HEMEROTECA P. KWMIWAII
Tomo III. Aflo VI. 1 Sita Cnn *« Tenerife J Q^^^^^ , Diciembre 1929.
DIrectn: D. V. DARÍAS Y PADRÓN frorirtirit: J. PERAZA DE AYALA Y VALLABRIOA
O O L.a Laguna da Tanarifa (lalaa Canarlaa)
SstUÓiOS fiiStÓFÍGOS.
üa Isla 6e San Boronóón
Eg Isíg 6e San Boronóón y ef
óesGübrimiento 6e gmérica.
(Conclusión)
La maiiisióu do lois Bipiuivciiluira<l()s cflutada por Homero, las islas
Afortuiiladas en donde una alfombra d(> ílores de oi-o arrojada eii las
olas, según Pindaro, adoHiBJba so aoceso. aquellas dos Islas deliciosas,
datadas do una eterna j>riimavora por Pllutaroo, no cesaban de torturar
las ima^yinaciones después quo Sertorio, refugiado en España con sus
partiidarios, había tenido conocimienfo do ellas (12).
De las islas descritas por Juba nadie hizo mérito: lo maravilloso
se imponía desde el origen. Un mundo encanltado surgió en las tradicio-iios
medioevales: un autor latino del siglo 111, Sdlino, (13) que estuvo
por muííhos siglos en boga, ño fué extraño a este nuevo ideal. Pero, sobre
todo, fué urta odisiea cristiana la quf* jn'ojjagó tan sorjirendentes
oonioeijiioíones: El ])ariaíso de los Pájaros, la. islla de los Aniaiooretas, la
isla movediza, que era una ballena, pertenlecianí a la geografía mística
(12) Todo.s los pasajes de los escrito res griegos, latinos y árabes referentes
a las islas Canarias, han sido reprodncido,s por .Toaquín .losé d(> Costa de Maced"o,
en su obra titulada: "Memoria eni que se pertende provar que os ai-abes nao
«onhecerao as Canarias antes dos Portuatuczes". Lisboa, 1844, in-4.". l'n extracto
de ella ha sido hec^ho por Charles Raymond Beazley. "The Chronicle of thc disco-very
and conquest of Guinea, writen by (romes Eannes dt» Azorara—London, 1899.
in-8.», t. II, p. LXXII (Hakluyt Society).
13) La "Polyhistoria", de S0lino, fué impre^'ía nuichísiinas veces desde el si-íflo
XV. En Parma, 1480; Venecia, 1481, etc. (Segundo de Izpizúa, Historia de la
Geografía y de la Cosmografía, Madrid, 1922, in-4.°, t, I. p. 214.)
228 REVISTA DE HISTORIA
de la leyenda de San Blandrán (14) monje irlandés del siglo VI; en la
tierra de. promisión de los santos, tre"^ coros do niños, adolesioentes y
ancianos, alternaban continuamente entonando versículos de los cánticos,
en alíabanza al Señor de las alturas.
La leyenda de San Blandán, referida desde el año 1047 por Raúl
Olaiber, tiene parentesco con los cuentos árabes de Sindbad el Marino,
y provlenía de Oriente (15). Tuvo algunas varianites, como la historia de
im cierto Amaro, en busca del Paraiso terrestre que al fln encontró
tras enormes dificultades, después de atravesar una mar helada y el
mar Rojo. Las leyeiidas árabes conservaron a 'las islas del mar tenebroso
su carácter elíseo. El cuerpo de Salomón reposaba en eillas "dentro
de un castillo maravilloso", mientras que la isla de las Gorgonas antiguas
eran "las islas de las Üiablesas", E.^Sa'ali. De Sam, cercana a la
isla de las Diiableisas, había sido arrojado a pedradas Alejandro el Grande,
JXHú Camain, "el hombre de los dos cuernos", a "pesar de los beneficios
que hiciera, etc.
Los descubrimientos geográficos se van sucediendo, la leyenda se
tnan'sforima, pero en el fondo continúa el misterio de lo ignioto. San
Blandán, Antilia, la isla de las siet3 Ciudades, es una misma cosa. En la
oarta geográfica de Gristóbal Colón, existente en la Biblioteca Nacional
de París (1488-1493), aiparece a gran distancia de Irlanda una isla con
la sigaiúenite inscripción: "He aquí la isla de las Siete Ciudades, colonia
todavía poblada de [)ortug:ueses; al decir de grumetes esipañoles se en-ouejitra
allí, según afirman, la plata entre las aireinlas." (Hec Septem Gi-vitetum
inis'uila vocatur nunc Portugallensiuin colonia efecita. ut Gro-mite
oiianitur Hi&panor^m, in qua re})eriri inter arenas argentur per-hiibetur.)
