LA CREACIÓN DEL LENGUAJE
EN LA MITOLOGIA GUARANI
MAR~DAE LOS ÁNGELEMS ATEOD EL PINO
Facultad de Filología.
T_T1?i11esidzdd e LIS P ~ ! ~deI Gs r an Canaria.
RESUMEN
La cultura primitiva que habitaba la región Oriental del Paraguay era la guaraní. El lega-do
más vivo de los antepasados autóctonos es, sin duda, el idioma. Su gran patrimonio cul-tural
era la lengua.
A pesar de que esta comunidad desconocía la escritura, esto no supone carencia de lite-ratura,
puesto que la tradición oral era suficiente para transmitir la memoria colectiva del pue-blo,
alimentando la índole poética de los guaraníes.
Las creencias, los mitos son la fuente de la literatura de los guaraníes. Todo es palabra
entre los guaraníes, «palabra-alma» es su designación correcta. La función primordial del
alma es la de conferir al hombre el don del lenguaje, que lo convierte en un ser social. La
creación del lenguaje es uno de los temas esenciales sobre los que se estructura la mitología
guaraní. Pero la literatura guaraní sólo puede ser comprendida inserta dentro del marco de
una reducción antropológica.
ABSTRACT
Oriental Paraguay's primilivt: cultur-e was guarani. The liver patriinony of their antiqui-ties
is the idiom. It was their big cultural patrimony.
Although this community ignored the wnting, it doesn't imply lack of literature, becau-
",,,"1 +..,A:+:,, ..,", nc '...fGn:b"t f-.. trn,"m;tt;n, nrrla,.t;.in mnmri..., nnnnlPT t ;nr,.e~rpr +he;,. viui uuuirivii ""u0 0 u i i i r i r i . r ,vi r i u i i u i i i i r r i i i g ruivvriir iiiviiiui, y,uyi". iiirir..uvu
poetical attitude.
Beliefs, myths are the guarani literature's base. Everything is word among guaranies,
((wnrrl-spiritn is its right decignation The main fiinction of spint is tn give man the langua-ge
power. It becomes man into a social being. The language creation is one of the main the-mes.
Guarani mithology is structured over it. But guarani literature can be only understood
in the context of an anthropological reduction.
Paraguay, como toda Hispanoamérica vivió un intenso período de transculturi-zación
durante los siglos XVI, XVII y XVIII. La región Oriental, la mesopotamia de los
ríos Paraguay y Paraná fue elegida por los españoles como asiento principal de la
conquista y colonización. Primordialmente, la ciudad de Asunción, a orillas del no
Paraguay.
La cultura primitiva que habitaba la región Oriental del Paraguay era la Guaraní.
Vasta comunidad perteneciente al grupo lingüístico Guaraní-Tupí, que se extendía
discontinuamente por todo el espacio sudainericano, desde las Antillas hasta el río
de la Plata, entre los primeros contrafuertes andinos y las costas del Atlántico.
Con la implantación del poder español, y la difusión de las prácticas de vida j1
de los conocimientos europeos, se produce una honda transformación en las cos-tumbres
y en la situación de los aborígenes. Una estructura social, política, econcí-mica
y cultural se quiebra, para dar lugar U otra, importada por los conquistadores.
Al respecto, señala Rartomeii Melirí ' qiie <&do proyecto rolotii:il tiene c~inio
ideología subyacente la implantación de un nuevo orden cultural, entendiendo cul-tura
en su sentido más amplio de modo de ser, de pensar y de actuar sobre el mun-do
y organizar la sociedad. De una manera u otra, hay en el proyecto colonial iina
voluntad decidida de sustituir y suplantar un pueblo por otro pueblo -o nueva masa
de hombres-. Es normal que el conflicto colonial se extienda a todos los órdenes
de la vidas. Así, «hacer misión» era politizar, o sea, cambiar las estructuras socia-les
y sobre todo, las pautas culturales.
La amalgama de la cultura guaraní y la hispana se debió a la fusión del hombre
español y la mujer indígena, generalmente, guaraní. Los indígenas aportaron la tie-rra
y sus inmensos recursos, algunos valores de su agricultura, sus conocimicntos
botánicos y, muy especialmente, su idioma.El legado más vivo y característico delos
antepasados auctóctonos es, sin duda, cl idioma; nada tan idcntificado con la idio-sincrasia,
con la autenticidad nacional, con la peculiaridad del ser paraguayo.
