T a b o n a
NOTAS LINGÜISTICAS
por JUAN ALVAREZ DELGADO
Leyendo los cronistas de Oarvarias se saca la impresión de que la ,pa-liabra
tabana "cuchillo, pedernal" es exclusiva del haibla de Tenerife.
No la he podido encontrar en Torriani ni en Antonio de Viana, pero
la comsigna el Padre Espinosia (Historia del origen y milagros do
N. S. de Candelaria que apareado en la Isla de Tenerife, con la descripción
de esta Isla—Sevilla, 1594—ed. de la Bibl. Isleña, Sta. Cruz de
Tenerife, 1848, lib. I, cap. 69, pg. 11, y lib. II, cap. 35, ,pg. 24) con estas
paliabras: "la maiiera de curarse era sangrándose de los brazos, cabeza
o frente, con una Tahona o pedernal", y "tomó una tahona; ques una
piedira prieta y lisa como azaibache, que herida una con otra se hace en
rajas, y quedia con filo como navaja, con que sangran y tsajain".
Aibreu Galindo en su Historia (lib. 39, caip. 11, pg. 217) copia casi a la
letra este último pasaje de Espinosa: "Aprovechábanse para cortar de
unas piedras negras como pedernal, que dando una piedra con otra sa
hacía rajas, y con estas rajas cortaban y «ajaban y desollaban. A ésta® Ua-malban
tahonas".
Alvarez Rixo en su Catálogo de voces indígenas canarias (El Museo
Canario, Las Palmas, Ms. ooipia de Millares, 1880, Sign. I. F. 18,
fol. 26 v) recoge la forma tahona "pedernal", como proipia del habla de
Tenerife, sin incluirla en las otras islas. Y en el folio 10 v. para fundamentar
su teoría de aproximación lingüística con cananeos y orientales dice:
"Tahonas Uamalban loa guanches a las piedras duras y cortantes que
arrojaibam a «tis enemigas y de lasi cuales se servían en togar de cu<dii-
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lias. Taboni nombraiban los Persas a sus tiradores de piedras u homde-
TOS".
Pero si estos escritores atribuyen el término sólo a 'la isla de Tenerife,
otros la g-eneralizan a otras islas del archipiélai^o.
Así el Dr. Chil y Naranjo la atribuye a Gran Canaria (Estudios, tomo
I, pg. 550): tahona "raja de perdernal para sajaír", tomándola de Marín
y Cubas; y al Hierro (Estudios, tomo 11, pg. 147), «abona, "pdiedim
para cortar", fundado en Urtusáuistegui. También el Padre Sosa en su
Topografía de la Isla dr Gran Canaria (lib. 32, cap. 2S', ¡pg. 205 de la
edición de la Biblioteca Canaria, Sta. Cruz de Tenerife, 1943), dice ha-bland^
o de Gran Camaria: "y aun basta hoy en algunas aldehuela® remotas
y lugardllos pobres de estas islas, usan de algunas .puintas de pedernal,
tan isiutiles que sirven de sauígrar y sajiar sus moradores, y las llaman
tabanas".
Fiero estos testimonios parecen una generalización de la voz tinerfe-ña,
no sólo por la mayor modemi'dlad de estas fuentes, respecto de Espinosa
y Aibreu Galludo, sino por la forma general y no concreta a Gran
Camaria, emipleada por el Padre Sosia.
No obstante, la palabra, o al menos su raíz, pudo ^ser general a todo el
archipiélaigo, o al menos a vairias islaa.
En los pasajes trascritos se ve una vacilación de los autores respecto
del valloT preciso de la palabra entre "pedernal" y "cuflhillo". Efectivamente,
«n Tenerife se usó hasita nuestra época la voz tabana para designar
la clase de piedila: obMdiana, de que hacían los indígenas su® instrumentos
cortantes, que en giran camtidiad se hallan en los yacimientos ar-queolAgicos
que expüoramos actualmente.
Vlena en «u Diccionraio de Historia natural, (cd. de Sta. Cruz pe
Tenerife, 1942, tomo 11, pg. 221), dice que en las faldas del Teide entre
otras ¿lases de rocas hay "las tabanas especie de piedra obsidianal, de
que los antíignos guanches fabricaban todos sus instrumentos cortantes";
texto donde se ve conserviado el sentidlo preciso de "piedira" para la for-^
ma tahona.
