia el deseo de aventura, el viaje, el ser
marinero, posibilidades todas perdidas6, y de cierta base real en Verne. Hasta que, por
1 «Mientras la ciencia a descubrir no alcance/Las fuentes de la vida, /Y en el mar o en el
cielo haya un abismo/Que al cálculo resista,/Mientras la humanidad siempre avanzando,/No
sepa a dó camina,/Mientras haya un misterio para el hombre,/iHabrá poesía!». (BECQUER, G.
A., Rimas y Leyendas, Madrid, Edaf, 1979, colección Biblioteca Edaf de Bolsillo, núm. 45,
rima IV).
2 *¿Si me gusta [el mar?] (...) Ya 10 creo, y no soy de esta clase de gen& que b encuentra
monótono. A mis ojos nada cambia tanto como su aspecto, pero hay que saber mirarlo en sus
diversas fases.» (VERNE, El rayo verde, págs. 705).
3 «...Tantos iiiatices, iiiezcladüs tan iiiaiavillusaiiieii~(e.. .) coiijuiito urii~ur.iiiye variado a la
vez», «un hermoso rostro dormido, del que nada puede alterar la pureza (...) un espejo que
refleja el cielo, espejo en el que Dios podría mirarse. » (Ibidem).
4 c.. Sería más difícil para un pintor reproducir este conjunto uniforme y variado a la vez,
que pintar un retrato...», «El mar no tiene color propio. Sólo es un vasto reflejo del cielo. LES
azul? No será con el color azul que podremos pintarlo. LES verde? Tampoco podremos hacerlo
con el color verde». (Ibidem). Nuevamente Bécquer: «Yo sé un himno gigante y extraño/(...)/ Yo
quisiera escribirlo (...)/(...)/Con palabras quc fucsen a un tiempoISuspiros y risas, colores y
notas./Pero en vano es luchar, que no hay cifralCapaz de encerrarlo...». Obsérvese la idea de lo
inexpresable en poesía. (BECQUER, op. cit., pág. 3 1, rima 1).
5 <iOcéano! Esta palabra lo dice todo.» (VERNE, op. cit., págs. 705-706).
6 «iCuántas veces he acompañado (con el pensamiento, claro) a todos estos grandes nave-gantes,
en las profundidades desconocidas!», «Yo no puedo ver zarpar un buque (...) sin que
todo mi ser se embarque a su bordo. Creo que nací para marino, y cada día lamento más no
haber escogido esta carrera desde mi infancia». (Op. cit., pág. 706).
fin, lo poético se mezcla con lo mítico: los dioses escandinavos7. Con una extraña
alusión a los dioses del Olimpo. Comparados con los primeros, son «unas divinidades
muy burguesas, muy positivas, dotadas sobre todo de una vida rnateriul»R. No deja de
ser un magnífico rizo. A través de la cuna -mitos griegos- de la cuna -civili~aci6n
griega, valgan las redundancias y las metáforas- de la civilización occidental, se
critica y desprestigia a ésta, especialmente en su fase burguesa.
Todo este encanto queda roto por la intromisión de la ciencia, que reduce el mar a
su explicación química9, encarnada en el antihéroe Aristobulus Ursiclos. Este ridículo
y pedante personaje desempeña un doble rol: actúa de contrapunto cómico a los héroes
y de crltica a la burguesía. Este rol está disimulado por el primero. Actúa por oposición:
es y representa todo lo que los héroes no son. Es relativamente curioso en autor de la
fama de Verne, que este personaje sea representado por un «científico». En cualquier
casu, iiiteivieiie con el áiiiiiiu de destiuii el eiicaiitu cieado'0. Esta idea se verá inás
clara en los próximos pasajes.
Lcl de$nición del Rayo Verde. En un primer momento, se describe el fenómeno:
último rayo quc pucdc vcrsc cn cl crepúsculo sobrc cl mar, cuando el cielo está limpio.
