LEANDRO FERNANDEZ DE MORATIN Y
AGUSTIN DE BETANCOURT
TESTIMONIODES UNA ENTRARABLE AMISTAD
POR
ANTONIO RUMEU DE ABBIA8
Dentro del ambiente cultural en que se desenvuelve el movi-miento
ilustrado, Leandro Fernández de Moratín fue la figura
más representativa de las letras españolas en el mismo grado
en que Agustín de Betancourt se erigió, por sus propios méritos,
en portavoz de la ciencia y la técnica. El primero conserva aún
hoy inmarcesible prestigio como comediógrafo; el segundo ve
acrecentarse su fama como genio indiscutido en el terreno de la
mecánica y la inventiva.
Moratín y Betancourt fueron contemporáneos en el más es-tricto
sentido de la palabra. Nacen en fecha tan próxima que pue-den
considerarse de la misma edad (el madrileño en 1760; el
tinerfeño en 1758). Se da, además, la circunstancia de que a partir
de 1778, fecha de establecimiento del canario en la corte de las
Españas, conviven por espacio de muitipies años dentro de un
mismo escenario geográfico. Si tenemos ahora en cuenta que la
población de Madrid no rebasaba en la segunda mitad del siglo
XVIII los 140.000 habitantes, comparable a lo que en nuestros días
suma Burgos, puede afirmarse como verdad inconcusa el trato
y eolivcimienio los cva~vllellidees l os diversos estallentos.
Núm 20 (1974) 267
2 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
Cabe añadir, sin embargo, que a estas dos figuras del intelecto
no les unió simplemente una relación circunstancial, sino una
amistad asidua, firme y entrañable.
Demostrarlo es el objetivo de este breve estudio; para cuya
fundamentación hemos de valernos del testimonio de lana de las
partes, Leandro de Moratín, ya que Agustín de Betancourt, como
hombre de ciencia, poco avezado al uso de la pluma, ha dejado
escasos rastros de su existencia, actividades y relacione:^ íntimas.
Leandro Fernández de Moratín además de autor tirarniitico,
poeta, ensayista e historiador de la literatura empleó la pluma en
otras actividades secundarias sin un premeditado propósito de
que pasasen a la posteridad. Nos referimos al Diario y al Episto-
Iario, que son precisamente los más firmes puntales para desen- ;
trañar la amistad y camaradería que le uniera, en los anos mozos,
con el sabio Betancourt. Se impone por esta misma causa una
alusión somera a ambas fuentes de información.
-- m
O
E El Diario de Moratín produce a quien lo lee una profunda ; desilusión. Pues siendo dentro de su brevedad del mayor interés, -
el lector añora lo mucho que pudo revelar de las incidencias de
cada día, como actor principal de los acontecimientos de una épo- a
ca, en lugar de sumirse en la vaguedad de unas notas imprecisas
y hasta incoherentes. El Diario se conserva en manuscrito autó-grafo
en la Biblioteca Nacional de Madrid, bajo la dibrica sor-prendente
de Apuntes of mi father and mines, y está redactado
en una extraña jerga telegráfica, donde se entremezcllan la len-gua
vernácula con el latín, francés e inglés l. Fue pul~licado en d
el siglo XIX por J E. Wartzenbusch, formando parte del tomo
111 de las Obras póstumas 2, y ha sido reeditado, en fecha recien-te,
por René y Mireille Andioc, con eruditas notas y comentarios 3.
1 El manuscrito original del Dtarto se conserva en la Biblioteca Nacional de
Madrid, en la sala correspondiente, signatura 5617
El Dtarto propiamente dicho empieza en la hoja 9 r (a contmuacion dei
manuscrito paterno, donde se registran los Apuntes de don Nicoliis Femández
de Moratín, suspendidos el 4 de mayo de 1780). Se compone de do's partes.
1." Del 11 de mayo de 1780 al mes de diciembre de 1782
2 a Del 7 de abnl de 1792 al mes de marzo de 1808.
2 Madrid, 1867, pág 230
2 r. ,"O,-, ----- u w r w t i i iayu O,&, , I ? A.a-., ,-,.".-,a,. lM"A...A 1 roviiiai &u lovu, rjuirviiai uaacciiia ivi- iu, !9V?
268 A N U A R I O DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
MORAT~N Y BETANCOURT 3
El Diario de Moratín se extiende desde 1780 a 1808. Pero se
han perdido algunos cuadernos, por lo que la continuidad no es
perfecta, observándose una interrupción de una década, entre
1782-1792. Es muy de lamentar, porque a buen seguro añadiría
sabrosos pormenores sobre el trato amistoso con Betancourt
Como contrapartida han aparecido unas hojas sueltas con la in-formación
relativa a su viaje a Francia en los primeros meses
de 1787, actuando como secretario del conde de Cabarnís.
Para que el lector no se vea sorprendido ante esta extraña
fuente, conviene insistir en sus peculiaridades. En primer lugar,
separa las mañanas de las tardes con una raya vertical, obsesio-nado
por ahorrar espacio y tiempo. En cuanto a la jerga lingüís-tica,
se interfieren en las breves líneas, verbos conjugados en
latín (vidi, videre) con infinitivos franceses (manger, sortir) y pa-labras
sueltas franco-inglesas (ici, promenade, chez, night, bro-ther,
etc.).
Leandro Fernández de Moratín fue hombre de vida sosegada
y tranquila, desenvuelta siempre a ritmo lento. Ello le permitió
cohonestar la pura actividad literaria con el culto reverente a la
familia y una manifiesta inclinación por el trato social. Esta pos-tura
ante la vida se tradujo en una intensa relación epistolar.
Los destinatarios de sus misivas fueron todos los hombres im-portantes
de la época. Ahora bien. sólo se han salvado las de
familiares y amigos que, conscientes de la relevante personali-dad
del autor, las conservaron con amoroso celo. A la corres-pondencia
particular se ha venido a sumar la de carácter público,
bien registrada en los depósitos de esta índole. El Epistolario
de Moratín fue publicado por Hartzenbusch en los tomos 11 y 111
de las Obras póstumas, y ha sido reeditado por René Andioc en
data recientísima 4.
En nuestro caso concreto nos interesa destacar la personali-dad
de dos de los destinatarios. La primera es doña Ana Fernán-dez
de Moratín, tía paterna y madrina a un tiempo del insigne
4 Madnd, 1867. Una selección de las cartas se public6 en la tercera década
del siglo xx por la Compañía Iberoamericana de Publicaciones Madrid, S a La
reediciSt. de Ai,d:=c, e:: Fditczu! Cnstu!ia Mudrid, ?E2
4 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
comediógrafo; le llevaba nada más que doce años de ledad, pero
tan corta diferencia no fue obstáculo para un respeto reverencia1
con independencia del cariño y la estimacións. El segundo era
don Juan Antonio Melón, el más dilecto entre los almigos del
literato, siempre leal, lo mismo a la hora del triunfo que en la
adversidad. Fue un erudito extremadamente culto, aunque de es-casa
producción; el cargo más importante que desempeñó fue el
de juez de Imprentas de la corte, puesto al que accedió en 1805
por designación particular del valido Manuel Godoy, príncipe
de la Paz 6.
11. PRIMEROESCO S DE UNA AMISTAD. ESPAROLEESN PAR~S. a
N
E
Como el arribo de Agustín de Betancourt a la capital de Es- : -
paña, pensionado para ampliación de estudios, se data en el otoño
de 1778, hay que sospechar que el primer conocimiento entre los
2 dos ingenios, moviéndose ambos en el estrecho ambiente culto de E
la corte, no debió demorarse muy por encima de ese momento. %
Por estas fechas Leandro Fernández de Moratín había obteni- a
do algunos galardones poéticos, muestra de su precocidlad y anun-
E cio de su brillante porvenir. En cuanto a Betancourt sabemos
que perfeccionaba sus conocimientos de matemáticas y mecánica
n
..--A
-E
5 Estaba casada con el joyero Victonno Galeoti Nació alrededor de 1748
(Moratín afirma en su autobiografía -Obras póstumas, tomo 111, página 302- 2
n
que tenía doce años en 1760). La muerte le sobrevino el 15 de febrero de 1804 n
6 El abate Melón era doctor por la Universidad de Salamanca En 1784 i desempeñaba el cargo de vicerrector del Seminario conciliar de dicha ciudad
El 5 de mayo de 1787, Carlos 111 le encargó la preparación de una colección
de autores latinos. Con tal motivo recorrió Francia - e n París coincidirá con
Moratín-, Inglaterra y Bélgica. Diez años más tarde, la Imprenta Real daba
le. nrtemna n n r . ~ t n r r n+ nmr\r 1e.r nhr-r r nm- l n t a r A n P: rarXr i 1 a r lc. r :nnar~An
O 'O w L u i i i p u > r 2 i r u . v a r r &"l.."su"r , "".u0 r v i i i p r r c u r ur uirrivii. -u u r u i ~ i i u r i v l i
como juez de Imprentas se hizo pública, al erigirse dicho Juzgado, por Real
orden de 11 de abril de 1805 Estuvo en el desempeño de dichc~ cargo hasta
el mes de marzo de 1808 El ejercicio de este delicado puesto le acarreó innú-meros
disgustos, con independencia de la general antipatía. Véase Antonio
Rumeu de Armas: Historra de la censura literaria gubernativa en España. Ma-drid.
1940, págs 105-127
270 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N 7 I C O S
en los Reales Estudios de San Isidro, y que simultáneamente
tomaba clases de dibujo en la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando '.
La primera ocasión en que Moratín deja pública constancia de
su amistad con Betancourt se registra en París en el verano de
1787. Como ambos residen por esta época en la capital de Fran-cia,
conviene especificar previamente los móviles y circunstancias
que les arrastraron al país vecino
Leandro había acrecentado su prestigio como vate. De manera
simultánea se iniciaba su actividad como comediógrafo, pues del
año 1786 data la primera obra dramática, El viejo y la niña, pro-hibida
de momento por la censura eclesiástica. El gracejo de sus
poesías cómicas y satíricas le ganaron la estimación de Jovella-nos,
quien se erigió en su protector. Por este conducto alcanzó
la secretaría del prestigioso político conde de Cabarnís, acompa-ñándole
en su viaje a Francia, por la época que estamos estu-diando,
con objeto de cumplimentar una misión diplomática de
carácter reservado. El contacto con la cultura francesa fue para
el literato del más destacado valor, pues conoció entre otros al
célebre Goldoni -desterrado de Venecia, su patria- que tanto
había de influir en su labor teatral futura. París le deslumbra
además con el espectáculo radiante de la urbe impar, llena de
animación y vida, y le seducen sobre todo los teatros, los clubs
y las tertulias. La estancia le resulta aún más grata por la feliz
coincidencia con su íntimo amigo Juan Antonio Melón8, con
quien recorre incansable monumentos, paseos y calles.
