L a protección, conservación y regeneración de la naturaleza constituyen
en Gran Canaria uno de los problemas que con mayor urgencia
han de ser acometidos. Hay una extensa superficie de la isla que se haya intensamente
deteriorada como consecuencia de la ocupación y utilización
del suelo a que ha sido sometida. El Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria
encargó a un equipo especializado la redacción de un Plan Especial
de Protección de los Espacios Naturales de la isla, trabajo que ya ha sido
realizado y presentado públicamente. El Plan contempla la protección de
sesenta y cuatro espacios naturales (Tamadaba, barranco de Teror, los
Berrazales, zona de las Cumbres, Temisas, cuenca de Tejeda, Ayagaures,
Bandama, la Isleta, Osorio, etc." cuya superficie suma un total de ciento
nueve hectáreas. Asimismo, comprende diecisiete reservas integrales de interés
científico (Hoya del Gamonal, Andén Verde, Tilos de Moya,
Guayedra, Barranco del Agua, Barranco Oscuero, etc." con más de tres
mil cuatrocientas hectáreas. Dado el gran interés e importancia de este Plan
Especial de Protección, ofrecemos amplia referencia del mismo en éste yen
sucesivos números de "Aguayro". Una gran parte de Gran Canaria sigue
constituyendo un patrimonio natural de extraordinaria importancia y abrigamos
la esperanza de que este Plan contribuirá a su conservación y potenciación.
vación de
· les
1
PLANESP
LA ISLA,
Las Islas Canarias estuvieron unidas
en la cultura grecorromana a una
visión legendaria y mítica; los nombres
con que se conocía al archipiélago:
Afortunadas y Hespérides, están relacionados
directamente con su mitología.
La visión paradisíaca aportada
por los primeros visitantes y su carácter
lejano, apartado y desconocido
abonaron la inspiración poética durante
siglos.
Las primeras crónicas acerca de
Gran Canaria, e incluso los libros de
viajeros de épocas más recientes, resaltan
la exuberancia y variedad de la vegetación
de esta isla. Las características
físicas de Gran Canaria, una isla
redonda, con una pirámide truncada
que alcanza los dos mil metros, grandes
depresiones o calderas y barrancos
radiales con todas las orientaciones,
junto con un clima claramente marcado
por el régimen de alisios, aportan
una enorme variedad de hábitats y por
ello, no sin razón, se le ha denominado
en múltiples ocasiones como "continente
en miniatura""
Es Gran Canaria y el Archipiélago
Canario en general refugio de una flora
y fauna que habitó en tiempos pretéritos
áreas más amplias del planeta, en
especial la cuenca del Mar de Thetys,
de donde se extinguieron al no poder
soportar los grandes cambios climáticos,
por lo que en diversas ocasiones se
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
las ha calificado como fósiles vivientes.
Es también un auténtico laboratorio de
evolución insular donde, a través de la
radiación adaptativa, plantas y animales
han colonizado los diferentes ambientes
de la isla y han dado lugar a un
elevado porcentaje de endemismos insulares.
Desgraciadamente, Gran Canaria
es también un buen ejemplo del proceso
de destrucción natural, que en mayor
o menor medida afecta a todo el
planeta y pone en peligro la conservación
de los recursos básicos del territorio
(suelo vegetal, acuíferos, recursos
genéticos, etc.) y por lo tanto la propia
supervivencia. Algunos factores agravan
el problema: la limitada extensión
superficial del territorio insular y la
ceso ininterrumpido hasta tiempos recientes;
la explotación de los acuíferos
par·a el suministro a la agricultura y la
población; la ocupación de la franja
costera para el desarrollo turístico en
las últimas décadas, han sido los fundamentos
que han conducido a la situación
actual. Es obvio que muchas
de estas acciones han sido imprescindibles
para que la población haya podido
sobrevivir en la isla, pero tampoco
es menos cierto que muchas de ellas
han producido más perjuicios que beneficios
y que de no controlarse podrían
conducirnos en un período no
muy largo a nuestra propia destrucción.