En el mapa se sustituyó la plata il>or el oro, que era el meital de que
habla'ba la leyenda. La forma tripartita de la isla, su posiición alejada de
M^nda, el descubrimilento de un metal precioso, todos esois detalles res-ponld'en
a los testiimonlios recoigidos' j>or Grisítóbal Colón, y consignados
Véanse: '
(14) "La legende latine de S. Brandaines", publicada por Achille Jubinal,
París. 1836, ¡n-8.°.—Locíher, "Narratio píofectionis nuniquam satis laúdate navis
a San Brandano, vernáculo ritmo nuper fabrícala, per Jacobum, phllo-musuni.
suevum, In latluin traducía.—Vedlta Basileae cuní figuras anno 1494.—A Sebastia-
.no Brau, seutltlo Argentinensí.—^Armand DAvczac. "Le.s lies fantastiques de
rOcean Occidental au moyen age", París -845, in-8.°.—"Legendar>- Islands of the
Atlantic: a Study in Medioeval Geography", by William 11. Babcock, New York,
1922. (American Geograpliical Society: Rescared Series, numero 8.)
(15) J. de Goeje, "La légende de sainl Brandan", sacada de las "Actes du
8." Gongrés International des Orientalistes", celebrado en 1899 en Estocolmo y
en Criistianía. Leyden, 1890, in-8.°.—-Paul Casanova, "Notes sur les voyages de
Sindbad le Marin", Gaipo, 1922, in-4.°, p. 25 (extracto del "Bulletin de l'Institut
franjáis d'Arclieorogie oriéntale, t. XX).—"A Vida de Sánelo Amaro", texto portugués
del »iglo XIV, publicado por Otto Klob, en la "Romanía", 1901, p. 504.
LA ISLA DE SAN BORONDÓK 229
por él eni una imomoiria do la cual su hijo Fernando nos ha dejado uji
extiraoto (16). Ln isla de las Siete Ciudades fu(^ bauti/.ada má's tarde
con el nomhiip die Tcrra-Nova por los portugueses, jioro aain, eií 1513,
un Ptaldmco que contiene una carta consagrada a los descubrimieiitois
de Cristóbal CohVn, figura a lo lejois de Irlonda, la islla de referencia, pero
con los contornos imprecisos (17). Era la leyenda medioeval que aún
pesaba en la imaginación de los marinos.
Colón sabía de un habitaiíte de la Madera quie un grupo de tres islas
haibía sido vislumibrado muy lejos al oeste (nuestra San Boron-dón),
y dos marinos de,l Puerto de Santa María y Palos habían corrido
tras ellas, hasta la altura de liilanda. La isla niisteriosia de las Siete Ciudades
había sido poblada de portugueses fugitivos que se íiabían refugiado
en ella con sus siete obis|)os a raíz de la invasión de su j)aÍ8 par
lo arabos en 711. Colón aseguraba en sus Memorios que un naivío im-
|»ulsado por la tempestad lvail)ía apoitadu allí en tiempos dle P>nrique el
Na,veganlte; conducidos los mai'inois a la iglesia, se escaparon y embarcaron,
pero los grumetes, limpiando lo.s iitiles de cocina con la arena de
la playa, tuvieron tiempo iiie reconocer cpiie estal)a formada en sus dos
tercios diel oro m/is furo.
La soripirendente aventura entr»'» anuy |)r()nto a formar parte del sa-l>
er popular, y se consignó en las cartas de naveg-ación. Hasta se fijaba
la feciha; según unos en 1447, siegún otros en 1411 (18). l'n ílameinioo eis-tahleoido
en las Azores, llamado Fernand van Olm, asociado a un habita
nito de Fayal y a un cosmógrafo alenn'ui, segiu*amente Martín Be-haim,
casado en aquellas isHas, obtuvieron del rey de Portugal, en 3 de
marzo de 1483, y después niievamiMite, o\ 2i de julio de 1486. la concesión
"de uma gran Isla, de las lisias o Tierra- Firme de la otra |>art.e de
las oostas y que se ¡jr^esumía ser la Isla de las Siete Ciudades (19). Tan
(16) Fernando Oolombo: "Historia del S. 1). I''i'i'nando CiOloinlx). ne.llo quali
s'ha particolare e vera relatione della vita (> dc'fntli di C-hi'istofofo Colombo. sno
padre." Vraecia, 1517, in-8.".