En cuanto a Agustín de Betancourt se hallaba en París desde
1784, pensionado por el gobierno español, realizando provechosos
estudios de mecánica e hidráulica bajo los auspicios del célebre
ingeniero Perronet, director de la Escuela de Puentes y Calzadas
7 Alejandro Cioranescu. Agustín de Betancourt Su obra técnica y científica
La Laguna de Tenerife, 1965, págs 14-17
8 VBase la nota 6 .
9 Manuel Silvela: Vida de Leandro Fernández de Moratin. En la introducción
de las Obras pdstumas, Madrid, 1867, tomo 1, prigs 5-15-Antonio Rumeu de
A---. Agm?iz de Re?mcn?lr?, findndnr de !e Frcm!n de Cnmi?m y Cozdes 'U +..-e
N Ú ~20 (1974) 2n
6 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
La primera alusión a Betancourt se descubre en el Diario, sin
precisión de fecha. Nos enteramos por la cita de que el pensio-nado
tinerfeño había anticipado al escritor una cierta cantidad
para los primeros gastos. El madrileño se apresura a zanjar e1
débito, realizados los oportunos cambios. Por esta razón deja
constancia del pago: «a Betancourt 300; restan 156 pesetas que
di a Kuan» 'O. Se ha supuesto, con fundamento, que Kuan, el se-gundo
acreedor, es Juan Antonio Melón ".
Es hora de presentar a otros isleños, acaso conocicios de atrás,
que van a girar en la órbita presente y futura de Moratín.
En primer lugar hay que hacer referencia al hermano primo-génito
de Agustín, don José de Betancourt y Castro, sobresa-a
liente asimismo en el campo de la investigación científica y de la :.
técnica. Residía en París por la fecha que estudiarnos', realizando
estudios a sus propias expensas. Es de advertir que como legí- {
timo heredero del mayorazgo de Castro, el escritor madrileño lo E
E denominará alguna que otra vez con este apellido 12. Entre Lean- ;
dro y José se estableció una mutua corriente de simpatía, que ;
acabó por cuajar en sincera amistad.
7
El segundo isleño de pro era don Domingo de Iriarte, secre-tario
de la Embaja española en París, regentada entonces por el f
famoso conde de Aranda. Pertenecía a la ilustre estirpe de este
apellido, que había engendrado, entre otros hermanos, a Tomás
y Bernardo, famosos ambos en el mundo de las leiras por las
producciones de su intelecto y por su portentosa erudición. Mora-tín
trabó amistad con el joven diplomático, como tendremos
ocasión de constatar así en esta etapa como en otras posteriores. E 3
Precisamente en una de las epístolas que, con fecha 113 de "
junio, dirige Leandro desde París a su protector don (Gaspar MeP-chor
de Jovellanos se alude indirectamente a la minoría canaria
Nuevos datos blográfzcos, en «Anuario de Estudios Atlánticos~, núm. 13 (año
1967), p6gs 263-264 y 266268. Cioranescu, obra citada, págs. 18-26
10 Véase Apéndice 1, de este mismo trabajo
11 Indice: Diarzo, pág. 73, nota 114.
12 Rumeu. Agustin de Betancourt , antes citado, págs 250-252, 258, 260,
263 y 294-301
272 A N U A R I O DE ESTUDIOS ATLANTICOJ
MORAT~N Y BETANCOURT 7
radicada en Francia. Está haciendo referencia a la actividad inte-lectual
en la corte de España, cuyo eco se dejaba sentir allende
el Pirineo: «Ya veo en las Gacetas los libritos que se publican en
mi lugar, por eso omito preguntar a V. S. en qué se ocupan nues-tros
sabios; espero ver las obras de Iriarte 13; aquí tiene parientes
y paisanos, y por consecuencia apasionados; yo no soy ni parien-te,
ni amigo, ni paisano suyo» 14. La alusión es clara: el pariente
es Domingo; los paisanos, Agustín y José de Betancourt.
Más precisa en alusiones es la carta que Moratín dirige a su
tía Ana el 9 de julio. El objeto es tranquilizarla con respecto a la
vida licenciosa que el sensual literato -muy inclinado al bello
sexo- pudiera llevar en París. Sus palabras resultan convincen-tes:
«Esta ciudad, con todos los medios de corrupción que ofrece,
no me parece que alterará en nada la austeridad de mis princi-pios,
porque lo hago saber a Vuestra merced que no vivo ocioso,
y que aunque me divierto, me instruyo. Todos mis amigos son
gente de mucha estimación, de mucho talento, que no pierden el
tiempo en distracciones perjudiciales, ni hallo otra cosa en su
compañía que la instrucción y el placer, unidos en mi utilidad.
El trato con Betancourt, Veri, Cabarrús, Iberti, Heredia, y otros
de esta clase, lexos de poderme ser dañoso, me honra. Pierda
Vuestra merced ciudado, y crea que no me olvido de las virtudes
que he visto practicar en nuestra familia» 15.
De los personajes mencionados nos son conocidos el conde
de Cabarrús y Agustín de Betancourt En cuanto a los restantes,
resultan fáciles de identificar Tomás de Veri, mallorquín, con-discípulo
del segundo, estaba pensionado por el gobierno español
para el estudio de la hidráulica l6 José Iberti era un ilustre mé-dico,
especialista en enfermedades infantiles, introductor de Mo-ratín
en la morada de Goldoni. Ignacio de Heredia ejercía el
puesto diplomático de segundo secretario de la Embajada l7
13 Se refiere a la Colecctdn de obras en verso y prosa de don Tomás de
Irrarte, cuya impresión se inicia en 1787
14 Andioc Eprstolarro, págs 81-82
15 Apéndtce, 2
16 Rumeu Agustín de Betancourt , pág 263
'7 Andioc Eptstolarzo, págs 89-90
8 ANTONIO RUMEi; DE ARMAS
Leandro de Moratín y Agustín de Betancourt convivieron en
París entre los meses de abril y julio de 1787, Por esta última
fecha, terminada la misión diplomática del conde de Cabarrús, el
financiero y su secretario emprendieron el camino de España, en
cuya capital entraban después de un agotador recorrido, salpi-cado
de largas estadias y retrocesos, en enero de 17813.
Nuestros protagonistas se volverán a encontrar ein Madrid en
el otoño de 1791. La debida concatenación de los sucesos impone
que reseñemos brevemente el rumbo de sus respectivas vidas.
E Entre 1788 y 1791 Moratín había logrado consolitdar su fama
de insigne figura de las letras. La comedia El v i e p y la niña, {-
ligeramente corregida, se representaba en la corte en 1790 con f
notorio éxito. Por otra parte La derrota de los peda,rztes, donosa
y enconada sátira contra los zafios ingenios que por entonces 1
monopolizaban las tablas de la escena, le había dado un gran
prestigio ante los adeptos de la escuela neoclásica. Una tercera B
obra debida a su pluma, La comedia nueva, se esirenalla, con B
E gran éxito, en el teatro del Príncipe de Madrid a principios de
1792. En el siglo XVJII vivir de las letras era utópica ilusión, por
esta circunstancia tuvo el escritor madrileño que mendigar la -
protección de los poderosos. La caída de Cabarrús oscureció de $
momento el panorama. Pero años más tarde la simpatía del
conde de Floridablanca, omnipotente ministro de Carlos IV, y el f
mecenazgo de Manuel Godoy, duque de Alcudia, privado de 2
idéntico monarca, le valieron para acumular unas cuantas pre-bendas.
Ordenado de primera tonsura, en 1789, puede acceder
a un beneficio de Montoro que le produjo rentas para enquistar-se
en un medialiü pasar
Agustín de Betancourt había rematado mientras tanto su
formación científica en Francia, donde le sorprenden los dramá-ticos
sucesos de la Revolución, que él debió contemplar con ex-traña
curiosidad no exenta de cierta secreta simpatía. Pero la
tirmtez de re!acfcmes mtrr umbas mcmarquias, mcxi6 a! g~bier-
274 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N I ICOJ
MORAT~N Y BETANCOURT 9
no español a decretar el retorno a la patria de los pensionados
La salida del sabio desde París se data en agosto de 1791.
Es preciso advertir que en los meses finales de 1788 Betan-court
había sido designado director del Real Gabinete de Máqui-nas,
que se proyectaba erigir en la capital de España en un inme-diato
futuro El plan consistía en reunir en cualquiera de los
edificios de la corte la serie de modelos de máquinas, en parti-cular
hidráulicas, que los pensionados en París habían acometido
con especial dedicación.
Así que arribó a Madrid el sabio tinerfeño se le asignaron
como sueldo 24.000 reales de vellón al año. Con escasa diferencia
de tiempo, los modelos fueron desembalados, habilitándose para
su colocación el viejo palacio del Buen Retiro. En este mismo
edificio estableció Betancourt su propia morada, así como los
laboratorios para proseguir las investigaciones proyectadas.
Hay que advertir que por estas fechas residía también en Ma-drid,
dedicado a sus peculiares estudios, José de Betancourt y
Castro, hermano de nuestro segundo protagonista ls.
Estamos seguros de que la correspondencia epistolar entre los
tres amigos no se interrumpió durante estos años, bien que se
haya perdido por los avatares del tiempo. También el Diario en
sus folios perdidos (años 1782-1792) tuvo que registrar concisa-mente
el feliz encuentro del literato con los inventores en el
otoño de 1791.
Pero así que el Dlarlo vuelve a dar testimonio de la vida ínti-ma
de su autor o de los sucesos de la corte, a partir del 7 de abril
de 1972, las alusiones a las entrevistas con los hermanos Betan-court
son reiteradas.
El 16 de abril Moratín en unión del prestigioso físico-químico
francés Pierre Francois Chabaneau (antiguo profesor del Real
Seminario de iiergara y ahora destacado coiaborador del Real
1s Manuel Silvela. Vida de Leandro Fernández de Moratin En la Introduc-ci6n
de las Obras pdstumas, Madrid, 1867, tomo 1, págs 16-19-Antonio Rumeu
de Armas: Agustín de Betancourt, fundador de la Escuela de Caminos y Canales,
en «Anuario de Estud~os Atlánticos~, núm 13 (año 1967), págs. 263-268 y 298-301.