Es el mal planteado dilema "conservación
o desarrollo""
La Estrategia Mundial para la Con-las
necesidades y las aspiraciones de las
generaciones futuras. El desarrollo S1.4pone
la "modificación de la biosfera y
la aplicación de los recursos humanos,
financier~s, vivos e inanimados en aras
de la satisfacción de las necesidades
humanas y para mejorar la calidad de
vida del hombre"; pero el desarrollo
sólo será tal si es sostenido. Para ello
se ha de tener en cuenta, "además de
los factores económicos, los de índole
social y ecológica; debe tenerse en
cuenta la base de recursos vivos e inanimados,
así como las ventajas e inconvenientes
a corto y largo plazo de
otros tipos de actos". La conservación
es para los hombres y constituye una
respuesta racional a la propia naturaleza
de los recursos vivos: renovabilidad
~CIAL DE PROTECCIÓN PARA
REDACTADO POR EL CABILDO
Conjunto basáltico formando un órgano pétreo en Pino Santo.
fuerte presión humana a la que está sometida.
En efecto, los ecosistemas insulares,
como ecosistemas cerrados
presentan una gran fragilidad ante las
presiones externas, así como limitadas
posibilidades de regeneración natural.
La destrucción de los bosques y roturación
del suelo, para ganar terreno en
beneficio de la agricultura y el pastoreo,
tras la conquista de las islas, pro-servaclOn
elaborada por la UICN
aborda el problema de la cons~rvación
de los recursos vivos para un desarrollo
sostenido. La conservación
- viene definida como la gestión de la
utilización de la biosfera por el ser humano,
de tal suerte que produzca el
mayor y sostenido beneficio para las
generaciones actuales pero que mantenga
su potencialidad para satisfacer
y destructibilidad; su aplicación en un
entorno social y económico determinado
significa una opción de desarrollo
que se diferencia notablemente de la
hasta ahora seguida.
Muchas acciones ejercidas en Gran
Canaria en pro del desarrollo no han
sido tal, precisamente por no tener en
cuenta la necesidad de que éste fuera
sostenido. La destrucción del paisaje,
la pérdida de suelos fértiles o la extinción
de especies y otros aspectos culturales
y sociales como la destrucción del
patrimonio arqueológico o los vertidos
de contaminantes, aguas residuales,
basuras, etc., son aspectos evitables en
gran medida con una adecuada planificación
y gestión.
En el marco de la planificación del
uso de los recursos como instrumento
para la consecución del desarrollo sostenido,
se redacta el presente Plan Especial
de Protección de los Espacios
Naturales, donde se elabora una estrategia
de protección y recuperación del
medio natural acorde a las características
concretas de la isla de Gran Canaria.
Se trata de una intervención administrativa
necesaria y urgente, que pone
freno a la degradación del medio
natural y que supone un primer paso
de acciones futuras más contundentes,
dentro de una política ecodesarrollís-
" tica que requiere una planificación in-."
tegral para la isla.""
7
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Gran Canaria es un ejemplo de proceso
de destrucción del medio natural
ANTECEDENTES
En 1973 la IUCN/WWF se dirigió
a la Asociación Canaria de Amigos de
la Naturaleza -ASCAN- ofreciéndole
financiación para la elaboración
de un "Inventario de Recursos Renovables
de la Provincia de Las Palmas""
Ésta, con la colaboración de los Cabildos
Insulares encargó el proyecto aG.
Kunkel, trabajo que fue publicado en
1975 y donde se recoge la siguiente
propuesta de sitios de protección:
-Parque Nacional: Parque Nacional
de Pilancones.
-Parques Insulares: Los Tilos de
Moya, Tamadaba-Guayedra, Comple- "
jo del Roque Bentayga.
-Zonas de Protección: La Cuesta
de Silva, La Montaña de Almagro,
Riscos de Berrazales, Playa de Jinámar7
Andén Verde, Zona del Suroeste,
Riscos de Tirajana, Zona de Gavilanes-
Cortadores, Cañada de AcebucheArteara,
Punta de Arinaga.
-Reservas Naturales: La Isleta,
Brezal del Palmital, Malpaís de MontaMn
Negro, Caldera de Bandama,
Roque Saucillo-Caldera de Los Marteles,
Punta de Tufia, Complejo de GüiGüi,
Pajonales-Inagua-Ojeda, TauroTaurito,
Dunas de Maspalomas.
-Otras zonas de interés: Monte
Lentiscal, Pinos de Gáldar,
Valsendero-La Virgen, Complejo del
Roque Nublo, ValsequilloTenteniguada,
Temisas y Lomo de la
Cruz, La Fortaleza y la Sorrueda.