Es de un verde hermoso. Apenas dura una fracción de segundo. Pero dándole unas
connotaciones de inaccesible y extrañoll, con un poder tnúgico, legendario, más impor-tante
que la propia fruición '2.
En una segunda fase se le dará una explicación mítica, lo que permitirá un nue\.o
7 e... Las Hébridas (...) un cielo menos azul que el de Oriente, quizá, pero con más poesíu
zn sus rocas salvajes y sus horizontes brumosos. (...) Aquí viven seres sobrenarurriles. Las
deidades escandinavas, etéreas, inmateriales, son formas itnpalpables, sin cuerpo. (...) Po6tico.s
fantasmas escapados de los libros de las sagas. (...) podenios evocur en nuestro recuerdo [su!
(...) aparición en medio de la bruma (...), es un Olimpo más divino (...) no tiene t d r r de
terrenal» (Op. cit., pág. 707). Con respecto a lo inmaterial, impalpable, tenemos estos versos cle
la rima XI de Bécquer: «-Yo soy un sueño, un imposible,/Vano funtctsina de nieblíi 1. lu:;!Soy
incorpóreu, soy intungib1t;lNo puzdo arriarle-. ,011, vcri, vcii tú!». Lu bello coiiiü lo que no
podemos aprender. Este fantasma se contrapone con los seres más corpóreos y sensuales de las
estrofas anteriores. (Bécquer, op. cit., pág. 42).
8 VERNE, op. cit., pág. 707.
9 <-¡El mar ... ! Una combinación química de hidrógeno y de oxígeno, con un dos y medio
por ciento de cloruro sódico. Nada más bello, en efecto, que los furores del cloruro de so dio)^
(VERNE, op. cit. pág. 708). Contrapunto científico, frío y antipoético de todo lo expresado
antcriormcntc.
10 e.., Aquellaspalabras, dichas claramente con intención, y pronunciadas con una réplica
a su entusiasmo.» (Ibidem).
11 Inaccesible y extraño: «¡Y se presenta tan raramente!)) (La ocasión en que puede verse
el Rayo Verde). Difícil de captar: c.. Un verde maravilloso (...), que ningún pintor puede
obtener en su paleta*. Y maravilloso: «Si existe el verde en el paraíso, no puede ser mas que
este verde (...) el verdadero verde de la Esperanza». Op. cit., pág. 634).
Si se revisan lns citns de esta nota y las de la núm. 3, podrá comprobarse la referencia ü un
pintor que no puede captar este verde. Reminiscencias de preocupaciones iinpresionistas aparte,
¿no es significativo no hacer mención de la fotografía, una aportación de la ciencia?
12 «... Este Rayo Verde se refería a una vieja leyenda (...) inexplicable (...) tiene la virtud de
hacer que aquel que lo ha visto no pueda jamás equivocarse en cosas del corazón: su aparición
destruye las ilusiones y las mentiras, y el que ha tenido la dicha de verlo sólo una vez ya puede
ver claro en su corazón y en el de los demás.)) En cierto modo, la leyenda se cumple al final de
la novela. (Op. cit., págs. 634-635).
contrapunto entre ciencia y poesía. Previamente se exaltó lo mítico -en el sentido de
las hadas, duendes, etc.-, en tanto que maravilloso, desconocido.. 13. Lo que introduce
3i-a cqn,i:.-b-:a<-u ui i i... ii!A:.. iwa que se quicic dai ai "Rayo '~'eidc:~E. stu p i u v u ~ oia reacción de
Anstobulos Ursiclos. Rechaza toda idea fantástica e intenta dar unas causas científicas,
quedando patente su pobreza e inseguridadls, máxime si pensamos en otros textos
científicos o didácticos en general, de nuestro autor. Pebe a sus pobres palabras, el
antihéroe será rechazado por la heroína que se niega a escucharlel6, pues destruye,
«estropea» la poesía. Aunque, de hecho, la ciencia muestra aquí sus propias limitaciones.