Núm 20 (1974) 275
10 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
Laboratorio de Química matritense) visita al inventor tinerfeño
en el Buen Retiro. La tarde transcurre por etapas. Primero: chez
Chabanot D. Después: «cum ils, Retiro» Más tarde: «chez Betan-court
». La jornada finaliza achez Chabanot»
El 25 de abril el encuentro tiene como actor a J ~ Ddse~ B etan-court
y Castro. La jornada vespertina se desarrolla en similares
etapas: achez Chabanot; Retiro, cum Castro l9 Botánico; chez
Chabanot D.
Por último, el 28 de abril se repite más o menos el itinerario
acostumbrado: «chez Chabanot; cum ils, Retiro; chez Betan-court;
Calles; chez Chabanot~zo .
a
IV. LA FRANCIARE VOLUCIONARIA Y LA INGLATERRLAIB ERAL.
N
E
CORRESWNDENCIAM ORATINIANA O
n-- m
O
Con escasa diferencia de tiempo, nuestro principal protagonis- E
ta siente por segunda vez la inquietud de viajar, la obsesión de
conocer nuevos horizontes. Experimenta una secreta atracción E
por la Francia revolucionaria, como fenómeno humano digno de $
ser contemplado y vivido. Y piensa, con sobrada razón, que el
conocimiento de la cultura europea, pulsándola en los principales
países, ha de contribuir a su mejor formación como escritor O
, g
Una pensión extraordinaria de 30.000 reales, que le otorga Go- ;
doy para viajar e instruirse, le permite hacer realidad sus anhe- k
los. La partida de Madrid se señala el 6 de mayo de 1792. Le
acompaña en el viaje el fiel amigo Pierre Francois Chabaneau.
Por esta forzada circunstancia la comunicación personal entre 2
Moratín y los hermanos Betancourt se interrumpe El Diario no
volverá a mencionarlos hasta el retorno del viaje, en febrero de
1797, tras cinco años de ausencia Y habrá que acudir al Episto-telarie
puru pulsar e! ecv de 1x12 mxstid msfen~!i.
-..---A
19 Véase la pág 6 de este trabajo y la nota 12 Andioc (Dzarzo, pág 79,
nota 144) propone, desconcertado, la identificación con Rodrigo González de
Castro, secretario de los Reales Estudios de San Isidro
276 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N I I C O S
El conde de Fernfin Núiíez, embajador de España en Francia en la pri-mera
etapa de la Revolución. Por Goya. Madrid: colección Fernán Núñez.
MORATIN Y BETANCOURT 11
El espectáculo de París sumido en la revolución sobrecoge al
escritor, que ve trocarse la curiosidad en miedo, pronto a dege-nerar
en pavor. El arribo a la capital de Francia (25 de julio de
1792) coincide con los últimos estertores de la monarquía consti-tucional,
encarnada por la triste figura de Luis XVI; la deposi-ción
del monarca y el estallido de la furia revolucionaria se avi-zoran
como inminentes Para resguardarse del peligro, el come-diógrafo
coloca en su sombrero la escarapela tricolor. Los pri-meros
días los entretiene en visitar las Tullerías, el Palais Royal,
la Bastilla y la iglesia de Santa Genoveva, incansable en recorrer
calles y rincones.
Reanuda la amistad con Domingo de Iriarte, encargado de
negocios de España durante la ausencia, al parecer definitiva, del
embajador conde de Fernán-Núñez. Las visitas al diplomático
tinerfeño son reiteradas, como si se tratase de una auténtica
evasión
Pronto se da cuenta de que ha llegado en la peor hora, y que
la prudencia aconseja partir rápido para Inglaterra En el Diarzo,
con el laconismo de siempre, recoge las trágicas impresiones del
momento. El 30 de julio puntualiza: «Duhamel, asesinado)) '' El
9 de agosto acude a almorzar a la residencia de Iriarte recibiendo
la consiguiente decepción por la ausencia imprevista del amigo
(achez Iriarte por manger, sed chasco»); por la noche las campa-nas
a rebato anuncian la sublevación de las turbas (mocte, tocsin
sonata, sublevación populb). El 10 de agosto se produce el asalto
de la plebe al palacio de las Tullerías; su fina sensibilidad se alte-ra
ante el espectáculo de la turbamulta ebria de sangre: «Tuille-rias
ataque, massacre esguizari 23, ego pavor./cum Chabonot rue
21 Guardia nacional, asesinado por el populacho al hacer frente a los mar-selleses
que acampaban por las calles de París
a En esta jornada adquirió celebridad el aristócrata y revolucionario espa-ñol
Andrés de Guzmán, el primero en iniciar el volteo de las campanas para
despertar a la población de París Por esta circunstancia fue llamado don
Tocsinosm Hermano suyo fue el conde de Tilly Miguel S Oliver. Los españoles
en la Revolucldn francesa Madrid, 1914, págs 225-281
23 Se refiere a los guardias sutzos, inmolados por su lealtad a las personas
reales
Núm 20 (1974) 277
12 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
San Antonio y Boulevard, tetes in lanzas, pavor; Café». El 82 de
idéntico mes se conduele de la destrucción artística: chez Iriar-te;
vidi habitaziones saqueadas, estatuas de Luis XIV, XV, de-rruidas~
24 .
Se palpaba la catástrofe, y era preciso huir de aquel infierno,
cuanto antes mejor. Los trámites para visar el pasaporte y con-seguir
plaza en la diligencia le entretienen varios días. Al fin el
23 de agosto se alejaba de la capital de Francia rumbo a Calais.
El paso del canal de la Mancha lo verifica en uri pailebot con
«pavor terribilis~.
Inglaterra será para Moratín un auténtico remanso de paz. Se
establece en Londres, y se dedica afanosamente a perfeccionar ,
sus conocimientos del inglés, al mismo tiempo que frecuenta bi- I E
bliotecas, museos, teatros, clubs y tertulias. La permanencia del
escritor en la capital británica va a durar un año (27 de agosto
de 1792/5 de agosto de 1793). O
E
Es preciso descubrir la mano mediadora de Aguistín de Betan-court
en las amistades que más frecuenta. Sin duda Moratín era f
portador de cartas de recomendación para dos paisanos y parien- $
tes del inventor: José de Lugo-Viña y Molina y Juan Cólogan !
Valois. E
O El primero, José de Lugo, hermano menor de Eistanislao (con-sejero
de Indias y futuro director de 10s Reales Estudíos de San
Isidro) era primo por línea materna de Betancourt. Residía en
Londres como agente diplomático al servicio de la embajada de
España. La amistad entre Moratín y Lugo está atestiguada en !
cada una de las páginas del Diario. Las entrevistas en las respec- 2
tivas moradas se señalan con regularidad, así conno los paseos,
comidas en la Oxford Tavern, reuniones en el Club español (club
Hispanus), etc. 25.
Dtarro, págs 84-86 Miguel S Oliver, obra antes atada, págs 9-102
25 Francisco Fernández de Bethencourt- Nobrlrarro de Canarras. J . Régulo,
editor La Laguna de Tenerife, 1952, tomo 1, pág 118 Era hijo de Francisco
Estanislao de Lugo-Viña y Franchi-Alfaro y de María Rosa hdolina y Briones
Según este autor casó en Francia, donde dejó descendencia También asegura
que uaicanzó iuego ia carrera consular y fue más tarde cónsüi geñerai de
278 A N U A R I O DE ESTUDIOS A T L A N i ICOS
MORAfiN Y BETANCOURT 13
El otro amigo, Juan Cólogan, acompañó a Moratín con similar
asiduidad, al mismo tiempo que por sus actividades mercantiles
actuaba cerca del comediógrafo como banquero ~6 El 31 de mayo
de 1793 aparece esta partida anotada en el Diario: «Dióme Cólo-gan
20 libras» n. En una carta a Juan Antonio Melón de 26 de
julio de 1793 puntualiza estos curiosos detalles: «Cólogan me
adelanta aquí diez mil reales, que se pondrán en Madrid a su
disposición en casa de Joyes de orden mía; por de contado, ya
existen los quatro mil que Joyes (supongo que seria él) libró
últimamente, y no he cobrado; añades a estos los otros quatro
que dices en tu carta que pedías a Córdova, y otros dos mil, que
bien te los enviarán de aquí a diciembre, puesto que ha quedado
con Cólogan en que a esa época tendrá pronta en Madrid la citada
cantidad. Puedes embiarle el recibo de Joyes, y tú quedarás con
otro; en fin, ahí te dirán lo que hay que hacer; yo me confundo
quando trato de sumas tan quantiosas, a la testa si comincia
a riscaldare. Cólogan vive en Leycester-Fields, núm. 1 9 ~E~n e~l .
España en París» Está probado su ingreso, en 1804, en la Orden de Carlos 111
Hay que sospechar que por razón de su matrimonio -con ignorada dama-entró
en posesión, en Bagneres, del gran establecimiento Frascatti (M Núiíez
de Arenas La suerte de Goya en Francia, trabajo inserto en el volumen
nL'Espagne, des lumkres au romantismen, París 1963, pág 221) Andioc Diario,
págs 89-103
26 N O ~ ~ I ~deT CI aOna nas, arabado de citar, tomo 1, pág 275 Era hijo del
irlandés Juan Cólogan Blanco (White), natural de Dublfn, y de Margarita Teresa
Valois Geraldín
27 Dzaulo, pág 102
a Joyes era el banquero madrileño donde Moratín consignó las pensiones
de los beneficios eclesiásticos de que disfmtaba, para atender al reembolso de
las letras y cartas de crédito que iba tomando-En otra carta de Moratín
a Melón, escrita en Nápoles tres meses más tarde (29 de octubre), se reiteran
órdenes similares Se lamenta, en primer término, del sorprendente silencio del
amigo Luego añade
«Es lo peor que la última carta que te escnbi desde Londres pedía
respuesta, puesto que en ella te decía que la letra de los úitimos quatro
mil reales se había perdido, que Cólogan me habia adelantado para el
viaje diez mil, y que éstos debían ponerse a su orden en casa de Joyes,
añadiendo seis mil a los quatro mil que unportaba la letra perdida, con lo
qiie se cnmpletaba la suma de los diez mil No he sabido si recibiste esta
Núm 20 (1974) 279
14 ANTONIO RUMEIí DE ARMAS
momento de la partida para seguir viaje por el continente, el
negociante tinerfeño le hizo entrega de una letra por valor de
30.000 reales con objeto de que pudiese ser negociada en ItaliaD.
