P E R I O D I S M O
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS
DURANTE LA GRAN GUERRA
P O R
JAVIER PONCE MARRERO
Cuando la primera semana de agosto de 1914 los estados
europeos que constituían los Imperios Centrales y la Triple En-tente
comenzaron las hostiiidades, ei Gobierno de nuestro país,
presidido entonces por Eduardo Dato, declaraba inmediatamente
que el Estado español permanecería neutral en la contienda que
se avecinaba. El 7 de agosto de 1914 una Real Orden así lo
expresaba: «El Gobierno de S. M. se cree en el deber de orde-nar
la más estricta neutralidad a los súbditos españoles)).
Esta declaración de neutralidad, asumida por casi todos so-bre
la base de la conciencia de impotencia y vulnerabilidad de
la situación española en todos los órdenes, no impidió que los
políticos, los intelectuales y todos los que tenían una opinión
f~rmadü s&re !os contendientes -basada es idedogias, pre-juicios,
relaciones personales, etc ...- declarasen abiertas las úni-cas
hostilidades a las que la neutralidad española dejaba campo
de acción, Surgió, así, una ((guerra de opiniones)) donde a las
viejas filias y fobias se irían añadiendo las nuevas suministradas
rn-n r e! Uecurre!!~ de !u prepiu ccmtirnda, dmde !es defeaseres
de unas y otras encontraron hechos que justificaban su atrin-cheramiento
junto a uno de los bandos contendientes y el re-pudio
de sus enemigos.
Núm 38 (1992) 58 1
2 JAVIER PONCE MARRERO
Esta guerra de opiniones se nutría de las categorías políticas,
culturales y religiosas que se hallaban presentes en la vida nacio-nal.
Las armas de esta guerra eran las palabras, tanto las pro-nunciadas
con mejor o peor oratoria en las apologías que de
uno u otro bando hacían los estrategas de café, como la palabra
escrita más trascendental, por ser su discurso generalmente más
razonado, proveniente de las élites culturales -en relación al ele-vado
analfabetismo existente-, mejor informadas y con opinio-nes
más catalizadoras de las distintas tendencias encontradas de
la guerra de opiniones. Dentro de esta palabra escrita era la
prensa el arma fundamental, muchos de cuyos artículos trascen-dían
el ámbito local, publicándose casi simultáneamente en va-rios
periódicos, y adaptándose mejor que ningún otro medio al
dinamismo que imponía el desarrollo de la guerra en Europa,
c=,ni SU cUbsiwier,te inflUencia er, la Gpirdón púl;!ica.
Además, la prensa tenía al menos una doble funcionalidad:
era, como hemos dicho, arma que servía para defender unas
filias y atacar las fobias correspondientes, cualesquiera que fue-ran
éstas; pero también, instrumento de captación de simpati-
72ntec para 11 etra C r c c a , y C Q ~ Q!- .k AL?f~mUre~s!i SnYf li l ~ -"
la mayoría de la población tenía de los contendientes era limi-tada,
las filias y las fobias no estaban fijadas rígidamente, lo
cual hacía movilizar a los bandos en busca de nuevos apoyos.
Estas dos funciones, en realidad inseparables, eran llevadas a
cabo a través de artículos de fondo y de la selección de los
telegramas y las informaciones, más o menos veraces, que con
fines propagandísticos exaltaban los heroísmos de unos junto
a la reprobación de las atrocidades cometidas por los otros,
para cuyo objeto la guerra y su desarrollo ofrecían multitud
de posibilidades, independientemente de la probable parcialidad
del observador.
La prensa canaria participó en esta guerra de opiniones, lo
cual difícilmente podía haber sido de otra manera, pues la
orientación económica canaria y el contacto diario con los na-cionales
de los países en lucha obligaba a tomar partido en la
cuestión. Pero precisamente la dependencia del exterior y el ser
el Archipiélago canario no el único, pero sí uno de los enclaves
españoles más indefensos y vulnerables, también en todos los
582 ANUAiUO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS DURANTE LA GRAN GUERRA 3
órdenes, hizo que la guerra de opiniones que en él se desató
estuviese, a nivel de prensa, algo más desdibujada que aquella
encontrada en los más representativos periódicos nacionales de
Madrid y Barcelona l, al constituir la prensa germanófila en las
islas un sector minoritario frente a la ventajosa situación en
que se encontraban los periódicos aliadófilos.
La preponderancia que, en la vida económica de las islas,
tenían las naciones ahora aliadas, fundamentalmente los britá-nicos,
hizo que la prensa de sus dos principales ciudades por-tuarias,
canalizadoras de las influencias extranjeras, reflejara
también de manera más profusa las variadas tendencias alia-dófilas
con su multitud de matices. Aceptamos el planteamiento
del profesor Morales Lezcano de que la opinión pública se es-cindió
en una fractiira que no se limitb a 10s manoseados gru-pos
de aliadófilos y germanófilos2, fractura que en Canarias in-cide
sobre todo en los mayoritarios grupos aliadófilos.
Para comenzar el estudio de las filias y fobias en Canarias
durante la Gran Guerra, vamos a acercarnos a la germanofilia
en 12 cidid de L2s Palmas, cuyo reflejo en la opinión pública,
o al menos en la publicada, se centra sobre todo en el diario
La Provincia, fundado en mayo de 1911 como ((periódico inde-pendiente)),
si bien una lectura de las ediciones de sus primeros
años no oculta un ideario conservador.
MILITARISMORE, LIGIÓN Y CULTURA
El militarismo brutal fue una de las acusaciones que los alia-
&mns ~cneñnlec -"r--A-u q@&rin ~ ~ f i~ Qt Siq f i- 2 p ~ y a ba ~1 - ~ T _m-perios
Centrales, argumentando éstos que el militarismo germá-nico
no era tal, haciéndolo equivalente a una sana disciplina.