?<o es de UeCe[iúer ciegame~iiee i ~nisierio.R eaimenie exisie. i no sóio no vaie ia pena
desvelarlo, pues es bello en tanto que misterio, sino que la ciencia es incapaz de
hacerlo. También da lugar a un comentario irónico, quizá pedante por lo complejo,
pero que no deja de expresar dudas sobre la legitimidad y consecuencias de llevar
hasta el límite las posiciones de la ciencia".
El hallazgo del Rayo Verde. Alcanzar el paraíso y lo que sucede en él. Se relata en el
capíruio XXii, 43 rayo verde*. Como próiogo, en ei capituio anterior, ia heroína ha
sido salvada por el héroe de morir ahogada. Son las dificultades que hay que pasar
para alcanzar lo bello, el paraíso, rodeado por lo agreste, ya que el incidente, una
«Tempestad en una gruta -cap. XXI-, acontece en la gruta de FingaL Pero, no por
ello, al día siguiente las condiciones se prestan para poder ver el Rayo Verde. Parece un
premio, el autor indica, momentos antes -pág. 761 de la edición usada-, que «habían
cambiQdo tantas veces de morada y sufndo tantas pruebas». Otros elementos destacables:
'3 Se defiende la literatura de los bardos y se confiesa la creencia en fantasías como N,.. las
bownies (...), las hechiceras (...) las valkirias (...) hadas familiares ... » (Op. cit., págs. 7 18-7 19).
14 e... Este Rayo Verde (...), ¿quién sabe si no es la banda de alguna valkiria, cuya franja se
arrastra por las aguas del horizonte?» (Op. cit., pág. 720).
Sobre los mitos, quizá pueda interesar lo que dice Rodríguez Adrados sobre el origen del
mito, «Cuando el hombre comienza a hacerse hombre (...) siente otra [necesidad]: la de
comprender el mundo que le rodea (...); a partir de la percepción de objetos concretos, fue
desarrollando la posibilidad de representarlos en su mente y la faculfad de combinar esas
representaciones, de relacionarlas entre sí y crear otras nuevas». (RODRIGUEZ ADRADOS, J .
V., Dioses y héroes: mitos clásicos, Barcelona, Salvat, 1980, colección Temas Clave, núm. 9,
pág. 6). A partir de un rayo de luz, se elabora un signo, en que el significante es ese rayo y el
rionifirrirln -12 pfi ri i irn liio-ir sp p f i p e! s igf i i f i ~ l f i?p- c f i l hzf i&+ ~ . ~ l ! k iC~ jC~?~, e & - - J - --o--
lo que puede connotar.
Is «Este último rayo (...) si es verde, es debido, quizá, a que en el momento en que
atraviesa la superficie del agua, se impregna con su color ... (...). A menos que este verde no
suceda naturalmente al rojo del disco, desapareciendo en el mismo instante, pero del que
nuestra retina conserva la impresión ... » (VERNE, op. cit., pág. 720). Bien es cierto, que se dan
dos hipótesis, pero parece desprenderse un hálito de inseguridad.
16 La sefiorita Camphell rechaza las explicacioneq científicas de IJrsiclos: «No me lo diga
usted (...) no quiero saberlo. (...) -Se lo prohibo ... » Culminará: o-iVámonos (...) con sus
explicaciones, acabaría por estropear totalmente mi Rayo Verde!». (Ibidem).
17 Ante la intención del antihéroe científico de escribir una memoria sobre el Rayo Verde,
ei néroe ie propone, «ofensivamente», aos temas, siendo ei úitirno «De ia influencia ae ios
instrumentos de viento en la formación de tempestades». (Op. cit., págs. 720-721). En cierto
modo, es la ciencia, los medios de producción, al ser usados por el Capital, para facilitar su
continuo crecimiento, la que causa el deterioro del planeta: contaminación, agotamiento de
recursos por uso abusivo, etc. Quizá Veme se refiera a ello.