Coincidiendo con la publicación de
la propuesta anterior, las Cortes Generales
aprueban la Ley de Espacios Naturales
Protegidos (15/1975). Esta Ley
tuvo una lenta tramitación y desarrollo,
por lo que en 1977 la Comisión
Interministerial para el Medio
Ambiente -CIMA- suscitó la necesidad
de elaborar un Catálogo con los
espacios naturales "que mereciesen especial
protección al objeto de poder
controlar las acciones, concesiones y
permisos sobre su territorio, en razón
de evitar su posible deterioro o degradación
y que sirviese como un primer
paso en la conservación de todos
aquellos espacios que posteriormente
fuesen merecedores de una mayor protección
de acuerdo con lo establecido
en la vigente Ley de Espacios Naturales
Protegidos""
Por ello el ICONA, con la colaborar;';
n rle la Dirección General de Urbanismo
y por encargo del CIMA elabora
a niveles provinciales un "Inventario
Abierto de Espacios Naturales
8
objeto de Protección Especial" que en
lo que respecta a Gran Canaria contempla
una lista similar a la anterior.
En marzo de 1980 tuvo lugar la presentación
en España de la Estrategia
Mundial para la Conservación de la
Naturaleza (UICN/PNUMA/WWF)"
La CIMA se encargó de preparar la
adaptación de dicha Estrategia al caso
español, documento que fue aprobado
por el Consejo de Ministros el 6 de junio
de 1980 y entre cuyos objetivos se
puede leer:""Elaboración de Inventarios de
Espacios Naturales de Protección
Especial como acción previa
al establecimiento de normas que
los protejan""
Roque de Tenteniguada.
Para ello establece que, "partiendo
de los datos del Inventario Abierto de
Espacios Naturales Protegibles, se elaborarán
los Planes Especiales de Catalogación
y Conservación de dichos espacios"""
Esta determinación apuntaba hacia
la posibilidad de crear catálogos de
protección amparados en el artículo 25
de la Ley del Suelo. Sin embargo, la
progresiva transferencia de competencias
urbanísticas desde la Administración
Central hacia las Administraciones
Preautonómicas y Autonómicas
(Canarias, según R.D. 2.843/1979 de 7
de diciembre) y supuestas dificultades
de tramitación del Catálogo, crearon
una cierta confusión e incertidumbre,
que desembocó en una consulta al
Consejo de Estado sobre el modo más
conveniente de afrontar dicha tarea.
El dictamen del Consejo de Estado
(de 17 de marzo de 1981) aconseja hacer
uso de la legislación existente y en
particular, optar por la vía del artículo
776.2.3 del Reglamento de Planeamiento,
que prevé la redacción de
Planes Especiales en ausencia de Planes
Generales o Planes Directores
Territoriales de Coordinación. Esta tesis
se mantuvo en Granada en junio de
1981 en la reunión de trabajo manteni-da
sobre el particular por las Administraciones
Preautonómicas y Autonómicas,
y de la cual surgió un
Documento-Marco de Catalogación y
Conservación de Espacios Naturales
Protegibles, en el que se plantea no sólo
la vía de tramitación, sino también
una metodología a seguir.
La entonces Junta de Canarias llevó
esta inquietud a los diferentes Cabildos
Insulares ofertando el financiamiento
y redacción de un Plan Especial
para cada Isla. La Consejería de
Obras Públicas y Urbanismo de la Jun-
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Pero la isla conserva amplias superficies de
gran valor ecológico y otras pueden rehabilitarse
" ta de Canarias y el ICONA firmaron
un convenio para la elaboración y preparación
efectiva de algunos planes insulares
y en ese marco han sido elaborados
los planes de las islas periféricas.
El Cabildo de Gran Canaria considerando
oportuna la redacción de un
plan de esta naturaleza, según dictamen
de la Comisión Informativa de
Medio Ambiente y Turismo y de la Comisión
de Gobiernoen enero de 1982,
estima que el citado Plan debe ser elaborado
por los servicios de la propia
Corporación.