Pero es muy lAglco que la palaibra tuviera dlentro del halbla guanchi-nesca
una evoludón semántica significando primero y fundamentalmente
"piedra, pedernal, ti obsidiana", y luego por evolución que lleva la voz
de su «entid» etimológioo a su sentido práctico, pasaria a significar con
precisión "cuchillo o Instruanento cortante de obsidiana". Fenómeno igual
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ha ocurrido en otras lenguas, por ejemplo, en vascuence aitzcolari "cortador
de leña", está compuesito de aitz "piedra, hacha", con igual evolución
que la tabona guanche. Otro ejemplo, el ant. alemán sahs "cuchillo",
tiene la misma raíz del latín saxum "pdedrai".
Leonardo Torriani, como indiqué ant«a, no recoge la voz tabona, pero,
en caambio, (ed. del Dr. Wólfel, ,pg. 118, folio 37 r.) halblando de las armas
empleadas por los indígenas de Gran Caniaria, dice que una era(
"aquellas piedras sutiles (o cortantes) llamadas Tavas, con que ellos cor-taiban
y 'se samgraiban" (quelle pietre sottüi chiamatc Tauas con che
eglino tagliauano et si salassauano).
lia, coincidencia de esta forma de Torriani tavas o tabas, con la forma
tinerfeña tabona, no solamente ise desprende de la misma expresión de
Toirriani tan isemejante a la del Padre Espinosa, sino también del pasaje
oorreapondiente que Abreu (Jalindo (lib. 29, cap 22, pg. 105, ed. de Santa
Cruz de Tenerife, 1942) trae en sai citada Historia, derivado sin duda
posible de la fuente de Torriani, en el que refiriéndose a la» tavas, palabra
que mo emplea ni cita aquí, las llama "rajas dfe pedernal muy agudas".
Aunque ello sea iposible, no es necesario admitir imprescindiblemente
que tavas en Torriani fuera una grafía en abreviatura o mal trascrita
del tabona de la fuente primitiva, porque ambas forma» pueden ser variantes
diailectaJes insulares del mismo radical indígena.
Pero sin género de duda tenemos oompirobado que tavas y tabanas encerraban
un sentido primario de "piedra, u obsidiana", y luego el sentidlo
de "cuchillo (de pediemal)".
En unas notas que publicamos en Revista de Historia, núm. 63, pg. 244,
oibservamos que Taburco en Teño de Tenerife, y Taburiente, en La Pai-ba,
relacionados entre sí, encerraiban el sentido de "cabezo, cerro, loma"
(1). Supongo que al miismo radical habrá que agregar Tábor y Ta-
(1) Aunque en Miscelánea Guanche dimos a Taburiente como ise
dice hoy, o Taburienta, como escribe Abreu Galindo, el íSentido de "llano",
apoyados en este escritor, rectificamos esa apreciación en el estudio de
Revista de Historia sobre "Los Llanos de Airidane". Porque, efectivamente,
aunque Abreu GaJúido (Historia, citada, pg. 207) dice que en la CW-deíra
no hay más qoie un llano de 24 aranzadas de tierra, "qae los amti-guos
llamaban taburienta, que quiere decir llano", los pasajes recogidk>s
en Revista de Historia demuestran sin duda alguna el verdadero término
para "llano" = Airidane, entre los indígena». Por otra parte todo el citia-
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bomo en Tenerife, Taborda en Canaria, Aiabara en La Palma, Tababayo
en Puerteventura, Tabw¡/esco en Lanzarote, Tábano y Tabubenta en El
Hlierro, todos ello» topónimos que designan ipor lo generaj montañas »
zonais rocosas. Y pens^nmos que todos ellos arrancan de taba "peñasco".
Pero lo llamativo de esta raíz guancbe, plenamente documentada en
au forma y en su sentido por tavas I tabonas, es su presencia en lenguas
muy alejadlas de Oanairias.