Este dinero se le agotó, por cierto, estando en Boloiiia, el 12 de
julio de 1794. En el Diano, el escritor ha tenido la curiosidad
de apuntar: «ici commis de Bignani; dedit 180 sterlinas, et cam-biale
de Cólogan finit» 30.
Durante todo este tiempo la correspondencia entre Leandro
Fernández de Moratín y Juan Antonio Melón -lo acabamos de
comprobar- no se interrumpe. Por las respuestas del comedió-grafo
adivinamos las informaciones que le transmite desde Ma-drid
el erudito. La carta escrita en Londres el l de febrero de
1793 hace referencia concreta a Agustín de Betancourt, y de una ,
manera un tanto velada a su hermano José. D
E
Hay que advertir que Agustín había sido recornpensado, a $
principios de 1793, con un aumento de sueldo por el desempeño
de su cargo de director del Real Gabinete de Máiquinas Los E
24.000 reales que hasta entonces percibía se vieron complementa-dos
con otros 20.000 En el acto la noticia fue transmitida por
Melón a Moratín, pormenor que éste acusa en sepida con la 5
natural satisfacción O-m
Véase ahora el expresivo párrafo de la misiva londinense:
«Supongo que los veinte y quatro mil de Betancourt serán ainda
de sus pensiones, porque si no, poco me parece31; dale memo-
-E
a
carta, ni si esto se hizo, si la recibiste, no habrá habido dificultad, pues
los primeros quatro mil ya estaban en poder de Joyes, y debiendo entregar
el de Córdoba ocho mil reales hasta enero de 94, bien podría adelantar $
ahora seis mil » O3
Andioc: Eprstolarzo, págs 156 y 162. Obras pdsturnas, tomo 11, págs 132-137
(cartas XXIII y XXIV) Las alusiones a Cólogan en las págs 132-133 y 134-135
Juan Cólogan transmitió, por su mano, diversas cartas a Moratín, firmando el
sobre con nombre y apellido
29 Andioc: Drarro, pág 116
30 Zbfd, pág 130
31 Cioranescu Agustín de Betancourt , pág 22 Rumeu de Armas Agustfn
de Betancourt , págs 22-23 Hay un error de interpretación de la noticia trans-mitida
por Melón Como se ha visto, el sueldo ascendía a 24 000 reales, el aumen-to
era de 20000, y no a la inversa
280 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
MORATIN Y BETANCOURT 15
rias y al pentaftrtante, y que me respondan a las cartas que les
escribo».
Como en esta época Moratín se dirige conjuntamente a los
hermanos Betancourt, creemos descubrir bajo el cariñoso apodo
de apentafutante~la personalidad de José32.E n cuanto a las mi-sivas
prometidas del comediógrafo y a las respuestas de sus
corresponsales, los inventores, unas y otras se han perdido por
desgracia.
En agosto de 1793 Leandro Fernández de Moratín reemprende
su caminata europea. Por Bélgica, Alemania y Suiza alcanza Ita-lia,
país que le atrae cual ningún otro por el prestigio de las letras
y el arte. Parma, Florencia y Roma son otras tantas escalas en
el incansable trajinar, sediendo siempre de emociones y belleza.
La ciudad de Nápoles, con sus encantos naturales, monumen-tos
y ruinas próximas, le retiene desde el 9 de octubre de 1973
hasta el 5 de marzo de 1794. Se dedica preferentemente al estudio
de las costumbres y el teatro, en un afán continuo por perfec-cionar
los conocimientos 33
La correspondencia con Melón no se interrumpe. Por una
carta del comediógrafo nos enteramos de que la relación episto-lar
con los canarios inventores era asidua. La misiva aludida
está suscrita en Nápoles el 3 de febrero de 1794, yendo rubricada
con el conocido seudónimo de Inarco Celenzo. En las líneas fina-les
reclama información sobre tan entrañables amigos: «Nada
me dices de Castro ni de su hermano; si están ahí, memorias,
y les dirás que recibo puntualmente quantas cartas me es-criben*
%.
Desde Nápoles el escritor vuelve a cruzar la península del
Lacio, ahora de sur a norte, con dirección a Bolonia. La vieja
3 Resulta imposible descifrar la significación de la palabra Apéndtce 4
3 Dtario, págs 106-120
M Apr'nUicc, S
Núm 20 (1974) 281
16 ANTONIO RUMRU DE ARMAS
ciudad universitaria, tan unida a la cultura española por obra del
famoso colegio de San Clemente, le retiene dentro de su tkrminio
desde el 3 de mayo de 1794 hasta el 23 de septiembre. Las reunio-nes
en las aulas de la fundación albornociana con 101s colegiales
son la distracción favorita. Otra vez en camino, en dirección aho-ra
a Venecia, hace escalas en Verona, Vicenza y Padua. La ciudad
de los canales va a ser su morada por espacio de dos meses (octu-bre-
noviembre de 1794) El coliseo de La Fenice, con espléndidas
representaciones de ópera, y los múltiples teatros entretienen
los ocios del escritor. Pero al mismo tiempo trabaja. incansable
devorando copiosas lecturas, como lo revela esta pedantesca con-fesión:
«Has de decir -el destinatario es Melón- que me ilustro
y me oriento y me auroro, y que estudio como un animal, y que
es increíble la utilidad que pueden sacar España y sus Indias de
mis adelantamientos» 35. En diciembre de 1794 se establece por
segunda vez en Bolonia, ciudad, la más propicia para el estudio,
que le retiene hasta marzo de 1795%.
Una nueva epístola de MoratPn a Melón, suscrita en Bolonia
el 18 de enero de 1795, nos testimonia el interés por los amigos
canarios. El último párrafo concluye asi: aitem, dime algo de
los Betancures~37
El recorrido por las principales ciudades de Italia prosigue
incansable. Desde Bolonia se encamina a Turín, en escalas en
Parma y Plasencia. La entrada en la corte de los Saboya la ver&
fica el 23 de abril de 1795. Allí va a permanecer por cortos dias
pero la escala nos interesa porque una de las cartas más sabro-sas
de Inarco Celenio alusivas a Agustín de Betancoilart está fir-mada
en dicha ciudad el 2 de mayo.
Hay que advertir previamente al lector que en el año prece-dente,
1794, y sin mayores concreciones cronológicas, se habían
producido importantes mutaciones en el discurrir de la vida del
ingeniero tinerfeño. Ei gobierno de Carios IV, por meciiacion de
3s Epistolarao, pág 181
3 Diario, págs 120-142
37 Apdndice, 6
a Drario. págs 143-145
ANUARIO DE E S T U D I O S ATL..;NI I C O S
MORAT~N Y BETANCOURT 1'7
la mano omnipotente del valido Godoy, había concedido a Be-tancourt
una pensión en Londres para ampliación de estudios,
y esto había motivado su establecimiento temporal en la Gran
Bretaña 39.
Lo primero que colegimos por la misiva es que Juan Antonio
Melón había informado al comediógrafo del cambio de residen-cia
del amigo canario. Moratín no oculta la sorpresa: ayo igno-raba
que estubiese en Londres.» En el mismo renglón indaga no-ticias
del hermano José. La mención es escueta: «¿y Castro?,
Otro de los párrafos de la carta reviste el mayor interés al
revelar las comunes aficiones de ambos ilustres intelectuales por
la lectura de los más avanzados pensadores del siglo XVIII. Mo-ratín
había depositado en manos de Betancourt curiosas edicio-nes
de Voltaire, Rousseau, el abate de Lille y La Fontaíne con el
compromiso por parte de éste de hacerle entrega similar en Pa-rís,
a travds de su habitual librero. Frustrada la operación de
permuta por los avatares revolucionarios, el comediógrafo re-cuerda
la propiedad de aquellos valiosos ejemplares, tratando de
obtener compensaciones si se ha producido la enajenación de
los mismos. Como el madrileño ignora las señas particulares del
inventor, se vale ahora de la mediación del amigo común.
%Sentiría que Betancourt no se acordase de que queda-mos
en que dexándole yo aquellos libros en Madrid, él da-ría
orden al librero de París para que me entregase los mis-mos,
y me facilitaría el medio de llevarlos a España; como
todo esto ha mudado ya, quisiera recordárselo para quando
vuelva, pues el tiene proporción de traher quantos quiera,
dado el caso que se haya enagenado de los que le dí en
Madrid.,
Puesto a concretar las obras entregadas, Znarco Celenio las
identifica perfectamente
Antonio Rurneu de Armas Agustín de Betancourt, fundador de la Escuela
de Cammos y Canales, en «Anuario de Estudios Atlánticos>, níun 13 (ano 1%7),
páginas 268 v 272-276
ANTONIO RUMEU DE ARMAS
«Los libros son todo el VColtaire]; todo el R[ousseau],
el poema de Los Jardines, del abate de LilIe, y no me acuer-do
bien si entran en esto las fábulas de La Fontaine; todo
en petit format. Si hallas modo de advertirle esto, me harás
favor.»
Moratín había dejado en Londres, en poder de Juan Cólogan,
un paquete de libros para ser recogido en la primera ocasión pro-picia.
La estancia de Betancourt en la capital británica deparó
al comediógrafo la oportunidad esperada:
«Y le dirás también que quando venga pida a Cólogan
unos tres o quatro libros pequeños y un paquete que le dexé
en depósito)) ".
2
CY
Como en la correspondencia de Moratín con Melón no se vuel- {
O ve a hacer alusión a los hermanos Betancourt, las etapas restan- o
tes del viaje por Italia pierden interés para nuestro caso concre- 8
to, pues hemos pretendido tan sólo orientar al lector y enmar- 2
B car cada uno de los testimonios del trato amistoso. -
Para no perder totalmente la ilación de los acontecimientos, 3
digamos, a título de complemento, que entre mayo de 1795 y oc- -
tubre de 1796 (fecha de la salida definitiva de Italia), ir1 escritor
se detuvo más o menos tiempo en las ciudades de Milán, Man- $
tua, Bolonia -tercera estancia-, Florencia, Roma, Florencia, Bo-lonia
-cuarta estancia-, Génova y Niza. 1 a
Leandro Fernández de Moratín embarcó en Villefranche el 18 - de octubre de 1796, ansioso por pisar la tierra patria después de ;
cuatro años de ausencia ininterrumpida B 41. 3
O
VI EL RETORNO A LA PATRIA
DE NUEVO POR LAS FRONDAS DEL BUEN RETIRO
La fragata española «La Venganza» se vio azotada en el Me-diterráneo
por terribles tempestades. Por esta circunstancia el
ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
Don Leandro F'ernánder. de Moratín, en la madurez. Por Goya. Madrid: Museo
de la Academia de Bellas Artes.