Su gran patrimonio cultural era la lengua, de la que estaban orgullosos. De ella
escribiría el padre Lozano en 1754: «Esta lengua es sin controversia de las mis copio-sas
y elegantes que reconoce el orbe» '. El padre Peranás diría en 1793: «El puara-ní
nada tiene que envidiar al griego o al latín en artificio y elegancia» '.
A pesar de que Moisés S. Berloni "firme la exis~ericia de uriii xupuex~ü excr i-tura
guaraní basado en algunos hallazgos de caracteres jeroglíficos rupestres, éstos
se constituyen en un sistema de transmisión de mensajes, basado en pequeños obje-tos:
piedrecitas, dientes ...q ue no conforman un sistema de escritura.
Frente a esto, Rubén Bareiro Saguier considera que la civilización guaraní no
conocía la escritura, hecho que como «demuestra la etnología contemporánea, no
constituye un rasgo de inferioridad ni de lo contrario. Significa, más sencillamente.
que la tradición oral era suficiente para las necesidades de transmitir la memoria colec-tiva
» La falta de escritura no supone carencia de literatura.
' B. Meliá, El guaraníconquisrudo y reducido, 2:' ed. Ensayos de Etnohistoria, Biblioteca Pai.apiaya
Antropología. Centro de Estudios Antropológicos. Universidad Católica, Asuncidn, 1988.
* E. Cardozo, Breve historia del Paraguay, El lector, Asunción del Paraguay, 1987.
Op. cit.
L. G. Benítez, «Historia Cultural», reseña de su Eidución en el Pnrnguriy.
R. Bareiro Saguier, Literutura Guarunídel Puruguuj, Compilación, estudios introductorioj, notas
y cronología. Biblioteca Ayacucho, Venezuela, 1980.
Los guaraníes utilizaron la oralidad, la «movediza materia de la palabra». La
elocuencia era la cualidad que más valoraban los guaraníes, después de la valentía.
Pero no sólo sirvió la lengua como instrumento para cultivo de la elocuencia, sino
que alimentó la índole poética de los guaraníes.
1 mi Stranss ha señalado que «el conjunto de los mitos de una población perte-nece
al orden del discurso» 6. Pero si consideramos junto con Bastide ', que «un mito
se compone de un cierto número de temas asociados unos con otros en un cierto
orden,, y, vemos que entre los guaraníes existen asociacinnes de temas, cuya estruc-tura
aparente se ha mantenido casi inalterable, a través de la historia, concluimos
con Lezama Lima que «un mito es una imagen participada, y una imagen es un mito
que comienza su aventuras
Toda historia mítica que relata el origen de algo propone y prolonga la cosmo-gonía.
Las creencias, los mitos son la fuente de la literatura de los guaraníes. Esta
literatura oral es, a la vez, profana, comprende el conjunto de la mitología, y sagra-da,
es decir, secreta, constituida por oraciones, cantos religiosos, improvisacio-nes
... Posee, por ello, un doble fondo: uno reservado a los iniciados, misterioso y ocul-to;
otro de espontánea creación de los rapsodas o «payés», que era público y varia-ble,
así como era inalterable el primero.
El poeta, rapsoda, alcanzó una categoría excepcional, comparable a la del gue-rrero
y del «payé» (hechicero). Sus pocmas mitológicos eran generalmente de cre-ación
espontánea, y en ellos improvisaban variaciones sobre los elementos esenciales
de la cosmogonía guaraní. Sirven para reconstruir su cosmogonía y mitología las
descripciones que viajeros y misioneros hicieron, durante el siglo XVI, de algunas
parcialidades guaraníes.
Esta interpretación del Universo, de la Naturaleza y de la Humanidad, aunque
independiente de la religih, estaba estrecharriente unida a ella. El fenómeno reli-gioso
en la cultura guaraní es un sentimiento que impregna tanto los hechos, como
los actos de la vida social.