P. Kretschoner ha recogido en Glotia, XXI, 1932, pg. 86, la forma
xoL^a "peñaaoo", y los topónimos de Asia menor y Rodas 'A-caPúpov,
'ÁTaPúpiüiv, 'ÁTáPupi;, a los que se da origen anatodio, conoretamenite
cario, y se relacionan con el georgiano tavi "caibeao, cuimlbre", según
Trombetti en Elementi di Glottologia, pg. 115; y según muchos autores
también lae formas latinas tebae y tifata (dialectal por tibata) reoogfidas
en el Dictionaire étymologique de Elrnout-Meillet, aunque Hrozny no admita
{Kretas und Vergriechenlands Inschriflcn, Praga, 1943), el paren-tesioo
del niomhire griego Tebas, que él explica por otro camino, con el citado
latino-salbino teba "colina", y con el cario taba "roca". Pero obsérvese
que «1 propio Hroany piensa en un parentesco de esa voz con foírmaa
como tlabarv^ y labias, que significan "hacha", es decir, el sentido secundario
die tahona, por lo que vuelve al mismo camino.
En comciliusdón: tabana nos parece una forma lingüísticamente clara,
a Ibaise de los datos expuestos.
Sobre un radical primario taba cuyo sentido originario es "piedra, peñasco",
tabana, que habrá que decomponer (aunque ignoremos por ahora
el valor preciso del smfijo que aparece en Airona frente a Arafo, Aca-rona
frente a Acara, Mascona frente a Masca, etc.) en tab + ana, designa
una piedra especial: "obsidiana", y un uso práctico de la misma: "cuchillo".
Y a ibase de «isoís mismos sentidos, presentes en las formas anaitolias
taba "peña, peñasco" y Ataburion "lugar en peñasco o cabezo", se explicarán
los topónimos tinerfeños Taburco = tabur -f co "lomada o cabezo"
en Teño, y Taburiente = tabur -f iente "pairte llana de un cabezo o
cerro", y los demás de otras islas antes citadas.
do pasaje die Abreu se refiere a la CaMera, en él que habla de "riscois y
laderas que bajan en forma de oerroe", y efectivamente, frente el paco
de Idafe, hay en el interior un cabezo con una corta llanada, que el mapa
oficial dfel Cabildo IiiSTilar desiignia con el nombre Taburiente.
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ADICIÓN
Las necesidiades de ajuste de oriíginales ihicieron que en el número 69
de Revista de Historia no entrara esta nota sobre Tahona, como en un
principio habíamos pensado. En él, en cambio, tuvo ciabida la reseña bibliográfica
redactada después, soibre un estudio de A. Tovar, en que se aludió
a esta voz. Por ello consideramos necesario hablar ¿el problema allí apuntado
«obre Erbania y sus posibles relaciones con esta voz g'uanOhe y el
radical BNS, aunque sea ooomo apostilla.
Erbanne o Erbania y Fuerteventura
No conocemoa el pasaje de G. Marcy, citado por A. Tovar, en sus
Papeletas de Epigrafía Ubica, sino por una autocita del mismo Marcy
en Notes linguistiques autour du Périple d'Hannon (insertas en "Hes-péris",
1935, 12-32 trim., pg. 53, núm. 3), en que aludiendo al radical líbico
bani, dice "arbani ( = l e lieu de la muraille) nom ancien de File de
Fortaventure, jadis divisée en deux parties par une grande muraille de
pierres sédhes, destinée a séparer les teriritoires de deux tribus indigé-nes.
(Sur ftani = "muraiille", en ancien libyque, cf. G. Marcy : Inscript.
lib.)" Y no creemos que aquella obra tenga más referencias sobre la forma
canaria, que las contenidas en el texto trascrito.
Las d t a s más antiguas de nombres de í'uerteventura que dan nuestros
cronistas, aparte las clásicas, son Erbanne, Mahoh y Fuerteventura.