MORAT~N Y BETANCOURT 19
viaje se alargó muy por encima de lo previsto, padeciendo pasa-jeros
y tripulantes angustias y sobresaltos sin cuento. Escalas en
San Pietro y Mahón cortan el dramático itinerario Al fin el
ilustre viajero desembarca en Algeciras, sano y salvo, el 17 de
diciembre de 1796. La ciudad de Cádiz, postrer objetivo, la al-canza
por tierra el 22 del mismo mes
El conocimiento de esta activa y floreciente ciudad, de la es-pléndida
y cautivadora Sevilla y de la enigmática Córdoba le en-tretiene
por espacio de un mes largo. Por este cúmulo de cir-cunstancias
la entrada de Moratín en la corte de las Españas se
demora hasta el 5 de febrero de 1797 42.
La primera y grata sorpresa con que se encontró el escritor
fue la designación para la secretaría de la Interpretación de Len-guas,
sueldo llamado a redondear sus parcos ingresos. Vacante
el cargo durante la ausencia, el fiel amigo Melón, sabiendo el
afecto que Godoy sentía por su protegido, dirigióle un memorial
en nombre de éste, pidiéndole la plaza, que desde luego le fue
concedida 43
El lector estará suponiendo que la relación personal con los
Betancoures se reanudó al instante. En efecto, fue en parte así.
Pero antes de entrar en materia es preciso aludir a las mutacio-nes
producidas en la vida de los amigos del comediógrafo
Agustín de Betancourt se hallaba por entonces en Madrid diri-giendo
el Real Gabinete de Máquinas, al quedar interrumpida
la comisión de estudios en Londres (1794-1796) por causa de la
ruptura de hostilidades con Inglaterra, como natural secuela de
la alianza política de España con el Directorio revolucionario de
Francia. La reincorporación del inventor a su anterior destino
debió producirse en el otoño de 179644. En cambio, el hermano
primogénito José de Betancourt y Castro había retornado a la
isla de Tenerife y al Puerto de la Cruz natal. al morir su padre
----
41 Andioc Dtarto, págs 145-171
42 Ibíd, págs 171-178
a Manuel Silvela Vtda de Leandro Fernández de Moratín En la Introduc-ción
a las Obras póstumas Madrid, 1867, tomo 1, págs 20-27
44 Rugeir de Armar A g ~ t í n de Retnnrourt , págs 275-2?6
20 ANTONIO RUMED DE ARMAS
don Agustín, en febrero de 1795; no debe olvidarse que era el
mayorazgo de la casa, llamado a mantener y engrosar el patri-monio
familias 45.
Como acabamos de señalar, Moratín reanuda la vidla cortesa-na
en febrero de 1797. El trato amistoso con Melón, Chabaneau
y Betancourt se reafirma inmediatamente. El día 6 -jornada si-guiente
al arribo- se entrevista con los dos primeros. Como en
aquella misma tarde pasean junto's por los jardines del Buen Re-tiro,
sin hacer mención del tinerfeño, hay que sospechar que
estaría ausente por cualquier motivo 46.
El Dtario registra el 17 de marzo el primer contacto entre el
comediógrafo y el inventor. La mañana de Moratin se desarrolla
a en dos etapas: «Retiro, vidi Betancourt; chez Chabanó». El 21 ::
del mismo mes es el canario quien visita al madrileíio. En las
primeras horas de la mañana Moratín se traslada a «Palacio»,
donde saluda seguramente a su protector el príncipe de la Paz.
E Recuerda a continuación lo sofocante de1 día, y escribe* «chaud» E
2
Por último, añade: «ici Betancourt». =E
El 24 de juIio se comprueba la última entrevista correspon-diente
a esta etapa. El ilustre comediógrafo se levanta como siem-pre
temprano, y pasea por el «Retiro». Después de este solitario
esparcimiento, llama a las puertas de palacio y accede achez Be-tancourt
» 47
n
Acabamos de calificar de últirtza la entrevista reseñada. En
efecto, poco tiempo más tarde Agustín de Betancourt se ausenta
n
por tercera vez de España, para radicarse por espacio de un año ;
largo en París con objeto de perfeccionar el invento del telégrafo $
óptico. La fecha consignada en el Diarto -24 de julio-- tiene va- O
lor biográfico, porque se ignoraba el momento exacto del tras-lado
a Francia revelándonos cuando menos la data post-quem
45 Ibíd , pags 250, nota 8 y 301
46 Andioc Dzano, pág 178
47 Apéndice, 8
4 Rumeu de Armas Agustín de Betancourt , pág 268 En este trabajo
fijamos el arribo a París en mayo de 1797, sirviéndonos de las cuentas de la
Embajada de España en Francia, donde queda claro que la incorporación se
286 A N U A R I O DE E S T U D I O S A1"LANTICO.S
MORATIN Y BETANCOURT 21
Podrá fácilmente colegirse que durante la ausencia de Agustín
de Betancourt en París (verano de 1797 a días postreros de 1798)
el Diario enmudezca por completo sin la más leve alusión a su
persona.
VI1 DE LA FAMA Y LA GLORIA AL OLVIDO Y LA DESGRACIA
El retorno de Agustín de Betancourt a la capital de España
se produce en los meses postreros de 1798. Está probada su pre-sencia
en Madrid el 2 de enero de 179949. Y como en anteriores
ocasiones el trato con Moratín, el fraternal amigo, se reanuda in-mediatamente.
Esta relación no se interrumpirá hasta 1804, si
bien el Diario remata el relato de los sucesos a principios de 1808,
aunque guardando silencio con respecto al objetivo que nos ocu-pa
B.
Parece obligado en este instante reseñar el rumbo de la vida
de nuestros principales actores, para luego identificar a los ami-gos
comunes que vamos a contemplar moviéndose en su con-torno.
Leandro Fernández de Moratín consolida en esta etapa su
prestigio como literato de primera magnitud. Después de haber
renunciado a formar parte de la Junta reformativa de teatros,
y más tarde a la dirección de ellos, se consagra en cuerpo y alma
a la pura actividad literaria, alternando la residencia en Madrid -
con cortas estancias en el retiro campestre de Pastrana, villa de
oriundez de la abuela paterna. Una tras otra van saliendo de su
pluma las más famosas comedias. En primer lugar El barón (do-ce
años antes compuesta para zarzuela). Los estrenos de ambas
obras casi coincidieron en fecha (enero de 1803); pero mientras
la obra lírica obtenía buen éxito, la comedia fracasaba estrepito-sameiIie
Eri 1864 ubita &a.i&ica, La o'Dlie-produjo
después del 30 de abril Con el dato del Dlarlo moratiniano es dable
rectificar la fecha
49 Archivo de Palacio Real Buen Retrro, 1799
Andioc Dtarto, págs 305-375 La última mención en la pág 304 (15 de
m?.-,, A*
. x . u ~ ~ ~ MN)
22 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
ne un señalado éxito. Por último, en 1806 estrena la popular come-dia
El si de las niñas, que le consagra como autor, enalteciendo
su fama. En el campo de la erudición hay que destacar la cono-cida
obra Orígenes del teatro español
Agustín de Betancourt está también por estos años en el mo-mento
mas culminante de su carrera. A la sombra del Real Gabi-nete
de Máquinas surgirá en 1802 la Escuela de Caminos y Cana-les
de la que fue director, desempeñando al mismo tiempo el
cargo de inspector general de Caminos y Canales de España. Al
frente de ambas instituciones desplegó una actividad formidable,
cabiendo apuntar en su haber la renovación de una parte impor-tante
de la red viaria. En los años inmediatos a su retorno de
París, su distracción favorita fue el perfeccionamierito del telé-grafo
óptico, para cuyo montaje se le habilitaron ]importantes
talleres en el Buen Retiro de Madrid52 -
=
En cuanto a los acompañantes y contertulios de los dos inge- f
nios es conveniente que intentemos su identificación. A Juan An- i
tonio Melón, el sobresaliente erudito, ya lo conocemos. Otro de
los asiduos será José Antonio Conde, destacado arabista, quien $
casará con el tiempo con Mariquita, prima de Moratín Un tercer
visitante del Buen Retiro fue Juan Tineo Ramírez, sobrino de f
Jovellanos, oficial de la secretaría de Gracia y Justicia.
o
Resulta imposible identificar, en cambio, a un enigmático per-sonaje
de apellido Viera, que por estos años comparte de intensa i
manera el trato afectivo con Moratín y, por ende, con Betan-court.
Cuando el comediógrafo entra en Cádiz, de regreso de Ita- j
lia, en diciembre de 1796, uno de los primeros amigos en visitarle $
es el misterioso sujeto (en el Diario se lee: aici Viera»). Pasajes
similares se repiten con asiduidad, lo mismo en Ciidiz que en
-<'- Mame! Sike!ü V:da de Lcandro lerndndez de ?.!cra?in E:: I r . Intrcd~c-ción
a las Obras póstumas, Madrid, 1867, tomo 1, págs 27-38
Antonio Rumeu de Armas Agustín de Betancourt, fundador de la Escue-la
de Camznos y Canales Nuevos datos bzográfzcos, en «Anuario de Estudios
Atlánticos», núm 13 (año 1967), págs 265-266 y 268-269-Alejandro Cioranescu.
Agustín de Betancourt Su obra técnzca y clentífzca La Laguna de Tenerife,
!96, p6gr 2M2, 26-30 y 47-93
288 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N I I C O S
Sevilla y sobre todo en Madrid (sin interrupción entre abril de
1798 y enero de 1800)53.