1. La ciencia no está, no va a destruir la poesía por aparecer. Es la ausencia de
Aristobulos Ursiclos, de la que, incluso, se hace referencia expresa 18.
2 . fl P,v~grrs$e i?YSiti?,yn a,qick6> yn-eArYrynAn.s- ,i-e- c nite p-c-nre-r-l-n- p ! R2iic
Verde. La heroína recuperándose del incidente de la gruta, «renacía» 19. Sus tíos, que
«radiantes como el mismo sol» recitan poesías. El héroe está angustiado. pero en tanto
que enamorado y esperando todavía el premio.
3. Los versos citados por los tíos de la heroína unen claramente poesía, mitos -en
su sentido de héroes mitológicos- y misterio.
Son poesías osiánicas? dedicadas al «divino sal». Hablan de su belleza, su eternidad.
su inmutabilidad, su majestuosidad ... Es como una oración elevada por un pueblo
primitivo 24
4. La fruición y magia del Rayo Verde. Se da en dos momentos:
a) Fruición delpaisaje. Su goce se centra en la contemplación del ~ r e p ú s c i i l oq~u~e,
culmina en el segundo mágico de la aparición del Rayo22. Tras la lectura de las notas
18 y 19, puede revisarse algún folleto turístico. Siempre se encontrarán imágenes
basadas en la captación de los colores del crepúsculo.
b) Lo mágico del momento. Cuando aparece el Rayo, los héroes no lo ven. Sus
miradas se cruzan, comprendiendo que se aman y demás. Pero este final tópico propi-ciado
por el Rayo. Incluso se prescinde del recurso a una declaración «amorosa*, el
siguiente episodio narra directamente las bodas de los héroes. Los esfuerzos y sufri-
18 <<¡eYs ta vez sí que no habría ningún Aristobulos Ursiclos que se interpusiera entre el
horizonte y el islote de Staffa!~. (Op. cit., pág. 762).
19 «La señorita Campbell se sintió renacer en aquella atmósfera impregnada de las emana-ciones
salinas de que era portadora la suave brisa que venía del mar. Tenía bien abiertos sus
grandes ojos contemplando la inmensidad del Atlántico. Y el color volvía a sus pálidas mejillas.
;Qué hermosa estaba! ¡Qué encanto desprendía toda su persona en aquella actitud!». (Op. cit..
págs. 761-762). Helena Hodges, otro personaje verniann, reciipera la ranín, poco a poco, ante
el «grandioso espectáculo» de las cataratas del Niágara, que es también un punto veraniego.
(VERNE, Una ciudad flotante, Barcelona, Orbis, 1987, 2.a ed., págs. 146 y ss.).
20 qOh, tú que corres (...) redondo como el escudo de nuestros padres (...) ¿De dónde viene
tu luz etema?
<<¡Túa vanzas impasible con tu belleza majestuosa! (...) ;Tú sólo te mueves, oh, sol!».
«( ... ) ;Tú te recreas sin cesar en tu esplendente marcha!
«$hando retumba el trueno y luce el relámpago; tú sales de la nube con toda tu hermosura
y te ríes de la tempestad!». (VERNE, El rayo verde, pág. 762).
21 «El sol iba descendiendo con C..) rapidez (.J. En la superficie de las aguas brillaba ya
una larga estela plateada lanzada por el disco (...). De aquel matiz de oro viejo que ofrecía al
caer, pasó al rojo cereza. Entornando los párpados, veíarise brillar cuiiiu espejos, iuiiil-ius
encarnados y círculos amarillos que se mezclaban y confundían como los fugitivos ~uloresd el
calidoscopio. Ligeras estrías onduladas producían rayas en aquella especie de cola de corneta
trazada por la reverberación en la superficie de las aguas, y los ojos creían distinguir una lluvitr
de lentejuelasplateadas que se tomaban más pálidas al aproximarse a la orilla.» (Op. cit., pig.