Lo cierto es que la plena asunción del espíritu militarista co-rrespondió
a los germanófilos, ya que la mayoría de los mili-twes
eupufi&s lo erzfi, pues znte e! ~ ~ rmá n i ren! c~f i - e-- ---------
l F. DÍAZP LAJAF: rancófilo~y Gerrnanófilos, Madrid, 198 l .
V. MORALESL EZCAN((OEs:p aña y la Gran Guerra)),e n Cuadernos His-toria
16, 197, Madrid, 1985.
Núm 38 (1992) 583
4 JAVIER PONCE MARRERO
servadurismo militar se encontraba más cómodo que ante el
francés o el británico.
Frente a la imagen de militarismo y ejército «por encima))
del pueblo, los germanófilos presentan la idea de ejército como
((resultado de un pueblo)). Así, una vez comenzada la guerra la
portada de La Provincia recogía un artículo de José Juan Ca-denas,
para quien,
((Alemania es un imperio joven que está creciendo; tiene
un comercio mundial que se extiende rápidamente, un co-mercio
al cual la ambición legítima de los patriotas ale-manes
se niega a poner límites)),
justificando el crecimiento de la flota alemana antes de la guerra,
«en aquellos días ... la Marina alemana, al conjuro del Em-perador,
surgió en pocos años como Venus del fondo del
mar, gallarda y poderosa ... Esta marina fue la pesadilla de
Inglaterra)).
. , Y u!U&endo a! deseo de qUe fio haya m& supreriiiacia
en el mundo que la inglesa, imponiendo el desarme general,
dice el autor,
«Es decir, que hasta ahora había dos naciones fuertes que
se temían, escupían por el colmillo y se respetaban ... A la
sombra de esa rivalidad, los pueblos modestos, los pueblos
neutrales, podían ir viviendo ...
En lo sucesivo no habrá más que una nación fuerte,
una nación poderosa ... ¡Inglaterra! No tendremos más que
un solo amo ... El mundo entero será una inmensa colonia ...
los ingleses, nuestros señores ...
¡MUY bonito porvenir!))
La toma de postura se presentaba ya medianamente clara,
pero se iría radicalizando a medida que avanzaba la contienda.
Firmado en Las Palmas, a comienzos de 1916 se publica, en
-un sone&, a; &qjer-ador Guiiiermo E,
J. J. CADENAS: «Las relaciones anglo-alemanas)), La Provincia,
19-10-1914.
584 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS DURANTE LA GRAN GUERRA 5
qSalve Kaiser! Valiente y caballero,
Que con asombro de la mente humana,
Muestras un alma regia, soberana,
De estadista, político, guerrero ...
Detrás de vuestro carro el orbe entero
Tranquilo marcha con la frente ufana,
Vislumbrando en el cielo de mañana
Un porvenir fecundo, lisonjero ...
Jamás olvidará nuestra memoria
-Resonando en los ámbitos del mundo,
Y para siempre gravará la historia,
En cielo transparente y luminoso-
El nombre peregrino, sin segundo,
Del Caudillo, el gigante y el coloso»4.
La religión era otro elemento en torno al cual se aglutina-ban
los germanófilos, aunque no era, por supuesto, exclusivo
de éstos, encontrándose también el elemento religioso presente
en buena parte de la opinión aliadófila de Las Palmas. Como
aliadófilos eran los artículos del periodista canario Rafael Mesa
para La Provincia, en la línea de los más importantes periódicos
nacionales que gustaban de tener entre sus articulistas a inte-lectuales
cuya tendencia era opuesta a la del periódico. Sin em-bargo,
hay que decir que la colaboración del periodista Mesa
sólo llegó a mayo de 1915, cuando publica un artículo que con
el título de «Kultur» decía,
«...todos estos fabricantes de "Kultur" ... defienden a los que
bombardearon iglesias y catedrales, cortaron las manos a
los niños y a las mujeres ... Lo que han querido hacer los
alemanes destruyendo la catedral de Reims, es causar a
Francia una herida en io más íntimo y profuiidci, a :a vez
que sensible ... E igual testimonio de la barbarie y siste-mático
espíritu de destrucción de los alemanes, son las ciu-dades
de Arrás, Lenlis, Lovaina, Soissons, y tantas otras ...,
sin olvidar Nuestra Señora de París, que si escapó a ma-yores
daños fue gracias a la mala calidad de los explosi-vos
alemanes ...
J. LORENZO: ((Soneto al Emperador Guillermo lI», La Provincia,
22-1-16.
Núm 38 (1992) 585
6 JAVIER PONCE MARRERO
Y cuando suene la hora inevitable de la justicia, el
emperador Guillermo no podrá decir lo que Francisco 1
escribía a su madre después del desastre de París: todo
se ha perdido, menos el honor ...»5.
Y es que la religión era ((cuestión de honor)) y no exclusi-vamente
para los germanófilos. Pero normalmente -y esto valía
para todos los periódicos- la crítica era velada si el objeto
de la misma se dirigía hacia el bando que se apoyaba, y en el
caso de La Provincia artículos tan germanófobos dejaron de
publicarse desde mayo de 1915.
Además, la negativa impresión general causada por los ata-ques
alemanes como el realizado contra la católica y pacífica
Bélgica, asunto muy explotado por la propaganda aliada, se in-tentó
compensar con artículos sobre la protección alemana a
los niños belgas, que reproducían otros de periódicos alemanes,
y con artículos de fondo sobre la institución religiosa en Ale-mania,
frente a su abandono en Francia o la persecución de
monjes católicos en su aliada Rusia,
«...institución religiosa que se ha desterrado poco a poco
de los programas en Francia ... cuidadosamente sostenida
en Alemania como un elemento indispensable de los co-legios
y de toda la segunda en~eñanza))~.