La solución más simplista es la que tienta a René y Mireille
Andioc, eruditos comentaristas del Dzano. Consiste en identificar
a Viera con José de Viera y Clavijo, el ilustre polígrafo tinerfeño,
tan vinculado otrora a la vida literaria y científica de Madrid
(1770-1784). Sin embargo, esta sencilla ecuación quiebra por su
base al estar probada, con cartas y documentos, la permanencia
ininterrumpida del sabio, por los años 1796-1800, en Las Palmas
de Gran Canaria, en cuyo Cabildo catedral ejercía el arcedianato
de Fuerteventura
Otra solución sería identificar al Viera del Diario con el her-mano
del anterior, Nicolás de Viera y Clavijo, canónigo de la
catedral de Canarias desde 1780. Pero al estar demostrada la re-sidencia
fija e ininterrumpida en Las Palmas, hasta el momento
Dzarzo Edicibn de René y Mireille Andioc Madrid, 1967, págs 175-177,
202-203, 206-213, 215-220, 223-224, 226-227 y 230-234
4) Ibid El personaje Viera, amigo de Moratín, está presente en Cádiz en
diciembre de 1796. Le acompaña en la visita a Sevilla en enero de 1797. Una
vez establecido Moratín en Madrid, el Viera desconocido comparece en la corte,
por abril de 1798, y va a mantener una relación asidua con el escritor hasta
enero de 1800. El Copzador de algunas cartas [de Vzera y Clavzjo], tomo 111
(Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife) hace imposible la identificación
de este ilustre escritor con el dilecto amigo de Moratín
Cartas escritas en Las Destlnatario Presencia del otro Dlarlo lpáglnal
Palmas. con su fecha Viera
3-1x46 Marques de Santa Cmz Cádiz. 31.Xll-96 175
(pág 2591
22-Xl-96 Jos6 Vandewalle (p6g Cádiz. 31-Xll-96 175
3 f i l
~osB"~laren(ap ág 2631 Sevilla. 21-1-97.
Tomás Savliión (pag -
25s:
29-VI 1-97 Antonio Gutlerrez (pág - -
3fiRI
18-111-98 ~ i r 4 ; é s de Vlllanueva - 202
del Prado [pág 269)
31-111-98 ..... José Llarena [pág 2671 - -
5-Vlll-98 Marqués de Villanueva Madrid, 28-Vll y 23- 206 y 207
del Prado [pág 2711 Vlll-98
1741-99 Domingo Savlñ6n Madrid, 2741-99 223
8.1800 Jos6 Llarena Madrld, 8-1-800. 233
24 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
de su misma muerte (octubre de 1802), resulta imposible la pro-posición
".
En consecuencia, se impone mantener el enigma
La hora es llegada de bucear entre las páginas del Diarzo
moratiniano.
El 9 de enero de 1799 -recién llegado de París el inventor-el
comediógrafo se dirige «chez Melón». El segundo objetivo es
preciso. «cum il, Retiro, vidi Betancourt)>. El 14 de marzo los pa-seantes
son tres y los contertulios cuatro* «ici Melón, cum il chez
Conde; cum ils, Retiro, vidi Betancourtn El 23 de idéntico mes
entra en acción el enigmático personaje. «ici Viera mangerlcum
il Melon y Conde paseo, Retiro, vidi Betancourt)) a
N
Entre marzo y agosto de 1799 el Diario guarda silencio con
respecto al inventor tinerfeño; seguramente por causa de algún -
viaje de éste en su condición de ingeniero al servicio de la inspec-ción
de Caminos El día 10 del último de los meses citados, Mo-
2 ratín da fe de la jornada: xici Conde mangerlici Melón; cum il -
and Conde, Retiro, vidi Betancourt~. El 7 de diciembre no hay
sensibles variaciones en el registro privado del escritor: «chez -
Melón; cum 11, Retiro, vidi Saint Paul Garden; post chez Be-
E tancourt D.
O
El 28 de febrero de 1800 el inventor tinerfeño sorprende a sus !
amigos con el telégrafo óptzco en pleno funcionamiento. Véase %
con qué escueta prosa se hace eco Moratín del suceso: «cum Me-lón
chez Tineo mangerlcum ils, Retiro, videre Telégrafo, and
Saint Paul Garden, post Botánico)).
3
La jornada del 20 de abril del mismo año reserva otra sor-
"
presa. El sabio y su esposa Ana Jourdain hacen de anfitriones
para sus amigos. «chez Melón; cum 11, Retiro; chez Betancourt
rnangerllardines; promenade»
Los días 15 de julio y el 27 de diciembre, el Dlarro recoge las
acostumbradas visitas, con similar laconismo. «Retiro; chez Be-
55 Agustín Millares Carlo. Ensayo de una bzo-brbliografía de escrztores natil-rales
de las Islas Canarzas (stglos XVI, XVII y XVIII) Madrid, 1932, pág 571
290 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N r I C O S
MORAT~N Y BETANCOURT 25
tancourt»//«chez Melon manger /cum 11, Retiro; chez Betan-courtn.
En cambio, el 29 de diciembre registra una segunda invi-tación:
«chez Melon; cum il Retiro; chez Betancourt manger»
El 9 de febrero de 1801 el encuentro se desarrolla sin incidencias:
«ici Melón; cum il chez Betancourt; Retiro; Saint Paul garden».
Tres años enteros van a discurrir en el Diario (1801-1803) sin
una sola mención del celebérrimo inventor. Como ambos prota-gonistas
residen en Madrid por esas fechas, el sigilo inclina el
ánimo a sospechar un enfriamiento en las relaciones. Las ausen-cias
temporales de ambos -que las hubo; Moratín en Pastrana
y Betancourt por los caminos de España- no justifican la indi-ferencia,
rayana en completo olvido
De repente la relación se anima, por la presencia circunstan-cial
en Madrid de Castro, es decir, de José de Betancourt y Cas-tro.
El primogénito de la estirpe solicita visitar al viejo amigo,
y Agustín le acompaña. El Diario registra el encuentro un 18 de
marzo de 1804: aici Betancurt and fr&re». El acontecimiento re-quiere
comer y charlar juntos; por eso añade. «cum ils coche,
Retiro manger./promenade» 56.
Desde marzo de 1804 hasta mayo de 1807 (momento de la vo-luntaria
y definitiva partida de Betancourt para establecerse en
el extranjero) transcurre otro trienio sumido, a través de las pá-ginas
del Diarzo, en un absoluto mutismo. Todo hace sospechar
que la vieja y entrañable amistad se había eclipsado para siem-pre.
Ni siquiera una despedida, un simple jadiós!
Como remate de estas líneas es preciso aludir al triste sino
de buena parte de la excepcional generación de los ilustrados
españoles
Leandro Fernández de Moratín, arrastrado por los trágicos su-cesos
de 1808 servirá, con la indolencia típica de su temperamen-to,
a la dinastía intrusa de los Bonaparte. Ello le va a atraer la
antipatía de los patriotas, que se traducirá en persecuciones, hos-tilidad
y ostracismo. A última hora se refugiará en Francia, en
-
M Apéndice, 8
a8 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
voluntario exilio, para ver acabar sus días en París en medio de
la soledad más horripilante "
Agustín de Betancourt, zarandeado por los mismos dolorosos
acontecimientos, buscará refugio en Rusia, a la sombra protecto-ra
de los Zares. Su fulgurante carrera tendrá también como re-compensa
el ostracismo, y su vida se apagará en medio de la
estepa gélida, con el corazón tambikn helado 58.
57 Manuel Silvela Vtda de Leandro Fernandez de Moratín En la Introduc-ción
de las Obras póstumas, Madrid, 1867, tomo 1, págs. 39-58.
58 Rumeu de Armas, artículo vanas veces citado, págs 269-272-Cioranescu,
obra citada, págs. 31-35 -Antonio Rumeu de Armas. El zngenzero Agustín de
Betancourt y el zar Alelandro de Rusla, en el diario madrileííol uA B CD, 2 de
abril de 1959
292 A N U A R I O DE ESTUDIOS A T L A N l ICOS
Don Leandro Fernández de Moratín en la senectud. Por Goya.
Coleccibn Silvela.
Don Agustin de Betancourt, vistiendo el uniforme de teniente general del
ejército moscovita. Luce sobre el pecho la venera de la Orden de Santiago.
Grabado ruso anónimo.
APENDICE
París, julio de 1787
A Betancurt 300, restan 156 pesetas que di a Kuan en 6 de Julio".
París, 9 de lulto de 1787
A doña Ana Fernández de Moratín
Mi querida Tía y Señora. ccómo puede Vuesa merced recelar que
sus prudentísimos consejos sean mal recibidos de mí, ni que yo dexe
de agradecerlos, como nacidos del mucho cariño que me tiene? Los he
recibido como un hijo dócil escucha las amonestaciones de su padre,
se convence, y sólo desea que se le proporcione ocasión en que mani-festarle
que han ilustrado su entendimiento y han dirigido su volun-tad.
Esto mismo verá Vuesa merced en mi, porque nada de quanto
me dice en su carta es fuera de propósito, ni injusto ni impracticable
Esta Ciudad, con todos los medios de corrupción que ofrece, no me
parece que alterará en nada la austeridad de mis principios, porque
la hago saber a Vuesa merced que no vivo ocioso, y que aun quando
me divierto, me instruyo Todos mis amigos son gente de mucha es-
9 Leandro Fernández de Moratín Diarzo (mayo de 178amarzo 1808) Edi-ci6n
anotada por René y Mireille Andioc Editorial Castalia. Madrid, 1967, pA-g:
2a 73
28 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
timación, de mucho talento, que no pierden el tiempo en distracciones
perjudiciales, ni hallo otra cosa en su compañía que la instrucción y el
placer, unidos en mi utilidad. El trato con Betancourt, Verí, Cabarrús,
Iberti, Heredia, y otros de esta clase, lexos de poderme ser dañoso,
me honra. Pierda Vuesa merced cuidado, y crea que no me olvido de las
virtudes que he visto practicar en nuestra familia. Me acuerdo bien de
la honradez y el amable candor de mi abuelo, de la moral austera de mi
padre, de las costumbres inculpables de la que mereció ser amiga de
Vuesa merced, y a quien Vuesa merced llamaba, con toda la efusión de
su cariño: mi hermana Isidora. El que viene de buenos es bueno, si no
ha influido algún accidente funesto en su educación La mía ha sido tan
a gusto de todos los míos, que no me acuerdo de haber dado a ninguno
de ellos la menor pesadumbre, y al contrario, siempre he visto en su
aprobación el más lisongero elogio de mi conducta. El mismo soy toda-vía,
y el mismo seré, aunque no esperase otro premio de mis acciones
que el de merecer la estimación de Vuesa merced, a quien la naturaleza
ha quendo dar afectos de madre para conmigo. Viva Vuesa merced tan
dichosa como yo deseo, y mande a su sobrino, &"a O
-
0
Madrid, 16 de abril de 1792 m
E
Chez Chabanot, cum ils, Retiro; chez Betancurt, chez. Chabanot
-E
Madrid, 25 de abril de 1792 a
n
Chez Mahonesa /chez Chabanot, Retiro, cum Castro, Botánico; chez
Chabanot. 3
O
Madnd, 28 de abril de 1792
Chez Castillo y MahonesaJchez Chabanot, cum ils, Retiro; chez Betan-
--.-a. #--ll-- -Le- OI.-L--,.* 61
LUI L , ~ ~ I I C DL,U CL b u a u a 1 1 u L --.