El de Fuerteventura o sus variantes Fortaventure, Forte aventura,
Fortventura... y hasta Fortuita, es el nombre que coBtinuaron aplicando
a las islas atlánticas los portulanos y cartas náuticas medievaies, y
por el cual se tradujo y perpetuó el clásico latino: Afortunadas. En efecto,
aquellos mapas y textos siguen consignando las Islas Fortunadas, Islas
de Fortuna, etc., y cuando los desouibrimientos empiezan a concretar
los oonociniientos antes oscuros, y ya se -nomibran con su» nombres actuales
las islas Canarias, como en el mapa de los Pizzigani, o el <mapa
Catalán de 1377 (pgs. 180 y 644 del Congrcsso do Mundo Portugués,
vol. III, tomo 19 — Lisboa 1940), junto a las islas nuevamente reconocidas,
entre ellas nuestra Forteventura, van corriendo más a occidente islas
míticas, entre las cuáles están "Ventura" (la antigua Fortunada), la
isla de "Comgli" = "los conejos" (¿ tendrá aliguna relación con el niom-
L • • ""..iiúirHi.
Santa Cm; da renerifg | 207
bre conejeros dado a los lanizaroteños?), la isia de '•Bralil" (que luegio
dio nombre a la nacían &uirani«rica.na), la isla Anlilia, trasportado a las
Antillas cuando la conquisita americana, etc.
Se ve, ipues, que Fuertcvenlura, equivalente a "Gran Foirtunada", es
nombre forastero impuiesto por los cartógrafos y navegantes, en el cual
ai matiz priimtivo de la voz clásica fortunada "feliz, venturosa, dichos
sa", ha sustituido el matiz más moderno de "aventura, snierte, casualidad".
(Véase en Las "Islas Afortunadas" en Plinto: Revista de Historia,
núm. 69, la (referencia de Plutarco con el sentido aaitiguo).
El nombre Mahoh, y el adjetivo majoreros
El uao actual de Canarias, como indicamos en Miscelánea Guanche
(pg. 139), conserva la denominación de majos para los nativos de Lanr
zarote (también llamados conejeros, con nombre hispánico, por las demás
ialaa); y de majoreros (Ja misima forma de la otra isla, con el sufijo
hispánico en -ero) para los nativos de Fuerteventura. Allí mismo expusimos
que entre las grafías antiguas está documentada la de mahohero,
que despojada del sufijo nos deja el radical mahoh.
Torxiajti (edición de Wblfel, pgs. 74 y 286) dice que Lanzaxote y
Fuerteventura fueron llamadas por loe nativos del país Maoh, y por eso
ellos ise llamaron Maohreri; y actiialmente en Lanzarote llaman "caisaa
de majos" las viviendas de los primitivos habitantes (pg. 74: "üalli anti-chi
isolani fu delta [Lanzarote] Maoh, dalla guale essi chiamaronsi
Maohreri".—Pg. 286: "Ella [Fuerteventura] si chiamó Maoh, medesi-mamente
come Lanzarote").
Ya -en Miscelánea Guanche dijimos que la coincidencia entre estas
voces y el .nombre palmero Ben-ahoharc "mi patria, nuestra tierra"
parecía garantizar, sin duda posible, que Mahoh = M + ahoh significaba
"la tierra, el país". Y la forma antigua y actxial majorero, comprueba
que no es invención de cronistas, sino forma i n d i n a auténtica.
M nombre £>baniie = Erbania = Herbania
Los historiadores posteriores al siglo XVI escribieron generalmente
Herbania, Herbaria o Erbaria, y hablaron sobre la posible derivación del
Iwtín herba, por la abundancia de pastos (Of. Abreu Galindo: Historia,
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liib. 12, caip. 9, pg. 35: "dije que cuando los franceses vinieran a esta» islas
habían llianiado a la isla de Fuerteventura Fortudfte y Herbaria, por
la abundancia de yerbajes que en esta isla se produce y cría; y papelea
hay donde la nombran así Herbaria...").
El texto del Canarien, o crónica de lois Capellanes de Bethencourt,
(seg^ la edición de G. Gravier, que como es sabido es refundición posterior
del texto primitivo, que debió ampliar, hacia 1419, el clérigo Le Ve-nrier,
llama a la isia Erbania (cap. 70: "S'y parle de l'ilLe d'Krbanye dito
Fortauenture, en laqueUe y auoit deulx roys.—L'ille de For.teauentu-re,
que nous appelons Erbanne, aussi font ceulx de_ La grant Vanare^..".