Otro pilar de la enseñanza que aseguraba la superioridad
de la cultura alemana estaba, para los germanófilos, en el cul-tivo
de la ciencia, cuyo progreso en Alemania constituía la en-vidia
de sus rivales; transcribiendo un artículo de la Gaceta de
Francfort, dice el periódico,
«No ha ocurrido aún en la Historia que un Estado, mien-tras
se halla enzarzado en una gigantesca guerra en pro
de su existencia, funde tranquilamente, como en una paz
octaviana, un nuevo instituto científico de primer orden.
Compitiendo las prensas francesa e inglesa en denunciar
R. MESA: «Kultur)), La Provincia, 3-5-1915.
domo se crea la cultura. La institución religiosa en Alemania)), Edi-torial
La Provincia, 12-7- 19 15.
586 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS DURANTE LA GRAN GUERRA 7
a los alemanes como traidores a la civilización responden
éstos abriendo a la ciencia, para su cultivo, la Universidad
de Francfort. Este "Benjamín" de las Universidades
alemanas, ha surgido por la iniciativa y el idealismo ...
La apertura se verificó puntualmente ... pero sin cere-monia
especial, dada la seriedad de la época. Gran parte
de los estudiantes que iban a acudir a ella están en cam-paña.
A ello aludió el Ministro de Enseñanza, hablando en
su telegrama de felicitación de las "cátedras gloriosamente
desiertas". Cambiarán los tiempos, la guerra pertenecerá
a la Historia; pero la nueva Universidad creada por Ale-mania
quedará en pie» 7.
Así, frente al militarismo y la barbarie que los aliadófilos
atribuían a los teutones, los germanófilos hablan del inigualable
~ V ~ T C CC:i eab~cíja! enán, c~!u?xrader de! rápid~d e zurdo eco-nómico
germano y arma fundamental para la victoria; desarro-llo
económico que
«...ha sido la causa de esta guerra y lo que ha despertado
VUIV da C*-C n n ~ r n i w n c -' b 0-0 CIIU II.IeV "...
El infame plan de vencer a Alemania por hambre ha
fracasado completamente ... »
POLÍTICAY GUERRA
Las categorías religiosas, culturales ..., eran el sustrato so-bre
el que se edificaban las categorías políticas, que se super-ponían,
por supuesto, a otras socio-económicas más determinantes.
Una vez comenzada la guerra, la política y las categorías
subyacentes en ella asumieron el papel de hilo conductor que
llevaba a dos terrenos bien diferenciados, cuyo linde común lo
constituía la asunción por casi todos del mantenimiento de la
neutralidad oficial y cuya diferenciación venía dada por una
orientación decidida hacia uno de los bandos en lucha.
La Provincia, 16-12-19 14.
«La victoria económica de Alemania)), Editorial La Provincia,
20-4-1915.
Núm. 38 (1 992) 587
8 JAVIER PONCE MARRERO
Así lo expresaba un observador de la época,
((Apenas iniciada la tragedia pudo observarse que la mag-nitud
del suceso no nos corregía a los españoles de nues-tro
tradicional sistema de aplicar a las cosas más trascen-dentales
el criterio partidista, de tendido de plaza de toros
que solemos aplicar a nuestras contiendas)) 9.
De esta manera, una vez transcurridos los primeros meses
de guerra, los que apoyaban a cada bando acordaron trazar,
con los otros beligerantes y sus defensores en España, una fron-tera
casi infranqueable, amasada con unas pocas certidumbres
más o menos objetivas y un buen montón de prejuicios.
Los aliadófilos se adscribieron a sí mismos en el bando de
los defensores de la civilización, la justicia y el derecho, pilares
de la democracia, apoderándose de ia pdabra ((progreso)) frente
a la España que conectaba con el pasadolo, la de los católicos
y retrógrados germanófilos, quienes, a su vez, se consideraban
representantes de los valores religiosos, la disciplina social y la
autoridad, frente al ateísmo, la corrupción, la democracia y
oii-OS estigmas que cargaban sobre sus contrarios, influenciados
especialmente por la imagen de la Francia republicana.
La división política en el país, entre aliadófilos y germanó-filos,
correspondió a la división interna del país más que a la
de los contendientes reales. En general, los izquierdistas, repu-blicanos
e intelectuales aparecieron al lado de los aliados, y la
derecha más conservadora, la oficialidad del Ejército y los ca-tólicos
junto a los Imperios Centrales. No quiere esto decir que
no hubieran católicos defensores de los aliados (como lo de-muestran
los artículos de opinión aparecidos en el francófilo
Dki40 de La- Púlrmj, además de neutrales más o menos auten-ticos
y bien intencionados; pero la realidad fue que abundaron
las opiniones monolíticas.
Cuando, al comienzo de la guerra, el periódico madrileño
Diario Universal órgano de la política romanonista, publicó el
L. LÓPEZ BALLESTEROESl: Día, 24-1- 1917, citado en DÍAZ PLAJA:o b.
cit., p. 19.
'O F. D~APZL AJAo: b. cil., p. 232.
588 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS DURANTE LA GRAN GUERRA 9
artículo ((Neutralidades que matan)), de concomitancias aliadó-filas,
La Provincia reprodujo gran parte del mismo el 1 de sep-tiembre,
sin hacer comentarios propios sobre la posición que
en él se tomaba. Todavía no había definido el periódico su pos-tura,
lo cual sucedería tras los primeros meses de guerra.
Así, en abril de 1915 La Provincia recuerda, a propósito de
un discurso del Conde de Romanones en Palma de Mallorca,
que
«El discurso del Conde de Romanones, por muy expresi-dente
del Consejo que sea, ha enrarecido el ambiente con
sus movimientos de palabra, pecado éste perdonable si se
tratase de una mayor autoridad política ...
A raíz del comienzo de la guerra actual, el periódico
ma&-iieño Diario I/7Ti~ersiini~s,e rtó Un articU!o bujo e! tí-tulo
de ((Neutralidades que matan)), artículo al que se le
atribuyen concomitancias romanonistas, no descabelladas
por lo visto ...