60 Leandro Femández de Moratin. Eprstolario Edici6n por Rene Andioc
Editorial Castalia Madrid, 1973, pág. 89 (carta núm 18)-Leandro Femández
de Moratín. Obras póstumas Madrid 1967, tomo 11, págs 107-108 (carta XIII)
61 Dzadn, p5gs 78-79
294 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N I I C O S
MORATíN Y BETANCOURT
Londres, 1 de febrero de 1793
Acabo de recivir la tuya, no sabes qué rabioso he estado en tanto
tiempo que no me has escrito, supe por Loche, el chico, pocos días ha,
que ni te habías muerto, ni estabas malo, y maldige tus gandumbas y tu
patria El dinero se iba acabando, pero no ha llegado el caso de pedir
nada a nadie, loado sea Dios Y por qué no te ha dado tu primo quatro
mil reales, que debía yo haber recivido aquí en todo Diciembre' Ahí te
embío adjunto un recivo de ocho mil, y dándosele queda él satisfecho,
y deberá entregarte a ti los quatro mil que me embías, por lo qual tc
doy muchas gracias, &a ,Quánto me alegro de lo de M. A 1 pero si el
asueto se concedió en los términos que vlmos por acá, cqué hombre de
honor ha de aceptarle? Una vez que se puede, hazme gusto de verle, y
asegurarle del cariño inalterable que le profeso, dale memorias, y que
vwa rebus secundzs
Y <por qué el Galo62, ya que el Demonio le tienta por ahí no se
llev6 a la misma Pinchette, en su misma mismedad? ,Qué cosas he sabido
de la avichuelai Bien hecho está lo hecho Dale un abrazo, y encárgale
que sea bueno
Pues burla burlando ya estamos en Febrero, y para principios de
Mayo es menester que yo disponga de mi persona, pero ca cuál de las
Hesperias dirigiré mi rápido vuelo' e M a ~ a~utr minor? aquí vacila y se
confunde el Escoliasta, veremos, pero escríbeme a menudo
Supongo que los vente y quatro mzl de Betancourt serán aznda de
sus penszones, porque sz no, poco me parece, dale memorlas, y al penta-futante,
y que me respondan a las cartas que les escrrbo
El Embaxador me adora, por cuyo motivo voy a comer con él de mes
a mes, apoyado en aquello de major e longinquo, &a, que dijo Cornel~o
a Lápide, y con él Natal Cómite, Maluenda y otros Algo he visto en tu
carta, que pudieras omitir sin peligro de tus Beneficios, no obstante.
escríbeme noticias, con aquella sequedad histórica que refiere y no exorna.
por cuyo medio lograrás unir a la veracidad la concisión
Maldita lengua es la de estas gentes, no obstante, traduzco ya como un
girifalte, pero no se trate de hablar ni entender lo que hablaban, porque es
cosa perdida Todos los días voy al Museo Británico a ver librotes y entre
----
62 Seguramente Pierre Francois Chabaileau, varias veces aludido en este
artículo
30 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
semana vamos viendo algunas de las muchas cosas que hay que ver, de las
quales hemos formado una larga lista, y esto producirá a la patria doctí-simas
elucubraciones
Si ves al Mílite, dirásle que me he mudao, y que quando me escriva
añada a mi nombre. Srtand, n 481. Devolverás al Bretón sus gandumbas
y le ofrezerás las mías; memorias a Mr Dimanche y al Cadete, de cuyo
regimiento no he podido hallar noticia en toda la Gran Bretaña
Ya sabrás las últimas novedades de la Galia, aquí, como estamos tan
cerquita, las tenemos al quarto día. Cada vez se cree la gueirra más inevi-table;
no obstante, la paz tiene muchos patronos; acaba de llegar un
nuevo Embaxador de Francia. El día 11 del que viene tenemos Máscara
en el Renelagh; los voletines no cuestan más de dos guíneas, a las quales,
añadiendo otra por el vestido y coche, sale baratísima la hmción, supo-niendo
que no lleves parexa. Digan lo que quieran, para ahorrar dinero no
hay país como la Inglaterra Otra y otra vez te conjuro a que escrivas.
Embíame a decir si has recivido ésta, y agur Hoy, 1." de Febrero (ru- a::
bricado) E
Un beso a la Monja63 de mi parte" O
n -
=m
O
E
E
2
Nápoles, 3 de febrero de 1794
n
He leído tu epístola, la de Cabezas y los papeles adjuntos de prorratas, -2
congruas, fanegas, celemines, protocolos, quinquenios y subsidios, de todo $
lo qual no he entendido una palabra; así que, Señor mío, lo que resuelvo 1
es, que no se trate por ahora (esto es Ministerial. por ahora), que no se
trate por ahora de arrendamiento, pero que trabajes de día y de noche $
en la deshollación de mis carneros, remitiéndome sin dilación los despo- o
jos, en la inteligencia de que, después de la renuncia de Tolón, han pillado
ya un correo; pillarán otros en adelante, y será necesario duplicar las
letras en distintos extraordinarios, y aun las cartas importantes que me
escrivas, para que si algunas se pierden, lleguen otras
63 Se trata de la sobrina de Melón, Luisa Gómez Carabaño, por la que sen-tía
el abate «particular» afección
* Eptstolarzo, págs 149-150 (carta núm 37) Obras póstumas, tomo 11, pá-ginas
128-130 (carta XXI)
296 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
MORATIN Y BETANCOURT 31
Dentro de ocho días estaré en Roma, y allí podrás dirigirme tus cartas,
con dirección a Azara, o si mavis, a Laso, en Bolonia; pero lo primero
será mejor
Te he escrito poco tiempo ha, y habrás visto en ésa a Maldonado, a
quien darás muchas memorias de mi parte, diciéndole que aquel sugeto
con quien baylamos la Tarantela en Chiaia se mudó, y no se sabe su
paradero, que no hay novedad en la Locanda, que estamos preparando
a toda prisa diez y seis mil Napolitanos, y que luego que les acabemos
de coser diez y seis mil pares de calzones (puesto que los que embiamos
dos meses haze a Tolón, allá se quedaron), los haremos marchar para
tomar a Niza, que aunque debió tomarse el día ocho de Septiembre del
aíío pasado, ha parecido mejor remitir su conquista para éste en que
estamos
Vuelvo a encargarte que veas al Mílite y le digas que me responda
a quanto le tengo escrito, it , me comunicarás noticias literarias, y quanto
creas que puede satisfacer mi docta curiosidad, item, dirás al Galo que
me complazco de su paternidad, que estoy persuadido de la pesadez de
sus testículos y por consiguiente, no extraño que jamás me escriva una
letra. No me has dicho si está ahí su padre; supongo que él mismo no
sabrá nada de su hermano Item, debes preguntar a quien lo sepa, si se
tienen noticias del paradero de Gimbernat, pues nada he sabido de él
desde que nos separamos en Londres, el mes de Mayo del año último, y él
es como el Galo, que no escribe a nadie. Dirásme también si Vallejo se
volvió a Suiza, si está todavía, le darás mil expresiones de mi parte,
diciéndole que me acuerdo mucho de lo que reímos y renegamos en nues-tro
breve y desastrado viage desde Lucerna a Belinzona. Item, me has de
decir si está Jovino en Madrid, item, da muchas memorias a M. A. y a
D Domingo. ¿Cómo es que el otro está allende Pyrene? cuéntamelo, y dime
también si se acaba esa execrable persecución
Si ves a mis Tíos, les darás memorias, diciéndoles que he escrito pocos
días haze a entrambas casas, y que no he recibido más cartas suyas que
una de mi Tío Miguel, que me embió por Lugano
Ayer representaron El Combzdado de pzedra. ¡Qué scena tan cómica
la de Don Juan Tenorio en el infierno, rodeado de camas y cadenas y pin-c
h o ~y garabatos y diablos narigudos con sus rabicos y sus cuernos, pre-guntando
el infeliz quándo tendrán fin aquellos acerbos tormentos, y
respondiéndole en voz lúgubre el coro diab61i-o malj mni, rnm Hoy dehian
representar El Mzsántropo, de Molikre; pero habiendo resuelto S. M Sici-liana
asistir esta noche al espectáculo, ha mandado representar el Federico,
de Comella
Mañana iré a ver el terrible Aqueronte, el promontorio de Myseno, el
puerto de Bayas, el sepulcro de Agripina y los Campos Elisios, con lo que
me despediré de este hermoso país No ocurre masi priñlo h~eny, ruega.
Núm 20 (1974) 297
32 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
a su divina Magestad y a San Blas (hoy, en su santo y bendilo día), como
yo lo hago, que nos dé su gracia y nos libre de una mala voluntad y un tes-tigo
falso, y libre a Montoro y Oviedo de invasiones enemigas,, y a ti te ilu-mine
y te dé más devoción de la que tienes, juntamente con la elasticidad
lumbar que ya te falta; todo a mayor honrra y gloria suya y para edifi-cación
nuestra. Me recomiendo a la buena gracia de la Monja, y saludo
al Cadete, Dimanche, Doctor, Director, &". Nada me dzces de Castro ni de
su hermano; si están ahí, memorias, y les dzrás que reczbo puntualmente
quantas cartas me escrzben. Nápoles, tres de Febrero de 94.