A comienzos de 1983, la Junta de
Canarias, en virtud de la entrada en vigor
del Estatuto de Autonomía, se
transforma en la Comunidad Autónoma
de Canarias. El Cabildo Insular de
Gran Canaria por aCllerdo Plenario de
24 de noviembre y mediante la firma
de un convenio con el Gobierno de Canarias
el 30 de diciembre del mismo
año, aborda la elaboración del Plan
Especial de Protección de los Espacios
Naturales de Gran Canaria, encargándose
el mismo a un equipo pluridisciplinar
bajo la dirección del Jardín
Botánico Canario "Viera y Clavija", y
con la finalidad de hacer algo más que
la simple Catalogación.
Ya durante este año quedó formado
provisionalmente el equipo de trabajo
compuesto por David Bramwell
como Director, y Víctor Montelongo,
Julio Rodrigo,Walter Beltrán, Carlos
Ríos y Antonio Delgado como redactores
del proyecto. Dicho equipo inicia
una serie de reuniones donde se debate
la filosofía del trabajo a realizar y las
necesidades materiales para llevarlo a
cabo. No obstante, debido a dificultades
presupuestarias para la contratación
de parte del equipo redactor, los
trabajos no se inician hasta marzo de
1984.
En junio de 1985 se presenta al
público un Avance del P.E.P.E.N. y
en abril de 1986, con el apoyo adicional
de la recién creada Oficina Insular
de Planeamiento en el Servicio de
Urbanismo del Cabildo Insular, se
continúan los trabajos de redacción del
documento definitivo, que se ha presentado
ahora, coincidiendo con el Día
Mundial del Medio Ambiente, para su
aprobación inicial por el Cabildo Insular
de Gran Canaria.
JUSFITICACIÓN DEL PLAN
Debido a que la filosofía subyacente
en la creación de Parques Nacionales,
ha tendido en general a ser más
"monumentalista" que "ambientalis-ta""
el sistema de Parques Nacionales
en las Islas Canarias falla en dar satisfacción
al interés local en la protección
de la naturaleza y de los paisajes y especialmente,
da muy poca protección
al ingente patrimonio de especies endémicas
de flora y fauna. Por consiguiente,
la carencia de reservas y áreas
protegidas es preocupante, particularmente
en la isla de Gran Canaria, donde
las únicas áreas en las que se aborda
algo parecido a la protección son los
Montes Públicos, Refugios de Caza y
unas pocas áreas propiedad del Cabildo
Insular, tales como Ossorio o los
Tiles de Moya. A las Dunas de Maspalomas
también teóricamente se les da
un cierto grado de protección por el
R.D. 1.741 de 25 de junio de 1982.
No obstante, hay una responsabilidad
gubernamental, generalmente reconocida,
para el Medio Ambiente, la
cual está legislada a nivel nacional por
medio de la Ley del Suelo, Ley de Espacios
Naturales, etc., y por consiguiente,
es obligación de la Administración
proporcionar un marco de
¡ planificación para el uso racional del
terreno.
En la actualidad la mayoría de los
municipios de Gran Canaria están trabajando
en su respectivo Planeamiento
Territorial (normas subsidiarias, planes
generales, etc.) por lo que es muy
importante que los espacios delimitados
por este Plan Especial y la normativa
que para ellos se establece, tengan
la posibilidad de ser recogidos por
aquellos planes o normas, con lo que
se va a ver favorecido su encaje en el
ordenamiento urbanístico y su existencia
garantizada.
En este Plan Especial de Protección
de Espacios Naturales se le confiere algún
grado. de protección ambiental a
un gran porcentaje del área de Gran
Canaria porque como mordazmente
señalaba McEwen (1981) "es un error
fatal asumir la idea de que islotes de
belleza natural y paisajística puedan
prosperar en un mar de prácticas
destructivas y en un clima de ignorancia,
avaricia y filisteísmo". A largo
plazo, es esencial gestionar y conservar
grandes áreas con sus recursos re-novables
y no renovables, tanto vivientes
como inertes, para asegurar la supervivencia
de áreas "sensibles" y especialmente
de las especies protegidas.
La delimitación de pequeñas áreas pro.
tegidas en otros países ha supuesto
cierto fracaso por lo que hemos intentado
tener en cuenta esta lección a lo
largo de la preparación de este Plan.