España no debe salirse un punto de la línea que le
marcan sus impulsos, y el hacerlo, .c on. .te ndencias mani- fiestamente coiifesadas desde e! prmaP~, se& pura su
próxima vida un fracaso...)) ".
Al más decidido apoyo a los aliados que proponía el jefe
de los republicanos radicales no se sintió indiferente el perió-dico;
cuando Lerroux hace una visita a Las Palmas se informa
brevemente del hecho, saludando al huésped,
«...aunque en ideas políticas y sentimientos religiosos nos
separa de él un abismo))12 .
Tras dar cuenta, a finales del mismo mes, de una manifes-tación
en contra de la guerra, en la que se profirieran gritos
de muera al jefe de los radicales, La Provincia publicó el 2 de
junio «Al margen de un discurso. Quien siembra vientos...)), cen-s~
rundef uertemente !i pcstiira lerrouxista a favor de la in-tervención
española al lado de los aliados. Y a finales de ese
IL « L a política al día», Editorial La Provincia, 22-4- 19 15.
l2 La Provincia, 23-5-1915.
Núm 38 (1 992)
10 JAVIER PONCE MARRERO
verano, cuando se había cumplido un año de guerra, reprodujo
el artículo «En Barcelona operan los traidores a la Patria)), pu-blicado
en el diario Sevilla,
«...Una vez más los radicales españoles van a realizar la
vergüenza de presentar a España como una mesnada ca-paz
de entregarse al mejor postor.
El actual conflicto va a traer a nuestro país una ver-güenza
más, que se llamará "la industria de la guerra", y
de la cual parecen alimentarse esos farsantes de la de-mocracia.
Cuando don Alejandro Lerroux y García se marchó a
Tenerife para lanzar desde las faldas del Teide el grito
de guerra intervencionista, ... nosotros fuimos los primeros
en descubrir el juego de los agentes de los Gobiernos alia-dos,
...
Francia e Inglaterra se han apoyado, en todos los paí-ses
que han querido influenciar, en los elementos de la
extrema izquierda, haciéndolos instrumentos suyos ...
Si se realiza este programa, ... no es aventurado suponer
que se acercan horas trágicas para la Patria.
Las madres españolas deben prepararse para e! m o m e ~
to en que les arranquen de su seno a sus hijos, llevados
al campo de batalla por unos políticos sin conciencia, tra-ficantes
del honor nacional, que se disponen a escribir en
nuestra Historia una página vergonzosa ...
En las grandes crisis de nuestra vida nacional, el pue-blo
tuvo siempre suficente instinto para salvarse por su
cuenta. Si en esta ocasión el Gobierno y las clases direc-tivas
no supieran cumplir con su deber, la tragedia surgi-ría
sola, y el mismo pueblo obraría por su cuenta, dando
un serio escarmiento a los traficantes de la Patria)) 13.
Y si, a propósito de la guerra, ei periódico había definido
ya a los enemigos políticos, lo mismo sucedería con los líderes
cuya opinión suscitaba elogios sin reserva y a los que se reco-nocía
mayor autoridad política. En este sentido, el conservador
Maura era el ideal político, reproduciéndose ampliamente sus
discursos.
l 3 ((Nuevos beligerantes. España y la guerra. Los traidores)), La Pro-vincia,
3-9-1915.
590 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS DURANTE LA GRAN GUERRA 11
El 21 de abril de 1915 Maura habla, en el {i~eatroR eal)) de
Madrid, sobre la importancia del principio de autoridad, el con-cepto
de patria, el sentimiento religioso, la necesidad de las de-rechas
para gobernar, la neutralidad, ... el 23 de abril La Pro-vincia,
alabando el discurso de Maura, nos da la opción ger-manófila,
o más bien antialiada, para la política del momento,
{(Maura, el político estadista, el hombre público que arras-tró
a su paso luchas y odios ..., el que olímpicamente pa-recía
vivir en regiones de altura inasequible para el resto
de los hombres, ha descendido al nivel de todos, y con
frase de verdad, haciendo gala de su talento, ha esgrimido
el bisturí saneador y ha estirpado varios tumores».
Definiendi osiis !im-pior principios de ética y gubernamenta-lismo
autoritario)) acaba diciendo,
({Maura ha dejado con trazos indelebles, enérgicamente
marcada, una línea de conducta a los gobernantes y a los
partidos todos de cualquier matiz ...
Los campos han quedado en un bien marcado deslinde,
y el dilema tiene dos puntos: o sinceridad o contubernio,
falso maridaje de egoísmos)) 14.
Y enjuiciando los rumores de intervención española junto a
los aliados, La Provincia hace suya la opinión maurista, de ma-tiz
antialiado y favorable al mantenimiento de la neutralidad,
fundamentándola en la falta de razones para que España en-trase
en una guerra en la que poco podía ganar,
:íN~estr=p e b b.. ., c ~ n t ~mi ~ci ~~d-anJe-i- ~ q--a cr- n--c-tw nhres im-portadas
por los desorganizados pensadores al uso, ha ido
declinando poco a poco en su moral y rectitud austera, ...
y he ahí los resultados: ... obedeceremos sumisos como mu-jerzuela
histérica a la imposición de un amante que siem-pre
nos tuvo por capricho, por vanidad y majeza, nunca
por u.imir2ción Q r ~ s n ~ t n r ------
~Puede haber un solo pecho español y en cada uno de
ellos un solo corazón que no se dilate por el agobio, ante
l4 «La orientación de un partido)), Editorial La Provincia, 23-4-1915.
Núm. 38 (1992) 591
12 JAVIER PONCE MARRERO
la increíble idea de que podamos ser los engañados de la
pantomima, una vez más? iAh, pueblo, pobre pueblo, que
perdiste la semilla de otros hombres, más hombres que
nosotros!
¿Te tocará en suerte la de ser víctima sumisa a las arn-biciones
extrañas?)) 15.