Inarco Celenio Poeta Arcade * (rubrzcado)
* Si quieres obtener igual honor, embíame tres duros65
Bolonia, 18 de enero de 1795
Me decías, en una carta de 13 de octubre, que tenías en tu poder 6.000
reales de Córdoba, y que esperarías unos días a ver si ese hombre de
Oviedo quiere dar lo que debe. Supongamos que lo ha dado,: júntalo con
lo de Córdoba, y aun a esta partida podría añadirse algo desde Octubre
acá, en suma, lo que te pido es, que a la primera remesa arrebañes con
quanto puedas y lo embíes quanto antes, buscando, si es posible, un
medio menos cruel en el cambio
Mi plan ya está hecho si no se haze la paz en estos dos meses, no
pienso en volver; pero sucederá infaliblemente que los Franc'eses entrarán
en Italia; y si entran, toda es suya, si la quieren toda Entrados que sean
sus mercedes, es menester que yo me salga, no puedo ver horrores,
y aquí los habrá mui espantososb los Birriquines de Bolonia, los trans-teverinos
Romanos, los Lazarones de Nápoles, en una palabna, la inmensa
plebe, abatida, desnuda, malvada, de las capitales (más temible que todos
los exércitos enemigos), no aguarda más que la señal del saqueo y la
matanza. Digo pues, que apenas los mencionados Republicanos lleguen
a entrar, me marcharé a Suiza, país el más seguro que yo conozco en
estas circunstancias; tendré en dinero unos 20.000 reales; y si pudiese
juntar, con lo que me embíes, 30.000 a lo menos, podría entonces vivir
dos o tres años cómodamente en una tierra barata y sobria. Al cabo de
65 Epistolavto, págs 167-169 (carta núm 45)
298 A N U A R I O DE ESTUDIOS A T L A R T I C O S
este tiempo, o la paz se ha hecho, o estoy casado con una nca labradora
de Zurich, mui tetuda, mui blanca, mui sencillota, de la qual tendré nume-rosa
y masculina sucesión, o habré procurado otros medios de subsistir
Este es mi plan, y a este fin te encargo la recaudación de esos marave-dises,
porque sin ellos no hacemos nada; y más quiero que me guillotinen
siete veces, que vivir infeliz Por lo demás, creo que, durando la guerra,
no dexará de ser preferible vivir a orillas del Lago Mayor o el de Cons-tanza
que a las de mi patno río, y aun el mismo Marchiren no dudaría
en la elección
Días pasados te embié un poder para administrar los Beneficios de
un sobrino de Floridablanca, en cuya casa estoy; avísanos si le has reci-bido;
y en quanto a encargarte de ello o ceder el poder a otro, harás lo
que quieras. No he recibido carta ninguna de Bernabeu; dile, o escríbele,
que embié las Pascas en verso al atavis, que ignoro si habrán llegado
a sus manos, y esto le dará una ocasión de verle y hablarle, si quiere
Dentro de un mes haré un viaje por Toscana, y volveré a Roma a pasar
la Quaresma; pero siempre dirigirás tus cartas aquí, como por lo anterior
No te olvides del encargo de Beneficiis, y avisar a S. Ex' si hubiese
algo bueno.
Como bien, estoy gordo, no hago nada, y me alimento con memonas
de Venezia. Condado, según parece, está en Roma. Aquí, como estamos
pared en medio del alto Apenino, tenemos vara y media de nieve en las
calles, lo qual dicen que es excelente para conservar la frescura de la tez
No hay theatros ni diversión ninguna, cosa más silenciosa y triste y mo-nástica
no puede verse. Memorias al Galo y a todos: ítem, dime algo de
los Betancures; da memorias a Damon, si le ves A Dios. 18 de Enero de
95 Escrive presto&
Turín, 2 de mayo de 'i795
Siento mucho la mala nueva que me das, relativa al pagamento de las
medias anatas, págalas, con quatrocientos de a caballo, y haz que ese
obispo afloxe el dinero o la mitra; que no faltará quien la tome y me
pague con más puntualidad, y mira si hay algún texto en el Paralipdmenon
contra los obispos tramposos, y encájasele
66 Ibíd, págs 184-185 (carta núm 53) Obras póstumas, tomo 11, páginas
!&!S !c.rt-. XXXV)
34 ANTONIO RUMEU DE ARMAS
Siento también que esa avarienta y sórdida canalla ande imprimiendo
mis cosas en papel de estraza, añadiendo nuevas faltas a las mías, y qui-tándome
el crédito y el dinero No se puede imprimir m8s que (el D" Roque
y el Café; pero es menester corregir la pnmera, hacer la lámina, y sobre
todo, que yo esté encima, para que, si se yerra, tenga yo solo la culpa,
es un cargo mui fastidioso para qualquiera otro, y nunca queda a gusto
del interesado, por bien que se haga
Sentiría que Betancourt no se acordase de que quedamos en que, dexán-dole
yo aquellos lzbros en Madrid, él daría orden al Llbrero de París para
que me entregase los mzsmos, y me facilztaria el medio de llevarlos a Es-paña;
como todo esto ha mudado ya, quisiera recordárselo para quando
vuelva, pues él tiene proporczón de traher quantos quiera, dado caso que
se haya enagenado de los que le dz en Madrid. Los libros son todo el V ,
todo el R., el Poema de los Jardines, del abate de Lille, y no me acuerdo
bien si entran en esto las fábulas de la Fontaine, todo en petli format. Si
hallas modo de advertirle de esto, me harás favor Y le dirás también ?- E que quando se venga pzda a Cólogan unos tres o quatro libros pequeños E
y un paquete que le dexe en depósrto. Yo ignoraba que estubiese en Lon-dres,
cY Castro? Dime también, si sabes, el paradero de Gimbernat, pues
desde que le dexé en Inglaterra, no he vuelto a saber, ni menos si existe E
E Yo lo paso lo mejor que puedo; procuro holgarme y no hacer riada, y obre 2
E Dios. Así que cesaron las lluvias, nieves y ventiscas, que me han tenido ;
encerrado en Bolonia quatro meses, hice lo que hace todo Héroe de Poe- $
ma: abandonar las delicias que enervan el ánimo, y seguir con esfuerzo ;
inaudito la senda de la gloria, después de haberse hartado hasta los
hozicos de refregamientos y cosquillas Dexé, en efecto, los brazos de
Circe, y me fui a Génova, allí he estado unos veinte días, he venido a Tu- :
rín, y dentro de poco volveré a ver a Milán, que me gusta mucho; después,
¿qué sé yo adónde iré7 y esta incertidumbre me anuncia a cada paso la %
libertad que gozo ¡Triste del que sabe lo que debe hazer mañana, y lo
que hará dentro de un mes y dentro de un año1 2
n
n Tú escribirás siempre a Bolonia, como hasta aquí, y si fuese posible %
que después de pagar a todos esos diablos te quedase algún dinero, no 2
me lo embiarás hasta que yo te diga, pero me avisarás quando lo tengas
Bernabeu no me escribe jamás, o por mejor decir, nadie me escribe
sino tú, que eres hombre de bien, y mi Tío Días pasados escribí a mi
Tia Isabel acerca de la Antonia. no quisiera que se me hubiese ido la
burra; no hay hombre de genio más blando que yo, ni de pluma más
dura; pero creo haberla escrito en términos que, si trata bien a su alnada,
mi sermón viene de perlas, y si la trata mal, lo mismo El tema del ser-m6n
era que la traten bien y la casen pronto
El Emperador ha embiado un comisionado a Basilea; la guerra se
hace aqui con mucha lentitud, n pnr mejnr decir, nada se ha hecho en
m ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N I I C O S
MORAT~N Y BETANCOURT 36
este año todavía todos hablan de paz, menos los Emigrantes, a quien
Dios maldiga y confunda
No ocurre otra cosa; da memonas a Paquito, pásalo bien, modera
los juveniles ímpetus, come a tus horas, reza a tus horas, no leas, ni
escrivas, ni hagas nada, no te enfades por nada, y vivirás feliz. A Dios
Dada en Turín, hoy, dos de Mayo, a las 10 de la noche, en un quarto inti-tulado
Firenze, en la posada de ,La bonne femme
Inarco Celenio,
Poeta Arcade y férvido67
Madrtd, 17 de marzo de 1792
Retiro, vidi Betancurt, chez Chabanó /casa nova, Calles, chez Virio
Madrtd, 21 de plio de 1797
Palacio, chaud, ici Betanctwt lici Melón y Virio, cum Melón, prome-nade,
chez Vino
Madrtd, 24 de ltdto de 1797
Retiro, chez Betancurt, ici Michaelitus cum notizia ex nupciae tripli-caesW/
Fontana, promenade
Madrtd, 9 de enero de 1799
Calles /chez Melón, cum 11, Retiro, vidi Betancurt, chez Manolita ex
andróminas, chez tía Anita
Scola Pia, chocolate, Calles./ici Melón; curn 11 chez Conde, cum lis,
Retiro, vidi Betancourf, chez tía Anita
--
67 EplstoIarto, págs 189-191 (carta núm 56) Obras póstumas, tomo 11, pági-nas
ióí-ió3 (carta XXYv'Iij
ANTONIO RUMEU DE ARMAS
Madrid, 23 de marzo de 1799
Calles, ici Viera manger /cum 11, Melón y Conde paseo, Retiro. vidi
Betancourt; chez tía Anita
Madrid, 10 de agosto de 1799
Chez Conde, ici Doña Manuela, Michaelitus and Manolito, baño, ici
Conde manger./ici Melón; cum 11 and Conde, Retiro, vidj Betancurt;
Botánico.
Madrid, 7 de diciembre de 1799
a
Calles /chez Melón, cum 11, Retiro, vidi Saint Paul Garderi, post, chez E
Betancurt, Calles O -
Madrid, 28 de febrero de 1800
E
Calles; cum Melón chez Tineo manger./cum ils, Retiro, videre Telé- $
grafo, and Saint Paul Garden, post, Botánico; Fontana; Conde ici
-
0
m
E
Madrid, 20 de abril de 1800 O
n
Chez Melón; cum 11, Retiro; chez Betancourt manger /jardines; pre
menade, Calles; chez tía Anita a
n -
Madrid, 15 de ~ u l i od e 1800 3
O
Retiro, chez Betancourt, ici Pérez manger./ici Cabezas, nouvelle ex
exoneración de corrección de theatros, 637 promenade; cum meretricula
Rafaelita scherzi
Madrid, 27 de diczembre de 1800
Calles; chez Melón manger /cum 11, Retiro; chez Betancourt, Scola
Pia, vidi Padre Juan; chez Conde
302 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N 7 I C O S
MoRAT~N Y BETANCOURT
Chez Melón; cum 11, Retiro, chez Befancourt manger /Comedia; chez
Conde.
Madrrd, 9 de febrero de 1801
Calles /ici Melón, cum 11 chez Betoncourt, Retiro, Saint Paul garden,
chez Conde
Madrtd, 15 de marzo de 1804
Calles; ici Betancurt and Frere, cum ils, coche, Retiro manger./pro-menade;
Calles, chez Conde@
----
M Dlarm, págs 181, 187, 214, 217-218, 225, 231, 236, 238, 242, 250, 252 y 304
A - ~ I I 20 (1974) 303