El moderno concepto de la conservación
del ambiente y de los recursos
naturales es "intervencionista" y exige
bastante más que la anterior filosofía
escapista, histórica y extensamente romántica
de quienes originaron el movimiento
conservacionista, especialmente
en el período comprendido entre
1930 y 1950, que sólo reivindicaban la
delimitación de áreas naturales y legislar
para su protección. Este planteamiento
ha demostrado ser erróneo y
existe una conciencia que va en aumento
-especialmente entre la comunidad
científica activa en el conservacionismo-
de la necesidad de la gestión
científica de las reservas naturales, basada
en un profundo conocimiento de
los principios ecológicos fundamentales,
así como en una adecuada investigación.
Esto supone ilevar a cabo la
gestión mediante la aplicación práctica
de la Ciencia de la Ecología. Ahora
hay en las· Islas Canarias, como en la
mayoría de las otras partes del mundo,
muy pocos hábitats supervivientes, suficientemente
inalterados por la actividad
humana para poder llevar una gestión
basada sólo en la regeneración natural
controlada. Son por ello indispensables
al menos algunas medidas de
intervención.
La justificación de este ambicioso
plan se encuentra, más que en el ámbito
legal de la planificación -lo cual
obviamente es una etapa básica que
proporciona el necesario control de los
espacios de interés natural- en la posterior
gestión de las áreas delimitadas
como espacios protegidos, ya que se
proporciona el marco adecuado, para
desarrollar un concepto racional de la
conservación ambiental, que permitirá
para el conjunto de la isla el deseable
equilibrio entre la protección del paisa-je
y de las especies con el necesario des- "
arrollo económico y cultural. ~
9
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
El Plan contempla la protección de más de
dos tercios de la isla
USO DEL TERRITORIO Y
DETERIORO MEDIO-AMBIENTAL
La ocupación y uso por el hombre
de un territorio determinado produce,
invariablemente una modificación sus-atenuarían
las extracciones que están
contribuyendo a la desertización de la
isla, lo que se traduciría en una mejora
de la calidad de vida y un mayor atractivo
para el desarrollo y mejora de la
actividad turística.
Por último resaltar que las condiciones
microclimáticas en el desarrollo
de las masas boscosas son en gran medida
proporcionadas por el propio
bosque, por lo que será necesario en
muchos casos ayudar al establecimiento
del mismo, aspecto que dados los
actuales medios tecnológicos no ofrece
dificultades insalvables.
Creemos que Gran Canaria puede y
debe conservar y recuperar sus valores
naturales armonizándolos con el deseable
desarrollo que permita una alta
calidad de vida a su población actual y
futura.
de subsistencia, con lo que en gran parte
de la isla se observa una manifiesta
recuperación de la vegetación, que
muestra una alta capacidad de regeneración.
Otro ~specto a tener en cuenta es la
cada vez más creciente demanda de esparcimiento
en el campo como actitud
de evasión ante la presión de los grandes
núcleos urbanos, siendo muy frecuente
el fenómeno de la segunda residencia,
demanda que debe ser debidamente
encauzada para no friccionar
con los intereses conservacionistas.
Desde nuestra óptica, el medio natural
en Gran Canaria es susceptible de
recuperación y armonización con otras
actividades, siendo posible el deseable
equilibrio entre conservación y desarrollo.
Una de las tareas más urgentes,
dado que se requieren años para
contemplar los resultados, es el recuperar
la vegetación natural en aquellas
zonas susceptibles de ello, con lo que
mejorarían simultáneamente las captaciones
de agua y el frenado de la erosión.
Una racionalización de la agricultura
así como nuevos sistema~ de abastecimiento
de agua a las poblaciones,
que así ha ocurrido al menos con tres
de insectos y con la paloma turqué
(Columba trocaz); otras especies propias
de este bosque han encontrado refugio
en otras formaciones vegetales
que aún mantienen unas condiciones
de hábitat adecuadas para ellas, como
es el caso del raro coleóptero Carabus
coarctatus, refugiado actualmente en
el Barranco de los Cernícalos -acebuchal
con sauceda-o De hecho, las
complejas relaciones del entramado
ecológico aconsejan la restauración de
la vegetación natural como medida básica
que mejore el ecosistema insular.