También ocupó lugar destacado en el periódico la opinión
del tradicionalista Vázquez de Mella sobre la guerra; en ambos
casos es un discurso neutralista, que defendía la neutralidad
absoluta del Estado, asumida cada vez más por los germanófi-los,
conocedores de que, dadas las circunstancias, nuestros pac-tos
-aunque no vinculantes- y relaciones múltiples con Fran-cia
e Inglaterra, no era posible que España apoyase decidida-mente
a los Imperios Centrales; por lo cm! a !e mkxime q ~ e
podían aspirar era a que se mantuviese al margen de la guerra.
Además, esta posición fue reforzada por la oratoria patriótica
-qEspaña ante todo!)), qsolamente españoles!)).. .- que, por otra
parte, era difícilmente atacable.
LA «REDENCIÓN» INTERNACIONAL
Nos referimos aquí a aquellas frustraciones de la política ex-terior
española -algunas se habían consumado en el momento
de la guerra; otras lo estaban haciendo-, que saldnan a soco-rrer
los argumentos de los gemanófilos a propósito de nuestra
orientación internacional. Nuestro desastre del 98 frente a los
americanos estaba consumado; Gibraltar seguía consumándose;
Marruec.or y T&-aI-u*P ~-e !e que es lo misnio, las más recientes
aspiraciones de regeneracionismo exterior16- se estaban con-sumando.
«Divagaciones del momento. La víctima. iA1t0 ahí!». Editorial La Pro-vincia,
31-5-1915.
l6 H. DE LA TORRE GÓMEZ: «El destino de la regeneración internacional
de España (1 898-1918))>e, n Relaciones internacionales de Espafía en el si-glo
XX, Proserpina, Mérida, diciembre de 1984.
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS DURANTE LA GRAN GUERRA 13
Por nuestro contexto de relaciones internacionales, estas
frustraciones se debían a las políticas expansionistas de nuestros
vecinos en la Península o en las colonias, y que ahora consti-tuían
el bando aliado. Por lo tanto éstas eran armas que les
era dado utilizar especialmente a los germanófilos, quienes, acep-tando
la neutralidad oficial, apostaban por una amistad con Ale-mania,
señalando que tal amistad no implicaba un conflicto de
intereses y podía, en cambio, ayudarnos a conseguir los nuestros.
((Gibraltar y la hipocresía anglófila)) fue el argumento de dos
artículos que La Provincia publicó el 3 y 4 de mayo de 1917.
Y a la acusación de parcialidad al juzgar la guerra, que contra
el periódico se hace, éste se declara patriota y refiriéndose
al 98 dice,
«...Nos parece arbitrario y dictatorial querer amordazar el
sentimiento de admiración hacia un pueblo grande, único
que por boca de su emperador hubiese salido en defensa
del cobarde atropello de que fuimos objeto por los yan-quis,
gesto detenido por quien siempre amordazó los más
nu~urr'rsd esees de i ~ ~ e s ta!rm~us!s! 17.
Sobre nuestra presencia en el norte de Africa, La Provincia
explicita aún más la postura que, en política exterior, proponen
los germanófilos,
((Tánger debe pertenecer forzosamente ... y sin limitación al-guna,
a nuestra patria; la internacionalización de Tánger
es una de las mayores trabas que Francia e inglaterra han
suscitado para impedir la pacificación de nuestra zona ma-rroquí
...
hT, -,, ,,,,,,,,,, A, ,,,, 4.:- , :,.,.,, , , ,+,T':,,,, IYU ILUU Lalmcll GULUU UG L G ~ G L I L yuc allscl LIILGL L l a u v -
nalizado es un verdadero insulto a España y una prueba
de desconfianza que nos dan las naciones que así han li-mitado
nuestros derechos y mutilado nuestras aspiraciones;
y como quiera que los tratados anteriores a la actual gue-rra
europea han perdido forzosamente la finalidad y efi-
,,A, ,.., ,,,l.',, ,l,,l,, 1,- e:,,,, A, 1,- ,,+o,,;," ,,,o
LaLia yuc p u u l a r l u a l l L n laa lulllaa UL laa pucbuLIaa ~ U L
hoy se combaten ..., no cabe duda alguna que las circuns-tancias
anormales presentes abogan por la revisión com-l7
Editorial La Provincia, 16-3-1915.
Núm 38 (1992)
14 JAVIER PONCE MARRERO
pleta y radical de los pactos que referentes a Tánger exis-tían
entre España y las naciones que le impusieron tal res-tricción))
18.
EL DESARROLLO DE LA GUERRA
Muchas fueron las ocasiones en que los distintos desarrollos
de la guerra, afectaran directa o indirectamente a España, pro-baron
la calidad de las filias y fobias.
Un editorial de La Provincia del 29 de mayo de 1915, a pro-pósito
de la violación de la neutralidad belga y luxemburguesa
por Alemania, la fundamentaba en su desarrollo histórico, el
mismo desarrollo histórico que servía para censurar la entrada
itdiinz en e! cenf!icte jmtu a !a F~tente,
«...ahí está Italia, pronta a la lucha, con sus hermanos de
ayer.
...i Habrá, fuera de los enfurecidos "germanófobos",
quien vea justa y correcta la intromisión estemporánea de
ia famosa tierra de 10s Cesares?)) ".
Un desarrollo de la guerra que sí afectaría de manera im-portante
a España sería la guerra en el mar, debido al control
marítimo que ejercían los aliados y las operaciones alemanas
de guerra submarina.
Relatando el apresamiento y cañoneo de buques españoles
por franceses e ingleses que ejercen el control de la navega-ción,
los germanófilos declaran indignados,
«No recuerdo haber oído a un francés hablar bien de Es-paña.
Tampoco los ingleses nos tienen por gran cosa.
Sí, en cambio, a los alemanes les inspiramos simpatías ...
