LA HISTORIA Y LA MEMORIA
U N M U S E O
DENTRO DE
O T R O MUSEO
Por Saro Alemán
«La calle de los
Balcones, desde
las Academias
Municipales de
Secundino Suazo
hasta la
trasera-cabecera
de la catedral de
Lujan Pérez,
conserva el
trazado de la
plaza del Pilar
Nuevo, como
pervivencia de un
medievalismo
tardío.»
«...probablemente con la intención, por parte de la
señora, de comenzar desde el lugar donde había estado
en viaje de novios su misión de devolver al desmemoriado
el recuerdo del pasado, de su pasado,
de su breve y feliz pasado. "Constatigitur artificiosa
memoria ex locis imaginibus. "Memorial real
para la señora, artificial para el desmemoriado.
¿O real para ambos? ¿O para ambos artificial?
Grande e insondable el misterio de la memoria.»
Leonardo Sciascia.
Calle de Los Balcones (Vegueta) donde se ubica el CAAM.
La calle de los Balcones es hoy doble
«musco» en la ciudad: el de la
historia arquitectónica y urbana
de poco después de los años fundacionales
(hacia 1495 hasta principios del siglo XIX)
y el de Las Palmas que a finales de siglo comienza
a recuperar sus «arqueologías»
para insertarlas en una nueva funcionalidad,
la de contenedor de arte contemporáneo.
Esta calle, desde las Academias Municipales
de Secundino Suazo hasta la trasera-cabecera
de la catedral de Lujan Pérez,
conserva el trazado de la plaza del Pilar
Nuevo, como pervivencia de un medievalismo
tardío, formada por la confluencia de
tres calles en el momento en que se produjo
la primera «pérdida del centro» de San
Antonio Abad para recentrarse en esta plaza.
Aquí se construyó la primera catedral
que, rápidamente, hacia 1500, giró hacia
poniente y generó la tercera plaza, la de
Santa Ana...
Milagrosamente conserva al culto algunos
de los mejores ejemplos y más antiguas
residencias de la ciudad, desde finales del
siglo X\'I hasta principios del siglo XIX. Son
ejemplos de la casa «principal» que fue la
residencia de los principales o «casacones»,
denominación que se refería a una especie
de patriciado urbano que vestía casacas al
uso.
El depósito de estas arqueologías es lo que
le da la «cualidad» de museo, sobre todo,
el que conserve ese tipo de casa-patio de
«principal» que se definió y reelaboró en
las islas a partir de la corriente cultural que
trajo el «cortile» renacentista transformado,
elementos góticos, mudejares..., en la
ola del «Mediterráneo sevillano» o el «Atlántico
de Sevilla» (1500-1580) y que después
llegaría al Caribe. La casa-patio de las
islas, con sus diferentes soluciones a partir
de la adaptación a la parcela, presenta una
serie de invariantes: primera crujía paralela
a la calle y con el zaguán centrado en la
mayoría de los casos; patio pordcado en segunda
crujía como núcleo de la vivienda y
rodeado de una galería; otras estancias, bodegas,
caballerizas, se disponen en una crujía
perimetral al patio o bien en un traspatio
donde antes hubo una huerta; las escaleras
se sitúan en el patio, en cualquiera de
sus lados; en la planta alta, la misma estructura
espacial para las habitaciones, cocina
y servicios. En algunos ejemplos (los
números 1 y 9), las habitaciones en torno
al patio se comunican en «enfilade».
El patio, como núcleo de la vivienda,
era, como la plaza en lo público, el centro
de la vida, lo más público de lo privado.
Desde la galería alta se podía ver lo que allí
sucede, las reuniones de verano, la costura,
entre plantas y flores, la fuente o el
pozo.
Si la evolución tipológica de la vivienda
tiene una ley general —urbi el orbe, ayer y
hoy - la lentitud del paso del tiempo y, por
consiguiente, las pervivencias y permanencias,
la temporalidad diferente del espacio
arquitectónico de la vivienda de «principal
» con respecto a su/sus matrices nos remite
al concepto del «especial tiempo canario
» en cuanto a la reelaboración de las
arquitecturas de los centros culturales.
Aquí se siguieron durante siglos los destellos
de una memoria que remitía a Andalucía
y otras regiones de la Península, se
reelaboraron esos recuerdos de la retina,
de las costumbres o de la práctica construc-
14 AUANIICA
tiva que habían traído de sus lugares de origen.
El espontaneísmo empírico y el alejamiento
de los debates de los centros culturales
jugaron a favor de las pervivencias arquitectónicas.
Sólo en el plano de la fachada, tanto en
la composición como en los temas de ornamentación
en la cantería, el tiempo
toma cierta celeridad. Lo gótico, lo mujé-jar,
decoraciones arcaizantes como facos,
sogas, puntas de diamantes (en el núm. 13),
lo renacentista con lo plateresco (en la portada
principal del núm. 9), los frontones de
«A partir del
nuevo museo se
reutilizará una
secuencia de
casas para uso
cultural, pero es
necesaria la
rehabilitación
integral y actual
del sector.»
Esta es la primera vista de la ciudad (hacia 1599).
la «neoclásica» (ním. 11) junto a las reformas
que fueron borrando las irregularidades
de la «imagen gótica» de las fachadas,
indican el paso del tiempo.
Estas son algunas de las piezas que esta
calle, nuevo «templo de culto» de un tiempo
que se llama posmoderno, guarda. La
calle de los Balcones y parte del barrio han
sido abandonados por sus habitantes. El
cambio de hábitos sociales, los costes de
conservación, y la manía más in —in-ma-nía—
u oficmomanía, no han tenido el contrarresto
de una política municipal que recoja
la vieja propuesta de reintroducir la
función residencial que casi queda en el recuerdo.
A partir del nuevo museo se reutilizará una
secuencia de casas para uso cultural, pero
es necesaria la rehabilitación integral y actual
del sector. Se vuelve a abrir la posibilidad
de resistir a la decadencia de este barrio,
enfermo de pastichismo y ruinismo negligente,
desmemoriado, cuando no de especulación
inculta. Es posible que el desmemoriado
recobre la memoria, pero en
continua proliferación y asociación, no en
fmaciones folclóricas del pasado, «hasta el
punto que la historia del desmemoriado
podría servirme hoy para construir lo que
los tratadistas de la memoria llaman «teatro
»: es decir, un sistema de lugares, de
imágenes, de acciones, de otras palabras...'.
A
N O T A S :
1. Leonardo Sciascia; El teatro de la memoria. Alianza
Tres, Madrid, 1986.
«Tn he pretendido señalar desde el mar, y así se
distinguirá junto al espacio de la catedral, un espacio
de cierta significación, que es precisamente la
transformación de una casa de Vegueta en Museo.»
Sáez de Oíza «La Provincia». Las Palmas,
27-IV-89.
IM Catedral domina el entorno del CAAM.
AILANTICA