Partiendo de que la espectacular
explosión demográfica ha desbordado
la capacidad de planeamiento en los últimos
años, es indudable que el medio
natural de la isla ha sufrido un deterioro
manifiesto, si bien los efectos
más negativos para el medio natural se
han concentrado en la zona costera;
como contrapartida y como consecuencia
de los cambios sociológicos
aparejados al desarrollo turístico, una
importante parte de la población ha
abandonado sus asentamientos rurales
y actividades propias de una economía
ESTADO ACTUAL DEL MEDIO
NATURAL EN GRAN CANARIA
Desde el punto de vista de la fauna,
salvo escasas excepciones como la de
las aves pelágicas que sólo utilizan la
tierra firme para nidificar, la mayor
parte de ella se encuentra vinculada a
la vegetación, por lo que el grado de
conservación de ésta es un indicador
del estado de las poblaciones animales
vinculadas a ella. Los actuales pinares
La isla de Gran Canaria a pesar del naturales de Gran Canaria poseen un
intenso uso de que ha sido objeto his- alto valor faunístico, albergando espetóricamente,
aún conserva un patrimo- cies tan raras como el pinzón azul y el
nio natural de primer orden. pájaro carpintero.
Desde un punto de vista ecológico" Existen numerosos insectos endé-las
manifestaciones volcánicas de Gran micos, exclusivos de Gran Canaria,
Canaria son de una espectacular va- vinculados a hábitats muy concretos,
riedad y probablemente sea la región como por ejemplo especies de los génedel
mundo donde puede contemplarse ros Zopphosis, Artrodesis y Pimelia,
una mayor variedad estructural en co- propios del litoral arenoso como Masladas
de envergadura (Araña & Carra- palomas y, recalcando la relación
cedo, 1978). En su reducida superficie flora-fauna, es destacable que una sola
podemos observar numerosas manifes- especie vegetal como el cardón (Eutaciones
geológicas, como lavas y sedi- phorbia canariensis) posee cuarenta esmentas
submarinos hoy situados sobre pecies de insectos viviendo en su inteel
nivel del mar -la isla ha oscilado rior. En el caso de especies propias de
alrededor de 400 m. a lo largo de su 'la laurisilva, dada la lamentable regrehistoria
geológica-, discordancias sión de esta formación, varias especies
erosivas y tecto-volcánicas, distintos ti- vinculadas a ellas se him extinguido en
pos de calderas, etc. También, en Gran Canaria habiendo constancia de
cuanto a yacimientos fosilíferos, la isla
es particularmente rica, tanto en lo que
se refiere a organismos marinos - Terraza
de Las Palmas-, como qe especies
de ambientes terrestres en diversos
tipos de depósitos.
En la realización de este Plan Especial
se ha tratado de englobar dentro
de las áreas propuestas para su protección
todos aquellos elementos de la geo
de la isla destacables por su singularidad.
Tras el estudio de la vegetación se
concluye que la gran mayoría de los
ecosistemas naturales se encuentran
fragmentados, en algunos casos con
sólo pequeños reductos de unas pocas
hectáreas, pero conteniendo el material
básico para la recuperación y restauración
de la vegetación de la isla como
se prevé en este documento. A título
de ejemplo, los pequeños restos de
laurisilva del Norte de la isla -Los
Tilos de Moya, Barranco Oscuro,
Ossorio, etc.-, pueden ser fuente de
material genético para la restauración
del antiguo Bosque de Doramas en áreas
como la Finca de Ossorio, Cueva Corcho,
etc., así como los acebuchales y
lentiscales del Este -Barranco de los
Cernícalos, Monte Lentiscal, etc.- lo
pueden ser para la recuperación de los
bosques en áreas erosionadas de su dominio
potencial, que incluyen incluso
las laderas del municipio de Las Palmas
de Gran Canaria.
GRAN CANARIA Y LA
CONSERVACIÓN DE SUS
ESPACIOS NATURALES'
10
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010
Barranco Berdejo, Santa Brigida.
tancial en el medio afectado, más o
menos profunda según la densidad del
poblamiento y la capacidad tecnológica
de la sociedad ocupante. Gran Canaria
no es, ni mucho menos, una excepción
en la regla; las alteraciones
obra del hombre han sido extensas y
profundas y afectan no sólo a valores
científicos, sentimentales, o de identidad
paisajística o cultural, afectan
incluso a recursos necesarios para la
supervivencia de la población, como
consecl.\,encia del proceso de aprovechamiento
intenso y prolongado. Este
proceso de aprovechamiento
-"versus" alteración-, no es, ni ha
sido constante ni uniformemente
distribuido en el tiempo; sí podemos
sin embargo afirmar, que ha experimentado
un crecimiento acumulativo a
medida que ha aumentado la capacidad
tecnológica y la densidad de la
población; la alteración aumenta en relación
directa a la intensidad del uso
del territorio.