Por eso nosotros, el corazón nuestro, hoy rebosayía ten-dencia
germanófila, si no fuera porque no queremos des-pertar
tempestades ... -y acaba diciendo-l8
«Tánger», Editorial La Provincia, 16-7- 19 15.
l9 {{Italia, la inconstante. El nuevo adalid)), Editorial La Provincia, 25-
5-1915.
594 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS DURANTE LA GRAN GUERRA 15
¡Tengo unas ganas de que España sea grande, próspera
y fuerte, como lo fue en otros tiempos lejanos!»20.
Y a propósito de un incidente sucedido en el puerto de Las
Palmas, el periódico reproduce «un bien razonado artículo)) de
La Tribuna de Madrid,
«...Cuanto interés tienen los aliados en meter cizaña entre
las corrientes de simpatía entre Alemania y España lo de-muestra
... un caso nuevo que nos denuncian desde Las
Palmas y que una vez más comprueba la ingerencia de
Inglaterra en asuntos enteramente españoles ... El día 28 de
Junio estaban los exploradores de la Gran Canaria invita-dos
a hacer una visita a los compañeros de la vecina isla
de Tenerife ... La Comisión encargada de dar mayor esplen- &idez a! acto ha& &as antes .& las cap;ia-nes
de los buques alemanes surtos en el Puerto de Las
Palmas ue, a causa de la fiesta, engalanasen sus buques ...
El día 3 e la partida ostentaban los buques alemanes el
hermoso adorno de las banderas ... Apenas izadas las ban-deras
por los buques alemanes, envió el comandante del
P ~ e r .t..! a~ mden de arriar i~mediatament.e.. esta entraña
orden se la sugirieron, al parecer, al comandante del puer-to,
los ingleses.
... no es la primera vez que llamamos la atención sobre
su intromisión en los asuntos españoles, sobre todo en el
Sur de España e islas adyacentes.
Esto hay que remediarlo en lo sucesivo. Para nuestra
política exterior debe servirnos de regla durante la guerra
ue no nos es lícito únicamente procurarnos la estimación
l e Inglaterra y Francia, que nunca nos habían de pagar
con la misma moneda, sino también, y aún más nos inte-resa
conservarnos la simpatía de Alemania, con cuya unión
podemos esperar ~~nf f ad~s21.. . . ? ?
El control de la navegación aliado y, sobre todo, la guerra
submarina emprendida por Alemania, incidirían en el Archipié-lago
canario más que en ninguna otra región española, teniendo
como tenían las islas gran parte de sus mercados de abasteci-miento
y venta a varios miles de kilómetros.
20 «Una opinión españolista)), Editorial La Provincia, 22-4-1915.
«Cosas del día. Inglaterra manda en España)), La Provincia, 4-8-1915.
Núm 38 (1992) 595
16 JAVIER PONCE MARRERO
En la mañana del 18 de septiembre de 1915 el vapor es-pañol
((Manuel Spelius)), que llevaba un cargamento de cueros,
fue detenido en la travesía de Tenerife a Las Palmas por el
crucero auxiliar inglés ((Carrnania)), que lo desvió a Gibraltar.
Unos días después el ((Manuel Spelius)) sería puesto en libertad
con toda su carga; para entonces ya había La Pvovincia publi-cado
varios artículos sobre los abusos de los buques ingleses
y el tratamiento a los españoles, exigiendo respuesta ante los
atropellos
«...que para con nosotros guardan los grandes, despechados
por nuestro indiferentismo ...
He aquí, pues, la ocasión de hacernos visibles, no con
actitudes bélicas ni destemplanzas jaquetonas, no. Pero sí
con ~iacei-iios nuesii-odse -
rechos, circunstancia mejor que otra alguna para conseguirlo.
Debe el Gobierno español reclamar de los atropellado-res...))
22.
Reclamación que, reflejando la opinión de un periódico ale-mán,
nó había encontrado justificada cuando el 7 de mayo
de 1915 el buque de pasajeros ((Lusitania)) fue torpedeado por
los alemanes, muriendo más de mil pasajeros, americanos mu-chos
de ellos, dejando entrever el periódico una clara respon-sabilidad
inglesa en el hundimiento, por no prevenir el peligro
claro que corría. Así pues, el tratamiento de las acciones na-vales
que cometían los beligerantes contra los neutrales, aún
teniendo muy distintas consecuencias, eran enjuiciadas en fun-ción
de la identidad de los agresores.
Cuando los hundimientos fueron de vapores españoles como
el «Santanderino» el periódico pide calma frente a la campaña
germanófoba de algunos diarios; sólo cuando a comienzos
de 19 18 el bloqueo submarino -ahora indiscriminado- afecte
más explícitamente a zonas próximas a Canarias, reivindicará
los derechos de barcos nacionales a navegar a los puertos es-pañoles
de África, tráfico comercial dificultado por dicho blo-
22 «Obras son amores. El respeto a España. Editorial La Provincia, 23-
9-1915.
596 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS DURANTE LA GRAN GUERRA 17
que0 alemán, pero confiando el periódico en la posibilidad de
llegar a un acuerdo con el Gobierno de Berlín. Era el comienzo
del último año de guerra; en abril La Provincia se despachaba
de la siguiente manera,
({Telegrafían de Berlín que en poder de los prisioneros in-gleses
ha sido encontrada una nota en la que se dice a
los soldados ingleses que la ofensiva alemana dará ocasión
para matar a muchos alemanes causando en ellos horrible
carnicería.
El Alto Mando inglés no encuentra voluntarios para los
tanques a causa de los horribles desastres padecidos por
los tripulantes. Dicen que sólo entrarán en los tanques si
se les conceden cuatro semanas de licencia después de
cada viaje. Los tanques ingleses son malísimos comparados
con los nuevos alemanes, muy perfeccionados.