(17) Fii(^ el donado a Urbano, y contciiíu la siguiente inscripción: "Ista in-
•''(ila .\ntilia aliquando n Lusitanis est inventa, sed modo quando qiiaeritiir, non
invenitur. Qiiae tempoi-e Reg-is Roderici, ((iii nltimus Hispaniaruní, lemporo Go-tliofugisse
credatur. Habent liinc ununí Archiepiscoputn cum sex alus Epiíscopus.
"t quilibet illonim .<?uam habet propianí ('ivitatt^m. quare a multis lmu¡4i sepiem
Civitatuiii dicitur. Hic popuhis christianissinio vivil, omnibu.s divitiis saecnli hu-
.i«s plenas."
(18) En la primera de las fechas, er descubrimiento habría sido l\echo por
im navio portugués.—(Antonio (ralvao, "Tratado dos descobrimentos", Lisboa, 1731,
in-fol.. p. 24.). En la segunda, lo sería por un buque español (Klobo de Martín B<>-
haini, 1492),
(19) "Alguns documentos do Archivo nacional da 'forre de Tombo", p. 58,
61.—^Bevnardino José de Senna Freilas, "Memoria histórica .sobr<' o intentado
descobrimento de una suppoata ilha ao norte da Terceira", Lisboa, 1845, in-8,°,.
230 REVISTA DE HISTORIA
arraigada estaba esa oreeiKjia, que dicha tierra formaba parte de las
rentas asigniadas a la infanta viuda Beatriz de PortugaQ (20).
Las tentativas de "Fernan'd van Otm" hicieron una impresión nuiV
grande en el ánimo de Grisitóbal Colón, nos dice s'u hijo. El insigne marino
"estaba oonvenoiido de que entre Esjjaña y los límites de la India
debían encontrarse islas", (21) per'o aún faltaba una conflrmación plena
que disipara toda duda, y esta la obtuvo cuando airribó a la isla de
la Gomera, en viaje hacia lo desconocido. Oigamos el testimonio del fa-mdsd
nauta consignado con fecha de 9 de agosto de 1492 en su Diario de
a bord'o: "...Hidiaigos esipañoles muy honorables llegados de la isla del
Hierro a la Gomera ooni doña Inés Peraza, madre del oonide de la Gomera,
asieguran que, todos los años, v€n una tierra al oeste die las Canarias!.
Esto mismo lo confirman los naturales de la Gomera..." (22).
Esta isla no era sino San Borondón, un mito, un sueño, pero ese
sueño nos dio un mundo; pequeñas causas dan furtdamonto a cosas memorables,
y la imaginación de Colón, exaltada con los relatos falbulosos
de una tierra le<gendaria repleita de oro, empeñó su espíritu ein la hazaña
más ingente que se conidCe; y fué la isla misteriosa, ideal, cubierta
con los cendales de la fantasía, reflejo de otra real y humilde, la Palma,
la que señailó al atrevido navegante, ya Heno de fe, la ruta que habría
de sieiguir para enoolnti'ar nuevas tierras y nuevos hombres.
B. BONNET.
(20) Esta cüncesión se efectuó e-1 12 de enero de 1473 (Gliristiano José de
Seana Barcellos, "Subsidios para a liistoria de Cabo Verde e Guiñé", en la "Historia
e memorias da Academia real das Sciencias da Lisboa", Nova Sefi€, 2." clase,
t. VIII (1900). P. II, p. 35.)
(21) "Soixante ans de travaux consacrés a Golomb avaient amené a cette con»
clusión: rexploration avait seulement pour bout la recherche d'iles inconnues en
plein OcéoM." Henry Vignaud, "Etud«s critiques sur la vie de Golomb avant s€8
decouvertes", Parts, 1905, in-8.° El nombre de pequeñas y grandes Antillas es "un
recuerdo imperecedero y evocador de la isla misteriosa que estudiamos.
(22) "Tibe Joumal of Christopher Columbus" (during his flrst Voyage, 1492-
1493), translated with notes by Clements R. Markham, London, Hakluyt Society,
1893, in-8.°, p. 20.