763).
22 «NO tardó en desaparecer la mitad del disco del sol detrás de la línea del horizonte.
Aiguiiub iayüb iuiiiiiiu~üsia iizadus ~üi-iiüJ khus Ur üiu, bí-iZiiun üii iiiüiiienio sobre lüs rocüs
de Staffa. Detrás de ellos, los acantilados de la isla de Mull y el monte de Ben More, se tiñeron
de púrpura.
Por fin sólo quedó un ligero segmento del arco superior flotando en el horizonte.
-¡El Rayo Verde! ¡El Rayo Verde!...». (Op. cit., pág. 764).
mientos padecidos han obtenido un premio, premio que aquí toma forma de amor y
felicidad. Lo que verdaderamente se buscaba, de lo que habla la leyenda, lo que
motiva el viaje y finalmente lo que se logra es el bienestar que ha de proporcionar,
mágicamente, el Rayo Mágico, al acabar con los impedimentos a la «felicidad»23.
La sensación de bienestar es el producto ideal que persigue cualquier imagen
turística. No interesa tanto la belleza que se represente en la imagen. Sino la felicidad
-o placer, o goce, o catarsis, etc.- que se deriva de esa belleza. Como nos explica la
imagen, belleza y10 felicidad se encuentran sólo en ese punto concreto que se trata de
prestigiar hender. A su vez, este lugar geográfico es adecuado a la imagen turística al
poder representar la felicidad que persigue el potericial turista. En cualquier caso, la
industria turística se instalará en ese lugar que puede actuar como signo del paraíso.
El mismo fenómeno se produce en la novela «Agencia Thompson y Cía.». En la
cima del Teide, tras la fruición de la vista ---y su descripción los personajes tienen
un atisbo de felicidad. Se sinceran y, salvando las supuestas barreras que los separan,
están a punto de confesarse su amor.
Las diferencias entre ambas novelas estanan en carecer el Teide, al menos expresa-mente,
de un contexto legendario y heroico -en el sentido restringido de mitologías
como la escandinava-. En ser el Teide un lugar «concreto», comparado con un rayo
de luz apenas visible. En contrapartida. en el Teide se cuenta con una descrip-ciónlambientación
mucho más rica.
No se han hecho referencias al argumento de «El rayo verde». Éste carece de
importancia, al menos para este trabajo, si bien puede reducirse a un viaje por Escocia
en busca -para ver un rayo de luz-. Personajes sencillos que sirven para componer
un argumento. Héroes y antihéroes en torno a los cuales gira todo lo comentado,
teniendo un segundo rol cada uno: los primeros protagonizan una historia romántico-amororsa
y el segundo protagoniza escenas cómicas; recursos importantes en una
buena novela de aventuras. Otros personajes actúan como ayudantes de los héroes: los
tíos de la heroína y sus criados. Un viaje, que quizá no es sólo un fondo argumental,
23 «Únicamente Olivier y Elena no habían visto nada del fenómeno que acababa de
producirse, después de tantos intentos infructuosos.
bn el momento en que el sol lanzaba su último (sic) rayo a través del espacio, sus miradas
se cruzaban olvidándose de todo en la mutua contemplación.
Pero Elena había visto el rayo negro que lanzaban los ojos del joven, y Olivier el rayo azul
que se h a v a escapadn de Ins njos de la miichacha ( ) ¡Ni Olivi~nri Flenn hnhínn visto PI Royo
Verde!». (Ibidem). Así, lo importante del Rayo Verde es su virtud, que permite alcanzar la
felicidad a los héroes de la novela o al potencial turista/héroe que observe una imagen publicitaria
que tenga como tema un crepúsculo. Cuando menos se ha cumplido la leyenda que se atribuía
al Rayo Verde -ver nota núm. 10 de este apéndice-.