Los «chamanes» (sacerdotes) imponen la forma de un lenguaje nolable por su
riqueza poética. En esto, se advierte, claramente, la preocupación de los indios por
definir una esfera de lo sagrado, tal que el lenguaje que lo enuncia sea él mismo una
negación del lenguaje profano. La creación verbal, nacida de la preocupación de nom-brar
seres y cosas, según la dimensión oculta, según su ser divino, conduce al con-cepto
de «alma sagrada~.
'lbdo es palabra entre los guaraníes, palabra-alma es su designación correcta.
Para Alfredo Vara, «la palabra-alma del individuo y su nombre, están estrechamen-te
unidos. Más que de una unidad se puede hablar de una totalidad alma-hombre. El
nombre no es la forma en que la persona es designada, el nombre es la persona, ya
que el nombre de su alma, y los atributos de ésta, son sus atributos personales» '.
Op. cit., p. 165.
Op. cit.
W p cit
A. Vara, La Construcción Guarani de la Realidad, Interpretación Psicoanalítica. Biblioteca
Paraguaya de Antropología. Centro de Estudios Antropológicos. Universidad Católica, 1984.
48 MARIA DE LOS ÁNGELES MATE0 DEL PINO
La función primordial del alma es la de conferir al hombre el don del lenguaje,
que lo convierte en un ser social. La creación del lenguaje es uno de los temas esen-ciales
sobre los que se estructura la mitología guaraní.
La creación es obra de Ñamandú (Nuestro Padre Ultimo Primero). Esta crea-ción
se hace por etapas sucesivas. En la primera Ñaniandú se crea a sí mismo, su
nacimiento pertenece al orden divino. Antes de crear al hombre concibe el origen
del lenguaje humano, haciendo que formara parte de su propia divinidad:
«Habiéndose erguido (asumido la forma humana),
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
concibió el origen del lenguaje humano.
creó nuestro Padre el fundamento del lenguaje e hizo que formara
parte de su propia divinidad.
Antes de existir la Tierra,
en medio de las tinieblas prirnigenias,
antes de tenerse conocimientos de las cosas,
creó nqucllo quc sería cl fundamento del lenguaje humano
e hizo el verdadero Primer Padre Namandú
que formara parte de su propia divinidad» "l.
Esta palabra, palabra divina, sagrada y al mismo tiempo hurriana, la crea en sole-dad.
Pero, puesto que esa palabra es también de la relación humana, Ñamandú le
confiere el sentido social reflexionando sobre a quién hacer partícipe del fundamento
del lenguaje:
«Habiendo creado, en su soledad, el fundamento del lenguaje humano;
habiendo creado, en su soledad, una pequeña porción de amor;
habiendo creado en su soledad un corto himno sagrado,
reflexionó profundamente sobre quién hacer partícipe del
fundamento del lenguaje humano;
sobre quién hacer partícipe del pequeño amor (al prójimo);
sobre quién hacer partícipe de las series de palabras que
componían el himno sagrado.
~abiendore flexionado profundamente, de la sabiduría
contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora
creó a quienes serían compañeros de su
divinidad» ".
Sólo después de crear ese fundamento de lo humano, «la palabra», Ñamandú
crea a los otros dioses principales que le ayudarán en su pesada tarea: Karaí (dueño
de la llama, fuego solar); Jakaira (dueño de la bruma) y Tupa (dueño dc las aguas,
'" «El fundamento del lenguaje humano» en Literatura Guaranidel Paraguay, op. citada, pp. 13- 14.
l1 op. citada, p. 14.
el mar, nos, arroyos). Así, el hombre cohabita con los dioses, naturaleza huma-naldivina.
Debemos tener en cuenta, como ya lo hiciera Rubén Bareiro S. IZ que «ayvu»,
lenguaje humano; «ñé'eng», palabra y «e», decir, encierran el doble concepto de:
expresar ideas-porción divina del alma.
«Por haber ellos asimilado la sabiduría divina de su propio Primer Padre;
desp" de haher asimilado el lenguaje humano;
después de haberse inspirado en el amor al prójimo;
después de haber asimilado las series de palabras del himno sagrado;
después de haberse inspirado en los fundamentos de la sabiduría creadora.
a ellos también llamamos: excelsos verdaderos padres de las
palabras-almas: excelsas verdaderas madres de las palabras-almas» 13.