Se nota que decrece la lucha de aviación
los ingleses y esto obedece a que carecen e pi otos en
número necesario)) 23.
zor-y arte de
Sin duda esta visión alemana de la guerra, que reproducía
La Provincia, era ya decididamente otra guerra distinta de la
real. En noviembre las hostilidades llegaban a su fin, y el
día 11 los alemanes firmaban el armisticio. Unos días después,
La Provincia recogía opiniones de la prensa sueca, holandesa
y alemana que, telegrafiadas desde Nauen, condenaban las con-diciones
del armisticio impuestas a Alemania, calificándolas de
inhumanas,
((imposición vergonzosa a una nación que en estos cuatro
años de guerra ha realizado más que ningún pueblo en
el mundo y resulta una mancha de honor para aqtiellor
que originaron el martirio del gran pueblo alemán)) 24.
La derrota, al fin y al cabo, también era de los que durante
cuatro años de guerra habían apostado por los que a la postre
fueron vencidos aunque, a diferencia de aquéllos, la de éstos
fue una derrota cruenta.
23 ((Cosas de los ingleses. Crítica situación», La Provincia, 13-4-1918.
24 La Provincia, 16- 1 1 - 19 18.
18 JAVIER PONCE MARRERO
PRENSAG,E RMANOFILIA E INTERESES
Que La Provincia se inscribía dentro del conjunto de perió-dicos
que, defendiendo la neutralidad oficial, eran beligerante-mente
germanófilos, lo prueba cuanto hasta aquí hemos dicho,
junto a la reproducción que el periódico hizo de numerosos
artículos que, provenientes de otros periódicos españoles, apos-taban
decididamente por una postura germanófila; no hay que
decir que los artículos que recogía de periódicos alemanes eran,
como es obvio, proalemanes. No se trata de hacer porcentajes
estériles, pero sí de apuntar la tendencia preponderante de La
Provincia, durante los años de guerra, a reproducir las opinio-nes
de periódicos alemanes, así como artículos firmados y edi-toriales
de los mas claros exponentes de la prensa germanófila
madrileña, como eran el ABC, La Tribuna o El Correo EspañoL..
En cualquier caso sí es necesario decir que tras unos pri-meros
meses de relativa indefinición, es a partir de mayo
An 1 Q l K oi -onr ln Ir, tnnrlnno;~m n r m ~ n 81-f rlnl nn&Ar l ; rn QnQrnro
UL I / I J LUUllUU IU L L I I U L I I b I U 8-1 111UIIVIULI UL1 YbI I V U A b V UrUI -\rb
perfectamente definida.
La inclusión de anuncios oficiales, en idioma alemán, que
el Vice-Consulado germano en Las Palmas dirigía a los súbditos
del Kaiser que en la ciudad residían, así como las noticias va-rias
sobre la comunidad alemana que el periódico publicaba,
nos demuestra que, al menos ocasionalmente, La Provincia fue
utilizado como medio de comunicación al servicio de la colonia
alemana de Las Palmas.
En cuanto a las informaciones sobre la marcha de la guerra,
se publicaban los partes oficiales de todos los beligerantes, pero
en lo referente a las informaciones telegráficas, se reproducían
ampliamente las alemanas provenientes de Nauen y no, por
ejemplo, las de la Agencia Reuter que, desde Gibraltar, eran
enviadas diariamente a Las Palmas desde mayo de 1916". Por
supuesto, en ambos casos era información con fines propagan-
25 F. O. (Foreign Office) 37112836. P.R.O. (Public Record Office, Londres).
F. 0. 3951 17. P.R.O.
S98 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS DURANTE LA GRAN GUERRA 19
dísticos, así que la elección de una u otra fuente significaba
una toma clara de postura.
Por otro lado, las relaciones del periódico con el resto de
los diarios canarios, durante la guerra, estuvieron marcadas por
la afinidad de opiniones con la Gaceta de Tenerife, periódico
también germanófdo, y la denuncia por germanofobia que hacía
a los que, como Diario de Las Palmas o Diario de Tenerife, pro-fesaban
sentimientos aliadófilos, y que eran amplia mayoría.
Como consecuencia de su germanofilia, La Provincia estaba
dentro del grupo de periódicos que, a través de los agentes
consulares, los aliados combatieron por todos los medios, desde
presiones a los que en el periódico se anunciaban para que
retirasen su publicidad, hasta restricciones en el suministro de
papel.
En mayo de 19 1 6, La Provincia, denunciando las ingerencias
extranjeras en Canarias y estas presiones que se ejercían contra
sus anunciantes y suscriptores, se declaraba neutral, y acababa
diciendo,
«...si el ser neutrales, desapasionados y justos; si el obrar
como estimamos más conveniente a nuestra Patria; si el
ensar, sentir, y opinar como españoles, es ser germanó-hos,
entonces ... jah!, entonces, lo declaramos con alborozo;
~ S O ~gOermSa nófilos! ¡Pero germanófilos decididos, puros,
entusiastas, que bendicen su germanofilia si es ejecutoria
de buen español!)) 26.
Poco después, en agosto de 1916, un memorándum inglés
informaba que La Provincia estaba subvencionada por la colo-nia
alemana de Las Palmas, actuando de intermedia-io iesé
Díaz Curbelo -inscrito en la dista negra)) de los aliados por
la hostilidad a su causa-, sobrino de Miguel Curbelo Espino,
quien era referido como uno de los más activos agentes ale-manes
en Las Palmas -particularmente por sus relaciones con
la alemma W n e r v ~ n ~ n y el más peligroso opnente a
la expansión del comercio británico en las islas. El memorán-
26 ((Nuestra neutralidad. iEspañoles, sólarnente españoles! Por única vez»,
Editorial La Puovinciu, 1 1-5- 19 16.
Núm. 38 (1992) 599
20 JAVIER PONCE MARRERO
dum estaba basado en un documento secreto francés que ci-fraba
la subvención de la colonia alemana en 400 pesetas men-sualesZ7.
El resultado fue que el 22 de diciembre de 1916 La
Provincia era añadida a la «lista negra» de personas y entidades
con las que a todos los nacionales y firmas británicas les es-taba
prohibido comerciar, sumándose así al semanario de Las
Palmas El Tradicionalista, de esta ideología política -y por ello
de opinión germanófila más radical aunque mucho más mino-ritaria-,
que había sido incluido en julio del mismo añoz8.