Sólo resta sugerir un pequeiio experimento. Volver a leer algunas de las citas hechas,
siguiendo el orden de la novela. 1) Nota lo del apéndice: la leyenda, y piénsese en algún
reclamo tunstico. 21 La presente nota. La magia de los lugares paradisíacos parecen simplificar,
hacer sencillo el camino hacia la felicidad. 3) Nota 64 del texto. Quizá no estaba en la mente
de Verne, o lo dijera en otro sentido, pero de su lectura puede desprenderse que basta con la
felicidad que se obtiene y no importase nada más. Quizá pudiéramos aplicar la idea de
alienación al turismo.
pero sí una buena excusa para dar vanos conocimientos geográficos, como corresponde
al valor de uso que se le ha signado a la obra de Verne, tanto a nivel de tópicos como
de «contrato»: educar a un público juvenil24. En cuanto al uso de las palabras «rayo
verde» con minúsculas o con mayúsculas, decir que cuando son usadas como título de
novela las hemos encontrado con minúsculas; en mayúsculas cuando designaban el
fenómeno buscado. Se ha procurado respetar esta diferenciación.
Apéndice 11
Fragmento de «Agencia Thompson y Cía.»
Puesto que hubiera sido prolijo y disperso transcribir este pasaje en el texto o en las
riulas, peiu sieiidu riecesaiiu dar-lo, al cjeriiplari~ard ar-aiiieiile parle de lus eleiiieri~us
definidos, se ha optado por presentarlo completo en este apéndice.
Por la misma razón se renuncia a comentarlo. Tan sólo indicar que se describe el
momento culminante en que los héroes llegan al/a un paraíso. Lo quc allí sicntcn
-fruición, catarsis, acceso a la felicidad-. Y como éste se opone a un ambiente hostil.
En cualquier caso, se subrayan aquellas palabras que nos han parecido clave.
Se ha discriminado totalmente la segunda parte del pasaje o escena de amor.
Resultaba muy larga y los aspectos a resaltar se deducen de la globalidad de la misina.
La llegada al paraíso mostró a los héroes una vía hacia la felicidad, al comprender
implícitamente que se aman. Si esta escena no se consuma, no es sdo por ser «niiiy
pronto» en el desarrollo argumenta1 de la novela -faltan unos diez capítulos para el
final-. Se debe a la irrupción de otros dos personajes que con su presencia rom-penlinterrumpen
el encanto del paraíso. Es como si éste y sus efectos estuvieran únicri y
exclusivamente reservados a los héroes. Las posibles anotaciones irin entre corchetes.
TEXTO
«. .. Alice y Roberto (...) alcanzaban por fin el punto supremo.
Era todavía de noche. Un poco de luz, no obstante, permitía percibir muy confusa-mente
el suelo que herían los pies. [En cierto modo, entrar en el paraíso, aunque sea
merecidamente, es profanarlo].
Bajo la direccion del guia, que se retiro inmedicitrirnente, [La presencia de algunos
trabajadores puede ser necesaria para llegar al paraíso, pero luego no disfrutan de él,
dejándoselo al viajero, el cual, sin embargo, no hubiera llegado sin su ayuda]. Alice y
Ruberlu Iiabíaii idu a guarecerse eri uria ariiracluusidad de lus perlascos. súbi/titnrnrr la
temperatura, glacial hasta enconces, se convirtió en otra de sorprendente suavidad.
Pronto la luz que iba en aumento les hizo reconocer que habían encontrado abrigo
cn cl crátcr dcl volcin, quc sc abría antc cllos a cuarcnta mctros dc profundidad. Por
todos lados se alzaban humaredas; el suelo, esponjoso y ardiente, se hallaba agujereado
por pequeñas excavaciones, de donde se escapaban vapores sulfurosos.
La periferia del cráter señala un límite de notable precisión. Hustu ullí sdo reina 10
*"obre los personajes vernianos y Verne, escritor para la juventud, puede consultarse
SALABERT, op.cit., pág. 21 y pág. 23, rcspcctivamcntc.
224
muerte absoluta, sin un ser, sin una planta, bajo la influencia de su benéfico calor, la
vida renace en la cumbre.
Alice y Roberto, en pie, a tres pasos uno de otro, contemplaban e1 horizonte que el
alba inflamaba. Poseídos de una religiosa emoción, Ilenábanseles los ojos y el alma del
grandioso espectáculo que comenzaba a aparecer ante sus ojos.
En torno de ellos zumbaban moscas y abejas. A sus pies descubrió Roberto una
violeta escondida bajo sus violadas hojas. Inclinándose, cogió Roberto aquella flor
paradójica que crecía en altitudes donde ningún otro representante del reino vegetal
podía vivir, y la ofreció a su compañera, que silenciosamente la prendió en su pecho ...
Súbita, estalló la luz del dia ... Como una esfera de metal enrojecida, incendiada, sin
rayos, el sol subía en el horizonte ...
La cima, primero, llameó en la claridad; después, así como la víspera había subido
la sombra, cntonccs dcsccndió con igual velocidad ... Alta Vista, cl circo dc Las Cañadas,
aparecieron ... Y de golpe, cual si un gran velo se descorriera, la mar entera resplandeció
bajo el infinito azul ...
Sobre aquel mar dibujábase la sombra del Pico en un cono extrañamente regular,
cuya punta iba a perderse en el Oeste, en la isla de Gomera. Más lejos y más al Sur,
Hierro y La Palma aparecían claramente, pese a la distancia de 150 kilómetros. Hacia
el Este alzábase la Gran Canaria en el esplendor del alba. Si Las Palmas, su capital. se
escondía en el lado opuesto, distinguíanse, en cambio, la Isleta y el Puerto de La Luz,
en el que tres días antes había anclado el Seamew.
En la base del Teide, la isla de Tenerife se desplegaba como un vasto plano. [Es
posible que el recurso del plano haya sido tomado de Humboldt]. La luz rasante
acentuaba el relieve de los desniveles. Enérgicamente se marcaban innumerables picos,
salvajes barrancos y suaves valles, en el fondo de los cuales se despertaban a aquella
hora las aldeas.
-;Qué hermoso es ésto! -repitió Roberto, como un eco.
Aquellas pocas palabras, pronunciadas en medio del silencio general que les rodeaba,
bastaron para romper el encanto. Los dos, con un rnirsrno nzovitniento, se volvieron el uno
hacia el otro. Alice advirtió entonces la ausencia de Dolly.
-¿Dónde está mi hermana? -preguntó, como al salir de un verdadero ensueño...».
Sigue la escena de amor. No se rompe el encanto. Es ahora a través de esta escena,
cuando se inicia la vía hacia la felicidad, o forma de bienestar permanente. Este tipo de
imágenes han sido expropiadas y utilizadas en el ámbito turístico -propaganda, etc.-,
siendo extraídas de la cultura occidental. En el caso concreto de Verne, es posible que
sólo se quisiera prestigiar una forma sincera y correcta de disfrutar del paisaje y de
contemplar el mundo que le rodeaba, aunque luego lo que se quería prestigiar tenga un
uso propagandístico, dado a posteriori.
El pasaje de Verne podrá encontrarse en la edición utilizada, ya citada, en las
páginas 491 a 493 -pasaje transcrito- y 493 a 496 -escena de amor-. En cuanto
a la referencia a Humboldt, ver la cita que hace Martínez de Pisón. La vista desde la
cima del Teide daba la sensación de «un mapa geográficov. (MARTINEZ DE PISON,
E., «Entre el Etna y el Teide», Gaceta de Canarias, núm. 8, págs. 61-65, concretamente,
pág. 64.