En la época colonial, la religión Católica desplaza a los diversos cultos abonge-nes
y los proscribe. Los indios son evangelizados y se convierten en gran número, y
de modo ininterrumpido, a la fe de los nuevos señores. La implantación del cristia-nismo
como único credo autorizado determina también transformaciones morales.
Cabría señalar, en este sentido, la existencia de una marginación de la literatu-ra
guaraní, especialmente, la mítica-religiosa, por parte del proceso colonial. Dentro
de este contexto, se inserta lo que algunos estudiosos de la literatura paraguaya, han
dado en llamar la «reducción hispana». En ella, la función del idioma indígena se
reduce al ámbito coloquial, y ninguna expresión cultural-literaria se manifiesta en
guaraní.
Bartomeu Meliá l4 señala tres formas de reducción de la oralidad: escritura, gra-mática
y diccionario, que sirven de soporte a la reducción literaria propiamente dicha.
La lista de escritos en guaraní, originadas en las reducciones jesuíticas, y que viene
a confundirse con toda la producción literaria en guaraní de los siglos XVII y XVIII,
es un claro índice de la reducción de estilos y de temas: catecismos, sermones, ritua-les
y libros de piedad ... en su mayor parte traducciones. La letra prestada se resuel-ve
en una literatura prestada. «Era literatura cristiana escrita en guaraní, no litera-tura
guaraní. Se usó la lengua indígena y algunos términos y conceptos dc su rcli-gión
para sustituir ésta por la «fe verdadera» de los conquistadores. Se produce así
un vaciamiento de los valores auténticos, una tergiversación con propósitos de suplan-tación
cultural. La escritura sirvc para dar fuerza a las dominaciones» ".
Para Efraim Cardozo en el orden cultural el guaraní supuso un obstáculo, por
su falta de tradición y de movimientos literarios. Lo aisló de todo contacto con las
culturas occidentales, pelo fue el instiuiiieiitu de la coriver si611 religiosa del mundo
indígena. Un Sínodo reunido en 1603, en Asunción, adoptó el guaraní como idio-l2
Op. citada, p. 16.
I3 Op. citada, p.16.
l4 Op. citada.
R. Bareiro Saguier, op. citada
Op. citada.
Los textos guaraníes serán ignorados hasta 1914, fecha en que un antropólogo
alemán Kiirt (Nimuendaju) Unkel publicó un corpus recogido entre los guaraníes
de la frontera brasileño-paraguaya. Dicho corpus no vena su traducción al castella-no
hasta 1944.
Pese a la distancia temporal de casi cinco siglos, las informaciones de los pri-meros
cronistas, no hacen sino confirmar la continuidad de las ideas religiosas, cuan-do
se las compara con las ideas de los estudiosos del siglo xx. Al respecto, formu-la
Bartomeu Meliá que la religión de los guaraníes actualcs pcrpctúa la rcligión de
los antiguos guaraníes, pudiendo ser definida como inspiración sacramentalizada en
el canto y en al danza Iy.
AdemUs de las calidadcs literarias intrínsecas, estos cantos tuvieroii el iiiéiito
de revelar -a los no guaraníes- la existencia de toda una literatura nutrida en los
valores y creencias propias, «la vieja e indestructible voz multitudinaria, que los gua-raníes
vicncn cantando desde la raíz del tiempo, y que es como el aliento que los
confirma en la certidumbre del propio ser colectivo» 20.
En la colonia contrasta la riqueza de al literatura histórica con la extrema pobre-za
de la pura creación, y es que ya en los siglvs coloniales el Paraguay era, intelec-tualmente,
más un país de historiadores que de poetas.
La literatura castellana aportó, durante la colonia, lo que de universal tenía el
honib~ey aiaguayo, lior~ibrec onquistado y colonizado. Pero sólo la literatura gua-raní
pudo brindarnos su particularidad.
La literatura de los guaraníes, en guaraní, sólo puede ser comprendida inserta
dentro del marco de una reducción antropológica.
Denominación guaraní para designar a aquellos que llegan a formar parte de un grupo guaraní
determinado.
l 9 Op. citada.
R. Bareiro Saguier, op. citada.