Obsérvese que en el capitulado del x>asaje, que es más moderno, escribe
Erbanye o Erbania, peno en el cuerpo del escrito, a vista del texto
viejo, conserva la grafía más antigua Erbanne. Efectivamente, el texto
conocido más antiguo de Pedro Boutier, adicto a Gadifer (luego adulite-rado
en beneficio de Betihenoourt), y que ha editado Pedro Margry, dice
(en el caip» 69, pg. 246): "L'isle d'Mrbarviie qui se dit Fort auenture^
contient vingt et quatre lieuez... et en tiel lieu y a, eUe ne contieHt
q'une lieue Ux est un mur grant et large qui comprent le país tout á tra-vers
de l'une mer á l'autre...".
Nótese que ninguno de estos textos dice que el nombre se refiera a
la muralla, ni siquiera que sea palaibra indígena. El texto de Boutier sólo
señala el nombre sin procedencia, y consigna la estrechez de la isla en ed
Istmo de la Pared, como dicen nuestros mapas. El texto de la vulgata
del Canarien consigna que es nombre de los franceses de Bethencourt y
generalizado o impuesto por los de Gran Canaria.
CenvendTá recordar los pasajes de Abreu Galindo relativos a las divisiones
de la isla. En el cap. 10 (Idb. 15, pg. 36) dice que las dos islas de
Lanzarote y Fuerteventura se regían por señores capitanes o reyes, "y se
dividían en partes con cercas de piedra seca, que atravesaban la isla".
Y en el cap. 11 (lito. 1-, pg. 39) agrega: "Estaba dividida esta isla de
Fuerteventura en dos reimos, uno desde donde está la Villa [Betancuria]
hasta Jandía y la pared de ella; y el rey de esta parte se llamó Ayoae;
y el otro desde la Villa hasta Corrale jo, y este se llamó Guize; y partía
estos dos señoríos una pared de piedra que va de mar a mar cuatro leguas".
No hay coincidencia entre estas divisdones, y la presunción de que
Erbanne designación de la "pared o muTalla" del Istmo de Jandía, que
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según ellas caía dentro (y no era límite) de la jurisdicción de Ayoze, pudiera
aplica>rse a toda la isda.
A esto podemos agregar un dato puramente lingüístico. Marcy supone
que Erbunne = ür - buni, es un mero tratamiento dialectal de Ar - bani,
con el oompomente ar- frecuentísimo en Canarias con el sentido común
también en ^beréber de "lugar o paraje".
Pero en todos los topónimos de Fuerteventura que hemos podido .recoger,
además de los que trae Chil Naranjo en sus Esludios, no ¡hay una
sola palabra que empiece por ar- o por er-; pues los dos únicos Argüía
(en Picdrarguía) y Argueja, como dice Bixo, que Chil escribe Arqueja,
aon compuestos no de aquel componente ar-, sino del radical argo- "fortaleza
o elevación, que estudiamos en Misccláw'u GuanchC Sería, pues,
Erbania forma única de ese tipo en la isla. Pero, en cambio, ese comipo-nemte
ar- es muy abundante en las demás islas, entre ellas Gran Canaria.
i Sería la referencia del texto del Catuirien, que atribuye el nombre a esta
isla, una fidedigna información que arrancara de la redaBción antedicha
de Leverrier?
Fiínialmente, si los nativos de Fuerteventura llamalban a la isla Mahoh,
como indica Torriani y garantiza el uso actual del adjetivo derivado, no
podían diairle tamlbién el nomibre de Erbanne. Pero este nombre, si no era
europeo o latinizado, como quiere Abreu, podía ser gran-canario o lanza-roteño.
Caso similar ocurrió en esta isla, que llamada por los indígenas
Achinech, loa palmeros la pusieron Tenerife, que fué el nombre que sie
generalizó entre los primeros conquistadores.
Pero en este caso, la explicación por bani "muralla" es insosteniWe
por la igfnaranoia que de tal jxared tenían los demás isleños.
Por consiguiente, Erbanne y Erbania está muy lejos de tener exacta
interpretación por el radical líbico bani "muralla", y tabana desde luego
pertenece al grupo de taba "piedra", lo mismo que la serie canaria Tábor,
Taborno, Tahureo, Taburiente, Tabubenta, Tabaycsco, Tábano..., nombres
todos ellos de montes o cabezos, como los topónimos anatolios y lel
Tabaisont africano.