Las primeras grandes alteraciones
comienzan tras la conquista de la isla
en el siglo XV; hasta entonces la población
aborigen, dada su baja densidad y
escasa capacidad tecnológica no produjo
grandes transformaciones del medio
-excepto el empobrecimiento de
ciertas formaciones vegetales y la aparición
de vegetación secundaria como
consecuencia de la acción selectiva del
ganado, que era su principal actividad-
o Después de la conqui.sta, el modo
y la dimensión del aprovechamiento
del territorio producen un enorme
cambio en Ja fisonomía insular. Con
una superior capacidad tecnológica se
ponen en explotación recursos hasta el
momento intactos, aprovechando el
potencial productivo del suelo. Por
ello se aborda la tala de las grandes
masas boscosas, tanto para la obtención
de madera y leña como para ganar
terrenos para pastos y para la agricultura,
especialmente en las zonas de
medianías donde se encuentran los
suelos más ricos.
En los dos últimos siglos se ponen
en regadío extensas zonas costeras hasta
entonces poco aprovechadas, mediante
la extracción de agua del subsuelo.
La sobreexplotación del acuífero,
junto con la casi total desaparición
de la masa forestal -imprescindible
para la captación e infiltración- conducen
a la isla a un peligroso proceso
de desertización.
Durante el presente siglo se produce
un profundo cambio en las estructuras
de producción. Se pasa de un modelo
predominantemente agrario de
subsistencia, basado en los cultivos de
secano o pequeños regadíos, a un modelo
en que predomina la producción
agrícola de regadío para la exportación
y, sobre todo, el sector servicios.
El proceso queda ilustrado en la reducción
de la superficie cultivada en la isla
a una tercera parte de la existente hace
treinta años y en el fortísimo proceso
de concentración de actividad y población
en la ciudad de Las Palmas de
Gran Canaria, en el Noreste de la isla
y en la zona turística del Sur. Paralelamente
se registra un proceso de fuerte
decadencia en las zonas agrícolas tradicionales
de medianías y, como consecuencia,
una disminución general de la
presión sobre el medio en dichas zonas
con algunos síntomas de recuperación.
EL DETERIORO ADICIONAL
Como se ha señalado, todo uso del
territorio conlleva una cierta alteración;
en este sentido se interpretan generalmente
como positivas aquellas alteraciones
que benefician la calidad de
vida de la comunidad que lo habita y lo
explota. Sin embargo, podemos identificar
claramente con lo que se ha dado
en llamar "deterioro medioambiental"
a la "alteración adicional", aquella
que no produce beneficio alguno y que
supone una merma de recursos disponibles.
A nadie beneficia la pérdida de
suelos productivos, ni la destrucción
del patrimonio arqueológico, ni la contaminación
de campos y playas por basuras
y aguas residuales; el deterioro
del medio físico sí afecta, en cambio, a
la calidad de vida de los habitantes de
la isla, que ven reducidos recursos básicos
como el suelo y el agua y empobrecidos
sus lugares de expansión y
recreo; afecta también la calidad de la
oferta turística, dañada por el deterioro
del paisaje, la escasez y poca calidad
del agua y la desvirtuación de
cuanto de interés propio y exclusivo
posee la isla.
Hoy en día los procesos alteradores
lejos de detenerse, han aumentado su
poder degradador paralelamente al
aumento de la velocidad con que se adquiere
nueva tecnología y con el crecimiento
de la población y de sus necesidades.
A medida que pasa el tiempo,
en intervalos similares se producen ~
cambios crecientes, cada vez mayores;
la capacidad de respuesta de la naturaleza
permanece, pese a ello, aparentemente
inalterada; ni los árboles crecen
más aprisa, ni se recargan más rápidamente
los acuíferos para adecuarse a la
creciente velocidad de su explotación.
El medio insular tiene un potencial
limitado y los recursos naturales, en su
sentido amplio (suelo, agua, paisaje,
patrimonio.") son escasos y difícilmeQte
recuperables.
11
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2010