Desde enero de 1918, La Provincia redujo su extensión a la
mitad, presentándose al público con una sola hoja que inten-taba
mantener el mayor volumen de información posible, su-primiendo
la publicidad. La dificultad en conseguir papel era
debida a los intentos que, desde 1917, hacían los ingleses para
,,,+,, -1 o.,:,:,+, A, ,m,, 1
Lultal cl 3 ~ ~ ~ ~ ~UL~ ~t)a1pL3l La I!a upr ensa. germanófi!~ de !as
islas, valiéndose del rígido control que ejercían sobre la nave-gación
y las importacionesz9. Era el precio que hacían pagar a
quien en esta guerra, la de «opiniones», se había alineado junto
a sus enemigos en la guerra real.
Veap,=s lus categ~riass e c i e - e c~~Smi rq,G~es suby2cian en
esta germanofilia de La Provincia, que había provocado tales
reacciones en su contra.
Sobre los intereses que subyacían en la actitud germanófila,
ya hemos apuntado algunos nombres que aparecen vinculados
al periódico y que son reveladores. José Díaz Curbelo y espe-cialmente
Miguel Curbelo Espino eran miembros de una na-ciente
burguesía portuaria que había prosperado gracias al des-pegue
del Puerto de la Luz, y que aspiraba a desmantelar el
predominio británico sobre los servicios del puerto. Este pre-dnminio
t d a su principal competidor en los alemanes; lo cual:
en ocasiones, colocaba a éstos y a parte de esta burguesía en
un frente común que implicó una cierta colaboración. Habría
que recordar que Miguel Curbelo, cuyos negocios estaban pre-
27 F. 0. 395130. P.R.O.
F. O.~ WI Y Y UP. .K.O.
Archivo Histórico; Serie Guerra Europea, Leg. 3008. A.M.A.E. (Archivo
del Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid).
Z9 F. 0. 3951121. P.R.O.
600 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
PRENSA Y GERMANOFILIA EN LAS PALMAS DURANTE LA GRAN GUERRA 21
sentes en muchos de los servicios portuarios, luchaba desde ha-cía
años contra la poderosa alianza carbonera de las firmas
extranjeras, denunciado el monopolio británico y habiendo
establecido relaciones con la Woermann Linie, en su afán por
conseguir depósitos de carbón para su propio aprovisionamiento
en el recinto portuario, aspiración que aún no había logrado
en estos años que corresponden a la Primera Guerra Mundial
Esta lucha socio-económica ya había tenido su reflejo en la
prensa de Las Palmas; en varias ocasiones, al comienzo de la
guerra, La Provincia había condenado duramente los términos
en los que se llevó a cabo la concesión municipal para el abas-tecimiento
de agua de la ciudad a una compañía inglesa, y que
para el periódico significaba el triunfo de los ((protectores de
los ingleses)) en el Ayuntamiento. Esta campaña le llevó, al igual
que otras, a entrar en polémica con el Diario de Las Palmas,
vocero de la política caciquil de Fernando León y Castillo, po-lítica
que ya había entrado en crisis y frente a la cual luchaba
esta burguesía comercial para integrarse en el bloque de poder
y en la élite política local a través de su participación directa
en las instituciones locales. Miguel Curbelo, máximo exponente
de esta burguesía, controlaba ya en estos años una extensa red
de influencias que abarcaba la Cámara de Comercio de la ciu-dad,
de la que era presidente, la Junta de Obras del Puerto,
el Ayuntamiento, et~...~a',d emás de sus negocios portuarios, en-tre
los que sobresalía la consignación de la Compañía Tras-atlántica,
la más importante naviera española con escala en el
Puerto de la Luz, y que antes había estado representada por
la británica Swanston y Ca. Esto había sido un tanto a su favor
frmte 2 !a competencia inglesa y en 1918 sena uno de los más
interesados en la ampliación del puerto, deseoso como estaba
de aprovechar las posibilidades de buenos negocios que ello re-portaría
y que además podría ir en detrimento del dominio eco-nómico
que ejercían los ingleses.
'O F. QUINTANNAA VARRBOa: rcos, negocios y burgueses en el Puerto de
la Luz, 1883-1913», CIES, Las Palmas, 1985.
Fondo Documental Leopoldo Matos, Leg: 5. A.H.P.L.P. (Archivo His-tórico
Provincial de Las Palmas).
Núm 38 (1 992) 60 1
22 JAVIER PONCE MARRERO
Esta posición crítica a la dependencia canana del extranjero
había sido mantenida también por La Provincia en numerosas
ocasiones, y esta dependencia -refiriéndose especialmente a la
británica ((Casa Millen- era la que, a juicio del periódico, había
motivado el alza de los fletes y la ruina de los exportadores
durante la guerra". De la difícil situación creada por la guerra
extraía el periódico la necesidad de un cierto nacionalismo eco-nómico
frente a la «explotación de Canarias por extraños»j3.
Así pues, La Provincia se insertaba, al menos en parte, en
esta dinámica de actitudes de una pequeña burguesía isleña
que, surgida al socaire del desarrollo portuario, luchaba por ma-yores
cotas de poder económico, social y político, aspiraciones
que veían limitadas por el amplio asentamiento económico ex-tranjero
-sobre todo británico- existente en las islas.
La «guerra ~ p ~ i ~ n -ecssn> > y f&&- desatada
durante la Gran Guerra, y la actitud que en ella tomó la pren-sa
de Las Palmas, constituyeron, también, un exponente de esta
pugna socio-económica, y a ella se aplicaron los dos bandos.
32 «La cuestión de los fletes), Editonal La Provincia, 6-7-1915.
j3 ((Grandes lecciones)), Editonal La Provincia, 14-5-1 9 15.
602 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS